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Reduciendo los riesgos de la bancarrota: aprendiendo del caso Enron

La quiebra de Enron, un gigante de la comercialización de energía, produjo mucho más que la


bancarrota corporativa más grande de la historia de los Estados Unidos. Fue también una muestra
clara de cómo las personas que sólo invierten en las empresas para las que trabajan, quedan
totalmente atados a la suerte de las mismas

Los economistas y planificadores financieros, aconsejan a sus clientes inversionistas, no poseer


demasiados acciones dentro de la compañía a la que pertenecen, por dos razones: en primer
lugar, si quiebra esta empresa, podrían perder su trabajo junto con sus ahorros, lo que sumiría
también a ellos en la bancarrota total. Por otro lado, nunca es bueno concentrar todos sus ahorros
en un solo tipo de inversión, ya que, nuevamente, si esta fracasa, no existen otras opciones que la
compensen o la alivien.

Existe una tendencia, especialmente en los inversionistas principiantes, a colocar su dinero en los
mismos tipos de fondos comunes o acciones. Tal vez no sepan que al no diversificarse, están
jugando a todo o nada. La diversificación es ni más ni menos que sinónimo de preservación de su
capital.

Por otra parte, no alcanza con invertir en diferentes bancos o empresas, sino que además se
deben escoger categorías diversas. Si invierte en muchas compañías de hi-tech (tecnología de
punta) su diversificación será relativa, ya que las crisis financieras suelen darse también por rubros,
(además de ser contagiosas), con lo que, nuevamente, todos sus ahorros dependen de una
situación determinada.

Por ejemplo, si usted invirtió en tres fondos comunes diferentes, pero cada uno de ellos adquirió un
3 por ciento de las acciones de Ford, su suerte estaría ligada a la de esta empresa.

Los expertos en inversiones aconsejan a sus inversionistas no poseer más de un 15 por ciento de
sus ahorros en una acción o sector determinado.

En algunos casos, esto se vuelve más difícil, ya que muchos empleados reciben sus fondos de
retiro de la compañía en acciones, y muchos de estos planes impiden el intercambio de activos. En
dichos escenarios, los economistas recomiendan averiguar si es posible invertir en otros sectores
de la corporación (si esta es un conglomerado de diversas empresas), o reducir al mínimo
cualquier opción de compra de acciones adicionales, aunque estas tengan descuentos para los
empleados.

Estadísticamente, se ha demostrado que la gente que posee más riesgos por falta de
diversificación, es la que más acciones acumula de la compañía en que trabaja. Sin embargo, en la
mayor parte de los casos, la gran mayoría de esas acciones, habían sido compradas por voluntad
propia, pensando que su compañía era la mas sólida de todas.

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