L a gestión de personas en favor de la organización no es una tarea fácil: encontrar el mejor
talento, homologar culturas, entender rasgos generacionales, retener personal clave; además de conjuntar diversas competencias de forma que esta gestión sea una ventaja competitiva para la organización, es un reto digno de circo de tres pistas.
Pero para eso
están los RH, me dijo un director general alguna vez: Son un mal necesario. Esta visión complica la generación de frutos que la función de RH efectivamente otorga a la empresa. Así es indispensable preguntarnos de donde viene este enfoque erróneo; que lo ocasiona y porque resulta tan arraigado. Solo así comprenderemos porque las organizaciones prefieren designar como director a una persona con origen fuera del área.