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ANÉCDOTA: LA ROSA ROJA

Este era un niño que por primera vez iba al jardín. El local era muy grande y por ello por un
instante se inquietó, pero al saber que su aula estaba cerca de la puerta de entrada
recuperó el entusiasmo y con alegría ingreso a su salón.

Ese primer día llegó la maestra y muy contentos los niños la recibieron. Ella dirigiéndose
a ellos dijo:

 Hoy haremos dibujo.

El niño, de nuestra anécdota, se entusiasmó, porque el sabía dibujar. Saco sus colores
y se dispuso a hacer los trazos de un árbol, cuando de pronto la maestra le hablo:

 Un momento hoy dibujaremos una rosa.

El niño entonces se puso de inmediato a dibujar una hermosa rosa amarilla que había visto
en su jardín…. Pero cuando pintaba su rosa, la maestra señaló:

 Un momento la rosa debe ser de color rojo y con tallo verde.

El niño miró su rosa amarilla, que a él le gustaba y guardándolo, se puso a dibujar la rosa
roja de tallo verde que su maestra le indicó.

Al día siguiente, de nuevo ingreso la profesora al aula y dijo:

 Hoy haremos cerámica.

El niño se entusiasmó por que el sabía hacer cosas con arcilla. Y cuando se disponía hacer
un animalito, la maestra nuevamente habló:

 Un momento, hoy haremos un plato.

El niño se apresuró entonces a moldear un plato con asa que a él le gustaba, pero en eso
la maestra señaló:

 Hoy aremos un plato hondo, y miró que todos hicieran un plato hondo, a pesar que ese
plato no le gustaba.

Pero ocurrió que el padre del niño fue trasladado a otro lugar y él tuvo que asistir a otro
colegio. No había perdido el entusiasmo y conoció su nueva aula y espero a su nueva
maestra. Ella era muy joven y dijo:

 Hoy haremos pintura.

El niño se alegró sacó sus colores, y esperó. Los minutos pasaban y seguía esperando
que la maestra le diga algo.

La maestra se acercó a su carpeta y le dijo

 Y tú ¿por qué no pintas?

El niño respondió que estaba esperando que ella le indique lo que tenía que pintar. La
maestra lo respondió.

 Pinta lo que se te ocurra.


Y el niño pinto entonces una rosa roja de tallo verde.
Y así paso el tiempo y este niño siguió pintando rosas rojas de tallo verde tal como
lo había indicado su primera maestra.

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