Incensario Vela rosa Vela consultante Vela azul brillante Vela naranja
Procedimiento:
- Encienda las velas del Altar 1 y 2.
- Encienda el incienso. - Sientese un rato y medite, aclare su mente lo mas posible teniendo en cuenta lo que se dispone a realizar. - Encienda la vela del Consultante pensando profundamente en el. Ahora diga lo siguiente:
“Esta vela representa a ...(nombre) ... al igual
que arde, también arde su espíritu”.
- Encienda las velas azul brillante, rosa y naranja, por este mismo orden. Piense en la paz, la tranquilidad, la comprensión y el amor en la casa. Luego, diga:
“Aquí arde la alegría alrededor d e ... (nombre)...
Está en su casa; y todo a su alrededor. En su casa hay tranquilidad. Abundan la paz y el amor y moran con él. La comprensión y el amor están presentes en abundancia; se alejaron la discordia y el caos. Y por ello, cuanto más crezca la paciencia y el amor, más estériles se volverán los campos de las dudas y del desastre. La alegría es la luz que brilla y entonces, se retira para siempre la oscuridad. La casa es paz y paz es la casa.
- Sientese de tres a cinco minutos, concentrado en apaciguar el
acontecimiento que perturba la casa. Luego, repita lo siguiente:
“Aquí arde la alegría alrededor d e ... (nombre)...
Está es su casa; y todo a su alrededor. En su casa hay tranquilidad. Abundan la paz y el amor y con él moran. Porque ahora conoce la alegría verdadera. La comprensión y el amor están presentes en abundancia; se alejaron la discordia y el caos. Y por ello, cuanto más crezcan la paciencia y el amor, más estériles se volverán los campos de la duda y del desastre. La alegría es la luz que brilla y entonces, se retira para siempre la oscuridad. La casa es paz y paz es la casa”. - Vuelva a sentarse entre tres y cinco minutos, concentrado en apaciguar el acontecimiento que perturba la casa. Luego, vuelva a repetir:
“Aquí arde la alegría, alrededor de ... (nombre)
... Está en su casa; y todo a su alrededor. En su casa hay tranquilidad. Abundan la paz y el amor y moran con él. Porque ahora conoce la alegría verdadera. La comprensión y el amor están presentes en abundancia; se alejaron la discordia y el caos. Y por ello, cuanto más crezca la paciencia y el amor, más estériles se volverán los campos de la duda y del desastre. La alegría es la luz que brilla y entonces, se retira para siempre la oscuridad. La casa es paz y paz es la casa”.
Vuelva de nuevo a sentarse de tres a cinco minutos, concentrado en
apaciguar el acontecimiento que perturba la casa. Luego apague las velas. Repita este ritual durante tres noches consecutivas.