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Para lograr mantener la alegría – pagano

Vela altar 1 Figura Vela altar 2


Incensario
Vela dorada
Vela roja 1 Vela consultante Vela rona 2
Vela naranja

Procedimiento:

- Encienda las velas del Altar 1 y 2.


- Encienda el incienso.
- Encienda la vela del Consultante pensando en él. Diga:

“He aquí... (nombre) ..., su espíritu es tan firme


como esta llama. La alegría llega a él”.

- Encienda las velas dorada y naranja. Diga:

“La alegría confluye hacia ... (nombre) ... igual


que una mariposa converge hacia una llama
semejante. La atracción es tan grande que no
puede oponerse resistencia. Empuja y tira”.

- Encienda las velas rojas 1 y 2. Diga:

“He aquí la suerte y la alegría que se merece. Ha


trabajado duramente para ello; son suyas por
derecho. Se balancean a su alrededor y avanzan.
Ahora le pertenecen”.

- Ahora piense en él y en cómo consigue todo lo que desea. Diga lo


siguiente:

“Bajo una estrella hermosa,


en la oscuridad de mi noche,
una estrella que derramaba
dulzura reconfortante, con su luz,
me prometió una vida nueva y alegre.
¡Oh, no me mientas!
Al igual que el océano crece libre hacia la luna,
así crece mi alma atrevida y contenta,
por ella y por la luz de la alegría.
¡Oh, no me mientas!”

- Piense por unos momentos en cómo se levanta la alegría. Luego, repita lo


siguiente:

“Bajo una estrella,


hermosa la oscuridad de mi noche,
una estrella que derramaba dulzura
reconfortante con su luz,
me prometió una vida nueva y alegre.
¡Oh, no me mientas!
Al igual que el océano crece libre hacia la luna,
así crece mi alma. Atrevida y contenta,
por ella y por la luz de la alegría.
¡Oh, no me mientas!”

- Concéntrese un buen rato en cómo crece y se levanta la alegría. Luego,


repita de nuevo:

“Bajo una estrella,


hermosa en la oscuridad de mi noche,
una estrella que derramaba dulzura
reconfortante con su luz,
me prometió una vida nueva y alegre.
¿Oh, no me mientas!
Al igual que el océano crece libre hacia la luna,
así crece mi alma, atrevida y contenta,
por ella y por la luz de la alegría.
¡Oh, no me mientas!”

Siéntese un buen rato antes de apagar las velas.


Repita el ritual las noches siguientes, moviendo, cada vez unos centímetros
las velas rojas hacia la del Consultante.
Continúe así hasta que las tres se toquen.

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