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JESUITAS BOLIVIA
I. CONSIDERACIONES GENERALES
a. Objetivo general:
El Juniorado y Filosofado busca consolidar un modo de proceder jesuita cuyas bases
han sido puestas en la etapa del noviciado. Su objetivo es fortalecer en los jóvenes
estudiantes jesuitas la integración personal de las dimensiones espiritual, comunitaria,
apostólica e intelectual, alcanzando un nuevo equilibrio que incorpora el énfasis en el
aspecto académico. Esta etapa promueve “una integración que se verifica en la
conformación de una personalidad religiosa que vive su pobreza, castidad y obediencia
como don de sí a los demás. La formación en esta experiencia espiritual encuentra su
cauce natural y su orientación propia en la consolidación como servidores de la misión
de Cristo dentro de la Iglesia.”1
II. JUNIORADO
a. Descripción:
Esta etapa de transición pretende el desarrollo de competencias intelectuales, pastorales,
espirituales y humanas vinculadas al compromiso del jesuita en formación como
persona que ama y consagrada a los demás.2 Se caracteriza por la apertura paulatina al
mundo universitario, a relaciones nuevas y antiguas, al mundo de la gran ciudad, a otros
jesuitas, a las obras de la Compañía y a la Iglesia local.3
En esta etapa los formadores acompañan la maduración humana del joven jesuita frente
a una serie de cuestionamientos y búsquedas personales que emergen al término del
noviciado y como consecuencia de encontrarse en nuevos contextos de relaciones y
procesos más abiertos de la vida universitaria, pastoral, comunitaria y espiritual.
A nivel académico, esta etapa implica los estudios de las humanidades que ayudan a
comprender el contexto de la misión4. Para el caso de los estudiantes con formación
previa, incluyendo estudios universitarios concluidos y experiencia laboral profesional,
se requiere un discernimiento particular sobre los modos más convenientes para su
formación, tanto en esta etapa como en el filosofado.
Este periodo tiene una duración de 1 a 2 años.
b. Objetivos específicos:
1
Disponer la vida para la misión. Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina: Rio
de Janeiro, 2009, p.17.
2 Peter-Hans Kolvenbach, S.J. La formación del jesuita. Roma: Curia General de la Compañía
c. Perfil esperado:
ignaciana del estudio, que lleva al jesuita a vivir las alegrías y desafíos del estudio no como
requisitos o como algo impuesto desde fuera, ni como cuestión de crecimiento personal, sino
más bien con los ojos puestos en cómo servir mejor a la misión a la que Dios llama a la
Compañía en general y a cada jesuita en particular” (Adolfo Nicolás, S.J. Formación académica
de los nuestros, escolares y hermanos, 4.1.)
4
d. Procesos y medios:
- Contar con una casa de formación interprovincial y un equipo de formadores en casa
que acompañe a los estudiantes en su formación.
- Ofrecer espacios comunitarios como eucaristías diarias, oración comunitaria,
reuniones de comunidad, paseos comunitarios, retiros y triduos de renovación de
votos.
- Brindar experiencias de acercamiento al arte: seminarios, talleres, conciertos, clases
particulares.
- Acompañar el desempeño académico por medio de un tutor de estudios jesuita
(prefecto de estudios). Brindar soporte cuando sea necesario, así como también
potenciar las destrezas particulares de cada estudiante.
- Contar con una biblioteca básica de arte y humanidades en casa.
- Mantener una colaboración eficaz entre el equipo de formación y la universidad
Antonio Ruiz de Montoya, tanto en el área académica como con los servicios
formativos de tutoría y pastoral.
- Insertarse en el Programa de Humanidades de la Universidad Antonio Ruiz de
Montoya y realizar otros estudios: idiomas (inglés, quechua), talleres de
comunicación, historia de la Compañía, espiritualidad ignaciana, entre otros.
- Promover experiencias de aproximación a poblaciones indígenas y sectores
vulnerables.
- Promover la reflexión personal y comunitaria en relación al cuidado ambiental.
- Participar activamente en las actividades que promueve la Universidad para la
formación especialmente las tutorías y sabatinas.
III. FILOSOFADO
a. Descripción:
b. Objetivos específicos:
c. Perfil esperado:
11 Adolfo Nicolás, S.J. Formación académica de los nuestros, escolares y hermanos, 2.1.2,
2.1.3.
12 Adolfo Nicolás, S.J. Carta a todos los Superiores Mayores: Directrices para los Superiores
d. Procesos y medios
- Contar con una casa de formación interprovincial y un equipo de formadores en casa
que acompañe a los estudiantes en su formación.
- Ofrecer espacios comunitarios como eucaristías diarias, oración comunitaria,
reuniones de comunidad, paseos comunitarios, retiros y triduos de renovación de
votos.
- Acompañar la formación intelectual con la ayuda de un prefecto de estudios jesuita.
Brindar soporte cuando sea necesario, así como también potenciar las destrezas
particulares de cada estudiante.
- Contar con una biblioteca básica de filosofía en casa.
- Mantener una colaboración eficaz entre el equipo de formación y la Escuela de
Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
- Continuar los estudios de idiomas (inglés, quechua, etc.), comunicaciones y
espiritualidad ignaciana y ofrecer capacitación en temas de administración y
contabilidad.
- Promover experiencias de aproximación a poblaciones indígenas y sectores
vulnerables.
- Promover la reflexión y el compromiso con el cuidado ambiental.
IV. FORMADORES
a. Descripción general:
Durante las etapas de formación que siguen al noviciado y habida cuenta del carácter
internacional de las comunidades, el equipo de formadores, igualmente internacional,
debe cubrir las necesidades específicas. Los formadores estarán siempre integrados en
un equipo mayor de formación (Comisión de Formación) cuya finalidad es dar
continuidad al proceso formativo de cada jesuita. La continuidad es un elemento
esencial para que el estudiante logre una integración adecuada. Además de un Superior
y ministro se espera que haya:
c. Comisiones
o Comisión de formación: Está formada por los formadores de las dos casas de
formación: “San Juan Berchmans” (juniorado) y “San Pedro Claver”
(filosofado). Se reúne cada mes y medio. Revisan casos, tratan temas generales
de formación y velan por la marcha de las casas.
o Comisión de formación ampliada: Está formada por la comisión de formación
junto con el prefecto de estudios, el coordinador de pastoral y los bedeles de las
dos casas. Se reúne tres veces al año. Tratan de coordinaciones generales a la
vida de los estudiantes.
o Comisión de delegados de formación: Está formada por los delegados de
formación de Perú, Ecuador y Bolivia. Se reúne una vez al año como mínimo y
se encarga de definir las políticas de formación en permanente coordinación con
los Provinciales respectivos.
o El Equipo Regional de Formación, conformado por la comisión de formación
más los delegados de formación de las 3 provincias, se reunirá dos veces al año
con el propósito de dar seguimiento al plan de formación y a los escolares
enviados al Juniorado y Filosofado regional. El delegado de formación de la
Provincia del Perú coordina este equipo regional.
El jesuita se ejercita en encontrar a Dios en todas las cosas y a todas en Él. Aunque en
esta etapa los estudios constituyen la tarea principal, el estudiante, que es el primer
responsable de su formación, y el equipo de formadores (superior, acompañante
espiritual, ministro y prefecto de estudios) cuidarán la integración de las diversas
dimensiones de la formación.
Dimensión espiritual
Las eucaristías diarias se celebrarán de lunes a viernes, de preferencia por las mañanas,
de acuerdo a las prácticas regulares de la Iglesia. Los sábados, la Eucaristía será al
mediodía después de la jornada de limpieza; los domingos, en los respectivos
apostolados o en la parroquia.
La oración personal debe adaptarse a las demandas de la vida académica y figurar de
manera explícita en el horario establecido que se ha dialogado con el superior y el
acompañante espiritual. Se procurará tener oración comunitaria por lo menos una vez
por semana. Cada uno de los juniores y filósofos tendrá lectura espiritual regular en
coordinación con su acompañante espiritual. Asimismo, no descuidarán el examen
diario de conciencia.
En el primer año de juniorado, los estudiantes se acompañarán con el espiritual de
planta. En coordinación con el superior y el padre espiritual y en los casos en que sea
necesario, a partir del segundo año podrán elegir un nuevo acompañante de una lista
elaborada por el equipo de formación y aprobada por el Provincial local. Las sesiones
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Hay un modo nuestro de estar presente en las redes sociales que los escolares deben
aprender y discernir con ayuda de sus formadores. Debe hacerse un uso responsable del
teléfono celular que los escolares reciben al empezar el juniorado.
Al inicio del año, la comunidad elabora un proyecto comunitario en el que se reflejan y
concretizan los objetivos de esta etapa contenidos en el Plan de Formación para el
Juniorado y Filosofado Regional. Al final de cada semestre se evalúa este proyecto.
Talleres:
Comunicación e interculturalidad entre jesuitas:
En la perspectiva de ganar en el conocimiento mutuo, este taller busca que los
estudiantes conozcan sus raíces y aprenden a aceptarse de manera más madura y
creativa.
Sexualidad y afectividad: El taller de afectividad tiene como objetivo profundizar en la
comprensión de la afectividad como una dimensión de nuestra vida a la que tenemos
que estar atentos para integrarla en nuestra manera de entender nuestra vida religiosa.
En este taller se busca integrar la sexualidad como parte fundamental de nuestra forma
de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera sana e integrada.
15 Ibid., 96.
12
pero gracias al conocimiento que se les brinda los estudiantes jesuitas deberían estar en
capacidad de forjarse una opinión adecuada del universo de las comunicaciones.
asesores del grupo de animadores, pero tienen contacto con los adolescentes que
participan de los grupos.
Pastoral universitaria
En la Universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya se lleva a cabo un trabajo pastoral
desde la capellanía, acompañando las “Comunidades Iñigo”, así como ofreciendo
diversas propuestas de oración, ejercicios espirituales, voluntariados y formación en
espiritualidad ignaciana. Los jesuitas acompañan a los jóvenes que forman parte de
estas comunidades. Igualmente hay presencia pastoral en las universidades del Pacífico
y Pontificia Católica del Perú.
CVX
Aunque hay un especial acento en el acompañamiento y seguimiento del plan de
formación del núcleo juvenil de la “CVX Mi Perú” en Ventanilla, Lima, se ofrece la
posibilidad de participar en la animación de las comunidades de vida cristiana en
coordinación con su Asistente Eclesiástico.
Además de las pastorales a las que se dedican los fines de semana, los jóvenes
jesuitas colaboran en distintas experiencias durante sus vacaciones universitarias al final
de cada semestre académico. Entre estas actividades tenemos el “Camino Ignaciano”,
experiencia de dos semanas de duración en el mes de enero, y es una introducción a la
espiritualidad ignaciana para jóvenes líderes. Colaboran también con el Voluntariado en
zonas campesinas de Ayacucho. Y con el “Coloquio Ignaciano”, encuentro anual de
jóvenes vinculados a nuestras obras de Lima y provincias (un año el Coloquio es
nacional y reúne alrededor de 300 jóvenes, y al siguiente año se organizan reuniones
regionales). Asimismo, otro grupo acompaña en Ejercicios Espirituales, tanto en
Semana Santa como en otros momentos del año. De igual modo, participan en
Finalmente hay también quienes participan del “Curso Taller dirigido a alumnos de
nuestros colegios” con la intención de formarlos en liderazgo ignaciano.
Osvaldo Chirveches, S.J. Gilberto Freire, S.J. Juan Carlos Morante, S.J.
Provincial de Bolivia Provincial de Ecuador Provincial del Perú