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BLOQUE TEMATICO I:

Teoría de Salvamento Acuático.


(Decreto 23/1999 de 23 de febrero)

CURSO
“SOCORRISTA EN INSTALACIONES ACUÁTICAS”

GLOBAL AUTOPROTECT and PROJECTS S.L.

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INDICE: TEORÍA DE SALVAMENTO ACUÁTICO

TEMA 1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA.


TEMA 2. REGLAMENTO SANITARIO DE LAS PISCINAS DE USO COLECTIVO. DECRETO 23/1999
DE 23 DE FEBRERO.
 2.1.- Definición de Piscina.
 2.2.- Piscinas consideradas de uso colectivo.
 2.3.- Algunas definiciones.
TEMA 3. RIESGOS SANITARIOS DERIVADOS DEL USO DE LAS PISCINAS.
 3.1. - Accidentes.
3.1.1.- Lesiones traumáticas.
3.1.2.- Accidentes por inmersión.
3.1.3.- Prevención de accidentes en piscina.
3.1.4.- El diseño adecuado.
3.1.5.- El buen uso.
3.1.6.- La vigilancia permanente.
3.1.7.- Número de socorristas según lámina de agua.
 3.2. - Prevención de accidentes en piscinas.
3.2.1.- Fuentes de contaminación más importantes.
3.2.2.- Prevención de infecciones.
3.2.3.- Recomendaciones higiénicas para los usuarios.
 3.3. - Infecciones.
 3.4. - Prevención de infecciones.
TEMA 4. EL SOCORRISTA ACUÁTICO. DEFINICIÓN Y CUALIFICACIÓN.
 4.1. – Cualificación del socorrista acuático.
4.1.1.- El socorrista acuático posee autoridad y merece respeto.
4.1.2.- El socorrista acuático precisa de buena cualidad humana.
4.1.3.- El socorrista acuático con preparación para un trabajo determinado.
TEMA 5. PRINCIPIOS GENERALES DEL SOCORRISMO.
 5.1. - Prevención.
5.1.1.- Normas y Consejos para evitar ahogamientos.
 5.2. - Vigilancia.
 5.3. - Control.
5.3.1.- Problemas frecuentes en el control.
 5.4. - Presteza.
5.4.1.- Problemas más frecuentes en la presteza.
 5.5. - Diagnostico y actuación.
TEMA 6. SECUENCIA DE ACTUACIÓN EN SALVAMENTO ACUÁTICO
 6.1.- Percepción del problema.
 6.2.- Análisis de la situación.
 6.3.- Toma de decisión.
 6.4.- Ejecución de las acciones elegidas para resolver el problema.
 6.5.- Evaluación final del salvamento.
6.5.1.- Organización de un salvamento acuático.
TEMA 7. TÉCNICAS PARA ENTRAR EN EL AGUA
 7.1.- Factores a tener en cuenta para elegir la forma de entrar en el agua.
 7.2.- Objetivos de una correcta entrada en el agua.
 7.3.- Diferentes formas de entrar en el agua.
7.3.1. Entrada al agua sin material auxiliar.

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7.3.2. Entrada en el agua con material auxiliar.
7.3.3. Entrada en el agua con material de salvamento.
TEMA 8. TECNICAS DE NADO ADAPTADAS. ( I ).
 8.1.- Tipos de Flotación
8.1.1.- Flotación estática.
8.1.2.- Flotación dinámica.
8.1.3.- Combinación de flotación estática y dinámica.
8.1.4.- Flotación indirecta.
 8.2.- Rescate con ropa.
 8.3.- El buceo.
8.3.1.- Formas de buceo.
8.3.2.- Buceo con ayuda de equipo subacuático completo.
8.3.3.- Buceo con ayuda de material subacuático sencillo.
8.3.4.- Buceo sin ayuda de material.
 8.4.- Principios para la práctica del buceo.
8.4.1.- Principios de la eficacia fisiológica.
8.4.2.- Principios de la eficacia biomecánica.
8.4.3. Principios de la eficacia psicológica.
TEMA 9. TECNICAS DE NADO ADAPTADAS (II).
 9.1.- Nado crol con cabeza fuera.
 9.2.- Nado braza dorsal y lateral.
 9.3.- Nado braza dorsal y lateral con acción propulsiva de un brazo.
 9.4.- Nado con aletas.
 9.5.- El estilo Crawl.
9.5.1.- Posición del cuerpo.
9.5.2.- Acciones de las extremidades superiores.
9.5.3.- Acciones de las extremidades inferiores.
TEMA 10. ZAFADURAS EN EL SALVAMENTO ACUÁTICO.
 10.1.- Definición de zafaduras.
 10.2.- Conducta a seguir por el Socorrista Acuático.
 10.3.- Técnicas de zafaduras.
10.3.1.- Zafaduras para agarres en cabeza o cuello.
10.3.2.- Zafaduras para agarres de manos o muñecas.
10.3.3.- Zafaduras para agarres por el pecho.
10.3.4.- zafaduras para agarres por la espalda
TEMA 11. MÉTODOS DE REMOLQUE EN SALVAMENTO ACUÁTICO.
 11.1.- Definición y Principios Generales.
 11.2.- Métodos de remolque en el Salvamento Acuático.
11.2.1.- Métodos de remolque indirecto.
11.2.2.- Elección del material de remolque
11.2.3.- Tipo de material de remolque
11.2.4.- Métodos de remolque directos o de “cuerpo a cuerpo”
11.2.5.- Descripción de los métodos de remolque
TEMA 12. PARQUES ACUÁTICOS.
TEMA 13. MATERIALES DE SALVAMENTO.
 13.1.- Materiales de autoprotección.
 13.2.- Materiales de intervención y alcance.

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TEMA 1: BREVE RESEÑA HISTÓRICA

La historia del Salvamento Acuático. Según lo entendemos hoy, es muy corta, pero sus
antecedentes se remontan a los orígenes de la humanidad. El salvamento acuático comenzó
con los primeros intentos del hombre por nadar, su origen es tan antiguo como el de la
natación, es decir, natación y salvamento acuático nacen juntos. Cuando el hombre decidió
utilizar los ríos, lagos y mares como un medio más que le permitieran una supervivencia
efectiva y digna (a través de los alimentos que de ellos podía obtener), se vió obligado a
aprender para adaptarse a un medio extraño a su naturaleza, y con este primer aprendizaje
comenzaron también los rescates acuáticos, tanto de aquellos que se arriesgaban en él más de
lo debido.

Se puede afirmar sin temor a equivocaciones que la Historia del Salvamento Acuático
se ha producido siempre en consonancia con la utilización que el hombre hacía del medio
acuático. Y, curiosamente, el ser humano ha permanecido de forma constante en estrecha
relación con este medio. Ríos, lagos y mares han significado casi siempre descubrir algo nuevo,
ser el medio de la comunicación y relación entre los pueblos y las culturas, representar el
progreso.

El emperador Augusto, 63 años a.C., creó un cuerpo de “salvadores “en Roma, que
puede entenderse como un antecedente a una organización de salvamento de hoy en día.
Otras organizaciones importantes y más cercanas a nuestra época fueron la creación de la
“Massachussets Human Society “en 1785 donde comenzó la historia del salvamento en
América.

En EE.UU la Secretaría del tesoro crea en 1878 un departamento llamado “United


States Lifesaving Servicie” que acreditó el salvamento de 175.000 vidas. En Inglaterra se crea la
“Royal Life Saving Society en 1891. En Australia se funda en 1894 “The Surf Life Saving
Association”.

La ciudad de Los Angeles comenzó su servicio de vigilantes de playa en 1925, en


donde su primer jefe MYron Cox, acuñó el concepto de “prevenir un accidente en lugar de
hacerlo “que sigue siendo en la actualidad la filosofía básica del salvamento.

En los años treinta se fabricó en EE.UU el primer tubo de rescate, que era inflable y
podía ser cerrado alrededor del cuerpo del accidentado.

En el año 1957, la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos se integra en la


Federación Española de Natación como Sección de Salvamento Acuático. Cuatro años más
tarde, en enero de 1961, se crea legalmente la Federación Española de Salvamento y
Socorrismo, que comenzaría su andadura en la faceta formativa, con la celebración de cursos
de socorristas acuáticos por toda España y en la faceta deportiva, con organización de
campeonatos nacionales y participación en campeonatos internacionales de salvamento
deportivo. La Federación Española de Salvamento y Socorrismo decide crear la Escuela
Española de Salvamento y Socorrismo (EESS) a finales de 1989.

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TEMA 2: NORMATIVA DE PISCINAS DE USO COLECTIVO

2.1.- DEFINICIÓN DE PISCINA.


El conjunto de elementos destinados al baño o a la natación e incluidos en el recinto
del establecimiento: zonas de baño (vasos y playa), zonas de descanso, aseos, vestuarios,
equipos de tratamiento del agua y servicios necesarios para el buen funcionamiento de la
instalación. Pueden estar al aire libre o ser cubiertas.

2.2.- PISCINAS CONSIDERADAS DE USO COLECTIVO.


Todas, excepto las piscinas privadas de uso familiar o plurifamiliar pertenecientes a
comunidades de vecinos de menos de veinte viviendas.

Las piscinas de uso colectivo deben cumplir un conjunto de normas para que su
funcionamiento y utilización no supongan riesgos para la salud de los usuarios. Estas normas se
encuentran recogidas en el Reglamento Sanitario de Piscinas de Uso Colectivo.

Así mismo, el Reglamento no será de aplicación a los baños termales, centros de


tratamiento de hidroterapia, piscinas dedicadas a usos médicos y las de uso deportivo, que,
por sus especiales características, estarán sometidas a normativa específica.

1. Vaso de la piscina (siempre en colores claros). 2. Rebosadero perimetral continuo. 3. Playa o


andén (anchura mínima un metro, material antideslizante). 4. Desagüe del fondo (siempre
protegido por una rejilla). 5. Escaleras (material inoxidable, diferencia de altura entre brazos
treinta centímetros como mínimo). 6. Duchas (en cantidad al menos igual a la de escaleras). 7.
Flotadores (en cantidad al menos igual a la de escaleras).
Esquema general de una piscina.

2.3.- ALGUNAS DEFINICIONES: Vaso: recipiente de agua destinado al baño colectivo.


Los vasos de las piscinas de uso colectivo se clasifican en infantiles o de chapoteo, que son los
destinados a menores de seis años y vasos de recreo y uso polivalente, destinados al público
en general.

Playa (o andén): zona horizontal o poco inclinada que rodea al vaso. Deberá tener al menos,
un metro de anchura y estará acondicionada para evitar encharcamientos y escorrentías hacia

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el vaso y para que los bañistas no aporten tierra, polvo o materias extrañas al agua. Será de
material antideslizante y de fácil limpieza.

Zona de descanso: áreas de hierba u otro pavimento que sirve para el juego, el descanso o la
permanencia de los usuarios.

Aforo del vaso: número máximo de usuarios que pueden utilizar simultáneamente el vaso.
Será el resultante de establecer, en las piscinas al aire libre, dos metros cuadrados de
superficie de lámina de agua por usuario. En piscinas cubiertas se establecen tres metros
cuadrados por usuario. El aforo se deberá exponer en un lugar visible a la entrada y en el
interior de la piscina.

Requisitos administrativos previos a la apertura de una piscina de uso colectivo


Para la construcción o reforma de una piscina de uso colectivo es necesario obtener:
• Licencia municipal.
• Informe Sanitario favorable

Para la reapertura cada temporada de baño:


• Licencia de reapertura expedida por el Ayuntamiento.
• Informe Sanitario favorable.

¿Quién emite el Informe Sanitario?


El Delegado Provincial de la Consejería de Salud.

¿Quién solicita el Informe Sanitario?


El Ayuntamiento que va a expedir la correspondiente autorización de apertura o reapertura a
instancia del titular de la piscina.

ENDACIONES HIGIÉNICO SANITARIAS EN PISCINAS DE USO COLECTIVO


TEMA 3: RIESGOS SANITARIOS DERIVADOS DEL USO DE PISCINAS

El uso de las piscinas, como cualquier otra actividad, puede entrañar riesgos para la
salud.
Los riesgos sanitarios derivados del uso de las piscinas pueden clasificarse en dos grupos:
– Derivados del diseño inadecuado de las instalaciones:
Accidentes.
– Derivados de la deficiente calidad del agua y estado higiénico-sanitario de las instalaciones:

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Infecciones.

3.1.- ACCIDENTES.
La causa de los accidentes puede ser consecuencia de un diseño inapropiado de las
instalaciones, o por el mal uso que puedan hacer los usuarios de las mismas.
Se pueden clasificar en dos tipos, según la causa:

3.1.1.- Lesiones traumáticas.


Las lesiones traumáticas pueden ser ocasionadas por golpes, caídas, resbalones…, que
pueden originar desde lesiones leves, como heridas rozaduras y pequeños cortes a
traumatismos graves como fracturas, o lesiones vertebrales, estas como consecuencia de
zambullidas en zonas poco profundas o desde gran altura.

3.1.2.- Accidentes por inmersión.


Pueden ser ocasionados por retenciones subacuáticas, deficiente protección del
sistema de desagüe, inadecuadas medidas de seguridad, mal uso por parte de los usuarios, etc.

2. RIESGOS SANITARIOS DERIVADOS DEL USO DE LAS PISCINAS 15


3.1.3.- Prevención de accidentes en piscinas.
Las medidas de prevención para evitar los accidentes se centran en:
– Diseño del vaso y otras instalaciones de la piscina que garantice la seguridad de los usuarios.
– El mantenimiento adecuado de las instalaciones.
– Cumplimiento por parte de los usuarios de las normas de seguridad previstas en el
Reglamento de Régimen Interno.
– Vigilancia permanente de personal socorrista.

3.1.4.- El diseño adecuado.


Todas las piscinas de uso colectivo deberán cumplir unas normas de diseño que
garanticen la seguridad de los usuarios, como son:
– Separación de los vasos infantiles y los del público en general, que evite el acceso accidental
de los niños al vaso de los adultos.
– La playa tendrá una anchura mínima de un metro y será de material antideslizante, para
evitar resbalones.
– Los cambios de pendiente en el suelo de la piscina serán moderados y progresivos. Los
puntos de máxima y mínima profundidad estarán señalizados.
– El suelo del vaso será de material antideslizante.
– El sistema de desagüe del fondo del vaso estará protegido por un dispositivo de seguridad.

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– Las escaleras estarán empotradas y no podrán sobresalir del plano de la pared del vaso,
teniendo los dos brazos una diferencia de al menos treinta centímetros.

16 RECOMENDACIONES HIGIÉNICO SANITARIAS EN PISCINAS DE USO COLECTIVO


3.1.5.- El buen uso.
Una de las causas más frecuente de accidentes en piscinas está relacionada con la
inadecuada utilización que hacen los usuarios de las instalaciones, tal es el caso de las lesiones
traumáticas que se derivan del uso de trampolines y palancas. Por ello, queda prohibida la
utilización de los que tengan una altura superior a un metro en vasos de recreo y uso
polivalente, durante su uso para finalidades recreativas.
Otra causa frecuente de accidentes es la caída accidental al vaso cuando las instalaciones no se
encuentran en uso. La prevención de estos accidentes, que en esta situación son los más
graves, ya que normalmente no hay nadie vigilando, consiste en utilizar cubiertas durante los
periodos de cierre. El vallado de la piscina también evitará que los niños se acerquen a ella o
caigan de forma accidental.

3.1.6.- La vigilancia permanente.


Para la prevención, vigilancia y actuación en caso de accidentes, así como en la
prestación de primeros auxilios, toda piscina de uso colectivo cuya superficie de lámina de
agua sea de 200 m2 o superior deberá contar con un servicio de socorristas acuáticos.

3.1.7.- Número mínimo de socorristas acuáticos según lámina de agua.


Entre 200 y 500 m2 un socorrista acuático
Entre 500 y 1.000 m2 dos socorristas acuáticos
Más de 1.000 m2 un socorrista acuático por cada vaso o fracción de 500 m2
2. RIESGOS SANITARIOS DERIVADOS DEL USO DE LAS PISCINAS 17
Los usuarios deberán seguir en todo momento las instrucciones de los socorristas y cumplir
las normas del Reglamento de Régimen Interno obligatorio en toda piscina de uso colectivo.

3.2.- INFECCIONES.
La presencia de microorganismos patógenos en el agua del vaso y en otros elementos
anexos puede transmitir determinadas infecciones a los usuarios.
Para garantizar la calidad sanitaria del agua, y evitar así riesgos para la salud de los bañistas, el
agua deberá ser tratada.
El tratamiento del agua tiene como finalidad evitar las alteraciones de la calidad que pueden
ser producidas por diversos agentes contaminantes, como son:

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– Bacterias: causantes de enfermedades como otitis, conjuntivitis, gastroenteritis,
etc.
– Virus: como los causantes del papiloma y la hepatitis A.
– Hongos: que suelen desarrollarse en las zonas húmedas anexas al vaso, provocando
enfermedades como el pie de atleta o la candidiasis.
– Algas: que pueden proliferar debido a tratamientos inadecuados del agua o a la presencia de
nitratos, y contribuir a la aparición de los anteriores.
Además de esta contaminación biológica, puede existir una contaminación química: debida a
un inadecuado funcionamiento del sistema de depuración, por el uso de sustancias químicas
no autorizadas o por el mal uso de las que se añaden durante el proceso de depuración.
18 RECOMENDACIONES HIGIÉNICO SANITARIAS EN PISCINAS DE USO COLECTIVO
3.2.1.- Las fuentes de contaminación más importantes son:

– Los usuarios: aportan al agua gérmenes, parásitos y partículas como pelos, cremas, etc.
– Elementos extraños al agua: como tierra, hojas, insectos, etc., que son transportados al agua
por la lluvia, el viento y el mal uso que pueden hacer los bañistas de las instalaciones.
– Las propias instalaciones: filtros sucios, paredes y suelos en malas condiciones higiénicas,
etc.
Contribuyen al desarrollo de infecciones en piscinas los siguientes factores:

– Número excesivo de bañistas: aportan materia orgánica y microorganismos.


La materia orgánica además de consumir una parte importante de desinfectante es empleada
como nutriente por los microorganismos.
– Temperatura elevada del agua que facilita el desarrollo de microorganismos.

– Niveles de desinfectante bajos o ausentes.


– Las superficies que no son lisas y son de difícil limpieza y fácil acúmulo de suciedad pueden
agredir la piel mojada y blanda, lo que favorece la penetración de algunos microorganismos.
– Un estado inmunitario deficiente, que favorezca la aparición de la enfermedad.
Los procesos más frecuentemente relacionados con el uso de piscinas son las infecciones
dérmicas, de mucosas y gástricas, al ser estas las vías de entrada de los gérmenes al
organismo en contacto con el agua.
A través de la piel pueden penetrar hongos dermatofitos, causantes de enfermedades como el
pié de atleta, virus que provocan la verruga plantar y estafilococos que son origen de
forúnculos.
En mucosas, las infecciones se localizan en la rinofaringe, ojos y oídos, provocando rinitis,
conjuntivitis y otitis.
La infección gástrica más frecuente causada por los gérmenes que se encuentran en el agua
del vaso de las piscinas es la gastroenteritis.

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La contaminación química puede provocar irritaciones de piel y mucosas causadas por la
acción de desinfectantes, principalmente el cloro, por el pH alcalino o por el contrario cuando
el pH es ácido.
2. RIESGOS SANITARIOS DERIVADOS DEL USO DE LAS PISCINAS 19
3.2.2.- Prevención de infecciones: la prevención de las infecciones en este medio exige actuar
en dos niveles: recomendaciones higiénicas para los usuarios y tratamiento del agua de los
vasos.

3.2.3.- Recomendaciones higiénicas para los usuarios.


A los usuarios de piscinas de uso colectivo se les debe exigir que cumplan una serie de
medidas higiénicas previas al baño, que se pueden consultar en el capítulo dedicado a las
Normas para los usuarios.
Con carácter general conviene hacer las siguientes, ducharse antes del baño para no introducir
en el agua elementos contaminantes, y después del baño, para evitar la sequedad de la piel y
mucosas empleando un jabón de pH próximo al de la piel o sin jabón. También es aconsejable
emplear cremas emolientes. Las personas con las mucosas excesivamente sensibles deberán,
además, protegerse con gafas, tapones de oídos y evitar, en lo posible, la inmersión de la
cabeza.
Se deberán usar zapatillas de baño o playeras, cuando se utilicen las duchas de los aseos o
vestuarios.
Conviene utilizar toallas distintas para el descanso en el césped y para el aseo personal.
Las personas que padezcan alguna enfermedad infectocontagiosa deberán evitar el uso de las
piscinas. Se debe controlar estrictamente el aforo.

TEMA 4: EL SOCORRISTA ACUÁTICO. DEFINICIÓN Y CUALIFICACIÓN.


4.1.- INTRODUCCIÓN.
El socorrista acuático desempeña un trabajo de enorme importancia, puesto que, en
muchas ocasiones, existen riesgos de perder vidas humanas. El socorrista acuático es uno de
los responsables de la prevención y el responsable directo de la vigilancia e intervención. Por
tanto, su formación y cualificación debe ser completa y específica, su entrenamiento debe ser
apropiado a la zona de baño y, sobre todo, sus conocimientos y prácticos han de ser
actualizados.

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Un profesional o especialista de salvamento acuático, como ya se ha apuntado en el
capítulo de la prevención, debería cumplir las siguientes características:

 Dominar el medio acuático, no sólo ser capaz de nadar, también debe bucear y
rescatar, con todo lo que esto implica.
 Tener una preparación física idónea, ya que para un socorrista acuático no será
suficiente con nadar rápido, también tendrá la necesidad de contar con niveles
adecuados de fuerza, resistencia y velocidad, en el medio acuático y fuera de él.
 Poseer conocimientos teóricos-prácticos acerca de técnicas, métodos, materiales,
instalaciones y organización relacionados con el Salvamento Acuático. El “conocer”
capacita para intervenir.
 Poseer valores humanos imprescindibles en Salvamento Acuático, como son la
seguridad en uno mismo, la aceptación de capacidades y limitaciones, la
responsabilidad y la voluntad de servicio, sin los cuales de nada sirven las capacidades.

4.1.- CUALIFICACIÓN DEL SOCORRISTA ACUÁTICO.


El término “cualificado”, según
la Real Academia Española de la
Lengua (1996), se puede definir de
varias formas:

a) “que posee autoridad y


merece respeto “.
b) “de buena calidad y de
buenas cualidades”.
c) “trabajador que está
especialmente preparado para una
tarea determinada”.

Para definir a un socorrista


acuático merece la pena hacer un repaso de estas tres aceptaciones, que sirven perfectamente
para encuadrar, aclarar y definir la cualificación del socorrista acuático.

En primer lugar, el socorrista acuático, como profesional y responsable de un trabajo


del que, directa o indirectamente, dependen vidas humanas, POSEE AUTORIDAD Y MERECE
RESPETO. Este respeto debe tenerse en cuenta por todos, empezando por él mismo, siguiendo
por la empresa que le contrata y acabando por la propia sociedad. Todos deberían aceptar y
respetar el trabajo profesional y solidario que desempeña y también todos deberían aportar su
“grano de arena” para romper con los estereotipos y tópicos que tanto daño han hecho a la
imagen del “socorrista”. Por este motivo se analizará con detalle lo que no es un socorrista
acuático y, por supuesto, aportaremos la definición acertada de lo que sí es y para qué es.

En segundo lugar, el socorrista acuático, para desempeñar correctamente su trabajo,


precisa de BUENA CALIDAD HUMANA Y BUENAS CUALIDADES físicas, cognitivas y afectivas.

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Como ya se ha mencionado, el socorrista acuático tiene un trabajo en el que se relaciona con
la vida de las personas, lo cual determina la necesidad de una preparación adecuada que
comprende, además de factores de tipo físico, cognitivo y afectivo, una actitud y
comportamiento propios de una persona equilibrada, controlada emocionalmente y con un
elevado respeto por la vida. Este apartado, por tanto, se profundizará en los componentes
básicos que completan la formación de un socorrista acuático: preparación física, preparación
intelectual y preparación afectiva (personal y social).

Y, en tercer lugar, el socorrista acuático no es un profesional sin especialización, que


realice o pueda realizar diversos variados trabajos, es todo lo contrario, un trabajador que está
ESPACIALMENTE PREPARADO PARA UNA TAREA DETERMINADA. Su función laboral es muy
clara y sus objetivos profesionales están altamente definidos. Esta especialización exige que el
socorrista acuático tenga que demostrar su preparación específica, con prácticas obligatorias
que demuestren su dominio de las técnicas y métodos imprescindibles para el trabajo
profesional en salvamento acuático y con pruebas de aptitud física que demuestren su nivel de
cualidades físicas y dominio del medio acuático, que serán los contenidos tratados en este
apartado. En este apartado también se incidirá en los derechos y obligaciones del socorrista
acuático, con el ánimo de acotar su trabajo intención de anular los abusos que suele padecer.

Es una falta de profesionalidad y responsabilidad culpar de los accidentes y de las


muertes a los usuarios de las playas, piscinas, pantanos, ríos o parques acuáticos, cuando los
recursos humanos y materiales de prevención no se cumplen. Para solucionar los problemas es
necesario que cada uno asuma su responsabilidad, salvo la de querer disfrutar del agua en su
tiempo libre.

4.1.1.-El socorrista acuático posee autoridad y merece respeto.

La frase que encabeza este apartado es clara y concisa, puesto que una de las formas
más eficaces para la prevención de accidentes acuáticos y para evitar posibles muertos por
ahogamiento consiste en proporcionar, a todas las zonas de baño público, un equipo
cualificado de salvamento acuático, con formación y profesionalidad, preparado, entrenado y
actualizado.

Este equipo debería estar formado por personas (recursos humanos) y por materiales
diversos de información, vigilancia e intervención (recursos materiales), suficientes en
cantidad y calidad, para asegurar la prevención de accidentes, la vigilancia de la zona de baño
público y la intervención en caso de accidente.

Este perfil se aleja bastante de los tópicos o estereotipos con los que se suelen
identificar a los “socorristas”, tales como:

 El socorrista es un deportista “cuadrado y musculoso”, que se pasea a la orilla del mar


o por el borde de la piscina para exhibir su cuerpo “culturista”, conseguido en el
gimnasio tras horas y horas de pesas.

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 El socorrista es un chico guapo y moreno o una chica guapa, bien dotada y también
morena, que aprovechan su trabajo para tomar el sol y hablar con sus amigos.

 El socorrista es una persona interesada


principalmente en el dinero que va a ganar
por echar un “vistazo” al agua de vez en
cuando.

 El socorrista es el “listillo” de turno, que todo


lo sabe y que siempre está dispuesto a “meter
la pata” aplicando técnicas que no domina o
poniendo en práctica conocimientos que no
posee.

 El socorrista es el “muchacho para todos”,


que por la mañana hace de limpiador de
piscina y jardinero, después de vigilante del
agua y sus usuarios, por la tarde de
maquinista y manipulador de productos químicos, por la noche de vigilante y si como
aún le queda tiempo imparte clases de natación y sirve copas en el bar.

 El socorrista es la persona que nada muy bien, aunque no tenga formación en materia
de salvamento y socorrismo.

 El socorrista es la persona que sabe mucho de salvamento y socorrismo, aunque


apenas sepa nadar.
Todo esto conduce a la necesidad de definir con claridad lo que Sí es un SOCORRISTA
ACUÁTICO y a procurar que esta definición, sencilla y breve, no quede en una propuesta
escrita, sino que se convierta en una realidad permanente:

“El socorrista acuático es un profesional cualificado, capaz de realizar


salvamentos o rescates en el medio acuático y con una preparación suficiente que le
permite practicar los primeros auxilios a todo tipo de accidentes”.

Normalmente, esta situación va acompañada de un título o diploma, es decir, el


socorrista acuático que demuestra estar preparado en un curso realizado al efecto consigue el
título o diploma que le acredita como tal. Sin embargo, en España este es un tema todavía
pendiente y no existe una regulación formal y legal al respecto y los únicos certificados o
diplomas que se expiden se refieren a una enseñanza no reglada, ajena a las titulaciones
académicas , que se emiten por variadas instituciones públicas o privadas.

La frase que encabezaba este apartado: “el socorrista acuático posee autoridad y
merece respeto”, finalmente queda justificada de la siguiente forma referida a su
intervención:

1. Realizó y aprobó el curso de socorrista acuático.

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2. Posee el diploma correspondiente y una licencia con cobertura de
responsabilidad civil y de accidentes.
3. Entrena para mantener una buena condición física, principalmente en el
medio acuático.
4. Mantiene actualizados sus conocimientos teóricos-prácticos de salvamento
acuático y primeros auxilios.
5. Tiene experiencia como socorrista acuático porque ya han desempeñado
algunos trabajos.
6. Tiene en cuenta todas las medidas preventivas y hace todo lo posible para
que se cumplan.
7. Realiza siempre una correcta y eficaz vigilancia de la zona de baño.
8. Si a pesar de todo sucede un accidente, una vida depende de su
intervención y sólo cuentan los siguientes minutos.

4.1.2.- El socorrista acuático precisa de buena cualidad humana.

Esta cualidad humana y preparación se podría resumir de la siguiente forma:

1º) Valores que deberían definir su cualidad humana:

 VOLUNTAD DE SERVIR A LOS DEMAS.


 SEGURIDAD DE SI MISMO.
 ACEPTACION DE SUS CAPACIDADES Y LIMITACIONES.
 RESPONSABILIDAD.

2º) Preparación física:

.- Habilidad fundamental que debe controlar: DOMINIO DEL MEDIO ACUÁTICO (nadar,
bucear y rescatar). El socorrista acuático debe tener siempre presente que un rescate en
salvamento acuático posee una gran variedad de elementos, circunstancias e imprevistos. Por
este motivo, obtendrán mejores resultados aquellos socorristas acuáticos que dominen de
forma excelente alguna técnica o método, los mejores resultados, los buenos rescates, serán
propios de los socorristas acuáticos que ejecutan correctamente todas las técnicas o métodos.
Hemos comprobado en muchas ocasiones como “expertos” como socorristas acuáticos con
un gran nivel de natación eran superados por socorristas acuáticos con menos nivel de
natación pero con un gran dominio de las técnicas y materiales propios de salvamento
acuático.

.- Factores de la preparación física adecuada: FUERZA, RESISTENCIA, VELOCIDAD,


COORDINACIÓN. No es necesaria ninguna defensa teórica o práctica para justificar que un
dominio del medio acuático es, para el socorrista acuático, la base primera de todas sus
capacidades y habilidades, puesto que sin él difícilmente podrá cumplir con su misión. Pero es
muy importante dejar claro que no es suficiente con saber nadar, es imprescindible dominar el
medio acuático, puesto que en la mayor parte de las ocasiones las intervenciones suceden en
situaciones anormales (sobrecarga ante un remolque, mareas, corrientes, resacas, inmersiones
más o menos prolongadas, etc). Por lo tanto, al dominio de la natación, se debe añadir otras
técnicas diferentes que permitirán un más amplio abanico de posibilidades.

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Por otra parte, los factores que definen
la preparación física adecuada debe
cumplir con el principio de la globalidad,
es decir las cualidades físicas a las que se
ha hecho referencia (fuerza, resistencia,
velocidad y coordinación) no se deberían
entrenar ni conseguir por separado. Lo
ideal es que el socorrista acuático
prepare todas las cualidades
globalmente, con la práctica de
ejercicios, movimientos o técnicas que
incidan en todas ellas, ya que la realidad
de un rescate implica la necesidad de:
 Un determinado grado de fuerza.
 Una determinada velocidad de ejecución.
 Una implicación determinada en el nivel de coordinación
 Y un determinado índice de resistencia orgánica.
3º) Preparación intelectual:

.CON TEÓRICOS-PRÁCTICOS ACERCA DE TÉCNICAS, MÉTODOS, MATERIALES,


INSTALACIONES Y ORGANIZACIÓN RELACIONADOS CON EL SALVAMENTO ACUÁTICO Y LOS
PRIMEROS AUXILIOS. Evidentemente, el socorrista acuático debe adquirir una serie de
conocimientos teórico-prácticos relacionados con su actividad, tanto en lo referido al
Salvamento Acuático, como en lo relacionado con los Primeros Auxilios. Éstos se resumen en:

 Recursos y formas para prevenir accidentes.


 Formas de reconocer las señales de peligro.
 Formas de establecer la prioridad en los posibles accidentes.
 Técnicas, métodos y materiales necesarios para efectuar los rescates de la forma más
rápida y eficaz posible
 Métodos que permitan diagnosticar el estado del accidentado para saber qué precisa
al sacarlo del agua o del lugar del accidente.
 Técnicas, métodos y materiales necesarios para efectuar primeros auxilios de la forma
más rápida y eficaz posible.
Por lo tanto, si se desea alcanzar todo lo que representa un socorrista acuático de buena
calidad humana y buenas cualidades, las medidas a tomar, como cualquier profesional
responsable, se resumirían en las siguientes:

 Velar de una forma constante por su cualificación profesional.


 Cumplir las condiciones del contrato de trabajo, en lo que se refiere a horarios de
permanencia en piscina, descansos, mantenimiento, etc, y por supuesto, cumplir
acertadamente con su trabajo (prevención, vigilancia, control, intervención).

 En relación con el punto anterior y con su conducta general, el socorrista acuático


deberá permanecer en su puesto con una actitud de trabajo (observando las
actividades de los usuarios dentro y fuera del agua, realizando las comprobaciones
pertinentes, dirigiéndose a los usuarios con respeto y firmeza, etc) y nunca en actitud

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contraria al desempeño de su importante trabajo, como puede ser estar leyendo,
oyendo música, charlando con amigos o permanecer constantemente sentado, etc.
 Preocuparse de manera permanente por su preparación física y por la realización de
prácticas parecidas a las reales o simuladas.
 Procurar una actualización constante, a través de las publicaciones periódicas en
Salvamento Acuático y Primeros Auxilios y de Jornadas, Seminarios, Congresos o
cualquier otro tipo de formación reglada o no reglada.
 Asegurarse su especialización en el lugar de trabajo en el que desempeña su labor,
puesto que difiere mucho el Salvamento Acuático que se necesita para una piscina,
para una playa o para un río.
 Revisar cada cierto período de tiempo (máximo 6 meses) su nivel en las pruebas de
aptitud física y su dominio de las técnicas, métodos y materiales.
 Potenciar la imagen del Salvamento Acuático profesional, como trabajo humanitario,
pero no por ello carente de contraprestaciones económicas justas y lógicas.
4.1.3.- El socorrista acuático está especialmente preparado para un trabajo determinado

La cualificación de un
socorrista acuático debe
traducirse también en una
especial o específica
preparación, que es la que,
normalmente, se adquiere en
los cursos y se demuestra en
los exámenes. Sería demasiado
extenso desarrollar todo el
plan de estudios que debería
formar a un socorrista
acuático, por lo que se tratará,
únicamente, lo más específico
de su formación, es decir las
prácticas necesarias y obligatorias que debe realizar y las pruebas de aptitud física obligatorias
que debe superar. Con PRACTICAS NECESARIAS Y OBLIGATORIAS se hace referencia a la
necesidad de que el futuro socorrista acuático domine las técnicas y métodos imprescindibles
para su trabajo profesional. Son muy frecuentes los cursos de formación en los que el profesor
se limita a explicar las técnicas y, en los mejores casos, a comprobar que el alumno las ha
entendido y practicado, pero sin una exigencia concreta. En una formación más completa y
profesional, lo que debería exigirse es que estas técnicas, no solo se practiquen, sino que se
dominen con garantía.

Estas prácticas, necesarias y obligatorias son las siguientes:

1. Entradas al agua
2. Tipos de flotación
3. Técnicas de nado adaptadas al salvamento acuático
4. Técnicas de buceo, sin y con material auxiliar (aletas, gafas y tubo).
5. Técnicas de control y zafaduras.
6. Técnicas o métodos de remolque, sin y con material auxiliar (aletas, gafas y tubo).

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7. Técnicas de respiración artificial en el agua, sin y con material de salvamento
(flopi, aro salvavidas, tabla, etc.)
8. Técnica de respiración artificial boca a boca bajo el agua.
9. Utilización de material de salvamento en el rescate: flopi, aro salvavidas y material
alternativo (balones, colchonetas, corcheras, tablas, o cualquier otro que se considere
adecuado a este fin).
10. Técnicas de extracción de accidentados, sin y con ayuda.
11. Técnicas para el rescate y extracción
de accidentados de columna.
12. Actuación en accidentes simulados.

Con PRUEBAS DE APTITUD FÍSICA


OBLIGATORIAS se hace referencia a la
necesidad de que el futuro socorrista
acuático demuestre su aptitud física (nivel
de cualidades físicas) y su dominio del
medio acuático. Las pruebas de aptitud
física, que, como mínimo, deberían
exigirse son las siguientes:

1. 100 mts. Combinada con buceo y RCP.


2. 75 mts. Combinada con desplazamiento terrestre y material de
salvamento.
3. 25 mts. Buceo y rastreo.
4. 50 mts. Salvamento con zafaduras.
5. 50 mts. Rescate del maniquí.
6. 200 mts. Con aletas.

TEMA 5: PRINCIPIOS GENERALES DEL SALVAMENTO ACUATICO

Establecer unos principios por los que se debería regir el salvamento acuático es de
enorme utilidad si lo que se desea es aclarar conceptos y dejar sentadas las líneas a seguir para
que se produzcan menos accidentes y para los que se producen tengan consecuencias de
menos gravedad. Estos son: Prevención, Vigilancia, Control, Presteza y Diagnóstico con
actuación.

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5.1.- PREVENCION.
La mejor y más eficaz prevención que
puede realizarse en relación con los accidentes
acuáticos y ahogamientos es la de llevar a cabo
un programa de educación, en el que se aporten
datos y técnicas sencillas y prácticas sobre
salvamento acuático, aclarando sobre todo, lo
que no debe hacerse.

La popular, extendida y sabia frase “es


mejor prevenir que curar”, no solo es cierta y
aplicada en salvamento acuático, sino que
representa el punto de partida de la
intervención de toda persona relacionada con el mismo. En mi opinión, el mejor socorrista
acuático es aquel que no tiene que salvar ni socorrer es decir aquel que desarrolla elementos
de prevención suficientes como para hacer innecesaria su intervención, ahorrando, además,
malos momentos y experiencias negativas a las personas proclives a accidentarse en el medio
acuático (niños, personas que no saben nadar, personas que abusan de la comida o bebida
antes del baño, etc.). Bajo nuestro punto de vista, es de dudosa calidad aquel socorrista
acuático en que siempre está actuando ya que me hace pensar que no tiene previsto lo que
puede suceder y, encima, no evita que los accidentados pasen por una experiencia angustiosa
y traumática.

Entre los aspectos básicos que cubren una adecuada prevención se encuentra el de la
información. Los responsables del salvamento y socorrismo deben extender al máximo una
serie de conocimientos mínimos sobre el medio acuático, los accidentes que ocurren en éste y
cómo prevenirlos.

DIEZ CONSEJOS PARA EVITAR AHOGAMIENTOS:

ASEGURATE DE CONOCER LA ZONA DONDE TE VAS A BAÑAR.

SI NO SABES NADAR, NO TE BAÑOS SOLO, NI TE ALEJES DE LA ORILLA. SI SABES NADAR,


MUEVETE SIEMPRE PARALELO A LA ORILLA

RESPETA LAS NORMAS Y LAS INDICACIONES DEL SOCORRISTA ACUÁTICO.

EN PISCINAS: NO EMPUJES A LOS DEMÁS, NO SALTES SIN ASEGURARTE ANTES DE QUE NO


HAY NADIE, NO CORRAS POR EL BORDE, NO HUNDAS EN EL AGUA A LOS DEMAS Y CUMPLE
LAS NORMAS DE HIGIENE.

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EN PLAYAS: PROCURA BAÑARTE EN ZONAS VIGILADAS, NO TE ALEJES DE LA ORILLA, NO
BUCEES EN FONDOS DESCONOCIDOS, CONTROLA LAS MAREAS Y TEN CUIDADO CON CUEVAS,
REDES Y ALGAS.

PROCURA MOJARTE ANTES DE ENTRAR AL AGUA. VIGILA TU TEMPERATURA CORPORAL.

RESPETA LAS HORAS DE DIGESTIÓN SI NO ESTÁS ACOSTUMBRADO A BAÑARTE DESPUES DE


COMER.

VIGILA DE CERCA LOS NIÑOS PEQUEÑOS, NO CONOCEN EL PELIGRO.

SI VES A ALGUIEN EN PELIGRO ACTÚA CON INTELIGENCIA: PIDE AYUDA AL SOCORRISTA


ACUÁTICO.

SI ESTÁS EN PELIGRO CONSERVA LA CALMA, PIDE AYUDA Y CONFÍA EN AQUELLOS QUE VAN
A AYUDARTE.

“PREVENIR PUEDE SER VIVIR… ¡NO TE ARREPENTIRÁS!

Aunque ya ha sido apuntado en el consejo tercero, conviene profundizar en un tema de


gran importancia en la prevención, como es el de la delimitación de las zonas de baño. En una
piscina este aspecto puede que no sea de gran interés, aunque en ocasiones si existen zonas
en las que se prohíben el baño, como son aquellas de saltos.

TODOS DEBEMOS ACEPTAR LA RESPONSABILIDAD DE NUESTRA PROPIA SEGURIDAD, Y


PARA ELLO NADA MEJOR QUE SABER NADAR Y PRACTICAR LA NATACIÓN.

Problemas frecuentes en el tema de la prevención, que encontramos habitualmente en


nuestro entorno, son:

 Insuficiente o nula adecuación de los programas educativos en relación a este tema.


 Insuficiente legislación al respecto.
 Insuficiente o nula formación / información de la población.
 Sensibilización inadecuada de los responsables de las zonas de baño público y, en
general, de la población (y salvo cuando han tenido desgracias personales cercanas).
 Estadística insuficiente o nula respecto a los accidentes acuáticos y ahogamientos.

5.2.- VIGILANCIA.
La vigilancia es, en cierta forma, uno de los aspectos básicos de la prevención, puesto que
si se realiza correctamente conseguirá en mayor medida evitar accidentes, y, por tanto, no sea
necesario tener que intervenir en ellos. El cómo se realice esta vigilancia depende del lugar en
el que nos encontremos, pero en general se pueden establecer los siguientes criterios:

 Que abarque la mayor zona posible de baño.


 Que se realice con el mayor número de medios auxiliares posibles.

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 Que se realice desde una zona en la que se tenga fácil acceso al lugar de baño o, en su
caso, a los medios que se puedan utilizar para acercarse hacia el accidentado.
 Que se realice en condiciones óptimas para el Socorrista, sin perjuicio para la salud.

En este apartado, además, se debe incluir el tema de la supervisión, tanto de los


medios que se emplean en la vigilancia, como de las personas que la realizan.

Criterios para una vigilancia eficaz: la vigilancia debe abarcar toda la zona de baño, se
debe contar con puesto de vigilancia elevado, se debe disponer de los recursos materiales
adecuados, evaluar los parámetros necesarios para decidir el número y ubicación de los
socorristas, el puesto de vigilancia debe tener acceso directo e inmediato a la zona de baño,
debe poseer las mejores condiciones para efectuarla, ha de existir una supervisión de todos los
recursos humanos disponibles y debe existir mayor atención a las conductas y actividades más
peligrosas.

Los problemas más frecuentes en el tema de la vigilancia son:


 Carencia de recursos humanos para efectuar la vigilancia.
 Escasa o nula preparación en las personas que efectúan la vigilancia.
 Cansancio en las personas que efectúan la vigilancia.
 Carencia de medios y materiales que aseguren una correcta y eficiente vigilancia.
 Inadecuada o inexistente labor de supervisión en relación con la vigilancia.
 Escasa o nula conexión de la labor de vigilancia con las siguientes fases del salvamento
acuático.

5.3.- CONTROL.
Cuando un socorrista acuático
interviene en algún rescate o accidente, el
control que debe efectuar sobre el mismo ha
de ser completo. Un buen socorrista acuático
no puede permitir que sea la circunstancia la
que le domine a él, sino que, al contrario,
debería controlar, desde el principio al final de
su intervención, todo aquello que puede influir
en el salvamento que se está llevando a cabo.
En este sentido, se ha de tener en cuenta, una vez más, las cualidades personales que se
mencionaban en el tema II, al hablar de la preparación del Técnico de Salvamento acuático y
también los contenidos que se imparten en la asignatura de psicología.

Como norma general, este control se hace patente cuando se conserva la serenidad y
la tranquilidad, pero actuando con rapidez y, sobre todo, con eficacia. Siempre se ha de tener
presente que no es mejor socorrista aquel que arriesga su vida innecesaria e inútilmente. El
que pone en juego su propia vida, por falta de preparación o reflexión, la está arriesgando
innecesariamente y también arriesga la vida de la persona que se está ahogando, ya que si a él
le ocurre algo, no logrará salvar a nadie. El mejor socorrista en salvamento, por lo tanto, es

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aquel que tiene éxito en su empresa, el que, demostrando sus habilidades, sus conocimientos,
su experiencia y su preparación, logra efectuar el salvamento y rescate.

5.3.1.- Problemas frecuentes en el tema del control son:

 Escasa o nula preparación en las personas que efectúan el salvamento, lo que les
impide un control eficaz.
 Inseguridad en el socorrista acuático.
 Riesgos innecesarios por ´´dejarse llevar ´´ de impulsos y no llevar a cabo un adecuado
análisis de la situación.
 Riesgos innecesarios por intentar efectuar rescates mediante ´´exhibiciones´´ inútiles y
narcisistas.
 Excesiva confianza del socorrista acuático en personas que no conocen para que le
ayuden o dirijan.

5.4.- PRESTEZA
La rapidez en las decisiones y en las acciones es siempre una de las principales
características de un buen salvamento y de unos buenos primeros auxilios. Pero cuando hablo
de presteza o rapidez no me refiero a precipitación, nerviosismo y realización de las cosas sin
pensar. Aludo a la prontitud y brevedad a nuestras acciones, ejecutándolas siempre correcta y
eficazmente, con habilidad y sin el menor riesgo para aquellas personas a las que se rescata.

Si se cumple este principio, se logrará, muchas veces, el inestimable adelanto a la


muerte, que, en determinadas circunstancias (como pueden ser los accidentes en el agua) lleva
“ritmo de velocidad “.

Evidentemente, de nada sirven todas las acciones de un socorrista acuático, correcta,


eficaz y rápidamente efectuada, si a las mismas no se encadenan otras intervenciones no
menos importantes, como el transporte urgente a un centro hospitalario del accidentado. Este
tema, que queda fuera del control del socorrista acuático, quizás requiere un tratamiento
distinto y de mucha mayor amplitud que la que realmente pretende este texto, ya que es
realmente lento, con graves errores y, en general, vergonzoso. Por supuesto, siempre existen
excepciones, pero son escasas, como la inmensa mayoría de los ciudadanos hemos
comprobado.

5.4.1.- Los problemas más frecuentes en el tema de la presteza son:

 Carencia de medios y materiales que aseguren una correcta y eficiente vigilancia que
posibilita, a su vez, una rápida intervención.
 Incorrecta utilización de los medios y materiales al alcance del que efectúa la
vigilancia, de tal forma que percibe tarde o mal el peligro o el accidente.
 Preparación nula o insuficiente en el socorrista, que hace que se retrase su
intervención.
 Escasa o nula intervención entre las distintas fases del salvamento acuático.
 Carencia de accesos adecuados para ambulancias a las zonas de baños.

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 Ausencia de una red organizada de evacuación de accidentados que ofrezca mayores
garantías.

5.5.- DIAGNÓSTICO Y
ACTUACIÓN.
Un correcto diagnóstico de lo que
sucede y una actuación consecuente
con este posibilitará un resultado final
satisfactorio. Hemos de tener en
cuenta que no se trata únicamente de
resolver la causa del accidente (por
ejemplo sacando del agua a la persona
que se está ahogando) sino que se
debe atender a la persona que lo ha sufrido, diagnosticando su estado y actuando
convenientemente en función del mismo. Pero este asunto ya se trata, de una forma más
extensa en los siguientes temas y, por otra parte, en la asignatura de primeros auxilios. Los
problemas más frecuentes son:

 Escasa o nula preparación en las personas que efectúan las intervención, rescate o
salvamento.
 Carencia de medios o materiales que aseguren una correcta y eficaz actuación.
 Excesiva confianza del socorrista acuático en personas que no conocen para que le
ayuden y dirijan tanto en el diagnóstico o la actuación.

TEMA 6: SECUENCIA DE ACTUACION EN SALVAMENTO ACUÁTICO.

Las actuaciones que se producen en salvamento acuático pueden ser catalogadas


como de gran complejidad y de vital importancia. Si se realiza un estudio detallado de todos
los elementos que interviene en cada situación de salvamento (tal y como se realiza en la parte
de psicología), se puede comprobar que el acto motor es de gran complejidad, que las
características perceptuales son de requerimiento considerable y que las características
decisionales se convierten en extremadamente complejas. Estas circunstancias hacen
necesario un estudio detallado de la secuencia de actuación en salvamento acuático,

En todo tipo de actuación existe una secuencia más o menos prolongada, pero
inevitable. Desde la percepción de un problema determinado, hasta su resolución, se dan una
serie de pasos que es preciso estudiar con detalle, puesto que la mayor parte de las veces el
resultado final depende de ellos; de ahí que lograr realizarlos adecuadamente será la condición
indispensable para alcanzar el éxito perseguido. Estas secuencias son:

6.1.- PERCEPCIÓN DEL PROBLEMA.

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Esta fase es siempre la primera en darse y, quizás, por eso es la más importante. Depende
de los sentidos, vista y oído principalmente, y permite al socorrista conocer la situación y sus
circunstancias. Por lo tanto, requiere una atención especial por parte de este, es decir, debe
estar constantemente pendiente de todo lo que sucede a su alrededor, principalmente de lo
que se refiere al agua. En la percepción del problema interviene como elementos esenciales
los siguientes:

 Amplitud visual: capacidad de observar un espacio determinado, bajo el que debería


estar la zona a vigilar. En este sentido conviene que las condiciones en las que el
socorrista acuático trabaje sea lo mejores posibles, teniendo en cuenta algunos de los
criterios establecidos para la vigilancia en el tema anterior, por ejemplo, observando lo
que sucede en el agua desde un lugar elevado (silla de vigilancia), prismáticos si fuera
necesario y ausencia de obstáculos que le impidan una correcta visión de la zona
vigilada.
 Valoración óptico motora: cálculos mentales de espacio, tiempo, velocidad y
trayectorias, que pueden permitir conocer a qué distancia se encuentra la persona con
problemas, el tiempo que se tardará en llegar a ella, la trayectoria que se debe seguir y
la velocidad que es precisa para realizar adecuadamente el salvamento. Este elemento
de la percepción está muy relacionado con la experiencia del socorrista acuático.
 Agudeza visual: capacidad de dirigir la atención al punto exacto que interesa, que es,
lógicamente, en el que se encuentra la persona con problemas. También de gran
relación de la experiencia del socorrista acuático.
 Percepción del movimiento: el que se está produciendo por la persona con problemas
y cualquier otro que exista a su alrededor e influya en el salvamento.
 Calidad perceptiva: que puede lograr que la percepción se convierta en anticipación,
de forma que, ante la interpretación de movimientos, señales o circunstancias, se
conozca de ante mano lo que va a suceder y como consecuencia, se actúe antes o se
evite el problema. Por supuesto, este elemento es, quizás, el que más precise de la
experiencia del socorrista acuático.

6.2.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN.


En esta fase se examina y contrasta todo lo que
está sucediendo, por lo que interviene la memoria, los
conocimientos y la experiencia. Analizar una situación
concreta es un proceso mental que no implica
excesiva complicación, normalmente se realiza sin
necesidad de implicar una voluntad determinada en
ello, es más bien algo que surge de forma espontánea
tras la percepción de cualquier problema o situación,
y de ahí que sea tan importante la amplitud de
nuestros conocimientos y experiencias, para que con
ayuda de nuestra memoria sean utilizados
convenientemente.

El análisis de la situación ayudará a una toma de


decisión apropiada a cada circunstancia y momento y

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será fundamental para facilitar la actuación correspondiente.

6.3.- TOMA DE DECISIÓN.


Es un paso que siempre se da en función de las dos fases anteriores y sin el no existe la
posibilidad de efectuar la acción física que se necesita para resolver el problema. Es decir, para
realizar cualquier acción física o mental, hay que decidir primero hacerla y como hacerla.
Tomar decisiones es una capacidad especial que posee gran trascendencia en todos los
sectores de la sociedad y en todas las profesiones, pero en salvamento acuático adquiere una
relevancia especial, ya que las decisiones es vital que se tomen siempre con acierto y rapidez,
factores de los que dependen, en todas las ocasiones, el éxito de nuestra actuación, y, muchas
veces, la vida de las personas a las que vamos a socorrer.

6.4.- ACCIONES ELEGIDAS PARA RESOLVER EL PROBLEMA.


Efectuada la toma de decisión, se produce, en todo acto de salvamento acuático, la
consiguiente EJECUCIÓN DE LAS ACCIONES ELEGIDAS PARA RESOLVER EL PROBLEMA, que
pueden explicarse como el paso práctico, el que va a permitir físicamente el rescate. En esta
fase se dan una serie de acciones enlazadas que conviene conocer en profundidad (por lo que
se tratarán en otros temas) y que son las siguientes:

1. Entrada al agua. Con la que se inicia, lógicamente, toda acción de salvamento.

2. Aproximación. Esta acción se efectúa siempre de la forma más rápida posible, utilizando para
ello los medios de los que se disponga (embarcación, tabla de windsurf, arnés, aletas, etc.),
siempre que sean apropiados en función de las circunstancias del caso. Si se realizara a nado,
se pensará en practicar el estilo que mejor domine el socorrista y que le permita mayor
velocidad y economía en su esfuerzo. Conviene, durante la fase de aproximación, no perder de
vista al accidentado al que se va a rescatar ni un momento, por si sucede algún tipo de
acontecimiento especial que sea significativo para el futuro del salvamento, como puede ser
una perdida de conocimiento, el
hundimiento en el agua, la adquisición de un
estado de histerismo o pánico, etc. El no
tener en cuenta este último aspecto puede
hacer fracasar el salvamento o retrasarlo
innecesariamente.

3. Control. Referido al que se debe


efectuar sobre la persona a la que se
va a rescatar y a las circunstancias del
entorno.
4. Método de remolque. Una vez que
se ha controlado a la persona
accidentada, se aplica uno de los denominados métodos de remolque o sistemas que
se utilizan para transportar al accidentado en el agua, desde ella a un lugar seguro.
5. Extracción del agua. Acción con la que finaliza la parte acuática de todo salvamento y
que, en contra de la opinión de muchos, no debe ser realizada de cualquier forma y a
“lo loco”, sino con seguridad y sencillez, en función de las circunstancias con las que se
encuentre el socorrista acuático.

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6. Diagnóstico y aplicación de los primeros auxilios. El último paso, y antes del traslado
del accidentado a un centro hospitalario, si fuera preciso, es diagnosticar el estado en
el que se encuentra y en función de él aplicarle los primeros auxilios que sean
convenientes. Este es un tema de gran importancia que se tratará específicamente en
la asignatura de primeros auxilios.

En todos los casos, y siempre que sea posible, se intentará hablar continuamente con el
accidentado, antes, durante y después del rescate, ya que, en muchos casos, el salvamento se
ve facilitado si se logra una comunicación con él y se le tranquiliza convenientemente.

A continuación se puede apreciar una secuencia completa de un salvamento acuático, que


finaliza en la aplicación de los primeros auxilios, concretamente con la práctica de RCP.

6.5.- EVALUACIÓN FINAL DEL SALVAMENTO.


Finalizado el salvamento y cuando el socorrista se encuentra ya tranquilo y descansado, es
el momento de evaluar todo el proceso que se ha llevado a cabo para realizar aquel. Un
técnico en salvamento acuático responsable y con ánimo de mejorar día a día, no debe
olvidarse de esta fase, sino que intentará recapacitar sobre su actuación para corregir en el
futuro las posibles deficiencias que ha observado o reforzar los aciertos que ha tenido. El
aprender de los propios errores es uno de los sistemas que desde siempre ha utilizado el ser
humano y el avanzar teniendo en cuenta los éxitos obtenidos es la base del progreso.

6.5.1.- Organización del salvamento acuático.

Muy relacionado con la secuencia de actuación en el salvamento acuático se encuentra el


tema de su organización, que, en la mayor parte de los casos y lugares, ni siquiera existe. Lo
primero que se hace para determinar si se produce o no una correcta organización del
salvamento acuático es comprobar si se dan todas las medidas preventivas para evitar al
máximo cualquier tipo de accidente en el agua. Por lo tanto, cualquier organización en este
sentido debe atender las medidas ya descritas en el apartado de prevención y vigilancia.

Ahora bien, un salvamento acuático no termina cuando la persona accidentada en el agua


ha sido remolcada fuera de la misma, finaliza en el momento en que esta persona está fuera
de peligro. Por este motivo es muy importante que la actuación del Socorrista no se reduzca a
sacar gente del agua sino que ayude en una organización total del rescate y recuperación del
accidentado. Por supuesto, este aspecto no depende de él directamente, pero si puede ser
parte activa para intentar que se lleve a efecto.

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La organización del salvamento
corresponde a las personas o
instituciones propiedades del lugar en el
que la gente acude a bañarse, y están
obligadas a que dicha organización sea lo
más completa y eficaz posible. Un
modelo que sirva como ejemplo es
denominado CADENA DE SALVAMENTO.
Este ejemplo se divide en cuatro
eslabones:

1. Puesto de salvamento: el
encargado de la evacuación del accidentado y traslado a una estación de reanimación.
Su actuación no debe exceder de un minuto. Es responsabilidad directa de los
socorristas.
2. Estación de reanimación: encargada de la realización del RCP. Su actuación no debe
excederse de 4 ó 5 minutos. En ella ya puede intervenir un medico o especialista.
3. Transporte: responsable del traslado del accidentado al centro sanitario. Su actuación
no debe sobre pasar los 10 - 15 minutos. Por supuesto, contando con la debida
asistencia y atención de un experto durante el traslado.
4. Centro sanitario: Es el encargado de atender al accidentado según sus necesidades y
con equipos humanos y materiales más completos.

TEMA 7: TÉCNICAS PARA ENTRAR EN EL AGUA.

Con la entrada al agua es como comienza cualquier actividad que se vaya a realizar en
la misma. Es cierto que para la recreación, la forma de entrar al agua puede significar una
diversión más, un juego de gran interés y éxito; y no es menos cierto que para el salvamento
acuático la forma de entrar al agua es vital para lograr el objetivo deseado, que no es otro que
el rescatar a una persona en peligro.

Por lo tanto, en salvamento acuático, la entrada en el agua consiste, básicamente, en


una puesta en acción que va a permitir al técnico acercarse a la persona con problemas para
rescatarle en las mejores condiciones. Existen diferentes formas de entrar en el agua, y el
socorrista acuático debe conocer todas, puesto que aplicará la más adecuada en cada caso.

7.1.- FACTORES EN LA ELECCIÓN DE ENTRAR AL AGUA.


 El estado del accidentado, que será la referencia principal, puesto que determinará si
se debe o no llevar material de salvamento, si la acción de entrar al agua debe o no ser
inmediata, etc.
 Circunstancias del entorno, entre las que se encuentran:
a) Altura, desde el lugar en el que se encuentra el socorrista acuático hasta la superficie del
agua.

b) Condiciones del agua:


 Temperatura, puesto que no debe ser la misma forma de lanzarse al agua en zonas de
agua muy fría que en zonas de agua templada.

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 Profundidad ya que no es lo mismo lanzarse en lugares con gran profundidad que en
zonas poco profundas.
 Estado de claridad, ya que en casos de agua turbia el socorrista acuático no puede
conocer la profundidad y debe adaptar su forma de entrar para evitar un posible
accidente.

c) Turbulencias, que pueden representar dificultad para realizar algún tipo de entrada.

Como regla general, si no se


conoce la profundidad o el estado
del agua no permite comprobarla,
el socorrista acuático deberá entrar
al agua deslizándose, evitando
cualquier peligro y extremando las
precauciones.

A) Circunstancias en las que


se encuentra el socorrista
acuático.
 Si lleva o no material de
salvamento.
 Si lleva o no equipo como
aletas o material de buceo.
La principal regla que el socorrista acuático debe cumplir en toda entrada al agua ante
cualquier intervención se resume en una palabra: PRECAUCIÓN, para evitar al máximo
cualquier tipo de accidente que dificulte o impida la realización del salvamento. De cualquier
forma, tener precaución ante la entrada no debe significar un retraso excesivo en el rescate
del accidentado y, por supuesto, nunca debería llegarse a tener que pensar si se entra o no al
agua.

7.2.- OBJETIVOS DE UNA CORRECTA ENTRADA EN EL AGUA.


Evidentemente, cuando se habla de entrar correctamente en el agua y se destaca la
importancia de hacerlo, es por unos motivos concretos, que se pueden expresar en los
objetivos que se buscan con la entrada y que son:

 Rápida entrada al agua y puesta en acción inmediata para el acercamiento al


accidentado.

 Facilitar la seguridad del socorrista acuático, en función de las circunstancias que la


dificulten y la del accidentado si este se encuentra próximo.

 Asegurar el control del cuerpo en la fase aérea y en el momento del contacto con el
agua, lo que impide cualquier imprevisto.
Estos objetivos están estrechamente vinculados y no puede plantearse uno sin otro.

7.3.- DIFERENTES FORMAS DE ENTRAR AL AGUA.


En general, se pueden establecer tres grupos:

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7.3.1. Entrada al agua sin material auxiliar: se resumen en las siguientes.

I.- EN PIE: puede realizarse de dos maneras:


A) Con el cuerpo completamente extendido y los brazos extendidos pegados al cuerpo o
por encima de la cabeza, o bien con los brazos flexionados y pegados al mismo, con una mano
al hombro y la otra protegiéndose la nariz (para evitar la entrada brusca de agua en las vías
respiratorias) y realizando la entrada en el agua lo más vertical posible, evitando de esta forma
un golpe brusco con el agua. Si no desea adquirir profundidad se deben abrir los brazos
inmediatamente, una vez dentro del agua.

Apropiada para: realizar saltos desde alturas (3mts. o más). En lugares de gran profundidad
(3mts o más). Permite:

 Protección casi completa.


 Control absoluto del cuerpo en el aire.
 Adquirir profundidad inmediatamente.

B) Con brazos y piernas abiertos: realizando un paso hacia adelante y al momento de


entrar en el agua se extienden los brazos y se mueven para no hundirse excesivamente, siendo
el objetivo que el socorrista no debe perder el contacto visual con el accidentado.

Apropiada para: realizar saltos en los que el borde esté próximo al agua y en lugares de escasa
profundidad. Permite:

 Evitar un excesivo hundimiento del cuerpo.

 Recoger de forma inmediata al accidentado si éste se halla próximo.

II.- DE CABEZA (Aunque sería más correcta denominarla de manos, puesto que siempre son
estas las que primero toman contacto con el agua).Puede realizarse con las siguientes técnicas:

A) En carpa. Es una entrada que se


realiza con un salto inicial, tras el
que el cuerpo adopta una postura
de ´´ carpa´´, para tomar contacto
con el agua simultáneamente con
manos y pies y posteriormente
con una entrada progresiva del
resto del cuerpo.
Apropiada para: lugares no muy elevados
(1-2 mts.) y con una profundidad
suficiente (al menos 1mt.). Permite:

 Rápida entrada al agua y puesta en acción.


 Favorecer una protección adecuada.
 Evitar un excesivo hundimiento del cuerpo.

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Es ésta una forma que permite realizarse en carrera, siempre que las circunstancias
favorezcan ésta y no exista peligro al practicarla (por ejemplo suelo resbaladizo). Esta carrera
influirá directamente en un acercamiento más rápido al accidentado. Para su realización
siempre es preciso conocer el fondo del lugar en el que se salta, puesto que puede ser
peligroso llevarla a cabo en lugares con rocas, piedras u otros obstáculos.

B) En agujero. Es la entrada habitual de las competiciones de natación. Tras el salto


inicial, la entrada al agua se realiza en primer lugar con las manos y en el sitio en el que
éstas entran lo hacen después el resto del cuerpo (se dice que en el ¨agujero¨ que
forman las manos en su contacto con el agua debe entrar el resto del cuerpo).
Apropiada para: lugares no muy elevados (hasta 3mts. aproximadamente) y con una
profundidad suficiente (al menos 2mts.). Permite:

 Adquirir una profundidad adecuada para aprovechar convenientemente el impulso de


salida.
 Contribuir con gran eficacia a la puesta en acción del estilo de natación elegido para
acercarse al accidentado.
c) Tipo ´´salto de plataforma o trampolín´´. Es la forma habitual utilizada por los saltadores
para entrar al agua limpiamente. En ella el cuerpo entra completamente extendido, tomando
contacto en primer lugar las palmas de las manos que se encuentran unidas y los brazos se
hallan extendidos totalmente.

Apropiada para: lugares de gran altura (más de 3mts.) y de profundidad suficiente (más de
4mts.). Permite:

 Protección completa de la cabeza por las manos.


 Control absoluto del cuerpo en el aire.
 Adquirir profundidad inmediatamente.

Si no se deseara adquirir profundidad, una vez dentro del agua, se debe modificar el gesto
de manos y brazos, orientándolos en sentido horizontal o hacia la superficie del agua.

7.3.2. Entrada en el agua con material auxiliar.

Es preciso conocer cómo se entra al agua con material auxiliar, ya que éste puede
facilitar enormemente el salvamento que se va a realizar. Habitualmente, en el salvamento
acuático el material auxiliar que suele emplearse se reduce a aletas y equipo de buceo (gafas,
tubo, botellas). En todos los casos, de lo que se trata es de realizar la entrada de forma que no
represente peligro para la persona a la que se va a rescatar ni para aquel que la realiza y sin
que signifique un excesivo riesgo de perder el equipo o de estropearlo. Para esto, lo primero a
tener en cuenta es que este equipo se encuentre adecuadamente colocado y posteriormente
realizar una entrada cuidadosa.

Las formas habituales son las siguientes:


I.- EN PIE, con piernas y brazos abiertos y como dando un paso al frente.

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Apropiada para: lugares no muy elevados (no más de 2mts.) y con profundidad de al menos
1m. Permite:
 Control del cuerpo y del equipo.
 Escaso hundimiento en el agua, por la superficie de contacto que se ofrece al agua,
con las aletas y las piernas y brazos abiertos.

II.- DE CABEZA, coincide con las formas que han sido descritas en el apartado de sin material
auxiliar.
Apropiada para: lugares elevados y profundidad suficiente (más de 2mts.), pero SÓLO
recomendado con aletas, ya que con equipo auxiliar puede significar una forma de entrada
excesivamente peligrosa. Permite:
 Adquirir una profundidad adecuada para aprovechar convenientemente el impulso de
salida.
 Contribuir con gran eficacia a la puesta en acción del estilo de natación elegido para
acercarse al accidentado.

III.- CON VOLTEO HACIA DELANTE, realizando el mismo con cuidado y lentamente, metiendo
la cabeza hacia el pecho como si de una voltereta se tratara.
Apropiada para: lanzarse al agua desde el borde de una embarcación o desde una plataforma
cercana a aquella, pero siempre que no se lleve botellas. Permite:

 Adquirir una profundidad adecuada para la inmediata puesta en acción.


 Protección del equipo, evitando su pérdida.

7.3.3. Entrada en el agua con material de salvamento.

Para entrar al agua con material de salvamento se precisa atender de partida tres premisas
importantes:

 Que el material no represente peligro para el accidentado ni para el socorrista


acuático.
 Que el material no sea molesto en la entrada al agua.
 Que el material no se pierda ni se aleje excesivamente.
Teniendo en cuenta estas premisas, podemos encontrarnos con dos formas diferentes de
entrar al agua con material de salvamento:

I.- CON MATERIAL DE GRAN TAMAÑO Y FLOTANTE: el socorrista acuático lo lanzará antes de
entrar al agua, si es posible, cerca del lugar en el que se encuentre el accidentado o en su
defecto en un lugar por donde vaya a pasar, recogiéndolo antes de llegar a éste,
entregándoselo finalmente para remolcarle.

II.- CON MATERIAL LIGERO: el socorrista acuático lo llevara agarrado o convenientemente


controlado, ya que no lo impedirá una correcta entrada en el agua y evitara que el viento o el
estado del agua (olas en mar) lo arrastren lejos de él y del accidentado. La única precaución
que debe tomar es que el material no se enganche en la entrada con algún elemento del
entorno.

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TEMA 8: TÉCNICAS DE NADO ADAPTADAS ( I )

La flotación es un principio de gran importancia para el salvamento acuático.


Básicamente puede definirse como un equilibrio de fuerzas que permite mantener un cuerpo
sobre el agua. Para la natación y para el salvamento acuático la flotación viene a ser lo que el
equilibrio para montar en bicicleta. De la misma forma que si no se logra mantener el
equilibrio no se puede recorrer una determinada distancia utilizando una bicicleta, en el medio
acuático si no se flota difícilmente se podrá avanzar nadando.

Como ya comentamos anteriormente, el hecho de estar sumergido en un elemento


líquido como es el agua, conlleva que aparezca la fuerza de flotación (Principio de
Arquímedes) que va a suponer una experiencia totalmente nueva para el alumno. De esta
manera, el trabajo a desarrollar referente al objetivo de la flotación deberemos centrarlo
fundamentalmente en: el conocimiento por parte del principiante de su capacidad de
flotación; y, de su forma de flotar, descubrir su posición de equilibrio en flotación estática.

El hecho de que la capacidad de flotar dependa fundamentalmente de la constitución


corporal de la persona y de su estructura, va a suponer que cada individuo va a tener una
capacidad diferente de flotación. A la hora de analizar la capacidad para flotar del alumnado,
deberemos también tener en cuenta otros factores, además del peso específico, como son: la
respiración, el estado de relajación y la densidad del agua.

En cuanto a la respiración, deberemos tener en cuenta que según el momento


respiratorio en el que nos encontremos, apnea inspiratoria o apnea espiratoria, vamos a
incrementar o a reducir nuestro volumen pulmonar respectivamente. El incremento de aire en
nuestros pulmones (apnea inspiratoria) reduce nuestro peso específico (incrementamos el
volumen sin aumentos de peso) por lo que nuestra capacidad de flotación aumentará
notablemente. Por el contrario, al expulsar todo el aire, se reduce el volumen y se produce un
incremento de peso específico por encima del valor de densidad del agua y en consecuencia
nos hundimos.

Otro elemento importante a la hora de trabajar la flotación en estas primeras etapas


es el estado de relajación del individuo. Ante un estado de ansiedad, producido principalmente
por el miedo, se genera un aumento de tono muscular (contracción musculares) que va a
reducir el espacio que ocupa en la superficie (reduce su volumen). Esa tensión le impide
inspirar en profundidad y llenar los pulmones de aire, viéndose mermada su capacidad para
flotar. Es importante conseguir un estado de confianza y relax para alcanzar un adecuado
grado de flotación. Éste es un punto importante a contemplar a la hora de trabajar con
alumnos que muestran cierto estado de ansiedad dentro del agua.

8.1.- FACTORES QUE DETERMINAN LA CAPACIDAD DE FLOTACION.


1. PESO ESPECIFICO PORCENTAJE DE TEJIDO GRASO
2. MOMENTO RESPIRATORIO APNEA INSPIRATORIA/ESPIRATORIA
3. CONTRACCION MUSCULAR
4. ESTADO DE ANSIEDAD/MIEDO.

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5. DENSIDAD DEL AGUA DULCE O SALADA

La densidad del agua va a influir en la flotación dado que a mayor densidad, mayor
flotación por parte de los cuerpos; de esta forma, en el caso de agua salada, tendremos mayor
capacidad de flotación que en agua dulce. Hasta ahora, hemos hablado de aquellos factores
que influyen en la capacidad de flotación de los individuos, y que van a determinar su índice de
flotación. Podemos generalizar diciendo que según la constitución de cada persona y,
fundamentalmente, su porcentaje y distribución de tejido graso en el cuerpo, cada individuo
va a tener una capacidad de Flotación diferente.

Una vez analizados los factores que influyen en la capacidad de flotación de las
personas, hemos de contemplar, aquellos elementos que pueden modificar la forma de flotar,
es decir, la posición de equilibrio en flotación estática.
En el capítulo donde se habla de los principios por los que se rigen las actividades acuáticas, el
equilibrio va a depender de la posición del centro de flotación y del centro de gravedad del
cuerpo. La modificación en la posición de los segmentos corporales puede acercar ambos
centros corporales (al desplazar el centro de gravedad) y modificar así la posición en la que se
alcanza el equilibrio. Por otro lado, la posición del centro de flotación sólo podrá modificarse si
utilizamos material de flotación estratégicamente colocado. Estos serán elementos de trabajo
para vivenciar sensaciones y posiciones de flotación.
En el salvamento acuático interesa distinguir tres tipos de flotación:
 La estática, que es la se consigue sin realizar ningún tipo de movimientos y por lo tanto,
sin aplicar ningún tipo de fuerzas.

 La dinámica, que se logra mediante la aplicación de fuerzas en función de los


movimientos que se realizan por piernas o brazos y manos principalmente.
 La indirecta, referida a la que proporciona cualquier objeto, por medio del cual la
persona puede mantenerse a flote.

8.2.- TIPOS DE FLOTACION.


8.2.1.- FLOTACIÓN ESTÁTICA.

Es una de las habilidades


fundamentales que debe dominar el
socorrista acuático, ya que le permite
principalmente un control sobre su
propio cuerpo y un dominio más
efectivo sobre el medio acuático. La
flotación acuática estática, en muchos
casos, puede aplicarse como forma de
auto salvamento y si se llega a su
dominio permite que el desgaste de energía sea mínimo.

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En términos físicos la flotabilidad es una propiedad que se consigue cuando el peso
específico es menos a 1, siendo este igual al peso del cuerpo partido por el peso del volumen
de agua desalojada ante el peso del cuerpo al sumergirse. Teniendo en cuenta este principio,
pueden suceder tres casos:

a) Que el peso específico sea igual a 1. El cuerpo sumergido conseguiría un equilibrio.


b) Que el peso específico sea menos a 1. El cuerpo sumergido conseguirá flotar.
c) Que el peso específico sea mayor a 1. El cuerpo sumergido se hundiría en el agua

Por lo tanto, si la composición corporal del individuo es muy musculosa o su peso óseo
tiene predominancia sobre el peso graso, tendrá menos posibilidades de flotación. Es muy fácil
comprobar cómo los deportistas que se encuentran bastante musculados hunden totalmente
las piernas, flotando sólo, si lo consiguen, por su capacidad pulmonar, ya que la inspiración
aumenta el volumen del cuerpo sin alterar notablemente su peso. El hecho de llenar los
pulmones de aire produce una disminución del peso específico y, por lo tanto, aumenta la
flotabilidad. También existen diferencias entre la flotación del hombre y la de la mujer, puesto
que su composición corporal y su desarrollo físico son distintos, de forma que:
- La mujer acumula tejido graso (que flota) en las caderas, parte externa del muslo y
glúteos, axial como en pechos y brazo. Se reparte mejor su tejido graso y logra flotar
con mayor facilidad, al tener su centro de flotación más bajo. Es una de las
experiencias que se barajan en cuanto a los resultados de las mujeres en las
competiciones de natación que se acercan más de los hombres que en otros deportes.

- El hombre acumula grasa en el tórax y vientre, por lo que su reparto es peor y flota
menos, estando su centro de flotación más cerca de la cabeza.

Vista la teoría de la flotación conviene determinar las tres formas posibles que nuestro
cuerpo tiene para lograrla sin movimientos y pudiendo continuar con la respiración (ya que
controlándola mediante inspiraciones rápidas y manteniéndola se consigue disminuir el peso
especifico). En todos los casos los brazos pueden colocarse a lo largo del cuerpo, abiertos en
cruz a los lados o extendidos por encima y detrás de la cabeza:

1. En vertical, adoptando una posición de pie dentro del agua, con la cabeza inclinada
hacia atrás y la cara saliendo a la superficie y arqueando ligeramente la espalda.

2. En oblicuo, flexionando o no las piernas.

3. En horizontal, con el cuerpo totalmente extendido, incluidas las piernas (técnica de


más fácil ejecución para las mujeres al tener su centro de flotación más bajo).

8.2.2.- FLOTACION DINAMICA.

La flotación dinámica se consigue cuando se aplican fuerzas en el agua mediante los


movimientos que se realizan por brazos - manos y piernas - pies fundamentalmente. La forma
más clara de flotación dinámica se consigue nadando, pero en el salvamento acuático interesa
también conocer esta flotación sin que exista desplazamiento, puesto que se utiliza muy a
menudo y, entre otros aspectos, si se realiza correctamente, permite:

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 Visualizar mejor el entorno.
 Pedir ayuda si fuera preciso.
 Mantenerse a flote sin la ayuda de los brazos o sin ayuda de las piernas (ante un
imprevisto: tirón muscular, agotamiento, etc.)
 Mantenerse cerca de la persona que lucha en el agua y controlarla hasta que se calme.

Las formas posibles para realizarla se resumen en las siguientes:

 Flotación dinámica sólo con brazos y manos:


Técnica: se realizan movimientos ondulatorios y laterales, consiguiendo, a través de las fuerzas
de elevación que se aplican, que el cuerpo se mantenga a flote, en una posición vertical,
oblicua u horizontal, sin necesidad de mover las piernas y pies. El ejemplo más claro de esta
forma lo tenemos en las prácticas de natación sincronizada.

 Flotación dinámica sólo con piernas ( patada simétrica):


Técnica: se aplica la patada de braza, es decir, se empuja simultáneamente con las dos piernas,
describiendo una trayectoria circular con ambas, pero también recuperando a la vez las
mismas. Al realizarse de forma simultánea se produce una acción (al empujar) y una reacción
(en el recobro), consiguiendo un efecto como de pequeños saltos en el agua.

 Flotación dinámica solo con piernas ( patada alternativa):


Técnica: se aplica una patada alternativa, empujando con una pierna, mientras la otra
recupera, pero también describiendo una trayectoria circular. Es la más económica y permite
que siempre haya una acción sobre el agua que es la que mantiene el cuerpo fuera del agua.
Esta patada se utiliza principalmente en el waterpolo.

 Flotación dinámica con brazos y piernas:


Técnica: se realizan movimientos propulsivos con las manos y los pies a la vez, lo que nos
permite mantenernos a flote sin desplazarnos e, incluso, elevarnos sobre la superficie del
agua. En este caso también es un claro ejemplo el waterpolo.

8.2.3.- COMBINACIÓN DE FLOTACIÓN ESTÁTICA Y DINÁMICA.

Es conveniente también que el socorrista acuático domine la alternancia entre


flotación dinámica y flotación estática, puesto que pueden darse casos reales en los que sea
necesaria esta situación. Para conseguir un dominio de esta combinación de flotaciones nada
mejor que practicar el siguiente ejercicio: realizar durante 15 segundos flotación dinámica con
brazos y piernas, finalizados los cuales, sin interrupción se pasa a la flotación dinámica sólo con
piernas durante 30 segundos, para acabar con la flotación estática, que se mantendrá durante
otros 30 segundos, en los que se aprovecha para recuperar. Este conjunto de acciones puede
repetirse varias veces.

8.2.4.- FLOTACIÓN INDIRECTA:


Es la flotación que puede lograrse mediante la utilización de ayuda externa al propio
cuerpo, como puede ser la representada por chalecos salvavidas, flotadores, balones,
maderas, bidones, neumáticos, etc. En este tipo de flotación se produce el mismo fenómeno
que cuando se realiza una gran inspiración para llenar los pulmones de aire, se aumenta el

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volumen sin aumentar notablemente el peso del cuerpo, consiguiendo de esta forma disminuir
el peso específico y llegar a flotar.
 Creación de flotadores con ropa:

Cualquier tipo de prenda, sobre todo si el tejido es de algodón o lana, al mojarse, mantiene
mejor el aire y nos pueden ayudar a flotar perfectamente. Son dos las técnicas que pueden
practicarse:
 Con camiseta o jersey: sin quitarse la prenda, llenarla de aire e impedir su salida,
consiguiendo una bolsa de aire entre el propio cuerpo y la prenda mojada, finalmente
adoptar la posición adecuada para mantenerse a flote.

 Con pantalón, camiseta o jersey grande: se anulan todos los agujeros de la prenda
excepto uno, que es por el que se insufla aire hasta conseguir inflar la prenda
totalmente y, como en el caso anterior, hay que adoptar la posición adecuada para
mantenerse a flote, colocando la prenda alrededor del cuello o debajo de los brazos.

8.3.- RESCATE CON ROPA.


Cuando el socorrista acuático se encuentra sin material de rescate, en una situación
imprevista, puede plantearse la realización del rescate con alguna de sus prendas de ropa, ya
que puede utilizarlas para conseguir un material que facilite el remolque del accidentado,
tanto si está consciente como si está inconsciente. En estos casos es importantísimo conocer la
técnica de quitarse la ropa una vez dentro del agua: es muy importante estar relajados, ya que
el procedimiento es más sencillo de lo que puede parecer en un principio y el nerviosismo y las
prisas complican la situación, lo mejor es quitarse una prenda cada vez, tomando aire
suficiente entre cada prenda y, como regla general, se deben evitar las patadas y movimientos
bruscos, adoptando una posición agrupada para quitarse las prendas más complicadas como
pueden ser los zapatos o botas y pantalones.
 Con accidentado consciente, el socorrista acuático entrega un extremo de la prenda,
sin acercarse demasiado al accidentado, de forma que la prenda sirve de objeto
intermedio entre ambos, eliminando el riesgo que supone el contacto directo.

 Con accidentado inconsciente, el socorrista acuático se asegura, en primer lugar, de


colocar aquel de forma que las vías respiratorias estén por encima del agua y, en
segundo lugar, pasa la prenda de ropa cruzando el pecho y bajo las axilas del
accidentado, quedando los extremos de la prenda a la espalda de este, el socorrista
acuático los coge y realiza el remolque, para lo que dispondrá de la ayuda de la mano
libre.

.- Otras consideraciones sobre la ropa.


 Es frecuente pensar que realizar un rescate con la ropa puesta reduce el tiempo del
mismo, ya que éste no se pierde al quitarla. Sin embargo, esto es parcialmente cierto,
y conviene aclarar que la decisión de quitarse o no la ropa dependerá de la distancia
en la que se encuentre el accidentado al que se va a rescatar y de la ropa que se lleve
puesta.

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 Existen prendas acuáticas (neoprenos) que benefician los resultados de los rescates.
Las prendas de neopreno favorecen la flotabilidad, disminuyen las resistencias y
conservan el calor en el cuerpo, por lo que nadar o remolcar con ellas significa una
reducción del tiempo de ejecución. Por supuesto, nos referimos a neoprenos
adecuados de dos o tres milímetros y no a los utilizados en el buceo, pesca submarina
o buceo con botellas, que, normalmente, tienen un grosor mayor a cinco milímetros y
dificultan las acciones de nado y remolque.

 La ropa, sobre todo si se trata de prendas de algodón o lana (que absorben agua y no
la renuevan), permiten conservar el calor del cuerpo. Esta circunstancia es muy
importante, en mayor medida cuanta más fría está el agua, ya que evita un mayor
gasto de energía para aumentar la temperatura corporal, y también elimina riesgos de
tirones y enfriamientos musculares que impedirían el salvamento. En lugares con agua
muy fría, por lo tanto, habría que valorar, si no se dispone de equipamiento adecuado,
la realización con rescate con ropa, considerando también el factor de la distancia, ya
comentado. Por supuesto, se debe pensar que no toda la ropa es precisa, e incluso, se
sabe que algunas prendas suponen un gran estorbo e impedimento para nadar o
mantenerse a flote en el agua, por lo que no hay que dudar en quitarla. Así por
ejemplo, zapatos, abrigos o ropa muy amplia, se dejarán antes de lanzarse al agua y,
además, estas prendas son fáciles de quitar.

8.4.- EL BUCEO
El conocimiento y la práctica del buceo para un socorrista acuático son totalmente
necesarios. En salvamento acuático son numerosas las ocasiones en las que se precisa el
dominio de esta técnica subacuática, que no es algo intuitivo y sin dificultad que de una forma
instintiva el socorrista acuático pueda realizar correctamente, más bien al contrario, el buceo
precisa de unos conocimientos y una preparación específicos. En salvamento acuático es
imprescindible que se llegue al conocimiento y dominio de las técnicas de buceo, sin material y
con material subacuático sencillo y, por supuesto, que se entrenen dichas técnicas con el
propósito de mantener o incrementar las posibilidades de un rescate en el que sea necesario
aplicarlas.

8.4.1.- Formas de buceo.


El buceo se puede realizar de diferentes formas, en función, principalmente, de los
materiales que se emplean para el mismo. Según este criterio podemos establecer las
siguientes formas posibles:
a) Buceo con ayuda de equipo subacuático completo.
b) Buceo con ayuda de material subacuático sencillo.
c) Buceo sin ayuda de material.

8.4.2.- Buceo con ayuda de equipo subacuático completo.


Este equipo subacuático puede estar compuesto de aletas, gafas, traje de neopreno o
similar, botellas de aire, etc. En el trabajo normal de una socorrista acuático no se dispone
normalmente, de este equipo completo, se necesitaría mucho tiempo para la colocación de
todo el equipo y, habitualmente, no suele ser preciso. Por estos motivos, esta forma de buceo

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no se desarrolla entre los conocimientos y las técnicas de salvamento acuático. Existen cursos
y titulaciones específicas que se encargan de esta forma de buceo.

8.4.3.- Buceo con ayuda de material subacuático sencillo.

Este material sencillo se concreta en aletas, gafas, tubo de buceo y, en casos concretos,
cuchillo y prendas isotérmicas. Es un material de una utilidad práctica fundamental en el
salvamento acuático, ya que facilitan enormemente cualquier tipo de rescate, lo que implica
que el socorrista acuático, no solo disponga del mismo, sino también que lo utilice siempre
que sea posible.
MATERIAL CONSIDERACIONES COMPLEJIDAD
Aletas, gafas, tubo y cuchillo -Es la mejor forma de buceo -Nivel normal de complejidad
para una actuación inmediata -Precisa de adaptación para
en un rescate en el que se la utilización de aletas, gafas
deba llegar a profundidades y tubo.
superiores a las habituales, -Riesgos normales
pero siempre prudentes y
posibles

En instalaciones de piscina y parques acuáticos tampoco se utiliza normalmente estos


materiales por lo que se dejará su estudio para cursos más específicos en la materia.
Solamente estudiaremos las aletas debido a su importancia y su utilización en este curso.
Aletas:
Es el material más importante para el buceo, ya que aportan una serie de beneficios
inapreciables, sobre todo en la circunstancia de estar debajo el agua:
 Aumentan la velocidad de desplazamiento.
 Economizan el gasto energético.
 Permiten una acción libre de brazos y manos, al no necesitarse para la propulsión. Por
supuesto, estos beneficios sólo se consiguen cuando se domina perfectamente la
técnica de propulsión con las aletas, que es preciso entrenar con frecuencia por la
exigencia muscular que implica.

Las características de una buena aleta serían:


 Trazado oblicuo, que evita calambres y aprovecha mejor el esfuerzo de la palada.
 Comodidad para los pies, careciendo de durezas que puedan resultar incomodas o
lesivas.
 Disponer de nervios que se prolonguen desde la pala hacia la zapatilla, dándole rigidez
y protección.
 Mantener cierto grado de rigidez en la pala que permita contrarrestar la resistencia del
agua durante los movimientos.
 La velocidad que proporcionan las aletas está en relación con la longitud, de igual
forma que el esfuerzo que se necesita para moverlas, por lo que cada persona debe
buscar la proporción adecuada velocidad-esfuerzo, sin olvidar nunca que en

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salvamento acuático también debe pensarse que un exceso de longitud dificultaría la
colocación, la entrada al agua e, incluso el remolque.
 Para los rescates las aletas deberían ser de colores llamativos, lo que asegura un
control visual del compañero que rastrea o una mejor localización de uno mismo por
otros.

8.4.4.- Buceo sin ayuda de material.

Este tipo de buceo es el practicado sin ningún tipo de material auxiliar, es decir, utilizando,
únicamente, las acciones y movimientos del propio cuerpo.

MATERIAL CONSIDERACIONES COMPLEJIDAD


Ninguno - Aunque no es la mejor -Nivel reducido de
forma de buceo, conviene complejidad
dominarla y entrenarla, -Precisa de entrenamiento
puesto que los imprevistos y para incrementar su eficacia
casos urgentes son -Riesgos normales
frecuentes en salvamento
acuático

Las técnicas para el buceo sin material son diversas, pero la más eficaz es la siguiente:
 Los brazos efectúan las acciones propulsivas de brazada de mariposa, recobrando por
debajo del cuerpo y próximos al mismo.

 La piernas realizan las acciones propulsivas de braza, a las que se puede añadir una
fase ondulatoria del cuerpo y piernas (batido delfín), cuando la articulación de las
rodillas esta en extensión completa.

 La coordinación sería la siguiente: la brazada se efectúa cuando la articulación de las


rodillas esta en extensión completa y flexión plantar de tobillos. La acción de piernas
se realiza cuando los brazos están completamente extendidos por delante de la
cabeza.

8.5.- PRINCIPIOS PARA LA PRÁCTICA DEL BUCEO.

8.5.1.- Principios de la eficacia fisiológica:

.- Respiración sin hiperventilación. Antes del conocimiento del buceo es conveniente que la
respiración se controle adecuadamente. La respiración debe ser normal y completa, lo que
permitirá realizar distancias grandes sin problemas y mantenerse dentro del agua bastante
tiempo, en función también de la capacidad de la persona y de su estado físico y emocional. La
hiperventilación consiste en la realización de sucesivas respiraciones profundas antes de la
inmersión, lo que, contrariamente a lo que se piensa, no aumenta la saturación de la
hemoglobina sanguínea, ya máxima con una inspiración normal, sino que hace descender la
presión parcial del CO2 a nivel arterial. Esta técnica, según estudios realizados, aumenta la

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duración de la apnea un 60% en reposo y un 40% en ejercicio, pero a expensas del retraso de
la alarma fisiológica del centro respiratorio lo que conlleva el peligro de anoxia en la inmersión
y el riesgo, incluso, de morir, como ha sucedido en muchas ocasiones.

Con la hiperventilación se logra una


descarbonización casi absoluta, durante
el ejercicio, a pesar de estar
descendiendo el nivel de O2 y
aumentando el de CO2, la acidosis de la
sangre arterial se mantiene por debajo
del límite que haría saltar la alarma. El
buceador se encuentra cada vez más
necesitado de O2, sin que perciba su
situación, ya que no se emiten las señales
características que indican que la apnea
está llegando a su límite de ruptura
(imperiosa necesidad de aire, impulsos nerviosos de potencial creciente en la musculatura
respiratoria etc.)

.- Nunca espirar aire. Mientras se permanezca con el aire que se ha inspirado se puede utilizar
el oxigeno que contiene, por el contrario si el aire se espira se desaprovecha la parte de
oxigeno que todavía se había utilizado. Es preciso tener en cuenta que con cada inspiración de
aire, por término medio, se aporta de 4 a 5 litros, de los que un 21% es oxigeno, de este, en
una respiración normal sólo se aprovecha el 5%, sin contar el que queda en las vías
respiratorias sin utilizar. Precisamente por esto es tan eficaz la respiración artificial boca a
boca. El alivio que supone espirar aire se explica por los efectos de la mayor presión dentro del
agua (1 kilo/cm2/10mts.) que hace que a menos volumen menor presión.

.- Respuestas del cuerpo. Ante la práctica del buceo, habitualmente, el cuerpo responde de
una manera determinada, sobre todo, por las condiciones del entorno en el que se
desenvuelve (el agua):

1.- Reacciones ante el frío: el agua es la responsable de un enfriamiento rápido del cuerpo y
ante la disminución de la temperatura la persona padece una serie de reacciones fisiológicas
como la disminución de las pérdidas térmicas, ya que la vasoconstricción periférica disminuye
la pérdida de calor a través de la piel y paralelamente aumenta, por razones hormonales, la
secreción de agua por el riñón que favorece la vasoconstricción cutánea y disminuye la
conductividad térmica de la piel. Otra reacción fisiológica es el aumento de la producción de
calor, principalmente gracias al trabajo que realizan los músculos implicados en el movimiento
y, además, los escalofríos provocan contracciones involuntarias, el hígado recalienta la sangre
que lo atraviesa, las glándulas tiroides aumentan el metabolismo basal y por tanto, la
producción de calor, las glándulas suprarrenales aumentan la producción de adrenalina
favoreciendo la movilización del glucógeno y la combustión de la glucosa.

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2.- Malestares diversos: es necesario conocer sus causas y sus formas, ya que pueden llegar a
provocar una pérdida de conocimiento y, como consecuencia, el ahogamiento. Existen los
malestares hipoglucémicos, que sobrevienen después de un periodo de esfuerzo y pueden ser
evitados consumiendo algún alimento rico en glúcidos lentos (los efectos se renuevan durante
la apnea con glúcidos rápidos). También se pueden notar malestares hipóxicos, que están
siempre unidos a la disminución de la tasa de oxigeno en la sangre por debajo del nivel
mínimo. Otros más graves son los barotraumatismos, que son el conjunto de lesiones
provocadas por la variación de la presión exterior, las más frecuentes afectan al oído medio y,
principalmente, al tímpano. Su prevención requiere un buen conocimiento y una buena
práctica de los sistemas que permiten compensar la presión en el oído medio, así como una
buena liberación de las vías respiratorias superiores.

3.- Pequeñas molestias: pueden aparecer pequeños dolores, siendo muy importante
identificar sus causas, por ejemplo, los que aparecen en la rodilla suelen deberse al rozamiento
de la rótula sobre el fémur provocado por el uso de unas aletas demasiado rígidas: en el
empeine aparecen como consecuencia de la hiperextensión del pie durante el aleteo y
también se debe al uso de aletas demasiado rígidas o a la falta de entrenamiento y también
pueden darse ardores de estómago debidos a un reflujo gástrico provocado por la posición
invertida.

8.5.2.- Principios de la eficacia biomecánica:


1.- Comienzo del buceo de forma hidrodinámica. Si el comienzo del buceo se realiza mediante
entrada al agua con salto, este deber ser suave, sin brusquedades, adoptando una posición lo
más hidrodinámica posible para evitar resistencias y aprovechando al máximo el impulso
conseguido en la salida y, por tanto, no realizando movimientos de propulsión, que todavía
son innecesarios, ahorrando de esta forma la energía y consecuentemente el oxígeno que se
posee. Si el comienzo del recorrido subacuático se produce con el cuerpo ya en la superficie
del agua, se intentará llevar por delante los brazos y en prolongación de ellos el resto del
cuerpo.

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2.- Recorrido subacuático eficaz. Se debe aprovechar al máximo cada una de las acciones de
propulsión, ya sean efectuadas con los brazos o con las piernas y con o sin ayuda de material
auxiliar (aletas). Estas acciones se realizarán con suavidad y continuidad, evitando los
movimientos bruscos y rápidos que crean mayor resistencia y consumen más oxígeno.

8.5.3.- Principios de la eficacia psicológica:


1.- Relajación. Como en cualquier otra actividad física, la tensión y el nerviosismo va a
perjudicar enormemente el buceo, produciendo incluso mayor desgaste físico, mayor fatiga, e
incluso, algunas veces, antes de comenzar la actividad. Con la relajación es lógico llevar a cabo
una concentración adecuada en la tarea que se va a realizar, repasando los pasos que van a
desarrollarse, las circunstancias que rodean el caso y los posibles imprevistos con los que nos
podemos encontrar. La concentración hoy día es la que de forma más clara esta posibilitando
los mejores y más avanzados resultados deportivos y no deportivos. En el buceo una adecuada
concentración nos van a permitir no sólo permanecer más tiempo debajo del agua sino
también tener una mayor seguridad.

2.- Conocimiento completo de las propias capacidades y limitaciones. Aunque se menciona


en último lugar, es el principio más importante para el socorrista acuático, ya que sin él,
difícilmente estará capacitado para la práctica del buceo y pondrá en peligro su vida y, en
consecuencia, la de la persona a la que va a rescatar. Los casos de ahogados entre nadadores
expertos que han realizado imprudentemente prácticas de buceo son, desgraciadamente, más
frecuentes de lo que sería de desear.

TEMA 9: TÉCNICAS DE NADO ADAPTADAS (II)

Las técnicas de nado que habitualmente se emplean en salvamento acuático para el


desplazamiento en el medio acuático no varían sustancialmente de las empleadas en otras
actividades acuáticas. Los estilos de natación, crol, braza, espalda, y mariposa son exactamente
iguales en todas las actividades acuáticas, incluido salvamento acuático. Sin embargo,
conviene recordar que para la realización correcta de los rescates, en muchas ocasiones el
socorrista acuático se ve obligado a adaptar las técnicas de nado. Estas adaptaciones son casi
siempre las mismas, pero también hemos comprobado en muchísimos casos que se llega,
incluso, a una adaptación personal en función de las características propias del socorrista
acuático, de su nivel y de las circunstancias en las que se encuentran al realizar el rescate.

9.1.- NADO CROL CON CABEZA FUERA DEL AGUA.

.- Consideraciones técnicas:

 Como consecuencia de llevar la cabeza fuera del agua, las piernas y pies tienden a
hundirse más por lo que se hace necesario un batido más potente.
 La brazada se hace más corta, sin deslizamiento y casi sin fase de agarre pasándose
directamente a fase de tirón, puesto que la finalidad no es sólo propulsiva, sino
también de mantenimiento de la posición elevada de hombros y cabeza. Es decir, la
fuerza que se ejerce se reparte entre la propulsión y la sustentación.

 No se produce rolido o si se hace es insignificante

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 La posición elevada de hombros y cabeza provoca una mayor resistencia frontal y
puede producir sobre cargas musculares y cervicales y lumbares.
 El consumo energético como consecuencia de todos los puntos anteriores, es mucho
mayor.
.- Utilización:

 Para no perder de vista la zona, punto o persona de interés.

9.2.- NADO BRAZA DORSAL Y LATERAL.


.- Consideraciones técnicas: rodilla y
tobillo incrementan su participación
en la propulsión, puesto que son más
necesarias las acciones circulares
para evitar una excesiva flexión en
muslos, lo que evidencia la necesidad
de una mayor flexibilidad en estas
articulaciones. Para evitar que las
rodillas salgan del agua, el ángulo
formado entre tronco y muslo es
menor que en la patada de braza
normal.

Cuando se utiliza esta técnica de


nado en el remolque directo de una
persona, las caderas, piernas y pies se hunden aún más, aumentando la resistencia frontal y
dificultándose las acciones propulsabas.

Los puntos anteriores explican que existan personas que ejecutan perfectamente la patada de
braza normal y, sin embargo, no son capaces de hacerlo correctamente cuando es dorsal o
lateral.

Los errores más frecuentes en esta técnica de nado son: adoptar una posición de
“sentados” e incrementar la resistencia al avance, separación excesiva de rodillas durante la
acción de empuje, insuficiente flexión plantar, realización de patada asimétrica ( acción de
empuje de las piernas a diferente altura y tiempo ), falta de continuidad en las acciones
propulsivas y de recobro, inadecuada coordinación entre acciones de piernas y las que se
efectúan con los brazos y excesiva flexión de rodillas hasta el punto de sacarlas del agua.

.- Utilización:

 Para todas las técnicas de remolque de accidentados cuando los rescates se efectúan
sin material auxiliar (aletas).

 Hay que tener en cuenta que este tipo de nado imposibilita ver el lugar por el que nos
desplazamos y esto obliga a que el socorrista acuático se acostumbre a girar la cabeza
cada poco tiempo (0-3 acciones propulsivas).

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9.3.- NADO BRAZA DORSAL Y LATERAL CON ACCIÓN PROPULSIVA DE UN
BRAZO.
.- Consideraciones técnicas:

 Las mismas que en la técnica de nado anteriormente explicada, pero sumando la


acción propulsiva de un brazo, que es el que, teóricamente, queda libre si la técnica de
remolque se realiza cogiendo al accidentado con una sola mano. Es fundamental una
coordinación adecuada entre patada y brazada.

El recobro aéreo es, en


principio, más eficaz y
potente (al implicar
menor resistencia), pero
requiere un mayor
dominio. Este tipo de
recobro, además, es
prácticamente imposible
efectuarlo cuando se está
remolcando a una
persona, ya que la
posición del cuerpo del
socorrista acuático es más hundida y no puede sacar el brazo del agua.

 El recobro subacuático es el más habitual, perdiendo potencia y eficacia al implicar una


mayor resistencia, pero siendo más fácil de ejecutar en la posición hundida que se
adquiere en el remolque de una persona.

 La acción propulsiva del brazo puede ser de tres formas:

a) Con brazada larga, que sucede cuando el recobro finaliza con la extensión completa
del brazo y este efectúa las fases propulsivas de agarre, tirón y empuje, Esta forma es
la aconsejada para distancias largas y personas con buen nivel.

b) Con brazada media, en la que el recobro no requiere la extensión completa del brazo y
este efectúa las fases de tirón y empuje.

c) Con brazada corta, en la que el brazo no deja de estar flexionado en el recobro y sólo
efectúa la fase de empuje.

 Las adaptaciones técnicas individuales son muy frecuentes y es normal comprobar una
variabilidad grande entre socorristas acuáticos.
.- Utilización:

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 Para todas las técnicas de remolque de accidentados cuando los rescates se efectúan
con o sin material auxiliar (aletas) y siempre que la técnica de remolque elegida se
realiza cogiendo el accidentado con una sola mano.

 Hay que tener en cuenta que este tipo de nado imposibilita ver el lugar por el que nos
desplazamos y esto obliga a que el socorrista acuático se acostumbre a girar la cabeza
cada poco tiempo (2-3 acciones propulsivas).

9.4.- NADO CON ALETAS.


.- Consideraciones técnicas:

 Para llegar a un adecuado dominio técnico del nado con aletas es aconsejable
comenzar realizando acciones subacuáticas, que permiten con mayor garantías un
control de la amplitud, se evita que las aletas salgan del agua y choquen, se dispone
siempre de un apoyo constante y los ejecutantes tienden a realizar una adecuada
relación en la flexión de caderas,
rodillas y tobillos.

 La utilización de aletas en salvamento


acuático requiere un entrenamiento
específico y continuado, ya que de no
ser así pueden resultar
contraproducentes, al sobrecargar la
musculatura de las piernas.

 Utilizar aletas en el nado posibilita un batido más potente (mayor superficie de apoyo
en agua) y, por lo tanto mejora el rendimiento: mayor velocidad en el desplazamiento.

 Las aletas permiten un ahorro en el gasto energético, el esfuerzo se centra en las


piernas y los brazos pueden efectuar acciones propulsivas o colocarse extendidos por
encima de la cabeza para conseguir una posición perfectamente hidrodinámica. Lo
ideal, con un adecuado entrenamiento, es que brazos y manos permanezcan por
delante y extendidos en la posición hidrodinámica para ofrecer menos resistencia al
avance y conseguir una mayor velocidad en el desplazamiento y también como medida
de seguridad, puesto que protegerán cabeza y cuello.

 La liberación de manos y brazos permite al socorrista una actuación más eficaz en el


rescate.

 El consumo energético, como consecuencia de todos los puntos anteriores, es mucho


menor.

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 Las técnicas de batido, como regla general, se fundamentan en acciones lentas,
amplias y coordinadas y por supuesto con adaptaciones técnicas individuales precisas.
El socorrista acuático debe haber experimentado lo suficiente el nado con aletas para
estar seguro de cuál es su amplitud y frecuencia más eficaz.

 Las posibilidades en el batido son dos: simultaneando las acciones de ambas piernas
(batido delfín) o alternando las acciones de las piernas (batido crol). Elegir uno u otro
depende del nivel técnico del socorrista acuático y de su entrenamiento. En un estudio
realizado en INEF de Galicia (1992) con un grupo heterogéneo de ejecutantes, el 86%
de ellos obtuvieron mejores resultados con el batido alternativo. También hay que
tener en cuenta que el batido alternativo es el elegido por los deportistas de mayor
nivel en buceo y apnea profunda por su relación entre economía energética y
velocidad de desplazamiento proporcionada.

 En la adaptación de nado con aletas a las técnicas de remolque, sucede como en el


nado de braza dorsal o lateral, si el brazo que queda libre se desea utilizar para
efectuar acciones propulsivas, puede hacerse recobro aéreo, que es más eficaz y
potente, pero requiere un mayor dominio y, además, este tipo de recobro es
prácticamente imposible realizarlo cuando se está remolcando a una persona, ya que
la posición del cuerpo del socorrista acuático es más hundida y no puede sacar el
brazo del agua. Es decir, es preferible el recobro subacuático, que es el más habitual,
perdiendo potencia y eficacia al implicar una mayor resistencia, pero siendo más fácil
de ejecutar en la posición hundida que se adquiere en el remolque de una persona.
 En estos casos, como sucedía en el nado de braza dorsal y/o lateral, la acción
propulsiva del brazo puede ser de tres formas:
a) Con braza larga, que sucede cuando el recobro finaliza con la extensión
completa del brazo y este efectúa las fases propulsivas de agarre, tirón y empuje.
Esta forma es la aconsejada para distancias largas y personas con buen nivel.
b) Con brazada media, en la que el recobro no requiere la extensión completa del
brazo y este efectúa las fases de tirón y empuje.
c) Con brazada corta, en la que el brazo no deja de estar flexionado en el recobro
y solo efectúa la fase de empuje.

 En socorristas acuáticos entrenados y con experiencia es preferible que el brazo que


queda libre se extienda por detrás y por encima de la cabeza para conseguir una
posición hidrodinámica que ofrezca menos resistencia al avance y también que
represente una medida de seguridad, puesto que protegerá cabeza y cuello.

 Las adaptaciones técnicas individuales son muy frecuentes y es normal comprobar una
variabilidad grande entre socorristas acuáticos.

.- Utilización:
 Para todo tipo de desplazamientos y de remolques.

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 La utilización de aletas en salvamento acuático únicamente puede suponer ventajas:
aumentar la velocidad en el desplazamiento e incrementar la potencia en un rescate
más rápido y seguro.
 El ahorro de tiempo en el rescate es significativo, a pesar, incluso, del tiempo que
emplee en la colocación de las aletas. En estudios realizados en el INEF de Galicia
(curso 1995/96) se confirmo que con un accidentado a 12.5 metros, ya era igual el
tiempo total de rescate que se empleaba sin utilizar y utilizando aletas (a pesar del
tiempo que se perdía en la colocación de las aletas), pero con la ventaja de una ayuda
adicional ante posibles complicaciones del rescate (corrientes, estado del accidentado,
etc.). Con el accidentado a 25 metros, en los resultados medios ya existían diferencias
sustanciosas, utilizando aletas se tardaba por encima de diez segundos menos
(incluido el tiempo de colocárselas) que sin utilizarlas y esta diferencia era mayor
cuanto peor era el nivel técnico de los ejecutantes.

9.5.-EL ESTILO CROL: la denominación del estilo crol proviene de la palabra inglesa
“crawl”, cuyo significado es arrastrarse utilizando los brazos y piernas. En la actualidad esta
forma de nadar es la más rápida que se conoce, pero no existe como estilo oficial de natación.
Esto se puede comprobar comparando las marcas o tiempos de competición de las pruebas de
estilo libre con las mismas

9.5.1. Posición del cuerpo.


La posición del cuerpo se debe analizar desde los siguientes aspectos: la posición de la
cabeza, la posición horizontal del cuerpo y la rotación sobre el eje longitudinal. La posición de
la cabeza se modifica en función de la velocidad de desplazamiento.

El nadador debe tratar de mantener su posición lo más horizontal posible colocando la


cabeza ligeramente levantada de manera que el nivel del agua llega al nacimiento de los
cabellos (parte superior de la frente). El tórax con parte de la espalda fuera del agua, la cintura
y caderas justo por debajo de la superficie del agua y las extremidades inferiores lo más
próximas posible del nivel del agua. De esta forma se evitará aumentar la resistencia frontal al
avance. La rotación es aproximadamente de 45º hacia ambos lados (un total de 90º). Esta
rotación sobre el eje longitudinal puede tener una serie de ventajas.

Facilita la respiración.
Facilita el recobro.
Disminuye la resistencia al aumentar la
parte de los hombros que colocamos
sobre el agua.
 Incrementa el desplazamiento total de
las manos bajo el agua por el efecto de
la rotación de los hombros.
 La musculatura escápulo-humeral actúa
de forma más eficiente.
 Mayor aceleración de la mano en la última parte de la acción propulsiva de las
extremidades.
9.5.2.- Acciones de las extremidades superiores.

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Con respecto a las fases que determinan el ciclo del nado, en castellano se suele utilizar la
terminología empleada por Navarro (1978):

a) Fase propulsiva: entrada-agarre-tirón-empuje.

b) Fase de recobro:

9.5.3. Acciones de las extremidades inferiores.

El movimiento realizado por las extremidades inferiores cuando se nada estilo crol se
denomina batido y es una sucesión alternada de desplazamientos diagonales de los pies.
Aunque la rotación de las caderas produce algunos desplazamientos laterales de los pies, los
principales movimientos son hacia abajo y hacia arriba. Esto diferencia dos fases en el
movimiento: descendente y ascendente. Dichas fases suceden simultáneamente en las dos
extremidades inferiores, cuando una baja la otra sube y viceversa.

.- Acción descendente.
El movimiento comienza con un
descenso del muslo a la vez que se
flexiona la rodilla. Sin embargo, la flexión
de la rodilla se realiza sin apenas acción
muscular, ya que es la propia resistencia
del agua en pierna y pie la que flexiona la
rodilla al estar los músculos extensores
relajados. La rodilla alcanza la máxima
profundidad y el pie todavía se encuentra
cerca de la superficie del agua.
En este momento, se produce una extensión violenta de la rodilla, provocando que piernas y
pie desciendan, manteniendo este en flexión plantar y supinación. El movimiento visto de
forma global se parece a un latigazo, una pequeña oscilación a nivel de la cadera, produciendo
un amplio y rápido recorrido en el extremo distal de la extremidad inferior (el pie).

.- Acción ascendente.
La extremidad inferior se encuentra extendida a la máxima profundidad. A partir de
este momento comienza a ascender el muslo, lo que produce una elevación de toda la pierna,
manteniéndose extendida por la propia resistencia del agua hasta que el talón sobrepasa la
superficie del agua. El pie debe relajarse de manera que al subir, la resistencia del agua lo
coloca en una posición óptima para este movimiento.

Secuenciación movimientos ascendente-descendente extremidades inferiores.

TEMA 10: LAS ZAFADURAS EN EL SALVAMENTO ACUÁTICO

El control en el salvamento acuático comienza, en realidad, desde el momento en el


que el socorrista percibe el problema que sucede en el agua. Todo rescate debe ser controlado
desde un principio, teniendo en cuenta que no se trata de someter a la persona que se está

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ahogando, sino que se persigue ayudarla utilizando el mejor procedimiento de salvamento que
se pueda.

Por este motivo, no es preceptivo que el rescate del accidentado se realice con una
toma de contacto previa con él. En determinadas circunstancias, en función del caso concreto
y siempre que este se encuentre consciente, puede interesar al socorrista acuático no
intervenir directamente y, hablar con él, buscando que intente mantenerse a flote o nadar. En
cualquier caso, siempre el primer paso, es avisarle antes de tomar contacto directo con él, y en
todo momento el objetivo principal es calmarle y tranquilizarle lo más posible.

Por supuesto, si el accidentado al que se va a rescatar se encuentra inconsciente,


controlar su salvamento pasa por realizarlo lo más rápidamente posible y teniendo en cuenta
sus posibles lesiones.

De cualquier forma, y como regla general, en caso de accidentados conscientes, la


toma de contacto SIEMPRE se debe realizar por la espalda, de manera que sea el Socorrista el
que controle a los mismos y no al contrario.

Por supuesto e insistimos una vez más, todo esto ha de ser efectuado con rapidez, con
seguridad y sin dudar un momento. Es preciso tener en cuenta que la seguridad de la persona
a la que se va a rescatar se encuentra en la que le proporciona el socorrista que rescata.

.- Comportamiento de la persona que cree ahogarse en el agua.

Para el Socorrista es muy importante conocer cómo va a comportarse una persona que
cree que se va ahogar en el agua.

En el agua, una persona que no sabe nadar, por cualquier circunstancia, piensa que va
ahogarse adquiere generalmente un comportamiento instintivo. Se lucha por la supervivencia,
uno de los instintos más fuertes de los seres vivos. El deseo que predomina y quizás único es el
de salvarse. En esta situación la fuerza se ve aumentada al máximo, teniendo en cuenta que el
aprovisionamiento de sangre a los músculos aumenta en circunstancias de miedo o enfado. Sin
embargo, los movimientos suelen ser desesperados no controlados y, normalmente,
simétricos. La persona que cree que se va ahogar, no piensa, intenta agarrarse a todo aquello
que ve seguro, que es precisamente, lo que ve fuera del agua. Por este motivo, casi siempre se
agarra a la cabeza, cuello, muñecas, brazos o manos de la persona que va a salvarle, y en muy
contadas ocasiones al pecho o cintura de esta.

Todo esto justifica la necesidad que tiene el socorrista de conocer, dominar, y saber
aplicar con facilidad y rapidez las técnicas de las zafaduras, ya que si tiene un fallo y se deja
coger por el accidentado, debe aplicarlas correcta y rápidamente.

10.1.- DEFINICIÓN DE ZAFADURAS.


Se conoce por este término a las técnicas, basadas en el judo y la defensa personal y
adaptadas al medio acuático, que permite al socorrista acuático cogido por la persona que se

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está ahogando, salir de la situación adversa en la que se encuentra, librándose con relativa
facilidad de los agarres desesperados y descontrolados a los que le somete esta.

Es lógico advertir que un socorrista experto no debería llegar a esta situación, pues que
ha de ser él, quien, en todo momento, controle el salvamento y, por tanto, el accidentado, y
nunca al contrario. Es preciso repetir que el socorrista que va a realizar un salvamento no debe
permitir que le desborden las circunstancias, puesto que le supondrían un desgaste
innecesario de energía y un aumento en la tensión del momento.

10.2.- CONDUCTA A SEGUIR POR EL SOCORRISTA ACUÁTICO.


La conducta a seguir por el socorrista cuando debe salvar a cualquier persona que se
encuentre consciente y en el estado mencionado anteriormente, es la siguiente:
 Llegar rápidamente a la persona con problemas.

 Situarse cerca de él e intentar calmarle, hablarle y controlarle sin necesidad de


contacto físico.

 Si el contacto es irremediable, situarse siempre a su espalda, realizar un control o


presa determinada y demostrar a la persona que quiere remolcar que con su ayuda no
tiene problemas, es decir, hacerle ver que se mantiene a flote.

 Si la persona a la que va a remolcar le agarra, aplicar de forma inmediata las zafaduras


que sean precisas. La velocidad en la aplicación de las zafaduras es siempre la mejor
ayuda para que estas tengan éxito. Las zafaduras tienen en el agua una ayuda
adicional, que es la de la facilidad de deslizamiento que aporta el líquido.

 Si las zafaduras no fueran eficaces, el socorrista debe hundirse, ya que de esta forma la
persona que en esos momentos siente que se está ahogando le soltará para buscar la
superficie, que es donde para ella se encuentra la seguridad.

 Nunca, bajo ningún pretexto se deben utilizar golpes ni cualquier tipo de medidas que
puedan dañar aun más a la persona a la que vamos a salvar. Un socorrista debe tener
recursos suficientes como para no recurrir a la violencia.

10.3.- TÉCNICAS DE ZAFADURAS.


10.3.1.- Zafaduras para agarres en cabeza o cuello.

Es una zafadura muy fácil de aplicar. El socorrista pasará una de sus manos girada, por
encima de uno de los brazos de la persona que le ha agarrado y cogiendo su muñeca o
antebrazo y presionando hacia arriba con la otra mano en el codo del mismo brazo que coge,
hará girar a este, logrando llevarle a la espalda, para controlar a la persona accidentada e
iniciar el método de remolque.

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En este caso, también puede hundirse apoyándose para ello en la persona que le ha
agarrado, para colocarse seguidamente a las espaldas de éste.

10.3.2.- Zafaduras para agarres de las manos o muñecas.

El procedimiento a seguir en estos casos es de gran sencillez. Consiste en girar


convenientemente los propios
antebrazos, de forma que se sueltan
por la parte en la que menos fuerza
puede realizar la persona que agarra,
que es aquella en la que existe
abertura en la pinza que representa
los dedos. Inmediatamente después
de conseguir soltarse, el socorrista
acuático controla las muñecas y
brazos del accidentado para iniciar el
remolque si se diera el caso de no
poder soltarse de un agarre en las
manos o muñecas, el socorrista, en
lugar de luchar y desesperarse, puede decidirse por remolcar de esta forma a la persona que le
está agarrando.

10.3.3.- Zafaduras para agarres por el pecho:

En este tipo de agarres, si los brazos están liberados se precederá a colocar las manos
propias en el pecho o cuello de la persona que está agarrando, pero no como si se fuera
abarcar el mismo, sino colocando una
mano sobre otra y aplicándolas por su
borde al pecho o cuello.
Posteriormente, se extienden los brazos
obligando a esta a que suelte e
inmediatamente pasar a un control
efectivo que permita el remolque o, si
no se está seguro, esperar a una
distancia prudencial un momento más
adecuado.

En el caso de que los brazos


también estuvieran cogidos, el
socorrista intentará hundirse, haciendo fuerza con los brazos hacia arriba incluso apoyando las
manos en el cuerpo de la persona que le ha agarrado. Una vez hundido puede comenzar a
remolcar utilizando el método por el pecho, o bien, colocándose a la espalda del accidentado,
controlarle y remolcarle por las axilas o los brazos.

10.3.4.- Zafaduras para agarres por la espalda.

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Aunque esta situación es muy difícil de imaginar, sobre todo si se tienen en cuenta
todos los consejos aportados, si llegara el caso, el socorrista actuando como siempre de forma
inmediata, cogerá la cabeza de la persona que le está agarrando echando sus brazos hacia
atrás y arriba, a la vez que se hunde, obligando a esta a dar un volteo por encima de él, lo que
le colocará a la espalda de la persona que quiere remolcar, para aplicar sin problemas algún
método de remolque. Esta es una forma que causa cierto temor en el accidentado incluso
puede ocasionarle grandes tragos de
agua, por lo que es preferible aplicar
otro tipo de zafaduras.

El socorrista coge una de las muñecas


del accidentado a la vez que se hunde
para colocarse a su espalda iniciando
inmediatamente el remolque. Esta es,
evidentemente una forma mucho más
apropiada que la anterior, más rápida
y que causa menos temor y angustia
en la persona accidentada.

TEMA 11: METODOS DE REMOLQUE EN SALVAMENTO ACUATICO

11.1.- DEFINICION Y PRINCIPIOS GENERALES


Los métodos de remolque se pueden definir como las técnicas especiales que se
utilizan para conseguir un traslado efectivo de una persona que ha sufrido cualquier tipo de
accidente en el agua, desde esta hasta un lugar seguro.

Por supuesto, es obvio que la aplicación de todo método de remolque, sea del tipo que
sea, debe cumplir perfectamente con una regla general: LA SEGURIDAD DEL ACCIDENTADO.

Los métodos que a continuación se detallan representan uno de los contenidos


teóricos y prácticos más importantes para el buen hacer del técnico en salvamento acuático. Es
fundamental conocer teóricamente, y dominar en la práctica los métodos de remolque, puesto
que cada uno posee su razón de ser y sus propias características.

11.1.- Elección de un método de remolque.


La elección de un método de remolque se debe realizar teniendo en cuenta los siguientes
aspectos, en el orden que se señalan:

 La seguridad de la persona a remolcar. Es decir, para la elección del método, el


socorrista acuático atenderá en primer lugar al estado físico y psicológico en el que se
encuentra la persona con problemas (pérdida de conocimiento, parada
cardiorrespiratoria, algún tipo de fractura o lesión articular o muscular, nivel de
pánico, tensión, etc.). teniendo en cuenta este principio como regla general, el

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método de remolque deberá ser cómodo para el accidentado y siempre realizado de
forma que su cara, sobre todo, se encuentre fuera del agua.

 La adaptación del método al socorrista. Tras pensar en la seguridad de la persona


accidentada, el socorrista acuático elegirá el método que más conoce y mejor se
adapte a sus propias circunstancias, y siempre, en función de sus conocimientos,
capacidades y dominio técnico que tenga de aquel. Este punto es importante, ya que,
por ejemplo, un socorrista con una buena patada de braza (casi siempre realizada
dorsalmente, es decir, sobre la espalda, lo que incluso dificulta más su coordinación)
no será capaz de avanzar y menos remolcando a una persona por lo que el método
que deberá elegir será otro en el que la acción de las piernas sea diferente. Este
motivo justifica que se aporten tantos métodos de remolque diferentes

 El material del que se dispone. Los medios con los que cuenta un socorrista
determinan permanentemente el método de remolque que elegirá. Carecería de
sentido elegir un método de remolque en el que se precisa material, si no se dispone
de este.

 La rapidez en el remolque. Este aspecto se relaciona con los dos primeros, puesto que
lógicamente, el método más seguro para el accidentado, exceptuando algunos casos,
es aquel que antes logra sacarle del agua, normalmente, el método que más domina el
socorrista acuático es aquel en el que más rápido se desplaza.

 La posibilidad de resistir grandes distancias. Por supuesto, este punto sólo se tendrá en
cuenta si en el salvamento se necesitara cubrir grandes distancias. En este caso es
conveniente organizar el salvamento de diferente forma, incluso pensando el método
de remolque a utilizar, ya que se corre el riesgo de acumular excesivo cansancio antes
de llegar a la orilla.

11.2.- METODOS DE REMOLQUE EN EL SALVAMENTO ACUATICO


Los métodos de remolque en salvamento acuático se pueden agrupar en dos bloques
claramente diferenciados:

.- Métodos de remolque indirectos: aquellos que se realizan con material auxiliar de


salvamento.

.- Métodos de remolque directos o de cuerpo a cuerpo: son aquellos que se


realizan con un contacto directo y personal con el accidentado.
11.2.1.- Métodos de remolque indirectos:

En cualquier lugar en el que se ejerza vigilancia por socorristas acuáticos se debería


disponer de material suficiente para la práctica de estos métodos de remolque. En un
principio, es necesario tener en cuenta que UNICAMENTE SE DEBEN REALIZAR SI SE DAN LAS
SIGUIENTES CIRCUNSTANCIAS:

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 Que la distancia hasta el accidentado fuera demasiado grande y no permitirá ayudarle
sin perder contacto con la orilla o acercándole una alargadera o cuerda o lanzándole y
alcanzándole un objeto flotante como puede ser un salvavidas o un balón salvavidas.

 Que siendo la distancia hasta el accidentado demasiado grande no se dispusiera de


una embarcación o no se conociera el manejo de la misma si se dispone de ella.

 Que el accidentado, a pesar de haber recogido el material que se le ha facilitado, por


sus circunstancias (heridas, agotamiento o cualquier otra razón) no es capaz de
propulsarse hasta la orilla.

11.2.2.- Elección del material de remolque.

La elección del material que se vaya a utilizar en un salvamento acuático, se realiza siempre en
función de:

 Disponibilidad. Se elegirá el material u objeto que se encuentren más “a mano”, es


decir, del que se disponga con mayor facilidad. Es preciso perder el menos tiempo
posible.

 A mayor flotabilidad del objeto o material, mayor será la confianza del accidentado,
puesto que aquel logrará mantener la cabeza fuera del agua y también permitirá, en
algunos casos que el socorrista acuático se pare y descanse.

 Tamaño. Este aspecto es fundamental puesto que objetos de gran tamaño pueden
ocasionar, a veces, problemas en el rescate y al contrario, material muy pequeño
puede no ser de utilidad. Como regla general, el tamaño será lo suficiente como para
que el socorrista acuático evite un contacto directo con el accidentado, este se
encuentre seguro y sea de fácil manejo.

 Resistencia. Se debe tener en cuenta si el material elegido ofrece mucha resistencia al


avance, ya que si es así puede suponer más un estorbo que una ayuda

 Facilidad de transporte. En relación con los puntos anteriores, el material de


transporte que se elija debería facilitar el remolque tanto en lo que se refiere a llevar
hasta el accidentado el objeto en cuestión, como en transportar a este con el mismo.

11.2.3.- Tipo de material de remolque.

En principio, se considera material de remolque a todo aquel que facilite un


salvamento, por eso puede ser tan variado y distinto. A continuación se exponen los
materiales que más frecuentemente se utilizan y con más facilidad se pueden disponer
de ellos:

 flotador salvavidas.
 balón salvavidas.

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 tirantes de salvamento.
 tabla de salvamento.
 brazo de rescate.
 boya torpedo.
 embarcación.
 otros materiales.

11.2.4.- Métodos de remolque directos o de “cuerpo a cuerpo”.

Los métodos de remolque directos, en


los que existe un efectivo “cuerpo a
cuerpo” entre el accidentado y el
socorrista acuático, deben ser el último
recurso que se intentará para el
salvamento. En este grupo de métodos
nos referimos, única y exclusivamente,
a aquellos en los que el socorrista
acuático actúa sin ayuda externa y sin
material auxiliar. Para la Societé Róyale
de Sauvetage Canadá (1987) estos
métodos directos sólo son
recomendables efectuarlos en las siguientes circunstancias:

 Cuando el accidentado ha perdido el conocimiento, ya que no existe peligro para el


socorrista acuático y además, son únicamente las técnicas en las que se produce
contacto directo las que posibilitan recuperar y transportar a aquel.

 Cuando no se dispone de ningún otro medio ni material que posibilite un salvamento


más seguro, aunque esta situación es muy poco frecuente o, al menos, debería serlo.

 Cuando el accidentado se niega a agarrarse o aceptar a ayuda indirecta o no puede


recibirla, algo que puede suceder, por ejemplo, en el caso de una persona asustada,
semisumergida y que no se da cuenta de la ayuda que se le ofrece.

 Cuando el accidentado que pide ayuda conserva la calma, siendo el ejemplo más típico
el de la persona que sabe nadar, pero que por cansancio, tirón muscular o cualquier
otro tipo de indisposición, no puede desplazarse en esos momentos. En este caso es
más aconsejable no perder tiempo buscando un objeto para el remolque y ayudarle
directamente, ya que si se tarda puede suceder que el accidentado se asuste y
comience a sumergirse.

Si en algún momento se decide cambiar de método se debe:

 mantener siempre el contacto con el accidentado para no asustarle.

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 no realizar el cambio de forma brusca, sino buscando continuidad de un
método con otro.
 avisar del cambio al accidentado si éste está consciente.

11.2.5.- Descripción de los métodos de remolque:

Los métodos de remolque que se describen a continuación no son todos los que se pueden
realizar, pero si los más utilizados habitualmente y que han demostrado su eficacia. En general,
aunque cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes, los que menos problemas plantean son
en los que el accidentado va en posición dorsal (boca arriba), puesto que ofrecen mayor
seguridad para este y menor resistencia al avance. Los más usados son:

- Nunca-frente.
- Sienes.
- Brazos a la espalda.
- Axilas.
- Nuca.
- Pecho.
- Accidentado con lesión en la columna vertebral.
- Con dos Socorristas.
- Con un Socorrista y con dos accidentados.

1.- Nuca-frente: el socorrista coloca una de sus manos en la frente del accidentado y la otra
en la nuca del mismo, facilitándose así la realización de la hiperextensión de las vértebras
cervicales.

Adecuado para:
 Accidentados con pérdida de conocimiento.
 Lograr completa visión del accidentado.
Propulsión:
 Patada de braza-espalda.
Precaución:
 Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se va, lo
que motiva que se recomiende al socorrista girar la cabeza con frecuencia para ver
cómo y por dónde ir.
 Nunca se utilizará con personas en las que se sospecha la existencia (fractura, luxación)
a nivel de la columna.

2.- Sienes: el socorrista sujeta con ambas manos al accidentado por sus sienes (zona de los
huesos esfenoides y temporal) y los pulgares detrás de la cabeza (zona del hueso occipital),
efectuando una completa extensión de las vértebras cervicales.

Adecuado para:
 Accidentados con pérdida de conocimiento.
 Lograr completa visión del accidentado.

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Propulsión:
 Patada de braza-espalda
Precaución:
 Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se ve, lo
que motiva que se recomiende al socorrista girar la cabeza con frecuencia para ver
cómo y por dónde ir.
 Nunca se utilizará con personas en la que se sospecha la existencia de una lesión grave
(fractura, luxación) a nivel de la columna.

3.- Brazo a la espalda: el socorrista mantiene sujeta a la persona a remolcar por su muñeca,
con el brazo de esta flexionado 90 grados y en la espalda. La mano del socorrista que coge la
muñeca del accidentado debe colocarse de forma que el dedo pulgar se encuentre por encima
de la muñeca y el resto de los dedos y la palma por debajo, ofreciendo una mayor resistencia
aún posible forcejeo y favoreciendo un control más completo. La espalda del accidentado se
apoya en el antebrazo y parte del brazo de aquél.

Adecuado para:
 Accidentados con conocimiento.
 Casos difíciles en los que se debe aplicar zafaduras, ya que esta posición se alcanza tras
aplicar correctamente la mayor parte de las zafaduras que deben tener su continuidad
en el remolque.
Propulsión:
 Patada de braza _ espalda y con la mano libre se puede realizar la hiperextensión del
cuello del accidentado, empujando su frente hacia abajo.
 Patada de braza-espalda y con el brazo libre el socorrista puede ayudarse con
movimientos de brazada de espalda o subacuáticos.
 Patada lateral y con el brazo libre el socorrista se ayuda con movimiento subacuático.
Precaución:
 En las dos primeras variantes se permite una vigilancia más estrecha sobre el
accidentado, pero el socorrista acuático debe controlar el lugar por el que va.
 En la tercera variante se consigue una mayor visibilidad por el lugar por el que se va
pero se debe girar la cabeza frecuentemente para controlar el estado del accidentado.
 No se efectuará en ningún caso si se sospecha que puede haber una lesión importante
en el brazo del accidentado.
4.-Axilas: en este método el socorrista
mantiene sujeto al accidentado por las
axilas de este, en las que coloca sus manos.
Adecuado para:

 Casos sin dificultades especiales, ya


que es una forma de remolcar fácil
de adoptar y sin ninguna
complicación, muy apropiada para
casos en los que la persona con
problemas es un niño o de poco
peso.
 Salvamentos en piscina o en
distancias cortas.

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Propulsión:
 Patada de braza-espalda
Precaución:
 No confiarse excesivamente.
 Por la posición adoptada no se posee una visión adecuada del lugar por el que se va,
lo que motiva que se recomiende al socorrista acuático girar la cabeza con frecuencia
para ver cómo y por dónde ir.

5.- Nuca: el socorrista acuático controla al accidentado por su nuca, colocando la palma de
una de sus manos orientada hacia arriba.

Adecuado para:
 Accidentados con pérdida de conocimiento.
 Accidentados que conservan la calma.
 Niños pequeños, bebes.
Propulsión:
 Permite las mismas variantes que el método del brazo a la espalda, pero es aun mucho
más cómodo para el socorrista, al dejarle total libertad de movimiento y un brazo
completamente libre.
Precaución:
 No se debe aplicar con accidentados en los que se sospeche algún tipo de problema a
nivel cervical.
 Requiere una vigilancia extrema, ya que es fácil perder el control del accidentado,
sobre todo si el estado del agua es agitado.

6.- Pecho: en este método el socorrista mantiene sujeto al accidentado rodeando el pecho de
este con su brazo.

Adecuado para:
 Accidentados con pérdida del conocimiento.
 Accidentados que conservan la calma.
Propulsión:
 Patada de braza- espalda y con el brazo libre el socorrista acuático se ayuda con
movimientos de braza, de espalda o subacuáticos.
 Patada lateral y con el brazo libre se ayuda con movimiento subacuático.
Precaución:
 Debe evitarse que el cuerpo del accidentado se hunda excesivamente, ya que
dificultaría el avance, y, por supuesto, se vigilará que la cabeza vaya siempre sobre el
agua.

7.- Un socorrista con dos accidentados: en determinados casos un socorrista puede


intentar realizar el remolque de dos personas a la vez, pero debe estar seguro de que
efectivamente va a poder hacerlo y que este método es más rápido que remolcar primero a
una persona y luego a otra. El método consiste en aplicar a cada uno de los accidentados el
mismo método de remolque, por ejemplo, brazos a la espalda, axilas, nuca, nadador cansado si
colaboran (uno por delante y otro por detrás).

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Apropiado para:
 Cuando existen varios accidentados y la distancia a recorrer es corta.

Propulsión:
 Patada de braza-espalda.
 Nado normal de braza en el método del nadador cansado.

Precaución:
 Mantener lo más juntos posibles a los accidentados.
 Estar completamente seguro de poder hacerlo.

TEMA 12: PARQUES ACUATICOS.

Al igual que en el resto de instalaciones acuáticas, entre los usuarios que acuden a los
Parques Acuáticos encontramos a gentes de todas las edades, sexo y condición social, incluso
de diferentes culturas (especialmente, en las zonas turísticas del país). Si bien hay un
predominio de gente joven, suele ser habitual acudir a los parques acuáticos en grupo
(familiar, amigos, organizado). Cabe destacar de entre los usuarios, que muchos son malos
nadadores o no nadadores.

Los parques acuáticos atraen cada vez a más usuarios que buscan principalmente
diversión, y prueba de ello es que podemos encontrar a varios miles de personas diarias en
cada parque. Los parques acuáticos comprenden los siguientes tipos de actividades:

1.- Kamikaces y banzais: toboganes de poliéster con superficie de deslizamiento plano.


Generalmente, tienen un mayor ángulo de inclinación que el resto de los deslizadores. Los
kamikazes tienen una caída uniforme y los Banzais suelen tener una o varias ondulaciones.
Ambos tienen un deslizamiento rectilíneo.

Posición de descenso: los pies primeros; tumbados con brazos y pies cruzados.
Normas de uso:
 Una sola persona por deslizador.
 No está permitido el uso de esta atracción a personas con una estatura inferior a 1,25
metros.

2.- Toboganes: toboganes de poliéster con superficie de deslizamiento curvo. En su recorrido


se intercalan curvas, espirales y desniveles.

Posición de descenso: tumbado (preferiblemente) o sentado con los pies primero y las manos
dentro del tobogán
Normas de uso:
 Una sola persona por tobogán
 No está permitido el detenerse en el tobogán, ponerse en pie o cambiar la posición de
descenso.

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3.- Pistas blandas: multipista fabricada con materiales plásticos “blandos”, con superficie de
deslizamiento plano. Tienen un deslizamiento rectilíneo.

Posición de descenso: tumbado (preferiblemente) o sentado, con los pies primero.


Normas de uso:
 Una sola persona por pista
 No está permitido cogerse de las manos entre sí a los clientes, mientras descienden
por las pistas.
 En esta atracción, muy especialmente, no se permitirá usar vestimentas con botones
metálicos.
4.- Pistas libres: multipista fabricada con materiales plásticos “blandos”, con superficie de
deslizamiento plano. Tienen un deslizamiento rectilíneo. A diferencia de las pistas blandas, no
existe separación entre sus carriles.

Posición de descenso: tumbado (preferiblemente) o sentado, con los pies primero.


Normas de uso:
 Máximo dos personas por pista
 No está permitido cogerse de las manos o agarrarse entre si a los usuarios de la pista
mientras descienden por ella.
 En esta atracción, muy especialmente, no se permitirá usar vestimentas con botones
metálicos.

5.- Twisters, loopins e hidrotubos: toboganes cerrados de poliéster, con superficie de


deslizamiento curva. Tienen diferentes recorridos:

 TWISTERS. Se instalan por parejas de toboganes “trenzados” entre sí.


 LOOPINS. Forman un recorrido curvo descendente de 360 º.
 HIDROTUBOS. Tienen un deslizamiento recto.
Posición de descenso: los pies primero, tumbados con los brazos y pies cruzados.
Normas de uso:
 Una sola persona por deslizador.

6.- Black-hole: toboganes cerrados de poliéster opaco con superficie de deslizamiento curvo.
En su recorrido se intercalan generalmente curvas, espirales y desniveles. Están dotados de
efectos especiales de luz y sonido. Se desciende mediante flotadores dobles.

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Posición de descenso: dos personas sentadas sobre un flotados, con los pies primero y
mirando hacia el mismo sentido.
Normas de uso:
 Solo se permite el uso de esta atracción a dos personas por flotador.
 Los niños menores deben ir acompañados de un adulto.

7.- Multipista: toboganes de poliéster, con superficie de deslizamiento plano.

Posición de descenso: tumbado (preferiblemente) o sentado, con los pies primero.


Normas de uso:
 Una sola persona por deslizados.

8.- La piscina infantil: piscina independiente para menores de 10-12 años, con toboganes a
pequeña escala.

9.- Parques infantiles: parques y atracciones reservadas exclusivamente a niños menores.

NO SE PERMITIRÁ:

 El acceso al recinto infantil de mayores (tanto en peso como en estatura), salvo


acompañantes que no participen de las atracciones.
 El acceso a la piscina de personas con otra prenda que no sea el bañador. Se prohíbe el
uso de camisetas, pantalones, vestidos, etc.
 Saltar de cabeza a la piscina.
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Utilizar las actividades en sentido contrario al indicado o de forma que pudiera resultar
peligrosa.
 En momentos de máxima afluencia, el uso de flotadores o colchonetas, que por su
tamaño, limitaran la visión del socorrista.
 Ponerse de pie encima de flotadores o colchonetas.

La piscina de actividades: que comporta varios tipos de juegos acuáticos como la tirolina,
argollas, estructuras de trepar, etc.; también incluimos aquí otros toboganes con salto, los
“codos” y los tubos.

10.- Lagos de actividades: lagos profundos dedicados a la práctica de actividades/ juegos


establecidos.

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NO SE PERMITIRÁ:
 El acceso a la piscina de personas con otra prenda que no sea el bañador. Se prohíbe el
uso de camisetas, pantalones, vestidos, etc.
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Saltar de cabeza a la piscina, salvo que esté expresamente permitido.
 Permanecer sentados en los laterales o escalerillas de la piscina.
 La práctica de juegos que pudieran molestar a otros bañistas.
 Andar por los laterales de la piscina.
 Utilizar las actividades en sentido contrario al indicado o de forma que pudiera resultar
peligrosa.
 Agarrarse o traspasar el límite de seguridad que señalan las boyas.
 Empujar o agarrar a otros bañistas.

11.- Los lagos: piscinas de amplia superficie, con perímetro sinuoso y poca profundidad (de 1
a 1,5 mts); en ellos suele haber islas, puentes, etc.

12.- Lagos y piscinas de baño: piscinas reservadas para baños.

Normas de uso:

NO SE PERMITIRÁ:

 El acceso a la piscina de personas con otra prenda que no sea el bañador. Se prohíbe el
uso de camisetas, pantalones, vestidos, etc.
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Saltar de cabeza a la piscina, salvo que esté expresamente permitido.
 Permanecer sentados en los laterales o escalerillas de la piscina.
 La práctica de juegos que pudieran molestar a otros bañistas.
 En momentos de máxima afluencia, el uso de flotadores o colchonetas, que por su
tamaño limitarán la visión del socorrista.
 Ponerse de pie encima de flotadores o colchonetas, y hacer torres humanas.
 Andar por los laterales de la piscina.

13.- Piscinas hidroterápicas: piscinas para uso exclusivo de baños hidroterápicos, dotados
con sistemas de inyección a presión de aire, agua o aire/agua.

NO SE PERMITIRÁ:

 El acceso a la piscina de personas con otra prenda que no sea el bañador. Se prohíbe el
uso de camisetas, pantalones, vestidos, etc.
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Nadar o bucear.
 Saltar de cabeza a la piscina o entrar por otro sitio que no sea el indicado.
 Permanecer sentados en los laterales o escalerillas de la piscina.
 La práctica de juegos que pudieran molestar a otros bañistas.
 Andar por los laterales de la piscina.
 Empujar o agarrar a otros bañistas.
 Permanecer de pie mientras funciona la hidroterapia.

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14.- Los ríos: descensos mediante rampas y remansos, que se recorren utilizando grandes
flotadores; también hay ríos lentos, más o menos circulares u ovales, con agua corriendo.

15.- Ríos rápidos: deslizadores construidos en poliéster o gunitados de hormigón, en los que
se intercalan desniveles, remansos y curvas imitando el cauce natural de un río. El ancho de los
deslizadores y el caudal de agua con el que funcionan, es superior al del resto de las
atracciones. Se desciende mediante flotadores.

Posición de descenso: sentados sobre el flotador.


Normas de uso:
 Una sola persona por flotador.
 Los niños menores deben ir acompañados de un adulto.
 Prohibido bajarse el flotador y andar por los deslizadores.
 Máximo cinco personas (según el tipo de río) cogidas entre sí.
16.- Ríos lentos: zonas de baño en forma de canales, en los que circula el agua a velocidad
lenta (aproximadamente a 4 km/h).

NO SE PERMITIRÁ
 El acceso al río de personas con otra prenda que no sea el bañador. Se prohíbe el uso
de camisetas, pantalones, vestidos, etc.
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Saltar de cabeza a la piscina o entrar por los laterales.
 Permanecer sentados en los laterales o escalerillas de la piscina.
 La práctica de juegos que pudieran molestar a otros bañistas.
 En momentos de máxima afluencia, el uso de flotadores, colchonetas, que por su
tamaño limitarán la visión del socorrista.
 Ponerse de pie encima de flotadores o colchonetas, y hacer torres humanas.

17.- Piscinas de olas y surf: piscinas que producen artificialmente olas. Piscinas para baño
especialmente diseñadas para la generación de olas de distintos tamaños y formas, en función
de programaciones establecidas.

NO SE PERMITIRÁ:

 El acceso a la piscina de personas con otra prenda que no sea el bañador (camisetas,
pantalones, vestidos, etc.)
 El uso de gafas con lentes de cristal.
 Saltar de cabeza a la piscina, entrar por los laterales o escalerillas.
 La práctica de juegos que pudieran molestar a otros bañistas.
 En momentos de máxima afluencia, el uso de flotadores o colchonetas, que por su
tamaño limitarán la visión del socorrista.
 Ponerse de pie encima de flotadores o colchonetas, y hacer torres humanas.
 Agarrarse a los laterales cuando estén las olas en funcionamiento.
 A niños, personas de edad, disminuidos y personas que naden con dificultad, no
podrán sobrepasar la primera marca de profundidad.
 El uso de tablas rígidas de deslizamiento.
 Andar por los laterales de la piscina.

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Entorno: Mobiliario urbano, accesos…

La señalización en los parques acuáticos es importante, cuya exigencia y característica


viene determinada en la mayoría de los casos por las leyes que regulan a dichas instalaciones.
Éstas básicamente hacen referencia a prohibiciones, limitaciones, normas de utilización y
profundidades (que las convierten en elementos importantes de seguridad pasiva), pero
existen otras de carácter indicativo, informativo y localizador. Los carteles deben informar
sobre el nombre de la atracción, profundidad de los vasos, posiciones correctas e incorrectas,
prohibición de llevar objetos, limitaciones (edad y altura) y condiciones físicas (problemas de
corazón, embarazadas).

Debe existir barandillas en todas las zonas donde puede haber caídas (alturas
superiores a un metro, subidas a atracciones) y para proteger el borde de las atracciones:
vasos de recepción, caminos junto a deslizadores, laterales de piscinas de olas, etc. También
pasamanos en escaleras, sean de zonas no acuáticas o zonas acuáticas (salidas de vasos de
recepción, acceso a ríos lentos, etc.)

TEMA 13.- MATERIALES DE SALVAMENTO.

13.1.- MATERIALES DE AUTOPROTECCIÓN.


1.- Gafas de sol polarizadas: protegerán al socorrista de los perjudiciales rayos ultravioleta y
evitarán los reflejos en las tareas de vigilancia.

2.- La camiseta de licra y la gorra identifican al socorrista acuático como tal, y a la vez le
protege de la acción de los rayos solares en piel y cabeza.

3.- Un calzado de goma y cómodo que nos evite de contagios de hongos y protección contra
cortes.

4.- La hidratación con agua, zumos o bebidas energéticas es fundamental a la hora de


prolongar una adecuada atención en la zona de baño.

5.- Una adecuada crema solar fotoprotectora es esencial para prevenir posibles quemaduras
en zonas de nuestro cuerpo expuestas al sol. 6.- Una toalla para cuando nos mojemos o
terminemos de un rescate podamos secarnos y evitar que las gotas de agua ejerzan un efecto
lupa que provoque lesiones sobre la piel.

13.2.- MATERIALES DE INTERVENCIÓN Y ALCANCE.


13.2.1.- FLOTADOR DE RESCATE o ARO SALVAVIDAS.

Es el primer dispositivo de rescate; su historia se remonta a más de 100 años, y es el


único que está reglamentado con normativas nacionales e internacionales para la navegación,
en las que se especifica los requerimientos mínimos que estos dispositivos deben reunir. En las
piscinas se regula su cantidad y ubicación así como la necesidad de disponer de una cuerda.

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El flotador es un aro de material flotante, y dispone de una cuerda exterior, está
disponible en diferentes tamaños los cuales se miden al respecto de la dimensión del aro
interior siendo los estandarizados de 20, 24 y 30 pulgadas. El material que lo componen puede
ser de muchos tipos aunque originariamente fueron de madera, luego de corcho prensado,
más tarde el corcho fue protegido por una lona para finalmente estar forrados por una capa de
pintura especial para protegerlo de las condiciones medio ambientales.

Su uso está limitado por el estado de la víctima, la distancia a la que se encuentre y las
condiciones ambientales. Su utilización es cada vez menor, pasando a ser un material auxiliar
en piscinas y parques acuáticos.

14.2.2.- FLOPI O BRAZO DE


RESCATE. Es el dispositivo de
rescate por excelencia. En los
últimos años ha tenido una
incorporación sin precedentes en
las labores profesionales de
socorrista al amparo del desarrollo
de una amplia gama de técnicas de
rescate para todo tipo de victimas
lo que le ha convertido en el
material de rescate más versátil,
siendo la herramienta de rescate
más completa, con ella se puede realizar todo tipo de intervenciones en el medio acuático.

La característica de este material radica en la flotabilidad del mismo y su flexibilidad. Está


fabricado de espuma de polietileno expandido cerrado y recubierto de una pintura especial
que impide que absorba agua. El material dispone además de un arnés compuesto de una
cuerda flotante o cinta que colocada alrededor del cuerpo está siempre cerca del socorrista en
la intervención. Existen varios modelos y tamaños si bien en cuanto a su forma son todos
iguales. Las dimensiones varían en función del lugar dónde se van a utilizar y las posibilidades
de intervención (múltiples rescates, doble intervención, las dimensiones van desde los 90 cm
de largo hasta 125, y de 15 cm de ancho hasta 25 cm. Permite un control seguro sobre el
accidentado, ya que le hace flotar totalmente. El sistema de abrochado alrededor del cuerpo
es sencillo y de fácil aplicación. Las técnicas de remolque que permite son amplias, facilitando
enormemente la posibilidad de comenzar la respiración artificial en el agua. Es de color vistoso
(naranja), de fácil localización en el medio acuático, siendo actualmente el material que más se
identifica con el Salvamento Acuático.

14.2.3.- PÉRTIGA DE SALVAMENTO.

Es un palo de aluminio de 2,5 a 3 metros de longitud, con un gancho o aro del mismo
material de plástico en un extremo. Sirve para que el socorrista lo extienda hasta la víctima
desde tierra y éste se agarre a él. Básicamente se utiliza en piscinas, sobre todo en la
enseñanza de niños de la natación.

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14.2.4.- BOLSA DE RESCATE.

Es una bolsa de nylon que contiene de 15 a 20 metros de cuerda flotante de un color


llamativo. Se utiliza principalmente en rescates en ríos, inundaciones y riadas. Permite ser
lanzada hasta su máxima distancia con efectiva precisión. Es fácil de utilizar y de gran utilidad
en embarcaciones.

14.2.5.- LATA DE RESCATE.

Es un tipo de material de plástico de gran dureza que forma parte del equipo del
socorrista sobre todo para trabajos en playas. En piscinas y parques acuáticos no está
extendido su uso.

Fue el precursor del material de rescate personal, fabricado de plástico ABS con
ranuras a modo de asas en todo el exterior que le permite un fácil manejo y transporte. Se
fabrica en dos colores, rojo y amarillo, existiendo dos tamaños de 20 y 25 pulgadas. Viene
provisto de arnés, respondiendo a un inmejorable acercamiento a la víctima.

14.2.6.- CAMILLA DE INMOVILIZACIÓN.

La camilla de inmovilización es la herramienta imprescindible en el tratamiento de


lesiones de columna, aunque actualmente su uso se ha extendido a otros aspectos en el
socorrismo profesional, como es la atención a fracturas o traumatismos producidos en el
medio acuático, extracción de la víctima del agua (piscinas, playas, embarcaciones, etc.),
asistencia a pie de piscina (traslado, RCP, etc.), tratamiento de oxigenoterapia.

Debe estar fabricada en material de plástico, que tenga buena flotación y que sea
radiotransparente. El color debe ser de fácil identificación, localización y el sistema de correas
de fácil uso y seguridad para el accidentado. Debe ser fácilmente lavable y desinfectable, no
contaminante por patógenos y fácil de esterilizar.

Debe estar fabricada con materiales no corrosivos, ser inalterable a los rayos solares,
ligeros y manejables, que favorezca la caída de fluidos corporales que la víctima pueda perder
durante su traslado. También debe permitir ser izada con un sistema de correas de elevación.
Su diseño anatómico debe permitir y facilitar la disposición de la víctima sobre su superficie.

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