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ARTÍCULOS

Eduardo Alberto León

El asco entre naturaleza y cultura

Resumen: En comparación con otras emo- Keywords: disgust, neuroethics, empathy,


ciones, el asco no ha sido excesivamente tratado, dehumanization, psychology, moral and civic
ni ha gastado tantas páginas y tanta atención education.
por parte de los especialistas en él. Es por esto
que el asco o repugnancia constituye un objeto
de estudio privilegiado para la neuroética. En Introducción
el siguiente artículo tratare de mostrar como el
asco no es una mera reacción fisiológica, sino Estamos acostumbrados a hablar de los sen-
que la evolución biológica y cultural ha hecho de timientos románticamente, yendo del amor a la
ella una emoción enormemente compleja dotada melancolía o de la ternura a la nostalgia, incluir
de un gran contenido cognitivo. Veremos qué en esta sección el asco 1puede parecer un anticlí-
papel ha jugado el recurso retórico a la repug- max. ¿A quién va a interesar estudiar esta expe-
nancia en distintos procesos de deshumanización riencia tan desagradable, cuya mera descripción
y crueldad a lo largo de la historia. Por último, puede incomodar? El asco nos proporciona una
examinaremos cómo funciona la empatía en la clave insustituible para conocer la naturaleza
agencia moral y analizaremos qué relación tiene humana. Es un sentimiento universal, presente
este mecanismo psicológico con la repugnancia. en todas las culturas, que ha pasado de ser mera
fisiología a tener un contenido moral. Este salto
nos retrata como especie.
Palabras clave: asco, neuroética, empatía,
Paul Rozin, uno de los grandes expertos en
deshumanización, psicología, educación moral
este asunto, distingue el miedo del asco suponien-
y cívica.
do que el miedo surge ante una amenaza corpo-
ral, mientras que el asco aparece ante un peligro
Abstract: Compared with other emotions,
espiritual. A primera vista, es una afirmación
disgust has not been overly treated, or it has extravagante, pero ya veremos que no lo es. La
spent many pages and so much attention from evolución del sentimiento de asco nos muestra a
specialists in it. That’s why the disgust or repug- las claras que somos biología en trance de espi-
nance is a privileged object of study for neu- ritualizarnos mediante la cultura. El constructor
roethics. In the following article I will try to del puente de Alcántara, Cayo Julio Lacer, colocó
show how disgusting is not just a physiological en su obra una inscripción, escrita en bello latín,
reaction, but biological and cultural evolution que les traduzco parcialmente: “La arquitectura
has made ​​it a highly complex emotion with a es el arte supremo mediante el que la materia se
large cognitive content. We’ll see what role has vence a sí misma”. Quería decir que las piedras
the rhetorical device to disgust in various pro- –la materia– tienden a caer, a pesar de lo cual el
cesses of dehumanization and cruelty throughout arte consigue elevar ágiles construcciones que
history. Finally, we examine how empathy in desafían la gravedad. Me gusta aplicar esta frase
moral agency and discuss what relationship exist a la naturaleza humana, que nos lanza más allá
between psychological mechanism an disgust. de la fisiología.

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La evolución de nuestros sentimientos y de biología evolutiva o las neurociencias aplicadas al


nuestros deseos sigue este fantástico camino. La estudio de las emociones son también herederos
sexualidad o la digestión son fenómenos humildes de esta metodología empírica. Las técnicas de
en sus inicios que han dado lugar a una floración neuroimagen (resonancia magnética funcional y
amorosa, erótica o gastronómica sorprendentes. tomografía por emisión de positrones) poseen,
El asco pertenece a la gran familia de la en efecto, un gran potencial a la hora de elucidar
aversión. Hay cosas que nos atraen y cosas que el funcionamiento fisiológico de las emociones,
nos repelen. Esta es una de las primeras valora- puesto que pueden revelar qué áreas cerebrales
ciones que podemos hacer de la realidad. El odio pueden asociarse con determinados estados emo-
–del que les hablaré en otra ocasión– y el miedo cionales. Pero las emociones son un fenómeno
también pertenece a esa familia afectiva. Por eso, complejo que no puede ser comprendido única-
al estudiar las fobias, muchas veces resulta difícil mente en términos de mecanismos cerebrales.
saber dónde colocarlas. Llamamos fobia a un Las emociones poseen otras dimensiones (cogni-
miedo o a una repugnancia tan intensa e injusti- tivas, sociales, culturales, etc.) que necesariamen-
ficada que afecta seriamente a la vida de las per- te han de ser exploradas si queremos comprender
sonas que la sufren. La fobia a las arañas, o a las no sólo su funcionamiento a nivel fisiológico,
serpientes, es la exageración de un sentimiento sino qué papel juegan en la psicología individual,
normal, a medio camino entre el miedo y el asco. en la interacción social o en el comportamiento
Asco, miedo y odio son aversiones y se carac- moral. Si hay una palabra que resuma el rasgo
terizan porque impulsan a separarse del objeto más característico de la neuroética, 2ésta es sin
que las provoca. El miedo, mediante la huida. El duda interdisciplinariedad. Adela Cortina (2011:
asco, mediante el vómito. El odio, posiblemente, 47) afirma que la neuroética constituye un autén-
tico programa de trabajo conjunto para la filoso-
deseando destruir el objeto odiado. Miller, uno de
fía y las ciencias naturales y sociales. Se aliarían
los más completos tratadistas de este tema, dice
aquí aquella dimensión de las neurociencias que
que lo opuesto al amor no es el odio, sino el asco.
se ocupa de las bases cerebrales de la conducta
moral y política y aquella dimensión de la ética
que se ocupa de las bases y los fundamentos de la
Fisiología y asco
moral y la política. Así, podríamos imaginar una
clase o un manual de neuroética para legos en
Desde una perspectiva evolucionista, el asco el que se definiera a la neuroética como aquella
se centra en el rechazo de alimentos y en el sen- disciplina en la que expresiones como huma-
tido del gusto. En cuanto omnívoros, los seres nidad, empatía o progreso moral se alían con
humanos tienen flexibilidad con respecto a qué otras como núcleo accumbens, corteza insular
consumir; pero por ello corren también el riesgo y resonancia magnética funcional para tratar de
de consumir elementos contaminantes. Frente a construir una explicación que desentrañe los mis-
esto, el asco se presenta como un mecanismo de terios de nuestra naturaleza como seres morales.
supervivencia; es una respuesta primitiva fuerte La emoción que aquí nos ocupa constituye un
y automática de rechazo hacia aquello que puede excelente ejemplo de objeto de estudio de esta
dañar o infectar. En su forma original está relacio- clase. Son numerosas las áreas de conocimiento
nado con alimentos, por lo cual se lo puede conce- que han realizado aportaciones valiosas a la com-
bir como una suerte de guardián de la boca contra prensión de la repugnancia:1 la neurociencia, la
elementos animales que son potencialmente con- psicología, la biología evolutiva, la antropología,
taminantes (Rozin, Haidt y McCauley 1999). o la filosofía han contribuido mediante datos e
Darwin sentó las bases de lo que sería la interpretaciones a reflexionar sobre la naturale-
investigación empírica posterior, inspirando a za, el significado y las posibilidades normativas
autores como James, Dewey o Ekman, conver- del asco. A su vez, sondear los entresijos de esta
tidos ya en clásicos de la literatura sobre las emoción nos puede revelar sorprendentes pecu-
emociones. Enfoques científicos actuales como la liaridades de nuestra psicología moral y política.

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El asco o (repugnancia) es una emoción con- por ello, argumenta: ¨puesto que la sensación de
siderada universal que se puede apreciar incluso disgusto deriva primitivamente del acto de comer
en personas ciegas de nacimiento, y que se acom- o de gustar, natural es que su expresión consista
paña de una respuesta fisiológica, psicológica y principalmente en movimientos de la boca¨. Pero,
conductual típica: hipotensión, disminución de aun centrándose en la idea de ingerir, Darwin
la respuesta galvánica de la piel. A pesar de que puntualiza que es un sentimiento provocado con
las emociones son un tema que ha apasionado a facilidad por todo lo que se aparta de nuestras
los filósofos desde el inicio de la historia del pen- costumbres, en el aspecto, el olor, la naturaleza de
samiento, en las últimas décadas ha surgido un nuestra alimentación. Ésta, así como numerosas
renovado interés por el estudio de las emociones definiciones posteriores de autores como Andras
morales. El cuadro que tradicionalmente ha com- Angyal, Sylvan Tomkins, Paul Ekman, Robert
puesto las emociones morales ha estado formado Plutchik, Anna Wierzbicka o Paul Rozin, se cen-
por afectos como la compasión, la vergüenza o la tran en la boca y la posibilidad de ingestión de un
admiración. Pero en los últimos años ha crecido objeto contaminado (Rozin y Fallon, 1987: 23 y
el interés en torno a una emoción que, aunque no Rozin y otros, 2008: 757). Otros autores proponen
lo parezca, tiene una enorme relevancia en nues- otras vías para comprender el origen evolutivo del
tro comportamiento social y político: el asco o asco. Daniel Kelly (2011), por ejemplo, propone
repugnancia (denominada disgust en la literatura que la repugnancia surge a partir de dos meca-
anglosajona3), que significa, literalmente, lo que nismos específicos, cada uno con un origen y una
repugna al gusto y se ha convertido en un verda- función distintos.
dero hot topic en el ámbito de la psicología y la El autor postula dos sistemas paralelos que
filosofía ética y política. El lector se preguntará fueron tomando forma con la evolución humana,
cómo es posible que una experiencia tan desagra- pero que provocan la misma reacción de repulsa
dable y cuya sola mención nos resulta embarazosa en nosotros: uno de los sistemas tendría que ver
pueda suscitar tanta atención y, además, tener con el rechazo de los alimentos potencialmente
algún interés para la filosofía ética y política. tóxicos (por tanto, esta es una vía que se centra
Pues bien, decimos de algo que nos repugna en la incorporación por vía oral de un elemento
cuando nos provoca un tipo de rechazo muy fuer- extraño y peligroso en el cuerpo), y el otro siste-
te o repulsión. Los objetos que pueden inducir ma estaría relacionado con la evitación de agentes
esta emoción pueden variar enormemente: nos patógenos o contaminantes en un sentido más
dan asco las cucarachas, aquellas comidas que amplio. En general, parece que la repugnancia
tienen mal sabor, las cosas que tienen aspecto tiene una utilidad desde el punto de vista evoluti-
viscoso, los olores repulsivos, los desechos cor- vo, porque hace que sintamos aversión por deter-
porales, etc. y, al mismo tiempo, también decimos minados objetos o sustancias que podrían resultar
que nos repugnan cosas tales como el incesto, el peligrosos para nosotros. Uno de los rasgos más
racismo… o incluso una oferta que considera- curiosos de esta emoción, y que, con toda segu-
mos injusta en el juego del ultimátum4. En otro ridad, ha propiciado que exista tanto interés en
orden de cosas, también de las personas o grupos torno suyo es el hecho de que la repugnancia, si
sociales que han sido estigmatizados en algún bien es una emoción básica y primitiva (Ekman,
momento histórico (como los homosexuales, las P. 1992; Griffiths, 1997; Prinz, 2004a y 2004b),
mujeres, las castas inferiores, etc.) se ha dicho puede ser provocada por un amplio espectro de
que son repugnantes. En estos casos, la repugnan- objetos y situacio-nes (Kelly, 2011). En definitiva,
cia ya no es una mera reacción determinada por la repugnancia posee una base evolutiva innata y
nuestra fisiología, sino que la emoción adquiere tiene como función protegernos de la enfermedad.
un contenido moral y político. En La expresión Pero, por otra parte, ocurre que esta emoción está
de las emociones en el hombre y los animales, presente en numerosas relaciones humanas. Así,
Darwin (1872/1967: 10) dice que la repugnancia, por ejemplo, el asco se puede encontrar a menudo
¨en su acepción más sencilla, se aplica a toda en nuestros juicios morales, en nuestras actitudes
sensación que ofenda al sentido del gusto¨, y hacia temas como la sexualidad, e incluso en las

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opiniones que nos merecen las gentes de otras Primero, que lo semejante produce lo seme-
razas o creencias. jante, o que los efectos semejan a sus causas, y
Respecto la adquisición de la emoción en los segundo, que las cosas que una vez estuvieron
niños, todavía no está claro cómo se desarrolla. en contacto actúan recíprocamente a distancia,
En lo que sí coinciden todos los autores es en que aun después de haber sido cortado todo contacto
requiere de un aprendizaje para ser modelada. La físico. El primer principio puede llamarse ley de
sociedad, por tanto, influye enormemente en la semejanza y el segundo ley de contacto o contagio.
forma y dirección que toma la repugnancia, es Del primer principio, por tanto, se deduce
decir, a la hora de determinar los objetos que nos que un objeto tiene la capacidad de transmitir
parecerán repugnantes. El asco dejó de ser una sus propiedades a otro objeto sólo por el hecho
simple reacción fisiológica en algún momento de de tocarlo o por imitar su forma y, del segundo
principio, se colige que aquello que haga una
nuestra historia evolutiva para convertirse en una
persona (en este caso Frazer habla de un mago
emoción dotada de contenido moral y político.
de las sociedades primitivas) con un objeto del
Rozin y sus colaboradores subrayan la impor-
mundo afectará de la misma manera a la persona
tancia de este contenido ideacional al ser éste un
con quien este objeto estuvo en contacto, con
rasgo únicamente presente en la especie humana independencia de que el objeto formara o no
(Rozin, 1999; Rozin y otros, 2008). parte de su cuerpo en algún momento. Frazer
explica, por ejemplo, cómo en las sociedades
primitivas, los hombres pensaban que podían
El asco como emoción altamente adquirir las propiedades o las cualidades físicas
cognitiva de un animal comiendo su carne. Así, relata cómo
en ¨Marruecos a los enfermos muy decaídos les
Como hemos visto en el punto anterior, la dan a tragar hormigas y a comer carne de león,
función principal del asco desde el punto de vista que hace de un cobarde un bravo, pero las gentes
de la evolución es protegernos de algunos peli- se abstienen de comer corazones de gallinas por
gros. En este punto, la frontera entre la repugnan- temor de volverse cobardes¨ (Frazer, 1944: 563).
cia y el miedo se vuelve borrosa. Es por ello que Rozin y sus colaboradores (Rozin y otros, 1986:
uno de los mayores estudiosos de esta emoción, el 703) tradujeron las ideas de Frazer de semejanza
psicólogo de la Universidad de Pennsylvania Paul y contagio como la imagen iguala al objeto y
Rozin, defiende que para que algo nos produzca como una vez en contacto, siempre en contacto¨,
asco hay que sumarle un componente cognitivo: respectivamente, y llevaron a cabo una serie de
experimentos para comprobar si las personas
tenemos que pensar que el objeto está conta-
seguimos haciendo estas atribuciones de propie-
minado. Por tanto, nos encontramos con que la
dades por asociación y si seguimos pensando a
repugnancia no es sólo una reacción natural, sino
través de estos parámetros de contagio mágico.
que además contiene un destacado componente
Al parecer, cuando ha existido un contacto físi-
cognitivo vinculado a las ideas de contaminación,
co entre una comida aceptable y una substancia
impureza y contagio. En la idea de contaminación que es repugnante porque se considera que es un
opera lo que estos autores denominan leyes de contaminante, entonces la comida es rechazada.
magia simpatética. Rozin, Haidt y McCauley A juicio de los autores, esta precaución podría
toman estas ideas del antropólogo James George tener un sentido desde el punto de vista adapta-
Frazer, autor de La rama dorada. En dicha obra, tivo, dado que nos hace evitar los microorganis-
Frazer sostiene que en la mente del hombre pri- mos que podrían permanecer tras el contacto. En
mitivo el mundo funciona con arreglo a dichas efecto, pequeñas trazas del objeto contaminante
leyes, que vendrían a ser el equivalene de la idea podrían persistir en el alimento antes aceptable
moderna de ley natural. Frazer postula dos prin- y ahora contaminado. Así, nos parece asqueroso
cipios de pensamiento en virtud de los cuales se comer un plato de sopa al que le ha sido retirada
funda la magia (Frazer, 1981: 33-34): una cucaracha o una mosca porque consideramos

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que podría quedar alguna traza de las mismas superiores emplean a las inferiores para las tareas
(Rozin y Fallon, 1987). En este ejemplo no ope- domésticas, pero éstas jamás pueden tocar la
rarían las leyes de contagio mágicas, puesto que comida de aquéllas con la finalidad de evitar la
realmente podrían haber restos de estos insectos contaminación.
en la sopa. Veamos ahora otros ejemplos en los De esta manera el asco puede ser un dispo-
que estas leyes sí estarían presentes. Como hemos sitivo. Foucault (1977,p.128), define el dispositivo
visto antes, las leyes mágicas de similaridad como “un conjunto decididamente heterogéneo,
postulan que el parecido en algunas propiedades que comprende discursos, instituciones ,instala-
provoca una suerte de identidad entre dos objetos. ciones arquitectónicas, decisiones reglamenta-
Así, los participantes en los experimentos rias, leyes, medidas administrativas, enunciados
de Rozin y sus colaboradores rechazaron comer científicos, proposiciones filosóficas, morales,
trozos de chocolate con forma de heces de perro filantrópicas; en resumen: los elementos del dis-
cuando se les daba a elegir entre éstos y otros positivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo
trozos de chocolate con una forma más conven- no dicho. El dispositivo es la red que puede esta-
cional, a pesar de que los sujetos sabían perfec- blecerse entre estos elementos.” Los dispositivos
tamente que la composición de unos y otros era de control social, no se aplican únicamente a las
exactamente la misma (Rozin y otros, 1986). De acciones que son posibles de emprender, sino
forma similar, los sujetos preferían pañuelos de también a los cuerpos que es posible tener en un
papel faciales para sonarse la nariz en vez de momento dado y a cómo actúa uno a través de
papel higiénico nuevo, y la sopa servida en un ese cuerpo, mediante la distribución y regulación
orinal les resultaba mucho menos deseable que la de las emociones. Por supuesto el asco puede ser
misma sopa servida en un tazón. En otro estudio, comprendido a través de esta idea de dispositi-
en el que la sopa había sido removida con un vo: porque no solamente existen enunciados y
matamoscas completamente nuevo, Rozin y sus proposiciones científicas, filosóficas y morales
colaboradores observaron la presencia de los dos sobre sus objetos, sino que además existen toda
tipos de leyes mágicas en esta ocasión (tanto las una serie de disposiciones legales que regulan el
de similaridad como las de contagio): al utilizar contacto con ellos (desde la recogida de basura
un objeto repugnante para remover la sopa, los hasta las leyes de extranjería). Curiosamente, el
participantes piensan que éste transfiere sus pro- principal discurso cotidiano sobre las emocio-
piedades repugnantes a la misma (Rozin y Fallon, nes predica su consustancial inaprensibilidad,
1987). Por otra parte, Rozin y los otros coautores su imposibilidad de control y de gestión, este es
dirigen nuestra atención hacia un detalle curioso: también el caso del asco. De ahí que debamos
hay ocasiones en las que sí puede existir una con- empezar a sospechar que la relación entre la
taminación verdadera de unos objetos por otros, emoción y el control social debe ser más pro-
pero nosotros somos capaces de ignorar este funda de lo que pensamos, si lo que parece ser
hecho por completo. Así, respiramos el aire que el discurso dominante sobre las emociones, nos
ha sido inhalado y exhalado por otras personas incita a dejarlas de lado, a no tocar demasiado el
sin atender constantemente a este proceso. En tema, y a no encontrar control donde no debe ser
la época del Apartheid en Sudáfrica, se evitaba visto. Por supuesto para poder actuar como tales
cualquier tipo de aproximación entre blancos y mecanismos de control, las emociones requieren
negros impulsando la separación en los lugares de inicialmente de un discurso previo sobre la liber-
trabajo, de residencia, de transporte, o incluso en tad individual y la posibilidad que se le otorga a
los recintos educativos con la finalidad de evitar la persona de elegir y hacerse su propio destino.
todo contacto. Estos estudios dan cuenta de cómo la repug-
Sin embargo, los blancos se servían a menu- nancia es una reacción que cada vez se aleja más
do de los negros en sus cocinas, de tal modo de la mera fisiología para pasar a ser una emo-
que su comida era preparada y tocada por éstos. ción repleta de contenido cognitivo, vinculada a
Esta práctica, por el contrario, es evitada en creencias, asociaciones de ideas y percepciones
la sociedad de castas de la India: las castas (muchas veces totalmente irreflexivas), y que

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tiene que ver con una contaminación imaginaria acusando a algunos colectivos, o bien de tener
o metafórica más que con una contaminación características repugnantes, o bien de estar más
real. Del mismo modo, nuestra sensibilidad cerca de los animales que de los seres humanos.
hacia las fuentes de posible contaminación La tarea de propaganda contra los judíos llevada a
también se encuentra enormemente mediada por cabo por los nazis constituye un formidable ejem-
estas cogniciones. plo de ingeniería social en el que la repugnancia
posee un papel fudamental. Hans Frank, gober-
nador de Polonia, decía de este país que estaba
El asco como deshumanización lleno de piojos y de judíos. El propio Hitler, en su
Mein Kampf, llega a preguntar refiriéndose a la
Según la filósofa Martha Nussbaum algunos Viena de después de la Primera Guerra Mundial
objetos, como las cosas viscosas, malolientes o de (Glover, 2007: 464):
aspecto sucio, son una suerte de objetos naturales
de repugnancia, es decir, que son objetos que ¿Había alguna forma de suciedad o liberti-
causan de forma natural y más o menos ubicua naje en particular en la vida cultural, sin que
hubiera involucrado en ello algún judío? Aun
repulsión. Ahora bien, también hay cosas que
cuando el corte en este absceso se realice
se convierten en blanco de esta emoción como con todo el cuidado posible, es imposible no
consecuencia de tradiciones, de la educación o de hallar en él, como una larva en un cuerpo en
prácticas culturales (Nussbaum, 2006: 118). Un putrefacción, a menudo deslumbrado por la
rasgo habitual de nuestro comportamiento social luz repentina, ¡un pequeño judío!
y, por extensión, político es que en ocasiones se
trata a determinadas personas o grupos sociales En una entrevista realizada en 1975 a Ruth
como portadores de un estigma y como portado- Kalder, la viuda de un comandante de campo de
res de unos atributos de contaminación e impure- concentración, ésta declaró que los judíos ¨No
za. Como señala Nussbaum (2010: 59) ¨Este relato eran humanos como nosotros. Eran asquerosos¨
parece tener cierto nivel de universalidad¨, es (Glover 2007, 469). Y Primo Levi, en su inolvi-
decir, que en todas las culturas se dan dinámicas dable Si esto es un hombre, habla de la vida en
semejantes, y añade que, lamentablemente: ¨debe- los campos de concentración como algo repleto
mos reconocer que todos los grupos humanos de ¨detalles maníacos y simbólicos, tendentes
crean grupos de excluidos que reciben el estigma¨. todos a demostrar y confirmar que los judíos,
Este estigma siempre suele recaer sobre grupos los gitanos, y los eslavos, son ganado, desecho,
subordinados, como por ejemplo las mujeres, las inmundicia¨ (Levi, 2005: 337. El ejercicio de
personas de minorías étnicas, los homosexuales, propaganda nazi orientado a la deshumaniza-
las castas inferiores en la India, etc. ción de sus víctimas empleando el recurso a la
El estigma, por tanto, tiene una dimensión repugnancia no es, por desgracia, un caso único.
política, puesto que crea una serie de jerarquías Este sórdido relato también se ha repetido una y
sociales en función de las cuales un grupo de otra vez a lo largo de la historia con pueblos de
personas son excluidas, repudiadas y, en defini- tiempos y lugares distintos. En la Camboya de Pol
tiva, negadas. Por oposición a estos grupos, un Pot los eslóganes exhortaban a sanear el Partido
grupo privilegiado se define a sí mismo como y el pueblo extirpando los elementos podridos
superior. Así, sostiene Nussbaum (2010: 61), ¨la y localizando los horribles microbios (Glover,
patología de la repugnancia tiene como eje central 2007: 419-420), y en Ruanda se decía de los tutsis
la bifurcación entre lo “puro” y lo “impuro”: la o de los hutus con ideas políticas moderadas que
construcción de un “nosotros” sin falla alguna y eran cucarachas (Glover, 2007: 170). También las
de un “ellos” con carácter contaminante, sucio y mujeres y los homosexuales han sido o son vistos
malo¨. A menudo, en la propaganda de tipo racis- en algún momento o lugar como cuerpos hedion-
ta, sexista o discriminatoria en general, se suele dos, corruptibles y asquerosos, y, en consecuen-
recurrir a la repugnancia como elemento retórico, cia, como potenciales contaminantes (Nussbaum,

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2006: 130-138). De este modo, la capacidad para imaginar cómo uno sentiría o pensaría si estu-
detectar la contaminación y sentir repugnancia viera en el lugar del otro; 7. La empatía es sentir
puede haber sido forjada por la evolución como malestar ante el sufrimiento de otros. Así, diver-
un mecanismo que nos permite evitar enferme- sos autores han resaltado distintos rasgos de la
dades, pero, con frecuencia, nos encontramos experiencia empática: algunos lo han relacionado
con que dicha capacidad suele operar con inde- con la imaginación y el pensamiento, otros con la
pendencia de este propósito adaptativo inicial, y imitación de una respuesta neural y otros con los
localiza otros objetos a los que vincularse a través sentimientos corporales de malestar. En cualquier
del aprendizaje. caso, se opte por una definición más cognitiva o
La transmisión cultural, por tanto, juega un por una más fisiológica, el caso es que la empatía
papel esencial a la hora de conformar los objetos implica una reconstrucción de la experiencia del
apropiados para el asco, es decir, los objetos que otro, y por tanto, implica cierta identificación,
deben desencadenar la emoción dado un contexto aunque sólo sea momentánea, con él. Esta habi-
particular. Esto es lo que ocurre, precisamente, lidad psicológica nos ayuda a ponernos en la piel
cuando la repugnancia es sentida como respuesta del otro y a comprenderlo. Es por ello que hay
ante colectivos que nos disgustan. autores que consideran que nos predispone a la
colaboración mutua y al comportamiento proso-
cial. Uno de estos autores es el psicólogo Martin
El ambiente moral y la empatía Hoffman 5(1981 y 2000), cuyas obras resultan
imprescindibles en la literatura sobre la empatía.
Hay quien defiende incluso que estas tendencias
A pesar de que la psicología experimental ha
prosociales no son patrimonio exclusivo de los
puesto al descubierto ciertas tendencias universa-
seres humanos maduros, sino que son predispo-
les de nuestro comportamiento social y político
siciones innatas que también poseen algunos ani-
que no son precisamente loables, lo cierto es que
males y los niños (De Waal, 1996, 2005 y 2012).
hay otros fenómenos, también estudiados desde
Daniel Batson dedicó muchos años a estudiar las
esta disciplina, que revelan otras propensiones
motivaciones que nos llevan a cometer actos de
más esperanzadoras para nuestras aspiraciones altruismo. En sus trabajos, así como en los de sus
morales. Hablamos aquí de la empatía, una ten- colegas y comentaristas, se debate si lo que nos
dencia no sólo universal, sino al parecer también mueve es un interés egoísta o personal, o si lo que
natural, a identificarnos en algún sentido con los nos mueve es alguna suerte de identificación o
demás y a mostrar interés por ellos, doliéndonos unidad con el otro sufriente que nos lleva a actuar
con sus penas y alegrándonos con sus alegrías. de forma altruista. Batson postuló la teoría de la
Cabe precisar que, si bien la empatía no es una empatía-altruismo concluyendo que cuando senti-
emoción moral propiamente dicha, sí constitu- mos empatía, lo que nos mueve es el bienestar del
ye un mecanismo psicológico valioso para la otro, y no el nuestro propio (Batson y otros, 1990
moralidad. Veamos por qué. El psicólogo Daniel y Batson, 1991). En cualquier caso, sostiene que
Batson recoge hasta ocho acepciones del término la empatía actúa como mediadora de diferentes
para responder a la pregunta ¿Qué es la empatía? tipos de comportamiento moral (cf. Lishner y
(Batson, 2009: 4-8): 1. La empatía es saber en otros, 2011; Hein y otros, 2010 y Batson, 2010).
qué estado interno se encuentra otra persona, En un estudio reciente realizado en colabo-
incluyendo sus pensamientos o sus sentimientos; ración con especialistas en neurociencias, Batson
2. La empatía es adoptar la postura o igualar y otros autores concluyen que la activación de
nuestra respuesta neural a la de otra persona corteza insular (área cerebral relacionada con la
que observamos; 3. La empatía es sentirse del empatía) puede motivar la ayuda a otros, mien-
mismo modo que otra persona; 4. La empatía es tras que la activación de núcleo accumbens (área
proyectar o intuir en uno mismo la situación de relacionada con la evaluación negativa de algo)
otra persona; 5. La empatía es imaginar cómo reduce la propensión a ayudar (Hein y otros,
otro está pensando o sintiendo; 6. La empatía es 2010). Una idea que resulta de interés introducir

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aquí es el concepto de círculo moral, que David coautores, hay tres mecanismos que desenca-
Pizarro, Brian Detweiler-Bedell y Paul Bloom denan la reacción empática y que por lo tanto
(Pizarro y otros, 2006) toman prestado del acer- resultan fundamentales para comprender cómo
vo terminológico de Peter Singer (2011). Como expandimos nuestro círculo moral: 1. En primer
señalan estos autores, nadie se siente culpable lugar, los mecanismos miméticos y de feedback.
por darle una patada a una piedra, pero sí nos Tendemos a mitetizar e imitar las acciones de
parece terrible darle una patada a un niño. En los otros, y ello provoca que podamos sentirnos
algún punto, los seres humanos trazamos unos como ellos se están sintiendo. La lógica es que, si
límites mediante nuestros códigos morales, de tal siento el dolor del otro, yo estoy sufriendo, y esto
modo que aquello que cae dentro de esos límites constituye una fuente de motivación para ayudar;
es digno de consideración moral, mientras que lo 2. La segunda, sería una vía más cognitiva: la
que cae fuera de esos límites no lo es. Esta idea es toma de perspectiva, que consiste en ponerse en
una simplificación, tal y como los propios autores el lugar del otro; 3. Por último, la similaridad,
reconocen, ya que, con frecuencia, ocurre que la que implica que cuando el espectador observa
preocupación moral que sentimos por los demás algún tipo de semejanza entre sí mismo y el otro
es más bien una cuestión de grado. Por ejemplo, sufriente, entonces empatiza de forma más fácil
es muy común que de forma más o menos natural con él. Lo que nos interesa resaltar aquí es la
e irreflexiva, nos preocupen los que nos son cer- plasticidad de estos procesos; como señalan los
canos, como los familiares y los amigos, pero no propios autores6: ¨Dado que la cognición humana
los que nos son lejanos, como la gente que vive es flexible, es muy sencillo construir semejanzas
en China o los que vivirán en nuestra ciudad den- y diferencias entre individuos, y así incrementar
tro de trescientos años. En definitiva, el círculo o hacer disminuir la probabilidad de que alguien
moral delimita quién son aquellos cuyo bienestar
experimente empatía por un sujeto determinado¨
nos interesa o aquellos quien, por lo menos, cree-
(Pizarro y otros 2006: 87).
mos que no deben padecer afrentas injustas. Se
podría decir que la cercanía o lejanía dentro de
este espectro de círculos es lo que pauta qué clase
El asco y empatía
de obligaciones se tienen y hacia quién. No es lo
mismo el círculo de seres a los que uno no debe
matar (compuesto por todos los seres humanos), En el Emilio, Rousseau se pregunta: ¨¿Por
que el círculo de los seres a quien uno tiene que qué los reyes son despiadados con los súbditos? ¨,
amar, proteger y respaldar (dentro de esta cate- ¨¿Por qué los ricos son tan duros con los pobres?
goría suelen entrar los propios hijos, pero no las ¨, ¨ ¿Por qué la nobleza siente un desprecio tan
personas que no conocemos). grande por el pueblo? ¨. A lo que él mismo res-
Pizarro y otros (2006: 83) apuntan que la ponde: ¨Porque cuentan con no ser nunca huma-
cuestión de decidir quién y qué pertenece al cír- nos¨, ¨Porque no temen volverse pobres¨. ¨Porque
culo moral ha recibido poca atención por parte un noble nunca será pechero¨. Aparte de exhortar
de los estudiosos de la psicología moral, que al alumno a que no se sienta invulnerable, puesto
tradicionalmente se han centrado, tomando como que las desgracias que le sobrevienen a otro en
referencia a Kohlberg y Piaget, en el desarrollo cualquier momento pueden acontecerle a él, lo
de las operaciones cognitivas que conducen al que Rousseau parece querer poner de manifiesto
juicio moral. Así, Pizarro y sus colaboradores con estas preguntas es que se necesita algún tipo
consideran que una de las tareas que la psicología de identificación con la persona que sufre para
debe acometer es tratar de resolver las incógnitas que uno se sienta conmovido por ella. Esta idea
de la expansión de nuestro círculo moral. Ellos coincide con lo que hemos tratado de exponer en
mismos proponen que la empatía podría tener el apartado anterior.
un papel fundamental en este proceso, ya que Las diferencias de clase, género, raza o
ésta pone en marcha una suerte de ímpetu moral incluso de opinión pueden convertirse en auténti-
(Pizarro y otros, 2006: 85). Según Pizarro y sus cas barreras para el ejercicio de la empatía. Esta

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observación es de una formidable obviedad, pero una suerte de mecanismo de defensa para evitar
lo cierto es que si este tipo de diferencias impli- la incorporación y el contacto con sustancias
ca una dificultad para empatizar con los otros, peligrosas, y que posteriormente fue adquiriendo
también significan un obstáculo para la inclusión un contenido ideacional que ha acabado haciendo
de los otros en nuestro círculo moral. La historia de ella una emoción altamente cognitiva y con
de la humanidad es también la historia de la una notable presencia en las relaciones humanas.
crueldad con nuestros semejantes precisamente Con Rozin, Haidt y MacCauley podríamos
por nuestra incapacidad de verlos como seres afirmar incluso que el estudio de la evolución
susceptibles de dignidad y de interés moral. La cultural de esta emoción nos lleva al corazón
historia moral del siglo xx escrita por Jonathan mismo de lo que significa ser humanos (2008:
Glover es un extraordinario relato que nos invita a 771), puesto que pone de relieve nuestro extraño
reflexionar precisamente sobre este hecho y sobre lugar entre naturaleza y cultura, así como nuestra
los procesos de deshumanización que han llevado capacidad para moldear las fuerzas biológicas
a los hombres a pensar que otros de su misma mediante la influencia social. Por ello el estudio
condición no eran sus iguales, sino criaturas de de la repugnancia debe abordarse desde distintos
una clase distinta: bestias, alimañas, o incluso frentes: desde las ciencias empíricas y desde las
objetos completamente inanimados carentes de humanidades. La neurociencia, la biología, y las
dignidad. La repugnancia ha jugado un papel disciplinas que investigan con una metodología
fundamental en estos procesos de deshumaniza- empírica proporcionan datos objetivos y, por
ción, como hemos visto en una sección previa. La tanto, su aportación es muy valiosa. Pero no por
repugnancia es una herramienta útil a la hora de ello hay que desdeñar las contribuciones de las
persuadir a otros de que ciertos individuos o gru- humanidades, cuya misión no es la averiguación
empírica, sino la reflexión, porque esta tarea es
pos no merecen respeto moral (Pizarro y otros,
igualmente imprescindible (aunque en estos días
2006: 89). Cuando un grupo social es estigmati-
con frecuencia se nos olvide). Como señala Adela
zado, las personas que forman parte de él quedan
Cortina con gran acierto (2011: 94-96), junto a
identificadas con lo inferior, lo contaminado, lo
las bases cerebrales, también existen otras bases
que debe ser excluido, lo innoble, lo indigno. Pro-
que deben ser estudiadas a la hora de analizar
yectando todas estas ideas negativas sobre ellos
nuestra conducta. Factores sociológicos, educa-
se les despoja de su humanidad y de su dignidad.
tivos, económicos, históricos y demás elementos
No hay posibilidad de empatía, y por tanto, tam-
coyunturales deben ser tenidos en cuenta para
poco se siente ninguna solidaridad con ellos. De
comprender la agencia humana. Pero, además,
este modo, la repugnancia se muestra como un ocurre que el hecho de ofrecer una explicación
auténtico obstáculo a la empatía y la motivación empírica y descriptiva de la conducta no es sufi-
para el comportamiento moral (Nussbaum, 2008: ciente. No podemos reducir toda investigación
382-391; Pizarro y otros, 2006: 87; Rozin y otros, sobre la agencia humana al descubrimiento de
2008: 770-771). sus bases cerebrales, porque éstas constituyen una
condición necesaria, pero no suficiente, para que
aquélla tenga lugar.
Conclusiones Las neurociencias y las disciplinas empíri-
cas pueden dar respuesta a la pregunta: ¨¿cómo
La repugnancia es una emoción a la que opera el cerebro? ¨, pero no pueden decirnos por
todavía rodean numerosas incógnitas. No sabe- qué debemos actuar de un modo u otro, cómo
mos mucho sobre sus orígenens biológicos y su podemos ser mejores o qué es digno de ser con-
posterior evolución. Tampoco conocemos con siderado valioso. Para ello es preciso recurrir a
certeza su proceso de expansión a través de la cul- la reflexión filosófica. La repugnancia, cuando
tura. Y todavía hay que investigar sobre su apren- se alía con formas de rechazo tales como el odio,
dizaje y desarrollo en los primeros años de vida. el rencor, el desprecio, o la mera indiferencia
Sí sabemos, a grandes rasgos, que apareció como hacia aquellos que no forman parte del reducido

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colectivo de los nuestros, es un caldo de cultivo la agencia moral. Pero ésta es una cuestión que
para actitudes intolerantes del signo que sea habrá que discutir en otra ocasión.
(chovinismo, misoginia, homofobia, racismo y Poner en discusión la existencia de unas
fanatismos de todo tipo). Estas actitudes se acom- relaciones de control que tienen una serie de
pañan de establecimientos de jerarquías y dife- repertorios, de conductas y de emociones aso-
rencias que menosprecian y humillan a aquellos ciadas que permiten reproducirlos, nos propor-
que son blanco de las mismas, y por ello jamás ciona la oportunidad para comprender un poco
deberían constituir una guía moral en ninguna más nuestra realidad social y quizás abra algún
sociedad. Las personas somos responsables de camino a la transformación. Siempre y cuando no
nuestros sentimientos, por lo menos en la medida creamos que la mera discusión sea la solución y
en que podemos ejercer algún tipo de influencia la puerta directa a la transformación, sino que se
sobre ellos mediante la reflexión. Pero nuestro trata más bien de una posibilidad que se nos ofre-
carácter como criaturas morales y políticas se ce para reconstruir el sentido de lo que sentimos.
encuentra a menudo repleto de carencias, fallas El objetivo de este texto ha sido el de mostrar que
y vicios. Si deseamos combatirlos, y de veras nos no hay que dar por supuesto lo que uno siente,que
conviene hacerlo, resultará indispensable: no se trata de un “dato” de los sentidos sino que
lo que uno siente, cuando siente asco por ejemplo,
1. Comprender cómo funcionan nuestros forma parte del orden emocional establecido. El
mecanismos emocionales (y aquí las cien- asco es un “dato” social, algo que nos informa
cias empíricas tienen mucho que decir). 2. sobre cómo estamos hechos, quiénes somos,
Averiguar qué papel juegan las emociones en dónde estamos y a quién le vamos.
nuestra vida moral y política. 3. Evidenciar
los riesgos que entraña dejarse llevar por
algunas emociones para la salud de una
Notas
sociedad y sus miembros si no hacemos un
esfuerzo de reflexión (peligros de exclu-
sión; de construcción de unas jerarquías 1. Asco y repugnancia se hablarán en un mismo
sociales no fundadas en el mérito, sino en sentido en este texto.
contingencias; o peligros de crueldad y des- 2. La Neurociencia se ocupa del estudio del Sistema
humanización). 4. Y, sobre todo, entender nervioso central y periférico y la Neuroética, que
que la educación de las emociones es un proviene de ella, es la moral aplicada al estudio
componente esencial de la educación moral del cerebro, considerado el órgano base de la
y la educación cívica. identidad, de la responsabilidad y de las funcio-
nes superiores.
3. La hipótesis desde el punto de vista evolucionista
Del mismo modo en que la repugnancia
es que el asco es un mecanismo de evitación de
puede incitarse y exaltarse en las gentes, bien enfermedades diseñado por la Selección Natural
podría inhibirse, o por los menos transformarse, para evitar objetos como heces, vómito y perso-
para vincularla a otros objetos, como por ejemplo nas que pueden ser contagiosas. Steven Pinker
las injusticias y las afrentas morales. Es difícil considera al asco como una “Microbiología Intui-
definir todos los componentes que debe tener tiva”, como una Teoría de los Gérmenes innata, y
una buena educación moral y cívica, pero, por lo verdaderamente es sorprendente que la gente ha
pronto, lo que sí deberíamos tener por seguro, es evitado posibles causas de contaminación como
que cualquier ser humano, y en particular aque- si supiera que existen los gérmenes, cuando el
descubrimiento de los mismos se realizó a finales
llos que forman parte de determinados colectivos
del siglo XIX. Por lo tanto la ventaja evolucionista
tradicionalemnte estigmatizados, ni fueron, ni
del asco evitando la transmisión de enfermedades
son, ni pueden ser jamás objetos apropiados para parece clara. Se han estudiado las cosas que dan
esta emoción. Tendremos que averiguar entonces asco en diferentes culturas y evidentemente exis-
a qué clase de blancos debe dirigirse la repugnan- ten variaciones culturales, cosas que dan asco en
cia, en qué medida sería adecuado que lo hiciera una cultura y no en otra, pero existen también
y aclarar si ésta puede tener un lugar o no en muchas cosas en común.

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4. A l menos así lo aseveran Chapman H. A., Kim moral disgust ¨, Science, vol. 323 no. 5918, pp.
D. A., Susskind J. M., Anderson A. K. (2009), 1222-1226.
para quienes la reacción facial provocada por los Cortina, A. (2011): Neuroética y Neuropolítica.
malos sabores, la provocada por objetos poten- Sugerencias para la educación moral, Madrid,
cialmente contaminantes y la provocada por Tecnos.
un tratamiento injusto en el famoso «juego del Crisp, R. (2008): Compassion and Beyond, Ethic
ultimátum» es la misma. Al parecer, sus experi- Theory and Moral Practice, 11, pp. 233-246.
mentos sugieren que los tres tipos de situaciones EKman, P. (1992): An argument for basic emo-
suscitan en nosotros una expresión facial caracte- tions, Cognition and Emotion, 6, 169-200.
rística que tiene lugar como consecuencia de una Ekman, P. y V. Friesen, (1989): ¨The Argument and
reacción de rechazo oral y nasal. En resumen, Evidence About Universals.
también la percepción de trangresiones morales Darwin, Ch. (1967): La expresión de las emociones
nos hace poner cara de asco.
en el hombre y en los animales, Buenos Aires,
5. Aunque no falta quien sostiene una postura
Ediciones Mundiales. Edición original: The
diametralmente opuesta y piensa, no sólo que la
expression of the emotions in man and animals,
empatía no es un prerrequisito para la moralidad,
Londres, John Murray, 1872.
sino que no constituye ningún fundamento para
De Waal, F. (1996): Good Natured: The Origins of
ésta. Ver esta sugestiva contrapropuesta en Jesse
Right and Wrong in Humans and Other Animals,
Prinz (2011a y 2011b).
6. Algunos de los estudios llevados a cabo por Bat- Cambridge, Massachussets, Harvard University
son y sus colaboradores tuvieron por finalidad Press. Traducción Castellana: Bien natural: los
demostrar este tipo de sesgos. Ver, por ejemplo orígenes del bien y del mal en los humanos y
Batson y otros (1995). En estos experimentos los otros animales, Barcelona, Herder, 1997.
participantes se vieron más inclinados a prestar (2005): Morality and the social instincts, en
ayuda cuando se les proporcionó información Peterson, G.B. (ed.): Tanner lectures on human
sobre las semejanzas que existían entre una perso- value, 25. University of Utah Press, Salt Lake City,
na que estaba en una situación complicada y ellos pp. 1-39.
mismos (haciéndoles saber que el sujeto en apuros (2012): The antiquity of empathy, Science
estudió en el mismo centro educativo que ellos). 336, 874. frazer,
J. G. (1944): La rama dorada. México, F.C.E.
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