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USO DEL SILICATO DE POTASIO EN SOJA : reduce acidez

del suelo y beneficia estructura microbiológica


Ing. Agr. Óscar Dickel (*)

El silicato es un mineral que se utiliza en la agricultura a nivel extensivo e


intensivo. En la mayoría de los casos, viene mezclado con potasio, calcio o
magnesio, como también hierro. Estos elementos, combinados entre sí, de
acuerdo a cada fórmula, representan un excelente corrector y benefactor de la
estructura física, química y microbiológica del suelo. Según las experiencias
de uso en terrenos degradados, permitió optimizar sus condiciones, de manera
a favorecer el sistema radicular del cultivo y, por ende, su follaje y llenado de
granos.


Imágenes

 / ABC RuralAM PLIA R
SILICATO DE POTASIO, SOJA

En un establecimiento agrícola de la zona de Obligado, departamento de Itapúa,


técnicos y profesionales especializados en cultivos extensivos realizaron trabajos de
corrección del suelo, utilizando el silicato para neutralizar la acidez en su estructura;
elevar los niveles de calcio, potasio y magnesio y, por sobre todo, introducir las
condiciones de equilibrio entre los macro y micronutrientes. Consecuentemente, se tiene
mejor desarrollo radicular, mayor reproducción de la cadena de los microorganismos y
la metabolización de los elementos para las plantas.

RESULTADOS POSITIVOS

En una de las exploraciones técnicas, para observar la estructura del suelo, en zonas con
fertilización química, combinando silicato de potasio y de calcio más magnesio, se
tuvieron los siguientes resultados:

“En la planta que recibió abono químico con silicato, la raíz pivotante o raíz principal,
al encontrarse con las partes ácidas del suelo, tuvo algunas desviaciones, queriendo
escapar de la acidez (aluminio). Después, presentó una bifurcación para buscar el mejor
camino. Se notó un buen desarrollo radicular porque mejoraron las condiciones físicas,
químicas y microbiológicas, además de una muy buena nodulación. En los cultivos en
los cuales solo se aplicó fertilizante químico (sin silicato), la raíz pivotante quedó muy
disminuida”. En relación a las vainas, en parcelas en las cuales se aplicó silicato, se
encontró buen desarrollo de granos de soja, mientras que aquellas que no recibieron el
mineral, quedaron con un desarrollo atrasado (menor carga de granos).

CORRECCIÓN DE SUELO

Normalmente, se combinan entre 120 a 180 kg de fertilizante químico por ha, de


acuerdo a la capacidad de absorción del suelo y a la cantidad de materia orgánica
existente. No obstante, debido a que el campo anteriormente se dedicaba a la ganadería,
quedó muy degradado, lo que propició una corrección por etapas. Entre las principales
deficiencias, se encontraron: bajos niveles de potasio y calcio; niveles medios de
magnesio y deficiencia de otros micronutrientes, como boro, zinc y cobre. Se recurrió
también a la corrección en superficie. Sin embargo, en ocasiones, pueden ser variables
los resultados, ya que cada m² de suelo es diferente. Pero, en los 45 y 50 días que
trabajó el silicato en la raíz de las plantas, consiguió bajar a mayor profundidad sin
bifurcarse. De acuerdo a los trabajos experimentales con el silicato, se producen entre
500 y 700 kg de nitrógeno por ha de soja al año.
Esto significa que, por cada 700 kg disponibles, también se necesitará una milésima
parte de cobre para ser metabolizado por la planta.

NUEVAS EXPECTATIVAS

En determinados campos, los rendimientos superaron todas las expectativas, ya que la


media, anteriormente, llegaba a los 2200 kg/ha. Según los informes técnicos, hay
parcelas con 60 y 80 años de uso, en los cuales se ejecutan labores de recuperación y
fertilidad. “Tiempo atrás, se han hecho aplicaciones con cal agrícola. Posteriormente, se
inició el proceso de corrección y mejora de la estructura del suelo con la combinación
de silicatos.

Los silicatos fueron aplicados en una siembra de soja, combinando con abonos químicos
y materia orgánica, buscando el equilibrio de macro y micronutrientes. Luego, se hizo
una siembra de maíz en cobertura, corrigiendo los nutrientes en forma sistemática y
secuencial”. Tras el maíz, se ejecutó un trabajo atípico: la siembra de trigo y postreras
correcciones en superficie en los que los niveles de calcio se habían reducido. Según los
especialistas, al poco tiempo hubo presencia de aluminio tóxico, que tuvo que ser
corregido con silicato en superficie, combinando nuevamente con abono químico;
macro y micronutrientes en siembra. Finalmente, los estudios de suelo y los
rendimientos en el cultivo demostraron óptimos niveles de producción, con 4500 kg/ha.
“Tenemos muy altos porcentajes de rinde de soja, pero se tienen que crear o producir los
niveles óptimos de fertilidad para alcanzar los distintos potenciales genéticos que
tenemos en la oleaginosa”.

MÁS ESTUDIOS

Las diversas experiencias con el uso de silicato en producciones extensivas demuestran


que hay una enorme necesidad de ampliar la cantidad de estudios científicos, aunque,
actualmente, la recomendación es reponer al menos 80 kg de silicato por ha al año.

“Desde el inicio del proceso de corrección, con cal agrícola y otros elementos, el
periodo fue de cuatro años aproximadamente, y hace dos años que se está
complementando la corrección de silicato combinado con otros elementos”.

NÓDULOS

La cadena de nódulos que se desarrollan en la raíz ayuda a transformar el nitrógeno en


proteína y la proteína en aceite.
Luego, una vez vacíos, brinda un espacio libre dentro de la estructura del suelo para la
acumulación de agua y oxígeno, elementos importantes para una menor incidencia de
patógenos en la estructura del suelo; consecuentemente, se logra un saludable y mejor
sistema radicular. En tierra roja, los porcentajes de arcilla pueden llegar del 52 al 55 %
en la parte más profunda, con lo que la raíz necesita ejercer una enorme presión para
perforar dicha estructura; por ende, los nódulos oxigenan a la planta. “Anteriormente,
observamos el desarrollo radicular de las plantas y pudimos notar que el suelo tiene
limitaciones naturales, lo que limita la perforación de las distintas capas del suelo”. Por
lo expuesto, el suelo tratado con macro y micronutrientes, y silicato, es más fácil de
perforar en sus distintas capas. En algunos casos, el sistema radicular sobrepasó 1 m de
profundidad, lo cual con nódulos permitió la presencia de agua para el mejor
crecimiento de las plantas.

LIMITACIONES QUE SUPERAR

Las limitaciones del suelo son las que imposibilitan el buen enraizamiento en los
distintos cultivos, pero una vez realizados los diferentes procesos de recuperación, será
posible un buen desarrollo radicular, así como una mejora de la estructura y genética del
cultivo. “Este proceso de fertilidad y recuperación de la estructura del suelo debiera ser
una preocupación del gobierno nacional para facilitar los recursos económicos y
posibilitar la realización de los trabajos expuestos, etc. Marco de un proyecto de
mediado y largo plazo.

(*) Especialista en manejo de suelos y cultivos extensivos

FUENTE: ABC Color - Suplemento Rural


18/02/2015.-

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