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“En una parcela demostrativa utilizamos la formulación 7-20-30. Empezamos con 100
kg/ha hasta llegar a 400 kg/ha. Tenemos un testigo que tiene cero fertilizantes en la base y
comparamos con la adición de 100, 200 y 400 kg/ha”.
En la oportunidad, los profesionales trabajaron con dos variedades: la IRGA 424 y la 430;
la primera de ciclo largo y la otra convencional, de ciclo corto. Este último material se está
probando por tercer año consecutivo.
“Lo que nosotros hacemos es la fertilización de base, para llegar a un nivel de fósforo de 60
kg/ha; con nitrógeno y potasio jugamos en cobertura, llega hasta a 100 kg/ha. Por ejemplo,
si fertilizamos con 20 kg de nitrógeno en base, los 80 kg restantes se aplican en cobertura,
en forma de urea y el potasio en forma de cloruro de potasio”.
“Como existe carencia de fósforo, ya se hace una aplicación en la base, de acuerdo a lo que
requiere el suelo y la planta. Por ende, hay una mezcla de elementos que son favorables al
suelo. Por otra parte, en terrenos ácidos es notoria la carencia de hierro, por lo que será
necesario solucionar el problema con la aplicación de cal agrícola en toda la parcela.
La dosis y los nutrientes que serán proveídos al terreno son establecidos después del
análisis del suelo.
Es recomendable que el productor realice cada año un análisis de suelo y, de acuerdo a ello,
aplique cal agrícola para la corrección. La dosis, probablemente, no sea la misma al año
siguiente. Por más de que el promedio de cal agrícola a utilizar ronde los 2000 y 3000
kg/ha, no siempre se ejecutará de este modo, porque adicionar de una sola vez tal cantidad
puede golpear de sobremanera a la planta, lo cual tampoco es beneficioso.