Está en la página 1de 55

1

EL HISTORIAD01l Y LOS HI!CHOS

¿Qué esJahlstoria? Para precaverme cilntra quien


encuentre superflua o falta de sentido la pregunta¡
voy a partir de textos relacionado» .-espectivamente
.. ,\ ,, con la primera '11 la segtillda encamaciones de la C"m:·
bridge Modern History. He aquí a Acton, en su ;u.
f!!nne a los síndicos de la Canlbndge Unive_r~ity
Press acerca de la obra que se habla comprometido
a dirigir: •.

Es ésta UDa oportunidad :sip precedente de


reunir, en la forma más útil para.Jos más, e¡ acer-
vo de conocimiento que el siglo XIX nos est4 le-
glllldo. Mediante una inteligente división ~1 tra·
bajo seffamos capaces de hacedo y de P:<)De~ al
l!!l;llnc_e_ de cualquiera el último .d~m~to y lás
conclusiones más elaboradas de la in:vestig:aci!Sn
internaciÓnal.
~o podemos, en esta generac¡ión, fonnul.M..!!!!"
historia definitiva; pero sl podemos ellinlnar la
historia convencional, y JDOstrar a qué punto he-
mos llegado en el trayecto que va de ésta a aqué'-
lla, ahora que toda la infonnación es asequiBle,
y que todo problema es susceptible de soJÜción (il).

9
Y ITanscurdclos casi exutamente sesent.u años, eo vestigación puede pBrar en algo que rebase los limi-
profesor Sir Ceorge Ciad<, en su mtroducclón gene· tes de la naturale%a de la historia. El desacuerdo
ral a la sesuncla Ctunbridge Modern Ristory, comen· entre Acton y Sir George Clark refleja el cambio ,su-
taba aquel convencímiento de Acton y sus colaborn· frido por nnestm cancepción de conjunto de la socie-
do.., de que Uegarla el dia en que fuese posible pre· dad en. el intervalo entre ambu afirmaciones. Acton
sentar uno •historia definitiva•, en los siguientes t~r· es un exponente de la fe positiva, de la clnrlvidente
mino.s: confianza propia en uno mismo, que carncteriza. la
última fase de In época victoriana; Sir q _eorge Clnrk
Los historiadores de una generación posterior rcfl_eja la perplejidad y el csceptic)smo conturbaao' de
no esperan coso semejante. oe·•u trabájo, esperan ·la generación •rebelde•. Cuando tr:>tamos de contes·
que sea supu.rndo una y· otra vez. Consideran que tar a la pregunta ¿Qué ea la Historia?, OUC$Ira.res.
el conocimiento del pasado ha llegado a nosotros puesta;consciente o Inconscientemente. refleja nues-
por med.loclón de una o más' meñte.s humanas, ha tra posición en el tiempo, y forma parte de :nucstrn
sido •eloborndo• por éstas, y' que no · puede, por respuesta a la pregunto, m's amplla. de qué idea he-
tanto, consistir en átomos elementales e Imperso- mos de formamos de la sociedad en que vivimos. No
nales que nada puede alterar... La exploración no temo que parezca t:rivial, visto más de cerea, ei tema
P_l'rece tener limites y hay investigadores lmpa· escogido. Sólo me asusta parecer pretencioso por
eoentes que se refugian en el escepddsmo, o cuan- haber planteado problema lan a.mpllo e importante.
do menos e.n In doctrins de que, puesto que todo
julclo histórico iñlplica personas y puntos de vis-
ta , todos son Igual de válidos y no hay verdad
histórica •objetiva• (2). El siglo XIX fue una gnm época para los hechos.
cLo que yo quiero -dice Mr. Gradgrind. en Tiempos
Cuando los maestros se contrndlcen de modo to.n fla· di{fcUes-, son HccbOii ... Lo úni~o qu.c ¡¡e necesi1a en
gra~te, es lftlto Intentar averiguar,c¡ué liUCcdc. BJpero la vida son Hechos.• E!n conjunto, los historiadores
hallarm~ lo bastante al dla como para darme cuento decimonónicos estaban · de acuerdo con él. Cuando
de que algo escrito en la última década del siglo Ranke, en el cuarto decenio del siglo, apuntaba, en
pasado tiene que ser un disparate. Pero no estoy lo legitima protesta contrn la historio morn~adora, que
suficientemente adelantado como para compartir IG la tarea del historiador era •sólo mc¡strar ly gne re;~!·
opinión de que cualquier cosa escrita en "stos (Jftf. mente aconteció (wie es eigcntliclt gewesen)•, este
mos diez al\0$ forzosamente tiene que ser verdad no muy profundo aforismo tuvo un éxito asombroso.
Sin duda habrán pensado ustedes ya que esta h~ Tres genemcionC$ de hfJaorladorC$ alemanes, br!üni-
cos e incluso franceses, se )~>JUD.ron al combate ento-
(11 TI<• ,,.. Combrl4• ~ u~s~...,, 1 (ttn). p. xxrv.xxv, nando ¡, fórmula mágica • Wie es eitentliclt gewesmo,
10 11
a .modo de conjuro, encaminada, como casi todos minar la lista de los autorea, dónde dejó la pluma
los conjuros, a abonarles lo C3nsada obllgaclón de el Obispo de Oxford, y dónde la tomaron Pairbaim o
pensar por su cuenta. Lot !!!!.sltivistas, ansiosos par Guquet, dónde UebetmaDD o Harrison• (3). Hasta d
consolldar s u defensa de libistaria como cienciA, propio Sir George Clark. DO obstante so desacuerdo
wntúhuyerou con el peso~ influjo a este CUlto con d enfoque do ActOll, eontrapanfa •d sólido nú•
!!!'.J9s hechos . Primero ave~ los hechos, dcclaD cloo de los hechos~ en la historia, a •la pulpa de
los posltlvi&tas; luego dedudde ellos los conclu- las interp~r..clones controverúbles que lo rodea• (4),
. 1.iones. En Gran Bretaña, esta visión de ·la historia.· olvidando acaso que en la fruta da más satisfacción
encajó perfecl.aolente con la tradición e.mplrlca, ten· la pulpa que el duro hueso. Cerciórense primero de
dencla dominante ·de la filosorla británica de Locke a. os datos e odrán aventurarse por su cuenta y
Bertrand Russell. u teol'Ía empírica del conoclmien- riesgo en las arenas mov mterpreta n:
o resu e una total s a.raclón entre el su· eto el tal C9 la última palabra de la escuda histórica empí·
~m. Los ec os,lo mismo que as impresione• sen· dca dd sentido común. Bllo recuerda el dicho fa.
sori~les,,incidon en el observador desde el exterigr, y_ vorito del gn m periodista liberal C. P. Scott: !.6!!!,
~.'!..mdependlentes de su conciencia. El proceso re- hechos son sa¡rados, la oplnlón Ubre~.
cepttvo es 'Pasivo: tras haber recibido los datos, se Pero estA dato que as! no se llega a ninguna par-
los IIUIDeja. BJ Oxford Shorter English Dictlonary, te. No voy a emban:anne en una disquisición filosó-
lltil pero tende=osa obra de la escuela emplí1<:a, ere- Hca acerca de la naturaleza de nuestro conocimiento
limita cJ3r.unente ambos procesos cwmdo define el del pasado. Supongamos, a efectos de la discusión
hecho como ·~e la experiencia. distinto de las presente, qu.e el hecho de que C6sar pasara el Rubl·
conclusiones•. A esto puede llam~rsele concepción de eón y el hecho de que haya unn mesa en el centro de
sentido comlffi deJa hist.a ria. La historia consiste en esta sala son da tos de igual orden, o de orden parecí·
un cuerpo de hechos verifkados. Los hechos los en· do, y que ambos datos penetran en nuestra conciencia
eurntn•el hist¡~riador en los. documentos, en w ins· de modo igual o parecido, y que ambos tienen ade-
eripc:iones, etcétera, lo mismo que los pescados sobre mts el mismo car.lcter objetivo en relación con la
el mostrador de una pescnderfa. El historiador los pcrsooa que los conoce. Pero aun en el caso de esta
reúne, se lor lleva a casa, donde los guisa y los sirve suposición atrevida y no del todo plausible, nuestro
como a él mAs le apetece. Acton, de austeras nflclo- razonamiento topa con el ob$1Aculo de que n.o todos
nes culinarias, los preferla con un condimento sen- los datos acerca del pasado son hechos históricos, .ni
cillo. En su carta de instruociooes a los colaboradores $0n traWior como tales por <1 l!lstoriador. ¿Qu6 cri-
de la primera Cllmbridge Modern History, fonnulaba terio separa...,los hechos h istóricos de ono. elatos
el requisito de que •nuestro Waterloo debe ser satis- acerca del pasado?
factorio para franceses e ingleses, alemanes y holan· (3) AtroH, l..tcturu on llodcm HllffWY (1906), p$«. 311.
deses por igual: que nadie pueda decir, sin.antes exa· {4) Cit•do cu Th• UJtmu, 19 do junio ~ 1951, pq. 191.

12 13
¿qu~ es un hecho histórico? Es ésta una cuestlón
cruda[ en la que hemos de fijarnos algo ms 31enl•- sicos. que son los mismos para todos los 11istoriado·
res, IDI!s bien suelen pertenecer a la eategorla de
mente. Según el punto de vista del sentido comim
existen hechos básicos que son los mismos para to: !!\\!Wi.B~ prima~ 9ue a la historia
misma. La segunda observación que hemos de hacer
d~!ús•?ria4ores y que CQDS1iluven. ~r_asld;
etrlo, la ~!!!!_dorsal de la histoda : el 11echo. pon· es que la necesidad de lijar dlOs da1~ básicos no
gamos por caso, de que lrl batnlla de aaslings se li- se apoyo en ninguna cualidad de los hechos mismos,
brara en 1066. Mas esl4 opinión sugiere dos observn- sillo en una decisión que formula el historiador a
ciones. La primera. que no son datos como ~te los priori. A pesar de la sentencia de C. P. Scott, todo pe-
que intereso.n fundnmeotabuente al historiador. Sin riodista sabe hoy que la forma más eficaz de influir
duda es importante iaber que la gran batalla tuvo en la opinión consiste en seleccionar y ordenar los
lugar en 1066·y no en 106S ó 1067, o que se libnrn hechos adecuados. Solla decirse que los hechos ba-
en Hastlngs, en vez de en Eastbourne o B righton. Bl bloo por al solos. Es falso, por supuesto. Los hechos
histori3dor llene que saber estas cosas con exac:titwl. sólo 11nblan co:mdo el historiador apel¡ a ellos: ti
Pero, cuando se suscitan problemas como ~te rt> é; quien decide a qut hechos se da paso, y en que
cuerdo s iempre aquella observación de H_pusdu.n: orden y contexto hacerlo. Si no me equivoco, era UD
cla precisión es UD deber no una ylrrud• (S). ElogiAr pcnonnje de Pinndello quien decla que un hecho es
a un historiador por la precisión de sus datos es como un neo: no se llene de pie más que sl mete-
como encomiar a un arquitecto por utilizar, en su edl- mos al!lo dentro. La única razón por la que nos inte-
fteio, vigas debidamente prepamdas o cemento bien resa saber que la b atalla se libró en Hastln$5 eo 1066
mezclado. Ello es condición necesaria de su obro, estdba en que los historiadores lo considernn hecho
pero no su función esencial. PrecisD-menle en cuestio- histórico de prlmordlallmportoncia. Es el historlado.r
nes de ~ ~ reconoce al historiador el derecho " quien ha decid ido, por. razones suyas, gue el paso de
fundqne en las Que s e hanJJifmll(lo •ciencias nuxl- llj llel iiachuelo, el ltublcóo, por Cbar, es un hecho
ffitres• de la hjstmia: la arqueologla, la epigraflo, que pertenece a li hlstoria, en tanto que el paso del
l~ numismática, la eronologlo, etc. No se eopera del Rubicón por millones de otras personas anlt$ y dC$-
historiador que domine las técnicas cspcdales mer- pu~s. no Interesa a nadie en absoluto. El hecho de
ced a las cuales el perito sabrá determinar el origen que ustedes llegaran a este edificio hace media hora.
y el periodo de un fragmento de cenl.mica o de IDIII' a pie, en bicicleta o en coche, es UD hecho del pasado
mol. o descifrar uno inscripción oscura. o llevar a como pueda serlo el hecho de que César pasara el
cabo los complejos clllculos astronómicos necesarios Rubicón. Pero los historiadnres dejarán seguramente
para fijar una reCba precisa. lo$ llamados dotos b;l. de tener en cuentn el primero de llJTlbos hechos. El
(!) M. M'ilnna AitrottOmlco.u l.iblf lrim;u p.• ed, J9Ji), pi¡~ profesor Talcott Parsons calificó una vez la clencin
na 87.
d e •sistema · selectivo de orientaciones cogoillvas
1+
1.5
bacía la realid~d• (6), Tal vez podrla haberse dicho
con más sencillez. Pero Jo cierto es que la historia es de que nadie lo menciones, en cuyo caso volverá a
eso, entre otras cosas. El historiador es necesaria- sumirse en el limbo de los hechos del pasado no per-
mente selectivo. La creeoCJa en un nüclco óseo de tenecientes a 111 historia, de donde el Dr. Kítson Clark
hechos hlstóncos existentes objetivamente y con lo- ha tratado generosamente de salv~rlo. ¿Qué será Jo
dependencia de la Interpretación del historiador es que decida cu:ll de ambas cosas ha de suceder? De-
una falacia absurda, pero dificillsima de desarraigar.. penderá, pienso yo, de que la tesis o la interpretación
&hemos una ojeada sobre .,¡ proceso por el cual en apoyo de la cual .,¡ Dr. XHson Claclt el~ este In·
un mero dato del pasado se convierte en tm hecho cidente sea aceptada por los demts historiadores
bistó?co. En 1850, en Stalybridge Wakes, un vende- como válida e Importante. Su condJc.lón de hecho
dor de goloslou era deliberadamente golpeado hasta ~stórico de enderá de una cues uón de Interpreta-
la muerte por una muchedumbre enfurecida tras una ción_, EJ;te ;lemento nterpretativo lntcrv ene en todos
disputa sin Importancia, ¿Es eUo un hecho histórico? los hechos hlslódcos.
Hace un año hubiese contestado que no sin vacilar. Pcrmítasemc evocar un recuerdo personal. Cuando
Lo habla recogido un testigo ocular en ciertas mem~ yo estudiaba bls10ria de la Anti¡:üedad en esta misma
rias ~ ~da.s (7); pero nunca vi que ningún Universidad, aiins ha, hube de dedicarme especial-
blstonador Id considerase digno de mención. Hace mente al rema de •Grecia en la época. de las guerras
un año, el Dr. Kltson Clark lo citó en sus Conferen- médicas•. Reunl en mis estanterlas unos quince o
clu Pord en Oxford (8 ). ¿Confiere esto al dato el atri- veirue volúmenes, dando por supuesto que ballru:la,
buto de histórico? Creo que aún no. Su situación ac- en aquellos tomos, todos los datos relativos a mi
tual, dlria yo, es la de que se ha presentado su eandi- tema. Supongamos -.lo q,;e era casi del todo cierto-
datum para el Ingreso en el se!ec10 club da Jos hechos que aquellos libros contenían todos los datos que se
históricos.. Se eñcuentm abara aguardando partida· conocla.n enionces, o que podían conoce""- Ni por
rios y p<rtrocinadoJW. Puede que en aftos sucesivos un momento se me ocurió lnYestig11r en virtud de
ve;unos aparecer este da.to, primero en now a pie qw! accidente o de qu~ proceso de erosión había so-
de página, Y Juego en el texto, en artículos y ·libros brevivido aquella reducldisima •elección de - datos,
acere~ de la Inglaterra decimonónica, y que dentro entre los mile.s y mlles de hechos que alguna vez tu-
do vemte o treinta allos baya pasado a ser un hecho vieron que ser conocidos de alguien, parn convertirse
histórico sólidamente arraigado. Como también pue- en los hechos deo la hístoria. Sospecho que aún hoy
una de las fascinaciones que ejerce la historia :m-
ti¡u.a y medieval radi.c a en la Impresión que nos da
de tener a nuestra disposición todos los elatos, den-
tro de unos l!mites controlables: la movediza barr<>
ra que separa los hechos históricos de los que no lo
son se esfuma porque los pocos hechos conocidos
16
., • 1
17
!and•mente religiqso fue destruida por la revolución
son todos ellos hi5tóricos. Como dijo Bury. que estu· de 1917. La imagen dd hombre medieval profunda·
dió ambos periodos, •el acervo de dalos con que mente religioso, sea vcrdaden o falsa, es Indestruc-
cuenta la hislorla antigua y medieval e:stá plagado de tible, ya que casi todos los datos que acerca de él se
lagunas• (9). Se ba dicho que la historia es un gl¡an· CXW!QCl'D fueron sele<:ciouad.os de antemano por per-
tesco rompecabezas en el que faltan numerosos tro- fOllaS que creyeron en eUa, y que querían qu.e los
zos. Mas d problema principal no estriba en las la· ilernU la compartieran, en tanto que muchos otros
gonas¡l Nuestrn imagen de Grecia en el siglo v anteB datos, en Jos qu.e acaso hubi~rumos hallado pruebas
de nuestra era es deficiente, y no sobre todo por ha- de lo contrario, se han perdido siJJ remisión. El peso
bene perdido tantos fragmentos de ella accidental· -u> de generaciones desaparecidas de historiado-
mente, sino por ser, en ·lineas generales, la Imagen res, amaoueuses y cronistas, ha dotcnnÍuAdo sin posl-
que plumó un reducido grupo de personas de la clu· liDldid de apelación nucsltllldca del !!!!ad~,- !La bis-
dad de Atenas. Nosotros sabemos bastante bien qué coña que leemos•, escribe el Profesor Barraclougb,,
opinión tenia dt! Jh"'"Greci"; de!,_.s!g!Q. v uil"Siildilllb.n'ó Diibevalista a su vez, caungue 6iSadi en los hedios,
ate:ñlómT ;.;:m ignoramos-(¡~ le ~" a un e&- 110 es, !lJ! pwidad, en absoluto fáctica, siJJo mis bien
parlallo, a un ·corintio ·o ;i ún tebano, por no decir ana serie de jujcjos admilldos• (10).
a -un persa. a ·un e.sclavo o a otro residente eu Atenu ~o pasemos abona a la car¡a, distinta annque
que no fuese ciudadano. ~ra im:¡gen ha sufrido l&ualmente pesada, del historiador que se ocupa de
una selección y una determinación preViííS antes de la q,oca mode:rna y coutemportnea. El' historiador
lleyar a nosotros, no t~to por_accidente C?mo por de la antigüedad o el medievalista podrán estar agra-
personas consciente o mcooscJCDJcmcnte unboldas da:ldos del ampiJ.o pi:'OUSO de trilla que, andando el
de una óptica suya peculiar, y que pensaron que los danpo, lla puesto a su disposición· un cuerpo man&
datos que apoyaban tal ponto de vista meredan ser jable de datos mtóricos. Como dijera Lytton Stra-
conservados. Asf también, cuando leo en una historia ~con su imperdnenle estilo, •el prln!er res$íl9
contemporánea de la P.dad Media que la géote, en b deJ historiador es lp jpOJ"ADf_Jft, l\08 ilf'QCiDCÍQ Q~
Edad Media, cm profundamente religiosa. me pn> simplifica y aclara, selecciona y omite• (11 ). Cuando
gunto cómo lo sabemos y sí es cierto. Los que conoce- me siento tentado, como me ocurre a veces, a envi-
mos como hechos de la llistorla medieval han sido diar la inmensa seguridad de colegas dedicados a
casi todos seleccionados para nosotros por genera- la mtoda antigua o lncdleval, me consuela la idea
clones de croru•tas que por su profesión se ocupa· de que tal seguridad se debe, en ¡¡ran parte, a lo
bao de la t~rla y la práctica de la religión y que mucho que ignoran de sus temas. El historiador de
por lo tanto la coruderaban como algo de suprema
imporlallcia, y recogfan cuanto a ella at.alif.ll y no
gr.m cosa más. La imagen del campesino 1'\lSO p~
_,..
Cll) G. •·---w•JCH. Búltwr &t • c,._.tírta: wotl4 (lHS), pipo

(tl) L..... &n.l<lU'r, - a E'""'"" V""""->.


(J) J. B. 1 c:I,T. s~lmr-4 ll!.I.M.Js OJJOh ¡ds. $l.
19
IS
-----.,
épocas máS recientes no go¡;a de ninguna de las ataba sin duda pronunciando aqul un veredicto an·
ventajas de esta ínexpugnJiblc ignorancia. Debe culti· :idpado sobre si mismo, sobre aquel curioso renó-
varJ'or sí mismo esa tan necesaria ignorancia, tanto .-no de un historiador en el que muchos ven el
más cuanto más se aproxíma a su propia época. Le :ats distinguido ocupante que la cátedra Regius de
lhcumbe la doble tarea de descubrir los ocos datos Historia Moderna en esta Universidad ha tenido
relevantes y convertir os en hechos históricos, :![_ de IIWlCa, y que, sin embargo, no escribió . ninguna
descartar los muChos datos carentes de importantia lüstoria. Y Acton escribió su propio epitafio en la
por ahistóricos. Pero esto es exactamente lo contr-ª: 1101.1 1Dtroductoria al primer volumen de la Cam-
rio de la herejía decimonónica, según la cual la !ridge Modern History publicado a poco de su muer-
lústoria consiste en la compilación de la mayor ca!!; "" cuando lamentaba que los requerimientos que
tidad noSible de dntos irrc&uahles y objetivos. Quien '
arobiabao al historiador· «amenazan con convertir • 1e,
caiga en tal hercjf¡¡, o tendrá que a!>andonar la his- de hombre de letras, en compilador de una enciclo-
toria por considerarla. tarea inabarcable y dedicarse .,.ula• '(13). Bn alguna parte ,habla un error. Y el
a coleccionnr sl;llpS' o a cualquier otra forma de error era la re en esa incansable e interminable
col!!Cclonismo, o acabará en el manicomio. ~sta acumulación de hechos rigurosos vistos como fun·
herejía es' la que tan desvastadorcs efectos ha tenido dameoto de la historia, la convicc.i ón de que los
en lbs últimos cien añe>s para el historiador moder· eatos hablan por si solos Y. de que~ se tienen
no, prod.ucien.do en Alemania, Gran Bretaña y Esta· .&:m~ados datos, convicción tan inapelable entooces
dos Unidos una amplia y crecicote masa de historias qué íüeroñ' poCOS los historiadores del momenn;> que
fácticas, áridas como lo que más, de monografías a1:yeron necesario -y hay quienes todavía s1gueo
minuciosamente especializadas, obra de aprendices cttyl!ndolo innecesario- plantearse la pregunta ¿Ou~
de historiadÓ;es sabedores cada ve>: más acerca de es la Historia?
cada vez mcuos, perdidos sio dejar rastro eo un El fetichismo decimooónlco de los hechos venia
océano de datos. Me temo q11e fuera esta her.ejiP completado y justificado por un fetichismo dt: lo•
-más que el conflicto, alegado al respecto. entre la documentos. Los documentos eran, en el templo de
lealtad al liberalismo o al catolicismo- lo que malo- los hechos, el Arca de Ia Alianza.. 'El historiador
gró· a~ como' h.i storiador. En un ensayo de su de\-oto llegaba ante ellos con la frente 'h umillada.
primera época, dijo de su maestro DoUinger: •Por J hablaba de ellos en tono reverente. Si los docu-
nada escribiría partiendo de un material imperú:l;to, ::ncntos lo dicen, será verdad. Mas, ¿qué nos díeen,
y pa:m él todo material era imp.,rfecto• (12}. Acton a fin de cuentas, tales documentos: los decretos, los
tntados, las cuentas de los arriendos, los ·libros 3%\1-
(11) Citado por O. P. Goocb. HlJtory ortd m~toriDJU in the Nim:.·
teP'th Cmutry, ~1· 3&5; ulterlonru:nte dijo A~:lan do OOUln¡cr que les, la correspondencia oficial, las cartas y Jos diarios
•k: tue dlldo conli¡tU'U su fiJosof(a de l11 hhturta. 1obr-c la ·mayor privados? No hay documento que pueda decimos
indu"'tóo j;lmJs al .&L:arlot · W:J hombre'"' (1/istury d/ Frt:tdont •n1d
Otlrer EsUJys, 11107. p4¡, OS), (DJ Comb,ld¡:e Modcnt HUlory, l (190l), 4.

20 21
acerca de- -un-particulu más de lo que opinaba de ocurrido fue mucho más. truculento. En 1945 los do-
él su autor, lo que opl.oaba que babia acontecido, cumentos cayeron en las marios de los gobierno~ bri·
lo que en su opinión tenia que ocurrir u ocurrida, o tánlco y norteamericano, quienes los fotograftaron
acaso taJt sólo lo que queria que los demás creyesen todos 'y pusieron las fotocopias a disposición de los
que élll'!maba, o incluso solamente Jo que él mismo inve5tigadores en el Publlc Recotd Office de Londres
creyó pensar. Todo esto no significa nada, hasta que y en los NaJ/ortal Archi~es de Washi~gto~, de forma
el historiador se ha puesto a ttabajar 'Sobre ello y que, con la suficiente cunosidad y.pactencta, podemos
Jo ha descifrado. Los datos, hayan sido encootmdos ver con exactitud lo becho por Bernhard. Lo que
en documentos o no, tienen que ser elaboradoum:_ habla hecho no era ni insóllto ni indignante. Cuando
el hiuoriador antes de que él pueda hacer algün Strcsemann murió, su pol!tica occidental parec!a
úso de euos: y el uso que hace de ellos ~c:iSa: baber sido coronada por una serie de brillantes éxi
ÍÜw•e un ¡uncesCLde elaboraciiSn. - tos: Locarno, la admisión de Alemania en la Soeied~d
- Voy a ilustrar lo que trato de decir con un ejem- de Naciones, los planes Dawes y Young Y los empres·
plo que casualmente conm.ci> bien. Cuando Gustav titos norteamericanos, la retirada de los ejércitos
Stre~!lll, el ministro de Asuntos Exteriores de la aliados de- ocupación del territorio del Rhin. Parecía
República d.e Weimar, murió en 1929, dejó una masa ésta la parle importante· a la vez que trucúfera de la
ingente -300 cajas llena~ de documentos oficiales, poUtica exterior de Stresemann: y no es de extrafiar
semioficiale-s y privados, relativos c&$Í tOdos a los seis que la selección · documental de Bemhard destacase
años durante los cuale-s tuvo a su cargo la car:tera de con mucho este aspecto. Por otra parte, la polllica
Asuntos Exteriores. Como es lógico, !I11S amigos y fa. oriental de Stresemann, sus relaciones con la Unión
miliares pensaron que la memoria de hombre tan in, Soviética, pareclan no haber llevado a ninguna parte,
signe debla honrarse con un monumento. Su leal se- y como no eran muy interesantes ni Mgrandeclan en
cretario Bernhard puso manos a la obra; y en un pla· nada la tama del estadista aquellos montones de do-
ro de tres años salieron..1res gru~ volúmenes de cuultllt05 acere&·de Iiegociaoiones que no dieron más
unas 600 páginas cada uno, que cootenfan una selec- que triviales resultado,, el proceso de selección po-
ción de los documentos de las 300 cajas, y que lleva· dla ser más riguroso. En realidad Stresemann deruc6
ban <ll impresionante titulo de Stresemanns Ver· una atención mucho más constante y soUcita a las re-
miichtnis {e El legado de Stresem~·). En circuns· laciones con la Unión Soviética, que desempeilaron
tanciJls nornnUes, los dQCUDlentos propi!Uileote dichos un papel mucho mayor en el conjunto de su poUtica
habrlan ido descomponiéndose en algün sótano o des· extranjera, de lo que puede deducir el lector de In
ván, y se babrlan perdido 1'8ta siempre. O acaso, al lllitologla de Bemhard. Pero me temo que Jlii1cbaS
cabo de un centenar de al\os o asl, habna dado con coleccione!t publicadas de documentos, sobre las que
ellos cierto investigador curioso y emprenrudo su se funda sin vacilaciones el historiador normal. son
comparación con el texto de Bernb&l'd. Lo reálmente liC!DreS que los volílmenes de Bernbard.
22 23
Pero .mi historia no tcrmb111 aquí. Poco deapués de ..¡,jeran puesto en tela de juicio la autenticídnd y la
publicados Jos tomos de lJernhnrd, sub!~ ' Hitler al ao:.tnrldnd_!ii! Suuon. Muchas colecciones impresas de
poder. Se relegó al olvido co Alemania el nombre de .Aoouilenos aceptadas de buena gana por Jos histo·
Stresem•on y los libros desaparecieron de la c:in:ula· ~res a fruta de Jos originales, descansan sobre
c:ión: muchos ejemplares. qulús la mayorfa, fueron ::a base tan precaria COIDO ésta.
desttuldos. En la actualidad, el Stresemanns Ver- . Pero quiero llevar aún más lejos la historia. Olvi-
miichlnis u un libro más blcn dif!ru1 de encontrar. 3o:mos lo dicho acerca de Bernbnrd'y Sutton, y ngrn·
l'ero en Occidente, la fama ele Stresemnnn se mantu· Xzean!o~ el poder, 5i Jo deseamos, consultar los d.~
~firme. En 1935 un editor Inglés nublic.ó una traduc- =mnentos nuténtlcos de uno de los principales Act~
c:ión abreviada de la obra de Bembard.• una sclección :u de algunos de los acontecimientos importantes de
de la sdeo::lón de Bemhard: se omitió apro~a· la bistor:ia europea reciente. ¿Quo! nos dicen Jos docu-
damente la tercera parte del orig.inal. Sutton, conod· zxatos? Contienen entre otras cosas notas de unos
do traductor del alemán, hizo su trabajo bien y de .::antos centenares de conversaciones entre Str-ese-
modo competente. I:a versión I nglesa, explicaba co el :aann y el embnjador soviético en Berlio, y de una
prólogo, estaba •ligeramente condensada, pero sola· wdntena con Chicherin. Tale~ notas tienen su rasgo
mente por la omisión de uno parte de lo que _..,o e común. Presentan a un Stresemaon que se llevaba
su sentí!'- cm lo más effmcro .•. de escaso interés •parte del león en las conversaciones, y revelan sus
para los lectores o estudiosos ~eses• (14). Esto a.-¡ument\)5 Invariablemente ordenados y atnclivos.
tmnbién es bastante natural. Pero el resultado es que
la política oriental de Stn:scmann, ya insuficiente-
= tnnto que Jos de su interlocutor son las más de las
MCeS •-ados, confusos y nada convincentes. Es ésta
mente destacada en la ediclóo de Bemhard, se pierde :=.. earacter!sticn común a todos los apuntes de con·
aún mil$. de visa, y en los volúmenes de Sutton la .........:iones diplomáticas. Los documentos no nos di-
Unión Sqvil!tlca aparece como un mero intnlso oca· :zu lo que ocurrió, sino tan sólo lo que Stresfmao.n
slonal, y lmAs bi.e n inoportuno, m la. politiea pred~ onró que habl;¡ ocurido, o lo que dese¡¡l¡¡¡ que 101
minanten\ente occidental de Stresemann. Sin cmbar ám4s pensaran, o acaso lo que él mismo quetla
go conviene dejar sentado que_es.Jiutton~~­ = que habla ocuddo. El proceso seleccionador
h~~Y meno:; aún los documentos mismos- o_yjen. :ao Jo empezaroo Bernbard ni Suuon, sino el mismo
r~resenta para el mundo occ:identa.l, salvo uno~ Scresemann. Y si tuviéramos, por ejemplo, los apun-
cuantos cspeclallstas,la ii:im!inn:a voz de Stresemann: I<:S de Chicherio acerca de dichas conversaciones, nos
De haber d.e saparecido lOs aóciimentos en 1945, du· 7 1arfomos sfn embargo enterados tan sólo de lo
raote los bombardeos, y de hal?ersc perdido el ras- ,..... de ellas pensaba Chicberin. y lo que u:almente
tro de los restantes volúmenes de Bemhard, nunca se :oc:urió tendrfa lgunlmente que ser reconstruido en
:. mente del historiador. Claro que datos y doc:u-
::aentos son esenciales pnra el historiador. Pero hay

24 2S
que ~ de convertirlos co fetiches. Por si •)o de ell11 a un re5pecto: • no habla detrás 5Josofla
~!!la" no eonst!luyen historia; no brindan por si rolas a. la historfu al¡una• (16). los historiadores britá-
n!9gno• respuesta definitiva a la [atigosa prel!!!!lta - Se negaron a dejarse arrastrar, no porque cre-
4c qw' tt la Bjstnria. JII'ICD. que la historia carece de sentido, sino porque
Llegados a este punto. quisiera decir UDilS pnlabras :::-dan a éste impllcito y evidente. )..a concepción llbc-
sobre la razón por la qw. los bisrorfudoJ"eS del siglo 2 de la historia del siglo xtx •cniurnn estrecha afi..
pasado solían desentenderse de la 5Josofía do la his- adad can la doctrin!l econ6mica del taisset·fejre,
toria. La o:xpresión la inventó Voll<lire, y desde enton· ..,dueto tnrnbién de unn visión del mundo sere11a y
cc.s se la viene utilizando en distintas acepciones; pero ~íLL Que cada cual prosiga con su especialldad.
yo la usaré, s l es que alguna vez la wo, como con- • ;á" proveeni. la mano oculta a la armonla universal.
testación a nuestra pregunta: ¿Qué es la llistoria? L::a becllos de la historia eran por s í mismos una
Para Jos Intelectuales de Europa occidentnl el siglo XIX ~ del hecho $Upremo de que exlslfa un progreso
fue un período cómodo que respiraba confianza y op- ltoaXllco, y al parecer Infinito, hacia cosas más elevn·
llmismo. Los becl!os resultaban satisfactorios en can· 4ia. Era aquBJ.a b edad de In Inocencia , y Jos· blstc>-
junto; y la Inclinación a plantear y . contestar pre- ::.dores paseaban por el Jardln del Edén sin un re-
guntas molestas acet'C:l de ellos fue por lo tanto débil. :uo de fllosof!a con que cubrirse, desnudos y sin
&!!!.!!_e creía piadosamente que la !livina providencio ....-¡ooz:ane ante el dios de la historia. Desde colon·
~e encargarla del significado de la historla, si él BC en· as. hemos conocido el Pecado y hemos e.-pcrlmcn-
cargaba de los liliclios; y Burckhardt. con un matiz ..SO en nosotros la Calda; y los historiadores que en
clnlco auis moderno, observaba que cno estamos a actuaUdad pretenden dispensnrse de una filosoffa
iniciados en los designios de la eterna sabidur!a.>. El ...._ la bistorla tan sólo tratan, vanamente y sin natu·
profesor Buuerfield apuntaba con visible satis!a<> ~. como miembros de una colonia nudista. de
clón, nada.menos que en 1931, que •los hbtor!adores :u:n:ar el Jnrdlo del Eddn en sus jardinelllos de su-
hin reflexionado poco ~~ do la naturaleza de las l:larblo. La moleta pregunta no puede ya ser elu<fi.
cosas y aun acerca de la· nnturaleu. de su propia ·ma. m boy.
teria de estudiO> (15). Pero mi predeeesor en cst:u
conferencias, el Dr. A. 1.. Rowse, más preciso en su
critica, escribió de •ÚI Crisl$ Mundial• de Sir Win•·
ton Churchill (su boro acerca de la primera Gu.erra Durante los dilimos cincuenta allos se ba llevado
Mundial) que, aunque estaba a la altura de la Hísto- a cabo .no poca trabajo serio a propósito de la prc-
ri4 de 14 Revolru:idn Rusa de Trotsky en lo que hacia FJIIa: ¿Out es la Historia? De Alemnnla, el pals que
a personalidad, viYeza y vitalidad, quedaba por de- :anto iba n contribuir a perturbar el muelle reioado
:Id liberalismo decimooón ico, salió en los dos últimos
~~.. H. aum:IIIIIUI. Tlt~ WhlJ lfttcr,utciiOft f1/ llú/«)1 09)1). pt.
lVI A. l.. - Tilo ENI o( en /S,U UMll. p6p. mal.
26 27
deceoicn del si¡Jo xn d primer desafio a la doctrioa Jllr esdlista que ms predecesores alemanes, sino por-
de la primada y la autooDmla de los hechos en la ~ despub de la primera Guen-a Mundial los ~
historia. Los IDósofos que salieron a la palastta ape- - parecieron sonrelrnos do modo menos propicJo
IIJII 50n ya algo más que nombres: P-UU!ey es el úni· ... m los años anteriores a 1914, y éramos por tanto
en que ha sido recientemente objeto de un tardfo Je- - asequibles a uno. fllosofla que se proponla dlsml-
conoclmlento en Gran B.retanD."'. Gtes 4e camDJ.ar el _.. ll11prestlgio. Croco ejerció un gran influjo sobre
'i{jío, la prosperidad y la confianza eran todavfa de- • fil6sofo e historiador de Oxford, {;gllli¡P-OOd, el
Diüladas en este pals para dedicar atención alguna . . . , ~dor brlwlco de este siglo que boya roa-
a los berejes que arremetlon c.onrra el culto de tos ...., una aportación seda filosofla de la histo-
becbos. Pero no bien hubo empezado el.J!.l!~~iglo, a No flvió lo astante para escribir el tratado
puó a Italia la :mton:ba, d~nde empezaba Croce_a 'tiro que tenia planeado; pero sus papeles, publl-
abopx_por una filosoffa de _la historia que aesaelue- ..._,.no publicados, sobre el particular, fueron re-
go debla mucho a los maestros alemanes. Declaró sU d desp~ de su muerte en~ v~umen editad~
Croce que toda la historia. es • i ria eon ort- • 1MS, titulado U. Idea de la HJStcma. .
nea• (17), queri o con ello decir que 1!_hlstqrla f'Dcde resumi"e comó sigue el parecer de Colling·
C.PJlS(Ste esencialmente en ver el easado por IOiQJos ~ La mosofla de la historia 1Mi._s_e ocupa •del pa-
del presente y a. la l~.o:._los...Px!l!?lsma.s de ahora, Y ..,. auto ol c~plnló.D-que.d.e..B.J:D..sl ¡e tormo.
que la ~ primordial del hlttoriador no es recoger á liiitorl~~r•, sin~·d~_Jlt@;a.s_¡¡_osas rll.l!.cioll;'ld,lls
datos sino vüorar: porque si oo valora, ¿cómo puede _ . . sh. (Esta aseveración refleja Jog dos sigruflca-
1111ber lo que merece sec recogido? En .1910 el histo- . , . . ; , CUISO de la palabra cbistoria.: la íovestiaac(ón
riador norteamericano Carl Becker afinnaba, cou ..a. a cabo por el hisrorlador y la serie, de tc;on·
leo¡ullje deliberad•mmte provocador, que clos he- • • tos del pasado que investiga. •Bl pasado que
chos de la historia no es.lsten para ningún historia- el historiador no es un pasado muerto, siDo
dor basta que él los crea• (18). Talas desafíos pasa- • jaallo, q~~t co ~:leno modo vive aún en el pro-
ron 'de momento casi desapercibidos. Hasta pasa- - - Mas un acto pasado está muerto. es decir, ea-
do 1920 no empezó a estar de moda Croe<o -y lo es- _ . de significado para el historiador, a no ser que
tuvo bastante- en Francia y Gran Bretaña. Y no - jJUeda entender el pensamiento que se s itúa tra~
tal vez porque Croce fuero pensador más sutil o me- &. l'ao- eso, •toda la historia es la historia del pensa-
(17) EJ COID.W:Ito de C$'k ÁmOIO al orliUJO a: d slpSePte! "'Los. re- D•. y •la historia e.s la reproducción en la. men-
qgh:hot pdctkw- IUbyaccnta a todO J"k:fo bJ~ d.ao, • la blato. • ~ historiador d~$jU!Jiento cuxa historia CS>-
da IOct. d cariacr de 'lalltoda OCIIl{IUIOC)riDia • ~~ JIOt ft:UIOUIIJ
ccmponlmcc.t& qoc :ao. puc:a:u kM I OOOtectadcatol a.d c:a~. tlllll!, La TeCOmtitud6n del pasado en la mente del
la tlbtodaM rdiuc ca raJ14a4 1 tu 0"0'' 1d.dn pn:M:Dt;' Y • laa
.,._l:IC...oddlao.-r se apoya en la eVidencia empfrica. Pero no
.ltJQCIGDa pn:ac::Dfc::t CD qQC vt~ dJcbol ~
a . ~ lllnllria OCIIIRO .H&ulfta 4• ,. UHrt-.1~ tn.. t:Ql..
-""'~
(B.. C..
F. C. e.. •*
-
suyo un proceso emplrico ni puede consilltlr en
mera enumerac:!óo de datos. Antes bien el pro-
(ll ) Al'-dt _ , ,, -~ IJIO, p6o. SU.

28 . '· ·- ~ 29

~- ...
... . . .

~ ~
1

...:..

.. ....l •''· 1
1- 1
(
l
oe"? de reconstitución rige la selección y la lnterpre- niñeado. l)esde Juego el auor no brinda a.l lector ex·
tacrón de Jos hechos: esto es precisamente Jo que los cusa alguna pera ignorarlos. Porque· si, a la usanza
hace hechos históricos. ~la Historia• , dice el profe- de los aficionados de verdad a las novelas policiacas,
sor Oakesbott, que en esto está muy cerca de Co- se lee primero el fino!, se hallará en las últimas p:igí·
llingwood, ·ru~.;pncla dé! historlnd.or. Nadie la nas del tercer tomo el, a mi ~u!tlo, mejor compendio
"1w:e" como no sea el historiador. el único modo de de la que hoy Se llama Interpretación liberal de la
hacer historia e.s escribirla• ( 19). historia; y se verá que Jo c¡ue Trcvely:>.n truta de ha-
Esta critico penetrante, aunque puede Inspirar se- cer es imlestl nr el origen el desarrollo de . •
rias reservas, saca a la luz cierras verdades olvidadas. d.icr n inglesa, y arrat¡¡a.rla li111p a y clara111CD·
Ante todo, los hechos de In bis toria nunca nos te en los años que siguieron a la muerte de su funda-
lleglln en estodo apuro,, yo que ni existen ni pueden dor, Guillermo lll. Aunque la) ve~ no sea ésta la únl·
exí1;1Jr en una forma pul'll: siempre hlly una refrac- co'interpre.taclón concebible de los acontecimientos
ción al pasar por la mente de c¡uien los recoge. De ahf del reinado de la reina Ana, es una Interpretación ri·
que, ~\l!ndo llega·a nuestr;¡s mnnos !lD libro de his- !ida, y, en manos de Trevely:m, fructlferu. Pero para
·toria, nuestro prim!ll" lnteré¡ debe Ir al historiador apreciarla en todo su valor, huy c¡ue comprender lo
~ lo escribió, Y JIO A los datos que contiene. ~ que· es.tá haciendo el historiador. Porque si, como
mllaseme tomar como ejemplo al gran h!storiJidor en dice eomn~~Lh!!totiqdor tienc:...quc reproducir
cuyo honor y con cuyo nombre se fundaron e.stu con- meoLiliííente lo que han ido dlscuriendo sux drama:...
ferenclu. Tn:vtlyan, según cuenta él mismo en su rú l?!.r=•· cl lec~babrá'(i;'reproducir
autoblogl'llfía, fue •educado por su frunilia en una el proceso sesuido por la mente del historiador. Esw-
tradición liberal un rento exubc~enteo (20); y espero dien al historiador Mies de ponerse a esrudiar los
que no me desautorizaría si le describiese como el hecho!t. Al fin Y. al cabo, no es muy d ificil. Es lo que
último, en el tiempo qUe DO por la_ valla, de JOS IJ"aD- ya hace el estudiante inteligente que, cuando se le re.-
deS hlsloriadores liberales ingleses dentro de la tra- comicnda que lea una obra del eminente catedr41ico
díci~~ whig. No en vano se remonta en·su geoealogla I ones, busca a un alumno de Iones y le pregunta qué
famrhar basta Macaulay, indudablemente el mayor llll es y de q\16 pie cojea. Cuando se lee un libro de
d~ los historiad~res llbemles, posando · por el gran historia, hay que estar atento a las cojeras. Si no lo-
htslorlodor, ns!mtsmo whig, George Otto Trevelyao. IJ"Ul descubrir ninguntl, o están · ciegos,. o el histo-
la mej()r obra, y la más madura, del Dr. 'In:velyan riador no anda. Y es que los hechos no se parecen
lng/atem: bajo la Reii'IJ4 Ana, ruc escrita con estos an: realmente en nada a los pescados en el móstrador del
tecedentes, y sólo ten.i cndo en cuenta estos antece- pescadero. Más bien se asemejan a los peces que .na-
dentes comprenden! el lector todo su ali:ance y sigo dan o:n un océano enchmoso y aun a veces inaccesl·
bk; y Jo que el historiador pesque dependert en par-
(19) M. O.u:aHon-, E.rp«tlcm:c ond ÜJ MtNtu (ltlJ), Ñ • 99.
(lGJ 0. N. 'Iaiva.Y.t.!rf, AH AJtlol11oJt•plt)l (IM9), pq, U. te de la suerte, pero sobre todo de la zpna del mar

30 31
en que decida pescar y del aparejo que baya elegido. en el campo en que estoy trabajando ahora.
determinados desde luego ambos factores pQT la c:Ja. de Jo que se lleva escrito en Jos últimos diez
s:e de peces que pretenda atrapar. En general puede e los países de habla inglesa acerca de la Unión
decirse que ~sroriador encontrru;;Ull...cl¡¡;e d~ ~-=ii::a, y mucho de lo escrito en úta sobre dichos
cbo:'Jiue busca. Historiar sfilllf!co iotetpl'eUir. Claro "''i=e viciado por esa Incapacidad de llc¡:¡~r a
que, si, volvieruio • Sir Georgo Clnrk del revés, yo =:cprens.ión lmaginallva, por elemental que sea,
definiese ltl historia como •un sólido ntlcleo interpr~ la que acontece en la mente de la otra parte, de
tatlvo rodeado d!' la pulpll de los .hechos contruverti· qae las palabra!t y las acciones de los otros
bies•. m1 frase resultada, a no dudarlo, parcial y equi- . ...,.,.. han de resultar embebidas de mala fe, ca·
voca; pero con todo me atrevo a pensar que no Jo ..,. ele sentid.o o bip6critas.
rf& más que la frase origiMI
La segunda observación es aquella más familiar
pllB ooso1ros de la necesidad, .por parte del historia·
dor, de '.!!'a comprensión lmaglnptin de li!i meo~
de las personas que le ocupan, del pensamiento sub-
yacente a sus actos: digo •,SQmm:.cns.ión imaginwa•,
y no •simpatla•, J?Of temor a que se crea que ello
Implica acuerdo. El siglo XIX fue flojo en historia que se vale
mcdloval porque le repelían demasiado las creencias democracia, Imperio, guerra, revolu·
superst.iciosas de la EdDd Media y las barbaridades • • - óeDen sus conoptaciooes en curso de las que
por eJiu inspiradas como para compreruier imagina- ~ divordarla$. los historiadores dedicados a
úvamente a los hombres modlevales". O tómese la cen- ewip>ed•d usan vocablos como polis y plebs en el
soria observación de Burcl<hardt ac= de la gncm~ • - • odginal, sólo para demostrar que han sor-
de los Treinta Años: e Resulta escandaloso para UD d obsli.,wo. Pero no les vale. Tambito ellos
credo, sea católico o protestante, colocar su salvación - e:o el presente y no pueden escamotearse a si
por encima de la integridad nacionab (21 ). ~ dlft· • - - en el pasado echando mano de palabras de
cllfslmo :ira un historiador del siglo Qasado, cose· -.so o relegadas al olvido, como tampoco serian
il!c!i:"11..Úiir qy.e.,cra justo y dlgnoile l!labania matar ~=~ historiadores de Grecia o Roma por dar sus
~cf'!W'~ru:opio. pero inmoralY. egulvocado • .. c.....W con la c16mlde o la toga. Los nombres
matar..en-defensa de la propln n!Ji¡¡ióo, compartil:.el -..,.sucesivas historiadores franceses han ido des.
~t>!!o-d...ánimo.d.e..qu\ene9-(vch•mo en 1• guega.<Je- ,_,..,..SO las muchedumbres parisinas, que tan lm·
14$..'1't!:l!!!!.. Allos. Esta dlflcultad es particularmente 0 •• papel duempdlaron en ln Revolución Fran·
- ~ ~lottes, le peuple, lo clWLÚ!Ie, les &ras·
(11) 1. 8Uiai:tu.a:t. Jtttl,anvff.r•fM HU10t7 ed H~ tn4..
lna- 111'19l, P'f. m. -s:m, paca qulen conozca las normas del juego,
32 33
otrOs tantos manllfestos de una flllaclón poUtlca o de Si bien son ésta!J algunas de las Ideas de lo que yo
una lnterprell!ción detennlnada. Y es que el histo· Almaóa visión collingwondilllla de In historia, hora
rlador no tlen.e m4s remedio que elegir · el u~l a )'ll sin embargo de pasar a considerar algunos de
l.eni!U!'ie le ..-@í\ la neutralidad. Y no es sólo una .u peligros. El énfiuu puesto en el papel del hlsto-
c~ón de palAbras. En los llltlmoS> cien años, los
tt.dor como hacerdor de la historia tiende, pevado a·
cambios en el equlllbrlo de w potenciu en Europa - 16¡ieas eonsccuencias, a descartar toda hi&toria
han mudado por completo la actitud de los blstoria· .,jetiva: la hi&toria es lo que hoce; el historiadm::
dores británicos hacia Federico el Grande. 1..o<; cam- Y de hecho parece que Collingwood haya Uepdo a
bios que, dentro de las lgleslu cristianas, ha experi- - c:oncl.usión en un momento dado, segün una notA
menlado el equilibrio entre católicos y protestantes, ,o.stuma que cit.a su editor:
han alterado profundamente su acltud bada figuras
como Ignacio de Loyola, Lutero y Cromwell Basta S1m Agustln vio la historia desde el punto de
un conocimiento SUJ><'rflcial de la obra de tos hist<>- vista del crlstlano prlmltivo; Tillamont, desde el
rindores franceselt de lo Revolución Fruncesa en los de un francés del siglo XVII; Gibboo, dcltde cl de
llltlmos cuarenta lll\os, pan perc::u.arse de lo profun. un In~ del xvm: Momrnsen desde el de alem4n
damente que ha sido afectada por la revolución rusa del siglo nx; !J!"da conduce preguntarse cuál era
de 1917. E.l historiador no pertcne" •1 ayu sino al !JJllllltO de ylsta adecuado. cadií uno de el!~ 1- •
hoy. Nos dice el ofesor Trevor-R r que el hisU> el único posible para quien lo adoptó (24). ~ 1 .;, o'r> •
ña or • ebe amar el • 22). Bsto e~ una exor lov . a
tación discutible. 1amor al pasado puede fácilmen- Esto equivale al escepticismo más total, lo mismo
te convertirse en manifestación de una al!oranza ro- ..,. la observación de Froude, para quleo la hlsto-
mll.nticn de hombres y sociedades que ya pasaron, sin- :da es • un rompecabC'Uis infantil de letras, coo el que
toma de la p~rdlda de la fe en el presente y el futuro. JOdemos formar la palabra que se nos aotoje• (25).
y del interés por ellos (23). Puestos a utilizar tópl,oa, ::.:.ningwood, en su reacción contra In <historia de ti·
prererirln aquel otro que recomienda liberarse del J1DS y cola•, contra una mera compilneióo de hechos,
•peso muerto del pasado•. La función del historiador • acerca peligros;nnente n trotar la historia como
no es ni amar ol pasndo niemancil!arse d~.Jl4..5ino . . , brotado del cerebro humano, con lo. que n.o s
dominarlo y comprenderlo, c:oío.o clave para la com· zintegn. • la conclusión alud!<!'> por Sir Georgc
e'iiiñsioñde1 presente. -- Ciad en cl párrafo lllllerlormeote citado, la de que
.., existe verdad histórk:a •objetiva"• · En ve~ de la

~ ll. c.w-, 1M 14.. otllutor> Cl~l pie. .U.


;JJ A.. Faoc.'lll. Short $tudifl on Orut SubJ.as. 1 (1e4), ,qs.
•1

34 35
tcorla de que la historia carece de significado, se nos tamcote y con menos eoiusiasmo. sipron el mismo
ofrece uqui la teoría de su infinidad de significados, -=tero. El conocimiento es conocimiento para al·
ninguno de los cuales es mejor ni m6.s cierto que los ¡ún fin. la validez del conocimiento depende de la
clem6.s, lo que en el fondo equivale a lo mi!mo. Des· ...Ude:t del fin. Pero aun en los casos en que no se ha
ele luego la segunda teoría es tan lnso5tenible como la ¡on¡fesado esta teor!a, la pnlctica ha resultado no me-
primera. No puede deducirse, del hecho de que una 80S inquietante. He visto en mi propio cornpo de In·
montaña póli'ezca eobrnr formas distintas desde dlfe· ft:rtigación demasiados ejemplos d" lnterpretaelóa
rentes 6.ngulos, que carece de forma objetiva o que euravagante que ignoraban los hechos más elementa·
tiene objetivamente infinita!t formas. No puede dedu· ll:s, CX>JDO paca no quedar impresionado ant:e la reall·
cine, porque la interpretación desempeñe un papel W del peligro. No es sorprendente que d anállsls
necesario en la fijación d" los hechos diO la historia, aimlcinso de los productos más ext:re!Dtdos diO 1.u
ni porque no sea enteramente obj etiva ninguna lnter· QCUelas historiográficas sovi~tica y antisoviética fo-
preU\ción, que toda.s las interpretaciones sean igual· ,.,.,te a veces cierra nostalgia de aquel imagl.n arlo
mente válidas y que "" principio los hechos de 111 hi,.. n:fu¡io decimonónico de la historia meramente li!c-
torla no sean susceptibles de lDte.rpretación objetiva. :b.
M6.s adelante nos detendremos en el significado el<llc- A mediados del siglo XX, ¿cómo hemos de definir,
to de la objetividad en la historin. pues, 1~ obligaciones del historiador hacia los be·
Pero tras la hipótesi~ deC.Ollingwood, se oculta :iros? Creo que he pasado en los últimos años bu·
otro pe116"o aún mayor. SI el historiador ve necesa.· :iiiles horas persiguiendo y escrutando documentos,
rlamentc el periodo histórico que investiga con ojos ~rellenando ml relato histórico con l}echos debida·
de su época, y si estudia los problemas del pasado ~te anotados a pi~ de p'gina, como para librarme
como clave para 1:! comprensión de los presentes, ¿no á: la imputación de tratar con demasiada ligerez2 do-
caerá .-o una concepción purnmente prairpátiea de iOi .::amentcs y hechos. !ll deber de respeta a los heehos
~~ manter!iendo e el criterio de la int reta· .., recae sobre el histoñ&dor no termina en la obU.
cr n recta ha de a ecuo · al ' propósito pdón de verificar su elUICtitud. Tiene que Intentar
de a ora? Según es!JI IUP.ót~!\S,_I_qs_h.~~-- _Jtis- . . , DO filie en su euadro ninguno de los datos cooo-
torllílih son nada, y la Interpretación Jo es todo. ailos o s~Uceptibles de aedo que sean relevantes en
- .NíeliScné ya 'iféjcfenuncindo cl principio: «l.a false- • sentido u otro pari el lema que le ocupa o para
dad de una op.inión no encierra para nosotros obj~ la interpretación propuesta. Si trata de dar del ing14!s
ción alguna contra ella- El problema radica en saber .roriano la iíñagell"de uo ser moral y racional, oo
hasta dónde contribuye a prolongar la vida, a prese.r - Me olvidar Jo acontecido en Stalybridge Wakc.t en
varta, a amparar o aun a crear la especl., (26). Los d 1850. Pero esto, a su va, no significa que pueda eu.
pragmáticos norteamericanos, aunque menos expllcl- 11iDar la inte.rpretacló:n que es la 5avia de la historia.
(16) Mb GIU 41'1 8it1t 1 tUl JI-'. np, l. :..S legos en la materia -es decir, los amigos de fuera

37
de la Universidad, o los colepa de otras disciplinas li'J<:ras y cola, SÚl importancia nl significado; o
académicas- ~.l.'.r~&!"'J8n a .v~e,Lcó"'!!o n,1>~ el se escribe propaganda o novela histórica, tiran·
lústorilldor su tra.b!!.lo cuando escribe iílitofla'. Parece .. * Jos datos del pasado para bordar un género de
que la ldéa ~ás corrlmte es que el historliutor d.lvi· • atura que nada tiene que ver con lalústoria.
de su tarea en dos fasu o periodos claramente ~fe­ Suestro •=en de la relación del hísroóador con
renciados. ,JI;rimero, dedica un largo tiempo pre.limi· . ._llódíos hl§!óricos nast coloca, por tanto, en una
wir a leer sus"fuentes y a colm11I de datos sus cua· ..-.:lóindslblcm~te precaria, hncléodonos naveg11t
nre entre el Escila de una tnsosteníble teOrill
7

demos de notas; termúiada esta fase del trabajo,


apart:1 de $i las fuenteS. tira de los cuadernos de * ia histoñA'éOmo compllnrión objetiva d' hecliñs,
apuntes, -y escribe el libro del principio al fin. Para • liD& injustificada prlmacla del hecho sobre~­
mi, esta imagen resulta poco conllincente y o.a dn plau· 'ón, el. Caribdis de otra tcoda igualmente
siblc. En lo que a mi respecto, no bien llevo ~gún e umlb liiñlstorie co o roducto sub'e ivo
ti.e mpo investlglmdo las que me parecen fuentes • Ja mente del historiador, quien fi a os cebos bis-
capit41es. el empuj e se bace demasiado violento r -= y los domina merced al proceso interpreta-
entre una ooc.ión de la historia c.on centro de
me pongo a escribir, no fonOSó\DlCDte por d prlnct·
plo, sino l)Or alguna parte, por cualquiera. Luego • dad en el pasado, y otra con centro de gravedad
eer y essrjhir vp.n jwl1.0S. Aflado, suprimo. doy nue- • d presente. Pero nu~stra sitoaclón es menos pre-
vaforma. tacho, confonne voy leyendo. La lectura - . de Jo que parece. Volveremos, en estas confe-
viene suJadn, diri¡ida, fecundada .por la escritura: . s; a encontrar la misma dicotomia del hccbo y
cuanto más escribo, más st lo ctue voy buscando, irw::rpretaclón.. bajo otror ropajes: lo particular
mejor comprendo el significado y la rdevnncia d" lt Jl'llet8l, lo empírico y lo r.córico, lo objetivo y Jo
Jo que bailo. El$ probable que algunos blstorlal:!ores F Jaho. La espinosa !!!~ea que b:fcumbe ar blilo-
S

lleven a cnbo mentalmente toda esta escritura prell· . . . es la de reflex!ooar acerca de Ja nabmrleza dd
minar sin echar mano de pluma, de papel, ni de mil-
• . S n.El hombre, salvo acaso en au más pdsilñi
quino de escribir, lo mlsmn que hay quienes JUegan 1 , ·, y en su más avanzada vejez, no está del todo
mentalmente al ajedrez, sin sacar el tablero ni las -.orbido por el mundo que le rodea ni Jncond.lclo-
piezas: es un talento que envidio pero que no puedo te sometido a él. Por otra parte, nunca es del
emular. Pero estOy convencido de que, para IOdo ru. WI!ID independiente de 1!1, ni lo domina incondlclo-
torlodor que merece tal nombre, los dos procesos , mte. l:a relación del hombre con et mundo clr-
que los economistas llaman •input• y •outputo se
dcsarrollao simult6neamente y, en la ' p"'etica, son
1'Dte es la relación del historindor con su rema.
8 llistoriador DO es el humilde siervo ni el tiránico l
partes de un solo y único proceso. SI se rrata de sepa·
·rarlos o de dn.r " uno prioridad sobre el otro, se cae
en un~ de ambas he:rejlas. O bien se csctlbe historia
~ de sus datos. ,La relación entre d historiador
aa datos es de igualdad, de intercambio. Como
.m historiador activo sabe, S> se detiene a rcflexlo-
'l.
1

38 39
nar acerca de lo que está haciendo cuanqc¡ piensa y
escribe, el blatorindor 5e encuentra en trance conu:
.íiiCíde amoldar sus hecbos a su mtcrpretaciÓñ'Yista
a aquéllos. Bs Imposible dar la primacla a uno u otro
Uiiñlíío, --
- El historiador empieza por una selección provi· II
sionat de tos hechos y por una Interpretación provi·
sional a la luz de la cuol se ha llevado a cabo dicha LA SOClllUAO Y EL INDIVIDUO
selección, sea ésta obra suya o de otros. Conforme va
trabaj ando, tanto la interpretación como la selecdón El problema de qué es lo primero, la sociedad o
y ordenación de los datos van sub:iendo cambiO$ su- d individuo, es como el del huevo y la gallina. Ya se
tiles y acaso parcialmente Inconscientes, consecuen· ie tmte como ln1errogaci6n lógica o históñca,l'O ~
cia de la acción reciproca entre ambas. Y e•t• misma Je..fo.!:II!.ularse TCSpuesta alguna ~uc, de una u otra
acción reciproca entr3ñn reciprocidad entr~ el ~asa· !xlrma, no J:nya de ser impugnp á con una afl"'!!'·
do y el p¡:ese:nte, or ue el hlítorisdor es-euel ::ión Ojlliesta.J&I!.almente parcial. La sociedad y el In·
presente, en tanto que su echosJ!_ertenecen al pa· :niduo son inseparables: son mutuamente necesa·
sado. El bisi"iiñ8 or y los hechos de la historia se $on ::ios y complemcntaños, que no opuestos. •Ningún
¡;;-tlTromcnte necesarios. Sin sus hechos, el historia· ~re es una Isla, completa .en si tnisma•, s~gún
dor·careec de ralees y es huero; y los hechos, sin el !nse famosa dc.DoJlJle; •todo hombre es una parcela
historiador, muertos y falsos de sentido. MI primera :ZI contincntc._¡y¡a parte del c:on!unto• {1). Este es
contestación a la pregunta de qué es la Historia, será ""'- aspecto de la verdad. Por otra parte, tómese la
pueyla siguiente: un' proceso continuo de interacción ~-ase de J . S. MUl, el individualista clásico: •Los

~.r-
C.:Chr
J •
entre. el bls torisdor y sus ñeCtms, un dJáioii<! siñ"flli
Cllt:re el prtSC!lte y iir"paSiido. - ~ - - -
~bres, cuando se les junta, no se convierten en una
-tanela distinta• (2). Claro que no. .Mas lll falacia
osá en suponer que existieron, o Lnvieron una SUS·
:an~:la cualquiera, antes de ser •Juntados.. En CUIID.·
:a nacemos, empieza el muodo a otirar en nosotros,
a uan.sfonnarno• en unidades sociales, de meras un1·
~es biológicas que éran1os. CJ¡d!l,. uno de loo se~
'-'roanos, en cáda una de las rases de la historia
:>~l,;tprchistoria, nace en el seno ·de una sociedad,
:v:.e le moldea desde su mils temprana edad. El idio-
11) Dt~vodutU t.l.f'OM Emt'rgenc O.C&·;Qn.r. ti.• avll.
(¡) J. S. Mn.t., A $ymm of togíc. vll, lo

40 41
ma que habla no u herencia illdividual. sino adqul· des, de an'ba abajo. Pero seria grave error formular
sición social del grupo en que crece. Tanto el len- una antltesis entre este proceso de índividualíz;ación
~ajc como el amll.il:DIC eontdbuyco a ílíi.l.'!.nninar el y la fuerza y cohesión crecientes de la sociedad ••El
cir~e su pensamiento; sus primeras id""s le desarrollo de la sociedad y el del Individuo corren
VIenen de los dem.U. Como muy bien se ha dicbo, el parejas >: se condicionan mu~entc. De Wiclto, lo
Individuo apartado de la socied4d carecer!• de len· qücrt!iinamo' s!J.9ecl4d compte¡á y avanzada ..!'.!.~q_iíC
gunje y de pensamiento. La fasclnnción duradera del Ita en que la intgrd,.!'pend~c;!a de los ln_!iividuos e~
mito de Robin!.'Ón Crosoe se debe a su Intento de srhi asumido fo.n nas complejas y a\'anz:adas. Seria
eooeebir un Individuo independiente de la sociedad. pell¡roso suponer que el poiléroe wia comunidad na-
Pero el Intento falla. Robinsón no es un individuo abs- cional moderna para moldear el carácter y el pensa-
tracto, s ino un inglés de York; lleva la Biblia eonsiuo miento de sus mJembros individuales y originar cierta
y ora a su Dios tribal. El milo le aportn en seguida BJ'ado de un.iformldad y de conformldll<l entre ell~.
su criado Viemes; y comienza la edificación de una sea en absoluto menor que el de una comuniclad tri·
sociedad nueva. El otro mito relevante es el de~ bal primitiva. La vieja concepción del carácter naci~
llov, el pcraona ·e de Los Demouias e Dos..t.oy~ky, na) basada en diferencias biológicas ho. sido refutada
que se sute a para demostrar su perfecta ti b = ' hace tiempo; mu las diferencias de carácter nacio-
¡w~cx üííic:o. ~Jtil!.l ~ ll~-q~ q1le4j: if nal. emonad•s de cirauutancias nacionales distintas
.-i. mw~~ .P~. !:Slo •mpJ!_ca. de¡ un.m~ll) en la sociedad y la educación, son dificiles de negar.
\I'JIIn> ~~~adid~~ :mtembr:q_ ~· · aoc;ie<la..il' (3). La escurridiza entl.dad •naturaleza humana. ha mu-
tosliñuíipó!Og'ó's 'siieté"ñcf¿c¡r que el hombre prl· dado tllllto, de pa!s a pals y de un ~slo a otro, que
mitlvo es menos Individual y estA mll~ comptetanlen- es di!lcll no considerarla como fenómeno hl.rtórlco al
to moldeado P.,r su soe.iedad que el hombre civiliza· que configuran las condiciones y convenciones soda-
do. Hay ea ello u.oa parte de verdad. Las sociedades tes imperantes. Mel!!~~ucp~!_~renfJ~~sntre, PQ.'!·
más simples ion mb tmiformes en el sentido de que pmos.por~. DjlrteamcriCllllOJ.msot ~ot. Pe':O
requieren y brindan mucha menos diversidad de t6c- algunas, y quiú las ms lmportant.e s, de estas dife-
nlcas '1 lanas individuales que las sociedades ms ~as,..adiiplan td onna de dlstintas actuud~n­
avánzadas y complejas. La creciente lndivldwtliza· te a 1!!!! relaciones ~~I!Ql!, p, en
elón, en este sentido. es producto neceurio de la so- ófiis p.-Jabras, frcn.JL&I modo eg q~8.JO.<;~d
cled4d avanzada modema, y cala todas sus activida· debe estar s:oru.Utuida, con lo que el estudio de las
diferencias entre norteamericanos, rusos e indios fñ.
cifViilií:iies, puede que se Ueve mejor a cabo Investí·
gando las diferencias entreliis socledOdes nort~e­
rlcana, rosa ejDJlia. El hombre civllzado, lo mismo
que e.l hombre prlmltivo, es moldeado por la socio-

42 43
dad, y de modo tan real y efectivo como m oldea él In .sino un proceso nonnnl en unn clv:ll.ización en mM:
sociedad en que vive. No resulta m:is po.;blc tcoer dJa. Una revolución social elevó o una posición do
el huevo sin la g¡olllna que tener ést.a sin el huevo. 'iiQder a nuevos grupos sociales. Tuvo lugar, como
Habdn sido innecesario detenerse en estas eviden· siempre, por mediación de individuos, y briodando
tlsimas verdades, de no habérnoslas velado cJ notable auevns oportunidades de desarrollo individual; y
y excepcional periodo histórico del que apenas em· como en las primeras fases del capitalismo lns unido·
pieza a emerger el mando occidental. El cultO del iJl. da de producción y de distribución se hallab:m en
dividunlismo es, entre los mitos históricos modernos, pan parte en manos do Individuos ;rislados, la ideo-
uno de los más difundidos. Según la conocida versión logia del nuevo orden socl":l d~sta~. poderosamente
que da Burcltbardt en 1.4 Ct<ltura dd JUnacimíerr. d papel de la iniciativa individual dentro del orden
to m 'Tüilia, cuya segund:t parte u...,. d subtlfalo de ~,.ero el proceso fu e todo él un proceso social.
• Desarrollo del Individuo•, el cultO del individuo em· n:prcsentativo de ~ momento especifico del desa·
pezó con el Renacimiento, cuando el hombre que rrollo Wstórico, y tuJ puede expiiCiU'SC como una re·
IWta entonces •Sólo ba6la sido coñ$dente de 5Í mis- bc:líón de los Individuos contra la sociedad, ni en fun·
mo en calidad de miembro de WJn raza, de u.n pue- ción de una emaocip3ción de Jos individuos de sus
blo, de un partido, unn famJJia o una corporoci6n•. nabas sociales.
por fin •JC convirtió en individuO espiritual y se re- Muchos slntomas sugieren que, aun en el mundo
~!!oció 3 sí mismo como tah. Ulteriormente, el culto occidentnl que fue foco d.e tal desarrollo y tal ide~
se ligó a la ~parlclón del capftalísmo y del protestan- logia, dicho periodo histórico ba tocado a su fin: no
tismo, n los comienzos de la revo}ución industrial y n necesito insistir aquí sobre lo que se denomina demo·
las doctrinas del ltzisscr.-faire. Los derechos del hom- ancla de masas. ni en la suslitucl6o gradual de for-
bre y del ciodsdano proclamados por la :Rc:~iUCJón mas de producción y de organziación econ6ml~ p~
t:!'al!.ce~a._c_r.~...l,C)S dereChos · del in§J,ily¡¡. lll lmÚvi· dominantemente p rivadas por otras predomioru>te·
duaüsmo era la base de la grnn filosofia decimon6ni· mente colectivos. Pero la· ideologlo origlnaáa por
en dd utilitarismo. 21 ensayo de Morley, On Com~ aquel largo y fructi!ero período es todavla una fuer-
mise, documento caracterlstlco del liberallsmo victn- za dominanle en Europa occidenu.l y en los paúes
rlano, calificaba el individualismo y el utilltnrlsmo de habla inglesa. f!!ando hablamos en términos abs-
de crcli¡:jón de la felicidad y el biene¡tar humiUios•. ttt~clos de la tensión entre la Hberíild y la Igualdad,
Un •rabioso individualismo•, tal era la 'IlOta cin\-e o entre la Iiberliui indJV!duaJ y la JUSticia sOC!lll, ol·
del progreso humano. Este puede ser un análisis per· ~:!._damos fácllñiente que las luchas no tienen Juga!'
rectamente adecuado y válido de la ldeologia de una entre ideas abstñícias. No son combai~S entre indl·
6poca .bútórica dctenninadll. Pero lo que quiero de- viduos e.n cuanto tales y la sociedad en cuanto tal,
jar claro es que la creciente indlvl~lizaciAILQ!!!' sino entre grupa. de individuos en la sociedad,
acompañó n la aparición del mundo modemo no fue cndn uno de los cuales contiende por imponer

45
29Uticas sociales que le son favo9bles, y por f~s­ punto son los historiadoru incilviduos Y hasta qu~
trar lu que le son conlrllrias. El individualismo, en piiñto producto de su sociedad y de su ~~ ¿Hu-
•u acepción, no ya de aran movimiento soclal, sino íi" qué punto son los . hechos de la h!tWnechos
de Wsa oposición entt'CI el Individuo y la sociedad, se ~cerca de individuos aislado$ y hasta qué punto he-
ha convertido hoy en lema de un grupo interesado y, chos sociales?
debido a su carácter pol6nico, en ba:JTel'll que d:i-
fieulta nuestra compreosión de lo que acontece
en el mundo. No tengo nada que decir en contra ~historiador, pues. t;s un ser humano individual.
del culto del Individuo como protesta contra la ten· Lo smo que los demás individuos, CJ. t@¡obién un
dencia que trata al Individuo como un medio y que fenómeno social, producto a la vez que portii~OZ
hace de la 50dedad o del Estado un fin. Pero no eoilScientc o ineonscieote de la sociedad a que per·
llepremcw a una comprensión del pasado ni del tenece; en concepto de tal, se enfrenta con los hechos
p~aentc si intentamos operar con el concepto de un del pasado hidtórico. Hablamos a veces . del curso
jp ivlduo ab11racto al mar en de la s ·edad. hJiróileo diclendo- que es cun desfile en marcha•.
Y esto me lleva flri mente a la médula de ml lar¡¡:a La metáfora no es mala, siempre y cuando el ~~o­
digresión, ~ ccncepción de sentido común de la his- riador no caiga en la tentación de Imaginarse t¡uila
toria la considera como algo escrito oor los Iñdi~ espectadora desde una cumbre solitaria, o pe.r sonaj e
duos acerca de los individuos. Este enfoque fue desde importante en In tribuna presidencial. ¡Nada ~e esol
liii!gií:'el adopüído y fomentado por los historiadores 1!1 historiador no es sino un oscuro pusonaje más,
Ubera.Jq del siglo XIX, y no C3 fundamentalmente que marcha en otro punto del desfile. Y conforme
err6Deo. Pero hoy nos parece excesivamente slmpli· pasa el desfile, fluctuando ya a la derecha l'" a la
flcado e Insuficiente, y hemos' de profundizar mú izquierda, y hnsta dobl6ndose a veces sobre si mis·
en nuestro examen. ~1 historiador no mo las pqsiciones relativas de las diversas par!Als
~·d "")ü' exclusiva; hombre¡ lle VIU'ÍN de 'la dlfllitlvt. c:mtbían de con~o, de. fomlll tal
¡enebaciooes han cont ribuido pro~blemc:nte a su que no seria un despropósito decu- qu.e estamos hoy
acumulación. Los hombres cuyos actos estudia el más cerca de la ·E~ Media de lo que esta!>~ nues-
historiador no· fueron individuos al$'lados que obra· tros bisabuelos un siglo a trás, o que los uempos
6an en el vaclo: actUllron en el contexto. y ba!B.$1 de César están más próximos a nosotros que los de
líi!pulso, de una sociedad pret&Ha. En mí añte.r ior Dante. Nuevas perspeclivliS, nuevos enfoques van sor-
conferencia describí la historia como un proceso de aiendo constantemente a medida que el d_esHJe -y
Interacción, como un diálogo entre el hi•toriador pre- con él el historiador- sigue su. curso. -¡1-1 historiador
sente y los hechos pasados. Quiero ahora detenerme es parte do In historia. Su posición en el de_sfllc de-
en el peso relativo do lo9 elementos individu.oles y íermlna su. unto de vista sobre el asado.
sociale s en ambos lados de la ecua.ción. ¿Bllsta qué sta perogiUllada no deja de ser cierta ~:UBDdO

46 47
el periodo Investigado por el hutociador dista mu- ria de Grecia de Grote nos Informa en la actualidad
cho de su l'ropla época_ CUADdo yo estudl.oba. bistorit> talll.o acerca del pensamiento de los radlc:Jies filosófi-
:mtigua, los clásicos en la materia enn -y todavla cos ingleses del quinto decenio del pasado siglo como
son probablemente- la Historia. de Grecia. de Grote acerca de la democracia ateniense en. el siglo V ant~
Y la Hist~ia d4 Roma de Momm.seu. Grotc, un ban- de nucsn-a era; o que q!!Ü:n desee CO'!'frender lo
quero rad1cal Ilustrado que esm"bía en el quinto que 1848 representó para lo§: liberales alemAAes debe
decenio dcl si!llo pasarlb, encamó lu aspiraciones tomar la..Bls~ria-dt Roma de Mgmmscn como uno
de In clnse media bntaruca, puj:mte y pollticamente cié sus~ Lo cual no disminuye su •'lllor
progresiva, en una Imagen Idealizada de la democra- c<iiñO" grandes obras históricas.
cia ·ateniense, en !á que Pcdcles parece un refor- No aguanto la moda lanuda 1'or Bury en su lec-
mador de la escuela de Beotbam y donde Atenas ción inaugur:ll, de pretender que la grandeza de
adquirió un Imperio en un acceso de dJnracción. Mommsen no se funda en su Historio. de Rama, sino
A= no sea del todo descaminado sugerir que el en el corpus de insc.rlpciones y en su trabajo s~bre
!J¡m¡dono e de Grotc, del roblema ate: el derecho constitucional romano: esto es reduar la
p ense de _la esclavitud, re e ra el hecho e que el historia al nivel de la compilación. La !II!!!I historia
o roc•a a ue ertenecfll no sabía hacer freD e se escribe precisamente cuando la visión dc:~~asado
problema de In nueva clue obrera fat! inglesa. por¡;Qrte del historiador so llwnina con suL cono-
Mommsen. era un liberal ¡ennanOd'eseogallado por éíiiileatos de los problemas del presente,_ Se ha
las conlusíones y las bumlll•ciooes de la n:voluci6n_ expresado a menudo sorpresa porque Mommsen
alemana de 1848-1849. Momm.scn, que escribía en la inte.rumpió su historia en el momento de la calda
d~cada siguiente, la que vio nacer el tóanino y el de In república. No le fllltó para seguir, ni tiempo,
(" ...,, d 1
co.ru:cpto e a Rempolirlk, estaba imbuido del senti- ni ocasión, ni conocimientos. Pero cuando Mommsen
do de la necesidad de un hombre fuerte que boni= C5cn"bió su historia, aún no habla surgido en Ale·
los e¡;combJW deJ fracaso del pueblo alemlin en su mania el hombre fuerte- Durmte su eatTcra activa,
Intento de reallzar sus asplrnclones polltlcas; y l1l1D" la cuestión de qut ocm:rirla Wlll vez llSumido el po-
ea apreciaremos su historiA en Jo que vale si ao nos der por el hombre fuerte no era todavla problema
perclltamos do que su con!lfida idenlírnei.ón de Có- real. Nada mduclo. a Mommsen a proyectar este pro-
snr es producto de aquel anhelo de nn hombre fuerte blema sobre el escenario romano; y la hiS'toria del
'!Uc ~vase .de la ruina a Alemania, y que el abogado Imperio quedó sin escnolr.
Y pol!lico Cicerón, aquel charlatin ineficaz y turbio Sería lácll multiplicar los ejemplos de este fenó-
contemporizador, es un personaje que parece dlrcc- meno entre los historladorcs modernos. Bn ari últi-
tllmente s~lido de los debates de la Paullklrche en ma conferencia reodl homenaje a la Jnglate1"''O- bajo
Frnnk.furt, en 1848, Y en verdad, no me parecerlo la Rei11a Ana del Dr. T~velvAA, como monumento
paradoja absurda el que alguien dijese que la Hist~ deJa tradición liberal en que habla sido educado.
48 49
Consideremos aho.r a la imponente e importante obm liarse en o.lcanz.ar raclono.J.m ente posición y poder
de quien, para Ja mayoria de nosotros, es el más en el seno de una sociedad ordenAda y por lo gene-
grande.J!!.s\l).rjaclqr .bri~'!!'<º-S!!l:l!Í!!O en él -.;ropo ral estática. Alguien ba acusado a Nnmier de eliminar
D_5:~dmlca..desde..Ja Ptimem_GJ.1w:i!_ M_und.ill.l;.. Sir de la historia la mente (5). Acaso no sea Wl1l frase
Ltwis Nnmler. Naml.e r era Wl verd~ro conserva- del todo afortunada, pero de ella se deduce lo que
dor, no el típico consen-ador in¡lo!s, que liña.i 5do trataba de decir el critico. 1.a politica, cuando ac-
más de Có:Tca resulta liberal en un 75 %, sino un cedió l\l trOno Jorge IU, estaba :um inmune del
conservador como no hemos ví&to entre los ~ fanatismo de las ideas, Mf como de esa apasionada
rladores británíeos en los uWmos d.ie:z años. Entre fe en el progreso que habla de i JTUmpir en el muo·
mediados del siglo pa$11do y 1914 era poeo menos do con la Revolución Francesa, y que desembocada
que imposible para un historiador brilánico concebir en el siglo del liberalismo triunfante. Ni ideas, Di
el cambi.o histórico como no ti.uu'a pam mejor. De9- revolución, ni liberalismo: Namier optó por prc:sen-
pués de 1920, entramos en un periodo en que el cam- tam09 el cuadro refulgente de una edad libre toda-
bio empezaba a asociarse con el temor por el futuro, \;¡¡ ::aunqu._f~.J¡o_pru:....mucJm tiemp'l-= de todos esos
y podía ver¡e como transformación para peor, perio- P.SJigroS- ,, .,..,,f:$_.~ ,1.(' fAti 1 ""..>7"~!o
do éste de renacer del pensamiento conservador. Al Pero la elección por parte de Namier de un ~
igual que el liberalismo de Actoa, el conservadwis· gundo tema, fue igualmente significativa. Namier
mo de Namicr extraJo fuerzas y profund.i411ll:de pasó, sin detenerse en ellas, junto a las ~W<~Ddcs revo-
su raigambre cantlAAntal (4). A diferencia de Físher luciones modernas, la Inglesa y la francesa y la rusa:
o Toynhee, Namicr carecla de ralees en el llberalis- no escn'bió nada digno de atención sobre niu¡¡uua
mo decimooómico, y no las echaba de menos. Des- de ellas, y eo cambio decidió brindamos un ¡»
pués de que la prln1t:ra Guerra Mundial y la paz netrante estudio de la revolución europea de 1848:
frust.J:ada revelaran la bancarrota del liberalismo, la uoa revolUción que fracasó, un paso atrás en toda
reacci6n no podia rtVts lit mM que una de dos for- ~llfop~ para las e&peroll%l\s pacientes delliberallsmo,
mas: soc:l.aUsmo o consuvadurbmo. Namier surgió una demos1Tadón de l.a impotencia de las ideas fren.
como el historiador conservador. Trabajó sobre dos te a la fueru armada, de los demócratas cuando se
campos escogidos, y fue signific:~tiva la elecelóo de enfrentan con los soldados. La IntrOmisión de las
ambos. En historia Inglesa, retrocedió hasta el últl· Ideas en el .-crio negocio de la polJlica, es Eútil y
mn periodo en que la clase dominadora pudo empe· peligrosa: Nllmier echó sal sobre la herida, sobre la
moraleja de Aquel humillante frnel\so, calificándolo
(S) Ln c:rilic. ori¡inal, CD ua arctcuJg anói'IJmo de TJn 11.mu U-
tt.ta.ry Suppt~rncrll dt:il lJ do ft.COflo de: 1~. ~acerca de: •t.. eooet:p-
dóa. de b Hlllorta t1c: lümlrr... dcda ad: .. Se acw6 a ~rwln de.
dbalaat: dd wdYC:tW la metlt.e:: y Slr Ln.ia N aldo d Dl&rwi6 dt la
.a\otb ¡dCtica. m .W de ua a:a:cpao•.

50 51
de •revolución de los intelectuales•. Y nuestra con·
clusión no es mera inferencia; porque, nunque Na·
dos de cerebro ha sido f' lavado. 'El historiador,
anteS C:le onene a •• mhj[ bistQrla es producto d.e
mler no escn'blcm nada sistemJ!tico sobre la filo- ta lilstg¡ji!-
sofla de la historia, en un ensayo publicado hace Los histDriadores de que acabo de hablar ,:-Grote
unos aflos se expresaba con su clnrldnd y tajante
precblón usuales. •Así que., decía, •cuanto menos
f
I..Mll~n Ttevc:¡an Namier- babJnn s1do fün-
clldos ~! ;,, de_, e_ un mismo molde social y
li.J.llOrdnce el hombre el libre j uego de su mente con jiOffiíco· no hay cambio marcado alguno entre sw
~o oc un do a oUtlcos, tanto me' or ara- prim~s y sus Ultimas obras. Pero ~gunos historia·
su pensamiento•. Y tras de men .onar, aunque no do_n:< que vivieron en épocas de r.\p1das mutiic1óbes
rechazar, el cargo de que hablo ellmlnodo la mente ban reflej ado en sus traba¡os, no una sOCledA~ Y un
de la historia,, proseguía: oiden ~. sjno nn• sucesión de órdend diiuen-
t.S: El mejar ejemplo que yo conozco es el del gran
Alguoos filósofos polítlcos se quejM de una historiador aleml1n Melnecl<e, cuya vida Y obra fue-
•Calma chica• y de la actual ausencia de disct> roo más largos de lo corriente y abarcaron una serie
slóo sobre poUtica general en este pals.: se buscan de cambios revolucionarios y catastróficos en los des-
soluciones prácticas para problemas concretos, en tinos de su pols. Abl tenemos, en efecto. tres Mel·
l4oto que programas e ideales son relegados al Decke.s portavoz cada cual de una épOCJ! hiJ1l\Iil;l>
olvido por ambos partidos. Pero a mJ esta actitud dffe....;te, y expresándose cada cual por Wlll de sus
me pnrece traslucir una moyor madurez nacional, tres obras principales. E l Meineeke de WtltbUrger·
y no puedo slno desear que siga lar¡o tiempo !nata- dw_m und Nalionqlsl114f,_publlt;ada e!Ll907, ve con
cada por los fermentos de la filosofla polltü:a (6). CQofi~ la reaUz.adón de los ideal.S nacionales ger-
manos en el It.elc:h de Bismarck. y -como tantos pen·
No quiero por ahora entrnr a discutir este enfo- .adores del siglo XlX desde Mazzíni en adelan¡-
~ue: lo reservo 'Para un:~ conferencín ulterior. Mi identllica el nacionalismo con la forma mM elmda
propósito aqul se limita a ilustrar dos verdades dd universalismo: lo que es producto de la barro-
Importantes: la primera, que !.!2..PUjd~,l!rcnder­ ca secuela gulllennlsta a la era de Bismarclc. ~ Mei-
se o apreciarse la obra de un...histor ndor sin captaf DCClte de Die Idee 4er Staatriison (7), ·publiiiCI'il
ññtes lo. posición desde la qwi él In aborda; la se· en 1925, habla eon la mente inseguro y atónita de la
gundn, que dicha posición tiene a su vez raíces en ~cade Weimar: el mundo de la polltica se ha
una base social e histórica. No cabe olvidar que, ceovertido en palestra del conflicto, n o resuelto, entre
CQrnO Marx dijo en una ocasión, el educador nece· 1a razón de Estado y un.a moralidad u terior a la po-
sita ser educado él previamente; dicho en la jerga IIlka. pero que no puede en illtima instancia puar
eoncempor.lnea, el cerebro da quien practica lava-
m LA i1otJ4 tU ,.. Jt.(dll ~e EIIM.o, tñd.. C$p., ai.Mrid. JM!Jnno
(t) l. N.u uc•. f'~r~Q,.Iitils .,4 I'Dwf'l (1~).. pJp.I. 7. ._.Estudios hUtkos.

53
por endma de la vida y se¡widad del Estado. Fmal· (lldi~ un solo whig salvo Fox, que no era histo-
mente, el Mcineeke de Die Bnlstch~<ng des Historis· riador ni un solo bist.orindor salvo Acton, que no era
mlls,_ publicada en~ cuando habla sido barrido de "'hig (9). Pero todo lo que al libro le fslta en precisión
ru honrosa posición académica por el torrente nazi,
1
detalle se compensa con U1llL invectiva brillante. No
profiere un grito de desesperación, rechiiUlado un le cabla ¡a) lector ya duda de que la interpretación U-
tiislodclstn<Lil~Ce a4mit!r que todo cuanto exis- beta! era mala cosa; y uno de los cargos contra ?lla
t~tá..bl&.n.-y tambaleándose Inseguro entre la ro. !onnulados era el de que cestodia el pasado reflraén·
ln.tivldad histórica y un absoluto supra-racional. A la dolo al presente•. Aqul, el profesor Butter!'leld se
postre, cuando Meinecke habla presenciado, ya viejo, mostraba categórico y severo:
el bundimienio de su pals bajo una delTOta militar
más total que la de 1918, reu.J'P~I~e. en la creen- El estudio del pasado con un ojo puesto, por
c¡!¡u:n una historia a mere@ de un destino ciego, ine- decirlo así. en el presente, es la fuente de todos
l!JIO'hle fonnul;ula e¡a su Die Dr¡¡t~ataslt<>plu! los pecado~ y •ofbmas en historia... & la e3"CD-
de;~&). El psicólogo o el biógrafo se Jnteresarfan cia de lo que desisnnmos por la palabro •ablst6-
aqul por la trayectoria seguida por Melnecke como in· rico• (10). •
dividuo: lo que ocupa al hlstorlndor es la fonna en
· que Meinecke refleja en el pasado histórico tres -y Pasaron doce ai\os. La moda iconoclasta pasó. Bl pals
hasta cuatro- periodos sucesivos, agudamente con· del profesor Butter!'lcld se hallaba sumi<!o ~n una
trastados, del presente. ¡¡uerra que solla decirso se Jibraba e.n defensa de lu
O pcrmitasenos tomar un ejemplo eminente mlis libertades constituelonalea encamadas por la tradl·
próximo a nuestro país. En los IconoclastaS afios ci6n Ubenü, y bajo la dirección de un gmn Uder q~e
treinta y tantos, cuando d partido Liberal acababa inl;esantelnellte invocaba el pasado, •con un <>JO
de ser despojado de su fuerz:~ real en la política hri· puesto por así decirlo, en el pn:sente». En un peque-
t4111Cll, ~1 profelior Buncrficld c:scribió un libro titu· i!o lib~ titulado El Inglés y m HJsiDriD. pubUc~o
lnlio LD. lnlerprelaci6n Whi¡: d~ la HiStorill, que fue en 1944 el profesor Buttedield, no tan sólo decidió
aco¡¡ldo con un éxito tan resonante como merecido. que la ·.inglesa• en la interpretación liberal, whlg.
Bra una obra notable en muchos aspectos y entre de la historia, sino que a ludió con entusüumo n ."la
ellos porque, pese a critica~ a lo largo de unas 130 alianza del ingl~S OCD SU historia• y ni chetmaniiiDlen·
páginas la interpretación liberal, wrug, no menciona to del pasado y el presente• (11). Llamar la atención
- por lo que yo be podido observu sin ayuda de un
f) J[ B~ Tlu: Wkit lfll«rprtwlMI 0/ BUtorJ (1,)1)¡ ~
• ( . . C7 c:o.Jj..;. d . . . . .._., d 6,.. Ahtdabk. par el
• p6abllltemo a.MO'KIO• • •
¡ (10) H. . _ . _, n.
Wllll bolUF- of ll1m>rJ (tUl), P'-
- Ull..U ·
(U) Íl. aauww.o, n. E>l&l._ .... IW IIIJJort (1,..)p6-

.... 1, 44.
54 5S
::ientras pareció seguir nuestra senda: ahora que
>Obre estas mutnciones en el enfoque no es crltla .- bn torcido, la fe en el significado de la historia se
hosúl. No me propongo refutar el.proto-Buttediel4 !a convertido en berejla. l>esputs de la primera Gue-
con el deutero.Buttediel4, ni carear al profesor But· :n Mundial, Toynbec nevó a abo un denodoilo in-
terfiel4 ebrio oon el profesor Butterfield •ebrio. Me 2Dto de sustituir una visión lineal de la historia
doy perfecta cuenta de que, si alguien se molestase .,or una teoría clclica: la tlplca Ideología de una ~
en leer detenidamente algunas de las cosas por mi :Xiliíl en decadencia ( 12). Desde el fracaso de To7n
escritas antes, durante, y desput!s de la guerra, podrla ~. los historiadores brttáiilcos se han limitado J!
sin dificultad hacerme reo de contradicciones e i¡;t· :m_mayor a abandonar el juego, y a declarar ue la
congruencias ta.n polmarias por lo menos como las Storía no sume niñguoa auta. en a soluto. Un~
quu be señalado en otros. Hasta creo que no envidia· :iivialalinnaclón de P sbcral respecto {13) tuvo cas•
rla al historiador capnz de afinnar honradamente ha· :anta resonancia como el aforismo de Ranke el siglo
bcr pasado cincuenta afios sin modificar rad!cnlmen· :;asado. Si alguien me dice que los historiadores bri·
te su visión de algunos puntos. Me propongo sólo :zmcos de los olltimos trcintn nños experimentaron
mostrar lo fielmente que la obra del histo · ..-.os cambios de parecer como resultado de una
~a la ledo4 en ue ~· No sólo fluyen los ~da reflexión indJvldunl y tras haber quemado
aeonteclmicaro.s.; fl~l propio hístnrigdo_r Cuando :10 poco aceite en la soledad nocturna de sus bullar-
5e toma una obra histórica en las mano>, no basta ~. no lo pondrc! en dudn. Pero seguiré viendo en
mirar el nombre del autor en la cubierta: hay que :zuo pco.snndento individual y tanto derroche de
ver tomblo!n la fecha de publicaci6n en que fue .,_ Eltile un fenómeno soc:ial, producto y expresión de
crit.a, porque ello puede resultar aún más revelador. ::a tnmsformacióa fundamental en el carácte:r Y la
Si razón tenia el filósofo caando decla que no se puc· ~ de pensar de nuestra sociedad desde 1914.
de cruzar dos vC!ccs el mismo río. acaso sea tambil!o SollaY indicad.or_mlls irit~ortante del carácter de una
verdad, y por igual motivo, que dos libros no pueden wliedad que el tipo delslorla ue escribe o deja
ser escritos por el mismo historiador. .kesc:rifilr. Gey • e hlstor n or holando!s. muestra en
Y s; por un momento pasamos del historiador In· aliSdnadora monograN11 trnduclda al inglés bajo el
dlvidWJia lo que pudieran llamarse gnllldes corrlen · ::rulo de Napoleén, en pro y en contra cómo los jui·
tes de la producción histórica, aún se hoce mds pn· li<s sucesivos de los )Jistoriodorcs de Napoleón en el
tente en cu4n gran medida es el historiador producto ~ XfX francés reflejnban lo! cambios y conflicros
de su sociedad. En el siglo 1<lX los histo.rladores .!l!!· (tt) MaRlO A11rello) en c::l ocuo del lmp~rio Romaoo, se ~Wd.
tánlcos, con contndns e."<Cepciones, veiao en el curso , · !Indo a«tU d.c •c.4ctlo todo lo 4tut abon pasa. ocur:n6 ya. en
d01iililstorfn una demo.stra ·ón del·· ri ci io del ro· 11. )Uido y wlqñ • acootcc:cr en ti rururo" (.f Jí mlsmo. "• 7l);
~es s.abido, Toy:nbtt: tomó .. lc!ca ct. lm lkudced4 th Oc&i4mlc
~: mam estaban la Ideología de una sociedad en
Vías de progreso notablemente rápido. La historia te· -~·
"Jl) 1~. tcdiad& a <4 ·
do 4ltcJcmbt"t u~Of7
de J9J.¡. a AB'-
.,.~,..

besaba sl¡¡nlficado para los historiados británicos


51
56
en los moldes de la vida polllic:a y el pensamiento x el estudioso de la hlsottia que aprender a anall-
Eran0<$CS a lo largo del si&k>· El pensamientQ.d.e..lcn M!e.
historiadores, romo
el de los ms humanos, viene
por ~ c:ircuñstaDJ:ias de tiempo y lup:r.

-
moldeado
Acton, que rccoaoc:la sin -reservas· esta verdad, trató l>ejemos ahora al historiador y pasemos a consi·
d e encontrar en la historia una fonna de escapar a oknr el otro ttrmino de mi ecuación -los hechos
ello. *la histon- a la luz del mismo problema. ;Qué 03
dljcto de la investigación del storio.dor el com or-
La historia debe ser quien nos libre, no sólo de :aailento e os n uos o la acct n de las
l~)oiié61aaln~ncía de otros'hempos. slJI!!..dc la ·-. ? Aqui piso un cOJDlJIO trillado. Cuando bace
Indebida Influencia del nues~_®-11!, ílranla ~91 :¡¡¡¡¡¡s¡¡¡;os publicó Sir Jsalah Berlin un luminoso y
mundo gue nos rodea y de la presión del aire 9U!l. a!lebre ensayo tltulad01ItSioricu/ Incvitability -a
~splramos (14). :uya tesis principal volveré a aludir en estas conre-
rmcias- le puso por epl¡¡rafe una expresión de
Bsto sonari qu.lú como una definición por demú op- T. S. Eliot: c'!,.a,Lu_stasJl!l'rzas Impersonales•; y a
timista del papel de la historia. Pero me atrevo a mdo Jo lllrgo del ensayo satiriza a quienes creen que
pensar que el historiador, cuanto más consciente es ...astas tuerzas Impersonales• ..!!!!!.el factor deastvo
~_:p.I!!pia situactón, iDAs capaz e:t de trascenderla óe la TíiSíori.!J no los ~· Lo que llamaré
y meJor !U'!!IadO t:Síil para ~tar la natunlw omrlÁde la histOria de la na.r h e!<> Cleopatra, la con-
éSeilclal de las diferencias entre su sociedad y coii- ciepción según la Ciill lo unpoi(@le en la historill
cepcioncs y las de otros pei'fOdos y pa¡se$, que el a el caricter y el comportamiJ!!!to de Jos iDdividuos,
historiador cmpceado en proclam.a r que él C$ un In- lime tin rancio abolen¡o. l.!!.teodencia :1 proclamar al
dividuo y no un renómeno social. La capacidad del po individual como fue a e la historia
hombre de eleviU'$C por sobre su situación soclal e ., caract stica de Jnúau,S grimitivao de la con-
histórica puece condicionada por su capacidad de ócnda_lli.Uórial- Los grle¡os antiguos gustab= de
aquUatar hasta qué punto está vinculado a ella. bautizar los logros dol papdo con los nombres de
Dije en mi primera conferencia: antes de estudiar !léroes cp6niinos supuestamente responsables de
la historia, 1!8tudlese el historiador. Altora qUisiera ellos, a atribuir su épico a un bardo llamado Home·
ilfadlr: antes de cstudiit' aL historiador. estúdiese su ro. y sus leyes o Instituciones n un Ucurgo o un Sc:r
tll..Iia.dor. sjcndo $J
~¡nbíentc histórico y social. g!...hi$_ J6o.. Igual tendencia vemos en el Renacimiento, cuan-
un individuo, es aslm!sm _ de la historia do Plutarco, biógra.[o moralista, fue figura mucho
; y esde este doble punto de v sta :aás célebre e influyente en el resurgir clásico que
los historiadores de la Anti¡¡Ueclad. En Gran Bretaña,
particulannente. todos hemos aprendido esta teorla,
59
cnsi cabria decir de$de la cuna; y acaso hoy debié-
ramos reconocer que tiene algo de pueril, o cuando He aqul una dcclnraci6n precisa. Y como Miss
menos de puerilizante_ E.ra hasta cierto punto plau· Wedgwood es una escritora de éxito, muchos serán,
slble en tiempo.s en que le sociedad era m:ís sencllls.. estoy Sf:guro, quiene! piensen como ella. ~1 Dr••Row·
y el negocio público estaba entre las manos de un se nos dice, por ejemplo, que el sistema ISllbelino se
pulla do de Individuos conocidos. Pero es evidente que vino abajo porque Jacobo l era Incapaz ~e compren-
no encaja con la sociedad de nuc:slrn época, mucho derlo, y que la revolución inglesa ?•1 st¡¡lo XVll. fue
mú compleja; y el nacimiento, en el siglo XIX, de la un .acontecimientO accidental,. debtdo a In estuptd&
nueva ciencia sociológica fue una respuesta a esta de los dos primeros mona.rcas E.stuardos (17). Baslll
cn:clente complejidad- Pero la viejn tradición se re- Sir James Neaie historiador más austero que el doc-
siste a morir. ~comienzos de este siglo, podla aún tor Rowsc, par:ce " veces m:ls ansioso de c"!'resar
seoteociarse que cla historia es la biografía de los su admiración por la reinll l•-abel que de ~hcar lo
graíides hombres•. No hace roa~ que diez años. un que representaba l.a monarquía Tudor; y Sir !salab
di.s tingwdo · historiador norteamericano acusuba a Berlin en su 1 ecién mencionado ensayo, está tremen-
sus colegas, quizá no Clcl todo seriamente, de cgeno- dllme~te preocupado ante la posíbllida? de qu~ los
cidio de los personajes históricos• al tratarlos como blstorladores puedan dejar de denunClBr a Gcngis
•hechuras de lu fuenas sociales y económicas • (1 5). K.ao y a H IUer como hombres maloados (18). ~·
los adeptos de esta teorfn tienden hoy a ser circuns· rla del rey bueno y el rey .J;ruti..Q. •a que. ~os
peciOs, pero tras ciertas pesquisas he hallado una lllúiiii<l9.-de.!D,.nam de ClcopatrQ,,S!'I!!rn..!l§l?•c•al~t:Y·
excelente formulación contempor:lnea en la introduc- kncl;; cuando nos a~c;!ll!lQ_S_Lúempos m!_s recten·
ción de uno de los líbros de !4i~ Wedgwood, que te;: E.s más fácil calificar el comunismo de • parto _del
escribe: ~do Karl Mar><• ( tOmo esta flor de una recten·
"' circular de agentes de cambio y bolsa) que an~·
El eoiJ!ºrt.amiento (le los hombres como in· IWlr sus orlgcnes y su car:lctcr; más holgado ~tn·
dividuos, ~in~ que su COD!1!9rl.o.mje!'to buir 1a revolución bolchevique a la tootcrJa de Ntco-
como grupos o clases. La historia puede escribirse lis 11 0 31 oro alenmn que estudiar sus p~das
éon este sesgo lo mismo que con otro cunlquicrn; c:ausns sociales, y ver en las dos Gue!TllS Mundiales
no tiene por qué inducir más ni menos a error•..
E.s!e libro.. . es un intentO de comprender cómo
sent!ao aquellos hombres, y por qué, según su pro-
pio criterio, obraron como lo hicieron (16).

(11) brcrica.G lllnoñod lU.,'t w, LVI,


mm
o.- 1 (MttO JJ$1), p.¡¡;.
(16} c. v. w-.Th• ¡r;¡..·, r-.. (m!), r&J. u.
60 61
muodo circundAnte del Individuo no fueron muy le-
d resultado de la perversidad individual de Guiller· jos (19}. Resulta tentador distinguir entre ~ bto¡rafia
mo n y de Hitler que la consecuencia de algún hnn· que tnta del hombre como individuo y la his10ria ~
dimiento profundo del sistema de rdaclones inter· se ocupa del hombre como parte de UD todo, e ins~
Jlaclonales. ID.IIlr que la buepa blo¡rafla es mala historia. eN~
La afinn:lción de Miss Wedgwood combina pues
d0\...J!f91!0$Ídones. La primera es que cl compoita-
Induce mAs a error
que se rorma
u;: :
·~·-;::-~
• ·- '• ~iQn
el hombre Jkla hlstorla ~ió Ac-
,
mil;tltO de los hombres COcmo lndlvidnos difiere de su liiDeíl cierta ocasión ue el • ado r
ciiíñi!C!rtamiento como nuembros aeg¡:U~s o clases, JOS personª-ie · • (20). Pero también esta
y 'll;I'L~ historiador P.uedc optar por pro!!!!ldiz!!t.~n distinción es IrreaL No preteodo tampoco ampQI1lr·
IJ!IO ':'_Q.Itli~ª-M!AJllojo. U. segunda es que estudiar me tras el adagio victoriano colocado por G. M. .Y~g
el comportamiento de Jos bombees en nrantO: Jbdlyl.: en el frontispicio de su libro lA Inglaterra Vtctona-
dños es tAnto como Jnvestipr Jos motivosJl.C11'<ci"''tes no: cLos criados bab\ao de perso~s, y los seóo~
de sus acclones. discuten de cosas (21)•. Algunas btograf{llS constitu·
Después de lo que llevo dícllo, no necesito ahondar ~ valiosal aportacioocs a la historia: en mi cnmpo
más e.n el primer punto. No es que la noción del hom· de estudio oon ejelllplos destacados las blograflas de
bre como individuo induzca ni más ni menos a error Stalin y de Trotsky eserltas por Isaac Deuts~.
que su noción como miembro de UD grupo: lQ gue Otras, en cambio, pertenecen a la literatura, lo m1smo
,e· induce IL UTO~ es CJ intento de separar amb&uu;>cin:
, ~ );¡_! individuo es por definición un m!c:mbrD de
que la novela histórica. •Para Lytton Strachey•: es-
1' cribe el profesor Trevol"Roper, d os problemas bistó-
11 una sociedad, o probablemente de má• de una socie-
did. I!Amescla grupo, clase, tribu, nacióo o Jo que se UJ> t.o. J»'iM' • ~ K .... 'fWa Gil _ _ . ~
. . _ de ate at'Oir': •l..oJ pdc6lof0s COCDO pvpo 1110 blm ~
~era. Los primeros biólogos se limitaban a clllSifi· ~ como tma wa¡dad dcatro de- UD tiatcm.~ todtl opcl'U~~
car llll especies de pájaros, pt(;es y Bnimnles tcrres· ... ' bim 001D0 UD ICt lri.UIIUO concttto CX)DCC1rld6 eomo -~~
- .. !otiii.ICU.O de tlstaDU .oclllla. ~le' ata roma~-
_ , al aaaltl. d ICltido peall1.ll" CQ qvc ,."'',_r...:~
·e• ...
In!$, repartiéndolos en jaulas, ocuarlums y vitrll!l!$,
y no Intentaron estudiar la crintura viva en relación
con su ambiente. Acaso las ciencias sociales oo hayan
-.-:u-w- ,.. __
-~-......• ~SocW

........ - . -
. .r.nc.u.
TaiCaft ,.¡-O
.
-...,.. n. .,_,., ol - h addanlc .... obicn?
.. . ~ · , . - (INTI. . .
1
)b:z

IICICI'C& ~k

salido todavía hoy del todo de nquella fase primitiva. hmd. P'l• lll. • m ••• 219
(») Bom• ltl'ld FDrdtn Re"~' mcro.l.-• .-e· • t.Uo-.. ~
Hny quienes distinguen entre la pslcologlo como cien• ...:!) ~ ~~ ~~~C:¡,:! ~ ~., .. qulln
!tita
cio del individuo y 111 sociologla como eleoda de la so- ~ C:C, ':,. .odo •P* t rh d ~re &DCDtal de alpil:o.. ~ ~
,.. a ;:-n- '- rD6a if'a .J maiJia ~ ~ .-.
ciedad: y se ha acullado el eplteto de • psicologismo• 1as ......... ' a
para motejar coa él la noción seglln la cual iodos S C1l _, ¡;;oc;¡ 1Í\UWas por ~115 !.c.dDddal e naa»-
ca de lol tadJvl~ .,. IUI !lo asf • ..-ce. madi»
tos problemas sociales son reduetíbles en Ultima ios· ,_.. espc:ricoclu &. pe:riODU '/ c:asu. Y cuan dc--n--

-··
-.so. M Jkvm amdloJ, QO quodan lloo \lOOI ~. . : - ; : ; ;
tanda al análisis del comportamiento humano lndlv!- - ....... do ... - . . ""' """ blosrifi<a ...
du.al. Pero los psicólogos que dejaron sin estudiar el
63
62
ricos eraa siempre y llnicamente problcmag de COIJi· opuestos a la ascensión al poder de los barones feu·
por10miento y de excentricidad individuales... Los dales, no sólo se introduce una visión más compleja
problemas históricos, los problemas de la polltlca y y elaborada de la maldad del Rey Juan, sino que pa-
de la sociedad, nunca trató de resolverlos ni siquiera rece estarse sugiriendo que log aconteclmlc;.ntos hlst~
de plimtearlos• (22). Nadie est4 obligado a leer o es· ricos no vienen determinados por acciones CODJcieli·
criblr historia; y pueden escribirse libros exoelenm tes de individuos, aioo por cierras fuerzas exteriores
ace del ado, ue nada tienen uc ver con la y todopoderosas que dirigen la voluntad inconselente
historia Pero creo que tenemos derecho, por aeuer o lfe és-tos. Bsto es UD· disparate, por sup11esto. gn.Jp
éOnvencional, a reservar -<:OlllO me propongo hacerlo que a mi respecta, no creo '-" .1? Di:lllna.Rmlll(!ellria,
en estas conferencias- !apalabra •historia• para de-
sígnor el proceso de la 'íñvcsU¡¡acJón en el pasado
D!..~ ~-ESpJritu a!:'"i* r~Mani·
flc..$JO _, -en,p RI_ _Q~_r._____ Q_. .L-U~t~tra
ílet hombre en soctedid. q••lt}lden di las ahstraccionu...a...que ;; Nt íitñl)úldo
La segunda proposición de Miss Wedgwood, a Sll- •lpmas veces e) gobierno del "'mbo de Jos aoon·
ber, que la blstoria llene por objeto investigar por Jesimien\Q~:. y SO!ltengo sin reservas al comentario
qut! los individuos •obrnron como lo hicieron, según de Marx:
su proplo criterio•, resulta sumamente rara 11 primera
..Uta; y sospecho que la autora, al igual que otras La Bistorú: aada Jw:e, nJ posee \IDil rlqw:za
personas razonables, no predica con el ejemplo. Y si lmiicns.a, nJ libra batallU. ,& el hombrl, el h~ •
lo hace, su lllstoria ha de ser muy singular. Todos s.t.· bre real y vivo, qulen lo bace iOdo, quien posee;¡
ben hoy que los seres humanos no siempre. ni acaso lUCha (23). .
gencñilmenre, obr.1n por motivos de los guc tienen
lCDI\ wru:iepclll o Q4C csí5ñ at uestos " confesar; Las dos observaciones que he de bacer sobre el
y exch11r penetrac1 n e motivaCJones tncon.s· particular nada tienen que ver con una concc¡x;ión
dentes o inconfesas es desde luego vna rODD8 de abstracta de la historia, y se basan en la observación
woerse a trabajar con UD ojo voluntariamente co- por.uneote emplrlca.
rrado. Esto es, empero, Jo que segdn algunos debe ba· Es la primera que la historia es en gran mcdfda
cer ellústoriadot:. Se trata de Jo siguiente. Mientras cuestión de nlimero. Carlyle fue responsable del des~t
decimos que el Rey Juan era muy malo, por su ava- b1unado aserto de que •la historia es la biognilia
ricia o su estolidez o 5\1 ambición de bnccr el tirano, de los grandes hombrcso. Pero oigámosle en 111 má~
bablnmos en términos de cualldndes humanas com· p-aodc y elocuenle de sus. obras hlstót icas:
preasibles afJn al nh•el de la historia para párvulos.
Pero cuando empieza a decirse que el Rey J"uan era El hambre, la desnud~, y una opresión conven-
el lnstiumenlo insconcicnte de intereses creados cida de estar en $11. dercc)lo gravltanáo pesada·
lll) IL l"Jm""'A-. Hilt"'*"' Enqt (ltsl). pie. 211.

64
mente sobre 25 millones de 8Úll8$: esto, y no las umúnen la abstención de miles d<! otros individuos
vanida des heridas Di las fllosofías refutadas de de la misma generación, orl¡inaodo con. ello una
ebo¡ados fllósofos, de ricos teDderos o de la n~ mengoa considerable del indiCO! de caS1D]IlentoS: ~
bleta rural, fue el primordial instigador de la Re- tal caso podría ser que resul~ significativas desd~
volución Pni11CUII; y Jo propio OCW1'iri en todu el punto de vista de 1a blatono. NI hemos de ~
In revoluciones semejantes, en todos los pal· nOs ante la manida afirmación de quc los. mOVUDl~
I CS (2.4). tui ·an roinorins. Todos los movltmeotos efeo-
tos 1os Cl d ult'tud de se-
tlvos tienen unos cuantos adall es y..m 1
O, como dijo LeiiÚI, •la polltic!! empieza ~ gu!dones; pero esto no quiere decir que la .muitlt~
estÁll Ju ffil'!ll.A..JIQ.dggde JiiY~s. tino d0!!111'LhllY no sea. esencilll para su triunfo. En hlstona, el nu·
¡nlllonos; ah! es doudu.mpi"%1' la Rl!lltlca l!!rla• (Z5). mero cuenta. d mi se-
LOS millones de CarJyJe, tanto como Jos de Lenln, '-'fen'o oún pruebas mejorett en apoyo e . ·
oran níillones de individuos: no bebía nada únpeno- guodá /observación. Autores do muchas y dlstmtas
liAI en ellos. Las dbcualonu sobre el particular con- ._... ...... ~-"·•"'IIIJltifííMn!olñcfdlilo en a~un~
e~ · b
funden a menudo anonimato con lmper$OIIlllidad. NI que las acciones &eres os in 'vtdWU<!S !te-
la gente deje de ser gente Di los individuos de ser in· mn a menu re&ultadO!ll\18 no se t~ponla ,tU_ -
dividuos porque desCOI!OZCamos sus nombtu. Las seaba el a,ctor, DI tamn!)C!Loadle mfS· El mstiaDO
•vasta' fuerzas bJ1persooaleso de T. S . E.Uot eran Jos .::::=-"'':".el individuo, al obrar coOSct<!ntemente para
cnee que . es el 8,..,te
Individues a quienes Clarendon, un conservador mál sus propios fines. oo siempre altnllstaS. • •-
atrevido y franco, llama cla gentuza sin nomb~ (26).
Los millones anónimos eran individuos que actuaban
conjuntamente, más o =nos conscieotement<!, y co~
:=s..
• scieote de los designios divinOS. El cvtelos prl-
benñicios publlcos• de Mandeville era ~ ex·
presiób temprana Y deliberadamente p aradóJtc:a .de
titlúan una fuerza social. En condiciones normales el este descubrimiento. La mano oculta.de~Smith
historiador no nrsesitará saber de un solo_y úniCo la castucia de 1a razón>o de He~l, que ?D~~
eampesino descontento, de una sola aldea insatls- fñ'mviduos a Olf'rnr por elln 'J ~~·· ID!.~me~los
fecha. Pero millones de cllUipesinos descontentos cn ~=--·· -....-..-. .,p"or - nl4s(jUe"C\\,Qu;r~an estar sn~
de
miles · QJdeii son factor ue n uede desoo "" sus ........... - -
cieñdó""sus propios ~eos. -
son demasiado eonOCldas
. •
ñlñ latoriador. Las ruones por las que una per- como pata requerir c(ias. c,Bn la produCCIÓD Socinl
sona cuíilquicra se abstiene de casarse no lntenesan al de sus medios de producción•, escribía~ en_el
blstorlndqr, como no sea que las mismas ruanes de- prólogo ll su Critica tie la Bconoml4 Pollt~O:
se'ttSlrwnanos entranJ!l}...~9l'cret:tS Y n~~~..rd. ·
cio-;)es mdependient~ta~. cEl ~:b~
vive consciwteiiíeiiié" para si, pero es IDS~ •
consciente de la consecución de los lilstóocos Y um-

66 67
versales :>nbelos de la humanidad•, c:.scrlbló Tolstoy clones humanas• (30), o en el relato hecho por sus
en Guerra y Pal. haciéndose eco de Adam Smltb (27 ). '}mlíliOs-afrtare.s de lo' motivos por los que •en su c:ti-
Y aquí, par.¡ concluir con esta antologfn que ya se terio obraron como · lo hicieron•. Los hechos histó-
está haciendo lar¡¡a, citaremos al profesor Butterfield·- ricos son, por supt(esto, hechos acerca de individuos,
•Bny, en la nnturoleza de los J!COD~~clmiérno~ .mas no de acciones de individuos llevadas a co60
cos~·ats~que~l,!•r_ce_el ~urso hlstóricoen nna direc- aisladamente, ni tampoco de los motivos, realu o.
ción que nioglln hombre se propuson unca . 5.;_. imaginarios, por los que c:Uos mismos creen haber
KUir• (28). Desde 1914, después de transcurrido un obrado. Son hechos acerca de las relaciones existen-
siglo sin otr;¡s guenas que conflicto$ menores locall· tes entre Jos tna!Vl4uo~ el seno de la soe1edad, y
zados, hemos pasado por dos guefTIIS mundiales. No a~ de las fuerzA$ soda!es que determtnon, par-
seria e¡cplJcación plansibe de este fenómeno sostener liendo de las acciones indW.d.uJ.)es1 resultados a
que eran mAs los individuos que querilln ta gnerra, o menudo di,stintos, y a veces coutrarios, a los que
menos los q~ querían la paz, durante Ja primera se proponían alcanmr aquéllos.
mitad del • iglo XX que en las últimas tres cuartas Uno de los errores VUIY<;s_d¡: la concepción de la
partes de.! laX. Dificil resulta creer que un indlvidun histor' llin ood, de que tratt en
cualquiera se hubiese propuesto, o desellra, la grao mi anterior conferencia, fue suponer ue a ea
depresión económica de los años treinta y tantos. Y s_ubyacente al acto, y qu6 !WJlVCStigar el historia-
sin embar¡¡o fue, a no dudarlo, tnúda por las acciones dor, es ci._P-ensn:miCJúo díil actor individual. Es una
de individuos, cada uno de los cuales .se proponía ¡iresuposiclón equivocada. !:9..9ue ba de 1nveo~ar el
conscientemente oll'O fin radicalmente dlstlnto. Tam- bist01er es lo gue subyace ariícto; y aqül pen-
poco puede decirse que el di•gnóstlco de una discn> samiento o el motivo conscientes del actor Individual
panda entre las intenciones de un Individuo y los pueden resultar del todo irtdevantes.
resultados de su acción, deba siempre aguardar al Llegados a este punto, quiero decir unas palabras
ftlstoriador retrQspe~tivo. •tlo tlcn11 intención de ir a acere> del papel que desempeña el rebelde o el disi-
~gu,cm•, escribió Lod~e WOOdrow Wilson en dente en la historia. Montar la célebre Imagen del hr
~ano de 1917, •pero tengo la Impresión de que le dividuo alzándose en contra de la sociedad es tanto
arrastrañln los acontecimientos• (%9'). Bs Ir col'ltra como reintroduclr la falsa ~ntltesis entre 6sta y aquQ.
toda cvldencr~ sugenr ue la lílS!Oria pueda escri6li'Se Ninguna sociedad es del todo homogénea. Toda socie-
iñlñOsarrn-.
füffif,ñaO'~e'encei<plicaciones en

(l7) L T....ot, C..uro 1 ,q.


b, c.ap, 1.
du~.w:r.e.JOI enrnugps
dad existente son, ta.n to como los que la aooYA~
--·-·
dad es escenario de conflictos sociales, y los !ndlvl·
. de In n u toM.
~kn. BCIT'I"'aamA. T1t.t ~tPúlmuPJ lllfd Hb Hút"'1 f JM4). p.¡.
{19) Chad6 PG' IL W, lWtUf()f, 7/U Z~ Tfflpv~~ (lO) Esta ftuo pmmeca •1 libro ck L 'BcrliD.. HUl:orW l•,.<f.M.
~~ . 1$). pJa. 110., t....,_
ap.., El Jtht,..,.• zu,,.,_.,.."• cd. Go-- bility (1154). ...1- 7. - - ............ .... la l:is1«fa .. ..m.
ba en cslOS tbm:laos.

68 69
director de una serie de populares manu.ales de IJb.
dueto Y reflejo de dicha sociedad. Ricardo n y Cata- toda. comCll1ada desputs de la ¡egunda Guerra Mun-
lina la Grande representaban fuerzu sociales pode- clial, invitaba a sus autores a • desarrollar wi tema
rosas en la Inglaterra del siglo .XIV y en la Ru.sill histórico importante mediante la biografía de un
del xvm; pero también 1lls representaron Wat Tyler gran hombre•: y A. 1. P. Taylor decía e11 uno de sus
y Pl!aocbev, el llder de la gran rebeUón de los síer ensayos menores que da historia contemporánea de
vos. Tanto Jos monarcas como Jos rebeldes son pro- Europa puede escribirse en función de tres- titanes!
ducto de las condiciones especificas de su tiempo y Napoleón, Bismarck y Lenln• (31), a pesar de lo cual
pals. Racer de Wat Tyler y de Pugachev individuos no ha emprendido, en sus escritos más serios,la pues-
alzados contra )a sociedad es incurrir en una simpli· ta en pd.ctica do proyecto tan precipicido. ¿Qu6 pa-
ficaclón capu de inducimos a erTOr. Si no hubieran pel es eJ del gran hombre en la historia? El~ hOJD-
sido mú que eso, eJ historiador no hubiera tenido bre es un lndivi como ~ iñdlvlduallclad
noticia de ellos. Deben N papel histórico a la masa ao ente, es asimismo fenómeno soci
de sus seguidores, y son significativos como fenóme- s ente imponancla. dos verdad evidente•, apuntaba
nos sociales, o no Jo·. son de ningún modo. O pasemos Glbbon, ~que los tiempos deben corresponder con los
al caso de un destacado ~belde e !ndivJdwilista, en personaje• extraordinarios, y que· el genio de Crom·
un olvel más elaborado. Poco.s personas ¡;;;;;-¡;,ccio- well o el de Retz fenecerian ahora en la oscuri·
JladO de modo mis violento y más radical que~ dad• (3Z). Marx, en El dieciocho Brumllrio de Luis
sebe contra la sociedad de su tJeniGC/ lug¡¡r. y sin Bonaparte, diagnosticó el fenómeno contrario: cl.a
embargO N.~c.AA._era producto d lO de la socie- guerra de clases en Frencia creó circunstancias y re-
dad •U!'OI!ea, y más espec.lflca.me.nt.e alemana un fe- laciones que hicieron posible que una mediocridad
Jmeno que no pod¡a habene dado en ~ ni en palmarill se exhibiese solemnemente con atuendo do
Pen1. Una ¡eneración después de muerto Nietzsche búoe•. De haber Dactdo Bim>ardt en el siglo xvw
resultó mis evidente que lo habla sido para sus~ -hipótesis llbsurcla pueato que no babda sido B\5-
tmcos la virulencia de las fuerzas sociales cmropeas, marck.-, nJ Ílabrla unido a Alemanl.IÍ., ni aeaso bu.
y nás especlf!camente alemanas, d.e las que aquel blera sido gran hombre en. absoluto•. Pero no creo
lndlviduo habla sido fiel trasunto. Y Nietzsche- fue que sea preciso rebajar a los grandes hombres tlldll.n-
una figura más significativa para lo posteridad que dolos, como To.lsroy, de meras ~etiquetas para dar
para s u propia generación. nombre a los ac:Onteclmlentos•. A veces, Indudable.
El papel que desempeila el rebelde en la historia mentJl, puede tener consecuepclas siniest.-es el culto
tiene cierta analogía con el del gran hombre. La teo- del gran hombre. El superbombre de Nietzsche es
rl~de la historia centrada~~ ~n. bom~
~esz:. ~~¡¡escuela deJam5C!':atrt=
de~~,..]~ moda h~e un(!s.!!!!S!! ~.~~lo
'?JAI asoma alguna vez su poco o¡racla~bez:a. El
=-- n..-
una figura que repele. No oecesito recorclar el caso de
(ll) .L l . P. b uco,,,_ ll•pol- Ú. Sodia (19511~ pq. 7t.
()1) . ~ DtdlN on4 Fcll 11( Ellflist,- tD.
71
70
HIUer, ni la.l graves secuelas del •crulto a la persona· Napoleón o Bismarck. Como llimpoco debemos oJy¡.
Udad• en Ja Unión Soviética. Pero tampoco me pro- dar a aquellos grandes hombres qut de Ull modo se
ponBO mec.oscabar la grandeza de los grandes hom- adelantaron a su época que su grandeza sólo fue n>
bres; ni suscribo la tesis segdn la cual clos grandes conocida por las generacian~ posteriores. Lo que me
hombres son ea.sl Invariablemente hombres perver· parece esencial es ver e11 el gran !!~~..!¿m i,!!dl·
sos•. La opinión que yo quisiera demoler es l;.qye co- vidl;!9_d~cado, a la vez producto y ageotc dei PJY'
loca a los grandes personaj es al margen de I! historia ceso histórico, representante tan~como crea~e
y ío;!¡,ag;oa bñpOinmdog a la líútoria en vhtud fuerzas sociiil~ue cambian la faz del mundo yJi
de iu granaéÜ., como •leotetlesos qne asoman mUa· pe_!!2Dii~~de los hombres. . •
jrosamente de Jo desconocido, para venir a lntJOr:rmn· Así pues, ialiistoria. en <ll$ dos....senudas da 10=
plr la continuidad real de la hi•t.Qri!'• (33). Aun boy vcstigacióo llcvodn a · cabo or el bis I,Ador Y los
dndo que pueda mejorarse la clásica descripción de hec os el pasado que él estudia-, es un proceso so-
Hegel: a
cial • en que piii'fiCii>:m Jos tndlviduos

en calidad de
oc!
$Sres SOClaiCS; y ti supuesta antft.estS entre .la ~ e-
cBl gran hombre de WUl épo<::1 es el ue nhe dad y el individuo no es sino un despropóstto mter·
formular con alabras elo de su é oca, el puesto en nueatro camino para confundlrno!l' el pen
que sabe di!clr a su época lo que eUa anhela<..}'_ samiento. El proceso recf!WIIó! de interacción entre
s¡¡.!>~ realizarlo. lO que el hace es corazón y eseu,
~-de su t!pou; él da realid:~d a su 6poca• (34).
el historiador y sus hechos, lo gue Pftn
hama_do el
di3ÍQgo entre a pasado y el presente,no es-AW_Q¡o
eií!Ñ indlvlduos abstractos ~ mlados 1 sino entre lll
Algo por el estilo qniere decb- el Dr. Leavis cuan- sociedad.de::Jíoy...y-ia-,wc\04ad~de-aye,. La historia.
do afirma que los grandes escritores tienen cimpor· co'm o dijo Burckhardt, ••• el cooíunto de lo 9ue una
tancia en razón de la lucidez humana que susci· 6p~ encucru:a::!!!S!I.QJ!iatención.en-ol""• (36). El
~ (35). Bl ¡ran hombre es siempre representativo pasado nos resulta inteligible a la luz del presente
de fuerzas e:XIstent.es o de fuerzas que ooadyuva a y sólo podemos comprender plenamente el presente a
crear, desafiando a la autorldad·vigcnte. Pero tal vez la luz del parodo. Hacer uc el hombre u
deba reconocene el más alto grado de 'Capacidad P.tcndcr la sociedad e asado. e i emcntar su
c'rridora a 105 @ ndes hombres gue, como Cromw~l dominio e a sociedad del presente, tnl es la aoble
o~mn,-eontnliuyeron a moldear las fuerzas que 1~ fúneion de In h1stonn.
hl~g ~ y no aquellos que ca~algaron hacia
la grandeza montados en fuerzas ya enstentes, como

(JJ) v. G. CIUL.I.II. l/iJ.IIH1 (1941). pAa:, u.


(l4) Eilwll(ltl dd dcr-=•· 06) J. au111CKu 4am-. /udrcm•"'' cnr mxrary ilnd IJ/Jtprl4tu (1959).
(JS) F. 'R. ~VJJ, Tlle·orrol TNJdltltm (1?41), po\J. J. lnd. ins.. .,.,.. ua.

n 73
lll

HmroRIA, CIENCIA Y MoRAUDAll

Siendo yo muy joven, quedé debidamente lmpn>


sion:tdo. al entCra!:mc de que a pesar de las aparien-
cias, la ballen<t no es un pez. 'En la actualidad, eStas
cuestione$ de elasiflcac:ión me tu'rb¡m m_enos, y n~m!1__
prwc:u),'a demasiado que se me asegtm! 9.!1C_!~
nañOesiffia-c:ieñcta. ÉStil-cileslf6ííTeñirlnológica es
~\\JDG!l(~ uíi'íi"exéentricidád de bfengua inglesa. En Ciiilqwer
otru idioma epropeo la ]Wabta ciencia abarca la hls-

~ Difusilin gratuita. ~
torla sin dlscl.lSIÓn. Pel'o en el mundo de habla ingle-
sa, eSfe problema tiene un largo historial, y los inte-
rrogantes que plantea una cómoda intro-
_,1
La fotocopia no mata tQ
' los ~ cteiiCii.
'¿ al libro, ~ tan espectacular al conocimien-
~ el mercado si. ~ to que el hombre tenia del mundo y de S\IS propios
atributos fisicos, empezó a plántearse' la pregunta de

Q¡A V~1\.~
si la ciencia no poilffii'liiñblélréóaayuvar-a un mejor
coñoCímiento de 18 socieaii<l:-J:aeo·ñéep'clótrde' las
ciencias soéiaies, j"íll!-Ia' ltlstoria entre ellas, fue gra.
dualmente desarrollándose durante el si!!lo XIX; y el
método con que la ciencia estudiaba el mundo de la
naturaleza se aplicó al estudio de los asuntos huma-
·no!l'. En la pri'!lera-p~ de este pedodo pTeValeci6
la tnidicióíi'newt!!.l!.l!!!!!l· !a sociedad, Jo mismo qui
el mundo de la naturaleza, ae conce6la como un

75
mc:c:aoismo_; aÚI\ se recuerda ' el título de una obra d~ la investigación cionliflca, y cl mundo do la bistc.-
de Herbert Spencer, CA Bstdlioa SociDJ, publicada rln, y dt.tnl~te este periodo el aserto de 'Bury se citó
en ISSI. Bert.rand RusscU, educado en cl seno de esm raras veces, salvo en son de burla. Pero lo que no
tftdicióu. habla de rememorar mis tarde el periodo vieron entonces los historiadores, es que lo propia
en quoe esperaba llegnrfa el dJa en que hubiese cuna ciencia habla suh:ido una profunda revolución, con
matamllca dcl comportamiento ltumaoo tan precisa lo que parece que Bury estuvo rms cen::a de la ver
como la matemática de la mednlca• (1 ). Luego, Dar- dlld de lo que habíamos supuesto. aunque por razo-
lf!:ifrovocó otn revolución cientifl~; _Y los esp~ nes que no son las. buenas. Lo que hícietan Lxell con
de lis cteneias s ociales, partiena;;e la bioJo. la ge.olo~ y Darwin con la bíolog(A se ha hecho aho-
l!'!o empenmn a pensar en 1& sOC!edltd mo un O!: ra con la astronOíñla, que se ha convertido en la
polcmo. Pero la rdadera im IUliCia de la revol • ciencia de cómo el universo ha UeiiiifD a se que
clón de Darwio fue que ~te. comp e 1 tarea es:ylosf cos mo emos dicen constantemente que
iniciada por Lvel en gen a, in ufo la historia en dlos no estudian hechos sino acontecimientos. ~
la c1eDcia natural !,.a clenc:ia :¡:a na se ocupaba de algo toriador tiene algun_!l E'E~~!!~. encontrarse más a
..Siitico y fuera del dempo (2), sino de un proceso de guito en el m uñdó de la ciencia hoyqlla" bbc:ec clen-
c;¡unbio y duarroll~ La evolución en ciencia confir· a.llos. · - - : -
maba y complementaba el progreso en historia.,.lilldA_ &,g¡mos primero el con<:e¡)~SJ?)DuriUlte los
sin embargo vino a modificar la coucepdón jn~urtly3 sl¡¡lo9 XVI II y XIX Jos hombres de cien.cta partieron de
método histórica ue descd en mi rlm con· ta base de que lás leyes de la naturaleza -las leyes
ferencia· m:opi ~~ n de datos primeros.,y..lueco,..,ln· drl movimiento de Newton, la ley de la gravedad, la
w:Prcto~jóra. ~.. paro¡ del supuesta indiscutido de ley de Boyle, la ley de la evaJÜCióo, etc.- hablan sido
que tal era r:un!>ién el método de ta_g.em;,¡a.
Eslll era descubiertas y defin itivamente establecidas, en la su·
lil poción de que obviamente parlf~c_uanda, en posición. de que la ~ · del cieotUico cooslslfa en
las palabras finales de su lecclón inau¡¡utll de' enero Jlescubrir y establecer más leyes ae- esta clas;_ me.
de 1903, descriWa-la- bistorla como ~.una ciencia, ol dJante un roceso Inductivo a rtir de Jos datos
mis ni rneii(;;. Los clncmñia iños·sigul!'nte. a- la observados. La p a ra •ley• descendió envuelta en
lecCión de Bury- han sido testigos de una reacción. vio· una ;1ui'e<IIQ de gloria desde Galileo y Ncwton. Los
lenta contra esta concepción d~ la historill. A CoUina· que estudiaban la sociedad, deseosos, a sabiendas o
wood, cuando escribía en los años treinta y tantos, no, de probar lo. condición cieatiflca de $\1$ es luellos,
le preocupaba especialmente la necesidad de deslio· tdopt.:tron Igual lenguaje y creyeron seguir el mismo
dar en forma clano el mundo de la naturaleza. objeto proc:<!dimiento. Parece que los primeros que salieron
. ' a la palestra fueron·tos-economista!:J!9U!icos~Coñ la
(1) B. R:uumL. Portrcrts /ram M«mc">' (19$1), pA,.ld.
(1) Todarla ca Ul74 dltlinl'lit BraiUey la cknda de: a. h.Ucoñ• por
ccup¡.rs.e la pritlwra cr. lo 1W:trlpOQJ e '"tnswt•blc'". (P. lL llltAlJU'\',
fcy de't>reSliam y con !~ lo:t.es ,!I..Ql_ mer¡:ado en Ad:un
Ctilf"l.«d B•Sd1S (lt1S). 1, Jd,, , .
_§_miiJi. Burke aipeló a clns leyes del comercio, que

76 77
SOD 1U leya de la naturaleza y por ende las Leyes tencla en el sentido en que CI"''~ .unlvnsalmente
de Dios (3)•. Malthus mec:anbó una ley de la popla· endliíi los aentlóaisíre'IOS siglos xvm y_XIX. Es
dóD; Lua.lle WlJl ley férrea de los salarlos; y Marx, ~sa ádmitida que los clentÚiéos io liáCeñ descubri-
en la Jntroducción al Ca tal, Gllrmó ber descubler· mientos ni adquieren nu];;os ccnocimientos medlan-
10 •la ley económica del mov ento e la sociedad tcei establedmient'? del6Jc¡ precisa.s y generiles,
ID!Idrrn••. Buclcle, en las pala ras nules de su Hís· · iíno mediante la enun~ de bipótc¡is que olíren
rarla de la Civilíztwi6n, manifestó el ~ovenclmiento el Ciiíilíío a nueyos lnvertipclone&. Un libro do texto
de que el curso de los atuntos humanos estaba dm· aceraa del métOdo clentlJlao, C$crll0 por dos filóso-
pre¡nado de un noble prillclpio de regularidad uni· fos norteamericallol, describe el método de la cien-
ftt'Sal e Inmutable•. En la actualidad esta tel'IJiino. cia oomn • esencialmente clrcular• :
loafa nos parece 11m antlc:uada ~mo pretenciosa;
pe:o le S\11!11& cuí tan anticuada al fJsl~ como al in- Obtenemos laJ pruebas de los principios apo-
vcslipdor de la sociedad. Un ailo antes de prollUllo laru!o al material emplrito, a Jo que se supone son
ciar Bury su oonterencia inaugural, ol_matemáti~ ·hecllo~; y seleeclonomos, analizamos e interpre-
fnlncá Henri Poincaré publicó un pequedo volumen tamos el material emplrico .basándonos en los
liMado ~mee el l'hypoth~e. que inició una principios ( 4).
revolución del pensamiento clentlJlco. La tesis prin·
d ré era que las roposlclones es Acaso hubiera sido mejor la expresión de •reclpro-
res e a en a son. cuan@ oo• que lá de •circular•; porque el resultado no es
no m«@, d@nlcjones o rnnvencunres djsfcrz;arfas un retomo al punto de partida, sino un adelapto ha-
~ del w¡o del Imgnaje, blpóteslr enc•mbJadas cia nuevos descubrimientos pot' medio de este pro-
~ cristalizar y_ 011JDÍ7at un pensamiento ulterior; ,m. ceso de interecclón entre prúlcipios y hechos, entre
Je!U a.:_ü}.tetior ttrificai:ión mQ!!I~qMAn o Tefu.ta- teorfa y práctica. Pensar reauiere siempre la acepta-
~ Todo lo GUa! es boy pooo menos que un lugar ,¡l)g de ciertJ..$ presu~slclones ~das en la ob~r­
ooml1n. La exclamación de Newton • Hypothtses non vadón y que hactííí po;jb!e el pmiá["chmi!~Wl._p,e¡p
flngo• suena buera en la octualldad: y por msls que suJetaS a revisión·a 1, luz de este mismo pensar. Las
los elentiBcos, aun quienes se dedican a las ciencias hipótesi$ en cuestión pueden resultar válidas en aer-
sociales, ha~ _a ~c;es de leyes, .en honor, por a!! tos contextos o pata determinados fines, aunque re-
decid~, d~~~ .Y},!lj~~empos:.ya no~ñen-rru-exis- sulten luego falsu en otros casos. En todo.. Jos casos
la prueba definitiva ~s la empírica de saber si son de
..!!1 =~~~~-"'!f~'•
~-
--
"':,~~!.!.'"• t'llc 'WMb cf l!d-
"'
" • .....,.. - -· "' -~ • - DO ~ •e 11
D<W- lsf

owpctmci• cSd ~. ca c:uauo Ul,. al tu siq1:kn1


at.. de
........
78
- ~~~ ..
....- ~:~ol ....... d a - p ¡ o 4
....... -.,...
-
hecho útiles pana promover nuevos enfoques e b¡,cre-
.
meut:u' nuestro conocimiento. Los m<!todos de Ru·

79
tbeñord fueron de$Cdlos no hace muebo por uno de da otra con un capitalista indnstriab (6). Esto no
sus dlsdpulos y compañeros de trabajo más dislin· es, en la terminolo¡ja moderna, una ley, aunque
lUidos: probablemente la hubiera denominado así su autor;
pero si una hipótesis rructf[era c¡ue nos indica el ca-
mino a seguir para una Investigación ulterior y una
Era en ~1 necesidad imperativa saber cómo fun· comprensión nueva. Estas hipótesis son lnstrume!!~os
clonaD los fenómenos nuclenres, en ..t mismo sen· imprescindibles para el pensw:,'~o. El conoctdo
lldo en que podrla hablarse de saber lo que ocu· eeonomlsta alem4n de principios e siglo, Werner
r:ria en In cocina. No creo que buscase una expll·
Sombart, confesó cierta ctucbacióo • que •• apode-
c:adón bajo In forma clásica de una teoría funda- raba de Jos que hablan abandonado el manúsmo:
da en unas cuantas leyes bll.slcas; mlentras esm.
viese al corriente de lo que iba aconteciendo, esla- Cuando quedamos sin las cómodao [órmulas
ba satisfeebo (5). que hasta la fecha hao sido nuestros gulas por en·
tre las complejidades de la exisieoci11. .. es como
&ra deseripción t:anvienc igualmente al historiador, si zozobráramos en un océano de datos, basta c¡ue
que ha nbandonndo la bÚ$queda de leyes fundamen· encontramos un nuevo punto de apoyo o aprende-
tales y so contenta con la investigación de cómo fun- mos a nadár (7).
cionan las cosas.
!i' condición y calidad de las hipótesis utilizadas La controversia acerca de la división de la historia
por el historiador en el proceso de ay invemgactóO en periodos recae dentro de esto tategorla.
se asemeJa Singularmente a las que caracterizan las historia
h!~Js de que se vale el cieotlf!s.o. Tómese, por-
".)emplo, el famoso dlagnóstico de MArx Weber, que en que nos y que e.n
vio uno relación entre el proleslllnlismo y el espita· lo que hace a su valide:r. misma, de la interpretación.
llsmo. Nadie caUficaria hoy de ley esta afirmación, Los historiadores que discrepan acerca de cuando ter·
pese a que eo una época anterior pudo haber sido minó la Edad Media. discrepan en la interpretación
acogida como tal. Bs una hipótesis que, aunque algo de ciertos acontecimientos. No es este problema cues-
modlficndn en lns investigaciones que inspiró, ba me• tión fáctica; v ero tampoco puede decirse que carezca
Jorado sin lugar a duda nuestra comprensión de am- de significado. !.n~!Jsión de la his1oria aten~lendo a
bos movlmlentru. O tomemos por ejemplo un aser· sectores geográficos tampoco es un hecho stno uno
to como éste de Marx: e Bl telar manual nos da una hí!'~ hablar de historia europea puede ser una
sociedad con un señor feudal; ~1 telar mecioico nru

80 a1
hipótesi_' correcta y frucúlera en ciertos conte¡ctos, por el tami:r. de sus·interprctadoaes, y verl.flcaodo és·
e lodnctr a error y confusión en otros. La mayoría tas con los hechos; y los·~minos que cada cual sigue
de los bistori!'dores parten de la base de que Rw:ia no me parecen esencialmente distintos. .Bn mi pri-
rorma pane de Europa; otros lo nieg¡m con pasión. merll conferencia cité una observación del profesor
la teodencio Propia del historiador puede juzgarse B...-raclough sc¡ún la cual la historia no es cen
put\endo de los hipótesis que adopta. Tengo que el· absoluto fáctica, &ino úna serie de julcios admitidos•.
lar IIIUI dedllt'aCi.ón general acetca de los mo!todos Cuando me hallaba preparando estas conferencias,
de la ciencia social, porque procede de un gran espe- un ~ de esta Unlversi~~JLd.efiJ>ló. en una emi·
dallna de esto ciencia que se fotmó en las ciencias sión de la B.B.C~ una vcrd.ad cientffiea como cuna
flsicu. Georaes Sorel, que l'ue ingeniero antes de afirnulción 9ue ha sido púbUcrunente all,mlli_~os
empeur a escribir, cumplidos yo los cuarenta años, ex'Pertos e n lilñatenB. (9). Ninguna de estas fónnu-
acerca ile los problemas de la sociedad, destocó la láS- esTei todo satisfactoria, por razones que irán
aecesldad de nlslar determinados elementos en una surgiendo cuando tratemos del problema de la obje-
silwlción dada, aUn a ries¡o de caer en un exceso tMdad. Pero es notable que Wl físico y un hisotriador
de simpUficaclón: formulasen c:tcla cual por su lado igual problema con
palabras casi Idénticas.
Ha Las analoglns son sin embargo trompa peligl'o<a
para Jós no avisados: y quiero pasar a considerar, con
el mayor respeto, los reparos en virtud de los cuales
por gmndcs que sean las diferencias en.tre las cien-
cias matemlitlcas y las naturales, o entre las distin-
tas ciencias comprendidas dentro de esta9 categorlas,
Bs ésta una proclamaclón bien distante del si- pued~ establecerse una distinción fundamental e
glo Xll<, cuando cíeutfficos e historiadores como Acton estas ciencias la bisto a y se presta a eq
esperaban que llegase el dla ea que quedara eslabJe. ctenoa a la hutorl3, y acaso tambltn a las de-
c:ldo, por medio de la acumulación de datos bien !lerl- mú ciencias sociales. Estos reparos -m!s convincen-
flcadoll, un. cuerpo de conocimientos que Jo abarcase tes unos que otros--- se resumen as!: l)j¡UI~toria ~<'
todo y que resolverla de una ve:r. para siempre -todos ocupa solamente de lo particular en tanto que la
los problemas discutidos. tfoy, tanto los científicos ciencia estudia lo ~eral: 2) la historl!l no enscila
cq_mo los historiadores abrlgan Jo esperanza mAs mo- nada; ·3~ !a storiaJ!Q ÍÑelle pronosticar; 4) la hbt<>
d.esto de avanzit progresMilñente d una hi tesis ña es fonDSII1IWite $Ub!etiva porque el bombiii se
parcial a la SIII\IJcn e, ¡us nn us hechos al pasarlos esíi~bservando a si mismo; y S) la historil!, a dife-
(1) G. SouL. MAil~ d'une tltlo;t. d., proUJ~trllll (lt19), pqi-
--
u7. (J) nr. J. Xlo:Lin. en Th~ 11sllntr, 11 de a¡~to \960.

112
~ocla de la c iencia im lica problemas de ...,¡¡ 'óo El mismo uso del lcn¡¡uaj~ compcJ~ al historiador,
~ mo . Trataré de eJCll!1 na_r tiue.!Sivamente asJ como al ciendflco, a geoerali2ar. La guerra del Pe·
cada uno e estos puntos. loponeso y la segunda Guerra Mundial fueron muy
distintas. y ambas fu.eron únicas. Pero el historiador
llama guerras a las dos sin que proteste por dio mú
En prl¡ner lugar, se alepa que la historia se ocupa que el pedante. Cuando Gibbon caJI(ic6 de revolucio-
de lo partJcuJnr., mieñtras que ln ciencia ahendc a lo nes el establecimiento del Cristianlsmo por ConStan·
general y univer1al. Puede decirse que este punto de tino y la aparición del Islam (13), estaba llenerallzan-
vista nace con Aristóteles, que declaraba que la poe· do dos acontecimientos únicos . Los historiadores mo-
sia eno •nas filosófica• y •más seria• que la historia, dernos hacen lo propio cuando escriben acerca de
porque la primera perseguía la verdad general y la las revolucione$ ln¡lesa. francesa, rusa y china. Bl hls-
lmtoria la particular (LO). Mu.:hos autores ulteriores totfudor no está ....almente interesado en lo único
ban discriminado de modo paTecido entre la ciencia ~o en lo que hay de aenerut en lo umco. En los a.iios
y la hi$loria, desde entonces hasta CoUiogwood in- veintitantos l:>s discusiones por parte 'de los histo-
clusive (11 ). Parece que esta opinión parte de un riadores acerca de las causas de la guerra de 1914.
error inicial. Todavla sigue sii!Ddo verdad la famosa daban coml1nmente por supuesto que o bien debla
frue d~ R obbes: • Nada en el mundo es universal sal: acbacnrse a la torpeza de los diplomát icos, que ba·
vo los hombres. o ue .cada cosa. nombntdla es i..run. blan obrado en secreto y sin el control de la opl·
vldual y 5mgu ar• ( 12). Ello es m u a emente cierto nión pública, o a la desafortunada división del mun·
·e;¡ lo que se refiere a las ciencias fúiea.s: dos forma· do en estados territoriales soberanos. tJn decenio
c:iooe5 ¡eológícas, dos animales de la misma especie. más tarde dab:m por supuesto que re debió o lAS riv:>·
dos átomos, no soh = iguales. Pero la insistencia Udades entre potencias imperialistas, arrastradas por
en el aricter único de los acontecimientos históricos Las rensiooes del capitalismo decadente al reparto del
tiene el mismo efecto paraliz:Jdor que la perogrullada mundo entre ellas. E.stas ditcusiones implicaban to-
tomada por G. E. Moore del Obispo Butler. y que en das una genenrllzaclón acerca d~ las e~~usas de la
una época fue objeto de veneración por parte de los guecra, o por lo menos de ~sta en las condiciones del
Olósoros •aoalfticos• . del lenguaje: • Cnda cosa es lo siglo xx. El historiador se vale constantemente de la
que es y no otra cosa distinta>, Adentrándose por genenrli&iQn..Pl\tQ comprobar los datos de que dls·
tsta $cnda se llega pronto a un a modo de nirvana pone. Si no son cl:>ros las pruebas de que Ricardo ose·
nlosóflco en que no puede decir;;e nada importante Sínru-a a los principes en la Torce de Londres. el bls·
acerca de nada. toriador se pre¡¡untará -acaso más inconsciente que
consclentemento- si era costumbre de los gobernan-
uo. hlllu. Clp. la.
Ull • • G. Cow-. Hktori<ol 1~/oot utm. pó.. S.
Clh LnÑIItut. J. 1•.

85
res de su tiempo liquidar Jos poslblea rivales al primero porque quJ.enes le dieran vida se lwl
trono; y "" juicio estará, y con razón, lnfiuldo por acostumbrado a mb movimiento rápido, y porque
tal generalización. son y seguirán siendo innovadores per sa; y se-
ll<ctor de b.ístorla, lo mismo ue el autor, es un gundo, porque las fuerzas por ellos levantadas o
gener or e ca, que apUI;A.)l! o servadón del sometidas sólo p ueden emplearse para ulterio-
..!!!ilQ[liídOi:a ot¡os contextos históricos que conoce res actos de viol~ncla {15).
blen..o.ann • SJ• pmpla época. Cuando leo la Revolu·
ci6n l'rtu1t:esa de Carlyle, me doy cuenta de qw: estoy
Es un contrasentido decir gue la generalización es
gl!nrrallzando UJla y otra vez sou comentarios, apJi.
cándalos al tema que me interesa particularmente: la
exira:ña a la híBtoria; la historia se nutre de gencrall-
zacJOnes. Como dice claramente Mr. !!!ton en uno de
revolución RUSll. Véase por ejemplo esta cita acerca
del Turor: los voló.menes de la nueva Camlnidge Modern Histtr
!Y• clo gue distingue al historiador del rccnpllíidor
de datos bjstórjcos es la g eppraUzación• (16); podla
Horrible en tierras que hablan conocido una haber añadido qun lo mismo distingue al clcnt(flro
justicia equitativa pero no tan extroño eo tierras del naturalista o coleccionista de especimenes. Pero
quo nunca la conocieron. no se SUP.onga guo 1a generalli.ación nos permite
construir un amplio esqW!IIla de -la historia en el
que han i!nmlllllO'se los .COD!eC:JmieniOS e$pecl-
O esta otru, aún más sjguificatlva:
ficos. Y como Marx es uno de los au lores a menudo
~usado de construir un esquema de éstos, o de creer
Lástima es, mnque sea muy natural, que la his- en tl, citan!, a modo de recapitulación, un pArnfo de
toria da este .periodo haya ñdo casi siempre es- una de sus cartas, qua coloca el problema en pers-
cr:ita en. U'UIC<: histérico. AbundAD la exaguación, pectiva. adecuada:
y !A execración, y la eleg{a; y a la pos!Tt, la O$tü·
rldad (14).
ocurri os en distinto medio histórico, conducen a
O ésta, de BIJl'Ckhardt ahora, acerca del desarrollo resullados totalmente dtspares. Esiüdlondo por
del Bstedo moderno en el siglo XVI: se arado cada uon de estas evoluciones, com a-
rándolos ues o. es fAcU encontrar la clave para la
Cuando meoos hace que •urpó el Poder, ~~ comprensión de este (cnómeno; pero nunca es po-
nos posible le resulta permanecer estacionario, sible "ililuc;;darlo utilizando la-llave maestra de al·
,.,_
114! ""'"" ot tú , , _ llnolotloft. r, •· ..,.. t: m , ~ -

86
~ I.COr1a hlstór!co-fllosófica cuya gran ~ic¡ud hcim hace casi ona generación y que en la actualidad
CCftSlste en estar por encima de la historia (11). está muy presente, el de una sociología • dividida en
u.oa serie discreta de problcmu t&iííc:os reajuste ae
~ historia .., ocu~ de la relación entre lo unico y sóCtaJ• (19). U. soc:ioto&fi se ocupn de sociedades bis-
~El hlito~ador no puede díiOciarlos, ni dar tóncas cada una de lns cuales es única y ha sido moJ.
prdl!:l'alela a lo uno contra lo otro, como tampoco desda por aoteoedentes y condiciones históricos espe-
csú en su mano dlwdar el hecho de la imerpreti' cíficos. Pero el intento de eludir la generalización y la
~ . i.nterpretación, limitándose " los problemas llamados
Acaso sea c!ste el momento de una breve observa· •técmcos• de enumeración y an,lisis. sólo conduce
dón acen:a de las relaciones entre la bi.storu. y ·la a conv~rtirsc en inconsciente a oto ista una o-
!!Odolosfa. ACI.WIImente la soelologia se.enfrenta con Cle estática. a socio ogla ha de convertirse en
dos peUgros opuestos, el de convertlcse en ultrateóri· campo fructifcro de estudio, tendnl. que ocuparse,
ca y el de convertirse en ultraempirica. El primero es como Ja his.t9.tli¡ de la relación p;istcnte entre lo p~~
d pellJP"' de perderse en generali2ac:iones abstractas ticular y In general. Pero también debe hacerse di·
y sin sentido sobre la sociedad en general. U. Socie- n.tmica, dejar de ser un estudio de la wdedad en
dad con maydscuJa ere una falacia tan descaminada reposo {porque tal sociedad oo existe), y pasar a serlo
como la Historia coo maYilscuJa. Rooda:n este peUgro del cambio y del des&JTOUo sociales. Por lo demás,
quienes • sicn•n • la sociología la tarea exclusiva de yo diría que cuanto más sociológica se haga la hís-
geoenlli::ar AAO'i endo de lps.a rontecimientos únicos lgria y cuan to m is hjstódta se b'fT la sociologia.
rqistndos por la historia: se ha sugerido que 18 so· ~to mejor para ambns. O~jese ampliamente abierta
ciolo¡ía se distingue de la historia en que tiene •le- a Wl tráfico en doble dirección la frontera que las
yes• (18). El otro peligro es el que previó Karl Maon· separa.

El problema de la generalización está estrecha·


mente vinculado a m1 segunda pregunta, la de las lec-
ciones que enseña la historia. Lo que realmente im-
porta de la gcnernlización es que por su conducto tra·
tamos de aprender de la htslórta, y de aplicar la lec:·

~ virtud de su arpob:ac::l6o lnalltuc.tonaJ, CGn'ticd6a dcm~eoOda dadt::


• t:ptQqas, o 4>Wlndo mmOf •crianlcrn.• fNilrKM. por Jo oau:rido at
lA Unióc ScMttia. No a )'11 una lt'f, atno Id .&quien vna ttDCnJJ-
ac:i6a Yáficf;;.
(19) K.. MMrotNIIM. Jdft)f.ou .,.d Uro,;. Crr.d. III;J1cu lJl6). pi¡¡..
.. m.
88 39

-
eióo deducida de un coo'unto de acoñetci · s a baya tratado de llevar a cabo un análisis preciso de
otro con unto e nconteeimlen~ cUIIJldO generali· las lecciones que aprendieron los romonos, o que
!alDOS' estamos, aun sln saberlo, tratando de hacer creyeron haber aprendido, de la historia helénica. El
pn:dsammte eso. Les que rechazan In gent:rollzaeión examen de las ensel!anzas sacadas por la Euro!)a
e Insisten tD que la historia no se ocupa más que de occidental de los siglos XVII, xvm y XIX de la historia
lo lioleo, son quienes, como era de esperar, alegan del Antiguo. Testamento podría aportar . Interesantes-
que de la bistoria pueda aprendenc nada. Puo la resultados. La revolución puritana de Inglaterra no
aDnn•ción de que los hombres nada apren¡len de ~ puede comprenderse sin ~1; y la concepc.lón del pue-
historia viene contradicha por multitud de·· hechos blo ele¡¡j.do fue un factor importante en el surgir del
observables. No hay experiencia m6s corriente l¡ue nacionwsmo contemporáneo. El sello de una instruc-
éstL En 1919 me baUnba yo presente tD la Confe· ción cl6sica marcó profundamente la nueva clase r=
reoeia do la Pnz de Pads, como miembro subalterno tora brit6ole:~ en el siglo XJX. Grote, como ya hemos
de la delegación británica. Todos los miembros de la dicho, señalaba AICIUis como el prototipo de la nueva
delegación crefan que podr!amos sacar gr:~.ndes lec- democracia; y me gustaría ver un estudio de las IIIIl'
clones del Congreso de Vien3, el úll.bno de los gnu- plias e imporlantes enseñanus impartidas a los edifi.
des congresos de paz. europeos, celebrado cien ni!os cadorcs del imperio británico por la historia del Im-
antes. Un tal eapitán Webster, empleado entonces perio romano, fueran ellos conscientes o no de haber·
en el Ministerio de la Guel"l'1l, hoy Sir Charles Wcbs· las asi.m ilado. En mi caJDpO de estudio, los forjado-
ter, eminente hlstorl,.dor, esecibjó un ensayo dielén: res de la revolución rusa estaban profundamente Im-
donos cu111es eran aquellas le<x:iones. He conservado presionados - y casi dlda que obsesionados- por las
dos en mi memoria. Una era que resultaba pell~ lecciones de la revolución Pnmces11, de las revolucio--
so, cuilndo se estaba dnndo nueva forma al mapa de nes qc 1848 y de la Commune de París de 1871. P~
Ellr!>P"• dejar al margen el principio de autodetenel' be de recordar aquí la puntualttoclón · que requiere
mlnación. La otra era que resultaba peligroso tirar el doble, carácter de la historia. /<prender de la .l¡is-
los doc:umenJos secretos a la papelera, c;uyo conteni· toria no e.s nunca un proceso en una sblll dliecCJon.
do seda fatalmente adquirido por el servicio secreto ).pre.ncler ac;erra del pre;stnte a Ja luz; del p asado quie-
de alguna otra dclegaeión. Estas lecciones de la histo· re también decir aprender del posado a ' la luz del
ria las tomamos nosotros como un evangelio e influ· 2resente. La función de la bistoría es la de estimular
ycton en nuestra conducta. Bs ~ste un ejemplo re- ~-l!'is profunda comprensión tanto del pasado
ciente y trivial. Pero seria fácll descubrir en la hist<> como del. presente, por su comparación recíproca.
r1a relativamente remota la influencia de las ensc-
l!~tntas de un , pasado aún mds rmcoto. Todo el mun·
do conoce el Impacto de la Grecla antigua sobre El tercer punto que quiero trotar es el del papel
Roma. Pero no estoy seguro de que algún historiador que dt§empej\a el pronóstico rn lq historia: no püede

9l
aprende~ ninguna lección de la historia, se nos dice, más remedio que generalizar: LJlLbacerlo aporta
porque la J>isloria, a diferencia de In ciencia, no pue· !!!:ientacioocs, acnernles para lii -aCCIOñüiterior, las
de prever el futuro. Este problema está imbricado en <;uales, aunque no predicciones c>yeclflcas, son v411·
UD tejido de cqulvoeos. Como hemos visto, los cient!· das a la vez a ue útiles. Pero no puede pronosticar
ficos ya no tienen tanto afán como antes por hablar acontecimientos específicos, porque lo especifico es
de Ita$ leyes de la oatura.leza. Las llamadu leyes cien- peculiar y porque int~ieoe el elemento accidental.
~!!!gu¡LU: afectan a nue.stra'Vida cotid@na !19" de Esta distinción, que preocupa al filósofo, es perfec-
h«ho afumacioocs de tendencias, afirmaciones ele lo tamente clara para d hombre ordinado. Si dos o tres
que ocw;rirft....ei\JgualÍÍad de condicioq~. o sea en niños de un colegio contraen el sarampión, se d ..
C:ondlcio.nes de laboratorio. No tratan de predecir duce que la epidemia se propagara; y este pronósti-
lo que acontecerá en los casos concretos. LA ley de la co, si llii lo llamamos, se funda en una eenerallzación
aravedad no prueba que cierta manzana determinada de la experiencia pasada, y es gula ótll y válida para
caeré al suelo: puede pasar alguien que la recoja en obrar en consecuencia. Pero no •• puede llegar a la
una eesta. La ley de la óptica seg(m la cual la laz se predicción especifica de que Carlos o Maria contra.,
transmíle en lfnea recta no prueba que un rayo de ran el sarampión. lo mismo bace el J>lstoriador. No
htt determinado no sea refractado o no sufra una se espern del historiador que nmnos tjgue una ;e.o:-
difracción debido a la intervención de algún objeto. lucióo en Ruritanla para el mes que viene. La clase
Pero ello no quiere decir que tales leyes carezcan de de conclusiones que se intentarán' deducir, en parte
utilidad, ni que dejeo de ser en principio válidas. Las de un conocimiento especifico de los a:suntos de Ru·
teorfas físicas modernas, se nos dice, se ocupan sola· rltania y en parte de un estudio de la historia,.cs que
mente de las probabilidades de que se verifiquen los las concticiones de Ruritaoia son talu que puede ba·
acontecimientos. La c:lencla actual está más inclina- ber una revolución en un futuro oo lejano si bay quien
da a recordar que la inducción sólo puede conducir prenda la mecha, o si alguien del aobleroo no J>ace
Jógicamerut a probabilidades o a nna convieclón ra- algo por impedirlo; y cslll conclusión puede ir acoJDo
zonable; está más dispuesta a ver en sus afinnaciones pañada de estimaciones de la actilud que cabe espe-
normas o elementos de orientación generales, cuya rar adopten los diversos sectores do la población, par·
validez sólo puede comprobarse mediante la acción tiendo de la onalogja con otras revoluciones. La pre·
especifica• .Scienee, d'ou prévoyance, d'oü action•. ~cclón, si podemos llamada as!, sólo puede cumplir-
como decía Comt.e (20). ,!.a clave del problema del se de OCurrir aconteclmientos peculiares, que·no pue-
pronóstico en lrlstoda se baila en esta distinción en. !!_en, por su parte, pronosticane. Pero ello no s1gnifiea
lre lo general y In cmedfico, entre lo universal y lo que las inferencias deducidas de la lrlstoda acerca del
siJigular. El historiador, como hemos visto, no tiene futuro caruun de utilidad, o dej en de tener um1. va-
lide% condicional que sirve tanto de ¡u/a para la ao
ción como de <llave ·para nuestra comprensión de

9l
cómo suceden los cosas. No trato de sugerir gue las las ciencias sociales. El punto de vista dd histori4dor
Inferencias del e.mccialist!U_n ctencllíi «>eialcs oael interviene Irrevocablemente en cada Ul)D de sus ob-
bisJoriador puedan cpmpctjr con las del físico .en servaciones; la relatlvlda.d impregna el tejido de la
cwmao a la R.n:cl$1ón, o que su inferioridad al respec- his toria. En paJabru de Karl Mannheim, .J¡asta las
to sea .acbacablc solamente a un mayor atraso de la& categorías en que se subsumen, recogen y ordetUUl las
ñenclu sociales. El ser humano es desde cualquier diversas experiencias vnrían segoln la posición social
pun10 de vista la entidad natural más compleja que del observador• (21). Pero no 'sólo es cierto aue el
c::ooocemos, y el estudio de su comportamiento puede cariz del especialista en ciencias ·sociales int~
muy bien i_mplicru- dificultades dlstlntas de las que necesariamente en rodas sus ~g~~ También
ocupan al fisico o al naturalistas. Solamente quiero es cierta que el proceso ¡¡;;-;;-bservación afecta y mo-
ll,firmar que ni lBS metas ni los métodos son furula. dlfica a uello mismo que se vlen.e observando. Y ello
mentalmente dispares. puede ocurrir en os recaones opuestas. s seres
. ra,¡·¡¡,·~f. "v< e c. humanos cuyo comportamiento pasa a ser objeto de

:
i -'' !)
• Uegumos al cu.arto punto, que Implica un argu· _
análisis y de pronóstico podrán ser pue.s tos en guar.
dla con la prediee.ióo de consecuencias que no de-
~ mento mucha máS con,vineen te en pro de uq deslin· sean, y ser inducidos por ella a modlficar su acción,
de tajante entre las ciencias sociales -incluida la du modo · que el pronóstico, aunque correctamente
historia- y las ciencias de ~ .naturaleza. Según él, bando en el análisis, resulte falso. Una de las r;uo.
•!!)as ciencias so.síaJcs sujeto y ob!cto pertenecen n nes por las que la historia se reoite muy ~sas ve-
11!, misma categorfn y existe entrc..ambos..UPJ! interne· c~s entre pueblos hlstórkain~nte cnnsciFDtes, ~ gue
~Los seres humanos, además de ser los entes l~s dramgrü person~ son sabedoras, en 1<~- seS)Uida
naturolcs más complejos y variables, tien.e n que ser representaclón, del desenlace de la primera, y su ac-
Cfwdlados por otros seres humanos, y no por obser- ción viene afectada por tal conocimiento (22). Los
vadores Independientes de otra espc~ic. Aqul no qu'l' bolcheviques sabían que la Revolución Fnm¡:_esa habla
da satisfecho el hombre, coma cuando estudla cien· tennlnado en un ;u
Napoleón, y temfan que·· propia
c:ias biológicas, con saber en qué consisten los ele- revolución acabase igual. Por eso desconfiaron de
mentos flsicos que lo componen Y. con conocer sus Trotsky, de sus lideres el que olres más napoleónicos
propias reacciones ffsicas. El sociólogo, el wn~ta tenia, y . pusieron su cooflanzn en Stalin, ~~ que de
o el bistnriador, necesiran' libmíaar en rounu de COJl' ellos se asemejaba menos a Napoleón. Pero este pro·
~licia hwnana en las que él o.lbedrfo es al¡n pctivo, ceso puede rnliune en sentido contrario. El econo-
oi es que desean enterarse de por qu6 los seres hu· mista que, tras el análisis · cientlfico de las condlclo-
manos objeto de su estudio quisieron obrar como Jo
hicieron. ~o cm enJ,tc e' ob.uv•dor y lo obser-
vado una relación que es l'rlvativa de la historia y ¡le

95
ues ecouóalicu imperanus, pronostica una p~ma manifestación de nuestr.l hasta el presente imper-
alza o ~acentuada, cxmtrlbuye, di ser ¡rande su fecta comprensión (este punto sigue discutiéndose),
autorl.d ad y coovincentes sus ar¡ument.os, a que tenga yo abrigarla las mismas dudas respecto de_ ver en
lupr el fenómeno predicho, y esto en Yirtud del mi&· ello analogías importantes con nuestra capacidad de
mlslmo pnm6stico. El espedallsta·en ciencia polltica bacer pronósticos históricos, que las que tuve bac:e
que, con la autorlcla'd de la observación histórica, es- unos años respecto de los Intentos de algunos entu-
timula el convencimiento de que el despoti•mo QI1Do siastas de ver en ello pruebas de la actuación del
ca e. duradero. puede contribuir asl a la calda del libre albedrío en el universo. Se nos dice luego que
UNnO. Todos conoceo la conducta en elecclooes de en la [isíca moderna lu distancias espaciales Y los
los candidatos que pronostican su propio 'triunfo con lapsos temporales dependen del movimiento d~. •Ob·
el fin coo¡clente de hacer mis probable el cumpll· serv~dor•. En la f!sica moderna rodas las mediciones
miento del pro.n óslico: y cabe sospechar que cuando están sujetas a varlodones lnl1crente~ debidas a la
e<:ooombtas, expertos en ciencia poUtica e bístorla· imposibilidad de fijar uno relación con.stante entre
dores se aventuran a pronosticar, les inspira a vec:e3 el •observador• y el objeto de observactón; t~nto el
el deseo inconsciente de precipitar la realiu~lón de •obscrvado.u...oomo.la cpsa. observada es dectr, tan-
la predicción. AGuo todo CDaDto · pueda decirse de toe!sujeto como el oblero- Intervienen en el resul·
tan ~~loé6-"Sin riesgo de equivocarse, cada fimlLde Jg ghsreyacJ(\n. Pero, así como tales
sea que !& interaci:iÓn entre el observador y lo ob- cf"escripcinncs se aplicarllln con unos retoques mlni·
oervado, eotre el especUiliSUí en ciQcla. soc:!ales 7 ffi05 a las relaciones entre el historiador y los objetos
sus datos, entre el historiador Y los suyys. es conti- de su observación. no c:reo eo cambio que la esen·
:.::~ Vií'ii incesantemen:te; y_ gue al !!!J'!CCr 4ta 9 cia de tales relaciones sea en la realidad compa-
_ FancrerJSiiga dirtíñtMi de la histori! y de la.s rable con la naturaleza de las relaciones entre el
.Qenclas sociales. fisico y su universo: y pese 3 que en p~cipio rnl
Tendrla tal ve:t que mencionar aquí las O!;'lnlones cometido es mh rell¡¡cir que ampliar las dtferenctas
de algunos fl!icos que en los óltimos años bao b .. que separan el enfoque del hlstoñador y el del cien·
blado de su ciencia en t.ú minos que parecen suacrir tífico. de nada nos servirá lntcnrnr eliminar por arre
analo¡¡Jas aón mi\s sorprendentes entre el universo de magia estas dlscrepancltiS, :>poyándonos en ana·
físico y el mundo del historiador. En primer lugar, logias imperfect~s. .. . _
dicen qliAl sus resultados Uevan inherente un prln· Mns aunque creo que lo impllcacton del espectahs-
cipio de lncertidnmbre o de indeterminación. Bn mi "' en ciencias sociales o del historiador en el objeto
próldma conferencia hab~ de la natnrale:ta y de los de su estudio es de otro caracrer que lo del físico, Y
limites del lllunado determinismo en historia. Pero que los problemas planteados por la relación enlre
tanto si la Indeterminación de la física moderna re· sujeto y objeto son inflnlllllllente más complicados, la
side en la naturaleza del universo, como si es simple cuestióo no ncaba aqul. la$ teorlas clasicas del cono-

96 97
' • :- c;!l!1tm~J?,.Suc.pt1'1laleriemn a todo lo larao de !~·si· objeto como de sujeto, tanto como lnvesti ad co
!!!!!• XVII, xvm_Y. XIX, prHumlan todas la existencia c~nnJl a son mcom oti les con cuales , im
ele 1111a dicotomía tajante entre el sujeto conncedor teoriu..clel conocimiento que defiendan un divorcio
1 el objeto conOCido. COmo quiera que se cQru:ibiesc rWdo entre sujeto y objeto. La sociología, en sus
el iñVCao. et"1l'l1xlelo constnlido por los filósofos
mostraba el sujeto y el objeto, el hombre y el mundo
Intentos por adquirir carta de naturaleza como
po de doctrina coherente, ha creado, con muy buen
=-
exterior, dívidldos y separ.u:Jos. F..., aquella la gran criterio, una rama que se denomina sociología del oo-
era del nacimiento y desarrollo de la ci!'Ccla; y las nocimienta. Pero no ha llegado muy lej os por este ca-
teor!as del conocimiento estaben poderosamente In· mino, sobre todo, creo yo, porque no ha pasado de
Ouldas por la visión propia de los pioneros de la den· dar vuellas y mb vudtas dentro de In jaula de una
cia. El hombre quedaba flllgrantetoente contrapuuto teoria tradicional del conocimJento. SI los filósofos,
al mundo exterior. Pugnaba con el
como con algo In· bajo el impacto primero de In ciencia flsica contem-
tratable y potencialmente hostil: intratable porque poránea, y ahora bajo e~ de la ciencia social modcr·
em dificil de comprender, potencialmente hostil por· na, están comenzando a salir de este circulo y cons-
que era dificil de dominar. Con 11>9 éldtos de la cien· truyen para Jos procesos cognitivos al¡¡ün modelo más
cia moderna, esta visión ha sido radicalmente trans· al dJa que el viejo de la bola de billar, con su impac-
formada. Es harto menos probable que el científico to de los hechos sobre uno conciencia pasiva, 8erá
de hoy vea en las fuerzas de la naturaleza al¡o cootra un augurio favorable.para lu ciencias. sociales, y pam
lo que debe Jucbarse, que algo con que cooperar, alao la historia ea particular. Es ~te un punto de cierta
adaptable a sus propósltoo. Las teorias cláslcu del c.,. Importancia sobre el que volveré cuando pasemos "
nacimiento ya no encajan con. la ciencia conreropor{· Cltllminar lo que se entienda por objetividad en la
nea, y málOS que con cualquiera con la flsk;a. No es historia.
sorprendente que durante los ülllmos cincuenta aflos
los filóSófQ&..hayan empeudo a ponei'IJJ: en lela d.e
juicio y a reconocer que el proc:,eso cognitivo, !c:Jps Llegamos finalmen te, y no por ser Jo menos Impor-
<!_e separar clariUJiente eiJJ,¡Jeto del objeto, implica tante, a dlscuitr la opinión se¡¡ün la cual la histotia,
c:;ierta Interrelación e l,¡uerdepeg¡!encia entre ambos: dado que está íntimamente Jlgada a cuestiones de
Esto es, sin embargo, muy importante para lascien- religión y de moral, se distingue de las ciencias en ge-
cias sociales. En mi primera conferencia, sugeri la neral, y ocaso hasta de las demás cieocias sociales.
idea de que el estudio de la historia resultaba dificil Acerca de la re!acjóp entre lo hjstorla y la religión,
de conclliar con In tradicional teor!a empírica del co- diré solamente lo indlspcnsnble para que mi postura
nocimiento. Quisiera ahora defender d punto de vista quede clnrn. Se puede ser UD buen astrónomo cre-
seg{m el cual las ~~ sodales en R' c-nju-nJo.__20r yendo en UD Dios que creó y ordenó el Universo.
erlleCiio de ímpUcar al hombre tanto en calidad de Pero la buena lllltronomJa es lncompatíble con la

98 99
---

creencia et1 un Dios que interviene a su antojo c:am· uoa his loria •técnica•. Hls1ocia lésnfca es la única
blando el curso ele un planeta, posponiendo un ecli~ ~~ª~ du histol'in oue cualquiera dC nasatmc puede
se, o altenlJlclo las normas del juego cósmico. Asi· escribir la 1ín;ra que jamás escribió él mJsmo. Pero~
mbmo, hay quienes opinan que un buen historiador con el uso de tan curioso epíteto, deja a salvo el de·
puede c....,r en un Dios que ha ordenado y dado sen· rccho de creer en una hiStoria esot~rica o provid~m­
tidn al curso de la historia en su conjunto, aunque no cinl de la que los demás no hemos de ocupamos. Es·
~e c:rec:r en una Divinidad al estilo del Allti¡uo critoreo c·o mo Berdyacv, Nlebuhr y ~furitaln decla·
Testamento, que interviene en la matanza de los ran trar3r de mantener 1:1 condición autónoma ele la
amalequitas, o que hace trampas con el calendario. hiStoria. pero mslsten en que la mera o el fin ele lo
alarpndo las bo~ de sol en bendlclo de los ejérci· b.!!§iq_u balln situado fuera de ella. En cuanto a
tos de Josu1. Como tampoco puede invocar a Dios ~!._!!!!) parece diflcil conciliar la integridad ele In
como explicación de acontecimientos históricos par- ht~toria con la creeoda en atgun.. fuerza suprahis-
ticulares. El Padre d'Arcy trató, en libro reciente, de tórica de la que dependan su sentido y su Importan·
formular esta distinción: cía, Uáme•e tal fuert.a el Dios ele un Pueblo E!lcgiclo,
un Dios etisóano. la M""o Oculta del cleisb. o el Es-
De nada le sirve a un investigador contestar a píritu del Mundo de Hegel. En estas conferencias par·
cada problema histórico sellalando en él el dedo tiré de la base de que el hi~toriodor tiene que resol·
de Dios. Hasta que se ba llegado tan lejos como el ver sus problemas •in reeurrir a ningV.n deus ex ma-
que más en el análisis de los acontecimientos mun- cltina de esa clase, de que la historia es un juego
danales y del drama humano, no se pueden traer a que, por as! decirlo. se juega sin comoclfn en la
colación consideraciones rnú amplias (23). baraja.
la relación entre la hiStoria y lo moral es ·más
Lo malo de este punto de vista es que parece hacer de complejo y las discusiones en tomo a ella hon sufri·
la religión el comod(o de la banj:1, reservado para do en el pasado de varias nmhi¡¡Ucclades. Es pnicti-
las bazas realmente Importantes que no pueden p- camente innecesario decir en 1• actualidad gue el
narse de otro modo. Karl Bartb, el teólogo luterano, historiador no tiene por qué formular juicios mor.l·
hizo algo mejor, pronunciando una total separación les acerca de la vida privada de los_persnn•jes de su
entre la historia divina y la historia secular, pasando narración~Las pos iciones del historiador y el mortl-
la seguntla al brazo secular. Bl profesor Bu!terficld. Usta no son las mismas. Enrique VI D pudo haber
clic::e.,si no me equivoco, lo mismo <!uando habla de sido a la vez más marido y buen rey. Pero el historia·
clor no se lntercsn por el primero do ambos nspec1os
(l.l) M. C. 111AatY, Tht S•.ruc o/ Hlti0"1: S,codu •I'Jd S41:rc4 (tt59),
pA&, 1M¡ c:ca mo k pnru:dl6 PolnriA: ·~ ' " potlbk mcootnr más que en la medlde en que af'Octó " los nconteci·
la CUUII 411 Se flVC oc:urr.• ... ~ ~ a lol ct~o~a• (dLMI.o mientos históricos. Si sus crímenes morales hubie-
c:ri X. YQt.t nrn., Tire Tlt~Of'1 q/ lh~ Alt.cd C'oMJ:tin.ti<ln l# Affllqui•y
IN. V•• 19541. p4, J911, ran tenido tan pocas consecuencias para los nego-

IDO 101
dos pübllcos COJDO los de Enrlc¡ue U de lollatena. la historia •WI árbitro de las controversias, gna gula
d historiador no ten.dda neces-idad de illquirlr en para el caminante, el detentador de la norma !IUII!l
di<K. Lo cual vale para tu virtud.,¡ umto como para que tanto los poderes seculares como hasta los reli-
los vicios. Se nos d.i<:e que Pasteur y Elmtein fueron giosos tienden a mcn¡:uar• (25), .Q!linión oriRigada
bomb= de vida privada ejemplar, santa incluso. por su fe. casi mfstlcn en l q nh3etiyidad y }I!...Jl!.llle-
Pero suponiendo que hubieran sido mnrldos infieles, macla de los lu:l:ho:t..h.lstór!cos, lo que, por Jo visto,
padres desalmados, y colegas sin escrúpulos, ¿que· impulsa y autoriza al historiador a pronunclar en
darúD menguadas sus respecdvas obras, de impar· nombre de la Historia entendida como una suerte de
bmcill histórica? Y son éstas las que illteresao al his· potencia suprahistórica, juicios morales acerca de
tnriador. Se dice que Stalill fue cruel y dC$8bnado los illdiv!duos participantes en lo9 acootecimlentos
con su se¡unda mujer; pero eo mi ealldad de Jüsto. históricos. Esta acUtud asoma todavfu o.lgunas •eces . /
riador de los asuetos sovi~dcos, no me afecta mucho. bajo formas insospechadas. El profesor Toynbee des- /
Ello no quiere decir que la moralidad privada carez· cribió la invasión de Abisinia por Mussolini en 1.935
ca de Importancia, ni que la hlstorln de In moral no como un •pecado person;ü premeditado• (26), y Sir
sea parte leg.lllma de la bistorln. Pero el historiador baiah Berlin, en el ensayo ya citado, insiste con suma
no se detiene en pmnunciar ·u· moroJos acerca vubemencia en que es deber del historiador •Juz¡nr
de las. v ag pr vadas de indiyiduos..que desfilan por a Carlomagno o o Napoleón, a Gengis Khan, a Hit·
sus p'slnas. Tiene otras cosas que ha.eer. ler o a Stalin, por sus matanzas• (27). Este punto de
La mayor de las ambigüedades surge en tomo 11 vista ha sido ya lo bastante combatido por el profe.
la cuestión del enjuiciamiento moral de los actos pü- sor Knowles, que en su conferencia inaugural citó la
blloos. La convicción de que es deber del historiador acusación de Motiey oontra Felipe li ( csi hubo vicios
pronunciar Juício.Y morales acerca de sus drtJmtUis de los que estuviese acoto. fue por que no es dado
pérsono.o llene un rancio aboleo¡o. Pero nunca tuvo
la (utna qU<: en la Gran Bretaña del siglo .IIX, CIWl·
(lS) Ar;ta.ot, Hisr"rko' EJS41t •"4 su~diu (1907}. p.ia. W.
do contribuían a ella tanto las tendenclas moralizado- (16) $urvuy tJf IJtt4nwfD"dJ A/(Qln, l,JS. il, J.
(17) J. 8Qtltr(, HlJIOr~l l~tevllllblllt1.
p4¡s. 1~11. lA actitud d•
ras de la 6poca como un culto sin trabu del indlvl· Sir r. B~rlln ra:uenla la vhl6n d4l aqud e¡forz.ado jurbta cowucna.-
dualismo. Rosebery apuntó que lo que los ingleses dor del tillo p;uac!o, Ph.IJ•mu Stephen: *EJ dcn::cho ~·• parte
qucrfan saber de Napoleón era si babia sido •un hom- pues dd priocipio d4 QUa u monlnwnta Jfelto od[a.r a tos ertml.aalet.
e.s swnu.mcntc convenJCfliC. qu• lot crlmlaalo sean odla.dos, que Jot
bre bueno• (24). Acton, en su commondC!lda con c:ut!JOS que 6C tes innl)~t.n ttatn a¡tt~el:a.dos de t&l modo quo tcU.
Crel¡$ton, declaraba j!'" •l::~?lbllldad del. cód!so CJJU'CtlóD de dicbo odio, 7 que Jo jut.citiqw:rt en la .medida e;a quo
pcudeo juuificulo '1 anlroarto 1•• dispo~~kiooes pU.hlleas para c:spr.
mo es el secreto 4,.. 'a autoridad~ sióa y fl:worrcimlc:nto de v:a AfiO ac:atimimlO m;tun.t•. A IILIIOry of
lh• CrlmlMI ÚJ'fll of &t610"cf (JIQ). ü. 11..-z~ ciwio por L R.t.m:·
y de la u!Uidad de la Historia•, y queria bactr ~ IG'1C.. SU lolnu Tilt#fllftCJ $tt,AIU1 Uml. pi&. .JO. b t:M.~ M los
crha' · tocaos no CCC!7prU1eo ,. CS\&1 opiajQM:$. Pero lo qw a át.u
objeto ~111 t':S tl!»~ cua1qulcft q,tle _. A ...ud= CD Otro Cliiii'JIO. DO
toa aplbbll!s a tos vcredlcc011 do la blticda.

102. IOJ
a la naturaleza humana alcanzar la p.<rfección. nl Hitler o de Stalin - o si se qul.e re. delsenndc>r 1\tcCar·
siqulen ea el malo). y la descripción de Juan sin Tic· thy-, diré que <!$ porque fueron Cc>ntempor:ineos de

zno por Stubbs (•man<:hado por todos los crlm~nes IIUJCbos de nosotr<>s, porque cientos de míks de per-
que pueden rebajar al bombre» ), como modelos de sonas que subieron directa o Indirectamente sus ac-
jaldos morales acerca de indjvjduos que no es m in· tos viven alln, y porque, por cscas r.JZOnes p.r ecisa·
cumbencia del historiador pronunciar. •!U-historia· mente, nos resulta dificil enfc>earlos como historiado·
dar- no es n uez, mcoos aün un ·ucz de horca y res y renunciar a otrru: posturas desde ID.S cuales p~
cu U o• (28). P~ro tambi n Croce tiene un párra o drlamos justificadamence enjuiciar mOTalmente sus
~te acerca del particular, y que quisiern citar: actos: es és ta una de hu cohibiciones - la pr.incipaJ
diria yo- del historiador de la época conlemporá·
U. acusación olvida rao diferencia de 9.~ nea. Pero, ¿qué beneficios reporca a nadie hoy el se-
oueSlfos en unn es sean 'urtd· o mora es) son ñalar los pecados de Carlomasno, o de Napoleón?
tn un es de presente, instituidos ara hom rtr~~~. Recha~JQOS..Jl.Ues 11\ noción guc hace del historia·
vt~s, oc s e 1 rosos, en tanto que aquei!Os_ dorüñ. juez de horca y cuchillo y pasemos al proble-
orros hom res ya comparecieron ante el wbunal ma, más arduo pero mis provechoso, de los juicios
.!Je..._$1ls c:oeul.neos y no pueden ser nuevamente. morales, no ya acerca de individuos. sino de aeonte-
condenados o absuellilS. No puede hacérselos res· ClDlientos. instituciones o poUUcas dcl pasado. EStos
pémsables ante ningún tribunal. por el mero hecho son los juicios import110tcs del hlStonadOr; y fus que
de que son hombres del pasad<> que pertenecen a insisten con tanto fervo.r en la condena moral de los
m ps~ de lo pretérito y de que en calidad de tale• individuos, aportan a veces sin saberlo una coartada
no pueden ser mis que sujetos de la historia, ni a grupos y sociedades enteros. El hbtorladc>r francés
les clibe sufrir otro j uicio que aquel que penetra Lefevrc, tratando de exonerar o lll Revolución Fran-
y comprenda el espíritu de su obra ..• Los que, so cesa de la responsabilidad por los desastres y la san-
pretexto de estor narrando hiJtoria, ~e ojeuean gre de las guerras napoleónica$, lO$ au:ibl!y9 !! •1•
con ademán de jueces. condenando acá e impar- dictadu.r a de un genero! ... cuyo temperamento . .. no
tiendo su absolución allá, y pensando que tal e s In se avenia fácílmente con la paz y In moderación• (30).
carea de la hiscorln ... son generalmente reconocí· Los alemanes de hoy acogen encantados las dcnun·
dos como carentes de todo sentid<> histórico (29). cías )lechas contra la pcrversidod d·e Elltler, viendo en
ellas un sustitutivo conveniente del- juic.io moral del
Y por si alguien vacll~ en aceptar que no sea coso historiador acerca de la sc>eledad que le engendró.
nuestra el pronunciarnos acerca del valor moral de Rusos, ingleses y norteamericanos se suman gusto-
(ll) D~ ~·La. Tlat Hblorlan uJ Ck.lrcd(.r (t9SS). pt.cs.. 4-S. sos a las criticas personales en contra de Stalin. Ne-
u. 19.
CltJ B. Ct10er., La HWorlc c:o.M ~ tU 14 libut64. tracl ap..
MDic:o. P.c. e.

104 105
vUJe Clwnberlain o McCarthy, haciéndolO$ cabetas hr.tórico que no tenp. sus bajas cabe a sus triunfos.
de turco de sus errores colectivos. Y lo que es más, Bs ésta cuestión~ tremendamente complicada porque
los juicios morales elogiosos acerca de individuos carecemos de metro para comparar el mayor bien
l?:§<kn .... !Jm inductores a error y tan nocivos como de algunos con los sucriflcios de otros: sin embargo
" ta di!iinncia mornl de los mismos. ru reconocimiento debe buscarse alguno. medida parn esto. No es que
dC qw: algunos. propietarios de eu:Javos fueron hom· se trate de UD problema privativo de la historia. Bn
brcs de cspfrhu elevado hu sido argumento perma· lo. vida corricnte no• encontramos más veces de l:ts
DeDte pam dejar para ulterior ocasión la condena, que pensamos ante la necesidad de escoger cl mal
poc inmoral, de la esclavitud. Mox Weber se refiere menor, o de hacer mal que redunde en bien. En his·
a •12 esclavitud sin amo en que el capitalismo apri. toria, se discute a veces este aspecto bajo la niblica
siona al obrero o al deudor., y opina con razón que de cel coste del progreso• o •el precio de 1• revolu·
el historiador tiene que formular un juicio moral clóno. Bsto nos puede inducir a error. Como dlee
acerca de la institución, y no sobre los individuos acon e s nsa O On lnnovations: •La cgnscrva·
que la crearon (31 ). El historiador no se constituye eión de la costumbre a contnl~>t es cosa tan Pertur·
en jue:t de un déspota oriental determinado. Pero no Gadora com~...l!!!!! innovación•. Tan gravoso resulta
se le pide que permon.ez.ca indiferente y neulral entre. para los no l!rivilegjados el precio de la conserva·
pongamos por caso, el despotismo oriental y las in.stl· clón como cuesta la ibnovación a los que se ven de5-
luciones de la Atenas de Pericles. ~o sentenslará 'll pojados de SUf p.rivUegjos. Lo. tesis se¡dn In cua~
esclavista concreto. Pero ello nó quita para que con: bien de unos justifica los sufrimientos de Jos drmh
dcne a la sociedad esclavista. LOs datos históricos CS mheTCote a iDdo goblemo, y es {auto tiña doctrino
Ji"rrwponea, mm() vtmos. derto @!dO d.e mterpl'eta· q mservaiíora como lo es radical. Bl doctor Jobnson
ció · inlcrpretaciones históricas slem re lleva Invoca p0det0$amente ei argumento del mal menor
ig_berrntes j1!icio~ morales, o, si sepr . e~ e;<eresio.. para jWitificnr el mantenimiento de las desigualdades
nes de apanencm menos eomprometlda, JWCJOS de existentes: ·
UJa¡:,
Pero esto es sólo el principio de nues~ras dificul· Mejor es que algunos sean des¡¡raclados que no
tadcs. hist es un r so de lucha en ue los que oadie sea feliz, lo que sma el caso en UD es-
resultados, se nos antojen buenos o m os • tado de i¡¡ualdad ¡¡eoernlixada (J2).
tll o indirectamente =ante ero que lo segun·
.9ib lg¡rQ..<!c uvos arupo• aer;zmaaos; a exnensQt_ (l2) Bo6wa.&., Ll(c rJf Doctor Johlliolt, 11, d. 1176 (B'kcymlh ~. U.
4c atms gD'J!!!S. Pagan los perd ores.1fi sufrimien- 20). llc:oc mbito por lO ean4woto: ~kbltdt (Jud¡enw111 olt H~
to es connatural a la historia. No hay gran período •0<1 ut~ 11..-,, 1m. btf.. "'• m ......,. J.lrdJus - . 1ao
"teCDJdio!i alkacJadot• de lat vh:.dC2&1 del 1II"QQr'CCI. •qufc:DCt. pcr lo
oomQ.n, no qW$j.,'On nn.d~t fucot d• p4rto tuni"t m~t ptmUIO~ ca,.
H•ckt él mlamo m lo que hace a 10J aanldos de: lu v'&mu dd u""'
(ll) trrorn M(f;r. Weber: Su•1s in Soriolou (lMl), Plll• SI-. auo ~que. • acc.n~. :.o 1m1a0,.. que~.
106 107
Pero es e:n los periodos de cambio radical cuando d
pro¡¡rama reviste su forma más dr:~mática; y esta es pero trato el problema como parte Inevitable del pre-
b opommldad en que más r/icH resulta estudiar la cio ~ue ~cbc satisfacet·se por uno poUtica de indus.
actitud del bistoriado.r . •rln1i.z.ac&ón conveniente cuanto necemria. ~eré acu·
VQIDOS par ejemplo la historia de la lndustriall· sndo de cinismo y de laxitud en el enjuiciamiento del
zad6n de Gran Breltl.ñ• entre, digamos. 1780 y !870. m oL Los historiadores hacen gala de esta laxitud
caSí co habrá historiador que no trate la revolución cuando enfocan la colonización decimonónica de Asia
industrial. probablement e sin discusión, como una ~rt.: Africa por parte de las naciones occidentales,
pan baz3ña acarreadora de progreso. También deS" Jut hfieándolll por sus efectos inmediatos en la econo-
cribirá 13 expulsión del campesinado lejos de sus mla mundial, pero además por sus consecuencias a
tierT!IS, el IUllontonamiento de Jos obreros en (/ibri· l~rgo plazo para los pueblos a trasados de estos con·
cas o.ntihigiénicas y viviendas insalubres, la explota· unentes. Al. fin y al cabo. so dice, la India contempo-
clón del trabajo infantil. Dirá seguramente que hubo ránea es hiJO de lo dominación brlténica; y la China
abusos en el funcionamiento del sistema y que algu· de nuestros cUas es producto del Imperialismo occi·
nos pntronos tuvieron rneoos escrúpulos que otros. dento! del siglo puado, mestizado por el Influjo de la
y ahondará con cierta unción en el surgir gradual de revolu.clón rusa. Desgraciadamente, ni los trabajado-
una coocicncU. humanitaria. después de establecido res chtnos que trabajanm en las Ubricas poseldas por
el sistema. Pero eartlnl del supuesto. seguramente~ los occidentales en los puertos que les reconocían los
decirlo de modo explicito, de que las medidas cocrcl· tratados, ni los que trabajaron en las minas sudafri.
tÍYM l'..~!otadoras •rl!n narte Ineludible. durante la con~, ni los que tuvieron que luchar en el frente
e d!!lera rase cunn.Qo menos, del coste de la industria· occtden t.al d urante la primera Guerra Mundial han
Uyrign...Xampoco he oldo jllOiás a un historiador que sobre~ivido para disfrutar de c11nlesquiera gtdria 0
dijera que. en vista del precio, hubier• sido mejor ventaJas que hayan podido provenir de la revolución
detener la mano del prosreso y oo industrializar; y chino. Quienes pa¡¡an el coste son muy pocos veces
de existir tal historiador. &cg01ro que pcrtenceer.í " lO$ que cosechan los beneficios. m lomoso y colo-
la escuel~ de Chesterton y de Belloc. y los historiado- rido párrafo de Engel• es atinado, pura desgracia
res serios dej uán, con razón, de tomarle en serio. nuestra:
Este ejemplo me resulta singulannente Interesante
porq11e espe<o llegar pron to en mi historia de la Ru· . ~a historia es acaso la más cruel de todas )as
sia sovi~tica al probl erm~ de la colectivización campe· ~osas y conduce su carro tóunrame_ por sobre
sina, vista como parte del coste de la industrializ.,. ":'entones de cadáveres, no sólo durante la f!UStra,
dón; y s<! perfectamente que si, lmítando 3 los bisto· SinO tambléñ en ticmnas de cl•'sarroUo económ¡.
riodores de la revol11ción Industrial británica, dep lo- co •paCJfico •. y nosotros h ombres y mnj~~
ro la~ brutalidades y Ju.< abusos de lo "of¡;¡;tiYi.zucióu mos desdiChada ment e ton estupidos que nunca

lOS 109
nos annamos de valor para el progreso verdadero y otra impresa. La parte impreu consiste en pa1r
biSta que nos lnlpWSiiD unos sufrimientos casi Oras abstractas como (as de libertad, Igualdad, justi-
fUera de toda proporción (33). ~emocracia. Son éstas categoí'las esenciales. Pero
el cheque carece de valor hasta que rellenamos la
El Famoso gesto de reto de !van Karamaz.ov no pase ofta parte, en la que se díce cuáñta libertad concede-
de= una falacia heroica. Bemoa nacido en utJa so- mos a qülí!íí, a qwénes consideramQs como ouestro9
c:lecbd, ~cemos en la historia. No llega ningún ID(). iguales. y hasta que punto. Llrf<lí:iil~ en que llenamos
mento en el que se nos ofrezca un billete de entrada, el cheque de una vez para otra es- algo que depende
coo la opción de aceptarlo o rechazarlo. El historia· de la historia. El p roceso por el eqal se da a las con-
dor no tiene, frente al problema del padecimiento, CepCiones ímlrales abstractas un contenido histc>
ninguna solución más definí tiva que la del teólogo. rico especifico es un proceso histórico: y además
T1UIIbii!n 61 echa mano de la tesis del mal menor Y nuestros juicios morales proceden de un marco con·
del mayor bien. ccptual que es él mismo creación de la hisiOria. La
tPero no implica sumisíón de la.historia a un P~" fo~a Envorita que adopta la controversia intem.acio-
tr6n. suprahistórica de valor t!l hecllo de que el his· nal contemporánea acefCi\ de los problemas morales
toria.dor, frente al clentlfico, se vea por la naturaleza es la de un debate acerca de sc:ndas pretensiones de
misma de su material de trabajo, mezclado en seme. libertad y democracia. Los conc<Optos son abstractos
Jantes problemas de juicio mo.r al? No lo creo. Supon· y universales. Pero el contenido con que se rellenan
gamos que nociones abstractas como son lo •bueno• ba vaciado en el curso de la historia, de un tiempo
y lo •malo•,.y otras calificaciones más elaboradas que para otro. de un lugar para otro;
de ellas parten, se encuenuan situadas más ollA de de su
las lindes de· la historia. Pero aun así,. estas abstrae-
clones desempeílan en el estudio de la tiioralidad bis· un
tórica un papel muy parecido al de .las fórmulas ma- de u!ÜiZIIr !!1 noción de la ecooómíca•
temáticas y lógicas en la ciencia llsica. Son eategorias como criterio objetivo y .no sometido a controversias
imprescindibles del pensamiento; pero carecen de para juzgar y aquilatar la conveniencia de las pollti·
sentido y 'no pueden aplicarse hasta que se les instila cas económicas. El íntento fracasa inmediatamente.
un contenido especifico. Si prefieren una metáfora Los teóricos educad.o s en la veneración de las leyes de
distinta, diremos que Jos preceptos JD<]I'a!es que apli· la eeonomla clásica condenan en principio la planifi-
camas tanto a la historia como a la vida ·diana cación, calificándola de intromisión irracional en Jos
son como o:gues bancanos: t enep Wll\ parte escrita procesos económicos racionales; asl, Jos planificado-
res se niegan a que su política de precios esté sujeta
a la ley de la oferta y la demanda, y Jos precios ~
cen en un sistema planificado de una base racional.

UD lU
Desdo lueao. cabe la suposición ~ que los planifica· tes a expresar sus juicios morales en palobrns de (n.
dores obren a menudo ~ modo írrocionnl. y por lo dale comparativa, como las de •progresivo• y •re3C-
tJUJto necillDJente. Pero el criterio en función del cual ciooario•. y no con absolutos rigido~ como los de
deben ser enjuiciados no es el de la vieja •racionall· •bueno• y c·m alo•; s e trata de intentos de definir~
dad económica• de la economfa clásica. P=onal· ciedades o fenómenosñts tÓrjcos diversos relacionán·
mente, prefiero la opinión contraria. que c:iliflca d.e dolos en tre si, y no refiriéndolos.n..aJ¡¡Ün patrón obso-
esencialmente irracion11J la economía incontrolada, . lu to. Y además, cuando examinamos esos valores su-
inorgllni2.ada, del laisset·faire, y que ve en la planl· puestllDlC>nte absolutos y oxtrahistóricos, vemos que
fk:aclóo un intento de introducir en el proceso la también ellos cstdn de hecho vinculados a la historia.
• ncion:ilidad económica•. Pero lo t\nico que me pro- El nacimiento de Wl valor o ideal determinado, en
pongo dejar claro ahora es q~ resulta materialmente un momento o en un lugar determinado, queda ex·
irn~ · ' r un metro abstracto y s upr istórico plicado por las condiciones históricas del momcnw y
p_cír_cl cual se puedan medir as acciones histórú:as. del lugar. fl contenido. práctico de absolutos hipo!~
Am~s partes encuentran inevitablemente en esta !leos como la igualdad, la lib.,-!~ la (usticin o el d;;.
medida el contenido especifico apropiado a sus con· recljo '!'!!!!"al vada de un perlado para otro, de un
dlciones y a sus aspiraciones históricas propia9. continente pn01 el otro. Coda grupo liene sus valores
Aqul reside la verdadera falta de los que tratan de que están arraigados en la historia. Cnda CJllpo se
blandir un criterio o valor suprahistórlcos ~e los protege a sí mismo contra In it·upción de vnlores
cuales pronunciar sus j uicios acerca de acontecimien· extrttlios e inopo.rtunos, que moteja con epítetos en·
tos o situaciones históricos, derlvese su criterio de la vlkccdores, como los de burgués y capíta.llsta, o an·
autoridad divina postulada por los teólogos, o de W\ll !(democrátiCO y lOtalltnriO, O, más brutalmente aun,
Razón o una Naturaleza, estáticas ambas, al estilo de nnti-nmericano o ant;.británico. La norma de com-
la& postuladas por los filósofos de la fiustración. No po.racíón o el valor abstractos, divorciados de la so-
es que sobrevengan percances en 1:> aplicación del Ciedad Y dÍIÍ!Tlidos de la hlstorl~. son una entelequia,
patrón, ni que el metro sea defectuoso en 3!. Es que . lo mismo que el Individuo abstracto. El hlstoriador
el intento mismo de levantar este punto de referencia serio es aquel que n ·conoee el carácter histórlca 4

universal es a.llistórioo y contradice la propin esen- ID!;ntC condicionada de todos los valores. y no qujeo
cia de la hlstoria . Aporta una respuesta dogmllti~ a reclama para sus proplps yaloa;:; una objetil)fdnd mfts
las l'reguntas que su profesión obliga al his toriador allá del alcance de la historia. Las con.,;cc;ones que
a planJearse sin cesar: el hlsto.rlador que acepta de ~brignmos y los puntos de referencill ae
que parti-
antemano las contestaciones a tales interrogantes sale mos en nuestros uicios 10n parte de la historia, y
a tmbajar con los ojos vendados y reniega de su pro- son tan s uscoplibles e ínvesttgadón histórico como
fesión. historio es movimiento: y el mov;mlen o cualquier otro aspecto de la conducta humana. Pocas
implica comparact n. or eso ten .e n los historiado- ciencias -y las ciencias sociales menos que ningu·

112 113
na- pucdea pretender hoy que sozan de una inde. abismo es en sf mismo producto del viejo prejuicio,
pendeo.la total. Pero la blstorla no se halla c:n uua basado én una estructura de clases de la sociedad
situación de fundamental dependencia respec:to de inglesa que pertenece también o tiempos dejados
aJeo situado fuera de ella, lo qu.e la diferenciarla atrás; yeo yo ue la distancia qua sopara el historla.
de c:ualquier otra ciencia. dor del g o¡o no es por fuerza s queable
niñ1ayór que la que separa al geóloso det fíSico. Pc:ro
no es, a nu jüiC!o, forma de salvar el abismo la de
Qulslera ahora resumir lo que llev« cjicbo &cet'Ca CtiScfuu' ciencia elemental a los hUtoriaclo= e hUt<>
de la preteosión de la historia de que se la incluya ria elemental a los científicos. Es ~ste un calleJón sin
enue lu clencia!t. El término de .ccieocia• abarca ya salida al que nos ba llevado la conl'wlión mental. .Al
tan dlstlnlaS ramas del conocimiento que se val~m de fin, y al cabo los propios cienllficos no proceden
tantos métodos y téonle&S dlf"rentes, que La e&rlla de llSf. Nunca be sabido de ingenieros a quienes se
la prueba antes parece "orrespondu a los que tratan aconsejara asistir a clases elementales do botánica.
de excluir de la familia de las ciencias a la historia, Una solución que se me ocurre es la de meJorar la
que a quienes abogan por lo contmrlo. No u casual calidad de nuestra historia, la do hacerla -si me atre-
que los a<¡Ulllentos en pro de la excltuión no proven- vo a decirlo nst- mh clentihca. la. de endurecer nues·
pn de' los cleotificos deseosos de llhrar su selec:ta iñis e;o ene' hacia quieoes quieren seguir esta CO·
compaftla de la presencia de los historiadores, sino rrern. La. hi>1oria, como sctp académica en es
de blnorladores y filósofos que an.slan vindicar para Universidad, reviste para algunos la apariencia de un
la bls torla la categorla de rama de las humanidades. colector hacia el que confluyen quienes encuentran
La dlsputa~efleja el prejuicio de la vieja dlvitión en· demasiado difíciles Jos Clásicos y demllSiado serias
ue Ciencias y Letras, en la que éstas, lu humanida- las Ciencias. Una Impresión que quisiera comunicar
des, deblan representar la amplia cultura de la clase mn C!tlas con(crenclas es que la historia es ~
ttciOnl, en tanto que: las clcru:ias rc:prac¡~laban la ~ dad mucho mlls dificil que los Chulees, '1 tan seria
peclallzaclón de los técnicos a su servicio. Las propias como cualquim de las ciencias. Mas el remediD ;,..
expresiones de •humanidades• y •humanismo• son en dicado implicarla, en los propinJ historiadores, una
sf miamas, en este cootexto, una prueba de supervi· mayor fe en lo que hacen. Sir Charles Snow, en
veocla de tan -arraipdo prejuicio; y el hec:bo de que una reciente conferencia sobre eslo lema, tenia razón
la anUtesu entre la ciencia y la historia carezca de cuando contrastaba el optimismo cagreslvo. de.l cien-
sentido ea cualquier idioma que no sea el inaléa ru- tífico roo la •voz tún0r:1ta• y el •sentimiento anti-
giere el ca.r.l.cter específicamente insular del prejuicio. social• del por 61 denominado •intelectual litera·
MI prindP"l objrdón contra la nt~ativa a c.alWcar de rioo (34). Al¡¡unos historiadores -y mis aún alg~mos
clmcla a la historia n !llea en gue justifica y perpo-
roa el abismo enue tu llamadas cdoli cultmu•. Este (34) C. P. SMw, TJa , 7\t.v Cultura •" tll• Sdmfl/lt:
(ltl9). ..... 44.
Jtnool:#tion

114 115
<k los que escriben ac>eJ'C'! de la historia sin ser hisl~
riadon:s- pertenecen a esta categoria de los •intelec-
tuales Uter:lrios•. Tanto les ocupa decirnos que la bis.
toria no es una ciencia, y explicamos lo que no puede
ni debe ser o hacer, que no les queda tiempo para
explotar roda su riqueza octual y potencial. . IV
La otra !orma de sanar la herida consiste enJ!):..
mentar en cicntfficos e historiadores una mejor co.m· LA ACUSACIÓN CN U H ISTORIA
J!.!!:!!Sión de la !dantldad de sus metaliy aqu! reside
b principal Importancia del nuevo y creciente in ter~• Si se pone leche 11 hervir en un ca:to, reboso
por In historia y fllosoflo de la ciencia. Los cientfficos, cuando hierve. No sé. ni he querido nunca saber, por
los clnllstas d~ las clencios sociales Jos hist~ qué ocurre; si se insis te mucho, lo atribuiré proba·
riadores, se encuen ran todos trabajando en distinta.: blemcntc a una propensión de 111 leche a subir, lo
nmJIS ili!l lñlsmo estudio: lll estudio del hombre 'i de que es perfectamente cierto pero no explica nada.
sú mundo circundante~ de los efectos de esteSobre el Pero es que no soy un especialista de las cicnciss
IIÓmbre, y de los efectos del hombre sobre el mundo naturales y físicas. Del mismo modo, puede leerse o
que le rodea. El obicto que se propone alcanzar la escribirse acerca de los acontecimientos del pasado
investignción es el mismo: incrementar la compren· sin l retar de saber por qut ocurrieron, o decir sólo
sión y la dominncjón de su ambiente por el hombr~. que b segunda Guern~ Mundial tuvo lugar porque
Las premisas <k partida y Jos métodos del físico. del Hitler la qucria, lo que es perfectamente cierto pero
geólogo, del psicóloco y del historiador, varían mucho no explica nada. Pero entonces debe uno abstenerse
en detalle; y no es mi propósito el de sumarme a la de cometer el solecismo de llamor5e estudisnte de
opinión de que, para ser más clcnllfico, el historiador historia o historiador. El estudio de la historia es un
debe SCllllir más flclmcmc los métodos de la física. estudio de causas. El bú tiü'iador, como deJe di>:ho al
Pero ranto él como el Hsico .tienen en común el pr~ tlnal de mt anterior conferencia, .ere¡;unta continuu·
pósito rundamenlnl de: trallll' .d e explicar, y el procc. mente ; Por qué?; y mlenlros espera poder dar una
dlmienlo fundomenfl11 del prcguu!ar y responder. _ru_ c?ntestoción, no hay descanso para él . •El gran hist~
hlSíoriodor, lo mismo que cualqwer..quo cienilfico, !:~ -acaso ~~er_!! decir más amphamcnte,._ñ
es animn uc re unta .s.m cesar •¿Por ué?• En gran J>_el!~!l_~r-:.~s •r:hoi!!Ore 9.~plantea la pregutb.
mi próximo conferen~ a examinaré los modos de for· t.a :_t.Por que.~ acerca éle cosns nuevas o en contextos
mular la pregunta y l;l$ formas en que intenta con· nuevos.
testada. H~o. el padre do lo historia, definió su meta
al principio de su obra: conservar el recuerdo de las
hazañas de griegos y bárbaros, •Y especialmente, íñáS

116 111

También podría gustarte