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¿Qué es la Constitución Política?

La constitución política, también llamada Carta magna o Carta


Fundamental, es la ley máxima y suprema de un país o estado. En
ella se especifican los principales derechos y deberes de sus
participantes, y define la estructura y organización del Estado. En
Colombia esta constitución se modificó drásticamente por última vez
en 1991, luego de durar más de 100 años con la constitución de
1886.

Historia de la Constitución de 1991


La convocatoria para reformar la constitución

En la presidencia de Virgilio Barco se negoció la desmovilización de


varios grupos guerrilleros, entre ellos el M-19. Durante el proceso de
negociación, el grupo guerrillero exigió continuamente que se
convocara a una asamblea constituyente que reformara la
constitución para facilitar el nacimiento de partidos políticos
diferentes a los tradicionales conservador y liberal. El gobierno no
aceptó la propuesta por diversos motivos, entre ellos que los grandes
carteles del narcotráfico querían aprovechar la consulta para hacer
una consulta sobre la extradición.

Desmovilización del grupo guerrillero M-19. Foto: Diario La Opinión. Archivo Colprensa.

Un grupo estudiantil llamado La séptima papeleta conformado en


1989 por estudiantes de varias universidades públicas y privadas,
retomó la idea e impulsó que en la elecciones de marzo de 1990 se
incluyera la opción de apoyar u oponerse a la convocatoria de una
asamblea nacional constituyente. En aquellas elecciones se debía
votar por candidatos al Senado, Cámara de Representantes,
Asamblea Departamental, Juntas Administradoras Locales, Concejo
Municipal y Alcaldía; así que el voto por la asamblea constituyente
sería la séptima papeleta que cada votante depositaría en las urnas.
Integrantes del movimiento La Séptima Papeleta. Fuente: ElPais.com.co

Aunque no fue oficial, el conteo informal en esas elecciones registró


más de 2 millones de papeletas a favor -de 7.6 millones de votantes
que acudieron a las urnas y de 13 millones de votantes habilitados-.
Ante la importancia de los resultados, la corte suprema avaló una
consulta formal en las siguientes elecciones presidenciales del 27 de
mayo de 1990. En esa consulta el 86% de los votantes se
pronunció a favor.

El 9 de diciembre de 1990, mediante unas elecciones convocadas por


el recién posesionado presidente César Gaviria, fueron elegidos los 70
miembros de la asamblea constituyente. Adicionalmente, para darle
impulso a las negociaciones de paz con otros grupos guerrilleros, se
dio la posibilidad de participación con voz pero sin voto a 4
representantes de estos grupos: 2 del EPL , uno del Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y otro del movimiento
armado Quintín Lame.

La Asamblea Nacional Constituyente

Fotos de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Foto: Fundación


Séptima papeleta – Revista Semana

Se instaló el 5 de febrero de 1991. La primera decisión que debió


tomar fue la conformación de la mesa directiva. Tres de los
movimientos (M-19, Liberal y Movimiento de Salvación Nacional)
llegaron a un acuerdo de una presidencia tripartita entre ellos. El líder
del Partido Social Conservador Misael Pastrana, ante la exclusión del
acuerdo, renunció a la Asamblea. Finalmente la Asamblea fue
presidida por Antonio Navarro Wolf, del M-19; Álvaro Gómez Hurtado,
conservador del Movimiento de Salvación Nacional, y Horacio Serpa,
del partido Liberal.

Para poder tratar todos los temas en un corto tiempo, la asamblea se


organizó a través de 5 comisiones permanentes:
 Comisión Primera: principios, derechos y reforma
constitucional.
 Comisión Segunda: autonomía regional.
 Comisión Tercera: reformas al Gobierno y al Congreso.
 Comisión Cuarta: administración de justicia y Ministerio Público.
 Comisión Quinta: temas económicos, sociales y ecológicos.

El proceso de discusiones duró hasta el 4 de Julio de 1991, cuando


todos los Delegatarios Constituyentes firmaron la redacción final de la
constitución en una ceremonia llevada a cabo en el salón elíptico del
capitolio nacional.

Ceremonia de firma de la nueva constitución por los miembros de la Asamblea nacional


constituyente en el capitolio nacional. Foto: Revista Cambio

Otras novedades de la constitución del 91 son:

 Se incluyó la libertad de cultos. El catolicismo dejó de ser la


religión oficial del país, permitiéndole a los Colombianos
profesar sus propias creencias. Con este cambio se modificó
también el componente religioso en la educación y los efectos
legales del matrimonio. (Artículo 19, Artículo 42 )
 Se fortaleció el respeto por las minorías étnicas con la
inclusión de escaños reservados en el Congreso para indígenas
y población afro que velara por sus intereses. (Artículo
171, Artículo 176, Artículo 246)
 Se avanzó en la equidad de género con la declaración de
igualdad de derecho entre el hombre y la mujer, y la garantía
de participación en la administración pública. (Artículo
40, Artículo 43)
 Se incluyeron nuevos mecanismos de
participación democrática además de la elección de
gobernantes, tales como el plebiscito, el referendo, la consulta
popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la
revocatoria de mandato. (Título 4 Capitulo 1: De las formas de
participación democrática)
 Se definieron los Estados de Excepción, que le permiten al
presidente en momentos de emergencia o anormalidad tener
facultades extraordinaria para emitir decretos que garanticen el
regreso a la normalidad. Los tres tipos existentes son: Guerra
Exterior, conmoción interior (que reemplaza al anterior “Estado
de Sitio”) y emergencia. (Título 7 Capítulo 6: De los estados de
excepción)
 Se creó la Fiscalía General de la Nación con la principal
función de recolectar pruebas y acusar. El organismo empezó a
operar en 1992 con la entrada en vigencia del sistema penal
acusatorio. Antes de la constitución del 91, el mismo juez
investigaba, acusaba y juzgaba a los ciudadanos. (Título 8
Capítulo 6: De la fiscalía general de la nación)
 Se creó la Corte Constitucional para velar por la integridad y
supremacía de la Constitución, y revisar si las reformas están
acordes con ella. Esta función antes se llevaba a cabo en la Sala
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. También se le
asignó la tarea de hacer control sobre los decretos expedidos
por el presidente en un estado de excepción. (Título 8 Capítulo
4: De la jurisdicción constitucional)
 Se independizó el Banco de la República para garantizar su
autonomía. También se le asignó la función de mantener el
poder adquisitivo de la moneda, es decir controlar la inflación, y
se eliminó la función de dar créditos al sector privado a menos
que sea en los casos especiales ya definidos. (Título 12 Capítulo
6: De la Banca central)
 Se creó la Defensoría del pueblo para garantizar, promover,
divulgar, defender y proteger los derechos humanos. (Artículo
282)
 Se retomó la figura del Vicepresidente que se había abolido
desde 1910. Antes de 1991 se manejaba la figura del
Designado con funciones presidenciales, y con la nueva
constitución se definió la elección popular de la pareja
Presidente y Vicepresidente. En la constitución no se definieron
funciones específicas para este cargo más allá de reemplazar al
presidente en ausencia o inhabilidad. (Título 7 Capítulo 3: Del
Vicepresidente)
 Para la elección presidencial se definió la segunda vuelta
presidencial si ninguno de los candidatos alcanza la mayoría
simple de la mitad más uno de los votos. En ese caso pasarían
los dos candidatos con mayor votación de la primera vuelta.
(Artículo 190)
 Se amplió la descentralización, continuando con la últimas
reformas que se habían hecho a la constitución de 1886,
permitiendo la elección popular de alcaldes, gobernadores,
asambleas departamentales y concejos en todo el país.
Previamente los Alcaldes y gobernadores eran elegidos por el
presidente. (Artículo 260)
 Se creó la doble nacionalidad al definir que un Colombiano no
pierde su nacionalidad por adquirir otra extranjera. (Título 3
Capítulo 1: De la nacionalidad)
 Se creó la moción de censura que le permite al congreso en
pleno votar para determinar la salida de alguno de los ministros
del ejecutivo si considera que ha realizado acciones contrarias a
su cargo. (Artículo 135)

Antecedentes y contexto del surgimiento de la


Constitución de 1991

La historia colombiana muestra como una característica la tendencia


a confiar en que los problemas pueden ser solucionados a través de
reformas normativas. Ello se evidencia durante el siglo XIX con sus
numerosas Constituciones, las cuales tenían una peculiaridad, como
muestra Hernando Valencia Villa: eran "cartas de batalla", es decir,
resultaban de la imposición de los vencederos sobre los vencidos en
las diversas guerras que se presentaron.

La Constitución de 1991 si bien no comporta esta última peculiaridad,


sí evidencia el rasgo más general, pues se produjo en una coyuntura
de crisis respecto de la cual se creyó que con la expedición de una
nueva Carta Política era posible conjurarla o quizá al menos paliarla.

Tres problemas centrales existían en Colombia en el momento en que


sale a la luz pública la nueva Carta: crecimiento del narcotráfico con
los males que le eran anejos como un aumento de la violencia y de la
corrupción; la crisis política, derivada por una parte de un régimen
político restrictivo propiciado desde el Frente Nacional1 , expresado
en precarias o casi nulas posibilidades de participación política de
otras fuerzas distintas a las del bipartidismo y por otra, derivada de
una gran deslegitimación de la política tradicional en tanto no
representaba los intereses del conglomerado social y finalmente; una
intensificación del conflicto armado colombiano entre guerrillas de un
lado y del otro Estado y grupos paramilitares, que empezaban a
obtener gran fuerza.2 El recrudecimiento de la violencia política
durante la década del ochenta había propiciado la violación y
limitación de los derechos humanos por parte de los grupos alzados
en armas con su accionar y desde el propio Estado con la aplicación
de las llamadas prácticas de la guerra sucia y las medidas legales
tomadas a partir de la figura del estado de sitio, que como recurso
supuestamente excepcional para restablecer el orden público turbado,
fue la regla general en Colombia durante gran parte del siglo XX.

Pero al señalar la complicada coyuntura vivida por Colombia en el


período mencionado no puede pasarse por alto que el mundo entero
y en aquellos momentos, en especial Latinoamérica se estaba
inscribiendo en un nuevo modelo económico, que requería de
variadas modificaciones expresadas fundamentalmente en la apertura
económica y la detracción del papel del Estado.

Nuestra anterior Constitución databa de 1886, durante su vigencia


fue objeto de muchas reformas. Desde 1957 producto de un
plebiscito, la posibilidad de cambiarla o modificarla estaba
obstaculizada desde la misma Constitución, pues se había establecido
que sólo podría ser reformada por acto legislativo proveniente del
Congreso, curiosamente el pueblo mismo, el constituyente primario,
inducido por el bipartidismo había aniquilado su posibilidad de
reformar la Constitución.

Hasta 1990 se habían intentado varias reformas pero estas fueron


detenidas por la Corte Suprema de Justicia, la cual declaraba la
inconstitucionalidad de la respectiva convocatoria con el argumento
de que la Constitución sólo podía ser reformada por el Congreso de la
República.

En 1990 un movimiento estudiantil impulsado además por fuerzas


políticas que estaban en pos de la reforma institucional del Estado
logra incluir una pregunta en las elecciones de corporaciones de
1990: "Con el fin de fortalecer la democracia participativa, ¿vota por
la convocatoria a una asamblea nacional constitucional con
representación de las fuerzas sociales, políticas y regionales de la
nación, integrada democrática y popularmente, para reformar la
Constitución de Colombia?". Nuestra confianza en la capacidad del
Derecho para cambiar el mundo tuvo reflejo en la respuesta, el 90%
votó por el sí. Se configuró así un hecho político de gran importancia.

César Gaviria ganó las elecciones presidenciales de ese año, antes de


posesionarse realiza un acuerdo político con el partido conservador y
con el M-19 ya desmovilizado, tendiente a determinar las condiciones
de la convocatoria a la asamblea nacional constituyente.
Luego, el 26 de agosto de la misma anualidad expidió el Decreto
1926 en virtud del estado de sitio, mediante el cual se invitó al
pueblo a manifestar si estaba de acuerdo o no con la convocatoria a
la Asamblea Nacional Constituyente, se ordenó a la Registradora
contar los votos y se expuso el temario convenido en el acuerdo
político.

La Corte Suprema de Justicia revisó en ejercicio de sus funciones la


constitucionalidad de ese decreto y pese a que establecía un
mecanismo de cambiar la Constitución diverso al autorizado en la
Carta de 1886 declaró su constitucionalidad invocando la
imposibilidad de poner límites al poder constituyente primario.

A finales de 1990 se realiza la consulta mencionada y


simultáneamente la elección de los miembros de la Asamblea
Nacional Constituyente4. Además de los partidos tradicionales, liberal,
que obtiene la mayoría, y conservador, fuerzas políticas de diversa
índole logran incluir sus delegatarios, incluso los movimientos
guerrilleros desmovilizados. Es así como en la Asamblea Nacional
Constituyente alcanzaron a tener representación minorías que
tradicionalmente habían tenido una escasa o nula participación: los
indígenas, las mujeres, los grupos religiosos diversos al catolicismo,
entre otros.

Esa amplia participación de diversos sectores se tradujo finalmente


en una Constitución con muchas normas, que se caracteriza en
especial por consagrar una gran lista de derechos, amplios
mecanismos de protección de los mismos y mecanismos de
participación. Dados los intereses diferentes e incluso contrapuestos
de quienes la crearon presenta dificultades para una interpretación
unívoca y coherente, pese a la presencia en ella de principios y
valores que deben servir como hilo conductor y como marco de
análisis.

1El llamado Frente Nacional consistió en un remedio convenido y


llevado al plebiscito de 1957 por los dos partidos tradicionales,
liberalismo y conservatismo, para poner fin a la violencia política de
mediados del siglo XX, se acordó que la presidencia se turnaría
durante 16 años entre los dos partidos y que todos los cargos
públicos se repartirían equitativamente. No obstante que hacia finales
de la década del ochenta ya había expirado el Frente Nacional sus
resagos persistían (y aún persisten) en la política colombiana.

2Sin embargo, poco tiempo antes de la convocatoria a la Asamblea


Nacional Constituyente ya se había obtenido la reinserción a la vida
civil de varios grupos guerrilleros, lo cual propiciaba la reforma
política.
3A quien correspondía bajo la vigencia de la Constitución de 1886 el
control de constitucionalidad.

4El texto del voto afirmativo decía: "Si convoco, una Asamblea
Constitucional que sesionará entre el 5 de febrero y el 4 de julio de
1991, la cual estará regulada por lo establecido en el Acuerdo Político
sobre la Asamblea Constitucional incorporado al Decreto 1926 de
agosto 24 de 1990. Su competencia estará limitada a lo previsto en
dicho Acuerdo. Voto por la siguiente lista de candidatos para integrar
la Asamblea Constitucional...".

Historia[editar]
Después de una agitada historia constitucional en el siglo XX, Colombia había
sufrido varias reformas adaptándose a los tiempos y las circunstancias del país.
En 1988, una fallida reforma política que pretendía extender la participación
ciudadana y evitar la corrupción administrativa, dio lugar a un movimiento
estudiantil y político que propuso la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente para las elecciones de 1990, movimiento que surgió en el marco
de la violencia que agitó a Colombia durante esa década y asociaba los
problemas del país con la falta de participación e inclusión política. Las
desmovilizaciones de los grupos guerrilleros M-19 (1990), EPL y Quintín
Lame (1991), contribuyeron a crear un ambiente social en el que la
transformación del país por la vía política y jurídica se veía como el camino
más promisorio.2
El movimiento promocionó la Séptima papeleta para las elecciones legislativas
de 1991, la cual consistía en introducir una papeleta adicional durante los
comicios para que los colombianos votaran si estaban de acuerdo en convocar
a una Asamblea Nacional Constituyente que promulgara una nueva
Constitución Política. Por lo anterior, el movimiento es comúnmente conocido
como La Séptima Papeleta.
El Consejo Electoral no aceptó la inclusión oficial del voto adicional durante la
elección de Senado, Cámara de Representantes, Asambleas
Departamentales, Consejo Municipal y Alcaldes, (los Gobernadores no se
elegían por votación popular hasta la Constitución del 91); pero la papeleta se
contó extraoficialmente y la Corte Suprema de Justicia reconoció la mayoritaria
voluntad popular validando el voto. En diciembre de 1990 se convocaron a
comicios para elegir los representantes a la Asamblea Nacional Constituyente,
la cual promulgó la nueva constitución el 7 de julio de 1991.
Los presidentes de la constituyente fueron: Álvaro Gómez Hurtado por
el Movimiento de Salvación Nacional, Horacio Serpa por el Partido
Liberal y Antonio Navarro Wolff por la Alianza Democrática M-19 (movimiento
político que nació a partir de la desmovilización del M-19). De esta forma la
historia de Colombia tuvo un giro sin precedentes ya que no sólo se logró un
cambio constitucional sino también que el grupo guerrillero M-19 entregara las
armas y se integrara a la vida política nacional, y que a las comunidades
indígenas se les garantizara representación en el Congreso de la República.

La Constitución de 1991 buscó fortalecer el Estado, el Gobierno, la sociedad


civil y la ciudadanía para responder a las gravísimas amenazas de los grupos
armados ilegales y la parálisis institucional. El texto constitucional se
acomodaba a las corrientes de pensamiento de la posguerra fría. Así se
preparó el camino para el nuevo modelo económico y político que, en un
contexto globalizado, entró –con algunos matices– en vigor.

El solo mandato jurídico no era suficiente. Las nuevas reglas de juego


contemplaban mecanismos más flexibles de reforma, que les iban a permitir a
los cinco presidentes que han gobernado desde entonces introducir
modificaciones de mayor o menor calado. Se trata de una Constitución viva,
producto de una construcción histórica que sigue su curso. El espíritu del 91
sigue vigente. Ha inspirado casi todas las reformas y encuentra en la Corte
Constitucional un guardián iluminado.

El Estado fue fortalecido con instituciones como la independencia de la Junta


Directiva del Banco de la República, las comisiones regulatorias, la
independencia de los organismos de control, la independencia de poderes
estratégicos como el de la televisión o el Consejo Electoral. Estas instituciones
generaron el ambiente de confianza que ha favorecido la inversión.

La administración de justicia es otra dimensión esencial del fortalecimiento del


Estado. Es un tema controvertido. Aspectos fundamentales como la formación
de jueces y abogados, mecanismos disciplinarios y otros no han logrado cabal
cumplimiento. Las innovaciones más significativas de la Carta del 91 fueron la
Corte Constitucional, cuyo prestigio hace honor a nuestra tradición jurídica; la
Fiscalía General de la Nación, que, con asistencia técnica y financiera
internacional, ha ido perfeccionando los sistemas de investigación criminal, y el
Consejo Superior de la Judicatura, todavía muy controvertido en su concepción
y en sus ejecuciones.
El gobierno fue fortalecido en la medida en que se de-sembarazó de tareas que
no realizaba bien y así pudo concentrarse en la modernización de la Fuerza
Pública y en la formulación y ejecución de políticas públicas de más largo
aliento, principalmente en los sectores sociales.

Los derechos fundamentales pasaron a ser realidad. La tutela y las acciones


populares facilitaron este proceso. La Corte Constitucional, en sentencias
históricas –mínimo vital, derechos sociales, diversidad étnica, derechos de las
mujeres, desplazados, salud, etcétera–, le mostró a los ciudadanos que la
igualdad de derecho se estaba convirtiendo en una igualdad en los hechos.
Paradójicamente, las peores violaciones de los derechos humanos
relacionados con la integridad personal han coincidido con la más sofisticada
protección a los derechos.

La ambiciosa descentralización no contó con los controles suficientes, y


configuraciones político-criminales la trastornaron hasta convertirla en uno de
los escenarios más escandalosos de corrupción. Con todo, la elección popular
de alcaldes y gobernadores propició en muchos casos gestiones admirables
que no siempre han sido sostenibles. Una vez más, la dinámica política
desnaturalizó esquemas bondadosos.

Los múltiples mecanismos de participación, la apertura política y los esfuerzos


por crear ciudadanía cambiaron radicalmente el escenario político. El
bipartidismo cedió el espacio a una pluralidad de fuerzas que, en su momento,
hubo que limitar, y a partir de 1991 ha sido imposible crear gobiernos
monocolores. Las coaliciones ordenadas constitucionalmente fueron sustituidas
por gobiernos multipartidistas. La cohabitación entre diversas familias políticas
se hizo rutinaria. La circunscripción nacional, las dos vueltas para la elección
presidencial, la vicepresidencia y la financiación política fueron elementos
esenciales de la apertura política.

El Congreso ha vivido las peores crisis de su historia –proceso 8.000,


parapolítica, yidispolítica y otras–. Cientos de congresistas han sido
investigados. Decenas han sido condenados por la Corte Suprema, o por la
justicia ordinaria cuando ellos han renunciado a su fuero. La eliminación de la
inmunidad parlamentaria ha jugado un papel primordial en la preservación de la
institucionalidad del Congreso. Su deslegitimación habría sido insuperable sin
los mecanismos que creó la Constitución: fuero ante la Corte Suprema, pérdida
de la investidura por el Consejo de Estado y sanción disciplinaria por parte de
la Procuraduría.
La sociedad civil ha gozado de un espacio privilegiado en todos los ámbitos y,
con ella, los ciudadanos individualmente. Todo este fortalecimiento institucional
y esta apertura política sirvieron para consolidar los acuerdos de paz logrados
durante la administración Barco y permitieron la desmovilización de miles de
miembros de grupos armados ilegales. En síntesis, dejaron sin oxígeno la
propuesta de utilizar la violencia como forma de lucha política. Los conflictos
sociales y políticos propios de una democracia se canalizaron
institucionalmente, y el respeto a la diversidad y a las minorías contribuyó a
crear un clima de convivencia.

Cinco presidentes, con orientaciones y estilos muy distintos, han gobernado


con estas reglas de juego. Todos han introducido modificaciones. Todos han
contado con una gobernabilidad democrática que les ha permitido lidiar con
situaciones extremadamente complejas. La legitimidad democrática ha salido
fortalecida. El espíritu de la Constitución ha prevalecido, y la confianza en un
mejor futuro y en un país que puede lograr la paz y la prosperidad está bien
presente.

El proceso constituyente que tuvo lugar durante las administraciones Barco y


Gaviria, que ha continuado gracias a la flexibilidad de los mecanismos de
reforma, fue acertado y, en lo esencial, los principios fundacionales que
inspiraron las nuevas reglas de juego conservan toda su vigencia.

Lo que creó

• Circunscripción nacional de senadores


• Segunda vuelta electoral presidencial
• Fiscalía General de la Nación
• Consejo Superior de la Judicatura
• Defensoría del Pueblo
• Contador Nacional
• Mecanismos de participación ciudadana
• Énfasis en derechos y libertades de los individuos
• Los ciudadanos eligen por votación popular a los miembros de juntas
administrativas locales y miembros de la Asamblea Nacional Constituyente
• Un año más en el periodo de diputados y concejales
• Régimen de inhabilidades e incompatibilidades para ser congresista
• Aumentó el número de derechos y deberes fundamentales
• Los deberes del ciudadano y de la persona
• La mayoría de edad a los 18 años
Lo que eliminó

• El carácter excesivamente presidencialista


• La Procuraduría ya no sería parte de la rama ejecutiva
• La elección de la Contraloría por parte de una Cámara: hoy día lo hace el
Congreso en pleno
• El nombramiento presidencial de los gobernadores: a partir de 1991 son
elegidos por voto popular y su periodo es de tres años
• Suplencias en el Congreso

Las reformas

Desde su creación, la Constitución de 1991 ha sido modificada 27 veces. Los


cambios no siempre fueron acertados, y algunos tuvieron efectos nefastos.
Estos son los más significativos.

1993
Barranquilla se convierte en Distrito Especial, Industrial y Portuario.
Se restablecen las suplencias en las corporaciones públicas.

1995
Se acuerda que los tribunales militares estén conformados por militares activos
o retirados.

1997
Se aprueba la extradición.

2000
Santafé de Bogotá D.C pasa a llamarse Bogotá D.C.
El deporte y la recreación entran a hacer parte del gasto público social.

2001
Colombia reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Se incluye
un artículo al respecto.

2002
Los periodos de gobernadores, alcaldes, concejales, ediles y diputados se
ampliaron a cuatro años.
Las funciones de la Fiscalía se reforman por el sistema penal acusatorio oral.

2003
Una gran reforma política genera cambios en el ámbito electoral. Se crean las
listas únicas, el voto preferente y la cifra repartidora. Se prohibió la doble
militancia. Además, se establece que el Congreso y el Consejo de Estado
escogerían a los miembros del Consejo Nacional Electoral.

2004
Se establece que quienes hayan cometido delitos contra el patrimonio del
Estado pierden los derechos políticos.
Se aprueba la reelección presidencial inmediata.

2005
Se decide una reforma al régimen pensional más incluyente.
Cada circunscripción territorial tendrá dos representantes, más uno por cada
365 mil habitantes o fracción mayor de 182.500 que tengan en exceso sobre
los primeros 365.000.

2007
Buenaventura y Tumaco pasan a ser Distritos Especiales, Industriales,
Portuarios, Biodiversos y Ecoturísticos. Cúcuta, Popayán y Tunja también
fueron designados como Distritos.

2009
Los partidos son obligados a exigir disciplina y transparencia a sus integrantes,
así como a pedirles cuentas. Esta reforma fue aprobada tras la crisis de la
parapolítica.

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