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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

ESCUELA DE NEGOCIOS

TEMA: vl

PRESENTADO POR:

YODERLY M FERMIN GARCIA

MATRICULA:

12-3730
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ASIGNATURA:

NEGOCIO GOBIERNO Y SOCIEDAD

___________________________________

FACILITADORA:

DANILO THEN
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Santiago de los Caballeros


República Dominicana
LA SOCIEDAD POLÍTICA.

Sociedad política es un concepto de las ciencias sociales y políticas para referirse


al grupo humano constituido en sujeto colectivo de la política. A lo largo de la historia
de las doctrinas políticas ha tenido diferentes formulaciones, como la politeia del
pensamiento político griego clásico (Platón, Aristóteles) o la Res publica del romano
(Cicerón). En el pensamiento político cristiano, con base en los textos bíblicos, se
concibe la sociedad política como cristiandad o pueblo de Dios, y a la propia Iglesia
como una sociedad perfecta (término equívoco, que tanto quiere decir "completa"
como "ideal" -sociedad perfecta-). El agustinismo político, a partir de De Civitate Dei,
dominó el pensamiento político de la Edad Media (dos espadas, poderes
universales, cesaropapismo, teocracia, conciliarismo) y el Antiguo Régimen, tanto
en Europa como en las colonias europeas, especialmente en la sociedad política
indiana.

En los diferentes grupos sociales las sociedades políticas son, lo que las normas
jurídicas a las otras reglas sociales. Como el derecho, la sociedad política es una
realidad primaria, originaria de todo orden humano. No existe colectividad sin
organización política. Las especies de sociedades políticas varían, en el tiempo y
en el espacio. Constituyen categorías históricas que se transforman en función del
medio social. Pero de los clanes a los imperios, de las teocracias a los Estados
modernos, la sociedad política presenta por doquier caracteres esenciales
idénticos, que hacen que sea una especie. “El Estado señala el profesor Georges
Scelle, es una especie del género. El género, es la sociedad política…El Estado es
una forma, un grado, el grado mas alto si se quiere, la forma mejor integrada, pero
es una sociedad política básicamente equivalente a otra. Existen estas diferencias
cuantitativas y cualitativas. No hay diferencias en especie. «Y añade, con sabiduría,
que el Estado es» una etapa de la organización de las comunidades políticas y de
un «estado» de transición social y legalmente de esta organización. El término
Estado es a menudo utilizado por los autores, en ese sentido amplio de la sociedad
política. Es preferible, para evitar confusiones, reservarlo para designar esta
especie particular de sociedad política, que ha establecido gradualmente dentro de
ciertas comunidades humanas, que accedió a identificar las características. Algunos
sociólogos no admiten la existencia de una sociedad política sino ahí donde la
estructura del poder deja aparecer ya clara diferenciación orgánica, en el sentido de
la colectividad, entre una autoridad soberana y la masa.
LA SOCIEDAD CIVIL

El término sociedad civil como concepto de la ciencia social, designa a la diversidad


de personas que con categoría de ciudadanos y generalmente de manera colectiva,
actúan para tomar decisiones en el ámbito público que consideran a todo individuo
que se halla fuera de las estructuras gubernamentales.

La sociedad civil se concibe como el espacio de vida social organizada que es


voluntariamente autogenerada, independiente, autónoma del estado y limitada por
un orden legal o juego de reglas compartidas. Involucra a ciudadanos actuando
colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas,
intercambiar información alcanzando objetivos comunes.

NIVELES DE ARTICULACIÓN ENTRE LA SOCIEDAD POLÍTICA Y LA


SOCIEDAD CIVIL.

La existencia de una sociedad civil diferenciada de la sociedad política es un


prerrequisito para la democracia. Sin ella, no hay Estado legítimo.1 Para Jürgen
Habermas, la sociedad civil tiene dos componentes principales: por un lado, el
conjunto de instituciones que definen y defienden los derechos individuales,
políticos y sociales de los ciudadanos y que propician su libre asociación, la
posibilidad de defenderse de la acción estratégica del poder y del mercado y la
viabilidad de la intervención ciudadana en la operación misma del sistema; por otra
parte estaría el conjunto de movimientos sociales que continuamente plantean
nuevos principios y valores, nuevas demandas sociales, así como vigilar la
aplicación efectiva de los derechos ya otorgados.

Así, la sociedad civil contiene un elemento institucional definido básicamente por la


estructura de derechos de los estados de bienestar contemporáneos, y un elemento
activo, transformador, constituido por los nuevos movimientos sociales. Se asocian
personas con una finalidad benéfica. Tradicionalmente, siguiendo el concepto de
Alexis de Tocqueville, se identifica "sociedad civil" con el conjunto de organizaciones
e instituciones cívicas voluntarias y sociales que fungen como mediadores entre los
individuos y el Estado. Esta definición incluye, pues, tanto a las organizaciones no
lucrativas u organizaciones no gubernamentales como a las asociaciones y
fundaciones. El concepto decimonónico incluyó también a las universidades,
colegios profesionales y comunidades religiosas.

Los partidos políticos de todo el mundo, tradicionales o revolucionarios, m í como


los Estados de todas las ideologías, atraviesan por una profunda crisis de
representatividad y legitimación. Mientras tanto cobran nueva vigencia los
movimientos sociales. Es como si la sociedad, no suficientemente representada por
los partidos o demasiado absorbida por los Estados, se levantara y quisiera
representarse directamente a sí misma.
La experiencia histórica de los dos últimos siglos ha creado en el ciudadano común
una desconfianza instintiva ante las ideologías políticas. Existe la persuasión difusa
de que el problema de la democracia no radica tanto en las distintas ideologías que
se inspiran en ella, cuanto en la forma concreta como se asume su construcción. El
jacobinismo de las élites y vanguardias, sin distinción de ideologías, termina en
nuevas formas de suplantación y subordinación antidemocrática de las mayorías.
En América Latina, la pretensión de las élites de construir, desde el Estado mismo,
una sociedad moderna y un Estado democrático, parece haber tocado a su fin.

EL DESARROLLO ECONÓMICO

El desarrollo económico se puede definir como la capacidad de los ingresos de los


países o regiones para crear riqueza a fin de mantener la prosperidad o bienestar
económico y social de sus habitantes. Podría pensarse al desarrollo económico
como el resultado de los saltos cualitativos dentro de un sistema económico
facilitado por tasas de crecimiento que se han mantenido altas en el tiempo y que
han permitido mantener procesos de acumulación del capital. Evidentemente que
los saltos cualitativos no se dan exclusivamente si se dan acumulaciones
cuantitativas de una única variable, pues los saltos pueden ser incluso de carácter
externo y no solo depender de las condiciones internas de un país. Se conoce el
estudio del desarrollo económico como la economía del desarrollo. La política
pública generalmente apunta al crecimiento económico continuo y sostenido, y la
extensión de la economía nacional de modo que «los países en vías de desarrollo»
se hagan «países desarrollados». El proceso de desarrollo económico supone
ajustes legales e institucionales que son hechos para dar incentivos para fomentar
innovaciones e inversiones con el propósito de crear un eficiente sistema de
producción y un sistema de distribución para los bienes y los servicios. Para
entender por qué ahora solo 1/5 del mundo se considera «desarrollado»
(principalmente Japón, Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá, Australia,
Nueva Zelanda, y pocos más), se debe tener en cuenta que el mundo, desde el
punto de vista de un país desarrollado, es un mundo de pobreza y escasez y por lo
tanto es fundamental el reconocimiento de que no es que los otros 4/5 del mundo
están retrasados, es más bien que el primer mundo ha tenido el «milagro» del
desarrollo industrial-capitalista que se originó en Gran Bretaña hacia el fin del s.
XVIII y el comienzo del s. XIX y después se difundió a otros países del primer
mundo.

El crecimiento económico es una de las metas de toda sociedad y el mismo implica


un incremento notable de los ingresos, y de la forma de vida de todos los individuos
de una sociedad. Existen muchas maneras o puntos de vista desde los cuales se
mide el crecimiento de una sociedad, se podría tomar como ejes de medición la
inversión, las tasas de interés, el nivel de consumo, las políticas gubernamentales,
o las políticas de fomento al ahorro; todas estas variables son herramientas que se
utilizan para medir este crecimiento. Y este crecimiento requiere de una medición
para establecer que tan lejos o que tan cerca estamos del desarrollo.

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

El crecimiento económico es entendido como la evolución positiva de los


estándares de vida de un territorio, habitualmente países, medidos en términos de
la capacidad productiva de su economía y de su renta dentro de un periodo de
tiempo concreto.

La definición más estricta de crecimiento económico es la que indica que se produce


un aumento en términos de renta o de los bienes y servicios que la economía de un
territorio produce en un tiempo determinado generalmente medido en años.

El concepto de renta puede englobar dentro de esta definición otros muchos


indicadores económicos de bienestar de un país o región cualquiera. Aspectos
como el nivel de ahorro o de inversión de sus ciudadanos y su balanza comercial
son algunos que comúnmente se tienen en cuenta a la hora de estudiar el
crecimiento económico. Dicho lo cual, el medidor más utilizado para medir la
evolución económica suele ser las fluctuaciones del PIB (Producto interior
bruto) del país analizado.
Teoría del crecimiento económico

Los estudios económicos que han tratado de definir este fenómeno se engloban en
la teoría del crecimiento económico y se centran en el estudio de las mejoras que
experimentan las economías en un número de años determinado, que normalmente
suele extenderse al largo plazo. Para el corto plazo existe la teoría del ciclo
económico.

Mediante el estudio del crecimiento económico son observados otros muchos


aspectos de la vida productiva de una economía, poniendo el foco en su nivel
productivo, la calidad de la educación impartida a sus ciudadanos, sus índices de
mortalidad y natalidad o la esperanza de vida en su región.

Por otro lado, habitualmente se suele identificar este tipo de crecimiento con éxito o
no, como en el caso de las recesiones económicas (donde se produce un
decrecimiento de la actividad económica durante un periodo de tiempo) y de las
políticas económicas que practican los países del mundo, partiendo de la base de
que si la renta de un país aumenta también lo hará el bienestar de sus ciudadanos.

No obstante, la distribución de la riqueza de un país o las características específicas


de su sistema productivo pueden esconder aspectos que la medición en términos
de renta no logra explicar con detalle. El empleo del PIB como medidor ayuda a
simplificar la realidad a la hora de analizar el crecimiento, aunque no logre explicar
con total claridad la verdadera mejora de las condiciones de vida.

EL SECTOR INDUSTRIAL

Se conoce como sector secundario o sector industrial a un segmento de la


economía que se ocupa de la transformación de la materia prima en productos de
consumo o en bienes de equipo, constituyendo el segundo paso en la cadena
productiva luego de la extracción de la materia prima.

El sector secundario es, hoy en día, uno de los más importantes en el desarrollo de
la economía de las naciones, pues los procedimientos aplicados a la materia prima
para obtener un producto elaborado (que va a los consumidores finales) o semi-
elaborado (que alimenta a su vez otras industrias) le añade valor agregado al
producto, generando una ganancia mayor al costo de las materias primas.
El sector industrial comprende por lo general cuatro subsectores:

Artesanía. Este fue el sector industrial básico en Europa hasta la Revolución


Industrial y la producción en serie. Comprende la hechura de objetos de consumo
en talleres o espacios domésticos por lo general de pertenencia familiar, local, y de
producción lenta, que no busca tanto satisfacer las demandas del mercado como
brindar subsistencia al artesano.
Industria. La Revolución Industrial del siglo XVIII trajo consigo una serie de cambios
en la capacidad de manipular materiales a gran escala y convertirlos en productos
elaborados, pudiendo satisfacer un mercado creciente con un ritmo de producción
veloz y constante. Este sector es clave para el sostén del capitalismo y es uno de
los grandes beneficiarios e impulsores del desarrollo científico-tecnológico.
Construcción. Desde la hechura de casas y edificios habitacionales, hasta los
enormes rascacielos corporativos o las obras públicas del Estado (plazas,
carreteras, escuelas, puentes, túneles, etc.), la construcción es un sector industrial
que avanza al ritmo de la expansión urbana y del crecimiento poblacional.
Obtención de energía. La generación de electricidad a través de distintos medios y
mecanismos, unos más seguros, limpios y confiables que otros, es una actividad
indispensable para sostener la producción de un país, en todos sus sectores
posibles. Todo tipo de industria requiere de energía para operar, por lo que este
subsector se ha convertido en uno de los fundamentales del mundo contemporáneo.

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