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ANTECEDENTES

Para el derecho romano clásico, individualista y liberal, realizar una utilidad importante,
comprar a precio vil, es una prueba de habilidad que de ninguna manera es contraria a la
buena fe, es un dolus bonus. Sin embargo, desde la época clásica los juristas romanos
aceptaron la aplicación de la lesión para proteger a los menores de 25 años mediante la
“in integrum restitutio” (El Pretor reestablece la situación jurídica preexistente como si el
acto o negocio no hubiera tenido lugar) . También hubo aplicaciones limitadas tratándose
de la venta de inmuebles entre mayores de edad, en los casos de laesio enormis (cuando
el vendedor no recibía la mitad del precio justo), de usura o cuando un árbitro repartía
injustamente los beneficios de una sociedad. Bajo la influencia de la idea moral de justicia
conmutativa, los canonistas se preocuparon mucho sobre el problema jurídico de la lesión.
En la Edad Media, época en la que triunfa su doble potencia espiritual y temporal, la
Iglesia retoma con vigor creciente la lucha contra la usura y sus doctores proclaman que
la equidad impone la igualdad en el contrato.

DEFINICIÓN

Doctrinariamente, el profesor argentino Luis Moisset de Espanes, define la Lesión como


una institución que tiende proteger al débil, al necesitado, a la persona que se encuentra
en una situación de inferioridad, económica, psíquica o psicológica, frente a aquel que
explotando esa necesidad y aprovechando esa situación de superioridad consigue en un
contrato ventajas inicuas. El elemento más notable es el “daño” o lesión que sufre quien
recibe menos de lo que le corresponde o paga mucho más de lo que debería abonar”

La figura de la lesión en el Perú, contenida en el Código Civil, prevé el supuesto en el


que entre las prestaciones exista una desproporción mayor de las dos quintas partes y que
ésta se produzca por el aprovechamiento por una parte de la necesidad apremiante de la
otra. En este caso, la parte lesionada podrá demandar judicialmente la rescisión del
contrato. Se ha establecido asimismo que en caso la desproporción sea igual o superior a
las dos terceras partes, tal aprovechamiento se presumirá salvo prueba en contrario. Esta
desproporción será apreciada de acuerdo al valor que las prestaciones tengan al momento
de celebración del contrato.

Ante una demanda judicial en la que se exija la rescisión de un contrato por lesión, la
parte calificada en la demanda como lesionante puede, dentro del plazo para contestar la
demanda, consignar la diferencia de valor invocada y lograr así que el proceso termine.
De no estar de acuerdo con la diferencia invocada, el supuesto lesionante puede
reconvenir el reajuste del valor. El Código Civil ha dispuesto para ese caso que el juez
decida el monto de diferencia entre el valor otorgado al bien en el contrato y el valor
concebido como real u objetivo.
Alternativamente, en caso la rescisión del contrato fuese inútil para la parte que invoca
haber sido lesionada debido a que no es posible la devolución de la prestación que su
contraparte recibió, podrá demandarse el reajuste de la prestación a cargo del demandado.

Nuestro Código Civil ha establecido que el derecho de acción por lesión, que permite
exigir la rescisión del contrato o el reajuste de la prestación a cargo de la parte demandada,
según sea el caso, es irrenunciable y caduca a los seis meses de cumplida la prestación a
cargo de la parte lesionante y, en todo caso, a los dos años de la celebración del contrato.

La demanda por lesión no procede en los casos de transacción y en las ventas hechas por
remate público.

La figura de la lesión nos ha sugerido siempre en las voces de los profesores de Derecho
Civil el dramático escenario en el que una persona experimenta la necesidad
impostergable de obtener recursos para adquirir con ellos un bien muy importante.

Su contraparte, informada sobre esa necesidad, aprovecha las circunstancias para celebrar
un contrato en el que la parte urgida deberá, por ejemplo, vender un bien a un valor mucho
menor al que "realmente" éste tiene, generando un beneficio injusto para quien se
aprovechó de la situación. Se nos explica también que el bien que el lesionado intenta
defender deberá ser más importante que el que tiene que sacrificar al celebrar al contrato.

Además de demostrar la desproporción entre los valores de las prestaciones, el contratante


lesionado deberá probar que se encontraba en estado de necesidad y que su contraparte
en el contrato:

(i) conocía aquella necesidad y,


(ii) la aprovechó para suscribir un contrato lesivo para él.

CARACTERÍSTICAS

La lesión opera en los siguientes casos:

a) Cuando se ha causado desmedro económico en perjuicio del vendedor, por existir


al momento de la celebración del contrato, desequilibrio entre el valor del bien y
el precio pagado.
b) Porque ha existido abuso del comprador por el estado de necesidad o
inexperiencia del lesionado.
c) Que la desproporción entre el precio pagado y el valor del bien sea mayor a las
2/5 partes (40%).
d) Debe considerarse el valor del bien al tiempo de celebrarse el contrato.
La conjunción de estos elementos mueve el mecanismo de la lesión y puede lograrse
judicialmente la rescisión del contrato. En todo caso, le corresponde a la parte lesionada
la carga de la prueba.

ELEMENTOS

1. Elemento objetivo referido al Valor y desproporción de las prestaciones

El presupuesto principal requerido para configurar la lesión es que exista un valor objetivo
de la prestación ejecutada en favor de la parte lesionante y que, debido a las situaciones
subjetivas de necesidad de un lado y conocimiento y aprovechamiento de otro lado, este
valor no haya sido respetado en la transacción.

En la lesión, un individuo experimenta una necesidad muy grande de recursos para


obtener un bien. Decide entonces transferir un bien propio a otra persona a un valor por
debajo del valor al que hubiera estado normalmente dispuesta a transferirlo. El bien que
pretende conseguir es más importante para él que el bien que está renunciando a recibir.

Dicha importancia se refleja en la diferencia entre el valor que en condiciones normales


recibiría por el bien y el valor que efectivamente recibe en el contrato.

Imaginemos ahora que para quien es calificado en la ley como lesionado el bien que
transfiere en el contrato tiene normalmente un valor de mil nuevos soles (S/.1,000).
Normalmente, entonces, la persona sólo estaría dispuesta a transferir el bien a un valor
mayor a mil nuevos soles. Sin embargo, una vez que experimenta la urgente necesidad de
recursos para adquirir otro bien, su valoración del bien poseído cambia. En proporción a
su urgente necesidad, la valoración que hace de este bien disminuye puesto que, al
necesitar recursos para obtener un bien distinto, está dispuesto a deshacerse del bien por
una cantidad menor a la que normalmente hubiera exigido por hacerlo, y entonces, por
ejemplo, venderá el bien a seiscientos nuevos soles (S/.600).

En esta forma, el contratante habrá valorado más el hecho de contar oportunamente con
los recursos necesarios para adquirir aquel otro bien (que es mucho más importante para
él) que la diferencia entre el valor que en condiciones normales recibiría por el bien y el
valor que en tales circunstancias recibió.

2. Elemento subjetivo referido al estado de necesidad apremiante de la parte


lesionada

El estado de inferioridad del lesionado constituye el primer elemento subjetivo


configurativo de lesión y viene dado por aquella situación de desventaja en la que se
encuentra el lesionado, la misma que lo lleva a contratar en condiciones atentatorias o
lesivas de sus intereses. Tal situación, puede originarse como consecuencia de un estado
de necesidad, ligereza o inexperiencia de la parte lesionada.

.El concepto de estado de necesidad comprende no sólo a aquella situación de angustia


económica (material), sino también debe extenderse a las situaciones de necesidades
apremiantes de otra índole (moral o de peligro) y que requieran atención inmediata.

Existe estado de necesidad cuando el lesionado se encuentra una posición tal que ve
recortada su posibilidad de elección y negociación contractual, obligándole a contratar en
condiciones desfavorables que le coaccionan un perjuicio, a fin de evitar un daño mayor

APROVECHAMIENTO DEL ESTADO DE NECESIDAD

¿Qué se entiende por aprovechamiento?, La doctrina, explica que el aprovechamiento que


realiza el lesionante implica que éste hubiere tomado conocimiento del estado de
necesidad impostergable de su contraparte y se aproveche de ello para celebrar un
contrato que lo beneficie injustamente.

Es preciso señalar que el aprovechamiento resulta de un comportamiento por parte del


lesionante que de alguna manera presiona psicológicamente al lesionado, él que frente
esta situación decide contratar sabiendo que ello le ocasiona un perjuicio económico.

El problema con relación a este elemento surge al tratar de probar el aprovechamiento,


para ello la doctrina, tratando de solucionar el problema, manifiesta que la mejor prueba
del aprovechamiento del lesionante es la grosera desproporción de las prestaciones y en
ese sentido el Código Civil Peruano consagra en su artículo 1448, la siguiente presunción
"... si la desproporción fuere igual o superior a las dos terceras partes (66.6%), se presume
el aprovechamiento por el lesionante de la necesidad apremiante del lesionado.", con lo
cual exime al lesionado de la difícil tarea de probar el aprovechamiento de su situación
de necesidad por parte del lesionante.

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