Está en la página 1de 1

Los arquitectos respecto al dibujo estamos totalmente comprometidos,

felices o tristes tenemos un compromiso y responsabilidad con el


dibujo. Hay una cercanía entre idea y dibujo, dibujar es un acto que se
origina de nuestro interior, por ello idear es un acto que se origina por
una causa interna que se evidencia en el dibujo.

Dibujar es la metáfora visible de la idea, por eso poco a poco mediante


los dibujos vamos creando arquitectura, el no dibujar iría en
contradicción a esto. Es común hoy vivir con la abstinencia gráfica,
quizá las condescendencias con la gráfica digital han generado esta
nueva retórica ágrafa, no se entiende por qué sobre las secciones
académicas de dibujo hay un distanciamiento absurdo con las
secciones de composición arquitectónica, cuando el sentido común
dicta que la ideación y su aprendizaje necesita fagocitarse con el
dibujo, peor contrasentido es esa tendencia académica a ir eliminando
lo artístico de las mallas curriculares cuando el proceso de aprendizaje
de arquitectura es un proceso más artesanal que tecnológico.

El dibujo no es por tanto una facultad prescindible en el ejercicio


creativo, este se constituye en el inicio de la forma. Crear es una
improvisación perpetua, en esa cualidad autárquica que tiene el
cerebro al inventar, el dibujo se plantea sobre todo para los prospectos
de arquitecto en su primerísimo acto reflejo.

Para el aprendiz de arquitecto en sus primeros espasmos de invención,


el dibujo debería ser su arrebatada forma de ordenar el caos de la
imaginación. Por ello al adiestramiento en el dibujo le concierne la
sintaxis de la forma que en arquitectura se logra también desde el
dibujo. El dibujo no solo sirve para comunicar la arquitectura, también
sirve para modelarla y expresarla.

El significado de dibujar arquitectura esta asociado a la adquisición del


saber arquitectónico llamada carga epistemológica del lenguaje del
dibujo.

La imagen del arquitecto, artista, artesano no puede difuminarse por


sola adherencia a los persuasivos beneficios de una herramienta de
trabajo. Jóvenes diseñadores y embrionarios arquitectos ya consideran
anacrónico el manejo de apuntes y bocetos a mano alzada, sin haber
degustado el sublime placer de hacer un croquis a lapiz, tinta o color.

CRISPIN BEJARANO Leslie

También podría gustarte