PSIC. YAÑEZ PEREYRA·VIERNES, 9 DE NOVIEMBRE DE 2018
El teléfono celular se ha convertido en una extensión de
nosotros y para muchas personas, en una adicción. En promedio, una persona ve su celular unas 150 veces al día, algunas muchas más.
En las salas de espera. En elevadores. En la fila del súper. En el
trabajo. En la casa. En el cine. En un concierto. Mientras caminamos en la calle. Mientras manejamos el coche. Mientras comemos. Segundos antes de cerrar los ojos para dormir. Segundos después de despertar. En cualquier momento y en cualquier lugar estamos viendo la pantalla de nuestro celular. Podría apostar que esta columna la estás leyendo desde tu teléfono. El 9 de enero de 2007 nuestra vida cambió. Ese día Steve Jobs presentó al mundo el primer iPhone. Hace tan solo 11 años. Hoy vivimos gran parte de nuestra vida a través de una pantalla de cristal. En promedio, una persona ve su celular unas 150 veces al día (suena exagerado pero esta cifra representa unas 10 veces por hora), algunas muchas más.
Para quienes creíamos que esto de la adicción al celular eran
sólo rumores o exageraciones; México es uno de los países con mayores problemas en el uso de dispositivos móviles en los salones de clase, según un estudio de Forbes, el cual indica que el crecimiento anual de uso de smartphones es por encima de 40% anual, con 40 millones de teléfonos utilizados por jóvenes entre 15 y 29 años. Pero esta situación no sucede sólo en México sino en todo el mundo. El uso excesivo del celular puede tener terribles consecuencias. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señaló que la nomofobia -trastorno siquiátrico de adicción al teléfono celular- puede generar desde malestares en articulaciones, ojos, huesos y oídos hasta insomnio, depresión y ansiedad. Esto sin considerar el bajo rendimiento escolar que le provoca a un estudiante y la poca productividad laboral de un empleado. De hecho, las cifras de Forbes indican que casi el 30% de los estudiantes lo usa en horas de clases.
Se conoce como Nomofobia, miedo irracional a salir de
casa sin el móvil o no llevarlo con nosotros. El grado de ansiedad y malestar excesivo que estas personas pueden llegar a sufrir cuando su móvil está apagado, fuera de cobertura, sin batería o lo olvidan en algún lugar, es alta, y supone tal conflicto en su persona, como para manifestar intranquilidad en un lugar, e incluso volver a casa por él, como consecuencia del estrés que les genera saber que estarán desconectados por un tiempo.
Los efectos negativos de la adicción al móvil
– Pérdida de concentración en los estudios o en el mundo
laboral.
– Aumento del peligro en situaciones tales como la de
conducción e incluso como peatones, si estamos prestando atención a nuestro móvil.
– Pérdida de interés por las relaciones sociales presenciales.
– Inestabilidad anímica por estar siempre pendiente de quién
nos escribe o llama.
– Pasar largas horas frente al móvil, supone la pérdida de la
noción del tiempo y obsesión con el mismo.
Adicción al móvil – Tratamiento
Desde la terapia cognitivo conductual el primer paso es
realizar una evaluación exhaustiva sobre el uso que del móvil hace la persona, qué situaciones son las que mayor malestar le generan así como cada aspecto que se considere relevante por el uso exagerado del mismo. Tras la evaluación y establecimiento de un plan de actuación, se aportarán técnicas y herramientas que ayuden a la persona en el control del impulso del uso del móvil, así como a manejar el malestar producido al limitarlo.
Cuando el problema y todas las variables afectadas quedan
claramente definidos, se propondrá un plan de acción.
A diferencia de otros trastornos de adicción donde el objetivo es
buscar la abstinencia total de la sustancia a la que el paciente se encuentra enganchado, en el caso del móvil el objetivo terapéutico será su uso controlado.
Como ya hemos indicado en líneas anteriores es muy
complicado en nuestra sociedad vivir sin el móvil pues entendemos que se hacen necesarias muchas de sus prestaciones. Por ello, la búsqueda no irá encaminada a prescindir de él, sino a su uso correcto.