JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS (MC.

1,1-2)

“Mira yo envío mi mensajero delante de ti, el que

ha de preparar tu camino”
 ENCUENTRO NÚMERO 1:
JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS (MC. 1,1-2)
1. KERIGMA (Anuncio de la Buena Nueva) Mc. 1,1-8
1. Saludo e invocación
 El animador da la bienvenida a los presentes y los anima a disponerse para
este encuentro con Cristo a través de su Palabra y a reconocerlo como la
verdad más grande que se nos ha revelado.
 Luego realiza la invocación inicial: En el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.

El Espíritu de Dios está, en éste lugar

El Espíritu de Dios se mueve en éste lugar

Está aquí para consolar, está aquí para liberar

Está aquí para guiar el Espíritu de Dios está aquí

Muévete en mí, muévete en mí

toma mi mente y mi corazón

Llena mi vida de tu amor

muévete en mí Dios Espíritu, muévete en mí

2. Ambientación/Signo
 El animador escribe en el centro de una cartelera: Jesús es… y a cada
asistente le da la oportunidad de escribir alrededor el complemento de la
frase, al final se comparten las respuestas más sobresalientes.
 3. Texto bíblico

Lectura del Evangelio según san Marcos. 1,1-2

Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en

Isaías el profeta: “Mira yo envío mi mensajero delante de ti, el que ha de
preparar tu camino”

V/ Palabra del Señor

R/ Gloria a ti Señor Jesús

4. Explicación del texto

 Evangelio

El término gr. euanggelion significa esencialmente «buenas noticias.»1 San

Marcos es discípulo del Apóstol San Pedro y de él ha recibido las enseñanzas y
hechos del Señor que a su vez ha querido transmitirnos en su escrito.

Evangelio es toda la enseñanza que recibimos de Cristo el Señor, el mesías

prometido por Dios Padre para Salvar al mundo esclavo del pecado y manifestar
a los hombres por su entrega hasta donde llega el amor de Dios por la humanidad
entera.

Evangelio es también una persona: Cristo. Él es la buena noticia que el Padre

había prometido desde el principio a la humanidad (Gn. 3,15) y que Israel ha
estado esperando con tantas ansias para volver a la unidad y consolidación como
el pueblo de la propiedad de Dios. Ha venido para dar esperanza, para liberar,
sanar, para conducir al pueblo al encuentro del Padre, ha venido para ser quien
revele a los hombres el plan de Dios (Is. 61,1-3).

 Hijo de Dios

La finalidad del Evangelista San Marcos es anunciarnos que Jesucristo es el Hijo

de Dios. Es así como lo escribe en tres diferentes momentos: 1,1; 9,7; 15,39.

Al inicio, a la mitad y al final del mismo, nos ofrece un mismo anuncio. Esta será
tal vez la novedad más sorprendente de Cristo, el enviado del Padre, no sólo es

1
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su caudillo, como Moisés, su portavoz, como los profetas, sino que es su Hijo, su
único Hijo.

Para las autoridades religiosas será un escándalo, lo llaman blasfemo, será éste
uno de los grandes motivos por los que pedirán su condena a muerte a manos de
los Romanos (Mc. 14,61-64).

Para los de su propia patria será inaudito que sea él el Mesías esperado, en la
sinagoga, fijan la mirada sobre él, se admiran de su enseñanza, pero luego les
falta la fe, conocen a sus parientes, saben las ocupaciones de ellos, han conocido
a Jesús, por eso dan más crédito a su parecer que al de Jesús. (Mc. 6,2-5).

En cambio, para los enfermos, para los pobres, la gente sencilla, Jesús es más
que un profeta, él es el salvador, es el Mesías prometido por Dios, ven en su
cercanía la sanación, la fortaleza y la paz (Mc. 10,18). Incluso los poseídos lo
reconocían abiertamente y se sometían a su poder y a sus órdenes, mientras él
les prohibía que lo dieran a conocer (Mc. 5,7).

5. La Palabra hoy
 Ser Buena Noticia

En la actualidad tenemos a la mano todo tipo de información que se difunde de

una manera tan rápida y con un solo click. En su mayoría son accidentes, robos,
homicidios, corrupciones, escándalos, etc. Que nos llevan a pensar que ya nuestra
sociedad no tiene solución, que vamos de mal en peor, que cada vez se nota más
la ausencia de los valores humanos y el respeto por la vida misma.

En éste ambiente es donde la palabra de Dios, nos invita a ser buena noticia. A
promocionar lo bueno del ser humano y de nuestra sociedad a ayudar a nuestros
hermanos a fijarse no sólo en lo malo (que si lo vemos bien es poco), sino a notar
lo que está escondido detrás de esa apariencia tosca, difícil e indescifrable a
primera vista, y que merece ser valorada y compartida con esperanza y alegría
(las cualidades, sueños y esperanzas del ser humano).

Hoy más que nunca la Palabra de Dios debe ser anunciada a tantos hermanos
hambrientos y sedientos: a tantos niños necesitados de buenas bases humanas y
cristianas, jóvenes que buscan sentido a su vida y una nueva motivación cada día
que los impulse a no dejar de perseverar por sus sueños, a tantas familias
puestas a prueba por la sociedad de consumo y altamente hedonista. Es aquí
queridos hermanos donde hoy debemos comunicar la Palabra de Cristo, la Buena
nueva, sembrarla con amor para que vaya geminando y llenando de vida el
ambiente de soledad y de muerte.

Nuestra gente hoy está saturada de malas noticias, necesitan la novedad y la

frescura de lo bueno y lo realmente necesario para sus vidas.

 Jesucristo Hijo de Dios.

Tal como lo hizo en el ejercicio de su vida pública, quiere el Señor, realizarlo

también en nuestros tiempos, quiere venir a salvar, a sanar, a liberar, al hombre
esclavo del pecado, la tristeza y la desilusión, quiere volver a levantar la
esperanza que se ha ido perdiendo, quiere reinar en la vida, la familia y el mundo.

Sin embargo, también ha querido hacernos hijos de un mismo padre, hermanos

suyos y por ende, miembros de una misma familia. Hoy la expresión Jesús Hijo
de Dios no resulta un escándalo para nosotros, pero sí una admiración por la
cercanía que Dios ha querido tener con nosotros y ésta es una buena nueva que
vale la pena ser compartida.

6. Compromiso
 Ser en nuestras familias promotores de buenas noticias
 Anunciar la palabra de Cristo a nuestros compañeros de Trabajo.

7. Píldora:
Eucaristía:
 “Éste es Cristo, el Cordero de Dios que quita y borra el Pecado del Mundo”
es la expresión del que preside, mientras eleva el cuerpo de Cristo a la
Asamblea antes de acercarse a recibirla como alimento, mientras
responden: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra
tuya, bastará para sanarme. Qué bueno es que miremos la especie que ha
sido consagrada con los ojos de nuestra alma, no de una forma
estrictamente material, que no digamos esta expresión de memoria, sino
que la digamos llenos de fe, reconociendo la presencia de Cristo en el Pan
y el Vino que vamos a recibir.
 Qué bueno que, como celebrante, digamos esta expresión llenos de santo
Temor, sintiéndonos indignos de tener en nuestras manos a Cristo mismo,
pero también llenos de gratitud con Él, por querer hacerse presente para
los demás por nuestro medio.

Misión:
 “Ite Missa Est”, es la expresión con la cual se despedía a la asamblea que
participaba de la Eucaristía.
Muchas veces pensamos que la misa, termina con la bendición final y
entonces podemos ir a nuestras ocupaciones ordinarias. Lo cierto es que
al Salir del templo, debemos continuar la Misa, compartiendo lo que en ella
escuchamos, recibimos y aprendimos. Esto es evangelizar, misionar, hacer
apostolado, tarea propia de nuestra experiencia como discípulos de Cristo.