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Na-Catita - Obra Completa PDF
Na-Catita - Obra Completa PDF
En cuatro actos
Estrenada en Lima
El 30 de agosto de 1856
En el Teatro de Variedades
La presente versión digitalizada de la comedia “Ña Catita” reproduce la edición de
1858, aparecida en la obra recopilatoria del “Teatro de Manuel A. Segura”. Solo se
han hecho las pertinentes adaptaciones ortográficas de acuerdo a los usos
modernos.
TABLA DE CONTENIDO
Después sirvió en el ejército de la República y en 1841 dejó los cuarteles para servir en
el Ministerio de Hacienda. Ese mismo año funda el diario «La Bolsa», donde se dedicó
a publicar artículos políticos y costumbristas. Posteriormente, en Piura, fundó «El
Moscón», un semanario que alcanzó tres años de vida, y donde predominaba la sátira y
la burla.
Sus obras más importantes son: Ña Catita, El sargento Canuto, Las tres viudas y La
saya y el manto.
PERSONAJES
ÑA CATITA
DON ALEJO
DOÑA RUFINA
DON MANUEL
DOÑA JULIANA
DON JUAN
MERCEDES
CRIADO
DON JESÚS
La escena es en Lima, en casa de don Jesús. Sala decentemente amueblada, con puertas
al fondo y laterales.
ACTO PRIMERO
ESCENA I
1
Alude al general español Joaquín de la Pezuela que comandó el ejército realista enviado desde Lima
contra los patriotas rioplatenses que invadieron el Alto Perú (actual Bolivia) en 1813.
Salgamos de capa rota.
Ese mozo está en la pelota,
y es, a más, un burro andando.
Vaya a otra parte a hacer nido
y no arme más alboroto:
no falta un zapato roto
nunca para un pie podrido.
RUFINA.- Si quieres
morir, sin saber de qué,
amárrate un tonto al pie.
JESÚS.- Nada...
JESÚS.- Yo sé mi cuento.
ESCENA II
JESÚS.- (¡Sinvergüenza!)
RUFINA.- (¡Chito!
Tenga usted más discreción).
ALEJO.- Merci.
JESÚS.- (Embrollón)
ALEJO.- ¿Y comment ça va, Madama?
RUFINA.- Precisamente.
ALEJO.- Très-bien.
JESÚS.- (¡Y lo sufro yo!)
JESÚS.- Gracias.
3
Alusión al ministro español Manuel Godoy, de fines del siglo XVIII e inicios del XIX.
ALEJO.- Servidor.
ESCENA III
ALEJO.- ¡Oh!
me pongo yo algunos días,
que casi insufrible soy.
RUFINA.- Favor
que usted le hace.
RUFINA.- Gracias.
ALEJO.- Esas le tocan a Dios.
A quien parecerse tiene:
su mamá es una flor
aromática y hermosa...
ALEJO.- ¡Stop!
que esa hermosa perspectiva
desmiente tal aserción.
ALEJO.- Se conoce.
RUFINA.- Y no llegó
el quinquenio sin que...
ALEJO.- Ya...
RUFINA.- Pues...
ESCENA IV
JULIANA.- (¡Caramba!)
RUFINA.- ¡Qué condición!
ALEJO.- ¡Oh!
En cuanto a caso, ni Orosmán,
ni Orlando, ni Agamenón,
ni todos los que han sentido
el aguijón del amor,
sufrieron el voraz fuego
en que arde mi corazón.
RUFINA.- Contesta.
ALEJO.- Su padre
es del tiempo de Guirior4.
¡Usa capa...!
ALEJO.- ¡Oh!
Para eso me pinto solo.
No hay coreógrafo cual yo.
A Bernardelli y su esposa,
a Magin y a la Mulot,
les apuesto a hacer piruetas
diez onzas contra un doblón.
En el canto ¡oh! en el canto
es donde yo hago furor.
No lo digo por jactancia,
pero tengo yo una voz,
que Mirandola a mi lado
no es más que un gallo capón,
y Rossi Corsi no sabe
ni lo que es un si bemol.
El dúo del Belisario
será la primera lección
que le dé a Julieta. Luego...
4
Alusión al virrey del Perú Manuel Guirior (1776-1780).
Pero acá, para inter nos,
atienda usté este trocito
para que juzgue mejor.
¿Vedi tu questo pugnale?
(Canta).
Se ti fugge una parola;
¿Vedi tu questa pistola,
Caricata a doppia palle?
¿Qué tal?
RUFINA.- ¡Qué...!
RUFINA.- ¡Superior!
ALEJO.- Y paralitici...
RUFINA.- Basta.
RUFINA.- ¡Niña!
ESCENA V
ESCENA VI
DOÑA RUFINA
ESCENA VII
RUFINA.- Mandaremos
a comprarlo...
RUFINA.- Ni lo piensa:
es muy caprichuda, mucho.
Y como aquel otra pieza
ha logrado embaucarla
con sus desplantes y quejas,
está, niña, que parece
un gallito, la muy puerca.
Ahora poco estuvo aquí
don Alejo a hablar con ella.
¡Y si la hubiera usted visto!
¡Qué palabrotas tan secas,
le contestó! Casi, casi
me caigo de rabia muerta.
Se me iban y me venían
los colores de vergüenza.
Y él que es, como usted sabe,
de tanta delicadeza,
y tan puntilloso...
CATITA.- ¡Oiga!
RUFINA.- Disimulaba.
CATITA.- A la fuerza.
Eso tiene, Rufinita,
dejarle la rienda suelta.
ESCENA VIII
DICHOS, JULIANA
RUFINA.- No más
piense burlarse de mí.
¡Buena es la hija de mi madre!
Que toda esperanza pierda.
RUFINA.- Tu padre
es aquí un cero a la izquierda.
JULIANA.- Señora
(como suplicante).
RUFINA.- Yo lo mando,
y oye, ¡cuidado conmigo!
JULIANA.- (¡Jesús, qué vida! ¡Hasta cuándo!)
CATITA.- Vamos.
ESCENA IX
DOÑA JULIANA
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
MANUEL.- ¿Casarte?
MANUEL.- ¡Imposible!
JULIANA.- Cierto.
JULIANA.- No.
Te equivocas, verdad es.
No ha mucho que me lo ha dicho
aquí mi madre.
MANUEL.- ¿Y tu padre...?
MANUEL.- Ni lo hará;
eso yo muy bien lo sé.
Su palabra es muy sagrada
y mucha su sensatez,
para que violente a su hija
por un mezquino interés.
Cuando mi infelice padre
se encontraba moribundo,
y acongojado a la vez,
no por dejar esta vida
de ilusiones y de hiel,
sino porque yo quedaba
sin su amparo en la niñez,
en el lecho de la muerte
tu padre el único fue
que enjugó su triste llanto
con noble desinterés.
Él cuidó mi orfandad,
él me dio segundo ser,
y hasta ahora nunca ha faltado
a la prometida fe.
Nuestro amor le es conocido
porque lo ha visto nacer,
y yo creo que podemos
descubrirle...
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
MANUEL.- ¡Señora... !
(La contiene).
RUFINA.- ¡Faltarme así
¡Suelte usted!
MANUEL.- No se violente.
JULIANA.- Mamita...
RUFINA. Calla,
¡Cochina!
CATITA.- ¡Vaya...!
RUFINA.- ¡Bribonazo!
Le ha tendido usté ese lazo
y la trae al retortero.
Ahora mismo... yo lo mando.
váyase usted de mi casa.
RUFINA.- ¡Chitón!
RUFINA.- ¡Atrevido!
Mándese mudar.
MANUEL.- No puedo.
Aquí señora me quedo
aguardando a su marido.
RUFINA.- La criada
se me ha vuelto respondona.
ESCENA VII
DICHOS Y DON ALEJO
ALEJO.- Si incomodo...
ALEJO.- Ya estoy.
JULIANA.- Ya voy.
ESCENA VIII
DOÑA RUFINA, ÑA CATITA, DON MANUEL Y DON ALEJO
RUFINA.- Tengo que hablar con usted,
si usted gusta que pasemos.
RUFINA.- Entremos.
ESCENA IX
ESCENA X
DON MANUEL
MANUEL.- Obedezcámosla...
MANUEL.- No te olvides.
MERCEDES.- ¡Acabáras!
ESCENA XII
MERCEDES y ÑA CATITA.
CATITA.- ¡Bueno!
CATITA.- ¿A dónde?
MERCEDES.- A noramala.
MERCEDES.- Ninguno
(¡Hipócrita!)
MERCEDES.- Voy.
MERCEDES.- Bueno.
MERCEDES.- Bien.
¿Y qué más?
ESCENA XIII
ÑA CATITA.
ESCENA XIV
CATITA.- ¿Sí?
CATITA.- ¡Sopla!
ALEJO.- Da lástima.
CATITA.- ¿Y su madre?
ALEJO.- Es un cronómetro,
en cuanto a puntual.
CATITA.- Y rígida.
CATITA.- Ya lo sé.
CATITA.- (¡Incrédulo!)
ALEJO.- Entonces...
ALEJO.- Punto.
Dos palabras, voy allá;
en un instante concluyo.
Al pasar por esta pieza...
ALEJO.- De juro.
ESCENA XVI
ALEJO.- Felicidades.
MERCEDES.- Vamos.
(Se queda en la puerta escuchando).
ESCENA XVII
ESCENA XVIII
RUFINA.- ¡Jesús!
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Inscripción que llevan las onzas españolas (N.E.).
RUFINA.- Así será, no lo dudo.
RUFINA.- Es un disgusto
para mí; pero si acaso
a usted le precisa...
ALEJO.- Mucho.
Adiós, pues.
ESCENA XIX
DOÑA RUFINA
ESCENA XX
RUFINA.- No sé.
JESÚS.- Le dije que aguardara.
JESÚS.- Ya empieza
Jesucristo a padecer.
RUFINA.- Matarlos.
JESÚS.- ¡Mujer!
RUFINA.- ¡Despacio!
ESCENA XXI
JESÚS.- (¡Loca!)
¡Pues no ha estado allí escuchando!
ESCENA XXII
RUFINA.- ¡Igualdad!
¡Sí! ¡Cómo no!
ESCENA XXIII
MERCEDES.- Cuidado
(Mercedes, que habrá estado aguaitando, sale cuando entra doña Rufina, quien tropieza con ella).
ESCENA XXIV
MERCEDES.- Sí...
JESÚS.- Vete.
¡No es mal plumero el que buscas!
lo que haces tú son rebuscas
a ver quién más bulla mete,
para ir de aquí allí después
por toda la población
dando una cuenta y razón
de lo que es y lo que no es.
Vete, digo.
MERCEDES.- Ya me voy.
ESCENA XXV
DON JESÚS
ESCENA XXVI
JESÚS.- Oye:
¿dónde diablos te sepultas?
Tengo que mandarte... Aguarda.
ESCENA XXVII
CRIADO
ESCENA XXVIII
DON JESÚS y CRIADO
ESCENA XXIX
DON JESÚS
ESCENA I
DON JESÚS
ESCENA II
CATITA.- Herético.
¡Dios trastornará tus cálculos!
Aunque me acometa un cólico
caerás en la trampa, pájaro.
ESCENA III
DON JESÚS
ESCENA IV
MANUEL.- Señor...
JESÚS.- ¡Imbéciles!
Verán que soy... ¡voto al chápiro...!
ESCENA V
DON MANUEL
ESCENA VI
CATITA.- ¡Jesús!
CATITA.- Fúgite...
Que te alce el vuelo la paloma.
¿No me has entendido?
MANUEL.- Sí.
MANUEL.- Sí.
MANUEL.- Tratemos,
Ña Catita, de otra cosa.
CATITA.- ¡Toma!
¿Y qué tiene eso? Lo dicho.
No solo te ama, te adora.
Dios te ha de dar buena mano
para que la hagas dichosa.
Por cuanto hay en este mundo
te dejes quitar la joya:
carga con ella, y no temas
a la gente murmurona...
cuatro días hablarán,
después callarán la boca.
CATITA.- Encomendándote
estoy hijo, a Santa Mónica.
ESCENA VII
MANUEL.- ¡Juliana!
ESCENA VIII
MANUEL.- No lo dudes:
tengo pruebas.
JULIANA.- Espera.
MANUEL.- Déjame...
MANUEL.- Nada.
Hoy mismo me marcho a bordo.
Quédate tú.
MANUEL.- No te olvides...
ESCENA IX
JULIANA.- ¡Cómo!
MANUEL.- Adiós.
ALEJO.- Julieta.
JULIANA.- Adiós.
ESCENA X
RUFINA.- ¡José!
RUFINA.- ¡Muchacho!
ESCENA XI
CATITA.- Es un cubilete.
CATITA.- ¡Dale!
RUFINA.- ¿Sabe usted cuál es?
CATITA. Pues,
si es el mejor expediente.
ALEJO.- ¡Cómo!
ESCENA XII
RUFINA.- Gracias.
RUFINA.- No precisa.
ALEJO.- Corriente.
ALEJO.- Ya entiendo.
(¡Magnífico, sorprendente!)
ALEJO.- ¡Vamos!
CATITA.- Se agarra
derechito por el Puente;
llega usté a la Capillita,
y después, como quién tuerce
a mano derecha, toma
un callejón que hay enfrente;
se pasa una tiendecita,
y luego... ¿No me comprende?
CATITA.- En la puerta
hay papel.
ALEJO.- Perfectamente.
RUFINA.- ¿Ya sabe usted?
JOSÉ.- Corriente.
ALEJO.- ¡Cómo!
ESCENA XIII
RUFINA.- ¡Julieta!
ESCENA XIV
JULIANA.- Mamita...
CATITA.- Hijita,
Dios no manda contestar
a sus padres de ese modo.
Claro su precepto está:
"Si honras a tu padre y madre
largo tiempo vivirás".
RUFINA.- ¡Si me da
gana de hacerla por pedazos!
RUFINA.- ¡Oiga!
RUFINA.- ¡Cómo!
RUFINA.- ¡Ya!
CATITA.- No es nada.
¡Jesús, qué debilidad!
¡Estos ayunos me matan!
CATITA.- Un traguito
de aguardiente.
RUFINA.- Bueno.
CATITA.- ¡Ah!
(eructa).
¡Qué bien me dice mi padre!
¡Yo no debo ayunar!
CATITA.- Y un pan.
RUFINA.- ¡Mercedes!
CATITA.- Deja...
RUFINA.- ¡Mercedes!
ESCENA XVI
RUFINA.- ¡Ah!
RUFINA.- Ni al señor.
Porque si no, lo verás.
ESCENA XVII
RUFINA.- ¿Yo?
Muy poco...
RUFINA.- Pero...
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Es decir, cuando se fundó la República Peruana.
CATITA.- No le importa a nadie
averiguarme la edad.
Tengo la que represento...
la que se me antoja... ¿estás?
CATITA.- ¡Ajá!
Mudemos conversación;
no me quiero incomodar.
RUFINA.- Ya llega...
CATITA.- Disimulemos
que así conviene.
ESCENA XVIII
CATITA.- ¡Silencio!
ESCENA XIX
CATITA.- No obstante...
ESCENA XX
(A Ña Catita que se agacha al suelo como para agarrar alguna cosa y separa dos pajitas).
MERCEDES.- (¡Avestruz!).
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
CATITA.- ¿Nada?
CATITA.- ¡Guá!
¿Qué ese cuerpo no tiene alma?
Ya se ve, como ella es vieja
nadie le canta a la oreja.
¡Lo dicho!
CATITA.- Y si yo no recelara
que me saliese a la cara...
Por eso se clava el tío.
(Veamos qué desembucha).
¿No digo bien, Julianita?
ESCENA IV
MANUEL.- Juliana...
JULIANA.- Manongo...
MANUEL.- Vamos.
JULIANA.- Aguarda...
ESCENA V
MERCEDES.- ¡Chitón!
(Tapándole la boca).
MERCEDES.- Al infierno.
RUFINA.- ¡Julieta!
MANUEL.- Tápate.
JULIANA.- Manongo,
¡mi honra en tu mano la pongo!
ESCENA VI
MANUEL.- Señor…
JESÚS.- ¿Dónde iban ustedes?
MANUEL.- Señor....
CATITA.- Rezando...
JULIANA.- Adentro.
ESCENA VII
DON JESÚS, DOÑA JULIANA, ÑA CATITA, DON MANUEL, MERCEDES Y DOÑA RUFINA
MANUEL.- ¡Señora!
JULIANA.- Nada.
RUFINA.- ¿Cómo?
¿Y ese bribón?
RUFINA.- Mira.
¿No te dije, hace un rato,
que para nada salieras,
sinvergüenza, de tu cuarto?
CATITA.- Rezando.
JESÚS.- O ayudándolos.
RUFINA.- Lo dije...
Era de cajón, de claustro.
¡Si no podía por menos!
¡Solo un simple, un mentecato!
En fin, ¿qué más quiere usted?
¿Qué más quiere usted? Le han dado
en la yema del deseo.
JESÚS.- ¡Canario!
Calle usted la boca digo,
no se me atufen los cascos,
y arree a los palos aquí
con cuantos tenga a mi lado.
MERCEDES.- (¡Caramba!).
ESCENA VIII
DON JESÚS, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA, ÑA CATITA, DON MANUEL, MERCEDES Y
CRIADOS
JESÚS.- ¡Zamarros!
¡Alto, he dicho!
MERCEDES.- (¡Malo!).
RUFINA.- Carguen...
JESÚS.- ¡Largo!
Mandarse mudar, tunantes,
o los boto a garrotazos.
ESCENA IX
DON JESÚS, DOÑA RUFINA, DON MANUEL, DOÑA JULIANA, ÑA CATITA Y MERCEDES
RUFINA.- ¡Picarón!
RUFINA.- ¡Cuartudazo!
CATITA.- Yo no me meto
en asuntos de casados.
JESÚS.- Y a mí también.
ESCENA X
JESÚS.- Bueno.
MANUEL.- (¡Qué ganas de agriar los ánimos!).
RUFINA.- ¡Muñeco!
Le ha de costar a usted caro.
JESÚS.- Ya lo veremos.
ESCENA XI
DON JESÚS, DOÑA RUFINA, DON MANUEL, DOÑA JULIANA, MERCEDES Y DON ALEJO
ALEJO.- Señores...
JESÚS. (¡Muñeco!)
MERCEDES.- (¡Palangana!).
JESÚS.- ¡Silencio!
RUFINA.- ¡Cuidado!
RUFINA.- No se irá.
JESÚS.- ¿No?
RUFINA.- Lo veremos.
RUFINA.- No quiero.
ALEJO.- ¡Cuidado!
Porque, amigo, yo por menos
le planto cuatro estocadas
al de bigote más crespo.
ALEJO.- ¡A ver!
JESÚS.- ¡Cangrejo!
DON ALEJO, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA, DON MANUEL, MERCEDES, CRIADO
CRIADO.- Señor,
afuera hay un caballero
que hablar con usted desea.
CRIADO.- Bien.
ESCENA XIII
DON JESÚS, DON ALEJO, DON MANUEL, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA y MERCEDES
ESCENA XIV
DON JESÚS, DON ALEJO, DON MANUEL, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA, DON JUAN y
MERCEDES
RUFINA.- No sé.
ALEJO.- Cubiletes...
¿Qué hombre en la edad juvenil
se ve libre?
MERCEDES.- (¡Bribonazo!).
JUAN.- (¡Canalla!)
ALEJO.- Madamas...
JESÚS.- ¡Largo!
JUAN.- (¡Tunante!).
ESCENA XV
DON JESÚS, DON MANUEL, DON JUAN, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA Y MERCEDES
ESCENA XVI
DON JESÚS, DON JUAN, DON MANUEL, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA, MERCEDES Y
NA CATITA
JULIANA.- ¡Maldita!
JESÚS.- ¡Vamos...!
ESCENA XVII
DON JESÚS, DON JUAN, DON MANUEL, DOÑA RUFINA, DOÑA JULIANA Y MERCEDES
MANUEL.- ¡Señor!
JULIANA.- ¡Padre!
Fin