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, Los datos de esta cronología se basan, en su mayoría, en los que asienta Lily
Franco en A lberto V acarezza, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas,
1975. págs. 107 Y sigs.
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915 En el Teatro Argentino, la compañía de Florencio Parravicini le 1926 En el Nacional. Pascual Carcavallo pone en escena los sainetes
estrena los sainetesmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
E l cabo G allardo; La gente guapa; La ley Ya se acabaron los criollos y La fiesta de S anta R osa.
P alacios y C om ercio chico; en el Teatro Nacional estrena Los 1927 En el Nacional, la compañía de Carc.avallo representa C ortafie-
reservistas y en el Royal la revista La prensa de hoy. rro E n la escuela de los zonzos, E l cabo Q uijote y P or la calle
1916 En el Nacional, la compañía Vittone-Pomar representa la le- va 'la vida' todos sainetes; en el Teatro Solis, la zarzuela Yo soy
yenda criolla E l últim o gaucho y el sainete E l triunfo radical; en criollo y r~ e voy; en el Buenos Aires, Enrique Muiño representa
el Argentino estrena la comedia D on P ancho V are/a; en el Juancito de la R ibera, y en el Smart se da O ros, copas Y
Nuevo, la compañía Muiño-Alippi da a conocer los sainetes bastos.
Casa de juego y Los novios de G enoveva y también se estrena 1928 En el Teatro Cómico, la compañía de Luis Arata estren~ U na
P ara los gauchos, querencia. vez en un boliche; en el Buenos Aires, la de Enrique Muino, E l
917 Pablo Podestá, en elTeatro Nuevo, da a conocer su drama La cabo R ivero; en el Nacional, la de Pascual Carcavallo, E l corra-
casa de los B atallán; la compañía Vittone-Pomar, en el Nacio- lón de m is penas, y en el Smart, la de Marcelo Ruggero, E l
nal, estrena P alom as ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y G avilanes y E l com isario G arcía, saine- T eniente P eñaloza
tes; en el Buenos Aires, Muiño-Alippi estrenan la comedia en un 1929 El 5 de abril estrena en el Teatro Nacional la compañía de
acto Las chicas de G urruchaga, el sainete Los hijos del finao y Pascual Carcavallo E l conventillo de la P alom a.
la zarzuela E l fortín, con música de Arturo de Bassi.
1930 En Rosario, en el Teatro Odeón, se estrena el sainete S uncha-
918 En el Nuevo, Pablo Podestá estrena el sainete La otra noche en les, que el mismo año Pascual Carcavallo mo_~tará en el Naclo~
Los C orrales; en el Nacional, la compañía Vittone-Pomar repre- nal de Buenos Aires; en el Aoolo, la comparua de César Rattl
senta V erbena criolla, sainete, y la colección C uentos cortos. da a conocer M añana será otro día, escrita en colaboración con
'919 En el Teatro Nacional, la compañía Arata,Simari-Franco le es- los dramaturgos Alejandro Berruti (1888-1964) Y José González
trena los sainete s E l barrio de los judíos yya ... cayendo gente Castillo (1885-1937) Y E l fondín de la alegría; en el Teatro
al baile y la comedia E l niño bien; en el Opera, Vittone-Pomar Buenos Aires, el romance E l cam ino de la T ablada es estrenado
representan el sainete G ente de teatro. por la compañía de Enrique Muiño.
'920 El 21 de mayo, la compañía Arata-Simari-Franco da a conocer 1931 En el teatro Smart, la compañía de Enrique Muiño le est~ena los
el sainete T u cuna fue un conventillo, y Vittone-Pomar, la ope- sainetes U n baile en la B atería y E l conventillo del G evitén; en el
reta La viuda de M endizábal, con música de Padilla Sánchez. Nacional, y la de Pascual Carcavallo pone en escena el sainete
"921 En el Nacional, por la compañía de Pascual Carcavallo, se S oy el payaso A legría.
conocen los sainetes E ntre taitas anda el juego y C uando un 1932 Teatro Buenos Aires: la compañía de Enrique Muiño da a cono-
pobre se divierte. . cer el romance La china D om inga. Los sainetes La com parsa
"922 En el mismo teatro, la compañía del año anterior representa los se de.spide y V illa C respo son estrenados por la cornparua de
sainetes P or la V irgen de LKJIHGFEDCBA
tte t', T odo bicho que cam ina va a Cicarelli-Bustos y Molinari en el Teatro Cómico.
parar al asador y E l arroyo M aldonado, este último escrito en 1933 Suben a escena Los pequeros Y M ano a m ano hemos que-
colaboración con Carlos Mauricio Pacheco (1881-1924). dado, sainetes; los romances S an B enito de P alerm o Y U na
"923 Estrena los sainetes A m í no me hablen. de penas y E l cam bala- estrella en la alborada, el primero en el Teatro Broadway, el
che de la buena suerte, y realiza una nueva versión del Juan segundo en el Monumental y los restantes en el Poilteama.
M oreira, de Gutiérrez. Es presidente, durante el período 1923- 1934 Se estrena el romance La fiesta de Juan M anuel: en la. Socie-
1924, de la Sociedad Argentina de Autores Dramáticos y Líri- dad Rural; en el Buenos Aires, el sainete D ona Q U ijote de
cos. O rense es representado por la compañía de Olinda Bozán; en
4 Estrena los sainetes: T odo el año es C arnaval, Teatro Nacional, el Teatro Porteño colabora en la revista N oches portenas, Junto
comparíía de Pascual Carcavallo; Las quinielas, Teatro Apelo, con Claudio Martínez Payva, Julio Escobar y Molina Fredés.
compañia de Leopoldo Simari; y C hacarita, Teatro Buenos Ai- 1935 Se estrenan: el sainete C uando lloran los payasos, en el Teatro
res, compañía de Muiño-Alippi. Mayo, por la compañía Charmiello-Cicarelli-Dardes, Y la come-
En el Apelo, la compañía de Cicarelli-Corsini le representa los dia Las m inas de C am iniaga, en el Teatro Ateneo, representada
sainete s La vida es un sainete y C onventillo N acional. por la compañía de Luis Arata.
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1936 En el Nacional, la compañía de Muiño-Alippi le estrena el ro- 1953 Nuevamente es presidente de Argentores, hasta 1955.
mancemlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Lo que le pasó a R eynoso; en el Mayo, Cicarelli-
1957 Cae enfermo
Sapelli-Dardes el sainete M urió el sargento Laprida, y en el
y P arraganes. Pu- 1959 Fallece el 6 de agosto.
Cómico, la compañía "Los Ases", C ontreras ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
blica su poemario: E l rom ance de C iriaco P once. Se filma E l 1969 Se edita su obra póstuma, B arrio N orte, mensaje optimista en
conventillo de la P alom a, dirigida por Leopoldo Torres Ríos. un prólogo y tres actos.
1937 En el Apolo, los hermanos Ratti representan la sainecomedia La
vida es juego. Se estrenan las películas Lo que le pasó a R eynoso,
dirigida por Leopoldo Torres Ríos, y M urió el sargento Laprida,
dirigida por Tito Davison. Sobre un episodio de U na excursión a
los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla, realiza con Mario Soffici
el guión de V iento N orte, película que se estrena en octubre.
1938 La compañía de los hermanos Simari estrena en el Teatro Mayo
'Ia sainecomedia A quí está Julián R osales, y el 2 de julio, en el
Nacional, la de Muiño-Alippi el drama montaraz S an A ntonio de
los C obres, con el que recibió los premios Nacional y Munici-
pal. Miguel Coronatto Paz dirige la película E l cabo R ivero, y se
estrena también el filme P am pa y cielo, basado en E l rom ance
de C iriaco P once.
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PRÓLOGO' a "El conventillo de la Paloma"
El por ALBERTO VACAREZZA
c o n v e n tillo d e la P a lo m a zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
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dio el albergue de su fe
a cuantos a ella vinieron, a la luz de la experiencia,
y a poco andar se fundieron que en la mudable existencia
en su crisol ... y así fue por ley de la evolución
como a la luz de la tea todo cambia y se transforma,
del trabajo y de la idea, pero el sentir en su forma
la lejana Gran Aldea no tiene más que una forma:
demlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
105 sueños de LKJIHGFEDCBA
C ané, la forma del corazón.
se tornó proficua y pingüe,
cosmopolita y bilingüe, y puesto que en toda era
hasta ser lo que hoy se ve. no hubo ni habrá otra manera
de reír ni de llorar,
y pues que a requisitoria tiende mis alas el sueño
de la afluencia inmigratoria de que el donaire porteño
mezcla sus voces la euforia vuelva esta noche a encontrar
de la perla y el cantar, a través de la distancia
en la gracia del remedo como ayer, su resonancia
urdió su trama y su enredo en la emoción popular.
el sainete popular.
Ya se aprestan a dar brillo
y tal fue que en esta hora al alegre conventillo
ciertamente constructora los nativos del lugar,
pero un tanto olvidadora confundidos en la escena
de lo que ha sido y pasó. con la yerba mala y buena
Cabría en su afirmativa de esta tierra y de ultramar.
decir claro y bien arriba
que el sainete no deriva Atención al desarrollo,
de la frondosa inventiva que el viejo sainete criollo
puramente intelectiva
vuelve otra vez a cantar.
sino de la fuente viva
que aliento y fuerza le dio.
S i e n e l t i e m p o que h a pasado
{as c o s t u m b r e s h a n v a r ia d o
y todo manda cambiar,
no me turba el mandamiento
ni azora el requerimiento
desde que puede probarZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
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CUADRO ImlkjihgfedcbaZYXWVUTSR
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MIGUEL. - ¡Ma qué tanto serio!a, chapariola, e mondiola! ¡Mira JOSÉ. - Al planeta Marte, dirá usté.
un poco qué modo de hablare han inventado ahora! MIGUEL. - Yo digo Miércoles y se me anojo te digo los quince
JosÉ. - No haja usté caso. Son productos de la encultura. días de la semana.
MIGUEL. - ¡E qué agricultura quiere que tenga esta póvera gente! JOsÉ. - Lus siete.
SERIOLA.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y ustedes qué tienen que ver con mi davi* y con la
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MIGUEl. - ¡Ma dése cuenta lo gallegue engropido de sobradore!
¿Eosté se quiere comparare conmigo? ¡Adónde tené la cancha! PALOMA. - ¿No ve usted?
iosé. - ¿y adónde está tu carpeta? VILLA CRESPO. - Admita entonces lo que dicen los "caballeros" y
MIGUEL. - ¡Chicato! ¿No vé lo ileco que me están llegando al por mi parte, haga de cuenta que me he ido al mazo sin
suelo? Lo que aquí pasa es que osté, osté e todos están en orejiar." Hasta luego. (M utis.!
contra mío porque hano mordido la vela' que la grela está PALOMA. - ¡Antipático! ¿Quieren decirme ustedes quién es y de
dónde ha salido este insolente?
congomi.
MIGUEl. - [No le lleve lo baúle!
SERIOLA. - ¿Con usté?ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
io s é . - ¡la, [a, ja! ¡Me hacéis carcajear! PALOMA. - [Vean que tratarme a mí de esta manera!
MIGUEL. - ¡Qué gallego carcajeadore! MIGUEL. - Lo dice perque no ha visto la hermosura mojicana de
VILLA CRESPO. - Pero hágame el favor. amigo don Miguel. ¿Cómo so cara.
es posible que crea que haya en el mundo quien le pueda io s é . - Ni la jracia arrebatadora de su coerpo.
envidiar a ese mamarracho? Y yo, sobre todo, que apenas la SERIOLA. - Ni esa pinta abacanada* que al patinar* va diciendo:
conozco. ¡ábranle cancha a la invicta que viene picando piedras!
LA PALOMA. - mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(S ale de s u pieza vestida de blanco y con tiem po io s é . -¿Qué me habrás hecho rapaza pra tenerme tan mitido?
de oír la últim a frase.) ¿Cómo? (S orpresa de 105 tres rivales.) ¿Y MIGUEL. - ¡Quien te puso la Paloma no te supo ponire nombre,
si apenas me conoce el joven, por qué se permite hacer esas más vale te hubiera puesto la perdicione del encargado! ...
apreciaciones de mí? PALOMA. - Bueno, por favor, que esto es demasiado, y adviertan
VILLA CRESPO. - Hombre, yo ... si fuera un caballero, le pediría que no quiero acabar de indisponerme con sus mujeres.
disculpa por haberla lastimao, pero como no soy eso y tengo MIGUEl. - Con las mujeres de illos, dirá.
además al deiecto de ser demasiado claro, no me queda otro io s é . - ¿Y acaso no es casado usté también?
remedio que aiirmarme en lo que he dicho. MIGUEL. - ¡Qué tipo arruinadore! ¡Pero yo hai mandado mi mo-
PALOMA. - ¡Caramba! Sin embargo le diré que a otros no les jiere a Nápole, y aquí tengo piedra libre!
parezco tan mal. io s é . - Eu también puedu libertarme de la mía.
MIGUEL. - ¡Claro que no! MIGUEl. -¿De to gallega? ... ¡Te libertariola!
JOSÉ. - ¡Sejuramente! SERIOLA. - Y por cuanto a la del que parla, bien sabe que pa mí
PALOMA. - Y que es usté el primer hombre que me dice tal no es más que un elemento de distracción, transitorio y nega-
galantería: tivo ... Transitorio y negativo he dicho y no sé si me han
VILLA CRESPO. - Seré el primero que le ha dicho la verdá. interpretado los de la izquierda.
MIGUEl. -Mentira, la veritá se la hai dicho yo: osté es lo mejore MIGUEL. - Los de la izquierda te la van a dare e a la derecha.
que hizo Dios después del pan con grasa. SERIOlA. - ¿A quién?
io s é . - ¡Y la muguer más hermosa que han pupileado mis ogos! MIGUEL. - iA osté! ...
SERIOLA. - Y la más uva que han embrocao' los míos.LKJIHGFEDCBA SERIOLA. - A mí no me servís vos ni pa alzarme al capotraste.
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DOCE PESOS. - ¿Y hasta cuándo te creé s vos que me vas a tener
JOSÉ. - ¡Y a mí 105 dos ni pra lirnpiarrne 105 juardabarrus! Y qu~ engrupida con versitos?
tanto discotir al devino cohete. Si quieren probarlo, aqui ARIQUIÑA. - Y esu de que es una persona decente, tindiríamos
nomás ábrase el mundo y que nos traje la tierra.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(E cha m anos LKJIHGFEDCBA
y que averijuarlo mucho, porque cuando el río suena ajua trae ...
saca la navaja con gran ruido de m uelles.)
Y eu tenju mis sospechas ...
MIGUEL. - [La madona, col serrucho! (M utis a su pieza.) PALOMA. - ¿Y quién me podría impedir que también las tenga
JOSÉ. - ¡Venja pra acá, 50 cobarde! yo respecto de ustedes?
MARIQUIÑA. - (D e su pieza, segunda izquierda.) ¡Ea! ¿Qué es MARIQUIÑA. - ¿De nosotras? ¡Cállese osté, so enredona! ¡Eu soy
esto, Jucesiñu? María Mundiño de las Canias de Tineo, casada como Deus
DOCE PESOS. - (D e la prim era izquierda.) ¡Seriola! ¿Qué vas a manda, pra que osté lo sepa! Y bien puedo enseñarle a osté
hacer? ventedós certetecados de las casas donde he sirvido y que
MARIQUIÑA. - ¡Váljame Deus y mi madre! ¡Riñiendo otra vez acreditan mi honradez y curnpetencia. ¡Ahjá!
por esta mujerzuela de tres al cuarto! ... DOCE PESOS. - ¡Y yo no tendré papeles, pero pregunte en la de
PALOMA. - ¡Permítame señora y no se violente que yo no tengo tejidos, donde la han tomado a trabajar de lástima, por Marieta
nada que ver en estas cuestiones! Scartachini, por mal nombre Doce Pesos, y allí le dirán quién
MARIQUIÑA. - ¿Cómo que no tienes que ver, sinverjuenzona?
soy! ¡Ahjá!
iost. - ¡Por Deus, Mariquiña! LA TURCA SOFíA. - (S ,¡/e e /e e/erecha.) Sí, sa ñ u ra , vicinas tenin
MARIQUIÑA. - ¿Y pra casu te figuras que non tenju ollos pra vere razún.
y orellas pra ti sentire?ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA PALOMA. - ¿Otra más? [Válgarne Dios!
ro s é . - ¿Pero qué dices, muller? ... SOFíA. - Maridu mío también desdi que sañura muda la gom-
MARIQUIÑA. - Lo que quiero que me oijas tú y que me oija de
bendillo,* bierdi gabeza: ¿qué querís vos, qué ti biensas! iJara-
una vez esta jrandísima pirdida ... baitú mirajá jainé!
PALOMA. - Le advierto, señora, que usté me ofende. PALOMA. ~ No sé lo que me ha dicho, pero si es un insulto,
MARIQUIÑA. - Y oféndase usté; si esu es lo que quieru, que se
a g ré g u e !o a los de las señoras y me daré por bien servida.
ofenda usté pra vere si de ese modo, lo deja de provocare con
iCaramba! No .creia que mi pobre personita fuera capaz de
sus coqueterías a ese infiliz de mi marido.
provocar tanto revuelo. ¡Pero qué le hemos de hacer! Esto me
PALOMA. - ¿Y quién le ha dicho a usté que yo tenga algo que
prueba que todavía debo ser mejor de lo que yo pensaba. Y
ver con su marido?
aquí las dejo en libertad para que puedan desahogarse a sus
DOCE PESOS. - No, si ya sé que la cosa es con el mío.
antojos. (M uti~ a ~iJ piez a.)
f'ALOMA. - ¿Con el suyo?
DOCE PESOS. - ¿Y por qué te piantás* ahora?
DOCE PESOS. - ¡Sí, con el mío!
SERIOLA. - i Doce Pesos, por favor!
SERIOLA. - Doce Pesos, por favor. No te olvidés que la señorita
DOCE PESOS. - ¡Y vos qué tenés que meterte a defenderla! ¡Rajá*
es una persona decente y el que parla un asiduo colaborador
de El Alma que Canta.*. g o m b e n d illo . Conventillo, en la jerga que utiliza la Turca Sofía. Cambia la e por g
y l a p por b ..
tiJ . D e p la n ta r s e : ir s e .
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pal cuarto, que este afáire,* como que soy Marieta Scartachini,
DOCE PESOS. - Así es, ni más ni menos. Desde que está aquí ese
lo vamos a tener que arreglar más tarde y mano a mano!mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
cartón* no hay más que broncas en el convento.*
(M utis¡
SOFíA. - iSí, sañur, sembre disgusdo!
SERIOLA. - i Lo arreglariólamos! (M utis.) MIGUEL. - [ l.a madona! Ma per qué voy a sire tan oxogente si
MARIQUIÑA. - [Y tú también ragá pral coarto, que este afére lo ella ha cumplido con toda puntualitá. Y aunque hace muy
tendremus que arrejlar entre nosotros!ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA poco tiempo que vive ...
io s é . - ¿Nosotros? ¡Lo arreglariolaríamos!. .. (M utis.¡ DOCE PESOS. - Pero ese poco tiempo le ha servido pa emberreti-
MARIQUIÑA. - iMalos demonios te lleven! iMas tú non te afligas, narlo" a mi marido.
Doce Pesos! Ni se afliga osté, doña Turca, que éste es el SOFíA. - Y al míobierde gabeza, sí, sañur. Poco ande más
momentu pra ponerse en práctica lo que hablábamos .ayer. guería; ahora no gueri más. Veni dembrano y boni vestido
¿Están conformes? nuevo.
DOCE PESOS. - iConformes! MARIQUIÑA. - ¿Y qué me dice osté del mío que hasta una camisa
SOFíA. - [S], sañura! de seda se me ha comprado y un frasco de ajua de fleúr de
MARIQUIÑA. - Entonces no hay más que hablare, y vamos al ameúr?*
jrano. (S e acerca a segunda derecha.) Oija uste, señor don MIGUEL. - Del suyo... Bueno, del suyo é mejore que no ha-
Miguel.
blemo ...
MIGUEL. - Hola, ¿qué hay, sompática galleguita? MARIQUIÑA. - ¿Qué dice osté del mío?
MARIQUIÑA. Hombre ... Paréceme que eu lo he Ilamadu por su
- MIGUEL. - Que yo hago male de h a b la ré , pero la culpa la tiene
nombre y bien sabrá por los recibos, que eu oy María Mundiño· é le , porque éle es aquillo que la provoca eLKJIHGFEDCBA
n o n la deja vivire
de las Canjas de Tineo. en paz.
MIGUEL. - iMuy biene! ¿Antonce me dirá en que la puedo ser- MARIQUIÑA. - Pero eso lo dice usté porque ...
vire, doña María Mundiño de las Nalgas del Ternero? MIGUEL. - Lo digo porque lo hai sentido con mis ojos y lo hai
MARIQUIÑA. - (C orrige.) i De las Canjas de Tineo (Asturias.) Eu visto con mis orejas ...
venju en representación de estas señoras y de todas las que MARIQUIÑA. - [Deus de la Misericordia! Ya me lo daba a mí el
aquí convivimus, a pedirle a osté que, en bien de nuestra corazón. Pero ajora menos que nunca esa muller podrá sejir
tranquilidá matrimonial, nos haja el favor de darle el desalogo viviendo en esta casa, y usté hará que se cambie de aquí o
a la señora "señurita" esa de la sala. tenderán que correre todus los juardias ceviles que hay en esta
MIGUEL. - ¿Cóme? ¿A illa? bindita tierra.
MARIQUIÑA. - iSí, señor, a ella! [Y pra ellu le damos a osté DOCE PESOS. - [Claro que sí! Se tiene que mudar.
curenta y ocho horas de plazo, o de lo contrario, no le quedará SOFíA. - Lo mismo la dice yo, sí sañur.
a osté ni una sola pieza ocopada, purque nos mudaremos MIGUEL. - [Buenol iEstá bien! Yo voy a hacire lo que me pide el
todas! ¿Esasí lo convinidu?
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pueblo, pero el pueblo tambiene sabrá cortare en carne propia. MIGUEL.- Mire ... quería reservarle la sorprisa pero se la vaya
MARIQUIÑA.- Cumpla osté con su deber de encarjado que noso- decire. Como el domingo se cúmpleno los diez años que me
tras saberemos cumplire con el nuestro. Y ahora cada mo- hai hecho cargo del conventillo, hai resolvido dare un baile
chuelo a su nido y a esperare la respuesta. festejando el centenario.
DOCEPESOS. - Que como no sea la que debe ser, ya veremos PALOMA.-¿Ah sí?
MIGUEL.
quién es Marieta Scartachini.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(M utis.) - ¡Y osté va a vire qué orquesta tísica*. Ya le hai mandado
SOFíA.- iY Sofía Kairuz Abel! (M utis.! a decire al Canijo que venga. ¿Osté lo conoce al Canijo?
MARIQUIÑA.- Y María Mundiño de ... (M utis.) PALOMA.~ No sé quién es.
MIGUEL.- De las Nalgas del Ternero. Ya lo sabimo ... Aquí no MIGUEL.- Aquillo que te habla con todos los apollidos. ¿Nunca
hay má remedio que probare la carpeta.* (S e aproxim a a la lo hai visto dijerire la orquesta?
izc!uierda to ro y golpea las m anos.) ¿Señorita ... ? Señorita ... PALOMA.- Nunca, y es una lástima porque para el domingo
Quiere venire un momento ... difícilmente estaré ya en esta casa.
PALOMA.-¿Señor? MIGUEL.- ¿Ma cóme? ¿Quiere decire que osté se piensa modare
MIGUEL.- Tengo que hablarle de un asunto. en serio?
PALOMA.- ¿Ah, sí? Me alegro, porque casualmente, yo también PALOMA.- En cuanto encuentre otra pieza.
tengo que hablar con usted. MIGUEL.- ¡Ma no, per la madona! ¡Esto non puede ser! Osté
MIGUEL.-¿Conmigo? ¡Caramba! ¿Eosté qué tiene que hablarme está ofendida con esta gente, ma non debe hacerle caso. Las
a mé? Diga nomás con confianza; yo soy un tipo canchero. mojieres le téngono envidia peque es más linda que ellas, y los
PALOMA.- Pues que como he visto que mi presencia en esta hombres peque sábeno que osté me lleva al baúle a mé. Sí...
casa ha llegado a molestar a algunas "señoras", he resuelto todos se dieron cuenta de que yo soy tu ciruja.*
dejarle la pieza. PALOMA.-¿Usted? Pero avise hombre si es que realmente se ha
MIGUEL.-¿Ma cóme? ¿Osté se quiere mudar? ... ¿E pe qué? tomado en serio nuestras bromas ...
PALOMA.- Porque ésa será la única manera de evitarle disgustos MIGUEL..-¿Bromas? ¿Entonce quiere decire que yo soy otro en-
a las vecinas y evitármelos yo misma. Vine aquí buscando gropido como el gallego?
tranquilidad que nunca había podido hallar en otras partes, y PALOMA.- [Pero hombre de Dios! ¿Cómo llega a imaginar que
ya ve usted lo que me pasa: todo el mundo en contra de mí. una mujer como yo pueda tomarse en serio?.. ¡Hágame el
MIGUEL.- Todo el mundo no, chiquita: dejate de macanas, favor ... ja, ja! Hasta luego, don Miguel. Ahora mismo me vaya
peque yo songo lo encargado y estongo de to parte. arreglar para salir a buscar pieza ...ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
[Q u é rico tipo ... ja, ja!
PALOMA.- Por usted lo siento mucho' porque es muy bueno y (M utis.)
muy complaciente. MIGUEL.- ¡Esta mojiere está enseñada per lo gallego! Pero yo no
MIGUEL.- No; regolare, nomás ... le vaya perder pisada, e tanto vaya ensestire hasta que la
Ahora me hai descuidado un poco; pero usté me va a vere el rinda como un pollito a mis pies.
domínico a la noche.
PALOMA.-¿El domingo?
tísica. En lugar de típica.
carpeta. Habilidad. tu ciruja. Don Miguel inventa expresiones al querer remedar el lunfardo.
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MARIQUITIÑA. - ¿Y, qué pasa, señor encarjadu? ¿Le ha pidido MARIQUIÑA. ¿Y qué otra cosa poderíamos hacere nosotras?
-
osté ya la pieza? .. VILLA CRESPO. - Pues, sencillamente, pagarles a sus maridos con
MIGUEL. - Sí... es decire, no ... ¡No se la hai pedido ni tampoco la misma plata, y si ellos se dedican todos a una misma mujer
pienso pedírsela más! dedíquense ustedes o aparenten, al menos, dedicarse a o tr o
MARIQUIÑA. - ¡Cómo, cómo!. .. ¿Y por qué este cambio de hombre, aunque no sea el mismo.
frente? MARIQUIÑA. - ¿A otro hombre?
MIGUEL. - Peque hai reflexionado sobre el punto y hai llegado a DOCE PESOS. - ¿Nosotras?
la conclusione de que yo non quiero maximalismo* a la casa MARIQUIÑA. - ¡Líbreme Deus! Eu nunca le he faltado a mi ma-
mía. Y antes que ella se mude, profiero que se váyano todoZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y rido y me soicidaría antes de hacerlo.
me déjeno aquí solito, con illa ... VILLA CRESPO. - Yo me limito a dar cartas y a ponerles los triun-
MARIQUIÑA. - ¿Ahjá? ¿Con que ésas también tiníamos? fos en la mano., i Pero, para eso, va a ser preciso que vayan
DOCE PESOS. - ¿Qué les decía yo? ustedes empdchandose y revocándose a la par de ella!
SOFíA. - ¡Daliano dambién berdido! MARIQUIÑA. ~ .¿Cómo? ¿Pintarrajearnos nosotras la cara y poner-
MIGUEL - Será carpincho, locura, amore, non só; ma giuro, pe nos esos vistidos escandalosos? i Pero pra qué andare con esas
I'ánema de San Genaro,* que antes de aflojare, le prendo mintiras si esto es natural, y aquí no hay jrupos, amiju! (S e
fuego a lo conventillo .. ¡Y ya; non le digo más!. .. (Mutis a sumlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
golpea las caderas.) .
pieza.) CRESPO. - No los habrá; ya lo sé. Pero en esta vida y estos
MARIQUIÑA. - Pues apresúrese a hacerlo, so follón ... porque si tle~pos todo es cuestión de carrocería. ¿A quién quiere seducir
no lo hace usté, lo haremos nosotras mismas ... uste con ese matambre arrollao en la toldera y vos con esa
DOCE PESOS. - ¡Y altro qué, si hemos de hacerlo! pinta rasposa y usté con esa cortina de Iribarne encirnaj=
SOFíA. - Nadoralmente que sí... Renuévense un poco, piántense del, museo histórico y entr~n
VILLA CRESPO. - (io to .) ¿Pero qué es esto? ¿Ya se abrió la paja- por la diagonal de la vida nueva. Ese será el único modo de
rera? conseguir que ellos encuentren en ustedes lo que ven en las
MARIQUIÑA. - iAy, cállese osté por Deus, don Villa Crespo, que demás.
lo que está ocorriendo aquí no tiene nombre! MARIQUIÑA.- [Dernontres ... demontres! ¿Ya osté le parece que
VILLA CRESPO. -¿Pero qué pasa? entrando por la diajonal, consejiremos nosotras? ..
MARIQUIÑA. - Pues que acabamos de exiguirle al encarjadu que VILLA CRESPO. - [Todo lo que quieran conseguir!. .. Nunca inte-
le pida el desalogo a esa cundenada, pero, ¿qué resulta? que resa más una parada que cuando se ve perdida. Y si quieren
ese zopenco también está imbirritinado con ella. . que yo las aconseje, pasemos a mi bulín y allí les daré unas
DOCE PESOS. - ¡Y minga de desalojo! . leccioncitas para no fallar.
SOFíA. - ¿Qué la dice, sañur? ¿Qué la dice? MARIQUIÑA. - No ... a su pieza, no puede ser. Si me viera mi
VILLA CRESPO. - Y qué les voy a decir yo sinó que son ustedes las marido ...
que han errao el procedimiento.
I m atam bre arrol/ao ... de Iribarne encima. Villa Crespo se refiere a la vestimenta de
as tres _muJeres: el "matambre arrollao en la toldera" es la toca que utiliza
m axim a/ism o. Comunismo.
~anqutna; Doce Pesos es la de la "pinta rasposa", y la túnica de la Turca es la
S an C enaro. Santo protector de Nápoles. cortma de Inbarne".
70 71
VILLA CRESPO. - ¿Y qué más quiere? Si la ve, tanto mejor. PASEO DE JULIO. - ¡Qué músico! Yo no soy músico ni toco más
MARIQUIÑA. Es que eu nunca le he faltado, sabe usté... No, no,
- instrumentos que el de escupir tizones. Y si aquí he venido no
no. ¡Eu no ajarro viague! ... fue más que pa acompañarlo al amigo. ¡Conque arreglen lo
VILLA CRESPO. - Si va a empezar con esos retintines, haga de que tengan que arreglar, que yo no estoy pa conversaciones!
cuenta que con usted no va nada. Vengan ustedes dos.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(M utis a ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(M ira con el ceño fruncido hacia otra parte como si anduviese
s u pieza.) buscando algo.)
DOCE PESOS. - ¿Y por qué las dos? .. Vamos las tres, ¡qué em- MIGUEL. - ¡Qué amigo me trajiste! ¡Ma de dónde lo hai sacado:
bromar! Total, ¿qué puede pasarnos? (Mutis detrás de V illa de la Ponontenciaria?
C respo.) Vení, gallega. EL CONEJO. -Despacelli, hombre, no lo toriés. Está así... medio
SOFíA. - De malo no teni nada ... Veni, señura. (M utis.) Chivanosky desde que se le fue la Muj ica.
MARIQUIÑA. ¡No, Doce Pesos, Turca, no vayan! [ Q u é escán-
- MIGUEL. - ¿Qué Mojica?
dalo! ¡Dos mugueres en la pieza de un hombre solo! ¡No EL CONEJO. - ¡La mujer, hombre!
tienen verjuenza! ¡Venjan pra acá! (S e introduce en la pieza. MIGUEL. - Ah, descolpáme. No me acordaba que Mojica es otro
D on M iguel vuelve del otro patio.; arpollido ... ¡Qué Otarielli que soy yo! ... ¿Y qué se ha hecho la
EL CONEJO. - (P or foro, ¡Vení, p a s á , hombre!
con P aseo de julio.) Mojica?
Adiós, Tanolai, ¿cómo te Vázquez?* EL CONEJO. ,-- ¡Qué se Llorca!. .. Hace como tres Mezzadri que la
MIGUEL. - ¡Hola, mi simpático Canijo, por fine te veo lo anda Buscandiotti y no la puede Trovezky.
diente! ... ¿Qué decise de bueno? MIGUEL. - Antonce es Segura que se Ascondosky.
EL CONEJO. - Aquí me tenés completamente a tus Ordóñez. Un EL CONEJO. - [Vaya a Saavedra!
Amiguelli, ché: don Miguel, el encargao, y el famoso Paseo de MIGUEL. - ¿Qué vaya a Saavedra yo? ¿Qué vaya hacer a Saave-
julio; ¡punto muy Altamirano! (P aseo de julio no le da m ayor dra?
im portancia.)
EL CONEJO. - Digo que andá vos a Saavedra dónde estará. Pero
MIGUEL. - Ah, ¿osté es Paseo de julio? Me parece haberlo visto. el Bancalari es bastante Roncoroni y donde quiera que la
PASEO DE jUUO. - ¿Adónde? (M uy serio.) Chiápori se la va a dar de Ferreyra pa que corra Sanguinetti.
MIGUEL. - Allá, cerca del puerto.*
MIGUEL. - Sanguinetti, Ferreyra, Chiápori ... ¿Pero éste es un
PASEO DE JULIO. - [Avise, si de entrada nomás me va a sobrar!
hombre o es la guía del talífano? Antonce vamos a pasare a mi
MIGUEL. ~ No; ¡qué esperanza, don Paseo Colón!
Cuartucci per arreglare esto asunto de la Orquestoni ... ¡Qué
PASEO DE JULIO. - ¿Cómo?
Canijo éste! Cada vez que te veo me dan ganas de tirarte con
MIGUEL. - Paseo de julio, perdona me; te agarré del otro lado de
un ropollo.
Rivadavia. ¿Osté también es músico?
EL CONEJO. - Con Bermejo.
MIGUEL. - ¡Pasalacqua! ... (M utis del C onejo.) E osté, don Paseo
de julio, haga el favore de no acordarse más de la Mojica;
Vázquez. jerga que utiliza El Conejo, el calambur, basada en el juego de palabras
LKJIHGFEDCBA
con los apellidos. Véase E s t u d i o p r e l i m i n a r (Lenguaje: juegos de invención). cada Mojica que se pierde se encuéntrano cinco Mojica más...
cerca del Don Miguel ha comenzado el juego de burla a Paseo de julio;
p u e r to . ¡Qué Paseo de julio éste! ... (Lo palm ea.)
en este caso alude a la Avenida Paseo de julio (actual Leandro N. Alem), que
queda, efectivamente, cerca del puerto de Buenos Aires.
PASEO DE JULIO. - Está bien; pero a mí no me manotée ... (M utis.)
72 73
MIGUEl. - [l.a madona! [Con este Paseo de Julio me parece que JOSÉ.- [Caracoles!
no llego ni a la dársena!*mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(M utis.) ABRAHAM. - [Alajatú!
ELTURCO ABRAHAM. - (P or foro, con su cajoncito de m ercancías.) SERIOLA.- (S aliendo de su sorpresa.) [ C h é , Doce Pesos! ¿Qué es
¡Alá Dius! ¡Por fin la llega a la gasa! (D eja el cajón junto a la lo que estabas haciendo metida en ese bulín?
derecha, foro. M ira al interior de su pieza y se vuelve hacia el DOCE PESOS.- ¿Yo? Y a vos qué tengo que darte cuentas de mis
foro izquierdo.) ¿Qué la estará haciendo mujer linda ...ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
b re - afaires privados. Si ya no te doy tecor ni te llevo en s id e c a r te " ,
ciosa? ¿Queri bañuelo de seda? [Que querés con la celosía! [Revolvéme ese risoto!* (M utis a
SERIOL~.- (S ale de su pieza LKJIHGFEDCBA
y repara en él con disgusto.) ¿Yeso? su pieza, cam inando con m ucho desenfado y m ovim iento de
¿Que es lo que está campaneando el cotur por esa puerta? caderas.)
ABRAHAM. - Yo la gambanéa* puerta que gueri ... qué amborda SERIOLA.- Pero ésta se ha vuelto cola. C h é , Doce Pesos ... (M utis
la gumbadrito. ' detrás de ella.)
SERIOLA.- ¿Cómo? ¡Y no te han pasao el dato que la grela está ABRAHAM. - ¿Y qué la hace la mujer con la malevo? ¡Gamina
congomi? bieza!
ABRAHAM. - Habla claro la señur que turco no la gombrendi. SOFíA.- iEstá bien, sañur! Yo la gamina si gueri y si no gueri no
SERI?LA.- Quiero decirte que esa mujer no le lleva el apunte la gamina. ¿Qué la biensa la marido? iJarabaitá jainé! (M utis,
mas que a uno, y ese uno es el que suscribe. im itando a Doce P esos.).
io s é . - iQué ilusiones se hace el chancho creyendo que es ABRAHAM. - iUrujá, majúdalá! (La sigue.) .
jolondrina! iost. - ¿Y tú? ¿Quieres dicirme tú qué hacías en ese cotarro y
SERIOLA.- ¿Vos? ¿Otra vez querés copada? qué demontres es lo que están haciendo agora?
iosr. - Eu copo, re copo y llevo y paja la contra, que pra eso me MARIQUIÑA. - [Hombre! Pues namás que espiantarme del moseo
Juegan las coyunturas ... Y vamos a ver, chiquito: ¿Tiene to histórico y entrare por la diajonal de la vida noeva ... ¿Qué
cochillo punta? . quieres tú con las p e r s ia n a s " , si ya no te doy recorte ni te llevo
SERIOLA.- Y acostumbrada a buscade los chiflidos al mon- en calesita [S á c a !e el hilo a esta chaucha! (M utis a su pieza
dongo. * (O tra vez van a em bestirse pero se detienen ante el im itando el andar de D oce P esos.)
vocerío de las m ujeres que están en la pieza de V illa C respo.) ioss. - [Váljarne Deus! Pero ya sabremos qué birritín es el que
MARIQUIÑA. - [Pero cómo no, hombre! [Pirfectamente intindida le ha entradu a la lora ... - Oye tú ... (S e va tras ella sin salir de
la primera! su extrañeza.)
DOCE PESOS.- iMacanudamente bien! MIGUEl. - (D esde adentro.) ¡ Bueno, bueno, che Canijo! i Pero
SOFíA.- ¡Sí, señur la Villa Crespa! non te vayas a olvidare que el domingo te aspero tempranito!
SERIOLA.- ¿Yeso? (S ale con E l C onejo. D etrás, P aseo de Julio.)
74 75
PALOMA. - mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(C asi sim ultáneam ente sale de ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
s u pieza para dirigirse pia vida, esperó la mañana y huyó para venir a confundirse
a la cal/e. V e de golpe a P aseo de Julio, y con gesto de honda y entre los que saben vivir honradamente.
desagradable sorpresa) i Eh!
PASEO DE JULIO. - ¡Lindas palabras! iPero es lástima que tan tarde
PASEO DE JULIO. - (La reconoce.) ¿Vos?
te hayas acordao de arrepentirte!
MIGUEL. -¿Ma qué pasa?
PALOMA. - ¡No tan tarde desde que todavía sigue saliendo el sol
EL CONEJO. - (Im poniendo silencio.) [Chistl del mismo lado y la vida se tiende por delante!
MIGUEL. -¿La M ojica? ¿No me Duggan? .. [Olivero] ...* (S e lo
PASEO DE JULIO. -iEsOestá bien para milonguearlo! Mas no te 01-
lleva al interior LKJIHGFEDCBA
y quedan los dos, P aseo de Julio y P alom a, vidés, Paloma, que vos has sido mía y mía volverás a ser
frente a frente.)
porque estás hecha de mi barro. i Lo demás son fantasías! Del
Ya palpitaba que algún día te iba a encontrar,
PASEO DE JULIO. --: Bajo viniste y al Bajo tendrás que volver; y lo peor es que te
¿y ves com o sin querer he venido a dar con tu guarida? ¿Por vas a volver conmigo.
qué te fuiste?
PALOMA. -No, Paseo... Ni vuelvo al Bajo ni me voy con vos.
PALOMA. - Hombre ... yo ...
PASEO DE JULIO. - ¿Qué decís?
PASEO DE JULIO. - No... no te asustés y contestá a lo que te PALOMA. - ¡Que vivo muy bien así! Y aunque fuera mayor mi
pregunto: ¿por qué te fuiste? sacrificio, no volvería a retroceder un solo paso en mi camino.
PALOMA. - (C obrando firm eza poco a poco.) Pues nada más que PASEO DE JULIO. -¿Entonces habrá algún motivo que te encadena
por eso... por eso y por todo lo que no 'hace falta que te diga. a esta vida?
Yo no había nacido para aquella vida. Y era más fuerte que yo
PALOMA. - A mí no me encadena más que el deseo de ser
la repugnancia que llegué a sentir por todo aquel barro en que
buena.
por vos y por tu culpa ya me estaba hundiendo. Por eso he
PASEO DE JULIO. - iMentís, perra, igual que has mentido siempre!
venido huyéndole al Bajo* y a sus miserias; i para oponer a la
i Pero yo no he de rogarte más! Y ahora mismo levantarás tus
falsa alegría de sus turbios bodegones, la limpia claridad de
estos barrios de trabajo' pilchas y saldrás de aquí conmigo.
PASEO DE JULIO. ¡Y
no has tenido siquiera la humanidad
+ de PALOMA. - [No, Paseo; yo no salgo de aquí con vos!
acordarte de que en el Bajo quedaba yo retorciéndome de PASEO DE JULIO. - Paloma, no te olvidés de quién soy y de todo
rabia al golpe de tu traición? lo que soy capaz.
PALOMA. -¿ Y de qué traición pretendés culparme ahora? ¿Acaso PALOMA. - No me olvido de nada.
te has olvidado de lo que fuiste? PASEO DE JULIO. - ¿Quiere decir que a las buenas? ..
PASEO DE JULIO. - No me he olvidado y la prueba es que tam- PALOMA. - i Ni a las buenas ni a las malas!
poco me olvido de lo que fuiste vos.
PASEO DE JULIO. - i Eso lo vamos a ver ahora! ¡Levantá tus pi 1-
PALOMA. Y qué otra (osa pude ser yo que una víctim a infeliz
-
chas!
de tus instintos rastreros, que asqueada una noche de su pro- PALOMA. - ¡No!
PASEO DE JULIO. -¿Que no?
PALOMA. - ¡No!
O l i v e r o . Remedo de "Tornarse el olivo" : irse. PASEO DE JULIO. - ¡Yo te vaya dar!. .. (La am enaza resuelta-
B ajo. Zona de Buenos Aire>. próxima al río, de legendaria mala vida. m ente.)
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77
PALOMA. ~ ¡No ... Dios mío! ¡Socorro!mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(P rocura huirle. S alen de
sus respectivas puertas todos los personajes.) PASEO DE JULIO. - Pues nada más que a buscar a esta mujer que
JOSÉ. - ¡Eh, qué es estu, demontres! fue mía. (E xpectación. T odos se m iran.)
ABRAHAM. - ¿Qué basa, sañur?
LLA CRESPO. - ¿Ahjá? ¿Y qué es lo que dice esa mujer?
SE~'OLA. - ¿Qué sucede? (T odos evidencian intencioñes de de- PALOMA. - Yo ...
fenderla, pero no se anim an.)
ILLA CRESPO. - ¡Conteste, señorita! ¡No tenga miedo! ¿Usted
VILLA CRESPO. - (D esde ¿Y ahúra? ¿Qué hacen estos
su puerta.) está conforme en salir de aquí con este hombre?
"caballeros" que no salen en defensa ·de su dama? PALOMA. - iEste hombre ya sabe lo que yo le he contestado!
PASEO DE JULIO. - ¿y por qué no venís a defenderla vos que tenés PASEO DE JULIO. - ¿Y qué es lo que vos han contestao?
pinta de bravo?
PALOMA. -LKJIHGFEDCBA
i R e s u e l t e .) ¡Que no!
VILLA CRESPO. -(S ereno.) ¿Yo?... porque, pa serie franco, no me PASEO DE JULIO. - ¡Que no? ¡Yo te voy a dar! (La am enaza.
Interesa. y créame que lo siento de alma, porque hubiera sido F uertes gritos de las m ujeres.)
muy linda oportunidá pa patinarmeunos cobres.
VILLA CRESPO. - (Y éndose al encuentro.) ¿Qué es eso, amigo?
PASEO DE JULIO. - Hacé de cuenta que te la dieron en robo. ¡Vení ¡Paresé!
vos a coparia!=
PASEO DE JULIO. - ¿Y sos vos qu ien la va a amparar?
VILLA CRESPO. - De fuerte que ronca el hombre ... parece que va ILLA CRESPO. - ¡Yo soy el que no va a consentir que delante de
a cantar.
mí ningún hombre le levante la mano a una mujer!
PASEO DE JULIO. - Será de óido acostumbrao a confundir los PASEO DE JULIO. - Pero eso no ha de ser si que antes... (D esnuda
sonidos.
un revólver.)
VILLA CRESPO. - ¿Y de áhi? ¿Qué culpa tendrá la oreja de haber VILLA CRESPO. - (R ápidam ente desnuda su cuchillo y lo desarm a
nacido ahujeriada? ¿Pero quiere decirme, compadre, quién de un golpe en la m uñeca.) P'ande va, loco, no ve la puerta?
es...ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
?
¡Fuera de aquí! i Fuera de aquí, cobarde!
PASEO DE JULIO. - [No se apure por golpiar!
Paseo de Julio me PASEO DE JULIO. - Me has madrugao, pero no le hace. Te juro
llaman y vengo de aquellos barrios donde los puntos de su alto que he de volver antes de lo que todos esperan. Perdé cuidao.
se venden sin garantía.
(M utis.)
VILLACRESPO. - Y aquí ... los guapos se dan de yapa en cualquier VILLA CRESPO. - Cuando más rabia le dé. ¡El Conventillo de la
boliche.
Paloma está abierto noche y día! (V uelve hacia su habitación.)
MIGUEL. - iPaseo de Julio, te barrieron la vereda!
PALOMA. - [Oh, gracias, muchas gracias, Villa Crespo, por ha-
VILLA, CRESPO. - Y pa no enredarnos en palabras, también me berme defendido!
d irá el amigo de qué palo y con qué flor se ha largao desde tan
lejos." VILLA CRESPO. - ¿Yo? Yo no la he defendido a usté, señorita; se
equivoca. Lo que hice no fue más que defenderme yo de la
vergüenza de ver a un hombre castigando a una mujer.
V ení vos a copar/a. Se alude a la situación planteada como si fuera un juego de MARIQUIÑA. - iMuy bien, pero que muy requetebién, mi quirido
apuestas, en la que se "patinan unos cobres" -se arriesga-e y se "copa" -la
contra apuesta. Villa Crespo! Te has portado corno un hombre y permíteme
a o
de qut P d / Y , con qué flor ... lejos. Nuevamente vocabulario de juego en este que te d é un abrazo.
caso re en o a motivo de la presencia de Paseo de Julio. '
DOCE PESOS. - ¡Y yo también, Villa Crespo!
78 SOFíA. - ¡E yo la m ism a, sañur! (Todas lo rodean y abrazan.)
79
MARIQUIÑA. - [Y que te bese las manos, y que te bese la cara!ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA CUADRO 11mlkjihgfedcbaZYXWVUT
ro s t. - [E h , Mariquiña!
SERIOLA. - i Doce Pesos! T elón corto. F rente del conventillo. P uerta en el centro y dos
ABRAHAM. - [ S o f ía ! ventanas practicables. E s m edia noche.
SERIOLA
81
y pa batirle tu cuita
PALOMA
es papiola* la ocasión.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(S e acerca ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
a la ventana derecha.)
Páica* del rojo botón
que en tu boca ha florecido
SER/OLA
y al junarme has encendido
las leñitas de mi pecho, Y déme su perdón
acaso la he molestao.
decíme, páica, ¿qué has hecho
pa que me tengás metido? PALOMA
Yo era un pobre milonguero
ya me había acostao ...
floriador* de meta y ponga
usté sabrá decir
que afirmao a la milonga
qué lo puedo servir?
le daba envidia al jilguero,
mas mi canto arrabalero SERIOLA
la entonación ha perdido
desde el día que has venido
a perturbar esta casa, PALOMA
¡Perfectamente!
Lo oiré con toda atención,
papiola. En sentido figurado, propicia. mas desde ya le prevengo
P áica. Mujer. que en estos lances, no tengo
floriador. Verseador. más que una contestación.
82
SERIOLA aunque vengan degollando'*
Considere el metejón .\I1utis rápido iz< !uierda.! ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
que ha despertado en mi pecho.
io s é
PALOMA
P or la puerta LKJIHGFEDCBA
del c e n t r o .t
Si algún mal pude haberle hecho
áljame Deus y la Virguen
yo no le pido disculpa,
todos los anguelitos ... !
pues nadie tiene la culpa
Por más que intenté dormire,
de que la puedan querer;
mposible consejirlo ...
y bien ha de comprender
Cuando se apajó la luz
que, aunque no llegue a estimarle,
mi muller hincó el pico,
haría muy mal en sacarle
apéle bien la cabeza
el marido a otra mujer.
me vestí despacito,
SERIOLAmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
pues hay que vere a las cosas
l Y no le he dicho que a esa
que oblija el estar mitido.
tan sólo la tengo yo ... ¡Qué estará haciendo la injrata?
¡Pero, éa, curazunciño,
PALOMA
que si jolpéas tan fuerte
El que usted la quiera o no
despertarán los vicinos!
a mí poco me interesa.
.S e acerca a la ventana.)
Conque cada uno a su pieza
Rapaza, mía rapaciña,
que bastante hemos hablao
a de los tenues sonrogos,
y descansar necesito ...
i las curvas de tus ogos
Pasé por un caminito
se acabaron de cerrar,
y este cuento ha terminao.
no escuches el triste acento
(C ierra la ventana.)
de esta canción dolorida ...
SERIOLA ¡Claro que si está dormida
qué diantres me va a escuchar!)
.Seriola, te han reventao!
Pero si estás por ventura
Pero ya me has de pagar
odavía dispiertiña,
con tu orgullo mal fundao
escucha, mía rapaciña,
el papelón desgraciao
as quegas de mi cantar.
que he tenido que pasar.
Soy un pobre jalleguiñu
Porque yo no he de aflojar
que tene u curazunciño
y seguiré tironiando
hasta vencer o morir, en la güella ... degollando. Alusión al M artín F ierro: no hay que achicarse aunque
que en la güella hay que seguir con ello se arriesgue la vida.
84 85
jrande y hondo como el mar;
y si tú quieres quererrne jo le ofrezco a usté
cual te quiere el alma mía· aquello que usté quiera.
formaré con mi alejría ' PALOM A
una escalera de amor de ninguna manera
pra levantarte a la jloria ... su oferta aceptaré,
¡y así acabará la historia que ya conoce qué
de este jaucho rumbiador!mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
camino debe seguir.
PALO M A
JOSÉ
87
ABRAHAM
de pezuña. ¡Era el gallego!
El gallego espamentoso* Pero yo estar bior que todu,
descoidista* y pondonciero borque durgo teni adentro
que me está haciendo un trabajo jarazún y teni rabia
de sonámbulo despierto! borgue la muerde la celo.
[Pero a mí me va a sobrare Mujer no gueri la durgo ...
si es brujo pe hilarrne el fleco! mujer gueri la gallego.
MIGUEL
ABRAHAM mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(por donde salió.) ¿Lo gallego? ¿Pero, osté
Buena noche. cóme sabe?
ABRAHAM
MIGUEL
Poco tiempo
¡La madona!
antes más que voy gamina,
¿Lo turco? ¿E osté qué anda haciendo
habla mujer, mas no buedo
alevantado a esta hora?
borque ella no abri ventana ...
ABRAHAM
MIGUEL
No la sé... no teni sueño,
¿Y teZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
h a i dicho que al gallego? ..
bur eso sale gamina.
ABRAHAM
MIGUEL
¡Gallego no dijo nada!
¿E per qué no se va adentro?
Bero yo dira la juego
¿No siente el viento que gay?
de garta y sembri te sale
¡Vaya o dorrnirel
mozo de rubia la pelo.
ABRAHAM MIGUEL
PALOM A
.•.•••• octléldora dos ochenta
¿Otra vez? ¡Pero qué gana •• •• ml cuatro diez!..."
de incomodar a la gente! LIlBlllUlrJ. así no es;
90
91
escuchando seguiría
io s é
lo que me pueda decir
¡Eso lo vamus a ver
si ya es hora de dormi:?
aquí! La calle está sola,
Mañana será otro día
con que vé pelando el fierro.
y hasta mañana, encargado!LKJIHGFEDCBA
( C ie r r s .¡ MIGUEL
MIGUEL
Si hubieras nacido perro
te pelaría ... la cola.
¡Ma non me largue parado
pe l'ánirna de so tía! io s é mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
¡Abra, tengo otra poesía (Im paciente.)
io s é iose
Ya muerte (Inconscientem ente recoge las prendas, lo cual le ocupa las dos
el duelo tendrá que ser, m anos. M iguel aprovecha la circunstancia para aplicarle un
que el amor de esa muller bofetón y huir por la derecha.)
sólo ha de midirse así. ¡Ah, italianu ventaguero,
MIGUEL ya me las vas a pajar!. ..
¿Y si ella me quiere a mí (Lo corre.)
95
JOSÉ. - ¡Por Deus, Mariquiña!. .. Prevénjote que repares en tu IOLA. - ¿Él fue quien lo ha invitao?
comportamiento. ISITA. - ¡Y aunque no me hubiera invitao, lo mismo estaría
MARIQUIÑA. - ¿Y de qué comportamiento me falas tú? ¡Anda
presente, je, je, jet ..
Deus! ¿Pra acaso no tenemus as mulleres e los homes as DOCE PESOS. - Vamos, Risita, no le des maruja, no le des. (Lo
mismas oblijaciones y choredes en la davi?mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(A parte a V illa loma del brazo.)
C respo.) ¿No es así como dicía?
SITA. - íA I m utis.) ¡Pero qué níspero, je, je, jet
VILLA CRESPO. - ¡Así es, ni más ni menos!ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
SERIOLA. - ¿Níspero y durazno? ¿Pero de dónde lo habrán pelao
io s é . - Pero eu te ripito, Mariquiña ...
a este secante? No ..., yo tengo que averiguarlo. (Los S igue, lo
MARIQUIÑA. - ¿Y qué es lo que pretendes? ¿Afilarte* tú a otra
m ism o que don José.)
pircanta* pra que non pueda eu facer lo mismu? ¡No, meu
SOFíA. - (A E l C ansao.) ¡Bero no la diga la sañur la que la dice,
rnaridiñu! Aquel tempo ya pasó. ¡Hoy soy un mueble' rnu-
no ve que la gombromete!
derno! Con que dejarse de pamplinas y vamos a la jarufería a
EL CANSAO. - ¿Yeso qué tiene que ver? (M edio m utis.)
echare otros cupitines.
VILLA CRESPO. - Aceptao por unanimidad y el que pueda ... que BRAHAM. - ¡Sofía!
SOFíA. _ (M irándole con F ingida superioridad.) ¿Qué queri con-
nos siga... (M utis al bufet del brazo de M aricluiñ.a.)
JOsÉ. - ¡Deus de Deus, que estu ya está pasando de castañu migo?
oscuru! (Los sigue con preocupación.) ABRAHAM. - No ... nada; ¡no queri nada!
RISITA. - ¡Pero, qué uva, je, je, jet SOFíA. - ¡Andunce la deja bruma\ Vamos, sañur, que yo tam-
DOCE PESOS. - ¿No querés que pasemos al bufet? bién la tení gana de tomar la jabetín, jaraí jiribá. ¿La gum-
RISITA. - De mil amores, monada. Bien sabés que por vos soy brendi?
capaz de apuntarle a cualquier pito ... le, je, je ... (M edio m utis.) EL CANSAO. - Sí... (A l m utis.) ¿Cómo no vaya saber lo que es un
SER)OLA. - ¡Pero che, Doce Pesos! . chiripá? ¡Caminá!
DOCE PESOS. - ¿Qué hay? ¿Qué le sucede al señor? ABRAHAM. - (La sigue con la vista LKJIHGFEDCBA
y vase hacia la puerta de
SERIOLA. - ¿Querés decirme si vos también has pensao trabajarla P alom a.) Alhajá. ¿Qué estará haciendo mujer breciosa que no
de engrupida? veni baile? ¿Borqué no veni bara baile?
RISITA. - ¿Cómo? ¿Y quién es el joven para interpelar a la joven? SOFíA. _ (Adentro.) ¡la, ja, ja! ¡Bero qué cosa la dice la sañur, [a,
SERIOLA. - ¡Yo soy el dorima!* ja, ja! .
RISITA. - ¿El dorima? ¡Pero qué durazno, je, je, jet ABRAHAM. - ¿Qué basa? ¿Sofía risa con hombre? ¡Krapaun muluf
SERIOLA. - ¿Y usté quién es? aséf! (M utis al bufet.)
RISITA. - ¡Si le interesa saberlo, pregúnteselo a Villa Crespo, je, GUEL. - (V uelve de la calle con un pantalón y una botella.)
. . I
je. je: Con razone había sentido olore a chorizo. (D eja lo que trae
re una m esa y se aproxim a a la puerta de la P alom a con
A filarte. Galantear. esior: com pungida.!
pircanta. Por percanta: mujer. . -(S aliendo del butet.) ¿Y... qué me contás, Tanolai?
m ueble. Mujer. ~ ha parecido la Orquestoni? ¿Yo creo que no te podrás
dorima. " V e s r e " : marido.
?
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MIGUEL. - iMa qué esperanza, Canijo! iYo no me Quijano de la UEL. - Conmigo.
Orquestoni! Yo me Quijano de otra cosa. . - No, señor. Yo no estoy enojada con usted ni con
'EL CONEJO. -¿De Keti? nadie; al contrario.
MIGUEL. - De la Mojica. UEL. -¿Entonces per qué no quiere participare del Ballerini,
EL CONEJO. -¿Y De Arce? ¿Qué te Parodi? digo, del baile? ¡A este Cortijo me lo voy a comire en guiso!
MIGUEL. - Lo que me Parodi es que, más que todo, este Ballerini PALOMA. - Por lo mismo que le he dicho antes. No me siento
lo hai dado por illa, pero illa no ha querido aceptare la Invita- nada bien. Además, no estoy de humor y mañana tendré que
nosky y allí se hai quedado encerrada en so Piertranera. madrugar para ir a la fábrica.
~L CONEJO. -- ¿Pero qué me Constantini? ¿Y vos no tenés Medina MIGUEL. - iMa dejase de fábrica ahora! Caramba. ¿Osté me
de que vuelva al Cambaceres y se te dé juego de Murillo? hace un desprecio que yo no me lo amerizco? Si todo lo
MIGUEL. - iMa qué Murillo, Cambaceres ni Medina! Lo que yo vecino me lo hanno dicho y hasta el mínimo Villa Crespo me
tengo es un Monteagudo adentro, que me vuelve Locatelli. hai preguntado ...
EL CONEJO. -¿Y Antúnez? ¿Por qué no te tirás otro Lanceroni? PALOMA. - (Interesándose.) ¿Cómo? ¿Villa Crespo también le
¿Quién te dice que a lo mejor Aguirre Viale? preguntó?
MIGUEL. - Sí; esto es lo único que puedo Arzeno. MIGUEL. -lE cóme no?
EL CONEJO. - Entonces te dejo Solari. Y cualquier cosa que Pas- PALOMA.-¿De veras, don Miguel? ¿Le preguntó por mí? ¿No me
sano, pegáme el Gringnolino. miente?
MIGUEL. -¿Vos me vas a defendere? MIGUEL. - ¡Qué te vaya mentir! ¡Que se muera lo gallego si no
EL CONEJO. - iY no sólo te vaya Defendioti,sino que donde vos es cierto!
dejés la Peletier dejo yo la Bidegain! PALOMA. -¿Villa Crespo? .. ¿Pero él qué interés podrá tener por
MIGUEL. - [Cracias. Canijo!ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
[ Q u é tipo Valentín Gómez! ¡Che, I mí si está tan preocupado con las otras?
Canijo!
MIGUEL. - Eso sí. ¿Ma qué se Vasena? ¡No hay más Romero que
EL CONEJO. -¿Qué Queirolo? tener Passini! Y cada uno se tira so Lanceroni." A él le poede
MIGUEL. - Ya que te Vázquez, fijáte que la gente no abuse del .gostare la gallega, como le puede gostare la turca; pero lo.que
Villanueva.
yo Bidoglio es que Bosio te crees que Villa Crespo es el
EL CONEJO. - ¿De Kenny?
Paternóster. iMa yo per osté soy capaz de peleare con uno,
MIGUEL. - Del vino, hombre. iMe Estrada que seas tan poco cinco, Sere Seto, Ochoa y hasta Onzari que me tráigano! Lo
Carvajale que no Mangianti lo que yo Gotiérrez! que pasa es que yo Stábile un tipo muy Nóbile y osté non se da '
EL CONEJO. - Con Bermejo.mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(M utis.)
cuenta del Carricaberry que te tengo.
MIGUEL. - Pasalacqua. La madona, con tanto barullo de arpo- PALOMA. - Por Dios, don Miguel. Si va a insistir sobre lo mismo
llido ya ni me acuerdo del mío. ¿Cómo me llamaba yo? Ah, sí. yo me voy. (M edio M utis.)
[López! (G olpea la puerta de la P alom a.) Diga, señora Mojica,
MIGUEL. - ¡Ma no, Mujica! [No me deje Solari! (S ale la concu-
¿no quiere ascocharme dos Palamidessi, digo, dos palabras? rrencia.)
PALOMA. -¿Cómo no? Con mucho gusto. MARIQUIÑA. - (D el brazo de V illa C respo.) Pero ven pra acá,
MIGUEL. - [Caramba! ¿Osté está enojada con Mingroni? hombre, y no le lleves el paquetitu, pues bien sabes que m¡
PALOMA. -¿Con quién? querer es todo pra ti.
98 99
VILLA CRESPO. - mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(C on intención.) iCómo pa vos ... el mío. _, a sañur defiende a mí!
PALOMA. - (/nstintivam ente.) ¡Villa Crespo!. .. RAHAM. - ¿Ebur gué la defendí?
VILLA CRESPO. - ¿Qué hay, señorita? ¿Qué le pasa? El CANSAO. - También porque se me da la gana y porque soy
PALOMA. - No, nada ... discúlpem e.
más hombre que usté.
MARIQUIÑA. - ¿ N ada? ¿ Y entonces a qué demontres se primite
ABRAHAM. _ ¡Esta la vamos a ver ahora! ¡Jarabachí jutén! (S e le
osté interrumpire nuestro idilio? ¿Pra acasu tenderá celus de
va encim a. A larm a general.)
que me quieran a mí los hombres juapos? Pero quédese osté
VILLA CRESPO. - (Im poniéndose.)¡Basta! ¡Basta, he dicho! Cada
nomás con ese jallejito sin pirmomancia, que desde hoy éste es
chingolo a su rama y que siga la milonga. Che, Conejo: metéle
mi javión*, pra que osté lo sepa...
JOSÉ. - [Deus de Deus y Deus cinco veces más, que estu ya está a los de soplar.
pasandu los límites de la decencia! Pero ajora mismo vas a EL CONEJO. - (P reparando la orquesta.) iNicaragua, Campanelli
expl icarme tú, muller adúltera, qué demonios de burla es ésta! que allá Bóito!
(V a hacia ella am enazante.) Y me lo tendrás que explicar, PALOMA. _ (C elosa.) Venga, don Miguel. ¡Yo también quiero
porque te guro ... divertirme!
VILLA CRESPO. - Aguantesé, compadre, y no se me venga al MIGUEL. _ ¡Así me gusta, Mojica! (Ya sabía que al fine, la iba a
humo creyendo que es cerrazón ... iLO que ha dicho esta mujer dominare.) (R om pe el tango y bailan todos a e x c e c c i o n de los
no es más que la verdad, y todas las expl icaciones que le m aridos, quienes se agrupan en prim er término, izquierda,
hagan falta, se las daré yo mismo!ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA traduciendo en gestos su indignación.)
io s é . - tOsté? MARIQUIÑA. - (Mientras baila.) ¡Viva la jarufa!
VILLA CRESPO. - iYO! MIGUEL. _ (A l pasar bailando frente al grupo.) Che, gallego, ¿por
MIGUEL. - iGallego ... chopáte esa mandarina!*
qué no pelás la Ferreira?
MARIQUIÑA. - (A parte.) No le vaya osté a pegar, eh.
iosé. -(Q ue no soporta las brom as.) Y es claro que he de
VILLA CRESPO. - iNO tenga miedo!
pelarla y será pra ti. (Lo embite y se interrum pe el baile, M iguel
RISITA. - iPero qué papa, je, je, je!
se am para en V illa C respo.)
SERIOLA. - ¡ y vos qué te estás riendo tanto, cara' e guanaco
afeitao? VILLA CRESPO. - ¡Qué es eso? iEnvaine esa pavada, amigo, y que
RISITA. -Vea, che: Yo me río, en primer lugar, porque es mi siga el tango hasta rajar las piedras. (Sigue el tango y termina
costumbre, y en segundo lugar, porque se me da la gana, je, je, con la aprobación de los bailarines.)
je. MIGUEL. _ iMuy bien! iMuy bien! Ahora vamo a vire si hay
EL CANSAO. - Naturalmente que sí. alguno que te cante la melonga.
ABRAHAM. - ¿Y la sañur qué tiene que meter si no /a amborta?LKJIHGFEDCBA
INVITADO. - ¡Eso es, que cante Sería/a!
ERIOlA. - ¿Yo?... ¡Cantarío/a!
- A .. - Entonces canta tú, Doce Pesos, uno de esos tan-
¡ a v ió n . Gavión: galán. ndo que hablan de malandrines enjropidos y pir-
chopáte esa m a n d a r i n a . Expresión que implica regocijo porque el nadas.
afrontar una situación difícil.
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ATORRANTE
si el dolor que ella ha sufrido
(Tango) vos también no sufrirás.
¡Y en el trance peliagudo
Atorrante bien vestido de las últimas boquiadas,
malandrín de meta y ponga pedirás un vaso de agua,
que hoy brillás en la milonga y ni Dios te lo dará!. ..
y la vas de gran señor. (A plauden los de arriba.)
Te engrupieron las bacanas
y a la mina santa y pura UNO. - ¡Que cante Villa Crespo!
que aguantó tu rnishiadura= VILLA CRESPO. - No, señores. Yo no voy a cantar, pero si no les
y en la mala te cuartió, parece mal, voy a decirle unos versos a mi barrio. (A probación
la largaste por baranda, general. R ecita con la m ayor naturalidad posible.)
y de pena, ¡pobrecita!
hoy está enferma y sol ita ¡Villa Crespo!. .. Barrio reo,
consumiéndose por vos. el de las calles estrechas
y las casitas mal hechas
¡Atorrante!. .. ¿Decí si no te da vergüenza que eras lindo por lo feo,
que' al verte pasar, ¿dónde están que no los veo
piense de vos la gente lo que piensa aquellos viejos matones,
y no haga más que hablar? compadritos y gaviones
Propiamente, hay que ser más que careta* que en sus posturas gotáicas,
pa hacerse el gran bacán, iban siguiendo a las páicas
mientras está enferma sin receta al taquiar de los pisones?
y con dos pibes que le piden pan.
¿La merza* de Picardía,
¡Mas no importa! Cuando el mazo Roncoroni y el Yesero,
se te gasta en el baraje La Vieja y el Escobero,
y te amure* el bacanaje qué se han hecho, máma mía?
por un punto más allá, ¿Dónde piantó la alegría
ya verás pobre atorrante del fondín del Genovés,
pelandrún* arrepentido,mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
la cancha del rnarsellés,
la tropa de Covadonga,
m ishiadura. Pobreza. y la famosa milonga
careta. Caradura.
del tano Cuarenta y Tres?
am ure. Abandone.
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Ya no sos lo que antes eras PALOMA. - (D ecidida.) Villa Crespo. ¿No quiere bailar conmigo
Villa Crespo de mis sueños, esta pieza?
otras leyes y otros dueños VILLA CRESPO. -¿Yo? Perdóneme, señorita. Con mucho gusto lo
te ensancharon las veredas, haría, pero me es imposible complacerla.
y con manos chapuceras PALOMA. - ¿Ah, sí? ¿Con que le es imposible?
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g r é b a n o " constructor
VILLA CRESPO. - Así es.
clavó en los güecos en flor PALOMA. - Pero, ¿por qué no quiere bailar conmigo? ¿Por qué se
del andiamiaje las redes niega?
y levantando paredes MARIQUIÑA. - ¡Qué mujer más pidijueña! [Pues sincillamente
te fue matando el color. porque está comprometido cunmijo! [Y no sé qué más tendiría
que decirle a osté pra convencerla de que este hombre es mío
¿Qué querés con la postura y pra mí solita!
de tus tiendas y tus Ilecas, JOSÉ. - ·¡Mariquiña que no aguanto más!
tus cinemas y tus fecas, MARIQUIÑA. - ¿Y tú qué tienes que oíre lo que eu diju?
si se te aguó la pintura? JosÉ. - ¡Mariquiña que me pierdes!
Te engrupió la arquitectura MARIQUIÑA. - ¡¡Pues piérdete de una vez y haz lo que te salja de
del plano municipal; adentru! !
yo que vos, pa Carnaval, SERIOLA. - (A D on losé.) Pero, ¿por qué no rompe el alma? No
apuraba el expediente tiene vergüenza un hombre tan grande. .
de pedirle al Intendente iosr. - ¡Hombre! ¿Y por qué no se la rompe osté a la suya? ¿No
que te abra una diagonal. tiene vergüenza un hombre tan chico?
SERIOLA. - ¿A la mía? iAhura verá! ¡Doce Pesos!... [Esto se
Ah, Villa Crespo querida, acabó!
de mi recuerdo inocente,
DOCE PESOS. - ¿Qué decís?
¡cómo se cambia la gente!
SERIOLA. - ¡Que esto se acabó!
¡cómo se pianta la vida!
DOCE PESOS. - ¡Se acabariola!
¡VOStambién, en la embestida
ABRAHAM. - ¡Y yo también la dice a la sañur que esta se agabó!
del edilicio poder,
VILLA CRESPO. - Y yo les digo a la sañur, al ñorse y al caballero,
viniste, al fin, a caer,
que esto no ha empezao todavía.
y tu lontano" retrato
SERIOLA. - ¿Ah, no ha empezado? Entonces hay tiempo. (S e sien-
se fuga por Triunvirato
tan 105 tres.)
para nunca más volver!. ..mlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
MARIQUIÑA. - ¡Qué sija la jarufa! (R om pe otra pieza.!
(T odos aprueban.) LKJIHGFEDCBA
MIGUEL. - ¡Venga, Mojica!
PALOMA. - ¡No, ya no quiero bailar con nadie! (S e va hacia su
g r é b a n o . Italiano. p u e rta co n m a rca d a in d ig n a ció n .)
l o n t a n o . Lejano. DE JULIO. - (A p a re ce e n e l fo ro a co m p a ñ a d o d e A m ig o
104 105
YmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
7ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
2 LKJIHGFEDCBA
0 0
.) ¡Buenos noches! (C esa de golpe la orquesta y s e PALOMA.
- Don Miguel. Aquí tiene usted la llave de la puerta ...
interrum pe el baile. V illa C respo queda en prim er térm ino, Mañana a primera hora mandaré buscar todo lo que aquí me
derecha.)
queda. .
MIGUEl. - ¡La madona! ¡El Paseo de Julio, el Puerto y la Costa- IGUEl. -¿Ma cóme? ¿E la plata que te sobra de lo d ia ?
nera! PALOMA. - Eso... ¡Ya no me hace falta! Regálesela al más pobre.
PASEO DE JULIO. - Seguramente no me esperarían tan pronto; ¡Adiós! Y si a alguien he podido ofender con mi presencia, les
pero ya ve la buena gente por dónde viene a ser cierto aquello ruego que me perdonen. (M arca m utis con P aseo de JulIO .)
de que el hombre propone y Dios dispone. VILLA CRESPO. - (C uando la ve irse tiene un errsricue violento.!
VILLA CRESPO. - (S ereno.) iAI contrario, compañero, si ya hace ¡No! ¡Paloma!
bastante rato que lo estábamos esperando; y lo que en verdá PALOMA. - (D eteniéndose de golpe.! ¿Qué?
me extraña es que no sea más que una yunta la que ha tráido VILLA CRESPO. - ¡Yo no quiero que usté se vaya!. ..
pa castigar! PASEO DE JULIO. - ¿Qué es lo que dice ese hombre?
PASEO DE JULIO. - ¿Qué quiere decir con eso? VILLA CRESPO. - ¡Que yo no quiero que se vaya de esta casa, y
VILLA CRESPO. - Recordarle que este patio tiene medidas muy menos en mi presencia!
anchas y, pa mi gusto, hubieran podido divertirse unos cuantos PALOMA. - ¿Cómo? ¿Y con qué derecho va a impedir usté que
personeros más.
yo haga mi voluntad?
PASEO DE JULIO. - Con la plata que le sobra ya hubiera puesto VILLA CRESPO. - ¡Con el derecho que tiene todo hombre honrao
boliche.
de evitar que se envalentonen los canallas!
VILLA CRESPO. - Y yo con esas agallas ya hubiera cortao la red. PALOMA. - ¡Y qué es lo que pretende? ¿Defender otra vez sola-
PASEO DE JULIO. - Cuando te dé gusto y gana. (E cha m ano al
mente su amor propio?
revólver y los am igos s e preparan. A larm a general. V illa C respo VILLA CRESPO. -¡Y defenderla a usté también, si es necesario!
no s e m ueve de su sitio.)
PALOMA. - ¿A mí?
PALOMA. - (Interponiéndose enérgicam ente.) ¡No, Paseo! ¿Qué VILLA CRESPO. - ¡A usté! ¡Y basta de disimulas! Usté no se va. (La
vas a hacer? ¡Yo no quiero que vos te pierdas ni que nadie se tom a de una m ano y la aparta hacia el prim er té tm in o .) Y si.
pierda por mi culpa!
é s to s son los fuertes que han venido a rescatarla, antes han de
PASEO DE JULIO. - ¿Vos?
tener que pasar sobre mi cuerpo. Y vamos a ver, compadre. (S e
PALOMA. - ¡Vine a esta casa creyendo que entre la gente hon- quita el saco.) La calle está oscura y sola. ¡Y si hay toros en la
rada encontraría la serenidad y el bien que me faltaban; pero cancha, en la cancha se han de ver! ¡Vayan puertiando!
como no he encontrado hasta hoy más que avaros de sí mis- PASEO DE JULIO. - iA mi juego me han lIamao! (S alen P aseo de
mos y enemigos de mi tranquilidad, he resuelto volverme otra Julio y los am igos y él los sigue desnudando el arm a. A larm a
vez al Bajo!
general.)
VILLA CRESPO. - ¡Eh! (C O ll gesto de horda extrañeza y disgusto.) PALOMA. - ¡No! ¡Villa Crespo! ¡No! (E ntre varios la contienen.)
PASEO DE JULIO. - ¡Paloma!
RISITA. - Pero qué bochinchie, je, je, je.
PALOMA. - Sí, perdóname todo lo que pude haberte hecho pa- SERIOLA. - ¡Y vos qué te estás riendo, desgraciadito! (Le aplic~
decer, pero ahora mismo saldré de aquí con vos. una bofetada. E l T urco la em prende con E l C ansao y don lo s é
VILLA CRESPO. - Pero, ¿qué dice? con M iguel. E n la calle suenan dos tiros, gritos y desbande de
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todos los personajes, m enos tos que hablan al final.)
MIGUEL. - (C reyéndose herido.) ¿Adónde, adónde tengo el au-
jero?; (V uelve V illa C respo envainando el cuchillo.)
PALOMA. - iDios mío! ¿Qué ha pasado?
VILLA CRESPO. - Y qué ha de pasar con esos gavilanes, si en
cuanto erraron 'los primeros tiros y sintieron cosquillear el
fierro, ya no se les vio ni el bulto.
MIGUEL. - ¿Disparárono todos? ¡Qué lástima! Si hubiera sabido
que disparaban los corría yo, per la madona!
PALOMA. - Pero, ¡por qué ha hecho usté eso, Villa Crespo?
VILLA CRESPO. - ¿Por qué? Porque no eran estos pobres encadi-
laos que la adulaban quienes la querían, sino yo, yo que
disfrazando de desprecio mi cariño, he Ilegao a ganarle el
corazón.
PALOMA. - ¿Usté? .. ¿Usté me quiere? .. ¡Villa Crespo!
VILLA CRESPO. - ¡Paloma! (S e estrechan en un abrazo.)
MIGUEL. - ¿Ma cóme? ¿Lo quiere a él e? (E n la desesperación se
da de cabeza contra la pared.)
MARIQUIÑA. - ZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
[ Q u é lástima! Y eu que había empezado
a tu-
marle sempatía.
DOCE PESOS. - [Villa Crespo! ¿Y nosotras qué hacemos ahora?
VILLA CRESPO. - Ocupar cada una el puesto que les corresponde
al lao de sus maridos, que bien escarmentaos estarán ya con la
comedia que les hemos hecho.
JosÉ.- ¿Anda, Deus? ¿De modu que todu ha sido una comedia?
Ven pra acá, mía rapaciña ... (M ariquiña se arroja en sus bra-
zos.)
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