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Módulo 2: Estado, Constitución y Gobierno
Módulo 2: Estado, Constitución y Gobierno
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Guía de actividades
Módulo 2
Estado, Constitución y gobierno
Unidad 2
Panorama del Derecho Administrativo y
nociones de Derechos Humanos
Sesión 5
Los Derechos Humanos
Texto de apoyo
Índice
Presentación.......................................................................................................................................... 3
Antecedentes de los Derechos Humanos .............................................................................................. 4
Elementos de los derechos fundamentales (sujeto activo, sujeto pasivo, prestación, vínculo jurídico)
......................................................................................................................................................... 12
Presentación
Derechos Humanos
Fuente: http://bit.ly/2gQ06Mr
Todos tenemos necesidades primarias para llevar a cabo nuestra vida, tales como la alimentación, la
vivienda o la convivencia con los demás, entre muchas otras. La mayoría de las veces la forma en que
podemos allegarnos a otras personas para la satisfacción de estas necesidades no depende de
nosotros sino del entorno en donde vivimos y de propiciarse su obstaculización, puede generar su
insatisfacción. Cuando esto llega a suceder, además de generar sentimientos de vulnerabilidad, puede
motivar además la reclamación de los propios derechos a quien tiene la obligación de satisfacerlos; tal
como la exigencia a permitir el acceso a una vivienda digna.
En esta sesión serán tratados los derechos que son inherentes a toda persona, sin importar sus
condiciones de vida: los Derechos Humanos, de los cuales analizarás la evolución de su terminología,
los diversos tipos existentes, sus elementos, a quiénes pueden ser exigidos y cuáles son sus principios
rectores.
Los antecedentes de los Derechos Humanos cobran relevancia por su paulatina incorporación a las
leyes nacionales e internacionales. La explicación sobre su origen puede enfocarse desde las dos
corrientes jurídicas principales: el ius naturalismo y el ius positivismo. Para la primera, el ser humano
por el simple hecho de serlo tiene derechos y estos son independientes de su reconocimiento o no por
las normas jurídicas. Retomando la justificación del Estado en la tesis contractualista, si bien las
personas ceden al Estado parte de sus derechos, existen otros que no pueden ser concedidos, como
el derecho a la vida. De ahí que no se pueda renunciar a la legítima defensa. Para esta corriente, el
ser humano tiene como primer deber, el conservar la vida, la salud, la libertad, ante lo cual no es
casual que las primeras conquistas del ser humano fueran esos derechos de naturaleza humana e
individual. Humana porque las personas morales no tienen derecho a la vida; individual justo porque
pertenecen a cada persona en lo singular. Los Derechos Humanos entonces no surgieron como una
concesión graciosa del rey, sino producto de la lucha constante que dio como fruto las primeras Cartas
Magnas, es decir, cartas del rey asentándose determinados derechos en favor de comunidades
específicas que poco a poco se fueron extendiendo.
Como ejemplo representativo existe la Carta Magna de Juan sin tierra y más tarde,
la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1789, en buena medida
autoría ni más ni menos que de Sieyés. Esos derechos son los que más tarde se
consagraron en las monarquías constitucionales.
La otra postura que los explica, es el positivismo jurídico, conforme al cual los derechos se otorgan por
el orden jurídico, que sin su estipulación no pueden exigirse. En México, la Constitución adopta una
postura naturalista en su artículo 1:
Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así́ como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá́ restringirse ni suspenderse,
salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Una de las primeras declaraciones de Derechos Humanos se encuentra en Ciro el Grande, quien en el
539 a.C. liberó a todos los esclavos, dejándolos regresar a sus casas y declarando que la gente tenía
el derecho de escoger su propia religión y a obtener muchos otros derechos por el hecho de
pertenecer a un grupo o familia.
Es importante analizar cómo ha sido la situación del ser humano gobernado en los principales
regímenes políticos sociales de la historia, considerando principalmente el aporte de Inglaterra a la
Carta Magna en 1215, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en 1776, el análisis de
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre de 1948. Es de aclararse que así se llamó originalmente la Declaración
Universal de los Derechos Humanos en aquel entonces, cuando aún no existía el lenguaje incluyente.
Por otra parte, se hace notar su adopción en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
teniendo como principal objetivo demostrar que los derechos señalados en la Carta Magna se
encuentran basados en la naturaleza del ser humano y en su dignidad para lograr mejorar el bienestar
de la sociedad.
A causa de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se dijo que todo
Estado que no estuviera garantizada la división de poderes y los Derechos Humanos, carecía de
Constitución. De ahí que la idea era “garantizar” esos derechos que se denominaron, indebidamente
como “garantías” y además “individuales”. Lo primero porque esos derechos era lo que se establecía
como fin de un Estado, garantizar los derechos y lo segundo, precisamente porque los derechos más
importantes de la época (la vida, la libertad y el patrimonio) pertenecen de modo individual a las
personas (de ahí el adjetivo “individuales”).
En la época independiente, México elaboró diversos documentos que declaraban y reconocían los
derechos fundamentales. Notarás que en ellos se justifica la existencia del Estado.
Acta de Reformas (1847): Consagró las garantías de libertad, seguridad, propiedad e igualdad
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para todos los habitantes de la república, consignando por vez primera la institución del juicio
de amparo a través del voto de Mariano Otero. En 1847 aparece el primer antecedente de un
ombudsman mexicano. También en ese año a instancias de Ponciano Arriaga, el congreso de
San Luis Potosí creó la Procuraduría de los Pobres, institución que buscaba contrarrestar las
condiciones de desamparo de los pobres ante las instituciones y sus representantes.
En México, los derechos fundamentales han tenido los siguientes nombres dentro
de nuestra Constitución: derechos del hombre y garantías individuales. Fue a partir
de junio de 2011 que se incluyó en el artículo 1 la denominación de Derechos
Humanos.
Por otra parte, el término “garantía” es la acción de asegurar, implicando la idea de hacer efectivo algo,
de asegurar que suceda. Por eso es que no es correcto hablar de garantías, sino de derecho, pues el
derecho por ejemplo a la libertad se reconoce en las leyes, pero eso no implica que no pueda privarse
ilícitamente de la libertad a alguien. Por eso existe un mecanismo para asegurar su respeto y tal
mecanismo es la garantía.
Si bien “derechos humanos” es mejor denominación que derechos del hombre por razones de género,
decir humano excluiría de estos derechos a las personas no humanas, como las colectivas analizadas
en el módulo pasado. Por ello es mejor decir derechos fundamentales, pues sin estos no puede
ejecutarse el plan de vida que cada persona se haya trazado.
Para comprender a mayor profundidad en qué consisten los Derechos Humanos, es necesario partir
del concepto de dignidad, el cual Enrique Aguayo (citando a Mauricio Beuchot) indica que “deriva del
adjetivo latino dignus a um, que significa valioso, [haciendo referencia a la calidad] de valioso atribuible
al ser humano, en virtud de tratarse de un ser perfecto, unitario, autónomo e independiente (Aguayo,
1995). Así, la dignidad se constituye como característica sustancial de la persona y como derecho que
le permite desarrollar su esencia, perfeccionando su ser, trazando y alcanzando sus propias metas.
Por otra parte, Diana Lara Espinosa (2013) explica que la dignidad es la cualidad esencial, específica y
exclusiva de los seres humanos, que nos atribuye un valor inherente y nos hace iguales, por lo que es
el fundamento y la máxima aspiración de los Derechos Humanos. Sin embargo, se insiste, el término
humano excluye a las personas morales a pesar de que éstas también gozan de los citados derechos,
aunque ciertamente no de todos, como es obvio el de la vida, por ejemplo.
Esos derechos, denominados Derechos Humanos por ser inherentes al ser humano, pueden ser
definidos como “el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización
efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad
jurídicamente organizada” (CNDH, 2010-2016).
Pedro Nikken (expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos), señala que los
Derechos Humanos se caracterizan por lo siguiente:
Universalidad, que implica que le corresponden de manera igual a todas las personas, sin distinción
alguna.
Indivisibilidad, derivada de que –aunque pueden estudiarse por separado para su mejor
comprensión– entre ellos no existe jerarquía, prioridad o división alguna.
Interdependencia, es decir, su directa e inevitable interrelación, en virtud de la cual la violación de
uno de ellos (y –por tanto– de la dignidad humana) implica poner en riesgo e, incluso, violar los
demás derechos humanos; por lo que sólo pueden considerarse verdaderamente protegidos y
respetados si se garantiza la eficacia plena de todos los derechos humanos.
Inalienabilidad, dado que, aunque todos los derechos humanos están sujetos a límites, son
inherentes a las personas y, por ello, nadie puede válidamente despojarlas de tal protección.
Irreversibilidad, que implica que, desde el momento en que se reconocen en una norma jurídica (de
cualquier nivel), el Estado no puede negar o eliminar tal reconocimiento.
Imprescriptibilidad, originada en su condición de inalienabilidad e irreversibilidad, que impiden la
existencia de plazos de vencimiento de su vigencia, es decir, que nunca dejan de pertenecer a las
personas.
Progresividad, que exige que cada vez sean mejor cumplidos y más garantizados sin que,
precisamente por su irreversibilidad, sea válido disminuir su reconocimiento, eficacia o protección.
Transnacionalidad, dado que los derechos humanos son inherentes a las personas y, por tanto, no
dependen de su nacionalidad o del territorio donde se encuentren, lo que implica que el Estado no
puede invocar su soberanía para violar derechos humanos o impedir su protección (2004:15-21).
Ante esta definición, Carpizo coincide con la CNDH al definir a los Derechos Humanos como el
conjunto de atribuciones reconocidas por los tratados Internacionales y en las Constituciones “para
hacer efectiva la idea de la dignidad de todas las personas y, en consecuencia, que puedan conducir
una existencia realmente humana desde los ámbitos más diversos, como el individual, social, político,
económico y cultural” (Carpizo, 2011:13).Las garantías individuales pueden confundirse con los
Derechos Humanos, pero aquéllas los incluyen y se visualizan como medios de reconocimiento y
protección de estos derechos.
Las garantías individuales protegen valores ético-morales, que son los bienes jurídicos tutelados. Entre
éstos podemos incluir: la vida, como valor supremo que da sustento general a los demás valores; la
libertad, como facultad de desarrollar potencialidades y cualidades y de elegir los medios u objetivos
materiales y espirituales con las restricciones de la moral pública y el orden colectivo.
Carpizo hace una recopilación de definiciones de varios autores para concluir que:
Los derechos fundamentales son aquellos que han sido recogidos en el texto de la Constitución y en los
tratados internacionales, son los Derechos Humanos constitucionalizados, pero también señala que
están tan ligados los conceptos que van a terminar siendo sinónimos, sobre todo por el significado de la
dignidad humana (Carpizo, 2011:14).
Tratar el tema del fundamento de los Derechos Humanos debería de ser fácil y resuelto, pero la
realidad nos ha demostrado que aún no hay un conceso que determine su fundamentación. Hay quien
considera que fundamentar o tutelar, se realiza estrictamente por la ley, por lo que aún se sigue
considerando un tema importante. Moreno citando a Norberto Bobbio, insiste en que el problema de la
fundamentación de los Derechos Humanos está resuelto desde el momento en que se logra el
consenso que les da validez. Refuta acertadamente:
Cabe objetar a este planteamiento optimista que la constante violación actual de los Derechos Humanos,
muestra la falta de arraigo y la precariedad de esas convicciones generalmente compartidas, y la
consiguiente la necesidad de seguir argumentando a su favor (Moreno, 2007).
Partiremos del derecho más sencillo que es el derecho de petición, contenido en el artículo 8
constitucional, que en su lectura completa se advertirá todos los elementos de un derecho
fundamental. Si todos los habitantes pueden formular peticiones a los funcionarios y empleados
públicos, quienes deben contestar en un breve plazo y hacerlo del conocimiento del peticionario,
encontrará todos los elementos de un derecho fundamental:
Derecho subjetivo: Es decir, se hace referencia a lo tratado en una norma jurídica (que en este
caso es la Constitución) y que expresamente permite hacer, que en este caso es formular una
petición a los funcionarios públicos. La petición puede hacerse o no, y sea que se formule o se
abstenga de hacerlo, la conducta es lícita. Por eso es un derecho subjetivo.
Sujeto activo: Consiste en el acreedor, la persona que es titular del derecho subjetivo. En este
caso, todos los habitantes y personas que aunque estén de paso, se sitúen en territorio mexicano
(artículo 1 constitucional). Al sujeto activo también se le llama acreedor y su papel es activo pues
exige, en este caso, al funcionario o servidor público (es de notarse que la Constitución no exige
que sea autoridad, aunque la jurisprudencia, por desgracia, sí). El sujeto activo de los Derechos
Humanos puede ser una persona física o moral, pero pueden ser grupos de personas en los casos
de derechos colectivos o difusos como el derecho al medio ambiente o los derechos del
consumidor (artículo 5, fracción I de la Ley de Amparo).
Sujeto pasivo: Se entiende por éste, al órgano del Estado a quien podemos exigir la satisfacción
de nuestro derecho, o en este caso a la contestación de la petición. En general el sujeto pasivo
debe ser autoridad (quien emite actos unilaterales, heterónomos y con base en la ley), incluso
personas particulares que emitan actos con esas características (artículo 5, fracción II de la Ley de
Amparo).
Pro persona
Este principio impone a las autoridades el deber de realizar una interpretación de los derechos
fundamentales, de modo tal, que se conceda a los particulares la protección más amplia
posible a la inversa, cuando se establezcan restricciones a los derechos, la norma deberá
interpretarse del tal modo que la restricción sea la menor posible. Este principio desde luego
no puede, ni debe tener el alcance de conceder a los quejosos, el amparo solicitado, por el
simple hecho de invocarlo.
Este principio es útil para elegir la norma aplicable pues, debe aplicarse la norma que mayor
beneficio otorgue al quejoso, sin importar su jerarquía formal. En otras palabras, si el
reglamento regula el derecho a la igualdad de mejor manera que la ley, se debe emplear el
reglamento. Esto sucede sin importar que sea una norma local, estatal, federal o internacional.
Se aplica la que más favorezca al gobernado, pero solo en materia de derechos
fundamentales.
Pro acción
Conocido también como in dubio pro actione, este principio es la especie procesal del pro
persona. Se traduce que en caso de duda, se favorezca el ejercicio de la acción, entendiendo
por acción al derecho de los particulares para acudir a los juzgados a solicitar que se diriman
sus controversias e implica que en caso de que el Juez tenga duda sobre la admisibilidad de
una demanda o recurso, por la no satisfacción de requisitos formales, debe optar por admitirlo
en vez de rechazarlo, lo cual se hace extensivo a los recursos que se interpongan dentro de
él.
Interpretación conforme
Nació como una forma de interpretación efectuada por los Tribunales Constitucionales,
justamente al realizar el control de la constitucionalidad. Consiste en que, ante la duda de que
una norma sea inconstitucional, ésta se interprete de determinada manera a fin de que, en vez
de declararla inconstitucional, se la armonice con la Constitución. Esta forma de interpretación
también rige en materia de contratos, en donde se atribuye a las cláusulas dudosas el sentido
que sea más propicio para producir efectos de acuerdo a la naturaleza del contrato.
Progresividad
de los derechos sociales, difusos y colectivos en favor de un número de personas cada vez
mayor.
Prohibición de regresión
Interdependencia
Este principio implica que los Derechos Humanos se encuentran estrechamente vinculados y que no
deben interpretarse o satisfacerse de modo aislado.
Los Derechos Humanos tienen una fuente internacional, que son los llamados tratados internacionales,
de los cuales haremos referencia brevemente. Carbonell (2011) menciona que:
Los tratados internacionales han sido un motor esencial en el desarrollo de los Derechos Humanos, que
de la interpretación de los tratados internacionales que han realizado los organismos de la ONU, de la
OIT o de la OEA [han surgido tantos derechos que no se encuentran contemplados en nuestra
Constitución]” (2011).
Entiéndase como tratado internacional a aquel convenio regido por el derecho internacional público,
celebrado por escrito entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y uno o varios sujetos de
derecho internacional público, ya sea que su aplicación requiera o no la celebración de acuerdo en
materias específicas, cualquiera que sea su denominación, mediante el cual los Estados Unidos
Mexicanos asumen compromiso (Arámbula, 2007:3).
De los tratados internacionales se crean otras fuentes de derecho como las observaciones generales,
emitidas por los comités de expertos, mismos que son creados por mandato de los principales pactos
internacionales de Derechos Humanos.
De conformidad con la fracción I del artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, los tratados deberán ser aprobados por el senado y serán ley suprema de toda la unión
cuando estén de acuerdo con la misma, en los términos del artículo 133 de la propia Constitución. La
fuente de los derechos humanos es tan amplia como las fuentes del derecho mismo, pero en esta
materia, según establece el principio pro persona, debe aplicarse la norma que más convenga a los
particulares, sin importar su jerarquía formal.
Cierre
Cierre
Fuente: Flaticon
Los elementos más importantes que fueron tratados para lograr la comprensión de los Derechos
Humanos, primordialmente son la Constitución y Tratados Internacionales en los que México
interviene. Con ello, tienes presente que la modificación al artículo primero constitucional, después de
identificarse con el término de garantías individuales, ahora es conocido por Derechos Humanos. La
importancia de esta sesión radicó en identificar los elementos de los Derechos Humanos, sus fuentes y
principios para poder hacerlos valer en el futuro.
Fuentes de consulta
Fuentes de consulta
Fuente: Flaticon
Legislación