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Ensayo
03/09/2018
Derecho de defensa y asesoría jurídica. Su garantía para el imputado y
victima en el sistema penal acusatorio mexicano.
Primeramente una de las principales ideas que denotan dentro del texto es
la actuación y responsabilidades por parte del defensor o asesor jurídico, para el
imputado o víctima, como estos hacen sus funciones dentro del área que
desempeñan de manera adecuada y que se cumplas los derechos y garantías
tanto del imputado así como también de la víctima por igual, sin violar sus
derechos según los establece la constitución política de los estados unidos
mexicanos, cuya función por parte del protocolo la victima e imputado tienes
derecho uno como a una defensa, así mismo como una asesoría jurídica
adecuada. Se maneja el sistema acusatorio actual para juzgar y llevar el debido
proceso que corresponda, según sea el caso, también tomar a consideración a las
partes como al resolver sus dudas, como parte de la asesoría jurídica que el
Ministerio Publico ofrece de manera gratuita, así como al momento del juicio o las
diferentes etapas que se vean en el proceso utilizar un léxico entendible según las
circunstancias de la víctima o el imputado, incluso si una de las partes requiere de
un traductor, las partes pueden llevar a uno o de no ser así el Ministerio Publico
puede ofrecer un traductor para hacer del proceso, un proceso justo y
transparente para las partes involucradas y como parte de sus derechos y
garantías en sus diferentes calidades de Victima u Ofendido.
El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación. A. De los principios
generales:
VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten
en el proceso. El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la
investigación cuando el primero se encuentre detenido y cuando pretenda
recibírsele declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes de su primera
comparecencia ante juez podrán consultar dichos registros, con la oportunidad
debida para preparar la defensa. A partir de este momento no podrán mantenerse
en reserva las actuaciones de la investigación, salvo los casos excepcionales
expresamente señalados en la ley cuando ello sea imprescindible para
salvaguardar el éxito de la investigación y siempre que sean oportunamente
revelados para no afectar el derecho de defensa;
VII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima
no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese
tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa;
VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado, al cual elegirá
libremente incluso desde el momento de su detención. Si no quiere o no puede
nombrar un abogado, después de haber sido requerido para hacerlo, el juez le
designará un defensor público. También tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo
cuantas veces se le requiera, y
IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de
pago de honorarios de defensores o por cualquiera otra prestación de
dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo.
La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como máximo de
pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en ningún caso será
superior a dos años, salvo que su prolongación se deba al ejercicio del
derecho de defensa del imputado. Si cumplido este término no se ha
pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato
mientras se sigue el proceso, sin que ello obste para imponer otras
medidas cautelares. En toda pena de prisión que imponga una
sentencia, se computará el tiempo de la detención. En el caso de
nuestro país, la consagración de estos derechos ha contribuido al
fortalecimiento del sistema de procuración y administración de justicia al
establecer límites para la actuación de la autoridad. “En un primer
conjunto de principios del proceso penal conviene analizar algunos
aspectos centrales de la regulación constitucional del enjuiciamiento, a
saber: sistema acusatorio, oralidad, inmediación, contradicción,
publicidad y concentración y continuidad. La primera declaración
contenida en el artículo 20 señala: “El proceso penal será acusatorio y
oral. Se regirá por los principios de publicidad, contradicción,
concentración, continuidad e inmediación”. Esta referencia se proyecta
sobre el proceso penal, en sentido estricto, pero también sobre “las
audiencias preliminares al juicio”, según dispone la fracción X del
apartado A. Han reconocido la relevancia de estos temas, aunque no
siempre los han agrupado a título de principios. “Tanto los documentos
preparatorios de la reforma como esta misma se afilian al régimen
acusatorio, en contraste con el inquisitivo que, según algunos autores de
aquélla, ha prevalecido en el derecho mexicano. No discutiré ahora
estas afirmaciones, que carecen de verdadero fundamento si nos
referimos a la regulación constitucional, aunque pudieran merecer
atención si aludimos a determinados extremos de la normativa
secundaria y a ciertas prácticas inconsecuentes con la letra y el espíritu
del texto constitucional adoptado en 1917.”
Así mismo, por otro lado, la asesoría jurídica de que podrá gozar la víctima, no
se trata formalmente de una defensa como la del imputado; no se debe
confundir con la asesoría jurídica que deberá tener la víctima, que coincide que
sea por un profesional del derecho durante todas las etapas del proceso, ya
que, por las circunstancias que rodean al proceso penal, la víctima no tan solo
puede ser coadyuvante personalmente o por su abogado, sino también, con el
apoyo o asesoría y representación de un abogado, junto con el ministerio
público o fiscal, que a su vez se coordinará horizontalmente con la policía
investigadora auxiliar; tendrá derecho a ser informado, solicitar su protección
ante el juez, ofrecer datos y medios de prueba, investigar, y oponer recursos
legales, entre otros derechos que subyacen con el ejercicio de la asesoría
jurídica a la víctima. El procedimiento penal acusatorio hace posible una
participación activa o pasiva tanto de la víctima como del imputado, siendo
que, la metodología de audiencias que se sigue y principios rectores que lo
regulan, hacen que se deba garantizar adecuadamente su ejercicio por el
juzgador; por lo que bajo una tutela judicial efectiva se debe procurar que tanto
el imputado como la víctima, se encuentren debidamente asesorados y
apoyados por un defensor y asesor jurídico capaz, con conocimientos sobre los
objetivos y fases del proceso y procedimiento penal acusatorio, para que se
contribuya a ser congruentes con sus pretensiones en igualdad de condiciones
y, que se expondrán predominantemente de manera oral ante el juez que
corresponda en la etapa investigación, intermedia y de juicio. Por lo que se
observa de la legislación procesal penal mexicana, es que el derecho a una
asesoría jurídica ha venido progresando en favor de su garantía, aunque no
necesariamente es suficiente su mención expresa para hacer realidad un
efectivo ejercicio o suponer que se ejercerá adecuadamente.