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Introducción

En el siguiente ensayo se analizará el concepto de ética referido a la


postura del filósofo Jhon Stuart Mill y la corriente del utilitarismo, el que propone
que la sociedad debe buscar la felicidad y para ello debe primero buscar la
felicidad de sus miembros, relacionado al actuar de nuestra institución
Carabineros de Chile, en cuanto a la aplicación y resguardo de la ética en la
sociedad en que estamos insertos.

En esta línea de ideas, utilizaremos los argumentos filosóficos y postulados


acerca de la ética instaurados por John Stuart Mill hace más de 150 años, los
cuales presentan plena vigencia respecto de los ideales planteados por la
humanidad, entendemos también que esa vinculación presenta grandes
similitudes con los postulados institucionales, encontrando algunos conceptos que
se encuentran en el insertos en el ADN de nuestra doctrina y ética profesional, por
tanto, resulta interesante descubrir, como corrientes filosóficas generadas en
contextos sociales diferentes a los que vivimos hoy en día, pueden resultar ideales
para generar un momento de reflexión y análisis social e institucional.

No obstante, el autor en estudio, presenta interesantes reflexiones respecto


de la religión y la influencia de dios sobre los hombres, nos centraremos en sus
pensamientos orientados a la ética, la justicia, el fin último del hombre, y el
resultado de su interacción social. Intentaremos ingresar en su propio jardín de
Epicuro para lograr descifrar de manera sucinta y breve su obra y aporte a la
filosofía.

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En un primer término, resulta fundamental contextualizar algunos antecedentes de
la vida de este destacado e influyente pensador Inglés. Jhon Stuart Mill, no solo
fue filósofo, sino también político y economista, en su infancia nunca concurrió a
una escuela, pues fue su padre quien asumió por completa su enseñanza en base
a un rígido y estructurado programa individual, la concepción de su padre era que
todos los alcances que podría llegar ser el hombre se debía a la educación.
Incursionó desde muy temprano en las leguas del latín y el griego, acabadas
teorías matemáticas, que incluían entre otras la geometría y la aritmética, como
también amplios espectros de la historia universal. A raíz de la gran cantidad de
conocimientos obtenidos y las habilidades demostradas a su padre, a la edad de
12 años comenzó con la enseñanza e instrucción de sus hermanos pequeños.
Con el paso de los años, y más maduro, curso estudios superiores, científicos en
Francia y jurídicos en Inglaterra, durante tres años fue miembro de la Cámara de
los Comunes de Inglaterra, donde influyó de manera directa en la inclusión del
derecho a voto de la mujer.

En su afán de generar constantes insumos intelectuales, escribió interesantes


postulados científicos y económicos, donde fue gravitante en el crecimiento de las
señaladas disciplinas. Incursionó exitosamente en la filosofía donde expuso de
manera extremadamente lucida su teoría de la Ética, en su libro “Sistema de la
Lógica” a mediados del siglo XIX.

Para comprender su pensamiento, resulta fundamental clarificar que la ética


también puede ser vista, como la “conducta o el comportamiento ideal pre-
establecido por el común, ya que sus desviaciones lo afectan o lo alteran, y
cualquier cosa distinta a ello puede ser clasificada como no-ética. Sin embargo, lo
más cercano a la verdad, es que la ética no debe ser definida, solo debe ser
percibida y asimilada de acuerdo a los valores que se construyan, ya sea de
manera personal o colectiva”. (Bieguer, 2016)

En ese sentido, la ética corresponde entonces a la disciplina filosófica que


estudia el bien y el mal como una cuestión moral relacionada al comportamiento

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humano inserto en una comunidad o sociedad. La ética sostiene que el
comportamiento moral de las personas depende de los hábitos o de las
costumbres, siendo este un acuerdo social y, por tanto, modificable con nuevos
acuerdos sociales.

En este contexto aparece el utilitarismo, creado por Jeremy Bentham,


concepto que se refiere a que el hombre se mueve por el principio de la mayor
felicidad: este es el criterio de todas sus acciones, tanto privadas como públicas,
tanto de la moralidad individual como de la legislación política o social. Una acción
será correcta si, con independencia de su naturaleza intrínseca, resulta útil o
beneficiosa para ese fin de la máxima felicidad posible. Una felicidad que concibe,
además, de modo hedonista; se busca en el fondo y siempre aumentar el placer y
disminuir el dolor.1

Por su parte, John Stuart Mill, discípulo ferviente de Bentham, profundizó


en este conjunto de teorías filosóficas, creando un cuerpo mayor regido por la
ética, en la cual confeccionó una conceptualización en torno a la felicidad, que
puede reducirse al enunciado: “Maximizar la felicidad general calculando el mayor
bien para el mayor número de personas” contexto que veremos a continuación:

Utilitarismo y ética según John Stuart Mill

El maestro de Stuart Mill, Jeremy Bentham, propone el principio de


bienestar como el fundamento de la moral, es decir, que las acciones pueden ser
catalogadas como buenas o malas, de acuerdo al bienestar que entrega a la
sociedad. En ese sentido podemos decir que se busca el placer y evitar el
sufrimiento, es decir, se ve una “utilidad”. Según el mismo Mill, recogiendo estas
ideas expresa que: “el bienestar ha probado que es uno de los fines de la
conducta humana y, por tanto, criterio de la moral” y con esto se integra el
utilitarismo en su forma de pensar en la cual la felicidad es el fin último de la
persona y el medio por el cual se rige su accionar”.

1
Philosophica.com. El Utilitarismo. [Recurso en línea]. Disponible en:
<http://www.philosophica.info/voces/utilitarismo/Utilitarismo.html>. Consultado el 01 de abril de 2019.

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Siguiendo en ese orden de ideas expresa: “según el utilitarismo, una
conducta es moralmente buena en la medida en la que promueve la mayor
felicidad del mayor número de personas”. Es decir, Mill describe este sistema de
pensamiento como una fórmula para alcanzar la felicidad personal, no orientada al
mero placer o gozo fugaz, sino que sea una conducta perenne y constante en el
tiempo, tomando los momentos de tristeza y dolor como un momento para
reflexionar y volver a encaminarse sobre ella.

La felicidad mejor lograda sería aquella en la cual se sacrifica incluso el


propio bien por el bien de otros siendo esta virtud un paso adelante en nuestra
evolución como sociedad en conjunto. “la doctrina utilitarista establece que la
felicidad es deseable, y que es la única cosa deseable como fin; todas las cosas
son deseables sólo como medios para ese fin”2

En efecto, describe esta corriente filosófica que considera la felicidad como


fin de la vida, “una felicidad no encaminada a los placeres exaltados, al éxtasis o
el resplandor momentáneo de gozos, sino la firmeza y permanencia de una
existencia integrada por momentos de exaltación, dolores escasos y transitorios y
muchos variados placeres, con predominio de los activos sobre los pasivos, y
poniendo como fundamento de todo, no esperar de la vida más de lo que puede
dar”

Su ideal utilitarista, como ya mencionamos, es buscar el máximo bienestar


en la mayor cantidad de individuos ya que la felicidad de una persona redunda en
la felicidad común de toda la sociedad, y así mismo, la sociedad siendo feliz, logra
que las personas inmersas en ellas sean también más felices.

Ejemplificando su ideología desde el punto de vista ético, una herramienta o


utensilio no es malo o bueno en sí mismo, por ejemplo, la energía nuclear no es
mala o buena en sí misma, sino que como sea “utilizada” es el valor positivo o

2
Stuart Mill. El Utilitarismo, ed. Aguilar, trad. y pról. Ramón Castilla, 6ª ed., Argentina, 1980, 113 pp. [p. 9-
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negativo que se le dará. Entonces si la energía nuclear puede servir para alumbrar
ciudades será positiva y ayudará a la sociedad, pero si es utilizada para generar
destrucción, entonces tendrá un valor negativo dado por su uso nocivo.

Las profundidades reflexivas alcanzadas por Stuart Mill no han quedado


detenidas en el tiempo, han sido perfeccionadas y especificadas, al punto que hoy,
el utilitarismo se encuentra claramente estratificado en 7 corrientes:

 Hedonista.
 De la preferencia.
 Positivo
 Negativo
 Indirecto
 Idealista
 Teológico.

En resumen, la ética depende del grado de manipulación de ese objeto o


cosa para que se torne positivo o negativo dependiendo del uso que se le
entregue. Finalmente es cuestión de sentirse parte de un sistema mayor, una
sociedad en la cual uno mismo puede sentirse motivado a hacer las cosas bien de
forma positiva, aportando con lo necesario a la sociedad, o sustraerse y pensar
negativamente haciendo o realizando malas acciones que irán en directo
detrimento de la calidad que esa sociedad lo sostenga.

Es en ese contexto, que la ética es sumamente importante para las


sociedades puesto que es el modo de comportarse el que regirá y servirá de base
para el comportamiento de todos sus ciudadanos. Y sobre todo, en el caso de
nuestra profesión, que estamos insertos en una sociedad de muchos valores pero
también de muchas trasgresiones a estos, y siendo uno de los pilares
fundamentales para orientar el comportamiento de sus ciudadanos en sociedad,
por tanto el discernimiento ético no solo cruza desde la línea del quehacer
profesional, sino también, la incidencia de cada uno de sus integrantes en el
modelo de sociedad que como país queremos construir.

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Tal vez muchas de las respuestas a nuestras interrogantes actuales, no se
encuentran fundamentadas por virtuosos expertos en gestión y estrategia (lo cual
por cierto también es necesario), sino más bien en nuestra gloriosa historia
pasada, el volver a la esencia del planteamiento básico de la misión, centrado en
la vocación de servicio a la patria y el rol de referente valórico en la sociedad.

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Conclusión
Como ya hemos señalado, nuestro marco doctrinal nos guía en los
distintos ámbitos del quehacer diario, apuntando a un bienestar de las personas
integrantes de la institución como para quienes nos debemos, de este modo
influyendo de manera positiva para que todos puedan alcanzar la felicidad por
medio del logro de sus anhelos y sueños.

Nosotros como carabineros tenemos el deber de velar por el correcto


cumplimiento de la ley, pero también con un alto componente de involucramiento
en la búsqueda del bien común, hechos que en individual pueden ser
imperceptibles, pero en su conjunto y en franca sinergia pueden lograr avances
significativos para vivir en un país mejor.

Es por ello que resultan tan atingentes y vigentes los postulados de la obra
de Stuart Mill, en cuanto a la ética, su ideal utilitarista, y la búsqueda del bien
común, hacen imposible no ver reflejados estos postulados en una institución tan
importante como Carabineros de Chile, entendiendo su incidencia en brindar el
máximo bienestar en la mayor cantidad de individuos, pues la felicidad de una
persona redunda en la felicidad común de toda la sociedad.

Hoy más que nunca nuestro marco ético tiene que estar sustentado por los
diferentes referentes existentes , como lo es Stuart Mill, ya que para salir de parte
de los problemas que hoy como institución vivimos, el discernimiento ético tiene
que reforzarse con todas los postulados éticos existentes para con ello, dejar atrás
los errores y enfocarse en ser día a día un mejor profesional en toda la dimensión
que este concepto involucra, teniendo la competencias necesarias para
desarrollarse en el marco valórico establecido por nuestro código de ética y
manual de doctrina y así ser un Carabinero integral.

Nuestra ética y doctrina deben prevalecer sobre las malas praxis, los
énfasis en toda la línea del desarrollo de carrera deben estar orientados ahora
más que nunca en un fortalecimiento ético y valórico, Carabineros de Chile está

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llamado en otras palabras, a continuar siendo ese referente ético que la sociedad
necesita.

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Referencias Bibliográficas

1. Bieger, Marlene; García, Pablo. La ética bajo la concepción [Recurso en línea].


Disponible en: < http://www.fema.com.br/sitenovo/wp-
content/uploads/2016/09/3-La-%C3%89tica-Bajo-La-Concepci%C3%B3n-de-
Arist%C3%B3teles.pdf>. Consultado el 01 de abril de 2019.

2. Carabineros de Chile. Manual de Doctrina y código de ética de Carabineros de


Chile. [Recurso en línea]. Disponible en:
<http://www.esucar.cl/assets/manual_doctrina_2017.pdf>. Consultado el 2 de
abril de 2019.

3. Philosophica.com. El Utilitarismo. [Recurso en línea]. Disponible en:


<http://www.philosophica.info/voces/utilitarismo/Utilitarismo.html>. Consultado
el 01 de abril de 2019.

4. Stuart Mill, El Utilitarismo, ed. Aguilar, trad. y pról. Ramón Castilla, 6ª ed.,
Argentina, 1980, 113 pp. [p. 9-57]

“el utilitarismo busca transformar la ética en una ciencia positiva de la conducta humana,
transformándola en una disciplina exacta

El texto inicia con la visión fundamental de esta forma de pensamiento, la cual dice que
“según el utilitarismo, una conducta es moralmente buena en la medida en la que
promueve la mayor felicidad del mayor número”[8]. A lo largo de todo su estudio, el autor
detalla y fundamenta como se alcanza esta felicidad, que es la única meta del hombre.

Según los principios utilitaristas, una persona con facultades elevadas, necesita más para ser feliz que
una «inferior»; por inferior el autor entiende a la persona que es ignorante, loca, egoísta e infame, en
contra de alguien instruido, inteligente y con sentimiento y consciencia. El autor distingue muy
notoriamente los placeres bestiales que perteneces a los bárbaros de aquellos más elevados que son
propios de la naturaleza del hombre.

“La moral utilitarista reconoce al ser humano el poder de sacrificar su propio bien por el
bien de los otros”,[11] incluso eleva al hombre a la virtud más grande, haciendo de esto,
su mejor modo de servir en un mundo imperfecto. Entregar la propia felicidad por la
felicidad de los otros es un acto sublime y glorioso, en cambio sí es un sacrificio por sí
mismo o no lleva a la felicidad general no sirve de nada.

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