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1.2 Control postural en niños.

Durante mucho tiempo se consideró al control postural como un proceso automático,

que dependía de ajustes posturales reflejos. Sin embargo, algunos estudios

recientes han demostrado que en la regulación de la postura desde las tareas más

simples (como mantenerse de pie en posición ortostática), hasta las tareas más

complejas (como mantener el equilibrio en apoyo unipodal), requieren de la atención

para ser logradas (Olivier, Palluel, & Nougier, 2008). Por otra parte, se sabe que los

niños poseen menos recursos atencionales que los adultos, sin embargo, se ha visto

que los niños tienen un mejor control postural que los adultos cuando estos enfocan

su atención a la postura, y que la edad en la que el control automático aumenta su

estabilidad postural es a la edad de 4 años (Olivier et al., 2008).

Además, el control postural tiene un rol fundamental en el desarrollo psicomotor del

niño, desde la infancia temprana hasta las etapas madurativas más avanzadas.

Desde el momento en que el niño alcanza la posición erecta o bípeda existe una

estimulación de su sistema somatosensorial, vestibular al momento de luchar en

contra de la gravedad, lo que involucra un mayor desarrollo cortical (López,

Sánchez, & Ibáñez, 2004). De lo anterior se entiende la importancia de estimular al

niño desde las etapas más tempranas de su desarrollo psicomotor debido a la

influencia de este sobre el control postural y sobretodo en las edades cruciales, tanto

en la primera y segunda infancia. También entendemos que el desarrollo del control

postural es esencial en el desarrollo de habilidades más complejas, como lo son la

locomoción y la manipulación, y que según los principios del desarrollo de Gessell,

este control postural se caracteriza por progresar de manera cefálica hacia caudal,
es decir, que el niño desarrolla su control postural progresivamente en esta

dirección; desde la cabeza hacia los pies (Shumway-Cook & Woollacott, 2007).

El control postural es la base para proporcionarle la capacidad a los niños para que

interactúe con el medio, tanto con juegos, socialmente y además con el cuidado de

sí mismos. El control postural en los seres humanos está expuesto a un sin número

de perturbaciones y debe adaptarse a aquellas inestabilidades para poder

equilibrarse, es aquí en donde el sistema nervioso central (SNC) juega un rol muy

importante debido a que él es el responsable de seleccionar los patrones de

activación musculares necesarios para las variedades de perturbaciones (Park,

Horak, Kuo, 2003).

El control postural es un aspecto que se puede educar desde la escuela este, debido

a que con un mayor o menor control postural va a depender la calidad del

aprendizaje y las relaciones interpersonales que el niño pueda realizar, es por eso

que las experiencias lúdicas y espontáneas son importantes para los niños, porque

mientras más experiencia sensorio motrices reciban, más posibilidades tienen de

adaptarse a las postura, de manera que cada vez la adecuación postural será

precisa sin tener que realizar movimientos forzados para adecuarse a diferentes

situaciones (Colomè, Pons, Vitales, Pinell, Rodríguez, M Yuste, R Yuste, 2007,pág.

116).
1.2.1 Aspectos biomecánicos y neurológicos del control postural.

El sistema nervioso central es el responsable de seleccionar los patrones de

activación muscular correspondientes para la variedad de perturbaciones impuestas

por el medio. Las respuestas musculares se pueden describir mediante patrones de

activación muscular pre-programados que son provocadas por las perturbaciones

del medio, y seleccionando la respuesta entre muchas otras opciones. Las

respuestas posturales se han descrito como el cambio de patrón de activación

muscular que va de distal a proximal, llamado péndulo invertido y con una rápida

activación de la musculatura del dorso y la cadera (Park, Horak, Kuo, 2003).

Para lograr el objetivo de estabilizarnos en un medio lleno de inestabilidades

posturales, existen respuestas de retroalimentación las cuales son producidas por

circuitos reflejos relativamente simples, esto nos puede proporcionar la estabilidad

dinámica que se necesita para mantener el cuerpo vertical, incluso en posición

estática cuando no hay perturbaciones externas evidentes, sumado a esto un único

conjunto de ganancias de realimentación pueden responder de manera flexible a

múltiples perturbaciones, ya que es la interacción entre una perturbación y el

sistema de retroalimentación que genera la respuesta. Esto significa que un conjunto

de ganancias de realimentación, solo, puede ser suficiente para describir una serie

de respuestas apropiadas a un contexto. En contraste, las trayectorias de

movimiento pre programados puede restaurar el cuerpo en posición vertical después

de una perturbación, pero, a pesar de sus necesidades de almacenamiento de gran

tamaño, no pueden producir la estabilidad dinámica necesaria para permanecer en

posición bípeda (Park, Horak, Kuo, 2003).


Las ventajas de la retroalimentación pasan por alto la necesidad de una participación

de alto nivel en el sistema nervioso central, la cual es encargada de determinar y

seleccionar ganancias de realimentación apropiadas. El contexto postural depende

en los factores biomecánicos tales como el cuerpo y la superficie de configuración,

así como los objetivos de tareas tales como el deseo a permanecer de pie. Los

diferentes contextos requieren diferentes estrategias ya sea de cadera, tobillo o del

paso, cada uno de los que puede requerir un conjunto diferente de ganancias de

realimentación (Park, Horak, Kuo, 2003).

Uno de los elementos que garantiza la estabilidad de la postura es la base de

sustentación, la cual se define como el área de los segmentos corporales que están

en contacto con el suelo o en la superficie que soporta el cuerpo. En la posición

bípeda (de pie), está formada por los límites de los bordes de los talones, los bordes

laterales de los pies y los bordes anteriores de los dedos, que al unirse conforman el

polígono de soporte, el cual varios autores lo asemejan a una silla de cuatro patas

(Lesmes, 2007).

Figura 1: Relación entre la base de sustentación de una persona y la de una silla.


Las diversas formas en que se comporta un ser humano y la naturaleza de las

tareas que realiza son muy diferentes en un niño y un adulto, estas representan

formas de integración y organización funcional totalmente distintas (Da Fonseca,

1998). La construcción de una función psicomotora y del control postural son

efectivamente ejecutadas en zonas dispersamente distribuidas por el cerebro en

términos neuroanatómicos y psicológicos, y estas deben ser tomadas en cuenta al

momento de realizar alguna intervención terapéutica o educativa.

1.2.1.1 Estabilidad postural

El equilibrio mecánico es un concepto que viene de la física, por ende puede ser

poco flexible para su aplicación a las ciencias biológicas. Se define el equilibrio

mecánico como la nulidad de la resultante de las fuerzas que actúan sobre un

cuerpo. Sin embargo, el ser humano no alcanza este equilibrio mecánico, debido a

que siempre van a existir movimientos para mantener la postura, por lo más mínimo

que sean o imperceptibles. Para intentar reestablecer la posición de equilibrio el ser

humano debe realizar ajustes posturales muy sutiles, y que en biomecánico o en el

ámbito clínico se conoce como estabilidad postural (Faraldo García, 2010).

La estabilidad postural es la capacidad para lograr mantener el centro de gravedad

dentro de una base de apoyo, en donde permite al individuo monitorear y controlar la

posición y movimiento del cuerpo en el espacio, lo cual es necesario para realizar

tareas funcionales en múltiples entornos. Lograr la estabilidad postural es un

proceso complejo que generalmente requiere poca conciencia de aquello, en donde

los sistemas sensoriales y biomecánicos trabajan en conjunto para lograr la

estabilidad postural con el objetivo de reducir al mínimo las oscilaciones posturales o


inestabilidades. Esta coordinación es lograda por el sistema nervioso central, que

supervisa constantemente de entrada del cuerpo y el medio ambiente y dirige las

respuestas motoras apropiadas para corregir desplazamientos en el centro del

cuerpo de la gravedad (Gabriel, Mu, 2002).

1.2.1.1.1 Balance estático

1.2.2 Pruebas específicas para medir el control postural


1.2.2.1 Posturografía

La posturografía se entiende como el conjunto de técnicas que permite analizar el

comportamiento postural de un individuo y medir su control postural por medio de los

movimientos del centro de presión en diferentes circunstancias. Aunque el término

posturografía se podría utilizar para referirse a todas aquellas técnicas que se

utilizan para analizar la postura humana, actualmente se utiliza para referirse a

aquellos métodos que analizan el comportamiento de un individuo durante la

realización del test de Romberg mediante el empleo de plataformas dinamométricas

(Quinzá V., 2003).

La Posturografía es una técnica utilizada para el análisis de la trayectoria del centro

de presión (CP), la cual ha sido ampliamente utilizada en una gran variedad de

campos científicos (Goto, Kushiro, Tsutsumi, 2011)

La posturografía computarizada es capaz de detectar las cantidades de influencias

posturales, y además es capaz de registrarlas debido a que son imperceptibles al ojo

humano. Éstos datos se envían a desde la plataforma de fuerza directamente a un

ordenador para su posterior análisis, esto permite obtener resultados objetivos de las

oscilaciones de cada sujeto, en cambio medido solamente de forma clínica esta se

basa solamente en la observación y por ende se pasan por alto datos que pueden

ser fundamentales en los estudios. La posturografia computarizada puede ser tanto

dinámica como estática. Las posturografia dinámica computarizada se desarrolló en

1970 para proporcionar un análisis detallado y cuantitativo del sistema motor y

central, en donde se incorporan los sistemas vestibular, visual, somato sensoriales


los cuales todos ellos están relacionados con la estabilidad postural (Gabriel, Mu,

2002).

Las plataformas dinamométricas son sensibles a las fuerzas verticales y

horizontales a las que son sometidas, dejando un registro en un sistema informático

a la cual están conectadas. Es en este sistema en donde se observan las

coordenadas del centro de presión (CoP), el cual representa en gran medida al

centro de masa (CoM) del sujeto que se mueve lentamente sobre el posturógrafo.

Posturografía estática

La posturografía estática es aquella técnica que utiliza plataformas

dinamométricas fijas para medir las oscilaciones posturales de los sujetos durante el

test de Romberg, registrando el movimiento del centro de presión (CoP) del mismo.

Referencias

Colomè, A; Pons,M; Vitales, M; Pinell, M; Rodríguez,N; Yuste, M; Yuste, R, (2007)

Educación psicomotriz (3-8 años) Cuerpo, movimiento, percepción, afectividad: una

propuesta teórico-práctica (pág. 116), España, GRAO

Park, S; Horak, F. Kuo, A, (2003), Postural feedback responses scale with

biomechanical constraints in human standing, USA, pág. 418


Grabriel, L; Mu, K, (2002), Computerized Platform Posturography for Children: Test-

Retest Reliability of the Sensory Test of the VSR™ System, California, pág.102-103

Goto, F; Kushiro, K; Tsutsumi, T, (2011), Effect of chewing gum on static


posturography in patients with balance disorders, Japon, pág. 1187

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