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INSTITUTO AMÉRICA

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA

FORMACIÓN CIUDADANA

Mtra. Karla Ivonne Huerta Guerrero


Alumna: Ana Elizabeth Pérez Sánchez

24 de septiembre de 2015

Ensayo del texto “Ciudadanía y Democracia” de Alberto J. Olvera.

Hablar de democracia implica hablar de ciudadanía y de Estado. Es necesario tener


claridad al abordar estos conceptos de igual manera es importante situarse en el tiempo
y el espacio para aplicar estos términos que a través de los siglos han sufrido cambios
en su fondo. No es lo mismo hablar de democracia en la época Greco-Romana donde si
bien se fundaron las bases existía la esclavitud (tan contraria a la democracia como el
agua al aceite) o en la Revolución Francesa que tanto influyó en la independencia de
muchos países pero que se excluía a las mujeres; que hablar de democracia y ciudadanía
en el siglo XXI donde poco a poco vamos reconociendo la urgencia de hacer valer
nuestros derechos y exigir al Estado que rinda cuentas de sus acciones.

Pocas personas tenemos la oportunidad de acercarnos a estos conceptos, de revisarlos y


reflexionar acerca de ellos. La información no está oculta como en los años previos a la
Ilustración sino que algunos ojos permanecen velados debido a su poca o nula
preparación académica producto de las desigualdades sociales y de la falta de políticas
que favorezcan a los desfavorecidos. Para otros, aunque está al alcance, no les resulta
interesante, pues los años de opresión, de injusticia, de exclusión, han generado una
apatía por el cambio pues dicen “sigue siendo lo mismo”.

Lo cierto es que no “sigue siendo lo mismo”. Revisando la historia de otros países y de


México nos damos cuenta que la lucha y la perseverancia de unos pocos han traído
transformaciones considerables en la vida de las personas y de la sociedad.

Las minorías y los grupos desfavorecidos están alzando su voz para exigir sus derechos
civiles y sociales. Hasta hace algunas décadas la mujer se hizo presente en las urnas
electorales, hoy en día se reconoce no solo su derecho al voto sino su preparación para
representar y gobernar un pueblo. Grupos indígenas se han levantado en armas para
exigir un trato digno e igualitario. Organizaciones no gubernamentales unen esfuerzos
en favor de los desamparados. Se abren espacios para la expresión de ideas y
propuestas. Se creo el LFAIPG que permite el acceso a la información pública del
gobierno (no a todos ni toda la información pero es un avance).
Desafortunadamente en México la democracia se focaliza solo en el ámbito electoral.
Acercándose las elecciones nos bombardean con spots que resaltan nuestro derecho a
elegir a nuestros gobernantes como si eso fuese lo único que podemos hacer los
ciudadanos. Y los candidatos, en su mayoría, se ufanan afirmando que van a transformar
el país como si solo dependiera de ellos. Escuchar algunos discursos y debates
electorales me hace pensar que no son políticos sino “super-héroes”.

Sigue habiendo injusticias aunque estén legisladas. Sigue habiendo desigualdades


marcadas por un capitalismo que solo vela por los intereses de los empresarios
(nacionales y extranjeros). En la práctica los derechos sociales de salud, educación y
empleo son violados. Los derechos políticos son negados (compra de identificaciones
para no votar). Los derechos civiles son desconocidos o pasados por alto o bien
obviados (seguridad, bienestar). Falta camino por recorrer para lograr la democracia y
ciudadanía de facto.

Tres corrientes están influyendo en la determinación de “ciudadanía” que vale la pena


reflexionar:

o Por un lado el Liberalismo que promueve la supremacía del individuo


sobre la comunidad, el poco cumplimiento de las obligaciones para con
el Estado y el mantenimiento de los derechos individuales.
o Por otro lado el Comunitarismo que propugna por rescatar los bienes
colectivos y defiende que la identidad se forja en la comunidad.
o Y finalmente el Republicanismo Moderno que fomenta el ejercicio de la
razón en público para fines públicos, donde los ciudadanos participen en
las discusiones y las decisiones.

Cuando miro hacia las problemáticas de otras naciones me anima saber que hemos
avanzado sin embargo esto no es aliciente para decir que “al menos no estamos tal mal”
como algunos dicen sino que me motiva a pensar que si hoy por hoy se han logrado
cambios significativos es posible soñar con un mundo mejor.

Y si es posible soñar es que es posible lograrlo. Lo que me compete es fomentar un


ambiente de respeto, de solidaridad, de promoción humana y de valoración por la
persona de cada ser humano con quien me toca compartir. Por otro lado mi compromiso
de informar y formar ciudadanos desde las aulas es inalienable por mi vocación de
maestra.

Somos personas en construcción y quienes nos gobiernan también son personas,


también valen y también merecen respeto. La peor postura de un ciudadano en camino
hacia el mejoramiento sería solo criticar las acciones de sus gobernantes y cruzarse de
manos pensando que siempre será lo mismo. Toca promover y crear espacios en lo más
próximo donde se vivan la democracia y se estimen los derechos y dignidad de cada
persona.

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