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Pedagogía Consudec

Eric Smidt

Freire asegura que el humano, quién liberó las manos para poder usarlas para el trabajo, es un
ser inacabado. Como tal, reconoce en la educación una complementación a su ser para llevarlo al máximo
de sus posibilidades. Suponer que la educación complementa al ser supone esperanza de encontrar lo que
se busca, por lo tanto, educar es educar en esperanza. Freire reconoce como contrarias a su pensamiento
las ideas paralizantes o inmovilizantes, de pensamiento derrotista y que llegaron a ser habituales en
Sudamérica. El pensamiento fatalista entonces es enemigo del perfeccionamiento de las capacidades del
hombre. Freire reconoce en la educación ideología encubierta, en tanto que reconoce que se aprende a
hablar escuchando, y pone entonces en jaque las ideas autoritarias acerca de la educación, aquellas más
dirigistas, más maestrocéntricas, prestando especial atención a las prácticas que construyen un sujeto
político comprometido en el alumno.

Pasando al texto de Saviani en que recorre las teorías de la educación, podemos mencionar en
primera instancia a la educación tradicional, que se establece con el objetivo de alfabetizar, y supone un
avance y un alcance mayor respecto de las instancias del antiguo régimen, pero que sin embargo las
teorías que vendrán con posterioridad saben reconocer grandes deficiencias en ella. Reconoce a la
sociedad como armoniosa, bajo la tutela de los nuevos estados republicanos, y que establece que la
educación es un derecho de todos. Convierte a los súbditos en ciudadanos y reconoce que la marginalidad
tiene sus orígenes en la ignorancia y se autoestablece como solución a aquella marginalidad. Es una
escuela dirigista, centrada en el docente, en que el alumno debe memorizar contenidos modelo. No se
considera que el alumno pueda opinar, sino ser formado pasivamente. Se reconoce como falencias con
posterioridad que este modelo impone a todo el cuerpo social los valores e intereses de la nueva clase
dominante, la burguesía, y que es generadora de marginalidad, para la cual no tiene otra solución que una
escuela que no fue pensada ni desarrollada para abordar ese complejo problema.

La escuela nueva surge como reacción inmediata, y supone que la marginalidad tiene sus orígenes
en el rechazo. Postula que la marginalidad no puede ser entendida solamente por el saber, sino que
existen otros factores. La anormalidad no es algo esencialmente negativo, sino que es un fenómeno
plenamente normal. Escuela debe generar alumnos que se acepten mutuamente y pone a este valor como
el que solucionará el grave problema de la marginalidad. Pone énfasis en los métodos pedagógicos más
que en los contenidos. Lo importante no es tanto aprender, como aprender a aprender. La escuela deberá
agrupar a los alumnos nucleándolos en torno a sus fortalezas. El maestro trabajará con pequeños grupos
de alumnos. Pero esto es más costoso, y por lo tanto se estableció como base en círculos elitistas. En
escuelas populares terminó bajando el nivel de los contenidos para evitar la marginalidad. Surge la idea
que es mejor una escuela buena para pocos que una gran escuela disfuncional. Estas consecuencias
desilusionan acerca de los aportes del escolanovismo, ya que se revela ineficaz para solucionar el
problema de la marginalidad.
Pedagogía tecnicista es aquella que mezcla la lógica fabril con las dinámicas escolares. Tiene
pretensión de neutralidad, poniendo énfasis en la eficiencia y la operacionalidad. Será el trabajador el que
organice su vida en torno al trabajo. El producto de la educación será en consecuencia a la organización
del proceso. Una organización racional minimizará los riesgos de interferencia, y esto se utilizará para
parcelizar el trabajo pedagógico. La organización racional de los medios será su principal elemento. Será
el proceso el que defina lo que los profesores y alumnos harán. El marginado, entonces será el que no se
ajuste a esa dinámica, y será tenido por ineficiente, incompetente e improductivo. La educación debe
hacer que los individuos contribuyan a la productividad de la sociedad toda. La marginalidad, al impedir
la productividad de la sociedad es una amenaza al sistema como totalidad. La educación entonces será el
proceso de entrenamiento para proveer las profesiones que el sistema requiera. Esta educación al
fragmentar aumentó el caos, impidiendo el trabajo pedagógico.

Las teorías crítico-reproductivistas no proponen algo nuevo, sino que reconocen que en el
sistema hay ideología, y que ésta debe reconocerse para poder cambiarlo para evitar el problema de la
marginalidad. Las denuncias de esta corriente suponen que el estado al ser la institución de instituciones
que tiene el monopolio de la violencia legítima delega en sus aparatos ideológicos y represivos toda una
carga de violencia solapada que termina por reproducir las diferencias de clase, y en tanto esto funcione,
el gran problema de la marginalidad no será solucionado. La escuela reproduce las relaciones de fuerza
material entre grupos y clases, y el poder llega a imponer significados como legítimos disimulando las
relaciones de fuerza que están en la base de su fuerza simbólica. La solución sería la de no imponer
contenidos arbitrarios. La escuela entonces es dualista en tanto divide a la sociedad en clases antagónicas.
El estado burgués impone objetivos de su clase a toda la sociedad y esos objetivos son ideológicos. Estos
teóricos describen a la escuela, pero son escépticos en cuanto a que la escuela pueda ser modificada.

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