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f PJ. E! apogeo | la tragedia griega f j ‘ona, Los textos draméticos Con respecto a Ia tragedia griega, los Snicos documentos importantes ‘con Que contamos actualmente son los ma- nuscritos de las obras, y tan solo cua- renta y cuatro de quién sabe cudntos centenares perdidos. Pero, por supues- to, si tuvigramos que escoger entre conocer todo Io relativo al teatro de Esquilo 0 tener Ios siete manuscritos que nos quedan de sus noventa obras, decidiriamos mejor quedarnos con los manuscritos, es decir, en las condicio- es en que estamos, Salvo Ios pocos manuseritos de las obras, lo que sabemos acerca del tea: tro griego en su gran época procede de escenas pintadas en vasos, unos cuantos miles de palabras de critica literaria escritas por Aristételes mas de cien afios después, y algunas pers- picaces conjeturas de los arquedlogos modernos, que han excavado, trabaja- elenis- do y reconstruido Jos team ne ‘pos! ticos construidos uno a tes ere después de la muerte de EuriDtte Quizs debertamos afiadir a este, meracin Tos escritos de Vitruvie; 2 aultecto romano de i época de CAS ¥ de Pélux, un lexieégrafo griego Of época posterior, aproximadamente Che siglos después. Pero los dos libros en donde comentan con excesiva, brever dad los escenarios, 1a escenogratia y Ne ‘maguinaria de que se servian nos do jan con Ja duda acerea de eusnto de Jo que describen es griego de la época clisica, cunto romano de Ia época im- perial, y cuanto pertenece al perfodo helenistico de transicién entre ambos. Cuando escribia Aristételes, a algo asi como setenta y cinco afios de distan de la muerte de Euripides, el iltimo autor dramatico griego, estaba tan pre- ocupado por la estética de Ja tragedia que casi no nos dice nada del teatro a que dio origen. Macgowan y Melnitz. Las edades de oro del teatro. 1 Dionisos, Por otra parte, puede afir- arse que esta teoria, pese al inge- hio con que fue concebida, no estd favalada por testimonios documenta- Jes que 1a justifiquen en forma plena, y, por consiguiente, a menudo es des. Echada por los especialistas en teatro sriego. Una tercera cozriente de opinién ubi- ‘en el origen del teatro en los ritos nucleados en torno de Dionisos o de algin otro dios de la fertilidad, En este caso, los documentos e indicios rho son escasos y hasta cierto punto resultan satisfactorios; en consecuen. cis, el drama, de conformidad con este hipétesis, se hallaria conectado a cul tos estacionales que a través del ciclo anual que refiere la muerte y resu- sreceién de Ia divinidad, estén desti ados a propiciar una abundante co- secha, Las fuentes de que so dispone en la actualidad sefialan gue en cer tas regiones del Atiea y quiz tambien en otras comareas de In Grecia con- tinentel, grupos de individuos aistra- zados con cueros de macho cabrio “representaban” anualmente las diver- sas vicisitudes que padecia la divin ad, y que culminaban con su muerte (1a Hegada del invierno) y su posterior esurreccién (el advenimiento del es- 0). En este sentido, conviene afadir Que a su ver las partes de estas cere- monias destinadas a exaltar la resu- Troceién del dios puede haber cons- tituido et germen de la comedia (asi mismo, esta teoria serviria para ex plicar los dramas de sétiros, piezas cuyo coro estaba integrado por tales personajes fabulosos —ritad hombres, mitad animales—, tradicionalmente re: lacionados con los cultos de fertilidad; ‘ademés, permitiria establecer un vineu: Jo comprensible entre estas obras y su respectiva trilogia, en la medida fen que solian tratar aspectos jocundos Ge los asuntos trigicos desarrollados en el grupo restante de composiciones escénicas). Es probable que luego se fuera ampliando paulatinamente el te- mario y, aparte de asuntos referidos Girectamente a las leyendas de Dio- nisos, se hayan incorporado otras anée- dotas, cuya parte fundamental se cen- traba’ en Ia muerte del protagonista, De alli deriva tal vez la famosa ex: resign “Nada para Dionisos”, muy corriente en In época cldsica, y con Ta cual quizé se daba a entender que el teatro se habia alejado de su mo- tivacién originaria, De cualquier modo, todas estas hips- tesis, por plausible que resulte su de- mostracién tedrica, dejan en pie un interrogante, que ‘por cierto no es desdefiable: en sintesis, lo que atin nc ha podido resolverse con precisién 5 de qué forma o por influjo de qué factores determinantes estas manifes- taciones draméticas embrionarias con el transcurso del tiempo pudieron evo- lucionar hasta convertirse en las ela- boradas producciones de un Esquilo © un Séfocles. De todas maneras, no es exagerado afirmar que al presente el problema de los origenes del teatro grlego —y por consiguiente de la tra- gedia— se halla en un punto muerto, y a menos que se descubran documen- tos adicionales que introduzean una ‘substancial renovacién en el panora- ma actual, por el momento sdlo es posible postular concepeiones que ne- cesariamente deben quedar confinadas en el terreno de las conjeturas. 2. CARACTERIS- TICAS ae =a Soe peo pe Se oe oe ae =e SS ee eee neat nes fata mica ee eas oe Pant en el centro mas importante de 1 Cividad teatral helénica. Por otra Pave, Gs interesante sefialar que este extre ‘ordinario florecimiento escénico 88° fea un perfodo de unos ochenta aor fs decir, desde las primeras plezas, 4° Ssquilo hasta 1a muerte de Euripides Ee bastante evidente que en los sigles siguientes —que corresponden signity eativamente a la decadencia politics de Atenas— si bien la actividad teatral ‘prosiguid desempefiando un papel des theado, la produceién se torné un tanto rutinaria_y los dramaturgos ofrecian Obras “bien hechas” desde una pers pectiva formal, pero carentes del vuelo artistico y de la imaginacién que Co racteriz6 a la dramética del sigio V. En lo que respecta a las representa clones teatrales en si mismas, se cuen” ta con testimonios que si bien en cier- tos casos pueden resultar algo con tradictorios, en lineas generales, em pero, nos ofrecen un panorama bas: Yante completo, sobre todo a partir Gel periodo de apogeo escénico. En primer término, debe tenerse presente (que las funciones dramiticas no esta- Ban encaradas como mero entreteni- miento —segiin suele ocurrir en nues- ros dias si80 que consiy, tos aieaamental Gear ee, Part fuse oe arabe tee relisiost® Donisos, cue cai none st consiatia en ie Cra Princ cada. apronimadae ss nisi marr O 8 print ot me Sen as Grane ie abril St as imporlantes,y ie atraian mayor cantidad de ibis atralen "Zp ofrecian represen Uiumaticas en las Leneas (ona ramen forma muy especial a i," $BSaia) y en las Dionisias rurates, ©” meal) 3 Mian ae fmportaneia que tenian lugar eng, smportancjages del Tanda. gre rsa Ctsidn que Tos eopectne ‘ouego, 2 Mhyeron adgulriendo nas teatro rprestigio ae f¥e cua, ompute 5% ‘un momento eh que 20 at Dionisins se. conver Grant ado punto ae Feuniin un oblige Parte por I estrayin recido © Terdfica. de Atenae—, ey cacion srotente convergian individu cue ate procedentes de ls comers inelusiy as, fo coal, por contagae mas rein a afanzaY ia unided de, propendia nelénica, al igual que Ta justas deportivas panhelénicas celebra- ‘das en varias cludades griegas. Este hecho pone de relieve el cardcter po- pular en el més amplio sentido del termino que tenian estos espectécu- os, va que su publico, lejos de perte- necer exclusivamente a ciertos secto- res —fuese 0 no dulico—, estaba integrado por personas de origen y extraccién social muy diverso. Al res- pecto, la popularidad del drama grie- go en tiempos modernos sélo es com- parable con la repercusién que alean- zaron el teatro inglés isabelino y 1a escena espafiola del Siglo de Oro. Seguin parece, en las Grandes Dioni- sias habia tres dias consagrados a los especticulos draméticos, al término de los cuales se otorgaban premios y recompensas a quienes habian sobr salido por sus dotes creativos y pot su habilidad histridnica o interpreta- tiva. De los testimonios conservados puede deducirse que en cada una de las jornadas se ofrecian tres tragedias y un drama de sétiros, grupo de pie- zas que pertenecian a un mismo autor, y por ultimo se exhibia una comedi: ello significa, en consecuencia, que en total presentaban sus composiciones tres poetas trigicos y tres comedis- Brafos; sin embargo, no ha sido posi- ble determinar claramente cufles eran Jos mecanismos utilizados para selec- cionar los autores y obras presenta- dos en cada festival; es decir que se ora si existia algo comparable a un “concurso” previo 0, por el contrario, i los autores eran escogidos aplicando métodos mis o menos arbitrarios. Hay mayor certeza, en cambio, con res- pecto a la manera de constituir el Jurado que debia otorgar las recom- Pensas: con la caracteristica mentali- dad democrética ateniense se trataba de conciliar el juicio popular con una, pericia més técnica; para ello se pro- Cedia a sortear diez jueces entre los miembros de las diez tribus del Ati- ca, de modo que cada una de ellas contara con su propio representante. Entre los diez dictémenes se sortea- ‘ban cinco, que eran entregados al ar- conte, quien sobre esa base daba el fallo definitivo. Segin parece, en los primeros tiempos el premio que se otorgaba a los vencedores era un ma- cho cabrio, pero posteriormente se entregé una suma de dinero. Sabemos asimismo, que por regla ge- al erie eden te tye al ial iit i HERE Hh r WG (cert itn sat al SE = il Hi Hi il en aa eat eke I Gaily © i | Hi a a ie Had en i Lp aka y, te il | cuindo ge generallz6 su uso, se tiene noticia de que se introdujeron pa: eles pintados ubicados a ambos la. os del proscenio, y en los que se re- producian algunos exteriores caracte- Hstieos (evidentemente, este procedl- miento de alguna forma estuvo vineu- Jado al desarrollo que legé a alcanzar el arte plctdrico de Grecia). Finalmen- te, debe tenerse en cuenta que la en- trada y salida de los actores estaba regulada por cierto mimero de con: yenolones que el puiblico conocia a la perfeccién, pues la fachada que cumplia la tarea de teldn de fondo tenfa tres o cinco puertas, y segin por cudl de clas hacia su entrada el intérprete ello significaba que el co- rrespondiente personaje procedia de 1a oludad en que transcurria la accién, Ge sus alzededores, de algin sitio mas, ejano 0 simplemente del interior del palacio o templo representado en Ia escena misma. Se disponfa asimismo de algunos mecanismos —quizés un tanto rudimentarios, pero sin duds cfectives— que permitian satisfacer ciertas exigencias de ta trama. Tam- poco en este caso es posible determt- nar con exactitud la fecha precisa de sv inoorporacién, aunque es probable conjeturar, sobre Ia base de Iss pie: zag conservadas, que ya se habia con- solldado un amplio aprovechamiento en el siglo V. (Sefialamos, de paso, ‘que la mera existencia de estos me- ceanismos, en verdad bastante pesados y complejos, nos proporciona un claro indicio de que el escenario debia ser una construceién suficientemente s6- da y amplia y de que se contaba con algin tipo de “personal auxiliar” que estaba a cargo del aspecto técnico ‘exigido por los espectéculos dramati- 0s.) Entre los recursos més curiosos ‘que se utilizaban se hallaba el engut clema, que servia para mostrar al pti- ‘blleo ‘algo que supuestamente habia sucedido fuera de escena, en especial muertes u homicidios (téngase pre- sente que el teatro era un recinto sagrado y que por Jo tanto no admitia derramamientos de sangre, ni siquiera fictielos); en el momento oportuno 5° ‘abria una de las puertas y se intro Guela en escena una plataforma ro ‘ante que era retirada una vex que cumplia su misiOn; no hay duda de que éste era el vehiculo utilizado en fa Orestia de Esquilo para exhibir 10s cadaveres de los recién asesinados eisto y Clitemnestra. Otro aparato in troducido con bastante frecuencia era i teologeion, una plataforma elevada fen que aparecian 0s dioses, sobre todo cuando se presentaban en este mundo para solucionar los embrollos hhumanos; se trata del recurso que 1s latinos denominaron deus ex machina, y a cuyo auxilio —segin una opinign ynuy éifundida— Euripides apel6 has- fe el exceso, en particular para cortar ‘por lo sano situaciones que él mismo habla hecho inextricables; también habia tramoyas para elevar por 10s aires a los dioses y héroes o para ha- cerlos surgir de las entrahas de la tierra, asi como existian mecanismos ‘que reproducfan con bastante fide: dad truenos y relémpagos. 3. ESTRUCTURA DE LA PIEZA DRAMATICA Tal como es posible estudiarla a tra- vés de los ejemplos conservados, 1a tragedia griega se manifiesta como un Producto artistico muy elaborado y complejo, en el que se sintetizan con singular eficacia elementos de indole bastante diversa. Asi como la parte “mecénica” y arquitecténica quizé de- ba ser vinculada a los adelantos téc- nicos de la época, de igual modo el aspecto estrictamente literario se apo- ya con vigor innegable en el excep- cional desarrollo que habfan alcanzado las distintas variedades posticas. De tal manera, en los pasajes que esta. ‘ban destinados al coro coral (que en los comienzos del siglo V ya habia completado el ciclo de su perteccio. namiento) y el uso de las formas dialectales predominantemente dorias cultivadas por sus més conspicuos re. presentantes. Asimismo, cabe destacar en qué medida va declinando el papel desempefiado por el coro, que en las primeras piezas de Esquilo cumple una funcién protagénica, y paulatina- mente se repliega en los autores si- guientes hasta convertirse en mero espectador y comentarista de los su. cesos, y mas tarde, ya en las obras de los siglos III y IV, es habitual que el dramaturgo se limite a acotar la palabra “coro” sin incluir texto al- guno, de modo que los intérpretes quedaban en libertad para insertar Jos textos que consideraren més pric: ticos y adecuados (a semejanza de lo que suele suceder en el teatro mo- derno con Ja llamada “musica ‘inei- dental”). En ultima instancia, esta Peculiar evolucién del coro podria. servir como pauta para convalidar la tesis aristotélica acerca del origen de Ja tragedia: si esta especie procede del ditirambo, es natural que fuese al prin- cipio predominantemente coral y que, ee t i mn ' & t E i ! ] | 3 | a : 6 . ; # i q ‘i 4 a t i 5 F a i Be } FE 2 fib : i i i i I | i | ap y 4 E i i 6 ‘lon, Spin Arse, perooale ‘eo an rh ena Brows (me an ee ee Rasim Paw gen ee SE oper comme 2, pte sn a mtn Ses See cee eas Stennis name, Sass Sota Se Sane rie aod Shee ee a Los PRECURSORES, Y ESQUILO 2, oe ore Oe ee Zeer Eeeeess Sete Ree tee Stet rors ae ere fele a ae aa oe oe eee teomaeitone Samco mae Sake: aie cae: Ts = Heel if 4 ease si eid filet HEHE ae seit rH TS ahi ail ied seni i cee ea eT RPAH eT eH i Le i ea Sei Nie UA nn ll side i eal r # | i f 4 A f Tear ceameseeeuas | El epitafio ici Sette cates | de Esquilo i i i; y bs 3 i yr ai Ee is | trae ee ai i i I i HUG bi a Whe we i if i ! B | it an fit aly eee my nga: alll i H SRE ea el correcta cos ei ceTto i snes no wee Sorina tenga Soa a mah tee ya ayy if A ahh 5. SOFOCLES ‘As{ como Esquilo representa el viejo espiritu tradicionalista y conservador de quienes lucharon en Maratén, Séfo- ‘cles en cambio encarna de manera ca bal la mentalidad nueva y progresista y el creciente individualism que se difunden en el curso del siglo V. Este distingo, consolidado por una perspec: tiva mas de dos veces milenaria, ya era advertido por la Grecia contemporénea Gomo indicio de dos actitudes que re flejaban distintos momentos de su evo- rea, Séfocles nacis en 495 usin nist peauefia poblacién ubica- en Gofgs cercanins de Atenas— y cro: da eiyeamente Pertenecia a le genera solace @ Eaquilo, Sogn parece, ciinenilia de Sofocles disfrutaba de i Ihab presto socal y de un costar exonomico (os historia wise 1a antigiedad se apresuran a G2 pon que el padre. tenia una ieee expades, manufacture que fo era improductiva en épocas tan be- no ef gomo aquelles): desde muy jo Arnon afiein a teatro, st bien {principio prefirié la labor histri. 82%(en Grecia por 10 comin los ai fe gosaban de ina situacion prt sceda, pues su. actividad. forma wegige cultos religiosos y de hecho fait seridores de Dionisos; segtn 10s crafmponios que ‘conocemos, Sotocles vecnalie por sa elleza fisica solia empretar con innegable donaire seni eusimico ertor personae ‘Ghentnos de sus propias obras —era ‘Giore, por ejemplo, su Nausicaa, ero como st Yor carecia del volumen Refnerido por Tos espectéculos teatra Tea'resolvio. Geaicarse.exclusivamente tu labor como dramaturgo. Por otra Parte, como buen representant al Csptrtyatentene do te epoce no des: culd6 sus debereseivicos,y en varias oportunidades.dessrnpenio cargos Dit blicos de relativa importania, MURS hacia 405 8 la avanzada edad de. no venta afos, vnerado y respetado por Sus conetidadanos, (Buripides, ave ra mie joven, habla muerte” algin tempo antes) ge afirma que Séocies compuso unas ciento ventiineo tre fedias y que obtuvo mas de velnte Wictorlas en los. certimenes.dramdt ‘cos; e8sigifiativo el hecho de que Ia primera ver que sole otorgé ta Tecom Dense maxima. ¢hacla 469) entre sus vals figurera ‘nada, menos que Gullo. De su produccion se ban com fervado siete tragedias. completas tin extenso fragmento do un drama de sitiros que nos brindan cabal tes timonto de st maestra; st 36 las com para con as ples de gull se al Werte haste que punto habla. evolr tionado la teenied dramftica. en un fapso. comparativamente ‘breve: en efecto, al iniroducir un tercer actor, Sofocles estuvo en condiciones de ele borer eon mayor sullesay honda la Deloologa de los personajes, por cua to disponia de una gama mucho més ‘amplia de posibilidades para subrayar paralelismos 0 antagonismos recipro- Cos; asimismo, disminuyé 1a particl: ‘pacién activa del coro en el desenvol- vimiento de la trama argumental ¥ tendié a convertirio en una suerte de testigo ideal —en ocasiones muy Iticl do, siempre razonable y comprens- ‘VoL que presencia los acontecimientos y aiele comentarios con ecuanimidad Jos rasgos caracteristicos de sus obras ‘es Ja notable belleza de los cantos corales; por ejemplo los que forman parte de Edipo en Colono se cuentan entre las muestras mds perfectas de Ia Isrica coral griega. Lamentablemente carecemos de datos suficientes que nos permitan estable- eer en qué orden cronol6gico fueron compuestas las obras conservadas (al fespecto quiz4 la vinica excepeidn sea 'Bdipo en Colono, que fue presentada péstumamente por uno de los hijos Gel dramaturgo). Resulta bastante in- ‘sélito comprobar que no se sabe con exactitud en qué fecha fue estrenado Edipo rey, pleza que desde la antigiie- dad es considerada el ejemplo mas Aristofanes contra Euripides ipo (me 6 EURIPIDES YLA POSTERIDAD DE LA TRAGEDIA sociedad como la ateniense, aparente- mente tan civiizada. Pot eso, en su teatro hallamos tuna oxtraordinaria ga- leria de personajes muy conflictivos, pero antes que nada vitalmente hu anos; es evidente que en muchas fcasiones sus héroes ¥ heroinas care: feen de I grandeza y majestad casi Ihleréticas del mundo trégico, si bien estén dotados de los rasgos complejos y contradictorios que caracterizan al ‘généro humano; en efecto, una de las ‘caracteristions mds interesantes de su arte es la habllidad con que convierte flgunas de sus figuras en verdaderos festudios psicolégieos. Esta novedosa pperspectiva podria explicar por qué Euripides se granjed Ia desconfiansa ¥ fl repuiiio del sector més tradiciona- lista y conservador que vela en él no solo & un individuo que se atrevia a poner en tela de juicio principios si ‘puestamente inconmovibles, sino tam- bién al artista que estaba dastruyendo Ja: gran forma trégica que Esquilo y Sofocles habian levado a la perfec: eign. Por contragolpe, Euripides con- ‘quists el entusiasta aplauso de la ge- neracién mas joven que lo constderaba lun portavoz de los ideales y reivindi- caciones de una sociedad que estaba Sufriendo un rapido proceso de cam- bio originado, en parte, por Ia decli- rnacién del poderio politico de Atenas. Al fin de su vida el dramaturgo se trastadS a Macedonia por especial in- vitacion del rey Arqueleo quien se proponia reunir en su corte a conspi feuos representantes de Ia cultura hee nica; alli mmurié hacia 406, probable- mente uno 0 dos afios antes que ‘Sétocles. Se afirma que escribi6 unas noventa leans y que obtuvo solo cinco prime: ros premios; de su produccién se ha conservado un caudal bastante consi. erable: diecisiete tragedias y un dra. ‘ma de sétiros completos y una coptosa, ccantidad de fragmentos extensos. Eu. ripides tenia una extraordinaria hab Iidad para narrar adecuadamente una fanéedota, sabia hacerla interesante y fademés la comentaba con ayuda de ‘cantos corales de exquisita factura pe- a los cuales utilizaba una muisica que, Semin se sostenia en la antigiledad, se Gestacaba por su forma novedosa y moderna. Su primordial interés siem- pre se centré en el minucioso examen Paicol6gico de los personajes y en Ia Exposicion de determinadas.situacio- hes; por eso una vez. que ha logrado esos objetivos con jaucha frecuencia hno se preocupa por elaborar un des- enlace verosimil y apela a Ta arbitraria Intervencion de un dios (deus ex ma- China) que se encerga de introducir cierto orden en Ia confusién reinante, ‘Entre las piezas suyas que han alcan- zado més justiciero renombre se cen- fan las que incluyen algunos de los personajes femeninos més logrados del teatro europeo y cuyo influjo ha per- Gurado hasta los tiempos modernos: “Alcestes (protagonizada por una mujer era y delicada que se sacrifica por tun marido bastante indigno de su de- vooién); Medea (cuya heroina es una mujer de vigoroso temperamento y fgran inteligencia que se convierte en ‘sanguinaria asesina por obra del trato {njusto a que es sometida); Hipdlito (Fedra, su figura central, se destruye ‘a sf misma a causa de su amor inces- ios (80 asiste at p ety ransformacin ‘de an) ges ete DONAAGOSA en un ne ¢ 7 meeativo). Sin embed, 9 pra maestra de Burpy sce acantes —presentada pote So en in aes expone us tee in difusién del eulto ae oi ty Grecia; eS interesante ‘ose en este €250 el coro vache ne fait wD POPE dcisro en siser como sucedia en el eet. set io. Las Dacentes, que se ere Pa rey por st omit ee s orales¥ POT Si oMminoso en aster y horror, eel digno bre, Me o70 que cerra uno de los pe mis fecundos y seminales Se {aro europe. tates muerte de Buripides, seguida iy poeo después DOr ln deSofocies MP prictica finliza east abrupte ve Ia historia de Ia tragedia como rero itera. significative, Arist. fins, con su habitual y certerojuleio fre, hace que Dionlsos se lamente gorel hecho de quo unn vex desape freids los tres grandes tragioos solo {peden, para renin culo, poetas de fmay.medioores merecimientos Sin feiargo, podrian rescatarse algunos ombres! de relaiva importanca, en fspeil Agatn (a quien por To demés conocemos a través del Simposto pl tinea 9 de las bromas que le gastabe ‘risttanes en sus comedias) de quien sernan conservado unos pocos ‘ram tentos que 10 muestran como un a fee capaz de escribir con un estilo ‘sfinadamente elegante y pulido pero de auténtico vuslo posted.

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