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Congestión en el Sistema Judicial

La rama judicial es la encargada de administrar la justicia en el estado colombiano la cual

está compuesta por distintos órganos articulados del poder público destinados a solucionar o

resolver conflictos conformes al derecho colombiano. La Rama Judicial en Colombia está

constituida funcionalmente por cuatro o cinco jurisdicciones (Ordinaria, Contenciosa

Administrativa, Constitucional, Disciplinaria y especiales) de las cuales se desprenden

correspondientemente cuatro altas cortes para las primeras cuatro jurisdicciones, a saber: la Corte

Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, la Corte Constitucional, y Consejo Superior de la

Judicatura.

A pesar de estar organizado en las respectivas jurisdicciones y cortes el sistema judicial

está en crisis. No es un problema exclusivo de la Corte Suprema, sino de todo el sistema judicial.

Los colombianos no solo están alarmados porque se esté diciendo que un magistrado ha vendido

fallos, sino porque ello sucede en muchos lugares de nuestro país y, además, los niveles de

congestión y lentitud son intolerables.

Por otro lado, el sistema de elección de jueces y magistrados ha demostrado tener grandes

debilidades. Muchos jueces brillantes se quedan toda la vida en el mismo puesto, mientras que

quienes son parte de “los famosos grupos”, como el revelado en el escándalo de la Corte Suprema

de Justicia, tienen más opciones de escalar rápidamente en la justicia. Debido a esto muchos

aspirantes a ocupar cargos públicos en el sistema judicial que realmente cuentan con las

capacidades y conocimientos para ejercer de manera idónea su labor en el sector judicial, se ven

afectados, perdiendo la oportunidad de participar en los procesos de selección.

A causa de estas falencias en el sistema los procesos se hacen eternos y la justicia empieza

a fallar, un ejemplo claro son los deudores morosos, a quienes no les importa que los demanden
porque saben que el juicio durará más de 3 años y que en ese momento ya le habrán traspasado

todos sus bienes a cualquier familiar. En los procesos penales, los aplazamientos llegan al

extremo de que una misma audiencia se aplaza más de diez veces, sin que los jueces hagan nada.

En la jurisdicción contenciosa, la cantidad de recursos y la congestión hacen que los procesos

duren décadas. Además, aunque muchos funcionarios judiciales son honestos, existen algunos

que tienen verdaderos carteles en los que venden fallos, notificaciones, recursos y confort

carcelario.

Si lo que queremos es limpiar la justicia, hay que acabar totalmente con la ‘puerta

giratoria’ que se ha creado entre la justicia y el litigio. El escándalo reciente de la Corte Suprema

de Justicia demuestra que muchos litigantes manejan verdaderas redes dentro de la justicia, y por

ello hay que eliminar esa posibilidad de manera radical acabando con la corrupción presente en el

sistema judicial.

Es importante tener en cuenta que uno de los factores que se debe mejorar en mayor

medida es el tema de la educación y cultura ciudadana, pues trabajando directamente con los

ciudadanos y los entes públicos, se podría llegar a la raíz del problema, concientizando a las

personas sobre la importancia de la sana convivencia, el respeto hacia los demás y el

cumplimiento de las leyes

Adicional a lo dicho anteriormente es evidente que hay que quitarles todas sus facultades

electorales a las altas cortes para evitar que siga politizándose nuestra justicia. La Constitución de

1991 buscó limpiar la política entregándoles poder electoral a las cortes, pero para desgracia de

los ciudadanos la justicia y la política están contaminadas por la corrupción.

Como futuras docentes tenemos en nuestras manos una labor sumamente importante y es

la de educar a las futuras generaciones para que sean cumplidores de las leyes y sobre todo,
tengan presenten que nuestros derechos terminan donde inician los de la otra persona, fomentar

siempre la sana convivencia, el respeto por las diferencias, sean religiosas, culturales,

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