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EL ALEJAMIENTO: LAS ALAS DE UNA MARIPOSA

Autor: Luis Eduardo Pérez Marrugo

Apreciadas y apreciados graduandos, maestros, colegas.

Hoy la Escuela Normal Cartagena del Caribe les entrega una certificación de
maestras y maestros, con ella se establece que se cursó un Programa, un currículo,
que cumplieron unas prácticas, unos ejercicios investigativos, es decir, se certifica
una trayectoria, pero no una trayectancia. La trayectoria, en sentido estricto,
siguiendo a Jacques Ardoino, “es una noción astrofísica, la trayectoria de una
cometa o la trayectoria de un astro; en segundo lugar, en balística, la trayectoria de
una bala de revolver, la trayectoria de un misil, o la trayectoria de la flecha de un
arco.(…) La trayectoria es el recorrido de un móvil inerte propulsado por una fuerza
externa y aditiva. Metaforicamente, los diplomas que ustedes hoy obtendrán jalonan
o balizan esta trayectoria. La trayectoria siempre esta modelizada por un contexto
exterior que es el sistema social, institucional, educativo. En el sistema educativo
los responsables piensan a los estudiantes en términos de trayectoria para calcular
los presupuestos”.

Con ustedes y los estudiantes antes y después de ustedes, hemos pretendido y


pretenderemos no certificar trayectorias sino mostrar el camino construido en el acto
de su recorrido. Ese camino no preconcebido sino construido en con lo vivido, es lo
que denominamos trayectancia. En la trayectancia no caminamos de A a B, como
lo haríamos en el trazado de la trayectoria, sino que podemos llegar a C, D, F o
quizás no llegar a ningún lado distinto al lugar de donde hemos intentado partir. Si
la trayectancia es el reino del Acontecimiento, de lo incierto, de lo im-programable,
si es una especie de imperio de la experiencia, del riesgo, de lo que nos cuestiona,
tendríamos que preguntarnos: como entregar certificaciones para un acto
trayectancico ?. La trayectancia implica acompañar y ser acompañado, en este
sentido, si los “formadores de formadores” (expresión, quizás, cuestionable) los
acompañamos, nosotros fuimos acompañados por ustedes, caminamos con
ustedes y ustedes con nosotros, constituyendo un nous -otros, una unidad intima a
lo largo del camino.

Esa unidad íntima, concreción de la trayectancia, corresponde a la gramática de las


emocionalidades, de la poesía, de las complicidades, de la negatricidad, de la
micro-resistencia, de la “traición”. Esto, más allá de una certificación, es lo que
deseo reivindicar ante ustedes y los presentes. Estoy convencido que, en estos dos
años y medio en los cuales juntos llevamos “el paso infinito del caminante”, como
dice el Joe Arroyo en una de sus canciones, nos abrigamos de emocionalidades
traducidas en poesía, no porque cada encuentro haya sido lectura de una métrica
de los grandes poetas, sino porque cada uno de dichos encuentros significo un
intento para hacer sonar musicalmente las palabras implicadas en los procesos
formativos movilizados con ustedes. Creo y creemos en las emocionalidades, creo
y creemos en la poesía como condición pedagógica para la construcción de otras
subjetividades, como condición para un mejor acercamiento entre los sujetos de
saber que somos o creemos ser, como condición para hacer explotar lo distinto que
existe en cada uno, con uno mismo y con los Otros u Otras. Esto nos convocó a
construir una especie de complicidades.

Ustedes, al hacer parte de esa red invisible de complicidades, nos permitieron, a


diferencia de Hector Lavoe " que nos paráramos hasta en la calle, preguntar si
sufren, si lloran, / si tiene una pena / que hiere muy hondo."1, nos permitió, en

1
Aquí rescatamos en sentido inverso una nota Hector Lavoe de El cantante : "Me paran siempre en la calle,
/ mucha gente que comenta / ¡Oye Héctor ! tú estás hecho: / Siempre con hembras y en fiestas. / Y nadie
pregunta si sufro, si lloro, / si tengo una pena / que hiere muy hondo".
colectivo, pensar y sentir asuntos im- pensados, que exigían im-provisar, ensayar,
errar, regresar y reiniciar. Quizás complicidad provenga etimológicamente de
plicare, es decir un acto de extender algo y com, el otro, acompañamiento, siendo
así hoy estamos festejando, no una certificación, sino esa acciones que en conjunto
movilizamos, que de manera cómplice abordamos. Gestos, sonrisas, llegadas
tardes, traumas, evaluaciones, preocupaciones, ocupaciones y llantos abrieron
surcos, dejaron marcas, huellas, en el camino cómplice que transitamos. Como
certificar estas complicidades?.

Las complicidades educativas y pedagógicas se le piensan y sienten no se les


certifican, por ello hoy, la in-significancia, y la in-visibilizacion, el cuestionamiento
moral que se cierne sobre la complicidad, la reivindico ante ustedes para que la
complicidad se conciba como una acción de transformación y apuesta colectiva de
alto valor afectivo y formativo. Creo que las implicaciones entre complicidad, amor
y pasión son manifiestas, al menos, las miramos así: pedagógicamente no
construimos complicidades sino estamos preñados de amor y pasión. Con ustedes,
también se ha concretado esa relación, hoy que se alejan, los convocamos a que
continúen provocando sus propias complicidades y con el otro u otra, como una
manifestación concreta de amor y pasión como maestras y maestros.

Complicidad, amor y pasión, es una triada que no vive de la normalización, no vive


de regularidad, de lo lineal, la continuidad, contrario a esto nos llevan al conflicto, a
la disrupción, a des-ordenar un orden, a la negatricidad_ “la capacidad que todo
ser vivo humano tiene de poder desarmar las estrategias que pesan sobre él, a
través de su propia contra-estrategia”_ (Ardoino), a la micro física del poder (diría
Foucault) a la micro-resistencia_ (afirmaría Michel Serre) a la traición del poder
establecido ( G. Deleuze), al estudio como ruptura de lo socialmente aceptado (Jose
Marti, Paulo Freire). Con ustedes fuimos viviendo críticamente estas ideas, en tanto,
se pasó del espacio de la aceptación, de la normalización, a la toma de distancia
del Otro u Otra (los profesores, los libros, el significado, lo universal) y del Otro u
Otra que vive en cada uno de ustedes (el extranjero). La negatricidad, la micro-
resistencia, la ruptura, constituye un acto de traición comprendido aquí como el
escapar “al deseo que los padres tienen respecto de sus hijos, que los profesores
tienen respecto de sus alumnos, o que tenemos unos con otros con respecto a
nuestros amigos, a quienes elegimos para que estén adornados de todas las
virtudes que nosotros les atribuimos”. Qué sentido tiene certificar a quienes nos
mostraron micro-resistencia, negatricidad, “traición”?.

A ustedes y para los que posiblemente vendrán o vienen caminando, los


profesores, en general y, de manera singular, el que les escribe estas notas, con los
cuales compartieron complicidades, los concitamos, hoy más que ayer y menos
que mañana, a que hagan de las emocionalidades, del amor , de la pasión de la
complicidad y de la “traición” una caja de herramienta para sentí-pensar,
transformando, el mundo, la sociedad, la educación, la formación, la escuela sus
familia y ustedes mismos. Quizás, sin esta caja de herramientas que hemos vinimos
construyendo y actualizamos en estos instantes, no podría existir el alejamiento que
iniciaron hace dos años y medio, quizás, sin este alejamiento no se entendería que
al acto de certificación de hoy, es un acto para repensar y sentir la travesía de la
formación, atendiendo a Armando Zambrano, el viaje de la formación, diría
Humberto Quiceno, la construcción del barco formativo dice quien les habla; sin este
alejamiento no existirían las alas para volar, quizás, sin ellas no entenderíamos el
“vuelo”2 de las mariposas: frágil en su “andar” y tiernamente incierto e imaginativo
en su posar. Con “sus alas”, deseo que transiten por cimas más altas, más
humanas, que las nuestras!

2
Con la expresión vuelo, deseo significar, metafóricamente, la metamorfosis de la mariposa (del griego meta-
morfé "más allá de la forma anterior") pues posee un ciclo vital con cuatro estadios muy distintos: huevo,
oruga o larva, crisálida o pupa, y adulto o imago. Creo que cada uno de ustedes vivió de manera incierta su
metamorfosis. También podríamos relacionar la dinámica camello, león , niño de la cual nos habla Nietzsche
en Así hablo Zaratustra: Camello cargado de valores que reivindican los normal, se escapa al desierto, allí se
transforma en león, es decir en un espíritu desafiante, pasando del yo debo al yo puedo; conversión en niño,
como espíritu de libertad creativa. Ya iniciaron, se trata entonces de Ser quien se es.
Gracias por ponernos en el lugar del pensar, del sentir y del actuar.

Cartagena 15 de Agosto de 2019

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