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TRATAMIENTO

El tratamiento depende de la severidad del cuadro. En los casos de meteorismo


leve en feedlot o en empastadas, se dan alimentos toscos si el animal aún puede
comer; frecuentemente es efectivo presionar sobre el flanco izquierdo y forzar al
animal a hacer ejercicio. En feedlot se ha logrado cierto éxito con la
administración intramuscular de penicilina en casos de meteorismo leve.
Probablemente una buena proporción del antibiótico es secretado hacia el rumen
actuando sobre los microorganismos que promueven la formación de espuma.

Actualmente, en el meteorismo por leguminosas, el mejor método es la


administración de antiespumantes y de éstos los más efectivos son los
detergentes sintéticos por su acción más rápida y por otorgar una protección de
12 horas o más. Se administran en forma de tomas y por inyección intrarruminal.
En casos más severos puede ser necesario ayudar a la eliminación del gas libre
introduciendo al rumen un tubo por vía bucal o nasal, o más drásticamente por
punción del rumen empleando un trocar. Si estas prácticas han sido insuficientes
en cuadros muy agudos debe practicarse una ruminotomía dejando escapar
primero el gas lentamente y luego agrandar la incisión para remover suficiente
contenido ruminal de modo de colapsar el flanco. Luego se administra al animal
una toma con algún agente antiespumante para prevenir un nuevo acceso de
meteorismo.

CONTROL

Existe un conjunto de medidas de control para atenuar el potencial meteorizante


de las especies mencionadas. Sin embargo, no son extrapolables de una
situación a otra ni garantizan un 100% de eficacia.

Se recomienda la utilización combinada de las diferentes alternativas disponibles


para aumentar la eficacia en el control del meteorismo.
Utilización de las leguminosas en avanzado estado de madurez: el
incremento en la proporción de fibra del forraje maduro y la mayor resistencia de
la pared celular a la ruptura durante los procesos de digestión, reducen el riesgo
de empaste.

Utilización de pasturas consociadas: aunque se han registrado casos de


meteorismo en pasturas con una proporción de leguminosas del 25%, en general
la inclusión de gramíneas en una pastura de leguminosas permite reducir el
riesgo de empaste;

Marchitamiento por corte: los cortes se realizan en cada franja diaria con corta
hileradora a 5-7cm del suelo, en estados del cultivo que varían entre botón floral
y 10% de floración. La duración del oreado es de 36-48 horas en otoño e invierno
y de 12-24 horas en verano y primavera.

4) Productos tensioactivos sintéticos: los productos más conocidos son los


Plurónicos (Ej. poloxaleno) y los alcoholes etoxilados (Ej. Terics). Las formas de
administración más confiables y seguras son aquellas en la cual la dosis
preventiva alcanza el rumen en todos los animales antes de que se presenten
las condiciones que generan el empaste. Tal es el caso de las tomas
individuales, el rociado sobre las pasturas y el mezclado en la ración.

5) Antibioticos Ionóforos: experiencias nacionales han demostrado que


mediante el uso de monensina se ha logrado disminuir la incidencia de
meteorismo en un 50 - 80%. Sin embargo, en condiciones de alto riesgo no se
evitaría la aparición de casos agudos.

6) Medidas de manejo

Debido a las presiones de los consumidores para reducir el uso de productos


químicos (antibióticos, detergentes, etc.) en las dietas, las medidas de manejo
tendientes a controlar el empaste cobran cada vez más importancia.
6.1) Momento de ingreso a la nueva parcela

El pastoreo temprano en la mañana aumenta el riesgo de meteorismo con


respecto al pastoreo tarde en la mañana (entre las 11 y las 12). Esto indica que
es aconsejable el cambio de parcela después del mediodía cuando el rocío o las
heladas han desaparecido.

6.2) Suplementación con concentrados energéticos

La utilización de suplementos que reducen el pH ruminal genera condiciones que


favorecen el desarrollo del empaste. Por esto, no es aconsejable la utilización de
granos como suplemento para pasturas potencialmente meteorizantes.

6.3) Suplementación con silaje de maíz

Se ha logrado controlar el meteorismo espumoso en vacas lecheras mediante el


uso de silaje de maíz (SM) en una proporción no inferior al 40% (5Kg MS
/animal/día) de la dieta total. En sistemas intensificados de producción de carne
de INTA Balcarce , la suplementación con silaje de maíz a razón del 0,5-1% del
PV en MS/animal/día, previo al pastoreo de alfalfa, ha sido empleada
exitosamente como una medida de manejo para controlar el
SIGNOS Y SINTOMAS
Los signos externos que presentan los rumiantes cuando padecen meteorismo
agudo son los que se indican a continuación. Cuando un animal que está en el
pasto empieza a timpanizarse, lo primero que suele observarse es que deja de
comer y se muestra inquieto. A1 poco rato se aprecia que el hueco del ijar
izquierdo, es decir la depresión que hay delante de la punta izquierda del anca
del animal, va desapareciendo. Después, esa zona se abomba, pudiendo llegar
a sobrepasar la línea del dorso. Los eructos han desaparecido o son menores
de lo normal. El animal tiene la mirada empaste. angustiosa y, de vez en cuando,
vuelve la cabeza y se mira el vientre. Como consecuencia de la hinchazón de la
panza, ésta empuja al diafragma hacia delante y, como el diafragma es la pared
musculosa que separa la cavidad abdominal de la torácica, los pulmones primero
y el corazón después, no pueden desempeñar normalmente sus funciones. La
respiración se hace difícil, el animal dilata más los ollares porque nota que se
asfixia. Si el animal no expulsa de forma natural o ayudado con algún tratamiento
los gases acumulados en la panza, cae al suelo y muere a los pocos minutos.
Todo este proceso, desde que se observan los primeros síntomas hasta que el
animal muere, pued° desarrollarse en menos de una hora, aunque lo más
frecuente es que dure alguna^ horas.
P revención del meteorismo

La asociación del meteorismo con ciertos regímenes dietarios permite suponer


que su prevención puede realizarse a través de un adecuado manejo de las
empastadas y/o de los animales.

El alto valor nutritivo de las leguminosas y su efecto mejorador de los suelos


hacen inadecuado restringir su uso a pesar que el consumo de ellas representa
uno de los mayores riesgos. La asociación con pastos más seguros como son
las gramíneas parece ser una buena alternativa. Se considera que una
proporción menor de 50% de leguminosas en una pradera mixta, ocasionalmente
produce meteorismo.

Las prácticas agrícolas, como los programas de fertilización selectiva, que


promuevan a un mayor desarrollo de las gramíneas en desmedro de las
leguminosas implicarían una mejor prevención del meteorismo.

Como una manera de evitar el consumo selectivo de leguminosas, que son más
palatables y disminuir el consumo de la parte de la planta que tiene mayor
proporción de proteína soluble como son los brotes, se puede administrar el
alimento como 'soiling'. Otra posibilidad es permitir el pastoreo de leguminosas
cuando éstas son menos peligrosas como ocurre cuando no están mojadas por
el rocío o lluvia, o bien cuando la planta ya está en floración; pero en este caso
se pierde valor nutritivo.

Se ha tratado de usar henos de alfalfa o cebada antes del pastoreo, pero su


efectividad ha sido dudosa mientras que una mayor protección parece
proporcionar los henos de pastos Sudán y de avena. En general ningún método
de control de praderas o pastoreo puede considerarse totalmente efectivo.

Otra alternativa para la prevención del cuadro de meteorismo es el uso de


agentes que, de una u otra manera, interactúan con los mecanismos de
formación de espuma ya analizados. Se han establecido los siguientes criterios
para seleccionar dichos agentes.
Una sola dosis del agente debe ser efectiva para prevenir el meteorismo al
menos por 12 horas. Debe actuar rápidamente (10 minutos). Debe alcanzar una
concentración adecuada en el período de mayor peligro. Debe ser palatable. No
debe tener efectos deletéreos para la salud, reproducción, función ruminal,
consumo de alimento, calidad o cantidad de leche. No debe ser eliminado en la
leche. No debe encontrarse en tejidos corporales 5 días después de la
administración. Debe ser económico.

Se ha intentado el uso de muchos compuestos, pero sólo algunos cumplen con


todos estos requisitos.

Entre los agentes hasta ahora empleados están los antibióticos y de éstos el más
usado ha sido la Penicilina, que reduce la incidencia y severidad de meteorismo
dentro de ciertos límites, pero su acción declina aproximadamente a las dos
semanas, probablemente por desarrollo de resistencia al antibiótico. Una
combinación de Penicilina con Eritromicina puede controlar el meteorismo por un
período más largo que cuando se dan solos o en rotación, pero su efectividad
también disminuye después de 3 a 4 semanas.

Aparentemente la penicilina previene el meteorismo por dos acciones, ya sea


afectando la fermentación ruminal con lo cual disminuye la producción de gas o
inhibiendo bacterias que modifican los lípidos; de este modo éstos quedan
disponibles como antiespumantes.

Otra acción tendiente a modificar la actividad fermentativa ruminal se refiere a la


eliminación selectiva de holotricos cuyo papel en la etiología del meteorismo ya
ha sido analizado, mediante el uso de agente antiprotozoarios.
Clarke et al utilizaron el Dimetridazol que además de afectar el número de
holotricos, afecta a otros microorganismos (entodiniomorfos y algunas
bacterias), provocando así una reducción de la actividad fermentativa; también
observaron una disminución del consumo de alimentos y concluyeron que, como
preventivo, el Dimetridazol es limitado, principalmente por el hecho que el
meteorismo puede presentarse en animales tratados. En general el uso de
agentes antiprotozoarios no ha sido satisfactorio para controlar el meteorismo.

Clark intentó usar sulfato de cobre, formalina y trementina como


antifermentativos con el objeto de aliviar el cuadro inhibiendo la producción de
gas. Su estudio in vitro indica que, aunque el sulfato de cobre y la formalina
disminuyen la producción de gas, no es recomendable el uso de estos
desinfectantes en el rumen por su acción altamente drástica, que implica
destrucción de microorganismos. En cuanto a la trementina tiene un efecto
directo sobre la tensión superficial y actúa rompiendo la espuma.

En estudios in vitro, Carracedo ha demostrado que, al usar SP-3 como inhibidor


de la producción de gas en un sistema de meteorismo experimental, se observa
una menor producción de espuma del contenido ruminal, sin provocar efectos
deletéreos sobre la microbiota. La acción de SP-3 es potenciada al asociarlo con
2 et xi-bu til-citrato (BlotroIR) que es un agente antiespumante.

También se ha intentado un efecto preventivo inhibiendo la actividad pectin-


metil-esterasa por el propósito de evitar la formación de gel péctico, mediante el
uso de un detergente, el aril-alquil-sulfonato de sodio, que mostró una alta
efectividad en animales que consumían leguminosas. Se ha sugerido que este
compuesto sería adecuado para usarlo en cápsulas diseñadas de modo que
hubiera una liberación controlada en el rumen.

Actualmente las acciones preventivas más utilizadas están relacionadas con el


uso de sustancias que actúan como antiespumantes o como rompedoras de
espuma. Entre las que se han usado con más éxito están los aceites animales,
vegetales, minerales, grasas, trementina y detergentes sintéticos.
Las grasas y aceites desaparecen rápidamente del rumen dando una protección
de alrededor de tres horas. Para obtener una protección más larga debería darse
una cantidad grande a intervalos amplios o bien pequeñas cantidades de manera
continua con el consiguiente problema de manejo. Se ha probado rociando la
pradera con aceites o grasa emulsificadas, aplicándolos en el flanco del animal
o bien agregándolos al agua de bebida. En este último caso no resulta muy
adecuado por la gran variabilidad de consumo de agua entre los animales,
además del hecho de disminuir el consumo, debido a que están ingiriendo pastos
suculentos.

Los aceites vegetales pueden ser metabolizados por los microorganismos


ruminales. Se ha sugerido que por esta razón contribuirían a agudizar o a
provocar meteorismo; esto corresponde a lo observado cuando se da aceite de
soya mezclado con la ración, en cuyo caso aumenta la incidencia de meteorismo
en feedlot, debido probablemente a su rompimiento metabólico en el rumen. Sin
embargo, si el aceite de soya se administra como toma se comporta como
antiespumante, probablemente porque la cantidad de aceite libre es suficiente
para que actúe inhibiendo la formación de espuma, a diferencia del caso anterior
en que se absorbe en el alimento, provocando así un impedimento de tipo físico.

Johns tratando de usar siliconas como agentes antiespumantes, llegó a la


conclusión que estos compuestos son inseguros debido posiblemente a que no
pueden esparcirse o mezclarse bien en el rumen. A este tipo de sustancias
corresponden los principios activos de DolerbaR, (Silicona 1g %) y del
AntigaseosoR , que es una asociación de Dimetilsilicona con hidróxido de
aluminio como absorbente de gases.

Otro grupo de sustancias ampliamente usadas corresponde a los detergentes


sintéticos o agentes surfactantes que se ha demostrado inhiben la formación de
espuma en el rumen. Entre estos agentes los más usados son detergentes poco
espumantes, no iónicos, polímeros de polioxipropilenpolioxietilen que presentan
distintas características según la proporción de los componentes del polímero.
De esta serie se han usado fundamentalmente, el Poloxaleno y los Pluronicos
L61, L62, L64, mostrando una alta efectividad.
Poloxaleno es el único agente antiespumante aprobado por el F.Q.A. (Food and
Drug Administration) en Estados Unidos y no presenta efectos deletéreos sobre
el consumo de alimentos, ganancia de peso, reproducción o producción de leche.
Generalmente se administra incorporado en la ración, rociado sobre granos y en
bloques de sal y melaza.

Pluronicos se usan más frecuentemente en Australia y Nueva Zelandia. Por su


característica de ser solubles en agua se administran en forma de toma
diariamente o bien incorporado en el agua de bebida; también se ha probado
rociando la pradera o aplicándolo en el flanco del animal. Aunque estos
compuestos son moderadamente amargos, las tomas son bien aceptadas y no
se ha observado efecto deletéreo en la producción o calidad de la leche.

Laby ha postulado la hipótesis de la detergencia para explicar el mecanismo de


acción de estos agentes. Gran parte de la dosis se asocia a fragmentos
vegetales del contenido ruminal provocando una humectación de la superficie
que lleva a una liberación y posterior emulsificación en el líquido ruminal de los
lípidos o sus productos de degradación que corresponden a los antiespumantes
naturales. De este modo impiden la formación de burbujas amarillas que
contienen antiespumantes naturales físicamente inactivos.

Las medidas hasta aquí enumeradas representan acciones tendientes a lograr


una prevención a corto plazo, pero además existen otras posibilidades y si ellas
pudieran ponerse en práctica llevarían a una prevención a largo plazo.

En este momento existe interés en seleccionar animales de baja susceptibilidad


o animales que tengan un mejor comportamiento o respuesta frente al
meteorismo especialmente en términos de salivación, eliminación de gas o
eficiencia de los movimientos ruminales. También existe la posibilidad de actuar
seleccionando especies vegetales asociadas con el meteorismo, pero que
presenten alguna característica que las califique como menos peligrosas; es así
como se ha tratado de cultivar leguminosas con un alto contenido de taninos
(Trifolium arvense y Trifolium affine) mezclados con trébol o alfalfa.
Si no se toman medidas preventivas o si a pesar de ellas el animal se meteoriza
el primer signo que se observa es una distensión del flanco izquierdo y del
abdomen por un aumento de la presión intrarruminal.

La distensión del rumen trae como consecuencia efectos circulatorios y


respiratorios, probablemente complicados con un aumento de absorción de CO2
desde el rumen. La causa de muerte es asfixia y también puede contribuir la
hiperpotasemia observada como consecuencia de un menor flujo de sangre al
riñón debido a una oclusión parcial o total de la aorta abdominal.

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