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LA PRESIÓN AGRÍCOLA EN LA RESERVA FORESTAL CAPARO EN EL ESTADO

BARINAS.

RAFAEL ANTONIO OLIVAR CALDERA.

UNIVERSIDAD CENTRO-OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO


DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA
COORDINACION DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
MAESTRIA EN GERENCIA AGRARIA

BARQUISIMETO MARZO DE 1999


LA PRESIÓN AGRÍCOLA EN LA ZONA OCUPADA DE LA UNIDAD I DE LA
RESERVA FORESTAL CAPARO EN EL ESTADO BARINAS.

POR:

RAFAEL ANTONIO OLIVAR CALDERA

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO DE


MAGISTER SCIENTIARUM EN GERENCIA AGRARIA

UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”


DECANATO DE ADMINISTRACIÓN Y CONTADURÍA
POSTGRADO EN GERENCIA - MENCIÓN AGRARIA

BARQUISIMETO, MARZO DE 1999


INDICE

Capítulo Página

DEDICATORIA iii
AGRADECIMIENTO iv
CURRICULUM VITAE v
RESUMEN vi
INDICE DE CUADROS vii
INDICE DE FIGURAS x
I. INTRODUCCION 1
A. Planteamiento del problema 5
B. Objetivos 7
C. justificación 8
D. Alcances 10
E, Limitaciones 10
F. Metodologia 10
1. Tipo de investigación 10
2. Estrategia metodológica 15
3. Técnica de investigación 15
4. Población 15
5. Muestra 15
6. Diseño y aplicación del instrumento 15
a. Recolección de la información 15
b. Diseño de la encuesta 16
c. Aplicación del instrumento 16
d. Procesamiento de la informaciión obtenida 16
II. MARCO TEORICO 17
A. Antecedentes 17
1. La deforestación como consecuencia de la 21
colonización
agraria en Venezuela

B. Bases teóricas 27
1. La ocupación de la Reserva Forestal de Caparo 33
2. Instrumentos que regulan y controlan las 38
actividades en la
Reserva Forestal de Caparo
a. Legales 38
b. De planificación 42
c. Administrativas 49
3. Análisis histórico del proceso de ocupación de la 49
Reserva
Forestal deCaparo

4. Una visión cronológica del proceso de ocupación 68


de la
Reserva Forestal de Caparo

III. DIAGNOSTICO 97
A. Características generales de la Reserva Forestal de Caparo 97
1. Ubicación geográfica y política 97
2. Clima 99
3. Geomorfología y suelos 102
4. Vegetación 104
5. Familias de plantas forestales de Caparo según 107
importancia florística
B. Situación actual 108
C. Situación actual del área de estudio 118
1. Resultados de los indicadores estudiados 118
2. Conclusiones del diagnóstico del área de estudio 130

IV. PROPUESTA DEL MODELO 132


A. Método utilizado para el análisis de los escenarios 132
B. El problema y su contexto 135
C. Agentes de cambio 136
1. El Estado 138
2. Ministerio del Ambiente 138
3. Universidad de los Andes 139
4. Instituto Agrario Nacional 140
5. Fuerzas Armadas de Cooperación 141
6. Corporación de los Andes 141
7. Corporación Venezolana de Suroeste 141
8. Campesinos 142
9. Organización político sindicales 142
10. Grupos capitalistas 143
11. Terratenientes 143
12. Contrabandistas 144
13. Banca Pública y Privada 144
E. Elaboración de los escenarios 144
1. Primer escenario 144
2. Segundo escenario 145
3. Tercer escenario 145
F. Análisis de los escenarios 145
G. Modelos de uso actual propuestos 152
H. Sistemas Agroforestales propuestos 152
1. En condiciones de banco y sub-banco 152
a. Cultivos en plantaciones 153
b. Combinaciones de frutales y cultivos 153
c. Huerta casera familiar 154
2. En condiciones de bajío 154
a. Silvoagrícolas 154
b. Silvopastoriles 154
c. Cercas vivas 155
I. Diseños a fincas seleccionadas 157
1. Finca Buenos Aires 157
a. Silvopastoriles 157
b. Silvoforestales 157
2. Finca Charco Hediondo 157
3. Finca Campo Alegre 158
4. Finca Las Acacias 158
5. Finca Las Piedritas 159
J. Posibles usos e ingresos que pueden obtenerse en los 160
aclareos de tecas
1. Fijación de normas para productos de raleo 160
a. Fundo Buenos Aires 161
b. Plantación al año 6 162
c. Indice de espaciamiento 162
d. Producto obtenido del primer aclareo 162
e. Análisis 163
f. Plantación al año 12 163
g. Indice de espaciamiento 164
h. Producto obtenido al primer aclareo 164
i. Plantación final al año 20 164

V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 166


A. CONCLUSIONES 166
B. RECOMENDACIONES 168

BIBLIOGRAFIA 169
ANEXOS 185
INDICE DE CUADROS

Cuadro Nº Pagina

1 Matríz para determinación de variables e indicadores para la 11


elaboración de la encuesta estructurada

2 Empresas concesionarias de la Reserva Forestal de Caparo 56

3 Reservas climatológicas 101

4 Superficie ocupada por sectores en la Unidad I de la Reserva 109


Forestal de Caparo(1981)

5 Distribución de las explotaciones según clases de tamaño en 110


la Reserva Forestal de Caparo(1989)

6 Distribución de las explotaciones de acuerdo a las actividades 111


que desempeñan en la Unidad I de la Reserva Forestal de
Caparo (1989)

7 Distribución de la explotaciones de acuerdo al número de 112


animales de la Unidad I de la Reserva Forestal de Caparo
(1989)

8 Características de las viviendas en la Unidad I de la Reserva 113


Forestal de Caparo

9 Disponibilidad de Servicios en la Unidad I de la Reserva 114


Forestal de Caparo

10 Distribución de las explotaciones según tiempo de 115


permanencia y formade ocupación en la Unidad de la
Reserva I Forestal de Caparo

11 Nacionalidad de los ocupantes en la Unidad I de la Reserva 116


Forestal de Caparo

12 Ocupación de la Reserva Forestal de Caparo 117

13 Tipo de vegetación del área estudiada 118

14 Número de hectáreas y distribución relativa (%) del 119


uso actualde la tierra

15 Distribución de las fincas de acuerdo a la superficie 120

16 Número de hectáreas y porcentaje del área dedicada 121


a actividades productivas y no productivas por cada uno
de los ocupantes

17 Número de ocupantes y superficie de los principales 122


cultivos sembrados en las fincas

18 Número de hectáreas y distribución de rebaños por 123


productor

19 Características físicas y químicas de los suelos de 126


banco

20 Características físiscas y químicas de los suelos de 127


bajío

21 Inventario de especies maderables en potrero 128

22 Inventario de especies maderables según categoría 129


diamétrica

23 Superficie total y número de árboles de los diseños 156


agroforestales propuestos
INDICE DE FIGURAS

Figura Pagina

1 Reserva Forestal de Caparo 36

2 Reserva Forestal de Caparo, linde ros según acta declaratoria 37

3 Proyectos de desarrollo propuestos a la Reserva Forestal de 44


Caparo

4 Eje fluvial Apure-Orinoco 47

5 Reserva Forestal de Caparo, Unidades de manejo 57

6 Reserva Forestal de Caparo, Vialidad y acceso 65

7 Método para la evaluación de los escenarios y para el 133


planteamiento de la propuesta
LA PRESION AGRICOLA EN LA ZONA OCUPADA DE LA UNIDAD I DE
LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO EN EL ESTADO BARINAS.

AUTOR: RAFAEL ANTONIO OLIVAR CALDERA


TUTOR: DR. EDUARDO ESCALANTE
AÑO: 1999

RESUMEN

EL PRESENTE TRABAJO DE INVESTIGACIÓN ESTÁ REFERIDO A ANALIZAR LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA


OCUPACIÓN DE LA R ESERVA FORESTAL DE CAPARO Y LAS POSIBLES ALTERNATIVAS DE SELECCIÓN. DENTRO DEL
ESQUEMA DE LA ORDENA CIÓN TERRITORIAL, LAS RESERVAS FORESTALES COMO PARTE DE LAS ÁREAS BAJO
RÉGIMEN DE ADMINISTRACIÓN ESPECIAL, CONSTITUYEN ESPACIOS DEFINIDOS Y SUSTENTADOS PO UN BASAMENTO
LEGAL. N O OBSTANTE, ELLOS ESTÁN SOMETIDOS ACTUALMENTE A UN PROCESO DE OCUPACIÓN ANÁRQUICA CON
FINES AGROPECUARIOS, QUE TRASGREDE DICHA NORMATIVA E IMPOSIBILITA EL CUMPLIMIENTO DE SUS OBJETIVOS;
FENÓMENO ÉSTE QUE SE INSERTA EN LA DENOMINADA “ COLONIZACIÓN DE TIERRAS NUEVAS, CON EXPANSIÓN A
LOS PAISES DE AMÉRICA TROPICAL Y QUE DENUNCIA ESA PROBL EMÁTICA DE ORDEN LEGAL, ECONÓMICO,SOCIAL,
ECOLÓGICO Y POLÍTICO. ESTE PROCESO EXIGE SALIDAS CONSECUENTES CON LA REALIDAD , RAZÓN ÉSTA
SUFICIENTE PARA EMPRENDER UN PROGRAMA DE R ECUPERACIÓN DE LA RESERVA CUYO INICIO COINCIDE CON
PROPUESTAS DE ESTA NATURALEZA , ESFUERZO REALIZADO CON EL ANÁLISIS PROSPECTIVO. SÓLO TRES
ESCENARIOS POSIBLES, PERMITEN EVALUAR LA FUTURA SOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN, LOS CUALES ADEMÁS DE
ESTAR SUJETOS AL RAZONAMIENTO DE UN CONJ UNTO DE VARIABLES Y SUCESOS QUE SE DESARROLLARON A LO
LARGO DEL PROCESO DE OCUPACIÓN. EL ESCENARIO Nº. 1 TRATA DE MANTENER LA TASA Y EL PATRÓN DE
OCUPACIÓN DE LA RESERVA, ANTE LA INSUFICIENCI A E INEFICACIA DE LAS MEDIDAS DISEÑADAS POR EL ESTADO,
QUE SUPONE LA PERMANENCIA DE LAS CONDICIONES Y FACTORES QUE CARACTERIZAN LA SITUACIÓN ACTUAL, EL
CUAL PREVÉ LA OCUPACIÓN TOTAL DE LA RESE RVA, ESCENARIO ESTE , QUE DEMUESTRA EL FAVORECIMIENTO DE
LA DESTRUCCIÓN DE LA RESERVA. E L ESCENARIO Nº. 2 PREVÉ LA ACTUACIÓN DEL ESTADO, ENMARCADA EN LA
NORMATIVA LEGAL VIGENTE SOBRE OCUPACIÓN DE LAS RESERVAS, ESCENARIO ESTE, QUE DIFICULTA EVALUARLO
POR NO VISLUMBRAR LOS ACONTECIMIENTOS ANÁRQUICOS QUE ARROJARÍA TAL MEDIDA , RAZÓN POR LA CUAL
EVITA SER ANALIZADA CON PROFUNDIDAD Y LAS EXPERIENCIAS EXISTENTE CONDUCEN A QUE UNA VEZ
EFECTUADA TAL MEDIDA , MOTIVARÍA AÚN MÁS EL PROCESO DE OCUPACIÓ N. EL TERCER ESCENARIO QUE TRATA
DE LA DESAFECTACIÓN, PREVÉ LA INSTRUMENTACIÓN Y APLICACIÓN DE UN PROGRAMA DE MANEJO
AGROFORESTAL QUE BRI NDE LAS POSIBILIDADES DE ÉXITO TANTO A LA PRODUCCIÓN FORESTAL COMO A LA
ECONOMÍA CAMPESINA A LLÍ ESTABLECIDA . ESTA PROPUESTA A SU VEZ ES CAPÁZ DE ESTAB LECER UN MANEJO
FORESTAL SOSTENIDO. F INALMENTE , LA EVALUACIÓN DE LO PROPUESTO APUNTA HACIA LA DEFINICIÓN DE
ALTERNATIVAS DE ACCIÓN AJUSTADAS A LA REALIDAD Y LOS OBJETIVOS PLANTE ADOS , CUMPLE SU COMETIDO
DENTRO DEL PROCESO DE PLANIFICACIÓN , POR LLEGAR A LA ETAPA DE PROPUESTA DE UNA ACCIÓN QUE SE
ENMARCA DENTRO DE LA MODALIDAD DE ESTUDIOS DE PROYECTOS.
I. INTRODUCCION

Las reservas forestales forman parte del conjunto de las Areas Bajo Régimen de
Administración Especial decretadas por el Ejecutivo Nacional con el objeto de proteger
áreas boscosas con reconocida capacidad productiva para cubrir la demanda de
productos forestales, fundamental para el funcionamiento de la industria maderera
nacional; en ese sentido disponen de una normativa legal que consagra su
aprovechamiento y protección. No obstante, están sometidas a un proceso de
destrucción progresivo a consecuencia fundamentalmente, del avance de frentes de
colonización agraria, que afectan seriamente el cumplimiento de los objetivos para los
cuales fueron declaradas.

Así se encuentra que la totalidad de las reservas forestales del país poseen algún
grado de intervención agrícola, particularmente aquellas ubicadas al Norte del Orinoco
presentan una intervención que supera el 40% de sus superficies.

Los procesos de colonización expresa, de forma general, una salida a la presión


campesina por tierras, a las necesidades de expansión de la agricultura capitalista, a la
necesidad inevitable de la reforma agraria o un medio para salvaguardar la soberanía
nacional en áreas fronterizas (Rojas-López, 1989).

Sin embargo, la controversia surge de la necesidad de preservar los recursos


boscosos mediante un aprovechamiento racional respaldado jurídicamente, versus, la
ampliación del espacio agrícola, en buena parte justificado por la necesidad de producir
alimentos, aún cuando ello no asegure un aumento en la productividad agrícola, ni
mejoras en la redistribución de la tierra, ni de los ingresos. Peor aún, cuando la
evolución del proceso de ocupación de estas áreas manifiesta la tendencia hacia la
concentración de la propiedad y la proletarización del campesinado.
De tal manera que el proceso de colonización agraria de las reservas forestales,
con la consecuente desaparición del capital boscoso y la destrucción de relictos
ecológicos únicos, no representa en el corto plazo una salida justa al conflicto campesino
por la tierra, por cuanto favorece a los sectores con mayor capacidad financiera y de
gestión política.

De cualquier modo la ocupación agrícola, tal como viene ocurriendo, resulta


incompatible con los objetivos de las reservas forestales y representa una transgresión a
la normativa que las rige.

La unidad I de la Reseva Forestal de Caparo ubicada en el municipio Zamora del


estado Barinas, se seleccionó como caso de estudio por los agudos conflictos que
introduce el proceso de ocupación en el manejo de la misma. Por otro lado esta parte de
la Reserva concentra el mayor esfuerzo de investigación científica que en materia de
manejo de bosques posee el país. A pesar de no contar con un estudio sistemático que dé
cuenta del mismo.

El fenómeno de la explotación de los recursos forestales de los Llanos Altos


Occidentales, donde se ubican cuatro de las seís reservas forestales con que cuenta el
país al Norte del Orinoco, se encuadra en la valorización de la región como frontera de
recursos para la ampliación del espacio agrícola, que conduce a la consolidación de
sistemas agroindustriales y pecuarios extensivos a costa del retroceso del límite boscoso.

Así, se aprecian dos frentes de colonización agraria en la región, uno que avanza
desde el Noroeste, teniendo como punto de partida la implantación de un modelo de
producción agrícola empresarial: la Colonia Agrícola de Turén en la década del 50, cuyo
desarrollo significó la deforestación de prácticamente las 90.000 hectáreas de bosques de
la Reserva Forestal deTurén, hoy convertida en pujante zona agroindustrial.
Actualmente, este frente de colonización avanza y actúa sobre la Reserva Forestal de
Ticoporo.

El otro frente más reciente, se desplaza desde el Suroeste, caracterizado por


corrientes migratorias de las zonas montañosas andinas y las áreas fronterizas, que
conjuntamente con la aparición de fuertes intereses económicos y políticos en la zona es
el responsable de la desafectación y ocupación de grandes extensiones de la Reserva
Forestal de San Camilo, que muestran sistemas agropecuarios extensivos con una
elevada concentración de la tierra.

El otrora macizo boscoso de Caparo representa en la actualidad el punto regional


de convergencia de ambos frentes de colonización agraria, que ya muestra sus efectos
evidentes en la dinámica reciente de su proceso de ocupación.

Como se puede apreciar, la permanencia de las reservas forestales, o su viabilidad


socio-política como se le ha denominado, plantea serios conflictos cuya solución
pareciera estar en el conocimiento integral de su funcionalidad, representada tanto por
sus condiciones intrínseca como por los contextos globales de su encuadramiento,
sociales, económicos, legales, políticos, técnico y otros. Este conocimiento permitiría, por
su parte, descifrar con propiedad las causas, que el proceso de ocupación manifiesta,
hacer pronósticos en términos de futuro, para finalmente construir los caminos
(escenarios) para alcanzar aquellas situaciones que representen los mayores beneficios
en función de unos objetivos preestablecidos.

En esta línea se inscribe la presente investigación, en tanto que se ha estructurado


en cinco capítulos, en los que primeramente se hace una descripción del problema y los
objetivos que se desean alcanzar; así como también el desarrollo de la metodología que
ha permitido llevar a cabo generar la información necesaria para establecer las
alternativas.
En un segundo capítulo se fundamente teoricamente todo lo referente a los
antecedentes y las bases teóricas que permitieron servir de instrumento para la
elaboración de la propuesta.

En el tercer capítulo se desarrolla una aproximación a la situación actual tanto del


área de estudio como de su entorno, ya que la misma está cisrcunscrita en toda la
unidad de análisis.

En el cuarto capítulo se propone en primer lugar un modelo de análisis de los


posibles escenarios que se mantienen presente en la interacción del desarrollo del
problema planteado, todo esto con la finalidad de llegar a la proposición de un modelo
de uso actual que permita dar inicio al proceso de transformación del sector.

Por último en el capítulo cinco se plasman opiniones y se hacen las


recomendaciones que han sido producto de la reflexión de tan difícil situación como la
que nos planteamos.

A. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Las reservas forestales han venido siendo sometidas a un proceso de ocupación y


deforestación progresiva para cederle el paso a las actividades agropecuarias. Esta
situación plantea la necesidad de un manejo integral que permita recuperar el uso, por
la cual fueron decretadas como reservas forestales; en tal sentido, el Ministerio del
Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR), a través del Servicio
Autónomo Forestal Venezolano, SEFORVEN, consciente del valor irremplazable del
patrimonio de la Reserva Forestal de Caparo, ha elaborado el programa de
recuperación, aprobado en el mes de julio de 1992, por el Consejo de Ministros (Decreto
636), en el mismo se plantea la utilización de sistemas que permitan un uso racional de
los recursos naturales, con la participación de todos los ocupantes para la recuperación
de áreas. La Universidad de Los Andes, ULA, a través del Instituto de Silvicultura,
en su afan por realizar una política de extensión, sin perder de vista sus objetivos
fundamentales como lo son la investigación y la docencia, se encuentra desarrollando
un Proyecto de Desarrollo Forestal participativo como alternativa para el manejo de la
Reserva Forestal Caparo.

Estas alternativas no son nada novedosas como práctica desarrollada por las
poblaciones rurales en diferentes cultivos del mundo, lo que corresponde valorar es el
esfuerzo desplegado en el rescate de tales sistemas y sus implicaciones tecnológicas,
productivas y sociales en el mundo, que ha venido olvidando la enorme importancia de
la diversidad de las prácticas tradicionales que, en el momento pudieran establecer una
relación más armónica de la naturaleza, además de satisfacer necesidades básicas de las
poblaciones contribuyendo a su bienestar.

La Ley Forestal de Suelos y Aguas establece en el artículo 54 que la función


principal de las reservas forestales es asegurar el suministro continuo de materia prima
para la industria forestal nacional, pero las mismas han venido desarrollando en los
últimos años en un acentuado proceso de ocupación y destrucción, para el desarrollo de
las actividades agrícolas, pecuarias, mineras, urbanísticas etc, al punto que algunas de
ellas han desaparecido (Turén y Río Tocuyo); proceso que de continuar al cabo de poco
tiempo el país no contará con bosques naturales, ni plantaciones forestales para
abastecer la industria forestal nacional. (Silva, 1993).

Las reservas forestales en los llanos occidentales ha sido sometido en los últimos
años a procesos intensivos y no controlados de invasión. De esta manera la Reserva
Forestal de Caparo se ha visto disminuida aproximadamente en 48% de su superficie
boscosa, desvirtuándose la finalidad central como es la producción de materia prima
para abastecer la industria forestal nacional y limitando su capacidad como reservorio
de biodiversidad.

Este proceso de degradación progresiva de bosques está asociada principalmente


a la expansión de la frontera agropecuaria, lo cual conlleva a un cambio de uso de la
tierra que en muchas oportunidades es innecesario e improductivo debido a la pobreza
de los suelos, agresividad climática e inundaciones periódicas entre otras limitantes.

Las medidas tomadas por los organismos oficiales no han detenido esta tendencia
de ocupación anárquica con fines agropecuarios, es esto lo que hace necesario buscar
soluciones alternativas que permiten incorporar a los ocupantes en el manejo forestal
mediante actividades que sean compatibles con los fines de la reserva y satisfaga las
necesidades de los ocupantes, reduciendo la presión para convertir tierras forestales en
tierras agrícolas.

Una de las soluciones es la implantación de una forma de uso de la tierra en la


cual se combinan especies arbóreas con cultivos agrícolas y/o la cría de animales
alternativa, que permita resolver graves problemas de deterioro del ambiente, debido
que por su diversidad son más estables ecológicamente que los monocultivos, además
proteger al suelo contra la erosión, siendo más eficiente que otras estrategias
tradicionales de protección del suelo. En consecuencia este tipo de actividad permite
recuperar e incremetar la productividad de los suelos, estabiliza la agricultura
migratoria y generar un sin número como alimento, leña, materiales de construcción y
forraje que a su vez se traducen en ingreso para el productor.

En el presente estudio se analizarán los escenarios posibles de solución y al


mismo tiempò proponer una alternativa de desarrollo para cinco ocupantes de las 3400
has. de la Unidad I, en Caparo.
B. OBJETIVOS

GENERAL:
Analizar la situación actual de la ocupación de la Reserva
Forestal Caparo y sus posibles alternativas de solución
ESPECÍFICOS:

_ Conocer la evolución histórica de ocupación de la zona de


estudio.
_ Identificar las principales características de la zona.

_ Identificar los posibles escenarios que permitan darle solución al problema


planteado.

- Proponer una alternativa de desarrollo que responda tanto a la situación


socio-económica del ocupante como a la condición misma de
reserva.

D. JUSTIFICACIÓN

El proceso de ocupación puede ser visto como una especie de colonización


espontánea que ha resultado favorecido tanto por las limitaciones que han existido para
el control y vigilancia, como por el potencial económico que encierra para la ampliación
de la frontera agrícola. Sin embargo, la situación se hace compleja por cuanto la presión
por las tierras que se origina en regiones cercanas, se suman a las necesidades de
expansión de la agricultura capitalista en gran escala, así como las presiones políticas de
sectores del campo y las ciudades.

Las consecuencias nefastas que conlleva este proceso por la destrucción irracional
de reservas importantes para el futuro forestal del país y la industria maderera nacional
y el poco éxito de las medidas implantadas para tratar el problema de la ocupación,
hacen pensar en la necesidad de intentar proposiciones basadas en el conocimiento de la
dinámica socioespacial del proceso.

La idea que sustentamos en el presente trabajo es que los procesos de ocupación,


son claros e imcompatibles con las funciones biológicas, económicas y sociales de una
reserva forestal; sin embargo, la dinámica rebasa la normativa jurídica vigente, hasta el
punto de que el comportamiento actual de los hechos en la reserva corresponde a una
área de colonización independientes de las restrinciones legales que le imponen el
régimen de reserva.

Evaluando toda esta situación, surge la posibilidad de proponer alternativas que


permitan la utilización múltiple, sostenida y rentable del recurso bosque, tanto como en
el espacio como en el tiempo, basadas en el conocimiento de la dinámica del proceso de
ocupación. De allí que la justificación e importancia de esta investigación se concreta a
los resultados que se obtengan, con el cual se espera una importante contribución en
cuanto a producción e incorporación de tierras al proceso productivo sostenible de la
zona a estudiar.

Además, con la realización de este trabajo se persigue proyectar la zona ocupada


de la Reserva Forestal Caparo, que tienda al mayor y mejor aprovechamiento de los
recursos de manera sustentable, para lo cual se requiere de una clara instrumentación de
la política de ocupación y que esta sea capáz de responder a los nuevos esquemas de
desarrollo, así como que responda tanto a los intereses del productor como del Estado.
E. ALCANCES

La investigación está enmarcada en la Unidad I de la Reserva Forestal de


Caparo, ubicada entre los límites de la Unidad Experimental Caparo y Concesionaria
IMADELCA, con una área aproximada de 3.400 Ha. del estado Barinas, donde se
localizan 17 ocupantes, de los cuales sólo se lograron encuestar 13, debido a que el resto
no se pudieron ubicar en el área de estudio.

Al mismo tiempo se menciona que se obtuvo información a través de fuentes


secundarias, entre las que se pueden destacar, Leyes, Decretos, Resoluciones,
Reglamentos, Recortes de Prensa, Convenios y estudios realizados por diferentes
organismos (ULA,MARNR, CORPOANDES, Concesionarias).

F. LIMITACIONES

Entre las limitaciones más importantes se puede mencionar : el acceso al área de


estudio, debido a la difícil transitabilidad, así como lo dispersa que se encuentran las
áreas de producción.

C. METODOLOGÍA

1. Tipo de investigación:
Para la elaboración del presente trabajo se hizo necesario recurrir a fuentes
primarias de información, que permitiera registrar, analizar, describir e interpretar toda
la información disponible, al mismo tiempo se recurrió al banco de información del
Instituto Universitario de la Universidad de Los Andes, Ministerio del Ambiente,
Seccional Mérida y Barinas, lo que le permite a este trabajo contar con el aval científico
suficiente para proponer un modelo sustentado en información confiable.

Elaboración de la matríz para determinar las variables e indicadores para la


elaboración de la encuesta estructurada (Ver Cuadro Nº 1).

Se definen las variables en estudio operando bajo la función de los objetivos.

CUADRO Nº 1
MATRIZ PARA LA DETERMINACIÓN DE VARIABLES E INDICADORES PARA LA
ELABORACIÓN DE LA ENCUESTA ESTRUCTURADA.

OBJETIVOS VARIABLE INDICADORES ITEMS


Producción a. Tenencia de la Tipo de Propietario
Agrícola tierra propiedad Arrendatario
Otro
b. Tamaño de la Superficie Area cultivada
Unidad de cultivable Area no
producción en Has. cultivada
c. Rubros Rubro y Has. Plátano Maíz
cultivados sembradas Cacao
Hortalizas
Yuca
Pastizales
d. Asesoramiento Transporte Compra de
Técnico Obtención de maquinaria
créditos
créditos Transporte
Venta del Venta de
producto productos
Tipo de cosecha Rotación de
Uso de controles cultivos
químicos, Grado de
biológicos. otorgamiento.
Calidad y
adquisición de
semillas.
Financiamiento

Nombre de la Conocimiento de
Organización de organización la existencia de
productores Pertenencia otras
organizacio-
nes en Caparo.
Transferencia Obtención de Obtención de
Tecnológica créditos créditos
Compra de Compra de
Organización maquinarias, insumos.
equipos, semillas
Organización Criterios de Tipo de
organización. organización
Cooperativas
Empresas
campesinas
Otros.
Organización Criterios de Tipo de
organización. organización
Cooperativas
Empresas
campesinas
Otros.
Preparación de Preparación de
tierras tierras Cosecha
Cosecha Uso de la tierra
Uso de la tierra Uso de
Uso de Controles Controles
Biológicos Biológicos
Químicos Químicos
Rotación de Rotación de
cultivos cultivos
Organización Criterios de Tipo de
organización organización
Cooperativas
Empresas
campesinas
Otros.
DEFINICIÓN DE VARIABLES

Tenencia de la tierra: Se entiende como la propiedad o poseción que el


productor tenga sobre la tierra.

Tamaño de la Unidad de Producción: Esta se refiere a la extensión de tierras en


hectáreas que es cultivable y pertenecen a un productor.

Rubros cultivados: Son los principales cultivos que siembran o sembraron los
productores durante el año de investigación.

Asesoramiento Técnico: Este se refiere a la ayuda especializada recibida por el


productor en las diferentes áreas del proceso productivo.

Grado de conocimiento de organizaciones de productores: Es el conocimiento


que tiene el productor en cuanto a la existencia de organizaciones de productores.

Transferencia tecnológica: Es el grado de participación de los entes involucrados


en el proceso productivo, forestal, agrícola y pecuario, en cuanto a créditos,
equipamiento de infraestructura, compra-venta de los productos.

Organización: Es el nivel de interés que el productor manifiesta por pertenecer a


una organización.
2. Estratégias metodológicas:

Considerando la naturaleza de los objetivos propuestos, se usó un modelo


documental descriptivo, con el cual se pretende describir la situación y/o eventos para
luego ser sometidos a un amálisis.

3. Técnica de Investigación:

Se utilizó la técnica del fichaje con el fin de organizar y sistemizar la información


al mismo tiempo, se utilizó la técnica de la encuesta estructurada y escrita y la
comunicación personal con especialistas en el área.

4. Población:

La población está constituida por la totalidad de los ocupantes de la Unidad I,


localizada entre los límites de la Unidad Experimental Caparo y la Empresa
Concesionaria IMADELCA.

5. La Muestra:

La muestra está constituida por 17 ocupantes , los cuales conforman la totalidad


de la población.

6. Diseño y aplicación del instrumento:

a. Recolección de la información:
El instrumento que permitió recoger toda la información necesaria fue la encuesta
estructurada (Ver anexo 1) el cual fue aplicado en el mes de julio de 1997

b. Diseño de la encuesta:
Para la elaboración de la encuesta se procedió:
• Seleccionar los indicadores componentes de cada variable, correspondiente a los
objetivos específicos en estudio.

• Se formularon preguntas que permitieran cuantificar cada uno de los indicadores.

El juicio y la experiencia de expertos permitieron que la encuesta fuera elaborada


con la finalidad de lograr obtener sólo la información necesaria.

c. Aplicación del instrumento:

En la aplicación del instrumento participaron dos estudiantes de la Escuela de


Ingeniería Forestal y el autor de este trabajo.

d. Procesamiento de la información obtenida:

Para el procesamientos de los datos se elaboró la llamada sábana en donde se


vació toda la información obtenida con el fin de efectuar la cuantificación para cada
ocupante, luego con la ayuda de un programa (Excel) se determinaron porcentajes y
promedios.
II. MARCO TEORICO

A. ANTECEDENTES

La ocupación de las reservas forestales se inserta dentro de un fenómeno común en


los paises de América Latina denominado colonización de “tierras nuevas”. De manera
18

general, estos países enfrentan una situación caracterizada, entre otros aspectos, por un
fuerte incremento poblacional, insuficiente abastecimiento de alimenttos básicos, reducidas
posibilidades de generación de empleo, desigual distribución de la tierra e incremento de la
marginalidad urbano-rural. En este sentido, se han planteado dos salidas: una el aumento de
la productividad de las tierras actualmente cultivadas y la otra, la incorporación de “tierras
nuevas” a la producción.

Esta última constituye la opción más manejada en los países del área, que con
frecuencia obedece a la debilidad de la reforma agraria, en tanto que no expropia los
grandes latifundios, y la colonización, entónces, se transformae en paliativo para la
demanda campesina de tierras.

El calificativo de “tierras nuevas” (Nelson, M. 1977; Boadas, A. 1979) denota un


recurso con bajo nivel de explotación en función a la cantidad de mano de obra y capital
relacionado con la tierra en el proceso de producción. Son espacios potencialmente
incorporables a la producción y con posibilidades para iniciar procesos de ocupación, ya
que poseen como elementos característicos el vacío poblacional y una baja participación en
la vida económica del país; desde el punto de vista físico-biótico la formación vegetal por
excelencia en esta áreas la constituye la selva (bosques), con sus respectivas degradaciones
producto de la intervención humana y de otros factores naturales, pero cuya presencia y
extensión no disminuye la expresión forestal del paisaje, lo que le confiere enormes
potencialidades.

En efecto, para estos países las tierras nuevas representan una alternativa importante
para lograr la solución a muchos de los problemas antes mencionados, por lo cual, los
gobiernos y planificadores promueven la utilización de estos espacios como frontera
agrícola hacia donde orientar las corrientes migratorias.

En función de las potencialidades que estos espacios guardan, se amasan ideas en


relación a estas tierras, especialmente aquellas mejor dotadas de recursos: agua, suelos
19

bosques. Se trata de grupos privados diversos, unos en procura de terrenos donde fundar
explotaciones agrícolas, y otros, en búsqueda de medios para aumentar su poder
económico, generalmente bien fundado en otras regiones (Boadas, A. 1979).

La colonización de “tierras nuevas” se corresponde, entónces, con la movilización


de población hacia tierras baldías o subutilizadas que conduce a su poblamiento y
aprovechamiento. Así, surge la noción de frontera agrícola para denotar la disponibilidad
de tierras para el “desarrollo horizontal” de actividades agrícolas.

Como sinónimo de colonización se utiliza generalmente el término pionerismo, así


como, región pionera, designa a aquellos territorios en proceso de incorporación al espacio
humanizado.

Según su origen el pionerismo se clasifica en espontáneo y organizado (Boadas, A.


1979). El primero ha sido la forma más comun de ocupación de “tierras nuevas” y
obedece a la acción emprendida por una persona o un grupo de ellas, por su cuenta y
riesgo; generalmente resulta de las diversas formas de practicar la agricultura de
subsistencia. Sin embargo, el carácter de “espontáneo” que se le atribuye a esta forma de
acción se pone en duda, por cuanto presupone una riesgosa operación de movilización,
adaptación y adecuación a nuevos lugares (Heckadon, S. 1981). En razón a las numerosas
decisiones personales debía llamársele colonización autogestionada (Rojas López, 1990).

La colonización organizada, por su parte, es aquella que se realiza en la medida en


que los sectores oficiales, paraoficiales, privados o combinación de ellos, están en la base
del proceso y asumen desde algunas a todas las responsabilidades del mismo. Dentro de
esta categoría, Nelson, M. (1977) incluye la colonización dirigida, caracterizada por un
elevado grado de control gubernamental sobre los colonos, tamaño de los predios,
inversiones y otros.
20

Como se dijo anteriormente, la colonización de tierras nuevas ha sido implementada


por todos los países de América Latina, especialmente aquellos ubicados en el área tropical
tienen una experiencia muy semejante sobre el fenómeno, que vale la pena considerar.

Las principales motivaciones que han tenido para la colonización de tierras nuevas,
particularmente para la ampliación del frente agrícola, son las siguientes:

♦ La existencia de extensas áreas de tierras del Estado, denominadas baldías,


aparentemente con buenas posibilidades para el desarrollo de actividades agropecuarias.
♦ Un sistema de tenencia que conlleva una alta concentración de la propiedad en pocas
manos, especialmente sobre aquellas tierras con verdadera capacidad agrícola.
♦ La existencia de una gran masa de campesinos que muestran bajos niveles de vida, y
ejercen una relativa presión demográfica.
♦ Las políticas de integración territorial, valorización de recursos fronterizos y reforma
agraria.

En cuanto a la colonización “espontánea” la experiencia muestra la carencia de


obras de infraestructura y servicios de apoyo indispensables para el buen aprovechamiento
de las tierras incorporadas, quedando las decisiones practicamente en manos de la iniciativa
privada, cuyos intereses y capacidades frecuentemente no coinciden con los de la sociedad
en cuanto a técnicas, uso racional y conservación de los recursos. Una preocupación
resultante de este proceso radica en la utilización de manejos agrícolas que pudieran no ser
los más adecuados para esas tierras, generándose gran incertidumbre sobre el futuro de los
pioneros, así como de las tierras.

Aparentemente este tipo de colonización ha sido poco exitosa en su objetivo de


proporcionar una alternativa viable a los marginados del campo para superar su estado de
pobreza, en vista de que la conquista de tierras salváticas constituye una tarea muy dificil
para colonos empobrecidos, que son los que con mayor frecuencia emprenden este tipo de
colonización (FAO, 1985).
21

De la misma forma, la implementación de mejoras e infraestructuras por parte del


estado, tales como la construcción de carreteras, con frecuencia estos procesos
“espontáneos” de ocupación que se caracterizan por un gran dinamismo y anarquía, que da
lugar a asentamientos rurales inestables y de escasa productividad agrícola (Venturini, O.
1968).

Las colonizaciones dirigidas en los paises del área, a más de ser muy costosas, no
siempre han dado los resultados esperados, ya que a excepción de algunos proyectos, una
gran parte de ellos presentan deficiencias en aspectos fundamentales como: desarrollo
social, organización y capacitación de los beneficiarios, a fin de convertirlos en empresarios
eficientes y autónomos, y la dotación de infraestructura mínima necesaria para promover el
desarrollo económico y el bienestar de la comunidad. En ese sentido, la dependencia del
colono de un tipo de paternalismo gubernamental frena la capacidad autogestionaria del
mismo, manteniéndolo en una etapa de subsistencia (FAO, 1976-1985).

Por otra parte, las condiciones de desventaja del colono, “espontáneo o dirigido, con
cierta frecuencia ha dado lugar al hecho de que cedan en venta con mucha facilidad la tierra
posesionada, lo que conlleva problemas de concentración fundiaria, que provoca a su vez,
la proletarización del agricultor, repitiéndose justamente muchos de los problemas que se
pretendían resolver.

La reforma agraria como proceso tendiente a lograr la transformación y


modernización de la estructura agraria y la incorporación de la población campesina al
proceso productivo nacional incorpora nuevas tierras en el logro de sus objetivos, y con
frecuencia muestra las deficiencias antes mencionadas.

Para algunos especialistas (FAO, 1985) el ritmo de expansión de la frontera agrícola


en América Latina, en las últimas tres o cuatro décadas, ha estado por encima de los
requerimientos reales de nuevas tierras para satisfacer las necesidades de incremento de la
22

producción. En el lapso 1950-80 se incorporaron más de 200 millones de hectáreas, la


mayor parte ubicadas en el trópico húmedo.

Más aún, la acelerada expansión del espacio agrícola sin aplicación de criterios
selectivos sobre las condiciones naturales de las tierras que se incorporan al proceso
productivo y la ausencia de un desarrollo paralelo de las capacidades exigidas para un buen
manejo y conservación de los suelos, bosques, agua y fauna, ha dado lugar a una masiva
destrucción, desperdicio y deterioro de estos recursos.

Los bosques, principal exponente vegetal de estas áreas, a consecuencia de este


proceso, se encuentran sometidos a una explotación irracional y una progresiva
disminución, que atenta no sólo contra el equilibrio ecológico y la existencia de pueblos
indígenas, sino que también pone en peligro la función social que están llamados a cumplir,
ya que, como patrimonio nacional deben ser utilizados en beneficio de toda la sociedad.

1. LA DEFORESTACIÓN COMO CONSECUENCIA DE LA


COLONIZACIÓN AGRARIA EN VENEZUELA.

Venezuela no escapa en forma alguna a este fenómeno. La necesidad de ampliar el


espacio agrícola han devastado miles de hectáreas bajo bosque, particularmente aquellas
ubicadas al Norte del Orinoco, área que históricamente ha sido asiento de la dinámica
económica y demográfica del país.

Ya en 1936 Pittier manifestaba el estado deplorable de cosas en materia destrucción


de bosques y de esterilización de los suelos en los valles centrales del país (Quintero, E.
1983). En la década comprendida entre 1950 y 1960, según el Banco Central, se extrajeron
de los bosques maderables la cantidad de 2.541.490 metros cúbicos de maderas finas, duras
y blandas, lo cual juzgado con criterio conservacionista representa alrededor de 800.000
árboles (Lasser, T. 1969).
23

Tan sólo en los Llanos Occidentales, durante el período 1959-1975, Veillon, J.P.
(1975) afirma que se deforestaron aproximadamente 1.289.000 hectáreas que representa
una tasa de 51.560 hectáreas deforestadas por año.

Matute, citado por Luna, A. (1983), establece que en promedio unas 80.000
hectáreas de vegetación alta y media son deforestadas anualmente con permisos otorgados
por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR), y otras
30.000 hectáreas lo son sin el permiso correspondiente.

Históricamente es a partir de la década del 40 cuando se inician las intervenciones


más violentas sobre el bosque nacional, producto del desarrollo de la industria de la
construcción que exigía una mayor demanda de productos forestales. Estas intervenciones,
debido a los instrumentos y normas establecidas por el Estado, se efectuaron a través de
simples explotaciones amparadas por permisos anuales y/o deforestaciones con fines
agropecuarios (Sociedad Venezolana de Ingenieros Forestales, 1983). Pero es a partir de la
década del 50 cuando la transformación de los bosques con fines agropecuarios se acelera
en nuestro país.

De manera general se han identificado (Sierra Club, 1976; Luna, A. 1983; Franco,
W. 1987) algunos factores responsables de la desaparición de los bosques en Venezuela.
El primero lo constituye el Estado venezolano, quien a consecuencia de la difícil
situación de nuestra agricultura y de los efectos de la expansión de la producción petrolera
desde la década de los 50, viene planteando políticas de asignación de una alta prioridad al
sector agrícola dentro de las estrategias de desarrollo global nacional, las cuales han
favorecido, de manera directa e indirecta, la deforestación de amplias zonas en el país, ya
que en la búsqueda de importaciones, así como de una reducción en el grado de
vulnerabilidad externa en materia alimentaria, ha dirigido el impulso de la producción
agropecuaria sobre la base del acondicionamiento de millones de hectáreas y la ampliación
24

sustancial del espacio agrícola y la implementación de una agricultura moderna


(Hernández,J. 1985).

Según Hernández J. (1985) este fenómeno de apertura y rápida ampliación del


frente agrícola, a partir de un extensivo proceso de colonización, afectó principalmente
áreas de los piedemontes andinos, llanos altos y cuenca del Lago de Maracaibo,
originalmente cubiertas de vegetación boscosa, para el establecimiento de explotaciones
ganaderas y agroindustriales.

Ello coincide con el planteamiento de Rangel, D. (1977), según el cual el desarrollo


agrícola capitalista que ocurrió en el país, al amparo de la sustitución de importaciones fue
eminentemente extensivo, en el cual la organización de la agricultura se hizo en tierras de
colonización arrebatadas al paludismo.

Dentro de esta política general la Reforma Agraria, implementada por el Instituto


Agrario Nacional (IAN) desde 1960, concebida como una empresa profundamente humana,
cuyo objetivo fundamental es la transformación y modernización de la estructura
latifundista y la incorporación de la población campesina al proceso productivo nacional,
juega un papel importante dentro del proceso de disminución de la superficie boscosa
nacional.

En este sentido Portocarrero, B. (1985) en su análisis de la praxis reformista agraria


desde 1960 en nuestro país, afirma que lo operado en gran medida fue un proceso de
colonización de tierras del Estado a un elevado costo, cuyos resultados no se corresponde ni
economicamente, ni socialmente con los ingresos invertidos, dejando sin afectar la gran
propiedad de la tierra, otrora latifundista y hoy, después de un proceso reformista agrario,
transformado en buena parte, en complejos agroindustriales.

El IAN ha sido un importante proveedor de madera en el país, materia prima


proveniente de la tala de miles de hectáreas incorporadas a la actividad agropecuaria,
25

incorporación que en buena parte la ha efectuado sin los estudios previos, resultando, en
muchos casos, suelos no aptos para el desarrollo de estas actividades, convirtiéndose en
corto plazo en sabanas de ínfima productividad (una cabeza de ganado para 10 Ha.).
(Franco, W. 1987).

Otro factor que realiza deforestaciones en el ámbito nacional lo constituye el


empresario del campo, el cual incluye a la agroindustria, como productora de materia prima
para la industria cerealícola y azucarera principalmente, y el productor pecuario, ambos
financiados en buena parte por organismos oficiales, la acción destructiva de vegetación
boscosa de este sector resulta voraz, en el sentido de que requieren de extensas superficies
para sus labores , con el agravante de presentar una mínima eficiencia por lo extensivo de la
actividad, principalmente la pecuaria.

Como tercer factor se ubica al campesinado, cuya intervención en las áreas boscosas
está vinculada a las prácticas tradicionales de conuquerismo, tumba-quema-roza, con
algunas variantes tal como lo señala Franco (1987a), respecto al típico sistema de
agricultura migratoria practicado en Asia, Africa y algunos países de América Latina.

En nuestro país el conuquero deforesta y usa la tierra de uno a tres años con cultivos
tradicionales (maíz, frijol, yuca, plátano), en la producción de alimentos para la subsistencia
y el logro de un pequeño excedente para el mercado; este excedente alcanza un máximo y
luego comienza a decrecer por el progresivo agotamiento de la fertilidad del suelo, regando
luego semilla de pasto, por lo que se le ha denominado “conuquerismo sabanizante”.

Nuestro campesino no posee tradición en las actividades forestales y ve en el bosque


un obstáculo para el desarrollo de la agricultura. Una de las razones que frecuentemente se
expone para justificar esta intervención del bosque, es la aparente fertilidad del suelo, sin
embargo, son más sólidos los argumentos basados en la injusticia social imperante en el
campo, ya que,generalmente, es el campesino marginado, desasistido y desposeido el que
actúa como agente destructivo de los recursos naturales renovables.
26

Este proceso de deforestación que lleva a cabo el campesino, se ha visto


intensificado mediante la inmigración ilegal procedente de países vecinos, Colombia y
Brasil, en su mayoría provenientes de clases sociales marginales que penetran la frontera en
busca de mejores condiciones de vida y establecen conucos en áreas boscosas, generándose,
a su vez, situaciones problemáticas de seguridad fronteriza.

Hasta acá la finalidad última de la deforestación es la ampliación del frente agrícola,


sin ambargo, la expansión urbana constituye otro factor de destrucción de bosques. Aunque
el área que afecta es reducida su efecto no deja de ser importante, en el sentido de que las
áreas verdes aledañas a los centros urbanos cumplen funciones vitales, como productoras
de agua para el consumo humano, zonas de esparcimiento, reguladoras del ambiente, y
otros.

Finalmente, están las explotaciones medereras que tradicionalmente se han


considerado como el principal enemigo de los bosques en nuestro país, pero es discutible
hablar de destrucción de bosque, ya que, las características de los mismo, las
disponibilidades tecnológicas y las condiciones del mercado nacional de la madera han
permitido una extracción selectiva, que en todo caso empobrece al bosque ecológica y
económicamente. Sin embargo, han contribuido indirectamente a la desaparición de los
bosques mediante la apertura de las vías de penetración, que han sido utilizadas por los
campesinos para adentrarse e instalarse en áreas vírgenes, y por la falta de permanencia y
continuidad de la actividad forestal en áreas explotadas.

Las pérdidas y el deterioro de los recursos naturales renovables que se operan con
estas deforestaciones masivas son sin duda cuantiosas. No sólo considerando los volúmenes
de madera potencialmente aprovechables que son despilfarrados en un país que hasta hace
poco importaba más de la mitad del consumo nacional, sino también la ruptura violenta del
equilibrio estable, de un ecosistema natural complejo, para sustituirlo por un sistema
simplificado y artificial, y un ambiente seriamente disturbado por la cantidad de biocidas,
27

fertilizantes y demás insumos, que junto con las prácticas de quema repetidas, araduras,
compactación y obras de infraestructura terminan por alterar gravemente las condiciones
naturales de vastas áreas. Además, existen otras consecuencias derivadas de la perturbación
drástica de la cobertura vegetal protectora como son la alteración del clima, del régimen de
los vientos y de las aguas, la erosión de los suelos, el azolvamiento de presas, la
eliminación de refugios de fauna silvestre, la pérdida del patrimonio genético animal y
vegetal, la proliferación de plagas y enfermedades, entre otras.

A partir de 1994 dentro del Programa de Investigación que desarrolla el comodato


ULA-MARNR, en la Unidad Experimental de la Reserva Forestal Caparo, se viene
ejecutando un Proyecto de Manejo Múltiple e Integral de la Finca de la Universidad de Los
Andes. Dentro de este estudio se desarrollan los modelos silvoagrícola en el que se asocia
el cedro, caobas y pardillo con lechosa; Silvopastoril, en el que se combinan pastos con
árboles forrajeros y maderables y un sistema agrosilvopiscícola que consiste en la cría de
cachamas en laguna artificiales con cultivos agrícolas y especies arboreas. (Arends, 1994).

Por otra parte, el estado está tratando de incorporar los sistemas de producción
forestal a la planificación y desarrollo del país, de tal manera que el Ministerio del
Ambiente y los Recursos Naturales Renovables a través del Servicio Forestal Venezolano
(SEFORVEN), viene estableciendo una serie de parcelas pilotos a diferentes modalidades
en diferentes regiones como Apure, Barinas, Bolívar, Trujillo y Zulia.

En 1992, SEFORVEN inicia un programa de recuperación de reservas de Caparo y


Ticoporo mediante plantaciones internas y la incorporación de prácticas forestales en
parcelas y fincas.

Como antecedente de este problema se puede señalar que en los últimos años han
dado una serie de condiciones que contribuyen a acelerar la ocupación y explotación de los
recursos forestales en los llanos occidentales, como lo son: una política de explotación del
recurso forestal, una crisis económica que golpea a los sectores más pobres, aumento de
28

desempleo, todo esto influye notablemente en la ocupación de bosques con fines de


explotación.

Sin embargo, en Venezuela los estudios sobre Sistemas Forestales son relativamente
nuevos y no muy amplios. Hasta el momento se conocen muy pocos ensayos con limitada
difusión de sus evaluaciones.

B. BASES TEORICAS

El Estado venezolano introdujo un conjunto de medidas de carácter legal con el


propósito de protegerlos y controlar su aprovechamiento. De esta manera, desde 1950, se
vienen declarando en el país áreas de aprovechamiento especial, creándose entre otras la
figura de reserva forestal, cuya finalidad es la de preservar áreas boscosas para el
abastecimiento de materia prima a la industria forestal nacional, mediante normas precisas
que garanticen la producción permanente a través de planes de ordenación y manejo
forestal.

De acuerdo al artículo 55 de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas se define Reserva


Forestal como: “... macizos boscosos que por su situación geográfica, composición
cualitativa y cuantitativa florística o por ser los únicos disponibles en la zona,
constituyen elementos indispensables para la industria madere ra nacional”.

Hasta la fecha han sido declaradas en el país, mediante resoluciones y decretos, diez
reservas forestales con una superficie aproximada de 11,4 millones de hectáreas. e aprecia
la mayor superficie de reservas, un 88,28 %, se localiza al sur del Orinoco.sin embargo, las
ubicadas al norte de este río se consideran como las más importantes, desde el punto de
29

vista ecológico, por ser los únicos reservorios de bosque húmedo tropical en la zona, y
desde el punto de vista económico, por su cercanía a los centros de consumo y
procesamiento, y por su riqueza en maderas finas y blandas de mayor demanda en función
a las disponibilidades tecnológicas del país.

Aunque tal superficie existe bajo la figura de reserva, ello no significa que toda esa
área se encuentre bajo bosque, en razón a la presencia de formaciones arbustivas,
extensiones de sabanas, zonas de protección de suelos y aguas, así como un elevado grado
de intervención humana que merma notoriamente su capacidad forestal.

De acuerdo al texto de las diferentes resoluciones de declaratoria de las reservas


forestales, el objetivo fundamental al que obedeció esta política era proteger de la
contingencia a quellas áreas con potencial forestal para asegurar la demanda futura de esos
productos, la contingencia se refería a los efectos del creciente desarrollo de la industria de
la construcción nacional para el momento.

Sin embargo, esta política, tal como lo afirma Gutierrez, O.(1989), tendía más hacia
el aprovechamiento de los recursos maderables presentes en tierras baldías, particularmente
maderas de alto valor comercial, sin considerea aspectos de tipo social, dicho en otras
palabras, se introdujeron mecanismos legales para enfrentar el problema de la destrucción
irracional de los recursos forestales, pero no se consideraron en esencia los factores que los
originaban.

Una revisión de la normativa legal que fundamenta la política forestal venezolana


(Ley Forestal de Suelos y Aguas y su Reglamento, Ley de Reforma Agraria, Ley Orgánica
del Ambiente, y la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio, Ley Penal del Abiente),
refleja un celo en relación a la protección, explotación y aprovechamiento racional de los
recursos naturales renovables, así como, un carácter punitivo y restrictivo, pero adolece de
aspectos de tipo social que regulan la participación de grupos privados vinculados con el
aprovechamiento y conservación del recurso.
30

Esta última característica representa una de las mayores defiiciencias en la materia,


puesto que no permite la incorporación sistemática del campesico a la explotación forestal,
siendo justamente los problemas de ocupación ilegal con fines agrícolas uno de los factores
que más han afectado y afectan esta áreas del país, principalmente las reservas forestales,
con la consiguiente degradación del patrimonio boscoso.

Este fenómeno se conoce con el nombre de invasión, ya que consiste en la


ocupación de tierras ajenas, en este caso del Estado, y como tal representa una transgresión
jurídica, puesto que no existe ley alguna que autorice o consagre estas acciones,
(Hernández, O. 1968). No obstante, el concepto de ocupación de reserva forestal queda
definido como la colonización de tierras del Estado, con fines principalmente de
aprovechamiento agropecuario, generándose conflictos sobre la base de un uso forestal
legalmente establecido incompatible con las actividades que se pretenden desarrollar.

Aunque se establecen medidas para resguardar y proteger estas áreas, al mismo


tiempo se comtemplan disposiciones que protegen a los grupos que pudiera salir afectados
con tales medidas. En efecto, el artículo 139 del Reglamento de la Ley Forestal de Suelos Y
de Aguas, señala que las superficies afectadas por una reserva forestal podrán ser reducidas
parcialmente por razones de órden técnico, económico, social, legal o científico que se
comprueben a juicio del Ministerio del Ambiente.

De la misma manera, disposiciones de esta normativa que permitirían controlar el


proceso de ocupación en reservas forestales no se cumplen, tal como lo destaca, Delgado y
otros (1986), respecto a los artículos 57 y 138 de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas y su
Reglamento respectivamente, los que preveen que las reservas no pueden ser colonizadas,
sin la previa autorización del Congreso Nacional, y en el caso en que hayan ocupantes en
ellas se aplicará lo establecido en la Ley de la Reforma Agraria, artículo 69, en el sentido
de que se hace obligatorio el traslado de esas poblaciones a lugares aptos, ubicados en áreas
cercanas.
31

Por otra parte, la declaratoria de reservas no constituye por si mismo un elemento


que garantice su preservación, si no se implementan los planes de manejo que pongan en
vigencia tal régimen. La falta de planes de manejo con programas de control y vigilancia
efectivos que permitan detener el proceso de ocupación y/o circunscribirlo a determinados
sectores, agudiza el problema, ya entran en juego agentes y estrategias de apropiación del
espacio que sacan partido de este tipo de deficiencias, rebasando la normativa legal
(Delgado y otros, 1986). Un reflejo de ello es que hasta 1970 es cuando se otorga el primer
contrato administrativo de manejo a largo plazo, en la Reserva Forestal de Ticoporo,
decretada en 1955. (Unidad de Manejo II, empresa CONTACA).

Rojas López (1989), dice: asimismo, las medidas hasta ahora adoptadas por el
Estado para enfrentar la situación -desafectaciones, pago de bienhechurías y desalojos- no
han arrojado resultados satisfactorios, al contrario se catalogan de contraproducentes,
costosas e inoperantes y en algunos casos, paradógicamente, incentivadoras del proceso.

En efecto, las desafectaciones en las Reservas Forestales de Ticoporo y San Camilo,


que involucraron aproximadamente 280.000 hectáreas, han constituido, a mediano y largo
plazo, un incentivo para generar movimientos masivos de ocupación, basados en la
esperanza de ser incluidos por la vía de los hechos en los planes de Reforma Agraria
(Comité de Conservación del Estado Barinas, 1990). Esta pudiera considerarse una medida
de justicia social, en tanto que busca una distribución equitativa de las tierras, pero en
muchos casos lo que se hace es consagrar la propiedad existente con anterioridad,
resultando beneficiados en primer término los grandes ocupantes, y en la medida en que
continúa el mercadeo de tierras y bienhechurías en las áreas desafectadas se agudiza el
proceso de concentración de tierras, (Delgado y otros, 1986).

Según testimonios del Comité de Conservación del Estado Barinas (1990),


actualmente los terrenos otorgados al IAN, a raíz de la desafectación realizada en San
Camilo, están en manos de fuertes grupos económico del estado Táchira principalmente.
32

El pago de bienhechurías y reubicaciones tampoco ha resultado efectivo, ya que sin


las adecuadas medidas de control y vigilancia más bien se transforman en incentivo de
atracción de nuevos ocupantes con pretendidas esperanzas de pago de bienhechurías
fomentadas. De hecho en la Reserva Forestal de Ticoporo en 1975 se aplicó esta medida
con un costo aproximado de 18 millones de bolívares, pero, actualmente la situación de
ocupación es mayor en esa área (Comité de Conservación del Estado Barinas, 1990). La
ineficiencia reiterada de esta medida condujo a la promulgación del Decreto Presidencial
Nº 1569 del 14 de Mayo de 1976 (Gaceta Oficial Nº 30.981/14-05-76) el cual prohibe el
pago de indemnizaciones pretendidas por ocupantes en áreas protegidas.

Delgado y otros (1986) describe el desalojo como medida de control en el proceso


de ocupación de las reservas forestales, aparte de constituir una medida socialmente injusta,
ya que el contenido de sus acciones generalmente recae sobre aquellos ocupantes de
menores recursos y con escasas posibilidades de gestión, se revela como ineficiente para
cumplir con los objetivos de la legislación ambiental, por cuanto el fenómeno de las
invasiones es de tipo recurrente. Basta verificar en cualquiera de las reservas forestales de
occidente, donde los operativos militares de desalojo reiterado no han logrado solución al
problema .

En la actualidad, el proceso de ocupación afecta a la totalidad de las reservas


forestales nacionales, sin embargo, aquellas ubicadas al sur del Orinoco se habían
mantenido relativamente sin intervención, debido principalmente a su inaccesibilidad. No
obstante, recientemente han estado sometidas a fuertes presiones, producto de la ambición
minera desatada en la región por los llamados “garimpeiros”. Las reservas forestales
localizadas al norte del Orinoco, presentan una intervención humana que las afecta, de
acuerdo a algunos estudios (Acero, P. 1980; Castañeda y otros, 1982) en más de 50% de
sus superficies.
33

La revista Recursos (1988) admite que en los últimos 20 años se han talado y
quemado más de cien mil hectáreas de bosques productores por año.

Así tenemos que, la Reserva de Turén, está prácticamente deforestada y dedicada a


cultivos agroindustriales, quedando tan sólo un 3% de su superficie bajo bosque (Sanchez,
A. 1990). Ticoporo, desafectada en una superficie de 83.000 hectáreas, sufre en la
actualidad un avance del proceso de ocupaciones que afecta alrededor del 37% de su
superficie (Dugarte, 1990) impidiendo el desarrollo de los planes de ordenación y manejo
previstos. San Camilo, también desafectada en un 53%, de la superficie restante,
aproximadamente el 24% se encuentra afectado por ocupaciones ilegales dirigidas
principalmente por grupos económicos y políticos de la región y es objeto de una avanzada
colonizadora de corrientes migratorias de Colombia y de los andes venezolanos (Comité de
Conservación del Estado Barinas, 1990). Caparo, con una ocupación violenta, en los último
años cuenta con aproximadamente el 53% de su superficie original bajo bosque (Sanchez,
M. 1989). Río Tocuyo, está ocupada casi en su totalidad por fincas de grupos poderosos
(Comité de Conservación del estado Barinas, 1990). En cuanto a la Reserva Forestal de
Guarapiche, en el oriente del país, no se cuenta con la información pertinente.

Con respecto a las denominadas reservas forestales de Occidente -Ticoporo,


Caparo y San Camilo- algunos expertos opinan que su ubicación no fue la más adecuada,
dadas las condiciones ecológicas y geográficas favorables para el desarrollo de actividades
agrícolas que compiten por el uso del espacio, lo que conlleva una elevada vulnerabilidad
de estas áreas respecto a los procesos de ocupación agraria. Centeno, J. (1988) afirma que,
aproximadamente el 70% de su superficie ha pasado a usos agropecuarios.

La situación es realmente alarmante considerando que éstas áreas constituyen una


oferta muy importante para satisfacer las necesidades nacionales de productos forestales,
ante la imposibilidad de mantener el ritmo de importaciones para el sector1. De acuerdo a

1
Para 1981, Venezuela importó el 70% de la demanda nacional de materia prima forestal a un costo de 2000
millones de bolívares (Carrero, N. 1985).
34

los estudios realizados (MARNR, 1983) para el año 2000 las necesidades de materia prima
forestal estarán en el orden de los 8,5 millones de metros cúbicos rollizos de madera y
aproximadamente 11,3 millones de hectáreas de tierras forestales bajo planes de manejo,
para la industria mecánica y de pulpa y papel nacional. Esta demanda deberá ser cubierta
por los bosques con fines productores con que cuenta el país, como son, las reservas
forestales y los lotes boscosos. Aparte se consideran los 25,2 millones de hectáreas de
terrenos forestales necesarios para protección y recreación.

Los señalamientos anteriores permiten ubicar y delimitar la dimensión del problema


que confrontan las áreas boscosas del país, particularmente las reservas forestales. Se trata
sin duda de un problema estructural, que va más allá del cambio de uso, se trata de un
problema jurídico, social. Político, económico y en algunos casos de seguridad y defensa,
que atañe no sólo al subsector forestal y sus componentes, sino también a todos los sectores
involucrados, lo que amerita ser abordado desde un punto de vista integral para lo cual el
método de escenarios ofrece un gran aporte.

1. LA OCUPACIÓN DE LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO.

La Reserva Forestal de Caparo fue declarada por el Ejecutivo Nacional el 02 de


febrero de 1961, Resolución Nº. 22 aparecida en Gaceta Oficial Nº. 26.479 del 10 de
febrero del mismo año. Se localiza en jurisdicción de los municipios Ezequiel Zamora y
Pedraza del estado Barinas, con una superficie aproximada de 174.370 hectáreas. El
perímetro está definido por los linderos incluidos en el documento de su declaración
(Figura 1 y 2).
35

Esta superficie está sujeta a una serie de especificaciones en cuanto a objetivos,


normativa de uso, restricciones y controles que el ejecutivo nacional ha instrumentado para
tales fines y que constituyen la normativa legal que rige para este tipo de figura jurídica.
Paralelamente, existen algunos instrumentos formales e informales cuyas acciones, efectos
e inflencias recaen directa e indirectamente sobre el área de la reserva. Estos documentos
recogen en teoría, las directrices que dirigen el funcionamiento del área para la producción
forestal, y consagran su protección, por lo cual a los fines de este estudio se les ha
denominado instrumentos de control y regulación para la Reserva Forestal de Caparo.

Como se mencionó anteriormente, la ocupación de una reserva es un proceso


mediante el cual grupos de personas organizadas o no invaden y se establecen de manera
temporal o definitiva dentro de su perímetro, con el propósito de desarrollar actividades
agropecuarias que entran en conflicto con el uso forestal legalmente establecido, para lo
cual son desplegadas un conjunto de acciones de usufructo que permiten incorporar parte
de la superficie de la reserva al patrimonio particular de cada uno de los agentes
involucrados; apropiación, es en este caso, el concepto que engloba dicha idea.

La reserva constituye, entonces, una entidad espacial dotada de un doble carácter:


teatro de operaciones del conflicto y objeto mismo del conflicto. La lucha entre los agentes
de ocupación tiene como objetivo estratégico a mediano o largo plazo liberar un espacio y
ejercer su control a través del lugar o de los recursos contenidos en él. (Méndez, A. 1990).

El fenómeno puede ocurrir con o sin la presencia de empresas concesionarias


encargadas de llevar a cabo los planes de ordenación y manejo forestal en el área,
aprovechando en el primero de los casos las labores de campo adelantadas por las
empresas: vías de penetración, aclareos, extracción, y otros, para el emplazamiento de sus
actividades e impidiendo el libre desenvolvimiento de las tareas de manejo en el área,
asimismo, la presencia de las compañías madereras representa un cierto control en el área
lo que, de alguna manera, frena el avance del frente agrícola y la desaparición del bosque.
36

El proceso implica, pues, un cambio en el uso del espacio, cuyos efectos sobre la
masa boscosa, manejada o no, depende de la dinámica evolutiva y la naturaleza del proceso
mismo, así como de las características de los ocupantes, y de la intensidad del sistema del
uso de la tierra que se establezca.

2. INSTRUMENTOS QUE REGULAN Y CONTROLAN LAS


ACTIVIDADES EN LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO.

a.- LEGALES:

Declaratoria de la Reserva Forestal de Caparo, según Resolución Nº. 22 del


Ministerio de Agricultura y Cría (MAC) de fecha 02/02/61, publicada en Gaceta Oficial Nº.
26.479 del 10/02/61. La misma pone de manifiesto el potencial económico forestal de la
selva de Caparo y la conveniencia de protegerlo para la producción forestal. Define, por
otra parte, la jurisdicción y los linderos del área que será sometida a régimen de reserva
forestal en base a puntos de orientación geográfica, que posteriormente fueron
representados en un mapa a escala 1:500.000 con información básica que determina un área
aproximada de 172.190 hectáreas. (Gráfico 2).

Finalmente, declara que el área únicamente podrá ser explotada con fines forestales
bajo las normas técnicas que establezca el MAC, hoy Ministerio del Ambiente y de los
Recursos Naturales Renovables (MARNR).

Ley Forestal de Suelos y de aguas (1965): La sección sobre Aprovechamientos


Forestales en Reservas Forestales, artículos 54, 55, 56, 57, establece que el Ejecutivo
Nacional creará las figuras necesarias para asegurar el suministro contínuo de materia
prima forestal a la industria nacional. Define las condiciones que deben reunir esos macizos
boscosos para ser considerados como reservas forestales, finalmente establece que deberán
37

ser administradas por el MAC y que en ningún caso podrán ser colonizadas o enajenadas
sin la previa autorización del Congreso Nacional.

Reglamento de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas (1977): El capítulo VI rige


todo lo concerniente a los aprovechamientos en las reservas forestales, de esta manera
define a las mismas como áreas boscosas con reconocida capacidad productiva, con
linderos definidos, destinadas al aprovechamiento forestal racional, con base a planes
técnicos que formulen el Ejecutivo Nacional y los particulares (Art. 135).

Se establecen las condiciones que deben guardar estas áreas para ser declaradas
como reservas por medio de decretos emanados del Ejecutivo. En cuanto a usos no se
excluyen aquellos compatibles con los fines para los cuales fueron creadas.

Refiere al artículo 69 de la Ley de Reforma Agraria el cual regirá en el caso en que


existan ocupantes en las áreas de reservas forestales (Art. 138).

Preveé la posibilidad de reducir parcialmente las áreas bajo reservas -


desafectaciones-, por necesidad de emprender obras de utilidad pública o por razones de
orden técnico, económico, social, legal o científico, previo estudios técnicos pertinentes.

En cuanto al manejo, establece que podrá ser efectuado por el Servicio Forestal o
por medio de particulares, la superficie a menejar será determinada por el MARNR. El
manejo del Servicio Forestal se realizará mediante licitación de una o más de una cuota
anual de explotación hasta un máximo igual al turno previsto en el Plan de Ordenación y
Manejo; en los casos en que la licitación no diera los resultados esperados, se declarará
desierta y los productos se venderán en forma directa.

Para someter un área de reserva a menejo de particulares, el MARNR publicará


aviso de prensa que notificará a los industriales madereros la disponibilidad para recibir
solicitudes para la elaboración de planes de ordenación y manejo en las áreas que indique el
38

aviso. La selección se hace en base a las mejores condiciones económicas, de


infraestructura, equipos y funcionamiento de los interesados. El seleccionado tendrá un
plazo de dos años para hacer entrega del mencionado plan, el cual tendrá las correcciones
que el MARNR amerite, una vez aprobado se procederá a redactar un contrato del cual
formará parte dicho plan.

Finalmente, se contemplan disposiciones sobre la participación de profesionales


forestales en la elaboración y ejecución de los planes de ordenación y manejo, la
posibilidad que funcionarios del Ministerio del Ambiente realicen experiencias de
investigación en aquellas áreas manejadas por particulares, y la imposibilidad de otorgar
simultáneamente a una misma persona natural o jurídica, en lapsos totales o parciales, más
de una concesión.

La Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio (1983): Incluye a las reservas
forestales dentro de las áreas sometidas a régimen de administración especial (ABRAE),
conforme a leyes especiales, que deberán ser declaradas por Decreto Presidencial en
Consejo de Ministros (Art. 17) y prevé la desafectación por vía ejecutiva, previo
conocimiento de la Comisión Nacional de Ordenación del Territorio y el cumplimiento de
ciertos requisitos: Plan de Ordenación y un Reglamento de Uso del área a desafectar.

Ley Orgánica de Administración Central: Atribuye competencias al MARNR sobre


la administración de estas áreas en concordancia con las especificaciones de la Ley
Forestalde Suelos y Aguas.
Decreto Nº. 1569: aparecido en Gaceta Oficial Nº. 30.981 del 14/05/76, mediante el
cual en terrenos calificados por la Ley Forestal de Suelos y Aguas como parques
nacionales, reservas forestales, zonas protectoras, cuencas hidrográficas y reservas de
regiones vírgenes, el Ejecutivo Nacional no reconocerá indemnizaciones que se pretendan
por ocupaciones o utilizaciones de éstos terrenos.
39

De la misma forma los organismos administrativos, en cumplimientos de sus


funciones, cuando deban efectuar avalúos, aceptación de derechos y actividades similares,
no reconocerán ningún derecho que pretenda fundarse en la ocupación o utilización de
estos terrenos baldíos denominados inalienables. Sin embargo, existe la posibilidad de
llegar a convenios equitativos con los interesados, cuando se trate de situaciones de hecho
creadas con anterioridad a la fecha del Decreto y se evidencie buena fe, decisión que
tomará el presidente de la República en Consejo de Ministros.

Decreto Nº. 636, publicado en Gaceta Oficial Nº. 34.421 de fecha 05/03/90, el cual
prohibe terminantemente la ocupación y la realización de actividades contrarias a los fines
de creación de las reservas forestales y lotes boscosos, para lo cual prevé la realización de
un censo de ocupantes en estas áreas para determinar el número de ellos, las condiciones de
tenencia y actividades que desempeñan, con el objeto de seleccionar aquellos ocupantes
lícitos -sujetos de reforma agraria, de buena fe y anteriores a la fecha de declaratoria- e
ilícitos para los cuales se tienen acciones previstas.

El decreto reafirma la condición de las reservas forestales como áreas productoras


de materia prima forestal para cuya función encarga al MARNR, MAC, Ministerio de
Relaciones Interiores y Ministerio de la Defensa.

Ley penal del Ambiente (1992) , publicada en Gaceta Oficial Nº. 4.358
Extraordinario del 3 de Enero de 1992, tipifica como delitos aquellos hechos que violen las
disposiciones relativas a la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente y establece
las sanciones penales correspondientes, así como las medidas precautelativas, de restitución
y de reparación a que haya lugar.

Particularmente el Capítulo V, art. 58, advierte que el que ocupare elícitamente las
Areas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) o ecosistemas naturales y
dedicare a actividades comerciales o labores de carácter agropecuario, pastoril o forestal,
40

cause alteración o destrucción de la flora o vegetación, en violación de las normas sobre la


materia, será sancionado con prisión de dos meses a un año y multa de dosciento a mil días
de salario mínimo. Asimismo, están previstas sanciones para otras acciones que se
relaciones con la ocupación en áreas protegidas.

b.- DE PLANIFICACIÓN.
Plan para el Ordenamiento del Territorio del Estado Barinas (MARNR, 1987):
Instrumento contentivo de los lineamientos esenciales de producción, distribución de la
población y de las actividades productivas, racionalización y tecnificación del medio
natural y la conservación de los recursos naturales y del medio ambiente.

Plantea como uno de los principales problemas del estado Barinas en esta materia, la
irracional explotación forestal y la ausencia de reglamentación de las diferentes ABRAE
con que cuenta.

En este sentido, uno de los principales objetivos de la ordenación del territorio


consiste en incentivar y estimular el aprovechamiento integral y sostenido del bosque, para
lo cual se recomienda la elaboración de un plan estatal de Desarrollo de los Recursos
Forestales que dicte las pautas para el manejo del mismo, desde el aprovechamiento y
regeneración del bosque hasta el procesamiento industrial, que incluya la diversificación de
la industria en el estado.

En cuanto a las reservas forestales plantea la implementación de los reglamentos de


uso y la construcción de la infraestructura mínima necesaria para impedir las invasiones y
las ocupaciones ilegales de las mismas.

Específicamente para la Reserva Forestal de Caparo se contempla la ratificación de


sus linderos y los objetivos para los cuales fue creada. Así como agilizar la concesión de la
41

Unidad III e implementar acciones a fin de evitar las invasiones al área mediante un
efectivo plan de vigilancia y control.

Paralelamente, se proponen proyectos de desarrollo en zonas aledañas y que se


superponen a la superficie de la reserva de Caparo, como el Proyecto Uribante-Caparo cuyo
objetivo es el aprovechamiento integral de los recursos, recomendándose el uso
agropecuario bajo sistemas de producción intensivo y semi-intensivo conjuntamente con el
aprovechamiento forestal y plantaciones. (Figura 3).

Plan Nacional de Desarrollo de los Recursos Forestales, (MARNR, 1988).


Constituye el instrumento básico para una ordenación adecuada de las diferentes fases del
proceso productivo forestal, para la definición de una política forestal nacional que enmarca
la actividad y coadyuva en el proceso de planificación de aquellos sectores que podrían
entrar en conflicto por el uso del espacio con la actividad forestal.

Sin embargo, Centeno, J.(1990) opina que este documento no llena las expectativas
en cuanto a estrategias definidas de desarrollo para el sector, ya que evade gran parte de los
aspectos plíticos y administrativos básicos que ameritan revisión y que se expresan como
vicios de la política y práctica forestal vigente.
En cuanto al manejo del recurso bosque en el país el plan lo caracteriza en tres
categorías:

• Agotamiento acelerado del recurso, bien por vía de un mal aprovechamiento legal o
ilegal y por las deforestaciones indiscriminadas, permisadas o no, con fines
agropecuarios.
• Indice elevado de pérdidas y subaprovechamiento del recurso, tanto en la fase primaria
como en el procesamiento industrial.
• Reposición o recuperación insuficiente del recurso que se explota.
FIGURA 3
42

En razón de ello contempla para las áreas en concesión el desarrollo de sistemas de


ordenación más adecuados, el mejoramiento de los sistemas silviculturales, la rehabilitación
de los bosques degradados y áreas explotadas, integrándolas, asimismo, a programas de
desarrollo múltiple con fines sociales, el mejoramiento y optimización de la industria y la
reorientación y reforzamiento de la estructura institucional que permita al Estado una
mayor y eficiente participación tanto a nivel técnico como administrativo sobre los planes
de aprovechamiento.

Respecto a la conservación del bosque -reservas forestales y lotes boscosos- plantea


la necesidad de ejercer un mayor control y seguimiento de los planes de manejo, los cuales
deberán orientar la conservación del recurso como objetivo vital, no sólo mediante la
preservación de áreas vírgenes como reserva genéticas, sino también a través de la
ejecución de un aprovechamiento racional basado en un amplio conocimiento ecológico del
bosque, a fin de garantizar que este, aún con una estructura más simplificada, constituya
fuente segura de bienestar y desarrollo para las generaciones venideras.

También la política deberá prever la inclusión, en la estructura del plan de manejo,


de la dinámica social alrededor del recurso, la cual constituye eje protagónico de la fuerte
presión de uso que sobre este se ejerce. Al respecto, se debe considerar el uso de sistemas
alternativos de aprovechamiento múltiple -plantaciones y sistemas agroforestales, entre
otros- en aquellas áreas donde se prevean y evidencien conflictos por el uso de la tierra,
teniendo presente que el aspecto social es el principal objetivo a lograr a fin de minimizar
las causas de dichos conflictos y por ende el deterioro del recurso.

Establece entre sus conclusiones que el futuro de las reservas forestales de los
Llanos Occidentales dependerá en buena medida de los esfuerzos que se hagan para
imprimirle un mayor dinamismo al sector forestal, ello incluye la industrialización de la
madera en la zona de producción.
Proyecto de Desarrollo del Eje Fluvial Apure-Orinoco (Corporación Venezolana del
Suroeste. CVS, 1989): Constituye un proyecto prioritario para el desarrollo regional y el
43

ordenamiento espacial que adelanta la CVS desde 1986, el cual si bien no presenta
lineamientos directos sobre la Reserva Forestal de Caparo, plantea alteraciones en el
mediano y largo plazo sobre la formas de ocupación del espacio en el área de influencia del
proyecto, que comprende parte de los estados Táchira, Apure, Barinas, Guárico,
Anzoátegui, Bolivar, Monagas y los recientes estados Delta Amacuro y Amazonas.
Los ríos Apure y Orinoco atraviesan áreas con un inmenso potencial de producción
agrícola, pecuaria, forestal y minero; en este sentido la implementación del Eje Fluvial
Apure-Orinoco podría proveer una serie de impactos beneficiosos a nivel regional y por
ende a nivel nacional, como son:
• Ruptura de los desequilibrios territoriales entre los diversos espacios regionales.
• Integración inter-regional de diversos proyectos.
• Ordenación y mejor aprovechamiento de las planicies inundables.
• Diversificación de los sistemas de transporte y disminución de los costos de
movilización de grandes volúmenes de carga.
• Reforzamiento y creación de un sistema potuario y urbano a lo largo del Eje.
• Creación de un sistema de seguridad y defensa como apoyo del desarrollo fronterizo.

Entre las actividades que incluye la puesta en marcha del proyecto y que afectan
más directamente el espacio de la Reserva Forestal Caparo, y que influiría en el proceso de
ocupación actual de la reserva, están:

• El proyecto de ingeniería de trasvase del río Uribante Viejo, el cual, presumiblente,


permitirá extender la navegación hasta el piedemonte andino, utilizándose unos 226
m3 /seg de caudal del río Caparo para la navegación, respetándose un caudal ecológico de
25 m3 /seg (CVS, 1989), lo que conjuntamente con el alineamiento hidráulico del río
Apure tiene como objetivo fundamental mejorar las condiciones de navegación en el río
Apure y extender el período de navegación a 12 meses/año.

• Mejoramiento y ampliación del Puerto Santos Luzardo, muy cercano al límite Sur de la
Reserva Forestal de Caparo, a orillas del río Apure, así como la ubicación de astilleros
44

que consolidarán una gran actividad económica en la zona como punto de intercambio
entre los Andes, Llanos Occidentales y Oriente a través del Eje Fluvial (CVS, 1989).

c.- ADMINISTRATIVOS.

Los Contratos Administrativos de Ordenación y Manejo Forestal que establece el


Estado venezolano, representado por el MARNR, con las empresas concesionarias
encargadas de elaborar e implementar El Plan de Ordenación y Manejo de La Reserva
Forestal de Caparo, los cuales contienen todas las especificaciones técnicas que el Estado
impone a las empresas para asegurar el cumplimiento de la normativa legal en la materia y
la conservación, protección y aprovechamiento racional del área.

Como ejemplo de este tipo de instrumentos se anexan el Contrato Administrativo de


Ordenación y Manejo Forestal MARNR-IMADELCA C.A. y el Contrato de Comodato
ULA-MARNR. (Anexo 2).

3. ANALISIS HISTÓRICO DEL PROCESO DE OCUPACIÓN DE LA


RESERVA FORESTAL DE CAPARO.

Cuando se analiza el proceso de colonización de la región en la que se inserta la


Reserva Forestal de Caparo, se nota una ausencia oficial que se mantiene aún después de la
política nacional de protección de áreas con vocación forestal (1960), la cual al parecer no
estuvo apoyada por los estudios forestales y socioeconómicos que sustentaran
delimitaciones cónsonas con las diversas realidades en cada uno de esos espacios.

La declaratoria de la Reserva Forestal de Caparo aparentemente constituyó un acto


fuera del contexto regional, una decisión a nivel central sin la debida consulta técnica y
45

aviso a los representantes del MAC local, manifestación de ello lo constituyen los permisos
para deforestación con fines agrícolas que continuaron siendo otorgados por ese organismo
para la zona aún después de la creación de la Reserva.

De esta forma el objetivo proteccionista de la declaratoria no se logra, no sólo por la


presencia de comunidades rurales dentro de su perímetro , cuyo crecimiento estaría influido
directamente por la dinámica de colonización activa de la sub-región Uribante-Arauca, sino
también porque no se puso en práctica la correspondiente política de manejo y guardería
forestal que le diera consistencia a la declaratoria.

A pesar de los esfuerzos por parte del MAC, posteriormente del MARNR, y de la
Corporación de los Andes como ente encargado de la promoción del desarrollo regional,
para implantar hasta 1984 cuando se firma el primer contrato para la ordenación y manejo a
largo plazo de una unidad técnica de esta reserva con una empresa maderera; con
anterioridad los contratos establecidos eran únicamente con fines de investigación.

Mientras tanto, el área estuvo sometida a fuertes presiones por la acción de agentes
con diversos intereses, pero cuya estrategia central giró alrededor del control y apropiación
del espacio y sus recursos.

Actualmente todas las unidades y lotes de la reserva se encuentran sometidos a


contratos administrativos para su manejo, sin embargo, el desfase producido por la tardía e
inconstante intervención del Estado favoreció un proceso de ocupación anárquico llevado a
cabo por agentes sociales involucrados en actividades ilegales como explotación de madera,
ocupación de tierras a gran escala, quemas y deforestaciones, que han deteriorado
gravemente las potencialidades de la reserva.

La colonización de tierras en la Reserva Forestal de Caparo se ha desarrollado de


manera similar a otros frentes de colonización “espontánea” analizados en el occidente del
país: el piedemonte noroccidental andino (Venturini, O. 1968), el área Uribante-Arauca
46

(Rodriguez, G. 1982; Delgado, M. 1984), Unidad Experimental de la Reserva Forestal de


Ticoporo (Delgado y otros, 1986).

Se trata de un proceso de ocupación en el cual se aprecian dos grandes ciclos: un


ciclo de ocupación en el cual los agentes principales son los campesinos que utilizan la
estrategia de deforestar una cierta superficie para dedicarla a uso agrícola -agricultura de
subsistencia- y un ciclo subsecuente de concentración de tierras, en el cual cobran
progresivamente importancia grupos capitalizados -terratenientes y empresarios del campo-
, quienes utilizan las deforestaciónes hechas por los colonos primarios, compran sus
bienhechurías y adquieren cada vez mayores extensiones para fines pecuarios
fundamentalmente, actividad que desarrollan con rasgo de empresa capitalista. Este proceso
caracterizado por la concentración de la propiedad obliga al grupo inicial a desplazarse
hacia nuevas fronteras o hacia el trabajo asalariado.

Aún cuando el ciclo de concentración de tierras es subsecuente al ciclo primario, no


significa que las estrategias presentes en éste último desaparezcan, sino que son en parte
desplazadas hacia otras tierras, coexistiendo en el área de colonización los dos ciclos. Es
posible distinguir un ciclo de transición hacia la concentración denominado “de
consolidación” por lo gradual del proceso.

A diferencia de otras reservas de occidente, en Caparo este proceso de colonización


se desarrolló, en sus fases iniciales, de manera progresiva, “espontánea” no organizada, a
consecuencia de lo cual la ampliación del frente agrícola fue paulatina, restringiéndose a
aquellas áreas de mayor acceso: zona norte de la reserva y márgenes de los principales ríos
y caños (Caparo, Uribante Viejo, Caño Anarú). La condición de inaccesibilidad de la
reserva y las frecuentes inundaciones en la zona determinaron en gran parte ese fenómeno.
El estudio realizado por Veillón, J.P.(1975) sobre deforestaciones en los Llanos
Occidentales en el período 1950-1975 reafirma la idea anterior, encontrándose la Reserva
Forestal de Turén con 61% de su superficie deforestada, Ticoporo un 31%, San Camilo un
33% y Caparo únicamente un 3%.
47

Para fines de manejo, Caparo es dividida originalmente en cinco unidades,


posteriormente en tres unidades técnicas de manejo y una experimental. No obstante, hasta
finales de 1989 solamente la Unidad Y y la Experimental estaban sometidas a planes de
manejo, lo que permitió de alguna manera imponer controles para frenar el avance del
frente agrícola en el área; el resto de las unidades permanecieron, hasta esa fecha, sin
planes de manejo. La Unidad II fue cedida en concesión (1984) pero el Estado rescindió el
contrato por manejos inadecuados del recurso forestal. Para la Unidad III recién se decidía
la propiedad del Estado sobre la misma, lo que impedía su incorporación al manejo forestal,
más a pesar de la ausencia de controles en estas dos unidades los niveles de ocupación no
resultaban alarmantes hasta finales de la década de los ochenta.

Sin embargo, se crearon muchas expectativas alrededor de estas tierras,


principalmente aquellas de la Unidad III al sur de la reserva, por su próxima incorpotación
al manejo forestal, su posible asignación a empresas madereras foráneas (vinculadas a
grupos económicos del estado Táchira), la futura incorporación del entónces Distrito
Ezequiel Zamora a la recien creada Corporación Venezolana del Suroeste (CVS) y la
implementación de algunos proyectos por parte de esta institución para la incorporación del
área al desarrollo regional a través del Proyecto Eje Fluvial Apure-Orinoco.

Este conjunto de circunstancias provocó un clima de tensiones en la zona que


finalmente estalló con una ola de invasiones masivas que alteraron la dinámica “normal”
del proceso de ocupación que venía desarrollándose en Caparo. En este caso ya no se
trataba de invasiones individuales o en pequeños grupos que ocurren de manera
“espontánea”, sino que obedecían a planes organizados, en los cuales participaban no sólo
la dirigencia campesina, sino también poderosos grupos económicos (El Nacional,
13/01/89). El proceso se generaliza y desarrolla a tal magnitud que supera con creces
cualquier previsión en las medidas de control y vigilancia diseñadas para la Unidad III
amenazando con extenderse al resto de las unidades.
48

Aparte de las expectativas que ese conjunto de condiciones pudieron generar en los
potenciales invasores de la reserva, la proximidad de las elecciones nacionales (Dic-87) y
posteriormente de Gobernadores y Alcaldes que habrían de ocurrir en 1989, creó una
situación propicia para que ciertos dirigentes, por razones electorales o con aspiraciones
políticas locales, participarán en la organización de invasiones o apoyarán campañas
destinadas a neutralizar la acción de los organismos responsables de garantizar la integridad
de la reserva.

La deforestación masiva y posterior ocupación con fines agrpecuarios no ha sido


producto exclusivamente de la intensificación de las migraciones campesinas no
controladas y/o apoyadas por organizaciones político sindicales, tambiénn hubo un
aprovechamiento de esta situación inicial por parte de agentes capitalistas -terratenientes,
comerciantes, contrabandistas- quienes se sumaron a la destrucción del bosque, valiéndose
en muchos casos de los campesinos para deforestar áreas, fundar potreros, construir
bienhechurías, realizar extracciones ilegales de los recursos forestales, y obtener fabulosas
ganancias con estas actividades ilegales.

Adicionalmente, se han detectado anomalías y violaciones a la normativa legal por


parte de las Delegaciones Agrarias -Táchira y Barinas- que otorgan constancias de
ocupaciones y títulos de propiedad dentro de la reserva. En relación al mercadeo de
bienhechurías, en el que juegan papel importante los terratenientes del área, se han prestado
jueces y registros del estado, para notoriar y autenticar documentos de compra-venta. Y la
participación de instituciones bancarias y crediticias que otorgan este tipo de concesiones a
“propietarios” de unidades de explotación localizadas dentro de la reserva (FAC, 1989),
contra lo cual se ha pronunciado el MARNR.

Otro elemento atentario contra la integridad física de la Reserva Forestal de Caparo


lo constituye la presencia de Sociedades Civiles -Comunidad Morales, Carrero Necker-
quienes por mucho tiempo han manifestado su propiedad sobre terrenos de la reserva
generando situaciones de inseguridad jurídica, ya que ocupan tierras, presentan
49

documentos, confunden dependencias, manejan a los ocupantes, impiden las labores de


manejo forestal, aunque ya se han adelantado los estudios tendientes a controlar las
acciones de estos agentes.

La caracterización de las invasiones recientes evidencia la ocurrencia de un nuevo


ciclo primario, pero con unas dimensiones que supera con creces la dinámica espacial que
mantuvo durante varios años, el cual afecta aproximadamente el 46% de la superficie de la
reserva, que representa unas 85,762 hectáreas distribuidas como amplias franjas hacia los
márgenes de ríos y caños.

Esta distribución se debe a que estas zonas se corresponden generalmente con


posiciones geomorfológicas (diques, bancos) cuyas características edáficas -drenaje,
textura- resultan favorables para el desarrollo de actividades agropecuarias, además los ríos
constituyen las principales vías de acceso al interior de la reserva, especialmente en época
de invierno y representan a su vez fuente de un recurso vital.

La agricultura se caracteriza por ser una actividad bastante extensiva y tradicional,


producto de la influencia de las zonas agrícolas adyacentes y las condiciones mismas de los
ocupantes. Muchos de los cuales fungen como encargados, caporales o cuidones de los
“dueños” cuyas residencias se ubican en poblaciones vecinas: Barinas, Santa Bárbara y San
Cristóbal principalmente.
Las condiciones de vida de los ocupantes resultan precarias, evidenciadas por la
ausencia de servicios básicos: educación, agua, electricidad, y viviendas por lo general tipo
ranchos de paja con paredes naturales.

Esta población es producto de un proceso migratorio proveniente de los estados


andinos, generalmente campesinos con niveles de vida muy bajos, atraidos por las
posibilidades económicas de las tierras llanas. Conjuntamente con una inmigración ilegal
proveniente de Colombia que se residencia en el área por la relativa cercanía a la frontera.
50

Ambos grupos perciben estas tierras como “libres”, con excelentes condiciones para
desplegar un trabajo similar al realizado en su lugar de procedencia.

A los fines de ordenación y manejo forestal funcionan en la reserva cinco empresas


concesionarias y la Universidad de Los Andes (ULA) bajo contratos administrativos con el
Estado venezolano. (Cuadro 2, Figura 5).

Para el cumplimiento de sus contratos las empresas requieren de inversiones, las


cuales ascienden en la actualidad a los 303 millones de bolívares en maquinaria, equipos,
infraestructura, plantaciones e investigación (Comité de Conservación del estado Barinas,
1990).

El estado de ocupación de la reserva impide la aplicación de los planes de


ordenación y manejo por parte de las empresas. En algunos casos la intervención de la masa
boscosa es tal que no permite cumplir con las cuotas de explotación fijadas. De esta
manera, la actividad se restringe a la extracción de madera ya que el manejo silvicultural se
imposibilita por la constante intervención agropecuaria en el área y la situación de
inseguridad, producto de la agresión y violencia desatada contra el personal y equipo de las
empresas.

La administración de la reserva está a cargo del MARNR-SEFORVEN, a través de


la Dirección General Sectorial de Administración del Ambiente, que se ejerce por medio de
la oficina de Reservas Forestales de Occidente, Ticoporo y Caparo, que funciona en Santa
Bárbara de Barinas.
51

CUADRO Nº 2. EMPRESAS CONCESIONARIAS DE LA RESERVA FORESTAL


DE CAPARO.

UNIDA SUPERFICIE EMPRESA FECHA-CONTRATO


D
52.000 IMADELCA 25/01/84
I LOTE A 26.900 EL YAURE-TEMAICA- 17/02/89
SIPRECA
II LOTE B 32.944 17/02/99
ASERRADERO ZAMORA

LOTE A 30.200 NOV.88


IMCIBOLCA*
III LOTE B 30.700 NOV.88
TRIPLEX*
MENTA 7.000 DIC.82
EXPERI L COMODATO ULA-MARNR

TOTAL: 181.944

* Resolución 506-A (Parcelas de Investigación)


______________________
Fuente: MARNR (1989): División de Reservas Forestales de Occidente.
Santa Bárbara, Barinas.
El Servicio de Guardería Ambiental lo realiza el Destacamento Nº. 14, dependiente del
Comando Regional Nº. 1 de las Fuerzas Armadas de Cooperación del estado Barinas, y a
partir de 1985 un acta convenio estableció la acción coordinada entre Ministerio de la
Defensa, MARNR y Concesionarias para tales efectos.

Tal como se sabe, esta acción de guardería ha resultado deficiente, entre otras
razones, por las limitaciones de personal, recursos de materiales y falta de coordinación
interinstitucional.
52

La construcción y acondicionamiento de los puestos de control para el albergue del


personal y equipo de la Guardia Nacional que adelanta la vigilancia y resguardo de la
reserva, es responsabilidad de las concesionarias tal como lo especifica el acta convenio
antes mencionada. Sin embargo, algunos de estos puestos de control poseen ya la
infraestructura y dotación necesaria para su funcionamiento, pero aún no entran en servicio
por desaveniencias entre estas instituciones, mientras tanto las instalaciones son
deterioradas y destruidas por los ocupantes.

La efervescencia del proceso de ocupación en la reserva condujo en los últimos años


a la realización por parte de la Guardia Nacional de contínuos operativos de recenso,
destrucción de ranchos, decomiso de armas, motosierras, desalojos y otros, que lejos de
calmar la situación desató violentos procesos de agresión por parte de los ocupantes.

La situación es tal que pareciera que quien se encuentra en forma ilegal son las
empresas y los ocupantes sus victimas, desarrollándose incluso por parte de estos últimos
acciones dirigidas a organismos como el IAN, la Fiscalía General de la República,
MARNR, entre otros, para denunciar ecocidios en el área y solicitar el pago de
participación por la madera extraida por las concesionarias, y exigir el pago de
bienhechurías y el cobro de “peaje” (INCIBOLCA, 1989).

Se aprecia pues el proceso de ocupación de la Reserva de Caparo, la concurrencia


de una gama de agentes de ocupación, así como formas de participación y motivaciones
diversas, por lo que resulta incorrecto catalogarlo como un proceso “espontáneo” de
ocupación, no es improvisado, pero tampoco se aprecia en su totalidad como un proceso
dirigido en el que se didtinga un ente, o varios de ellos, que ejerzan el control del mismo.
En vista de lo cual parece más aceptable considerarlo como un proceso incontrolado, al
menos por las instituciones del Estado, idea que incluye la sensación de anarquía que lo
caracteriza.
53

El fenómeno de la ocupación de las reservas forestales, en este caso de Caparo, se


explica dentro de una realidad social, económica y política que escapa del ámbito local y
regional en el cual se desenvuelve. A este conjunto de fuerzas generales externas que
estimulan el proceso se les denomina variables externas.

De igual forma, existen condiciones locales inherentes a la reserva misma que


favorecen las posibilidades de ocupación o aumentan su vulnerabilidad, son factores
relacionados, principalmente, con el manejo y el control del área, las cuales se denotan
como variables internas.

A.- Externas:
Política de capitalización, modernización y fomento de la agricultura: A
consecuencia del auge de la riqueza petrolera se aceleran en el país el crecimiento del
mercado interno, la dotación de equipamiento e infraestructura, la tasa de dotación de
equipamiento e infraestructura, la tasa de la urbanización y la expansión del espacio
agrícola. A partir de la década de los cincuenta se produce la ampliación del proceso de
capitalización y modernización del sector agrícola, de los cuales los procesos de
colonización son parte fundamental.

La política de sustitución de importaciones se convirtió en el instrumento central


para reorientar el sector agrícola hacia nuevos patrones de racionalidad económica y de
utilización de los recursos. La reproducción de este modelo de crecimiento en las periferias
nacionales impuso un vigorosos movimiento de frentes agrícolas que aceleró la
deforestación de áreas boscosas y la ocupación de baldíos a través de políticas de reforma
agraria, colonización, agricultura a gran escala, explotación forestal y procesamiento
agroindustrial (García, 1982, citado por Rojas López, 1990).

En los Llanos Altos Occidentales esta política de apoyo al sector agrícola encuentra sus
precedente más lejanos en los proyectos de las colonias agrarias de Turén y Pimpinela
54

(1950). Posteriormente con la protección a los planes de cereales y oleaginosas integrados


al desarrollo agroindustrial de la región se consolida un sistema de producción de cultivos
mecanizados plenamente articulado a la agroindustria de alimentos concentrados, aceites,
harinas y algodón.

Esta política de modernización capitalista del campo, se apoya en la valorizaciónn


por parte del Estado de tierras nuevas para su incorporación al espacio agrícola. Razón por
la cual algunos especialistas (Rangel, D. 1977) la han llamado capitalismo colonizador.

En síntesis, la formación de espacios pioneros en la región revela el curso de la


capitalización y modernización de la agricultura en la década de los cincuenta. Este curso
alcanza desarrollos posteriores con la intensificación de la política de sustitución de
importaciones que convierte al sector agroindustrial en el eje de transformación del campo
venezolano (Rojas López, 1990).

Sector Forestal desasistido: Frente a este apoyo a las actividades agrícolas se aprecia
un trato secundario al subsector forestal, que tradicionalmente ha sido ignorado dentro del
proceso de desarrollo socioeconómico nacional; cuando ha sido considerado no se le
contempla metas productivas, financieras y de estímulo a su desarrollo integral. La gestión
forestal por su parte, competencia exclusiva del MARNR, ha presentado deficiencias en
cuanto a presupuesto, coordinación, equipos, personal técnico dedicado a la inspección,
supervisión y control de las actividades involucradas en el manejo de las áreas boscosas. El
recién creado Servicio Forestal Venezolano (SERFORVEN), adscrito al Ministerio , viene
a llenar una necesidad muy sentida en materia forestal.

Potencialidad del Estado Barinas: Barinas se presenta como una frontera de recursos
en función de la disponibilidad de una frontera de recursos en función de la disponibilidad
de tierras públicas, su ubicación como zona de transición entre los estados andinos y la
Región Centro Occidental y su cercanía a la zona fronteriza con la República de Colombia,
y a la potencialidad de sus recursos: suelos, bosques y aguas. Situación que lo ha
55

caracterizado como un estado receptor de población, mostrando un crecimiento


poblacional, en los últimos treinta años. Por encima de la tasa nacional.

Muchas de las políticas de consolidación del desarrollo agropecuario nacional están


dirigidas hacia el estado Barinas , dado el enorme potencial como productor agropecuario,
sobre la base del acondicionamiento de miles de hectáreas, la ampliación sustantiva del
frente agrícola, grandes incrementos en la producción de rubros básicos deficitarios y un
conjunto de acciones complementarias como mantenimiento, mejoramiento y consolidación
de la infraestructura de producción y servicio agrícola, refinanciamiento de los créditos a
los productores, estímulo a la agroindustria (Hernández, J. 1985; De Armas, 1990).

Al mismo tiempo Barinas se presenta como uno de los estados más deprimidos del
país, producto de una evidente subutilización de sus recursos, de una débil integración y
desequilibrios urbanos que generan situaciones de deterioro ambiental, conflictos sociales,
de ocupación del espacio, de dotación de servicios y anarquía muy difíciles de controlar,
condiciones que se manifiestan en precarios niveles de vida de su población.

Esta situación impide una ocupación ordenada y controlada del espacio en función a
la disponibilidad de recursos y a la normativa legal.

Masa de campesinos empobrecidos: La existencia de una gran masa de


campesinos, particularmente en las zonas altas de los Andes, afectada por la escasez de
recursos agrícolas, precarias condiciones socioeconómicas y un defectuoso sistema de
tenencia de la tierra, genera una corriente migratoria hacia las tierras llanas en busca de
mejores niveles de vida, principalmente hacia los distritos forestales, hoy municipios, del
estado Barinas: Pedraza y Zamora, donde se localizan las reservas forestales de Ticoporo y
Caparo respectivamente.

Ausencia de control y aplicación de las sanciones: El comportamiento de las


autoridades encargadas de controlar y poner remedio a las situaciones de invasiones y
56

ocupaciones, no solamente de las reservas forestales sino de las áreas protegidas en general,
se ha caracterizado por una flexibilidad y falta de autoridad que ha permitido que este tipo
de acciones continuen ocurriendo. Hasta el momento no se tiene conocimiento de
aplicación de sanciones y paradógicamente las medidas tomadas han resultado
favorecedoras del proceso. En este sentido, se hace necesario la aplicación de lo previsto en
la Ley Penal del Ambiente, la cual contempla verdaderas sanciones para quienes propician
este tipo de delitos.

B.- Internas

Potencialidad de los recursos locales: La reserva forestal de Caparo se ubica en


un área con condiciones favorables para el desarrollo agrícola y pecuario intensivo y semi-
intensivo, con potencial agrícola moderado a alto y condiciones moderadas de habitabilidad
en función de la potencialidad de sus recursos (MARNR,1987).

El área se tipifica por un relieve de planicie aluvial del Cuaternario, plano, con
pendientes longitudinales muy suaves, de suelos aluviales jóvenes, en general
moderadamente meteorizados y lixiviados, caracterizados por un elevado porcentaje de
saturación de bases y, en relación a los suelos tropicales, presentan una alta capacidad de
intercambio catiónico (Franco y Fólster, 1982). Aunque persisten zonas de suelos con
texturas pesadas, drenaje pobre e inundables que restringen el desarrollo de actividades.
Adicionalmente, al área está surcada por innumerables cursos de agua de régimen
permanente, cuyo caudal fluctúa en épocas de lluvia y sequía, y de régimen estacional, que
forman parte importante de los recursos hidráulicos y piscícolas de la región.

La extensa superficie cubierta por bosques le confiere un carácter forestal al área,


potencialidad representada por aproximadamente 242 árboles/Ha, y un volúmen de fuste
que varía entre 145 y 360 metros cúbicos/Ha, (Yepez, M. 1988). A pesar de la sobresaliente
57

abundancia de ciertas especies, el bosque de Caparo es muy heterogéneo, ya que dispone de


un elevado número especies naturales con los más variados campos de tolerancia ecológica,
Guevara, Carrero y Hernández (1987) indican para la Unidad I 361 especies pertenecientes
a 86 familias de spermatophytas y pteridophytas.

En sentido vertical es un bosque completamente regular, puesto que los individuos


que integran su comunidad presentan edades que van desde la regeneración natural, recién
establecida, hasta aquellos árboles de los estratos superiores de 250 y más años de edad.

Desde el punto de vista del aprovechamiento forestal, esta característica de


heterogeneidad florística y estructural del bosque, unido a las condiciones actuales de
disponibilidad tecnológica y exigencias del mercado nacional, determinan la necesidad de
licitar superficies relativamente extensas para su manejo a largo plazo (más de 30.000 Ha.)
para cubrir las cuotas de explotación, de una explotación selectiva que empobrece
ecológica y económicamente el bosque, lo que representa una baja densidad de
aprovechamiento y una mayor accesibilidad de las áreas explotadas facilitando su posterior
incorporación a las actividades agrícolas.

Acceso: Aún en los actuales momentos el acceso a la Reserva Forestal de Caparo


resulta difícil. La carretera que llega hasta el sitio denominado Caño Negro, en las
márgenes del río Caparo, que sale desde Santa Bárbara de Barinas al margen de la Troncal
5 (Barinas-San Cristóbal), y la carretera que llega hasta la población de El Cantón, del cual
sale un terraplén que se comunica con el campamento Cachicamo (Unidad Experimental),
al margen de la carretera La Pedrera-Guasdalito, constituyen las únicas vías de acceso
terrestre a la reserva, con el agravante de que ambas comunican la zona noreste de la misma
(Figura 6) y su utilidad se ve afectada durante la época de lluvias. Asimismo, la reserva no
cuenta con vialidad interna permanente, exceptuando la Unidad II, lo que dificulta el
trabajo de campo para el manejo forestal y las labores de control y vigilancia, así como la
entrada y salida de insumos y productos de estas actividades.
58

Esta situación de relativa incomunicación y la cercanía con la zona fronteriza del


estado Apure con la República de Colombia, favorece la ubicación de extranjeros ilegales
en el área y la incidencia de contrabando, abigeato, deterioro de los recursos naturales y
otros hechos delictivos.

Ocupación previa: Estudios realizados por el MAC (1957) demuestran la


presencia de colonos y comunidades que desarrollaban actividades agrícolas extensivas
dentro del área que hoy ocupa la Reserva Forestal de Caparo, entre ellos los caceríos
Limoncito, Cachicamo, Toro Pintado, Agua Linda, La Concepción, Aserradero La Pastora,
Guafita, Aurorita, La Bonita, los cuales al momento de la declaratoria no fueron
notificados, ni reubicados, tal como lo especifica el artículo 144 del Reglamento de la Ley
Forestal de Suelos y de Aguas, pasando entónces a ser considerados invasores u ocupantes
ilegales, excepto aquellos que demuestren titularidad sobre las tierras que ocupan.

Muchas de estas comunidades, hoy en día más consolidadas, no aceptan la


reubicación, en razón al tiempo dedicado a esas tierras, al establecimiento de mejoras
imposibles de recuperar en los actuales momentos. Esta posición es respaldada por algunas
organizaciones político-sindicales locales y regionales, lo que ha representado prolongados
conflictos con las autoridades de control y manejo forestal. Asimismo, algunas familias y
comunidades alegan derechos de propiedad sobre extensiones relativamente importantes de
la reserva, que han ameritado estudios, igualmente prolongados, para esclarecer dichas
situaciones que han obstaculizado la puesta en marcha de los planes de manejo en estas
áreas.

Planes de manejos tardíos: Hacia 1989 es cuando la Reserva Forestal de Caparo


por primera vez posee todas sus unidades de manejo y respectivos lotes bajo contrato
administrativo para la implementación de planes de ordenación y manejo. Por casi 28 años,
desde su declaratoria, más del 50% de su superficie permaneció sin control alguno sobre las
actividades que allí se adelantaban. Las razones son varias: incumplimiento de las empresas
asignadas para elaborar proyectos de investigación para su posterior manejo, ausencia de
59

infraestructura física en el área para el establecimiento de empresas, dificultades para el


acceso a la zona, conflictos jurídicos para el esclarecimiento de la propiedad de los
terrenos, todas hicieron de Caparo una de las reservas de Occidente con mayores problemas
para su incorporación al manejo forestal.

Precisamente aquellas unidades que más tardíamente se incorporaron al manejo son


las que en la actualidad muestran los mayores índices de ocupación, estas son las unidades
II y III.

Deficiencias en el servicio de vigilancia y control: Como se sabe, este servicio no


ha sido todo lo efectivo que se requiere, su acción no se corresponde con la importancia y la
demanda de protección de estos espacios, debido a los problemas existentes en cuanto a
disponibilidad de recursos humanos, financieros y materiales y la falta de coordinación y
cooperación entre los organismos encargados de llevar a cabo este servicio (FAC-MARNR-
Concesionarias).

Otro factor que entorpece el cabal funcionamiento de las actividades de control en el


área lo constituyen las situaciones de confusión y anarquía, producto de la participación de
otras instituciones públicas en la zona. Miéntras el MARNR asume la preservación de la
reserva, el IAN expide constancias de ocupación, los Registros Públicos oficializan el
mercadeo de bienhechurías y la Banca Agropecuaria concede créditos de explotación y
mejoramiento de fincas, que genera serias contradicciones que imposibilitan la labor de los
efectivos de la Guardia Nacional.

Factores coyunturales de tipo político-económico: La cercanía de los períodos


electorales nacionales y municipales ha determinado la ocurrencia de violentos procesos de
ocupación masiva en la Reserva Forestal de Caparo, al igual que en otras reservas de
Occidente, que son promovidos por líderes políticos locales y regionales, que bajo
consignas sociales movilizan personas hacia estas áreas para alcanzar sus ambiciones
políticas.
60

La posibilidad de pago de indemnización por bienhechurías y mejoras por parte del


Estado o de las empresas concesionarias, luego de los procesos de desalojo, ha constituido
generalmente un factor alentador en la ocurrencia del fenómeno de ocupación de las
reservas forestales. Aunque el Decreto 1569 (1976) prohibe este tipo de pago, la
intermediación de organizaciones político-sindicales en favor de los colonos alimenta
esperanzas y determina, en gran parte, los movimientos recurrentes de invasión-desalojo-
invasión.

Finalmente, la anexión del Distrito Ezequiel Zamora, hoy municipio, a la


supervisión de la Corporación Venezolana del Suroeste (CVS), dirigida por grupos
emergentes del estado Táchira, así como la incorporación de empresas tachirenses como
concesionarias de esta reserva, generó descontentos en diversos sectores del estado Barinas
y disputas por el control de las actividades económicas de la zona, en este proceso las
invasiones a la reserva formaron parte del conflicto, situación que fue reseñada a través de
campañas periodísticas nacionales y regionales.

4. UNA VISIÓN CRONOLOGICA DEL PROCESO DE OCUPACIÓN DE LA


RESERVA FORESTAL DE CAPARO.*

La evolución pasada resulta fundamental para entender las condiciones actuales que
definen el sistema, en este sentido se presenta un avance cronológico de aspectos

*
La descripción del proceso de ocupación de Caparo se encuentra detallado en Sanchez M, 1939.
61

relacionados con la ocupación y el manejo de la Reserva Forestal de Caparo para luego


exponer de forma cualitativa y cuantitativa la situación actual de ocupación de la reserva.

El uso del espacio en los Llanos Altos Occidentales ha sufrido cambios a través del
tiempo. Durante el período colonial se produjo una sustitución del bosque por un uso
agropecuario, tendencia que se mantuvo hasta el inicio de la Guerra Independentista. Según
Veillón J.P. (1975), al final de la etapa colonial el área boscosa de esta región estaba
bastante más reducida que un siglo después, a consecuencia de una relativa alta densidad
de población y una floreciente actividad económica, productora de animales y vegetales
para la exportación hacia otras regiones.

Sin embargo, las selvas deTicoporo, Caparo y San Camilo, en la zona occidental del
estado Barinas, permanecían sin intervención en su mayor parte, debido a su inaccesibilidad
y a las inundaciones anuales que afectaban gran parte de su superficie. La intervención se
reducía a ciertas comunidades en las márgenes de los ríos navegables de la zona producto
de la actividad comercial fluvial.

Posteriormente, las largas guerras de Independencia y Federación provocaron


particularmente en los Llanos una drástica merma de su población y el abandono de
extensas áreas agrícolas y ganaderas, lo que a su vez favoreció la recuperación del bosque,
ampliando su cobertura sobre miles de hectáreas de tierras abandonadas. Situación que se
mantuvo hasta practicamente mediados del presente siglo. Por largo tiempo las tierras
llanas se comportaron como áreas de repulsión de población, de las cuales emigraban
grupos humanos hacia las zonas montañosas, tratando de sustraerse a las endemias
tropicales y las guerras que azotaban la región.

La paulatina pacificación del país desde principios de siglo y luego la era petrolera,
con la construcción acelerada de carreteras, la introducción de los vehículos de motor y la
movilización de los servicios de sanidad pública a la zona, cambiaron rápida y radicalmente
el aspecto demográfico y económico de los Llanos Occidentales.
62

La explotación acelerada del recurso bosque en los Llanos Occidentales se inicia


con la organización de la colonia Agrícola de Turén (1948), en la cual se deforestaron
30.000 hectáreas, para constituirse en un área prioritaria para la expansión del espacio
agrícola, como parte de la política nacional de sustitución de importaciones iniciada en el
país desde 1950.

La expansión de la infraestructura vial a través del piedemonte andino, permitió


acceso al transporte automotor pesado a las áreas de producción forestal, incentivándose
así la explotación del recurso en la zona. Situación que se complementó con la creciente
demanda de madera por parte de la industria de la construcción, para ese entónces en plena
fase de dinamización.

Es entonces cuando se declaran las primeras reservas forestales del país, ante la
necesidad de resguardar recursos forestales valiosos para seguridad de la industria nacional
del ramo.

A partir del control de la malaria y la culminación de algunas carreteras (Barinas-La


Pedrera), la región comenzó a recibir un elevado contingente de campesinos inmigrantes de
los estados andinos y de la República de Colombia con tendencia a concentrarse e algunos
distritos: Barinas, Páez y Pedraza principalmente. Asimismo, Barinas se convertía en zona
de expansión natural del desarrollo agropecuario operado en Portuguesa.

De esta forma, el proceso de ocupación de tierras en el estado ocurría


desordenadamente, acompañado de una deforestación incontrolada, a pesar de que el
Estado, para ese momento, ya había designado extensas superficies para el proceso de
Reforma Agraria y una parte significativa de los bosques comerciales habían sido incluidos
como reservas forestales (CORPOANDES, 1968).
63

La reserva más afectada en este proceso fue Ticoporo. En Caparo las condiciones de
difícil acceso y severas inundaciones frenaron la intervención tanto para fines agrícolas
como forestales. Según la OEA (1967), las intervenciones agrícolas en Caparo ern muy
reducidas, ubicadas principalmente a la orilla de los ríos.

Los mapas de uso de la tierra realizados por el MAC (1957) muestran los caceríos
que existían en el área que más tarde sería declarada como Reserva Forestal de Caparo, en
los cuales se desarrollaba una actividad de conuco, cultivos anuales y permanentes, con
algunos pastos mejorados: guinea, pará, yaguará, juntos con zonas de sabana natural,
rastrojos, bosques talados y vírgenes.

Antes la declaratoria, los bosques de Caparo habían sido explotados parcialmente,


en especial aquellas áreas de mayor acceso, bajo el sistema de permisos anuales y formas
tradicionales de explotación, que consiste en el corte únicamente de las especies de mayor
demanda en los mercados, sin ningún tipo de manejo silvicultural. La OEA (1967) en su
estudio sobre recursos forestales de los distritos Páez y Pedraza, afirma que la mayor
superficie ocupada por especies de alto valor comercial en Caparo fueron explotadas hacía
unos 20 años atrás, sin embargo, las inundaciones propias de la época lluviosa
contribuyeron a frenar la explotación.

Aún hoy persisten las ruinas de un gran aserradero (La Pastora) que funcionaba a
orillas del río Apure, a través del cual se transportaban los productos de enormes rolas de
finísimas maderas que luego eran exportadas.
64

1961-1965

1961-63: El MAC suspende los permisos de explotación en la Resrva Forestal de


Caparo, divide su superficie en cinco unidades técnicas de manejo e instala sus oficinas en
la Unidad I (2.000 Ha.) para iniciar el programa de manejo (CORPOANDES, 1968).

1964: Se decreta el Reglamento de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas sobre el


Aprovechamiento de las Reservas Forestales, el cual incluye soluciones para abordar
situaciones conflictivas en cuanto a uso en dichas áreas.

1965: El MAC pone a la disponibilidad de las industrias madereras nacionales


cuatro unidades de manejo de Caparo las cuales fueron concedidas a compañías solventes
para la ejecución de inventarios forestales como punto inicial para la obtención de contratos
de explotación a largo plazo (OEA, 1967).

1966-1970

1967: FAC inicia el Servicio de Guardería Ambiental en las reservas forestales de


Ticoporo y Caparo, pero las instituciones locales encargadas del control de las actividades
agrícolas en la zona continúan otorgando permisos de deforestación con fines
agropecuarios (FAC, 1989).

1968: la Corporación de los Andes propone el Proyecto Alto Llano Occidental que
incluye un Plan Forestal, el cual contempla el aprovechamiento integral de los recursos
forestales de la región mediante la racionalización de las actividades de conservación y
explotación, ante la inminente amenaza de desaparición de las reservas forestales,
principalmente Ticoporo, producto de la presión social por tierras agrícolas. Dicho Plan
indica que todas las unidades de Caparo habían sido inventariadas y los proyectos de planes
65

de manejo estaban en vías de ejecución, a excepción de la Unidad V cuya empresa paralizó


sus actividades (CORPOANDES, 1968).

Se conoce el Proyecto de Plan de Manejo para la Unidad Y de la Reserva Forestal


de Caparo, elaborado por Santoromita y Altuve realizado a solicitud de la Corporación de
Los Andes y la ULA. (Es el único estudio conocido de los autorizados por el MAC en
1965). El informe establece con exactitud los linderos y discrimina la superficie de la
Unidad Y de la manera siguiente:

Superficie boscosa 16.600 Ha.


Superficie sin valor aparente 6.400 Ha.
Superficie fuertemente afectada 6.100 Ha.

Esta última superficie se refiere a las actividades agrícolas, y se ubica sobre la costa
del río Caparo alinderada por el Caño seco del Caparo viejo y la línea divisoria en las
proximidades de Toro Pintado, aunque se considera esta superficie como parte del Plan se
reconoce las dificultades para su desarrollo, por lo cual propone la modificación de los
linderos en dicha unidad.

Comienzan los litigios entre la empresa “Agropecuaria Carrao” y el MAC, por la


definición del lindero Norte de la reserva en las inmediaciones del sitio denominado Toro
Pintado (Archivo de la Dirección de Manejo Forestal del MARNR, Caracas)2.

1970: La Universidad de Los Andes (ULA) y la Corporación de Los Andes


(CORPOANDES), con el apoyo del MAC, firman contrato a través del cual se encomienda
al Centro de Estudios Forestales de Postgrado de la Facultad de Ciencias Forestales, la
ejecución de un programa de investigaciones dedicado fundamentalmente a la obtención de
información ecológica, silvicultural y económica de la Unidad I de Caparo, con el objeto de
establecer una metodología de manejo para la reserva, y en lo posible hacerlo extensivo al

2
En adelante se mencionará como archivo MARNR.
66

resto de las reservas forestales de Occidente. Este contrato tenía un año de duración
prorrogable por cinco años.

Se consideró necesario recopilar información de este tipo por la carencia de


experiencias en el país, porque para ese entonces se comenzaban a celebrar los primeros
contratos de manejo a largo plazo en las reservas forestales de Occidente (CONTACA,
Unidad II - Ticoporo, 1970), modalidad que requiere de contínuos ajustes de acuerdo a los
resultados provenientes de la investigación, que las compañías contratistas no estaban en
condiciones de realizar.

1971-1975

1973: Se declara sin lugar la demanda interpuesta por la familia Vallée (Joffre H.
Vallée y hermana), a través de la cual se acreditaban la titularidad de una superficie de la
Unidad III, donde funcionara el antiguo aserradero La Pastora, propiedad de su padre.
(Archivo MARNR).

1974: CORPOANDES retoma el Programa Alto Llano Occidental y propone el


Programa Integral Agrícola Alto llano Occidental -PIALLO-, el cual, a pesar de reconocer
las características de la economía regional -agropecuaria tradicional, con estructura de
tenencia de la tierra fuertemente concentrada, uso mínimo de la superficie aprovechable y
objeto de una rápida transformación producto del proceso espontáneo de expansión
agrícola- propone un conjunto de programas de desarrollo agropecuario, y en especial de
reforma agraria, no presta ninguna atención al subsector forestal.

Con el propósito de establecer las condiciones que regirían las actividades


agropecuarias de la población campesina ubicada en las reservas forestales, se firma un
Acta Convenio entre el MAC, representado por los ingenieros forestales adscritos al
Programa de Manejo Integral de la Reservas Forestales de Occidente, el Comité Conflictivi
67

de Ticoporo y el Sindicato Campesino de Caparo, en representación de los campesinos de


ambas reservas, con participación de la Federación Campesina Seccional Barinas y la
Asamblea Legislativa del estado. Este documento se constituyó en punta de lanza para la
promoción y desarrollo de las actividades agrícolas y el arraigamiento de las familias
campesinas establecidas en el área de la reserva.

1975: Culmina el Programa de investigaciones con fines de manejo adelantado por


el convenio ULA-CORPOANDES, en una superficie aproximada de 2.500 Ha. de la
Unidad I, cuyo resultado fue la presentación de un plan de manejo para la Unidad. Un plan
novedoso, que pretendía incorporar aspectos sociales, económicos y de conservación al
manejo forestal. En este sentido contempla, la incorporación en forma permanente de
alrededor de 200 familias campesinas, diseminadas a lo largo del lindero Norte y Oeste,
cerca del Caño Añarú, que desarrollan actividades agropecuarias extensivas, en su mayoría
con bajos niveles de vida. Y propone el desarrollo de programa de investigaciones
agroforestales, para el logro de mayores beneficios sociales y una mayor capacidad
productiva.

A partir de este año los Proyectos de Investigación que en la Unidad I adelanta la


ULA se realizan con la participación de universidades extranjeras -Gottingen, Alemania
Federal; Wagenigen, Holanda; Centro Técnico Forestal Tropical, Francia- y el
financiamiento de instituciones como el CONICIT, CDCHT-ULA (Facultad de Ciencias
Forestales, 1985).

1976-1980

1977: Se conocen las pretensiones de la Sociedad Civil Comunidad Morales C.A.,


su apoderado, el Sr. Medardo Llañez, intenta reivindicar para dicha compañía la propiedad
de aproximadamente el 33% de la superficie de la Reserva Forestal de Caparo,
específicamente lo que corresponde a las actuales unidades II y III al Sur de la misma,
además de gran parte de los estados Barinas, Táchira y Mérida, con base a la escritura Nº.5
68

del protocolo Octavo de la Oficina del Registro Público de la Grita (23-08-1852) (Archivo
MARNR). Se entabla entonces por vía judicial un reclamo sobre la propiedad particular de
estos terrenos, lo que representó un impedimento legal para someter dichas unidades a
planes de manejo.

1979: Se reinician los litigios sobre el lindero Norte de la reserva, a consecuencia de


la solicitud de permiso presentada por el “propietario” del Hato Mata de Conuco para
efectuar aprovechamiento forestal en dicho fundo, cuyo lindero Sur lo constituye el Caño
Túriba. Posteriormente en 1980, el permiso fue negado dando lugar a una serie de
procedimientos administrativos para esclarecer tal situación. El mencionado hato de 1.246
Ha, formaba parte antiguamente del Hato Carrao, cuyo dueño vendió según documento
autenticado el 12-11-74. (Archivo MARNR).

El MARNR, en vista de la reducida extensión de la superficie comercial boscosa en


las diferentes unidades, de su relativa pobrezas en especies comerciales, de los litigios para
definir la propiedad de algunos terrenos de la reserva y la necesidad de poner bajo manejo
las restantes áreas de reserva mediante la contratación administrativa, decide la
redistribución de las unidades de manejo, y la unión de las dos unidades que estaban siendo
reclamadas como propiedad privada (Acero, P. 1980). Quedando, a partir de esa fecha, la
reserva de Caparo dividida en tres unidades de manejo.

La unidad I constituida por aproximadamente 57.000 hectáreas dentro de la cual fue


delimitada un área hacia la parte occidental de unas 2.500 hectáreas definida como la
Unidad Experimental, la cual venía, y continuaría, siendo utilizada por el MARNR para
adelantar las investigaciones silviculturales. La Unidad II de unas 60.550 hectáreas y la
Unidad III, constituida por unas 56.450 hectáreas, distribución que intenta ofrecer a
cualquier empresa maderera la materia prima que asegure la rentabilidad de una planta
industrial, para el aprovechamiento integral de la madera.
69

En cuanto a manejo, establece que la Unidad I debe ser licitada a la brevedad


posible para su contratación a largo plazo, considerándose a la ULA como la institución
con mayores opciones para dicha contratación, por su experiencia en la investigación
forestal y por las innumerables ventajas que ello representa para la formación de personal
técnico y especializado. De igual forma, plantea la necesidad de poner pronto en
producción a la Unidad II, en vista que la misma se encuentra fuertemente invadida. La
Unidad III por su parte, no deberá ser licitada hasta tanto no se dicte sentencia en el litigio
que existe sobre la propiedad de sus terrenos, miéntras debería implementarse una
vigilancia efectiva para evitar que continue siendo destruida por los invasores.

1980: CORPOANDES presenta el Plan de Desarrollo de la Región de los Andes,


con un aparte para el estado Barinas, el cual dedica muy poca atención al sector forestal, a
pesar de los enormes recursos forestales de esa entidad y la presencia de dos importantes
reservas forestales.

Un informe del MARNR acerca del Manejo de las Reservas Forestales de San
Camilo y Caparo, establece que ambas reservas han sido y continúan siendo presas de
múltiples deforestaciones causadas por invasiones, comprobándose que más del 20% de su
masa original fue eliminada, a lo cual hay que sumarle unas 22.000 hectáreas cubiertas de
sabanas y rastrojos (Acero, P. 1980).

1981-1985

1981: El MARNR ofrece la Unidad II de esta reserva a las industrias interesadas en


el aprovechamiento racional del bosque a través de planes de manejo (Archivo, MARNR).
70

CORPOANDES, conjuntamente con la ULA, da a conocer el segundo Plan de


Manejo de la Unidad I de Caparo, el cual establece como objetivo estratégico tomar
dominio real de la unidad, que significa no considerar solamente las 25.850 hectáreas de
bosque alto y medio de valor comercial, sino también, tomar en cuenta para el manejo las
33.150 hectáreas, el 56,2% de la unidad que se encuentra bajo uso agropecuario, esteros,
sabanas y otros tipos de bosques no comerciales, de las cuales 18.000 hectáreas forman un
bloque compuesto de intervenciones agropecuarias ubicadas hacia la parte Norte de la
unidad.

1982: La empresa Aserradero Santa Bárbara presenta su propuesta de Plan de


Manejo para la Unidad II de Caparo, la cual destaca que los bosques de esta reserva son
bastante pobres y que ello limita su uso integral y propone la necesidad alternativas de
manejo común de toda el área de la Reserva, buscando la utilización de una línea vertical
de productos, recomendando la integración de los concesionarios de la zona para un mejor
manejo y aprovechamiento de los recursos forestales.

La Oficina Nacional de Catastro realiza un estudio del lindero Sur del Hato Carrao,
el cual determinó la superposición del límite Norte de la Reserva Forestal de Caparo con el
límite Sur del mencionado hato, con lo cual se admite que el lídero Norte de la reserva
estaba errado (Archivo MARNR).

La sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, expediente Nº. 1.602


determinó que los terrenos sobre los cuales se seguía juicio antepuesto por la comunidad
Morales , son propiedad absoluta de la Nación venezolana, que dicha comunidad no posee
tierras en el estado Barinas y que estas son baldías (Triplex S.A. 1989).

El MARNR autoriza a la empresa Jesús Noguera y compañía la elaboración del Plan


de Ordenación y Manejo de la Unidad III de la Reserva Forestal de Caparo, trabajo que
dicha empresa nunca realizó (Archivo MARNR).
71

El MARNR acoge favorablemente la solicitud de la ULA de concederle la Estación


Experimental de Caparo, con la finalidad de sufragar las investigaciones que esa institución
adelanta en materia forestal; así, en Diciembre le otorga mediante Contrato de Comodato,
Gaceta Oficial Nº. 3.107 del 15/03/83, por doce años y prorrogable por períodos iguales,
7.000 hectáreas pertenecientes a la Unidad I, parte de las cuales se corresponde con el área
en que se venía desempeñando la ULA. (ANEXO 3).

1984: La empresa Industria Maderera del Caparo C.A. (IMADELCA), constituida


por la Sociedad CORPOANDES- Universidad Ezequiel Zamora de Barinas, después de
cumplir con las exigencias técnicas y legales previstas en la normativa forestal del país,
recibió la nueva pro para la conseción de la Unidad I de Caparo, firmando contrato
administrativo por treinta años con el MARNR el 25/01/84, por una superficie de 52.000
hectáreas con una producción estimada de 15.000 m3/año de madera en rolas (Serrano,
1984). En vista de los serios problemas de intervención agropecuaria de la unidad la
cláusula vigésima, parágrafo tercero del contrato, establece la obligación de la empresa de
realizar un proyecto de uso agropecuario forestal, para incorporar al plan de manejo dicha
área (Yépez, M. 1988).

El MARNR asigna a la Unidad II de Caparo para su ordenación y manejo a la


empresa Aserradero Santa Bárbara C.A. a través de contrato administrativo el 25/01/84,
por 60.550 hectáreas. El Plan de Manejo presentado por dicha empresa manifiesta que del
total de la superficie de la unidad el bosque representa unas 47.350 hectáreas, con otro tipo
de vegetación unas 11.625 hectáreas y bajo uso agropecuario unas 1575 hectáreas. (Archivo
MARNR).

A ambas empresas se les exigió la realización de un censo de ocupantes, labores de


patrullaje, definición de linderos, informes y diagnósticos constantes de la situación de
ocupación en sus respectivas unidades, con el propósito de controlar el avance agrícola en
la reserva (Archivo MARNR).
72

1985: El Procurador General de la República, basado en los resultados del estudio


realizado por la oficina Nacional de Catastro sobre los linderos del Hato Carrao y la leyes
de Tierras Baldías de 1909 y 1910 (artículos 11,12,15 y 28), que reconocen la
prescriptibilidad de los terrenos baldíos, cambiando la tradición jurídica existente, establece
que los terrenos del mencionado fundo deben considerarse propiedad privada y que por
tanto se deben expropiar o en todo caso se debe replantear el lindero Norte de la Reserva de
Caparo (Archivo MARNR).

El señor Carrero Necker, en representación de la Sociedad Mercantil “Agropecuaria


Carrao C.A.” interpone un recurso de oposición en contra de las actividades de
explotación forestal que viene realizando la empresa Aserradero Santa Bárbara C.A.en
terrenos presuntamente de su propiedad, y solicta al MARNR que de ser declarada a lugar
dicha oposición se ordene excluir del régimen de reserva forestal estos terrenos, basándose
en sus derechos de propiedad por 159 años de titularidad contínua e ininterrumpida
(Archivo MARNR).

La Consultoría Jurídica del MARNR acredita el derecho de propiedad de los


terrenos alegados por la Sociedad Mercantil “Agropecuaria Carrao C.A.” el 03/09/85, y se
declara con lugar la oposición interpuesta por su representante. Sin embargo, a los efectos
de manejo los terrenos continuaron reconociéndose como parte de la reserva.

La población de El Maporal, ubicada en la Unidad II de la Reserva Forestal de


Caparo, denuncia ante el Presidente de la República, Dr. Jaime Lusinchi, el desacato al Plan
de Manejo que realiza la empresa Aserradero Santa Bárbara en esa unidad, en cuanto a
cuota de explottación, plantación, desarrollo social de la comunidad y la utilización de
mano de obra proveniente de la población vecina, expone que la comunidad data de 1707 y
solicitan del presidente su intervención (Archivo MARNR).

El ciudadano Jofree Vallée Sarmiento, de nacionalidad venezolana, se atribuye la


titularidad de los terrenos de la Unidad III.
73

El MARNR, el Ministerio de la Defensa y las concesionarias madereras de Ticoporo


y Caparo firman un Acta Convenio para emprender acciones de protección y vigilancia en
forma conjunta entre autoridades técnicas, juridiccionales, administrativas y policiales a
nivel local y regional, y controlar el proceso de invasiones en estas reservas forestales. A
través de este acuerdo se proyecta la construcción de tres punto de control para Caparo, en
los sitios denominados San Pedro, Anta y Caño Añarú (FAC, 1989b). La primera de estas
acciones emprendidas fue el restablecimiento del Puesto de la Guardia Nacional en el
Campamento Cachicamo Unidad I.y la implementación del programa de control en la zona
(Archivo MARNR).

La Facultad de Ciencias Forestales de la Ula expone la importancia de preservar un


área del Comodato sin intervención, definida como reserva biológica para la realización de
investigaciones en el bosque natural (Facultad de Ciencias Forestales, 1985).

1986-1990

1986: La Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, sentencia


que los terrenos en litigios con el Sr. Jofree Vallée S., los cuales ocupa, son baldíos por
mandato expreso de la Ley de Tierras Baldías y Ejidos, art. 1, quedando sin lugar la
oposición interpuesta por el demandante, así como cualquier pretensión de propiedad de la
conocida comunidad Morales (Archivo MARNR).

El comisario de los Caseríos Totumito y Soropo, ubicado dentro de la Unidad III de


la Reserva Forestal de Caparo, denuncia ante el MARNR la realización de explotaciones
clandestinas de productos forestales en el área y otros hechos bandálicos que deterioran la
masa boscosa (Archivo MARNR).
74

La Guardia Nacional solicita del MARNR la pronta construcción del puesto de


control en el sitio denominado Boca del Uribante, el cual serviría para la protección y
vigilancia de un área aproximada de 30.000 hectáreas. (Archivo MARNR).

Setenta y dos familias ocupantes de la zona Norte de Caparo denuncian ante el


MARNR los atropellos realizados por los efectivos de la Guardia Nacional, destacados en
el Campamento Cachicamo, en contra de sus personas y bienes, contraviniendo lo
establecido en el Acta Convenio de 1974, asimismo manifiestan que varios compañeros
afectados poseen créditos agropecuarios otorgados por entidades bancarias y que esta
situación impide el cumplimiento de sus obligaciones para con estas instituciones, así como
la paralización del programa de vialidad previsto por el Gobierno Regional para la zona. En
tal sentido, solicitan del Ministerio la solución a tales problemas (Ocupantes de la zona
Norte de la Reserva Forestal de Caparo, 1986).

La empresa Aserrader Santa Bárbara es objeto de un embargo a consecuencia de las


flagrantes violaciones a las especificaciones del contrato de manejo, incumpliendo las
normas conservacionistas para asegurar la permanencia del bosque, situación que fue
resuelta en Julio del mismo año. Sin embargo, los abusos continuaron ya que la empresa
traspasó sus derechos a otra corporación -Grupo Forestal de Occidente C.A.
(GRUFORCA)- presidida por el mismo dueño sin haber rendido cuentas al MARNR sobre
serios deterioros ocacionados al medio ambiente en la Unidad II y el despido de cien
trabajadores al cerrar un Aserradero para evadir prestaciones sociales y compromisos
financieros con la Nación (De Frente, Barinas 11/09/87). A partir de esta fecha la empresa
GRUFORCA queda encargada de llevar a cabo el Plan de Manejo Forestal en la Unidad II.

Circula a nivel nacional el aviso de licitación para la elaboración del Plan de


Ordenación y Manejo para la Unidad III, cinco empresas participaron en la licitación:

• Corporación Industrial TRIPLEX S.A.


• Consorcio de empresas El Yaure - Temaica - Sipreca.
75

• Aserradero Arauca.
• Industria Maderera Ciudad Bolivia C.A. (IMCIBOLCA)
• Aserradero Zamora.

Las recomendaciones de diversas instituciones en apoyo a una u otra empresa no se


hicieron esperar. La Unidad de Programación Especial del Suroeste Andino
(UPESUROESTE), la Federación de Trabajadores del estado Táchira (FETRATACHIRA),
la Asamblea Legislativa del estado Barinas y la Gobernación del estado Táchira,
manifestaron en diferentes fechas al MARNR su interés por la participación y buenos
auspicios hacia la segunda de las empresas antes nombradas, recordando que la misma
representa el principal consumidos de materia prima forestal de la zona, además de ser
empresa solvente y con instalaciones aptas para tales actividades (Archivo MARNR).

Por su parte, el Consejo Municipal del Distrito Ezequiel Zamora manifestó en


diversas oportunidades su complacencia con la participación en la licitación del Aserradero
Zamora, asentado en su jurisdicción (Archivo MARNR).

Desatándose, entonces, pugnas políticas y económicas locales y regionales en


relación a que empresa finalmente resultaría beneficiada, que generó un violento proceso de
invasión y ocupación en la unidad dirigida por líderes agrarios locales y regionales ante la
situación de incertidumbre, que también fue aprovechada por comerciante inescrupulosos,
para obtener excelentes ganancias con la extracción clandestina de productos forestales, y
campesinos de zonas aledañas hicieron su intento de apoderarse de un trozo de terreno en el
área antes de que las empresas madereras tomaran poseción de la unidad para su manejo.

1987: El MARNR estima que el la Reserva Forestal de Caparo deben existir


alrededor de 500 a 600 grupos de invasores, sin embargo, aún no se establecen los puestos
de control previstos en la reserva para poner en práctica efectivamente el Plan de Guardería
Ambiental (Archivo MARNR).
76

En razón al control sobre las actividades agropecuarias impuesto por miembros de la


Guardia Nacional destacados en el Destacamento Cachicamo, se desató en el área un fuerte
descontento en la población ocupante que ofreció quemar las plantaciones de la ULA como
represalia. La Universidad, por su parte para recuperar las buenas relaciones mantenidas
hasta el momento con los ocupantes realiza una reunión con aquellos para restablecer
acuerdos mutuos de cooperación. (Facultad de Ciencias Forestales, 1987).

La autoridad del área de Uribante-Caparo del MAC, en conocimiento del déficit que
presentaban las empresas concesionarias de las unidades I y II respecto a las exigencias de
construcción de viabilidad, incluidas en sus respectivos planes de manejo, solicita al
MARNR que autorice a dichas empresas la construcción de la vialidad primaria que va
desde Caño Negro, al márgen del río Caparo, hasta la localidad de Suripá, de
aproximadamente 31 Km, como contribución al programa de vialidad rural que dicha
autoridad adelanta en la región. En respuesta el MARNR autoriza a las empresas la
construcción de la mencionada carretera en el término de dos años (Archivo MARNR).

El MARNR reitera la necesidad de definir el linderoNorte de la Reseva, desde los


Islotes de Cachicamo hasta las Acacias, en vista de la oposición que mantiene la sucesión
agraria El Carrao con la empresa Aserradero Santa Bárbara, por una parte y las numerosas
cartas enviadas al ciudadano Ministro de Agricultura y Cría y a la Comisión de Agricultura
y Política Agraria del Congreso Nacional por grupos de ocupantes de diferentes sectores
del área Norte de la Reserva Forestal de Caparo. (Ocupantes de la Reserva Forestal de
Caparo, 1987).

La evaluación a los planes de manejo de las concesionarias de Caparo realizada por


el MARNR comprueba el incumplimiento de ambas empresas en lo referente a vigilancia y
guardería ambiental, sin embargo, las empresas presentaron resultados de los censos en sus
respectivas unidades (Archivo MARNR).
77

IMADELCA (Unidad I) informó que se encontraron 87 familias, de las cuales sólo


fueron censadas 83, que ocupan 21.566 hectáreas, el 42% de la Unidad, por lo cual la
empresa emprendería un proyecto agroforestal en el área.

GRUFORCA (Unidad I) estableció que la unidad a su cargo presenta amplios


sectores inundables durante gran parte del año y áreas de difícil acceso, por lo que la
presión humana en el área no reviste gravedad, encontrándose 10.782 hectáreas
intervenidas, el 17,9% de la unidad, repartidas en sabanas naturales dedicadas al pastoreo
el 68,1%, agricultura extensivas 3,6% y rastrojos y bosques el 28,3%. Manifiesta que los
sectores Sur y Oeste se comportan como una extensión de la situación de anarquía que se
vive en la Unidad III.

El MARNR, en reunión con los representantes de la banca, acordó como requisito


indispensable para el otorgamineto de créditos en áreas de reserva y otras áreas protegidas
una constancia del MARNR que certifique que la Unidad de explotación está fuera del área
bajo régimen especial (El Diario de Caracas, 03/05/87).

Ante las múltiples denuncias recibidas por el Despacho del Ambiente y ante
diferentes medios de comunicación, se ordenó una averiguación en la reserva la cual
constató la depredación sistemática que viene sufriendo el área como consecuencia de las
violaciones al contrato de manejo en la unidad II (De frente, Barinas, 17/09/87), que
condujo a la rescisión del contrato administrativo suscrito con la empresa Aserradero Santa
Bárbara y posteriormente transferido a GRUFORCA.

La consultoría Jurídica del MARNR y la Procuraduría General de la República


reconocen la propiedad privada del Hato Carrao, severando que al efectuar la declaratoria
de la reserva se invadió la propiedad privada, y recomiendan la expropiación del fundo o su
exclusión de los linderos de la reserva, así como la modificación del contrato otorgado a la
empresa concesionaria para el aprovechamiento de esta zona. (Archivo MARNR).
78

1988: El Director de Cartografía Nacional solicita al MARNR la aclaratoria de los


linderos de la Reserva Forestal de Caparo, en los sectores comprendidos entre Toro Pintado
y Las Acacias.

El MARNR designa un grupo técnico para analizar el caso Caparo, con


participación del la Cámara de Diputados del Congreso Nacional en las personas de
Domingo Alberto Rangel y Walter Márquez. Se decide implementar la firma de un Acta
Convenio entre campesinos, MARNR, ULA, Guardia Nacional, IMADELCA y el
Congreso Nacional, que permita a los pisatarios del lugar la posibilidad de trabajar la tierra
bajo ciertas condiciones que aseguren la funcionalidad de la reserva. El convenio debía
firmase en el término de un mes y amparar unos 100 productores afectados los cuales
debían ser encuestados por el Ministerio a tales fines (El Nacional, 23/04/88). La firma del
Acta Convenio no se realizó en el tiempo previsto por lo que los enfrentamientos
continuaron.

El MARNR celebra jornadas de evaluación del cumplimiento de las cláusulas de


protección y guardería ambiental contempladas en los contratos administrativos y de
comodato con las empresas de Ticoporo y Caparo, en vista de la gravedad de la situación se
acordó realizar esta actividad mensualmente (Archivo MARNR).

Se conoce el aviso oficial que comunica la buena pro concedida a las empresas
IMCIBOLCA y TRIPLEX para la elaboración de los planes de manejo de los lotes A y B
de la Unidad III. Posteriormente, en base a la resolución 506-A le fueron otorgadas
parcelas de 1.000 hectáreas las cuales debían funcionar como parcelas de investigación para
la elaboración de los respectivos planes, luego le fue concedido el permiso para la
explotación de productos forestales en las mencionadas parcela como fuente de
financiamiento para cubrir los gastos que acarrea la elaboración de esos planes (Archivo
MARNR).
79

El Coordinador del MARNR, Zona 15 Barinas, expone la gravedad de la situación


observada en la Unidad III de Caparo: gran cantidad de especies comerciales taladas por los
invasores y moradores, el saque de madera en tablones y su comercialización por pequeños
y medianos industriales en la Población de Guasdalito sin pasar por el control de la Guardia
Nacional u otros órganos competentes; el Cuartelito Arrecifes ubicado a orillas del
Uribante, construido por el MARNR y equipado por la concesionaria del sector, la Guardia
aún no lo pone en funcionamiento; y la gran cantidad de invasores extranjeros -
colombianos- dentro de la reserva.

Se organizan los ocupantes de la Unidad III de Caparo y constituyen la Asociación


de Productores Agropecuarios de la Aldea Uribante-Añarú, y como tal solicitan al MARNR
amparo institucional por considerarse condueños y propietarios de las tierras que ocupan,
así como de sus recursos forestales, ya que ven sus derechos lesionados ante la presencia de
las concesionarias IMCIBOLCA y TRIIPLEX, las cuales según los ocupantes aún sin haber
cerrado contrato con ese despacho están tumbando y destryendo la selva.

Manifiestan que son criadores y cultivadores que viven allí desde 1950, que poseen
tractores, motosierras, lanchas, motores fuera de borda, cosechadoras, fumigadoras, rastras,
bombas, siembras de pasto, poterros cercados, conucos y haciendas donde pastan
numerosos rebaños de ganado; que cosechan en las vegas de los principales ríos y caños,
que suman aproximadamente 450 fundos y unos 200 más dentro de la selva, y que aún
siendo víctimas de agresiones permanecerán firmes para mantener sus propiedades y
posesiones.

Alegan que desde hace treinta años han venido registrando títulos supletorios para
proteger y acreditar sus hogares, que algunos son comuneros de la Comunidad Morales con
escrituras de propiedad debidamente registradas y catastradas en el MAC, que ocupan
tierras del Estado venezolano, pero que la mencionada comunidad acredita como propiedad
particular en base a escrituras (Archivo MARNR).
80

El MARNR Zona 15 Barinas, refuta el amparo solicitado por los ocupantes de la


Unidad III basándose en que: los denunciantes no acreditan nacionalidad, puesto que
ninguno presentó cédula de identidad; durante el proceso de licitación de la Unidad III no
hubo ninguna oposición por parte de los ocupantes; que ocupan parcelas con superficie
mayor de 500 hectáreas que los cataloga como terratenientes; las empresas se ajustan a las
normas legales que el caso amerita y, finalmente se incluyen copias del documento de la
Oficina Subalterna del Registro del Distrito Pedraza de Barinas del año 1955 que determina
que la Comunidad Morales no posee tierras en el estado Barinas.

El MARNR otorga concesiones a largo plazo a empresas privadas para la


ordenación y manejo de los lotes A y B de la Unidad II de Caparo. En la licitación
participaron doce acreditadas empresas del país, siendo las beneficiadas Consorcio El Yare-
Temaica-Sipreca y S.A. Aserradero Zamora, a cada una de las cuales le fueron asignadas
aproximadamente 30.000 hectáreas (El Diario de Caracas, 31/12/88; El Impulso, 30/12/88).

Se proyecta la elaboración de un Decreto mediante el cual se modifica el lindero


Norte y se corregiría el lindero Este de Caparo, como una solución a la problemática
jurídica de la zona (Archivo MARNR).

La Fundación del Suroeste Andino (FUNDASUROESTE) alcanza una de sus


máximas aspiraciones al lograr la mención de Corporación, hoy Corporación venezolana
del Suroeste (CVS). La creación de esta corporación genera una fuerte discusión a nivel del
Congreso por parte de los representantes de los estados Barinas y Apure, los cuales
cuestionaban la anexión de los Distritos Ezequiel Zamora y Páez, respectivamente, a dicha
Corporación (Valero, M. 1989). El Presidente de Congreso, Reinaldo Leandro Mora,
senador por Barinas, manifestó su desacuerdo al Proyecto, señalando que “Barinas quiere
su autonomía, y no depender de ninguna Corporación” (La Nación, 22/06/88). En ese
momento el peso parlamentario y las presiones ejercidas desde Barinas lograron que la
Corporación abarcará Táchira y el Distrito Páez del estado Apure solamente.
81

Se conoce la versión preliminar del Plan Nacional de los Recursos Forestales


(MARNR, 1988), el cual propone el uso de sistemas alternativos de aprovechamiento
múltiple (plantaciones, sistemas agroforestales, entre otros) en aquellas áreas donde se
prevean y evidencien conflictos por el uso de la tierra.

1989: El Comité Pro-Desarrollo del estado Barinas (COMBAR) denunció que los
Contratos de la Unidad III de Caparo fueron otorgados a comerciantes inescrupulosos
ligados a grupos económicos y políticos del estado Táchira, denunciando también que
dicha unidad fue diezmada por aquellos, utilizando la táctica de promover invasiones de
campesinos al área. Asimismo, denuncian que estos grupos buscan desafectar unas 20.000
hectáreas de la reserva (El Nacional, 13/01/89).

La autoridad de área Uribante-Caparo del MAC informa al MARNR la prioridad en


la construcción de la carretera Suripá-La Idea-Caño Negro, propuesta y paralizada
posteriormente, en vista de su gran importancia para conectar el desarrollo foresta de
Caparo con los Centros de procesamiento de Santa Bárbara, para el aprovechamiento de un
vasto sector agropecuario y para la incorporación de la región al eje fluvial Apure -Orinoco,
ya que permitirá la construcción de un puerto fluvial en el río Caparo y solicita que este
autorice el aporte de las concesionarias de Caparo en su construcción (Archivo MARNR).

Representantes de MARNR regional y nacional, CORPOANDES, Asamblea


Legislativa del Estado, MTC, Destacamento Nº. 14 de la FAC, Concesionarias de Caparo y
Comodato, establecen convenio de participación para la construcción de la mencionada
carretera, en sustitución de los compromisos contractuales de construcción de vialidad
primaria interna a la reserva convenida con el Estado venezolano mediante contrato
administrativo (Archivo MARNR).

TRIPLEX, manifiesta a la Dirección de Manejo Forestal del MARNR, Barinas, la


intensa explotación clandestina de madera en el área y el descontrol e ilegalidad de las
acciones de los invasores en su mayoría no venezolano (Archivo MARNR).
82

Representantes de las concesionarias de la Unidad III solicitan al Ministerio del


Ambiente su intervención a través de la consultoría jurídica de ese desapacho, a fin de que
se realicen las acciones pertinentes ante la Procuraduría General de la República, y el
tribunal de la causa, para que se garantice el cumplimiento de la sentencia de Corte
Suprema de Justicia, que determinan que estos terrenos son propiedad absoluta de la nación
y el rechazo a la solicitud de amparo impuesta por los representantes de la Comunidad
Morales (Archivo MARNR).

Los residentes de la Unidad III denuncian a través de los medios de comunicación


locales la devastación que realizan las empresas y los atropellos y abusos cometidos por la
Guardia Nacional con el pretexto de adelantar un censo en el área (La Nación, Abril 89).

La información de avance del Proyecto Social que adelantan las concesionarias de


Caparo conjuntamente con el MARNR y la FAC, denota la grave situación de invasiones y
ocupación de la reserva:

INCIBOLCA (1989) sostiene que la situación se torna difícil e insostenible debido de la


acción desmedida de los ocupantes, quienes influenciados por factores externos han
intensificados acciones depredadoras del ambiente. Afirma que, a partir de febrero la
ocupación se ha intensificado habiendo no menos de 25 nuevas familias asentadas en los
dos últimos meses. Se han localizado lotes de madera aserrada con motosierra, así como
vehículos haciendo movilizaciones. Una vez realizado el operativo por la Guardia
Nacional, se desató un proceso violento de deforestaciones, quemas de vegetación, hechos
delictivos en contra del personal técnico y equipos de la empresa y una campaña de
descrédito en contra de la empresa y MARNR por parte de los ocupantes.

Los resultados del inventario confirman que de las 400 parcelas inventariadas el
16,25% están totalmente deforestadas, el 50% fuertemente deforestadas con menos de 15
árboles por parcela de los cuales apenas el 7,6% corresponde a la especie Saquisaqui,
83

especie piloto en el manejo de Caparo. La presencia de otras especies comerciales es casi


nulo (INCIBOLCA, 1989).

En cuanto a los resultados del Censo se confirma la presencia de 121 familias, que
ocupan una superficie de 20.503 hectáreas lo que representa el 70,21% del lote.

La Corporación Industrial TRIPLEX, S.A. (1989) manifiesta los inconvenientes


para emprender un inventario convencional en el área, en vista de que practicamente no
existe masa boscosa contínua, y que la existente tiene un futuro incierto, ya que el lote está
siendo convertido vertiginosamente en fincas agropecuarias, asimismo, manifiesta que las
expectativas creadas por proyectos y programas de desarrollo regional promovidos por
instituciones como CORPOSUROESTE ha resultado como incentivos para la ocupación de
estas tierras, sin descartar la situación de inseguridad existente en la zona de Arauca que
determina un éxodo campesino hacia el área de Caparo.

A la vez denuncia que en los últimos años se ha creado un lucrativo comercio ilícito
de madera financiado por comerciantes foráneos que con la reciente presencia de las
concesionarias en el lugar ven estas actividades amenazadas, incitando al campesinado a
una violenta oposición.

Los resultados del censo arrojaron un total de 128 familias, que ocupan una
superficie de 19.327 hectáreas. Lo que representa el 59,10% del lote, disperso en 24
caseríos (TRIPLEX, S.A. 1989).

Las empresas recién instaladas en la Unidad II apenas si presentan de algunos de sus


programas. Aserradero Zamora (1989) dentro de su programa de Protección y Vigilancia
plantea algunos elementos que han conspirado contra las reservas forestales del país,
manteniéndolas en situación de indefinición y contínua destrucción, a pesar de los
esfuerzos técnicos administrativos y el creciente criterio gerencial para su manejo. En este
sentido realiza una serie de proposiciones dirigidas entre otras a la Corte Suprema de
84

Justicia, el Ministerio del Ambiente, la FAC y las concesionarias. Las concesionarias de la


Unidad III aún no presentan resultados del programa social.

IMADELCA (1989) conjuntamente con la FAC y CORPOANDES llevó a cabo un


censo en la Unidad I (Enero-Abril), resultando un total de 83 unidades de explotación que
ocupan una superficie de 24.572 hectáreas que representa un 47,25% de la unidad, se
incluye información detallada del tipo de actividad que desempeñan, características
socioeconómicas de los ocupantes y algunos planteamientos sobre causas y alternativas de
control.

Finalmente, el Comodato ULA-MARNR según censo de la FAC, cuenta con 17


fundos cuyas actividades no interfieren el área del Manejo Forestal del Comodato.

La FAC, destacamento Nº. 14 (1989), realiza algunas dennuncias: las anomalías y


violaciones a la normativa legal realizadas por la Delegaciones Agrarias del Táchira y
Barinas, que otorgan constancias de ocupación y títulos de propiedad dentro de Caparo; el
mercado de bienhechurías al cual se han prestados los jueces y registros del Estado para
notariar y autenticar documentos de compra-venta de predios ubicados dentro de la reserva;
seudolíderes regionales que constantemente promueven invasiones a las reservas forestales
y terrenos privados, con el objeto de captar adeptos hacia determinadas fuerzas políticas,
situación que se agrava en épocas electorales; el incumplimiento de algunas cláusulas
establecidas en los contratos y actas convenios entre el MARNR-FAC-Concesionarias, por
parte de éstas últimas en cuanto a la construcción, acondicionamiento, dotación y
mantenimiento de los puestos para el albergue del personal de la Guardia Nacional
destacado en funciones de vigilancia y resguardo de la reserva y presencia de extranjeros
indocumentados en el área.

La FAC hace del conocimiento público la labor realizada por la institución durante
el año: 752 comisiones de inspección en las reservas de Ticoporo y Caparo, fuera de las
85

comisiones mixta con otros organismos, 104 expedientes penales administrativos


elaborados, y pasados a la orden del MARNR un total de 141.

El MARNR investiga denuncia aparecida en el Nacional de fecha 29/03/89, que


notifica una explotación ilegal de madera en la Reserva Forestal de Caparo por un monto de
30 millones de bolívares.

El Consejo de Ministros, a través de un Decreto Gubernamental, anexó el Distrito


Ezequiel Zamora de Barinas a la Corporación Venezolana del Suroeste (CVS). La reacción
de diversos sectores del estado no se hizo esperar, señalando que este procedimiento había
sido inconsulto y se tomaba como una falta de respeto y consideración para con los
barinenses, y que dicha decisión sólo obedecía a las expectativas de aprovechamiento de los
recursos naturales y mineros de la zona (La Nación, 21/05/89).

La Dirección Regional Sectorial del Servicio Forestal Venezolano (SEFORVEN)


notifica al MARNR la gravedad del la situación en cuanto a invasiones en las Reservas de
Occidente, y afirma que la Federación Campesina de Venezuela, seeccional Barinas, a
través de su secretario ha venido autorizando invasores para que ocupen tierras en estas
reservas forestales (Archivo MARNR).

1990: El Comité de Conservación del estado Barinas presenta ante el V Congreso de


Conservación celebrado en San Cristóbal (Enero), la ponencia “Problemática
Socioeconómica Actual y Futura de las Resevas Forestales en el estado Barinas”, que
anticipa que de continuar el proceso de invasiones dentro de unos veinte años no existirán
bosques al Norte del Orinoco, ni tampoco plantaciones comerciales capaces de abastecer
las necesidades nacionales de materia prima forestal.

Respecto al problema de ocupación en Caparo denuncia que la situación es


preocupante, de inseguridad jurídica, económica y operacional para las empresas, aparte de
los graves daños causados al patrimonio nacional. Las ocupaciones se localizan a lo largo
86

de los ríos Caparo y Uribante y persisten diversos focos de intensa acción en todas las
unidades, y afirma que dentro de los ocupantes hay políticos, familiares de políticos,
parlamentarios nacionales y extranjeros y militares asimilados.

Se conoce el Proyecto de Decreto del Presidente Pérez sobre la modificación del


lindero Norte de la reserva forestal de Caparo, el cual afecta las superficies otorgadas en
concesión a las empresas IMADELCA, Aserradero Zamora y Consorcio El Yaure-
Temaica-Sipreca (Archivo MARNR).

Aparece publicado en Gaceta Oficial Nº. 34.421 del 05/03/90 el Decreto Nº. 636 del
07/12/89, que prohibe terminantemente la ocupación y realización de actividades contrarias
a los fines de creación en reservas forestales y lotes boscosos. A tales fines se adelantaron
los censos de ocupantes en las reservas forestales de Ticoporo y Caparo.

Se propone la firma de un Acta Convenio entre el MARNR y los ocupantes del


sector noroeste de la Reserva de Caparo, para normar las actividades agrícolas, pecuarias y
forestales a desarrollar por parte de los pisatarios bajo la supervisión, vigilancia y dirección
del Ministerio, contando con el apoyo de la FAC. IMADELCA establece las siguientes
condiciones para el manejo de las parcelas:

• Plantaciones forestales 30% de la superficie de las parcelas.


• Agroforestales 30% de la superficie de las parcelas.
• Agrícola vegetal-animal 40% de la superficie de las parcelas.

Los gastos, servicios y usufructos se repartirán en partes iguales entre empresa y


pisatarios. Ambos participantes del convenio tendrían un conjunto de condiciones que
cumplir. Los pisatarios: a no aceptar nuevos ocupantes, ni ampliar el área intervenida,
definir los linderos del fundo (croquis) indicando la superficie afectada, que deberá ser
entregado al MARNR 180 días después de la firma del Acta. Además, aceptar que no
87

podran optar por la titularidad de la tierra ocupada, ni ser objeto prenda agraria, ni
préstamos de instituciones bancarias, ni créditos publicos o privados. Tampoco pueden
vender o traspasar bienhechurías sin previo permiso del MARNR.

La superficie máxima que puede detentar cada ocupante y su núcleo familiar no


podrá exceder de 200 hectáreas y la capacidad máxima de sustentación será de dos cabezas
por hectárea, salvo aplicación de mejoras tecnológicas.

El MARNR por su parte se comprometería a: aceptar redistribución de las áreas


ocupadas y cualquier reubicación, siempre y cuando esta última ocurra dentro del área
global de mayor intervención. Permitirá la movilización de semillas, cosechas, ganado,
insumos y el uso de maquinaria e implementos agrícolas dentro y fuera del área ocupada en
la Unidad I, e impedirá el uso de tractores para la movilización de cosechas, cuando se
pueda emplear otros medios de transporte, y será permitida la caza y la pesca únicamente
en las zonas ocupadas del río Caparo para el consumo familiar.

1991-1992

1991: Se organizan los ocupantes de la Reserva Forestal de Caparo en la Asociación


de productores Agropecuarios de la Zona Uribante-Caparo (ASOPOCA).

El MARNR-SEFORVEN adelanta los programas de recuperación de las reservas


forestales Ticopor y Caparo, los cuales definen las condiciones bajo las cuales los
ocupantes que, de acuerdo a los resultados del censo y la aplicación total del Decreto,
permanecerán dentro de las áreas de reserva.

Los ocupantes de la Reserva Forestal de Ticoporo imponen condiciones al


Ministerio del Ambiente para llevar a cabo el Programa de Recuperación previsto para el
área: no sale ningún ocupante de la reserva, no a la modificación de la superficie que
88

manejan, disponibilidad de incorporarse a programas agroforestales, créditos públicos para


el desarrollo de estas actividades, derecho sobre la madera y otros recursos presentes en el
área.

MARNR-SEFORVEN discute con las empresas concesionarias de Caparo los


arreglos necesarios para la implantación del Programa de Recuperación para ésta reserva.
Las empresas exigen su derecho de trabajar en las condiciones expresadas en los contratos
de manejo.
1992: Se aprueba en el Congreso Nacional la Ley Penal del Ambiente, la cual se
espera cumpla funciones persuasivas, como freno a las personas ante la posibilidad de
cometer un delito ambiental, posteriormente aparecen publicadas en Gaceta (Abril 27) 17
normas Técnicas que complementan esta Ley.

En Socopó, SEFORVEN firma convenio con la Asociación para el Desarrollo y


Defensa de la Reserva Forestal de Ticoporo (ASODERTI), asociación que reune los
productores agrícolas ocupantes de esa reserva forestal, a través del cual se busca
incorporar la masa campesina de pequeños y medianos productores a los programas
forestales del MARNR sin perder la condición de reserva forestal, a través de programas de
siembra de especies maderables (15%) y proyectos agrosilvopastoriles (40%) y el resto bajo
manejo forestal (Diario El Día, 31/09/92).

Con la asistencia de personalidades representantes de las autoridades e instituciones


regionales y nacionales, se firma en Barinas el Convenio entre SEFORVEN y los ocupantes
de la Reserva Forestal de Caparo, organizados en la Asociación de Productores Uribante-
Caparo (ASOPOCA), convenio al igual que el firmado para la Reserva Forestal de
Ticoporo busca implementar cuotas anuales de plantación y la incorporación progresiva del
campesinado a los programas agroforestales, con la participación activa de las empresas
concesionarias.
89

La empresa Aserradero Zamora, concesionara del lote B de la Unidad II, se


constituye en empresa modelo de funcionamiento y cumplimiento de las exigencias
previstas en el Plan de Ordenamiento, fundamentalmente en aspectos como vialidad,
investigación y cuotas de plantación.

III. DIAGNOSTICO.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO.

1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y POLÍTICA:

La Reserva Forestal de Caparo fue creada mediante la Resolución M.A.C.-


M.A.R.N.R. Nº 22, del 02 de febrero de 1961, publicada en Gaceta Oficial de la República
de Venezuela Nº 26.479 del 10 de febrero de 1961. Los objetivos de su creación están
claramente tipificados en los artículos Nº 54 y 55 de la Ley Forestal de Suelos y Aguas. La
Reserva se encuentra localizada en la región de Los Llanos Occidentales de Venezuela, al
Sur-Oeste del estado Barinas en jurisdicción de los Municipios Autónomos Pedraza y
Ezequiel Zamora.

Geográficamente está ubicada entre las siguientes coordenadas:

71º 2´ 00” 70º 40´ 00” de longitud Oeste


7º 26´ 00” 7º 36´ 00” de latitud Norte

Ver figura Nº 1 y 2.

Según el Decreto Nº 3.348 del 23 de enero de 1994 los nuevos linderos de la


Reserva Forestal Caparo son:
98

Artículo 1º: Se fijan los linderos de la Reserva Forestal Caparo, ubicada en la


jurisdicción de los municipios autónomos Pedraza y Ezequiel Zamora del estado Barinas,
estando los linderos definitivos delimitados por una poligonal cerrada, definida por
accidentes físicos naturales y vértices expresados por coordenadas U.T.M. (Universal
Transversal Mercator), Huso 19, Datum La Canoa, los cuales se describen a continuación.
Partiendo del punto “P1” ubicado en el sitio denominado Cachicamo en el cauce del
río Caparo, de coordenadas N = 827.075 m, E = 272.650 m se sigue aguas abajo por el
curso del río Caparo hasta encontrar el punto “P2” de coordenadas N = 836.600 m, E =
294.000 m ubicado en el sector conocido como Caño Negro. Desde este punto se sigue una
línea recta con rumbo Este-Franco recorriendo una distancia aproximada a los mil metros
(1.000 m) hasta interceptar al Caño Turiba donde se encuentra el punto “P3” de
coordenadas
N = 836.000 m E = 294.000 m. Se continúa aguas abajo hacia el Este por el Caño Turiba,
hasta encontrar el punto “P4”, ubicado en la desembocadura del mencionado Caño en el río
Caparo Viejo de coordenadas N = 842.875 m, E = 331.150 m, se sigue aguas abajo por el
Cauce del río Caparo Viejo hasta el punto “P5” ubicado al Nor-Este del sitio denominado
La Esperanza de coordenadas N = 847.575 m, E= 337.000 m. De este punto se continúa
en línea recta con rumbo Sur Franco recorriendo una distancia aproximada a los dieciséis
mil cuatrocientos cincuenta metros (16.450 m) hasta interceptar al caño Hato Viejo donde
se localiza el punto “P6” de coordenadas N = 831.300 m, E = 337.000 m. Se sigue en
línea recta con rumbo Sur-Oeste hasta encontrar el punto “P7” situado en el río Apure a la
altura de la Isla La Bonita de coordenadas N = 815.000 m, E = 329.200 m. Desde este
punto se continúa aguas arriba por el cauce del río Apure hasta llegar al punto “P8”,
situado en la confluencia de los ríos Sarare y Uribante de coordenadas N = 807.075 m, E =
313.325 m. Se prosigue aguas arriba por el río Uribante hasta encontrar el punto “P9”
situado en el lugar conocido como Don Pedro de coordenadas N = 813.150 m, E = 272.650
m. De este punto se sigue con rumbo Norte Franco hasta el punto “P1” ya descrito.
99

Inicialmente la Reserva ocupaba un área aproximada de 176.434 ha, pero en 1994


según Decreto Nº 3.348 del 20 de enero de 1994 se desafectaron 2.150 ha ubicadas al Norte
de la Unidad Uno (1) , entre el caño Turiba y el río Caparo y desde Caño Negro hasta las
cercanías del sitio conocido Toro Pintado.

La reserva cubre una superficie de 174.284 ha, y administrativamente se encuentra


dividida en tres unidades . La unidad Uno (I) abarca 56.358 ha, la Unidad Dos (II) 57.253
ha y la Unidad Tres (III) 60.673 ha. Dentro de la Unidad Uno se encuentra el área
experimental en la cual el Comodato Ula-MARNR (Universidad de Los Andes- Ministerio
del Ambiente y de Los Recursos Naturales Renovables) mantienen actividades de manejo
Forestal, Investigación y Docencia.

2. CLIMA:

La precipitación media anual en la Reserva Forestal de Caparo es de 1750 mm, la


cual ocurre durante el año con una distribución marcadamente estacional. De diciembre
hasta marzo o abril (4 o 5 meses) de presenta un período de marcada sequía, el resto del año
corresponde a la época de lluvias. La estacionalidad de la precipitación determina un
exceso de agua en la época de lluvias con inundación parcial del área y deficiencia de agua
durante la sequía. (Franco, 1982).

La temperatura media anual es de 24,6 ºC. La diferencia entre el mes más frío
(junio) y el mes más cálido (marzo) es de 31 ºC. Las variaciones diarias son más fuertes en
la época de sequía (12-15 ºC) que en la época de lluvias (4-10 ºC). (Franco, 1982).

La humedad relativa del aire (media mensual) oscila entre 59 % en enero y 89 % en


junio. La variación diaria va de un máximo entre las 5 y 6 de la mañana, antes de la
formación del rocío, a valores mínimo entre la 1 y 2 de la tarde. La evapotranspiración
potencial, calculada según Penman, con un albedo de 0.15 y un factor de corrección para la
100

vegetación boscosa de 5/3 Ea (poder evaporante del aire) alcanzó a 1,515 mm/año. (Franco,
1982).

La media mensual de las horas luz durante el día varía desde 2,3 horas en junio
hasta 9 horas en enero.

Los vientos dominantes se desplazan con dirección noreste, este y sureste, la


velocidad media de las masas de aire en movimiento oscila entre 1-8 m/seg y 2,3 m/seg, los
de mayor velocidad se presentan en la época seca.

La ubicación climática, de la Reserva, según Kopen es “ clima ligeramente húmedo


con moderada deficiencia de agua en verano (diciembre-marzo), cálido y sin concentración
de calor en verano (B1 WA a)”. De acuerdo al sistema de Troll es “ clima tropical de
sabana húmeda con una estación seca de 2-5 meses en invierno (UZ).

Por otra parte las diferencias microclimáticas entre las áreas a campo abierto y el
bosque son notables, particularmente en cuanto a la influenecia de los vientos sobre la
evaporación, siendo este efecto mínimo en los bosques. Estas diferencias dan origen, dentro
del bosque a un microclima más balanceado, menos extremo y sobre todo más húmedo que
a campo abierto, este microclima tiene seguramente influencia sobre el desarrollo de la
vegetación. (Veillón, 1989).
101

CUADRO Nº 2
RESUMEN CLIMATOLOGICO

Zonas de vida Estación Temperatura ºC Humedad Velocidad


(Holdridge) Med Max del aire (%) del Evaporación
Min viento (m/s) diaria (mm)

Bosque seco E1 24.5 32 85 1.6 2.1


tropical Inv 19 62 1.8 4.6
26.9 37
Ver 17

93 --- ---
70 --- 1.3
E2 24.3 31
Inv 20
26.6 37
Ver 19

Nota: Temperatura, Humedad del aire y Evaporación diaria fueron medidas dentro de
casillas de madera a la sombra.

Abreviaturas: Inv = invierno; Ver = verano; E1 = fuera del bosque; E2 = dentro del
bosque.

Tomado de Luna Lugo A. 1991.


102

3. GEOMORFOLOGÍA Y SUELOS:

La Reserva Forestal Caparo se encuentra aproximadamente a 45-50 Km, al pie de la


Cordillera Andina, y a una altitud promedio de 100-120 m.s.n.m sobre una planicie aluvial
de desborde, cuyo origen se remonta al período Pleistoceno - Holoceno con los materiales
sedimentarios procedentes de la cordillera de los Andes. La fisiografía típica de la Reserva
Forestal Caparo responde a los patrones de transporte y sedimentación fluvial, los drenajes
que descienden de la cordillera atraviesan la llanura en dirección predominantemente
Oeste-Este en busca del nivel de base del río Orinoco. La diferenciación horizontal en el
relieve y en la estratificación del suelo es producto de la deposición diferencial y de los
cambios en el curso del río.

Partiendo del pié de la Cordillera el material más grueso ha sido depositado en los
márgenes de los rios en las partes más altas y el más fino a medida que se alejan de ella, en
sentido perpendicular a los rios se produce un proceso de sedimentación cuando los
materiales más gruesos (gravas y arenas) se depositan sobre el lecho y hacia los márgenes
se depositan las arcillas y limos (material fino) alejándose del cauce. Este proceso de
deposición diferencial implica la formación de diques en las márgenes de los ríos y de
zonas bajas entre varios diques y cubetas (napas de desbordamiento) Franco, 1982;
Jurgenson, 1993).

La variabilidad va desde los diques altos y de texturas gruesas de los ríos, pasando
por las napas de texturas medias hasta las cubetas de texturas más finas.

Los principales drenajes que recorren la Reserva son el río Caparo y el caño Turiba
que constituyen el límite Norte, el río Uribante que delimita la parte Sur de la Reserva y el
caño Anarú que la atraviesa por su parte media. El caño Anarú sirve también como
divisoria entre las distintas unidades Administrativas de la Reserva.
103

La topografía del lugar puede considerarse plana con muy poca variación de alturas
(menores de 2 m), que vienen dadas por la alternancia de diques, napas y cubetas, así como
cauces abandonados, esta alternancia en la fisiografía coincide con la alternancia de capas
de materiales, puesto que se trata de un proceso dinámico aunque lento, causado por el
cambio del cauce de los ríos. En Caparo se encuentran aún a poca distancia diferencias
notables en la capacidad del suelo para proveer de agua a las plantas durante el período de
sequía. (Franco, 1982).

El área es inundable en la época de lluvias, sin embargo, la permanencia de la


inundación varía de acuerdo a la posición geomorfológica que determina el movimeiento
superficial del agua y del material dominante de los suelos. En la época de lluvias los
diques drenan el agua con relativa rapidéz hacia las zonas más bajas y de suelos menos
permeables (bajíos y esteros) donde el agua permanece gran parte del año. (Pernía, 1992).

Inundaciones muy extendidas pero mayormente de poca profundidad son


producidas por las lluvias y la reducida permeabilidad de muchos suelos, el agua superficial
temporal se acumula en los bajíos y especialmente en los esteros y lentamente es vaciada en
el río Caparo o el caño Anarú, pudiendo o no ser evapotranspirada totalmente, el
remanente, durante los meses de sequía. La altura y duración de estas inundaciones está
determinada por la intensidad de las lluvias, la posición topográfica y la textura y
estratificación de los suelos (Sistemas Ambientales Venezolanos, 1983).

Por estar ubicada en la Reserva Forestal de Caparo en una llanura aluvial de


desborde, desarrollada desde el Peistoceno - Holoceno, sus suelos se caracterizan por
presentar perfiles verticales en los que alternan las capas de materiales en el perfil vertical
es el producto de la dinámica fluvial característica de las llanuras aluviales de desborde
(cambios de curso de los drenajes, Pernía, 1993).

Los suelos aluviales jóvenes de la región Caparo se presentan en general sólo


moderadamente meteorizados y lixiviados. Los suelos se caracterizan por un alto porcentaje
104

de saturación de bases y una alta capacidad de intercambio catiónico. La reserva de fósforo


(P)también es alta. El pH (CaCl2 ) se mantiene en valores entre 3.1 y 5.5 y ocacionalmente
superior. El porcentaje de saturación de bases por lo general oscila entre 50 y 80 % y la
capacidad de intercambio catiónico entre 9 y 20 meq/100 grs de suelo. Sólo los suelos muy
arenosos (> 60 % arena) pueden considerarse muy pobres químicamente, con una CIC
inferior a 5 meq/100grs de sueloy un porcentaje de saturación de bases inferior a 50 %.
(Franco, 1982).

Los sitios edáficos varían fuertemente, correspondiendo a la dinámica


geomorfológica de la planicie aluvial durante el Pleistoceno y el Holoceno, donde sitios
mayormente altos muy permeables, arenosos, hasta sitios más bajos e inundables, arcillosos
y entre estos extremos transiciones graduales. Las condiciones hidrológicas están
determinadas por la estratificación y textura del perfil, la distribución de la porosidad y la
conductividad hidraúlica de cada estrato, así como por la posición topográfica relativa del
sitio. (Sistemas Ambientales Venezolanos, 1982).

4. VEGETACIÓN:

Según la clasificación de Holdridge, la Reserva se encuentra dentro de la transición


entre el bosque seco tropical y el bosque húmedo tropical. De acuerdo al sistema de Pittier
es clasificado como bosque tropófito macrotérmico y según Beard es una formación
estacional, que va desde la formación de lodazal, hasta la formación de pantano.

La vegetación de la Reserva es muy compleja y varía en cuanto a su estructura,


composición florística y tipo de formación, siendo los principales factores que determinan
el carácter marcadamente estacional de las lluvias, y las condiciones hídricas,
geomorfológicas, edáficas y de permanencia de la inundación. (Jurgenson, 1993).
105

Las características de la vegetación (formación, composición y estructura) están


determinadas en el área de la Reserva Forestal Caparo por las condiciones hídricas y
edáficas, pero sobre todo son las condiciones hídricas (altura y duración de la inundación)
las más determinantes del tipo de vegetación. (Pernía, 1992).

La composición florística y la proporción de árboles deciduos del bosque varía


mucho entre un suelo xeromórfico y otro con una capa freática accesible al sistema
radicular de los árboles. Las selvas de galerías a lo largo de ríos y caños llaneros y sobre
llanuras de elevadas capas freáticas las cuales pueden aprovechar el agua edáfica durante la
época seca, son un ejemplo típico de este fenómeno (Veillón, 1989).

La variabilidad de la vegetación está intimamente ligada a la variabilidad de la


cobertura edáfica y está controlada por los campos ecológicos del sitio, (relieve, nivel
freático, aireación y capacidad de reserva de agua del suelos, CORPOANDES, 1981).

La característica más notoria de la vegetación de la Reserva Forestal de Caparo es


su extrema variabilidad , la cual varía desde el bosque alto (25-30 m) hasta la sabana de
gramíneas. El sector Caparo de los Llanos Altos Occidentales es muy variado en cuanto a la
tipología de sus bosques. En pequeñas áreas se encuentran bosques altos y bajos, ricos en
palmas, así como todas las transaciones desde el bosque siempreverde hasta deciduos,
incluyendo la transición hacia la sabana libre de árboles (Pulido, 1968).

Otra característica importante y significativa en la vegetación boscosa de la Reserva


Forestal de Caparo es la caducifolia de algunas especies. Franco 1978, clasificó las especies
arbóreas de la Unidad Uno de la Reserva según la caida de las hojas, en las siguientes tres
categorías: deciduas obligatorias, deciduas caducifolias y siempreverdes. Vicent, 1970,
desarrolló el sistema de clasificación ecológica de la vegetación boscosa con fines de
manejo Forestal denominado Tipificación, en el cual incluye a la caducifolia de los
individuos arbóreos como uno de los parámetros más importante de la clasificación
boscosa. Según este sistemas los bosques pueden clasificarse de acuerdo a la caducifolia en:
106

siempreverde, subsiempreverde, subdecíduos y decíduos. El bosque es siempreverde


cuando entre el 0 - 10% de los árboles del dosel pierden sus hojas, es subsiempreverde
cuando entre el 10 y 33% del los árboles del dosel pierden las hojas, es subdecíduo cuando
la proporción está entre 33 y 66% y es decíduo cuando la proporción está entre el 66 y
100%.

En el área se incluye un tipo de vegetación arbórea de origen antrópico importante,


debido a la superficie que abarca y a la función que desempeña, esta vegetación está
constituida por las plantaciones y ensayos forestales establecidos en el área desde los años
setenta. (García, 1994).

Hernández y Guevara en 1995 encontraron que la Unidad I de la Reserva Forestal


de Caparo se presenta el 27,54 % de las familias del mundo, y el 46,51% de las familias
reportadas para Venezuela. El 2,12% de los géneros del mundo y el 13,41% de los géneros
reportados para Venezuela. Respecto a las especies, hasta el momento se reportan en el área
de estudio el 0,2% de las especies del mundo y el 4% de las especies para Venezuela.

Así mismo clasificaron las Familias de la Unidad I.de la Reserva Forestal de


Caparo, en base al índice de importancia Florística (IIF) obteniendo los resultados que se
dan a continuación.
107

5. FAMILIAS DE PLANTAS FORESTALES DE CAPARO SEGÚN SU IMPORTANCIA FLORÍSTICA.


FAMILIA:
Papilionaceae
Mimosaceae
Melastomataceae
Poaceae
Convolvulaceae
Bignoniaceae
Boraginaceae
Sapindaceae
Euphorbiaceae
Zingiberaceae
Chrysobalanaceae
Asteraceae
Polygonaceae
Moraceae
Rubiaceae
Bromeliaceae
Heliconiaceae
Caesalpineaceae
Flacourtiaceae
Meliaceae
Orchidaceae
Passifloraceae
Solanaceae
Verbenaceae
Amaranthaceae
Lauraceae
Apocynaceae
Arecaceae
Combretaceae
Sterculiaceae
Tiliaceae
Fuente: Hernández, C. y Guevara, J. (1994).
108

B. SITUACION ACTUAL
Las condiciones de inestabilidad social y jurídica de los colonos y la ausencia de
registros agrarios son factores que complican la consecución de información empírica para
explicar y analizar las condiciones de regiones pioneras en general, limitantes que son aún
mayores en las áreas de reservas forestales.

Para el desarrollo de este aparte se contó con la información disponibles de los


resultados del censo que llevó a cabo el MARNR, conjuntamente con la FAC y las
concesionarias de la reserva durante el primer trimestre del año 1990, como parte
fundamental del Decreto Nº. 636.

Sin embargo, como dicha información no fue discriminada por lotes y la Unidad
Experimental se presentó como parte de la Unidad I, se complementó con información
censal suministrada por el personal de la División de Reservas Forestales de Occidente del
MARNR en Santa Bárbara de Barinas, basada en los censos que alguna de las
concesionarias presentó a finales del año 1989 sobre las unidades de manejo a su cargo.

Las diferencias observadas entre los datos de ambas fuentes se explican por la
dinámica misma del proceso de ocupación, sin embargo, alguna incongruencias que se
aprecian se analizan en el desarrollo.

El estudio se presenta para la Unidad I de la Reserva Forestal de Caparo.

UNIDAD I.

Empresa concesionaria : IMADELCA.


Superficie: 52.000 Ha.
109

La encuesta realizada por CORPOANDES, accionista principal de la empresa, y la


FAC en el período Enero-Abril de 1989, publicada en Yépez M. (1989), determinó que el
47,25% de la Unidad estaba siendo ocupada por actividades agropecuarias, contando la
empresa con una superficie aproximada de 27.428,5 hectáreas para implementar el plan de
manejo. El cuadro Nº 4 muestra la distribución de las unidades de explotación de la Unidad
I.
El 18% de los ocupantes no son “dueños” de las parcelas, sino que se desempeñan
como caporales o cuidones.

El tamaño promedio de las explotaciones es 296,04 hectáreas, sin embargo, este


dato no ofrece gran información sobre el sistema de tenencia. El cuadro 5 permite
cuantificar el grado de concentración de la tierra mediante la determinación del Indice de
Gini.

CUADRO Nº. 4

SUPERFICIE OCUPADA POR SECTORES EN LA UNIDAD I


DE LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1989.
SECTOR Nº DE EXPLOTACIONES SUPERFICIE (Ha)

RIO VIEJO 20 6.740,0


LIMONCITO 15 2.121,5
BATATAL 2 2.030,0
CAIMANERA 2 204,0
CAÑO NEGRO 7 6.132,0
FUNDO BRAVO 18 3.650,0
TORO PINTADO 10 2.514,0
CAÑO ANARÚ 4 400,0
SABANA DEL BABO 5 780,0
TOTAL 83 24.571,5

FUENTE: Yépez, M. (1989): Censo de Ocupantes de la Unidad I de la Reserva Forestal de Caparo. CORPOANDES.
110

CUADRO Nº 5

DISTRIBUCIÓN DE LAS EXPLOTACIONES SEGÚN CLASES DE TAMAÑO EN


LA UNIDAD I. DE LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1989.

TAMAÑO Nª SUPERF. % ACUM. % ACUM.


EXPLOT. EXPLOT % (Ha) % Nª. EXP. SUPERF. R1 R2
(Ha) .

0 - 50 11 13,25 201,5 0,82 13,25 0,82 - -


51 -500 61 73,49 11.540,0 46,95 86,74 47,77 632,95 71,13
501 -1000 8 9,64 6.530,0 26,58 96,38 74,35 6.449,12 4.604,07
1001 - 1500 1 1,21 1300,0 5,30 97,59 79,65 7.676,67 7.255,82
más de 1500 2 2,41 5.000,0 20,35 100,0 100,0 9.759,00 7.965,00

TOTAL 83 100,00 24.571,5 100,00 - - 24.517,74 19.896,02

FUENTE: Elaboración propia, basada en los datos incluidos en Yépez, M. (1989).

Indice de Gini = R1 - R2 = 24.517, 74 - 19.896,02 = 0,46


10.000 10.000

Existe una concentración mediana de la tierra, tal como la evidencia el Indice de


Gini de 0,46. Producto del predominio de medianos productores3 ya que las explotaciones
entre 51 y 500 hectáreas constituyen el 73,49% de las unidades de explotación y ocupan el
46,95% de la superficie intervenida. Sin embargo, cuando se observan los intérvalos de
tamaños extremos, se evidencia una irregular distribución de la tierra, pues las fincas más
pequeñas, menores de 50 hectáreas, representan el 13,25% de las explotaciones y ocupan

3
La caracterización de productores no está basada en dato alguno de producción, representa tan sólo una
denominación de tipo cualitativa, semejante en este caso a finqueros, ocupantes.
111

igual superficie, mientras que las fincas más grandes, mayores de 1.000 hectáreas a pesar
de ser las menos numerosas, tan sólo representan el 3,62% de las unidades de explotación,
les corresponde el 26,65% de la superficie total ocupada.

Esta concentración mediana es indicadora de la existencia de un proceso de compra-


venta de bienhechurías, que ha permitido la ampliación de ciertos fundos, y en la medida en
que este proceso continúe, lo que se vislumbra es el incremento de la concentración de la
tierra a expensas del desplazamiento de los pequeños productores que existen en el sector
hacia nuevas áreas.

El mayor porcentaje de la superficie intervenida de la Unidad I se dedica a


actividades agropecuarias extensivas, las fincas dedicadas a la actividad agrícola están
caracterizadas generalmente por cultivos de subsistencia con predominio de musáceas. La
ganadería desarrollada puede ser de doble propósito de leche y ceba, correspondiendo esta
última con las fincas de mayor tamaño. Los Cuadros 6 y 7 ratifican esta información.

CUADRO Nª 6
DISTRIBUCIÓN DE LAS EXPLOTACIONES DE ACUERDO A LAS
ACTIVIDADES QUE DESEMPEÑAN. UNIDAD I. RESERVA FORESTAL
CAPARO, 1989.
ACTIVIDAD UNIDADES DE EXPLOTACIÓN %

AGRICOLA 13 15,7
PECUARIA 18 21,7
AGRICOLA-PECUARIA 46 55,4
AGRICOLA-FORESTAL 6 7,2

TOTAL 83 100,0

Fuente: Yépez, M. (1989) Ob. Cit.


112

CUADRO Nª 7

DISTRIBUCIÓN DE LAS EXPLOTACIONES DE ACUERDO AL NUMERO DE


ANIMALES. UNIDAD I, RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1989.

CABEZAS DE FINCAS % SUPERFICIE (Ha)


GANADO

Menos de 100 33 51,6 6.566


101 - 199 13 20,3 4.880
200 - 499 10 15,6 6.900
500 - 1000 8 12,5 3.564

TOTAL 64 100,0 21.910

Fuente: Yépez, M. (1989)

Se aprecia que del total de las explotaciones ubicadas en la Unidad el 77,11% se


dedican a actividades agropecuarias, lo que representa el 89,17% del total de la superficie
ocupada.

Respecto a información de tipo social, el Cuadro Nº 8 evidencia que un 48% de los


ocupantes viven en ranchos de palmas con paredes naturales y piso de tierra, y apenas un
16,9% ocupan ranchos de zinc, con paredes de bloque y piso de cemento
113

CUADRO Nº 8

CARACTERISTICAS DE LAS VIVIENDAS EN LA UNIDAD I DE LA


RESERVA FORESTAL CAPARO, 1989

TIPO DE VIVIENDA FINCAS %

Rancho de palma, paredes naturales y piso de tierra 40 48,2

Rancho de zinc, paredes naturales y piso de tierra 9 10,8

Casa de palma, paredes de bloque y piso de 20 24,1


cemento
14 16,9
Casa de zinc, paredes de bloque y piso de cemento

TOTAL 83 100,0

Fuente: Yépez, M. (1989)

Estas comunidades no cuentan con servicios indispensables de agua potable, cloacas


y luz. El Cuadro Nº 9, demuestra que el 66,3% de los ocupantes consumen agua
directamente de las fuentes naturales (ríos), sin ningún tipo de tratamiento previo. Un 6%
tiene plantas eléctricas, el resto utiliza velas, lo que demuestra las condiciones precarias en
que habita esta población.
114

CUADRO Nº 9

DISPONIBILIDAD DE SERVICIOS EN LA UNIDAD I DE LA


RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1989.

SERVICIO MODALIDAD FINCAS %

LUZ VELAS 78 94,0


PLANTA ELECTRICA 5 6,0

AGUA DIRECTAMENTE DEL RIO 55 66,3


BOMBA MANUAL 19 22,9
MOTOBOMBA 9 10,8

Fuente: Yépez, M. (1989)

El censo MARNR-90 indicó una superficie ocupada de 21697,45 hectáreas que


constituye el 36,78% del área, representadas en 87 unidades de explotación, lo que muestra
una diferencia en la superficie ocupada de 2.874,05 hectáreas por debajo de los resultados
del Censo IMADELCA 89, a pesar de abarcar las 59.000 hectáreas de la Unidad I y la
Unidad Experimental. Comportamiento que se explica, en parte, por la venta de parcelas
que algunos funderos hicieron a la empresa IMADELCA.

Igualmente los datos de este censo corroboran un proceso consolidado de


concentración de tierras, bien sea a través de compra de bienhechurías o de ampliación de
fundos, tal como se aprecia en el Cuadro Nº 10.
115

CUADRO Nº 10

DISTRIBUCIÓN DE LAS EXPLOTACIONES SEGUN TIEMPO DE


PERMANENCIA Y FORMA DE OCUPACIÓN. UNIDAD I-EXPERIMENTAL
RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1990.

PERMANENCIA Nº. FORMA DE OCUPACION SUPERFICIE


(AÑOS) PARCELA % Dir % Indir % (Ha) %
S

Menos de 5 23 26,44 5 21,7 18 78,3 9.129,56 42,08


5 - <9 20 22,99 5 25,0 15 75,3 6.983,28 32,18
9 - < 13 15 17,24 7 46,7 8 53,3 2.329,70 10,74
13 - < 17 10 11,49 4 40,0 6 60,0 956,79 4,41

17 - < 21 5 5,75 2 40,0 3 60,0 567,45 2,62

= 21 14 16,09 9 64,3 5 35,7 1.730,67 7,97

TOTAL 87 100,00 32 36,8 55 63,2 21.697,45 100,00

Fuente: Elaboración propia basada en el Censo MARNR-90.

Si se analiza que el 42% de la superficie intervenida está representada por 23


unidades de explotación establecidas en el área en los últimos 5 años, de las cuales 18 de
ellas (78%) han sido adquiridas a través de compras a ocupantes anteriores, reflejo de un
proceso de concentración de tierras en los últimos años. Más aún, las tres parcelas con
superficies mayores de 1.000 hectáreas que existen en el área se establecieron en el período
1987-89, dos de ellas a través de compras.
116

El porcentaje de ocupación directa (invasiones) se ha reducido en el transcurso del


tiempo, ante la dificultad de ampliación del frente agrícola a través de deforestaciones, a la
reducción en la disponibilidad de tierras y el control ejercido por la concesionaria y la ULA
en el área.

Finalmente, se incluye información sobre la nacionalidad de los ocupantes, el


cuadro Nº 11 la refiere.

CUADRO Nº 11

NACIONALIDAD DE LOS OCUPANTES. UNIDAD I.


RESERVA FORESTAL DE CAPARO.

NACIONALIDAD JEFE DE FAMILIA %

VENEZOLANA 67 77,1
COLOMBIANA 20 22,9

TOTAL 87 100.0

Fuente: Censo MARNR-90.

El cuadro Nº 12 muestra la situación de ocupación de la reserva.


117

CUADRO Nª 12

OCUPACIÓN DE LA RESERVA FORESTAL DE CAPARO, 1990.

UNIDA SUPERF. Nª SUPER.


D (Ha) EXPLOT. % OCUPADA (Ha) %* %** %***

I 59.000* 87 17,47 21.697,45 36,78 27,03 11,93

II 59.844 85 17,07 5.909,55 9,87 7,36 3,24

III 60.900 326 65,46 52.658,33 86,47 65,61 28,94

TOTAL 181.944 498 100,0 80.265,33 - 100,0 44,12

* Abarca las superficies de la Unidad I y la Unidad Experimental.


%* Porcentaje de ocupación en relación a la superficie de la Unidad.
%** Porcentaje de ocupación en relación a la superficie total ocupada.
%*** Porcentaje de ocupación en relación a la superficie de la Reserva.

Fuente: Elaboración propia, basada en los datos del Censo MARNR-90.


118

C. SITUACIÓN ACTUAL DEL AREA DE ESTUDIO.


1. RESULTADOS DE LOS INDICADORES ESTUDIADOS.

CUADRO Nº 13.
TIPO DE VEGETACION

VEGETACIÓN SUPERFICIE (Ha) %


Bosque Alto Denso 186.87 4.4
Bosque Alto Medio Denso 1205.95 28.2
Bosque Alto Ralo 147.80 3.5
Bosque Medio Denso 488.68 11.4
Bosque Medianamente Denso 450.02 10.5
Bosque Bajo Denso 356.25 8.3
Bosque Medianamente Denso con abundancia de palma 134.38 3.2
Matorral 22.25 0.5
Sabanas Abiertas 1215.50 28.5
Herbazal 62.50 1.5
Total 4.270.20 100.0

Fuente: Censo. MARNR - 90

CARACTERIZACIÓN Y DIAGNÓSTICO DE LAS FINCAS.

Según los resultados obtenidos en las encuestas realizadas (13 encuestas) y el


levantamiento de las fincas (17 fincas) en el área de estudio, aproximadamente existen unas
3.400 hectáreas de las cuales 2.143 hectáreas (62,6%) del área permanece como bosque
natural. (Ver cuadro 13).
119

CUADRO Nº 14

NÚMERO DE HECTÁREAS Y DISTRIBUCIÓN RELATIVA (%) DEL USO


ACTUAL DE LA TIERRA.

USO ACTUAL TOTAL (Ha) Nº OCUPA. MEDIA (Ha) RANGO (Ha) %

Bosque Natural 2.143,47 17 126,08 13-353 62,61


Pastizales 909,52 16 56,84 6-400 26,56
Cultivos 100,00 10 10,00 1-40 2,92
Matorrales 41,59 3 13,86 3-20 1,21
Esteros 211,61 8 26,45 7-67 6,18
Agroforestales* 17,00 3 5,67 1-15 0,52
Total 3.423,19 100,00
Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997
* Sistemas silvopastoriles (15Ha.) y Cercas vivas (2Ha.)

Además de la superficie de bosques naturales, el 7,4% de las tierras


ocupadas se encuentran en condición de esteros y matorrales para un total de 253,2
hectáreas.

El 26,6% del área son zonas de pastizales con una superficie de 909,5
hectáreas, distribuidas en 16 ocupantes; los cultivos agrícolas ocupan el 2,90% del
área para un total de 100 hectáreas, mientras que las prácticas forestales
tradicionales sólo se encuentran en 0,5% del área distribuidas en 3 ocupantes
(Cuadro Nº. 14).
120

En cuanto al tamaño de las fincas estudiadas, podemos decir que oscilan


entre 24 hectáreas (Señor Manuel Aranda) y 658 hectáreas (Señor Freddy
Bustamante).(Cuadro Nº 15).

CUADRO Nº 15

DISTRIBUCIÓN DE LAS FINCAS DE ACUERDO A LA SUPERFICIE.

SUPERFICIE (Ha) Nº. DE FINCAS TAMAÑO PROMEDIO (Ha) %


< 100 8 49,37 47,0
100 - 300 4 146,07 23,5
> 300 5 488,85 29,5
TOTAL 17 - 100,0
Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

De las 17 fincas levantadas, el 47% poseen una superficie menor a 100


hectáreas, distribuidas en ocho (8) fincas; el 29,5% poseen una superficie mayor de
300 hectáreas, distribuidas en cinco (5) fincas; y el 23,5% están comprendidos entre
100 y 300 hectáreas, distribuidas en cuatro (4) fincas.

De acuerdo al estudio realizado, podemos decir que existen ocupantes con


grandes cantidades de tierra y baja productividad. De las 3.423 hectáreas, podemos
destacar que 942 hectáreas pertenecen a áreas productivas (potrero) con un 27,5%.
Las restantes, 2.481 hectáreas, pertenecen a áreas no productivas (bosques,
rastrojos, sabanas, esteros) con un 72,5%. Esto se puede observar en el cuadro 16.
121

CUADRO Nº 16
NÚMERO DE HECTAREAS Y PORCENTAJE DEL AREA DEDICADA A
ACTIVIDADES PRODUCTIVAS Y NO PRODUCTIVAS POR CADA UNO DE
LOS OCUPANTES.

TOTA ACTIVIDADES ACTIVIDADES


OCUPANTE L PRODUCTIV % NO %
(Ha) (Ha) PRODUCTIV (Ha)
FREDDY BUSTAMANTE 658 382 58,1 277 41,9
NORIS MARQUEZ 174 69 39,7 105 60,3
DELFINA ARAQUE 145 7 4,8 138 95,2
NEPTALÍ PERNÍA 127 75 59,0 52 41,0

CIPRIANO CONTRERAS 138 46 33,3 92 6,7


J.M. RIVERA 72 21 29,2 51 70,8
GAUDENCIO NOGUERA 77 51 66,2 26 33,8
ALBERTO ORTIZ 95 26 27,4 69 72,6
EUDES VILLASMIL 28 11 39,3 17 60,7

JESUS ARANDA 24 7 29,2 17 70,8


GUSTAVO ARANDA 30 8 26,7 22 73,3
HECTOR PERNIA 428 101 23,6 327 76,4
JESUS MARQUEZ 414 0 0 414 100,0
CARLOS MERIDA 32 12 37,5 20 62,5
SILVINO MERIDA 37 14 37,8 23 62,2
PEDRO PEÑA 344 24 7,0 320 93,0
FLORENCIO MONTES 598 87 14,6 511 85,4
TOTAL 3.423 942 27,5 2481 72,5
PROMEDIO 201 55,4 - 146 -

Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.


122

En cuanto a la agricultura, el número total de hectáreas bajo producción


agrícola es de 100 hectáreas, destacándose el cultivo de maíz como el más
sembrado por los ocupantes (Cuadro 17).

CUADRO Nº 17

NÚMERO DE OCUPANTES Y SUPERFICIE DE LOS PRINCIPALES


CULTIVOS SEMBRADOS EN LAS FINCAS.

CULTIVO Nº OCUPANTES AREA TOTAL PROMEDIO


(Ha)
MAIZ 9 82,0 9,11
YUCA 10 13,25 1,32
PLATANO 6 2,0 0,33
CAÑA 3 1,0 0,33
CAMBUR 2 0,75 0,37
ÑAME 1 1,0 1,00
LECHOSA 1 0,5 0,5
Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

Como se observa, el maíz es la principal fuente de alimentación del área con


un total de 82 hectáreas, distribuidos en 9 ocupantes; la yuca representa la segunda
fuente alimenticia con un total de 13,2 hectáreas distribuidas en 10 ocupantes, y la
tercera fuente alimenticia está combinada con: plátano, cambur, ñame, lechosa
para un total de 5,2 hectáreas distribuidas en 13 ocupantes.
123

En cuanto a las actividades productivas podemos decir que la mayor


importancia económica es la pecuaria, donde el 50% se dedican a la actividad
ganadera, distribuida en 5 ocupantes de los cuales 4 de ellos practican la
producción de leche y cría simultáneamente (80%), el resto (20%), un ocupante, se
dedica a la ceba de ganado.

CUADRO Nº 18
NUMERO DE HECTAREAS Y DISTRIBUCIÓN DEL REBAÑO POR
PRODUCTOR.
Nº Nº ANIMALES VACAS NOVILLA NOVILLO BECERROS TOROS LTS/DÍ
Ha. S S A
1 60 20 4 5 6 4 1 10
2 60 11 - - 11 - - .
3 30 10 2 6 1 1 . 2
4 60 99 20 16 41 20 2 35

5 60 68 25 7 8 26 2 25

Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

En el cuadro 18, se observa que la actividad ganadera en el área está


representada por pequeños productores, observándose un manejo extensivo ya
que existe una capacidad de carga por potrero y por finca (1,6 animales/Ha). Se
observa que la producción de leche es bastante baja, con producción que
difícilmente supera los dos litros por animal, con promedio entre 1 y 1,5 lts/vaca.

Según las encuestas, podemos deducir que el grupo familiar está constituido
en promedio por 5 personas, de los cuales de 2 a 3 están involucrados en el proceso
productivo, siendo esto insuficiente, lo que trae como consecuencia la contratación
124

de mano de obra. Existen además una serie de limitantes en el proceso productivo


de los cuales la mayoría manifiesta (90%) que la escasez de agua en verano, lo que
limita la producción agropecuaria, el 60% de los encuestados señala que la escasez
de mano de obra influye en el normal funcionamiento del proceso productivo.
Entre otros factores que inciden negativamente es la falta de asistencia técnica y de
crédito por parte de los organismos oficiales, la incertidumbre presente en cuanto a
la tenencia de la tierra, dificultad de penetración a las fincas tanto en épocas seca y
lluviosa.

En cuanto a los beneficios obtenidos del bosque, todos los ocupantes


manifiestan haber utilizado materia prima (leña, estantillo y madera para
construcción), del bosque natural y de diferentes especies, a excepción de uno que
manifestó obtener del bosque producto medicinal (Noris Márquez).

El 100% de los ocupantes encuestados manifestaron estar dispuestos a


establecer plantaciones para su finca, de ellos aproximadamente el 50% bajo la
modalidad agroforestal principalmente silvopastoril y cercas vivas; las razones
para establecer árboles son: la finca adquiere más valor, evitar problemas de
desalojo, cumplir con exigencias del Ministerio y aprovechar madera en el futuro.

Al mismo tiempo manifestaron su deseo de conformar una organización


para la producción, el 84,6% manifestaron sobre la idea de una cooperativa, por ser
un tipo de organización más difícil de ser politizada.

Las especies preferidas por los ocupantes, según la encuesta son: teca,
apamate, melina, cedro, caoba y pardillo, y otro en menor proporción como saqui-
saqui y samán. Por otra parte, la mayoría estima que la superficie de plantaciones a
establecer en su finca estaría entre 1 y 2 hectáreas, y algo más en cercas vivas.
125

Para la fisiografía podemos decir que la mayor parte de la finca se


encuentran en posición de bajío para un total de 1.321,15 hectáreas, que representa
el 63,71%, en cuanto a la posición de banco podemos decir que está representada
en 752,3 hectáreas con un porcentaje de 36,28%.

Las texturas predominantes en la posición de banco (Cuadro 19) fueron Faa


(franco-arcillo-arenoso), y algunas pocas con texturas Fa (franco arenosas) y FA
(franco arcillosas), con pH moderadamente ácidos en el rango de 5.1 a 5.5; la
mayoría de estos bancos tienen contenidos de arena superiores al 50%, llegando a
algunos de ellos al 75% de arena. Este predominio de arenas permiten el
establecimiento de especies vegetales que no soportan mucho aguachinamiento,
sin embargo su fácil drenaje puede crear ciertos problemas de déficit de humedad
en la época seca. Generalmente son suelos bajos en materia orgánica y fósforo, y de
medianamente a alto contenido de potasio, lo cual debe tomarse en cuenta al
momento de establecerse los cultivos y especies forestales.
126

CUADRO Nº 19

CARACTERISTICAS FISICAS Y QUÍMICAS DE SUELOS DE BANCO.


MUESTRA TEXTURA pH M.O.% P.PPM K PPM
1 Fa 5.7 1.52 10B 331 MA
3 FAa 4.6 1.36 10B 220 A

5 Fa 5.3 1.04 39A 133 A


7 A 5.5 1.04 9B 220 A
9 FAa 5.0 0.57 9B 19 B
11 FAa 5.9 1.04 9B 293 A
13 FAa 5.2 0.88 11B 116 A
15 FAa 4.5 1.36 13M 99 M

17 FAa 4.5 1.04 8B 150 A


19 F 5.1 3.24 13M 19 M
21 FA 6.9 2.58 25M 270 A
23 FAa 7.0 2.24 16M 563 MA
25 FAa 5.3 2.75 14M 247 A

27 FAa 5.3 3.45 17M 339 MA

Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

A: Alto; B: Bajo; M: Mediano.

En la posición de bajío (Cuadro 20), las texturas preliminares son FA


(franco-arcillosas) con pH ácidos entre 4.6 a 5.1, y otras con texturas Faa (franco
arcillo-arenosas) y A (arcillosas). En general son suelos pesados con pH ácidos, con
bajos contenidos de materia orgánica y de mediano a altos contenidos de fósforo, y
de alto a muy altos contenidos de potasio. Son suelos en posiciones
geomorfológicas bajas, sujetos a inundaciones por largos períodos (5 a 6 meses)
127

que dificultan la actividad agrícola, recomendándose más bien la actividad


silvopastoríl con especies tolerantes a cierto nivel de inundación.

CUADRO Nº 20

CARACTERISTICAS FISICAS Y QUÍMICAS DE SUELOS DE BAJIO.

MUESTRA TEXTURA pH M.O.% P.PPM K PPM


2 FA 4.9 0.88 36A 99 M
4 A 5.0 1.52 27A 293 A
6 FAa 4.4 0.88 15M 99 M
8 A 4.6 1.85 34A 202A
10 FA 5.1 0.88 24M 150 A
12 FA 5.1 0.88 15M 238 A

P14 FA 4.8 1.52 24M 35 B


16 FA 4.8 1.20 13M 51 M
18 FA 5.0 1.85 20M 239 A
20 FA 5.2 1.36 39A 256 A
22 FA 5.5 1.92 17M 203 A
24 FA 5.5 2.41 21M
26 FAa 5.5 3.99 13M 362 MA
28 FAa 5.3 2.75 9B 511 MA
Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

A: Alto; B: Bajo; M: Mediano.


En el Cuadro 21, se puede observar que el inventario de las especies en los
potreros de los ocupantes se destaca que las especies de mayor valor comercial
128

presente son: saqui-saqui, mijao, cedro, pardillo, caoba. El área total de los potreros
inventariado fue 350,29 hectáreas, encontrándose un total de 654 árboles, para un
volumen total de 5.311,58 m3 .

CUADRO Nº 21

INVENTARIO DE ESPECIES MADERABLES EN POTREROS

SUP. ABUNDANCI DAP (cm) AREA BASAL m2. VOLUMEN m3

ESPECIE POTRERO A PROMEDIO TOTAL Ha TOTAL Ha


(Ha) TOTAL Ha

Saqui-saqui 350.29 560 1.60 95.23 420.66 1.20 4731.53 13.5

Mijao 24.06 35 1.450 95.86 26.45 1.10 298.70 12.41

Cedro 263.87 35 0.13 73.29 15.46 0.06 158.83 0.60

Pardillo 134.68 26 0.19 52.88 6.00 0.04 78.33 0.56

Caoba 125.69 8 0.06 87.50 4.93 0.04 44.19 0.35

Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.

Entre las especies inventariadas más importantes tenemos: el saqui-saqui,


con un total de 560 árboles y un volúmen de 4731.53 m3 ., con un diámetro
promedio de 95.23 cm, y el mijao, encontrándose 35 árboles para un volúmen de
298,70m3 y un diámetro promedio de 85.86 cm.

Según análisis del inventario realizado en las áreas de potrero, podemos


decir que las especies se encuentran distribuidas en diferentes categorías. (Cuadro
Nº 22).
129

CUADRO Nº 22
INVENTARIO DE ESPECIES MADERABLES SEGUN CATEGORÍA
DIAMETRICA.

OCUPANTE ESPECIE
CEDRO
CIPRIANO CONTRERAS PARDILLO
SAQUI-SAQUI
CEDRO
GAUDENCIO NOGUERA PARDILLO
SAQUI-SAQUI
CAOBA
CEDRO
HECTOR PERNIA MIJAO
SAQUI-SAQUI

NEPTALI PERNIA SAQUI-SAQUI

CEDRO
ALBERTO ORTIZ SAQUI-SAQUI
PARDILLO
EUDES VILLASMIL SAQUI-SAQUI
CEDRO
MANUEL ARANDA PARDILLO
SAQUI-SAQUI
CEDRO
GUSTAVO ARANDA SAQUI-SAQUI

CAOBA
CEDRO
PEDRO PEÑA PARDILLO
SAQUI-SAQUI

Fuente: Sanchez, D. y Rosales, O. 1997.


130

2. CONCLUSIONES DEL DIAGNÓSTICO DEL AREA DE ESTUDIO.

Para 1977, la región presentaba un mosaico de vegetación, muy complejo en


cuanto a estructura y diversidad florística. El mapa de vegetación elaborado en una
superficie de 4.270 hectáreas, nos indica que el área de cobertura boscosa abarca
aproximadamente 2.969 hectáreas (69% de la superficie estudiada), donde
predominan bosques altos y mayores de 30 metros y debido a la variación de
fisiografía, también se encontraron bosques medios y bajos.

En aquellos sitios donde el relieve se caracteriza por bajío relativamente


profundos y donde las condiciones de inundación eran extremas, los árboles son
reemplazados por gramineas, plantas herbáceas y pequeños arbustos que
conformaban las llamadas sabanas abiertas.

De acuerdo al análisis realizado sobre las fincas, todas poseen potreros, lo


que dá un total de 942 hectáreas, que representa el 27,5% del área total con un
promedio de 58,8 hectáreas por ocupante. La superficie de bosque representa la
mayor proporción del área en estudio para un total de 2.143,47 hectáreas, con un
porcentaje de 62,62% para un promedio de 126 hectareas por ocupante; la
superficie de rastrojo abarca las fincas de 3 ocupantes, que tiene un total de
hectáreas de 41,59 , lo que representa el 1,21% y un promedio de 13,86 hectáreas; la
superficie de esteros abarca 8 ocupantes, para un total de 211,6 hectáreas, un 6,4%
y un promedio de 26,45 hectáreas; la sabana está repartida 4 ocupantes, con una
superficie de 84,50 hectáreas que representa el 2,47%, con un promedio de 21,12
hectáreas por ocupante.
131

Tomando en cuenta el análisis y los usos actuales de las fincas, las


carácterísticas fisiográficas, la superficie disponible y sus potencialidades se
seleccionó 3 fincas con el objeto de proponer un modelo de uso potencial, el cual se
basa en combinaciones agroforestales, donde se identifican especies arbóreas,
cultivos agrícolas y pastos a utilizar, así como la superficie que puede destinarse a
cada combinación.

IV. PROPUESTA DEL MODELO

Para la presentación de las propuestas se procedió a elaborar un esquema


(Ver figura X), donde esquemáticamente se van desarrollando a lo largo de todo el
trabajo parte de cada una de las fases implícitas dentro del proceso que permite
llevar al planteamiento de una alternativa. Este modelo ha sido modificado por el
autor, partiendo de la base de Godet M. (1983).

B. ANALISIS DE LAS ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

Como aportes derivados de este trabajo, se pudo describir tres posibles


escenarios, tendientes al esclarecimiento de la situación, que surgen producto de la
interpretación y de los pocos esfuerzos reflexivos que se han venido haciendo con
el objeto de lograr un verdadero resultado.

Los escenarios constituyen la descripción de un posible futuro y permite


pasar de una manera coherente desde una situación actual a una situación futura.

En la práctica no existe un método de escenarios como tal, más bien una


variedad de métodos de construcción de escenarios. Sin embargo, es necesario
133

plantearse la aplicación de un método que permita realizar un análisis sistemático


de la situación planteada.

En resumen, el método de escenarios implica la construcción de una base de


reflexión, elaboración de escenarios y la evaluación de estartegias, alternativas que
permitan proponer un plan de acción efícaz.

FIGURA Nº 7
A. METODO DE ESCENARIOS PARA EL PLANTEAMIENTO DEL MODELO.

Fenómeno estudiado Ambiente general

Delimitación del Sistema

Variables Internas/Externas

Análisis Histórico

Situación Actual

Agentes de Cambio

Escenarios
Desarrollo -predicciones

Alternativa
134

Propuesta de un modelo de uso actual

Fuente: Elaboración propia.

Ventajas que plantea el uso de este enfoque:

• Clarifica las acciones presentes el la línea del futuro, en tanto que permite
anticipar problemas y la mejor forma para afrontarla y/o evitarlas.
• Explica futuros múltiples e inciertos que interpretan la pluralidad y lo extenso
de la libertad de las acciones humanas.

• Analiza el fenómeno desde el punto de vista global y sistemático, en tanto la


realidad es compleja e interdependiente.

• Considerar aspectos cualitativos y socioculturales que permitan enriquecer el


proceso de previsión.

Resulta importante recordar la información es raramente neutral, es viciada


y con frecuencia sirve a interese específicos; asimismo a menudo es incompleta,
inexacta e incierta, por consiguiente la pluralidad y complementariedad del
enfoque es preferiblemente para ofrecer mayor objetividad, porque una buena
opinión prospectiva no necesariamente se vuelve realidad, sin embargo, la idea
fundamental es lograr ser imaginativo para ofrecer conocimientos de un futuro
problema a suscitarse y discurrir, para prevenir su ocurrencia o minimizar sus
consecuencias.
135

Una herramienta muy útil en la proposición de los escenarios la constituyó


la entrevista a especialistas comprometidos con la temática.

La evaluación de esta investigación bajo el método de escenarios, representó


para el autor la necesidad de una revisión detallada y el manejo de conceptos,
bases teóricas y metodologías que permitieron el diseño de lineamientos para la
solución del problema.

Considerando este conjunto de premisas, el método de escenarios se hace


atractivo para aplicarlo al caso que nos interesa y bajo los objetivos previstos.

Esquemáticamente las diferentes fases y etapas del método de escenarios


propuestos para realizar el análisis de la situación en Caparo, se presentan el la
figura Nº 7.

C. EL PROBLEMA Y SU CONTEXTO

Permiten la ubicación de la problemática de ocupación de las reservas


forestales dentro del contexto de un fenómeno de vastas dimensiones, como lo es
la colonización agraria en América Latina. El fundamento de este aparte lo
constituyó el análisis de publicaciones relacionadas con la temática en referencia.

La segunda parte de esta fase, representada por la “base”, constituye el


diagnóstico o “imagen” actual del sistema analizado, el cual es explicativo,
detallado y profundizado tanto cualitativa como cuantitativamente, global, en
tanto que contempla los aspectos sociales, económicos, políticos, tecnológicos,
136

ecológicos, de la situación, y dinámico para poner en evidencia las tendencias


pasadas y los hechos por venir.

La construcción de la base comprende las siguientes etapas:

Delimitación del sistema, que presenta una visión global, y exhaustiva del
problema estudiado y su ambiente explicativo (político, económico, social, legal y
otros), de modo de mostrar una definición bastante precisa del mismo.

Determinación de las variables externas e internas, en la cual se definen y


analizan las causas fundamentales (internas y externas) que originan la
problemática y que resultan esenciales para la explicación y entendimiento de su
evolución.

Análisis histórico, este evita previlegiar exageradamente la situación actual,


la cual pudiera estar sesgada por factores coyunturales. El estudio tiene por objeto
la evolución del sistema; igualmente está dirigido a poner en evidencia las
invariantes del sistema.

Un análisis de la situación actual igualmente global, que permite


determinar los “agentes” de cambio en la evolución de las variables esenciales.

La segunda fase, está representada por la construcción de los escenarios. Los


escenarios se construyen haciendo jugar los mecanismos de evolución y
confrontando las relaciones de fuerza entre actores. Pero, ciertos factores
determinantes en el porvenir del problema son inciertos, principalmente aquellos
que resultan de posibles conflictos entre actores. Igualmente, las tendencias
descubiertas no siempre son ciertas, algunas rupturas son posibles. Para enfrentar
137

estas posibilidades se formulan las alternativas, las cuales constituyen un juego de


supuestos sobre los cuales se desarrolla un escenario. A cada alternativa le
corresponde un escenario cuya realización es más o menos probable.

D. AGENTES DE CAMBIO

Partiendo del conocimiento que se tiene del proceso de ocupación de


la Reserva Forestal de Caparo, su restrospectiva y situación actual, asi como los
factores que se perciben como modificadores, se intenta en este aparte definir
cuales son los agentes principales que participan de la dinámica funcional de
Caparo, como área propensa a la colonización agraria y como figura protegida
para la producción forestal.

El Estado:

* Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables


(MARNR).
* Universidad de Los Andes (ULA).
* Instituto Agrario Nacional (IAN).
* Fuerza Armadas de Cooperación (FAC).
* Corporación de Los Andes (CORPOANDES).
* Corporación Venezolana del Suroeste (CVS).

Campesinos:

Organizaciones Político-Sindicales
138

Grupos Capitalistas:

* Concesionarias madereras
* Terratenientes
* Contrabandistas
* Banca pública y privada.
139

1. El Estado:

La participación del Estado tiene una condición muy particular derivada de


su función histórica, ya que involucra un conjunto de factores que trascienden
ampliamente los intereses locales. Interviene en su condición institucional como
emisor de la normativa que regula el uso del espacio y los procesos de desarrollo, y
en su condición de árbitro, en tanto que interviene en los conflictos surgidos entre
los agentes, intentando superar sus contradicciones.

En este sentido, las estrategias del Estado son de carácter formal y explícitas,
mientras que la de los demás agentes son informales en su mayoría, lo que no
excluye que el Estado mismo realice acciones que los beneficien.

La estrategia del Estado se ejerce por medio de los instrumentos


mencionados anteriormente para el control en el uso del espacio y los procesos
económicos del área bajo reserva, los cuales se implementan a través de las
actividades que desarrollan las instituciones que lo representan.

2. Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables


(MARNR)

Es el ente encargado a nivel nacional de ejercer la competencia en materia de


investigación, evaluación, planificación, aprovechamiento y administración
racional de los recursos naturales renovables, con el fin de coadyuvar en el proceso
de desarrollo sin prejuicio del patrimonio ecológico del país.
140

3. Universidad de Los Andes (ULA).

Esta institución asumió desde 1948 la tarea de formar técnicos forestales a


nivel medio, superior y de postgrado en el país, responsabilidad que aún
desempeña la Facultad de Ciencias Forestales.

Su participación en la Reserva Forestal de Caparo se remonta a los años 70,


cuando conjuntamente con la Corporación de Desarrollo de los Andes emprendió
un programa de investigaciones ecológicas, silviculturales y económicas con la
finalidad de sentar las bases sobre las cuales establecer un método de manejo
forestal, específicamente para la Unidad I de esta reserva, y en lo posible extensivo
al resto de las reservas de Occidente.

Fruto de estas investigaciones son los Planes de Manejo para la Unidad I de


Caparo de la ULA-CORPOANDES (1975-1981), e innumerables trabajos de
investigación científica.

Esta labor de la Universidad de Los Andes continuó a partir de 1975 con el


financiamiento y apoyo de otras instituciones como el CONICIT, CDCHT-ULA y
Universidades extranjeras. Posteriormente en 1982 se firma el contrato de
Comodato ULA-MARNR, que permitiría financiar la investigación con fines de
manejo, a través del capital generado por la explotación de 7.000 hectáreas
pertenecientes a la Unidad I Caparo (Unidad Experimental), en base a lo cual
funciona como una concesionaria de manejo con la diferencia que sus objetivos
fundamentales son docencia e investigación.
141

4. Instituto Agrario Nacional:

Es la institución que a nivel nacional tiene a su cargo la transformación y


modernización de la estructura latifundista y la incorporación de la población
campesina al proceso productivo nacional a través de la implementación del
proceso de reforma agraria.

En tal sentido, el IAN no posee prerrogativa alguna dentro de las áreas de


reserva forestal por tratarse de ABRAE y particularmente en el caso de Caparo, a
diferencias de otras reservas de Occidente, no existe dentro de sus linderos
asentamientos campesinos establecidos como parte del proceso de reforma agraria,
ni tampoco un área de su superficie ha sido adjudicada al IAN dentro de un
proceso de desafectación. No obstante, se le incluye como un agente con destacada
participación en el proceso de ocupación de la Reserva Forestal de Caparo, ya que
funciona como órgano de apoyo y representante de las masas campesinas
involucradas en el proceso y al parecer en algunos casos como promotor de las
invasiones.

Por otra parte, la ley establece que en la circunstancia de presentarse


problemas de conservación de los recursos naturales renovables en aquellas áreas
declaradas como protectoras o de reserva, le corresponde a este organismo
encargarse de reubicar a la población que está causando esos problemas, a lugares
aptos para su establecimiento bajo la forma de Centros Agrarios (Ley de Reforma
Agraria, Art. 69). Sin embargo, el papel que viene desempeñando esta institución
favorece la destrucción y desaparición de las áreas boscosas en general a
consecuencia de la ampliación del espacio agrícola nacional.
142

5. Fuerzas Armadas de Cooperación (FAC)

Esta institución se corresponde con el brazo armado de la administración


ambiental, ya que tiene a su cargo la realización del Programa de Guardería
ambiental, bajo la coordinación del Ministerio del Ambiente, que consiste en la
vigilancia y resguardo de las reservas forestales.

Ante de la creación del MARNR, la función de guardería ambiental


dependía exclusivamente de la Comandancia General de la FAC, pero no tenía la
Guardia Nacional una especialización definida, una vez creado el Ministerio ésta
función pasa a depender de ese instituto.

6. Corporación de los Andes (CORPOANDES)

A pesar de que en la actualidad este organismo no tiene jurisdicción sobre el


actual Municipio Ezequiel Zamora del estado Barinas, al cual pertenece la mayor
parte de la superficie de la Reserva Forestal de Caparo, se le incluye como un
agente más por su carácter de organismo promotor del desarrollo regional en el
área hasta hace poco tiempo y por su participación como empresa concesionaria
de una de las unidades de manejo de esta reserva.

7. Corporación Venezolana del Suroeste (CVS)

En mayo de 1989 se anexa por Decreto del Ejecutivo, el actual Municipio


Ezequiel Zamora de Barinas a CORPOSUROESTE, con sede en San Cristóbal, la
143

cual impulsa grandes proyectos regionales que involucran el área en la cual se


ubica la Reserva Forestal de Caparo.

8. Campesinos:

Se quiere denominar así al agente de ocupación constituido por aquella


población de bajos recursos que labora dentro de la Reserva, bien como trabajador
de un terreno para su propia subsistencia o bien como obrero asalariado de otro
fundero, generalmente desempeñándose como peón, cuidón, caporal o jornalero.

9. Organizaciones Político Sindicales:

Abarca el conjunto de organizaciones que representan a la sociedad civil de


la zona en defensa de sus intereses. Se incluyen asimismo, dirigentes campesinos
que juegan un papel fundamental en el proceso de ocupación y cuyas motivaciones
políticas constituyen el elemento fundamental que orienta sus acciones.

Funcionan en el estado Barinas diversas instituciones (Federaciones,


Asociaciones, Comités) que laboran por proveer para sus agremiados lotes de
tierra para que se desempeñen como agricultores. Algunas de estas instituciones
son:

* Comité de rescate de tierras (Barinas).


* Federación Campesina (Barinas).
* Asorca (Asociación Regional Campesina).
* Grupos aislados promovidos por conocidos líderes políticos de la región.
144

En la Reserva Forestal de Caparo además de éstos, funcionan algunas


asociaciones particulares que representan a los pobladores del área, como la
Asociación de Productores Agropecuarios de la zona de Uribante-Caparo.

10. Grupos Capitalistas:

Con este nombre se desea abarcar al conjunto de agentes que a diferencia


del resto de los actores, poseen intereses eminentemente económicos: las metas
sociales tienen menor importancia que el logro de las mayores ganancias posibles.

Su participación en el conflicto de ocupación de la reserva se deriva de la


posibilidad de obtener elevadas ganancias a través del desarrollo de sus formas de
acción, unos con actividades legalmente permitidas en el área y otros que
valiéndose de terceros o actuando directamente violan las especificaciones legales.

11. Terratenientes:

Esta categoría abarca aquellos agentes que protagonizan el ciclo de


concentración de tierras, quienes utilizan las deforestaciones realizadas por los
colonos primarios, comprando sus bienhechurías y adquiriendo así cada vez
mayores extensiones con fines pecuarios fundamentalmente.
145

12. Contrabandistas:

Están representados por el conjunto de comerciantes inescrupulosos que


sacando partido de la situación de falta de vigilancia, inseguridad y confusión
planteada por el problema de las invasiones en la reserva, realizan una explotación
clandestina de los recursos forestales logrando con ello elevadas ganancias
económicas.

13. Banca Pública y Privada:

Se incluyen dentro del conjunto de agentes que participan de la dinámica de


ocupación de la Reserva de Caparo puesto que se han localizado ciertas fincas
cuyos “propietarios” gozan de créditos otorgados por estas instituciones, a pesar
de localizarse en áreas que por su condición de ABRAE no admiten este tipo de
transaciones comerciales.

E. ELABORACIÓN DE LOS ESCENARIOS

1. Primer escenario:

Mantener la tasa y el patrón de ocupación de la reserva ante la insuficiencia


e ineficiencia de las medidas diseñadas por el Estado para controlar y/o frenar
dicho proceso.
146

2. Segundo escenario:

Desalojo, como lo plantea el artículo 57 y 138 de la Ley Forestal de Suelos y


Aguas y su Reglamento.

3. Tercer escenario:

La Desafectación.

F. ANALISIS DE LOS ESCENARIOS

1. ESCENARIO Nº 1:

Se mantiene la tasa y el patrón de ocupación de la reserva ante la


insuficiencia e ineficacia de las medidas diseñadas por el Estado para controlar y/o
frenar dicho proceso.

Esta modalidad supone la incorporación total de la superficie de la reserva y


más específicamente de la unidad I, a la actividad agropecuaria extensiva, esta
ocurrencia que se ha venido desarrollando a consecuencia de factores y agentes de
ocupación diversas, permiten aumentar la complejidad del fenómeno.

La dinámica socioeconómica tanto interna como externa viene modificando


exponencialmente la ampliación de la frontera agrícola a expensa de la cobertura
147

boscosa, y tan sólo van quedando algunos relictos de bosque en áreas “muertas”,
es decir, aquellas de difícil acceso o sujeta a inundaciones casi permanentes.

Esta modalidad se presenta de forma avasallante y rebasa las medidas de


control impuestas, quedando todo el conjunto normativo legal que sustenta tanto
la figura de la Reserva como su forma de explotación, como un mero ejercicio
teórico, sin ninguna expresión real de la práctica, tal como ocurrió con la Reserva
Forestal de Turén.

El contínuo proceso de colonización agrícola, encabezado por campesinos,


bien sea promovidos por dirigentes políticos, sindicales o gremiales, o aquellos que
“expontáneamente” se ubican en el área ante las desventajas que en la mayoría de
las veces es de baja producción, de difícil acceso, mercados seguros y la falta de
una política agrícola, se ven en la necesidad a corto plazo de desprenderse de estas
propiedades y dan paso a una nueva figura de ocupación como lo son los
terratenientes y empresarios de campo; estos a su vez, se ubican nuevas fuentes de
ocupación, bosque adentro o permanecen como peones de otros agentes de
ocupación, ya sea en manejo forestal o fincas con ciertos nivel de consolidación.

Sin embargo, la ausencia de planes de vigilancia y guardería, la


vulnerabilidad hacia el proceso de ocupación en estos espacios aumenta y trae
como consecuencia que algunas empresas planteen el abandono del área de
explotación, dejando éstas sus programas y compromisos contraidos con el Estado
venezolano.

Todo esto, se traduce en el aumento de la tasa de desempleo local y


regional, déficit en la producción de materia prima forestal y subutilización y
deterioro de la capacidad industrial forestal instalada en la región; aparte de los
148

daños producidos al ambiente por la ruptura del equilibrio ecológico del área, por
la desaparición del bosque y su sustitución por actividades agrícolas. Además la
presencia de las Empresas Concesionarias en la Reserva no representan ninguna
garantía del manejo forestal sostenido , ni de control en el área, sus actividades se
ven continuamente interrumpidas y saboteadas por los agentes de ocupación, por
tanto el manejo forestal se limita a la explotación de los recursos forestales que aún
persisten en el área con un rendimiento promedio de 10 a 14 metros cúbicos por
hectárea Centeno, J. 1990).

Este análisis permite delinear una imagen que mostraría la Reserva de


Caparo y más específicamente la Unidad I, de continuar la tendencia de ocupación
actual, en tanto que la ocupación superaría la superficie total de la Unidad I para el
año 2010.

Esto muestra la gravedad de los efectos del proceso de ocupación en la


Reserva sobre todo los objetivos de manejo forestal previstos.

Como análisis final este escenario constituye la vía de mayores riesgos con
menores beneficios económicos, sociales y ambientales, porque desde el punto de
vista ecológico, condena la Reserva a la desaparición, la destucción irremediable de
un potencial genético forestal único en la región y el principal macizo de bosque
húmedo tropical natural al norte del Orinoco, con su secuela de alteraciones graves
al equilibrio ecológico natural de la zona. Mientras que desde el punto de vista
económico, esta situación puede extenderse al resto de las reservas forestales
ubicadas al Norte del Orinoco, situación que representa la destrucción del
potencial productivo forestal, la desaparición de la industria forestal regional lo
que traería como consecuencia la necesidad de invertir elevados capitales para
cubrir la demanda insatisfecha de productos forestales.
149

Desde el punto de vista socio-agrícola, el desarrollo de este proceso de


ocupación tiende a concentrar tierras en manos de grupos poderosos y la
proletarización del sector campesino, mientras que desde el punto de vista legal
imcumple y viola la lesgilación que sustenta la figura de reserva forestal, cuyos
propósitos de protección, conservación y producción se convierten en una
paradoja ya que se puede decir que es una reserva forestal sin bosques.

2. ESCENARIO Nº. 2

De acuerdo a lo establecido en los estatutos en los artículos 57 y 138 de la


Ley Forestal de Suelos y Aguas y su reglamento dice:
Las reservas no pueden ser colonizadas sin previa autorización del Congreso
Nacional, lo que hace obligatorio el traslado de esas poblaciones a lugares aptos,
ubicados en áreas cercanas.

El desalojo como medida de control en el proceso de ocupación de la


Reserva Forestal de Caparo, constituye una medida socialmente injusta por todo lo
expuesto anteriormente. Sin embargo, el estado Barinas cuenta con espacios para la
implementación de programas de reubicación como lo son 40.000 hectáreas
desafectadas de la Reserva Forestal de Ticoporo, así como, 43.000 hectáreas que
fueron decretadas para uso agrícola en el período de 1952 - 1973, pero estas tierras
ameritan un estudio de regularización de la tenencia lo cual pondrá en serias
dificultades tanto a los ocupantes de estas tierras como a los nuevos colonos.
150

En esto se ha venido trabajando sin obtener mayores resultados, por ser


muchas las variables que se oponen a este tipo de solución y entre los cuales
podemos señalar:

• Falta de capital para iniciar actividades en otras áreas, apoyándose en el artículo


69 de la Ley de Reforma Agraria.

• Costumbres y formas de producción ya establecidas.


• Otras dificultades que generan conflictos de orden Social-Político-Económico.

Es de hacer notar que el análisis realizado en toda su extensión a este


escenario permite decir que, esta medida no se consideró cuando se ameritaba, ya
que el factor sobre todo político, no mostró el interés necesario, y me permite decir
que hoy la solución del problema está en otra dirección y sobre todo cuando se
cuentan con experiencias en otras latitudes.

3. ESCENARIO Nº 3:

Se debe desarrollar un Plan de Desafectación que garantice:

• Un plan de desarrollo agrícola capáz de orientar el uso racional de los recursos


de cada una de las áreas de acuerdo a sus potencialidades.
A.- Areas bancos y bancos bajos.
B.- Areas de bajíos
C.- Areas de esteros
151

• Un plan de vigilancia y control por parte de los institutos involucrados en el


desarrollo de este plan, tanto para la zona desafectada como el área sujeta a
Desarrollo Forestal.

• Un plan de regularización de la tierra.

Tomando en cuenta la importancia de los Recursos Forestales tanto en lo


económico, como desde el punto de vista de la conservación y mantenimiento del
equilibrio ecológico, numerosos estudios coinciden en que las actividad forestal
debe encontrar alternativas a las prácticas destructivas de la agricultura migratoria.
En este sentido la FAO y otros organismos como el Instituto de Investigaciones
Forestales Mexicano ha estado desarrollando un esfuerzo creciente para resolver
algunos de estos problemas mediante un planteamiento global que abarca los
cambios de política Forestal y de sus instrumentos legales, y el establecimiento de
políticas que van más allá de la consideración de los bosques, sólo para su
protección y aprovechamineto racional, estos cambios están orientados hacia la
diversificación de las actividades rurales, incluyendo el fomento integrado de la
agricultura, la ganadería y la ordenación integrada de los bosques (Actividades
agrosilvopastoriles).

Es así como muchos paises tanto de América Latina como de Asia y Africa,
la Lesgilación Forestal especializada ha evolucionado y considera la incorporación
de la población rural en estas actividades a través de la formación de cooperativas
forestales, incentivos para la repoblación forestal y la excepción de impuestos,
asimismo existen gran variedad de Leyes y Reglamentos sobre Tenencia de la
Tierra, Reforma Agraria, colonización y desarrollo rural, cuyas disposiciones han
influido directa e indirectamente en la ejecución de programas forestales rurales
(FAO, 1978).
152

Esta reorientación en las políticas forestales han tenido mayor difusión en


aquellos paises en donde la población local posee derecho a una amplia variedad
de usos en tierras del Estado.

Un ejemplo de estos derechos que se le reconoce a la población rural, lo


tenemos en Mexico, donde la mayor parte de los bosques son ejidales y comunales
, muchos de los cuales pasarán a manos de los campesinos como consecuencia de
las políticas redistributivas y de desarrollo agrícola, en especial de la Reforma
Agraria. En este caso, muchas de las explotaciones aunque han estado a cargo de
empresas privadas, benefician a los productores mediante el pago que reciben por
la materia prima extraida.

En Perú y Honduras se han introducido figuras jurídicas que consideran el


aprovechamiento forestal integral en asentamientos rurales. Otra experiencia
interesante se viene adelantando en paíse de Asia y Africa (Corea, Etiopía, Nigeria)
a través de programas de pequeños bosques de aldea, y el la India en donde hay
un auge significativo de las cooperativas forestales de base campesina.

Es indudable que la reorientación de las políticas forestales, involucra la


recisión de las leyes forestales, de manera que reflejen adecuadamente los nuevos
intereses y políticas destinadas a conseguir una distribución más equitativa de los
beneficios en favor de las poblaciones rurales. Según Janka (1985), la participación
activa del campesino es estas actividades, más allá de ser una mera conquista
política y social, incluye igualmente su participación en la zona de decisiones, y no
ser simplemente el receptor de una política impuesta por la administración
forestal, implica que dichas actividades deberán realizarse por parte y decisión de
los mismos campesinos.
153

En este orden de ideas, se asigna un papel importante a las formas


organizativas de la actividad forestal con participación campesina.

Se plantea que una de los fines más rápidos y expéditos para resolver el
problema y mejorar la situación en la Reserva Forestal de Caparo, es aplicando una
desafectación bajo las premisas antes enunciadas, el cual no sólo define cual va ha
ser las unidades de producción, sino que de una vez, ver el resultado que la
economía forestal ofrecería al Estado.

G. MODELOS PROPUESTOS

El objetivo de los sistemas Agroforestales propuestos es integrar al


agricultor en el Manejo Forestal, considerando el componente Forestal como el
principal sistema. Además permite disminuir la presión sobre bosques naturales y
permitir la diversificación de la producción.

H. SISTEMAS AGROFORESTALES PROPUESTOS

1. EN CONDICIONES DE BANCO Y SUB-BANCO.

En la mayoría de las fincas es factible establecer por lo menos 5 hectáreas de


sistemas agroforestales en banco y/o en sub-banco, para lo cual se sugieren los
siguientes modelos silvoagrícolas:
154

a. Cultivos en plantaciones.
Se recomienda la combinación de teca (en bancos) y pardillo negro (en
sub.banco) con cultivos como la yuca y el maíz, con las siguientes alternativas de
distanciamiento.

A.- Hileras simples: 3x5m (66 árboles/ha).


B.- Hileras dobles: 3x3x6m (23 hileras para 594 árboles/ha).

El distanciamiento del maíz y de la yuca se hará según las prácticas


tradicionales de los agricultores. Por otra parte, los cultivos y los árboles deben
establecerse simultáneamente al inicio de las lluvias (mayo); la teca se recomienda
establecer en stump (tocones sin hoja de 15 cm, de tallo y 5-8 cm, de raíz) y el
pardillo en stripling (plantón con las hojas primordiales de 60 cm, de largo y raices
ligeramente podadas). Se estima que el sistema se puede mantener entre 4 y 5 años.
Posteriormente, se ejecutará un primer aclareo al 6º año, lo que proporcionaría
estantillos y varas que pueden ser tanto utilizadas en las fincas como vendidas en
la región. Luego, se puede establecer plátano (2x2,5 m.) y/o cacao (3x4 m.) entre las
hileras de árboles.

b. COMBINACIÓN DE FRUTALES Y CULTIVOS.

En algunas fincas, se pueden recomendar cítricas (limón, naranja y grape-


fruit), combinados con maíz o yuca. Los cítricos deben establecerse en hileras
simples con distanciamiento de 4 x 5 m, preferiblemente injertos para evitar
enfermedades. Entre las técnicas de manejo se recomienda el control de malezas y
la fertilización.
155

c. HUERTA CASERA-FAMILIAR.

En los alrededores de la vivienda se puede establecer un huerto casero de


aproximadamente una hectárea, en el cual se combinarán cultivos anuales (yuca,
maíz, frijol, caraota, ají, pimentón, quinchoncho) con cultivos semi-permanentes
(lechosa, plátano, cambur, piña) y permanentes (onoto, cacao, café, frutales). Se
recomiendan algunas plantas de uso en la medicina tradicional (llantén, zábila,
romero, orégano, malojillo).

2. EN CONDICIONES DE BAJÍO.

a. SILVOAGRÍCOLAS:

En sitios con texturas franco-arcillo-arenosas, donde el nivel de inundación


no sobrepasa los 20 cm, de altura, se puede establecer 5 hectáreas de la
combinación de pardillo negro o apamate con ocumo (Xanthosoma sagitifolium),
el cual se ubicará a un distanciamiento de 0.90 x 0.90 m. Las dos especies arbóreas
se plantarán en stump, en hileras simples a 4 x 5 m, (500 árboles/ha). Este sistema
se mantiene de 3-4 años y a partir del 5º año se puede convertir en un silvopastoríl.

b. SILVOPASTORIL:

Este sistema se establecería en una superficie de 5 hectáreas anuales durante


4 años, según el tamaño de la finca (para un total de 20 ha.); combinándose pardillo
negro o apamate, dependiendo del nivel de inundación de los sitios, con los pastos
Brachiaria de bajío (Brachiaria humedicola), alemán (Echinochloa polystachya) o
156

pará (Brachiaria decumbens). El distanciamiento de los árboles puede ser: hileras


dobles de 3x3x6 m ó hileras triples de3x3x12 m.

Para el establecimiento se aislaría el área de 5 ha, durante 2 años,


estableciéndose la plantación en el primer año y luego el pasto en el 2º año. Al 3º
año se recomienda introducir animales pequeños, becerros o novillos. A partir del
4º año se pueden introducir animales grandes, cuando los árboles superen los 4 m,
de altura y suficiente diámetro para evitar el daño por los animales.

c. CERCAS VIVAS:

En el perímetro de las fincas se recomienda establecer hileras dobles de


árboles distanciados 3 x 3 m, con una longitud de 400 a 500 m, por especie; las
cuales se ubicarán según las condiciones del sitio. En sitios no inundables se
establecerán masaguaro, jobo, pardillo negro y cedro; mientras que en sitios bajos
se recomienda apamate y palo de agua.

En las cercas para la división de potreros, además de las especies


mencionadas anteriormente se plantarán mata-ratón (sitios sin inundación) y
bucare (resiste inundación), en hileras simples con 3 m, entre árboles. Se utilizarán
estacas de 1.5 a 2 m, de largo para el bucare, mata-ratón y jobo; a excepción del
apamate, que se produce en viveros, los otros árboles pueden obtenerse de
regeneración natural.
157

CUADRO Nº 23.
SUPERFICIE TOTAL Y NÚMERO DE ARBOLES DE LOS DISEÑOS AGRO-
FORESTALES PROPUESTOS.

SILVOAGRICOLA SILVOPASTORIL CERCAS VIVAS


S
OCUPANTE SUP Nº SUP Nº LONG. Nº
(Ha) ARBOLE (Ha) ARBOLES (m) ARBOLES
S
FREDDY BUSTAMANTE 20 13.340 50 28.050 7.500 2.500
NORIS MARQUEZ 5 3.335 24 13.464 4.100 1.267
DELFINA ARAQUE 2 1.334 5 23.805 1.200 400
NEPTALÍ PERNIA 5 2.500 20 11.220 3.300 1.100
CIPRIANO CONTRERAS - - 15 8415 3.100 1.033
J.M. RIVERA 5 3.335 - - - -
GAUDENCIO NOGUERA 5 3.300 15 8.415 3.100 1.033
ALBERTO ORTIZ 5 3.335 5 2.805 1.200 400
EUDES VILLASMIL 5 3.335 - - - -
JESUS ARANDA 5 3.335 - - - -
GUSTAVO ARANDA 5 3.335 - - - -
HECTOR PERNÍA 15 9.935 15 8.315 3.100 1.033
JESUS MARQUEZ - - - - - -
CARLOS MERIDA - - 5 2.805 1.200 400
SILVINO MERIDA 5 2.805 1.200 400
PEDRO PEÑA 4 2.668 5 2.805 1.200 400
FLORENCIO MONTES 5 3.335 15 8.415 3.100 1.033
TOTAL 86 56.422 179 100.419 33.000 10.999

Fuente: Cálculos propios.


158

I. DISEÑOS A FINCAS SELECCIONADAS:

1. FINCA BUENOS AIRES (Oupante: Noris Márquez; ver mapa de uso


propuesto):

La finca tiene una superficie de 173,86 hectáreas, con 84,39 hectáreas de


bosque y 69,4 hectáreas de potreros. Actualmente, presenta 3 hectáreas de cultivos,
principalmente maíz, ganadería de doble propósito con 68 animales. Los suelos
son principalmente franco-arcillosos, 90% del área en condiciones de bajío.

a. Silvoagrícola: se combinarán teca, en hileras simples de 3 x 5 m, con


maíz y/o yuca en una superficie de 5 hectáreas.

b. Silvopastoríl: en los dos potreros de 12 hectáreas c/u que tiene


actualmente, se establecerán 4 ha/año de pardillo negro y apamate en hileras
triples 3x3x12 m, asociado con Braquiaria humedícola, para una superficie total de
24 hectáreas.

c. Cercas vivas: en los 4.100 m de cerca divisorias de potreros se


plantarán principalmente apamate, jobo y palo de agua.

2. FINCA CHARCO HEDIONDO (Ocupante: Gaudencio Noguera, ver


mapa de uso propuesto):
Con un área de 77.27 hectáreas de las cuales 25.83 se encuentran bajo bosque
y 51.44, de potreros. Cultivos de maíz y yuca en 5 hectáreas; ganadería de doble
propósito con 20 animales. Presenta 4.000 árboles de apamate establecidos en las
cercas. Suelos arcillosos a franco-arcillosos, con 50 % de la finca en condiciones de
bajío.
159

a. Silvoagrícola: en 5 hectáreas se establecerá teca en hileras dobles de


3x3x16 m, combinando simultáneamente con 3 hectáreas de maíz y 2 de yuca.

b. Silvopastoril: se establecerá en 5 hectáreas/año para un total de 15


hectáreas, con apamate en hileras triples de 3x3x12 m combinado con Bracaria
humedícola.

c. Cercas vivas: consistirá de 3.100 m plantadas con bucare, palo de


agua y apamate.

3. FINCA CAMPO ALEGRE (Ocupante: Hector Pernía).

Finca de 428,49 hectáreas con 268,65 hectáreas de bosque y 101,93 hectáreas


de potrero. Cultivo de maíz en 14 hectáreas; ganadería de doble propósito con 99
animales. Suelos predominantemente franco-arcillosos, con 80% del área en bajío.

a. Silvoagrícola: combinación de 10 hectáreas de teca (5ha/año) con


maíz en hileras dobles de 3x3x6 m. Además, se establecerá 5 hectáreas de pardillo
negro en hileras triples de 3x3x12 m con pasto estrella y Brachiaria.

b. Cercas vivas: se plantarán masaguaro, jobo y mataratón en 3.100 m


de divisorias de los potreros.

4. FINCA LAS ACACIAS: (Ocupante: Neptalí Pernía)

Con 127,3 hectáreas de superficie total, 42,26 hectáreas de bosque y 75 de


potrero. Agricultura con yuca y plátano en 1 hectárea; ganadería para cría con 10
160

animales. 85% del área en condiciones de bajío, con suelos principalmente franco-
arcillosos.

a. Silvoagrícola: asociación de pardillo negro con plátano y ocumo en


hileras simples de 4x5 m, en una superficie de 5 hectáreas.

b. Silvopastoríl: en 10 hectáreas de apamate y 10 de pardillo negro, a


razón de 5ha/año, en hileras triples 3x3x12 m, combinado con Braquiara
humedícola.

c. Cercas vivas: en 3.300 m se establecerán masaguaro, jobo y palo de


agua.

5. FINCA LAS PIEDRITAS (Ocupante: Jesus Rivera)

Finca de 72,38 hectáreas con 51,15 hectáreas de bosque y 21,23 hectáreas de


potrero. Cultivo de maíz en 7 hectáreas; no tiene ganadería . Suelos
predominantemente franco-arcillosos, con 70% del área en bajío.

a. Silvoagrícola: combinación de 5 hectáreas de teca (5ha/año) con


maíz en hileras simples de 3x5 m.
161

J. POSIBLES USOS E INGRESOS QUE PUEDEN OBTENERSE EN LOS


ACLAREOS DE TECA.

Una alternativa de recuperación de las reservas forestales es a través de la


aplicación de sistemas agroforestales, donde en los últimos años los organismos
oficiales han comenzado aplicar políticas de recuperación con base a estos sistemas
en áreas degradadas.

Por otro lado, en los Llanos Occidentales, se vienen aplicando este tipo de
práctica sobre todo en aquellas fincas en donde al principio se eliminó todo el
bosque y actualmente comienzan a establecerlo por la necesidad de sombra para el
ganado, ya que por efectos de contaminación ambiental sabemos que se ha
afectado la capa de ozono y los rayos solares cada vez se hacen más intenso
causando muchas veces enfermedades al ganado o haciéndolo improductivo.

Por otro lado, muchos productores están consciente del beneficio que
obtendran de estas plantaciones en el futuro y la diversidad de productos en cada
uno de los aclareos correspondientes.

1. FIJACIÓN DE NORMAS PARA PRODUCTOS DE RALEO.

Se requieren normas de los diámetros mínimos requeridos para cada uno de


ellos, los cuales sirven de punto de referencia para la fijación del régimen de raleo.
Los productos considerados factibles de producir en los raleos y sus
especificaciones de diámetro mínimo utilizable sobre corteza son:
1.- Varas (puntales) para encofrado (10 cm).
2.- Piezas para tornería artesanal e industrial (12 cm)
162

3.- Estantillos para uso agropecuario y viguetas para construcciones rústicas (15
cm).
4.- Trozas para aserrío machihembrado y carpintería menor “clase B” (18 cm)
5.- Trozas para aserrío machihembrado y carpintería “clase A” (25 cm)
6.- Aserrío general (35 cm).

Algunos productos requieren descortezado como parte del proceso de


elaboración. Esta operación presenta problemas en relación con las inversiones
requeridas para la mecanización y/o la magnitud de los costos de realización en
forma manual.

A continuación se presenta una estimación del tipo, cantidad de material y


posibles ingresos que se puede obtener de los aclareos y turno final en uno de los
sitemas propuestos dentro de una de las fincas seleccionadas:

a. FUNDO BUENOS AIRES


PROPIETARIO: NORIS MARQUEZ
SISTEMA SILVOAGRICOLA

Combinación de teca en hileras simples de 3x5 m, con maíz y/o yuca en una
superficie de 5 hectáreas.
Equivale a tener 667 plantas/ha
667 plantas/ha x 5 ha = 3.335 plantas

Incremento medio anual: (IMA)= 1,5 cm de diámetro


Alturas promedio al año: 2 m.
163

Si planificamos para el año sexto del primer aclareo, podemos decir, que
según el índice de espaciamiento relativo (IER%) la masa no está en competencia,
pero como no podemos dejar que esta plantación llegue a estar en plena
competencia, porque nos reduce la entrada de luz a los cultivos agrícolas con la
cual se está combinando.

b. PLANTACIÓN AL AÑO 6.

Mortalidad: 10%
Vuelo original: 600 arb/ha.
Diámetros promediod de la masa: 9 cm (28,3 cm de circunferencia).
Altura promedio: 12 m.
Distanciamiento promedio: dp= v10.000= 4,08 m
600

c. INDICE DE ESPACIAMIENTO
Aclareo (30%)
Vuelo original: 600 arb/ha.
Vuelo eliminado: 180 arb/ha.
Vuelo remanente:420 arb/ha

IER% = 4,8 x 100 = 34%


12
d. PRODUCTO OBTENIDO DEL PRIMER ACLAREO

Se obtendrá el material del vuelo eliminado: 180 árboles con diámetro


promedio de 9 cm y altura promedio de 12 m.
164

Por efectos de rama, se obtendrá el 80% de la altura promedio, es decir, 9,6m


de fuste. Con este diámetro, el material solo puede servir para puntales, varas o
soleras, cuyo precio es aproximadamente Bs. 520 c/u.

Cada vara tiene una medida de 3 m, lo que aportaría aproximadamente


300.000, 00 Bs/ha incrementándose para las 5 hectáreas a Bs. 1.500.000,00.

e. ANALISIS:

180 varas de 9,6 m = 1.728 metros de vara.


1 vara________ 3 m
X _________ 1.728 m X= 576 varas.

Aporte en bolívares = 576 varas x Bs. 520,00 = 299.520 Bs/ha.

f. PLANTACIÓN AL AÑO 12

Vuelo original = 420 árb/ha


Diámetro promedio de la masa = 18 cm (57 cm de circunferencia)
Altura promedio= 21 m.

A partir del año 7 en adelante, el incremento en altura es aproximadamente


de 1,5 m.

Distanciamiento promedio
165

dp= v10.000= 4,88 m


420

g. INDICE DE ESPACIAMIENTO

Aclareo (60%)
Vuelo original: 420 arb/ha.
Vuelo eliminado: 252 arb/ha.
Vuelo remanente:168 arb/ha

IER% = 4,88 x 100 = 23%


21

h. PRODUCTO OBTENIDO DEL PRIMER ACLAREO

Se obtendrá el material del vuelo eliminado: 252 árboles con diámetro


promedio de 18 cm y altura promedio de 21 m. Por efectos de rama, se pierde
20% quedando una altura de fuste de 16,8 m. Este material sirve para aserrío
(machihembrado y carpintería menor) cuyo precio está en 15.000 Bs/m3
aproximadamente.

V= 0,605 x (0,18) 2 m x 16,8 m = 0,33 m3 /arb.


V total= 0,33 m3 x 252 = 82,99 m3 .
Cantidad Bs/ha = 1.244.805 41 .
Cantidad total = 1.244.805 41 . X 5 = 6.224.027 Bs.

i. PLANTACION FINAL AL AÑO 20.


166

Vuelo original = 168árb/ha


Diámetro promedio de la masa = 30 cm (94 cm de circunferencia)
Altura promedio= 33 m. EFECTOS DE RAMA 20%
Altura promedio = 26,40 m.

Este material sirve para aserrío mayor, cuyo precio es en 45.000,00 Bs/m
aproximadamente.

V= 0,605 x (0,3) 2 x 26,4 = 1,44 m3 /arb.


Vol. Total = 1,44 m3 /arb x 168 arb = 241,5 m3 .
Cantidad Bs/ha = 241,5 m3 x Bs. 45.000 = 10.867.348,80 Bs/ha.
Cantidad total final del turno = 10.867.243,80 Bs/ha x 5 ha = Bs. 54.336.744,00

V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

A. CONCLUSIONES
La ocupación de la Reserva Forestal de Caparo no ocurre como un
fenómeno aislado, por el contrario, encuentra sus causas en la realidad
socioeconómica y política nacional caracterizada, entre otras cosas, por un proceso
de capitalización y modernización del sector agrícola, encuadrado en lla política de
sustitución de importaciones, que valoriza el espacio regional para su
incorporación al desarrollo agrícola horizontal y donde el sector forestal
desasistido y tradicionalmente ignorado dentro del proceso de planificación
económica, y la falta de autoridad y voluntad política de los entes involucrados
para hacer cumplir la normativa y las sanciones legales previstas para controlar el
proceso de invasión y ocupación de áreas protegidas.
167

Desde el punto de vista regional y local el proceso se enlaza con la presencia


de una gran masa de campesinos que denuncia precarias condiciones
socioeconómicas y un defectuoso sistema de tenencia de la tierra que propicia
movimientos migratorios internos.

Localmente el difícil acceso, hace ineficiente el sistema de control y


vigilancia y la precaria presencia en las distintas unidades y la tardía incorporación
al régimen de manejo forestal facilitan la entrada de nacionales y extranjeros
ilegales.

Estas condiciones determinaron evaluar el proceso de ocupación de manera


más detallada que permitiera vislumbrar los tres escenarios señalados.

El primer escenario, es el más probable en tanto que se apoya en la inercia


del sistema y en el mantenimiento de las condiciones actuales.

El segundo escenario, es un escenario en el que la reserva funciona bajo la


normativa legal, lo que implica la reubicación de la población ocupante, el
repoblamiento forestal de las áreas afectadas, a través del análisis histórico
apreciamos y predecimos que esta medida tiene un alto costo político, social,
económico, para el sector oficial, y aumenta la decidida participación y
cooperación de parte de los agentes de manejo y ocupación.

El tercer escenario, nos presenta un panorama que intenta dar una salida a
la producción forestal así como también a la económica campesina, situación que
implica una serie de ajustes en la forma convencional de acción.
168

Además, a este escenario lo favorecen las propuestas de : Silvicultura Social,


Programas Agroforestales y los recientes convenios en discusión entre ocupantes y
Estado.

A pesar de que el índice de Gini para la Unidad I (0,46), existe una


distribución desigual de la superficie ocupada (Area de estudio), ya que de los 17
fincas levantadas, 8 fincas poseen menos de 100 hectáreas, es decir, el 42%; 4 fincas
entre 100-300 hectáreas, para un 23,5% y tan sólo 5 fincas con más de 300 hectáreas,
lo que representa el 29,5%. Al mismo tiempo, podemos decir que 942 hectáreas
están bajo la modalidad de potreros, un 27,5%, mientras que el restante 72,5%
pertenecen a áreas no productivas (bosques, rastrojos, sabanas, esteros).

Los sistemas agroforestales propuestos alcanzan 265 hectáreas y 33.000


metros lineales de cerca para un total de 167.840 árboles, estos sistemas
principalmente silvopastoríl, debido a características del suelo, uso actual.

B. RECOMENDACIONES
Es necesario preparar las estrategias que permitan dar inicio a la implementación
del tercer escenario ya que solo así podemos en un futuro próximo conseguir la
interrelación humana sobre la reserva a fin de garantizar la biodiversidad de los
ecosistemas naturales.

El establecer de inmediato el tercer escenario evitaría el incremento de las


invasiones ya que esta propuesta debe ir acompañada de:

• Un modelo de distribución equitativa de la tierra sujeta a


condiciones:

• Económicas
169

• Sociales

• De producción
• Un estudio de impacto ambiental

• Un estudio económico-financiero
Un modelo de control rígido que garantice que todos los entes
involucrados eviten cualquier intento de invasión
170

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Ticoporo y para ello estudian medidas” El País. Domingo, 03/05/87.
Barinas.

“Walter Márquez se reunió con lo pisatarios de la Reserva. Acta convenio


solucionaría
problema de Caparo”. El Nacional. Sábado 23/04/88.

“Consumado atentado contra la Reserva Forestal de Caparo”. Comité


prodesarrollo del estado Barinas (COMBAR). El Nacional. Viernes
13/01/89.

“El MARNR se reunió con entes financieros que utilizan créditos agrícolas en
Reservas Forestales”. El Nacional. 29/03/89.

“Soluciones penales para proteger el ambiente”. El Universal. Cuerpo 2. P.20.


jueves 19/10/89.

“Vigilancia Ambiental refuerzan en Ticoporo”. El Nacional. Cuerpo c. P.4. martes


20/02/90.

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