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PLAN DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO NATURAL Y CULTURAL DE LA

REGIÓN SEMIÁRIDA DEL VALLE DEL MOTAGUA, GUATEMALA

Guatemala, julio de 2006

2
PLAN DE CONSERVACIÓN DE LA REGIÓN SEMIÁRIDA DEL VALLE DEL MOTAGUA, GUATEMALA
Fundación Defensores de la Naturaleza, FDN
The Nature Conservancy, TNC
© Julio 2006
___________________________________________________________________________________________________________________

Editado por:
Andrea Nájera, Defensores de la Naturaleza –FDN-.
Sofía Paredes Maury

Equipo Planificador:
Andrea Nájera, FDN
Estuardo Secaira, TNC
Igor de la Roca, FDN
Maria Elena Molina, TNC

Con el apoyo técnico de:


The Nature Conservancy

Con el apoyo financiero de:


Gobierno Real de los Países Bajos (Proyecto JADE)
The United States Agency for International Development-USAID

Fotografías de la portada:
Eddy Imeri
Andrea Nájera, FDN

Río Motagua desde el puente Mármol


Sitio Arqueológico Guaytán/ Iglesia de San Cristóbal Acasaguastlán/ Niñas de la Escuela de Magdalena en San Agustín Acasaguastlán/
Heloderma horridum charlesbogerti/, Cactáceas del género Mammillaria.

Fotografías de páginas centrales:


Eddy Imeri, Andrea Nájera, Ana Cabrera, Swiss Re, Javier Vargas, Álvaro Ramírez, Pamela Castro, Rudy del Cid, Hilda Rivera.

Instituciones participantes en la elaboración del plan:


Asociación Zacapaneca de Contadores de Cuentos y Anécdotas –AZCCA-, Asociación de Turismo de Zacapa –ATURZAC-, Centro de Estudios
Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala -CEFOL-USAC-, Cervecería Río, Comité Ambiental de San Agustín Acasaguastlán,
El Progreso, Comité Interinstitucional de Cabañas, Zacapa, Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP-, Proyecto de Desarrollo Integral de
Comunidades Rurales –DICOR-, Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio Cultura y Deportes –MICUDE-, Facultad de
Arquitectura, Universidad de San Carlos de Guatemala –FAUSAC-, Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en
Guatemala –FCG-, Gobernación Departamental de El Progreso, Gobernación Departamental de Zacapa, Hidroeléctrica Pasabién, Instituto
Nacional de Bosques –INAB-, Ministerio de Agricultura y Ganadería –MAGA- de El Progreso, Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales –
MARN- de El Progreso, Ministerio de Educación de Zacapa y El Progreso –MINEDUC-, Municipalidad de Cabañas, Zacapa, Municipalidad de
El Jícaro, El Progreso, Municipalidad de Huité, Zacapa, Municipalidad de Río Hondo, Zacapa, Municipalidad de San Agustín Acasaguastlán, El
Progreso, Municipalidad de Teculután, Zacapa, Municipalidad de Usumatlán, Zacapa, Municipalidad de Zacapa, Núcleo Social de San Agustín
Acasaguastlán, Papelera Internacional S.A. –PAINSA-, Parque Regional Municipal de El Jícaro, Policía Nacional Civil de Río Hondo –PNC-,
Pony S.A (Finca Lajota), Proyecto Arqueológico del Motagua Medio de la USAC, Reserva Natural Privada Las Flores, Río Hondo, División de
Protección para la Naturaleza de la Policía Nacional Civil –DIPRONA-, Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente –SOSEP-,
Turicentro Teculután, Turicentro Valle Escondido, Huité, Universidad del Valle de Guatemala – UVG-.

Más información:
www. defensores.org. gt
info@defensores.org.gt

3
ÍNDICE DE CONTENIDO

PRESENTACION 6
OBJETIVOS 7

PLAN DE CONSERVACION DEL PATRIMONIO NATURAL

I. INTRODUCCIÓN 8
A. Generalidades 8
B. Descripción del área 9
1. Localización 9
2. Clima 9
3. Fisiografía, topografía y suelos 9
4. Vegetación 11
5. Huertos familiares 12
6. Cobertura vegetal 13
7. Fauna 13
8. Bosques secos como corredor biológico 14
9. Endemismos 15

II. METODOLOGÍA 17
III. RESULTADOS
A. Elementos naturales de conservación 20
1. Monte espinoso y bosque seco 20
2. Bosques ribereños 21
3. Sistemas fluviales 21
4. Tillandsias y cactáceas amenazadas 22
5. Heloderma horridum charlesbogerti 22
B. Viabilidad de los elementos de conservación 23
C. Amenazas sobre los elementos de conservación 23
D. Oportunidades y sus actores 27
E. Estrategias 28
F. Medidas de Éxito 31

IV. LITERATURA CITADA 34


V. ANEXOS 38

PLAN DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

I. INTRODUCCIÓN 44
A. Breve historia de la región 45
1. Época arcaica y prehispánica 45
2. Época colonial 46
3. Época republicana 47
B. Descripción de la cultura de la región 48
1. Literatura oral 48
2. Danzas tradicionales 48
3. Cultura material y artesanías de la región 49
4. Gastronomía 49

4
II. METODOLOGÍA 50

III. RESULTADOS 51
A. Elementos culturales de conservación 51
1. Sitios arqueológicos prehispánicos 51
2. Arquitectura vernácula y colonial 52
3. Patrimonio histórico del ferrocarril y del período republicano 52
4. Bienes muebles 53
5. Cultura viva de la región 53
6. Regadíos de árboles frutales 54
B. Integridad de los elementos de conservación 54
C. Amenazas sobre los elementos de conservación 56
D. Oportunidades y sus actores 58
E. Estrategias 59
F. Medidas de Éxito 60

IV. LITERATURA CITADA 62


ANEXOS 65

5
PRESENTACIÓN

La región semiárida del valle del Motagua se encuentra en el nororiente de Guatemala, en los
departamentos de El Progreso, Zacapa y Chiquimula, y contiene las zonas de vida monte espinoso
subtropical y bosque seco subtropical. A pesar de su escasa extensión (aprox. 200,000 ha.), es considerada
como una ecorregión, evidenciando su importancia y singularidad, y se le considera una de las áreas más
secas de Centroamérica. El valle del Motagua, rodeado por montañas que alcanzan los 3000 mSNM, tiene
una precipitación pluvial de aproximadamente 500 mm al año, mientras que las montañas circundantes
reciben hasta 3000 mm de precipitación anual. La Reserva de Biosfera Sierra de las Minas, al pie de la
cual se encuentra el valle del Motagua, es la principal barrera natural para la humedad proveniente del
Atlántico, provocando la extrema condición seca de la región.

El potencial agrícola de las tierras planas del valle del Motagua ha sido la causa de que la mayor parte de
dichas áreas hayan sido deforestadas y convertidas en campos agrícolas dedicados a la siembra de diversos
cultivos. Asimismo, la ganadería y la extracción selectiva de leña han provocado que las áreas de laderas
estén bastante degradas, siendo pocos los remanentes de vegetación natural en buen estado de
conservación. Por otro lado, la flora y fauna de esta región ha sido muy poco valorada, lo que resulta en
que, a pesar de su unicidad, apenas existan áreas protegidas destinadas a su conservación.

Debido a su biodiversidad, endemismos y grado de amenaza en que se encuentra la región, la Fundación


Defensores de la Naturaleza, con el apoyo de The Nature Conservancy (TNC) y el proyecto JADE de la
Cooperación Holandesa, ha emprendido acciones en pro de su conservación. Los primeros esfuerzos se
llevaron a cabo en 2003, cuando se realizó el primer plan de conservación de sitio (PCS) para el valle del
Motagua, y otra serie estudios sobre la importancia biológica y el estado de la cobertura vegetal en la
región, por parte de la Fundación Defensores de la Naturaleza y TNC (ver Valle et al. 1999 y Mayén
2002). Luego de mas de dos años de trabajo y de implementación de las principales estrategias
identificadas en el PCS del año 2003, surgió la necesidad de actualizar dicho Plan de Conservación, a la
luz de las lecciones aprendidas, del surgimiento de nueva información sobre la región y de la
identificación de nuevas necesidades de acción.

La actualización de este plan de conservación para la región semiárida del valle del Motagua, de donde
surge este documento, se realizó mediante un proceso participativo e interinstitucional, en donde se
integraron también acciones de protección para el patrimonio cultural de la zona. Este plan integrado del
patrimonio natural y cultural, pretende aprovechar las sinergias existentes entre ambos para aumentar el
apoyo institucional y local, la educación y la promoción del turismo sostenible. Aquí se pretende proveer
de los lineamientos necesarios para promover la conservación de los ecosistemas naturales de la región,
enfatizando en la declaratoria y fortalecimiento de áreas protegidas privadas y municipales, con el fin de
salvaguardar los mejores remanentes aún existentes. De igual manera, se pretende promover la valoración
y protección de los elementos culturales de conservación recientemente identificados.

Las instituciones involucradas en la elaboración del plan realmente esperamos que este esfuerzo
constituya un paso importante para la conservación de la biodiversidad y del patrimonio cultural de esta
importante región de Guatemala.

6
OBJETIVOS

Con el fin de ordenar las acciones necesarias para la conservación del patrimonio natural y cultural de la
región semiárida del valle del Motagua, se plantearon los siguientes objetivos para la elaboración del
presente plan de conservación.

Objetivo General
Proveer un marco sólido y estratégico que guíe y oriente las acciones necesarias para la conservación del
patrimonio natural y cultural de la región semiárida del valle del Motagua.

Objetivos Específicos
1. Seleccionar los elementos naturales y culturales prioritarios de conservación en la región, a partir de
los resultados de investigaciones anteriores y en curso.

2. Identificar y evaluar las amenazas más importantes que sufren los elementos de conservación en el
área, tanto de biodiversidad como del patrimonio cultural.

3. Determinar las estrategias más efectivas para la reducción de las amenazas más importantes a los
elementos de conservación naturales y culturales seleccionados.

4. Involucrar a las autoridades locales y departamentales, así como ONG´s, en la conservación y


desarrollo sostenible de la región

5. Conformar una Coalición Promotora de la conservación en la Región.

7
I. INTRODUCCIÓN

A. Generalidades

La región semiárida del valle del Motagua, a pesar de su escasa extensión, es considerada como una
ecorregión1 por su singularidad en la clasificación desarrollada por el Fondo Mundial para la Narturaleza
(Dinerstein et al. 1995). Esta región contiene dos zonas de vida, denominadas Monte Espinoso Subtropical
(me-S) y Bosque Seco Subtropical (bs-S), las cuales se encuentran escasamente representadas en el
Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP).

La región semiárida del valle del Motagua se identifica como una región muy calurosa, con poca lluvia, en
la que las tasas de evapotranspiración superan a las de precipitación pluvial (Ronquillo 1988). A pesar de
las condiciones climáticas prevalecientes en la región, sus características geográficas particulares, que
suponen condiciones de aislamiento, favorecen el endemismo y la especiación (Castañeda 1997). Sin
embargo, según Valle et al. (1999), esta región es más importante como corredor biológico, productor
estacional de alimento y como lugar de reproducción que como región de endemismo.

Los procesos geológicos han creado condiciones de aislamiento que han favorecido especialmente la
formación de nuevas especies vegetales, algunas con distribución restringida al valle del Motagua como es
el caso de algunas cactáceas, euforbiáceas y mimosáceas (Castañeda 1997; Valle et al. 1999; Morales,
2003).

La región semiárida del Motagua presenta de manera interesante en algunos grupos de vertebrados, mayor
diversidad de especies comparado con otros tipos de bosque, debido a las interacciones entre el bosque
ribereño y los bosques con adaptaciones a ambientes semiáridos (Valle et al. 1999). La diversidad de esta
región puede estar sostenida por la función de los bosques ribereños que aunque degradados, aún proveen
refugio, alimento y otros servicios a especies animales y vegetales que no tienen adaptaciones para
sobrevivir en ambientes semiáridos (Redford & Fonseca 1986). Algunas especies de mamíferos y aves,
no podrían estar presentes en el bosque seco – monte espinoso sin la presencia de los bosques ribereños
(Ibid.). Desde el bosque ribereño, muchas especies explotan los recursos del bosque seco y el monte
espinoso, los cuales generalmente tienen picos en abundancia altamente estacional (Marone 1992).

Por otro lado, las investigaciones realizadas en el área han identificado factores de degradación del
ecosistema, sobre todo en términos de disminución de la diversidad biológica y contaminación de ríos.
Otro elemento a considerar es la implementación de sistemas de monocultivo y la presión que la población
humana en situación de pobreza ejerce sobre la flora y la fauna (Valle et al. 1999).

La aplicación de la metodología de Plan de Conservación de Área (PCA), ha permitido la identificación y


revisión de los elementos prioritarios de conservación y la identificación de las acciones que deben ser

!"

8
emprendidas inmediatamente. Por otro lado, el ejercicio de aplicar ésta metodología para la región ha
permitido abordar esta iniciativa desde una perspectiva local y, en la medida de lo posible, coherente con
lo que ocurre en la realidad. El presente documento es producto de la revisión y actualización que se hizo
en 2005 del Plan de Conservación de Sitio (PCS) realizado en el año 2003. La ejecución de este plan está
siendo liderada por la Fundación Defensores de la Naturaleza, administradora de la Reserva de Biosfera
Sierra de las Minas, que protege los bosques de montaña adyacentes a la Región Semiárida del Valle del
Motagua.

B. Descripción del área de estudio

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+ 8 2!" Las características climáticas del Valle del Motagua están altamente influidas por la
sombra montañosa de la Sierra de las Minas y del Merendón que le circundan. La información climática
existente permite su designación como región semiárida ya que está ubicada en el rango de precipitación
pluvial (400 a 600 mm/año) que corresponde a estas regiones (Castañeda & Ayala 1996).

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Los suelos del área tienen su origen en tres grandes grupos: a) aluviones cuaternarios, b) rocas ultrabásicas
de edad desconocida, generalmente serpentinitas, y c) rocas volcánicas que incluyen colada de lava,
material lahárico y edificios volcánicos. La región presenta una diversidad de suelos en cuanto a textura,
estructura, profundidad y fertilidad ya que se encuentran suelos muy pobres y suelos con buenas
características físicas y químicas (Castañeda 1997).

9
Figura 1. Ubicación geográfica de la región semiárida del valle del Motagua

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Estudios recientes en el monte espinoso del valle del Motagua, han determinado la existencia de 107
familias y 598 especies de plantas, de las cuales 140 son árboles, 89 arbustos, 273 hierbas, 74 lianas, 12
epífitas, 4 parásitas y 3 especies de plantas acuáticas (Véliz et al. 2003). Según Véliz et al. (2003), las
familias más diversas del monte espinoso son Asteraceae y Euphorbiaceae con 46 especies cada una,
Fabaceae con 41, Poaceae con 39, Mimosaceae con 28, Caesalpiniaceae con 20, Convolvulaceae con 18 y
Boraginaceae, Cactaceae y Solanaceae con 15 especies cada una.

Los procesos geológicos han creado condiciones de aislamiento que han favorecido especialmente la
formación de nuevas especies vegetales, algunas con distribución restringida al valle del Motagua como es
el caso de algunas cactáceas, euforbiáceas y mimosáceas (Castañeda 1997; Valle et al.1999; Morales
2003). Sobresale en esta región, la presencia de Tillandsia xerographica, una bromelia endémica en
peligro de extinción, y las especies de cactus de los géneros Mammillaria y Melocactus, que al igual que
la T. xerographica, son extraídos para su comercio como especies ornamentales.

Entre las especies más comunes y que tipifican al monte espinoso de Guatemala se encuentran Guaiacum
coulteri, Caesalpinia velutina, Cassia emarginata, Cassia skinneri, Haematoxylon brasileto, Leucaena
collinsii, Ximenia americana, Bursera schlenthendali, B. graveolens, Acacia farnesiana, Prosopis
juliflora, Juliania adstringens, Stenocereus pruinosus, Pereskia lychnidiflora, Nopalea guatemalensis,
Pilosocereus leucocephala, Cordia dentata y Cordia truncatifolia (Véliz et al. 2003). Según Valle et al.
(1999), y Castañeda (1997), las especies dominantes en el dosel son las que se presentan en el Cuadro 1, a
continuación.

11
Cuadro 1: Especies dominantes en el estrato arbóreo del monte espinoso del valle del Motagua.
(*) Especies que ocurren con menor abundancia pero son indicadoras del estrato arbóreo (Valle et al.
1999; Castañeda 1997).

NOMBRE COMÚN NOMBRE CIENTÍFICO FAMILIA


Yaje Leucaena diversifolia (Schlecht) Benth
Zarza blanca Mimosa platycarpa Benth Mimosaceae
Mota pino Mimosa zacapana
Orotoguaje* Acacia deamii Breate y Rose
Brasil Haematoxylon brasiletto
Caesalpiniaceae
Flor amarilla* Cassia skinneri
Guayacán Guaiacum sanctum L. Zigophylaceae
Caraño Juliana adstringens Julianiaceae
Pata de macho* Bumelia obtusifolia Sapotaceae
Roble Bucida macrostachya Standl Combretaceae

Existe también en el bosque seco y muy seco, una amplia diversidad de especies arbóreas y arbustivas
importantes para los habitantes, en tanto la utilizan como leña, madera para pequeña y mediana industria o
artesanía y como fuente de plantas medicinales, alimento y ornamentales (Castañeda 2004). Las
principales especies para desarrollar cobertura en el monte espinoso, reconociendo las limitaciones
forestales de la zona, son el Ceibillo (Ceiba aesculifolia), Orotoguaje (Acacia deamii), Yaje (Leucaena
diversifolia), Aripín (Caesalpinia velutina), Roble de montaña (Bucida macrostachya) (Nuñez 1990),
Jiote (Bursera simarouba), Caraño (Juliana adstingens) y Guayacán (Guaiacum sanctum), entre otras
(Castañeda 2004). El barreto (Plocosperma buxifolium) y el Motapino (Mimosa zacapana), ésta última
endémica en el monte espinoso, se consideran especies que también tienen potencial como ornamentales
(Castañeda 2004).

El monte espinoso y bosque seco provee de bienes y servicios como la leña y la madera rolliza para
construcción de viviendas. Dentro de las especies vegetales más utilizadas para leña, madera rolliza y
forraje están: Yaje (Leucaena diversifolia), Guayacán (Guaiacum sanctum), Orotoguaje (Acacia deamii) y
Zarza (Mimosa platycarpa) (Castañeda 1997).

En el valle del Motagua se producen y colectan del medio natural especies utilizadas como alimento,
siendo las más importantes el orégano (Lippia graveolens), colectado del medio silvestre, y las
plantaciones de loroco, chiltepe, jocote de mico y yuca, entre otras. Por otra parte, existen algunas
especies propias de la región con buen potencial en el comercio de plantas ornamentales (si se hace de
forma sostenible), como los cactus de los géneros Melocactus y Mammillaria.

La descripción de la vegetación basada en sus usos actuales y potenciales (Castañeda 1997), supone un
recurso importante en términos de la estructuración de esfuerzos de conservación ya que la lógica de uso y
extracción puede implicar amenazas importantes. Esta información sobre las especies útiles identificadas
se presenta en el Anexo 1A (ver también Pöll 2004).

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12
El establecimiento de huertos familiares supone un vínculo entre los seres humanos y la naturaleza de
especial interés en la región. Aún cuando el objetivo de los agricultores es obtener productos y
consumirlos o comercializarlos, existe la noción cíclica del mundo natural y por lo tanto la preocupación
por conservar, sobre todo, aquellas especies consideradas como más valiosas.

Para esta región se han reportado 276 diferentes especies vegetales y cultivares distribuidos en 85 familias
botánicas (Leiva et al. 2000). El 52% de esta diversidad botánica es nativa del ecosistema natural
circundante o de otras regiones del país (Leiva et al. 2000). Las especies vegetales nativas que se
encuentran en estos huertos corresponden al 37% de las especies de la vegetación natural de la región
(Leiva et al. 2000). El tema de los huertos familiares se aborda más extensamente en la sección de
Resultados del Plan de Conservación del Patrimonio Cultural, ya que éste se ha identificado como un
elemento de conservación de éste tipo, por la tradición oral que implica.

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Cuadro 2: Cobertura y uso de la tierra en la región semiárida del valle del Motagua
CATEGORÍA SUPERFICIE (Ha) %
Monte espinoso-bosque seco 100,206 56
Agricultura bajo riego 1,860 1
Tierra agrícola preparada 14,261 8
Pastos naturales 40,849 22.9
Huertos frutícolas 8,687 4.8
Áreas expuestas 9,508 5.3
Centros urbanos 904 .5
Cuerpos de agua 2,304 1.3

Aunque el porcentaje con cobertura de monte espinoso y bosque seco podría parecer relativamente
elevado, se debe tomar en cuenta que mucha de la región ha sido sometida a pastoreo y extracción de leña,
madera, cactáceas y tillandsias, por lo que la mayor parte de la vegetación se encuentra bastante
degradada. Las áreas mejor conservadas han sido analizadas por Valle et al. (1999) y por Mayén (2002)
para el norte del valle de Motagua, y para toda la región en los talleres de los Planes de Conservación
(FDN & TNC 2003 y este documento). A partir de la información generada por estos estudios y del mayor
conocimiento del área que se tiene ahora, se han identificado cuatro bloques prioritarios para la
conservación del monte espinoso y bosque seco del valle del Motagua, que se presentan en la sección
III.A.1.

7. Fauna. La región semiárida del valle del Motagua presenta en algunos grupos de vertebrados, mayor
diversidad de especies comparado con otros tipos de bosque, debido a las interacciones entre el bosque
ribereño y los bosques con adaptaciones a ambientes semiáridos (FDN & TNC 2003). La diversidad de
esta región puede estar sostenida por la función de los bosques ribereños que aunque degradados, aún
proveen refugio, alimento y otros servicios a especies animales y vegetales que no tienen adaptaciones

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para sobrevivir en ambientes semiáridos (FDN & TNC 2003). Algunas especies de mamíferos y aves no
podrían estar presentes en el bosque seco y monte espinoso sin la presencia de los bosques ribereños, ya
que desde aquí, muchas especies explotan los recursos de los bosques semiáridos aledaños (Redford &
Fonseca 1986; Marone 1992 en: FDN & TNC 2003).

Para la región semiárida del valle del Motagua, se reportan 48 especies de mamíferos y 101especies de
aves (Valle et al.1999; Valle 1999; Pérez 1999), algunas de las cuales hacen uso del bosque de galería
para proveerse de sitios de reproducción y alimento (FDN & TNC 2003). En cuanto a las aves, las
familias Columbidae, Tyrannidae, Icteridade y Fringilidae, son suficientemente abundantes como para ser
consideras características de la región (Land 1970). Vale la pena mencionar también que este valle es el
único sitio donde se localiza al Momotus mexicanus en Centroamérica (Russet Crowned Motmot), y que a
esta especie podría considerársele, entre otras, como indicadora de buena calidad de hábitat. Sin embargo,
los estudios de aves realizados en esta zona recientemente (Pérez 2003b; Nájera 2004) y el monitoreo
biológico del año 2006, muestran que la mayoría de especies de aves registradas en el valle son
generalistas y poco sensibles a la perturbación del hábitat.

Algunas de las especies de mamíferos amenazadas en la región son los murciélagos Pteronotus dhabi,
P. parnelli y Leptonycteris curasoae; el armadillo (Dasypus novemcinctus), que corre peligro a
consecuencia de la cacería, los zorrillos (Conepatus semistriatus, Mephitis macroura) por su uso
medicinal, el cacomiztle o micoleón (Bassariscus sumicharsti) y el tacuazín de agua (Chironecetes
minumus) por el avance de la frontera agrícola (Valle et al. 1999).

Por otro lado, se han reportado 16 especies de anfibios y 54 de reptiles (Acevedo 2004). En cuanto a
endemismos en anfibios, se tiene la rana Craugastor [Eleutherodactylus] inachus, que fue recientemente
descrita (Campbell & Savage 2000), y la salamandra Oedipina taylori también endémica regional
(Acevedo 2004). Dentro de los reptiles, sobresale la presencia del Escorpión Heloderma horridum
charlesbogerti, subespecie endémica del valle del Motagua, que se encuentra en grave peligro de
extinción. Estudios recientes de esta especie, (Masaya 2005; Ariano 2003), reportan que en el más
optimista de los casos, el estimado de la población de H. horridum charlesbogerti es de alrededor de 200
individuos (Ariano y Masaya 2005b).

A pesar de que el monte espinoso y bosque seco albergan varias especies endémicas y vulnerables de flora
y de fauna, estas zonas de vida se encuentran muy amenazadas por el avance de la frontera agrícola y
apenas representadas en el Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas, por lo que se hace más urgente el
emprender acciones que aseguren su protección y permanencia a largo plazo.

8. Los bosques secos como corredor biológico. Los valles secos intermontanos, como el valle del
Motagua, comparten entre sí una serie de características que los distinguen de otros ecosistemas. Entre
estas, podemos mencionar las altas temperaturas y las bajas precipitaciones anuales, además de que se
encuentran ubicados a sotavento de las principales cadenas montañosas de Guatemala (Stuart 1954, De la
Cruz 1982).

Varios estudios han propuesto la existencia de un corredor seco que conecta los bosques secos del istmo
de Tehunatepec y los bosques secos de Centro América nuclear. Estos sistemas de valles intermontanos
conforman una continuación de la depresión central de Chiapas (Stuart 1954). En Guatemala, los valles
secos intermontanos constituyen tres sistemas independientes ubicados de la siguiente manera: El valle de
Nentón y el de Cuilco, ubicados en el nor-occidente del país, el sistema Salamá-Chixoy al sur de la Sierra
de Chamá y el Valle del Motagua, al sur de la Sierra de las Minas (Cajas 2005, Stuart 1954).

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Las condiciones descritas han permitido que para algunos grupos de la biota estas condiciones hayan
propiciado suficiente aislamiento para que en ellos existan centros importantes de endemismo como es el
caso de algunos grupos de insectos (Monroy y Marroquín 2001). Por otro lado, estas pequeñas extensiones
montañosas que separan los valles, poseen zonas en las cuales se forman depresiones lo suficientemente
bajas como para que exista conectividad entre ellas, lo que permite que estos valles independientes
funcionen como un corredor para grupos bióticos como reptiles (Campbell & Vannini 1989, Stuart 1954),
aves (Valdez y Marroquín 2000), y algunos murciélagos como Leptonycteris curasoae y Choeronycteris
mexicana (Arita y Wilson 1987, Wilkinson y Fleming 1996, Arita y Santos del Prado 1999, Ibarra et al.
2003). Recientemente se ha estudiado la conectividad que los bosques secos de Guatemala (Nentón,
Cuilco, Salamá y Motagua) tienen entre sí para el grupo de los murciélagos (Cajas 2005), y se ha
observado que los valles secos de Cuilco, Salamá y Motagua pueden constituir parte del corredor
migratorio de Leptonycteris curasoae debido a la abundancia de cactus columnares en éstos (nectarívoro
con afinidad a estos cactus).

Se ha propuesto que durante diversas épocas este corredor fue utilizado como ruta de dispersión para
numerosos reptiles y anfibios, que ingresaron provenientes de la franja de la costa sur hacia el valle del
Motagua.

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(FDN & TNC 2003).

Existen muchos aspectos que conducen hacia la formación de nuevas especies, como el aislamiento,
condiciones climáticas y edáficas adversas, mutaciones e hibridizaciones. Algunos de estos eventos
evidentes en el valle del Motagua son (FDN & TNC 2003):

• Las glaciaciones (eras de hielo y calor) provocaban movimientos altitudinales que propiciaban la
mezcla de genes y el inicio en los procesos de especiación probablemente muy afectados con la
última glaciación del Pleistoceno (Coates 1997).
• Su ubicación entre dos sistemas montañosos (Sierra de las Minas y Sierra del Merendón), aísla
esta porción de suelo respecto de los bosques secos del altiplano y oriente del país.
• La orientación de los sistemas montañosos este – suroeste, bloquea los vientos húmedos
provenientes del océano Atlántico, creando condiciones de sombra de lluvia en el norte de Sierra
de las Minas y poca precipitación en el valle del Motagua, llevándolo a condiciones semiáridas
(CECON2 1993).

Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, resulta que el grupo de plantas con mayor número de
especies endémicas son los cactus, seguidos por las familias Bromeliaceae y Mimosaceae (Cuadro 3),
aunque también existen otras familias con especies endémicas (Ver Valle et al. 1999; Véliz et al. 2003).
Tillandsia xerographica es una bromelia amenazada (Apéndice I de CITES3 ) que sigue siendo muy
apetecida como planta ornamental en el mercado de exportación. Por otra parte, algunas cactáceas, aunque
no necesariamente endémicas, también se encuentran amenazadas porque han sido removidas para dar
paso a otro tipo de uso del suelo, o porque se utilizan como especies ornamentales (especialmente las de
los géneros Melocactus y Mammillaria).
2
Centro de Estudios Conservacionistas
= + $ @ + ' "

15
Cuadro 3: Especies y subespecies de flora y fauna con algún nivel de endemismo en el valle del Motagua
(Valle et al. 1999; Véliz et al. 2003; Molina et al. 2004).

Familia Especie Nombre común Nivel de endemismo

Nyctocereus guatemalensis Nacional

Myrtillocactus eichlami Nacional


Cactaceae

FLORA Cephalocereus maxonii Cabeza de viejo Guatemala, Honduras


Nopalea guatemalensis Tuno Nacional
Mimosaceae Mimosa zacapana Valle del Motagua
Gallito Guatemala, El
Bromeliaceae Tillandsia xerographica
Salvador
Iguanidade Ctenosauria palearis Garrobo Valle del Motagua
Subespecie del valle
Helodermatidae Heloderma horridum charlesbogerti Escorpión
FAUNA del Motagua

Icteridae Icterus pustulatus alticola Chorcha Valle del Motagua

En cuanto a la fauna, el escorpión, Heloderma horridum charlesbogerti, es una subespecie de distribución


restringida al Valle del Motagua. Este reptil presenta de manera natural bajos números de individuos, sin
embargo, debido a la presión de cacería y captura que recibe, en la actualidad es una especie
extremadamente rara de observar y en grave peligro de extinción (Apéndice I de CITES). Parte de la
cacería que sufre esta especie ocurre por el miedo que se le tiene a su veneno y la venta de especimenes a
coleccionistas privados o científicos.

Debido a la demostrada importancia de la flora y fauna de la región y las amenazas que se ciernen sobre
su conservación, es que la Fundación Defensores de la Naturaleza, con el apoyo técnico de The Nature
Conservancy, emprendió la tarea de formular conjunta y participativamente este Plan de Conservación.

16
4

El proceso y resultados del Plan de Conservación de la Región Semiárida del Motagua se fundamentaron
en el uso de la metodología denominada Planificación para la Conservación de Áreas (PCA) de The
Nature Conservancy. Este es un proceso de planificación estratégica que parte de una revisión exhaustiva
y analítica de la información ecológica y social disponible sobre el área de planificación.

La metodología se basa la selección de los elementos de conservación existentes en el área de


planificación. Para estos elementos se hace un análisis de viabilidad y luego se analizan y priorizan sus
amenazas principales y se identifican sus oportunidades. Para conocer el contexto social en el que
ocurren las amenazas y oportunidades de los elementos de conservación, se realiza un análisis de actores.
El siguiente paso es la definición de estrategias efectivas para la reducción de amenazas y
potencialización de las oportunidades, y el último paso consiste en definir indicadores para la medición
del éxito de las estrategias que se desarrollan. En la Figura 2, se muestra un esquema del proceso seguido.

(1)
Elementos de
conservación (2)
Presiones (3)
Fuentes de
Presión
(4)
Actores
(5)
Estrategias
(6)
Medidas de Exito

Figura 2: Marco conceptual y metodológico de Planificación para la Conservación de Áreas.

Esta metodología se presenta en más detalle en el documento “Planificación para la Conservación de


Sitios” de The Nature Conservancy (TNC 1999, 2000). Para facilitar el ingreso de información, así como
la priorización en la Planificación para la Conservación de Áreas, se utilizó la hoja de trabajo en Excel,
modificada por The Nature Conservancy y denominada “Site Conservation/ Measure of Conservation
Success Workbook©” (TNC 2000). El proceso de estudio y planificación para la conservación de la
Región Semiárida del Valle del Motagua, emprendido por Defensores de la Naturaleza, comprendió, tanto
para los elementos naturales como culturales, los siguientes pasos:

A. Recopilación de información

Se tomó como base el Plan de Conservación de Sitio o PCS (FDN & TNC 2003), para el cual ya se
habían realizado investigaciones orientadas a la conservación de la región desde años anteriores, siendo
estas:

17
Selección y caracterización de las áreas con mejor cobertura y potencial para ser declaradas
como áreas protegidas en la región al norte del río Motagua, realizadas entre 1999 y 2000
(Mayén 2002).
Evaluación Ecológica Rápida, realizada por un equipo de científicos en la región norte del río
Motagua en el año 2,000 (Valle et al. 1999).
Análisis de la Cobertura Vegetal de la Región Semiárida del Valle del Motagua, la cual se
realizó en el primer semestre del año 2002, basándose en imágenes de satélite de principios
del 2001.
En julio de 2004 se realizó el Seminario de Investigaciones para la Conservación de la Región
Semiárida del Valle del Motagua, en donde se recopilaron varios estudios realizados en ésta
área en los temas de Flora, Fauna, Arqueología, Historia y Conservación (FDN & TNC 2004).

Así mismo, la experiencia y lecciones aprendidas en tres años de ejecución de las principales
estrategias del anterior Plan de Conservación, también fueron un insumo importante en esta fase de
recopilación de información.

B. Realización de talleres para la actualización del Plan de Conservación

1. 1er. Taller de Planificación para la Conservación de la Región Semiárida del Valle del Motagua,
realizado en Santa Cruz, Río Hondo, Zacapa, del 28 al 29 de abril del 2005, donde se identificaron
los elementos culturales de conservación, su estado, viabilidad, amenazas y oportunidades.

2. 2do. Taller de Planificación, en Santa Cruz, Río Hondo, Zacapa, los días 11 y 12 de mayo del
2005, donde se revisaron los elementos naturales de conservación de la región, se analizaron las
amenazas y oportunidades de dichos elementos y se identificaron las estrategias necesarias para su
conservación.

3. 3er. Taller de Planificación en las oficinas de la Fundación Defensores de la Naturaleza, ciudad de


Guatemala, el lunes 27 de junio de 2005, donde se realizó una priorización de las estrategias.

4. 4to. Taller de Planificación realizado en Santa Cruz, Río Hondo, Zacapa, el 27 y 28 de Julio de
2005, en el que se presentaron y validaron los resultados del Plan de Conservación de la región
semiárida del valle del Motagua tanto para el Patrimonio Natural como Cultural. A esta
presentación asistieron 25 personas para la validación del PCA Natural y 22 personas para el PCA
Cultural, de instituciones de gobierno, industria, comités civiles y asociaciones culturales de
varios municipios de la región. A raíz de estas presentaciones se conformó la Alianza para la
Conservación de la Región Semiárida del Valle del Motagua, que continúa reuniéndose
periódicamente.

En los talleres de planificación de este documento participaron más de 40 personas de 31 instituciones


gubernamentales y municipales, ONG’s, comités locales de turismo y cultura, el sector privado y
entidades académicas, siendo notoria la presencia de DIPRONA, CONAP, MARN, IDAEH, INAB4 y
representantes de las municipalidades de Zacapa, Río Hondo, Huité, Teculután, Cabañas, El Jícaro,
San Agustín Acasaguastlán y Guastatoya.

4
División de Protección a la Naturaleza de la Policía Nacional Civil, Consejo Nacional de Áreas Protegidas, Ministerio de Ambiente y Recursos
Naturales, Instituto de Antropología e Historia, Instituto Nacional de Bosques.

18
C. Realización del Plan de Conservación de Heloderma y revisión de estrategias de Tillandsia
xerographica

1. El 7 y 8 de Noviembre de 2005 se llevó a cabo el taller para la realización del Plan de


Conservación del Heloderma horridum charlesbogerti (Zootropic & TNC 2006) en Santa Cruz,
Río Hondo, Zacapa. Este taller fue organizado por Zootropic y The Nature Conservancy, y
participaron expertos nacionales e internacionales en esta especie. Este plan presenta las
estrategias para la conservación in situ y ex situ del Heloderma, y la información más relevante de
este documento se ha tomado en cuenta para el presente PCA.

2. De igual manera, el día 7 de abril de 2006 se llevó a cabo el taller para la revisión del estado,
viabilidad y estrategias para la conservación de la Tillandsia xerographica, otro de los elementos
de conservación para el valle del Motagua. La información recabada en ese taller también se ha
incluido en el presente documento.

El proceso que se llevó a cabo para la realización de éste documento, se resume en la Figura 3, a
continuación.

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Figura 3. Proceso para la elaboración del presente plan de conservación.

19
A. Elementos Naturales de Conservación

Las consideraciones y revisiones sobre los elementos de conservación fueron hechas con base en el
conocimiento de los expertos invitados a participar en el proceso. Estos aportes han permitido identificar
los elementos naturales que suponen los esfuerzos de conservación más urgentes tanto por su singularidad
biológica como por el grado de amenaza que enfrentan. Los elementos de conservación identificados son
los siguientes (Ver Figura 5, páginas centrales):

1. Monte espinoso y bosque seco


2. Bosques ribereños
3. Sistema Fluvial
4. Tillandsias y cactáceas amenazadas por extracción
5. Heloderma horridum charlesbogerti

Luego de definir los elementos se desarrolló un ejercicio de análisis para determinar su viabilidad o
estado de conservación. Los resultados de este análisis se presentan a continuación para cada elemento.

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La importancia de este elemento de conservación está asociada a su valor en términos de singularidad,


sus especies endémicas, la existencia de especies con potencial de uso sostenible y su potencial como
destino para el turismo científico y ecoturismo.

Para concentrar los esfuerzos de conservación en los sitios mejor conservados, se tomó en cuenta el grado
de fragmentación de hábitat de la región y la experiencia de dos años de trabajo en campo. Las cuatro
áreas identificadas como de mayor prioridad son las siguientes (ver mapa en Figura 4 páginas centrales):

• El Jícaro y Cabañas, incluyendo los bosques de El Arenal y de El Rosario. Estos sitios contienen
posiblemente los bosques mejor conservados de la región, así como la población mayor conocida
de de Heloderma horridum charlesbogerti.
• Zona de Monte Grande (Teculután), a Panaluya (Río Hondo), que se encuentra en buen estado
de conservación y en muchas partes mantiene conectividad con la Reserva de Biosfera Sierra de
las Minas.
• Manzanotal (San Cristóbal Acasaguastlán), Huyús y Huijó (Usumatlán).
• Áreas aledañas al camino antiguo que conduce de Zacapa a Gualán. (El Guayabo-Río San Pablo,
Río Zacapa).

20
Además de los cuatro bloques prioritarios, también se han identificado otras áreas de importancia:
• Parte baja de la Cuenca del Río Santiago, Gualán
• Tulumaje, Municipio de San Agustín Acasaguatlán.
• Palo Amontonado y Piedra Parada, en Guastatoya
• Cerro la Pigua, en los municipios de Huité y Zacapa, que contiene un remanente bien conservado
de monte espinoso de la región.

2. Bosques ribereños. Los bosques ribereños son asociaciones vegetales edáficas contiguas a cuerpos de
agua, donde la humedad prevaleciente favorece el establecimiento de especies distinguibles de su entorno
natural, sobre todo en ambientes áridos y semiáridos (Bennett 1999). Su importancia radica en su función
como corredor biológico, fuente de alimento estacional, reserva de agua y sitio de reproducción. Los ríos y
el bosque ribereño se presentan como los corredores naturales más diversos y dinámicos, así como los de
composición biofísica más diversa. Representan por esta razón, el marco para comprender la organización,
diversidad y dinámica de las comunidades biológicas asociadas a los sistemas fluviales. Desde el punto de
vista regional, mantienen procesos biológicos y conectan poblaciones entre varios tipos de vegetación, a
través del gradiente altitudinal (Naiman et al. 1993; Bennett 1999).

Para la región semiárida del valle del Motagua este elemento corresponde a los bosques que se extienden a
lo largo de las corrientes de agua. Su importancia radica en la cantidad de especies que por el transitan y
que utilizan este ecosistema como fuente de alimento, refugio o medio para acceder a los recursos del
monte espinoso y bosque seco. Los vertebrados e invertebrados que habitan el bosque ribereño del bosque
seco y monte espinoso, utilizan la vegetación ribereña como refugio para evitar horas pico de calor, así
como refugio estacional para el caso de especies migratorias altitudinales que usan estas comunidades
vegetales como corredor biológico (FDN & TNC 2003; Valle et al. 1999). Las especies típicas de estas
asociaciones son árboles propios de ecosistemas más húmedos, que alcanzan grandes tallas, como cedro y
chicozapote. Sin embargo, los bosques ribereños de la región han sido alterados por su conversión a
huertos frutales, donde predominan especies como aguacate, zapotes, cítricos, mango y pacayas.

Recientemente se realizó un sondeo (Bustamante 2006) sobre los posibles bosques ribereños que se
encuentran mejor conservados y con cobertura continua, de tal manera que pudieran servir como corredor
entre la Reserva de biosfera Sierra de las Minas (RBSM) y la Región Semiárida del Valle del Motagua
(RSAVM). Este sondeo preliminar sugiere que los bosques ribereños de los siguientes ríos son los que se
encuentran en mejor estado de conservación: Río Huyús, Usumatlán, Zacapa y Río Pasabién, Río Hondo,
Zacapa

En el plan de conservación realizado en 2003, se tenía como elemento de conservación a las especies
migratorias altitudinales. Sin embargo, para el presente documento, éstas especies se han incluido dentro
del elemento de conservación bosques de galería porque se considera que es a través de éstos, que las
especies migratorias se mueven entre la sierra y el valle. No obstante, aún hace falta realizar mucha
investigación para conocer realmente los patrones de movimiento de los diferentes grupos que realizan
migraciones altitudinales, así como la estacionalidad y disponibilidad de alimento que posiblemente
favorecen estos procesos.

3. Sistemas fluviales. Las corrientes de agua han sido consideradas como prioritarias en la región
considerando la vida que albergan y su función en el ecosistema. Los sistemas fluviales suponen el hábitat
para un alto número de especies acuáticas y posee diversos usos, tales como agua potable, saneamiento
(sistemas de drenaje, letrinización), agricultura (riego), energía (hidroeléctricas), industria (bebidas),

21
pesca, turismo y otros. La conciencia sobre la problemática del agua en términos de escasez y calidad ha
ido en aumento en la población. Existe mayor demanda del recurso hídrico por razones demográficas y la
calidad ha ido en detrimento debido a su mal manejo. Además, su distribución y acceso presenta serias
limitaciones (Nuñez 2004). En tal sentido y tomando en cuenta la importancia del recurso, la Fundación
Defensores de la Naturaleza ha iniciado un proyecto denominado Fondo del Agua que busca mecanismos
que contribuyan a la conservación y manejo del recurso hídrico, y a minimizar los actuales problemas
(Nuñez 2004). Debido a que la mayoría de los ríos que abastecen de agua al Valle del Motagua nacen en
el bosque nuboso de la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas, varias iniciativas del Fondo del Agua se
están desarrollando con los usuarios del agua en el Valle del Motagua, a manera de establecer mecanismos
donde los beneficiarios de este servicio ambiental, el recurso hídrico, contribuyan a cubrir los costos de
conservación de los mismos.

4. Tillandsias y cactáceas amenazadas por extracción selectiva. Existen diferentes condiciones en el


área que ponen en peligro la viabilidad de algunas especies vegetales, siendo la más importante la
extracción ilegal de bromelias y cactáceas, con fines comerciales y para uso ornamental. Esta
consideración ha sido suficiente para decidir la formulación de este grupo de especies como un elemento
de conservación en sí mismo, lo cual permite definir estrategias más específicas para su conservación. Las
especies contempladas para este elemento son los cactus de los géneros Mammillaria y Melocactus y la
bromelia Tillandsia xerographica, que ha sido ampliamente comercializada como planta ornamental.

Tillandsia xerographica se distribuye entre 200-600 mSNM en México, Guatemala y El Salvador


(Lukscheiterovi & Lukscheiterovi 2001, Schurmann et al. 2004), pero las poblaciones de El Salvador y
Guatemala se encuentran extremadamente diezmadas por extracción (Schurmann et al. 2004). Esta
especie ha sido explotada en el país, junto a otras plantas del mismo género, desde más o menos 1960
(Illescas 2006). Al inicio, esta planta fue exportada sin ningún tipo de manejo, pero su comercio no era tan
intenso como lo es en la actualidad (Illescas 2006). Su crecimiento lento y la poca atención que requiere la
hace sumamente atractiva, y por esta razón su comercio se ha incrementado de tal forma que la ha llevado
a la situación crítica en que se encuentra (Illescas 2006). T. xerographica se encuentra protegida
actualmente por el CONAP en CITES II (Resolución No. ALC/043-99) y Lista Roja (Resolución No.
ALC 028/2001).

La legislación de Guatemala establece que las especies protegidas deberán ser comercializadas
únicamente reproducidas por medios controlados a través de empresas debidamente registradas en el
sistema. Basados en estas directrices, se han registrado varios viveros que se dedican al cultivo de T.
xerographica y otras especies del mismo género. Sin embargo, Illescas (2006) recomienda que las
autoridades CITES realicen inspecciones constantes de viveros y embarques de esta planta, para evitar su
comercio ilegal, así como el establecimiento y cumplimiento de las sanciones más fuertes para los
infractores.

5. Heloderma horridum charlesbogerti. El lagarto escorpión, Heloderma horridum charlesbogerti


Campbell y Vannini (1989), es una subespecie de lagarto endémico de Guatemala, que esta en grave
peligro de extinción, y su distribución se restringe a las partes semiáridas del valle del río Motagua
(Ariano y Masaya 2005b). Pertenece a la familia Helodermatidae – con un solo género- y es la única
familia de saurios que poseen glándulas productoras de veneno con estructura dentaria adaptada para la
inoculación (Ramírez y Guichar 1989). La distribución del Heloderma se ha reducido drásticamente
durante los últimos años, de manera que solo quedan algunas poblaciones restringidas a las partes
montañosas de los municipios de Cabañas, Huité, Gualán y San Diego en el departamento de Zacapa y El
Jícaro en el departamento de El Progreso (Ariano y Masaya 2005b). Este animal recorre distancias de
hasta 2km por día durante su período de mayor actividad y cada espécimen habita territorios de cerca de

22
181 hectáreas. Tomando en cuenta la escasa cobertura boscosa que existe en la región semiárida del valle
del Motagua y la extensión de territorio mínimo que estos animales necesitan para sobrevivir, se estima
que quedan únicamente alrededor de 200 ejemplares de Heloderma en vida silvestre, lo que la sitúa como
la especie en mayor peligro de extinción del país (Ariano y Masaya 2005b).

B. Viabilidad de los Elementos de Conservación

El análisis de viabilidad para los elementos seleccionados es el resultado de evaluar la cantidad, calidad y
las relaciones o procesos ecológicos de cada elemento. Los argumentos empleados en la discusión han
contribuido a caracterizar las condiciones del sitio, cuyos resultados se muestran en el Cuadro 4, a
continuación.

Cuadro 4: Resumen del análisis de viabilidad de los elementos de conservación


Valor jerárquico
Elementos de conservación Contexto paisajístico Condición Tamaño
de viabilidad
Monte espinoso-bosque seco Pobre Bueno Bueno Regular
Bosques de galería - - Regular Regular
Sistema fluvial Regular Regular - Regular

Tillandsias y cactáceas amenazadas


Bueno Regular Regular Regular
por extracción selectiva

Heloderma horridum charlesbogerti Regular Bueno Pobre Pobre


Calificación global de la salud del
Regular
ecosistema

Como puede observarse, todos los elementos a excepción del Heloderma, tienen una calificación global de
regular. Sin embargo, los elementos de conservación Bosques de galería y Sistema Fluvial, no pudieron
ser calificados en todos los criterios debido a que no se tiene suficiente conocimiento de su estado actual.
Una condición regular de viabilidad, indica que los elementos de conservación, aunque no están en buen
estado, aún no han alcanzado niveles irrecuperables, y por tanto existe oportunidad para la
implementación de acciones para su conservación. El Heloderma, por el contrario, presenta un valor de
viabilidad pobre. Esto significa que los factores ecológicos clave que favorecen su sobrevivencia están
afuera de su rango normal de variación, y que si permanecen así por un largo período de tiempo, es muy
probable que esta subespecie se extinga y que su recuperación o restauración sea prácticamente imposible.

C. Amenazas sobre los Elementos de Conservación

La identificación de amenazas se basa en la identificación de las presiones y fuentes de presión. Las


presiones se refieren a los daños o degradación de los factores clave del elemento de conservación, que
origina la reducción de su viabilidad. Las fuentes de presión se refieren a los usos incompatibles de la
tierra, agua y recursos naturales que dan origen a las presiones. El análisis se hace en base a la severidad y
al alcance de las presiones y la contribución e irreversibilidad de las fuentes de presión. Un resumen de las
presiones a las que se ven sometidos los elementos naturales se resume en el cuadro 5.

23
Cuadro 5. Resumen de presiones identificadas para los elementos de conservación

Presiones (atributos ecológicos clave Tillandsias y


alterados) para los elementos de Monte espinoso- Bosques de Sistema cactáceas H. horridum
conservación bosque seco galería fluvial amenazadas charlesbogerti
Alteración en la composición y
1 Alto - Alto - -
estructura
2 Alteración físico-química - - Alto - -
Destrucción o pérdida del hábitat
3 Medio Medio - - -
físico

4 Desviación del agua del cauce original - Alto - - -

5 Disminución de poblaciones - - - Alto Muy Alto


6 Fragmentación de hábitat Alto - - - -
7 Perturbación de hábitat Medio Medio Alto - -
8 Régimen hidrológico alterado - - Alto - -

Luego de procesar la información recabada sobre las presiones y fuentes de presión, se observa que las
principales amenazas (calificadas como muy altas, altas o medias) para los elementos de conservación son
10, siendo la más grave las prácticas agrícolas incompatibles con la conservación, ya que afecta
significativamente a la mayoría de los elementos de conservación. En el cuadro 6, se muestra un resumen
de las amenazas para los elementos de conservación.

Cuadro 6: Amenazas principales a los elementos naturales de conservación


Valor
Monte Tillandsias y Heloderma jerárquico
espinoso- Bosques Sistema cactáceas horridum global de
AMENAZAS bosque seco de galería fluvial amenazadas charlesbogerti amenaza
Prácticas agrícolas incompatibles con
1 la conservación Alto Medio Muy Alto - Muy Alto Muy Alto
Desarrollo hidroeléctrico mal
2 planificado - Alto Muy Alto - - Alto
3 Prácticas forestales incompatibles - Bajo Muy Alto - - Alto
Eliminación física de Heloderma por
4 temor o ignorancia - - - - Muy Alto Alto
5 Extracción ilegal de Heloderma - - - - Alto Alto
Extracción selectiva de productos
6 forestales no maderables Medio - - Alto - Medio
7 Descarga de aguas servidas - - Alto - - Medio
8 Ganadería Medio Medio Medio - - Medio
9 Desarrollo de infraestructura vial Medio - Medio - - Medio
10 Urbanización Medio Medio - - - Medio
Estado de amenaza para objetos de
conservación Alto Medio Muy Alto Medio Muy Alto Muy Alto

24
A continuación, se hace una breve descripción y comentarios de las amenazas identificadas como muy
altas, altas y medias, que son las consideradas como prioritarias para elaboración de estrategias y toma de
acción.

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Los sistemas agrícolas predominantes son la agricultura intensiva en las áreas planas (cultivos de melón,
mango, limón, sandía, uva, y en el pasado, tabaco) y agricultura de subsistencia (maíz-sorgo-frijol) en
laderas. Actualmente la agricultura y la ganadería, con una extensión de 60,000 ha, representan el 30% del
uso de la tierra en la región. Debido a que esta amenaza afecta severamente todos los elementos de
conservación de la región, resultó como la principal.

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El desarrollo hidroeléctrico amenaza dos elementos de conservación: los bosques ribereños y los sistemas
fluviales. Los efectos inmediatos en reducción de poblaciones pueden observarse en las especies de
vertebrados e invertebrados que pasan una etapa de desarrollo obligatorio en el agua como anfibios e
insectos acuáticos (Pérez 2003a). A mediano plazo, el bosque ribereño puede ir cambiando en estructura y
composición de especies y probablemente tienda a ser más parecido a quebradas intermitentes de primer
orden que solo contienen agua durante el invierno, es decir, pueden contener poblaciones reducidas de
anfibios e insectos pero en menor número (Pérez 2003a). Por otra parte, los efectos en la parte baja con
flujos discontinuos, puede afectar la estructura y composición del bosque ribereño que, en el caso del
bosque seco y monte espinoso es un componente limitante para la supervivencia de especies de
vertebrados con pocas adaptaciones a sobrevivir en ambientes semiáridos, como algunas especies de
mamíferos y de aves (Pérez 2003a).

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5. Extracción ilegal de Heloderma. Presenta una calificación de alto por estar fuertemente
amenazando a la especie. El impacto más evidente es la extracción de animales vivos del medio silvestre
los cuales se venden a coleccionistas privados, zoológicos y taxónomos. Las instituciones responsables de
regular y promover esta actividad son CONAP, DIPRONA, MAGA, y MARN. Estos organismos, aunque
cuentan con la legislación necesaria, no poseen los recursos para su aplicación (Zootropic & TNC 2006).
Ariano y Masaya (2005a), calcularon que aproximadamente 35 especimenes de H.horridum
charlesbogerti fueron vendidos durante los primeros años de la década de los 90 para ser llevados al
extranjero y su paradero actual es desconocido. Esta demanda generó una presión extra para la subespecie
ya que cada animal era cotizado en Guatemala a un promedio de Q.450.00, lo que generó colectas
intensivas por parte de los pobladores del área (Ariano 2003). Se cree que la extracción ilegal de
Heloderma ha disminuido considerablemente por la labor de educación y concientización que se ha
realizado principalmente por parte de la Organización Zootropic, en Cabañas, Zacapa, ya que actualmente
las comunidades están jugando un papel importante en la conservación de esta subespecie.

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Las bromelias y cactáceas responden a una fuerte demanda internacional, floreciendo así una industria
creciente pero con poco control desarrollada por comerciantes y exportadores. Lamentablemente, al igual
que en el caso del Heloderma, los organismos responsables de regular y promover esta actividad no
siempre poseen los recursos necesarios para su aplicación.

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D. Oportunidades y sus actores

Además de las amenazas, parte del ejercicio durante los talleres de Planificación fue la identificación de
las oportunidades existentes o potenciales en la región semiárida del valle del Motagua en relación al
Patrimonio Natural. En síntesis, se trató de responder a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las
oportunidades más relevantes en cuanto a alcance geográfico y temporal, beneficio a la biodiversidad y
efectos secundarios? En otras palabras, ¿cuáles abarcan más elementos de conservación y ayudan a
solucionar las necesidades más críticas (amenazas y necesidades de manejo)? Como respuesta, se
identificaron seis oportunidades principales, que se listan a continuación (Ver Figura 7, páginas centrales).

1. Clima institucional regional y local favorable. Actualmente existe un mayor involucramiento de


DIPRONA en la aplicación de la legislación ambiental, y de las autoridades municipales, comunidades y
propietarios privados en la conservación y valoración de los recursos. Así mismo, existen ya algunas
escuelas de la región que incluyen en sus programas los temas ambientales con enfoque local. En conjunto
con nuevos actores como Zootropic y el proyecto JADE, se ha promovido la creación de áreas protegidas
en áreas prioritarias para la conservación del Heloderma (y de otros elementos de conservación) y se ha
logrado que las comunidades locales se involucren en el estudio y conservación de ésta subespecie. Un
logro reciente que representa una gran oportunidad es la conformación de la Alianza para la Conservación
del Valle del Motagua, en donde participan diversas instituciones y personas individuales, con el fin de
promover la conservación y uso adecuado del patrimonio natural y cultural de esta importante región.
También se considera como una oportunidad el que la población se identifique con la región, en base al
orgullo de “ser de oriente”.

2. PINFOR de conservación y de reforestación con especies energéticas. El Programa de Incentivos


Forestales, del INAB ha permitido que los propietarios privados y las municipalidades encuentren un
incentivo para conservar o reforestar sus terrenos en el monte espinoso y bosque seco. Anteriormente no
existían incentivos forestales para estas zonas de vida, porque no eran considerados como un bosque. Este
programa también fortalece las áreas protegidas privadas y municipales, por ser un medio de
sostenibilidad financiera para el funcionamiento de éstas.

3. Interés en investigación científica. Se ha identificado que existe un incremento en el interés de


investigación científica debido a la unicidad de esta ecorregión, y a lo escasamente estudiada que se
encuentra actualmente. También el Heloderma, por ser una subespecie única en el mundo, con posibles
propiedades medicinales en su veneno, ha generado interés en investigación. En el Seminario de
Investigaciones para la Conservación de la Región Semiárida del Valle del Motagua (FDN & TNC 2004),
se presentaron varios estudios realizados en esta región y se identificaron las prioridades de investigación,
que se espera que sean abordadas en el futuro próximo.

27
4. Turismo científico y ecoturismo. Se ha identificado que en la región existe un potencial de turismo
científico y ecoturismo debido a la singularidad de la región (Castro 2005) y por lo interesante del
gradiente altitudinal que existe desde el monte espinoso hasta el bosque nuboso, así como a los bruscos
cambios estacionales y de floración (explosión de biodiversidad en época lluviosa). El Heloderma, por ser
una subespecie única en el mundo, resulta también interesante al turismo, y la belleza natural de las
Tillandsias y cactáceas, que no se encuentran en otras partes del país, también se identifica como un
potencial atractivo turístico. Los elementos culturales de conservación, así como la venta de productos
artesanales y la utilización de algunas especies de la región como alimento (caldo de muta, dulce de
morro, Pithaya, loroco, etc.) tienen también un potencial turístico que puede explotarse (ver Sección II,
Plan de Conservación Cultural). La infraestructura hotelera y vial existente y los grupos organizados como
la Asociación de Turismo de Zacapa, ATURZAC, representan una oportunidad para el desarrollo de los
atractivos turísticos identificados (ver Castro 2005).

5. Oportunidades de recaudación. Se identificó que actualmente existen oportunidades de recaudación


para el Valle del Motagua por el hecho de ser una ecorregión única en el mundo, altamente amenazada y
vulnerable, en donde urgen acciones de conservación y por el alto nivel de amenaza del Heloderma, y la
urgencia de continuar acciones en pro de su conservación.

6. Comercio sostenible de tillandsias y cactáceas. Se considera como una oportunidad a mediano plazo,
la posibilidad de establecer pequeños viveros comunales de Tillandsias y cactus, así como la posibilidad
de obtener certificaciones de productos amigables (como eco-friendy, o fairtrade, por ejemplo).

E. Estrategias

Se propusieron estrategias de conservación que permitieran disminuir las amenazas y potenciar las
oportunidades para cada elemento de conservación. El proceso dio como resultado cinco objetivos
estratégicos, planteados para un plazo de cinco años, que son los siguientes:

1. Objetivos estratégicos
a. Para el año 2010, se han implementado mecanismos formales de conservación en el 10%
de la cobertura natural actual de la región semiárida del valle del Motagua (10,000 ha),
principalmente en las áreas prioritarias (ver Figura 4, en páginas centrales), y se ha
reducido la tendencia en el avance de la frontera agrícola.5
b. Para el año 2010, se mantiene la población de Heloderma que existe actualmente, con
base en la información generada en los estudios de línea basal.6
c. Para el año 2010, se ha disminuido en 80% la extracción ilegal de cactos y Tillandsias.
d. Para el año 2010, se ha mejorado la continuidad de los bosques de galería en tres cuencas
de la región semiárida y la Sierra de las Minas
e. Para el año 2010, el sistema fluvial de la Sierra de las Minas mantiene la calidad y
cantidad de agua que produce actualmente

5
Para el caso específico del Heloderma, el objetivo es: para el año 2010, se han implementado mecanismos formales de
conservación en el 60% de las áreas de distribución potencial de H. horridum charlesbogerti (10,000 ha) y se ha reducido el
avance de la frontera agrícola, así como se ha mejorado la calidad de su hábitat (Zootropic & TNC 2006).
6
Se espera que para el año 2008, se haya eliminado la extracción ilícita y reducido en un 75% la eliminación física por temor o
ignorancia de H. horridum charlesbogerti en el Valle del Motagua (Zootropic & TNC 2006).

28
Para cada objetivo estratégico se desarrollaron una serie de estrategias, que en total suman 20. Sin
embargo, se ha realizado una priorización de las mismas, y han quedado 10 estrategias catalogadas como
“muy alto” o “alto”, en orden de importancia, según una serie de criterios, que se presentan a
continuación.

! 3 %- - % <

I
• Contribución a la conservación: ¿La estrategia en cuestión contribuye realmente, y en un plazo de
cinco años, a disminuir las presiones ejercidas por las amenazas críticas sobre los elementos de
conservación?
• Factibilidad: ¿Es fácil implementar la estrategia en cuestión? ¿Se ha aplicado antes y con qué
grado de dificultad?
• Influencia: ¿La implementación de la estrategia en cuestión contribuirá a la aplicación de otras
estrategias? (Por ejemplo, la declaratoria de parques municipales puede ir acompañada de un
mayor respeto de parte de los vecinos hacia el área, o de un compromiso de la municipalidad de
asignar guardarrecursos para la protección y vigilancia del parque).
• Individuo o institución líder: ¿Existe una persona, equipo o institución que estén interesados y
comprometidos en la promoción e implementación de la estrategia en cuestión?
• Costos: ¿Cuál es el costo aproximado de implementar la estrategia?

Las 10 estrategias priorizadas en función de estos criterios se muestran en el cuadro 7. Las estrategias
seleccionadas y priorizadas son las que deberían guiar las acciones de conservación de la biodiversidad en
la Región Semiárida del Valle del Motagua.

29
Cuadro 7. Priorización de estrategias en función de la reducción de amenazas y el mejoramiento de de la viabilidad de los elementos de
conservación, la factibilidad de implementación y sus costos.
Valor
jerárquico
Estrategias global
01. Realizar incidencia política en instituciones y actores clave a nivel nacional y regional, con el fin de promover la conservación de
la región, preferentemente a través de la conformación de una coalición promotora Muy Alto

02. Promover declaratoria y establecimiento de áreas protegidas funcionales municipales, privadas y comunales, principalmente en
áreas definidas como prioritarias (contar con estudio técnico, registro ante CONAP, plan de manejo, PINFOR, involucramiento de la Muy Alto
sociedad civil, etc.)
03. Corroborar la presencia de Heloderma en áreas potenciales para su distribución e incluirlas como áreas prioritarias de
conservación Muy Alto
04. Desarrollar un programa de educación formal y no formal enfocado en la conservación del patrimonio natural y cultural de región
semiárida del valle del Motagua, fortaleciendo la identidad regional Alto

05. Desarrollar e implementar una Estrategia Nacional de Conservación del Heloderma, con la participación de instituciones,
iniciativa privada y actores relevantes de la región Alto
06. Lograr que el monte espinoso-bosque seco sea considerado como ecosistema forestal por el INAB y sea sujeto de Evaluación de
Impacto Ambiental, con el fin de regular el cambio de uso del suelo en la región Alto

07. Desarrollar el turismo sostenible, vinculado al patrimonio natural y cultural de la región, con el fin de mejorar la sostenibilidad
financiera de las áreas protegidas y promover su valoración Alto

08. Promover la implementación de PINFRUTA y PINFOR en tres cuencas seleccionadas de la Sierra de las Minas y las áreas
prioritarias de la región semiárida del valle del Motagua, especialmente aquellas inscritas como protegidas Alto

09. Evitar el tráfico ilegal del Heloderma, a través de la recategorización de la especie en CITES Apéndice I, realización de patrullajes
conjuntos con DIPRONA, y la participación de las comunidades y autoridades locales Alto

10. Promover que CONAP y DIPRONA controlen la extracción ilícita de Tillandsias, cactos, heloderma y cambio de uso del suelo, a
través de puestos de registro, inspecciones, patrullajes y monitoreo de viveros y de cuotas autorizadas de exportación. Alto

30
F. Medidas de éxito

La metodología de Planificación para la Conservación de Áreas contempla la necesidad de contar con


indicadores que permitan monitorear la viabilidad de los elementos de conservación seleccionados, los
cuales son integrados en un “Plan de Monitoreo” que debería ser implementado por las organizaciones
responsables del manejo y conservación del área. Los resultados finales del plan de monitoreo se resumen
en el cuadro 8, donde se muestran los indicadores según el objetivo estratégico al que responden.

Para la selección de indicadores se siguieron los siguientes pasos:

1. Selección de indicadores para cada elemento de conservación en función de:


• Atributos de viabilidad de cada uno de los elementos, es decir: tamaño, condición y contexto
paisajístico.
• Amenazas principales para cada uno de los elementos de conservación, con el fin
de monitorear si se está teniendo éxito en la reducción de las mismas.

2. Síntesis de los indicadores seleccionados para todos los elementos, debido a que en muchos casos con
un indicador se puede monitorear la situación de varios elementos simultáneamente.

31
Cuadro 8. Resumen del Plan de Monitoreo para la región semiárida del valle del Motagua.
Frecuencia y
Objetivos Indicador Métodos Prioridad Estatus
Tiempo
-1. Para el año 2010, se han implementado # de Ha. bajo mecanismos Registro de la extensión de las
mecanismos formales de conservación en el 10% formales de conservación áreas inscritas bajo
de la cobertura natural actual de la Región mecanismos formales de
semiárida del valle del Motagua (10,000 ha), conservación
principalmente en las áreas prioritarias, y se ha
reducido la tendencia en el avance de la frontera Muy Alto Activo Anual
agrícola
-4. Para el año 2010, se ha mejorado la
continuidad de los bosques de galería en tres
cuencas de la región semiárida y la Sierra de las
Minas
% de cambio de cobertura en Análisis de sensores remotos,
áreas de ladera respecto al a través del Sistema de
-1. Para el año 2010, se han implementado histórico Información Geográfica Alto Activo Trianual
mecanismos formales de conservación en el 10%
de la cobertura natural actual de la RSVM
(10,000 ha), principalmente en las áreas
prioritarias, y se ha reducido la tendencia en el % de cambio de cobertura en Análisis de sensores remotos,
avance de la frontera agrícola áreas planas respecto a la a través del Sistema de
Alto Activo Trianual
histórica Información Geográfica

# de Ha. con presencia Estimado en función de la


-2. Para el año 2010, se mantiene la población de comprobada de Heloderma extensión de las Ha. bajo
Heloderma que existe actualmente, con base en la bajo mecanismos formales de mecanismos formales de Muy Alto Activo Anual
información generada en los estudios de línea conservación conservación y de los reportes
basal. de Heloderma
# de individuos por unidad de Caminamientos en áreas Anualmente,
esfuerzo de muestreo identificadas con presencia de Muy Alto Activo en la época
Heloderma lluviosa

32
% de juveniles de Heloderma Caminamientos en áreas Anualmente,
encontrados anualmente identificadas con presencia de Muy Alto Activo en la época
Heloderma lluviosa
# de individuos de Tillandsias Registros de DIPRONA y
y cactos de la región semiárida CONAP, a través del control Monitoreo
-3. Para el año 2010, se ha disminuido en 80% la del valle del Motagua de los viveros autorizados para permanente,
Muy Alto Planeado
extracción ilegal de cactos y Tillandsias decomisados anualmente exportar y de la guía de análisis
identificación de Tillandsias anual
silvestres
-4. Para el año 2010, se ha mejorado la % de cobertura continua de Análisis de sensores remotos,
continuidad de los bosques de galería en tres bosque de galería en las a través del Sistema de
Alto Planeado Trianual
cuencas de la región semiárida y la Sierra de las cuencas seleccionadas Información Geográfica
Minas
Abundancia relativa de Monitoreo de las especies Semestral,
especies indicadoras de agua indicadoras época
Alto Planeado
limpia (macroinvertebrados) lluviosa y
época seca
-5. Para el año 2010, el sistema fluvial de la Caudal mensual en la cuenca Vadeo: área de la sección
Sierra de las Minas mantiene la calidad y baja de ríos seleccionados transversal por velocidad Alto Activo Bimensual
cantidad de agua que produce actualmente
Índice de calidad del agua Medición a través de HATCH
Alto Activo Bimensual

33
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37
? @% -+ A

Anexo 1A

Especies vegetales del monte espinoso y bosque seco con usos potenciales (Castañeda 1997)
NOMBRE COMÚN NOMBRE CIENTÍFICO FAMILIA USO POTENCIAL
Yaje Leucaena diversifolia (Schelecht) Beth
Yaje Leucaena brachycarpa Urban
Orotoguaje Acacia deamii Britt y Rose Mimosaceae
Quebracho Albizziax isiopoda (Blake) Britt y Rose
Zarza Mimosa Platycarpa Benth
Roble Bucida macrostachya Combretaceae
Cortés Tabebuia sp. Bignoniaceae
Maderable
Palo Hediondo Caesalpinea eriostachys Benth
Caesalpinaceae
Aripín Caesalpinea velutina (Britt y Rose) Standl
Guachipilín Diphysa macrophylla Lundell Fabaceae
Jocote de Mico Simarouba glauca D. C. Simaroubaceae
Cedrillo Thrichilia hirta L. Meliaceae
Guayacán Guaiacum sanctum L. Zigophylaceae
Fruta de Cabro Karwinskia calderoni Standl Rhamnaceae
Orégano Lippia graveolens HBK Verbenaceae
Loroco Fernaldia pandurata Apocinaceae
Chiltepe Capsicum annum L. Var. Aviculare Solanaceae
Jocote de mico Simarouba glauca DC. Simaroubaceae
Frutillo Malpighia punicifolia L. Malpighiaceae
Yaje Leucaena diversifolia (Schiecht) Benth Mimosaceae
Chichicaste Cnidosculus urens L. Alimentario
Euphorbiaceae
Yuca cimarrona Manihot gualanensis Blake
Chaparro Cordia truncatifolia Bartlett
Diente de Chucho Heliotropium angiospermun murria Predr. Boraginaceae
Arpón Hylocereus undatus
Chile Melocactus ruestii Schumann Cactaceae
Yaje Leucaena diversifolia (Schelcht) Benth
Yaje Leucaena brachycarpa Urban
Zarza Mimosa platycarpa Benth Mimosaceae
Orotoguaje Acacia deammii Britt y Rose
Subín Acacia farnesiana
Morro Crescentia alata HBK Bignoniaceae Forrajero
Zacate Cola de Bouteloua disticha HBK Poaceae
Armado
Frijolillo Teramnus labialis (L.F.) Spreng
Frijolillo Cracca mollis (HBK) Benth y Spreng Fabaceae
Tamarindillo Aeschynomene fascicularis Schlecht y Cham
Barreto Cordia truncatifolia Bartlett. Boraginaceae
Palo de la Cruz Plumeria rubra L. Apocynaceae
Madreflecho Apoplanesia paniculata Presl. Fabaceae
Sereno Iresine calea Amaranthaceae Ornamental
Tuno de Zorro Nyctocereus guatemalensis Britt y Rose
Chile Melocactus ruestii Schumann Cactaceae
Cerote Mammillaria eichiamii Quehl

38
39
a b

c d

e f

Figura 5. Elementos de conservación naturales. (a) Monte espinoso y bosque seco del valle del Motagua.
(b y c) Bosques de galería y sistemas fluviales, en donde el flujo constante de agua permite el desarrollo
de comunidades vegetales que se mantienen verdes aún en época seca y que funcionan como refugio para
A0
muchas especies. (d) Heloderma horridum charlesbogerti, subespecie endémica del valle del Motagua,
en grave peligro de extinción. (e y f) Cactáceas y Tillandsias amenazadas por extracción, como los cactus
del género Mammillaria (e) y la Tillandsia xerographica (f).
a b

c
d

e f

Figura 6. Elementos de conservación culturales. (a) Sitios arqueológicos prehispánicos. El de Guaytán es uno de los
más significativos de la región. (b) Arquitectura vernácula y colonial, como la iglesia de San Agustín Acasaguastlán.
(c) Patrimonio histórico del ferrocarril y del período republicano, como la estación del tren en El Jícaro. (d) Bienes
muebles como objetos arqueológicos, patrimonio documental, y objetos y mobiliario del período colonial,
republicano y del ferrocarril, como este cuatriciclo. (e) Cultura viva de la región: gastronomía, tradición oral y
A
artesanías. (f) Regadíos y huertos familiares, de donde se obtienen grandes cantidades de fruta que luego se exportan
o se venden en la región, como se observa con estas vendedoras de mango.
a b

d
c

f
e

Figura 7. Oportunidades y logros. (a) Conformación de la Alianza para la conservación del Valle del
Motagua. (b y c). Declaratoria del Parque Regional Municipal de El Jícaro y de Reservas Naturales
Privadas como Monte Alto, en Morazán, como un ejemplo del involucramiento de municipalidades y
propietarios en la conservación. (c) El PINFOR de conservación representa una gran oportunidad para
incentivar la protección del monte espinoso y bosque seco. (d) El clima institucional favorable ha
permitido impartir educación ambiental en escuelas de la región, como ésta en El Jícaro. (e) El turismo A3
científico y ecoturismo, como estos observadores de aves, representan una oportunidad para el
fortalecimiento de las nuevas áreas protegidas de la región. (f) El sendero ecoturístico en el Parque
Regional Municipal de El Jícaro, promueve el turismo y el mayor involucramiento de la sociedad en la
conservación de éste importante ecosistema.
PLAN DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
DE LA REGIÓN SEMIÁRIDA DEL VALLE DEL MOTAGUA

A=
PLAN DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
DE LA REGIÓN SEMIÁRIDA DEL VALLE DEL MOTAGUA

I. INTRODUCCION

La Región Semiárida del Valle del Motagua tiene su registro histórico más antiguo desde los tiempos
prehistóricos. Investigaciones geológicas indican que hubo una laguna que cubría alguna porción de
Estanzuela, Zacapa y Río Hondo, la cual pudo haber desaparecido por los movimientos tectónicos
ocasionados por la actividad de los volcanes cercanos (Ipala en Chiquimula; Tahual en Jalapa y Suchitán
en Jutiapa) y la falla del Motagua durante el período terciario.

De acuerdo a las investigaciones arqueológicas que se han realizado desde principios del siglo XIX, se
conoce que la región también fue muy rica en asentamientos prehispánicos que se establecieron a orillas
del río Motagua y las costas del Mar Caribe, reflejando una activa población comercial Maya y Náhuatl,
desde el periodo Clásico (300 a.C.- 900 d.C.) hasta el Postclásico (900-1524 d.C.). De acuerdo a la
opinión de expertos, la arqueología del Oriente tiene su mayor representación en varios sitios
arqueológicos cuyo tamaño y estado de conservación permite que sean más conocidos. Éstos se
encuentran generalmente en las partes altas del valle, probablemente debido al clima caluroso.

Entre los sitios arqueológicos de grandes dimensiones, urbanizados y con estructuras constructivas propias
de las culturas mesoamericanas, como plazas, conjuntos habitacionales, estructuras de templo, y juegos
de pelota (Ichon 1988), se reportan los presentes en Guaytán (San Agustín Acasaguastlán), La Vega del
Cobán (Teculután), La Reforma (Huité) y Marines (Río Hondo).

En los municipios que comprenden la Región semiárida del valle del Motagua se tienen reportados 134
sitios arqueológicos, distribuidos así: 77 sitios en el Departamento de Zacapa7, 9 en Chiquimula8 y 48 en
El Progreso9 (ver listado en anexo 1B). Además de los sitos arqueológicos, en Zacapa también destacan
los hallazgos paleontológicos de Estanzuela.

Sin lugar a dudas, a través de la historia, la navegación del Río Motagua permitió la distribución y la
comercialización de materia prima y productos que se exportaban a otros lugares de Mesoamérica y
Europa. Como una de las principales rutas para el comercio a larga distancia, el río Motagua contaba con
puertos fluviales a lo largo de la ruta hacia los puertos costeros y se comunicaba también con otros ríos y
afluentes en dirección a las tierras bajas de Petén y a las tierras altas occidentales de Guatemala y de
Chiapas en México.

Para la época prehispánica los materiales de intercambio por excelencia eran la jadeíta, (jade), obsidiana,
pedernal, cacao y variedad de textiles, que viajaban por el río Motagua procedentes de las tierras bajas de
Petén, Yucatán, Belice y las tierras bajas del suroeste10 rumbo a mercados distantes del altiplano de
Guatemala y otras regiones. El afloramiento de jade utilizado por varias culturas desde México hasta
Costa Rica –por ejemplo- se encuentra en las faldas de la Sierra de Las Minas, adyacente al valle del
Motagua, atrayendo riqueza a la región desde épocas muy tempranas.

7
Zacapa: Cabañas (15 sitios), Estanzuela, Gualán (3), Huité (22), Río Hondo (15), Teculután (10) y Usumatlán (12).
8
Chiquimula: Cabecera departamental (7 sitios), San José La Arada (2)
9
El Progreso: El Jícaro (16 sitios), Morazán (5), San Agustín Acasaguastlán (15) y San Cristóbal Acasaguastlán (12).
10
El territorio al suroeste de las tierras bajas mayas o “tierras bajas periféricas” comprende la frontera entre Honduras y
Guatemala, así como la parte sur de Belice e Izabal.
AA
Durante la conquista europea de los pueblos indígenas del Oriente11, los españoles utilizaron Zacapa y
Mitlán (Asunción Mita, Jutiapa) como centros de operaciones militares, dándose en el siglo XVII una
notada disminución de la población indígena debido a los malos tratos, al desalojo de sus territorios
(producto de los repartimientos y encomiendas), al trabajo forzado en las plantaciones de cacao y a las
enfermedades y epidemias que los españoles trajeron consigo (Romero 2004). De esta cuenta, los trazos
urbanos de las cabeceras departamentales, así como gran parte de las iglesias católicas, la ubicación de las
plazas y algunos edificios de gobierno, fueron construidos en esa época y son considerados patrimonio
histórico de la nación.

A. Breve historia de la región

1. Época arcaica y prehispánica. Los restos de mastodontes y otros ejemplares de animales prehistóricos
en la región semiárida del valle del Motagua, indican que hace aproximadamente 10,000 años Guatemala
tenía el hábitat y clima adecuado para este tipo de mega fauna. Un Gliptodonte, o armadillo gigante, fue
encontrado en noviembre de 1996, en Teculután, Zacapa, por un grupo de arqueólogos de la Universidad
de San Carlos, aunque los encuentros ocasionales con restos fósiles y óseos se han reportado desde
principios del siglo XX.
En efecto, en la década de 1960 el entonces presidente Manuel Arana Osorio, encomendó los primeros
trabajos de investigación y recuperación sistemática a los paleontólogos Bryan Patterson y Roberto
Woolfolk Saravia. Este último, con ayuda de la comunidad, logró desenterrar gran variedad de huesos
pertenecientes a mastodontes y otros animales, los cuales están hoy depositados en el Museo de
Estanzuela, en Zacapa. La colección paleontológica de este Museo abarca desde la era Cenozoica (180 mil
años a.C.) hasta el Paleozoico (30 mil años a.C.). Cientos de años después, entre los años 1,500-800 a.C.,
dio inicio la agricultura, el sedentarismo y la formación de asentamientos en Mesoamérica, principalmente
en la costa del Pacífico, en las costas del Atlántico en Belice, en Petén, y en los valles de los ríos Motagua
y Copán, dando lugar a los primeros asentamientos de recolectores y cazadores.
Aunque se sabe que existió una estrecha relación política y comercial entre los sitios Mayas de Petén y los
sitios del suroeste -como Quiriguá, Copán y los del Valle del Motagua durante el periodo Clásico (Martin
& Grube 1995) - los grupos étnicos que se desarrollaron posteriormente en la cuenca media del Motagua
son poco conocidos hasta el momento, y existe escasa información sobre la arqueología de esta región.

Conociendo ésta carencia, la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala ha


realizado un estudio extenso en el área, a través del Proyecto Arqueológico del Motagua Medio. De esta
cuenta, al año 2004, el proyecto ya había identificado formalmente 132 sitios arqueológicos en la cuenca
media del Motagua. Los vestigios arqueológicos se encuentran dispersos por todo el valle, sin que existan
agrupaciones notorias ni grandes (Paredes 2004). En cuanto a los materiales, se ha visto que la laja es uno
de los materiales más comunes, pero en general, se observa la utilización de materiales locales (Paredes
2004).

En la región se han encontrado tumbas, algunas de ellas con manejo de “arco falso maya”, pero la mayoría
de ellas han sido severamente depredadas. Se han encontrado restos de viviendas populares, y se cree que
las casas eran sencillas y abiertas, con techos de paja y con pequeñas áreas designadas para enterrar a sus
“señores” (Paredes 2004). En la cerámica descubierta, mayormente de origen funerario, se observa una
decoración con elementos de flora y fauna locales del valle del Motagua, y los “basureros cerámicos”, han
contenido algunas piezas de lítica menores (como las piedras de moler), acompañadas de otros utensilios
de uso cotidiano. Otros hallazgos incluyen ofrendas capitales en tumbas importantes y algunos osarios,

11
Pipiles, Ch’ortíes, Xincas y Poqomames
A
con fondo de discos y piedras de lajas por encima de los restos. Un detalle interesante es la presencia de
restos de instrumentos musicales en algunas tumbas, probablemente utilizados como acompañamiento en
los ritos funerarios (Paredes 2004).

Los principales sitios arqueológicos del valle se pueden agrupar, según su tamaño, de la siguiente
manera:12

a. Sitios arqueológicos de primer orden (son de mayor tamaño, con plazas, estructuras
principales y otros elementos como juegos de pelota):
• Guaytán, San Agustín Acasaguastlán
• La Vega del Cobán, Teculután (Morales & Pérez 1998; Paredes 1997)
• La Reforma, Huité (Romero 1998)
• Marines, Río Hondo (Marroquín et al. 1999)

b. Sitios intermedios (sitios de menor tamaño, pero con estructura principal y plazas:
• Huité, Zacapa
• Cabañas, Zacapa (Paredes 1996)

c. Sitios menores
Otros asentamientos de la región (ver listado en Anexo 1B)

2. Época Colonial. La historia Colonial de la región semiárida del valle del Motagua es una larga cadena
de acontecimientos que dieron lugar a una región cultural diferente al resto del país. A la llegada de los
españoles, Chiquimula era habitada por los Ch’ortí y otros grupos indígenas cuyas antiguas ciudades
prehispánicas, tanto del Motagua como de Chiquimula, fueron sepultadas por los nuevos asentamientos
con costumbres españolas o borrados por las guerras de conquistas. Por otro lado, se tienen registros que
manifiestan que para el siglo XVI, gran parte de la región que ahora ocupa el departamento de El
Progreso, fue habitada por hablantes pipiles, que ocuparon las zonas donde ya habían pueblos poqomames.

Diferentes cronistas del siglo XVII mencionan el Valle del Motagua. Francisco de Fuentes y Guzmán, por
ejemplo, hace referencia a la dura batalla que los habitantes de Chiquimula de la Sierra dieron a Pedro de
Alvarado cuando trató de incursionar en su territorio. Existen varios documentos13 en el Archivo General
de Centro América, en donde se relatan incontables sucesos de los primeros siglos de la presencia
española en esa región (Romero 2004).

La región comprendida por los departamentos de El Progreso, Zacapa, Chiquimula e Izabal continuaba
siendo, durante la época Colonial, una de las rutas comerciales más importantes del Reino de Guatemala,
con una ruta que partía desde La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de
Goathemala (la Antigua Guatemala) hasta llegar al Golfo Dulce. La economía de la región en los siglos
XVI y XVII dependía mayormente de la producción y transporte del cacao, del añil,14 ganado y panela. En
el siglo XVII el corregimiento de Chiquimula de la Sierra, del cual formaba parte el territorio del valle
medio del Motagua, fue muy importante para la producción añilera. Antes del café, este producto era el
principal producto de exportación durante la Colonia y como para su producción se prohibía el uso de
mano de obra indígena la mayoría de trabajadores en las fincas añileras era de la raza negra (Dary 1995,
12
Identificación y clasificación realizada en el 1er. taller de consulta para el presente Plan de Conservación.
13
Entre las referencias están los Legajos Históricos del Archivo General de Centro América y las Referencias Históricas de
Francis Gall.
14
Planta cuyos componentes producen un intenso tinte de color azul, usado para el teñido de telas. Fue un producto de
exportación importantísimo para el Reino de Guatemala durante la Colonia. Su caída impulsó la producción del café.
A1
1996a).
Alrededor de los principales pueblos del valle del Motagua existían haciendas15 con ganado vacuno,
caballar y mular, propiedad de españoles o personas de ascendencia española. La mano de obra en las
haciendas estaba compuesta especialmente por indígenas (Ch’ortí, Pipil y Pokom) o ladinos descendientes
de españoles. A finales del siglo XVIII, solamente en el Partido de Zacapa y El Progreso, existían
haciendas que después llegaron a ser municipios o aldeas, tales como Estanzuela, San Juan, Río Hondo,
Guadalupe, La Pepesca, San Agustín y San Cristóbal Acasaguastlán entre otros (Dary 1996a).

La producción e infraestructura comercial del Oriente de Guatemala, y especialmente del valle del
Motagua, fue el motor de la economía del Reino de Guatemala, la cual tuvo cambios drásticos a partir del
siglo XIX, con la llegada del tabaco, y desde mediados del siglo XX con las plantaciones de tomate,
cítricos, melón, sandía y mango, entre otros.

3. Época Republicana. A pesar de la fecha tardía de su fundación como departamento (1871), Zacapa ya
se conocía desde 1535 cuando era llamado Zacatlán o Cacitlán, que es ahora la actual cabecera de Zacapa.
Por el contrario, el departamento de El Progreso fue establecido durante el gobierno de Manuel Estrada
Cabrera, y hasta entonces, los territorios de Guastatoya, El Jícaro, San Agustín Acasaguastlán, Magdalena
y San Cristóbal Acasaguastlán, habían formado parte del departamento de Zacapa.

A finales del siglo XIX se inició la construcción del Ferrocarril, siendo un reflejo del crecimiento
económico y la industrialización en Guatemala (Hernández 2004). La planificación para el transporte
adecuado y rápido de productos había iniciado desde 1865 y posteriormente, en 1877, se inició la
construcción del tramo del ferrocarril a Escuintla, seguido por la construcción de los tramos hacia Oriente.
En efecto, el ramal El Rancho-Puerto Barrios del Ferrocarril del Norte se construyó entre 1892 y 1900,
mientras que el ramal El Rancho-Guatemala se construyó entre 1904 y 1908. Si se viajaba por tren, los
viajeros obligadamente paraban en las estaciones de Guastatoya, el Rancho y el Jícaro.

El ferrocarril fue promovido por medio del otorgamiento de derechos de vía sobre propiedades a los lados
de la línea mientras que el Estado creó muchos estímulos para atraer la inversión externa para la
construcción y activación del mismo. Fue así como surgieron pequeños poblados a lo largo de la vía férrea
(Hernández 2004).

Luego de que la International Railroads of Central America (IRCA) se retiró de Guatemala, las tierras de
derecho de vía han sido invadidas gradualmente y ha habido entonces un mayor deterioro ambiental. En
1982 hubo una iniciativa para reactivar la estructura férrea y desde 1997 una sociedad privada (Ferrovías)
maneja el sistema ferroviario16. Por el momento, el ferrocarril circula de la ciudad de Guatemala hacia
Puerto Barrios, para transporte de carga, en un viaje que dura de 15 a 18 horas. Por otro lado, Ferrovías
organiza cada año un recorrido abierto a un selecto grupo de aficionados a las máquinas de vapor, como
parte de un paquete turístico. El recorrido que hace por el Valle del Motagua aprovecha el valor
paisajístico, así como la fauna y flora de la región.

15
Según Claudia Dary (1996a) la hacienda “debe analizarse como una unidad de producción agropecuaria, en donde se
combinaba la crianza de ganado, caballar, mular y además la producción azucarera y la producción de panela y dulce”.
16
En 1960 inició el proceso de cierre de la United Fruit Company, y con esto se dio una baja en el trabajo del ferrocarril, por lo
que éste empieza a declinar. La IRCA, fue nacionalizada en 1969 y se creó FEGUA, la cual firmó un contrato de concesión (en
1997) con una sociedad privada (Ferrovías) para el manejo de las estructuras ferroviarias.
A2
B. Descripción de la cultura de la región

1. Literatura Oral. La región oriental, especialmente varios municipios del Valle del Motagua, se
caracterizan por tener manifestaciones culturales únicas en el país, debido a su población de ascendencia
española con tradiciones propias de las regiones de Extremadura y Sevilla. Entre todas las manifestaciones
culturales, quizás la que más destaca en la región Oriental es la tradición oral a manera de narración de
tradiciones, leyendas y cuentos maravillosos con personajes animales, bobos y bandidos mágicos.

El Progreso destaca por ser uno de los más ricos en literatura oral con versos dedicados tanto a lo divino
como a lo humano, y con varios romances antiguos que mantienen casi íntegras sus versiones españolas
medievales. La literatura en verso alcanza quizás su máxima expresión en Zacapa, donde se desarrolla una
amplia variedad de cuentos, leyendas populares, chistes, historias, anécdotas y expresiones de la filosofía
popular (Lara 2004a), y donde además existe la Asociación Zacapaneca de Contadores de Cuentos y
Anécdotas –AZCCA-. La mayoría de los elementos presentes en la literatura popular viajó desde la
Europa del siglo XVI, cuando estaban de moda los Relatos de Caballería, a través de la boca de los
primeros colonizadores (Dary 1996a).

En Chiquimula predomina la literatura oral occidental pero con una fuerte influencia indígena, gracias a la
población Ch’ortí que habita algunos de sus municipios. Mientras los contadores de cuentos ladinos
entretienen a los presentes con historias de origen europeo medieval y renacentista, entre la población
Ch’ortí los narradores cuentan con un repertorio que incluye cuentos, leyendas y mitos híbridos con
rasgos de las dos culturas (Lara 2004b).

2. Danzas Tradicionales. Según Lara (2003), el territorio nacional está dividido en regiones para entender
mejor los fenómenos culturales. De esta cuenta, el Oriente de Guatemala está clasificado como Región 2
(Región de Influencia Hispano-Europea) para lo que respecta al estudio de la tradición danzaria en el país,
(García et al. 1996), que se celebran principalmente en los días del Santo Patrón del pueblo (ver anexo 2B
y García 2004a, 2004b, 2004d).

El deterioro y desaparición durante el siglo XVIII-XIX de las cofradías y hermandades indígenas de la


región, tuvo un impacto negativo en las manifestaciones culturales ancestrales y permitió el desarrollo de
tradiciones foráneas adaptadas al ambiente local. Para la primera mitad de la década de 1990, por ejemplo,
el Oriente de Guatemala aún tenía algunos bailes y danzas tradicionales relacionados principalmente a la
guerra, la ganadería y a la lucha entre las fuerzas del bien y del mal, siendo Chiquimula el departamento
con mayor cantidad de representaciones danzarias. Entre las más destacadas estaban las variantes de las
danzas El Torito Pinto, Danza de Moros y Cristianos, Los Huastecos y bailes de convites, en los que
aparecen en escena personajes propios de la tradición popular. Las danzas guerreras como la de Moros y
Cristianos, tienen libretos y variantes en las que participan personajes relacionados a la historia europea,
como Carlo Magno, los moros, la reina Catalina y los Cristianos (García 2004c, 2004e).

Aunque los departamentos de la región han perdido su tradición danzaria, aún es posible disfrutar de otros
elementos introducidos durante la época colonial, como los “rodeos” o jaripeos, palenques (peleas de
gallos), carreras de cintas y otras actividades que se dan en las ferias, las cuales resaltan la relación de la
mayoría de la población con la cultura española (García 2004e).

Finalmente, los Bailes de Convites son desfiles con los que se invita a la población a la procesión del día
siguiente, siendo una tradición española que proviene principalmente de la región de Cataluña y que
consisten en darle vida danzaria a armatostes de madera con formas humanas, aunque en la región Ch’ortí
de Chiquimula las danzas de gigantes inicialmente tenían relación con los personajes poderosos del Popol
Vuh (García et al. 1996).
A5
3. Cultura material y artesanías de la Región. La manufactura de las artes y artesanías populares
depende de la tradición oral y las prácticas transmitidas de una generación a otra, así como de la materia
prima existente y disponible en la región. De esta cuenta, muchos productos que se elaboran en la región
semiárida del valle del Motagua, son de fibras vegetales, madera y cuero (Ver Esquivel 2004a, 2004b y
Rodríguez 2004a, 2004b, 2004c). La cestería, por ejemplo, predomina principalmente en El Progreso, a la
cual se dedican indistintamente hombres, mujeres y niños. La jarcia, por otro lado, es posible encontrarla
en San Agustín Acasaguastlán y los tejedores de palma destacan en los municipios de Morazán, El Jícaro
y San Cristóbal Acasaguastlán. Otros municipios también se especializan en determinados productos,
como sombreros17 (San Cristóbal Acasaguastlán, El Jícaro, Morazán y El Progreso), escobas (El Jícaro y
El Progreso), petates (El Jícaro) (Esquivel 2004c) y productos de alfarería, en San Agustín Acasagustlán
(Dary 1996b).

La fabricación manual de puros y cigarros de tabaco fue la característica de Zacapa a principios del siglo
XX. Esta actividad -que se realizaba a nivel familiar- comenzó a decaer a finales de la década de los 30 e
inicio de los 40, cuando el presidente Jorge Ubico impuso fuertes impuestos por su producción. Entre las
artesanías más importantes de Zacapa están los artículos producidos con fibra de maguey, los bordados
(en manteles, blusas, servilletas y otros) y deshilados de Estanzuela (Rodríguez 2004a). En este
departamento, muchas de las tradiciones tienen relación con la comida, como la elaboración de queso,
mantequilla, panela, los dulces de toronja, mazapán y las famosas quesadillas. Los productos lácteos, por
ejemplo, son característicos de los municipios de Zacapa: Gualán, Estanzuela, Río Hondo y Teculután.

Lamentablemente, muchas manifestaciones culturales se van perdiendo por la migración de la población


masculina a la capital y/o a los Estados Unidos en busca de mejores ingresos económicos. La falta de
interés de la juventud aparentemente es otro factor que contribuye a la pérdida de las tradiciones locales.

4. Gastronomía. Gran parte de las costumbres culinarias de Mesoamérica son producto de la fusión de la
cocina de Europa con los ingredientes y sazón de las tierras americanas. En efecto, productos como el
maíz, el cacao, el chile, el achiote, la pimienta gorda, la vainilla, la papa y otros tubérculos, y frutos como
el aguacate, zapote, chicozapote y otros, han creado combinaciones fantásticas que caracterizan a la cocina
Guatemalteca.

En el Oriente de Guatemala, la gastronomía parece ser el elemento cultural que más se mantiene, gracias a
que su transmisión generacional se hace en el seno familiar y todos disfrutan de las comidas locales. Por
sus raíces hispanas e indígenas la región posee recetas propias que reflejan sus raíces culturales y el
entorno natural. En efecto, de todos los productos, son quizás el maíz, el loroco y las tunas las que le dan
mayor identidad a la gastronomía local. Mientras en Zacapa y El Progreso destacan comidas con raíces
españolas pero con ingredientes locales, en Chiquimula la presencia de la etnia indígena Ch’ortí influyó
notablemente en la comida, principalmente con el maíz.

En toda la región es común encontrar también dulces de morro, caldo de muta, pan de maíz, atol shuco,
tayuyos (tamales con frijol), fresco de pepita, batidas y conservas de frutas como mango, jocote, coco y
otras, en base de panela (ver De Leon 2001).

17
Los sombreros de palma de Zacapa fueron muy famosos en Guatemala y el resto de Centroamérica durante la década de 1928-
1930, dando trabajo a casi el 50% de la población rural del departamento. La artesanía decayó por 1950 por factores socio-
económicos (competencia, poca rentabilidad, migración) aunque aún tiene vigencia en menor escala (Dary 2004a, 2004b)
A
II. METODOLOGÍA Y ELABORACIÓN DEL
PLAN DE CONSERVACIÓN DE LOS ELEMENTOS CULTURALES

El proceso y resultados del Plan de Conservación Cultural de la región semiárida del valle del Motagua se
basan en la metodología de The Nature Conservancy denominada Plan para la Conservación de Áreas,
explicada anteriormente, en la Sección III del Plan de Conservación Natural. Tal como se explicó en esta
sección, la metodología incluye la identificación y selección de elementos de conservación –en este caso
culturales- en el área de planificación, para los cuales se hace un análisis de su estado de conservación o
integridad. Luego se analizan y priorizan las principales amenazas clasificadas en deterioros y causas de
deterioro. El siguiente paso es un análisis de actores para determinar el contexto social en que ocurren las
amenazas, y finalmente se definen estrategias efectivas para la reducción de amenazas e indicadores para
la medición del éxito de las estrategias que se desarrollan (Figura 2).

Para lo referente a los elementos Culturales, se recopiló la información sobre investigaciones que se han
llevado a cabo en la región en años recientes a través de las siguientes actividades:

1. Realización del Seminario de investigaciones para la conservación de la región semiárida del


valle del Motagua (FDN y TNC 2004), debido a que en este evento también se abordaron los
estudios recientes de los temas de arqueología, historia y arquitectura colonial y republicana.

2. Recopilación de bibliográfica de estudios hechos en arqueología, antropología y folklore por


lo menos en los últimos 10 años.

3. Entrevistas a académicos clave en el tema de folklore y tradición oral, así como con
profesionales del Centro de Estudios folklóricos de la USAC –CEFOL- y la Dirección
General de Investigaciones de la USAC –DIGI.

0
III. RESULTADOS

A. Elementos Culturales de Conservación

La identificación de los elementos culturales se realizó en base a las investigaciones científicas e históricas
en la región, aunado a la opinión de expertos en el tema y la participación de comités locales de educación
y cultura, entidades académicas y proyectos de investigación específicos.

Tanto en los talleres de planificación como en el taller de validación, la identificación de patrimonio


cultural tangible se enriqueció con entrevistas a investigadores y fuentes bibliográficas, mientras que el
aporte de los participantes locales fue fundamental, especialmente en lo que a la cultura viva y patrimonio
cultural intangible se refiere.

Se identificaron seis elementos de conservación culturales para la región semiárida del valle del Motagua
(Ver Figura 6, páginas centrales):

1. Sitios Arqueológicos Prehispánicos


2. Arquitectura Vernácula y Colonial
3. Patrimonio Histórico del Ferrocarril y del Período Republicano
4. Bienes Muebles
5. Cultura Viva de la región
6. Regadíos de árboles frutales (huertas comerciales y familiares)

1. Sitios arqueológicos prehispánicos. Para efectos de este Plan, dentro de esta categoría se incluyen los
hallazgos paleontológicos que fueron hallados en el municipio de Estanzuela, Zacapa, y que actualmente
se encuentran albergados en la colección permanente del Museo Paleontológico de Estanzuela, a cargo del
INGUAT (Figura 8). En el caso de sitios arqueológicos propiamente dichos (esto es, asentamientos
humanos anteriores a la llegada de los Europeos), se identificaron los sitios que se encuentran en el valle
del Motagua, destacando los más grandes, que reciben visitación, como Guaytán, y La Reforma.

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2. Arquitectura vernácula y colonial. Este elemento de conservación incluye la arquitectura propia del
lugar con la cual se identifica la población, sea por los materiales (que mitigan el calor) como por la
iconografía que ésta representa para su población. Dentro de la arquitectura vernácula se incluye el trazo
de algunas aldeas así como viviendas hechas de materiales locales y piedra. < 6

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3. Patrimonio histórico del ferrocarril y del período republicano. Aquí se incluyen todas las
edificaciones que se relacionan al periodo republicano, como fuentes, pilas y edificios gubernamentales,
así como la infraestructura que se relaciona al Ferrocarril y sus elementos, que marcan hitos dentro de la
historia y el desarrollo económico del valle del Motagua (Figura 9). En efecto, las principales estaciones
de trenes se encuentran localizadas en la región semiárida del valle del Motagua, lo que ha permitido la
conservación de sus estructuras de madera.

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4. Bienes muebles. Se identificaron todos los objetos portátiles relacionados a los elementos y categorías
mencionadas anteriormente. Destacan principalmente los objetos arqueológicos como vasijas y
ornamentos de diversos materiales (cerámica, piedra, jade), la imaginería, pintura y platería del periodo
Colonial, el mobiliario de los periodos Colonial y Republicano; los objetos utilitarios del Ferrocarril
(uniformes, vagones, equipo) y finalmente el patrimonio documental (mapas, libros de registro,
fotografías antiguas, libros, postales, etc.). Algunos ejemplos se ilustran en las fotografías de abajo (Figura
10).

Figura 10. Ejemplos de Bienes Muebles. Cerámica prehispánica de la región; Libro de Registros del
Ferrocarril; Perforador de Boletos para el Tren (ubicado en el museo del Ferrocarril en Zacapa).

5. Cultura viva de la región. Lo que más destaca en la región son las manifestaciones de la cultura viva,
que se transmite a través de la tradición oral y el ejemplo, y que se basa en el patrimonio intangible de
cada grupo cultural, como los son las tradiciones, mitos, creencias y rituales.

Es interesante notar que por las características socioculturales de la población que habita en la región
semiárida del Motagua (de ascendencia española y europea), gran parte del patrimonio cultural que
pertenece a la tradición oral es “endémica” de la región, es decir, que tienen características que se
restringen a la región oriental del país, especialmente entre la población que vive a lo largo del río
Motagua. En efecto, la tradición oral y otras manifestaciones culturales difieren de las del resto del país
debido al origen de la población, el apego a costumbres ancestrales propias de sus orígenes y a su
estructura social y familiar. En este caso, los talleres de Planificación del presente documento fueron muy
importantes para la recopilación de información e identificación de elementos de conservación, dado que
las discusiones fueron enriquecidas por los participantes locales.

En este elemento de conservación se incluyen las siguientes manifestaciones culturales que fueron
identificadas por los habitantes de la región:

a. Gastronomía. En esta categoría se incluyen todas las comidas tradicionales de la región, cuyas
recetas fusionan los sabores, ingredientes y técnicas culinarias tanto indígenas como españolas. El
Oriente de Guatemala se destaca por las comidas elaboradas artesanalmente y con ingredientes de
producción local como el loroco, el queso, la yuca, la carne, chicharrones de cerdo y el maíz, entre
muchos otros. La panadería y la dulcería son también bastante conocidos.

b. Artesanías. Incluye la elaboración de objetos decorativos y utilitarios hechos de cerámica, hoja de


palma, madera, hilo y tela, maguey, cuero, tabaco y otros materiales locales.

=
c. Tradición Oral o Literatura Oral. Destacan principalmente la narración de cuentos maravillosos
(donde abundan los personajes mágicos y generalmente tienen una enseñanza), las leyendas y mitos
(que explican el origen de las cosas y las costumbres) y la poesía en verso (como los recitados, coplas
y corridos), así como las danzas tradicionales o “teatros de calle” (como los convites).

6. Regadíos de Árboles Frutales (huertas comerciales y familiares). Se denomina regadíos a los


sistemas agroforestales establecidos en riberas de ríos de bosques secos y muy secos, poblados en su
mayoría por árboles productores de frutos, nativos de zonas húmedas, los cuales son sometidos a riego y
manejo de baja intensidad (Castañeda 1997). Entre las especies mas comunes de los bosques húmedos
guatemaltecos están el zapote (Pouteria mammosa), chico (Manilkara achras), shupte (Persea
schiedeana), pacaya (Chamaedorea tepejilote), guanaba (Annona muricata) y otras; entre las especies
exóticas sobresale el mango (Manguifera indica), mamey (Mammea americana) y cítricos (Citrus sp.)
(Castañeda 1997).

Los regadíos son sistemas de producción muy particulares ubicados especialmente en las partes bajas de
las cuencas de los ríos Hato, Huyús, Tambor, Río Hondo, San Pablo, Jumuzna, Jupilingo y otros de la
zona (Castañeda 1997). Estos son los sistemas agrícolas con mayor biodiversidad en la región e incluso
tienen mucho más que varios sistemas naturales controlados (Castañeda 1997). Hay varios animales,
especialmente aves, como el martin pescador, cheje, chorchas, garza blanca, urracas, porosocos y
sensontles. Entre los mamíferos se encuentran ardillas, tacuazín, murciélagos e iguanas; el coyote es
visitante cuando llega a alimentarse de frutas a los regadíos de San Agustín Acasaguastlán Acasaguastlán
y de Cabañas, durante el verano, cuando la alimentación es escasa (Castañeda 1997).

Investigaciones realizadas en la región semiárida de Guatemala, demuestran que los huertos familiares
contribuyen a la conservación in situ de los recursos genéticos frutales. Por otro lado, estos sistemas
desempeñan una función importante en términos de la seguridad alimentaria de los habitantes de esta
región (Leiva et al. 2000). Sin embargo, los habitantes locales reportan que la continuidad de los regadíos
y huertos se ve altamente afectada por la falta de agua para riego y por los precios del mercado actuales.

El establecimiento de huertos familiares supone un vínculo entre los seres humanos y la naturaleza, de
especial interés en la región. Aún cuando el interés de los agricultores es obtener productos y consumirlos
o comercializarlos, existe la noción cíclica del mundo natural y por lo tanto la preocupación por conservar,
sobre todo, aquéllas especies consideradas como más valiosas.

B. Integridad de los Elementos de Conservación

El análisis de integridad se refiere a la evaluación de la cantidad, calidad, las relaciones y los procesos de
cada elemento de conservación, para determinar que tan viable es la conservación del mismo, utilizando
tres criterios: contexto social y natural, condición física y contenido conceptual. Es importante mencionar
que los criterios para determinar la viabilidad de los elementos de conservación culturales tienen la misma
finalidad de análisis que los utilizados para los elementos naturales (contexto paisajístico, condición y
tamaño), pero con una terminología diferente. Los resultados obtenidos en el análisis de integridad, se
observan en el Cuadro 9.

A
Cuadro 9. Resumen del análisis de integridad para los elementos de conservación
Valor
Contexto social y Condición Contenido jerárquico de
Elementos de conservación natural física conceptual viabilidad
Sitios arqueológicos
prehispánicos Pobre Pobre Regular Pobre
Arquitectura vernácula y
colonial Pobre Regular Bueno Regular
Patrimonio histórico del
ferrocarril y republicano Bueno Regular Regular Regular
Bienes muebles Regular Pobre Pobre Pobre
Cultura viva de la región Regular Regular Regular Regular
Regadíos de frutales Bueno Bueno Muy Bueno Bueno
Calificación global de integridad Regular

En términos comparativos, los elementos de conservación que presentan las condiciones más favorables
de viabilidad son los regadíos de frutales, aunque se han visto en peligro por la falta de agua para riego. Le
siguen con mayor viabilidad para lograr su conservación la arquitectura vernácula, la arquitectura colonial
y el patrimonio ferroviario y republicano. En estos casos la recuperación es viable dadas las condiciones
físicas en las que se encuentran las edificaciones, así como el interés que pueden suscitar entre la
población local. Por otro lado, existen posibilidades de apoyo e interés gubernamental (a nivel de las
municipalidades), del sector privado (empresas, comités locales y asociaciones) y de las facultades de
arquitectura de las universidades del país (con proyectos de restauración y tesis de estudiantes avanzados).

Los elementos de conservación más difíciles de recuperar por su destrucción casi total (debido al saqueo, a
la agricultura y al crecimiento demográfico) son los sitios arqueológicos prehispánicos, que incluyen
también los depósitos paleontológicos. En efecto, el intento por recuperarlos y conservarlos implicaría
costos demasiado altos. Solamente existe algún grado de viabilidad si los hallazgos (fortuitos o producto
de la excavación científica) son inmediatamente protegidos y conservados al momento de su
descubrimiento.

En el caso de los bienes muebles, su calificación obedece a dos factores: (1) los objetos que se han
destruido conjuntamente con los sitios arqueológicos o edificios de otras épocas, y (2) a la falta de
conocimiento sobre los bienes existentes (y por ende el descuido y el tráfico ilícito de los mismos), ya que
los registros en la región son casi nulos. Por otro lado, los bienes muebles muchas veces son considerados
patrimonio familiar, por lo que en varios casos se reconoce que su exitosa conservación depende del
cuidado que le dan manos particulares.18

En general, podría afirmarse que los elementos de conservación que aún tienen un uso cotidiano o datan
de la historia reciente del país, son más viables de conservar, pues su contexto social y económico aún está
fresco en la memoria histórica de los pobladores de la región.

18
La Ley Para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación (Decreto 4-87) establece la obligatoriedad de los ciudadanos de
registrar ante el Departamento de Registro de Bienes Culturales, cualquier colección de bienes arqueológicos e históricos, siempre
y cuando hayan sobrepasado los 50 años de antigüedad.
C. Amenazas sobre los Elementos de Conservación

La identificación de amenazas se realizó al mismo tiempo que la identificación de los deterioros y causas
de deterioro, cuyos principales criterios fueron dos: severidad (grado de deterioro) y alcance (cuánto
abarca o hasta donde llega el deterioro). En el Cuadro 10 se muestran los resultados del análisis de
deterioros a los que se ven sometidos los elementos de conservación.

Cuadro 10. Presiones identificadas para cada elemento de conservación


Patrimonio
Sitios Arquitectura Cultura Regadíos
histórico del Bienes
Presiones o deterioros arqueológicos vernácula y viva de la de
ferrocarril y muebles
prehispánicos colonial región frutales
republicano
1 Abandono de regadíos - - - - - Medio
2 Alteración espacial - - Medio - - -
3 Destrucción Alto - Medio Alto - -
Deterioro en acabados y
4 - - Medio - - -
materiales de construcción
5 Pérdida de elementos Alto - - Medio - -
6 Pérdida de información Alto - - Alto - -
Pérdida de memoria histórica e
7 - Medio - - - -
identidad
Pérdida de potencial de
8 Alto - - Alto - -
interpretación
9 Pérdida del conocimiento local - - - - Alto -
Sustitución de arquitectura
10 - Alto - - - -
tradicional por moderna

Los deterioros identificados como más severos se dan principalmente en la arquitectura vernácula y
colonial, los bienes muebles y los sitios arqueológicos, los cuales en su mayoría están destruidos, lo que
afecta su integridad y causa la pérdida de información. En el caso de la cultura viva, la presión principal
es la pérdida del conocimiento local de tradiciones y costumbres, aplicable a la tradición oral y las
artesanías. En efecto, de todas las manifestaciones culturales, la gastronomía es quizás la que mejor se
mantiene, pues su transmisibilidad depende, en gran parte, de la elaboración y el disfrute de las comidas
dentro del círculo familiar.

Por otro lado, los deterioros clasificados como “Medio” afectan especialmente al patrimonio histórico
republicano y del ferrocarril, pero indican que en algunos casos es posible detener el deterioro. Por tanto,
los elementos en riesgo pueden ser recuperables a través de la restauración y puesta en valor.

Al igual que con los elementos de conservación naturales, las amenazas reflejan las fuentes de deterioro
que afectan los elementos de conservación culturales. Al procesar la información recabada sobre los
deterioros y sus causas, se observa que las principales amenazas para estos elementos son ocho, resumidas
en el cuadro 11.

1
Cuadro 11. Resumen de amenazas a los elementos de conservación culturales
Patrimonio Valor
Sitios Arquitectura histórico del jerárquico
arqueológicos vernácula y ferrocarril y Bienes Cultura viva Regadíos de global de
AMENAZAS prehispánicos colonial republicano muebles de la región frutales amenaza
1 Saqueo y vandalismo Muy Alto - Medio Muy Alto - - Muy Alto
2 Negligencia y abandono Muy Alto - Medio Medio - - Alto
Falta de valoración de
la cultura regional por
la juventud, autoridades
3 y sistema educativo Alto Alto Medio - Medio - Alto
Intervenciones
municipales sin base
4 técnica ni legal - Alto Bajo - - - Medio
5 Robo - - - Alto - - Medio
Imitación de patrones
6 externos - Alto - - - - Medio
7 Escasez de agua - - - - - Medio Bajo
8 Invasiones - - Bajo - - - Bajo
Estado de amenaza para
Muy Alto Alto Medio Alto Bajo Bajo Alto
objetos de conservación

A continuación, se hace una breve descripción de las amenazas identificadas como muy altas, altas y
medias, que son las consideradas como prioritarias para la elaboración de estrategias y toma de acción.
Vale la pena mencionar que este análisis es una primera aproximación a la realidad, pues hace falta mucha
investigación sobre estos temas.

1. Saqueo y vandalismo. Se refiere a los actos de remoción de elementos o extracción de objetos en


forma violenta y que por lo tanto causan destrucción y mutilación de los bienes culturales.
Lamentablemente el saqueo ha afectado muchísimo la conservación de los sitios arqueológicos y bienes
muebles en la región semiárida del valle del Motagua.

2. Negligencia y abandono. Describe la situación existente cuando no hay mantenimiento ni vigilancia


(tanto por las autoridades como por la población) de los bienes culturales. La falta de vigilancia da lugar a
su deterioro por acciones ambientales y sociales. Esta amenaza está profundamente ligada a la siguiente, la
falta de valoración.

3. Falta de valoración de la cultura regional por la juventud, autoridades y sistema educativo. Esta
amenaza se aplica a todos los bienes (tangibles) o manifestaciones culturales (intangibles) pues la falta de
conocimiento y valoración sobre los mismos afecta directamente en su protección y en el interés por
conservarlos. De igual manera, la falta de valoración por parte de la población y autoridades locales,
amenaza profundamente a los elementos de conservación naturales, ya que en muchos casos existe una
gran indiferencia y falta de interés por conservarlos.

4. Intervenciones municipales sin base técnica ni legal. Es bastante grave, especialmente para la
arquitectura vernácula y colonial, así como para el patrimonio histórico republicano y del ferrocarril. Se
refiere principalmente a las acciones de demolición, modificación de estilos, substitución y construcción
de estructuras ajenas al contexto histórico o estilístico de los bienes culturales y su entorno, realizadas por
las autoridades locales. En esta categoría se incluye el otorgamiento de permisos por las municipalidades a
la población, para realizar cualquiera de las acciones anteriores, sin considerar la posibilidad de
2
implementar una normativa de construcción que promueva la conservación de inmuebles históricos y
arquitectura vernácula.

5. Robo. Implica la extracción ilícita de bienes culturales y se asocia especialmente a los bienes muebles.
Entre los casos más conocidos están el robo de imágenes religiosas, pinturas antiguas, documentos,
platería, joyería antigua y mobiliario.

6. Imitación de patrones externos. Afecta especialmente a la arquitectura vernácula, con la pérdida de


elementos y/o su substitución por estilos externos u otros considerados más modernos. Los cambios en
arquitectura obedecen en gran medida a la inversión de nuevo capital en la construcción de infraestructura
doméstica, que incluye materiales y elementos que aportan “status” a los propietarios. En gran medida,
tanto el capital como los nuevos estilos y materiales son producto de las remesas que envían los migrantes
a sus familias desde los Estados Unidos.

Las presiones de mayor gravedad se reportan para los sitios arqueológicos y bienes muebles, debido a las
presiones a los que se ven sometidos y las condiciones de riesgo que presentan. Los grados de alto y
medio se aplican a la mayoría de los elementos de conservación, causados por la falta de conocimiento y
la falta de valoración por parte de la población y de las autoridades locales.

Las únicas amenazas calificadas como de bajo impacto (esto es, que pueden corregirse con un mínimo de
inversión) son las amenazas al patrimonio histórico del ferrocarril y republicano. Sin embargo, sí se
reconoce que se necesita de una amplia y constante campaña de divulgación y concientización para lograr
tan grandes retos.

D. Oportunidades

Además de identificar las amenazas, parte del ejercicio durante los talleres de Planificación fue la
identificación de las oportunidades existentes o potenciales en la región semiárida del valle del Motagua
en relación al Patrimonio Cultural. En síntesis, se trató de responder a la siguientes pregunta, tomando en
cuenta los criterios indicados: ¿Cuáles son las oportunidades más relevantes? En otras palabras, ¿cuáles
abarcan más elementos de conservación y ayudan a solucionar las necesidades más críticas (amenazas y
necesidades de manejo)? De esta manera, se identificaron las siguientes oportunidades (ver Figura 7,
páginas centrales):

1. Interés institucional y local. Se consideró como una oportunidad la existencia de entidades que de una
u otra forma promueven la cultura local, como Casas de la Cultura, ATURZAC (Asociación de Turismo
de Zacapa), AZCCA (Asociación de Zacapaneca de Contadores de Cuentos y Anécdotas), Fraternidad
Jicareña y otras. Así mismo, también es una oportunidad la presencia e interés institucional por parte de la
Fundación Defensores de la Naturaleza, Zootropic y The Nature Conservancy. Es importante también el
apoyo de INGUAT a determinadas iniciativas y los proyectos de investigación de la Facultad de
Arquitectura de la USAC en el rescate y valoración del patrimonio ferroviario.

2. Fortalecimiento de la identidad regional. Se consideró como una oportunidad, debido a que en la


región semiárida del valle del Motagua, y en general en los departamentos del oriente guatemalteco, existe
fuerte identidad en torno al patrimonio colonial, la gastronomía y la tradición oral, pero que requiere
fortalecimiento en referencia al patrimonio prehispánico, republicano y vernáculo.

3. Desarrollo del potencial turístico. Además de los atractivos naturales de la región semiárida del valle
del Motagua, existen en la zona sitios arqueológicos, arquitectura colonial, patrimonio paleontológico y
5
ferroviario, y entidades locales como ATURZAC que están promoviendo las actividades turísticas en la
región. También es una oportunidad que ya existe muy buena infraestructura vial, así como equipamiento
hotelero y recreativo, para desarrollar el potencial turístico.

4. Investigación. Existen ya estudios hechos en la región por el Centro de Estudios Folklóricos (CEFOL)
sobre tradición oral, danzas, historia y artesanías, así como proyectos en ejecución sobre historia y
restauración del Ferrocarril por la Facultad de Arquitectura de la USAC (Hernández 2004) y sobre la
Arqueología del Motagua Medio” por la Escuela de Historia (Paredes 1997; Romero 1998). También se
han realizado estudios sobre Arqueología Prehispánica en el Oriente de Guatemala (con excavaciones en
El Progreso y Zacapa), por parte de la misma escuela (Gutiérrez 1991), y estudios sobre tradición oral de
Río Hondo y Huité (Zacapa) por la Dirección General de Investigación –DIGI- de la USAC.

5. Valores de uso de materiales locales. Se ha identificado como una oportunidad debido a que los
materiales locales para la construcción artesanal brindan comodidad y están disponibles y accesibles para
la mayoría de la población local. De igual manera, los materiales necesarios para la gastronomía local, las
artesanías y los regadíos, son bastante rentables, por lo que se les continúa dando un amplio uso en la
región.

6. Esfuerzos de restauración. Se refiere a los esfuerzos realizados en pro del patrimonio Colonial, en las
iglesias de San Cristóbal y San Agustín Acasaguastlán (El Progreso) y Río Hondo (Zacapa), por parte de
la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural a través del Instituto de Antropología e Historia
(IDAEH).

E. Estrategias

Tomando en cuenta los análisis de amenazas y de oportunidades, se propusieron Objetivos Estratégicos y


estrategias de conservación para disminuir cada una de las amenazas críticas o para potencializar las
oportunidades identificadas. Se definieron dos objetivos estratégicos, que deberían ser la meta a alcanzar
para lograr la conservación de los seis elementos culturales identificados, y una serie de estrategias que
deberían desarrollarse para cumplir los objetivos, en términos de los próximos cinco años.

1. Objetivos estratégicos
a. Para el año 2010, se ha actualizado el registro del 100% y se han fortalecido las acciones de
protección, conservación e interpretación en los principales sitios arqueológicos, vernáculos,
coloniales y republicanos.
b. Para el año 2010, se ha fortalecido el proceso de revalorización y difusión de las manifestaciones
de la cultura viva de la región, especialmente en los sitios prioritarios de conservación de
patrimonio natural y cultural.

2. Priorización de Estrategias. Al igual que con los elementos de conservación naturales, las estrategias
desarrolladas fueron priorizadas dándoles calificaciones desde bajo a muy alto, en función de los
siguientes criterios:
• Beneficios: beneficio de mitigación de la amenaza, valor jerárquico de mejora de la viabilidad,
contribución, duración, influencia
• Factibilidad: institución o persona líder, factibilidad de implementación, habilidad de motivar al
público clave
• Costo
El cuadro 12, a continuación, muestra un resumen de la priorización de estrategias en función de los
criterios mencionados. Las estrategias seleccionadas y priorizadas son las que deberían guiar las acciones
de conservación del patrimonio cultural en la región semiárida del valle del Motagua.

Cuadro 12. Estrategias priorizadas en función de su beneficio, factibilidad y costo de implementación.


Valor jerárquico
Estrategias prioritarias global
1. Promover el establecimiento de la Comisión de Cultura y Turismo en el seno de los
CODEDES, con la participación del estado y la sociedad civil, constituyéndose como Alto
promotora de los aspectos culturales del presente plan de conservación
2. Desarrollar alianzas entre autoridades y sociedad civil para promover la protección,
conservación e interpretación de los sitios de La Reforma, La Vega del Cobán y Alto
Guaytán, así como el patrimonio ferroviario de Zacapa al Rancho
3. Investigar, sistematizar, difundir y fortalecer los principios, valores y manifestaciones
de la cultura viva y el patrimonio cultural tangible, basado en la participación plena y Alto
protagónica de las comunidades, MINEDUC, MICUDE y CEFOL

4. Desarrollar el turismo sostenible vinculado al patrimonio natural y cultural de la


región, con el fin de mejorar la sostenibilidad financiera de las áreas protegidas, y Alto
promover su valoración
5. Promover el desarrollo de museos comunitarios y privados temáticos para la
interpretación del patrimonio cultural tangible, la preservación de los bienes culturales Alto
muebles y la transmisión de las manifestaciones de la cultura viva

F. Medidas de éxito

Al igual que para los elementos de conservación naturales, para el patrimonio cultural se han desarrollado
una serie de indicadores que permitirán monitorear la integridad de los elementos de conservación
seleccionados. Los resultados finales del plan de monitoreo, en donde se muestran los indicadores según el
objetivo estratégico al que responden, se resumen en el cuadro 13.

10
Cuadro 13. Resumen del plan de monitoreo para los elementos culturales de la región
Frecuencia y
Indicador Objetivos Métodos Prioridad Estatus
Tiempo
# de actividades -Para el año 2010, se ha Registro de Anual
desarrolladas para la fortalecido el proceso de actividades
revalorización de la cultura revalorización y difusión de realizadas por
viva al año las manifestaciones de la municipalidades,
cultura viva de la región, MINEDUC y Alto Planeado
especialmente en los sitios ONG'S de la
prioritarios de conservación región
de patrimonio natural y
cultural
# de estaciones de agencia -Para el año 2010, se ha Inspección Anual
restauradas actualizado el registro del visual y registro
100% y se han fortalecido las fotográfico
acciones de protección,
conservación e interpretación Alto Activo
en los principales sitios
arqueológicos, vernáculos,
coloniales y republicanos.

# de iniciativas impulsadas -Para el año 2010, se ha Registro de las Anual


por la Comisión de Cultura actualizado el registro del comisiones
de los CODEDES 100% y se han fortalecido las
acciones de protección,
conservación e interpretación
en los principales sitios
arqueológicos, vernáculos,
coloniales y republicanos.
-Para el año 2010, se ha
fortalecido el proceso de Alto Planeado
revalorización y difusión de
las manifestaciones de la
cultura viva de la región,
especialmente en los sitios
prioritarios de conservación
de patrimonio natural y
cultural

# de sitios arqueológicos -Para el año 2010, se ha Visita de campo Bimensual-


con medidas de protección actualizado el registro del Depto de El
100% y se han fortalecido las Progreso;
acciones de protección, Zacapa-no
conservación e interpretación Alto Activo hay
en los principales sitios inspección
arqueológicos, vernáculos, contínua
coloniales y republicanos.

1
IV. LITERATURA CITADA

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1=
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valle del Motagua. Guatemala.

1A
ANEXOS B (Sección Cultural)
Anexo 1B
Sitios Arqueológicos y su posición geográfica en la región semiárida del valle del Motagua
(Departamento de Monumentos Prehispánicos, Coloniales y Republicanos del Instituto de Antropología e Historia)

Sitios Arqueológicos de Zacapa


MUNICIPIO: Cabañas. HOJA No UTM:
1. Cabañas 2260 IV 989517
2. La Laguna 2260 IV 974521 -975519
3. Pueblo Viejo 2260 IV 980531
4. El Cantoral 2260 IV 973509
5. El Guacamayo 2260 IV 971502
6. El Manguito 2260 IV 976423
7. San Vicente 2260 I 44487
8. El Arenal 2260 IV 35464
9. Monte Grande 2260 I 53488
10. El Zarzal 2260 I 52503
11. El Infiernillo 2260 IV 31527
12. El Infiernillo II 2260 IV 27527
13. Quebrada Honda 2260 IV 13525
14. El Paraíso 2260 IV 37532
15. El Rosario 2260 IV 977454

MUNICIPIO: Gualán
1. Gualán 2361 III 463734
2. Capucal 22361 III 479752
3. Santa Cecilia

MUNICIPIO: Huité.
1. La Reforma 2260 I 79545
2. Palo Negro I 2260 I 91504
3. Palo Negro II 2260 I 93503
4. Palo Negro III 2260 I 89509
5. Las Vegas 2260 I 65548
6. Los Llanos 2260 I 73548
7. Antobran 2260 I 103468
8. Las Joyas 2260 I 140504
9. El Zanjón, Loa Zanjones 2260 I 90548
10. El Conacastillo, Plan de 2260 I 119519
11. Los Cocos I 2260 I 103491
12. Los Cocos II 2260 I 120491
13. Tres Pinos 2260 I 139521
14. La Puerta 2260 I 119499
15. El Encinal 2260 I 134499
16. La Oscurana, Aldea 2260 I 128486
17. Manzanotillo 2260 I 125482
18. San Miguel 2260 I 113468
1
19. San Francisco 2260 I 122529
20. El Cerrón 2260 I 96519
21. Piñuelas 2260 I 77504
22. Portezuelo 2260 I 101550

MUNICIPIO: Río Hondo.


1. Río Hondo, Marines 2261 II 225645
2. Sunzapote 2261 II 115615
3. Chispan, El Alto 2261 II 227641
4. Lo de Mejía 2261 II 162606
5. Los Patios, Quebrada de 2261 II 237644
6. Quebrada Honda 2261 II 242646
7. La Pepesca 2261 II 254644
8. Las Pozas 2261 II 276667
9. Jumuzná 2261 II 303664
10. El Rosario, Río Hondo 2361 III 332689
11. Labor de Duarte 2260 I 107592
12. Casas de Pinto 2261 II 190628
13. Las Joyas 2261 II 208638
14. Ojo de Agua 2261 II 141622
15. Brisas del Río 2261 II 216644

MUNICIPIO: Teculután
1. Vega del Cobán 2260 I 83562
2. El Chaparro 2260 I 64606
3. La Molienda I 2261 II 54615
4. La Molienda II 2261 II 54618
5. La Molienda III 2261 II 54620
6. San José 2260 I 99053
7. Plazuela 2260 I 132592
8. San Antonio 2260 I 69604
9. El Divisadero 2261 II 78619
10. El Remolino, Los Bordos 2260 I 58555

MUNICIPIO: Usumatlán
1. Guijo I 2260 IV 991544
2. Vega, de la Cueva del Negro 2261 III 993602
3. Pueblo Viejo, Jabalí 2261 III 993685
4. Uyus 2260 I 951539
5. Trujillo, Hacienda 2260 IV 965535
6. El Refugio, (Huijó Este) 2260 IV 4537
7. El Nopal, (Huijó Oeste) 2260 IV 987542
8. Usumatlán 2260 IV 11539
9. El Potrerón 2260 IV 21539
10. La Oscurana, Finca 2260 IV 15587
11. La Oscurana II, Sur 2260 IV 19582
12. Las Pilas 2260 IV 1589
11
Sitios Arqueológicos de El Progreso
MUNICIPIO: El Jícaro HOJA No UTM:
1. Los Bordos 2260 IV 904505
2. El Jícaro 2260 IV 892507
3. Lo de China 2260 IV 928510
4. El Remolino 2260 IV 872513
5. El Espíritu Santo 2260 IV 896507
6. El Pino I 2260 IV 915506
7. El Pino II 2260 IV 918508
8. El Carrizo 2260 IV 946516
9. El Chato 2260 IV 956534
10. El Taladro 2260 IV 955526
11. El Guayacán 2260 IV 900503
12. Ojo de Agua 2260 IV 897497
13. El Jabillo 2260 IV 859477
14. La Vega de las Ovejas 2260 IV 865489
15. Ananopa 2260 IV 843503
16. El Tintero 2260 IV 869497

MUNICIPIO: Guastatoya
1. Santa Rita 2160 I 216450
2. Palo Amontonado 2160 I 130500
3. Guastatoya 2160 I 153435
4. Manzanal

MUNICIPIO: Morazán
1. Morazán 2160 I 85534
2. Los Chaguites 2260 IV 843518
3. Tulumajillo 2160 I 177508
4. Rancho Viejo 2160 I 154506
5. Bucaral 2161 II 94613

MUNICIPIO:
San Cristóbal Acasaguastlán
1. Manzanal 2260 IV 942528
2. San Cristóbal Acasaguastlán 2260 IV
3. Piedras Negras I 2260 IV 919518
4. Piedras Negras II 2260 IV 927518
5. Manzanotal Norte 2260 IV 936524
6. El Coco 2260 IV 943546
7. Manzanotal
8. Manzanotal III
9. Manzanotal IV 2060 IV 935524
10. La Ponchera 2260 IV 948528
11. Uyús 2260 IV 949539
12. Huisajo 2260 IV 893518

12
MUNICIPIO:
San Agustín Acasaguastlán
1. El Conté 2261 III 842612
2. Campo de Leones 2261 III 811691
3. Timulayá 2261 III 803613
4. El Termo 2260 IV 817531
5. San José Apantes 2160 I 195591
6. Empalme 2260 IV 894521
7. Tambor 2260 IV 958531
8. Loa Cimientos 2160 I 185539
9. Guayasco 2160 II 154389
10. Guaytán 2260 IV 809525
11. Tulumaje Viejo 2160 I 202521
12. La Azotea 2260 IV 809537
13. Magdalena 2260 IV 8195 II
14. Santa Gertrudis 2260 IV 783517
15. Tulumaje 2160 I 194518

15
Anexo 2B
Calendario de fiestas patronales en municipios de la región semiárida del valle del Motagua

Fecha Santo Patrón Municipio El Progreso Chiquimula Zacapa


Ene. 15 Esquipulas El Progreso
X
Guastatoya
Ene. 19-21 San Sebastián Cabañas X
Feb. 4-7 Candelaria Teculután X
Feb. 23-28 Candelaria Río Hondo X
movible Carnaval Huité X
Movible Carnaval Gualán X
Jun. 24 San Juan Bautista Usumatlán X
Jul. 30 San Cristóbal San Cristóbal
X
Acasaguastlán
Ago. 14 Ntra. Sra. del Tránsito Chiquimula X
Ago. 28 San Agustín San Austín
X
Acasaguastlán
Sept. 29 San Miguel Arcángel Gualán X
Nov. 11-13 San Diego de Alcalá San Diego X
Nov. 20-23 Santa Cecilia Estanzuela X
Dic. 4-9 Concepción Zacapa X
Dic. 25 La Natividad Morazán X
Dic. 25 La Sagrada Familia El Jícaro X

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