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SOBRE LA RELACIÓN ENTRE SEGURIDAD NACIONAL Y SEGURIDAD

INTERIOR, LA LEY ARGENTINA Y CHILENA Y LA PROPUESTA DEL PRI


PARA MÉXICO.1

1.- La premisa de las propuestas:

Existe una premisa que se mantiene de manera continua en las diferentes propuestas que
en torno a la relación entre seguridad nacional y seguridad interior existe:

Las dos vertientes de la seguridad nacional son: la defensa exterior y la seguridad


interior.

La tesis anterior la encontramos con las mismas palabras en la iniciativa de ley para reformar
la Ley de Seguridad Nacional de Calderón, así como en las de Camacho/Tamayo del PRI Y de
Gil del PAN.

2.- ¿En dónde está el error?

El error está en igualar los siguientes conceptos:

Ámbito externo de la seguridad nacional = Defensa exterior

Ámbito interior de la seguridad nacional = Seguridad Interior

Igualar la determinante exterior de la Seguridad Nacional con la defensa y la guerra, es


ignorar su carácter multidimensional; los factores económicos, políticos, sociales,
medioambientales y militares EXTERNOS que la afectan, en un proceso dinámico e
interdependientes.

Igualar por otra parte, la determinante interna de la Seguridad Nacional con la Seguridad
Interior, además de ignorar su carácter multidimensional es hacer pasar la parte por el todo,
al identificar un concepto estrecho como lo es el de la Seguridad Interior, con otro mucho
más amplio y complejo, de Seguridad Nacional.

1(Presentado en el “Congreso de la Cultura de la Seguridad Nacional”, Comisión Bicamaral de Seguridad


Nacional y el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Cámara de Diputados, febrero 23 y 24 de
2017, Salón Legisladores de la República)
ORIGEN FACTORES Amenazas y riesgos
EXTERNO Económicos (internos y externos)
Políticos
Sociales SN
INTERNO Ambientales Capacidades nacionales
Militares (internas y externas)

El concepto de Seguridad Interior es mucho más estrecho que el concepto de “vertiente


interior de la Seguridad Nacional”, por dos razones:
- La primera es que la Seguridad Interior solo hace referencia solo a algún aspecto
que se encuentran relacionado con riesgos internos de orden político y/o social, dejando
de lado los muchos otros internos, que pueden surgir del aspecto político o social, del
económico, ambiental, o militar;
- La segunda es que en la Seguridad Interior se trata de hechos (no amenazas o
riesgos) que están sucediendo y que atentan directa y activamente contra la vigencia del
Estado de Derecho Constitucional, la propiedad y/o la vida y salud de las personas.

3.- La Seguridad Interior.

3.1 En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El párrafo de la hoy fracción VI del artículo 89 de la Constitución se encuentra desde la


primera constitución mexicana de 1824, hace 193 años (Art. 110 Fcc. X), sin ningún cambio
hasta el 2004.

Ese año se introdujo la frase: “Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley
respectiva, y…” (2004) ampliando la facultad del Presidente, al incorporar la seguridad
nacional, y manteniendo la otra (1824) de “disponer de la totalidad de la Fuerza Armada
permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior
y defensa exterior de la Federación” sin cambio.

Hay dos artículos en la CPEUM que guardan relación con dicha fracción:

“Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier
otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto…”

“Artículo 119. Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda
invasión o violencia exterior. En cada caso de sublevación o transtorno (sic) interior, les
prestarán igual protección…”

En ambos artículos al lado de la invasión o violencia exterior, se pone, el concepto de


“perturbación grave de la paz pública” y el de “sublevación o transtorno (sic) interior”.
Que el concepto de Seguridad Interior hace referencia a aspectos de orden público, paz
pública, trastorno interior o seguridad interior pública, fue el criterio establecido por la
SCJN, al resolver la controversia constitucional sobre la participación del Ejército en
actividades de seguridad pública.

En estos casos la Seguridad Interior (vigencia del orden Constitucional y del orden Público)
se ve afectada como consecuencia de actos y hechos que implican la pérdida o
debilitamiento de gobierno y de la capacidad de aplicación de las leyes constitucionales, el
estado de derecho, o la protección de las personas y sus bienes, motivo por el cual se faculta
al Presidente la posibilidad de “Disponer” toda la Fuerza Pública del Estado para enfrentar
dicha situación, incluyendo a las Fuerzas Armadas.

En ese caso no se trata de una amenaza o riesgo, ni de acciones preventivas, proactivas o


de inteligencia, como lo sería el caso de la Seguridad Nacional; se trata de hechos concretos,
en algunos casos delitos, que exigen acciones operativas y de aplicación de la fuerza,
reactivas y/o punitivas en contra de quienes enfrentan activamente al Estado y la vigencia
del orden constitucional, afectando los derechos de los ciudadanos, en su vida, patrimonio,
y el disfrute de los derechos constitucionales.

Se le llama Seguridad interior a una situación de hecho, en donde, por cualquier razón, la
capacidad de los órganos del Estado (gobierno) para funcionar, imponer la ley y el orden y
la salvaguarda a los derechos, la vida y propiedades de las personas, se ve rebasada. Esa
situación de incapacidad, se convierte en asunto del Estado, es decir de Seguridad Interior.
El que se convierta en Seguridad Interior, por la incapacidad institucional, no modifica la
naturaleza del factor, sea Seguridad Pública, Protección Civil o Sanitaria según el caso.

Al ser de hecho, deja de ser de Seguridad Nacional de origen interno; no es más un asunto
de prevención y anticipación de riesgos y amenazas al orden y la seguridad pública, por
ejemplo, para convertirse en un asunto del monopolio de la fuerza al interior del Estado; un
asunto que exige la acción de los órganos del Estado, es decir del gobierno, para coaccionar,
controlar y normalizar la situación confirmando su autoridad y poder. Esta es una acción de
fuerza operativa que entre más inmediata, visible y táctica sea, mejor.

La Seguridad Interior reclama siempre, no el análisis pro activo de la inteligencia para la


Seguridad Nacional, sino la acción inmediata de dominio y control de las fuerzas públicas
del gobierno.

Cuando busca imponer la ley en su propio territorio mediante el uso de la fuerza es un


asunto de Seguridad Pública. Ésta situación de hecho, exige la aplicación de la capacidad de
fuerza del Estado para imponer la autoridad y dominio del gobierno. Por ello la utilización
de las fuerzas armadas.
En la Constitución mexicana el uso de las fuerzas armadas en situaciones de Seguridad
Interior, no está supeditada necesariamente a la declaratoria de excepción que sí es
necesaria en la hipótesis del artículo 29.

Ese es el razonamiento de la SCJN, en su resolución sobre la constitucionalidad de la


participación de las fuerzas armadas en asuntos de Seguridad Pública.

“La actuación del Ejército, Fuerza Aérea o Armada no está condicionada al estallido de
una guerra o suspensión de garantías. Como fuerza pública, está constitucionalmente
facultada para salvaguardar la seguridad interior…Por ello, de la interpretación
armónica de la fracción VI del artículo 89 con el numeral 129 en análisis, se desprende
que dentro de las funciones que tienen conexión exacta con la disciplina militar a las que
se refiere el último numeral, se encuentran la de auxiliar a las autoridades civiles
cuando, por circunstancia del caso, requieren de la fuerza militar para salvaguardad la
seguridad interior de la Nación………………………………………………………………………………………
Es preciso insistir…salvo la situación excepcional de suspensión de garantías, en todo
caso y bajo cualquier circunstancia las Fuerzas Armadas no pueden actuar
automáticamente, sino en estricto auxilio de las autoridades civiles y siempre y cuando
se solicite expresamente su apoyo. Esto significa que las fuerzas armadas no pueden,
por sí mismas, intervenir en asuntos de la competencia de las autoridades civiles.”2

En ese sentido todo el andamiaje legal y jurídico del Estado permanece sin cambio. Ello
exige que el actuar de las Fuerzas Armadas se de en el marco jurídico establecido.

Es erróneo afirmar que "no existe un marco jurídico que garantice el actuar de las Fuerzas
Armadas en acciones de seguridad interior"; las acciones de las Fuerzas Armadas se han
dado siempre dentro del andamiaje jurídico establecido por las leyes aplicables.

“…la realidad puede generar un sinnúmero de situaciones, pero de suyo excepcionales


que, a juicio del Presidente de la república, no justifique la suspensión de garantías
individuales, pero sí la intervención de una fuerza estatal que, efectivamente pueda
coadyuvar a salvaguardar el orden constitucional, naturalmente dentro del propio
orden que esta establece…”3

Sin duda que la Seguridad Interior, como capacidad del Estado de asegurar la vigencia del
Estado de Derecho, el orden y la Paz Pública, no sólo es un elemento clave en el análisis de
la Seguridad Nacional; es básico, porque no se puede hablar de Estado propiamente dicho
sin no se es capaz de asegurar el respeto a las normas que constituyen a ese Estado.

Lo que hace la diferencia entre ambos, es el aspecto operacional y coactivo de la Seguridad


Interior. La Seguridad Nacional lo que observa es la dinámica de las amenazas y los riesgos

2
http://www2.scjn.gob.mx/juridica/engroses/CERRADOS/108/96000010.019.pdf Pág. 192-193
3
Ibíd. Pág. 197
asociados a la capacidad política interior del gobierno, para proyectar escenarios y formular
alternativas de acción y de política que buscan neutralizar esas amenazas y riesgos; es una
actividad preventiva y pro activa, que busca alertar sobre posibles daños y peligros y
presentar escenarios alternativos.

La Seguridad Nacional es propuesta de política pública, no es el accionar operativo de la


fuerza del Estado frente a hechos de Guerra o de Seguridad Interior. Éste accionar del
gobierno es operativo y cuando es reactivo, coercitivo y punitivo, tiene todos los
elementos de la Seguridad Pública, la persecución del delito y la aplicación de la ley.

El normar la declaratoria de situaciones de Seguridad Interior, como lo pretenden las


propuestas, no cambia nada por qué tal como lo prevé la Constitución, dicha situación no
exige la suspensión de garantías. Las acciones de Seguridad Interior, son de seguridad
pública cuando implican el apoyo para el mantenimiento del orden público, la paz social y
la vigencia del derecho. No pueden ser realizadas con todo el poder y fuerza de las Fuerzas
Armadas sino sujetas al orden legal que están ayudando a restablecer.

Por ello las propuestas del PAN y del PRD, no abonan en la dirección que quiere el Ejército,
de dar “certidumbre jurídica a las fuerzas armadas en sus acciones de seguridad Interior”,
porque solo abordan la normativa de la declaración, y aspectos de coordinación y
seguimiento a las acciones en materia de Seguridad Interior; la definición de tiempo,
circunstancia, ámbito de aplicación, respeto al marco legal y de los Derechos Humanos
entre otros.

El General Secretario Cienfuegos pide específicamente: “No se trata de conceder


atribuciones de policía a las Fuerzas Armadas, sino de definir cuándo, cómo y para qué debe
recurrirse a su empleo, de acuerdo con las misiones que tienen establecidas, actuando
conforme a la organización, adiestramiento, equipo y poder de fuerza con el que cuentan.”4

Como lo ha señalado la Suprema Corte de Justicia de la Nación, él ¿cuándo? y el ¿para qué?


es facultad del Presidente de la República; el ¿cómo? es atribución de las Fuerzas Armadas
actuando dentro del marco legal que la Constitución exige.

No son atribuciones de policía, son atribuciones que la Constitución fija a las Fuerzas
Armadas para actuar en auxilio de la autoridad civil para garantizar la Seguridad Interior.
Esta es una misión fundamental de las Fuerzas Armadas. Por ello deberá ajustar su
organización, adiestramiento, equipo y poder de fuerza al cumplimiento escrupuloso de
esta responsabilidad. No se trata aquí que la misión de defensa y guerra, se imponga sobre
la otra o que en aras de la Seguridad Interior se declare una guerra interna en la que las
Fuerzas Armadas actúen con todo el “equipo y poder de fuerza con el que cuenten”.

4
General Secretario Cienfuegos, EL UNIVERSAL 2:22 05/12/2016
3.2 En las leyes de Argentina y Chile.

El anterior punto de vista se encuentra presente en dos de las más importantes leyes
relacionadas con la seguridad interior como lo es el caso de la ley de Argentina y Chile.

En el caso de Argentina la Ley de Seguridad Interior señala que:


La Ley de seguridad Interior: “establece las bases jurídicas, orgánicas y funcionales …… del
esfuerzo nacional de policía tendiente a garantizar la seguridad interior.” (Art. 1)

Y define a la Seguridad Interior como: “la situación de hecho basada en el derecho en la


cual se encuentran resguardadas la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes, sus
derechos y garantías y la plena vigencia de las instituciones del sistema representativo,
republicano y federal que establece la Constitución Nacional.” (Art. 2)

En todos los casos se trata de: “la conducción política y supervisión operacional de los
cuerpos policiales y fuerzas de seguridad federales y provinciales que se encuentren
empeñados en el restablecimiento de la seguridad interior en cualquier lugar del territorio
nacional”

Las fuerzas armadas solo pueden utilizarse si a juicio del presidente el sistema de seguridad
interior es insuficiente y previa declaración del estado de sitio. (Arts. 31 y 32)

En el caso de Chile se trata de una Ley sobre seguridad del Estado. Incluye la seguridad
exterior y la seguridad interior.

Para el caso de la seguridad Interior la ley define:


Delitos sobre la seguridad interior; aquellos que con el propósito de alterar el orden
constitucional o la seguridad pública atenten contra la vida y libertad de las personas, así
como de aquellos que se alcen en contra del gobierno o provoquen una guerra civil.
Delitos contra el Orden Público; desórdenes o violencia para alterar la tranquilidad
pública; Los que ultrajen los símbolos patrios; los que inciten o realicen actos que destruyan
o dañen la infraestructura o elementos del servicio público o de utilidad pública.
Envenenamiento de aguas y alimentos destinados al consumo público; armas y explosivos;
dinero para cometer delitos consignados en la ley.
Delitos contra la normalidad de las actividades nacionales: Suspensiones colectivas o
huelgas en servicios de utilidad pública, de producción, transporte y comercio sin la
sujeción a las leyes y que produzcan alteraciones al orden público.

La Ley establece que el presidente puede declarar el estado de emergencia por: ataque
exterior, invasión o calamidad pública (en este caso hasta por 6 meses). Declarado el estado
de emergencia, la zona respectiva quedará bajo la dependencia inmediata del Jefe de la
Defensa Nacional que el Gobierno designe, quien asumirá el mando militar con las
atribuciones y deberes que se determinen en la ley.
En caso de “Conmoción interior”: El presidente podrá proponer de inmediato al Congreso
la declaración de hallarse uno o varios puntos del territorio nacional en estado de sitio, o
hacerla él mismo y por tiempo determinado, si el Congreso no estuviere reunido.

En ambas legislaciones de argentina y Chile, queda claro que, con excepción a los casos de
desastres naturales y pandemias, se trata de aspectos que tienen que ver con la Seguridad
Pública y que se convierten en asuntos de Seguridad Interior.

Solo en los casos de excepción, el estado de emergencia o el estado de sitio, se permite la


participación de las fuerzas armadas.

4.- La Propuesta de los diputados del PRI sobre una ley de Seguridad Interior.

La iniciativa define y distingue dos tipos de acciones:


- “Acciones de Seguridad Interior que son aquellas realizadas por autoridades
federales, en el contexto de una “Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior”
y;
- “Acciones de Orden Interno” aquellas realizadas por autoridades federales,
“incluyendo las fuerzas armadas, por sí o en coordinación”, orientadas a prevenir
amenazas a la seguridad Interior en una zona geográfica del país…”

Como vemos es en este último tipo de “Acciones de Orden Interno” en donde se abre la
puerta para que “por sí” es decir autónomamente las fuerzas Armadas realicen sus
operaciones que ya no son consideradas como de Seguridad Pública sino de Seguridad
Nacional y por ende acciones militares; y por tanto no sujetas a ningún límite normativo o
jurídico relacionado con la Seguridad Pública.

Los diputados en la explicación de su iniciativa las definen como de “carácter permanente”.


Por ello no es necesaria la orden del Presidente para “disponer de las Fuerzas Armadas”.

Resulta oportuno señalar que tanto el procedimiento como el grueso de la propuesta


normativa en la iniciativa hace referencia a las “Acciones de Seguridad Interior” que son las
que requieren de la una “Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior”, para su
ejecución.

En relación a las “Acciones de Orden Interno” además de generalizarlas a todo tipo de


acciones y a todo tipo de amenazas a la Seguridad Interior, no se les señala ningún otro
supuesto normativo, por lo que su definición y facultad, permite acciones materiales de
guerra del ejército mexicano al interior del país en cualquier asunto que se “considere
amenaza a la seguridad Interior”. A pesar de enumerar algunas “entre otras,” finalmente,
señala en el artículo 3, fracción II apartado “J” de la propuesta, “Las demás que se
consideren necesarias”, es decir todas.
Por otra parte, al definir en su propuesta de artículo 7; como “amenazas a la Seguridad
Interior, siempre que superen las capacidades efectivas de las autoridades
competentes…Cualquier otro acto o hecho que ponga en peligro la estabilidad, seguridad
o paz públicas en el territorio nacional o en áreas geográficas específicas del país.”;
incorpora en la norma, de un modo genérico y amplio, todas las que puedan considerarse
como amenazas “a la estabilidad, seguridad o paz pública; y para el caso de “acciones de
orden Interno” sin mediar más ningún acto declaratorio de autoridad alguna, pues el
ejército estaría facultado, conforme la propuesta “por sí” a llevarlas a cabo como ejército
ya no como policía.

En esta propuesta la tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de sujeción de las


fuerzas armadas al Presidente de la República y a la autoridad civil queda totalmente
abandonada.

La propuesta vuelve a afirmar en el artículo 17: “Las Acciones de Orden Interno y de


Seguridad Interior que lleven a cabo las Fuerzas Armadas, en ningún caso se considerarán
de seguridad pública”; o sea aun cuando se trate de la paz y el orden público, al ser la
seguridad Interior un asunto de Seguridad Nacional se justifica jurídicamente de manera
plena, el uso de la fuerza militar como si de un acto de guerra interna se tratara.

La propuesta no se queda en ello, sino amplía además las acciones de carácter autónomo
de las autoridades federales, y por supuesto de la que verdaderamente importa, del ejército
“para identificar y atender oportunamente, según su naturaleza, los factores
desestabilizadores de la Seguridad Interior, contemplados en la Agenda Nacional de Riesgos
a que se refiere el artículo 7 de la Ley de Seguridad Nacional”; e incluso “para evitar el
surgimiento de amenazas a la Seguridad Interior en aquellas zonas o áreas geográficas del
país que lo requieran.”

Sin duda este solo aspecto de la propuesta del PRI, autoriza desde nuestro punto de vista
inconstitucionalmente, el despliegue “por sí” de las fuerzas militares actuando
operativamente sobre amplísimas áreas de la vida nacional e institucional (económicas,
políticas, sociales, ambientales y militares); todas aquellas en las que pudieran surgir
amenazas a la Seguridad Interior.

5.- Conclusiones.

5.1 El normar la declaratoria de Seguridad Interior, como lo pretenden las propuestas, no


resuelve la demanda del ejército de “dar garantía jurídica en las acciones de Seguridad
Interior”, por qué la Seguridad Interior no exige la suspensión de garantías. Ellas no
pueden ser realizadas con todo el poder y fuerza de las Fuerzas Armadas sino sujetas al
orden legal que están ayudando a restablecer.
5.2 Facultar a las Fuerzas Armadas para realizar “por sí” “Acciones de Orden Interno”
además de ser inconstitucional, lleva a una militarización del país, al ampliar el espacio
de sus operaciones militares a todos los aspectos de la vida nacional; resultado de igualar
la seguridad Interior con el aspecto interno de la Seguridad Nacional.

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