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Existe una premisa que se mantiene de manera continua en las diferentes propuestas que
en torno a la relación entre seguridad nacional y seguridad interior existe:
La tesis anterior la encontramos con las mismas palabras en la iniciativa de ley para reformar
la Ley de Seguridad Nacional de Calderón, así como en las de Camacho/Tamayo del PRI Y de
Gil del PAN.
Igualar por otra parte, la determinante interna de la Seguridad Nacional con la Seguridad
Interior, además de ignorar su carácter multidimensional es hacer pasar la parte por el todo,
al identificar un concepto estrecho como lo es el de la Seguridad Interior, con otro mucho
más amplio y complejo, de Seguridad Nacional.
Ese año se introdujo la frase: “Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley
respectiva, y…” (2004) ampliando la facultad del Presidente, al incorporar la seguridad
nacional, y manteniendo la otra (1824) de “disponer de la totalidad de la Fuerza Armada
permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior
y defensa exterior de la Federación” sin cambio.
Hay dos artículos en la CPEUM que guardan relación con dicha fracción:
“Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier
otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto…”
“Artículo 119. Los Poderes de la Unión tienen el deber de proteger a los Estados contra toda
invasión o violencia exterior. En cada caso de sublevación o transtorno (sic) interior, les
prestarán igual protección…”
En estos casos la Seguridad Interior (vigencia del orden Constitucional y del orden Público)
se ve afectada como consecuencia de actos y hechos que implican la pérdida o
debilitamiento de gobierno y de la capacidad de aplicación de las leyes constitucionales, el
estado de derecho, o la protección de las personas y sus bienes, motivo por el cual se faculta
al Presidente la posibilidad de “Disponer” toda la Fuerza Pública del Estado para enfrentar
dicha situación, incluyendo a las Fuerzas Armadas.
Se le llama Seguridad interior a una situación de hecho, en donde, por cualquier razón, la
capacidad de los órganos del Estado (gobierno) para funcionar, imponer la ley y el orden y
la salvaguarda a los derechos, la vida y propiedades de las personas, se ve rebasada. Esa
situación de incapacidad, se convierte en asunto del Estado, es decir de Seguridad Interior.
El que se convierta en Seguridad Interior, por la incapacidad institucional, no modifica la
naturaleza del factor, sea Seguridad Pública, Protección Civil o Sanitaria según el caso.
Al ser de hecho, deja de ser de Seguridad Nacional de origen interno; no es más un asunto
de prevención y anticipación de riesgos y amenazas al orden y la seguridad pública, por
ejemplo, para convertirse en un asunto del monopolio de la fuerza al interior del Estado; un
asunto que exige la acción de los órganos del Estado, es decir del gobierno, para coaccionar,
controlar y normalizar la situación confirmando su autoridad y poder. Esta es una acción de
fuerza operativa que entre más inmediata, visible y táctica sea, mejor.
“La actuación del Ejército, Fuerza Aérea o Armada no está condicionada al estallido de
una guerra o suspensión de garantías. Como fuerza pública, está constitucionalmente
facultada para salvaguardar la seguridad interior…Por ello, de la interpretación
armónica de la fracción VI del artículo 89 con el numeral 129 en análisis, se desprende
que dentro de las funciones que tienen conexión exacta con la disciplina militar a las que
se refiere el último numeral, se encuentran la de auxiliar a las autoridades civiles
cuando, por circunstancia del caso, requieren de la fuerza militar para salvaguardad la
seguridad interior de la Nación………………………………………………………………………………………
Es preciso insistir…salvo la situación excepcional de suspensión de garantías, en todo
caso y bajo cualquier circunstancia las Fuerzas Armadas no pueden actuar
automáticamente, sino en estricto auxilio de las autoridades civiles y siempre y cuando
se solicite expresamente su apoyo. Esto significa que las fuerzas armadas no pueden,
por sí mismas, intervenir en asuntos de la competencia de las autoridades civiles.”2
En ese sentido todo el andamiaje legal y jurídico del Estado permanece sin cambio. Ello
exige que el actuar de las Fuerzas Armadas se de en el marco jurídico establecido.
Es erróneo afirmar que "no existe un marco jurídico que garantice el actuar de las Fuerzas
Armadas en acciones de seguridad interior"; las acciones de las Fuerzas Armadas se han
dado siempre dentro del andamiaje jurídico establecido por las leyes aplicables.
Sin duda que la Seguridad Interior, como capacidad del Estado de asegurar la vigencia del
Estado de Derecho, el orden y la Paz Pública, no sólo es un elemento clave en el análisis de
la Seguridad Nacional; es básico, porque no se puede hablar de Estado propiamente dicho
sin no se es capaz de asegurar el respeto a las normas que constituyen a ese Estado.
2
http://www2.scjn.gob.mx/juridica/engroses/CERRADOS/108/96000010.019.pdf Pág. 192-193
3
Ibíd. Pág. 197
asociados a la capacidad política interior del gobierno, para proyectar escenarios y formular
alternativas de acción y de política que buscan neutralizar esas amenazas y riesgos; es una
actividad preventiva y pro activa, que busca alertar sobre posibles daños y peligros y
presentar escenarios alternativos.
Por ello las propuestas del PAN y del PRD, no abonan en la dirección que quiere el Ejército,
de dar “certidumbre jurídica a las fuerzas armadas en sus acciones de seguridad Interior”,
porque solo abordan la normativa de la declaración, y aspectos de coordinación y
seguimiento a las acciones en materia de Seguridad Interior; la definición de tiempo,
circunstancia, ámbito de aplicación, respeto al marco legal y de los Derechos Humanos
entre otros.
No son atribuciones de policía, son atribuciones que la Constitución fija a las Fuerzas
Armadas para actuar en auxilio de la autoridad civil para garantizar la Seguridad Interior.
Esta es una misión fundamental de las Fuerzas Armadas. Por ello deberá ajustar su
organización, adiestramiento, equipo y poder de fuerza al cumplimiento escrupuloso de
esta responsabilidad. No se trata aquí que la misión de defensa y guerra, se imponga sobre
la otra o que en aras de la Seguridad Interior se declare una guerra interna en la que las
Fuerzas Armadas actúen con todo el “equipo y poder de fuerza con el que cuenten”.
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General Secretario Cienfuegos, EL UNIVERSAL 2:22 05/12/2016
3.2 En las leyes de Argentina y Chile.
El anterior punto de vista se encuentra presente en dos de las más importantes leyes
relacionadas con la seguridad interior como lo es el caso de la ley de Argentina y Chile.
En todos los casos se trata de: “la conducción política y supervisión operacional de los
cuerpos policiales y fuerzas de seguridad federales y provinciales que se encuentren
empeñados en el restablecimiento de la seguridad interior en cualquier lugar del territorio
nacional”
Las fuerzas armadas solo pueden utilizarse si a juicio del presidente el sistema de seguridad
interior es insuficiente y previa declaración del estado de sitio. (Arts. 31 y 32)
En el caso de Chile se trata de una Ley sobre seguridad del Estado. Incluye la seguridad
exterior y la seguridad interior.
La Ley establece que el presidente puede declarar el estado de emergencia por: ataque
exterior, invasión o calamidad pública (en este caso hasta por 6 meses). Declarado el estado
de emergencia, la zona respectiva quedará bajo la dependencia inmediata del Jefe de la
Defensa Nacional que el Gobierno designe, quien asumirá el mando militar con las
atribuciones y deberes que se determinen en la ley.
En caso de “Conmoción interior”: El presidente podrá proponer de inmediato al Congreso
la declaración de hallarse uno o varios puntos del territorio nacional en estado de sitio, o
hacerla él mismo y por tiempo determinado, si el Congreso no estuviere reunido.
En ambas legislaciones de argentina y Chile, queda claro que, con excepción a los casos de
desastres naturales y pandemias, se trata de aspectos que tienen que ver con la Seguridad
Pública y que se convierten en asuntos de Seguridad Interior.
4.- La Propuesta de los diputados del PRI sobre una ley de Seguridad Interior.
Como vemos es en este último tipo de “Acciones de Orden Interno” en donde se abre la
puerta para que “por sí” es decir autónomamente las fuerzas Armadas realicen sus
operaciones que ya no son consideradas como de Seguridad Pública sino de Seguridad
Nacional y por ende acciones militares; y por tanto no sujetas a ningún límite normativo o
jurídico relacionado con la Seguridad Pública.
La propuesta no se queda en ello, sino amplía además las acciones de carácter autónomo
de las autoridades federales, y por supuesto de la que verdaderamente importa, del ejército
“para identificar y atender oportunamente, según su naturaleza, los factores
desestabilizadores de la Seguridad Interior, contemplados en la Agenda Nacional de Riesgos
a que se refiere el artículo 7 de la Ley de Seguridad Nacional”; e incluso “para evitar el
surgimiento de amenazas a la Seguridad Interior en aquellas zonas o áreas geográficas del
país que lo requieran.”
Sin duda este solo aspecto de la propuesta del PRI, autoriza desde nuestro punto de vista
inconstitucionalmente, el despliegue “por sí” de las fuerzas militares actuando
operativamente sobre amplísimas áreas de la vida nacional e institucional (económicas,
políticas, sociales, ambientales y militares); todas aquellas en las que pudieran surgir
amenazas a la Seguridad Interior.
5.- Conclusiones.