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Durante el desarrollo del sistema inquisitivo nació un mecanismo de control burocrático que
permitía a quienes se encontraban sometidos a una decisión de autoridad, atacar dicha
resolución intentando demostrar su agravio y de lograrlo, conseguir que la decisión atacada
fuese revocada, modificada o eliminada.
Sin embargo, en sus orígenes este instituto no tuvo para nada en miras otorgar una “garantía
de seguridad” para los súbditos que se encontraban en conflicto con la ley, sino más bien, sus
fundamentos principales se basaban en el propio sistema de organización política de aquel
entonces, es decir, las monarquías. En este sentido, los monarcas -que ostentaban todos los
poderes de la soberanía, por lo tanto, también concentraban en sí mismos todo el poder de
decisión- “delegaban” en los inquisidores el poder decisorio, pero aquellos se encontraban
obligados a seguir sus reglas y a devolver la jurisdicción delegada a quien la detentaba
originalmente, cuando éste consideraba necesario intervenir. En consecuencia, como todo el
procedimiento en el sistema inquisitivo era privado, para lograr que el monarca pueda tomar la
última resolución era necesario dejar asentado por escrito la decisión tomada por los jueces a
quo y que, tanto el juez ad quem decida sobre el mismo objeto sobre el que decidió el juez
inferior1.
Este sistema llegó casi intacto a nuestros días, el cual primariamente y sobre todo en la
administración del derecho penal, este derecho al recurso continuaba utilizándose como un
medio de control practicado por los tribunales superiores, comprendiendo en este las formas de
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MAIER, Julio J.B. “Derecho Procesal Penal: Fundamentos”. 2° edición. Buenos Aires: Editores del Puerto,
2004. Págs. 705-707.
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A raíz de lo anterior, la jurisprudencia del tribunal supremo nacional tuvo que actualizarse a
las nuevas disposiciones constitucionales. Entre los fallos más emblemáticos podemos
mencionar a “Giroldi”4 en el que la CSJN expresó que como poder federal le corresponde
aplicar todos los tratados de derechos humanos ya que de lo contrario podría implicar
responsabilidad internacional para el Estado. En efecto, declaró inconstitucional el artículo 459
inciso 2 -porque vedaba la posibilidad de acceder al recurso de casación a las sentencias de
tribunal criminal por el monto de la pena- ya que el mismo no se adecuaba a la garantía
consagrada en el artículo 8.2.h de la CADH, garantía que, luego de la reforma se volvió
imprescindible para el debido proceso.
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CSJN. Fallos 260:51.
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CSJN. Fallos: 311:274.
4
CSJN. Fallos 318:514.
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Por último, es relevante mencionar a la sentencia “Casal”6 donde la Corte Suprema concluyó
que todo condenado tiene derecho a recurrir la sentencia para que un tribunal superior revise
los fundamentos del fallo, incluidos los que hacen a la prueba del hecho con el único límite de
los que están ligados a la inmediación, basándose en algunos de los siguientes argumentos:
“debe interpretarse que los arts. 8.2.h de la Convención y el 14.5 del Pacto exigen la revisión
de todo aquello que no esté exclusivamente reservado a quienes hayan estado presentes como
jueces en el juicio oral”. Los magistrados agregaron que resulta aplicable la teoría del
agotamiento de la capacidad de revisión y con ella se abandona definitivamente la limitación
del recurso de casación a las llamadas cuestiones de derecho.
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CSJN. Fallos 311:274.
6
CSJN. Fallos 328:3399.
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Según Couture, la palabra “recurso” en sentido jurídico abarca el recorrido que se hace
nuevamente a través de otra instancia, como a la vía recursiva mediante la cual se re-corre el
proceso7.
Esta garantía procesal, entonces, debe conducir necesariamente a la exigencia de que, para
ejecutar una pena contra una persona, se necesita una doble conformidad judicial, si el
condenado la requiere -que, en caso de coincidir total o parcialmente con el tribunal de juicio,
daría fundamento regular a la condena- dos veces el mismo resultado gran probabilidad de
acierto en la solución y, en caso contrario, privaría de efectos a la sentencia originaria.
Por otra parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, utilizando la oportunidad que
les otorgó el análisis del caso “Herrera Ulloa Vs. Costa Rica” consagró varios requisitos que
los Estados deben cumplimentar para tornar este instituto operativo y accesible a toda la
población.
En primer lugar, la corte explicó “se debe entender que el recurso que contempla el artículo
8.2.h. de dicho tratado debe ser un recurso ordinario eficaz mediante el cual un juez o tribunal
superior procure la corrección de decisiones jurisdiccionales contrarias al derecho” y que “Si
bien los Estados tienen un margen de apreciación para regular el ejercicio de ese recurso, no
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Couture, J. E. "Fundamentos del derecho procesal civil- Bs. As., 1972, Edit. Depalma, pág. 340.
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pueden establecer restricciones o requisitos que infrinjan la esencia misma del derecho de
recurrir del fallo”8.
En el mismo sentido, el tribunal interamericano especificó que los jueces que cumplan la
función de revisar la sentencia en cuestión deben tener en especial consideración el respeto por
todas las garantías judiciales y el debido proceso a todas las partes intervinientes.
Por otro lado, en nuestro país, como antes mencionábamos a partir del fallo Casal de la CSJN,
el recurso que satisface los recados planteados por la Corte Interamericana es el Recurso de
Casación, el cual será valorado por la Cámara Nacional de Casación Penal.
2. Cuando nuevos hechos o elementos de prueba, por sí solos o en conexión con los ya
examinados en el jucio, evidencien y manifiesten que el hecho no existió o que el imputado no
lo cometió.
En ese orden serán motivos especiales de casación los incluidos en el artículo 467”.
Además, en la Argentina, el recurso que satisface esta garantía permite presentar nuevos
motivos de agravios que busquen subsanar los errores de la sentencia, incluso los de la defensa,
luego de interpuesto el recurso y con anterioridad a que la Cámara Nacional de Casación lo
resuelva, a los efectos de resguardar el derecho de defensa en juicio del imputado, posibilitando
la justicia del caso.
8
Corte IDH. Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107. Párr. 161.
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En otro orden de ideas, se compromete a la nomofilaquía10 del recurso a partir de las decisiones
disímiles que adoptan las distintas salas de la Cámara, lo que choca con la función de este
órgano jurisdiccional, el cual es “la interpretación uniforme de las normas jurídicas” y de
brindar por ende, certeza en el derecho y seguridad jurídica.
9
Ferrajoli, Luigi. “Los valores de la doble instancia y la nomofilaquía”. Revista “Nueva Doctrina Penal”, Ed.
Del Puerto, Buenos Aires, t. 1996/B, págs. 445-456
10
En el diccionario castellano nomofiláctico significa se dice especialmente de la función o cometido de ciertos
tribunales que, al tener atribuida la competencia de definir el derecho objetivo, atienden en sus sentencias más a
esta finalidad que a la cuestión concreta que enfrenta a las partes del proceso.
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Este decisorio que data del 23 de Noviembre de 2012, fue -en palabras del Dr. Di Giulio-
un llamado de atención para nuestro país11.
La particularidad de este fallo radica justamente en sus hechos: una persona fue absuelta
en primera instancia y condenada ante los jueces ad quem asimismo, a raíz de aquello no se
le dio la oportunidad de recurrir dicha sentencia.
11
Di Giulio, Gabriel. “En el horizonte del debido proceso, por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.“Mohamed vs. Argentina”.
12
Párr. 91.
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Por todos aquellos argumentos, Argentina fue sentenciada a adoptar todas las medidas
necesarias para garantizarle al Sr. Mohamed el derecho a recurrir de la sentencia
condenatoria, para así, adecuarse a lo dispuesto por el artículo 8.2.h de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
13
Párr. 92.
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IV. Conclusiones:
Sin embargo, teniendo en cuenta los grandes avances que se han ido concretando a partir de la
reforma constitucional de 1994 y a lo largo del tiempo hasta la actualidad, consideramos
necesario que se realicen algunas reformas, sobre todo respecto del funcionamiento y celeridad
del órgano competente ya que si se permite la revisión del fallo pero ésta se realiza con criterios
desunificados y en un plazo irrazonable, puede causar mayores perjuicios que los que causaría
no haber consagrado este instituto constitucionalmente.