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LA CIUDAD CONTEMPORANEA

PROF. SR JORGE AEDO L.

LA CIUDAD.

1 Definición.

La intervención humana sobre el territorio ha transformado los espacios naturales


en espacios humanizados. Aquellas zonas donde existe una alta densidad de población son
las mas transformadas, donde el paisaje refleja la actividad humana con más intensidad.
Estos lugares son las ciudades, en las que los componentes bióticos del paisaje han sido
sustituidos por elementos antrópicos.

El criterio de la morfología del paisaje urbano es uno de los que se ha utilizado


para definir que es una ciudad, es decir, para distinguir aquello que es una ciudad de
aquello que no alcanza dicho rango. La apariencia externa, la forma, la estructura de una
ciudad es diferente a la de otros núcleos de población: edificios altos, calles grandes y
anchas que facilitan un tráfico intenso, etc.

Otros de los criterios que se utilizan habitualmente para definir las ciudades es el
estadístico, así cada país fija un volumen de población mínimo para considerar a un núcleo
de población como ciudad. España lo tiene fijado en 10000 habitantes, Japón en 30000,
mientras que en algunos países escandinavos los tienen fijados en 200 habitantes. Es por
lo tanto un criterio variable al existir tal disparidad de umbrales de población en el
mundo.

El tercer criterio utilizado para diferenciar el espacio urbano del espacio rural es
la actividad económica que desarrollen sus habitantes. Así, mientras en el espacio rural
dominan las actividades relacionadas con el sector primario, en el mundo urbano los
trabajos principales son los vinculados a los sectores industriales y de servicios. Así
sería difícilmente clasificables como ciudad algunas aglomeraciones humanas (por
ejemplo en algunos países asiáticos) en la que sus habitantes trabajan principalmente en
el sector primario, mientras en otros lugares (como los mencionados núcleos urbanos de
los países escandinavos) a pesar de no alcanzar un elevado número de habitantes, podrían
ser clasificados como ciudades debido a su actividad laboral.

Otros criterios utilizados hacen referencias a aspectos sociológicos, como la


composición y desigualdad de la sociedad, siendo más homogénea en las zonas rurales que
en las urbanas; las relaciones interpersonales, más estrechas en el mundo rural y más
distantes en el urbano; etc.

No existe por lo tanto una definición unánime del concepto de ciudad, si bien la
más acertada podría ser aquella que uniera los principales criterios descritos
anteriormente: Aglomeración de población que ha transformado un espacio natural
preexistente en un espacio altamente humanizado de características físicas y
sociológicas fácilmente diferenciables del medio rural en cuanto a su morfología,
composición y comportamiento social, y actividades económicas que en ella se desarrollan.

2 Evolución histórica de la Ciudad

La revolución neolítica, durante la que se desarrolló la agricultura y la ganadería,


produjo la sedentarización de la población y el surgimiento de actividades económicas no
directamente relacionadas con ambos sectores, como la artesanía y el comercio, además
de otras actividades no productivas necesarias para el funcionamiento social, como la
defensa encomendada a los soldados, los sacerdotes, encargados del culto a los dioses y
que en muchas ocasiones también eran los encargados de dirigir las relaciones sociales,
etc. Aparecieron en el Oriente Próximo los primeros núcleos urbanos que marcarían la
historia antigua de la humanidad. Desde entonces hasta nuestros días la población urbana
ha ido en aumento. Fueron los fenicios, griegos y cartagineses quienes difundieron la
ciudad por el Mediterráneo, fundando colonias con finalidades mercantiles a lo largo y
ancho del mar.

El Mediterráneo, convertido en Mare Nostrum por los romanos, siguió siendo el


eje de la urbanización en los primeros años de nuestra Era con la expansión de este
pueblo. A partir de entonces las fundaciones de ciudades contaban con un plan previo, en
cuadrícula, a semejanza del campamento militar romano, basado en dos calles principales
(cardus y decumanus) que se cruzaban en el centro de la ciudad, donde se situaba el foro
o plaza pública en torno a la que se localizaban los principales edificios de la ciudad. El
urbanismo romano se completaba con la acometida de alcantarillados, pavimentado y
traída de aguas hasta la ciudad a través de canales y acueductos. Además, constituyeron
una primera red de ciudades jerarquizadas y unidas mediante las calzadas.

Durante la Edad Media la sociedad se ruraliza, disminuyendo la importancia de las


ciudades. Estas se vuelven irregulares siguiendo dos modelos principales, el islámico y el
cristiano. El modelo islámico se caracteriza por su desarrollo entorno a un barrio central,
junto a la mezquita mayor, normalmente cercado por murallas de adobe y defendido
mediante torres albarranas; en el exterior del barrio amurallado se localizan numerosas
viviendas que constituyen los arrabales, en los que se localizan igualmente algunas
industrias textiles. Otro lugar importante entorno al que se organiza la ciudad árabe es
el zoco o mercado.

La ciudad cristiana se desarrolla alrededor del castillo, catedral, mercado, etc.


que forma el centro del núcleo urbano, en torno al cual se suelen distribuir las calles de
manera radiocéntrica. Existen otros modelos de ciudad medieval cristiana lineal, junto a
las principales vías de comunicación o peregrinaje.
Durante el renacimiento, barroco y neoclasicismo se suceden nuevos modelos
urbanísticos que reordenan las ciudades. Supone la vuelta a la planificación urbanística y
la intervención en los centros históricos, para la construcción de plazas y otras vías
públicas. La ornamentación de las ciudades constituye una preocupación general en estos
periodos. Es el momento en el que se inician las grandes reformas urbanas en los centros
históricos (Grandes Vías, Plazas Mayores, etc...)

La industrialización de las ciudades a partir de finales del siglo XVIII, supuso la


llegada masiva de nueva población procedente del medio rural y por lo tanto el aumento
de la misma y las necesidades de viviendas. Surgen barrios obreros junto a las zonas
fabriles. Ante estas nuevas demandas se realizan propuestas urbanísticas algunas de
ellas irrealizables, como las ideadas por los socialistas utópicos (Fourier, Owen y
Richardson) otras más practicas, como la ciudad jardín de Howard. El crecimiento de
estas ciudades se realizó de una manera planificada en los denominados ensanches, zonas
de ampliación urbana realizada mediante plano ortogonal.

Los avatares históricos del siglo XX, han condicionado el urbanismo en los países
europeos, así tras las guerras mundiales, en la que se vieron implicados la mayoría de
ellos, se hubo de reconstruir rápidamente las ciudades. Las necesidades de vivienda
aumentaron debido al aumento del éxodo rural. Por otra parte las ciudades comenzaron a
transformar su principal función hasta este momento, la industrial, y comenzaron a ser
centro de las actividades terciarias. Diferentes fueron las soluciones que aplicaron los
distintos países, aunque similares los resultados. En las zonas donde surgieron repúblicas
socialistas, el modelo constructivo a seguir se basaba en grandes bloques de edificios
prefabricados a base de elementos de hormigón construidos en serie, que se acoplaban a
modo de puzle formando barrios enteros de grandes edificios iguales (Paneles). Su
construcción era rápida, e iba acompañada de la correspondiente dotación social
(colegios, tiendas, etc...) en edificios bajos de marcada horizontalidad y gran contraste
con las viviendas verticales, todo ello rodeado de jardines, pistas deportivas y bien
comunicados con el resto de la ciudad. En la Europa del oeste, surgieron los denominados
polígonos de viviendas, de diferente calidad según la época (de materiales peores cuanto
más próximos a la guerra). Eran barrios de edificios medianos e independientes,
separados por jardines, plazas, etc. Pero la especulación del suelo y el aumento del precio
de la vivienda favoreció la desaparición de espacios vacíos, y la densificación de la ciudad.

En las últimas décadas las grandes ciudades se han saturado, y la población ha


comenzado a buscar viviendas, no en la propia ciudad donde trabaja, sino en sus
alrededores. Los accesos a las ciudades han mejorado bastante, son rápidos, y por otra
parte en el centro de la ciudad el precio de la vivienda es bastante más caro, por lo que
las ciudes más grandes han perdido población en favor de los núcleos urbanos próximos
(ciudades dormitorios). Este proceso se denomina urbanización difusa.
3 Morfología Urbana

La morfología es la forma externa de las ciudades. Esta se ve influenciada por el


emplazamiento (relación con el medio físico: sobre una colina, en la ribera de un río, etc)
y la situación (posición relativa de la ciudad con respecto al entorno próximo: otras
ciudades, vías de comunicación, etc). Su estudio se realiza sobre un plano, que es la
representación a escala de los espacios construidos (edificios) y de la trama urbana
(calles, parques, y otros espacios vacíos).

Ilustración 1. Diferente morfología urbana: a. Ortogonal; b. Radiocéntrica; c. Irregular

La forma sobre el plano de la ciudad puede ser de diferentes maneras dependiendo de


la trama viaria: ortogonal o en damero, cuando el plano de la ciudad sigue una estructura
cuadriculada, con calles que se cruzan en ángulo recto (también llamado plano hipodámico)
su desarrollo es habitual en la historia del urbanismo desde las ciudades griegas o
romanas, las ciudades coloniales hispanoamericanas o los ensanches europeos del siglo
XIX; radiocéntrico: cuando desde el centro de la ciudad parten múltiples calles en todas
direcciones a modo de radios, mientras que otras circulares las cortan y rodean por
completo al centro urbano (ejemplo de ello es Budapest); e irregualares, que contiene
calles estrechas y sinuosas, muchas de ellas sin salida, originadas por la inexistencia de
planificación previa a la construcción; las manzanas de viviendas eran por tanto
irregulares y compuestas por edificios altos en los que se hacinaba la población. Las
ciudades de origen medieval suelen tener este tipo de configuración.

4 Las funciones de la ciudad.

La función de la ciudad es la actividad principal que se realiza en ella y que sirve para
relacionarla con el territorio circundante. Son las personas que viven en ellas, las que con
sus diferentes empleos definen la función general de la ciudad. Estas funciones son las
que justifican la existencia de una ciudad en dicho emplazamiento y situación.
Tradicionalmente se han venido distinguiendo las siguientes funciones urbanas, que
justifican la existencia de las principales ciudades del mundo, aunque con el paso del
tiempo han ido evolucionando:

a. Función militar: aunque actualmente esta función ha decaído, si se puede explicar el


origen de muchas ciudades debido a un emplazamiento en lugares estratégicos para la
defensa, como en lo alto de una colina, o junto a los pasos fácilmente vadeables de los
ríos. Hoy en día esta función militar principal, se puede observar en las localidades
próximas a bases militares, en las que mucha población trabaja dando servicios a las
instalaciones del ejército.

b. Función comercial: La importancia de ferias y mercados en tiempos medievales y


modernos, favoreció el surgimiento de ciudades en lugares bien comunicados, como
cruces de caminos o puertos de mar. Actualmente las ciudades son el centro comercial de
un amplio territorio que se abastecen de ellas. Es por tanto que en las ciudades se
concentran las principales empresas comerciales, y todas aquellas que surgen entorno a
ellas (seguros, bancos, transportes, etc.).

c. Función industrial: aunque las industrias no tienen porque estar localizadas en el


medio urbano, debido a la necesidad de mano de obra y a la concentración de clientes y
otras empresas de servicios necesarias para la producción en las ciudades, muchas
industrias buscan también esta localización. Esta función se ha visto reforzada desde la
revolución industrial, en la que la expansión de la industria favoreció el crecimiento
urbano.

d. Función cultural: la concentración de actividades culturales y sociales explican la


supervivencia de ciudades en entornos económicos hostiles. El turismo cultural ha
permitido el crecimiento de ciudades como Venecia o Toledo, en la que muchas de las
actividades económicas que en ellas se desarrollan están relacionadas con las visitas
turísticas, congresos, festivales, etc. Otras ciudades viven gracias a la afluencia de
peregrinos a sus santuarios o iglesias, Roma, Santiago de Compostela, Lourdes, La Meca,
etc. La existencia de universidades u otras instituciones educativas, también favoreció el
crecimiento de las ciudades donde se localizaban, debido a la atracción durante gran
parte del año de una gran cantidad de población flotante (estudiantes), por ejemplo
Oxford o Salamanca.

e. Función de acogida: aquellos lugares cuya principal actividad es ofrecer alojamiento y


diversión a los turistas y otros visitantes. Los lugares de recreo veraniego e invernal son
los que conforman este tipo de ciudades, ejemplos de las cuales son ciudades como
Marbella, Benidorm o Montecarlo.

f. Función política y de administrativa: la designación de la capitalidad de un territorio


para una ciudad le supone la instalación en ella de múltiples organismos públicos, y la
necesidad de muchos funcionarios que los atiendan. Esta función ha permitido el
crecimiento de las capitales estatales y regionales, ya que habitualmente, junto al poder
político se suele instalar el poder económico.

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