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Resumen
Hacia finales del siglo XX, surge el concepto del Buen Vivir, para referirse a la
satisfacción integral de las necesidades de desarrollo humano, en armonía con la
naturaleza. En Guatemala, este concepto se conoce y se utiliza poco, no más que
por parte de algunas organizaciones de los Pueblos Indígenas. En diferentes
expresiones, particularmente del pueblo Maya, se ha venido posicionando más bien
el concepto de Plenitud de Vida, para hacer referencia a esas condiciones. Así, en
nuestro medio, Buen Vivir y Plenitud de Vida, son sinónimos y se refieren a lo
mismo. Desarrollo integral del ser humano, vinculado con la naturaleza, es la idea
fundamental de estos conceptos.
Palabras clave: Buen vivir, vivir bien, vida plena, plenitud de vida, desarrollo
integral, cosmovisión, cosmogonía, desarrollo con identidad.
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Ponencia presentada en el Coloquio de Filosofía Americana, realizado en la ciudad de Guatemala, el 15 de
enero de 2015.
Maya-k’iche’, ajq’ij, educador, teólogo, doctorando en Ciencias Políticas y Sociales. Asesor / consultor /
docente por varios años en temas de Educación, Educación Bilingüe Intercultural, Interculturalidad, Derechos
de Pueblos Indígenas y otros, en instituciones públicas, de la sociedad civil y agencias de cooperación
internacional, en Guatemala y Honduras. Autor de libros y artículos publicados en Guatemala y otros países,
sobre Educación, Teología y Cultura Maya. Dirección electrónica: uspedro1@yahoo.es.
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Introducción
Hacia finales del siglo XX, en la ebullición de ideas que se desarrollan en el marco
de la emergencia política y económica de los Pueblos Originarios en América Latina,
adquiere relevancia el concepto del Buen Vivir, especialmente en los países
andinos. Este concepto, es la traducción de ideas de las culturas indígenas que se
refieren a condiciones de vida en las que el ser humano ve satisfechas sus
necesidades de desarrollo, desde una visión integral y en comunión estrecha con la
naturaleza, la sagrada Tierra.
Estas ideas contenidas en los conceptos de Buen Vivir, Vivir Bien, Vida Plena,
Plenitud de Vida, como muchas otras ideas fundamentales de la Cosmovisión de
los Pueblos Indígenas, son muy antiguas. Y, aunque construidas desde hace
milenios, siguen vigentes en la vida de los Pueblos, y reflorecen ahora con fuerza,
para revitalizar las aspiraciones de los mismos a una vida mejor.
Pero, para que el sentido de estas ideas sea comprensible y significativo para
nosotros hoy, es preciso tomar en cuenta que:
Por eso, para referirnos al estado humano y cósmico al cual se refieren los
conceptos que tenemos sobre la mesa hoy, podemos utilizar los que tienen sentido
para el mundo hoy. Eso sí, debemos hacerlo desde la matriz cultural, la
cosmovisión, en la cual estas ideas del Buen Vivir han nacido, para que su sentido
sea comprendido y se pueda contribuir a dar respuesta a las profundas necesidades
de la humanidad en este siglo XXI. Específicamente, desde su cosmovisión.
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occidental.2 En los siguientes párrafos, haremos referencia a algunos de sus
elementos fundamentales, en función del tema que nos ocupa.
Según la cosmovisión maya, todo ser tiene vida, y no solo los que comúnmente
consideramos “seres vivos”. Los animales, las plantas, el ser humano… pero
también los minerales, las piedras, son seres vivientes. La tierra y el universo mismo
son organismos vivientes.
Concibe la realidad como un todo integrado, de manera que cada ser, cada
elemento, cada hecho, cada proceso deben comprenderse tomando en cuenta
todas sus dimensiones. Como sistema, todas las partes de la realidad están
integradas entre sí, en una permanente interrelación. Por eso, se dice que lo que
ocurre a un elemento de la naturaleza, afecta a todos los demás elementos y a la
propia naturaleza.
El sentido de la existencia
Los seres humanos existen con varios propósitos, todos para alcanzar su plenitud.
Entre tales propósitos, mencionemos: invocar y alimentar a los Creadores
Formadores; desarrollarse plenamente como seres humanos esclarecidos y
buscadores de la existencia; alcanzar su destino como realizadores del bien, de la
paz y el desarrollo individual y colectivo.
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La explicación discursiva de la cosmovisión maya, y de los pueblos originarios de Abya Yala en general, en
idiomas no propios, utiliza ahora, por necesidad, conceptos y categorías de la filosofía y la ciencia occidentales.
Aun cuando sus ideas fundantes no tengan traducción literal a los idiomas europeos, y el sentido en que se
utilizan los términos sea aproximado y su utilización sea siempre provisional.
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2. Origen del concepto de Buen Vivir
El concepto y el discurso del Buen Vivir, surgen en América Latina, específicamente
en Ecuador y Bolivia en la década de los 90s. Buen Vivir, o Vivir Bien, es una
traducción de los términos kichua (Sumak Kawsay) y aymara (Suma Qamaña), que
hacen referencia a uno de los principios esenciales de la cultura de dichos Pueblos,
cuyo uso se ha venido extendiendo en distintos ámbitos, como movimientos
indígenas, reflexiones académicas y quehacer político.
Para los movimientos indígenas, el concepto del Buen Vivir recoge las más elevadas
aspiraciones de los Pueblos, y se ha convertido en prácticamente la utopía que
desde el futuro promisorio los llama a la lucha por la transformación de la realidad.
En esa línea, algunos estados han adoptado el Buen Vivir como uno de sus
principios constitucionales, tal como han hecho Ecuador y Bolivia.
Sumak Kawsay, del Pueblo Kichua, que significa en general: vida en armonía en
la sociedad y de ésta con la naturaleza.
Ñande Reko, del Pueblo Guaraní, para referirse al modo de ser vinculado con la
tierra sin mal.
Vivir Bien, para el pueblo Kolla (Argentina), que describe la vida en armonía y
equilibrio en comunidad, que crece con la naturaleza.
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Shiir Waras, del Pueblo Ashuar (Ecuador): vida armoniosa en estado de equilibrio
con la Naturaleza.
Lekil Kuxlejal, del pueblo Maya Tzeltal (Chiapas, México): la Vida Buena.
Suma Qamaña, términos aymaras que quieren decir: bienestar interior, bienestar
consigo mismo y con los demás, en sentido individual y social, en
interdependencia con la naturaleza.
Kyme Mogen, para el pueblo Mapuche, vivido como una relación permanente con
la naturaleza, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra. Vivir sin violencia, con
afecto y en una permanente interdependencia.
Esto plantea un impostergable desafío para los diferentes actores del Pueblo Maya,
ubicados en distintos espacios sociales y estatales en Guatemala. No solo para
satisfacer el prurito de la curiosidad. Sino, más bien, para encontrar en el concepto
de Buen Vivir la fuente para alimentar una praxis social y política con pleno sentido,
y la utopía que ilumine ese sentido.
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Como ocurre con todos los aportes de las culturas originarias a la vida de los
pueblos y del mundo, el tema del Buen Vivir no es solo para indígenas. Interesa más
bien a todos, porque de él pueden surgir respuestas a los grandes problemas que
la humanidad afronta.
Por extensión, se aplica a la calidad de vida de los seres humanos, que alcanzan el
máximo desarrollo en todos sus aspectos, en todas sus dimensiones y en todas sus
relaciones. Es decir, la plenitud de vida hace referencia al máximo desarrollo integral
de los seres humanos, en sus dimensiones física, emocional, mental y espiritual,
como entes individuales y como entes sociales, en relación equilibrada con la
naturaleza y el cosmos en general.
Este intento de explicación, más que de definición, de lo que podemos entender por
Plenitud de Vida, puede comprenderse mejor, si hacemos una caracterización de la
misma. Eso haremos a continuación, tomando como base el libro Cosmovisión
Maya: Plenitud de la Vida”, escrito por un grupo de mujeres y hombres de
conocimiento mayas.
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Requiere de la libertad, como condición para avanzar a la plenitud de la vida.
Implica la necesidad de “desatar los nudos personales y colectivos,
cotidianos y estructurales, orgánicos y espirituales”.
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¿Qué tipo de ser humano está vinculado con el principio de Plenitud de Vida? Es el
“grande”, el “averiguador”, el “buscador de la existencia”. Estos son los términos
para cualificar al ser humano, según la cosmovisión maya, tal como se expresa en
el Popol Wuj. Cómo se explican estas cualidades, es lo que se dice en los siguientes
párrafos, tomados del libro Cosmovisión Maya, Plenitud de Vida (p. 38).
El ser humano posee una conciencia, reconocida como fruto del desarrollo de la
vida en la matriz natural y en el Cosmos en general.
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Respeta y alimenta a sus ancestros y trabaja por la sostenibilidad de la
descendencia humana.
Desde la cosmovisión aymara, "del jaya mara aru " o " jaqiaru", "suma qamaña "se
traduce de la siguiente forma: Suma: plenitud, sublime, excelente, magnífico,
hermoso. Qamaña: vivir, convivir, estar siendo, ser estando.
Digamos dos o tres palabras sobre lo que el concepto de Plenitud de Vida / Buen
Vivir implica para las necesidades de desarrollo de nuestros pueblos y los modelos
de desarrollo aplicados en el continente hasta hoy. Como se sabe, estos últimos
han sido cuestionados desde dentro mismo de la civilización occidental, con el
surgimiento de conceptos alternativos en las últimas décadas. Baste recordar, a
manera de ejemplo, las ideas de Max Neef, Amartya Sen, Kliksberg…
Tal vez la idea que más se cuestiona desde el concepto de la Plenitud de Vida, sea
la idea de progreso económico que sustenta los procesos de desarrollo de los
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países del primer mundo y la civilización industrial. Idea que considera que “la
riqueza es el medio para una mejor salud y una vida más larga, así como para
disfrutar más de la vida”. Pero una riqueza “sin límites prácticos, que es necesaria
para conseguir valores del mundo físico a la escala requerida y hecha posible por
la posesión humana de razón” (Reisman).
De estas ideas han derivado las prácticas de una economía que explota los bienes
naturales (a los que denomina “recursos”), en su afán de acumulación, en la línea
de un mercantilismo neoliberal que irrespeta la dignidad humana y nuestra
responsabilidad con la naturaleza. En Guatemala, estas ideas sustentan políticas
económicas que privilegian monopolios, la industria extractiva y… la criminalización
de la defensa del territorio por las comunidades indígenas.
Frente a este modelo, el “Buen Vivir requerirá que las personas, comunidades,
pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos, y ejerzan
responsabilidades en el marco de la interculturalidad, del respeto a sus
diversidades, y de la convivencia armónica con la Naturaleza” (Constitución Política
del Ecuador, Arto. 275).
Los bienes materiales no son los únicos determinantes. Hay otros valores en
juego: el conocimiento, el reconocimiento social y cultural, los códigos de
conductas éticas e incluso espirituales en la relación con la sociedad y la
Naturaleza, los valores humanos, la visión de futuro, entre otros. El Buen Vivir
(o la plenitud de vida) aparece como una categoría en la filosofía de vida de
las sociedades indígenas ancestrales… Su aporte, sin llegar de ninguna
manera a una equivocada idealización del modo de vida indígena, nos invita
a asumir otros “saberes” y otras prácticas, en este caso de los pueblos y
nacionalidades tradicionalmente marginadas (Acosta, 2010:14, paréntesis
nuestro).
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Referencias Bibliográficas
Acosta, Alberto, (2010). El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo. Una lectura
desde la Constitución de Montecristi. Ecuador: Fundación Friedrich Ebert,
FES-ILDIS
Hayek, Friedrich A., 2008. Los fundamentos de la libertad. Madrid, España: Unión
Editorial.
Vanhulst, Julien y Beling, Adrián E., 2013. “El Buen vivir: una utopía latinoamericana
en el campo discursivo global de la sustentabilidad”. Polis [En línea],
36 | 2013, Publicado el 15 diciembre 2013, consultado el 05 enero 2015.
URL: http://polis.revues.org/9638.
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