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Hay que evitar labores domésticas, subir y bajar escaleras, conducir, levantar peso...
Se puede coger al bebé, pero hay que tener cuidado si se tienen otros hijos que piden los
brazos de mamá. Y, si las visitas obligan a hacer un esfuerzo, es mejor que esperen para
conocer al recién nacido.
Para que la piel cicatrice correctamente es importante mantenerla hidratada. Los geles y
las cremas disminuyen el proceso inflamatorio, reducen la coloración, impiden la formación
de lesiones (queloides) y mejoran la textura de la cicatriz.
Los masajes sobre la cicatriz de la cesárea, una vez retirado los puntos y cuando el dolor
lo permita, logran reducir el volumen de la cicatriz y disimularla en gran medida. El
movimiento de los dedos debe imitar la acción de despegar un papel adhesivo de la piel,
simulando pequeños pellizcos.
El útero tiene que contraerse para volver al tamaño que tenía antes del embarazo. Al
contraerse origina lo que se conoce como dolores de entuertos, que resultan más o menos
molestos dependiendo de cada mujer. Cuando el bebé ha venido al mundo por cesárea, el
útero está más sensible porque ha sufrido una incisión.
Mientras tu bebé crecía dentro de ti, para cuidarle apenas tenías que preocuparte de llevar
una vida y alimentación sana; pero desde el momento que asoma su cabecita, necesita tus
cuidados y los del personal sanitario que ha asistido tu parto.
Son unos momentos muy importantes y, al mismo tiempo, llenos de emoción. La matrona
cortará definitivamente el cordón umbilical que hasta ahora os unía, y junto con el médico
comprobarán con unas sencillas pruebas indoloras que tu bebé ha nacido sano.
Te contamos cómo serán esos primeros cuidados del recién nacido desde que sus
pulmones toman aire por primera vez y comienzan a respirar.
Nada más nacer, incluso antes de que haya terminado por completo el parto, cuando aún
la placenta se encuentra dentro de tu útero, al bebé se le somete a los primeros cuidados
médicos para que nada complique su feliz nacimiento. Hemos de decir que en los últimos
años la práctica médica se ha modificado, y no es tan intervencionista como en el pasado.
"Si el bebé comienza el llanto y tiene buen tono, se pone encima de la madre para favorecer
el contacto piel con piel y comenzar el amamantamiento", comenta el Dr. José Beceiro, de
la Unidad de Neonatología del Servicio de Pediatría, del Hospital Universitario Príncipe de
Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid).
Limpieza de nariz y boca, según el centro
Pero hoy en los centros donde se realiza un parto menos medicalizado, esta práctica o "la
aspiración de secreciones, el lavado gástrico, el paso de sondas…. no se hace de forma
rutinaria", explica Ana Ferrer, Supervisora de Paritorio del Hospital Universitario Príncipe de
Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid). "El recién nacido a término expulsa
espontáneamente el líquido pulmonar en el curso del parto", cuenta el doctor Beceiro.
Test de Apgar
Ahora toca la realización del test de Apgar, la prueba clínica que mide la vitalidad del recién
nacido en sus primeros minutos de existencia. Lo que el neonatólogo valora son cinco
valores del bebé. Su tono muscular, el esfuerzo respiratorio, la frecuencia cardiaca, la
respuesta a los estímulos externos y la coloración de la piel.
Luego se le pesa y mide y se toma las medidas del perímetro cefálico, aunque en los
centros en los que se practica un parto más humanizado, esta practica se retrasa hasta que
la madre no sube a la habitación, alrededor de dos horas después, "para no interferir con
el contacto piel con piel tras el nacimiento", añade el doctor Beceiro
La imagen de un bebé todo sonrosado y limpio que suelen aparecer en las películas es muy
poco real. Los bebés nacen un poco sucios pero hoy no se les lava. "En las primeras
horas de vida la limpieza debe ser superficial y en todo caso no debe interferir con el
contacto piel con piel con la madre", señala el doctor Beceiro. "El neonato se coloca sobre
el abdomen o el pecho de la madre en decúbito prono y se seca y estimula con toallas
precalentadas para evitar la pérdida de calor", detalla la supervisora de partos, Ana Ferrer.
Cuidados de Postparto
El período de postparto comienza después del alumbramiento del bebé y finaliza cuando la
madre alcanza un estado físico lo más similar posible a aquél en que se encontraba antes
del embarazo. Este período suele durar de seis a ocho semanas.
Durante los primeros 3 ó 4 días se puede presentar sangrado, a veces con coágulos
abundantes y de color rojo. Paulatinamente, los loquios se tornan más escasos y se vuelven
amarronados. Pueden durar hasta 15 días. En general, no tienen olor desagradable. Si lo
tuvieran, puede significar que se está produciendo una infección; en este caso, la consulta
con el obstetra se hace imprescindible.
Se deben higienizar los genitales externos entre 3 y 5 veces por día. Para ello, se puede
disolver una cucharada de antiséptico iodado en un litro de agua hervida y tibia, o
simplemente lavarse con agua y jabón neutro. Se derrama esta solución en los genitales
(con una jarra o recipiente), luego se seca con un apósito o toalla limpia, y se cambia el
apósito. No es conveniente el uso de algodón porque se deshace. Si se realizó una
episiotomía, se puede utilizar el secador de pelo para secar la zona, ya que el hecho de
que esté seca ayuda a la cicatrización. Mientras duran las pérdidas, no se deben usar
tampones.
Contracciones
Cansancio
Conviene dormir y descansar cuando el bebé duerme. Es importante pedir ayuda a quienes
puedan brindarla para descansar lo máximo posible.
Constipación
Generalmente después del parto es difícil ir al baño. Además se tiene la fantasía de que
esto será doloroso o abrirá los puntos de la episiotomía. Es importante incorporar a la dieta
vegetales, frutas, fibras y tomar mucha agua.
Fiebre