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Cuidados post cesárea

Hay que evitar labores domésticas, subir y bajar escaleras, conducir, levantar peso...
Se puede coger al bebé, pero hay que tener cuidado si se tienen otros hijos que piden los
brazos de mamá. Y, si las visitas obligan a hacer un esfuerzo, es mejor que esperen para
conocer al recién nacido.

La cicatriz de la cesárea no requiere cuidados especiales: lavar la cicatriz con agua y


jabón (preferiblemente con la mano, pues la esponja puede engancharse en las grapas),
secarla con una gasa estéril (dando pequeños toques, sin arrastrar) y dejarla unos
minutos al aire. No es conveniente cubrirla con apósitos, pero hay que tener cuidado con
el roce de la ropa.

En el hospital pueden aconsejar un antiséptico para curarla, como la clorhexidina. Hay


que evitar las soluciones con yodo, que pueden pasar a través de la leche materna al bebé
y fijan las grapas a la piel (puede dar complicaciones al retirarlas).

Los puntos externos de la cicatriz de la cesárea suelen retirarse en la consulta de la


matrona en unos 10 días, pero el proceso de cicatrización es lento. En las primeras
semanas es normal sentir tirantez y picor y percibir una parte de la piel como dormida, algo
que puede durar meses.

Para que la piel cicatrice correctamente es importante mantenerla hidratada. Los geles y
las cremas disminuyen el proceso inflamatorio, reducen la coloración, impiden la formación
de lesiones (queloides) y mejoran la textura de la cicatriz.

Los masajes sobre la cicatriz de la cesárea, una vez retirado los puntos y cuando el dolor
lo permita, logran reducir el volumen de la cicatriz y disimularla en gran medida. El
movimiento de los dedos debe imitar la acción de despegar un papel adhesivo de la piel,
simulando pequeños pellizcos.

El útero tiene que contraerse para volver al tamaño que tenía antes del embarazo. Al
contraerse origina lo que se conoce como dolores de entuertos, que resultan más o menos
molestos dependiendo de cada mujer. Cuando el bebé ha venido al mundo por cesárea, el
útero está más sensible porque ha sufrido una incisión.

Se pueden tomar analgésicos antiinflamatorios, siempre bajo prescripción médica (se


suelen recomendar en el informe de alta). Si el dolor es muy intenso o aumenta la
temperatura, hay que acudir a urgencias por si hubiera surgido alguna complicación que
requiera atención médica.

¿Cuándo consultar al médico?

Es importante llamar al médico:

 Si la zona de la cicatriz está caliente, roja, hinchada o supura.


 Si se hincha una o ambas piernas.
 Si el dolor en la zona de la cirugía empeora o aparece de forma repentina.
 Si se tiene fiebre (aunque la zona de la cicatriz esté bien).
 Si hay algún cambio en el flujo vaginal o este huele mal.
 Si al orinar se siente ardor o si la orina es oscura.
 Si se sienten muchas ganas de orinar, constantemente, aunque solo salgan unas
gotitas.

Primeros cuidados del recién nacido

El test de Apgar mide la vitalidad del bebé en los primeros minutos

Mientras tu bebé crecía dentro de ti, para cuidarle apenas tenías que preocuparte de llevar
una vida y alimentación sana; pero desde el momento que asoma su cabecita, necesita tus
cuidados y los del personal sanitario que ha asistido tu parto.

Son unos momentos muy importantes y, al mismo tiempo, llenos de emoción. La matrona
cortará definitivamente el cordón umbilical que hasta ahora os unía, y junto con el médico
comprobarán con unas sencillas pruebas indoloras que tu bebé ha nacido sano.

Te contamos cómo serán esos primeros cuidados del recién nacido desde que sus
pulmones toman aire por primera vez y comienzan a respirar.

Qué cuidados médicos recibe el bebé en el parto

Nada más nacer, incluso antes de que haya terminado por completo el parto, cuando aún
la placenta se encuentra dentro de tu útero, al bebé se le somete a los primeros cuidados
médicos para que nada complique su feliz nacimiento. Hemos de decir que en los últimos
años la práctica médica se ha modificado, y no es tan intervencionista como en el pasado.

Contacto piel con piel

"Si el bebé comienza el llanto y tiene buen tono, se pone encima de la madre para favorecer
el contacto piel con piel y comenzar el amamantamiento", comenta el Dr. José Beceiro, de
la Unidad de Neonatología del Servicio de Pediatría, del Hospital Universitario Príncipe de
Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid).
Limpieza de nariz y boca, según el centro

Tradicionalmente, y aún sigue siendo así en muchas maternidades y hospitales, el


ginecólogo o la matrona limpia con suavidad la boquita del recién nacido para eliminar las
secreciones bucofaríngeas, es decir, flemas y mocos, y ayudarle a tomar sus primeras
bocanadas de oxígeno.

Pero hoy en los centros donde se realiza un parto menos medicalizado, esta práctica o "la
aspiración de secreciones, el lavado gástrico, el paso de sondas…. no se hace de forma
rutinaria", explica Ana Ferrer, Supervisora de Paritorio del Hospital Universitario Príncipe de
Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid). "El recién nacido a término expulsa
espontáneamente el líquido pulmonar en el curso del parto", cuenta el doctor Beceiro.

Corte del cordón umbilical

El siguiente paso es cortar el cordón umbilical. El ginecólogo o la matrona primero lo pinzará


con un instrumento quirúrgico (aún no le colocarán la pinza de plástico) y luego romperá el
nexo que os ha mantenido unidos. En algunos hospitales esta actuación se hace
enseguida, minutos después del nacimiento, y en otros se espera a que el cordón deje
de latir. "Los únicos procedimientos que se realizarán al recién nacido durante este tiempo
de contacto piel con piel, son su identificación y la adjudicación de la puntuación del test de
Apgar. La correcta identificación del recién nacido tras su nacimiento es necesaria desde
el momento de la ligadura del cordón umbilical", puntualiza Ana Ferrer.

Test de Apgar

Ahora toca la realización del test de Apgar, la prueba clínica que mide la vitalidad del recién
nacido en sus primeros minutos de existencia. Lo que el neonatólogo valora son cinco
valores del bebé. Su tono muscular, el esfuerzo respiratorio, la frecuencia cardiaca, la
respuesta a los estímulos externos y la coloración de la piel.

Peso y medida del bebé

Luego se le pesa y mide y se toma las medidas del perímetro cefálico, aunque en los
centros en los que se practica un parto más humanizado, esta practica se retrasa hasta que
la madre no sube a la habitación, alrededor de dos horas después, "para no interferir con
el contacto piel con piel tras el nacimiento", añade el doctor Beceiro

Vitamina K inyectada y colirio.

También se administra una profilaxis de vitamina K intramuscular "para prevenir la


enfermedad hemorrágica del recién nacido, que puede provocar sangrados graves en
algunos casos", afirma el neonatólogo. También se le aplica un colirio en los ojitos para
prevenir la infección ocular gonocócica, que puede contraer al pasar por el canal del parto.

Lavado de recién nacido… solo por encima

La imagen de un bebé todo sonrosado y limpio que suelen aparecer en las películas es muy
poco real. Los bebés nacen un poco sucios pero hoy no se les lava. "En las primeras
horas de vida la limpieza debe ser superficial y en todo caso no debe interferir con el
contacto piel con piel con la madre", señala el doctor Beceiro. "El neonato se coloca sobre
el abdomen o el pecho de la madre en decúbito prono y se seca y estimula con toallas
precalentadas para evitar la pérdida de calor", detalla la supervisora de partos, Ana Ferrer.

Cuidados de Postparto

El período de postparto comienza después del alumbramiento del bebé y finaliza cuando la
madre alcanza un estado físico lo más similar posible a aquél en que se encontraba antes
del embarazo. Este período suele durar de seis a ocho semanas.

En el período de postparto la madre experimenta numerosos cambios progresivos, tanto


emocionales como físicos, y a la vez aprende a manejar todas las modificaciones y ajustes
que implica ser una nueva madre. Durante este período, además, los padres aprenden a
cuidar del recién nacido y a funcionar como una unidad familiar que ha sufrido cambios.

Pérdidas de sangre (loquios)

Durante los primeros 3 ó 4 días se puede presentar sangrado, a veces con coágulos
abundantes y de color rojo. Paulatinamente, los loquios se tornan más escasos y se vuelven
amarronados. Pueden durar hasta 15 días. En general, no tienen olor desagradable. Si lo
tuvieran, puede significar que se está produciendo una infección; en este caso, la consulta
con el obstetra se hace imprescindible.

Se deben higienizar los genitales externos entre 3 y 5 veces por día. Para ello, se puede
disolver una cucharada de antiséptico iodado en un litro de agua hervida y tibia, o
simplemente lavarse con agua y jabón neutro. Se derrama esta solución en los genitales
(con una jarra o recipiente), luego se seca con un apósito o toalla limpia, y se cambia el
apósito. No es conveniente el uso de algodón porque se deshace. Si se realizó una
episiotomía, se puede utilizar el secador de pelo para secar la zona, ya que el hecho de
que esté seca ayuda a la cicatrización. Mientras duran las pérdidas, no se deben usar
tampones.
Contracciones

Se producen contracciones un poco dolorosas porque el útero se contrae para retomar su


tamaño habitual. Esto se produce especialmente cuando se amamanta al bebé, pues se
segregan hormonas que lo contraen. Son los conocidos entuertos, que son más dolorosos
en mujeres que ya han tenido hijos.

Cansancio

Conviene dormir y descansar cuando el bebé duerme. Es importante pedir ayuda a quienes
puedan brindarla para descansar lo máximo posible.

Molestias al caminar y al sentarse

Esto se produce especialmente si se realizó una episiotomía. Ayuda sentarse sobre


almohadones.

Constipación

Generalmente después del parto es difícil ir al baño. Además se tiene la fantasía de que
esto será doloroso o abrirá los puntos de la episiotomía. Es importante incorporar a la dieta
vegetales, frutas, fibras y tomar mucha agua.

Fiebre

En el caso de presentar temperatura superior a los 38 ºC, acompañada de escalofríos,


intenso dolor en el vientre, pérdidas de sangre amarillentos o verdosos malolientes es
importante consultar rápidamente porque puede deberse a una infección uterina. Otras
veces, la fiebre, en general de no más de 37 ó 38 ºC, se produce por la tensión mamaria
ante la bajada de la leche (entre 2 ó 3 días después del parto).

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