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Chévez recordó el plan golpista del 18 de abril, que calificó de una conspiración del
Gobierno estadounidense contra Managua, cuando grupos políticos internos y externos
junto a elementos del crimen organizado, perpetraron crímenes atroces que
interrumpieron la paz y la seguridad de las familias, de acuerdo con denuncias.
Denunció el daño que ocasionan al pueblo las sanciones económicas impuestas por
Estados Unidos, respaldadas por la oposición nicaragüense, en un intento por doblegarlo
ante la impotencia de lograr sus objetivos por la vía de las elecciones.
Augusto C. Sandino
14 Mayo 2019
Por Jorge Nathan
"El hombre que de su patria no exige más que un palmo de tierra para su sepultura,
merece ser oído, y no sólo ser oído, sino también ser creído".
Augusto C. Sandino
Augusto César Sandino, prócer de la lucha antiimperialista, es una figura que marca
camino; en su Nicaragua natal, sin dudas. Pero además en todo el continente americano.
Evocarlo es evocar la lucha contra la dominación imperial, contra la hegemonía de la
potencia del Norte; su lucha, como la de Bolívar, como la del Che Guevara, es un
llamado a la unidad regional y en defensa de la soberanía de nuestros pueblos
latinoamericanos, históricamente pisoteados por el imperio.
Sandino, llamado "General de Hombres Libres" por el escritor francés Henry Barbusse,
logró reunir a campesinos, artesanos y profesionales urbanos en la formación del
Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, al que la poeta chilena Gabriela Mistral
denominara simpáticamente "pequeño ejército loco". Ese "ejército loco", pequeño
ejército de "gigantes" dadas las convicciones que lo motivaban, combatió con fiereza
durante seis largos años contra las tropas estadounidenses de ocupación, las que
finalmente decidieron dejar Nicaragua al no poder controlar el movimiento guerrillero.
La gesta de Sandino –modesto campesino autodidacta que nunca tuvo formación militar
profesional– es un legado para quienes hoy siguen pensando que "otro mundo es
posible": por más grande que sea la maquinaria militar del opresor, por más enorme y
aterrorizante que resulte el poder del invasor, si se tienen claros los principios de
soberanía y dignidad nacional, nada detiene a un pueblo en su lucha. La lucha de
Sandino y del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua entre 1920 y
1930 en las montañas del norte del país –el primer Vietnam que sufriera el imperio
estadounidense en el siglo XX– fue la que, 40 años después, inspiraría a un grupo de
jóvenes idealistas para crear el Frente Sandinista de Liberación Nacional –FSLN–.
En octubre de 1909 una insurrección apoyada por Estados Unidos provoca la renuncia
del entonces presidente José Santos Zelaya. Asume el cargo José Madriz, pero en
febrero de 1910 tropas estadounidenses desembarcan en el puerto de Corinto y provocan
también su renuncia.
Luego de múltiples maniobras toma el poder Adolfo Díaz, tenedor de libros de una
empresa minera norteamericana y aliado incondicional de Washington. Estados Unidos
otorga un par de empréstitos a Nicaragua y toma, en garantía, el control de las aduanas,
el Ferrocarril Nacional, los vapores del Lago de Cocibolca y fondos no utilizados de
otro préstamo.
En julio de 1912 estalla una sublevación en contra del títere Díaz. Tropas
norteamericanas desembarcan en Corinto. Benjamín Zeledón enfrenta a los invasores y
muere en combate el 4 de octubre. A sus 17 años Sandino queda muy impresionado con
la imagen del patriota Zeledón en su resistencia contra la invasión.
En agosto de 1925 Estados Unidos retira sus tropas de Nicaragua; la ocupación había
durado 13 años. Permanecen, sin embargo, los instructores de la llamada Constabulary,
antecesora de la tristemente célebre Guardia Nacional. En octubre el general Emiliano
Chamorro da un golpe militar, el cual se niega a reconocer Washington.
El 26 de octubre de 1926 se alza en armas con algunos trabajadores del mineral de San
Albino y se incorpora a la causa constitucionalista. El 2 de noviembre, en su primer
enfrentamiento contra las tropas conservadoras en El Jícaro, sufre su primera derrota.
El 18 de mayo se casa con Blanca Aráuz. En el transcurso del mes de mayo de 1927
mantiene un intercambio epistolar con Moncada sobre los términos del armisticio que
éste ha logrado con Henry Stimson, delegado del presidente Calvin Coolidge en
Nicaragua. Los militares estadounidenses ofrecieron a los jefes liberales dos opciones:
firmar un armisticio con la garantía que se convocaría nuevamente a elecciones
presidenciales, bajo la vigilancia de los marines estadounidenses, o hacer frente a las
fuerzas de ocupación que de inmediato entrarían en combate con los "rebeldes
liberales".
Entre 1931 y 1932 los combates entre sandinistas y tropas estadounidenses alcanzaron
proporciones de guerra nacional. A excepción de la región del Pacífico más cercana a la
capital, el resto del territorio nacional se transformó en escenario de las incursiones de
los guerrilleros de Sandino. La región de Las Segovias, en el norte del país, está bajo el
absoluto control de las fuerzas sandinistas. El 2 de octubre de 1932, tropas sandinistas
ocupan el poblado San Francisco del Carnicero, en la costa norte del lago de Managua y
a tan solo unos cuantos kilómetros de la capital. Esta acción conmociona a la ciudad,
según constatan los despachos de la embajada estadounidense.
En noviembre de 1932, Juan Bautista Sacasa es electo presidente. Poco antes había
solicitado la permanencia de los marines, sin embargo, en esta ocasión Washington se
niega.
Conforme había prometido el héroe de cesar las hostilidades militares apenas saliera el
último soldado invasor de tierra nicaragüense, Sandino comienza a negociar los
términos del desarme de su tropa, hecho que se realiza oficialmente el 2 de febrero de
1933.
Pese a los abrazos de paz y las celebraciones, quedaba pendiente un punto no aclarado
para el general Sandino: el hecho que la Guardia Nacional (creada y entrenada por las
tropas estadounidenses) entraba a cumplir un papel de ejército de ocupación, que más
allá del acuerdo de paz establecido, continúa hostigando, encarcelando y asesinando a
los desarmados ex integrantes del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
El 20 de mayo viaja nuevamente a Managua para quejarse con Sacasa por los constantes
ataques de la Guardia Nacional en contra de su gente. Regresa el 30 de noviembre por la
misma razón sin obtener resultados.
La noche del 21 de febrero de 1934, el último de sus viajes a Managua, cuando Sandino
salía de la casa presidencial después de haber asistido a una cena con el presidente
Sacasa, el automóvil en que viajaba fue detenido por una patrulla de la Guardia
Nacional. Sandino y sus acompañantes fueron conducidos al lugar de su ejecución, unos
terrenos baldíos en las afueras de la ciudad, cercanos a la localidad de Tipitapa. Fueron
colocados frente a una zanja excavada con anterioridad y allí, a la luz de los focos de un
camión, asesinados con fugo de metralla y fusiles; sus cuerpos una vez despojados de
sus ropas y objetos personales (relojes, anillos) que se vendieron al día siguiente en
Managua, fueron lanzados a la zanja. El lugar de aquella tumba sería guardado en
adelante en Nicaragua como secreto de Estado.
Al día siguiente, tropas de la Guardia Nacional atacaron sorpresivamente los
campamentos de las cooperativas agrícolas que habían organizados los antiguos
combatientes de Sandino. Más de 300 campesinos fueron asesinados.
Dos meses más tarde, Anastasio Somoza García, el jefe de la Guardia Nacional y quien
luego fundaría una la tiranía dinástica que se mantuvo en el poder en Nicaragua por casi
50 años, asumió la autoría del asesinato de Sandino afirmando que lo había cometido
"por el bien de Nicaragua".
El 23 de agosto de 1934 el Congreso decreta una amnistía para todos los crímenes
cometidos por la Guardia Nacional.
La enseñanza de Sandino
La lucha del "General de Hombres Libres" Augusto César Sandino pasó a ser parte del
legado de rebeldía del pueblo nicaragüense contra la dominación extranjera. Fue la clase
política entreguista de la época la que lo traicionó y mandó a asesinarlo; pero su gesta y
su ejemplo perduraron en la historia de Nicaragua.
A tal punto perduraron, que décadas después de su muerte, en el transcurso de los años
70, algunos jóvenes revolucionarios (entre ellos Carlos Fonseca, Tomás Borge,
Francisco Buitrago, Germán Pomares, más el coronel Santos López, único sobreviviente
del desparecido Ejército Defensor de la Soberanía Nacional) constituyen un movimiento
político armado inspirándose en aquella heroica gesta, al que llamaron justamente
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y que retomando aquellas banderas
históricas de antiimperialismo, continuará la lucha por un cambio social.
No fue por sumisos que caciques indígenas de Nicaragua, según relata Fray Bartolomé
de Las Casas, fueron arrojados por los conquistadores españoles a la hoguera o a las
fauces de perros feroces. Rechazamos la historieta según la cual España obsequió la
independencia a Nicaragua y tenemos conciencia de la sangre que se ofrendó para forjar
la emancipación nacional.
Poco después de ser proclamada por el gobierno de Estados Unidos la llamada Doctrina
Monroe, en 1823, Nicaragua fue escogida como blanco de la rapacidad yanqui. En la
década del 30 del siglo pasado, representantes del gobierno de Washington recorrieron
Nicaragua con el propósito de obtener información para preparar los planes de
intromisión en el país.
Ciento cincuenta años de agresiones norteamericanas de todo tipo Los ciento cincuenta
años transcurridos, desde la expulsión de los colonizadores hasta hoy, son también
ciento cincuenta años de agresiones norteamericanas de todo tipo. Fácilmente puede
verse que Nicaragua se encuentra entre las primeras víctimas del poderío yanqui, que
con el correr del tiempo se convertiría en la mayor amenaza de la humanidad y en
particular de los pueblos de Asia, Africa y América Latina.
II. Imperialismo-Antiimperialismo
Intervenciones sangrientas
Las intromisiones norteamericanas en Nicaragua parten, por lo menos, de la
promulgación de la insolente doctrina de Monroe (1823), se prolongan hasta las
agresiones armadas comprendidas entre 1854 y 1860, los atropellos en el resto del siglo
XIX y las sangrientas intervenciones de las primeras décadas del siglo XX.
Objetivo: el canal
Hay algo importante y es el control de la vía interoceánica potencial que ofrece al país.
Ese fue el motivo que llevó al poder yanqui a agredir a Nicaragua desde el siglo pasado;
en 1848, 1854 y 1855 se producen intervenciones armadas norteamericanas contra el
país. Y hasta hoy no han cesado ésas intervenciones que se han vuelto, desde que tienen
a los Somoza como cancerberos, fundamentalmente políticas.
En lo tradicional, más que la explotación económica por parte de los agresores yanquis,
ocupó lugar preferente la opresión encaminada a convertir a Nicaragua en mera pieza
del engranaje estratégico norteamericano.
Base de agresiones
Proclama el Frente Sandinista que las riquezas de la nación, incluidas las del subsuelo y
el potencial interoceánico, deberán revertir (sus beneficios) al mismo pueblo y no ser
botín de pandillas de explotadores nacionales e internacionales.
Según la ley del imperialismo, éste provoca las guerras y después se arroga el derecho a
cobrar las destrucciones que él mismo ha organizado.
Somos antiimperialistas
Aspiración profunda
Estamos contra cuatro siglos y medio de agresiones extranjeras, de las cuales más de un
siglo corresponden a agresiones yanquis.
Conjura reaccionaria
Toda una conjura reaccionaria, tramada por el imperialismo y acatada por los vende-
patria, se ha propuesto sepultar en el olvido las seculares y sangrientas agresiones
cometidas por colonialistas e imperialistas sucesivamente y sufridas por Nicaragua,
particularmente las frecuentes y brutales arremetidas yanquis, ocultando así mismo la
reiterada y heroica resistencia armada del pueblo, a la vez contra invasores y traidores.
Enemigo centenario
La victoria final no se produce de inmediato; el enemigo no es la camarilla reaccionaria
local, la que pudo ser derrotada mil veces con las sucesivas acciones emprendidas. Se
trata de enfrentar al enemigo de más de un siglo: el imperio del dólar.
Aunque es poco lo que queda por hacerse, se siente como nunca en la historia el crujir
de los cimientos del dominio imperialista en la América Latina, en Africa, en el mundo
entero.
III. Sandinismo
Ejército de campesinos
El héroe nicaragüense tuvo clara conciencia del papel determinante de la lucha armada
en el logro de la definitiva independencia nacional y además se identificó con las ideas
avanzadas de reivindicación social. Se advierte en Sandino su ideario que propugna por
la transformación social y que se refleja desde el principio hasta los finales de la
resistencia.
Durante una prolongada fase no se recupera la fuerza popular organizada, sí, pero
Augusto César Sandino permanece como héroe nacional clandestino, no por más secreto
menos hondo en el corazón del nicaragüense oprimido.
Hazaña insuperable
Estimamos que la hazaña militar de la gesta que comandó Augusto César Sandino, es
insuperable.
Hermano...
La lección de Sandino
La lucha sandinista en definitiva demostró que nuestro pueblo puede librar victoriosas
batallas contra enemigos muy poderosos materialmente.
Obedecemos la consigna internacional que lanzó Augusto César Sandino desde las
montañas de las Segovias.
Valoración
Contra las clases explotadoras, contra las incesantes agresiones yanquis, el pueblo de
Nicaragua se ha alzado múltiples veces. Paralelamente, a lo largo del pasado histórico,
se han repetido las frustraciones y traiciones. Pero en esta hora de rebeldía luminosa en
que se vive en Nicaragua, los traidores serán definitivamente vencidos. En esta hora, las
masas populares de Nicaragua cuentan con su propio instrumento político y guerrillero:
el Frente Sandinista. Esta es la respuesta a la imposición de los partidos liberal y
conservador, instrumentos de la vendepatria oligarquía de Nicaragua.
Forja de la libertad
Sean cuales sean las diferencias entre los nicaragüenses, cada uno tiene lugar en las filas
del Frente Sandinista. Tal característica es compatible con la posición de vanguardia del
sector que se identifica con la clase obrera y la clase campesina, y que se guía en la
acción con la filosofía del socialismo científico.
En Nicaragua existe una línea correcta: la línea de la toma del poder por la lucha
guerrillera con la participación de todo el pueblo de Nicaragua. En lo fundamental, el
FSLN representa esa línea.
Los combates que encabeza el Frente Sandinista han echado raíces en lo más oprimido y
puro de su pueblo. Tiene, además, la garantía de llevar como vanguardia a los
luchadores del proletariado.
Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio, y así
lo será hasta su fin. Ese mismo impulso pide en Justicia de que todos nuestros
hermanos miembros de este Ejército principien a conocer en su propia Luz y Verdad,
de las leyes que rigen el Universo.
Todos vosotros presentís una fuerza superior a sí mismos y a todas las otras fuerzas del
Universo. Esa fuerza invisible tiene muchos nombres, pero nosotros lo hemos conocido
con el nombre de Dios.
Seguramente de que entre vosotros hay muchos quienes han querido encontrar la
oportunidad de quien les explique esas cosas tan hermosas.
Lo que existió en el Universo, antes de las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter
como sustancia única y primera de la Naturaleza (materia). Pero antes del éter, que
todo lo que llena en el Universo, existió una gran voluntad; es decir, un gran deseo de
Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de Amor.
Por lo explicado se deja ver que el principio de todas las cosas es el Amor: o sea Dios.
También se le puede llamar Padre Creador del Universo. La única hija del Amor es la
Justicia Divina. La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el Universo, y su
nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber
comprendido su espíritu. Pero la incomprensión de los hombres solamente es un
tránsito de la vida universal; y cuando la mayoría de la humanidad conozcan de que
viven por el Espíritu, se acabará para siempre la injusticia y solamente podrá reinar la
Justicia Divina: única hija del Amor.
Muchas veces habréis oído hablar de un Juicio Final del mundo. Por Juicio Final del
mundo se debe comprender la destrucción de la injusticia sobre la tierra y reinar el
Espíritu de Luz y Verdad, o sea el Amor. También habréis oído decir que en este siglo
veinte, o sea en el Siglo de las Luces, es la época de que estaba profetizado el Juicio
Final del Mundo.
El siglo en cuestión se compone de cien años y ya vamos corriendo sobre los primeros
treinta y uno; lo que quiere decir que esa hecatombe anunciada deberá de quedar
definida en estos últimos 69 años que faltan. No es cierto que San Vicente tenga que
venir a tocar trompeta, ni es cierto de que la tierra vaya a estallar y que después se
hundiría; No. Lo que ocurrirá es lo siguiente: Que los pueblos oprimidos romperán las
cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas
de la tierra.
Las trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos de la
libertad de los pueblos oprimidos contra la injusticia de los opresores. La única que
quedará hundida para siempre es la injusticia; y quedará el reino de la Perfección, el
Amor; con su hija predilecta la Justicia Divina.
Cábenos la honra hermanos: de que hemos sido en Nicaragua los escogidos por la
Justicia Divina, a principiar el juicio de la injusticia sobre la tierra. No temáis mis
queridos hermanos; y estad seguros, muy seguros y bien seguros de que muy luego
tendremos nuestro triunfo definitivo en Nicaragua, con lo que quedará prendida la
mecha de la "Explosión Proletaria" contra los imperialistas de la tierra. Sinceramente,
vuestro hermano.
15 de febrero de 1931
Patria y Libertad
A. C. Sandino
En este nuevo aniversario del nacimiento de Augusto César Sandino (18 de Mayo de
1895) comparto la carta que el gran patriota nuestroamericano le enviara a Froylán
Turcios, poeta, ensayista y diplomático hondureño, director de la Revista Ariel, y
permanente colaborador del "general de hombres libres" en su campaña contra la
ocupación norteamericana de Nicaragua.
Lo denunciaba Sandino en 1928 y su juicio sigue siendo tan válido hoy como lo fuera
ayer cuando se comprueban las maniobras estadounidenses para sabotear a la
UNASUR, la CELAC y para exacerbar la rivalidad entre nuestros pueblos.
La figura de este gran revolucionario y eximio jefe militar asesinado por el dictador
Anastasio Somoza en 1934 había quedado relegada a la memoria oral del pueblo
nicaragüense. Le debemos al periodista y ensayista argentino Gregorio Selser el enorme
mérito de haber rescatado su ejemplo y proyectado su figura a toda América Latina y el
Caribe cuando en 1955 publicó en Buenos Aires su: Sandino, General de Hombres
Libres, precipitando a partir de ese momento la revalorización del legado
antiimperialista del líder nicaragüense y la fecundidad de su estrategia militar,
exitosamente puesta en práctica años después por el Frente Sandinista de Liberación
Nacional.
La carta dice así:
Con profunda sorpresa leí en Ariel del 1° de Mayo último, sus palabras editoriales,
relativas al peligro en que se halla la integridad territorial de Honduras, en lo que
respecta a la cuestión de límites con Guatemala. Tanto sus palabras, como las que
reproduce del editorial de El Cronista de esa ciudad, hicieron que sintiera por un
momento helada mi sangre. Pronto comprendí que personajes de la política
imperialista yanqui, son los atizadores de esta hoguera centroamericana.
En estos instantes me preocupan más las graves dificultades entre ustedes, los
dirigentes de Centro América, o sea la Patria Grande, que la causa que yo mismo estoy
defendiendo con mis pocos centenares de bravos; porque me convenzo que con nuestra
firmeza de ánimo y el terror que hemos logrado sembrar en el corazón de los piratas,
nuestro final será evidente, mientras tanto que ustedes están rodeados de patricidas que
siempre andan al olfato de las causas grandes, para dejar en ellas la semilla de la
traición.
Tomando como se debe, por lema las frases anteriores, los yankees sólo pueden venir a
nuestra América Latina como huéspedes; pero nunca como amos y señores, como
pretenden hacerlo. No será extraño que a mí y a mi Ejército se nos encuentre en
cualquier país de la América Latina donde el invasor asesino fije sus plantas en actitud
de conquista.
Augusto C. Sandino