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Ají Charapita: Capsicum Frutescens

Es una especie salvaje de ají encontrada en la región de la selva peruana, es muy


pequeño con una forma esférica que mide un 1/4 máximo en diámetro. Las vainas son
muy finas y maduras, tienen un color rojo y amarillo. Esta variedad no crece
comercialmente, sino se cosecha de las plantas salvajes. Las palabras de Gastón
Acurio sobre esta especie dice: El ají charapita. El que reina en todo el Amazonas.
Desde Iquitos hasta Puerto Maldonado. Desde Pucallpa hasta Bagua. El compinche
del ají de cocona. El novio de la patarascha. El músico de los patacones y del
tacacho. La cerecita del juane. Todo eso y mucho más es EL AJI CHARAPITA. EL AJÍ
DE LA SELVA DEL PERÚ.

El Capsicum frutescens es un arbusto de la familia de las solanáceas, una de las


cinco especies cultivadas del género Capsicum, que proporciona varias de las
variedades cultivares más picantes de ají. En la Amazonía Peruana se conoce a una
variedad de C. frutescens como ají charapita y es muy apreciado en la gastronomía.

A diferencia de las otras especies domésticas de Capsicum, no se cuenta con


evidencia fósil de C. frutescens en los yacimientos arqueológicos americanos, pero se
supone que se domesticó en Centroamérica, probablemente en Panamá,
difundiéndose paulatinamente por el área del Caribe y el norte de Sudamérica. Es
endémica de Centro y Sudamérica, Guyana Francesa Guyana Surinam Venezuela
Brasil Colombia Ecuador Perú
Características

Alcanza el metro de altura, aunque su tamaño varía de acuerdo a la riqueza del suelo
y a la temperatura, desarrollándose en mayor grado en climas más cálidos. Presenta
un follaje más denso y compacto que otras especies de Capsicum. Las hojas son
ovoides, lisas, de color verde claro y unos 8 cm de largo. Es habitualmente bianual,
aunque puede sobrevivir hasta seis años; la producción de frutos disminuye
abruptamente son la edad, sin embargo, y sólo se la conserva por su valor decorativo.

Capsicum frutescens ’Hidalgo’, en floracion.Las flores son de hábito vertical, y se


presentan individualmente. La corola es lisa, de color blanquecino o verdoso; la
ausencia del engrosamiento basal permite distinguirla fácilmente a simple vista. Los
frutos son bayas amarillas o verdes, tornándose de color rojo intenso al madurar; de
acuerdo a la variedad, miden entre 2 y 5 cm de largo. Se desprenden fácilmente del
pedúnculo para facilitar su dispersión; las aves, que son insensibles a la capsaicina,
son el vehículo más habitual para ésta. Una planta vigorosa puede producir más de
120 frutos.

Consumo

La relativamente pequeña variedad en formas y tamaños de los frutos de C.


frutescens indica probablemente que ha sufrido menos selección artificial que otras
variedades. Los frutos se asemejan bastante a las variedades salvajes por su
reducido tamaño, su relativa fragilidad y su contenido relativamente bajo en aromas
volátiles.

El uso más frecuente de los frutos es en la elaboración de aderezos picantes. Se


consumen molidos y secos, macerados en vinagre o fermentados en salmuera, o
simplemente frescos. En la selva del Perú, se le prepara en una salsa con cocona. En
la actualidad ya se distribuye en empaques listos para ser usados.
Propiedades

Principios activos: contiene compuestos picantes de naturaleza fenólica: capsaicina


(0,5-1%), dihidrocapsaicina, norhidrocapsaicina, homocapsaicina. Carotenoides:
capsantina, capsorrubina. Flavonoides: apiósido, luteína. Cobre, vitamina B1, B2, C.

Indicaciones

La capsaicina, a bajas dosis, estimula el apetito y la secreción de jugos gástricos,


aumentando así mismo la motilidad gástrica e intestinal. Por vía externa es
rubefaciente y revulsivo, con efecto analgésico. Indicado para anorexia, dispepsias
hiposecretoras, meteorismo. Uso externo: lumbalgias, faringitis, alopecia areata,
inflamaciones osteoarticulares, neuralgias post-herpéticas y otras.

Contraindicado con gastritis, úlceras gastroduodenales. No aplicar sobre zonas de piel


alteradas. En aplicación tópica, resulta muy irritante y puede causar dermatitis de
contacto. Por vía interna puede resultar irritante de las mucosas. El uso alimentario
continuado llega a producir fibrosis de la submucosa intestinal. En uso tópico se debe
de emplear con suma precaución, debido a la posibilidad de aparición de efectos
secundarios: irritación de piel y mucosas, llegando a ser vesicante. Evitar el contacto
con las mucosas tras su aplicación. Por vía interna, en dosis grandes puede provocar
vómitos, diarrea, gastritis e inflamación de las vías urinarias. En dosis excesivas
puede producir hipotermia y síntomas similares a los del shock anafiláctico.

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