Está en la página 1de 68

I

Lom
PALABRA OE LA LENGUA

vÁun¡rn oue 5lGNlFlcA


Marxismo y política
'r\ Sol

I
1i
La dualidad de poderes y otros ensayos
Coutinho, Carlos Nelson
poderes y otros
Marxismo y política: La dualidad de
de poderes e
ensayos = Marxismo e política: A dualidade Carlos Nelson Coutinho
[texto impreso]/ Carlos Nelson Coutinho;
I outrás oP Paula Vidal Molina
"ns.ios raeoucctó¡¡
Paula Vidal Molina (Traductora) '- l'ed' -
Santiago: LOM
Ediciones; zoll.
Humanas)
r38p.: 14x21,5 cm. (Colección Ciencias
lsBN: 978-956-oo -026 4-8
RPI:206.304
l. Marxismo l. Titulo. ll. Serie ltl' Molina Vidal' Paula

(Traductora).
DeweY :335.4- cdd zt
cuBer: c871m

Fuente: Agencia Catalográñca Chilena

@ LOM Ediciones
Primera edición, zoll
duatídade de poderes e outros ensaios'
Título original: Marxismo e política' A
rsBN: 978-956-Oo -0264-8
RPr:206.3o4

¡¡rctór.¡ Y COt tpostctoN


LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago
(s6-z) 696 6388
rerÉro¡ro: (56-z) 688 5273 | rnx:
*v att: lom@lom.cl I weel. www'lom'cl

orssño os cor-sccrów Estudio Navaia Filosofia Política I ctrr'¡ctes HUMANAs

IMPRESO EN LOS TALLERES DE LOM


Miguel de Atero 2888, Quinta Normal
'rrLÉro¡ros: 716 9684 - 716 9695 I FAx: 716 8304

!mpreso en Santíago de Chíle

----a
ilt'
I
I

i
,i
f

Marxismo y política
I

I
1

I
il

'i

I
)
Para Andréa,
La dualidad de poderes y otros ensayos
mimujer

t
I
Carlos Nelson Coutinho
I
I
rneoucc¡óts pe Paula Vidal Molina
i
I

rl
Índice
Prefacio I 9

cepÍturo t
La dualidad de Poderes:
Estado y revoiución en el pensamiento marxista I r3

r. Aigunas cuestiones de método I rg


z.Teona"restricta" del Estado y concepción
"explosiva" de la revolución I lo
3. La ampliación de la teoría del Estado
y la concepción de la revolución como proceso | 37

c¿pírulo z
Los marxistas y la "cuestión democrática" | 6r

cepírulo 3
Gramsci, el marxismo y las ciencias sociales I 7z

r. El punto de vista de la totalidad


y las ciencias sociales particulares | 77
z. La recuperación gramsciana
de la crítica ontológica de Marx I ao
3. La contribución de Gramsci a las ciencias sociales I 94

cnpítulo ¿
Voluntad general y democracia en
I
Rousseau, Hegel y Gramsci I ror

r. La prioridad de 1o público I toz


z. Rousseau y la voluntad general I ro4
a. Hegel y las determinaciones de la voiuntad I tog
4. Gramsci y la hegemonía como contrato I tt6
I

l
l cepÍrulo s
I Lukács, la ontología y la política I rzg

i
*g E*¡ q gÉ sEie:É rr:
=;
EE a; i;# ;!
t¡t E í íI :ÉeE E ÉEE E EEÉáBÉ # iE É,E;
gi giÉgE gI g gE
tE ÉÉEg; íI Éi I Es EÉÉ

gE g rÉ;e all;gI gggÉá


§É! E §g5É íg;
o
U
..§
gg ggíáígáEgEii g
g¡Egg
q)
iÉs r : s Égl
Ii
ti
t;i
t:
ili,' Gramsci también aparece como protagonista del cuarto ensayo, que
lo social' sino también
reflexión marxianasobre
)

i
los conceptos básicos
de la corriente - tiene como obietivo discutir el modo por el cual, al recoger críticamente
át i" t'oruti¿tt históricadeesta
*'' *'
I
alsunos rnomentos ,t'"t'l**o"t la discusión promovida por Rousseau y Hegel acerca de las nociones de
I

HHH;:;; ;t".si:ttru** *:l:.:ml:,::1


"::
_ con-
contrato y de voluntad general, el autor d,e los Cuadernos de la córcel se
Patttn'* tornó capaz - mediante Ia elaboración del concepto de hegemonía - de
I

incorporados a su los
lr o ]_r"ri.run del moclo por er cual
t" superar las antinomia§ presentes en Ia obra de aquellos dos pensadores
y,
El primer ensavo :tl;;;; " t'olucionaron en Iareflexion
lucro*§c ;.,ái"ton, tiempo, de proponer brillantes y actualizadas indicaciones en el
ceptos de Estado revo mismo
y al
:'- :;;";;"e combina inseparabiemente
proceso que'c(
i.'iol*rr*i"as, de acuerdo con un que Hegel busco sentido d.e una teoría marxista de la democracia, en la cual una dimensión
i
es áecir, según ro
conservación, contractualista claramente ocupa un lugar destacado.
i!:i "ri*i"".i;;;;;;""r.io^,
I rlerlnir con ra famosa
'-"''J¿til;"J';;ryr::[1;i'.t rrl ,lT.:H":
t"^1t?^1;Ti;"on
Finalmente, el último ensayo está dedicado a la ontología de Georg
I
, como Lukács: en é1, después de argumentar a favor de la idea de que ia reflexión
i"' lr.tiaoa ""
cle pocter.esaparece *"t
ll.rott revolucionaria" (y' Por 1o tanto' de, servlra'
"üa" ontológico-social del Lukács tardío es el más fecundo y abarcador modo de
i.l^ *po""ntes teóricos marxistas'
rescarar frlosóñcamente el punto de vista marxiano de la totalidad, sugiero
transformació" "uo'utloi"ü "n i:
co mo hil o c o nducto r
mre;Ñ; t' t- ¡1. - "1il[l: ffi ,T:-;":'T3; que la ausencia de un tratamiento autónomo de Ia política en cuanto esfera
de los
aborda Ia historia átttt"t tnr^ específ,ca del ser social, es el principal vacío de esta reflexión; vacío que, a
i.'i. ,.."ptoción (much" "titT;;.i; 'ii'u
;" ;'.;o; ;;volución' el segundo
ii'*:::"ñn
enfrentan la "cuestrc
mi modo de ver, puede ser suprimido a través de una integración entre la
pát tl t""t algunos marxistas "r]r";'"t"io" ontología general Iukacsiana y la crítica ontológica de la política elaborada
evolución del mod'o
democrática"''
"r"'o
llt'**Jo
y exploratorio-
Ñ : llll' 11'"":::]:il1:1'1ff
ur
lT::;i por Gramsci.
Además de eso, en estos dos últimos ensayos, busco rescatar- un rescate
o.ra, ¿. su carácter sumario
i' er marxism o v que pretendo desarrollar en trabafos luturos - una dimensión fundamental
ntre Gra ms c

il':,Til [:?]fi: [am de la *'luetalladamente


:
re lac ión-e
lo que me parece del tratamiento marxista de Ia política, explicitado sobre todo en la obra de
''las ciencias sot'-'"'-n1l"" t*""' dt *^t* sobre 1o'social:
G¡amsci, es decir, la concepción de la política como esfera privilegiada de
principar ntttnti"''"io-iJrá*áut-t":tlt*'ón combarido' la interacción intersubjetiva consensual. Formulada en los marcos de un
ser la
i" ¿ti p' n-*' u¡ a' l a to talidad' inoy tan
ii enfoque histórico-materialista, como el de Gramsci, esta concepción puede
Ia actop ció n e*prit "o at mismo Úempo'
rtt ui''"'ost-*odernos"' Pero'
t"li'l*' recibir un tratamiento más concreto (o menos utópico) de aquel presente en
especialment"
los conceptos análogos de "acción" y de "acción comunicativa", elaborados
tambiéninrento*"'ili::;dg;:f ::'.1,"t#:il",T#.X1[:T'i*:
crítíco der *''t"-tl
de un diálogo respeüivamente por Hannah Arendt y Jürgen Habermas.
;ñil; igtto"n o rechacen explícitamente
este punto
Así, el objetivo de este libro es el de contribuir a resaitar, por un lado, la
centrada
particulares,
""^o*;;;;
in r^ *-taia^ tn q"
t" J'u g"*tti^na está actualidad del método dialéctico-materialista de Marx (particuiarmente en el
cle vista globat'**' en el espíritu general
aru pririro, este ensayo.s. .n.uuár" a una abordaje de los problemas de la política), y, por otro, la ineludible necesidad
enra críúca tl1:: título- et de contribuir
de esta recopitaciónl;;t
-t;*" -impuesta por la naturaleza misma de este método- de que el investigador
marxismo y política'
entre marxista esté siempre atento no solo a las nuevas determinaciones generadas
reflexión sobre las "üt'ot"' en los objetos a investigar -aunque ellas no fueran registradas por Marx y por
I

los marxistas, o cuando contradicen afi.rmaciones literales de los mismos-,


; ;;.:,,;;;,rr,,,,, iir"r'.:i,,i'i;:i?::::::i,:i1:ry;:';:i,'r!,,J'íll^\Iiil'ji;
Botonha,
"r"ri"l.
también t:lt"tt
lr Mutino, r978) embargo,
,"]t-i'#;r."o,i]r'ir',..,ones,
p"1:::;',"
sin
sino también a los resultados teóricos de otras corrientes de pensamiento.
Como toda manifestación de la creatividad humana, también el marxismo
dualid'd dt de calircar
r'"u'"rática de la
,ilñ ; J*rático es una obra abierta, algo en pennanente construcción; el revisionismo, de este

'.: *: ffiJ,iff{i, ::n ;i


x mlil:: mencionado' :., n:
destg [: *hiil .,l'* Hl ::uS:: modo, lejos de ser un "desvío" (como piensan los "marxistas-leninistas"), es un
voy a
i" t,u" en el ensayo momento constitutivo esencial del métoclo marxista, c¡ue tiene como principicr
'o "explosiva'de la revolucron'
i tonttpti¿n Cor¡rra aacorrente'
c
básico el empeño por reproducir conceptualmente el propio movimiento de
'.,,ñi.ln en mi libro: Contro
de mod-o m^enc: resumido'
z Volví a abordar u" tt*átitt'
tn'o¡o"oa'"a"'iiii')¡"''*'^i'^'''^""'r"'á"i"'''toa'especialmentepp'1e-48'

-10-
si estos ensayos CAPÍTULO 1
dinámica y contradictoria.
lo rear, en roda su compreiidad del marxismo
meditar sobre esa actualidad La dualidad de poderes:
fueran capace' ¿t r'""t' "i'üt*r esencialmente revisionista'
v sobre la necesidad
de cuhivar este su momento Estado y revolución en el pensamiento marxista
el objetivo que se propone'
er rr"tra.u*prido prenamente
libro
".r,on..,
I

C.N.C.
1994'
Río de ]aneiro, iunio de

Este ensayo pretende exponer - ciertamente de modo sumario, a través de


I

pocos ejemplos, pero que me parecen particularmente signifrcativos - el


modo por el cual los conceptos de Estado y fevolución se articularon y
evolucionaron en la reflexión marxista. Es una característica común a las
varias vertientes de la tradición marxista, de Marx y Engels a Poulanzas, la
idea de que la transición al socialismo (la "revolución socialista") resulta
de la lucha política de clases e implica Ia construcción de un nuevo tipo de
Estado. Tomando como supuesto ese aspecto común, en el cual se encarna
el momento dela contínuidad,inte¡taft mostrar cómo una definición dife-
rente de la naturaleza del Estado - el momento dela renovación - también
lleva a una evaluación diferente del papel de la dualidad de poderes en la
transición al socialismo. De modo más concreto: indicaré cómo, depen-
diendo del modo "restricto" o "amplio" de concebir el Estado, resulta - en
la historia de la teoría política marxista - la elaboración de dos paradigmas
diferentes de la revolución socialista, que deñniría esquemáticamente como
"explosivo" y "procesual".

1. Algunas cuestiones de método

Antes de entrar en el análisis de los ejemplos que escogí, me gustaría expli-


citar el sentido en que aquí empleo las expresiones "restricta" y "amplia"
para indicar diferentes abordajes marxistas del Estado.'Iales expresiones
pueden ser identificadas, con las especiflcaciones que a continuación pre-
sentaré, a las categorías dialécticas de "abstracto" y "concreto". Como se
sabe, Marx (en la senda de Hegel) concibe la dialéctica como un método de
articulación categorial que procede a través de la elevación de lo abstracto
a lo concreto, de lo menos complejo a lo más complejo; esa elevación tiene

como meta la construcción progresiva de una "totalidad coucrcta", de utta


"síntesis de múltiples determinaciones", en la que varias determinaciones
il
Estado es una dictadura de clase"- Ilevó a Ia
-"todo
abstracta del Estado
:

fascistas y
anulación de las diferencias concretas entre Estados
I

."*rn,.
\
:L:iff Hii"H$:]fl Ir:I:":'.':f liJ"T:k['i*]:,?Ii:,Tffi Estados liberal-democráticos'
""-il.t
i páa'i^*o' decir que una concePcr".: il;t;;ciones del
il;";;;;;, llu*prir" pt^.ro gnoseológico, Ia,.ampliación,, del concepto de Esrado
consisre,
cuanLo mavor sea,eI
n:1""'^";:;:;o los momenros absr.racros obcenidos en el
I :: Hoii;: n,.*..i0., a.r urí.n ,r,i.ufár dialécticamente
más concreras
.u;;;;rmuración ,"irro del modo de producción con las determinaciones
t1,"J,',:".'ffi lf :;lilf*:::"XTfül'"':,:ffi ou.resultandelexamendelaformacióneconómico-socialcomonivelmás
punto de vista más
0".,.",.*","""'t,m:lili*i:::t',^::i.:l;:iiili}-T,",".* ;;ror.i" de la totalidad societaria'a La elección de este no
*:t:*1'::::"^"i.".
poc.as. interesa' ." ü qu. aquí not .on..., a. "uordale implica la introducción de nuevas determinaciones,
"o relativamente
'
de io abstracto a 1o
concreto -".
-o' I

(articulación de diferenres modos


n*" i- .*"acián dimensión' Por'un ,áro .n ru .rr.ra económica ierarquizada
Estado- poseeunadoble y los conflicros
ia "ampliación" ¿tr to"tlpto de
áe proaucción) y social (compleiización de Ia estructura de
poiítico (nuevas características del
lado,tenemos"n'ai*'níi"n!-n*':t:9t;1':::T;::tffi [::ffiit":'J'l á..f.r.1, sino rambién en la esfera de 1o

fenómenoestatalymayorespecificacióndesupapelenlareproducción
;:fi r
.,restricto,,y
Hi:**;:::'.'J::'.*1':::[Hiif:l*i:**:i*::f
Jl;'" *i;i i; *
global de las relaciones de producción). Ejemplos de
;amplio"
abordaje
pueden ser encontrados
"H'J:.;fffi ilIl:lil
:::tT d.el Estado, en ese sentido gnoseológico,
o, ,,. o'
t * ry o
"d
n g
: tY:'"tt;;r.-.r.i"*a
i 1i::.
" que se pone delant: dtt abstracto en lá obra del propio Marx;ba§ta,
para eso, comparar las formulaciones del
rleor¡áaa ouietiva
un nivel reiativamente alto de abstracción,
Monítrrrto ro*unista, situadas a
mucho más concretos presentes en El ¡B Brumario's Esa
H:tlT'::T;,"."ff ::-Ji."i:á::':.áflH[H'ui""'"''"'eoríader
como el aparato de
dominación de la clase
con l,os análisis
pensamiento marxista
tb"'"'tt"*t*e
Estado (definido de clases (indicada
dualidad de abordaies se reproduce también en el
fu p'opia estructura podemos ver al comparar Ios resultados de la
económicamettt O"*t""ttl' 'i"o
contemporáneo; es lo que
y sus funciones di-
comounaopo,i.io"u'ii:;':;;;;;;';;"f §fl"-l1[:11[1iffi [t*1 llamada.,escuela derivacionista" (que "deriva" el Estado
las investigaciones
recramenre de la lógica de la acumulación capitalista) con
li:m:,1:t".1i'"ffi l,:L:'i:ñ:'lff '':'J'il'ilil"',,-i1i,'1*
t"ln *o*tnto necesarío de de origen gramsciano (que siempre elaboran el concepto de Estado teniendo

ot' Ili* ;;"oá''tcci¿n'


leyes más generales todos reconocen en visia las complejas articulaciones de la formación económico-social).6
del Estado; pero no
ta investigació" f i'totito-**erialista determinactones
oue es insu!c""""'"
t"'*ttit"tO" de las múltiples concretas'
estatal en sus manifestaciones
."ru.tt'i'"t' tr r*á*t*
''*ioá,i'*o"""'0"'iü""'1;ü:!:l:::T',',T¡1§:','"*:'.át:;::
n.r. 4 tobre tales conceptos, cf., por ejemplo, los debates contenidos en Emilio
Sereni et al''
Ls¡ampa' t974'
Modo de produgdo formaqdo econímico'social, Lísboa,
e
a
de la deduccton 5 Por ejemplo: mientras Marx y Engels inician el Mantfiesto diciendo
que la "época de la
decir, cuando los resultados de la realid'ad social-'
el momento - y dividió la sociedad en "dos campos
mediaciones' tr' r'"i;;;Jt""tttt"' brrgúesíi rimplificó los antagonismos de clase"
esía y el pioletariado, Marx en El ú Brumario se refr ere - como
base
opíar,or,,, l, brrgu
parcial,"ú"'tt"'"'i"olt;t;;;;i;t.*tt:n:r';"u:t::;.x[tf:ttfi il:?1": para el análisis dá las conñguraciones asumidas por el Estado francés posterior a la
como eiemp
mencionar' de clase:
al error- Bastaría aquí asumida Por la Inter-
y
Revolución de r848 - a un número mucho más amplio de clases fracciones
la¡osición
poritit"'l'
t";:;:;;Ji"'
(de catastróñc^' la deftnicion másalládelproletariado,habladeburguesíaindustrial,comercialyfinanciera,de
tu""¿o la hipóstasis de pequeña burguesía, campesinado, lumpen-proletariado' etc' Esto da como
resultado
nacional comu""tj"t'"tit'ü'
"'i' unanálisismuchomásricoyconcretodelEstado,quizáselmásricoyconcretopresente
en toda la obra de Marx.
' '. " - mles para lo crítica
de Ia
aElementost'u,nda.!,"!",u..,,.,rr.,,rr.r-33.sobre 6 . Pafaunaexposicióncríticainteresantedela"escueladeladerivación",cf.,Bobiessop,
¿; ;-;;,-,,,rnrroducción"[der857l "escuela de la derivación"

r:ru[/:tx:,1;;*:',x::.1$*:;lf
"U',""u
H*r::;*rí#;lll; The capitaliststare, cit., caps.3 y 4. lmportantes trabajos de la
están recogidos en |. Holloway y S. Picciotto (eds ), 5 tate and Capiral'
A Marxist Debate'
c dPl co'nc'reto ne Londres,EdwardRrnold,lgTS.AlgUnasdelasprinci¡ralesformtllacionesdeloque
,1" l"r', t La tliale¡it a dell'astrono
ov.
j*l*5mn;i::[:::,üÍ,-,',i*i",ii',i]i"'lo podríamos llamar de "escuela gramsciana"(como las de Palmiro Togliani, ciuseppe
l

11,,.^",,i,,,,-;r'::r:Tif
Estad.c
Estaoo'u'".r!rr, Vacca y del último Nicos Poulantzas) están reseñadas en la parte ñnal de este ensayo'
del 28-3l y 213-220-
el análisis marxista -^.- ^-
Jí ,r"icular pp.28-31
oo. 213-22C-
Robe ^¡rri.rlar
Methods,Oxford, Martin
para sería el reino cie los individuos atomizados
entre abstracto y concreto
no se reduce' de las relaciones económicas)
Sin embargo, la relación niveles el Estado consistiría en la esfera de la universalización.
er marxismo, t" ,r*pt"
.t"..ton gnoseorógica entre diferentes v oarricularizados,
" El recorriclo desde 1o abstrac- áin u*Uutgo, al contrario de Hegel, Marx muestra el carácte.puramente
sincrónicos de"U't"ttiOn-o-toT "ii'"tiOtt' del pensamiento' slno formal de esa universalidad: si el Estado puede'aparecer como el reino de
t'o movimiento
to a io concreto "p'oat'it 'olo "" de lo real' sesún Marx' las lo universal, en contraste con la esfera económica de la
pura particularidad,
también ia propia di"';;;;;árico-ouietiva de la existencia";7 en otras eso resuita del hecho de que el hombre de la sociedad moderna está dividido
¿t Atttt"inaciones
categorías son "formas '"t'son apropiacionesmentales de) un movimiento en su propia vida real. Por un lado, él es el bourgeois,
el individuo concreto
(o
palabras, ellas reproducen nos que lucha por sus intereses meramente particulares; por otro, aparece como
obiero' Por consiguiente'
que tiene lugar primart;;t"t; "iptopio por
ampliación áel concepto
de Estado en pensadores iiroyrr,el hombre abstracto de la esfera pública, que guiaría su acción
parece válido decir que ta o Trotsky'
con Marx' Engels' Lenin intereses generales o universales.
marxistas más recientes' "itá*n"'nos más rico Incluso antes de tornarse "marxista", Marx ya indicaba ei hecho de que
at angulo de aproximación
no resultó solamente de'ü'Jttián "n propio desarrollo esra división - imponiendo urla alienacíón de la esfera politico-estatal en
(menos abstracto);resrrrti t'*ii¿"' y especialmente' del
relación al hombre real y concreto - impide que el Estado pueda representar
obietívorantoderT:d;';J"io";i-1-"-1:5:T;Hil#il"#i::;
nuevas determln
efectivamente una voluntad general. si el hombre que vive en el mundo real
,".t.i .rrn.ttstas' Al introducir y
uinámica del desarrollo de la,.sociedad civil" (elbourgeois) conoce solamente intereses privados
social (y, en particular' eil;;;¡:il'"111'-:ll'^ particulares, entonces la noción del Estado en cuanto representante del
díaléctica de una concep-
necesariala supe tación
histórico-ontológico tornó inrerés general, afirmada por Hegel, no pasa de una apariencia que oculta
ción "restricta" ¿a ur,--, ""
**1:^'-:-ox
"
"superaclon (;1fl".',,t:"::t"*1;a'.1T.',J: la dominación de una casta burocrática que deñende solo, corno todas Ias
que
áti.,iu**"",t; y cabe recordar unproceso de
,.corporaciones" de la sociedad civil, sus propios intereses particulares.
¿t i'¡t ebung'esdecir' de otras I

aproximada d" iu"otiO"-titgtfi-rr" y elevq a un Marx critica así, en un mismo movimiento, por un lado, la teoría hegeliana
o'pero que tambi ét elimina
desarrollo que ciertamen'*icon"'u en el sentido d'e la diacronía burocracia como "clase general", por el otro, su concepción del Estaclo
de Ia
ruivelsuperior'' St'á J;;;t'"g*nao '"t"ido' que emplearé de como encarnación de la razón universal: el citoyen universal no pasará de
;;;;i^ sincronía gnoseoló gica'
hiscórico-ontoló gica, ; una abstracción mientras no sea eliminada la particularidad objetiva del
ahoraenadelante"lto"ttptode"ampliación"delEstado' bourgeois'o . Criticando Ia concepción alienada de la esfera política, el ioven
de la Marx -retomando de cierto modo la problemática de los contrlctualistas-
y concepción "explosiva"
z.Teoría "restricta" del Estado muestra que el Estado tiene su gánesis en las relaciones sociales concretas,
revolución y así;nno puede ser comprendido como una entidad en sí'
El avance decisivo de Marx en el sentido del "marxismo" ocurre cuando, al
en 1843-185o
2.1. El punto de partida: Marx y Engels descubrirla importancia ontológico-social de la economía política," él busca
la ftIosoffa de la naturaieza
analizar los fundamentos materiales de esa división de la "sociedad civil"
de doctorado sobre
delamos de iado su tesis
Si
primeros estudios siste- enintereseS particuiares y reCíprocamente antagónicos. En sus Manuscri¿os
podremos decir que,los
de Demócrito y fpitu'o' del Esmdo económico-filosófcos de 1844," Marx ya muestra cómo la constitución de
cJ;;#;;;; examen de la problemática
máticos d. Marx se "l punto de partid'a el postulado
Marx toma como
moclerno. En tales estudios'e civil" (la esfera
J;;;; el mund'o de la "sociedad K.Marx, CríticadelafitosofiadelEstadodeHegel, México,6rijalbo,1968;yld',"La
de Hegel según el cuestión judía", en K. Marx y F. Engels, La sagrada familia g otros escriros flosófcos de
la primera época, México, Crijalbo ,1960, pp.16-44.

Marx, "lntroducción", cit"


p' e 'l.l Ese descubrimiento se debe esencialmente a Engels, cuyo trabaio Esbozo tle crítica
7 tlyi ción deteoría,.ampliada"
prr, .ryor", d"talles sobre el sentido en que empleo l' :o particular delaeconomíapolítica(cf.K.MarxyF.Engels, Escritoseconómicosvaríos, Barcelona,
8 México' Era' 1986' en
del Estado, cf. C u' co't¡nito'intlá"ltii"c"^tci' Crijalbo, 1975, pe.:-24), publicado en 1844 en los Anais franco-ale¡¡aes, sirvió como
estímulo para que Marx iniciase sus propios esludios de econonlí¿-
t^l"lll"lll E*ad'o de Heqet
(r8¿¡)' Sobre la
particular' ata Críúca de to fitosofia
de't
(r844)' t2 Cf. K. Marx y F. Engels, Escritos económicos varios,cit., pp. 25-125.
"" deHeqet-tntto¿u66ión
cuesdóniudía§8qql v to
I

"í'¡'i)i';'t""¡i"t"i'á'ihi"cho
iti del Estado será claramente
división de la sociedad
én clases Esta nueva'concepción marx-engeisiana
es causa y efecto de
la
esta esfera particular que con la teoría de la revolución socialista et el Manifiesto del
y trabaiadores relacionada
át *tJt"t de producción
t, partído Comunísta, publicado en 1848. Después de mostrar la originalidad
ptopi"t*?iJt
antagónicas: "tt burgueses y proletarios'
de trabalo' esto e§' en que se refiere a la estructura de clases -es decir, el
poseen solo su capacidad del capitalismo en lo
solamente como Ia encarnaclon de la burguesía se caracteriza por haber simpliñcado
El Estado defa entonce'*al-up"táttle hecho de que "la época

fo rmat atienadad.r
y J;;;i; t^,"'¿'
T::11i'#:1;ti:il|,;1ffi : los antagonismos de clase"-,'s Marx y Engels af,rman: "El poder político
que eierce una tunctontP;;,.;l;;i; no más que un comité para gestionar los negocios
u,r,o .o*o un organismo y reproduce
sociedad del Esrado moderno es
er Escado asegura la burguesía [...] El poder político es poder organizado de
nr"nt.á"int'vadá' de ese modo' comunes de toda
r^ "'otitaad civil") v'
en clases (en otras n";;;';;;;'á medios de producción una clase para la opresión de otra" '6. Marx y Engels no son suflcientemente

garantiza Ia dominaciórl;
t;;;;;;;;*rios de los El Estado' así' es explÍcitos en el Manifiesto, sobre el modo (o los modos) mediante el cuai el
sobre los no-propietarr;;'
;;;"i"t;abaildSres directos' pero sí una Esrado hace valer su naturaleza de ciase. Pero, al hablar de "podet organizado
universal'
urtEstado de clase:n" t'
i" tn""tnación de la razón parala opresión" y al insistir en la naturalezaburocrática del personal del
general' deñende
qut' t" de un supuesto interés institucional del Estado limita -
entidad particutu' "ombre Estado, indican que la materialidad se o se
una clase partícular'
los intereses comuflesde formulada en r84r
.ñéñre Formulada 1845' expresa preponderantemente - en los aparatos represivos y burocrático-
tl"tamente
Esta ntteva conttrttárri"ittiaáo "p"tttt ejecutivos. Está así formulada la esencia de la concepción "restricta" del
ert La id e olo gí a alem ana: Estado: este sería la expresión directa e inmediata del dominio de clase
la comunidad' el ("comité ejecutivo"), ejercido a través dela coerción ("poder de opresión").
se emancioó de
Ia propiedad privada
En la med ida en que
v ruera de Ia sociedad civil; La afirmación de que el poder del Estado se impone esencialmente por
tit:t#;;;lit'üi¡n"¿"
Estado alcanzó la coerción, aparece más o menos explícita en la idea de que Ia sociedad
'*
sinembargo,éit"t,*;;;;;'larormadeort:i';,T'r".:ffi ::"tt5'f;ffi : burguesa, al contrario de las sociedades de clase que la precedieron, no
relación al exterior cuanto
ar."r, p.'u ti, tanto en
iilereses''! es capaz de "ejercer su dominio porque no puede asegurar la existencia
rttrr;;;;; su' ptopit¿'aes v sus
de garantizar de su esclavo"r, es decir, del trabaiador asalariado. La ley del movimiento

de clase del Estado; del capital conduciría el proletariado a la pauperización absoluta. (Como
mostrar la naturaleza
Marx y Engels no se limitan se sabe, Marx abandonaría más tarde, particularmente en El capital, esa
a

una sociedad
indicantodavi".o*o-.,.u¿.fensad'elosinteresesdeunaclaseparticularse teoría de la pauperización absoluta, la cual tal vez ha prevalecido en una
de que el Estado' en
preci"*t"ttli'*¿' a"t tt"tt'ode la reoresentación de todo 1o que
I

procesa etapa primitiva del capitalismo, concentrada en Ia explotación a través de la


ciividida en cI*"'' *'ul"
tt mo"opotio creaci6n de plusvalía absoluta, pero que ya no tiene validez en Ia época del
en Ia cual los individuos
l'*'ou^J'!áu" ti ri
es común (o u^"t"uü' 11tma ["']' de eso se predominio de la piusvalía relativa. Esa alteración en Ia forma de explotación,
dominarrt," n"ttrr valer sus intereses comunes posibilitando una política de conquistas parciales y de "concesiones" a 1os
de una clase de la mediación
las i"'tit"io"t' comuneslasan a través trabajadores, modiftca también el propio modo de actuación del Estado, un
deriva que todas eI modo por
ut'lát*" porititu'''1 En otras palabras: en hecho que -como veremos más adelante- será tenido en cuenta por el último
del Estado
ae clase'consiste precisamente
V
el
"tiutt'
Estau" t;it;;;'oÁ''uooo Engels, cuando se reflere al carácter "contractual" del Estado moderno)'
eI cual en forma monopo-
'"
el hecho ot q" a"iI-i-ttzan
sociedad'apropiándose Debido a la tendencia a 1a pauperización absoluta, que llevaría a 1a necesidad
qt" es común (o universal)'

lica de todas t" dttñ;;;to"tt*i""*' " Marx y Engets' es
de una coerción permanente, la lucha de clases asumiría inmediatamente la
de fu"ti*"*i*o del Estado' para los ióvenes forma de guerra civil: "Esbozando en Iíneas generales las fases de desarrollo
Condición civil" en cuant'o
l'fttu "restricta" y que la "sociedad
que la política
'"" "t'^
"átt'"'ni'"ua"' puramente privada'
tal, sea una esfera
15 K. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, en Archivo Marx-Engels
(www.marxists.o rgl espanol/ m-eh 84os/48-manif.htm), passim.

p76' 16 rbid.
Puebros unidos' 1es8'
;r' ;';; ; ;il;';;';;ii*'';o 'u"'^l'o*l'o'rrrontevideo'
17 rbid.

14 lbid.

18
{ s i :,§ E E: ;
EE gɧÉÉÉ
:
[5:#
q F § g p? E E,E E iE,5 3 E * =i € a E
o_-*_
v
UiCU
Q.§

*:i??FEfEEiEiEÍ:ÉE lás = .;E U


añt

3:iEÚEñ!;TEE E;ɧɀT§E I:ÉigE HE; E;


4C 6
oód
tr;tr
qü:r
: US
qrs

E,a¡ ÉE cFEE!§; Éi'fr!g§t s;IÉ§É gE:! EEE E E


g
oú:
l!e
-,i

fr#t'Éti§;i§É ;Ei5ɧ E§E EÉ=;üsE H Es Ea l-


b
+u
E6o
:9Et
9Fc
-'-
6
o

;ÉE xee *áÉ Etá


:u q{

iE*É!§qEáÉÉEEEEÉEEgEá a -,

§rc9

=
|

ü§§ ;;:¡E¡EiÉtt ÉE,a¡ssü H EE:HEs¡i E 3E E íu


^.
üE oÉ ñ
\PUEr
:-có
üJYn
E ¿.eI
'-sEt
iáU¡
EÉEáEi[E iÉgE EÉ áÉ E [§ EÉE E É¡áÉE iEEE +
E sE áE e a*;;
E 3031
É EgEEEiÉ E :;E E:Ei§gÉ,8 gE¡¡g
s E HB sE:EE T : +ü-*
'':o-O
d¡ó
J -¡o
"iPEf
YYOF
E E H€EEEgUE.E cou6
AN¡,6
E ;i -:
! i
E § H E EE
.EEESüE*E E E.És i EáE§g iÉ E áEE =166
,=40L
UP'U
q9o^-
?E s! ñ v

sE.a EÉÉE¡áÚ s EEÉ E EE iEÉ EÉ ggE ÉiEsB g I.g +


. o c f '=
P r'o:.6
e.€
= ü -9 &>
ÉE E E E É § FE EEÉ E'§ EE ÉáEáÉE§gEIEɧí§'U NNd

üús{16: .o6Ñ0

,g*:
ü!t sÉE;
of,lá
.É6.88üEg
P
a -¿
3I\9--§:
É5 z.--::
99
Eñc.9:ú::t E.q
; qo "i: Ü 6
¡ ot o ó:u
€ 4t ,HtlE
!*q> i<.e§ó
: is
=*¡i
Eqr:--E.Ee
.Ii.sa^.9hP
ñ- ü E :E
-i t 3
,

0
.gEE EáE¡É T

Eg;§!;É.B
g
E P S ü;'€ ü
ñE:..efi.38E
€ É § - 3i e.e
€É= gÉiEE
ru ;iü
6.0 J U.-

¡EEEE
I H='?
!19 i

gI1 E

P asrtgt ffilgltl
OOó'!-6>.-
=:EÉ
:EQc5.6;9.9
4lStíYuvzv

E H111 €o\
"revolución
los dos autores- consisten
en . una visión de la revolución socialista proletaria como
y nuestras tareas -observan
Nuestros intereses q,',u t.^ eliminada la dominación ' que tiene su momento resolutivo en la constitución de un
revoru.io, ,re, p.;;";.,i"ri*
1

Dermanente,,'
tomar ra
ttttá q"e elproletariado conquiste ion,rrpod.r, es decir, en la creación -al iado y en confrontación con el poder
de las clases ma' o *tno'"poT"ti"t"' desarrolle' material armado delaclase obrera, que debe "derribar
t't*u ítiti' oe los proletarios se burgués- de un poder
el poder clel Estu¿o' ""ti*torr pr.aá*inantes del mundo''n el poder burgués y ponerse en su lugar (una formulación
.o .n ,n solo país, ,t"" .:,;;r;prir., ,iol-.nrr*.n,.,,
idea de que la máquina estatal
que sería posteriormente completada con la
áe 1a burguesía debe ser "quebrada" -y no solamente apropiada- por eI
entre t:^
Me parece claro elvínculo "::t:11:^tfl:il::::ff"t:iili:;
antenol proletariado).
i"t*"f r.iones del Manífi esto' citadas permanente "guerra
v m
f . Una percepción de doble poder como algo transitorio, de corta duración,
pr"i.i"ri-u" , ourguesía es.una
la rucha de crases enrre que un que no solo implica la eliminaciónviolentadeuno de 1os dos
contendores, sino
tt r'i^¿ocapitalista no es más
civil mas o meno§ "t*"-;:;;;;;t al proletariado' también ia construcción de un gobierno dictatorial por la
parte vencedora.'7
"comité eiecutivo" at r' uuig*tia para "oprimif'
el hecho de que'
sin emuargo' destacar
Quizás más importa;;;"t;" z.z. Digresión sobre el último Engels
tt valen por primera vez de la
orecisamente en esre t#';;;;;r"gtrt
1".,á* o" "u"¡r' po¿"" p"''"
;.o* ;".*Tf
deben hacer en :lil',::t::il¿liii:[X
Pronto veremos cómo las concepciones de Lenin y de Trotsky (y de los
proletarios
fJrcrnao lo que los para tornarla "permanente"
en la bolcheviques en general) sobre el Estado y la revolución -así como sobre
(y como medio
democrático-burguesa nuevos gobiernos la dualidad de poderes como elemento necesario de esa revolución- son
dirección del sociatismJi'
*;; t;;;;á:'At'lado de los gobiemos obreros una continuación más o meno§ directa de esas ideas de Marx y Engels,
atu't'-anástituir inmediatamente
ofrciales, los o¡"'o' de modo tal formuladas entre 1848 Y 1850.
en la f"'*' ¿t clubes o de comités obreros'
revolucionarios, el Por otra parte, como consecuencia de la codificación dogmática y em-
[...l.pierdan inmediatamenre
que los gobiernos o.*;;;;"'_u*gu.r., sobre el carácter depoder pobrecedora que las ideas de Lenin sufrieran en manos de sus presuntos
apoyo de los obreros"''5;';;;t ; haYa dud'as
y Engels insisten en el herederos, tanto de orientación estalinista como trotskista, ese cuerpo de
"gouie'n"l n^ráletos' Marx
efectivo deesos
"'*t"t" ideas - bajo la infeliz denominación de "marxismo-leninismo" - pasó a ser
estu' " armadosy organizados"''6
hecho de que etlos ¿tUtn rcórico-poiitico considerado por muchos, adeptos o adversarios, como la "última palabra"
período inicial del desarrollo
si resumimos b"";;;;;; articulación más o menos de los marxistas sobre Estado y revolución. A causa de esto, me parece im-
cte Marx y fngels,
podemo' detir qut existe una portante llamar la atención sobre el hecho de que la concepción "restricta"
formulaciones:
,iguroto ."ttá 1as siguientes especie de del Est¡tdo y el paradigma "explosivo" del proceso revolucionario fueron
según la cual este seríauna
. tjna noción "'"'*"t"]áti usrado' e inmediata)' superados, por lo menos parcialmente, en las obras más tardías de Marx y,
directa
,.comité elecutivo,, ¿e rá ctase dominante(su expresión de especialmente, de Engels (que vivió doce años más que su amigo).
un organismo qtr" ut',"ttt'"i^
t"tn*u civii y se vale esencialmente
sus funciones' 27
la coeición para eiercer bipolar y "simpli- De eso resultaría la convicción, que Marx explicitaría después, de que la lucha de
clases como conflicto
. Una concepción de la lucha de clases conduce necesariamente a la "dictadura del proletariado". En su célebre carta
I

que puede
y proletarios'como una confrontación a J. Weydemeyer, del S de marzo de 1852, Marx - como haciendo un balance de su
fi.cado" entre burgueses que llevará nece- producción teórico-política en el período que estamos analizando - observa: "No me
co*o civil más o menos ocuha"'
I
ser cleñnicla "'';g''"rra cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las cl¿ses, ni la lucha entre ellas.
I

sariamente a una "exPlosión"' Mucho antes de m í, historiadores burgueses ya hab ían descrito el desarro llo h istórico
I de esa lucha entre las clases y economistas burgueses habían indicado su anatomia
económica. Lo queyo traje de nuevo fue demostrar: t) que la existencia de las clases
está ligada solamente a determinadas fases de des¿rrollo de la producción; z) que
comunista" , en Archivo
;. ;;;;;. ;;;"i,, ;l'"''"' o"l Comité centrar a la Liga
85os/so-circ'htm)'
l¿ lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado;3) que
arxists'o'=gittptnor/'-t/¡ esa dictadura es nada más que la transición a la abolición de todas Ias clases y a una
M arx-En gels (www m
sociedad sin clases" (cl Archivo Marx-Engels [www.marxists.org/espanollm-elcar¡-¿sl
25 lbid. ms-¡¡¡-s2.html).
I 25 rbid.
I

I:
I

l
que Engels escribió descubrimiento está ciertatnente entre 1as mayores co.tri-
ia famosa "lntroducción" del Estado, cuyo
Tomaré aquí solo un eiemplo:
poco antes ut i' reedirión de Lastuchas de ctase
;;;;;;;; buciones del marxismo a la teoría política, sigue teniendo un papel decisivo
en 18es, del Engels tardío. Sin embargo, él ahora ve que
'" en las nuevas formulaciones
enFrancia,textopublicadoJr-tñui**'eporMarx:itt?";tlj^t^1^l1tjl.
una autocrítica de las
postctones la dominación de clase no se maniñesta solo a través de la coerción
(como
d,ucción, Engels emprende
e"pñtit'*""tt ,,poder opresivo"), sino que resulta también de mecanismos de legitimación
que antes analizamos'
período
ton t't*-*l ;'d"';;;- en el
eue, iuntamentt él formula algunas nuevas que aseguran el consenso de los gobernados (es decir, también resulta de
entre 1848 v reS;' ;" to"stt'.r"t'ci"'
es decir, las cuales se encamtnan un "pacto" o "contrato"). Por otro lado, esos mecanismos de Iegitimación y
p""'a el movimiento obrero'
propuestas est'*tegit"' obtención de consenso se encatnan en las nuevas instituciones que, gra-
de la transición al socialismo
en el sentido de io
que tffiá;;";;epción
de insistir necesidad en la cias en gran parte a las luchas de la propia clase obrera, se inscriben er-r el
con base proceso;;;;' ^sí' después
ert ttrt ra rucha de la clase seno de los modernos aparatos del Estado (parlamento electo por si-rfragio
..revisar la viera ,á.,i;i"; ;l;r.tñ:", y defender
de Engels afirma:
democrática, universal, partidos políticos legales y de masa etc.).
obrera dentro a. ro,
*ar'J.ri.JJiri.g"rta"d Y, al percibir la emergencia de esas nuevas determinaciones del Estaclo,
no han Engels puede dar una formulación más concreta a la cuestión de la forma
cambia¡on en la guerra entre los pueblos'
Si las condiciones golpes de polídca de la llamada "dictadura del proletariado": "Una cosa absoiuta-
cambiado *t"o' r"'u"'""itn"
ut^**t' Pasó el dempo de losconscientes
por pequeñas minorías mente cierta -dice é1, en 1891- es que nuestro partido y la clase obrera
sorpresa, de las ,uuolu.ion.' "iecutadas intente ltansformar
á11t*'qu" se solo pueden llegar al poder b ajolaforma delarepública demoercitica.Esta
frente a *""' inton"itnit'' 'o"a"
t"otltatd' es necesario que
las propras
última es, incluso, la forma especíñca de la dictadura del proletariado"3'. De
r' o'g^"átián ¿t
completamentt trata ["']
de 1o que se
qu. t,ayan ya comprendido esre modo, si la lucha de la clase obrera por el poder, así como el elercicio
masas cooperen .., necesario hacer'
"ro,
sin embargo, n"u out""i''J*t'át
t"*'**o'n 1o que es
de su propio poder deben ocurrir en los marcos de una república demo-
;8 crática, se modifica de manera más o menos substancial la idea de que
;;;;;;.tJ; rab aio tatso Y P er sev erante
la transición para el socialismo -la revolución- implica la creación de un

concepcóndelproceso
revolucionano contrapoder armado de los proletarios y Ia "destrucción violenta" de toda
que esa nueva
Es interesante observar Ia vieja máquina estatal. De ese modo, se puede afirmar que, ai introclucir
jX',:'i:::"J::
lueimpricau""*p;i;;r."*.'1y.3',1ilfrT.f
la violencia como respuesta
a I á; (aunque solo embrionariamente) esa nueva determinación "consensual"
vlu. toio iu*if,ca dominantr se apoya en una o "contractualista" en la determinación del Estado, el Engels tardÍo fue el
ru nto'" clase
la legalidad) ut""t"o"""'li" primer marxista en emprender el proceso de "ampliación" de ia teoría del
'*
;;;í;r,i;,:,*,:,::dilili**'m,mll'T,1TJil::""J"i1T5 Estado. Y es importante resaltar que esa "ampliación" conceptual se dio
como respuesta a la ampliación efectiva que se procesó en la esfera política

ii rti"a"t modernos ' es producto de ;;:-


::Hor.xll:::::":;::,:;iHñ;;,'*:;i".T1,1f,".1:";,ffi
"'J*J' un pacto; en el último tercio del siglo XIX.
Estado s y, t" gtt"'"t' sí y, después , delos
prín- Puedo aquí dejar de lado, mencionando solo de pasada, la posición de los
de un pacto de los príncipes-entre
orimeramente,
'cipes partes viola el pactl'
todo es anulado y la pensadores llamados "revisionistas", en particular las de Eduard Bernstein
el pueblo'Si una de las
con y del último Kautsky, que han pretendido desarrollar de modo sistemático I

p
"¿,:i:[:::i::,T""'fl:ffi no na su antigua
ab ando
" ers : i1.'-":' l ]:' 1:
a. ,oao poder estatal.3o Esa determinacton
Marx sobre la nu,u.uü)""uJ.ür.
fi48 a 1850' en Archivo mencionando de pasada, trazos significativos de una concepción "restricta" del Estado,
de clases en
F. Enqels, "lntroducción" a Las luchas
'*':'h !''- aunque las experiencias de Luis Bonaparte, en Francia, y de Eismarck, en Alemania,
M arx-Ensels (www marxists'o;ti::;';;ñ:;irasos/francia/rranciar'htm)' han hecho a Engels dar más atención de lo que hacía en 1848 a Ia áutonomía relativa
(de del Estado capital¡sta en relación a la clase burquesa.
29 rbid.
en una de sus obras
relativamente tardía
Es lo que podemos constalar cl¿ramente enArchivoMarx-Engels 3r F. Engels , "Crit¡que du Programme d'Erfurt", en Marx-Engels, Cri ilque des prot¡ronrnrcs
3O
reaq\,Etorigendetofo^¡t¡o'a'ipio'iiÁai"*o"oelEs¿ado Este libro aún contiene de Gothaetd'Erfurr, París, Éditlons Sociales, 1966, p. ro3.
(www.marxists'o
'nt"t 'no"l!"ilitá'iít'éttl'iotx'htm)'
de ia Rusia de entonces: "Un aparticularidad extraordi-
específ,ca concreta
en que elia engendró una
rasobservacionesderEnge[11'*:iIllHXl[;l,TX."jlit":i!'i:*f irrtu*..r,. notable de nuestra revolución consiste y
de poderes".33 Lo que, según Lenin, puede debe ser generalizado
con argucia Ia emergenc.taJ;- .i;;;; papet asumiao por
el parlamento Jualidad
,,et p.outema del poder del Estado, [...] fundamental entodarevolucíón".3a
.s
doble poder, no es difícil
iffi
::lil'"'i'j:"iHrilittlh*i:i'rH:'#"#"Hl'ff "H;
de esta Pc-tucv' (una
con todo, aunque Lenin subraye este..inédito,,
n"r.ibir, cuando leemos los textos que escribió al respecto, que su posición
diante Ia combinaciÓn ¿* fenómeno estatal
,,
",r"-*. de Marx y Engels en
ffi :;;;;'';;"""'.^.,:;:.".""T'JIilJJ'::':lTffi ;;i,g"i,¡,n.,n*.i.,v I..r.u ¿. la cuestión sigue de cerca las formulaciones
la cuestión del
se revela, antes que todo' en
"-',*-.,'"*l':ltpiffiiff ,g¿S-rSSo." Esa semeianza
gri"¿o. Tan pronto estalla ia Revolución de febrero' Lenin emprende un
;:J:ff ,'J,1,1,1liff,Ilft :'ñ':HllI
llamo.;::1ffi;;át*".,"*t el obietivo específico de
concebir lo que Engels ,iguroro .r,udlo de la teoría marxista del Estado;
mo v d,emocracia, a Estado y la revolución,
.i"c. .rtu¿io -cuyos resultados están reunidos
en El
comoargoror*"ao'oroi'oi;;;Ñ;;t:i::::'#i*'k1:::ff'[H:
to que haría o:,tt" q,.r. ,uuo su redacción definitiva en los meses de
agosto-septiembre de
,".i.,*"..," "neurras", 1t^lTl.-*'.t.*."ios esen-

:::,J;;'.y::".;i* jl*l::'"",1,t".:i*::il:':ff-[ffi :'l' rgrZ- es combatir lo que él llama de


"tergiversaciones del marxismo" por los
por los
"áportrnist"s" de Ia Segunda Internacional, en Rusia representados

::f ; Í,1.l'J;::H: :lü


hacer eso es"TestaLlrar
mencheviques. Y Lenin cree que el meior modo de
1T*:*[.;ffi ,'ffi::'#ffi;H";
de la primera *:11ft§;;'=;;-,
después dos esos la verdadera doctrina de Marx sobre el E§tado"':ó

"r*'.irt*'"te de sus observi:::H#il.,.t*o*tnto a' por lo tanro, Lenin no contempla 1a posibilidad (o Ia eventual necesidad)
,."^, á.t inrerés de-muchas de renovar esadoctrina, incorporando nuevas determinaciones
al concepto
para enfrentar la
lli*;:*x:::ffi i[1li::l':.jilll?i]'iu;;;;;;'vacíónvp'r
marxismo'
pretendran'
el como
histórico-materialista de Estado. Le parece suflciente,
siruación de doble poder con que se encara y encaminarla en el sentido
lo tanto, en vez de ';;;;;;u"*tt"t u u"u to"tpt
i6n1íberal del Estado modo "restricto"
f''e adherir de la revolución socialista, concebir el Estado del mismo
lo que realme"tt t'ititián manera
social' como Marx y Engels lo habían hecho en 1848-1850 y aceplar Ia
fa. t" ttu"trormación "explosiva" como ellos formularon Ia noción de revolución' Me parece
poderes en Lenin y Trotsky piausible admirir que esa "fidelidad" a una etapa e§pecíñca de 1a producción
z3.Ladualidad de preocupación
que' por marx-engelsiana tiene una razón que trasciende una posible
de febrero de 1917
de la Revolución rusa (preocupación que, por cierto, él maniñesta muy raramente en su
el estallido de Lenin
Fue ante un tipo
"ortodoxia": enfrentaba con
,,*;;":''"11-::'tri j13;:il*:'::Li!j1,t-Iiii.':";""'1i,igr obrá) con cuestiones de el líder ruso se

su
el centro de teorta tt:"^::;:"rl Lerun de Estad.o y con una situación revolucionaria que se asemejaba enormemente
1" de los ."*,or de Marx y Engels,
,"" texbsnc'**irü't'".* prusiano de 1848 y al tipo de revolución ("permanen[e") que Marx
;;;;;; un profundo conocedor ,-,
formula sus proplas
al Estado
t"it'*"i" a estos autores cuando y Engels suponían que ocurriría en Ia Alemania de ese entonces'37
no hace ninguna
observacione""u'"liá"ure
prcder'':'
:::l*? ;[tTHi". i:]::i!l
33 dualidad de poderes", enld.,Obrasescogidas,Moscú, Proqreso' s d ' v'
[rn^*':i'Jiir,1]i"".;ff ::l;"p*""á'^rasituación
V. l. Lenin, "La

;r*ffi y del último 34


2'P' 4o'
lbid.
ión teórica de Bernstein
bibliografía sobre la Prodltr.rr¿o tor.nsayos de_lring l-etscher, 35 Una ¡mportante diferenciación se manifiesta, ciertamente, en la concepción
Ieninista
32'u
32 Existe una extensa
del "partido de vanguardia" como sujeto revolucionario; sin embargo, a
pesar de la
jru: t:}'i' y''
i ili::i{i:* I;,,;;lr: :: ' importancia de estaioncepción para la teoría de la revolución en Lenin, el examen de
t'"0:: lltliSlt.l :l?ili l
,.:y i"
orrodoxia y revisionismo", , ,;. "'-;:# 2ss-33s.Para una
zst-zs8y
t'"'''Y;.;':;;rá.eocutt'ftto¡;Marxismo
esta problemática escapa a los obietivos de este ensayo'
Pa7 e Terra'
i)orr¡t*",Río de t¿neiro' 36 V.l.Lenin,ElEstadoyl¿revolución, enld.,Obrasescogidas,c\t,v 2,p'299'
mayorprofundrzación'cf'lasexc:tt*::':::':':;r 4suspremisashístórico'ldeolóqicaselo 37 ciertamente hay, en las posiciones de Lenin, más allá de la cuestión del partido, otra
bernsteiniana del marx.tsmooí,
, o'a'ü. a. t.', adori,
Kautskg
u revisionismo. La crítico pl-'liiiá;á,.'r;.i,r"n" característica distintiva de gran importancia: mientras Marx y Engels , en el Manrfesro,
bo' 1e75' especiarmente pp'2s6 v ss'
ir;..i;;;;¿;'i'
"'ii''"'^''i Feltrrnet'
t"i¡aista 88o/1e38' Milán'
1

-26
gobierno? El proletaríado y los campesinos (en uniforme
entender la razón por la cttal -
en un momento clase de ese ótro
Solamente así podremos Estado "contrac' tal como Marx y Engels en 1848, también Lenin inclica ia
un tipo de de soldado)".4'Y,
.r;;.ñ^ occidental y central Ya conocían de conservarse por mucho tiempo esa situación de doble
de consenso imposibilidad
de legitimación y de búsqueda
rual", en el cual los tp*t*o' en caracterizar el poder: "No hay la menor duda de que ese 'entrelazamiento' [de poderes]
- Lenin aún insiste
desempeñaba., '"' puptt i*po"uttit Marx condiciones de mantenerse por mucho tiempo. En un Estado,
"restrictolli"t u"' más restricto de lo que hacían no está en
Esrado de modo "'itt
p"^ it"i"'
"la'fuerza'a 1o que se da el nombre de no pueden exístir dos poderes. Uno de ellos debe redttcirse a la nada [...)
y Engels en 1848-1850'
["'] en d'estacamentos
especiales de La dualidad de poderes no expresa más que un momento transitorio en el
Estado [...] consiste fut'o"*tt"ut*ente
hombres armados, que tit"trr "
t" árcposición cáicettt y otto.t-'tl:1:::-1: curso de una revolución".a'
apararos coercitivos y represr- Ciertamente, incluso aquí en concordancia con Marx y Engels en 1850,
I".r."o" u* Estado, así, reside para éi en sus fundamentales Lenin resalta el papel del consenso en el proceso de superación de la dualidad
vos: "El eiército r"'**nt*tl ioticía sonlos instrumentos
la
de una def,nición tan restrictiva de poderes. Mientras Marx y Engels mostraban en la Circular que una de las
cle la fuerza del poder
estat;I"'i' Delante
(deflnición *t',+"i:t^"-":U:'1: tareas de los contra-gobiernos obreros era "la destrucción de la influencia
de la estructur" it"titt"ion"t
dtt f't"do
Estado ruso de entonces' s1n0 de los demócratas burgueses sobre los proletarios",c t.r'n afirma -en un
aplica solo al específrco
irr"Or,t."* no tttado capitalista)' no es de sorprender sentido algo diverso- que los obreros y campesinos, representados en los
generaliza para todo , t'^ü-lt' contrario de Marx soviets, deben ser convencidos de la necesidad de asumir tqdo el poder,
que, d'eiando de lado varias
observaciones en sentido
explícitamente - y umbién aquí
de derribando al gobierno provisorio de la burgugsía:
y Engels después At tL
"nrme
'uso'ia substitución del Estado burgués por el
Estado
modo generalir^¿o -
"qlt
revolución violenta"
4o' [El Gobierno Provisorio] -dice él- debe ser derribado, ya que es un
;t"d; es imposible sinátuna ta dualidad de poderes se inserta en
el marco gobierno oligárquico, un gobierno burgués [...]; pero no puede ser derribado
El concepto t.niniu"o "explosiva" de la inmediatamente, pues se mantiene gracias a un acuerdo directo e indirecto,
"'"t;t*;;;;irstaao y ie esta visión
de esta concepción y de los formal y efectivo, con los soviets [...] Para convenirse en poder, los obreros
gobierno provisorio' por un lado'
revolución. El doble poder del modo como Marx había
concientes deben conquistar la mayoríal. mientras no exista violencia
soviets, por otro' t' "i''
p"t ttnin -del mismo contra las masas, no habrá otro camino para llegar al poder. No somos
l¡"ional y la Corona en la Revolución blanquistas, somos marxistas.aa
visto la oposicion tn*t iu 'i''"*ii"" bipolari-
de un conflicto de clases
alemana d'e 1848 -como manifestación poderes? En que' iunto
zado y exacerb'¿o' "¿u"
qt" t""ti""¡" g"alidad de Esta colocación podría hacer suponer que Lenin se acercó a las posi-
formó otro gobierno
delaburguesía'se
al gobierno p'o'i'o'io' 9obierno de cionts de Engels en r89s: la violencia de la clase obrera solo se lustifica (y
y soldados' ¿Cuál es la composición
el soviet ae aiputaáás obreros
[...]: solo es eficaz) cuando se presenta como respuesta a la violencia de la clase
dominante, es decir, cuando esa clase, rompiendo el "pacto" sobre el cual
;;; " ;;;;i';; ;;;;:';';;;;; ;; "' "i'' d.:l,TÍ:::::i1"1T11"",11; ;i:ilh:: se funda la legitimidad del Estado, intenta impedir por la fuerza el acceso

;::i:::::il::;'TH',i:"T:';'#il;;:l¡ili,:l1f :::,i:'f :::::'J:*llli.l: de Ia clase obrera al poder por las vías legales y constitucionales.
ffi:'i::T::1íi:i:T: ilH; ;.'. ., "i,i"' :*"j,T::iJ
á; I

-' ;::1""#:ffi1; En verdad, no es este el caso. En primer lugar, mientras para Engels la
::T-il::.T¿'"[:::;:;ffiL0ltOrlal
E:ü{":lli.:r:,,:'ii1[,ii;[lf
unconcepto,ademásleJt9l1nparteoe5uóuLvr¡q'\1'|''r-
)rqru
id¡tor¡alsislo "-
x:x!1111::.ljt"^TLol""o'*o
Ar' r7'{/'
::láÍi:ffi
:,élfuecapazdepercibir
,'simplificado",
"dictadura del proletariado" solo puede tener como formapolírica 1a república
l,,Zi''
sonlosamígosdel PueblO?,
:ánflicto "simplificado", democrática (en 1o que él revela concebir Ia "dictadura del proletariado" no
^,íiá,a,tpueaioz, sob"detlerminaciones.ql,"#,li'j,.-"",os absolutistas-
:"J.,ilil;;;úitiples
:: l,iJ 1$"'J:'::I',:J:: :,:HT.¡,ü i;::-.::,.::: * :.:l:::H,::;::,':i'j"T;
;:ii:,:l:il:i:ffi ;xH:;ñ;''";;;'"Ít"_1,':*':":,,ilTf
feudales, cuestión campeslna'
pruurErIra ue ¡qJ -- - -
el '
n'I;n:T
explica en gran parte la
;=.'i;;;,ü;;;"t. lo0avla' esd rrrdvur svr r!' '' -
io¿aui''
del imperio ruso etc')'
) 41 ' Lenin, "La dualidad de poderes", cit., p.4o.
":''"'v:l-:"^i:1"^*lÍi11T,", explique también
vez exorioue la
ra

;:;;á;;il., de táctica " Tl'1¡-sJif:']11';"1.11,,"0",,"u,,.o,.


su v de
teóricos' 42 l. Lenin, "Las tareas del proletariado en nuestr¿ revolución", en ld., Obras escogidas,
;ffi:lti[::.:1'fiH';;;;;"r pl" ""á"' a' resurtados sus V,
cit., vol. z, p.43.
3o8'
38 Lenin, El Estado gla revolucíón'cit' 43 Marx y Engels, Circular del Comité Central a le LiEa Cornunista, cit.
3s lbid. 44 Lenin, "La dualidad de poderes", cif.-, p.42.

40 lbid., p.315.
Estado)' antes, la de
Uánsferir la máquina burocrd,tica-mílitar de una mano a otra,
como el contenido social del nuevo
como un tipo de régimen, sino y eso es esencial para cualquier revoiución popular en el
con la consecuente toma j- ,i A" arrotrrla;
i"."r.*.ió" de laáualidad de poderes en Lenin'
implica la destrucción completa Conúnente"o''
del pod,er ciei Estado portt p'oitt^riado' Marx- por "máquina burocrático-militar"
(u"o de los dos poderes' como é1 dice'
"tiene La doble limitación establecida
cle la vieia máquina.statul .,en el Continente" - parece indicar que é1 ya estaba atento, en 1871, al hecho
entera-
y la constructigl d: un tipo de Estado v
ü-" ,., t.¿".iáo a la nada") á. qu. et Estado capitalista
"ampliar" (o ya se amplió): en países
se puede
pa'a el líder bolchevique' la posibilidad
mente nuevo. O. ert" fo'má áo hay' Unidos y Holanda, por ejemplo, el Estado no se
por el último Engels - de que determinadas
formas como Inglaterra, Estados
-claramente admitida ..vieio,, aparat,o del Estado (precisamente ias que se ma- reduciría a una
"máquina burocrá¡ico-militar", sino que ha ampliado su gama
e instituciones del el desarrollo de aparato§ consensuales (parlamento,
seanrecogidasy superadas e'nla de actuación mediante
nifiestan en una "repúblicaiemocrática" ) de un "pacto".a8 No hay en el trabaio maduro
lugar' el consenso que Lenin tiene etc.) que implican y/o resultan
nueva conf,guración estatal' Y, en segundo por las Marx y Engels, al contrario de lo que afirma Lenin, ninguna añrmación
y Ápecíñco: implicala aceptación de
en vista, es un consenso f"ci'o "partido de que tales aparatos consensuales deban ser rotos o destruidos. Lo que en
gratias a la acción educadora del c1e
masas obreras y ."*pt'inus, por medio ello se puede constalar es Ia idea de que tales aparatos
pued et cambiar de
la dualid'ad de poderes
vanguardia", de Ia necesidad áe superar es el caso de las asambleas electas por sufragio universal) o
de una revolución violenta,qu.
,á,,r.* "a la nada" el poder contrario' Y' función(como
gtn""lización inequivocamente abusiva' si adquirir nuevas determínaciones (fusión de poder eiecutivo y poder legis-
sobre esto, Lenin promueut utta.
la producción teórica de Marx
y Engels: lativo), como podemos ver en los comentarios de Marx a Ia forma estatal
tomamos en cuenta el cán;untoie asumida por la Comuna de París, que é1 consideraba
"la forma política al fin
..Lanecesidaddeeducarlasmasasenesta_yprecisamenteenesta_ideade
descubierta para llevar a cabo la emancipación económica del trabaio".o'Y
larevoluciónviolenta,formalabasedercdaladoctrinadeMarxyEngels"'4s
Estado en precisamente esa idea la que permite entender la ya mencionada afirma-
de que la concepción
"restricta" del es
Ya nos referimos t'etf'o de que república democrática es la forma
't que él trabaia en una reaü- ción de Engels, hecha en 1891, ia
Ia circu"'tancia de
Lenin, se liga especialmente ' específica delo que éi todavía insistía en llamar "dictadura del proletariado".
uno de los Estados más
dad sociai, Rusia zarista, que posee efectivamente
Ahora, esta distinción entre lo que debe ser "roto" y lo que puede ser
1a
ese condicionamiento
"restrictos" de Ia Europa de su iiempo' Y es también
en la base de la interpretación
conservado y/o transformado -distinción que ya implica un concepto
histórico-nacional el q;;;t p"tttt """' "ampliado" de Estado- no está presente en las obras de Lenin, lo que me
sobre la necesidad' en el proceso
lenineana de la idea de Marx y Engels parece explicable: en la medida en que, operando en las condiciones del
revolttcionario,O.",o*pt'"tu*aq"i"utstatal'Ciertamente'MarxyEngels
la Comuna Estado feudal-absolutista de la Rusia de su tiempo, Lenin deflne el Estado
Imperio ftancés y durante
en la época del Segundo
-rp..l"f.*re en que ta toma revolucionaria del
poder ... .. .....f. ..................
de París- insistieron frecuentemente Marx, en Archivo Marx-Engels (wwwmarxists.org/espanol/m-e/canas/mlz-¿-zl.htm).
la ruptura o la destrucción de la 4t K.
por pafie del proletariado, debería implicar máquina burocrática en estos tres países, según Marx, justifrcaria
particularmente' el Estado supercen- 48 El escaso peso de la
vieiamáquina estatal, teniendo en vista' que la posibilidad en los mismos de un camino pacífico (esencialmente parlamentario)para
y refárzado en el período napoleónico
tralizaclo creado por el absolutismo el socialismo. Fue lo que el admitió explícitamente en un discurso pronunciado en
Sin embargo' es importante subrayar Ámsterdam, el 8 de septiembr€ de 1873, por ocasión de un congreso de la Asociación
siguió a la gran Revotuclón fra"tt'á'ou
"romper" se limita a los aparatos burocráticos lnternacional de los Trabajadores (citado en M¿ximiiien Rubel, Crónica de Marx,
que, para ellos, lo que tray que
Barcelona, Anagrama, r963, p. 134).
esa supercentralizació¡r' En
y milirares del Estado, en los cuales se expresa
de 1871' Marx escribe: "Usted verá 49 K.Marx, La guerra clvil en Francia, en Archivos Marx-Engels (www.marxists.org/
una carta a Kugelmann, del I'z de abril espanoUm-e/t87os/gcfran/index.htm). En este mismo texto, Marx dice claramente
francesa no será más' como
que [..J ei siguiente inttt'to de la Revolución que "nada podía ser mas ajeno al espíritu de la Comuna [de Paris] que substituir el
.sufragio universal por una investidura jerárquica". Si tenemos en cuenta el movimiento
que va desde la disolución de la Asamblea Constituyente y de la supresión del sufragio
4s Lenin, El Estado g la revolución' cit'' p' 3o7'
universal para la elección de los soviets, en la época de Lenin, hasta I¿ clara "investidura
46 Escrrliosoobserv¿rque,enestapercepcióndecontinuidaddelproces:9tt"-ltlt]:1T'U'
el diagnóstico de Marx se aproxtma
jerárquica" de los cjirigentes, en el período stalineano-brejneviano, podemos ver
. del Lstado f, ancés aún despuéi d" ta Revolución' cómo la experiencia de l¿ ex Unión Soviética se apartaba de la letra y del espíritu de
L'ancien régime etla révolution,Pa¡is'
mucho a Ias conc'rr'"r", ál oi"-'s de Tocqueville, las proposiciones de Marx y Engels sobre el gobierno de los trabajadores.
Callimard, 1967.
de modo.,restricto" -es decir, como algo cuyos "instrumentos fundamen- los procesos en particuiar, de las revoluciones proietarias
revolucionarios y,
parezca Lenin en 1912 que insistía en lo "inédito" del
tales [son] el eiército permanente y Ia policía"-, es natural que Ie y socialistas.s'Al conlrario de

necesaria }a destrucción de todala vieia máquina estatal. Así no es casual


áoble poder surgido en Ia Revolución rusa, Trotsky af,rma que "la dualidad
I

que Ia "democracia proletaria" o "socialista", que Lenin presenta como


de poderes es una condición peculiar a crisis sociales, característica no ex-
ia forma política del nuevo poder, le aparezca como algo radicalmente
clusivamente de la Revolución rusa de t9t7".s' En seguida, con su habitual
diverso del coniunto de las instituciones democráticas de tipo consensual talenro historiográfico y de modo convincente, Trotsky analiza tanto las
o contractual, que caracterizan lo que él llama
(siempre despectivamente) revoluciones inglesas del siglo XVII como Ia gran Revolución francesa a la
"democracia burguesa", pero que Engels prefeiía llamar, sin reducciones luz de la problemática de Ia dualidad de poderes. Sus análisis, tales cor"ro los
,,república d.emocrática". Para Lenin, leios de ser fruto de un de Marx, Engels y Lenin, se apoyan en la idea de que el fundamento social
clasistas,
"pacto" o la "forma especíñca de la dictadura del proletariado"' como para del doble poder reside en la oposición entre ciases o bloques de clases, cuyos
,.la
el último Engels, república democrática es el meior envoltorio político intereses últimos son radicalmente antagónicos entre sí.
d.e que se puede cubrir el capitalismo".so Más allá de la explícita generalización de la situaciórr del doble poder
"burguesa" para toda revolución, otra novedad en la formulación de Trotsky consiste
Esra radical contraposición entre dos tipos de democracia,
y .,proletaria,', me parece que es eI resultado de la concepción lenineana en una definición más matizada (o menos "restricta") de la naturaleza del
áe ia dualidad de poderes: si esta dualidad solo puede ser
resuelta por la Estado; éi ya percibe que la correlación de las fuerzas sociales en lucha tiene
,,reducción a ia nada" de uno de los dos poderes, la revolución socialista una influencia, aunque relativa, en la política ejecutada por el Estado. Dice
lapso él: "En la sociedad, existen siempre clases antagónicas; y la clase despro-
debe ser un momento explosivo y violento, concentrado en un breve
en el cual el poder proletario en formación (ya materializado vista de poder se esfuerza, inevitablemente, para inclinar a su lado, hasra
de tiempo,
en organizaciones situadas enteramente fuera del vieio
poder de las clases cierto punto, el curso del Estado [...] El carácter de un régimen político es
que este último directamente determinado por la relación de las clases oprimidas con las
dominantes) destruye completamente las instituciones en
se encarna. No es este el lugar para examinar hasta qué punto estas con- clases dominantes" s4.

por un lado, de un Estado "restricto", y' por otro' de Esta deñnición del poder del Estado cotno una "relación" (o, mejor, como
cepciones d.e Lenin -
laievolución como algo "explosivo" y concentrado en un corto lapso de el equilibrio dinámico de una correlación de fuerzas), posición que iría a
efectivamente a las condiciones concretas de la ser después explícitamente asumida por Nicos Poulanrzas, es percibida por
tiempo - correspondían
sociedad rusa de la época. La eficacia (por lo menos inmediata) de la táctica Trotsky como algo que escapa a la deñnición "restricta" del Estado que era
ydelaestrategiaqueélinflriódeestasconcepciones,pareceindicarque propia de Marx y Engels en 1B4B-185o, y de é1 mismo y de Lenin en 1917.
esta correspondencia realmente existía. Tanto es así que él mismo se apresura en responder a una posible acusación

También escapa a los obletivos de este ensayo recordar varios de los


matices de heterodoxia:

que, en los primeros años de la Internacional Comunista (r9r9-1923)' Lenin


introdujo progresivamente en sus concepciones, relativizando explícitamente ¿Estaría el fenómeno del doble poder, hasta hoy insuficientemenre
sobre los estudiado, en contradicción con la teoría marxista del Estado, que,considera
el valor de la experiencia de la revolución soviética advirtiendo
y
para los países occidentales.s' el gobierno como el comité ejecutivo de la ciase dominante? Es lo mismo
equívocos contenidos en su generalización
que preguntar: la oscilación de precios, baio Ia influencia de Ia ley de Ia
pára rales ob jerivos, riene mayor importancia recordar el modo por el cual,
generalizar la ofena y de la demanda, ¿contradice 1a teoría del valor-rrabajo?.s5
trece años después de Ia Revolución de rgrz Trotsky buscó
problemáticadeldoblepoder,convirtiéndoloenuna..leygeneral,'detodos
Cf., en particular, L. Trotsky, 'A dualidade de poderes", en ld., A história da revolugdo
.russa, Río deJaneiro, Saga, r96Z vol. t, pp. 184-t9t (versión al español,'La dualidad
de
poderes", en Historia de la Revolución ruso, Veintis¡ete Letras, 2oo7).
so Lenin, El Estado y la revolucíón, cil., p.306' lbid., p. r84.
53
5rEstas"correcciones"estánexpresadasespecialmente(peronosolo)enV'lLenin"'La 54 rbid.
Obras escogidas' cil
enfermedad infantil del 'izqúierdismo'en el comunismo"' en ld ' '
55 lb¡d., p. 190.
vol.3, p.353 ss.
la teoría del valor y la ley de la Estado y la revolución;
él no solo retoma, en io esencial, una concepción
En la medida en que la relación entre
de ta dialéctica marxiana' ,,resrricra" del Estado, pero sobre todo subsume la problemática del doble
oferta y la demanda, en el esquema metodológico "explosiva" de la revolución. Por eiemplo: después de
paso de lo abstracto a 1o concreto
(a través' naLuralmente' de la poder a una teoría
ñi;; "" como terreno de una "correlación de fuerzas", Trotsky
conversiónpreviadelvalorenpreciodeproducción),esposibledecirquey rrarar el Estado
clases dominantes observar: "En la sociedad, no reina de ninguna manera una
irotsty *f i.rtroducir la correlación de fuerzas entre se apresura a

clases dominadas como determinació l


repone pero al mismo tiempo
qure dualidad de poderes [..J La unidad de poder, condición absoluta para la
"comité eiecutivo de la de cualquier régimen, subsiste mientras ia clase dominante es
i'ron¡or*ola caracterización del Estado como esrabilidad
de pa§ar de una teoría "restricta" capaz d,e imponer a la sociedad entera sus formas económicas y políticas
clase dominante"- apunta a la necesidad
Estado' como las únicas Posibles.se
(abstracta) a una teoría "ampliada" (concreta) del
más concreta del fenómeno Ciertamente, ningún marxista, ni ios defensores de una teoría "ampliada"
Por otro lado, en el tran,tu"o de esa visión
como veremos- una c:nc:f del Estado, neg aúa que - en últím a in stancia - s e verift ca u na r el ativ a unidad
estatal, Trotsky esboza -solamente esboza'
que se aproxima a la caracterización del poder del Estado; pero ne es casual que haya sido necesario subrayar las
ción del movimiento revolucionario
"procesual"' Él percibe' por eiemplo' que' ya antes expresiones "última instancia" y "relativa". Si el Estado está compuesto por
que ciesignamos como
del poder, to;ittt'* a ocurrir una infiltración
molecular de la múlriples aparatos y, al mismo riempo, es influenciado por una cambiable
cl.e la toma
aparatos del Estado' determinando y dinámica correlación de fuerzas enrre clases y fracciones de clases, de
clase revolucionaria en el seno de los
de poderes: eso deriva que, en su acción efectiva y en diversos momenros históricos,
los gérmenes de ut proceso de dualidad
diferentes aparatos podrán ser más o menos influenciados por diferentes
Trotsky- conduce' en ei clases; y que muchas políticas específlcas del Esrado (de cualquier Estado
La preparación histórica de la revolución -d'ice
pre-revolucionario, a una situación en la cual la
clase destinada concreto) podrán reflexionar sobre intereses entre sí conflictivos. EI hecho
período
a pesar de que aún no dominando de que, "en última instancia", rerminen por predominar las políticas que
a impiantar el nuevo sistema social'
manos una pane importante del aseguran la reproducción de la sociedad de acuerdo con los intereses dei
el país, concentra efectivamente en sus
aparato oflcial permanece en poder de sus conjunto de las clases dominanres (muchas veces en oposición a sectores
páer del Estado, al punto que el
en tales condiciones'
Inrigro, prr..ao,es ["'] ra patte det poder obtenido' o fracciones de tales clases), este hecho resulta de un proceso bastante
correlación de fuerzas y por
fo. iu, .trr., lucha, Ls diterminada por la complejo: la unídad relatíva del poder del Estado es fruto de un movimienro
"n
las fases de la lucha's6 contradictorio, cuyo vector no está de ningún modo establ ecid,o a priori.se Al
contrario de Io que piensa Ia "escuela de la derivación", no se puede deducir
del poder de Estado" yapuede el conjunto de las políricas estatales, de manera funcionalista, a partir de
Trotsky no especiñca que "pane importante
de la completa transferencia las leyes abstractas de la acumulación del capital. Si hay unidad del Estado,
estar en manos de la clase ascendente antes
como "el mecanismo político de la ella puede ser deftnida según la conocida fórmula hegeliana: una unidad de
clel poder, transferencia que él designa
revolución,,.s7
pero el hecúo es que éiinsinúa aquí, todavía baio la limitación la unidad y de la no unidad.6o
no bien identiñcado' la posi-
d.e la idea de un "periodo pre-rávolucionario"
del poder' posibitldjd lbid., pp. r84-185.
una transfer..r.i" p.ogr.riva o grad'ual
58
bilidad d,e 1:
para elaborar su famosa estrategla s9 Este aspecto no siempre "funcional" del Estado (,'funcional,, en relación
lu qrr" G."*r.i se valdrá, como veremos'
a los intereses de
las clases domin¿ ntes) fue resaltado por
John urry, A natomia das sociedades capitalistas,
de la "guerra de Posiciones"' Río de Janeíro, Zahar,1982, pp. 85-140.
queda solamente eso: un esbozo'
Aún, del esbozo de esta nueva concepción Marx, en i 864, ya estaba plenamente conciente de este hecho. Así, en vez de considera r
En la secuencia de su argumentación'
Trotsky minimiza los elementos de la restricción legal de la jornada de trabajo en lnglaterra como algo simplemente
sobre el
;;;;;;; (tat u., ináncientemenre) introduce en la reflexión funcional al capital, en la ¡s¿¡¿¿ en que garantizaría la sobrevivencia fisica de la
fuerza de trabajo y posibilitaría así la permanencia de la explotación posición que
I -
I
muchos marxistas estrechos adoptan hasta hoy cuando analizan las políticas sociales
en general -, él observó: "La lucha sobre la restricción legal de la jornada de trabajo
s6 lbid., P.185.
I [...] afectaba de hecho la gran lucha entre el dom¡nio ciego de las leyes de la oferta y
57 lbid., p.184.
i

IJ
I
Por ocro lado, cuando Trotsky indica como condición de la unidad del civil [...] [el sistema de Ia dualidad de poderes] tiene que explotar inevimble-
poder, el hecho de que la clase dominante sea capaz de imponer al coniunto fienrc[...lLa insurrección, violenta por sí misma, se realiza habitualmente
de la sociedad sus formas económicasy ltolíticas como las únicas posibles, él en un corto esPacio de tiemPo".6'
parece presuponer esta unidad como característica solo de un Estado despó- Volviendo a la comparación del propio Trotsky, podríamos decir que
tico, es decir, de un Estado "restricto" en el sentido más literal de la palabra. es como si la ley de la oferta y de la demanda (en el caso, el Esrado como I

En los Estados capitalistas contemporáneos, esta condición de unidad no resultado de una correlación de fuerzas) funcionase solo en momentos
es verificable ni siquiera para las formas económicas: hay ciertas formas de excepcionales, mientras que el funcionamiento "normal" de la economía
socialización de la propiedad (nacionalizaciones, cooperativas, etc') que son implicaría la venta de las mercancías por su valor-trabafo (en el caso, la
conquistadas, muchas veces , contralos intereses de las clases dominantes. forma "normal" de actuación del Estado sería la de "comiré ejecutivo cle las
Sin embargo, también en el plano específicamente político, es evidente clases dominantes"). Este modo equivocado de concebir la relación entre Io
que, en la forma democrático-republicana del Estado capitalista modemo, abstracto y lo concreto -1o abstracto como lo "normal" y lo concieto como lo
pudieron y pueden coexistir (incluso en una relación de integración/con- "excepcional"-, no resulta solo de un eventual error metodo[ógico de Trotsky,
tradicción) instituciones liberales, derivados de las revoluciones burguesas, sino que es expresión del hecho que, aunque su aguda sensibiliciad histórica
con formas políticas democráticas creadas por las clases subalternas en su le haya hecho entrever (trece años después de la Revolución bolchevique) la
proceso de autodefensa, de lucha contra los intereses de las clases dominan- necesidad de "ampliar" la teoría marxista del Esrado, el aut or de La revohLción
(una
tes. Basta recordar aquí, más allá de la conquista del sufragio universal permanentecontinuó esencialmente atado a la visión restricta que dominó
bandera de lucha de la clase trabajadora contra los presupuestos teóricos en los escritos de Marx y Engels en 1848-1850, visión de la cual Lenin y los
y prácticos del liberalismo originario)' Ia creación de organismos como bolcheviques jamás se liberaron compler.amenre.6r
los sindicatos (prohibidos por los primeros regímenes liberales) y como
los partidos políticos de masas (una invención de las clases trabajadoras), 3. Laampliación de la teoría del Estado y la concepción de la
organismos que son hoy parte integrante de la vida estatal de cualquier país revolución como proceso.
capitalista desarrollado.6'
Esta concepción "restricta" de la unidad del poder estatal, como era de 3.1. Crandezas y límites del austromarxismo
prever, se refleia en la concepción trotskiana de la revolución. Después de
admitir la posibilidad de transferencias parciales del poder del Estado (las Las intensas polémicas suscitadas en el seno del pensamiento marxista

cuales, si efectivamente ocurren, implican una concepción de la esfera estatal por la teoría y la práctica de los bolcheviques, se pueden leer, por Io menos
como terreno de una perTnanente ymudable correlación de fuerzas), Trotsky en pe¡rte, como polémicas en torno a la necesidad de (ylo la tbrma por la
I

retroced.e, afirmando que estas transferencias se orientan rápidamente en


el sentid.o del choque frontal y de Ia "explosión" revolucionaria. Cuando, 62 Trotsky,'A dualidade de poderes", cit., p. 184.

en lugar de ser una condición "normal" de funcionamiento de un Estado 63 Tampoco Mao Tsé Tung superó esta v¡sión "restricta,,del Estado: basta recordar que,
para é1, "el poder está en el cañón del fusil". En Mao, sin embargo, esta visión se
ampliado, "el fraccionamiento del poder - dice Trotsky - prefigura Ia guerra
articula con una concepción original del proceso revolucionario, lo que ciertamente
revela su profunda vinculación con las condiciones específi cas de su pa ís. seg ú n Mao,
de la demanda, contenido de la economía politica burguesa, y la producción social la conquista del poder en China exigía una "guerra popular prolongada,', una serie de
controlada por la previsión social, contenido de la economía política de la clase obrera. enfrentam¡entos, en Ia cual el establecimiento de la.dualidad de poderes requería la
por consiguiente, la ley de la iornada de diez horas no fue solo un gran éxito práctico; conquista armada de espacios territoriales (las "zonas rojas,,), en una lucha militar de
fue la victoria de un principio. Por primera vez, en plena luzdel día,la economía política largo plazo. Por lo tanto, se trata de una concepción revolucionaria al mismo tiempo
burguesa sucumbió ante la economía política de la clase obrera" (K. Marx, "Manifiesto -"violenta" y "procesual". Pero sería ridículo - y, no obstante, es lo que hace María
de linzamiento de la Asociación lnternacional de Ios Trabaiadores", en Archivo Marx- Antonietta Macciochi (Pour 6ramsci, París, Seull, r974) - ver en eso una similltud entre
Engel s (www.marxists.orglespanol / m-e| 186os/ 186cfait.htm). 6ramsciy Mao; en verdad, mientras que el primero el¿bora su estrategia revolucion.¡ria
en función de sociedades "occidentales" más complejas que la Rusia zarista, Mao
61 La relación entre partido político moderno y movimiento obrero fue fuertemente
opera en condiclones c¡ertamente aúrr más or¡enr¿les" de las enfre¡rtadas por los
subrayada, entre otros, por umberto cerroni, Teorío do partido político, san Paulo,
bolcheviques en r9t7.
Ciencias Humanas, 1.982.

-JO-
Ia "escuela gramsciana", como
y de la revolución' Eso se maniñesta' e¡¡ .,onarecerámás'explícitamente en ias obras de
cual) "ampliar" la teoría del Estado la forma de una propuesta de imegración entre orga-
e¡ ,.r'.*o, ^¿.trnte, baio
;;;"; ir;".' .omo crítica a la tendencia de Lenin v de los bolcheviques' aa democracia directá mecanismos de democracia
y representativa.
características de la Revolución de rgrz
'ei presen-
senti¿o ae generalizar las ",.*o, aún más explícitas en el sentido de una "ampliación" del
lndicaciones
tándolacomomodelouniversaldetransiciónalsocialismo.(Noesellugat de Estado, e§tán presentes en la obra de Ono Bauer, otro
menos en Lenin' se maniñesta al concepto marxista
para mostrar cómo esta [endencia' por lo del austromarxismo. En su anáüsis de Ia revolución auStriaca
imponanre teórico
iado
^.. de otras tendencias en el sentido contrario)' que llevó al poder a una coalición de socialistas y partidos burgueses
comba- deigrg,
*o *.n".ulización de ia experienciabolchevique fue duramente de la época (con preponderancia socialista), Bauer se refiere claramente
a Ia república
"derecha" socialdemócrata
üda no solo por el "centro" y ior ta como expresión de una "correlación de fuerzas".
por la más importante representante democrática emergente
:1
:l in^u,tty, Beinstein), sino también y es de la dinámica de esta correlación de fuerzas - la cual, en el nivel de la
Luxemburg' En su famoso ensayo
¡t occidenial de Ia "izquierda" marxista' Rosa forma política, se expresa
en un grado mayor o menor de articulación enCre los
I sobretarevoluciónrusa,escritoenlglS,aunquereveletodosuentusias.
y
y
institutos parlamentarios los nacientes organismos de
"democracia funcio-
eila percibe peligros los
apunta
I

mo delante de la revolución victoriosa' que dependerá,


i momento en que' haciendo de-las nal" (expresión que él usa para deflnir democracia directa) -
I
claramente: "El peligro comienza en el nuestro autor, que una república democrática termine por restaurar el
y los bolcheviques] crearon unateoría.a según
necesidades virtudes, ellos [Lenin
I

dominio de la burguesía o, al contrario, por llevar al proletariado al control del


por estas condiciones fatales llas de la Rusia
fartir de la tácdca impuesta internacional"6a' poder político. Así, la república democrática instituye una situación dinámi-
al proletariado
de entonces], pretendiendo recomendarla ca, donde el contenido social del poder del Estado aparece determinado,
en
posicÚn similar fue adoptada' en 1919' por el austromarxista de
Una última instancia, por la relación de fuerzas entre las clases, por un conflicto
izqr,rierda Max Adler:
7

1 que -aunque cenga su escenario fundamental en las esferas económica y


1

t
social - repercute también en el propio seno del Estado.ou
I en la medida en que existe el riesgo
I Soio vemos 'peligro del bolchevismo' Es interesante constatar el modo por el cual, ante la crítica del famoso iu-
y comunismo; es decir' el
I
de confusión enrr.lo' t*ttptos de bolchevismo
{

más que un medio de llegar al risra Hans Kelsen, Bauer iustiñca la "ortodoxia" marxista de estas posiciones.
i ,i"rgo a. p."r.ntar albolchevismo' que no es
I
porque fue aplicado exclusivamente Kelsen añrma que Bauer, al defender la idea del Estado como "correlación
I
comunismo (un medio que tuvo éxito
I
y sociales determinadas)' como de fuerzas", se apartó de Marx y se aproximó a la concepción del propio
en Rusia, dentro de conáiciones históricas
del espíritu revolucionario del Kelsen (compartida, además, no solo por Bernstein y por el último Kautsky,
siendo la única y .*tit"iu" encarnación
socialismo,comoutgouni""utmenteválidoyaplicableencualquierpane'65 sino mmbién por el socialdemócrata austriaco de derecha Karl Renner),
una concepción que presenta al Estado democrático como un conjunto de

Max Adler indican como ef emplo


Uno de Ios puntos que tant'o Rosa como
bolchevique' es el modo de concebir 66 Sobre este aspecto de la obra de Bauer, cf. C. Marramao, O político e as transformagdes.
de la no-universalidad de la experiencia Belo Hor¡zonte, Oficina do Livro, 199o, pp. r6r-2oo (traducción al español, Lo polítíco glas
(o soviédca) y democracia repre-
i
la relación entre democracia conseiista transformaciones, Editorial Siglo XXl, r98z). Sobre los eustromarxistas en geneial, existen
se trataría de "destruir" las antiguas
I

sentativa (o formal); para ambos' no tres antologias con imporlantes presentaciones críticas: G. M¿rramao, Austromarxismo e
democracia formal, como pretendía
Lenin en su combate socialismo di sinistra, cit.; Yvon Bourdet, OEo Bauer etla révolution,Paris, EDl,1968; y Tom
i"riii*.i"*., de la
Eottomore y Patrick Goode, Austro-Marxísm, Oxford, Clarendon Press, 1978. Más allá de
nuevas formas de democracia
alparlamentarismo, sino de articularlas con las eso, cf., el libro de Norbert Leser, Teoria e prassi dell' austromarxismo. Roma, Avant¡, 1979,
conseios o soviets' Esta posición
directa, encarnada en la experiencia de los y también los ensayos de Perez Mehrav, "social-democracia e austromarx¡smo", de G.
Marramao, "Entre bolchevismo e social-democracia: Otto Bauer e a cultura politica do
austro-marxismo" (ambos en Hobsbawm, Hiscória do marxísmo, Río de Janeiro, Paz e
Luxemburg. "La révolution russe'' en ld''
O:",t::::1:::'^M.aspero' t97t' vol' z' p' 8s
64 R.
1e75)'
Terra, r985, vol.5, respectivamente pp.251-2t6y 277-343 (traducción al español, "Entre el
i;;it; .; .;p, ñol, La revolucíón rusa, Editorial Castellote' bolchevismo y la socialdemocracia: otto Bauer y la cultura politica del austromarxismo",
Centelha' 1976' pp' 34-35 Cf'
M. Adler, Conselhos operÓrios e revoÍuqáo, Coimbra' (lgzol'
en Hobsbawm, H istoria del marxismo. La época d e la lll lnte¡ n¿ cio na ¡, N4a d i-id, Bru g u era,
"Bolscevisnro o social-democrazia" r98o); y de Raimond Loew, "The Politics of Austro-Marxism" en New
también, en el mismo sentido, Otto Bauer' le due guerre'
v. 7, Let't Review,
(ed.';, Austromarxismo e socialísmo di sinistra fra n. u8, nov¡embre-diciembre r979, pp.'r5-5r.
Ciaao.o Marramao
"n
Milán, La Pietra,1977, PP.143-230
lr-

puramente
procedimiefltos formales socialmente neutros, como un aparato anáüsis, de los
cuales, por otra parte, Bauer hará valer en su fecundo intenio
iécnico-iurídico. Bauer, en respuesta, no solo rechaza esta idea liberaldela de comprender
la especifrcidad del fenómeno fascistaTo. para é1, no hay duda
,.neutralidad técnica" del Estado (la situación de "equilibrio" es, para é1, una fascista rermina por expresar [a dictadura abierra dei capital
de que el Estado
más temprano
situación eminentemente dinámica, procesal, que se resuelve monopolista. Sin embargo, eso no anula ei hecho de que, en su génesis, el movi-
que tarde, aunque no de modo necesariamente "explosivo", a favor de
una de ,,carasrrófico',
mienro fascista creció y llegó al poder en función de un equitibrio
sino también d.emuestra haber captado la esencia y el proletariado, que permitió
las clases fundamentaies), enrre Ia burguesía 1o que secrores de la pequeña
del método marxiano del paso de 1o abstracto a lo concret'o: burguesía y también del lumpesinado se apoderasen de la máquina esratal;
rampoco la evidencia empírica de que, durante la vigencia del régimen fascista,
y este'
La crítica corriente -dice Bauer- conoce solo el marxismo vulgar; esos sectorespequeño-burgueses (organizados en los panidos fascistas y en sus
por lo tanto, es el único obieto de su crítica. El procedimiento de Kelsen [opas de choque) ocuparon directamente el aparato dei Estado, utilizánclolo no
es un eiemplo típico de eso' Kelsen conoce de Marx
precisamente lo queel
solo para reprimir el movimiento organizado de la clase obrera, sino también
organización
marxismo vulgar conoce: que Marxpresentó el Estado como una
las fracciones de la burguesía que entraban en conflicto con los intereses del
de dominio de la burguesía. Kelsen no conoce nada d elas modificaciones
a los hechos' a
capital en su coniunto.
de este axioma general, de las posterio res aproximaciones
Sin embargo, esras lúcidas intuiciones, en el.sentido de una ,.arnpliación,,
lascualeselpropioMarxilegóensusinvestigacionesparticulares.6T
del concepto de Estado, no se hicieron acompañar, en la reoría y en ia práctica
austromarxistas, poruna renovación sustancial de la concepción cle la revolución
.,método de aproximación,,_u obietivamente,
Y Bauer se vale de este socialista. De alguna manera, Bauer se mantiene prisionero cle las posiciones
para concebir de modo
de ese paso de 1o abstracto a lo concreto-, no solo del últirno Engels: la clase obrera debe esforzarse para obtener la mayoría
..ampliado,, el pod.er político en la república democrática, sino también para electoral y, de esta manera, por Ios caminos constitucionales, ascender ai poder
evaiuarlasnuevasformas,.deexcepción,asumidasporelEstadocapitalista del Estado. É1 considera inevitable que la burguesía reaccione a la obrención cie
de su tiempo. esta mayoría a través de la violencia; en ese caso, se hace necesaria y
legítima
Pueden existir, más allá la república democráúca, otros contextos en los
d'e lacontra-violenciaproleraria e, inclusive, el establecimienro de una dictadura
entre las clases
cuales -en el cuadro cle un conflictivo equilibrio de fuerzas delamayoríaqtte obligue a la burguesía a aceptar la ransformación socialista.
(una situación que Gramsci llamaría más tarde de "equilibrio catastróflco"68)-, (Esta aceptación de la necesidad de la "dictadura del proletariado,,, por orra
su def,nición
el Estado asume un grado de autonomía que torna imposible parte, distingue a los austromarxistas de los socialdemócratas reformistas del

como simple..comité ejecutivo de las clases dominantes". sería,poreiemplo, período, entonces hegemónicos en la nueva Intemacional Socialista; pero el

el caso delbonaparrismo, al cual Marx y Engel5er yahabían dedicado brillantes hectfo de que Bauery Max Adler subrayen que ella debe ser necesariamenre una
dictadura de la mayoría, y de carácter eminentemente transitorio,los separa
de los bolcheviques).7'
(1924), citado por C' Marramao' 0
67 O. Bauer, "Das Cleichgewicht der Klassenkráfte"
polítíco e as transformigdes,cit., p.187. El hecho de que el
"método de aproximación"
de Hegel (y del
propuesto aquí ior Bauer se inspire en Ernst Mach y no en la dialéctica
propio Mrr*¡ .onstituye, ciertamente, una manifestación de los límites ñlosóficos del
.rrirornrrrir.o, principalmente expresados en las tentativas eclécticas de conlugar 70 o. Bauer, Tra due guerre mondiali?,rurim, Einaudi, r979
[la edición areman¿ originar es
(Max Adler);pero eso no
Marx con el empiriocriticismo (Bauer) o con el neokantismo de 1936], pp. ro5-13r.
afecta sustanc¡almente los resultados a que Bauer y Adler llegarán en sus fecundos 7t Tanto Max Adler como otto Bauer, también de acuerdo en eso con el último Engels,
intentos de "ampliación" de la teoría política del marxismo' subrayan que no siempre la "dictadura delproletariado" asume la formá de un régimen
.,cesarismo,,,
..equilibrio catastrófico,,está en el origen de las formas del
Para Gramsci, el 'dictatorial y que, cuando eso ocurre, la responsabilidad es de la burquesía y no del
Gramscl
nombre con el cual designa lo que Marx y Engels llamaron "bonapartismo"' Para proletariado; esa "dictadura" es por ellos concebida como el .ont.nido social del
por otra parte, el "cesaiismo" puede seml' o reaccionario o progresista' Cl Estado, pudiéndose expresa r a través de formas política s plenamente democ rática s, en
"not
A. 6¡'amsci, Cuadernos de la cárcel, cit., v. 5, p. 65 ss' las cuales sea decisiva la presencia de organismos de democracia directa. sobre es1o,
"Violenza ed economia nella formazione del cf., especialmente M. Adler, La concezione detlo Stato nel marxismo, Bari, De Donato,
69 Cf. K. Marx, E, 78 I rumar¡o, cit.,y F. Engels,
nuovo impero tedesco',, en ld,,Víolenzae eco¡omia, Roma, Riunili,1977'pp.45.114. 1919, pp.l59-t7; y O. Bauer, Tra due guerre mondiali?,cit., pp. i32_155.
:I
I
I
l en su concepción de la revolución ul ,,conrrapoder" dei municipio de Viena, sino que suprimió completamente el
Lo que Bauer introduce de nuevo por parte
iI vez sea la idea de que, después de la
toma del poder político' la transforma' -l.i-"" ¿.*"crático en Austria. El uso de 1a "violencia defensiva"
con el fln de no desorganizar la vienés, se reveló inúril: a pesar de su heroísmo, la explosión
í
ción socialista debe proceáer gradualmente' l"i
pierda el consenso "r"r.,"rir¿o por el partido Socialdemócrata concluyó en una
,l economía y, por lo tanto, de iápedir que el proletariado l*áfu.ionr.iu liderada
socialistagradualmente' ."",'i.n.uderrota.Lacombinaciónd.elaluchaelectoralconunanoción
*uvo¡,"riá,;rebemos -dice él-construirlasociedad
un obietivo claramenteconcebido' "explosiva' de revolución -combinación que se expresaba'
procediendo paso a paso en el sentido de i.tJnt,uu y aun
de ser en una concepción estática y, de cierto modo,
"territorial" de
Cada una de las medidas que nos
llevarán a la sociedad socialista ha en la prácdca,
¿. poderes-llevó al au§tromarxismo a un impasse'
cuidadosamente examinada"'7'
sin embargo' no es concebida con
'' Ju.ft¿u¿ y Max edler fueron ciertamente responsables por una de las
ü
La toma del poder propiamente tal' ilo Buu..
presenta tal como lo hacía el reformismo y reflexiones marxistas en el período situado entre
claridad. Algunas u.ces, B^utt Ia má, brillurrt., originales
de la obtención de una mlVoria gu.art mundiales' Entre otras cosas' esta originalidad se expresa en
socialdemócrata: como simple resultado ir, ¿o,
otras veces' en una formulación
eiectoral y, consecuentemen;, parlamentaria; elesfuerzopionerolueseríaretomadoenotronivel,enlosaños1970,porel
,,auro"omunismo"- "tercera vía" entre el reformismo
poder le aparece como resultado de encontrar una
próxima a la de los bolcheviquts, e'tatom'
del [r*u¿o
',1. expresó' de cierta manera' (cada vez más subaltemo al capitalismo) y el bolchevismo
,n" ".*plosión" violenta'7r Esta ambigüedad' se ,J.i-rta.*O.ru,a
dirigido por los teórica del despotismo estaiinista)'
en eimoclo por el cual el Partido
Socialdemócrata Austriaco' rcJ. u., *ar convertido en iustificación
la cuestión de la dualidad de poderes'
austro-marxistas, guió en la práctica l.ro,up.ruraeeso,elaustromarxismonofuecapazdetornarseunefectivo
de los campesinos y conquistar la
punio á. inn"*ión en la historia de 1a teoiía
política marxista: Ia percepción
Incapaces de obtener et apoio electoral "ampliada" del Estado,
(obtenían como media el de la nueva realidad
mayoría parlamentaria tn Á't'i"como un todo á. algrnos aspecros decisivos
y/o poco precisa de Ia
valieron de una sustanciai ellos con una visión "doctrinaria"
4oo/o delos votos), los socialistas
austriacos se ,..Ábin^ aún en
que reñere concepto de revolución, ellos
(cerca del 6o0lo) para transformar Ia capital en una especie ¡ransición al socialismo. En 1o se al
mayoría en Viena reformismo y bolchevismo,
no lograron una efectiva supe taciín dialéctica de
demodelodesocialismo,aee¡emploaltemativovisibleyconcretoalpoder combinación ecléctica, o a una oscilación pendular,
sino que llegaron solo a una
I
nacional de la burguesía' que entonces, dividía elmovimiento obrero y
de la "Viena Roia' en el terreno
de entrsestas dos corrientes en se
No hay duda de que las realizaciones "socialismo integral" (una
entre los mayores títulos de
gloria del socialista. Y eso vale incluso para la propuesta de
la cultura y de la política social, están planiñcación y la tradición demo-
general' del movimiento socialista occiden- síntesis enrre Ia experiencia soviética de
austromarxismo y, de modo más de
el esperado consenso electoral crfuica del socialismo occidental), formulada por Bauer en 1936, después
tal. pero no fueron suflcientes pira obte.re,
momento' fue imposible para el gobierno un autocrítico de la acción del partido austromarxista durante los
.iu-..,
nacional. Además, a partir de cieno poder' La
situación congelada de doble eventos que llevaron a la implantación del fascismo en Austria'7a
burgués soPortar por más tiempo esta
btrrguesíaaustriaca_aIcon.,*,iodelaposición,.expectat,ivi§ta,'y,enúltima
de la oposición socialista- tomó
la iniciativa' 3.2. El punto de inflexión: el Cramsci de la madurez
instancia, de estancamiento
no solo aplastó por la fuerza el
en 1934: optand'o por una solución fascista' podemos registrar indicaciones en el sentido de una "ampliación" de la
reoría del Estado, tanto en el último Engels, como en pensadores como
72 o.Bauer,Derwegzumsocialismus(1919),enT.BottomoreyP'Goode'Austro-MArxísm' Ia misma italiano
pi,itiont' sentido tamb¡én se manifiestan' en Rosa Luxemburg y los austromarxistas. Pero fue ciertamente con el
;;";:.lá;^;;;, "n "tteentonces.era el principal teórico de la Nueva
iplJr,." flt oura, ¿" auknarin'que Anronio Gramsci que esa "ampliación" recibió su formulación más sistemá-
t tt Unión so'¡ética entre 1923 y 1928; sobre eso' cf''
Política Económica (NEP), aplicalt tica^ Los cuadernos dela córcel,la obra de madurez de Gramsci, marcan
Nikolai Bukharim,tev¡eartniiiti)tionetgzs-tgza'aoma'Riuniti'198o'especialmente
l. pp. 35-194; lacob Co"nAtr. to'g'i, e'Ll'"tirn' S:o^paulo'
Ática' l99o; y Stephen Cohen' el verdad.ero punto de inflexión en el desarrollo de Ia teoría marxista del
iioí-rr),í-iti* uioqrafa políücá,Río de janeiro' Pazererz'1990'pp'149-3oo' Estado y la revolución. Por haber tratado ampliamente el pensamiento de
es obra de pocas horas [" ] La revolución
soci¿l
I
73
lt, ,o,,t-nu -o'tu Bauer-
"r'"'r.,u" po' proletariado y el.proletariado solo puede tomar el
presupone la tom. ¿.t po¿u'
"l
poder del Estado por medios revolucionario s"
(Der Weg zum Sozíalismus' cit'' p'15o)' ;; ;;;;;; i, i",, i-i,,,,,,,*,diti;i|¡ia,,in,p., 2eo v ss

t.
I
I
I
!gE:it gE[¡É;EiEsH$ɧÉi §§ [E§i ÉcEtÉE3á
g; iÉÉÉ iEErEgÉ$El 3EEÉ[É E§ ÉÉr$ iÉsɧrIi
EEÉáEE*gEEgEEBEgEgEEI;§EEEíiiiEEiEii-
ÉEEi;I É

fu*,*,,-
EE EJ 5
Éf':'5
§ E 3'" I
H

HñL-i
:ooñY
.É 1ñ ,
E
E €ÉÉÉE iEEÉáiÉÉáÉ
EüE ".c¡E:*EÉ+.Es E É* E€ÉÉÉEáHEááEÉá
H.s; E s É E,E 33i,FÉ - iE
§ ñ.
">_! H
^ i

E Éesg*siÉEErtsrÉ tEÉE§aE*EÉgiBár ¡ s€E§


Od6^X

;rEEáEá.--qtE g'E i¡ e § H,É! EtE [§E'i,=,E íE H


.oii.9 o E
¡if6a(
i E'=
¡'; u @=
K c rcñ.:
a ñ
! I5!
:'ñ: 6tr
E

EEEÉ!{EáEIÉE EE áEÉEE*ÉEÉÉHEIE'á
ÉEE tr ñ,!.8.ó
OF>UC
i-E';Es
Eu 9.e9
É E E E Pá*É üÉE i t É E É E EE B ís sɧ E ü áEá
q g .6iEX:
.t=6úu.9
U !6 ñ= ú a l
- r' ñ I u
'ñ::a!-ñ
ñodoh-
s üdü9e
,\ 't t;S *^
:ÉgEE§EE EEáÉI EgáBa*EiE!iÉ E* iE§ÉE E :iSoE"'lñ
.i€e3:3i
'§ €€€ S3p
-: ñ 6:i! ñ::
§ 'a .q'É.o'§ Y
E cu 6ü §-o
-! aiooí!
E a 3= I
e ñgrjq:;t
c§EEE E§ E E HE EBEÉE ÉE ÉiÉáÉÉ $ÉÉE i EÉEg t'¡=
g3É IEÉ i ¡E
Én

li E ;,i
gü ¡ ge a ; ÉÉ ; ¡ [t g E g$ñIEÉ
j
F-^-=^a=

á6 9
-- U N= -t ^ N:

e¡ti;gEü.aÉe gHÉÉasi#EÉ BE
=
s.iEÉ áÉEE EÉ h§
¡\N
y policiales y a la imposición de las ieyes. Son los aparatos
Gramsci,alcontrario,operaenunaépocahistóricayenunámbitogeo- fl*rzasarmadas
Lenin, con-
gráficoenloscualesyaserealizóunamayorconcretización(oampliación¡ ,i to, .uut.t Marx y Engels, en 1848-1850, y después de ellos, "ampliación"
por dar teóricamente cuenta de una ..n,rrro, la atención' La real originalidad de Gramsci, su del
del fenómeno estatal' El se empeñó la lo
entre otras cosas' de la .on..p,O marxista de Estado, aparece, al contrario, en defrnición de
intensa socialización de ta politicato que resultó' políticos
la cieación de grandes partidos por "sociedad civil". En Marx y Engels, que en eso siguen
conquista del sufragio univeisal' de oue él entiende
profe' a Hegel, "sociedad civil" (obiirgerlische Gesellschaft)designa
de numerosos y poientes sindicatos
c1e masas, de la acción efectiva esencialmente
siempre el conjunto de las relaciones económicas capitalistas, Io que elios
sionaiesydeciase.Nosololosliberales'sinoinclusolosconservadoresy
que apoyarse
eficacia' tuvierbn entonce§ cie "base material" o de "infraesttuctura". En Gramsci, el
la nueva derecha, para pretender rambién llaman
basta pensar en el caso del fascismo término "sociedad civil"
designa, por ei contrario, un momento o una esfera
en amplios movimientos de masas;
primero en deflnir como un movimiento "superestructura".8'Designa, más precisamente, ei conlunto de las ins-
que Gramsci, por oira parte, fue el de la
ya no se libra
áe masas. La lucha política tiruciones responsables
por la representación de los intereses de diferentes
reaccionario con base organizada
y político-militares que monopolizan grupos sociales, así como por |a elaboración y/o difusión de valores simbó-
entre, burocracias admiiistrativas comprende, de este modo, el sistema escolar, las
lado y' por otro' e§ca§as sectas conspirativas iicos y de ideologías; ella
el aparato del Estado, por un
ni tienen como escenario partidos políticos,las organizaciones profesionales, los medios
que hablan en nombre de las clases subalternas;
igt.rirr, los
solo de una escasa minoría de de comunicación, las instituciones de carácter científlco y artístico, etc.
principal los parlameni* "p'"tttttativos
distinguen, iustificando así que reciban en Gramsci
Estas dos esferas se
electores ProPietarios'
propia de los Estados oligárquicos' un traramiento relativamente autónorno, pot la función que eiercen en la
ta esfera política "restricta" que era pública
dando rugar a una nueva esfera organización de la vida social y, más específlcamente, en la articulación y
tanto autoritarios como riberares, va orga-
protagonismo de amplias reproducción delas relaciones depoder.Enconjunto, ias dos esferas forman
"ampliada", caracterizada por el creciente
socialización de la política el Estado en sentido amplio, que es deflnido por Gramsci como "sociedad
nizaciones de masas. Es la percepción de esta
teoría marxista ampliadadel Estado' polírica + sociedad civil, esto es, hegemonía acorazada de coerción".8' En
que permite a Gramsci tlabo'*' una
una ampliación dialéctíca:los nuevos e§e sentido, las dos esferas sirven para conservar o transformar una de-
Pero cabe recordar que se trata
de
eliminan el núcleo fundamental de terminada formación económico-social, de acuerdo con los intereses de
elementos planteados pot C'u*sti "o
y Lenin (en otras palabras' el carácter una clase social fundamental en el modo de producción capitalista. Sin
I
la teoría "restricta" a. itt'*, Engels
pod'er del Estado)' pero al mismo embargo, la manera de dirigir esta conservación o transformación varía en
cle clasey el momento represividetodo
desirrollarlo a través de Ia inclusión los dos casos. En el ámbito de la "sociedad civil", las clases buscan eiercer
tiempo lo conservan y' modi¡can al un
aquí, en la reflexión gramsciana' suhégemonía,en otras palabras, buscan ganar aliados para sus proyectos a
de nuevas determinaciorrar.-Taa,.*o,
direccíóny del consenso. Por medio de 1a "sociedad política" -que
rravés de 1a
movimientoquevadeloabstractoaloconcretoyquereproduceunmovi.
propia realidad histórico-social' Gramsci también llama, de modo más preciso, "Estado en sentido estricto"
miento diacrónico ocurrido en la
áeterminaciones recogidas por Gramsci o "Estado-coerción"-, al contrario, se ejerce siempre una "dictadura", o, más
Veamos cuáles son las nuevas
Ia superestructura'-él-distingue precisamente, u¡a dominación fundada enla coerción.
en su concepto de Estado' Examinando
"sociedad civil" y "sociedad política" Pero, además de esta distinción funcional, las dos esferas se distinguen
dos esferas .rr ru int..i*, que llama
precisamente el coniunto de aparatos
a también por una materialidad (social) propia: mientras que la "sociedad
Con esta última expresión, áesigna
través de los cuales la clase dominante
posee y eierce el*"""p:li"-T:il' política" tiene sus portadorés materiales en los "aparatos coercitivos del
por tanto, de los aparatos coercltlvos Estado", los portadores materiales de la "sociedad civil" son lo que Gramsci
de hecho de la violencia; Se trata,
1o
a las
d,el Es¡ad.o, .n.rrrrao, á., los
grupos burocrático-eiecutivos ligados

8T Una rigurosa investigación filológica de esta cuestión (aunque con problemáticos


resultados teó ricos) puede ser enco ntrad a en t'l orberto Bohbio, 0 conceir a de sociedadc
80Desarrollémásampliamentelacuestióndelasocializacióndelapolíticaenmjlibro pero civil, Río de faneiro, Graal, r982, pp.t9-53.
e socialismo' Sáo Paulo' Cortez' 2ooo;
Conúa a corrente' Ensaíos sobre democracia
en este volumen' cap z' A. Cramsci, Cuadernos de la cárcel, cit., v. 3, p. 76.
cf., también "Lo' *'i'i'tt' u la'cuestión democrática""

-46-
,,

Mientras los primeros' como el gráflco, de valor puramente didáctico, tal vez ayude a visua-
llama "aparatos 'privados' de hegemonía"' Un esquema
la concepción de Gramsci:
nombr"ioindica,implicanunarestriccióndelacualelgobernadonopuede lizar mejor
esto dene como efecto
escapar (si sus determinaciones no §on cumplidas'
segundos son organismos socia-
una sanción coercitivamente aplicada),1os ESTADO (supremacía)=

a los mismos es voluntaria


les "privados", lo que signifrca que la adhesión sociedad polirica sociedad civil
autónomos en relación con
f no'.o.r.itiua, hacié.rdolos así relativamente Funciones
dictadura hegemonía
debe observar que Gramsci
el Estado en senrid.o estricto; sin embargo, se coerción con§enso

pone et aa¡etivo "privado" entre comillas'


queriendo con ello signiñcar que dominación dirección
,.contractual,,-rienen una indiscutible
:. p.r". de su carácter voluntario o 8a§e apamtos coerci!ivos aparitos "privndos'
parte integrante de las relaciones v burocráticos
diáensión pública, en la medida en que son material de hegernotria

de poder enuna determinada sociedad'


á.rmsci registra así el hecho nuevo - históricamente nuevo - de que Como el propio esquema busca indicar, Gramsci -aunque insista en la

la esfera ideológica o simbólico-axiológica'


en las sociedades capitalistas diversidad estructural y funcional de las dos esferas- no niega el momento

más avanzadas, que é1 llama "occid'enta1es"'


ganó una autonomíamateriql unitario de éstas. Así, al deflnir la "sociedad política" la caracteriza como "el
(y no solo funcional) en relación al Estado en sentido estricto; y eso es disciplina de 1os grupos
apararo de coerción estatal que asegura'legalmente' la
que no'consienten', ni activa ni pasivamente, sino que es constituido para
verdad,nosolamenteconrelaciónalosnuevosorganismoscreadosporel previsión
etc')' sino también toda la sociedad, en la de los momentos de crisis en el comando
protagonismo político de las clases (partid'os' sindicatos' I

por la sociedad capitalista (como las y en iadirección, en los cuales fracasa el consenso espontáneo""8s Y, en otro
frente"a vie¡as insrituciones heredadas
83'
La necesidad de conquisur el consenso como pasaje de los Cuadernos, explicita aun meior la dialéctica de unidacl en la
Iglesias o el sistema escolar)
diversidad que existe entre las dos esferas: "La supremacía de un grupo
condiciónsinequanondeladominaciónimponelacreacióny/orenova.
social se maniñesta de dos maneras: como'dominación'y'como dirección
ciónd.edeterminadasinstitucionessociales,quepasanafuncionarcomo
y legaiidad propias) de las intelectual y moral'. Un grupo social es dominan¡e de los adversarios que
porradores mareriales especíñcos (con estructura
esta independencia material -base de úende a'liquidar' o a someter también mediante la fuerza armada; y es diri- i
reiaciones sociales de heiemonía' Y es aparece
por la figura social de la hegemonía- la gente de los grupos añnes o aliados".86 En este pasaie ,1.a stLpremacír¿
la autonomía relativa asrimida ahora
como una esfera específica' como el momento sintético que uniñca (sin homogeneizar) Ia hegemoníay I

que funda ontológicamente la "sociedad civil"


como mediación necesaria entre la dominacíón Las dos funciones estatales, de hegemonía o consenso, y de
d,otada de legalidad propia, funcionando
estricto'8a domiñación o coerción, existen en cualquier forma de Estado moderno; pero
ia base económica y el Estado en sentido

privados de hegemonía": el concepto althusseriano sugiere una relación umbilical


se alf"ierrc¡an en "orgánicos" Y
decir que los ap¿ratos de hegemonía también

P' 86) - de que la ideología (o sistema de ideologías) de las clases subalternas pueda
,,trr¿i.¡onrilijlrr.*¿r4", por.t .riit.tiriro d. fo,*"¡ontssociales obtener la hegemonía antes incluso de que tales clases ocupen el poder del Estado'
los apararos
,utr.lón .o-n i; ;;t; creadas por la
anteriores - tendrían una mayor autonomí. "n
en la concepción de la revolución socialista: al contrario de Gramsci' la posición de
cuyo resultado llevaría ciertos aparatos
diferentes proyectos de hegemonía, batalla
,.tradicionares,,a arinearse en mayor medida con esta o aquella clase social' il:::::::,T:iiii::i"':'Ji::1fli'T[: ff:'::']i::::#:il'::i:l;:.:'::
entre Gramsci y Althusser, cf. C. N. Coutinho, lntroducción a Gramsci, cit., P. 118 ss.
84 TambiénLuisAlthusselpropusounateoría"ampliada-delEstadoensufamosoensayo
Éditions Soclales'
"ldéologie et apprr"¡f , ¡¿áogiq;es d'Éut' (en ld'' Posítíons'París' 85 Cramsci, Cuadernos, cit., v.4, p.351. I
no coincide
1g76,pp.67-125\.Er p,opio nriñ's'er' sin embargo' deia claro que su teoría 86 lbid., v.5, p.337.
con la de 6ramsc¡, ." l' ;;;il;;; iue no hav identidad entre "aparatos ideológicos

-48-
&
§i
i
que la tarea fundamental era nacional, es decir, requería un
y consensual (o que se teórico, ya
sea menos coercitivo más
rl

el hecho cle que un Estad'o del terreno y una fijación de los elementos de trinchera
o viceversa' reconocimiento
i*p""g. *.no, po' la dominación y más por la hegemonía)' v forraleza, representados
por los eiementos de ia sociedad civil' En el
g'^ao á" autonomía rel**t ut ]i::*::::::l
dependerá esp".iur','""tJ a"i pertenecrenles brienre, el Estado era todo y la sociedad civil era primitiva y gelatinosa; en
cuestión de los aparatos '
Estado y sociedad civil había una relación equilibrada: a
corro del predominio en el Estado en grado el Occidente, entre
Y ese predominio' a su vez' no depende solamente del un desorden del Estado,
inmediatamente se percibía una robusta estructura
a una o a otra.
también de la correlación El Estado era solamente una trinchera avanzada, detrás
de socialización de 1a poiítica en esa
§ocied'ad' sino de la sociedad civil.
que disputan la "supremacía"' de la cual estaba una
sólida cadena de fortaiez as y bunkers;la proporción
de fuerzas entre las clases
a Estado, como es evidente, pero esto precisamente
Estado está en lá base de la reformulación variaba de Estado
Esta ampliación del concepto de
socialista en Gramsci' En formaciones
sociales exigía un cuidadoso reconocimiento de carácter nacionai.s'
de la ieorÍa de la revolución la esfera
donde
donde no se desarrolló una sociedad civil fuerte autónoma'
y
ligada' U"'""-1t:1:: Cuando el país presenta una sociedad civil rica y pluralista (es decir,
de lo icleológico permaneció umbilicalmente 1t^]-'
pero
isocieclad potí,i."" (es decir, monopolizada por ella) -y en este caso' cuando es de tipo "occidenral"), la obtención de una amplia hegemonía debe
preceder la toma del poder. La clase que se propone una transformación
soloenestecaso,tienesentidohabtarde"aparatosideológicosdeEstado"-'en
la lucha de clases se entabla,
predominante o exclusivamente' teniendo revolucionaria de la sociedad debe ser dirigente(o hegemónica) antes de
del Estado en sentido estricto; es
lo que dominante:
vista la conquista y .on"'uutión
ser

ocurreenlassociecladesqueGramscillama..orientales,,y,enparticular,
sociales
zarista' Ya en las formaciones Un grupo social - observa Gram5gi - puede y de hecho debe ser dirigente
fue este el caso específ,co áe la Rusia
da una relación equilibrada trrt::t::::1Í antes de conquistar el poder gubernamental (esta es una de 1as condiciones
de tipo "occidental", aonat
'" lucha de clases tiene como terreno anterlor
principales para la propia toma dei poder); después, cuando ejerce el poder,
;;*""" y "sociedad civil", la
incluso que 1o conserve flrmemente enlas manos, llega a ser dominante,
que esta e
y decisivo los aparatos "privados" de
hegemonía' en la medida en
pero debe continuar siendo también'dirigenre'.Es
obtención de ra dirección
a ra
político-ideorógica del con-
y
lucha se orienra
de 1o que Gramsci llama también
senso (o, en otras p"f'O*t, a Ia formación
,,volunradcolectivanacional-popular",encuantoexpresióndeunnuevo Y es interesante observar que Gramsci añrma aquí una posibilidad (o
mejor, para é1, una necesidad) que fue explícitamente negada por Marx y
bloque social Pluriclasista)' "restricta" del Estado:
restricto' el movimiento revolucio- Engels, cuando todavía defendían una concepción
En el primer caso, donde el Estado es
de movimiento"' es decir' como choque la de que una clase aún no dominante en el plano del poder político, ya sea
nario se expresa a través de la "guerra
en el tiempo' En el segundo dirigtnte en el plano ideológico.Es Gramsci diría que, con el surgimiento de
fronral, como algo .*pfo'i'ol concentrado la sociedad civil como esfera relativamente autónoma, este monopolio de la
el centro de la lucha de clases está en
caso, cuando .f f,t^¿o vl'e amplió' (o procesal) de propiedad de los medios de producción intelectual por Ia clase dominante
progresiva
la "guerra de pori.iOn';, t'to t'' tt'
ut'" tonquista
civil' cesa: se crean entidades culturales ligadas a las organizaciones de las clases
espá.io. en el seno y a trav és d'elasociedad
en la célebre frase en que defl- subalternas (periódicos, revistas culturales, editoriales, etc.); además de
Gramsci resume ttu'u*""t su posición
a la
Estado y revolución' en relación esto, la ideología de estas clases encuentra difusión en el propio seno de Ios
ne la "novectaa" ae tt" "ot"upto'it
aparatos hegemónicos "tradicionales" (sisrema escolar, Iglesias separadas del
experiencia de los bolcheviques:

de un cambio lbid., v.3, p. rs7.


Ilitch [Lenin] había comprendido la necesidad
87
Me parece que
victoriosamente en el Oriente en 88. lbid., v, s, p. ¡¡a.
de la guerra de movimitt'to' apiicada Este me
en el occidente ["'l
r9rz, hacia Ia gu.,t' át po'iti¿ i'únicaposibte
89 Marx y Engels, al contrarlo, pensaban lo siguiente: "Las ideas de la clase dominante son,
por Lenin
áe h fórmula del 'frente único' [propuesta en todas las épocas, las ideas dominantes; es decir, la clase que es potencia material
irarece es e1 signiñcado fórmula'
en lq2lj [ ..] Solo que Ilitch no tuvo tiempo para profur.rdizar su dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su porenci; espirirual dominante. L¿ cl¿s€
que dispone de los medios de producción material dispone con eso, al mismo tiempo, de
inclusoteniéndose.rr.u..r,"q,.r"élsolopodríaprofundizarlaenelnivel f os medios de producción intelectual" (Marx y Engels, Laideología alemana, ciL.,p.4d.
(en funció¡
Esrado, etc.). Se convierte así, no solo posible, sino hasta necesario esta cuestión
varía entre los pensadores que se sitúan en la línea indicada
que es candidata al dominio político, yqsea
Gramsci, o sea, que aceptan
de la toma del poder) que la clase (o desarrollan) sus nuevas concepciones de
oor
previamentehegemónicaenelplanoideológico, o enlaterminologíagramsciana, ir,rdo y revolución. Me voy a detener aquí, en el examen resumido de dos
ya tenga la "dirección intelectual y moral" de la sociedad' oosiciones divergentes: la del marxista italiano Giusseppe Vacca, que interpreta
por Io tanto, vale la pena registrar que Gramsci está conciente del hecho el concepto de doble poder para compatibilizarlo con la concepción procesual
teoría de l¡
de que su nuevo concepto de Estado implica también una nueva de [a revolución; y la del greco-francés Nicos Poulantzas, que rechaza enfá-
la vieia teoría de la que él llama
dcamenre la posibilidad de concebir 1a estrategia de transición,
revólución: reoría esta que é1 contrapone explícitamente a
.,revolución perrnanente", ral como esta fue elaboiada por Marx y Engels en ,,socialista democrática", como intento de estabiecer una dualidad de poderes.

r85o, y posteriormente defendida por Trotsky. Dice Gramsci: ya que las posiciones de Vacca aparecen en un iibro en que trata de las [or- I

mulaciones de Palmiro Togliatti, buscando mostrar el vínculo de con¡inuidad-


.revolución permanente,, surgido antes de
Concepto político de la llamada renovación entre estas concepciones y las de Gramsci,e'me parece oportuno
1848, como expresión científicamente elaborada de las experiencias iacobinas resumir brevemente las concepciones del propio Togliami.
de 1789 hasra el Termidor. La fórmula es propia de un período histórico
en el partiendo delos Cuadernos de la cárcel (con cuyos manuscritos entra en
cualnoexistíanaúnlosgrandespartidosdemasaylosgrandessindicatos contacro en 1938, un año d.espués de Ia muerte de Gramsci) y de sus propios
'fluidez'
económicos, y ia sociedad, por así decir, todavía estaba en estado de análisis sobre el fascismo y la revolución española de t9s6-tgzg," Togliatti
las relaciones
bajo muchos aspectos [...] En el período posterior a 1870'
compleias elabora - cuando retornó a Italia, en 1944 el concepto de "democracia
-
organizadvas intemas e internacionales del Estado se vuelven más
permanente' es elaborada y progresiva". La "democracia progresiva", vista como un régimen en cons-
y Jensas, y la fórmula tipo -1848 de la' revolución
ocurre, tante progreso, en permanente construcción, se le aparece como el terreno
superadaer.laciencia política, por la fórmuia de la 'hegemonía civil'.
enel ame político, lo gue ocurre en el arte militar: Ia guerra de movimiento
se institucional adecuado para la explicitación de la guerra de posiciones por
vuelve cada vez más guerra de posición'eo la conquista de la hegemonía. En su opinión, al combinar instituciones
representativas tradicionales (parlamentos, etc.) con nuevos y cada vez
más numerosos organismos de democracia de base (conseios de empresa,
Con eso, Gramsci quiere destacar el carácter procesualy molecular
de]la de barrio, etc.), la forma político-estatal de la democracia progresiva abre

transición revolucionaria en las sociedades "occidentales": la expansión de la espacio para la superación gradual del capitalismo mediante la realización
hegemonía de las clases subaltemas implica la conquista
progesiva de posiciones de "reformas de estructura", tanto políticas como económicas.
a través de un proceso gradual de agregación de un nuevo bloque histórico, que ParaTogliatti, la oposición entre el poder de las vieias clases dominantes
inicialmenre akera la correlación de fuerzas en Ia sociedad civil y rcrmina por y el nhevo poder de los trabajadores, ya no se encarna, como en Lenin y en
poderdelEstado. Trotsky, en una oposición entre diferentes formas institucionales: por eiemplo,
imponerla ascen§ión de una nueva clase (o bloque de clases) al
de un lado, la democracia parlamentaria representativa (que Lenin llamaba

¡.¡. La dualidad de poderes en la "escuela gramsciana":


de Togliatti a Poulantzas Giuseppe Yacca, Saggio su Togliani e la tradizíone comunista, Bar¡, De Donato, 1974. I

Con un nuevo enfoque, en el cual busca fundamentar teóricamente los momentos de


En su obra de madurez, 1os cuader no s de la cár c e7, Gt amsci iamás se refi ere continuidad que luzga ver en I a reciente ruptura con la "trad ición comun ¡sta" - ru ptura
una respuesta que llevó, en un primer momento, a la conversión del Partido Comunista ltaliano (PCl)
a la noción de dualidad de poderes. No existe, en esta obra,
la nueva teoría procesual de la revolución en Partido Democrático de la lzquierda (PDS) -,
Vacca volvió al tema de su libro de
explícita a la siguiente cuestión: 1974, escrito en plena "fase heroica" de la expansión del eurocomunismo, en un nuevo
,o.i"lir,u por é1 formulada, ¿es compatible con la idea de la dualidad de
-trabajo, titulado precisamente 6ramsci eTogliaai,Roma, Riunití, 199r. No es aquí el lugar
poderes, aun baio nueva forma, o hay una relación de exclusión recíproca para analizar hasta qué punto Vacca está en lo correcto al concebir aquella conversión
que Ia respuesta a no como una simple ruptura (o abandono), sino como un nuevo movimidnto dialéctico
entre aquella teoría y esta idea?. Es interesante observar de conservación-renov¿ción.
Cf., en particular, P. Togliatti, Lezioni sul fascismo, en ld-, Opere scelte, Roma, Riuniti,
go 1924, pp.255-268.
Cramsci, Cuadernos, cil, v- 5. p. 22.
..soviética,
.,burguesa',), y, de otro, los organismos de democracia directa o de poderes: "Su propia existencia [del partido
insrirucionalizar la dualidad
(llarnada .,proletaria"). Esta oposición pasa tambié n por el ínterior clF las legal y de masas] constituye una primera y embrionaria ins-
,.yelucionario
tradicionales formas institucionales del Estado democrático; y se eXpreSa no . rirucionalización de aquel peculiar
dualismo de poderes de larga duración
solamente a través de la implementación de diferentes poiíticas sustan¡iVas, La democracia progresiva [...] es una forma institucional caracterizada
[...]
sino rambién en el modo por el cual se articulanformalmentevatios de los por la proyección de una particular forma de dualismo de poderes en el arco
apararos del Estado (mayor peso del Legisiativo, incidencia institucional de una comPleta fase histórica".e7
eiecriva de los organismos de democracia directa, etc.). La añrmación de Esramos así delante de un interesante intento de articular el concepto
,.quebrar" la vieia máquina del Estado, recogida por Lenin concepción "procesual" de ia revolución que
la necesidad de de dualidad de poderes con la
de algunos textos cle Marx, es concretizada/Superada por Togliatti.
Él dice:
se origina en Granrsci, una articttlación qr-re transfbmla radicalmente este
concepto, retirándole el carácter "explosivo" y de breve duración (que es
Marx y Engels, primero, y después Lenin af,rmaron que el aparato del propio de Marx y Engels en r85o y, especialmente, de Lenin y de Trotsky)
Estado burgués no puede servir para construir la sociedad socialista.
Este
y concibiendo el doble poder también como un proceso.e8 No creo que sea
y
apararo deÚe se¡ quebrado y destruido por la clase obrera sustituido necesarioinsistir en el hecho de que esta concepción del doble poder como
por el aparato del Estado proletario. ¿Esta posición continúa plenamente proceso que envuelve toda una época histórica, implica una sustancial al-
veliaa iroyZ En efecto, cuando añrmamos que es posible un camino de
sino también teración del concepro "restricto" de Estado: si una situación de doble poder
avance para el sócialismo, no solo en el terreno democrático,
que corregimos algo de esta se puede mantener por largo tiempo, esto signif,ca que el Estado ya no es
utilizando formas parlamentarias, es evidente
que tuvieron y todavía laencarnación directa e inmediata de Ios intereses de la clase dominante
posición, llevando en cuenta las transformaciones
(no essimplemente el "comité" de esta o su "poder de opresión"), sino que
tienen lugar en e1 mundo.el
tqmbién es el resultaclo de un equilibrio dinámico y cambiable entre clases
dominantes y clases subaltemas, en el que estas últimas consiguen (o pueden
La frase de Togliani parece indicar un explícito rechazo a Ia idea del conseguir) implantarposiciones depoder enel seno de los apararos del Estado.
doble poder. No es ésta, sin embargo, la opinión de Giusseppe Vacca' en su formulación hasta ahora más incisiva de esta teoría ampliada del
La
agudo análisis de la obra de Togliani. Él parte del explícito reconocimiento Estado, y de esta concepción procesual de la transición al socialismo, me
de la novedad de la teoría revolucionaria contenida en las formulaciones parece estar contenida en los últimos trabajos de Nicos Poulantzas. Des-
para el
de Gramsci y de Togliatti: 'Al aceptar la perspectiva [...] del avance pués de una fase en que fue profundamente influido por el esquematismo

soclalismo en la democracia y en la paz, introducimos eI concepto de un


I
formal-estructuralista de Althusser,ee Poulantzas no solo retomó y desarrolló
desarrollo gradual, en el cual es bastante d.ificil decir precisamente cuándo sus dtígenes gramscianos, sino que también adhirió explícitamente a las
tiene lugar el cambio de calidad".,a sin embargo, Vacca intenta combinar propuestas estratégicas del eurocomunismo, inspiradas en gran parte en las
esta concepción procesual de la transición revolucionaria con un concept6
igualmente procesual de la dualidad de poderes: "Tal movimiento de masas
p...nr.r".,. y organizado [como condición para el funcionamiento de la ;;";;";;;;;:;;; ;,,;, ;,;;;;;;;;;;;;,,a suerra c¡vi,, de potencia, o dec,arada,
áemocracia progresiva] se puede configurar como aperturade un dualismo en un componente dei régimen del Estado_ No se podría imaginar utopía más curiosa,,
(Trotsky, A históriada Revolugño Russa, cit., p.t9o).
depoderes de dl]raciónhistórica".e5\Yacca retoma aunaidea de Max Adler,
explícitamente rechazada por Trotsky:eó aquella de que es posible y deseable 97 Vacca, Saggio su Togliani, cit., p. 3g6.

98 lgualmente, en el cuadro de una concepción procesual de le revolución, Agnes Heller


defendía explícitamente, en tanto todavía marxista, l¿ aaualidad del doble poder: ,.Según

Opere sceke, cil', p' 758 ' -pienso, el 'doble poder'es un óptimo punto de partida para la transformación socialista.
93 P. Tog liatti, "La vía italiana al socialismo", en ld.,
Pensemos, por ejemplo, cuan positivo sería, en la Europa de hoy, un sistema de doble poder,
94 C. Vacca, Sagqí o su Togl¡ar.í, cit., p. 397. en el cual - al lado de la dirección parl¿mentaria - actuase concretamente un sistema de
95 tbid., p. 327. consejos populares" (A. Helle¡ para mudar a vída, Sáo paulc, Br¿sil iense, $82, p.72).

96 "Max Adler, en Austria, y Hilferding y Kaustky, en Alemania, propusieron'combinar'la Cl, por ejemplo, N. Poulantzas, pouvoir politique et classes sociales, paris, Maspero,
democracia con el sistema soviético por medio de la integración de los soviets obreros 1968.
f,
t+

t:

formulaciones de Togliani y del Partido Comunista Italiano.'oo Eso Ie permitió no debe ser considerado como una entidacl en sí, sino -al igual
El Estado [...]
de sus brillantes análisis del poder capitalista. en
I

formular, como síntesis :


"capital"- como una relación: más
que, por otra parte, se debe hacer con el
l
varias de sus formas,'o'una concepción del Estado y, especialmente, de Ia exadamente, como la condensación material de una correlación defuerzas
transición al socialismo que se sitúa entre los puntos más altos de reflexión entre clases y fracciones de clases, tal como esta se expresa, siempre cle
marxista contemporánea. modo especíñco, en el seno del Estado.'"3
Es importanre resaltar, en primer lugar, que Poulantzas se revela,
quizá5
que muchos marxisras italianos, al hecho de que la ampliació¡
más arenro Esta definición poulantziana, que articula el nírcleo de la concepción I
del Esrado no se limita a la gestación y difusión de los "aparatos privados ,,restricta" (el carácter de clase del Estado) con su manifestación concreta
de hegemonía", sino que se encarna también en la presencia masiva de ransfigurada(el Estado como resultado de una "correiación cie fuerzas"), I

agenciaS estatales en el área económica: interviniendo directamente en la seinspira directamente en Gramsci.'o4


reproducción de1 capital social global, e1 Estado capitalista contemporáneo Sin embargo, cuando "aplica" su teoría del Estado a la estrategia de la
obriene de esta intervención -y no solo de los aparatos específicamente ransición al socialismo, Poulantzas revela -así como los teóricos clel eu-
ideológicos- buena parre de sus actuales mecanismos de legitimación y
rocomunismo italiano- que superó dialécticamente a Gramsci, añadiendo
de búsqueda de consenso. En este sentido, decir que Poulantzas
se puede nuevas deteüninaciones a la teoría de la revolución formulada por esre úlrimo:
incorpora a la tradición gramsciana muchas de las formulaciones de la teoría
mientras Gramsci concibe la lucha por la hegemonía y por la conquisra cle
francesa sobre el capitalismo monopólico del Estado, y de las posiciones posiciones como algo que se procesa en el seno de la sociedad civil (cle los
de los marxistas alemanes ligados a la "escuela de la derivación", aunque "aparatos de hegemonía"), Poulantzas va más allá y habla explícitamenre
1o haga de modo expresamente crítico, esto es, sin compartir una cierta de una lucha "procesual" que se libra también en el propio inrerior de los
unilateralidad "economicista" pre§ente en estas dos corrientes' aparatos estatales en sentido restricto, es decir, en lo que Gramsci llamó
Y, en segundo lugar, se debe recordar que las sugerencias de Poulantzas "sociedad política". Poulantzas dice:
son innovadoras también respecto a la relación entre el concepto ampliado de
Esrado y la problemática de la transición socialista. En su intento de deflnir Este proceso a largo plazo de toma del poder en una vía democrática ai
el Estado, Poulantzas comienza por subrayar el momento de continuidad socialismo consiste, en lo esencial, en desarroliar, reforzar, coordinar y
"Este
entre §u reflexión y el núcleo básico del pensamiento marxista. Dice: dirigir los centros de resistencia difusos de que las masas siempre disponen I
I

Esrad,o [capitalistal,hoy como enelpasado, debe representarelinterés polí- en el seno de las redes estatales, c¡eando y desarrollando nuevos, de tal
(el capitalista colectivo) baio modo que estos centros se tom en, en el terreno estratégico qtte es el Estado,
úco alargo plazo del coniunto de la burguesía
poco después, él lqi centros efectivos del poder real. Por 10 tanto, no se trata de una simple
la hegemonía de una de sus fracciones".'o'Sin embargo,
alternativa entre guerra frontal de movimiento y guerra de posiciones, ya
presenra una definición sintética del fenómeno estatal en el cual se expresa que esta última - en el sentido de Gramsci - consiste siempre en un cerco
claramente el momento de la renovación: al Estado-fortaleza.'os

ro: lbid., p. r4r.


ro4 Entre otras afirmaciones análogas, se puede leer en los Cuadernos de la cárcel el
siguiente pasaje: "La vida estatal debe ser concebida como una cont¡nua formación
problematique"'
Cf., por eiemplo, la entrev¡sta "Parcours: vers un eurocommunisme y superación de equilibrios inestables (en el ámbito de la ley) entre los intereses del
en de 1929, poco antes de su trágica muerte, e incluida
concebidl por Poulantzas iulio grupo fundamental y los intereses de los grupos subordinados, equilibrios en los cuales
la selección póstuma Rep¿res. Textes sur l'État, Paris, Maspero, I98o,
pp' 9-32'
en los intereses del grupo dominante predominan, pero hasta cierto punto, no hasta el
Cf. N. poulantzas, Fascisme et dictadure, Paris, Maspero, r97o; ld., Les
classes sociales . restricto interés económico-corporativo" (Cramsci, Cuadernos, cit., v.5, p.3B).
dans le capitalisme auiourd'hui, Paris, Seuil, 1974;y ld.,La crise dés dictadures, Paris'
to5 Poulantzas, L'Émt, le pouvoir, le socialísme, cit., pp. 285-286. No es este el lugar para
puede ser
Maspero,1975. Un ¡nteresante análisis de conjunto de la obra de Poulantzas discutir hasta qué punto es correcta esta interpretación de la teoría de la revolución
Londres'
leída en Bob jessop, Nicos Poulantzas. MarxistTheory and Political Strategy, deCramscicomounaestrategia,enúltima¡nstancia,de"cerco'alEstadc;megustrria
Macmillan, 1985. registrar, con todo, que, aunque ella no me parezca corresponder inlegralmenle a la
102 N. Poulantzas, L' État, le po uvoí r, le soci alisme, París, PU F, 1978' p' 40'
1 visión "procesual" de Cramsci, eso no anula el hecho de que poulantzas, al hablar en

-56-

I
poco después, élreafirma: "[Esta vía democrática al socialismo]signiflca :
y El problema esencial de una vía democrática ai socialismo y de un socialismo
una transformación radical del Estado
cier[amente un proceso de rupturas efectívas, cuyo punto culminante - y :
dehocrático, [consiste en] concebir
la articulación entre la ampliación y la profundización de las
ciertamente habrá uno - reside en el desplazamiento de Ia correlación de :' medianre
de la democracia representativa (que fueron también una
fuerzasafavordelasmasaspopulateseneltetrenoestratégicodelEstad's";x. instituciones
populares) y la explicitación de las formas de
la medida en l conquista de las masas
La concepción poulanrziana de la transición al socialismo, en por 1a base y la proliferación de focos autogestionados.""
democracia
qu. una valorización altamente positiva de la articulación entre
r. .pty..n
áemocracia represenrativa y democracia directa, se aproxima bastante a las

coloiaciones de Togliani y de los marxistas italianos recientes.'o'Sin embargo, Aunque concuerde plenamente con la crítica de Poulantzas a Lenin, me
mienrras vacca, examinando 1o que él llama "tradición comunista" italiana, oarece que la nueva concepción de la dualidad de poderes propuesta por Vacca,

inrenra adecuar un concepro transformado de la dualidad de


poderes a esta no solo subrayade modo eficieile el elemento conflictivo y dinámico presente
la ransición al socialismo, Poulantzas liga una en cualquier transición
al socialismo, inclusive (y tal vez especialmente) en su
concepción procesual de
del proceso revolucionario a una explícita procesual, sino también señala el hecho de que las clases subaltemas
visión sustancialmente análoga forma
caracteriza que Gramsci llamó, "occidentales", ya poseen una porción
negación del papel del doble poder en este proceso. Veamos cómo en las sociedades
la fosición de Lenin: "Una Iínea principal atraviesa los análisis y la práctica efectiva de poder político real, incluso antes de tornarse clases dominantes.
I
cle Lenin: el Estado debe ser destruido en bloque por una lucha frontal en pero esta divergencia sobre la actualidad o no de la dualidad de poderes como

una siruación de doble poder y sustituido con éxito por el segundo poder, momento de la nueva estrategia revoluciónaria, no debe esconder el hecho
he aquí cómo lo critica: esencial: tanto en la
"radición comunista italiana" (muy bien analizada por
el d,e los soviets".'"s Y
Vacca en esta fase de su evolución), como en la obra tardía de Nicos Poulantzas,

Es evidente que falta aquí la visión estratégic adetnproceso de


transición vemos que ellos explicitan y desarrollan, a partir de Gramsci y con resultados
al socialismo, es decir, de un largo movimiento a través del cual las masas sustancialmente convergentes, una nueva teoría del Estado y una nueva teoría
actuarían para conquistar el poder y transformar los aparatos del Estado. de la revolución, sustancialmente adecuadas a nuestro tiempo.
poder,
Eso solo podría ocurrir [para Lenin] con la situación de doble Intenté mostrar, a lo largo de este ensayo, que esta explicitación y este de-
siruación cle equilibrio de fuerzas muy precarias y que, por definición,
[...] sarrollo representan, no unasimple negación, sino una superación dialéctica
no podría durar. La'situación revolucionaria'es reducida a una crisis del de las teorías formuladas por los "clásicos" del marxismo. Y, si alguien me
que
Estado que solo podría ser una crisis que llevaría al colapso ["'] Lo preguntase sobre la "ortodoxia" marxista de esta teoría "ampliada" del Esmdo
marca especialmente esta concepción es el escepticismo permanente
y de esta noción "procesual" de la revolución socialista, podría responder
en el
respecro i las posibilidades de intervención de las masas populares
recordando una célebre observación de Georg Lukács:
propio seno del Estado.'oe

Suponiendo, sin admitir, que la investigación contemporánea probase la


y a la idea del doble poder' inexactitud 'factual' de todas las añrmaciones particulares de Marx, un
Y, contraponiéndose a este modelo "expiosivo"
marxista onodoxo serio podría reconocer incondicionalmente todos estos
Poulantzas concluye:
nuevos resultados, rechazar todas las tesis particulares de Marx, sin por eso
estar obligado, ni por un instante, a renunciar a su ortodoxia marxista [...]
La ortodoxia en materia de marxismo se reduce exclusivamente al método.
UnaguerradeposicionesenelinteriordelEstado,afirmaalgoqueciertamenteno Ella implica la convicción científ,ca de que, con el marxismo dialéctico,
está explícit¿mente presente en la obra del pensador italiano' se encontró el método de investigación iusto, que este método no puede
r06 lbid., p.286. se.r desarrollado, perfeccionado y profundizado a no ser en el sentido del
I 107 cr., en particular, las reflexiones de Pietro lngfao, Masse e potere, Roma' Riun¡ti, r977; de sus fundadores."'
ld., Crísi e terza vía, Roma, Riuniti, 1g78i y ld., Trodizione e progetto, Bar¡, De Donato'
1 982.
11o lbid., p.28j.
r08 Pou lantzas, L' État, le po uv oi r, le socialism e, cit., Q' 27 8'
r¡¡ C. Lu kács, H isto ría g consciencia de clase, M éxico, 6 rija lbo, tg6g, p. 1 -2.
r09 lbid., p.281.
Fr
"i,

I
i

CAPíTULO 2
:,

;
Los marxistas y la "cuestión democrática"
,

El objetivo de las presentes notas, que no tienen la menor prerensión de


agotar el tema, es indicar brevemente el modo por el cual el marxismo renovó
sus instrumentos categoriales con el ñn de darcuenta del nuevo papel y del
nuevo valor asumido por la democracia política en las transformaciones
sociales de nuestro tiempo.
No creo que sea necesario insistir en la centralidad del marxismo para
elpensamiento socialista contemporáneo. Pero eso no signiñca, de ningún
modo, queyo considere la cuestión del vínculo emre democracia y socialismo
como una cuestión exclusiva del marxismo y de los marxistas. Se conftrma
cadavez más una observación de Palmiro Togliatti, hecha en 1956, según
la cual "la aspiración a una sociedad socialista no solo puede abrir camino
en hombres que tienen una fe religiosa, sino que esra aspiración puede
encontrar estímulo en la propia fe religiosa cuando esra es colocada delante I

de loü dramáticos problemas del mundo contemporáneo".',,


Para comprobar la justeza de la posición de Togliani, basta pensar en el
modo por el cual sectores sustanciales del mundo católico, particularmente
vienen hoy colocando el problema de la lucha por la democracia
en Brasil,
y por el socialismo; y eso no solamente en el nivel práctico, sino incluso en
la elaboración teórica, como 1o atestiguan las investigaciones ligadas a la
teología de la liberación. Por otro lado, son innumerables los movimientos
sociales específicos - de mujeres, ióvenes, negros, de Ias minorías en general
- que, a partir de carencias concretas y bajo la influencia de motivaciones
culturales e ideológicas de diferentes orígenes, comienzan a poner, práctica
y teóricamente, la necesidad de articular la lucha por la libertad y por Ia

ttz P. Togliani, "El destino del hombre", en ld., Escritos políticos, México, Era, 1911, p.251.
--l
t
E
§,

los años
tg7}, a desencadenar el gran movimiento renovador conocido
realizaciónindividual,conlanecesidaddetransformacioneseStructurale§i
t enronces
por el nombre genérico de "eurocomunismo"'
en la sociedad
e ideológicos enlos com-
Esta convergencia de diferentes suietos políticos i
y por el socialismo' Y0 {
bates por la trásformación social, por la democracia
es un indicador del nuevo modo por el cual
se plantea hoy Ia cuestión de i- la
Desde sus
primeros escritos, Marx indicó un aspecto básico dei capitaiismo:
tranSiCiónaSíunnuevoorde.'socia1,máslibreeigua1itario.Desdee1punto
su centralidad social y política- el proceso
creciente de socialización del t¡abaio, de las fuerzas productivas.
de vista §ocial, la clase obrera -sin perder
.

Baita comparar
una ofrcina artesanal de la Edad Media, o inciuso una manu-
yanoeselúnicosuietoenlaluchaporelsocialismÓ:estaluchaenvuelve
y motivaciones tienen de Ios primeros tiempos del capitaiismo, Con una fábrica moderna;
hoy indivicluos y grupos sociales, cuyas carencias facrura
y basta pensar, aun, en el carácter altamente socializado del sec¡or de ser-
o.g.n.nunterrenobastantediversode1terreno..tradicional,,delac1ase
obrera (y es evidente, supongo, que cliversídadtosigniñca
contra.dic.cióno ,i.io, .n el capitalismo de hoy. Marx también indicó la contradicción que
del capitalismo y este hecho introducía en la dinámica del mOdo de
producción capitalista,
n,'rtogoiis*o). Brotando desde las propias contradicciones
es clecir, la contradicción que se verifica entre el carácter social del trabajo
pene[ranclosegmentossituadosentodoslospuntosdeltejidosocia1,talucha
de la democracia (o socialización de las fuerzas productivas) y la apropiación individual o
por el socialismo requiere hoy, más que nunca' la expansión
con múltiples organismos de democracia de privada de los frutos de este trabalo social. Mostró, aun' como todos recuer-
r.p.esentativa, su articulación
base, la defensa de una vida política y cultural abierta y pluralista' á.r, qu. Ia superación de esta contradicción estaba en la socialización del
que Georges Marchais, en- proceso de apropiación (que, dígase de pasada, Marx nunca confundió con
El marxismo se encuentra así, delante de 1o
Francés, llamó hace años "desafÍo esatización, porque su propuesta comunista impiicaba et ñn del Estado),
tonces secretario del Partido comunista grandesmedios
surgidos en el interior del es decir, en la eliminación de Ia propiedad individual de lo s
democrático"'l3. No solo los nuevos fenómenos
continuación)' sino también la de producción (aquellos que exigen un trabaio efectivamente socializado).
capitalismo (sobre los cuales hablaré a
Otro aspecto de la dinámica capitalista - orgánicamente relacionado
crisisterminaldelmodelovigenteenlospaísesdelllamado..socialismo
vida o muerte' La cuestión con este - no siempre, sin embargo, fue percibido con la misma agudeza:
real", lornaron este desafio en un problema de
enigma: "o me descifras o te me refiero a Io que podría ser llamado socialización delapolítica, es decir,
democrática coloca al marxismo en el célebre
enigmaya resuelto yproclaman a la creciente participación de las masas en la vida política."a La historia
devoro". No son pocos los que suponen este
no pocos los que ignoran del capitalismo, vista desde este ángulo, es la historia de una creciente am-
con alegría la *u".r. del marxismo. También
son
respondiendo ala pliación del número de personas involucradas directa o indirectamente en
de modo simplista Ia ra dicalidadylanovedaddeldesaffo'
real o supuestamente actividades políticas. Y aquí surge igualmente una contradicción: aquelia
cuestión democrática con vieias formas dogmáticas,
entre esta socialización de la participación política, por un lado, y, por otro,
inspiradas en ias enseñanzas de Marx y de Lenin'
la apropiación privada (individual o grupal) de los apararos de poder.
por mi lado, creo en \.ntertiL]m datur:estoy convencido de que, desde el
Hasta se puede decir - y el ioven Marx insistió bastante sobre eso - que
puntodevistametoclológico,Marxelaborólosinstrumentosnecesariospara
'pensar la esencia de la democracia política, de las promesas contenidas en las
y resolverla cuesdón democrática' tal como ella es planteada hoy'
una respuesta marxista grandes revoluciones democráticas, es el ñn del monopolio del poder, de la
Pero, al mismo tiempo, esta cuestión no encontrará
acumulada después apropiación individual del poder del Estado, tal como ocurrió, por ejemplo,
plena si no se tiene en cuenta toda Ia rica experiencia
que ya se manifiesta en los meiores en las monarquías absolutistas. En la democracia plenamente expiicitada,
de la muerte de Marx: una experiencia
un gran estímulo en los desaparecería la alienación en Ia esfera política: el Estado democrático
momentos de la Segunda Internacional, que conoce
y de Gramsci, sería la expresión del hombre socializado. En este sentido, dice el |oven
trabajos de Lenin y de Rosa Luxemburg, d'e los austromarxistas
especialmente en
I así como en los pensadores italianos que contribuyeron'
114 Este tema recibió una especial atención en la obra del m¿rxlst¿ italiano l.lr¡berto
Cerroni, sobre todo en el |bro Teoria politica e socialismo, Roma, Riunit¡, 1973, P. 49 y
do Livro Brasileiro' t974' ss., (también en español, Teoría política q socíalismo, Editorial Era, l9z6).
1I3 C. Marchais, O desafio democrático, Lisboa' Centro
I

_63_
Marx: "La democracia es el enigmaresuelto de todas las Conslituciones [...¡ i liberales de
la época, de Locke a Benjamin Consranr, no rerrocedieron ante
En ella, la Constitución aparece como lo que es: como libre producto del i la necesidad
de teorizar este carácter elitista y oligárquico de1 liberalismo
fr
hombre [...] La democracia es la esencia de toda Constitución política: es el polírico. Kant, por elemplo, aunque defendiese la soberanía popular como
hombre socíalizado enuna particular Constitución Política""s. Es decir: al principio, afrrmaba al mismo ti.empo, paradojalmente, que - como solamenre
proclamar la soberanía popular, la igualdad de todos en la formulación de los propietarios son independientes y, por lo tanto, poseedores de la liber-
las leyes y en Ia constitución del gobierno, la teoría democrática moderna tad de juicio, de elegir libremente - todos los no propietarios, en la meclicia
(particularmente en su versión rousseauniana) proclamaba, en principio,l¿ en q¡e son dependientes de algún propietario, deberían ser excluidos clel
socialización de la política y del poder. Todos deben ser ciudadanos: y esq derecho a voto. Eso significa que, para é1, no debían votar o ser votados ni
signif,ca que todos pueden y deben participar en la formación del poder. los asalariados, ni las mujeres"T.
La crítica marxista siempre ha estado atenta al catácter formal que esta por otro lado, tampoco existían los instrumentos coiectivos a través cle los
igualdad asumía en la práctica de los regímenes inspirados en el ideal de- cuales las masas populares tendrían la capacidad de intervenir regularmente
mocrático: ella era limitada, y de cierto modo, anulada por la desigualdad en la vida política. Por ejemplo, en nombre del liberalismo, de la libertad
económica. Podemos recordar una brillante observación del ioven Marx, de contratación económica, uno de los primeros gobiernos originádos cle la

en un texto en que, aunque no explícitamente, toma como obietivo de su Revolución francesa, mediante un decreto del 14 d;,ulio d,e t7gt,aparenre-
crítica la teoría de Rousseau y la práctica de los iacobinos: para Marx, el mente dirigido contra Ias corporaciones y conocido como Ley Le Chapelier,
hombre moderno vive en una situación dicotómica, dividido entre su lado prohibió la asociación de los trabajadores para defender sus propios inte-
citoyen(por elcual aparece como el hombre universal de la esfera pública)y rese§, es decir, prohibió en la práctica la formación de sindicaros. También
stlado bourgeois (el hombre particularista inmerso en la esfera económica); el partido político, tal como hoy Io conocemos, surge en un períod.o bien
en efecto, esta dicotomía torna abstracta e irreal Ia dimensión universal de avanzado del capitalismo. Los partidos políticos de los primeros tiempos
la ciudadanía propuesta por la democracia, convirtiendo obietivamente los del liberalismo eran, en general, simples corrienres de opinión, cuya única
droits del'homme en derechos del individuo burgués"6. organización más o menos permanente eran los grupos parlamentarios. El
Esta crítica de principio a los límites de la democracia puramente formal primer partido en el sentido a«ual de la palabra - es decir, un partido con
conserva toda su validez. Pero hay todavía otro aspecto, ahora empírico, que militantes, organizado, que actúa también fuera del parlamento, en varias
también debe tenerse en cuenta: esta universalización (o sociaiización) de Ia instituciones, en los movimientos sociales, etc. - es un partido obrero: el
ciudadanía era formalmentenegada en la esfera política. La afirmación de la [artido Social-Demócrata alemán, fundado en la segunda mirad del siglo XIX,
soberanÍa popular, esto es, de que todos son ciudadanos y deben participar y que después serviría de modelo para otros partidos obreros europeos.,,8

de la formación del gobierno, no tenía lugar en la realidad de los primeros De este modo, podemos ver que, desde el inicio del capitalismo, la clase
regímenes liberales. Basta pensar, por eiemplo, en el sufragio universal. En Ia obrera aparece en la vanguardia de la lucha por Ia ampliación y profundi-
Europa del siglo XIX, en la senda del eiemplo inglés, se difunden regímenes zación de las conquistas liberales y democráticas; el ,,cartismo", el primer
Iiberales, en los cuales el poder ecutivo está, por lo menos formalmente,
ef gran movimiento de masas de los obreros ingleses, surgido en los años 4o
sometido al control del parlamento. Pero el parlamento fue por mucho del siglo XIX, tiene como una de sus dos principales banderas de lucha la
tiempo una especie de soviet de los propietarios, ya que el voto era restrin- reivindicación del sufragio universal (la otra era la fijación legal de la lornada
giclo solo a los que eran considerados ciudadanos activos (con derecho a de trabajo). La lucha por el sufragio universal, una conquista basranre rar-

votar y ser votados), vale decir, los detentores de propiedad o, lo que es lo día en muchos de los países europeos más avanzados (pues tiene lugar, en

mismo, los que pagaban un cierto montante de impuestos' La gran masa general, a inicios del siglo XX), implicaría rambién, en una etapa posrerior,

de la población era excluida del derecho a voto. Y los grandes pensadores la constitución de los partidos socialistas de masai que se arriculan bajo la

r15 K. Marx, Crítica de la ñlosofía del Estado de Hegel, México Grijalbo,1968,p' 46' fi7 lmmanuel Kaat, La metaJísica de las costumbres, Madrid, Tecnos, .1989, pp.144-145.
r16 K. Maf x,
,.La
cuestión judía", en K. Marx-F. Engels, La sagrada familia y otros escritos ttB Sobreeso,cf.,Un¡bertoCerroni,Teori¿dopart¡dopolitico,sáopaulo,CiénciasHunl¿nas,
hlosóficos de la primera época, México, Crijalbo, t96o, pp.16-44' 1982.
p ara la afirmación de la dominaciónburguesa, la democracía de
égicladelaSegundalnternacional.Noesprecisorecordarquelalegaiización adecuada
de los hoy llamadog se va construyendo a partir de las luchas populares es, a largo
de los sindicatos y del derecho a hueiga, para no hablar rnasas
que
.,derechos sociaies", también es resultado de las luchas de los trabaiadores. íncompatible con el capitalísmo.
(partidos, flazo,
con 1a mulriplicación de ias organizaciones de los trabajadores
etc.),la propia burguesía también debe crear organismos fuera
sindicatos, 3.
por lo tanto' asocia-
clel Estado, con el fln de competir con los obreros' Crea,
partidos de masas que defrenden comprensión de este nuevo valor -revolucionario y anticapitalista- de
ciones profesionales, crea o hegemoniza La
capas medias' Así se va
su proyecto d.e clase. Lo mismo ocurre luego con las la democratización, impone alteraciones a la estrategia de lucha de la clase
política. no existen, de un lado,
obrera y de las masas trabaiadoras. Y hasta se puede decir que es a partir
volviendo realidacl la socialización de la Ya
..privados,,, luchando por sus intereses
individuos atomizados, puramente de este "desafio democrático" que se deben analizar las innumerables dis-
como únicos
económicos inmediatos, y, de otro, el Estado y sus aparatos cusiones ocurridas en el seno del pensamiento marxista después de Marx,
representantes de los intereses "públicos"' Surge una compleia red de orga- así como las profundas revisiones que sevolvieron necesarias para adecuar
cle masas, de suietos políricos colectivos. El pluralismo de|a de este pensamiento a las necesidades.del presente.
nizaciones
cada vez más un Las primeras formulaciones de una estrategia sociaiista proleraria, que
ser solamente un pluralismo de individuos, para tornarse
pluralismo de organismos colectivos. con eso, el espacio de Ia política se emergieron a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, eran conspirativas,
estricto, surgiendo como ,,golpistas". El principal representante de esta fase es el conocido revolucio-
amptía más atlá del ámbito del Estado en sentido
..ampliada,,,
lo que Gramsci
componente d.ecisivo de esta nueva eslera pública nario francés Auguste Blanqui, seguidorde Babeufy Buonarotti. Blanqui
"ampliada" del Estado fue elaborada supone que una minoría audaz, organizada en torno de un comité central
Iiamaría,,sociedad civil".,,e Y esta teoría
que la
por Gramsci, precisamente para dar cuenta de los nuevos fenómenos secreco (inspirado en el modelo de 1os clubes iacobinos), se puede apoderar
profundización de Ia democracia introduio en la vida social' del poder del Estado mediante un "golpe de mano", dando así inicio a Ia
la política -es construcción de una nueva sociedad. Blanqui parece haber sido el primero
Me parece importante observar que esta socialización de
decir, esta expansión de la democracia que resulta, como vimos, de las lu- en llamar "dictadura del proletariado" al régimen polírico necesario para
chas de las clases trabaiadoras- es potencialmente opuesta al
capitalismo' promover Ia transición a esta nueva sociedad,,,. La idea podía parecer viable,
pertinente: "si en la medida en que la baja participación política hacía que el Esrado fuese,
Lenin, en rgrz formuló una observación extremadamente
toclosloshombres parricipasen efectivamente en la gestión del Estado,
el por así decir, el único órgano político,
el único cenrro de poder. No es casuai
los
capitalismo no podría mantenerse. Y el desarrollo del capitalismo
crea que las propuestas de Blanqui continúen inspirando, aunque muchas veces
que' todos' dan efecrivame nte p articipar incoácientemente, a revolucionarios que operan en sociedades en ias cuales
pr-esu p u e stos n ecesarios pa ra p ue
entre la aún no se ha procesado una efectiva socialización de la polírica.
áe la lestión del Estado"',o. Hay así una contradicción antagónica
poder,
sociaiización de la polírica y la apropiación privada o colectiva del En Blanqui y en los blanquistas
- como rambién en Lassalle y, a rravés de
productivas y
similar a Ia que existe entre Ia socialización de las fuerzas é1, en algunos importantes exponentes de Ia Segunda lnternacional, como
la propiedad privada de los medios de producción' Y eso por una
razón el primer Kautsky -, hay Ia suposición de que existe una contraposición
clara: dado que los intereses burgueses son minoritarios en la sociedad, frontal entre el proletariado y el resto de Ia sociedad, considerada como
por sus una "masa reaccionaria". Y eso, en cierio modo, correspondía a la realidad
cuan[as más personas luchen (y de modo conciente y organizado)
propios intereses, tanto más la dominación burguesa correrá peligro. si el del período en que Blanqui actuó. El proletariado (o, meior, su vanguardia)
liberalísmo de partícipación restricta fue, en un momento dado,la forma poseía una organización incipiente, basada en pequeñas sectas, pero real;
la burguesía, a su vez, estaba organizada en el (o por el) propio Estado; y,
entre estas dos clases, habÍa una masa amorfa de intereses individuales
Acerca de la "ampliación" de la teoría del Estado en Cramsci, cf', "La dualidad
de
119
poderes: Estaclo y revolución en el pensamiento marx¡sta", supra, pp' 4o-5o de esta
recopilación. tzt Sobre Blanqui, sus práctic¿s y sus ideas, cf., el amplio estudio de Sámuel Bernstein,
120 V. l. Lenin, El Estado y la revolución, en ld., Obras escogídas, cit', v' 2,
p'256' Auquste Blanqui, París, Maspero, r97o.
atomizados, de pequeños propietarios apegados a su propiedad y con- polítíca, comba,T día a día- De ahí la gran
.organizarse, 1n..1 importancia
rrarios ai socialismo, sin ningún tipo de organización política efectiva',". que, en_la época de la llamada Primera Inrer¡¡¡isn¿l y
después de ella,
Solo con el proceso de monopolización del capital, y con la consecuente Marx y Engels atribuyen no solo a la creación de sindicatos, sino tambié,
transformación de estas capas medias en trabaiadores asalariados, es que de partidos políticos obreros de masas.
ellas comienzan a organizarse en ei plano político y a entrar frecuentemen¡s De cualquier modo, tenemos que admitir que
hay en Marx varias inclica_
en choque con los intereses del capiralismo. En Ia época de Blanqui, por el ciones sobre la estrategia de la transición al socialismo pero
, no existe trna
contrario, había un gran vacío político y organizativo entre el Estado (qug rcoríq elaborada de la transicíón. De modo geteral: esrán
cierramenre en
podía ser autoritario o liberal, pero era siempre excluyente y oligárquico) y Marx los elementosparala construcción de una ¡s6¡¡¿
de la política, pero no
las aguerridas (aunque frágiles y exiguas) "vanguardias" conspirativas que hay un tratamiento sistemáticamente elaborado de esa
esfera del ser social
actuaban en nombre del proletariado. similar a la teoría der modo de producción, tal como esra
nos es presenracra
Airededor de 1848, Marx y Engels concebían la rransición para el socialismo enEl Capital"s. Marx admitía, por ejemplo, que cierios países _en
los cuales
-y, consecuentemente, la esfera de lo político- de modo bastante similar el peso de la burocracia estatal no.fuera excesivo y por
consiguiente, fuera
a Bianqui: la conquista del poder resultaría de una insurrección proletaria grande er paper der parramento y de otros
-...nirmos a. .onirot ,o.iur ¿.1
dirigida por una vanguardia de tipo iacobino, por una minoría conspirativa Estado- podían conocer una transición pacífica, incluso
hasta parlamentaria,
organizada clandestinamente. La cuestión de las alianzas de clase, del modo hacia el socialismo; y él daba como elemplos los casos
de Inglaterra, de los
cómo evitar el aislamiento del proletariado insurrecto, no era aún instalada Estados Unidos y, presumiblemente, el de Hola¡¿.,,u.
ciaramente. La Liga de los |ustos (después Liga de los Comunistas), para la Sin embargo, no elaboró estas observaciones de
modo sistemático. Nu¡ca
cual Marx y Engels escriben el famoso Manífiesto et 1848, era una sociedad ffató en detalle, por ejemplo, ra cuestión cie las alianzas
del proletariado, es
de tipo blanquista."3 (En ese sentido, dígase de pasada, me parecen válidas decir, de Ia cuestión (que será puesta por Lenin y, especialmenre,
por Gram_
muchas de las observaciones de Eduard Bernstein sobre la presencia de sci) de cómo la clase obrera se puede hacer clase
dirigenie al conquistar la
posiciones blanquistas en Marx y Engels;'r el equívoco de Bernstein, a mi hegemonía sobre el conjunto de las capas populares,
dirigiendo la lucha de
parecer, reside no solo en el hecho de haber generalizado este blanquismo todos ros sectores subalternos y marginados. Esta
omisión talvgz resurte de
para todos los períodos de la producción teórica de Marx y Engels, sino un análisis simplifi.cador, presenre en Marx (y que
se volvió un dogm^ en
también en el carácter de la alternativa, puramente liberal-reformista, que la "ortodoxia" de la Segunda Inremacional), según
el cual _co¡ el ar.imerrto
presentó para la supuesta posición blanquista de sus antiguos maestros). de la concentración/centralización del capital- la
inmensa mayoría de la
Pero, a pesar del "golpismo" que marca muchas de sus posiciones alrede- sociedad sería reducida a ia condición proleraria.
¡6 quq scurrió, en verdacl,
dor de t848, Marx y Engels siempre insistieron -e insisten cada vez más, fue qre la mayoría de la población se convirtió e¡
¿s¿1¿¡iada, pero esre mo_
especialmente a partir de la creación de la Asociación Internacional de los vimiento, en lugar de generar una homogeneización,
produjo una cliferencia
Trabajadores, en 1864- en la idea de que Ia liberación delproletariado es obra -aunque no necesariamente una contradicción-- entre
estas nuevas capas
del propio proletariado, y no, por 1o tanto, de pequeñas minorías actuando en medias asarariadas y el obrerismo fabril. por 10 tanto,
ra generarización cle
su nombre. Esto signiñca que el proletariado, para emanciparse, debehacer las relaciones asarariadas, rejos de anularlas, hizo aún más apremianre la
cuestión de las alianzas de la clase obrera, que _aunque
nunca haya siclo,
y sea hoy cada vez menos mayoritaria en la sociedad-
Su modo de unirse era similar, como dice Marx al respecto de los campesinos (cf., El continúa teniencl0
tB Brumario), al de un "saco de papas".

Un bello estudio sobre las posiciones de Marx y Engels en este período, con especial
atención para la superación, poco después de t848, de posiciones blanquistas, está en ,En eso reside la verdad parcial de la conocidaafirmación de Norberto Bobbio, unilateral
Fernando Claudín, Marx, Engels g la revolución de,848, Madrid, Siglo Veintiuno, r976. en su radicalidad, de que..no existe una ciencia política
marxista,, (lrl. Bobbio, euale
124 E. Bernstein, t presupposti del socialismo e i compíti della social-democrazio,Bari,Lalerza, socialismo?, Turín, Einaudi, lgZ6, p.3 y ss.).

:974, en particular pp.60-71, (también en español "Las premisas del socíalismo y Cf., el discurso pronunciado por Marx en Ámstercí¿¡,
I 126
en .ig73. por ocas,ión fle rrn
I I

J¿s tareas de la socialdemocracia" en Problemas del Socialismo, el Revisionismo en la congreso de la Asociación lnternacional de los Trabaj¿dores,
I cirado por Maximilien
Socialdemocracía, Madrid, Siglo XXl, 1982). I Rubel, Crónica de Marx, Barcelona, Anagrama, lgO¡, p.
I l¡q.
I

I
I
social altemativo ¿¡
un papel central en la constitución del nuevo bloque
capiralismo dado su peso organizativo y su lugar en la producción' +
Engels, al ñnal d.e su vid.a, en un momento en que el proletariado alq'
man ya había conquistado el sufragio universal, planteó la cuestión de h
predecible,
transición al socialismo de un modo más concreto. Ya no sería
por lo menos en los países con un mayor grado de democratización' que
de las barricadas,
una simple insurrección obrera fuese victoriosa: Ia época
dice Engels, estaría deñnitivamente superada, por razones no solo técnico'
(invención de nuevas armas, apertura de grandes avenidas en las
militares
ciudad.es, etc.), sino sobre todo, políticas' Engels parece ya admitir en tales

países, el recurso a la violencia, solamente como respuesta a un golpe de


las urnas' Cita a favor
ia burguesía contra el proletariado victorioso en de

su exposición la célebre frase de un político burgués de la época, odilo¡ que no iban más allá de un reformismo "progresisra"
en el escenario il;iáru r.oruesras
Barroi, quien -frente al avance del movimiento socialista de tiPo liberal'"'
de ias insrituciones- exclam ó:"iLalegalidadnos
mata!" - Barrot reconoció '"il;;;. conrexro, la contribución de Lenin para el avance de la teoria
podia convertirse potencialmente sido el primer marxisla en plantear
ásíque "democracia burguesa"
Ia llamada
comenzó a reconocer
..Iüzu. .onsiderable: tal vezdeéllahaya
uansición hacia el socialismo y com-
en antiburguesa y anticapitalista. Por todo eso, Engels ;;;á. concfero la cuestión
se había convertido en Ia del problema de las alianzas de
explícitamenre que la "república democrática" ;;;r r, cenrralidad, en esra transición,
política adecuada a la transición al socialismo y a su posterior fue posible porque Lenin formulaba sus
este avance
única forma If"*. ,.*¿"irlmente'
ediflcación."7 ;;;;;ó siruación de un país arrasado. En 1a Rusia de la época,
de ta
Pero el hecho es que, a pesar del interés y de la novedad
de sus formula' minoritaria; y Lenin' repudiando
air.*i.l*do era nítidamente una clase
de muene), permanecía negaba que una minoría pudiese conquistar
ciones tes[amen[arias (el texto citado es del año Su
' .r,pfi.ii.*.nre el blanquismo,
proletariado se volvería de lamayoría' Por eso' en Rusia' el
I
en él un límite de fondo: también presuponía
que el eloodery mantenerse en él sin apoyo
por eso' su partido de al poder en estrecha alianza con las masas
rnayoritario en el seno de la población y, precisamente ill.tr¡áao solo podía aspirar país' La cuestión de
mayoría de los sufragios'. , iamp"rinrr, que formaban la abrumadora mayoría del
clase obtenclría más o menos automáticamente Ia
el asunto de básicos del pensamiento
Eso 10 eximía de estudiar a fond.o una cuestión fundamental: ,. ,las alianzas de clases se vuelve así uno de
los ejes
¡I,político de Lenin,3o. Y esta centralidad de eltas, por otra parte, es ampliada
lasalianzas,delatransformacióndelaclaseobreraenclasedirigente'deh
conquista de I ahegemoníaenelpluralísmo' En resumen'
permanecía abier- , plano internacional: gracias a la esencial exactitud de su teoría del impe-
al
ro el siguiente desaffo: ¿de qué modo es posible agregar un
nuevo bloque
hisróricodondelacentralidadd.elaclaseobrerasearticuleconlanecesaria rrK.Kautskfladoctrinasocialis¡4,BuenosAires,Claridad,l966'Estaobra'quecontiene
emergentes y ''
diversidad política y cultural de los nuevos suietos sociales la respueita de Kautsky al libro "revisionista" de Bernste¡n citad
o en la nota siguiente,

empeñados en Ia lucha por la transformación de la sociedad? fue publicado originalmente en 1899.


.t¡9 E. Bernstein , I presupposti del socialismo, cit.
,r3o No es este el luqar para mostrar cómo la teoría leniniana del partido, con sus aspectos
, fueñemente jacobinos y "elitistas", entra en choque con el pluralismo implícito en
. su concepción de la política de alianzas. En verdad, como observaron tanto Tfotsky
,.fntroducción" a Las luchas de clases en Francia de 1848 a r85O, en Archivo'
..
127 F. Engels,
MarxlEn gels (www.marxists.org/espanoUm-e/t85os/francia/franciat'htm);
e ld'tr : blanquistas en su teoría del "partido revolucionario de vanguardia", tal como esta fue
'Critique"Du Piogamme d'Erfrrti hs9l1' ., Marx-Engels, Cri tique des Prog.rammesdt ' formuladaentgoz,ensufamosolibro¿Quéhacer?.Para lasposicionesdeLeninypara
(también en español "Crítica del las críticas de Luxemburg, de Trotsky y de otros rnarxisias de ia época, cl, l¿ excelente
Cotha er d' Erfurí,París, Éditions Sociales, t966, p' ro3,
Marx-Engels (www'marxists'org/espanol/m-e/187os/ antologia organizada por Vinorio.strada e incluida corlo apéndice en su edición cie V'
Programa detotha" en Archivo
gotha/gothai.htm).
. l. Lenin, ¿Quá hacer?,México,Era,1977.
-*
-\ E'

ÉEE#,
g TET:; iÉHEr gEggg 1§
:9

'§' ;€g:5 'gEÉÉ3



qs
'-o

t:g EtEEÉ
o-
tg
AY'
o=
>E
+: PIE EE$üg .d!
ááágEggEggIIiEE᧠+ Er!'re *EH##
ÑJ

>sE
S ¡-
oE
E-l
ÉEÉEaEgEÉ;BÉUáÉEɧ
E EEE§EÉ üÉEgE :.o
b'g
'og
ts

üiEflÉEE§EgÉEE EEEE§ e ;AɧE€ EEEEg aa


J-
CJ
o:_
¡:O
ftc
EX
.ür
E* §Ég§= E E-EEE jo

d19:
:3€
ÉE§";
HHHH1H1B lHB§ E§ÉÉEEEEEÉÉEE
EüA@
o-E
¡di=:
iT:
E¿Si E
ü
;

3 s€ EE t §€ i EEqEgg g
gE
ÉÉE ÉÉE ÉE EÉ EE E EÉE ÉÉEE
§Éi EáÉEiEEEEEEEEÉ
gáEg§{EEÉÉE§ÉgÉEÉ ggE
g§ ggt gti g g
E
agggI igg
§ÉáEEÉEEEIEÉÉE€EE áÉ *E ; §u É¡
rif
:eá
.e
€txuigIElgHE§E aÉsÉIÉ
Er E¡H,ÉH:EEEÉglEEe.
r ¿ü'ú=E;
c sf
Ígg¡! ÉgE Égt i¿
EEE¿ üE§
É
t[ E E i EE il iE i ü i E É * EÉ EE }E É ee § E IEÉt*Ig
s ü ás á 3 ú i u 3 E ó H !
IÉ;¡ E 9E
E HE§
EEI E i
€ E a 3.E r -É e.ü E 9,3 € EÉ íE ; Fs É ¡É E
g gE
[$ ! ÉÉ
palabra de orden de Ia en cuenta el "desaffo democrático" enfrentado por el movimiento
Ia Intemacional comunista baio su direccién: Ia funesta 0ue riene
,,bolchevización,, de los partidos comunistas, tanto de su organización com0 y por el pensamiento marxista.
socialista
universal del el espacio para examinar en de¡alle los desarrollos que la teo-
de su política, refleia la convicción estalinista de la aplicabilidad No es este
!l
ya maniftesta en t9Zt, experimenÚ en manos de sus continuadores, en particular
*od"io soviético). Ese esfuerzo autocrítico de Lenin se ría de Gramsci
"frente único", reconociendo comunistas italianos. Solamente quisiera destacar dos conceptos
cuando él defi.ende para occidente una política de enrre los
(como los panido5 inspirados en Gramsci, que me parece resumen 1a respuesta
I con eso el papel fundamental de los organismos de masas directamente
con todo, ya en más lúcida
que el pensamiento marxista contemporáneo presentó hasta
reformistas y los sindicatos) en las sociedades democráticas.
,l de la situación rusa' Le- aquí para la cuestión democrática: el concepto de "democracia progresiva",
1919, revelando su preocupación con la especifrcidad
fácil conquistar por Palmiro Togliani, y el cte "democracia de masas", formulado
,:l nin insistía en el hecho de que, mientras en Rusia había sido foimulado
occidente -a causa de la pietro Ingtao. El concepto togliafiiano concretiza Ia propuesta gramsciana
,jl el poder, pero sería dificil construir el socialismo, en por
"guerra de posiciones", de la necesaria lucha previa por Ia hegemonía
mayor compleiidadde sus estructuras sociales ypoliticas-ocurri¡íaelfenómeno de la
laborioso, mientras y por el consenso mayoritario en las formaciones sociales donde
existe una
inverso: la conquista del poder sería en él más largo, más
concebida
ii que sería más fácil construir el socialismo''33 sociedad civil robusta y pluralista: la "democracia progresiva" es

Estas indicaciones de Lenin, aunque breves, Se convertirían


en una teoría como un régimen político que, combinando las instituciones representativas
gra-
sistemática en Antonio Gramsci: las reflexiones del
gran pensador italiano me tradicionales'con nuevos órganos de democracia directa, se orienta
ii parecen las más adecuadas para pensar Ia transición al sociaüsmo en países duaimente ("progresivamente") en el sentido de la hegemonía de las masas
grado de sociali- rrabajadoras, de la superación del capitalismo mediante profundas reformas
il áesarrollados, o, más precisamente, en países con un elevado
panida de Gramscies precisamente la cuesüón estructurales. Concebida así como un régimen en permanente progreso, la
zación de lapolítica. Elpunto de
,l democracia aparece en Togliani -y en los documentos del Partido Comu-
desaberporquélarevoluciónproletaria,victoriosaenlaRusiaatrasada,fraCaSó
que aquí la estrategia nista Italiano después de t944 y, sobre todo, de 1956- como un momento
;l en el Occidente desarrollad.o. Y llega a la conclusión de
utilizada por los bolcheviques; no puede ineliminable de la lucha por el socialismo y de la propia sociedad socialista.
il socialista tiene que ser distinta a la
Estado. En"occidente", más allá Ya el concepto de "democracia de masas", con el cual Ingrao lieva adelanie
rl pretender solo y directamente laconquistadel
civil fuerte, una red de organizaciones de masas las formulaciones de Gramsci y de Togliani, parte de la idea de que, con la
iel Estacto, hay una sociedad
il estructuradas y pluralistas. Gramsci asume entonces una
posición nítidamente socialización de la política, con la gestación de una red de organismos de
proletariado, en "occidente", debe masas cada vez más difusa y plural, se creó no solo un nuevo terreno para la
:l andblanquista, antigolpista: la estrategia del
del máxitno de espacios lucha por el socialismo, como también ya se delinearon, en el seno del propio
basarse en una "guerra de posiciones", en la conquista
que solo con el consenso de la mayoría, capitálismo, ciertas formas estatales de la futura democracia socialista. El
en el interior d.e la sociedad civil, ya
I concepto de hegemonía, de origen gramsciano, gana una dimensión más
esdecir,conhegemonía,esposibleemprendertransformacionessocialesen
concreta al articularse con el de pluralismo'. "Hablamos hoy -dice Ingrao-
profundidad.'34Con eso, me parece que Gramsci ha colocado con rigor
los
I

transición al socialismo, teoría de hegemonía y pluralismo. Yo diría más precisamente: hegemonía de la


functamenros de una teoría d.emocrática de 1a
I clase obrera en el pluralismo. Es una fórmula que no se limita a indicar la
dirección de la clase obrera fundada en el consenso; es una fórmula que ya

.;;" ;;;;;;;;;;;.."," ,i*,r..,", pCR (b)", alude a una pre cisaforma política y estatal del consenso".r3s
;;; ;r, su "rnrorme ar Vil consreso der
en obras escogidas,cit., vol. z. Sobre su percepción final del carácter..no clásico,, (o Esta breve reseña de algunas de las principales formulaciones de Marx y
no universal) áe la revolución bolchevique, basta recordar la siguiente observación: de los marxistas sobre el vínculo entre socialismo y democracia, indica un
países
"Después de la victoria de la revolución proletaria en por lo menos uno de los hecho preciso: que, a partir del patrimonio categorial elaborado por el autor
avanzados,[..'tRusiaseconvertiránoenunpaísmodelo,sinonuevamenteenunpaís
"La enfermedad infantil del de El Capítal, es posible -quando se supera cualquier espíritu dogmático y
atrasado (en el sentido'soviético'y soc¡atista)" v. l. Lenin,
'izquierdismo'en el comunismo", errld.,Obrasescogidas,cit',vol3, p' 353 ss' cuando se conserva una doble ñdelidad, a saber, al método de Marx y a Ia
P¿ra urra exposición más anrplia de las ideas de Cramsci y de su
papel en la evolución
r34
del marxismo, cf. "La dualidad de poderes: Estado y revolución en el pensamiento
135 P. lngrao, M asse e po ¡.ere, Rom a, Riuniri, 1977, pp. 15.t-t 52.
I marxista", supra, p.4o-5o, de esta recopilación.
:E
,!i

;l
realidad concreta en permanente devenir- enfrentar de forma adecuada
CAPíTULO 3
rl los desaffos colocados incesantemente al movimiento obrero y socialista: y
esta me parece es la gran prueba de la actualidad de Marx, más de un siglo Gramsci, el marxismo ylas ciencias sociales
después de su muerte.

I I

fl
I tema que pretendo abordar en este ensayo se refiere a la relación entre
El
Gramsci y las ciencias sociales. Pues bien, el camino para la discusión de este
i tema exige el reconocimiento previo de que Gramsci es un pensador marxista.
Por este motivo, antes de abordar mi obieto especíñco, pretendo recordar
I
I algunos trazos esenciales de la relación más general entre el marxismo y
i las ciencias sociales particulares. En un segundo momento, indicaré cómo
t,
Gramsci, en su tratamiento de las ciencias sociales, recupera plenamente el
punto de vista crítico indicado paradigmáticamente por Marx, atribuyéndole

I
nuevas dimensiones. Finalmente, buscaré sugerir algunos tópicos en los
cuales Gramsci, sin dejar famás de lado ese punto de visra crítico, brinda al
mismo tiempo subsidios para un desarrollo creador de temas específicos
I
de esas ciencias sociales particulares.

I
l' t. El punto de vista de la totalidad y las ciencias sociales particulares

La prithera y principal característica de la reflexión marxista sobre lo social


es el principio de la totalidad. Es extremadamente pertinente la célebre
afirmación del joven Lukács según la cual la distinción básica entre el
marxismo y la ciencia burguesa (en su propia expresión) no es el predomi-
I
nio de motivos económicos en la explicación de lo social, sino el principio
de la totalidad.'36 Esa decisiva puntualización metodológica, recogida por
el marxismo de la herencia dialéctica de Hegel, significa la necesiclad de
concebir la sociedad como totalidad, es decir, como una realidad compleja
yaniculada, formada por mediaciones, contradicciones y procesos. Por eso,
el mé-todo más adecuado para pensarla y comprenderla, en su estructura

136 -Lo que diferencia decisivamente al marxismo de la cienci¿ burguesa no es la tesis de un


predominio de los motivos económicos en la explicación de la histori¿, sino el punro de
v¡sta de la total¡dad" (G. Lukács, Hisroria g consciencia de clase, Méx¡co, 1969, p. 29).
onrológica básica, es precisamente aquél que privilegia la totalidad. Y esa do la clase
en cuestión se presenta en el escenario histórico reivindicando
roralidad, en la senda de Hegel, debe ser comprendida como una totalidad. no solo un
interés restricto, de grupo -que, en la rerminología moderna,
concretcl, o, en otras palabras, no como un todo en el cual las partes ¡6 llamaríamos "corporativo"-,
sino defendiendo intereses que se articulan
sean explicitadas y bien deñnidas, sino como una totalidad constituida a con aquellos del conjunto (o de la amplia mayoría) de la sociedad. Por
partir de la autonomía relativa de sus múltiples momentos parciales. De ejemplo: hasta
el momento de la consolidación def,nitiva del capitalismo,
esta forma, la totalidad en cuestión no es, en Ia feliz expresión de Hegel, la burguesía era una clase que se presentaba históricamente en la arena
"una noche donde todos los gatos son pardos",r37 o sea, no es una totalidad polírica e ideológica como representante de todas las fuerzas progresistas,
I
i¡rdeterminacla, como 1o suponía Schelling, contra quien inclusive es diri- de lo que era enronces llamado "tercer estado", que comprendía el coniunto
gida esa observación irónica de Hegel. El autor de la Fenomenología afrrma del pueblo, con excepción de la nobleza y del clero, los otros dos "estados".
que la toralidad propuesta por la dialéctica está constituida por diferentes Acabar con el ancien régime, con la sociedad fundada en "estados" o esta-
niveles, siendo así una totalidad ierarquizada, con momentos que poseen mentos, era la condición de la aflrmación económica, política y cultural de
un peso ontológico más marcante que otros. la burguesía; pero era también, al mismo tiempo, una condición necesaria
Para Marx, que también recoge (entre muchas otras) esa lección de Hegel, para la emancipación política del pueblo, para la aflrmación de los derechos
la sociedad se presenta como una totalidad en la cual, de cierto modo, sobre- áe rodos a Ia libertad y a la igualdad formales, es decir, para la implantación
sale ei momento económico, la llamada "infraestructura", la cual él entiende de 1o que hoy llamamos "derechos civiles". Esa peculiar posición histórica
como siendo ia articulación sintética entre los procesos de dominación de de la burguesía permitió entonces que el pensamiento eiaborado a partir
la naturaleza (o "fuerzas productivas") y el modo por el cual los hombres de su punto de vista de clase pudiera, con frecuencia, orientarse para la
se relacionan entre sí para implementar esa dominación, o sea, con lo que aprehensión reórica y práctica de la totalidad. Quizás se pueda decir, en
éi llama de "relaciones de producción" o de propiedad, en las cuales tiene esre sentido, que Hegel fue el último gran pensador no marxista (ligado por
su génesis la división social del trabaio, y en consecuencia, la estructura- lo tanto al punto de vista de la burguesía) en poner claramente el princípio
ción de Ia sociedad en clases sociales. Así, tal como én Hegel, la totalidad de la totalidad en el centro de las reflexiones.'38
propuesta por el marxismo es una totalidad lerarquizada, con momentos Después de Hegel, en la época en que se consolidó definitivamente el
relativainente autónomos, que no tienen necesariamente el mismo peso capitalismo (cuando por lo tanto se volvió claro que el ñn de la sociedad
en la dinámica del coniunto formado por su interacción recíproca. Lo que estamen[al representaba la creación de otra forma no igualitaria de sociedad,
caracteriza metodológicamente el pensamiento marxiano, por lo tanto, es una sociedad de clases donde los intereses partículares de una de ellas, Ia
la insistencia en la necesidad de concebir la vida y las estructuras sociales burguesía, se tornaron dominantes), la adopción del punto de vista de la
reconociendo, por un lado, que ellas forman obietivamente una totalidad, rotalidad se volvió algo extremadamente problemático para los pensadores
aunque también, por otro, que el modo más correcto de comprenderlas
subjetivamen¿e es Ia adopción consciente de 1o que el joven Lukács llamó r38 Marx explicitó claramente el modo por el cual un pensador se sitúa en el horizonte de una
I el punto de vista de la totalidad. clase cuando, en El t8 Brumario, refiriéndose a las controversias surgidas en la Revolución

Así, para el autor de El capital,la adopción de ese punto de vista no de- de 1848, generalizó sus observaciones: "No se debe formar la concepción estrecha de
que, por principio, la pequeña burguesía procura imponer su interés de clase egoísta.
pencie apenas de la buena intención del investigador social. Según é1, los
I
Ella cree, por el contrario, que las condiciones especiales para su emancipación son las
I pensadores que se sitúan en el ángulo de determinadas clases sociales, en condiciones generales sin l¿s cuales la sociedad moderna no puede ser salvada ni evitada
determinado contexto histórico, tienen más posibilidades de asumir esa la lucha de clases, Tampoco se puede imaginar que los representantes democráticos sean

perspectiva globalizante, o sea, de comprender la sociedad como un todo. lodos shopheepers [pequeños comerciantes] o defensores entusiastas de esos últimos.
Según su formación y posición individual, pueden estar tan lejos de éstos como et cielo
Eso ocurre, según Marx, cuando el interés concreto de esa clase social se
de la tiena. Lo que los torna representantes de la pequeña burguesía es el hecho de que su
identif,ca con ei (o 1o más aproximado al) interés universal, es decir, cuan- mentalidad no supera los límites que esa clase no excede en la vida, el hecho de que sean
consecuentemente llevados "teóricamente" por los mismos problemas y soluciones para
los cuales Ios intereses mater¡ales y la posíción social llevan "en la práctica" la pequeña
:;, a.; ; ujtns,"l toÍi¡ni,or.teinttogiia )e't t^píritu,México, Fondo de Cultura Económica, burguesía. Esa es en general la relación que ex¡ste entre los representantes políticos y
1966, p.29. literarios de una clase y la clases que representan".

-78-
que se situaban en ei horizonte de la burguesía. En ese momento, se co¡56- por lo tanto, ia distinción actual entre varias ciencias sociales particula-
lida una nueva clase, ei proletariado, cuyos intereses particulares - como una constituyendo una "especiflcidad" dotada de un pretenclido
res, cada
observaba el joven Marx - se identiñcan con los intereses universales; es¿ propio (y ocupando así un departamento universitario), surge en el
objero
clase, en su accionar político, no deñende apenas sus intereses particulares
momento en que se da ese eclipse de la reflexión totalizante sobre lo social.
en cuanto ciase, sino que tiene como "misión histórica" la construcción y ese eclipse tiene lugar, como ya anticipamos, en el momento en que la
de una sociedad sin clases, efectivamente igualitaria, capaz de producir la
burguesía deia de ser una clase revolucionaria, o sea, deja de representar
verdadera emancipación humana.'3e Por eso Marx entendía que el punto
los intereses del coniunto de los excluidos por el ancien régime y pasa a
de vista del proletariado era ahora el más favorable a la aprehensión de la clefender estrictamente sus propios intereses de clase, los cuales, a partir
I
sociedad como totalidad. Evidentemente, esto no significa que todos los
i
ll
proletarios, o los teóricos que pretenden colocarse en su punto de vista,
de un cierto momento, se revelan contrapuestos a los intereses de otras
clases sociales.'o' El hecho es que esa rígida división cienrífica del trabajo,
1 tengan eo ipso la posibilidad de aprehender la totalidad. Lo que esto quiere consagrada y reforzada por Ia concepción de la universidad vigente descle I

decir para Marx y para los marxistas, es que el horizonte -o el punto de entonces hasta hoy, estimula la emergencia de un pensamienro fragmentario,
vista- de las clases trabajadoras se tornó históricamente el más favorable favorable a los intereses particulares de la burguesía; podemos decir que el
a lacaptación de la sociedad como totalidad.'4" nacimiento de las "ciencias sociales" es uno de los momentos constituti-
Pues bien, es precisamente en el momento en que se da ese ocaso de la vos de la actual ideología burguesa, precisamente en la medida en que esa
visión rotalizante de lo social en el horizonte del pensamiento burgués, especialización, cuando diflculta o incluso bloquea la reflexión sobre la I

que surgen las llamadas "ciencias sociales" particulares. Se crea ahora, en sociedad en su conjunto, dificulta también, en consecuencia, lacaptación I

el marco de ese pensamiento, una situación bastante distinta de la que pre- de las contradicciones antagónicas y de las tendencias evolutivas genera-
dominaba en el período anterior. Difíciimente podríamos decir, por eiemplo, les de la vida social, que apuntan a la construcción de orro orden social.
I

que un pensador como Rousseau -que incluso en gran medida trasciende Independientemente de las posiciones concretas que sus represenrantes
el horizonte estrictamente burgués- es un "politólogo", un cientista polí- puedan asumir, las ciencias sociales particulares tienden al positivismo,
tico, a pesar de que haya contribuido como ninguno de los "politólogos" al inmediatismo, a la aceptación de la realidad social como un agregado de
de hoy, a la comprensión de la dimensión específicamente política del "datos"insuperables.
ser social; en realidad, Rousseau reflexionó sobre la totalidad de la vida Lukács tal vez haya sido el pensador marxista que más reflexionó sobre
social (y precisamente de ahí deriva la riqueza de su visión de la polírica), las implicaciones de ese hecho. Para é1, no hay duda de que esa división
vale decir, reflexionó sobre temas que hoy pertenecen a los dominios del cienríñca del trabajo, responsable por la creación de las "ciencias sociales"
economista, del cientista político, del antropólogo, del epistemó1ogo, etc. particulares, está ligada a la decadencia del pensamienro social vinculado a
El mismo razonamiento se podría hacer para todos los grandes pensadores la burguesía; una decadencia que se expresaría sobre todo en el abanclono
propiamente burgueses de esa etapa histórica, de la etapa que antecede la delprincipio de totalidad, el cual, desde Nicolau de Cusa hasra Hegel, habría
plena consolidación del capitalismo: figuras como Maquiavelo, Hobbes, sido la característica de la cultura burguesa en su fase revolucionaria. Para
Locke, Montesquieu, Spinoza, Kant, Hegel y tantos otros, dificilmente se Lukács, por ejemplo, el nacimiento de la sociología como ciencia sociai
podrían enmarcar en las tantas etiquetas que hoy dan nombre a los varios particular, se vincula a ese período de decadencia, cuando Ia burguesía
departamentos universitarios donde se aloian las llamadas "ciencias sociales". evita pensar la sociedad como un todo para evitar así, al mismo tiempo, I

Todos ellos reflexionaron sobre la totalidad de lo social, en sus múltiples y


En muchas de sus obras, Lukács sitúa el nacim¡ento decisivo de ese eclipse en 1848,
complejas determinaciones.
cuando, sobre todo en las jornadas de jul io en París, el proletariado rom pe sus víncul os
políticos con la burguesía y se presenta como fuerza polÍtica independiente. Para esa
periodización, Lukács se inspira claramente en Marx, el cual, al escribir sobre los eventos
139 K. Marx, "En torno a la crítica de la filosofia del derecho, de Hegel. lntroducción", en de r848 francés, observó, en El t8 Brumario: "La burguesía tenía [ahora] una exacta
K. Marx-F. Engels, La sagrada familia, ed. cit., p. 33 y ss. noción del hecho de que todas las armas que forjaron contra el feudalismo volvieron
Sobre eso, cf., Michael Lówy, Paqsages de la verité. lntroductíon á une sociologie critique su filo contra ella, de que todos los nredlos de cultura que crearon se revelaban co¡¡Lr¿r I

de la connaíssance, París, Anthropos, 1985. su propia civilización, de que los dioses que inventaroh la habían abandonado".
I
rfl reflexionar sobre el hecho, ahora irrebatible, de que la sociedad capitalis* por lo tanto, si por un lado Ia división cientíñca del trabaio refleia el de-
es estructuralmente ineliminablemente contradictoria. ¡,a sociologia, po¡
e del punto de vista de la totalidad, por otro, ella corresponde
'
hilitamiento
lo tanto, se habría constituido como intento de elaborar un análisis de lo esa compleiidad cada vez mayor de ias sociedades contempo-
iamUién a
reflexión económica e histórica, lo que la conducirÍa que, cuando aprehenden efectivamente momentos
social desligado d.e la áneas. Eso signiñca

il ,l a nn intenso formaiismo, expresado en el rechazo de pensar Io Social


ro¡alidad y en la preferencia por un análisis reiñcado de lasformas de 1¿
estructuración social''a'
cor¡1q de la realidad, las ciencias sociales particulares presentan
siqniflcativos
,.lutrrAos indiscutiblemente
vista de la totalidad. No se
positivo§, a pesar de que les falte el punto de
trata, por consiguiente, de rechazar en bloque
Esa formulación de Lukács, a pesar de ser esencialmente correcta, pre- .
-{omo simples manifestaciones de
"ideología"- Ios resultados parciales de

lil senta rambién, a mi modo de ver, un aspecto unilateral y problemático. En


realidad, además de su componente ideológico (en el sentido del oculta-
mienro de la realidad), esa división científica del trabaio expresa también
la sociedad
.
lasciencias sociales
a esas
particulares. La posición colrecta del marxismo frente
ciencias (que, dígase de paso, se han diversifrcado cada vez más in-
tensamente, al punto de
que por eiemplo hoy ya no tengamos apenas una
il Lrna necesidad efectiva d.el propio desarrollo del conocimiento: ,,anrropología", sino las antropologías cultural, política, económica etc')
capitalista en su proceso evoiutivo se fue complejizando de tal modo que sug debe implicar el reconocimiento, aunque crítico, de que tal especialización
varios niveles ganaron obietivamente una autonomía y especiflcidad Cada muchas veces corresporrde también a una exigencia del propio objeto, e1
il vez mayor, demandando así la profundización de los estudios sectoriales. cual se tornó más compleio y diversif,cado.
y, ya que vamos a hablar de Gramsci, cabe recordar que él fue el primero en

lii resalrar, por ejemplo, el hecho de que el Estado capitalista se amplió, de que
las realidades del poder se difundieron por el conjunto de Ia sociedad de tal
modo que hicieron surgir incluso una nueva esfera del ser social, llamada
cuando hablo de punto de vista crítico, llamo Ia atención hacia un aspecto
Y

decisivo de ia actividad teórica dei propio Marx. Si observamos sus principales


obras, veremos que casi todas contienen el término "crítica" en e1 título o
en el subtítulo: es el caso, por eiemplo, de algunos de sus más importantes

iil il
por éi
,.sociedad civil". De esta forma, tanto la estructura de clases como la

esfera tle la política stricto sensu, Se volvieron mucho más compleias. La


trabalos juveniles, como las dos Crí¿icas a 1a ñiosoffa hegeliana dei derecho
oLasagradafamilía(cuyo subtítulo es "Crítica de la crítica crítica"), y inuy
previsión de que la sociedad capitalista tendería a una simpliflcación en su particularmente del coniunto de las obras dedicadas a Ia economía, sobre
n
estructura de clases, generando así una polarización entre un número cada rodo El capital, cuyo subtítulo es precisamente "Crítica de la economía po-
vez menor de explotadoreS burgueses y una creciente masa de proletarios lítica". No estamos aquí frente a una idiosincrasia de Marx, sino de uno de
y aún más
I -previsión cierramenle presente en Marx, aunque teforzada los momentos más característicos de su posición teórico-metodológica: e1
i simpliñcada en el llamado "marxismo de la segunda Internacional"-, esa
uso de la palabra "crítica" indica que la propuesta de Marx, cuando trabaia
previsión no se verificó en la realidad: el asalariamiento se tomó ciertamente con dátos provenientes de un dominio particular del ser social, como e§ el
I

por
I
un fenómeno cada vez más universal, sin embargo esto fue acompañado caso de la economía, consiste en reconocer muchas veces la pertinencia y
una estratifrcación social también cada vez más compleia, particularmente la relevancia de esos datos, aunque al mismo tiempo sin perder de vista la
al interior cle las fracciones asalariadas. Ahora bien, para comprender esa necesidad de someterlos a un tratamiento crítico. Es como si Marx añrmara
nueva estratiñcación, así como las formas de conciencia social y política a que, a pesar de que se proponga escribir sobre un objero delimitado por una

I
ella ligadas, no es suñciente apenas (aunque seá absolutamente necesario) ciencia particular y utiiizar los datos construidos por ella, no está escribien-
r-rnanálisis global del modo de producción, ya que muchos de esos nuevos es- do -por eiemplo, en el caso de El capiml- un simple texto de economía,
tratos sociales surgen a partir de la compleiización (ya indicada por Gramsci) de sino una crítica de la economía política. Lo mismo podríamos decir de sus

la superestructura. De esta forma, también Se volvieron neCeSariOS los estudios dos textos juveniles sobre Hegel, que no son meramente textos de ciencia
empíricos, "sociológicos" o "politológicos", los cuales, a pesar de que muchas política o de f,losofia, sino textos que proponen explícitament e una crítica
veces sean apenas descriptivos, traen a luz hechos imprescindibles para una de la política (del Estado moderno) y una crítica de la frlosofía (especuiativa).

aclecuatia comprensiórr cle las nuevas determinaciones de Ia totalidad social.

I
y
C. Lukács, El asalto ala razón, B¿rcelon¿-México, Criialbo, 1986,p' 471 ss'
r¿z

er- -83-
JH

iH
Podríamos deÍlnir esa crítica marxiana -la cual, con el último Lukács, capitalista, todo medio de producción, cuando, puesto en movimienro por el
ifl llamaríamos crítica "ontológica"'¡3- afirmando que ella se empeña en someter. rabaio aieno, se convierte en capital; pero eso no signif,ca en modo alguno
rl Ios resultados de las ciencias particulares a dos criterios de evaluación. En que rodo medio de producción, sea cual fuera la relación de producción en
ll primer lugar, al criterio de totalídad, a través del cual se busca relacionar que esté inserto, pueda ser tratado como capital, ya que -como Marx no se
ii dialécticamente 1os ob jeros elaborados por la ciencia particular con Ia totali- cansa de repetir- el capital no es una
"cosa", sino una relación social: y es
dad sociai, mediatizandoy desfetichizando ules obietos, haciendo que deien esa relación social la qoe convierte al medio de producción en capital. Esa
§ de ser meros "hechos" y se conviertan en procesos. Y en segundo lugar, la ,'naturalización" de fenómenos sociales eminentemente históricos, tiene
fl crítica procura someter los resuitados de la ciencia párticular al criterio de un resultado claro: para la economía política en tanto ciencia particular, e1
, n.
Iahistoricidad, ya que para el marxismo la totalidad que se tiene en vista no capital - al tornarse algo "natural" - se vuelve hmbién algo eterno, la for-
d es una totalidad cerrada y def,nitiva, sino un proceso de totalización,'4t srr
iu ma por excelencia de la interrelación humana (para repetir la expresión de
el cual el todo es comprendido como algo abierto y fuertemente dinámico; Marx anteriormente citada, lo especíalestomado como general). La c¡ítica
con esto los obietos analizados pierden su aparente "naturalidad", convir- ontológica marxiana asume de ese modo otra fundamental dimensiór'r: no
fl tiéndose así en estados transitorios de un devenir ininterrumpido. No me
3i solo instaura la posibilidad de una correcta reproducción intelectual de Ia
;{ parece necesario insistir que los dos momentos de la crítica ontológica - el realidad, sino que también funciona como un eficienre medio de desmiti- I

ri
I¡, de la totalidad y el de la historicidad - son dos lados de una misma moneda, ficación de los componentes ideológicos ocultos en las representaciones
H
ya que Ia totalidad aflrmada por Ia dialéctica marxiana es una totalidad aparentemente científicas de la realidad.
estructuralmente histórica. Ese empeño de Marx en historizar y globalizar los fenómenos del orden
ü
Por lo tanto, la base de tal critica ontológica es ia comparación de los resui- económico, puede ser tomado como un paradigma del correcto tratamiento
H
tados particulares de Ia ciencia que está siendo criticada con el coniunto de marxista de los resultados de las demás ciencias sociales particuiares. Con
I

la vida social; y su obietivo es precisamente el de examinar hasta qué punto frecuencia esos resultados no son equivocados, no son ere sí éxpresiones
fl,
esos resultados corresponden o no al movimiento global e histórico del ob- de ideología o falsa conciencia; son apenas deñnidos de modo unilateral,
ieto que está siendo elevado a concepto. Tomemos un eiemplo concreto. El extrapolados para niveles de lo social donde no están presentes, o enton-
§
ü,
centro de la crítica de Marx a Ia economía política consiste en mostrar que ces, para épocas históricas donde no pueden ser plenamente reconocidos,
sus resultados, particularmente aquellos presentes en las obras clásicas de volviéndose asíinstrumentos para representaciones ideológicas, Distinguir
Smith y Ricardo, no son incorrectos, ya que muchas veces reproducen deter- entre la verdad parcial de esos resultados y su uso ideológico, es una de las
!
minaciones fundamentales del orden económico capitalista. En def,nitiva, el principales tareas de la crítica ontológica que el marxismo debe permanen-
l.i
límite básico de esa ciencia económica consiste en atribuir tales determina- temánte eiercer en sus relaciones con Ias ciencias sociales particulares. Por
ciones a cualquier organización social, suponiendo asi que ciertas formas de lo tanto, esa crítica no debe ser una crítica aniquiladora, que afirme pura y
''i relación social y económica que ocurren apenas en la especíÍlca formación
,,.1 simplemente que las ciencias particulares están globalmente equivocadas. Por
'li histórica capitalista, son eternas y "naturales", pudiendo ser generalizadas el contrario, el obietivo es ei de rescatar ios resultados parciales positivos de
ii,i para cualquier orden económico-social, pasado o futuro. Marx ironiza esa las mismas, dándoles, sin embargo, un tratamiento crítico-dialéctico capaz
i! suposición al añrmar, por eiemplo, que considerar el anzuelo del pescador de relacionar tales resultados con la totalidad y la historicidad. Se trata así
I
primitivo (que es ciertamente un medio de producción) como capital, es demediatizar Io que las ciencias sociales presentan como aigo inmediato, de
un grosero anacronismo. Ciertamente que, en el marco de la relació.n social desfetichizarlos "hechos sociales", a través de su vinculación con la praxis.
Y al hablar de praxis proponemos una primera y fundamental concre-
tización de la noción marxiana de totalidad, ya que el concepto de praxis
I

143 Cf., por ejemplo, C. Lukács, Per l'ontoloqia dell'essere sociale. Roma, Riuniti, v.1, 1976,
pp.261-4o3. se sitúa en el corazón de la ontología marxista del ser social. En realidad,
144 En su peculiar lectura del marxismo, uno de los varios méritos de Sartre está en haber la totalidad que el marxismo tiene en vista no es la toralidad del "Espíritrt",
insistido en esa ápertura de la totalidad, lo cual lo lleva a preferir siempre el término como en Hegel, sino la totalidad de la praxis: siendo ex¡rrcsiírn dc lit plcnrt
''totalización" (Jean-P¿ul Sartre, Critíque de la raison díalectique, París, Callimard, t96o,
articulación entre suieto y objeto, la praxis es una acción que se obf etiva et.t
pp. r3-ttt).

-84-
estrLrctLtraso instituciones. Y precisamente por eso es ella la
que brinda el notas sobre'Americanismo y fordismo", así como
- en las famosas
va que
unilateralidades "sub.
.n algrnas observaciones sobre el fascismo - Gramsci intenta también
punto de vista totalizante capaz de disolver todas las re-
ietivistas" u "obietivistas" con las cuales las ciencias sociales particulares flexionar sobre las nuevas formas de intervención del Estado
en la economía,

acostumbran tratar, tanto las acciones como las estructuras- o sea, sobre determinaciones que se maniiestaban en el capitalismo de su
y que aún no habían sido tratadas por Lenin.'a7 Pero el hecho es que
tiempo
2. La recuperación gramsciana de la crítica ontológ¡ca de Marx también en esos casos, como siempre en su obra, el foco de ia atención
está

concentrado sobre todo en la política (en las nuevas formas de la hegemo-

Gramsci rrabaló con las ciencias sociaies particulares a partir de un paradigma nía burguesa) y no en las determinaciones económicas srrícro sensu. De
,l I
I

semeiante al adoptado por Marx en su "crítica de la economía política"' Pero cualquier modo, inciuso con esa excepción, la economía es ciertamente 1a
ti principal
descle ya cabe aquí una importante excepción: se puede decir que Gramsci, ciencia social particular para la cual Gramsci menos contribuyó. Su
'l
en cierto modo, transfiere el tratamiento prioritario dado por Marx a la conuibución reside en la crítica histórico-ontológica de dos esferas del ser
economÍa (ciertamente la ciencia particular con la cual este último más se social, o si se preflere, de dos ciencias sociales particulares: ia sociología,
confronró), lievánclolo hacia la sociología, y muy particularmente hacia la y sobre todo, Ia ciencia política. Son esas las dos ciencias sobre las cuales
ciencia política. Y Gramsci hizo esa opción porque partió del presupuesto - prioritariamente se ejerce - en el sentido marxiano de lapalabra-la crítica
el cual puede ser fácilmente confirmado con la lectura delos Cuadernos de existente en Ia obra de Gramsci.
la cárcel - de que la crítica de la economía política ya había sido hecha: él En lo que respecta a la crítica de la sociología, esta aparece sobre todo en
I acepta inregralmente los resultad.os de esa crítica, tanto los producidos por la discusión de Gramsci con Bukharin.'a8 Es curioso observar, por lo tanto,
el mismo Marx como, y quizás sobre todo, los existentes en los desarrollos que Gramsci crítica la sociología, no tanto en Ia versión de sus pensadores
que encuentra en la obra de Lenin, particularmente en El imperialismo, "clásicos", sino en aquella que aparece en Ia obra de un autor marxista,
fase superior clel capítalismo. Para
proseguir el trabalo crítico iniciado por precisamente Nicolai Bukharin, con quien Gramsci incluso tenía grandes
Marx, se trataba entonces de extenderlo a nuevos ámbitos de la totalidad afinidades políticas. Bukharin publicó er.tg24, en la época de su apogeo
social, una operación que se tornaba aún más necesaria en la medida en político, un libro llama do Tratad o de m ater ialismo histór ico, que recib ió en
que, en la época de Gramsci, la economía política de!ó de ser el centro de la raducción francesa el subtítulo de Ensayo popular de sociologíamarxista;
arriculación del pensamiento burgués, como lo fue en su fase de ascensión fue esta edición francesa que Gramsci consultó en Ia cárcel. Este libro pasó a
revolucionaria, siendo sustituida en esa función precisamente por la socio- ser, por lo menos hasta el final de los años r93o, quizás el principal texro de
logía y por la ciencia polí[ica.'as introducción al marxismo. Optando por su crítica, Gramsci hizo una eiec-
Ya que da por supuesta la realización de la crítica de la economía, ese ción hábil, ya que, de ese modo, no solo criticaba a la sociología en general
fue el rerreno d.e la reoría social para el cual Gramsci menos contribuyó. El (muchas de cuyas formulaciones clásicas eran asumidas acríticamente por
historiador ilglés Eric Hobsbawm parece así estar en lo correcto cuando Bukharin en su manual), sino que al mismo tiempo criticaba también a un
afi.rma que Gramsci hace contribuciones sustantiva§ para todas las ciencias tipo de marxismo vulgar, de clara inspiración positivista, que recogía del
sociales particulares, salvo tal vez para Ia economía.'a6 En realidad, aquel que pensamiento burgués tardío una visión de la sociedad que, como Gramsci
haya leído los Cuadernossabe que Gramsci trabaió relativamente poco con apunta, es insuflcientemente historicista y muy poco dialéctica.
los temas de economía stricto sensu, no teniendo muchas contribuciones El principal tema de la crítica de Gramsci a Bukharin es que éste, en
signif,cativas para una reflexión creativa sobre los fenómenos económicos su libro, subestima el papel del suieto en la construcción de Ios procesos
del mundo contemporáneo. Pero insistiría en la expresión "relativamente", sociales: el autor ruso insistía excesivamente en el peso de las estructuras,
de la "obietividad", por las cuales los hombres serían rígidamente determi-
r45 Sobre ese pasaje de la "crítica de la economía" a la "crítica de la sociología", y sobre sus nados. De eso resultaba Ia idea, muy repetida en los sucesivos manuales de
razones históric¿s y teóricas, ver las incitantes observaciones de Luis Razeto Migliaro
y Pasquale Misurat¿, Socioloqía e marxismo nella critica di Gramscí, Bari, De Donato,
I r968, p. r9 ss. r47 A. Cramsci, Cuaciernos de la cárcel, cii.,v. 6, p. 59 ss.

146 E. J. Hobsbawm, "Una pietra angolare del marxismo", en Rinascita, 27 maggio, 1975, p. 6' 't48 Cuadernos, c¡t., v.4, p.261 ss.

87-
§ E€E;EEEÉ EggÉEiáÉgát§t§EÉEEEEÉEEE
E ;gqá¡EE:E ÉEfrÉÉÉÉÉEEEEaEÉ+*4?.
EÉ[.E L

g' gEígÉigg
itg;stEgtBsgíEtg ¡ EgteÉg¡
gE
[É áÉEEE+Eg ÉEeEcBÉáÉEÉEi€iEE PÉÉ-É
I

6
I

+
j
a
2

§
\J

F 6 6 0=E
-rs E;'t
ü€=§n
É? sE !
,=oñEU
ü6E-E
Eao^'9 g
oPIi;
o?.:.:.F ,^
a e ¡'!: iJ

E E ÉE iÉEÉ aaEXf,E
E i' a = o I
-6EU-P
.!h:trco
:6üP:9.- -E
E:5I S; q
I =,P il E É d
ÉíágáigggEiEiEiÉEgEíi aE sEsÉ83;
> o u ii oE._- I

;Ptr.;:9
U E' ! 9 E H
§
@
@
E U! O U O §

ct"E+s;:
U
(J: FO
r! a 6
O

:. b f b:'= ü
P€gdEá§
o=54 - ^ :
'JliloooYY
o 6E-!
I ! ¡ -s E9 s
=
¡i§ s 3;'
§,;'¡¡E.s P
¿ óE J

tE.;E T:
.:iño;9-v E

s b E o: ,iz
§.e o';6
::
uyEEo.2--
ü= ñ.ñ É; u
OrO
s9

__--"-5E:?
Toda la reoría gramsciana de la ideología - que es parte esencial de las hecho, por
elemplo, de existir o no Iaplusvalía como fenómeno social obf etivo.
reflexiones existentes en I os Cuadernos- está marcada por la convicción ¿s En ese sentido, la posición de Gramsci refuerza la concepción marxiana de
que la ideología es una reaiidad práctica. Diferentemente de cierta tradició¡ la totalidad social como
algo formado orgánicamente por la interacción de
(en contraste con y eto, de conciencia y praxis, o -para usar términos propios de la
marxisra, para ia cual ideología es apenas "falsa conciencia" suiero obf
indepenüentemenk acción y estructura.
conciencia verdadera o cientíñca), Gramsci piensa que, tradición sociológica- de

de ser verdadera o no en sentido epistemológico, "la teoría se transforma Ahora bien, si Gramsci critica la socioiogía desde el ángulo de la política

en poder material después que se apodera de las masas"''52 En esa medida entendida como "catarsi§", eso signiñca entonces, que ese ángulo crítico se
Marx relación Ia economía - en el principio de la
hay cosas que epistemológicamente - o sea, del estricto punto de vista de basa - ral como el de en a

la teoría del conocimiento - pueden no ser verdaderas, pero que del


punto totalidad dey Ia historicidad. Como ya observé, Gramsci está lejos de ser un
un ,,cienrista político": él tiene un concepto amplio de política como "catarsis",
cle vista ontológico-social son hechos reales. Por ejemplo: si número
sustantivo de miembros de una sociedad cree en la existencia de Dios, lo que signiñca que en su reflexión todas las esferas sociales contienen, por
Dios pasa a tener existencia social, independientemente de su existencia lo menos como posibiiidad, el momento de Ia libertad, de la univesalización.
por lo tanto, criticar el pseudo-obletivismo de la sociología desde el ángulo de
o no en el plano de Ia ontología de la naturaleza. Los valores sociales, las
religiones, ias ideologías, las concepciones del mundo, en la medida en que h política (en sentido amplio), signif,ca criticar una ciencia social particular
son fenómenos de masa, en que se vuelven momentos ideales de la acción desde el ángulo de la historia, de la praxis totalizadora. En otras palabras,
de sujetos colectivos, son una "verdad" socialmente obietiva, dotados de la h crítica gramsciana de la sbciología tiene el mismo senrido metodológico
plusvaiía (basta de la crítica marxiana de 1a economía política.
misma espesura ontológica de fenómenos como el Estado o la
pensar, por ejemplo, en el papel que la religión cristiana y sus instituciones Pero Gramsci se vale también de otro concepto de política, que antes lla-
lenían en la Edad Media). Esa constatación es una importante contribución mé de "restricto", y que es esencialmente el mismo utilizado por 1a llamada
de Gramsci para Ia teoría marxista del momento ideal y de la ideología.'s3 "ciencia política" en tanto ciencia social particular. Y se puede constatar que
Gramsci leyó ios pragmatistas, y es posible que haya sido influenciado él se enfrentará con ese concepto "restricto" también de modo crítico, en el
por ellos, en su teoría de Ia ideología, aunque, como ya vimos, también sentido histórico-ontológico ya aludido. La principal tradición del pensa-
h"yo urr^ explícira y declarada inspiración en el ioven Marx. De cualquier miento político moderno, de Maquiavelo a Gaetano Mosca - y no cito a los
moclo, el hecho es que Gramsci insiste en que las ideologías son realidades dos por azar, sino porque son frecuentemente referidos por Gramsci en los
"ideología ce- Cuaclernos-, deñne la política como la esfera social donde se manifiesta la
socioprácticas. Éi distingue enrre, por un lado, lo que llama
rebrina", que resulta de una especulación individual o de algunos pocos y existencia de gobernantes y gobernados: existe política cuando existe una
que no se torna un fenómeno de masa; y, por otro lado, lo que deflne como reltión de poder, la cual implica esa existencia de gobernantes y gobernados.
"icleología orgánica", que corresponde a Ia toma de conciencia de grupos o También Gramsci dice explícitamente que el "primer elemento" de la
clases, clecisivos en una determinada formación social.'s4 El marxismo, por política, entendida en ese sentido restricto, "es que existan gobernantes y
ejemplo, independientemente de ser o no una verdad científica, se volvió gobernados, dirigentes y dirigidos. Toda ciencia y arte de 1a política se basa

ideología cuando se convirtió en fenómeno social objetivo: no se puede en ese hecho primordial, irreductible (en ciertas condiciones generales)" )ss

ignorar el papel de los valores foriad.os por el marxismo en la formación de En otras palabras, Gramsci reconoce como pertinente el objeto de Ia ciencia
la sociádad contemporánea, cualquiera que sea nuestra posición sobre el política, pero 10 somete a una crítica de inspiración marxiana: ese objeto no
es un hecho natural o eterno, no es una situación que caracterice cualquier

orden social, ya que no siempre existieron (y nada garanriza que siempre


152 cito aquí (como incluso cramsci lo hace con frecuencia) la célebre expresión de Marx
existente en "Crítica de la filosofia hegeliana del derecho. lntroducción"' existirán) gobernantes y gobernados. Relacionando Ia esfera política con Ia
r53 5e trata de una posición que también será adoptada por el último Lukács, como se totalidad y la historia, Gramsci muestra que esa división entre gobernan-
puede ver en el bello capítulo sobre "ll momento ideale e I'idelogia", en Per ontología tes y gobernados resulta de la división de la sociedad en clases, lo ciue no
cleli'essere sociale, cii, v.2 , 1981, pp.335-555, en donde hay una explícita referenci¿ a
I
Grantsci.
r54 Cuadernos, cit, v.3, P. 159 t55 Cuadernos, c¡t., v.5, p. r75.
'il
;x

'1

I
siempre existió; y muestra también que, en la medida en que la sociedad démarcheteíiica que introduce nuevas determinaciones en los conceptos
ll
t, llegue a superar esa división en clases antagónicas, habrá una tendencia a de coerción y consenso, Ias cuales ciertamente enriquecen ias reflexiones
I
la desaparición de esa división entre gobernantes y gobernados. clásicas sobre el tema. Pero Gramsci no es solo un cientista político, dado
Enlos Cuadernos, hay un momento donde Gramsci indica de modo muy que es consciente de que ese punto de partida debe ser criticaclo.Después I

ciaro, cómo ese punto de vista histórico y totalizante es -en sus palabras- "la
:.1

de reconocer como váiido el obfeto de la ciencia política, él indaga: "¿§e


innovación furrdamental introducida por la ñlosofía de la praxis [es decir, pretende que siempre existan gobernados y gobernantes, o se desea crear
por el marxismo] en la ciencia de la política"; y esta se expresa en Ia "demos- las condiciones en las cuaies desaparezca la necesidad de esa división?. Es
]i tración de que no existe una abstracta 'naturaleza humana', fiia e inmutable decir, ¿se parte de la premisa de la eterna división del género humano, o
{,
;l r
(...), sino que la naturaleza humana es el coniunto de las relaciones sociales se piensa que ésta sea solo un hecho histórico, correspondiente a ciertas
,1
históricamente determinadas". Por lo tanto, prosigue Gramsci, "la ciencia
l
,l
condiciones?"."8 Como Gramsci adopta ciaramente la segund4 alternativa
I polírica debe ser concebida, en su contenido y también en su formulación
I de cada pregunta, se vuelve obvio que para él laexistencia de gobernantes
I
lógica, como un organismo en desarrollo"."'Aquí está expuesta la idea-de y gobernados -rcbjeto primordial de la ciencia política- tiene su génesis en
{
origen claramente marxiano- de que es preciso someter al criterio de la determinada constelación histórica, es decir, en el surgin.riento de ias clases
I
i rotalidad histórica, o sea, a una crítica ontológica, los conceptos generados sociales, no siendo así un hecho "natural". Como mafxista, está convencido
jr por ias ciencias particulares, incluso cuando éstos captan constelaciones de que no siempre existieron clases, y de que su existencia definitiva no es
ll empíricas efectivamente existentes. algo fatalmente necesario. Y es por eso que, aun desarrollando los conceptos
lr La explicación tautológica del poder (o de Ia existencia de gobernantes y de la ciencia política (tal como Marx lo hizo con los de la economía), él es
(

gobernados) por la "voluntad de poder" -con su consecuente fundamenta- capaz al mismo tiempo de someter tales conceptos a una crÍtica histórico-
I

lr ontológica, la cual tiene su parámetro en el punto de vista de la totaiidad.


1
ción en el hecho de que unos pocos asumen esa voluntad y la llevan hasta
I el ñn, mientras Ia mayoría (formada por débiles y resentidos) fue "hecha" Existe un empeño permanente de Gramsci por mostrar que la esfera de
I

I
apenas para obedecer-, es una explicación que puede ser frecuentemente lapolítica (en sentido restricto) no puede ser entendida soio en su propÍo
l' encontrada en el tratamiento de la política, por lo meno§ desde Nietzsche, nivel, sino que demanda un constante apelo a la totalidad. Tomemos como
I
tornándose reiterativo en las diversas teorías "elitistas", tanto conservadoras ejemplo un famoso pasaje de los Cuadernos, intitulado 'Análisis de las
como liberales. Ese concepto ahistórico de poder aparece, por eiemplo, en situaciones. Relaciones de fuerzas",'se en el cual Gramsci intenta indicar
I

il
ll la metodología correcta para proceder a un anáiisis de coyuntura. En ese
ri la obra de un pensador tan signif,cativo como Max Weber: para é1, el poder
naturaleza humana, derivando del "hecho" (asu-
es algo que se enraiza en la pasaje, él muestra que la condición necesaria para examinar la esfera de 1as
,i
1
I

mido acríticamente) de que los hombres y las naciones son dotados de una relacl¡nes de poder es el examen previo de las bases económicas sobre las
i
innata y misteriosa "voluntad de prestigio".'r Es a partir de esa abstracción cuales se desarrolla ia acción poiítica. Gramsci registra dos niveles principales
i
I
que Weber construye sus famosas tipologías, algunas de las cuales, como de manifestaciones de la relación de fuerzas. Hay un primer nivei que, según
i
veremos, presentan indiscutible interés para la comprensión de fenómenos é1, puede ser tratado a la manera de la ciencia natural, en el cual se busca
!.

1
parciales de la vida política y social, a pesar de que les falte la dimensión de saber, por ejemplo, cuál es la población económicamente activa de un país,
i contenido que resultaría de una visión histórico-totalizante de los procesos. cuál es el peso de las clases trabaiadoras en esa población, de qué modo esta
i
Como ya vimos, en Gramsci también aparece la afirmación de que existen última se distribuye entre la ciudad y el campo,.cuál es el peso relativo de
gobemantes y gobernados, y de que inclusive éste es el punto de partida de la los seccores primario, secundario y terciario etc.; en otras palabras, en ese
i

ciencia y de la realidad políticas; además, muchas de sus reflexiones se centran nivel, el análisis se coloca más allá del universo de la política y busca captar
l
en esa polaridad y buscan aclarar, por eiemplo, de qué modo el gobernante el movimiento de las estructuras económicas, de ias reiaciones sociaies de
gobierna y por qué el gobernado obedece, lo que le permite desarrollar una producción. Pero existe también el nivel donde se hace el análisis especí-
I

,tt ;; ;, ;; t58 Cuadernos, cir. v.5, p. r78.

157 [/. Weber, "La política como vocación" , en Escritos políticos, México, Folios, 1982. tíg Cuadernos,cit., v. 5, p.3z ss.
f,co de la relación palítica de fuerzas, en el cual se procura determinar ¿s su concentración en temas fiiosóficos, con la paralela subestimación o
las obras del joven
qué modo las clases y grupos sociales están organizados, cuál es su grado abandono de investigaciones empíricas. Si examinamos
d.e conciencia, cuáles son sus propuestas concretas para Ia sociedad, qué Lukács, de Karl Korsh o de algunos miembros de la Escuela de Frankfurt en
apoyo tienen en otros grupos etc.'6o Por lo tanto, incluso cuando trabaia su primera fase - ias principales expresiones del "marxismo occidental" -,
con la política stricto sensu, Gramsci no es un "politólogo": él sabe que la veremos que hay efectivamente una marcada tendencia de esa ver¡iente de1
precisamente,
esfera de la política está sometida a la totalidad histórica, siendo imposible marxismo en el sentido de ñiarse a nivel de la ñlosoffa, o más
de las conexiones más
generales de la totalidad, con un cierto desprecio
entender adecuadamenre lo que en ella ocurre Sin una clara referenCia a
las demás esferas de |a sociedad, en particular a la e§fera de las relaciones por las investigaciones empíricas. Entre los autores que Anderson clasifica
sociales cle producción. De esta forma, é1 recupera plenamente el principio como "marxistas occidentales", Gramsci fue indudablemente quien más
marxiano de la totalidad. reflexionó sobre los temas hoy hegemonizados por las ciencias sociales
parriculares; sin iamás perder de vista la dimensión frlosóflca de la totali-
fue él quien más contribuyó para el desarrollo y enriquecimiento de
3. La contribución de Cramsci a las ciencias sociales daci,
los obietos específ,cos de esas ciencias. El autor de los Cuadernos no es un
Con todo, a pesar de que plenamente atento a las necesidades de criticar cientista político, ni un sociólogo, ni un pedagogo, ni un antropólogo, ni
ontológicamente los objetos de las ciencias sociales particulares (y tal vez un trabaiador social; pero, a pesar de eso (o tal vez por eso mismo), tiene
por eso mismo), Gramsci - con sus instigantes observaciones - ciertamente mucho que decir y enseñar a los cientistas políticos, a los sociólogos, a los
contribuye al desarrollo específico de muchas de ellas. Además de dedicarse pedagogos, a los antropólogos y a los trabajadores sociales.
a temas explícitamenre "politológicos", Gramsci analiza también varios otros Ciertamente no puedo detenerme aquí en las innumerables contribu-
fenómenos sociales que hoy serían "departamentalmente" clasificados como ciones de Gramsci a las ciencias sociales particulares. En ese sentido, sería
sociológicos o antropológicos. Hay en lo s Cuadernos,por eiemplo, toda una tema de una fecunda investigación listar 1o que los mismos representantes
teoría de Ios intelectuaies que, a pesar de que eStá directamente relacionada de las ciencias sociales dicen, en cada caso concreto, sobre ia contribución
nuestro autor a sus problemáticas específicas.
a su preocupación por la política, contiene reflexiones y material empírico de

que no pueden ser ignorados por ningún sociólogo que se ocupe del tema. Lo Sin la menor pretensión de ser exhaustivo, me gustaría dar algunos eiemplos

mismo podría ser dicho de sus análisis de la religión y de la cultura popular, concretos. Pienso que un sociólogo que leyó a Karl Mannheim y que trabaia
los cuales hoy serían probablemente clasifrcados como "antropológicos". bajo su inspiración, ganaría mucho discutiendo el concepto gramsciano de
I
Por su parte, estud.iosos de la literatura, de la lingüística y de la pedagogía "intelectual". Como se sabe, Mannheim fue, entre los sociólogos, uno de ios
tanrbién encuentran en los Cuadernos preciosas indicaciones temáticas y qudmás se empeñó en la comprensión de lo que es el intelectual, llegando
nretodológicas para sus investigaciones específi cas. incluso -en el desarrollo de la especificidad hoy conocida como "sociología
Gramsci puede ser considerado como uno de los marxistas que más del conocimiento"- a crear una ingeniosa teoría según la cuai la fracción
conrribuyó al desarrolio concreto de las llamadas ciencias sociales. En un de los intelectuales puede ser prácticamente equiparada a una clase social.

importante libro,'u' el historiador Perry Anderson afirma que una de las Las clases sociales, según Mannheim, crean sus propias visiones de mundo,

principales características de lo que él llama "marxismo occidental", sería "ideológicas" o "utópicas". La "ideología" sería la visión del mundo de los
grandes grupos conservadores, sobre todo de la burguesía, que se empeñan
en mantener el actuai s¿atus quo;la"utopía", por el contrario, sería el pen-
Para deñnir esos dos niveles de análisis, Gramsci se inspira explícitamente en Marx: samiento de la elase que pretende transformar ese status quo, o sea, en el
"Es prec¡so distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en Ias condiciones
mundo de hoy, del proletariado. Para Mannheim, existe una fracción social
económicas de producción y que pueden ser apreciados con la exactitud propia de las
cienci as n aturales, y las formas iuríd icas, políticas, rel igiosas, artisticas o filosóficas, en intermediaria, que él designa como la inteiectualidad "libre de vínculos",
I
una palabra, las formas ideológicas por las cuales los hombres adquieren conciencia
de ese conflicto y luchan para resolverlo" (Marx, Prefacio [''6Sgl a Contribución a la
crítica dc la econoniía política, cit.l
P. Anderson, Consideracíones sobre el Marxismo Occidental, Siglo XXl. 1978.
o
=
,lC
:o
(,'

(l-§
U!L

$íEíÉEEáÉIEiEEEgEáíEÉ EE ígHÉÉEáEEágÉi
6O

Q6

G *;'
§o
.YC
¡o
.9 'x-

g¡i;ggg§ggáÉ gggÉgiÉggggÉáli =.o


ñ¿.
69
.-YN
r

;ágtEg¡g í i -ñ.=
l.=or
:iio
:Éo
o

* iEÉ,áÉfrÉÉqEEÉÉÉáE áE€i §i¡ E ÉseÉEeÉErár :.Y€


r9=
tdu
i--o
: E.

! á§ÉEEEeI E igÉEÉ iÉ És§ §E!


¡qE
EEE E ÉE§EEEi
:=6
ÉEE ig6Ec
!
: oo

i
i-'u
ioE
:!i:
gá : o(J
;4.
I1EEáÉiILÉEEE ÉEEEE EEE EE E'g B HEÉgEE :ú
:h

3;.ec
:
Pc6
o C'J
S
.o -.o á
'úo:añ
g ge§,gÉEEg§ÉrEÉ iEÉiEÉ.r áEEEEEEIgE Q
O
.
R 8Eláa
O=
6 f

ob^6
u
o - O
:.Q

io
! : p35E 6 s§- ó

gEÉrtt¡áegɧEEE s i§*s:
-
á;§§ÉE* EEEaÉ rEiÉÉ '9 E

óaos5^
6 L.:
bü:s3 o -

$E É; ü .H :; RE E;
EE*;E Eü H- '.i E EE ᧠i§E EEÉÉEÉE =:5 (J
o
H g§ eE
OUHYo
o.;: I¡
uO::cY ^t

át:iEtt:=EgÉÉÉis+§ rEE€ EEr EEEsr rÉ ü,9 ÚPÉPO


5-e:g
p;§E9
B
,

tEÉEI [ÉEE EE3EEÉE 3€ E grH 9gi iüEaHÉfi J oo:-:


'§ q o ü H'E
s,;g.o§6!
o I +4§üE
§ i:Eo&:TI
E s g9
t i *.ii§ "i.Yü o
:.*j u é::§--:!
.tr É.6 ra.!
-8 B 3:s,§3,;
E §Ee,-§--e
gEÉ gE gE §t H'nEpÉ
Í
. 6 o= O l
:¿ U= uE(> d

[gÉE ÉBÉI E EI áEE E Eiig¡ i EEEÉ Nm{


€€a
;

de crisis delegitimidad que tiene lugar en el capitalismo contemporáneo. En


política no Se concentra solo en torno del Estado stricto sensu, en torno del
medida, un cientista político stricto sensuliene mucho que aprender
Estado-coerción, sino que se difunde por la sociedad civil -y por lo tanto en
esra
li con las reflexiones gramscianas.
donde Ia supremacía d.e una clase debe basarse también en el consenso, en
"occidentales", Por 1o demás, se puede registrar en Ia literatura sobre Gramsci un fenómeno
I la hegemonía-, en rales formaciones sociales,llamadas por él
fuentes de
I
se hace mucho más fuerte la necesidad de un tipo legal-formal de legidmi- nuevo. Hasta hace poco tiempo, en relación a los análisis de las
I
su pensamiento, se investigaba sobre todo Ia relación de Gramsci con sus
I
clacl. Pero él indica también el cuadro estructural donde en momentos de
I
principales, Marx y Lenin, lo que era iusto, ya que esos dos
io que llama de "equilibrio catastrófico" interlocutores
I
crisis de hegemonía, cuando oCurre principales y
autores fueron ciertamente, iunto con Maquiavelo, sus más
I entre las clases sociales funclamentales, surgen fenómeiros de "cesarismo"
I
(es el término que utiliza para deñnir 1o que Marx llamó "bonapartismo"), explíciCos interlocutores. Con todo, hoy se busca establecel la relación de
'J Gramsci con otras fuentes, revelándose así que también algunos importantes
i durante los cuales la legitimidad asume trazos indudablemente carismáticos.
CientiStaS SocialeS eStuvieron entre SuS interlocutores. Ya existen estudios
En ese sentido, se puede decir que encontramos en Ia obra de Gramsci las
que buscan discutir, por eiemplo, si y cómo Durkheim influenció a Gramsci,
de[erminaciones estrLlcturales -o sea, el punto de vista de 1a totalidad-que
permiten construir Ios fundamentos de contenido (u ontológico-sociales) una influencia que, en caso de ser conñrmada, se habría dado a través de
formal-descriptiva de Weber.'66 Georges Sorel. La importancia que Gramsci atribuye dl universo simbólico-
de la instigante tipología
axiológico tendría algunos puntos en común con ia noción durkheimiana
Por Io tanto, si pensamos en la ciencia política contemporánea, en los
de conciencia colectiva; Durkheim y Gramsci coincidirían en que el orden
principales temas que ésta aborda hoy, podremos con§tatar que Gramsci
social en gran parte es estructurado a partir de valores ideológicos, con
esbozó respuestas para la mayoría de ellos. Por eiemplo: los fundamentales
la diferencia decisiva de que para Gramsci - que no es funcionaiista, sino
análisis del Estado contemporáneo elaborados por pensadores como |ürgen
dialéctico - tales valores, representando ideológicamen¡e diferentes clases
Habermas y Claus Offe - influenciados no solo por Marx, sino también y
sociales, estarían siempre en contradicción, actuando no solo para conser-
sobre todo por weber - ganarían mucho en densidad si incorporaran ex-
var un orden social, sino también para transformario. Ya existen también
piícitamente las reflexiones gramscianas sobre el Estado "ampliado". Tanto
estud.ios dedicados a las relaciones encre Gramsci y Weber, un autor además
Habermas como offe, al pensar la actual crisis del welfare state, utilizan
varias veces citado en 10s Cuadernos.De ese modo, el intento de reexaminar
el concepto de "déñcit de legitimidad", o sea, la noción de que esa crisis
la obra de Gramsci a la luz de un posible o real diálogo con las principales
no resulta solo de dif,cultades económicas, sino del hecho de que tales
matrices de las ciencias sociales particulares, es un camino fecundo de la
diñcultades conducen a la pérdida de legitimidad; ahora bien, eso es Io que
I

literatura más reciente sobre nuestro autor.


Gramsci llamó "crisis de hegemonía", o "crisis orgánica", constatando que
Cmcluyendo, me gustaría resaltar los dos momentos que me parecen
sin hegemonía, es clecir, sin legitimidad, una sociedad de tipo "occidental"
más importantes en el examen de las relaciones entre GramSCi y ias ciencias
no puede funcionar regular y normalmente. Por lo tanto, a partir de su teoría
sociales particulares. Por un lado, como todo auténtico marxista, Gramsci
"ampliada" del Estado, Gramsci brinda imprescindibles pistas para pensar-
es un crírico de esas ciencias, en la medida en que, contra el carácter ne-
desde un ángulo rotalizanre y no puramente descriptivo - el tipo especíñco
cesariamente parcial y fragmentario de éstas, é1 asume explícitamente el
punto de vista de Ia totalidad y de Ia historicidad; por otro lado, con sus
: ;;; ;;;; ;;,, "i,, ,r,.o', o" ,in.' i"r..r,, * marcada por un lesítimoqueesruerzo en el múltiples investigaciones empíricas, él contribuye decisivamente a ampliar
l
sentido de captar la difusión del poder por la sociedad, su expansión, se extiende
i y/o enriquecer el obieto temático de esas ciencias, promoviendo así con Ias
más allá de los focos "tradicionales" de dominación. Pero, por no poseer el punto de
mismas, una fecunda interlocución. Se trata, en deñnitiva, de una relación
I

vista de la totalidad, Foucault n o fue capaz de elaborar una adecuada "macrofísica" del
I
I
I poder (lo que implica necesariamente una teoría del Estado), limitándose así a describir d.e crítícay de diálogo,la cual, por lo demás, me parece ser Ia relación más
I
I
- muchas veces con brillo, pero a través de un tratamiento esencialmente formalista correcta y productiva entre el marxismo y las ciencias sociales particulares.
y fragmentario - lo que él mismo llamó "micropoderes". Una lectura gramsciana de
Foucault, así como de weber, podría ofrecer importantes contribuciones para un crítica
histórito-orrtoli,gic.r cie la política, la cual, incorporando las indiscutibles contribuciones
p¿rci¿le§ de esos dos autores, fuera capaz al mismo tiempo de recuperaf el cuadro
ontológico histórico-totalizante donde ellas puedan asumir su plena signiñcación.

-98-
CAPíTULO 4
Voluntad general y democracia en
Rousseau, Hegel y Gramsci

El tema de este ensayo es la relación entre Gramsci y Ia democracia. Cor¡-ro


se ha observado muchas veces, la conuibución de Gramsci a Ia teoría de
la democracia tiene su expresión mayor en el concepto de hegemonía, que I

ciertamente es uno de los conceptos centrales de su sistema teórico. Ha


sido menos observado, sin embargo, que tal concepro es el principal punto
de articulación entre la reflexión del autor delos Cuadernos dela cárcely
algunos de los más significativos complejos problemáticos de la f,losoffa
moderna, en particular los contenidos en las nociones de voluntad general
y de contrato.
Este ensayo adopta, pues, un abordaje no rnuy convencional, ya que no
pretende discutir, como tradicionalmente se hace, la relación del concepto
gramsciano de hegemonía con su fuente marxista. Eso no signiñca, evi-
dentemente, que yo no esté de acuerdo con el hecho obvio de que Gramsci
es un marxista. No solo Gramsci se consideraba marxista, sino también
es considerado así por Ia casi totalidad de sus intérpretes -y no es posible
corrprender adecuadamente su pensamiento, si se deja de lado esa liga-
zón orgánica suya con la tradición iniciada por Marx. Pero, sin negar eso,
aquí me propongo hacer otro recorrido: pretendo mostrar que Gramsci
-en la construcción de su teoría de Ia hegemonía y, consecuen[emente, erl
su problematización de la democracia- no solo dialogó con Marx y Lenin, o
con Maquiavelo, lo que hizo de modo explícito, sino también, algunas veces
implícitamente, con otros grandes nombres de la frlosofia política mociema,
en particular con Rousseau y con Hegel.
Ese diálogo, a mi modo de ver, permitió a Gramsci rescatar una dimen-
sión fundamental (no siempre debidamente explicitada en Marx y Engels) I

del enfoque histórico materialista de la praxis política, o sea, su dimensión


como esfera privilegiada de la interacción intersubietiva o consensual. Como
se sabe, esa dimensión mereció Ia atención de Ilannah Arendt y de Jiirgctr
Habermas, que procuran captarla a través de los conceptos cle "accióu'' y
li
;

I
li
t,
I

li
de "actuar comunicativo", respectivamente.t6T En la obra de Gramsci, sin
que no existe del todo en la tradición liberal -ni en ia que antecede, ni en la
que sucede a Rousseau-, ya que en esta tradición aparece solo la noción de
embargo, tal dimensión - precisamente por ser formulada en el marco de
ll un abordaie histórico-marerialista - recibió un tratamiento más concreto "voluntad de todos". Como es sabido, Rousseau deflnía la voluntad general
I
(o menos utópico) que el presente en los referidos conceptos de Arendt como algo diferente de Ia voluntad de codos, dado que la primera expre§a
y de Habermas. Y, para que ello ocurriera, me Parece que fue decisiva la el interés común, mientras que la segunda es solo la suma de muchos inte-

interlocución de Gramsci, no solo con Marx, sino también, como pretendo reses particulares o privados.'6e Además, creo que en la f,losofia política de

sugerir, con Rousseau Hegel. Hegel -otro pensador situado fuera de ia tradición liberal - el concepto de
Y
lr
li
volunrad general, que aquÍ también implica la prioridad de lo público sobre

lr
'rl
t. La prioridad de lo público lo privado, ocupa un lugar central.
Si bien Rousseau no está citado muchas veces errlos Cuadernos de lct
cdrcel,no creo que sea arbitrario proponer esta relación en¡re él y Gramsci.
Una caracterísiica básica del concepto gramsciano de hegemonía es ia af,rma-
.J

ción de que, en una relación hegemónica, se expresa siempre una prioridad En efecto, en la obra de este último es posible registrar la presencia, no solo
tl
t1 cle Ia voluntad general sobre la voluntad singular, o, en otras palabras, del de muchos temas que forman parte también de la reflexión de Rousseau,

ri I

{
interés común sobre el interés privado. Como se sabe, Gramsci deñne Ia
polírica como "ca[arsis", como "el paso del momento meramente económico
(o egoístico-pasional) al momento ético-po1ítico","'o sea, como el paso a
sino, sobre todo, de un concepto análogo al de "voluntad general", específica-
mente el de "voluntad colectiva".'?" Todavía menos arbitrario, a mi entender,
es proponer un vínculo entre Gramsci y Hegel, cuyo pensamiento es con
I
aquel nivel en el cual, efectivamente, tienen lugar relaciones de hegemonía frecuencia mencionado y discutido enlos Cttadernos. Tanto en el concepto
t
i de "sociedad civil", cuanto en el de "Estado ético", utilizados repetidamente
I y en el que el inrerés universal (o universalizador) gana una clara prioridad
por Gramsci, se pueden encontrar claros trazos de la influencia de Hegei,
I sobre el interés meramente singular o corporativo. Esaprioridad, entendida
II
rl como criterio para evaluar la esfera política, tiene ya más de dos mil años en en algunos casos de modo explícito. Un ejemplo concreto, entre otros, está
en Ia nota sobre "Hegel y el asociacionismo",rzt en la que Gramsci expresa,
la hisroria dei pensamienro. Aristóteles, por eiemplo, distinguía entre buenas

ti
II
tt
i
y malas formas de gobierno con base en el hecho de que el gobernante se
guía, en las primeras, por el interés común, por el interés de la colectividad,
probablemente por primera vez, aunque todavía de manera embrionaria y
sin darle la denominación que después utilizaría, su concepto específico

II

en tanto en las segundas, la finalidad sería el interés particular del propio
de "sociedad civil".
Con certeza, ese concepto es diferente del de Hegel (y en mayor grado de
gobernante (o gobernantes). En la edad moderna esta problemática renace,
lo que parece suponer en esa nota el propio Gramsci), y ambos, a su vez, son
entre otros, en Montesquieu, quien identiflca en la supremacía de lo público
diferentes del utilizado con frecuencia por Marx. En Hegel, la sociedad civil
sobre lo privado -o sea, en la "virtud"- el "principio de gobierno" que ha
contiene 1o que Marx llama "estructura", o sea, Ias relaciones económicas,
proporcionado el fündamento a los regímenes republicanos, aunque para
pero (al contrario de Marx) contiene también otras esferas, entre ellas las que
éi, como se sabe, esta lorma de gobierno sea algo que pertenece al pasado
Gramsci subsume en el término "asociacionismo". Es el caso, en particular,
y que, por lo tanto, no puede existir ya en el mundo moderno, donde la
de losorganismos que Hegel, con unos términos ciertamente recogidos del
forma idónea de gobierno sería la monarquía constitucional o "moderada".
Ancíen régime, llama "corporaciones", pero intentando caracterizar figuras
Pero es con |ean-|acques Rousseau que esta problemática resulta no solo
sociales que, en verdad, están más próximas de los modernos sindicatos que
una cuestión centrai y una tarea orientada al presente, sino también el criterio
de aquellas viejas instituciones medievales. Ahora bien, es precisamente ese
decisivo para valorar la legitimidad de cualquier ordenpolítico-social. En la
obra de Rousseau existe un concepto fundamental, el de "voluntad general",

169 J. J. Rousseau, Du contrat social, en oeuvres complétes,Paris, Callimard-Pléiade, v. lll,


i964, p.371.
H. Arendt, The Human Condition, Chicago, The University ofChicago,1958 (también en
Cf., en el "lndice analítico" del aparato crítico de los Cuadernos, ed. cir,v.6, p. 45o, los
esi¡añol Lo Cr,ri tción hunana, editorial P¿idós, 2oo3); ,. Habermas, Teoría de la acción
pasajes en los cuales Cramsci habla de "volunt¿d" y "voluntad colectiv¿".
comunicativa, Madr id, laurus, 2 vs., 1987
111 lbid., v. r, pp.122-123.
r68 A. Gramsci, Cuadernos, cil., v. 4, p.142.

i
I

momento "asociativista" del concepto hegeliano, el que Gramsci retoma en civilización, los hombres hacen un contrato. Ese contrato, exactamente
su definición de "sociedad civil". Ya el "sistema de las necesidades", o las como lo que Locke nos describe en el Segundo úando sobre el gobierno,
relaciones económicas, así como la "administración de justicia" y la policía riene como finalidad precipua la garantía de la propiedad privada. Sin
l

-que para Hegel, también forman parte de subilrgerlische Gesselsha.¡t-, so¡ embargo, al contrario del filósofo liberal inglés, que defiende ese ripo de
situados por Gramsci en otras esferas del ser social: el primero en lo que contrato, Rousseau subraya con crudeza su falta de legitimidad: en verdad, I

él ilama "sociedad económica", y las otras dos en la esfera de la "sociedad precisamente porque se encamina apenas a proteger intereses privados,
política" (o del Estado stricto sensu). En consecuencia, ese retomar parcial esa modalidad líberal de contrato termina por beneñciar solo a los que I

l
de Hegel por Gramsci, se refiere sustancialmente a los "aparatos 'privados' tienen propiedad, consolidando así la desigualdad social y generancto ra
de hegemonía", que son la base fundamental de su noción específica de opresión política de los "ricos" sobre los "pobres,,. Aunque no disponga
ii
il "sociedad civil". de un concepto riguroso de clase social, tanto que habla de ,,ricos,, y,.pobres',,
,
Rousseau ciertamente anticipa a Marx al revelar la naturaleza de clase del
I

i 2. Rousseau y la voluntad general Estado, inclusive del Estado fundado por (y con base en) un contrato de tipo
I
l
liberal. Es por eso que se puede decir que el segundo Discurso p'rese[ta una
l Rousseau, partiendo de un punto de vista no liberal, fue el primer pensador crítica demoledora, no solo de la economía po[ífica burguesa, sino también
I I

I moderno que insistió en la idea de que una sociedad solo es legítima, cual- de toda la tradición del contractualismo liberal que se inicia con Locke.
quiera que sea su forma de gobiemo, cuando se funda en la voluntad general, Pero es obvio que, al criticar ese tipo de contrato, Rousseau no abandona
en el interés común o en la soberanía popular (tres términos que son, en el paradigma contractualista, tanto es así que escribe, algunos años después
!. é1, prácticamente sinónimos). El pensador ginebrino fue un duro crítico del del Discurso, su obra maestra sobre El con¿rato social, dedicado precisamenre
j
I liberalismo. En el Discurso sobreladesigualdad,lean-lacques se opone con al examen de un pacto legítimo. Ese nuevo libro me parece que consriruye la
I
I
aspereza a ia sociedad fundada en la propiedad privada, que él llama "société pars construens del sistema rousseauniano, que tiene en los dos Disc¿¿rsos
i
I civíle",pero enla cual podemos distinguir con claridad los trazos esenciales stJpars destruens: después de criticar con dureza a la .,sociedad civil,, cle su
I
I de la sociedad mercantil-burguesa, entonces en ascenso. Rousseau procura tiempo en esos dos Díscursos, trayendo a la luz sus dilaceradoras contra-
dicciones y los callejones sin salida que la conducen inevitablemente a la
I

I
demostrar que la raíz de la desigualdad está en la división del trabaio, en la
propiedad privada que la acompaña, en los conflictos de intereses y en el creciente desigualdad y flnalmenre al desporismo, Rousseau irá a proponer
I

egoísmo que emergen necesariamente de la acción del mercado.?'En este en el Contrato otro tipo de sociedad, una sociedadlegírima, adecuada a las
su segundo Díscurso, Rousseau denuncia de forma implacable los mitos potencialidades del hombre social, (y es importante destacar, de pasada,
de la economía política liberal, en particular en la versión que les da Adam que,el contrario de los liberales, |ean-|acques nos habla de una sociedacl
Smith, quien añrma que la búsqueda del interés privado llevaría, a través y no solo de un gobierno legítimo). Ese orden legítimo también se funda
de la acción espontánea del mercado, a la generación del bienestar común. en un contrato, pero ahora en un tipo de contrato radicalmente diverso de I

Para Rousseau, por el contrario, si hay una "mano invisible" en el mundo aquel propuesto por Locke y por los otros liberales, o sea, disrinto de aquella
del mercado, ella conduce no al bienestar general, sino a la desenfrenada modalidad que Rousseau ya había caracterizado, en el segundo Discurso,
lucha hobbesiana de todos contra todos, a la alienación y a la desigualdad. como responsable de un pacto claramente inicuo. El pacto defendido en el
Rousseau, sin embargo, va todavía más leios en su crítica: no se limita contrato social no tiene en la mira, baio la falsa coberr.ura de la protección
a combatir los mitos económicos del liberalismo, sino que critica también de prerendidos "derechos naturales", ia propiedad privada (por el contrario,
las ilusiones políticas del contractualismo liberal. En el segundo Discur' él somete la propiedad al interés colectivo). En otras palabrasi el contrato
so, al describir las vicisitudes del proceso de socialización, ]ean-Jacques rousseauniano no riene como punto de partida y cle ltegacta la protección
demuestra que, en determinado momento de su evolución rumbo a Ia de los intereses privados de los contratantes. Al contrario, ese contrato so-
cial -ahora legítimo- se manifiesta en la creación de una voh,mtad general,
que tiene como base cl intcrés cor.núrn, y es el presu¡rueslo srrirjetivo dc lri
r7z Rousseau, Discours sur l'origine et Ies fondements de l'inégalité parmi les hommes,
J. J, soberanía popuiar. A través de tal contrato, cl pueblci se coltstiruye comc)
en id., Oeuvres complétes, cit., pp.108-237.
I
I
¡
l
l

La cuestión
judía"o (en Ia que se traba una polémica explícita con las
pueblo, gestándose así como suieto colectivo; y lc que mueve a ese suieto es
de Rousseau y de sus discípulos jacobinos), es el hecho de que el
precisamente la voluntad general, o sea, una voluntad que tiene como móvil. ideas
no una suma de intereses particulares o privados, sino el interés común de Ia auror del Contrato socíal presupone la voluntad general como algo que se
coiectividad. Lo que caracteriza 1a posición democrática de Rou§seau e§ con contrapone drásticamente a las voluntades particuiares y, en el límite, Ias
exactitud esto:la añrmación de que solo es legítima una sociedad fundada reprime (los hombres, dice Rousseau, deben ser "obiigados a ser libres", esto
en la soberanía popuiar, en la construcción de un suieto colectivo que, con es, a actuar según Ia voluntad general). En otras palabras: para Jean-Jacques,

base en la voiuntad generai, actúa según el interés común, subordinando a la voluntad general no es un potenciamiento o una profundización de las
ese últirno los intereses puramente privados. voluntades paniculares, sino su opuesto, de tal modo que Ios individuos deben
Me gustaría retener, así, de la reflexión de Rousseau, la idea de que Io deiar de lado (o reprimir) su voluntad particular en caso de que quieran actuar
I

tlemocracia está orgánicamente articulada conla idea de contrato. Ahora efectivamente según la voluntad general. Valiéndome metafóricamente de
bien, quien dice contrato dice también consenso, o sea, dice que los indi- un conocido concepto de Freud, diría que, en la obra de Rousseau, es como
si la relación entre la voluntad general, entendida como un "super-ego", y
viduos se organizan en suietos colectivos con base en el consenso, en la
volun¡ad libre. Y aquí ya podemos indicar una primera aproximación entre la voluntad particular, tratada como un "inconscienre" rebelde, fuese una

el contrato legítimo de Rousseau y el concepto gramsciano de hegemonía: relación de represión o refrenamiento del segundo por el primero.
como se sabe, ia hegemonía es concebida por Gramsci como una relación Ahora bien, como también dice Freud, lo "reprimido" retorna, y, cr,rando
que se construye con base en el consenso y no en la coerción. Pero también 1o hace, ello ocurre por medio de la neurosis, dei quiebre de la personalidad.

es fundamental retener de la reflexión rousseauniana la idea de que existen Hablando menos metafóricamente, podríamos decir, ahora con términos
diferentes tipos de contrato; ahora bien, para |eanJacques, el contrato que caros al joven Marx, que -aunque coloque de manera enfática al citoyen
funda Ia democracia no es - para usar las expresiones de Gramsci - aquel por encima delbourgeois- el sistema rousseauniano reconfirma la dila-
que se apoya en los (y legitima los) intereses "económico-corporativos", o ceración del hombre entre esos dos polos de una diiotomía insuperable.
"egoístico-pasionales", sino, por el contrario, aquel que crea el espacio de Y esa dicotomía se reproduce en Rousseau porque, aunque él comba¡a al
capitalismo y la desigualdadde las propiedades, no fue capaz de trascender
una esfera púbtica centrada en Io "ético-político", en la universalidad, en el
el horizonte de la propiedad privada: el punto de vista a partir del cual iean
interés colectivo. Aun más, el contrato propuesto por Rousseau, fundado en
la voluntad general y en la soberanía popular, lleva en última instancia a la facques condena el capitalismo, no es el punto de vista de la clase trabaiadora
idea del atitogobierno; no es otra la posición de Gramsci cuando, al defi.nir
moderna, del proletariado, sino el punto de vista del pequeño campesino
el comunismo como "una sociedad regulada", dice que en ella los aparatos
y del artesano, que -en la época de Rousseau- veían sus condiciones de

coercitivos del Estado serán absorbidos de manera progresiva por los me- vida destrozadas progresivamente por el impetuoso avance del modo de
canismos consensuales (o contractuales) de Ia sociedad civil. Por otro lado, producción capitalista. La base económico-social del orden democrático
en ambos pensadores, la democratización radical de Ia sociedad e§ puesta propuesto por Rousseau, no implica la socialización de la propiedad, sino
como incompatible con el capitalismo: en tanto Rousseau dice que, en el su divisiónigualitaria (que es para él una condición necesaria, pero también
orden legítimo que éi propone, nadie puede ser tan pobre hasta el punto suficiente, para la emergencia de la voluntad general): nadie debería tener
propiedad en exceso o ser completamente desprovisto de ella. Pero resta
de ser obligado a venderse (o sea, a convertirse en trabaiador asalariado),'7!
el hecho de que la sociedad legítima propuesta por Rousseau, continúa te-
Gramsci está convencido de que la "sociedad regulada" solo puede surgir
después de la extinción d,e las clases sociales. niendo su base económico-sociai en la propiedad individual y, de ese modo,
Pero, a pesar de su extraordinaria lucidez y apertura hacia el futuro, el en una economía mercantil, que, con Marx, podríamos llamar "economía
pensamiento de Rousseau no está exento de limitaciones y ambigüedades, mercantil simple", o sea, todavía precapitalista.
que resultan esencialmente de su peculiar condicionamiento histórico.
La principal de esas limitaciones, por lo demás ya indicada por Marx en

tll l.l. Rousseau, Du contrat social, cit, p.39 ;; ;. ;.;;, ;; :,;;;;;,;;r, en K Marx y F Ensers, La sasrada t'amítía, ed. cir.
I

El carácter utópico de ese momento anticapitalista románticorTs presente asociaciones particulares en el seno de la sociedad legítima: él supone que
1 en Rousseau, no anula ni la grandeza, ni la actualidad de su propuesta de- tales asociaciones, en la medida en que crean su propia voluntad "general"
mocrática, pero introduce en ella las limitaciones y ambigüedades a que me (o, con más precisión, su voluntad de grupo, corporativa), bloquean, con

l:
I
referí: una sociedad mercantil, aunque no capitalista (como Ia que él propo- eso, la posibilidad de surgimiento de una efectiva voluntad general, "ético-
l
ne), lleva a la conserváción, y, en su extremo, al fortalecimiento del interés política". Ciertamente, Rousseau también advierte que, si tales asociacio-
privado, o sea, hace que los miembros de la sociedad, en la reproducción de nes se revelaran inevitables, entonces ellas deben existir en gran número;
su vida material, sean obligados a actuar según intereses contrapuestos a pero eso tampoco resuelve el problema, ya que él no discute ei modo por
i
aquelios que tienen ei deber de poner en práctica en cuanto ciudadanos que el cual esa multiplicidad de voluntades de grupo podrían articularse con 1a
.t I

,l

¡f actúan en la esfera pirblica, (además de eso, no se debe olvidar que, luego de voluntad general, razón por la cual se puede suponer que existirían entre
,1
I
un cierto nivel de generalización de las relaciones de mercado, es imposible ellas los mismos problemas "freudianos", que ya ano[é en la relación entre
impedir la transformación del modo de producción mercantil simple en voluntades singulares y voluntad general. Permanece así, a lo largo del Con-
i
I
modo de producción plenamente capitalista). Por más que el "super-ego trato, la presuposición de que la voluntad general es, en última instancia,
I
citoyen", en el orden legítimo de Rousseau, tenga por misión refrenar ese algo incompatible con el pluralismo y con Ia diversidad. A pesar de esas
momento bourgeois"inconsciente" del interés privado, el hecho es que ese limitaciones, es importante destacar lo que me parece fundamental en la
t
i "¡efrenado" tencierá, más tarde o más temprano, a "retornar", bloqueando reflexión de Rousseau: la democracia tiene como fundamento un contrato,
I
! así la efectiva manifestación de la voluntad general, o sea, para continuar o un consenso, cuyo presupuesto y cuyo resultado son la volun'tacl general
t con nuestras metáforas freudianas, del sano "ego" colectivo de Ia ciudadanía. o colectiva, o sea, la prioridad de Io público sobre lo privado.

!
De ese modo, la propuesta democrática de Rousseau es susceptible de
I
las mismas críticas a que puede ser sometida la ética kantiana del "impe- 3. Hegely las determinaciones de la voluntad
t

!,
rativo categórico", la cual opone radicalmente la razón (universal) al interés
I
I
(particular). (No me parece casual, pues, que Kant haya sido un admirador Una propuesta de superación de esos límites del pensamiento de Rousseau
I
de Rousseau, aunque de un Rousseau desprovisto de su dimensión espe- (aunque, como veremos, acoplada al abandono de algunas de sus principales
I

t:
!
cíftcamente clemocrática.).'76 Y es precisamente en ese sentido que Marx, conquistas teóricas) aparece en la obra de Hegel. En su iuventud, el pensador
I;,
É: en La cuestíón judía, critrca la utopía de los iacobinos, fieles discípulos de alemán estuvo muy próximo de la problemática de Rousseau: en sus escritos
[; Rousseau, demostrando que la tentativa de poner al citoyen por encima del período de Berna, por e¡'emplo, Hegel propone restaurar, como remedio
:
i' del bourgeois -pero conservando al mismo tiempo las condiciones que para las rupturas y alienaciones que también nota en el mundo moclerno,
ii reproducen a este último en la vida real- conduce a un calleión sin salida, una domunidad no muy distante del modelo griego, que es también, como
il que termina por lievar al retorno de la sociedad burguesa y al consecuente se sabe, el paradigma adoptado por Rousseau. No obstante, ya en los ma-
,l
i
colapso del ciudadano: un movimiento que, por lo demás, se manifestó con nuscritos del período de Frankfurt (pero sobre todo en los de |ena), Hegel
lr
claridad después del triunfo de la reacción termidoriana sobre los iacobinos. percibió que el mundo moderno, al contrario del mundo de la Grecia ciásica,
i Por otro lado, esa radical contraposición entre voluntad particular y se caracterizaba por la posición central que en él ocupa la particularidacl,
I

,t voiuntad general, lleva a Rousseau a prestar poca atención -por decir lo mí- o, con más precisión, por el surgimiento de una esfera social desconocicla
I

nimo- a ia cuestión del surgimiento del pluralismo en Ia sociedad moderna. la


en antigüedad. Bajo la influencia de la célebre obra de Adam Fergttson,
|ean-Jacques, como se sabe, condena de manera explícita la presencia de Hegel d.io a esa nueva esfera el nombre de "sociedad civil" (o bíirgerlische
I Gesellshaft), que es para él el verdadero reino de la particularidad' Hegel
I

1
I
observa que, en tanto la irrupción de la particularidacl destrozaba la bella
!
Utilizo aquí el concepto de "anticapitalismo romántico" en el sentido que le es atribuido
por Ceorg Lukács. Cf., en particular, El asalto a la razón, ed. cit. eticidad comunltaria del mundo griego, como Platón habÍa percibido con
Ciertamente, hay una importante diferencia entre Rousseau y Kant, que recuerdo aquí agudeza y temor, la e¡icidad de la época moderna, por el contraúo, contiene
solo de p,:sada: el autor del Conrrata social insiste en que la voluntad general no se como momento constitlrti\/o e ineliminable, la'plena exlllicitación de csa
opone al interés en cuanto tal, sino solamente al interés particular, basándose, por el particularidad. Ese mayor ámbito de actuación de Ia particr.rlaridad es, por
contrario, en el interés común.
lo ciemás, una de las condiciones de aquella libertad subietiva universal que, del Estado -, Hegel elaboró un concepto fundamenral para ei desarrollo
para Hegel, constituye el atributo característico de la época moderna, que de la ñlosofia política moderna, el concepro de Sixlichkeit. que podría ser
él liamó "geimánica cristiana". traducido como "moralidad objetiva", "vida érica" o (1o que me parece más
Mas Hegel no se limita a esa añrmación del papel positivo de la particu- adecuado) "et'c'dad".re Porque viven en comunidad, 1os hombres constru-
laridad en la era moderna, caso en que sería pura y simplemente un liberal. yen determinados valores, determinadas normas de conducta, que reguian
En su ñlosofía política, por el contrario, busca conciliar esa libertad de Io y organizan su acción interactiva, prestando un contenido concreto a sus
particular con la prioridad de lo público sobre Io privado, o, en otras pala- elecciones individuales (las cuales, en la esfera de ia moralidad, son todavía
bras, busca conciliar (o sintetizar dialécticamente) esa expansión moderna formales y abstractas). Manifestándose de modo rodavía natural en la familia,
de la particularidad con el ideal comunitario de la polis griega. De modo y de forma inconsciente y apenas embrionaria en ia sociedad civi1, la eticidad
.,i
I diferente cle Rousseau y en la línea de los liberales, Hegel se dio cuenta encuentra en el Estado - y en el Estado entendido no apenas como esfera
de que la represión de la particuiaridad se había vuelto incompatible con particular entre otras, no apenas como "gobierno", sino como Ia totalidad
el Zekgeist de Ia modernidad;tzz la conservación de una esfera de libertad orgánica de las varias esferas de la vida social, como manifestación concreta
indiviclual, tanto en el nivel objetivo del derecho abstracto y de la moralidad del "espíritu objetivo" - su figura efectivamenre adecuada.
subietiva, cllanto en el reino de la "sociedad civil"' le aparece como condi- Con ese concepto de eticidad, Hegel pretendía determinqr (o, en otras
ción necesaria para el desarrollo pleno de las potencialidades propias de la palabras, dar su dimensiór' concreta) a la noción de voluntad general, la
modernidad. Condición para éI necesaria, pero ciertame nfe to suficiente: cual, en Rousseau, como vimos, permanece todavía abstracta y formal,
yendo más allá de los liberales y en esto convergiendo obietivamente con precisamente en Ia medida en que excluye de sí, como antinómico, ei
Rousseau, Hegel propone la creación de instancias universalizadoras que momento de las voluntades particulares y de los intereses individuales. En
superen dialéc¡icamente (o sea, que conserven, eliminen y eleven a nivel efecto, por tener como presupuesto apenas la decisión subietíva de poner
superior) esa esfera de la particularidad, sobre todo la "sociedad civil". Por el interés común por encima del interés particular - un movimiento al cual
lo demás, y también aquí en oposición a los liberales, Hegel indicó con elContrato social, en Ia línea de Montesquieu, llama "virrud"-, lavoluntad
bastanre agudeza las contradicciones estructurales de esa "sociedad civil".u8 general rousseauniana está suieta a las mismas cíticas que Hegel dirige al
t.

i' Para é1, sin embargo, esas contradicciones (aunque ineliminables) podrían formalismo abstracto de la moral kantiana del "imperativo caregórico". Con
ser arenuadas mediante la subordinación de |a sociedad civil al Estado, lo el concepto de eticidad, con la añrmación de que los valores y las normas
que implicaría en él no una represión freudiana, sino una superación (Au' surgen de manera obietiva de la vida social interactiva, Hegel intenta mos-
fhebung) de las voluntades particulares, o "social-civiles", en Ia voluntad trarnos que la voluntad general (o universal) no es el resultado de la acción de
universal o "estatal". voluntades singulares "virtuosas", sino que es, por el contrario, una realidad
Para dar expresión conceptual a esa superación y, al mismo tiempo, para que, de cierto modo, antecedey determinalaspropias voluntades singula-
legitimar Ia prioridad de lo público (o de lo universal) sobre lo privado (o res. Por tanto, para Hegel, esa voluutad general no resuita de un contrato
parricular) - iegitimación que, como vimos, es [a meta esencial de su teoría entre voluntades individuales, sino que es una realidad ontológico-social
obieriva, un producto que resulta del desarrollo del propio "Espíritu", o sea,
de Ia historia. Por eso, enlafilosofia del derecho, Hegel no titubea en decir:
Hegel, colocándose en el horizonte de la burguesía y viendo en la sociedad capitalista
posnapoleónica el "ñn de la historia", fue llevado a identificar de modo abusivo esa "Contra el principio de la voluntad singular, se debe recordar el concepto
esfera de la particularidad y de la expansión de la individualidad con el reino del mercado fundamental, o sea, que Ia voluntad obletiva (universal) es 1o racional en sí
capitalista. En ese punto, lector atento de Adam Smith (que le proporcionó la base de
en su concepto, sea él reconocido o no, por la voluntad singular, y sea o no
su específica concepción de la "sbciedad civil"), Hegel ciertamente capituló ante la
sea deseado por el querer de esa".'8o
ideología liberal, lo que, como vimos, no ocurrió con Rousseau.
Pero se debe resaltar que, para Hegel, la "sociedad civil", la esfera de la particularidad
desarroll¿da, no es tod¿vía el Estado, o sea, la verdadera dimensión de la universalidad.
179 Para la formul¿ción madura del concepto hegeliano de "eticid¿d". cf.,Hegel,Crundlinien,
Por esc, él repiueba a "muchos teóricos modernos del Estado" (los litrer-ales) por haLrer
promovido esa confusión (C. W. F. H egel,Crundlinien der Philosophie des Rechts, Frankfurt ed. cit. p. z9z ss.
am Main, Suhrkamp, 1995, p.338). lbid., p. z6o
.:

Lo que Hegel pretende decir con eso es que la voluntad universal es


voluntades singulares y particulares, Hegel puede concebir un Estado que,
en concreto -obietivamente- determinada. Esas determinaciones ya
sin dejar de orientarse por Ia toralida d, no tiene nada cle totalitario: en la
están pianteadas, en gran parte, en el nivel de la propia "sociedad civil,,. exacta medida en que es una totalidad. concreta- esto e§, diferenciada -,
Para Hegel, la sociedad civil es el "sistema de la atomística": aunque el Estado hegeliano es necesariamente un Estado pluralista.,s" Forzando ia
cada cual busque en ella su interés puramente privado, la división del lerra, pero con f,delidad al espíritu de la reflexión hegeliana, incluso po-
trabajo que así se establece crea un "sistema", con lo que la satisfacción dríamos decir que estamos delante cle una propuesta de Estado en la cual
de ias carencias de cada individuo depende del trabalo del otro. Y más: la hegemonía (o predomino de la universalíclad o de lo ptibtico) se artíctLla
,l
como el trabaio está dividido por ramas, cada rama desarrolla intereses orgánicamente con el pluralismo (conla conservación y el clesarrollo cle las
particulares propios, lo que la lleva a constituirse como corporación,la particularidades y de las díferencias).
i'l :

rl que tiene por objetivo defender el interés común de sus integrantes. El Esa tentativa hegeliana de determinar concretamente la voluntad uni-
:l
sistema de las corporaciones es un importante momento de Ia "sociedad versal -tentativa de la cual he dado aquí, al hablar de las corporaciones,
l
civil" hegeliana; y es bastante signiñcativo que él diga que es a través de las apenas un eiemplo - es no solo un paso al frente en relación cor-r Rousseau,
l
corporaciones (o sea, de un suieto colectivo) que la eticidad penetra por sino también una decisiva conrribución del ñlósofo alemán para una mo-
primera vez en la sociedad civil.'8' derna teoría de la democracia y del Esrado democrárico.,si pero, al mismo
I

¡ La corporación, así, es una de las principales mediaciones a través de las tiempo, hay importantes puntos en los cuales Hegel, en Io que se reflere a la
I
j cuales Hegel busca determinar la relación internaerrtrelavoluntad singular cuestión de la democracia, retrocedq en relación con Rousseau. No quiero
cle los "átomos" de la sociedad civil y la voluntad uníversal que tiene su detenerme aquí en los muchos puntos en que Hegel se aparta cle forma
verdadera realización en el Estado. En otras palabras, entre esos dos niveles explícita de una posición democrática (negación de la soberariía popular,
I

t
de la voluntad surge como mediación consciente la voluntad particular (ya deducción pseudo-dialéctica de la necesidad dá un monarca hereditario,
I relativamente común) encarnada en las corporaciones. Por tanto, leios de asamblea legislativa bicameral formada por los nobles y por las corporacio-
I
I ser un obstáculo al surgimiento de la voluntad general, como en Rousseau, nes, etc.).'8¿ Me parece más importante llamar la atención hacia un asunto
las "asociaciones particulares" -las "corporaciones"- son en é1, un momento de fondo: en su justo empeño por superar la abstractividad y el moralismo
I

I
I

lr
fundamental del proceso de uníversalizacirin de la voluntad. En el autor de ciertamente presentes en la concepción rousseauniana de la volunrad ge-
\a Filosofia del derecho,pues, no hay una relación antinómica entre voluntad neral, por atribuir a la voluntad universal un espesor concrero y objetivo,
L

singular y voluntad universal, en la cual la segunda reprima o refrene a la Hegel fue llevado a abandonar la dimensión conrracrualista que está en el
primera, sino que existe, por el contrario, un movimiento dialéctico por el centro de la propuesta democrática de Rousseau. Es como si, para superar
cual la voluntad singular de los individuos, a través de la voluntad particular el suUjetivismo que apunta en la reflexión del pensador ginebrino, Hegel
de las corporaciones, es auJheben- esto es, conservada, eliminada y ele-
vada a un nivel superior- en la voluntad general de la colectividad estatal. Una eficiente crítica de Ias posiciones que atribuyen a Hegel una concepción totalitaria
del Estado, puede ser leída en Herbert Marcuse, Reason and revolution. Hegel and the
El individuo, al hacerse miembro de la corporación, se capacita para ser
rise ofsocial theory, New York, The Humanities press, 1954. pero t¿mbién confróntese,
ciudadano del Estado,sin deiar por eso de orientarsetambiénpor suinterés entre muchos otros, Eric Weil, Hegel et l,État, p¿rís, Vrin, r95o; Shlomo Avineri, Hegel's
individual, sino reconociendo que la satisfacción de ese interés individual theory ofmodern State, Cambridge University press, r97z; Domenico Losurdo, Hegel
pasa por la articutación de éi con los intereses particulares (de la corporación) la Germania. Milano, Cuerini, t99Z

y universales (del Estado). No hay aquí, como en Rousseau, un movimiento 183 lncluso h¿sta para uná teoría socialista de la democracia y del Estado. Recordemos, I

por ejemplo, lo que dijo el gramsciano pietro Ingrao: ,,Hablamos hoy de hegemonía y
de represión de ia voluntad singular por la voluntad universal (o general), pluralismo. Más precisamente: hegemonÍa de la clase obrera en el pluralismo: batalla
sino una potenciación dialéctica, una mediación inmanente en el interior por una hegemonía obrera que se desarrolle en el pluralismo. Es una fórmula que no
clel campo de una misma y única voluntad. Por 1o demás, al concebir una se limita a indicar una dirección de la clase obrera con base en el consenso: es una
voluntad universal que conserva (en el mismo momento en que supera) Ias fórmula que ya alude a una precisa forma política y estatal del consenso". (p lngrao,
Masse e potere. Roma, Riuniti, tgll, l. >4o).
i¿|4 Eljoven Marx indicó muchos de esos aspectos ant¡democr.iticos de Hegei en sLr (.rítita
18r Para los conceptos hegelianos de "sociedad civil" y de "corporación", cfl, ibid, p.339. de la filosofía del Estado de Hegel, ed. 6¡¡.

-113-
I

I
hubiera caído en un obietivismo igualmente unilateral, dejando
de lado la de la vida social no puedan ser reguladas a través del consenso, de la acción
consciente de los hombres. En la medida en que identif,ca Estado
I dimensión intersubjetivade la acción humana' inreractiva
y sociedad -o sea, en la medida en que, para é1, el Estado no es un momento
Como se sabe, Hegel fue un duro crítico de la teOría contractualista
instituto de de Ia vida social, sino Ia totali dadorgánicaque integratodos los momentos-,
del Estado; para éI, sería un grosero equívoco valerse de un
i

derecho privado, de algo subletivo como es el contrato, para explicar una Hegel está obligado a negar la posibiiidad de que la específica esfera de 1a
realidad pública, obietiva y universal, o sea, el Estado''8s Eso implicaría l3 política pueda ser contractualmente (o consensualmente) fundada. En otras
que ios individuos podrían, palabras: la correcta negación del subietivismo individuaiista se convierte
consecuencia, que a Hegei Ie parece absurda, de
I

más absurda en un objetivismo igualmente unilateral, en el cual la libertad no es nada


l1 ,l rompiendo el contrato, d.isolver el Estado: consecuencia tánto
I

i cuanro se sabe que, para Hegel, los individuos solo existen en ely a través más que "la conciencia de la necesidad", algo en última instancia post fes-
rl
:,1 ¿lel Estad,o, en la exacta medida en que ese último, en cuanto totalidad, es ilun.Y eso implica la negación de una esfera propia de la intersubjetividad,
llPI para él e.n eso retoma la lección d.e los griegos
-qr.re
y se aparta con claridad una esfera en la cual los sujetos -aunque en los límites impuestos por sus
que Io integran. determinaciones objetivas-pudiesen ser capaces de "inventar" de manera
ri
ll
, áe tos liberaies- algo anrerior y superior a tos individuos
Ese rechazo al contrato como medio para explicar la génesis
del Estado, contractual los contenidos de su eticidad.
i
lleva al pensador alemán, por Io demás, a contraponerse expresamente a Ciertamente, el combate de Hegel al contractualismo resulta de su explí-
I
I
la idea de la soberanía popular d.el sufragio universal e igualmente;
para é1, cim afirmación de la prioridad de Io público sobre lo privado, en lo que él se
I
i los ciudadanos de un Estado deberian opinar, pero no sobre Io general, y sí, identifrca conlavertiente democráúca (yno conla vertiente liberal) de la ñlosofia
I
politica modema. Pero ese combate, al mismo tiempo, 1o lleva a abandonar Ia
i solamente, sobre las cuestiones particulares que les atañen directamente.
tj por eso, él propone que los ciudadanos sean representados políticamente idea, tan brillantemente expresada por Rousseau, de que el espacio público -€n
ll I no por una asamblea legislativa elegida por todos en tanto individuos con ctranto base fundacional de un otden político democrático- debe ser fruco de
un consenso que sea el resultado de Ia participación libre e igualitaria de

titl
I por la Revolución
li clerechos iguales (un principio que ya había sido aflrmado
francesa), sino por dos cámaras formadas respectivamente por los nobles todos los ciudadanos. Para Hegel, ia libertad se limita, en última instancia,
y por las corporaciones.'86 al reconocimiento de la necesidad y a su aceptación; es como si Ia voluntad

rl Hegel estaría en 1o cierto, me parece, si afirmara que es un equívoco singular se tornara efectivamente libte (y no arbitraria), solo cuando reco-
entte nociera y aceptara una voluntad universal de cuya confección esa voluntad
consid.erar Ia sociedad en su coniunto como fruto de un contrato
I

I
I
de las múltiples posiciones teleológicas de sus singular no participó, o, por 1o menos, no participó de modo consciente.'88
individ,uos. Aunque resulre
I
todo no fruto de Ia acción colectiva De esa forma, en última instancia, la fllosofía política c1e Hegel, a pesar
inregrantes, la sociedad como un es
de todós sus innegables méritos, me parece contener una invitación a la
conscientede los hombres -lo que Hegel, además, sabía muy bien, aunque
resignación y al conformismo.
hubiera atribuid.o a un mítico "Espíritu", que usaría "astutamente" Ias ac-
del
ciones inclividuales en favor de sus metas, el papel de suieto y dB telos
proceso histórico global.'e Pero eso no signifi.ca que determinadas esferas

.,La
naturaleza d el Estado no es el resultado de un contrato, ni de un contrato de todos
i
I
contodos,nideuncontratodetodosconelpríncipeoconelgobierno'Lainserción rE8 EliovenMarxyahabíacriticadocorrectamenteeseaspecto"fatalista"delañlosofia
problemas
de esa idéa de contrato y de las relaciones de propiedad privada en los política hegeliana: "¿No es verdad que en el Estado - el cual, según Hegel, es la
público y en
atinentes al Estado produjo las más graves confusiones en el derecho presencia suprema de la libertad y la existencia de la razón autoconsciente - lo que
la realidad [...] EI Estado no tiene su fundamento en un contrato, ya que ese último
I
I
gobierna no es la ley, la existencia de la l¡bertad, sino la ciega necesidad natural? (...)
presupone el libre arbitrio". (C. W. F. Hegel, Crundlinien, cit, pp' 157 y 159)' Hegel busca siempre presentar el Estado como la realización del espíritu libre; pero,
r86 De cualquier modo, no se debe olvidar que Hegel defendía el
principio de la representación re vera, él disuelve todas las difíciles colisiones por medio de una necesidad natural,
unqua brio form¿s anaci ónicas - en una Prusia absolutista gue lo negaba con énfasis' que está en oposición a la libertad. Con eso, incluso hasta el paso del interés particular
-,
(-,. E,erieschi, "li pe¡.lsierc polii¡.o e giuridrco", en C' Ces¿ icrg''\, Cuida a
f f., sotrre es., al lnterés general no es una ley consciente del Estado, sino algo nredi¿do por el azar,
Heqel, Roma-Bari, Laler za, 1997. algo que se realiza contra la conciencia". (K. Marx, Crítica della filosofa del Estado de
lntroducción"' Hegel, ed. cit.,p.lz).
I
187 C- W. F. Hegel, Lecciones sobre la flosot'ía de ta historia, "
1

t
I
4. Cramsci y la hegemonía como contrato Ya en las reflexiones de la madurez, contenidas en los Cuadernos, Gramsci
-sin abandonar Ia importancia que atribuye a la voluntad como momento
I

!
,i Esre rápido y esquemático esbozo de la problemática de la voluntad general constitutivo de lo que entonces él llama "filosofía de la praxis"- asume, por
ri
i en Rousseau y en Hegel, tiene aquí un objetivo preciso: el de sugerir que, el contrario, otra posición, mucho más matizada. Veamos, como un eiempio
I en la obra de Gramsci, ócurre una recepción de lo que hay de más válido y entre otros, la siguiente formulación:
lúcido en la posición de esos dos clásicos de la filosofia política moderna;
pero, al mismo tiempo, que hay también en esa obra fecundas indicaciones Para escapar al mismo tiempo d.el solipsismo y de las .on..p"ro,,.,
acerca del mocio mediante el cual superar las limitaciones y las aporías de mecanicistas (...) es necesario colocar la cuestión 'de modo histórico', pero
aquellos, indicaciones que están contenidas, sobre todo, en el concepto sin con eso deiar de coiocar en la base de la ñlosoffa Ia'volunrad' (en última
gramsciano de hegemonía. instancia, la actividad práctica o política), pero unavoluntad racional, no
d No obstanre, antes de hablar de hegemonía, cabe recordar en forma breve arbitraria, que se realiza enla medida en que corresponde a necesidades
históricas obietívas,esto es, en la medida en que ella es la propia historia
que -como en Rousseau y en Hegel= también en las reflexiones ñlosóñco-
unive¡sal en el momento de su progresiva efectivaciÓn."o
políricas de Gramsci, la problemática de la "voluntad" tiene un lugar central
en la evolución de su pensamiento, desde su iuventud hasta los Cuadernos
de la cárcel. En la primera etapa de su itinerario intelectual, la concepción En otro pasaie, en que explicita su proyecto de trabaio, Gramsci dice además:
gramsciana de "voluntad" presentaba trazos marcadamente idealistas,
en la medida en que él contraponía de modo radical la "voluntad" y las El modemo príncipe debe tener una parte de d\cad'aal iacobinismo ("') para
"determinaciones obietivas", al dar prioridad unilateralmente a la primera. ejemplificar cómo se formó concretamente y actuó una voluntad colectiva
En 1918, por ejemplo, en el célebre texto en que def,ende la revolución que, por lo menos en algunos aspectos, fue creación ex novo, original' Y
es preciso hambiénl que sea def,nida la voiuntad política en general en el
bolchevique, inciuso hasta contra el supuesto "positivismo" de Marx, Gramsci
sentido moderno, o sea, la voluntad como conciencia activa de la necesidad
formula del siguiente modo el tema de la "voluntad":
histórica, como protagonista de un real y efectivo drama histórico.'''

El máximo factor de ia historia no son los hechos económicos, brutos, sino


el hombre, la sociedad de los hombres, que se aproximan unos a los otros, Gramsci, como pod.emos ver, efectúa aquí un movimiento de sr'rperación
se entienden entre sí, desarrollan a través de esos contactos (civilización) dialéctica no solo en relación con sus formulaciones iuveniles, sino también
unavoluntad social, colectiva, y comprenden los hechos económicos, y frente alaposición que Rousseau y Hegel asumen en relación con la deñnición
los juzgan, y los adecúan a la voluntad de ellos, hasta que esta se vuelve el
de "volrihtad": en los Cuadernos, él nos dice con claridad que la voluntad
motor de la economía, la plasmadora de Ia realidad obf etiva,la cual vive y
-y, en particular la voluntad colectiva-, aunque sea históricarnente deter-
se mueve, y adquiere carácter de materia telúrica en ebullici6n, que puede
minada (como en Hegel), ya que "corresponde a las necesidades históricas
ser dírígidahacia donde la voluntad quiera;8e
objetivas", no por eso def a de ser también "creación ex nov o, original" (como
en Rousseau), aunque con la justa restricción de que eso se da solamente
Aunque de un modo un poco forzado, podríamos decir que, en ese "en algunos aspectos".
momerlto de su evolución, Gramsci estaba muy próximo del voluntarismo Pero volvamos al concepto de "hegemonía" y recordemos brevemente lo
subietivista que antes criticamos en la reflexión de Rousseau. La "voluntad que Gramsci pretendía denotar con é1.'e' El autor de los Cuadernos se dio
colectiva o social" todavía le parece capaz de ser el "motor de la economía"
y de "plasmar la realidad obietiva".
tgo Cuadernos,ed. cit., v. 4, p. 331.
rsr lbid., v.5,pp.16-12.
ya
192 f\4e perm¡to aquí exponer apen¿s brevemente los conceptos centrales de Cranrsci'
r89 A. Cramsci, "La revolución contra EI capital", en ld., Antología, organizada por M. que estos están trat¿dos con mayores detalles en "La dualidad de pooere:; ' su¡rra' y
Sacristán, Madrid, Siglo Veintuno, 1992, p.35. en m\ lntroduccíón a Gramscí, ed.cit.
I

para
cuenta de que, en ei capitalismo más reciente, había surgido una esfera nueva de la violencia al servicio de la clase económicamente clominante,
I

dei ser social, que ét llamó "sociedad civil"; al contrario de Marx, la sociedad Gramsci, el aparece d.otado mmbién de una nueva e importante dimensión,
civil no designa en é1, el mundo de las relaciones de producción, ni tampoco la dimensión del consenso o de la legitimidad. Con la socialización de Ia
se identiñca con el Estado Striüo sensu. La sociedad civil gramsciana está participaciónpolítica, con la "occidentalización'de las sociedades, ya no es
formada por el coniunto de 1o que él llamó "aparatos'privados'de hegemo- posible que los gobernantes gobiernen de forma estable sin ei consenso de
nía", y tiene su génesis en los procesos de socialización de la política, que los gobernados. El propio Engels, en t9g5,ya se había dado cuenta de que
fueron al mismo riempo causa y efecto de una creciente compleiización de el Estado moderno es fruto de u¡ c ontr ato entre gobemantes y gob e rnados :
i los mecanismos de representación de los intereses y del mundo de los valo- "El Imperio alemán, como todos los pequeños estados y, en general, todos
l res, complejización que, en última instancia, resultó a su vez de una mayor los estados modernos, es ut producto contractual: producto, primero, de
un contrato de los príncipes entre sí y, segundo, de ios príncipes con el
I
:1
I
I estratincación social. No me parece casual que, como diie antes' Gramsci
,i
. alttda por primera vez a lo que después llamaría "sociedad civil", en una pueblo".'g: De ese modo, ya con el vieio Engels -pero sobre todo con Gram-
I
\
referencia a Hegel y al "asociacionismo": si Hegel percibió que el "sistema sci- la problemática contrqüualistq reaparece en el seno de la reJlexión
I de la atomística" genera intereses colectivos pailiculares que se expresan en política marxista.
i
lo que é1 llama "corporaciones", Gramsci se dio cuenta, a su vez, de que los Ahora bien, esa dimensión contractual de la política tiene en Gramsci
grupos y clases sociaies, en su proceso de auto-organizacióny de defensa de su expresión conceptual más explícita, precisamente en el concepto de
hegemonía. La hegemonía es, para é1, sin lugar a dudas, el momento del
I

los intereses propios, crean aparatos "privados" de hegemonía. Esos aparatos


sooprivadosporque pre§uponen de sus miembros una adhesión voluntaria consenso. Aun cuando exista una lectura equivocada de Gramsci, inspirada
:

I
l
:
contractual, por lo que no forman parte de lo que Gramsci llamó Estado- sobre todo en Perry Anderson, que habla de la hegemonía como síntesis
coerción, Estado en sentido estricto, o incluso "sociedad política"; pero son de coerción y consenso,'e4 me parece clara Ia distinción que Gramsci hace
I

"privados" (entre comillas) porque, con su acción, tienen un innegable papel entre, por un lado, hegemonía / dirección / consenso, y Por otro, dominación
I

L
en las relaciones de poder, en la determinación del modo mediante el cual / dictadura / coerción: los tres primeros términos tendrían su base material
!
se constituye la esfera pública de la sociedad. en la sociedad civil, en los aparatos "privados" de hegemonía, en tanto la
l
I
Podemos así decir que Gramsci, por una parte, recoge de Hegel la idea de base material de los segundos sería el Estado en sentido estricto, o sea, ios
I
I

i
que las voluntades son concretamente determinadas, ya en el nivel de los aparatos burocráticos y represivos. Ahora bien, en la medida en que, para
Gramsci, en las formaciones capitalistas "occidentales", Ia sociedad civil
(o
intereses materiales o económicos; tales voluntades, por 1o demás, experi-
I.
mentan un proceso de universalización - de "asociacionismo" - que lleva a sea, la base material del consenso) tiene un papel decisivo en la determinación
"sociedad
la formación de suietos colectivos ("corporaciones" en Hegel, "aparatos de d.e las atciones del Estado (y, más que eso, ella llega incluso, en la

hegemonía" en Gramsci), suietos movidos por una voluntad que se universaliza, regulada" o en el comunismo, a absorber en sí y a eliminar ios mecanismos
que tiende a superar los intereses meramente "económico-corporativos" y a coercitivos estatales), puede decirse, entonces, que el autor delos Cuadernos
orientarse así en el sentido de 1a conciencia "ético-política". Pero podemos introduio la problemática d.el contrato, de Ia intersubietividad, en e1 núcleo
decir también, por otra parte, que Gramsci -al deñnir como consensual la de su teoría marxistadel Estado y de la política.
adhesión a t4les aparatos de hegemonía y al definirlos como momentos El concepto gramsciano de hegemonía implica, por un lado, un contrato que

. d,el Estad,o "ampliado"- introduce una clara dimensión contractual et el es hecho en el propio nivel de la sociedad civil, generando en consecuencia
corazón de la esfera púbtica, retomando de ese modo una idea básica de
I

Rousseau, que, como vimos, había sido rechazada por Hegel.


F.Engels, "lntrod ucción" a Lasluchas de clasesen Franc¡a de 1848 a 1850, in Archivo Marx-
Al darse cuenta del surgimiento de esa nueva esfera del ser social, de Engels (www.marxists.org/espanol/m-e/l8Sos/francia/francial.htm). Es interesante
lo qtre él llamó "sociedad civil", Gramsci hizo posible una amplíación del obiervar cómo esa afirmación del vieio Engel s contrasta explícitamente con la posición
corlcepto marxista cle Estado: en tanto para Marx y Engels, en la época del de Hegel expresada en la cita de la Filosofia del derecho, reproducida en la nota 19.

ttlrtni.fiesto cr¡r¡tunis{a,1, para Lenin }¡ los bolchtrviqttes, en el coniunto de P Anderson: Ambiguitá di Cramsci, Ronra-Bari, Laterz¿, 1978 P¿r¡ un¿ convir'cenle
refutación de esas posiciones de Anderson, confróntese Cuido Francioni, L'officina
su producción teórica, el Estado es esencialmente coerción, o monopolio
I

gramsciana, Napoles, Eibliopolis, 1984, p.-t47 ss.


I

suietos colectivos (sindicatos, partidos, movimientos sociales, etc.) que cada vez más libre de coerción. Para el pensador italiano, al contrario de
tienen una clara dimensión pública, "estatal". Pero implica también, Hegel, la "eticiclad" (lo "ético-político") no es fruto del movimiento fatalisra
por otro lado, la necesidad de formas de contrato entre gobernantes y e impersonal de un "Espíritu objetivo"; y tampoco es, como en ios "mar-
gobernados (entre Estado y sociedad), con base en el hecho de que, en xistas vulgares", el mero "reflejo" de "leyes históricas" de base económica,
esas sociedades "occidentales", la obligación política se basa en una acep- concebidas de modo férreo y fetichizado. Si Gramsci ciertamente recoge
tación consensual, por gobernantes y gobernados, de un mínimo de reglas de Hegel la noción de eticidad (que en él gana los nombres de hegemonía
de procedimiento y de valores ético-políticos. En este último caso, estamos y de "ético-político"), recoge de Rousseau, al mismo tiempo, la concepción
ciertamente delante de contratos que con frecuencia coexisten (y de modo de Ia política como contrato, como formación incersubjetiva de una volonté
conflictivo) con la permanencia de formas de coerción.'e5 Tampoco se debe générale, que en élgana el nombre de "volunrad coiectiva nacional-popular".
olvidar, por lo demás, que tales "contratos" están suietos a permanentes Por recoger de Hegel (y de Marx) la noción de que la voluntad es histórica
revisiones y mudanzas, según las variaciones de lo que el propio Gramsci y económicamente determinada, siendo por eso atravesada por las contra-
llamó "relacior.es defuerza". En ese sentido, la proposición gramsciana del dicciones sociales, Gramsci tiene plena conciencia de que en la vida social
contrato - o, en sus términos, de una sociedad basada en el consenso - es considerada en su coniunto no todo es fruto de un contrato. Con base en la
una idea reguladora en el sentido kantiano, esto es, una meta hacia la cual ontología social de Hegel y de Marx, Gramsci sabe que la sociedad es una
debemos avanzar (a través de la "guerra de posiciones"), cada vez más, en síntesis única y específica de causalidad y releología, de determinismo y
el rumbo, sin embargo, de una "sociedad regulada" o comunista. libertad.'e6 Para é1, en la línea de Marx, los hombres hacen ciertamenre su
Otrosí, del mismo modo como hay en Rousseau un estrecho vínculo historia, pero no la hacen en las condiciones que escogieron: al lado de la
entre contrato y voluntad general, también en Gramsci tiene lugar una acción teleológica tibre, hay también un determinismo hisrórico, una causa-
íntima articulación entre hegemonía y 1o que él llama "voluntad colectiva lidad obietiva que -aunque generadapor 1a propia praxis de los hombres- va
nacional-popular". La hegemonía gramsciana se materializa precisamente con frecuencia más allá de la conciencia y de la voluntad de los individuos
en la creación de esa voluntad colectiva, motor de un "bloque histórico" que y de los actores sociales. Pero Gramsci también sabe, nuevamente en la
articula en una totalidad diferentes grupos sociales, todos ellos capaces de línea de Marx, que, cuanto más se "socializa" el ser social, tanro mayor es I

operar, en mayor o menor medida, el movimiento "catártico" de superación el "retroceso de las barreras naturaies", o, en otras palabras, tanto más se
de sus intereses meramente "económico-corporativos", en el sentido de amplían los márgenes de Ia libertad y de la auronomía de los "individuos
1a creación de una conciencia "ético-política", universalizadorá. Ese paso sociales". En ese punto, é1 ciertamente se aparta de Rousseau, para quien
catártico de lo particular a lo universal, sin embargo, no signifi.ca para el contrato social funda un pueblo en cuamo pueblo, o sea, funda ia propia
Gramsci, diferentemente de lo que ocurre en Rousseau, una represión de sociédad. Pero, si no todo en la sociedad es fruto de un contrato, existen
las voluntades singulares, sino, tal como en Hegel, signiñca una superación amplias esferas sociales -y, en particular, Ia esfera de Ia política-'que pueden
dialéctica, en la cual 1o "ético-político",la voluntad colectiva, conservay al resultar cada vez más de un contrato, o sea, de ia acción intersubjetiva de
mismo tiempo eleva anivel superior los intereses singulares y particulares individuos sociales conscientes y libres. Es precisamente esa posibilidad to
de los diversos componentes plurales del "bloque histórico". Por lo tanto, que está enlaraíz de la propuesta gramsciana de una "sociedad regulada"
en Gramsci, es como si no solo la política stricto sensu (la relación entre (expresión que él usa para designar el comunismo), en la cual la supresión de
gobernantes y gobernados), sino también Ia eticidad - la esfera axiológica Ios antagonismos de clase haría f,nalmente viable la gestación de un espacio
que presta contenido concreto a la voluntad general o colectiva -, fuese público basado en el diálogo y en el consenso de los "individuos sociales".
ella también resultado de un contrato, de una interacción intersubietiva Por lo tanto, tal como en Rousseau, también en Gramsci ese orden social
legítimo presupone un contrato que -sin limitarse a la conservación de 1os
r95 Cramsci - es preciso no olvidarlo - tamblén se refi ere al "aparato de coerción estatal
intereses económico-corporativos- es capaz de construir una voluntad
que asegura 'legalmente'la disciplina de aquellos grupos que no 'consienten'ni activa general ético-política, que garantice el ideal republicano de la prioridad
ni pasivanrente, pero que está constituido para toda la sociedad en previsión de los
momentos de cr¡sis en el mando y en la dirección en los cuales desaparece el consenso".
(Cuadernos, ed. cit., v. q.,p.zSl). 196 Cf.C'.Lukács,Perl'ontoloqíadell'esseresociale,Roma,R¡un¡t¡,3vs.,1976-198r.

I
de lo público sobre lo privaclo. Además, es común a ios dos pensadores la CAPÍTULO 5
convicción de que la construcción plena de ese espacio público democrá- Lukács, la ontología y la política
rico solo es posible en los marcos de un orden social situado más allá de
Ios límites del capitalismo. Sin embargo, si Gramsci fue capaz de superar
las antinomias de Rousseau, "colocando sobre sus pies" (en un sentido
materialisra) la visión todavía idealisra y abstracta con que el autor del
contrc;to social trata de la problemática de la voluntad general y de la
democracia, eso resulta en gran parte del hecho de que él supo recoger (a
través, sobre todo de la mediación de Marx) lo que había de positivo en
la crítica hegeliana del contracrualismo. De ese modo, Gramsci situó su
reflexión en la senda abierta por las meiores tradiciones de la modernidad:
él no solo se convirtió en uno de los principales interlocutores de la cultura 1.

democrática y socialista del siglo XX, sino también -y 1o que es todavía


más importanre- nos deió un insustituible legado para la elaboración del Ei Lg23, en His tor iay c onci encia de cl as e, Lukács afi rmab a enfáticame nte :
socialismo del siglo XXI. "Lo que diferencia decisivamente el marxismo de la ciencia burguesa no es
la tesis de un predominio de los motivos económicos en la explicación de
la historia, pero sí el punto de vista de la totalidad".reT Fue esta obra luvenil
de Lukács, la que llevó a muchos analistas a considerarlo el iniciador del
Ilamado "marxismo occidental".'" En efecto, esta insistencia en el papel
central de la categoría de la totalidad, hecha en una época en que ei legaclo
de la dialéctica hegeliana estaba en desgracia, tanto entre los teóricos de la
Segunda como de la Tercera Internacional, introducía un nuevo modo -a mi
ver, el más adecuado- de rescatar el método de Marx.
La genial obra juvenil de Lukács contenía ciertamente muchas posiciones
I
probiemáticas, tanto en el plano teórico, como en el plano político, posiciones
que el propio Lukács más tarde repudiaría de modo explícito.'ee Pero el hecho
es qudlukács iamás abandonaría la inspiración metodológica-el principio de
la totalidad- que basó su obra de rg23y, en esta medida, toda su producción
teórica puede ser considerada como fundadora de una lectura del marxismo
bastante apartada de los parámetros positivistas que dominaron el llamado
"marxismo soviético". Por Io tanto, si la expresión "marxismo occidental"
busca definir una lectura de Marx diferenciada de aquella que fue codificada
en el famoso "marxismo-leninismo", entonces toda la obra de Lukács - aun-
que caracterizada, desde 1923, como veremos, por una ñdelidad acrítica al

197 G. Lukács, Hrsror¡a g conciencia de clase, ed. cir., p.29.


198 M. Merleau-Ponly, Les aventures de la díalectique, París, Gallimard, 1955, pp. 48-89,
(ta mbién en espa ñol, Las aventuras de la dialéctíca, editorial Leviatá n, r9s7). P. Anderson,
Consideracione.s sobre el marxísma occidental, México, S¡glo XXl, 1978; y l. 6. Merquior,
Western marxism, Clasgow, Paladin, 1989.
Lukács, op. cit., p. rx-xil.

i
I
pensamiento político de Lenin - puede ser considerada como expresión de
racionalidad. entendida, además, como mera técnica para manipular datos
este "marxismo occidental".
fetichizados y fragmentados). Con eso, el anáiisis ontoiógico de 1o real - cuyos
Esta continuidad de la producción lukacsiana se trasluce claramente,
modelos supremos estarían, para Lukács, en las obras de Aristóteles, Hegel
cuando constatamos que es también en el intento de prestar a la totalidad y Marx - habría sido substituido por la elucidación epistemológica de los
un puesto central en el análisis de la vida humana (y, ahora, con base en una "discursos". Es como si la tradición kantiana (y de un Kant empobrecido)
preocupación materialista insuflcientemente presente en su obra luvenil)
hubiese triunfado contra el legado ontológico de aquellos tres grandes
que se inserta el esfuerzo ftnal de Lukács para reconstruir la ñlosofia de
pensadores que Lukács consideraba los puntos más elevados de la historia
Marx como una "ontología del ser social".'oo Es interesante observar, como
de la filosofia.
prueba de que el vielo Lukács superó ciertos trazos semi-idealistas de su
Después de haber promovido un duro combate a las corrientes irraciona-
período juvenil, que Ia preocupación con la oncología le sobrevino, en gran
listas modernas en su libro El asalto alarazón(escrito en los años r93o-4o y
parte, de un examen cuidadoso de las nuevas características del capitalismo
publicado en 1953), el último Lukács se dio cuenta de la importancia creciente
tardío. Estas características 1o impresionaron a tal punto que é1 llegó incluso que el neopositivismo -con su negación de la ontología, de la historia y de I
a pensar en escribir EI Capital del presente, no habiendo enfrentado el de-
la totalidad- había asumido en Ia ideología burguesa contemporánea. (Y,
saffo debido solo a su edad avanzada.'o'En otras palabras: el Lukács tardío para é1, el estalinismo sería responsable de la introducción de elementos I

se revela así, plenamente conciente de la importancia de la crítica de la neopositivistas y anti-ontológicos también en la reflexión de inspiración
I

economía política en la constitución del método filosóñco de Marx, lo que marxista). El predominio del epistemologismo neopositivista, ciertamente
ciertamente también ocurría en la época de Historiay conciencía de clase, no excluía Ia permanencia en el pensamiento contemporáneo de corrientes
aunque de modo menos profundo (en Io que se refiere a la aprehensión de
irracionalistas, muchas de Ias cuales -como por ejemplo, la capitaneada por
ias categorías crítico-económicas de Marx, por elemplo, se puede señalar Heidegger-'o'insistían en la importancia de Ia ontología, del análisis de1
que, mientras en la obra juvenil el concepto de fetichismo de la mercancía ser, pero en una perspectiva en que el ser era despojado de cualquier histo-
ocupa el puesto central, en Ia obra de vejez ese puesto será ocupado por la ricidad concreta y puesto en una esfera situada más allá de la racionalidad.
noción de trabaio y sus determinaciones). Sin abandonar su vieja crítica contra este tipo de ontología irraciona-
Según Lukács, el capitalismo en su fase tardía revelaba una caracterís- Iista, contra la "destrucción de la razón" (objeto, por otra parte, del primer
tica nueva de gran importancia: la lucha para evitar las crisis ¡ al mismo capítulo de la primera parte de la gran Ontología), el último Lukács escoge
tiempo, asegurar la dominación de los monopolios que habría llevado al ahora como su principal objetivo polémico, las corrientes neopositivistas,
capitalismo a intentar "racionalizar" -a buscar someter a reglas del cálculo aquello que llamé en otro lugar "miseria de Ia razón", corrientes que podrían
racional-formal- el sector de consumo, creando todo un vasto y diversiñ- ser cllracterizadas como Ia expresión ideológica del munclo manipulado.'o3
cado sistema destinado amanípularla vida de los individuos. Este sistema En este sentido, me parece que hay una interesante (aunque tal vez no
de manipulación, generado inicialmente en el nivel de la economía, se conciente) aproximación de las preocupaciones del vieio Lukács con los
habría generalizado después a las esferas de la cultura, de la ideología y de temas más característicos de la fase clásica de la Escuela de Frankfurt, para
la política. Según el viejo pensador, este sistema encontraría su expresión la cual la "razón instrumental" (y no tanto el irracionalismo) aparecía como
teórica en las corrientes neopositivistas: a pesar de su gran diversidad, esas el principal enemigo a combatir.'"4
corrientes se identificarían en una batalla abierta contra la ontología, contra
el análisis de los movimientos esenciales de la realidad, a favor tan solo de
2o2 Para un brillante análisis de las diferencias entre las ontologías de Heidegger y de
un esclarecimiento formalista y logicista de la racionalidad humana (de una
Lukács, cfr., Nicolás Tertulian, Luhács. La rinascita dell'ontologia, Roma, Riuniti, 1986,
pp.47-83.
zoo G.Lukács, Perl'ontologiadell'esseresociale,Roma,Riuniti,r9T6-198l,zvols.;1d., 2o3 C.N.Coutinho,Elestructuralismoglamiseriadelarazón,México,Era,lgT3.Laexpresión
I

Prolegomeni a un'ontologia dell' essere sociale,Milan,Guerini, i99o. Estas dos obras son
fue usada por mí, a partir de una analogía con "destrucción de la razón", título oriqinal
de ahora en adelante cit¿das, respectivamente, como "gran" y "pequeña Ontología". del conocido libro de Lukács, publicado en español como fl asallo a Ia razón.
zor Cfr. lstván Eórsi, "The history of a posthumous work (Lukács Ontology)", en The New zo4 Cf., por ejemplo, Theorjor W. Adorno y Max Horkheintet, Dialéctica de la iiustrucion,
Hungarian Quartelg, XVl, n. SS, summer r925, pp. r06-Io8. Madrid, Trotta,2oog) y M. Horkheimer, Eclissi dell¿ ragione, Milán, Sugar,1962.

I
elproyecto ontológico lukacsiano rescata claramente el punto de vista de 1a
y es este desplazamiento de objetivo, ei que explica, probablemente, Ia
"ontología" totalidad, buscando mostrar que el análisis de lo social y de sus reiaciones
adopción por parte de Lukács, con carácter positivo, del término
con la naturaleza, sufre serias limitaciones si es fragmentado en disciplinas
(digo "término" porque creo que coda la obra marxista de Lukács, desde
sociales particulares e incomunicables. (No es este el lugar para analizar
Historíay conciencia de clase,fue marcada, con mayor o menor rigor y co-
hasta qué punto esa iusta posición de principio, se combinó en Lukács con
herencia, por preocupaciones fuerLemente ontológicas). Durante el período
una actitud excesivamente escéptica ante los resultados obtenidos por las
en que su batalla cultural tenia como obietivo principal el irracionalismo
ciencias sociales particulares),'zos
-que, como vimos, se presentaba muchas veces como el representante de la
Es en este sentido que Lukács interpreta Ia dimensión metodológica
verdadera onrología (que era llamada "existencial" o "fenomenológica")-, el
,,ontología" y sus derivados tuvieron en la obra de Lukács un sentido contenida en Ia "crítica de la economía política" marxiana, es decir, como
rérmino
un método de crítica ontológico]o' que impiica un permanente recurso a la
i'
fuelemente negativo. lncluso en una obra tardía como la Estética, escrita
"ontología" aún es totalidad y a la historia, con el obietivo de mediatizar los hechos empíricos,
a io largo de los años 5o y publicada en 1963, la palabra
(fundamentalmente como sinónimo de no de retirar de ellos Ia apariencia de fetiches aislados o de "cosas" naturales. Así,
usacla en esr.e sentido negativo
humana), aunque todo el rico aparato la ontología lukacsiana es un arma crítica contra 1a reificación, construida
aceptación de la historicidad de la vida
con recursos mucho más precisos que los urilizados en Hixoriay concíencia
caregorial de I a Estéüca esté claramente ligado a la problemática ontológica,
de clase.Y me parece innegable su fecundidad y actualidad en un momento
y anricipe los'temas y las soluciones de Ia aún más tardia Ontología del ser
, en que, bajo la cobertura de una supuesta "crisis de los paradigmas" (entre
socictl.Por 1o tanto, la elección del término "ontología" por elúltimo Lukács
de la obra los cuales el marxista ocuparía naturalmente el primer plano), se busca
-una elección influenciacla también, tal vez, por la lectura tardía defender la fragmentación "pos-modema" contra el principio metodológico
de Nicolai Hartmann, tratada con extrema simpatía en la
"gran" Ontología-
pensador en contraponerse del modo de la totalidad. La inspiración metodológica de la obra lukacsiana es un
parece así d.erivar del empeño dei vieio
antídoto eñcaz contra la falsa dualidad de formalismo vacío y de empirismo
más explícito posible al epistemologismo de las corrientes neopositivistas,
ciego; que - como ya observaba Wright Milis,'o7 un autor muy apreciado por
t..l inclusive de las que se presentaban baio la bandera del marxismo'
el último Lukács - predomina en la ciencia social contemporánea.
Esta breve d.igresión filológica me parece útil, en la medida en que sirve
para recordarnos que no existe una ruptura cualitativa -aunque exiStan
diferenciaciones no despreciables- en el interior de la producción teórica
de Lukács, posterior a Hístoria y conciencia de clase: el "descubrimiento"
cte la ontología torna más nítidas y coherentes sus posiciones fiIosóficas,
pero no altera sustancialmente el contenido de su reflexión, ni en relación
I a la estética, ni tampoco a una obra bastante anterior, escrita en la década
del rg3o, Ia excepcional monograña sobte EliovenHegel'
Un breve resumen del proyecto ontológico de Lukács apuntaría a dos me-
tas principales e interconectaclas: r) 1a de rescatar, contra el neopositivismo
contemporáneo (y, de modo más general, contra una herencia que arranca
desde el "criticismo" kantiano), el principio de que el análisis del ser debe
I anteceder al análisis del conocer, ya que este último es un momento de una
totalidad más amplia, ontológica, es decir, de la praxis social global; z) ¡
al rnismo tiempo, la de concebir ese ser no como algo contrapuesto a los 2o5 Tratédel asuntoen"Cramsci,el marxismoylascienciassociales",suTa,pp.T4-98de
"entes", no como una esencia inefable e irracional, como lo hace Heidegger' esta recopilación.
. por c jemplo, sino como una totalidad concreta y dinámica, aprehensible por zo6 Cf,Lukács. Perl'ontoloqia,cit.,v.r,pp.ue3-3zo.Sot¡reelte¡radelacríticaontológira,
unl racionaliriaci dialéctica. Eso signiñca que, contra la rígida división del cf., también el ya cirado 6ramsc| el marxismo g las ciencias sociales, supra, pp.74-98.
trabajo cientíñco propuesta por el positivismo en sus diferentes vertientes, 2o7 C.WrightMills,Laimaqinaciónsociológica,México,FondodeCulturaEconómica,t96l.
-'t

2. a la "ontología de 1a necesidad", o sea, al aspecto causalmente deierminado

de Ia praxis humana. Se trataba de acentuar, en el segundo manuscrito, la


E1 carácter sustancialmente positivo del proyecto teórico del último Lukács, "ontología de las alternativas" (la concepción del hombre como un ser que
no impide, entretanto, que evaluemos críticamente algunos de sus resultados "da respuestas" a estímulos de la realidad) y de conced.er a la libertad (visra
concretos. No puedo aquí detenerme en la exposición - aun resumidamente como algo ya dado innuceenelproceso de trabajo) un ámbito cle acruación
- de los principales conceptos presentados en la primera y más completa aún mayor que el ocupado en la "gran Ontología". No me parece que él haya
versión de la Ontología del ser social, sea de los presentados en su parre tenido buen resultado, en este segundo manuscrito,.,o en el logro de sus
histórica (que trata de ios existencialistas, del neopositivismo, de Hartmann, intenciones. Por un lado, se acentúan las deficiencias dei método de expo-
de Hegel y de Marx), como también de ios abordados en su parte sistemática sición (el texto llega a ser enervanremente reperirivo, sin que la reanudación
(que contiene capítu1os dedicados al trabajo, a la reproducción, al momento del mismo tema presente el surgimiento de nuevas determinaciones en los
ideal y a la ideología, así como a la obletivación y a la alienación). Me gustaría objetos analizados, como claramente era el caso en la Estética)-, y, por orro,
solo recordar que el propio Lukács, como testimonian personas que le eran la elaboración de una "ontología de las alternativas" no siempre encuenrra,
entonces muy próximas,'o8 no estaba plenamente satisfecho con su texto desde mi punto de vista, una solución adecuada.
ontológico concluido en 1969 (conocido como la "gran Ontología"), tanto es La correcta preocupación en evitar el énlasis en la "ontología de la ne-
así que, después del término del mismo, emprendió - a los 84 años, ya víctima cesidad", termina por hacer de este último texto lukacsiano -un elemento
del cáncer que lo llevaría a la muerte dos años después -la redacción de un ciertamente nuevo en su producción - una ácida y frecuentemente injusta
nuevo manuscrito, conocido como "pequeña Ontología" (o Prolegómenos), polémica contra Hegel, acusado (mucho más severamente que en la "gran I

que no pudo ser concluido. Ontología") de crear una "ontología logicista", que sacriflcaría la heteroge-
Para Lukács, siempre, según esos testimonios, las deficiencias de la neidad constitutiva de lo real. Lukács acusa a Hegel de "logicismo", entre
"gran Ontología" se situaban tanto en el nivel del método de exposición otras cosas, por concebir como hechos ontológicos la negación y la negación
(le parecía francamente insatisfactoria la separación entre el tratamiento de la negación, categorías que, para el pensador húngaro, serían puramenre
histórico y el tratamiento sistemático de las cuestiones), como en el nivel lógicas;"'me parece legítimo preguntar si, con esra posición, Lukács no
de los propios conceptos. El centro de la Ontología consiste en la idea de estará diflcultando la conceptualización adecuad.a de un elemenro absolu-
que Ia especiflcidad del ser social reside en el hecho de que, al contrario de tamente fundamental del método dialéctico-ontólógico, o sea, Ia categoría I

la naturaleza, donde existe solo causalidad, surge con el ser social -y, en de la mediación.
particular, a partir del rrabaio como su célula fundamental, como "modelo No me parece casual que él insista, con un énfasis inexistente en su
de Ia praxis social"-'o'una peculiar y única articulación entre causalidad producción anterior (y, paradojalmente, acercándose en eso a lecturas del
y teleología, entre determinismo y libertad. La esfera social, según Lukács, marxismo tan opuestas a la suya, como las de Della Volpe y Althusser, que
solo puede ser correctamente conceptualizada en la medida en que se ten- también se rebelan contra Ia categoría de Ia negación de Ia negación), en la
gan en cuenta, simultáneamente, la acción creadora de la praxis humana, afirmación de que habría una radical diversidad entre las dialécticas de Hegel
que fonnula e implementa proyectos, por un lado, y, por otro, la presencia y de Marx."'Además, la excesiva insistencia en la heterogeneidad de Io real,
de determinaciones causales, tanto las puestas por la naturaleza externa e con énfasis en el elemento de que ella es incapaz de una plena aprehensión
inrerna al hombre, como las repuestasporlos resultados de la propia acción conceptual, le lleva incluso -una posición que, por cierto, ya está presente
teleológica. Con todo, después de concluir la obra, Lukács parece haber en la "gran Ontología"- a elogiar el momento "saludablemente ontológico"
aceptado la crítica de Fehér et alií, de que él habría dado un énfasis excesivo I

2o8 Cf. l. Eórsi, "The history" , cit.:y F. Feher, A. Hellet C. Markus y M. Vajda, "Premessa" y 2IO Setrata de los Prolegomeni,citado en la nota 4. I

'Annotazioni sull'ontologia per il compagno Lukás", in Aut-aut, no 157-158, jan./abr. 21, Cf., por elemplo, Prolegomeni, ed. cit.., p. rt9 y ss.
1977, pp. 3-37.
212 "La contraposición entre Marx y Hegel es una ruptura radical por parte de Marx en I

zo9 C. Lukács, Orttología del ser social: el trabajo, Buenos Aires, Herramienta, 2oo4, pp. relación a los movimientos logicistas de Hegel en el sentido de la nueva ontología"
103-153. (ibid., p. r¿r).

I
de otros hombres. En un pasaie de la "gran Ontología registra explícitamente
',
del viejo empirismo, en un movimiento que casi llega, a veces, a sacrif,car la
clialécrica en el altar del materialismo. Con eso, en el límite, se esboza en la esta doble dimensión de la acción humana:
..pequeña ontologia,,un dualismo que Lukács, hasta entonces, había sabi-
y naturaleza: sus actos
do evirar: por un lado, tenemos una realidad heterogénea y distante a una [El trabaio] es un proceso entre actividad humana
propenden a transformar algunos objetos naturales en valores de uso ["']
comprensión toralizanre (comprensión que, a veces, es identifrcada como
I

,,1ogicista,,);y,por orro, un individuo humano que da respuestas alternativas Ya en las formas más evoiucionadas de Ia praxis social, allado de ese tipo

parece de acción, gana cada vez mayor relevancia la ac ción sobre otroshombres[ ")
, a los estímulos que provienen de ul realidad, pero que no siempre posición teleoiógica, en ese §egundo caso, es el
Ei contenido esencial de 1a
rener un papel clecisivo etla construccíón concientede esamisma realidad. otra persona (o a un grupo de personas) a formular y
intento de inducir a
ciertamenre, se trata solamente de una tendencia, que la sólida formación adoptar, a su vez, determinadas posiciones teleológicas [...] En esa segunda
dialéctica de Lukács no permite que se realice plenamente. Pero la presencia forma de la posición teleológica, Ia finalidad referida es, de inmediato, la
cle tales ambigüedades indica que el segundo manuscrito, leios de
resolver ñnalidad dé otras Personas."r
Ios impasses del primero, muchas veces los acentúa'
"pequeña On-
Se debe insistir, sin embargo, en que estos límites de la
problemas que ei propio Lukács indicó en el primer Lukács, sin embargo, no extraio de esa exacta percepción ontológica la
tología", así como los
manuscrito, no anulan de ningún modo la exactitud esencial tanto del necesaria conclusión de que el segundo tipo de acción teleológica, que es
armazón conceptual como de mucha§ de las explicitaciones concretas de siempre "inter-acción" (o acción sobre la acción), implica una modalidad
su proyecto ontológico tardío, expresado en las dos versiones de la obra. de conocimiento diversa de aquella que tiene lugar en el rrabaio. Él parece

Naciie fue ran le'os como Lukács en la determinación de la especiñcidad haber intuido esa compleia problemática (pero apenas intuido) cuando
del ser social, en Ia deñnición de aquello que lo hace una esfera ontológica analizó las formas de conciencia que se expresan en la ideología, así como
ya lo había hecho, etla Estética, al trarar de las obietivaciones artísticas.
distin¡a de la naturaleza orgánica e inorgánica, especiñcidad manifestada en
Pero el tratamiento de la cuestión continúa insuñciente. En otras palabras:
una peculiar síntesis dialéctica de materialidad e idealidad. En este terreno,
él no solo reroma, pero sin duda, también enriquece los grandes descubri- falta en la Ontologíaun tratamiento adecuado -materialista y dialéctico-
d,e las especificidades onrológicas y epistemológicas de la intersubietividad
mientos ontoiógico-sociales de Hegel y de Marx. Además, los capítulos de
la.,gran onrología" dedicados a la ideología (concebida como una realidad o, más genéricamente, de aquello que, para diferenciarla de la acción que

práctica) y a las diferencias entre exteriorización/obietivación y alienación tiene lugar en el trabajo, podríamos llamar -entre otros, con Habermas-"4
i esrán enrre los más alros resulrados obtenidos por ia reflexión fllosóñca
de de interacción Esa insuf,ciencia, como veremos, tiene claras consecuencias
i
i
nuestro tiempo. negdtivas en el tratamiento lukacsiano de Ia praxis política, terreno por
Con todo, me parece que existe, ya en estaprimeraversiór.delaOntología excelencia de la acción interactiva.
i

(un texto cieitamente más denso que la segunda versión), algunas formu-
.
! laciones problemática§ que se maniñestan, sobre todo, en la concepción
lukacsiana de la relación entre trabaio y praxis, por un lado, y por otro, en z13 C. Lukács, Ontología del ser social: el trabajo, ed. c¡t., p- l03'
il consecuencia, en el tratamiento de Ias cu€stiones de }a reproducción social' zr4 l. Haberma s, Ciencia g técnica como "ideología", Madrid, Tecnos, 1986' No es este el
Lukács está indudablemente en el camino correcto cuando percibe en el lugar para tratar de los límites de la formulacíón habermasiana, la cual - a pesar de sus
rrabaio - fuente primaria de la articulación entre causalidad y teleología - la indiscutibles méritos - me parece todavía unida a una posición dualista, que, primero
en la senda del trascendentalismo de Kant, después en la del pragmatismo lingüístico,
célula del ser social, retomando y generalizando el movimiento metodológico
busca en presuPuestos ajenos a la praxis, las raíces de los tipos de conciencia y de la
dialéctico (de lo abstracto a lo concreto) que llevó a Marx a ver en la mer- acción que se expresan en el trabajo y en la interacción (sobre eso, cfr., sobre todo, J.
cancía la célula del capital. Además, tal como Habermas, él percibió, por un Habermas, Conocimiento e interés, Madrid, Taurus, 1987). Desde mi perspect¡va, esas
lat1o, Ia diferencia que Subsiste entre el trabaio como una acc¡ón orientada raíces residen en las propias diferencíaciones que se explicitan ontológicamente
conro result¿do de la compleiización de la praxis humana, sust¡ncialmente unitari¡..
;r l;; clollir-iLic:ióll ciC Ia naturalcza, y, llor tltro, ia praxis interactiva en cttanto
Tampoco me parece que escapa de este dualismo problemático la pionera reflexión
con,unto d.e posiciones teleológicas que pretenden intervenir sobre ia acción de Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto, Criialbo, México, 1962 cap. IV.
I I

Con todo, es interesante observar en Lukács y en Gramsci, la presencia de del concepto de catarsis que abarcase la esfera de la política (de la praxis
I

un concepto común (además, naturalmente, de muchos otros): el concepto interactiva) como esfera privitegiada de mediación entre la reproducción
de "catarsis". En Lukács, como podemos ver particularmente en la Estética2a, material y la reproducción espiritual de ia vida humana; z) la de recuperar
Ia catarsis -operando en las objetivaciones que se dan en las esferas estéüca el núcleo fecundo de las reflexiones ñlosóflcas de Gramsci, sobre todo cle
y ética- hace que el individuo se libere de su mera particularidad, de sus aquellas referentes a varias ñguras de la conciencia ideológica (sentido
1

limitaciones singulares, y rome conciencia activa de su d.imensión universal común, buen sentido, religión, filosofía, etc.), depurándoias de algunas in-
en cuanto parte integrante del género humano. En Gramsci, el momento crustaciones idealistas, ya señaladas por muchos analistas,'e integrándolas
catártico -que él llega incluso a concebir como sinónimo de praxis polí- al marco general de la ontología lukacsiana, una ontología que, a pesar de sus
tica- es el proceso mediante ei cual un grupo social supera sus intereses puntos problemáticos, me parece que es ia reflexión filosófica global más fiel
económicos, meramente corporativos o "egoístas-pasionales", y se eleva al espíritu de Marx y, al mismo tiempo, a las exigencias teóricas de nuesrro
a la conciencia "ético-política", a'la condición de clase universal, capaz de tiempo. Tal vez resida en esta integración dialéctica de Gramsci y de Lr.rkács
tornarse hegemónica por dar respuestas históricamente universales a las -lo que no excluye, ciertamente, el reconocimiento de Ia importancia cle ia
cuestiones vividas por el pueblo-nación y por Ia humanidad en una época contribución de muchos otros pensadores-, el gran desaffo teórico de Ios
concreta."4 Tenemos así que, en ambos pensadores, la catarsis aparece -en marxistas contemporáneos, el punto de partida de aquel "renacimiento ciel
diferentes esferas del ser social- como un momento privilegiado del paso marxismo" al cual el viejo maestro húngaro dedicó el mejor de sus esfuerzrts.
de 1o particular a lo universal, de la causalidad hacia la teleología, de la
necesidad para la libertad.
Como obser.¡é en otro lugar,'¡zs creo que -a partir de este concepto de
política como catarsis- Gramsci elaboró una auténrica ontología materialista
y dialéctica de la praxis política; tenemos así, en su obra, una crítica onto-
lógica de la política que en sus resultados teóricos cumple las indicaciones
metodológicas de la "crítica de la economía política" marxiana, las mismas
que inspiraron la Ontologíade Lukács. El concepto gramsciano de catarsis I

(y toda su rica elaboración categorial en el nivel de la esfera política y de las


modalidades de conocimiento a ella correlacionadas, o sea, en el nivel de la
forma de modelar la praxis interactiva) tal vez sea el "eslabón perdido" que
parece faltar en la cadena de mediaciones puesta en movimiento en la obra
última de Lukács. Si fuese posible promover en este sentido una integración
de las reflexiones de Gramsci y de Lukács, los dos más brillantes "marxistas
occidentales", estaríamos delante de dos posibilidades convergentes: 1) la
de suplir las lagunas dela Ontología lukacsiana, a través de una ampliación

223 G. Lukács, Estétí ca, Barcel ona-México, 6rijalbo, 1 996, v. 2, pp. 491 -s25.
224 Sería interesante recordar el concepto gramsciano de catarsis: "5e puede emplear el
término 'catarsis'para indicar el paso del momento meramente económico (o egoísta-
pasional) hacia el momento ético-político, es decir, la elaboración superior de la
estructura en superestructura en la conciencia de los hombres. Esto significa también
el paso de lo 'objetivo'a lo'subjetivo'y de la 'necesidad a la libertad'. La estructura, de
la fuerza exterior que aplasta al hombre, que lo asimila a sí mismo, que lo hace pasivo,
se transfor ma en medio de libertad, en instrumento para crear una nueva forma ético-
polílica, en origen de nuevas iniciativas" (Gramsci, Cuadernos, ed. cit., v. 4,p.142).
11t Cf. C. N. Coutinh o, lntroducción a Gramsci, ed. c¡t., p. 75 ss.

I
-1
¿AMERICA LATINA MODERNA?
Jorge Larrain
I
CUANDO HICIMOS NISTORIA
Julio Pinto Valle¡os

LA DECADENCIA DEI PODER ESTADOUflIDENSS


lmmanuel wallersteio

postco¡-ortlLtolo v ruecIóñ
Grínor Roio - Alicia Salomone - Claudia Zapa(a

PUNÍOS DE FUCA
lvtiguel Barao¡ra

NActoN¡LEs y
ESTE LIBRO HA SIDO POSIBLE POR EL TRABA'O DE
cLoBALlzAclóN E tDENTtDADEs
posrNActoNALEs... ¿DE ouÉ ¡st¡uos x¡¡levoo?
Grinor Roio

ro ou¿ oí so¡¡¿ rt¡r


Eliotweinberger

coMrrÉ EDrroRt;r- Silvia Aguilera, Mario Garcés, Luis Alberto Mansílla, Tomás
FRACTURAS
Tomás Moulian
' Moulian, Nain Nómez, forge Guzmán, |ulio Pinto, Paulo Slachevsky, Hernán
[L coNcEpro toEo[ociA. voL.1: Carlos Mafx.
Leandro Urbina, Verónica Zondek, Ximena Valdés, Paulina Gutiérrez'
DE
Soto,fosé Jorge LarraÍn
santiago santa cruz sEcRETARtA EOrrOnral sylvia Morales nrspol¡slgle oe eotctót'l
EL CONCEPTO D€ IDEOTOCIA. VOL.2: EL MARXI§MO POSI'ERIO8
Florencia velasco Irma Palominos pnooucctó¡¡ ¡oront¡l David Bustos,
pRENSA A MARX: GRAMSCI Y ALTHUSSER
Jorge Larraitr
Guillermo Bustamante pRoyEcTos Ignacio Aguilera olssÑo v oIAGRAMACIóN
EDtroRtaL Alejandro Millapan, Leonardo Flores, Miguel Ángel Becerra conn¡cc¡ó¡¡
EL coNcEpro oE rDEoLocíA. voL.3: ¡RRAc¡oNALtsMo,
HISTOR¡CI§MO Y POSÍT¡VISMO: N¡EESCHE, MÁNNH!IM Y

or pnurses Raú[ Cáceres ptsrntauclór.¡ Nikos Matsiordas coltluxtolD DE LECTORES DURKHEfM


Jorge L¿rraín
Francisco Miranrla vs¡l¡ns Elba Blamey, Luis Fre, Marcelo Melo, Olga Herrera
E! coNcEpro ¡DEoLocí¡. vou.4: gostEsrnucruRlLtsMo,
soo¡cn Francisco cerda, Rodrigo Retamal LlsneníN Nora Carreño, Emesto córdova,
DE
POSTMOOERN¡SMO Y POSTMARXISMO

Ivlauricio Burgueño coru:nctrl cnÁplc¡ Lo¡,t fuan Aguilera, Danilo Ramírez, lnés |orge Lanaío

Ahamirano senv¡c¡o rr. c¡-lenr¡ Elizardo Aguilera, ]osé Lizana, Ingrid Rivas ots¡Ño oBRAS SCOCIOAS VOL. 1Y ?
Norbeft Lechne(
v oracuurctó¡l cott¡purnc¡otl¡l Claudio Mateos, Nacor Quiñones, Luis Ugalde,
soc¡Att§Mo DEL slclo xx¡
Luis Gátvez, Jessica lbaceta proouccró¡,¡ IMPRENTA Gabriel Muñoz SECREfARIA Tomás Moutian
TMpRENTA fasmin Alfaro tMPREslóN DlclrAL Carlos Aguilera, Efraín Maturana,
cHILE AcruA!: ANAToMíe o¡ ur u¡to
lviltiam Tobar, Marcelo Briones Daniel Véiar, Felipe González
pREPRENsA DtGlrAL Toñás Moulian

rrupnrsró¡¡ orrsrr Eduardo Cartagena, Freddy Pérez, Rodrigo Vé[iz, Francisco csopolír¡c¡ os r¡cuctun¡
Villaseca, Rairl Marrínez conre Eugenio Espíndola, ]uan Leyton, Sandro Robles, Armaod MaEelart

Atejandro Silva encuao:n¡¡lclóH Ana Escudero, Alexis Ibaceta, Rodrigo Carrasco, Ntclór v cuctuae ¡¡ ¡uÉn¡c¡ r¡ttl¡
Bernardo Subercaseaux
Sergio Fuentes, Pedro González, Rubén Obreque, Carlos Muñoz, Edith Zapata,
Iuan Ovalle, Pedro Villagra, Ecluardo Tobar, Mauricio Caballero orsplcxos
Pedro CAMBIO OE RUMBO. LA SOCIEDAD A ESCALA DEL ¡NDIVIDUO
Danilo Marruccelli
klorales, Luis Avilés uanrr¡¡clóru |aime Arel, Elizabech Roias eoutntsrnactól
Mirtha Ávila, Aleiandra Bustos, Andrea Veas, César Delgado, Soledad Toledo' ¿SE ACATA PERO NO SE CUMPLE? ESTUDIO SO88E LAS NORMAS
sw tuÉntce lettrt
Karhya Arauio (Edirora)

HASITAR LO §OCtA[. USOS Y ABUSOS EN LA VIDA


COTIDIANA OEL CHILE ACTUAL
Kathya Arauio
LOM EDICIONES Ecos cERcANos. Los clÁstcos v r¡ cuesrtót Étt¡ce
Miguel Baraona

SOCIEDAD Y COMPLEÍIDAD. DEL DISCURSO AL MODELO


Manuelvivaoco

v¡¡r'rr ¡ños oe to¿ir'lca EcoNóurc¡ oe t.¡ coNctnlh\:rÁa


llugo Fazi() ll¡giily Pnr¡d¡

i
Carlos Marr

MEMoRIAs DE EsfArc Y NActóN


Marcos García de la Huerta

EL DSASROLLO. ENTRE EL SIMPLECREC¡MIENTO


Y E! SUEN VIVIR
Raúl Claro H.

También podría gustarte