Está en la página 1de 2

¡Regresa oh Sulamita!

Cantares 6:13
Guatemala 28 de Enero del 2001 No. 347

INTRODUCCIÓN: Como hemos explicado a través del estudio del libro de Cantares, la Sulamita ( reciproca)
representa a la Iglesia Novia, la que se casará con el Amado, por eso debemos prestar atención cuando ella habla o
bien se hable de ella, puesto que esto nos dará orientación de lo que el Señor requiere de nosotros. En el capítulo
seis y verso trece de Cantares, el rey Salomón dice: “Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te
contemplemos...”, y es interesante que repita cuatro veces la palabra “regresa”; cada una representa a cuatro grupos
de personas que son parte de la Iglesia, los cuales deben regresar.

DESARROLLO: La Biblia nos enseña en un tiempo pasado (preexistencia), éramos ovejas pastoreadas por el Padre
de los espíritus (1Cr. 15:19; He. 12:9), fuimos cuidados e instruidos por el mismo Señor (Is. 40:21) estando aún en
forma de espíritus y luego fuimos enviados a este mundo, a habitar en tabernáculos de barro ( cuerpo) (2 Co. 4:7),
pero para regresar al Padre ya no solamente como espíritus, sino como seres integrales más que vencedores (Ro.
8:37, Sal. 23:6 Américas, ver nota). Entonces de todas estas ovejas que son enviadas, se derivan cuatro grupos que
son los que deben regresar, los cuales veremos a continuación.

 PRIMER ¡REGRESA!, Lc. 15:4: En este texto se relata la parábola de la oveja perdida, ésta representa el
primer grupo que se le hace el llamado “Regresa”. Lo primero que se perdió fue una oveja, nosotros somos figura
de la oveja perdida, además en Juan 10:16 se nos relata que el Señor tiene otras ovejas y Él las escondió de
entre las razas que habían en la tierra, descritas en Génesis 6:1 al 4, pues allí se encontraba Noé, quien era
perfecto en todas sus generaciones (Gn. 6:9) Esta figura se repite en Moisés, a quien el Señor esconde en el
palacio de faraón para levantar un Salvador a la casa de Israel. Egipto es figura del mundo e Israel es figura de
nosotros, además Moisés es figura del Salvador, Jesucristo. Es importante notar que no todos son ovejas, porque
en Mateo 25:33 vemos que hay cabritos, pero las ovejas tienen una forma especial de entrar al redil:

1. Son atraídas (arrastradas, v. Américas, nota) por el Padre hacia el Señor Jesucristo (Jn. 6:44).
2. Tienen que entrar por la puerta (Jn. 10:1-7) y la puerta es el Señor Jesucristo, la salvación es solo a través
de Él.
3. Deben entrar como corderillos y dejarse apacentar por los líderes que el Señor delega (Jn. 21:15), para
recibir el alimento básico balanceado e irse fortaleciendo y poniéndose vigorosos.
4. Tienen que ser marcadas con el Sello del Señor, por medio de los rociamientos de su Sangre (1P. 1:2, He.
12:24), del bautismo en agua (Mt. 28:19) y del Espíritu Santo (Hch. 2:1-4; 2 Co. 1:22)
5. Regresan porque reconocen la voz de su Pastor (Jn. 10:4, 14, 27), reconocen autoridad y que el Señor
Jesucristo es el Buen Pastor (1P. 5:6)

La oveja perdida, es decir nosotros, andábamos descarriados, quizá con parásitos externos e internos, con la lana
sucia y llena de basuras del campo (mundo), pero un día escuchamos la voz de nuestro Pastor la reconocimos y
regresamos a Él, entramos por la puerta (Cristo) angosta de Salvación (Mt. 7:13-14), para poder regresar a Él.

 SEGUNDO ¡REGRESA!, Luc. 15:8:10: En la parábola de la moneda perdida encontramos al segundo grupo al
cual el Señor les dice ¡Regresa!; figurativamente esta mujer representa a la Iglesia y las diez monedas
representan a su totalidad, la cual debe encender una lámpara (Mat. 5:14-16) y buscar con cuidado a la moneda
que le hace falta, es decir a aquellas personas que son parte de la Iglesia, pero que aún no han llegado a los pies
del Señor, de acá la gran tarea que nos encomendó el Señor Jesucristo a nosotros como Iglesia, de ir por el
mundo a predicar el Evangelio (Mar. 16:15). Luego vemos que cuando esta mujer encuentra a esa moneda
perdida se alegra y se regocija grandemente y lo comunica a sus vecinos y amigos (Luc. 15:9), esto es como
cuando un amigo o familiar nuestro se convierte al Señor Jesucristo, dicha persona ”regresa” y nos regocijamos
en gran manera acá en la tierra; pero si observamos detenidamente, de la misma manera que nosotros nos
regocijamos por un pecador que se arrepiente, en los cielos en presencia de los ángeles de Dios hay gran gozo y
fiesta por cada persona que se arrepiente y llega a los pies del Señor (Luc. 15:10), es decir, que la moneda que se
había perdido regresa y se une con las otras para completar a la Iglesia; En Hechos 2:27 se nos relata que el
Señor iba agregando día a día a la iglesia los que habrían de ser salvos, es decir los “moneda perdida” que iban
regresando.
Por otro lado podemos hacer una comparación entre las diez monedas de plata con las diez vírgenes que relata
Mateo 25 del 1 al 8, Figurativamente podemos ver en las diez vírgenes a la totalidad de la iglesia novia que ha de
contraer nupcias con el amado, pero vemos a unas que llevaban consigo doble porción de aceite (unción) y a
otras que aunque tenían sus lámparas y tenían aceite no se preocuparon por obtener la doble porción, podemos
ver dos extremos, cinco eran sensatas (gr. phronimos), es decir sagaces, inteligentes, pero otra acepción es
“engreídas”; esto nos habla de actitudes, porque al tener suficiente “unción” (aceite) se volvieron autosuficientes;
mientras que por el otro lado, las insensatas (gr. moros), es decir “apagadas, desatentas, incautas, absurdas,
estúpidas”, se confiaron en que las otras les iban a proveer lo que no adquirieron con tiempo; en ambas podemos
ver que hubo acomodamiento, puesto que cuando tenían que velar para esperar al novio, se durmieron ( gr.
katheudo, Mt. 25:5), porque tomaron por tardanza lo que el Señor tiene por misericordia (2 P. 3:9); Es importante
notar, que cuando la llegada del novio fue inminente, tanto las sensatas como las insensatas despertaron, pero
unas estaban preparadas para el encuentro con su amado, con suficiente aceite (unción) y las otras sin aceite
(unción), y cuando buscaron como ser llenas, fue muy tarde, porque el Novio ya había llegado, llevándose a las
otras cinco, cerrando tras de sí la puerta, ya no pudiendo las insensatas ingresar junto con el Novio. El llamado a
este grupo es para que vele, para que esté atento, que se encuentre lleno de la unción del Espíritu Santo, para
poder regresar con su Amado a las bodas y no quedarse afuera ( Mat. 25:10).

 TERCER ¡REGRESA! , Lc. 15:11-32: El tercer grupo de los que ha de regresar, está representado en la
parábola del hijo pródigo; éstos pródigos son los cristianos que vivieron el evangelio pero regresaron al mundo y
el Señor está esperando su regreso; debemos notar que a las ovejas perdidas las trae el Pastor y que a los hijos
pródigos nadie los regresa, porque vuelven solos luego de un trato en sus vidas. Estos se apartan porque los
atrae la vida del mundo, pueden ser personas que nacieron en un hogar cristiano, pero se apartan del Camino
(Cristo) para probar los deleites temporales y engañosos del mundo. Estando en la pocilga (Lc. 15:16) recobró su
memoria, reconociendo que en la casa de su Padre nunca le faltó nada y regresa, considerándose indigno de ser
llamado hijo, pero el Padre misericordioso al ver la actitud del hijo descarriado, arrepentido y reconociendo su
error, lo acoge con lazos de amor y misericordia para ser restaurado y dándole instrucciones a sus siervos para
que lo atiendan. Por otro lado hemos de notar que siempre habrá hermanos que no estarán conformes cuando
un hijo de Dios regresa a Él, sin darse cuenta que son hermanos pródigos que estaban muertos en sus delitos y
pecados (Ef. 2:1) y era necesario hacer fiesta y regocijarnos por su regreso (Lc. 15:32)

 CUARTO ¡REGRESA!, Rut 1:1-4: En el cuarto grupo a los que el Señor llama a que regresen, encontramos a
los que un día estuvieron en Belén (la casa del pan) y se fueron a vivir a Moab, una tierra pagana de maldición,
representando a los hijos que por los afanes de este mundo y las riquezas, se apartan de la comunión con Dios;
esto da a entender que estas personas no soportaron la prueba, quizá para probar sus corazones, luego se
apartan de la comunión con sus hermanos y del Señor, en este alejamiento pueden darse muertes espirituales de
hijos y seres queridos. Al alejarse de la casa del Pan (Belén) se corre el riesgo de amargarse como Noemí (Rut
1:20), sin embargo al regresar a la casa del Pan, Rut se encuentra con Booz (Cristo), quien la redime y casa con
ella. La Casa del Pan nos habla que no debemos dejar de congregarnos, no dejar de comer el Pan de la Palabra
que nos sustenta. Así mismo al regresar a Belén, nuestro Booz no solo ha de compartir su pan con nosotros, sino
también nos dará participación de su copa de vino (Rut 2:14; 1Co. 10:16)

CONCLUSIONES: El Señor hace un llamado a la Sulamita, ella debe ser recíproca como su nombre lo indica, si Él
nos llama y dice ¡Regresa!, es porque en su infinita misericordia no desea que ninguno se pierda y que todos
procedamos al arrepentimiento, tanto ovejas, monedas perdidas, o como aquellos que fueron engañados por los
afanes de este mundo (2 P. 2:9). Atendamos pues, la voz de nuestro amado, acerquémonos a Él con un corazón
sincero para regresar con Él (He. 10:22) Amén.

También podría gustarte