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EL DON DE PROFECIA

INTRODUCCIÓN:

Heb 1:1 dice que en el antiguo tiempo Dios habló a su pueblo por medio de los profetas y ahora nos habla a nosotros por
medio de Su Hijo Jesucristo utilizando al Espíritu Santo como portador de esa preciosa voz, el cual la deposita muchas veces
sobre los profetas, quienes deberán utilizar el don dado por Dios para edificar por medio de esta Palabra a su pueblo en
estos postreros días.

DESARROLLO:

El don de profecía Dios lo ha dejado a nuestro alcance para que las congregaciones puedan recibir edificación por medio de
los vasos que él mismo va preparando (2 Tim 2:20), a la vez que sea confirmada la guianza que va recibiendo el líder. Este
don tiene varias características y aspectos que debemos conocer, los cuales pueden ser:

1. Ejercítese conforme a la medida de fe (Rom 12:6)


Dios puede utilizarnos en cualquier momento, por lo cual debemos estar dispuestos a dejarnos usar por el Espíritu Santo
para comunicar el mensaje que Dios quiera para su pueblo.

2. Edificación, exhortación y consolación (1 Cor 14:3)


La profecía no debe emitir conceptos que contradigan a lo que está escrito en La Palabra y ser respaldada por ella misma.

4. Dirigida a la congregación (1 Cor 14:4,22)

5. Debe ser por turnos (1 Cor 14:27-29)


Dios habla de un tiempo y en un orden para profetizar, indicando con ello que los vasos pueden en algún momento sujetar la
profecía hasta que se les conceda el turno para profetizar. Recordemos que ...el espíritu del profeta está sujeto al profeta...

6. Tendrán un final (1 Cor 13:8)


Llegará el momento glorioso en que todos volvamos a Dios de donde salimos y entonces ya no habrá mas necesidad de las
profecías.

7. No menospreciarlas (1 Tes 5:20)


No debemos juzgar al vaso en el que Dios ha depositado su profecía, sino más bien la profecía misma que esté siendo dada
por ese vaso.

CONCLUSIÓN:

El don de profetizar es un regalo para el pueblo de Dios y lo debiéramos anhelar para poder servir de canal de edificación y
bendición a la Iglesia, recordando que Dios usa los vasos de acuerdo a su voluntad y no a la nuestra.

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