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La geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y la geografía

físicasobre la política y las relaciones internacionales. La geopolítica es un método


de estudio de la política exterior para entender, explicar y predecir el
comportamiento político internacional a través de variables geográficas.[1] Es una
ciencia que se ocupa del estudio de la causalidad espacial de los sucesos políticos y
de los próximos o futuros efectos de los mismos. Se nutre especialmente de otras
disciplinas de envergadura tales como la historia, las relaciones internacionales, la
geografía política, la ciencia política, sociología y antropología. Realiza el estudio
del medio ambiente, de acuerdo a sus características económicas, culturales y
recursos de un estado.
La geopolítica se centra en el poder político en relación con el espacio geográfico.
En particular, las aguas territoriales y el territorio terrestre en correlación con la
historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la historia y las
ciencias sociales con referencia a la geografía y la política. Fuera de la academia, el
pronóstico geopolítico es ofrecido por una variedad de grupos, incluyendo grupos
sin fines de lucro, así como por las instituciones privadas con fines de lucro (tales
como empresas de consultoría). La "geopolítica crítica" reconstruye las teorías
geopolíticas clásicas, mostrando sus funciones políticas e ideológicas para las
grandes potencias durante y después de la era del imperialismo.

El término se ha utilizado para describir un amplio espectro de ideas, desde "un


sinónimo de relaciones internacionales, fenómenos sociales, políticos e históricos".

Inicios y evolución históricaEditar


La geopolítica es una disciplina que fundó el geógrafo de origen sueco Rudolf
Kjellén. En 1900, con su libro Introducción a la geografía sueca, expuso los
rudimentos básicos de la misma. En 1916 produjo su libro más importante: El
Estado como forma de vida(Staten som livsform), donde se utilizó por vez primera
el término geopolítica. Los principios de dicha ciencia en el pensamiento
geoestratégico habían sido tratados por el también geógrafo alemán Friedrich
Ratzel. Según éste, los Estados tienen muchas de las características de los
organismos vivientes. También introdujo la idea de que un Estado tenía que crecer,
extender o morirse dentro de "fronteras vivientes"; por ello, tales fronteras son
dinámicas y sujetas al cambio. En su obra Politische Geographie, escribió las "Leyes
del crecimiento de los Estados".[2]
A principios del siglo XX, varios geógrafos anglosajones ampliaron las reflexiones
de Ratzel a problemas militares y estratégicos.[cita requerida]
Así, geógrafos como el almirante estadounidense Alfred Thayer Mahanpostulaban
la importancia estratégica del dominio naval como clave para la dominación
mundial ("Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien domine el
comercio mundial domina el mundo"); dichos preceptos se hallan contenidos en su
obra The Influence of Sea Power upon History, 1660-1783, y se le considera una de
las obras más influyentes sobre dicha temática. Hoy en día, es conocida como
la teoría del poder naval.[3]
Otro geógrafo que también contribuyó al desarrollo de la geopolítica fue Halford
John Mackinder, quien en 1904, frente a la Real Sociedad Geográfica desarrolló su
tesis denominada El pivote geográfico de la historia,[4] de la cual se desprendió
la teoría del Heartland ("corazón continental") o "área pivote" (actualmente el
territorio de Rusia y de las antiguas Repúblicas Soviéticas), en la que explica que el
control de las grandes zonas continentales facilitaría el dominio del mundo. Un
excelente ejemplo de la aplicación de estas teorías geopolíticas sobre todo de los
autores estadounidenses es la compra de los territorios donde ahora se encuentra
el extenso estado de Alaska, el cual en su momento fue comprado por los Estados
Unidos de Norteamérica al Imperio ruso, y que ha contribuido a mantener a los
estados asiáticos bajo control con respecto a Canadáy en general, a la parte norte
del continente americano.[cita requerida]
La geopolítica tuvo gran interés en la Alemania de principios del siglo XX y alcanzó
una gran difusión durante el nazismo. El alemán Karl Haushofer modernizó la
geografía política, utilizándola como instrumento que justificaba la expansión
territorial de Alemania durante el Tercer Reichy desarrollando las teorías de
Ratzel del espacio vital (Lebensraum).[2] De todas formas, existen ciertas
actuaciones del régimen nazi que no se corresponden con las teorías de Ratzel y
Haushofer, como la cesión del Tirol del Sur a los italianos, zona poblada en su
mayoría población germana.[cita requerida]
Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta ciencia
durante los años 1930 y 1940 como camino para alcanzar un poder global. La
utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota alemana, su
descrédito, olvido y proscripción, sobre todo en el ámbito académico. No obstante,
otras personas, como militares o diplomáticos, siguieron interesándose por esta
rama de la geografía.
A partir de la década de 1970, la geopolítica reapareció con una "nueva corriente":
la geopolítica crítica. Actualmente hay varias corrientes de pensamiento
geopolítico; sin embargo, las que dan origen a la denominada geopolítica
crítica son dos, principalmente. La primera de ellas es la escuela francesa
encabezada por Yves Lacoste, quien en las décadas de 1970 y 1980 publicó su
obra La geografía: un arma para la guerra, en la que describió, de manera breve, lo
acontecido durante la Guerra Fría (principalmente, la guerra de Vietnam); también
dirigió la revista Hérodote, que comenzó a publicarse en los años setenta.[5]
La otra escuela es la corriente inglesa en la que la primera mención y estudio lo
realizó Peter Taylor, en su obra Geografía política: economía-mundo, Estado-Nación
y localidad, donde el autor habla brevemente de lo que se ha venido estudiando
como geopolítica crítica. Menciona que son los geógrafos políticos los que están
examinando de manera formal y práctica su estudio.[6]
Otra de las distinciones principales de la geopolítica crítica y, de los geógrafos
políticos es que “…desconfían de todo marco teórico general que ordene el
conocimiento, incluido el análisis de los sistemas-mundo […]. Ellos no consideran
que sus investigaciones creen una nueva escuela de pensamiento sino que
constituyen una constelación flexible de ideas, parasitarias de otras creaciones del
conocimiento puesto que realizan intervenciones tácticas en la obra de otros en
lugar de permitirse algún tipo de reflexión estratégica general propia”[6]
El interés en esta disciplina ha vuelto a crecer actualmente al amparo de las
tensiones internacionales surgidas en todo el orbe; conceptos como sistemas-
mundo, desarrollismo, Economía-mundo, centro-periferia, semiperiferia, poder,
clase, Estado-nación, localidad, códigos geopolíticos, imperialismos,
decolonización, imaginaciones geopolíticas, Estados territoriales y Globalización
son términos geopolíticos comúnmente utilizados por esta corriente de
pensamiento.[6]
Actualmente, algunos de los autores más destacados de esta corriente de
pensamiento son: Yves Lacoste, Peter Taylor, Colin Flint, John Agnew, Christopher
Chase-Dunn, Michael Hardt, David Harvey, Antonio Negri, Immanuel
Wallerstein y Heriberto Cairo Carou, entre otros.
Otros importantes aportes durante la segunda mitad del siglo XX fueron los
de Alexander Seversky (1894-1974), quien codiseño el avión de combate Republic
P-47 Thunderbolt, principal avión de los Estados Unidos a partir de 1942, quien en
su obra Poder aéreo: clave para la sobrevivencia sostuvo que, por su eficiencia y
rapidez, el poder aéreo tiene mayor importancia que el terrestre y el marítimo, y
enunció su máxima: "quien logre la supremacía aérea obtendrá el poder
global".[cita requerida]
Asimismo y en las misma época, Nicholas Spykman, considerado uno de los
pensadores geopolíticos más importantes del siglo XX, postuló en su obra "Estados
Unidos frente al Mundo“ (1942), que "quien logre el control de las áreas periféricas
o Rimland del continente Euroasiático gobernaría Eurasia". Desarrolló las ideas de
Mackinder, aunque contrapuso las propias y es considerado el ideólogo de la
contención durante la guerra fría, y de la proyección del poder nacional
norteamericano, incluso en el siglo XXI.[cita requerida]

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