Siempre he pensado que el cambio generacional es debido a los pequeños
cambios que hacemos respecto a lo vivido de niños, porque queremos hacer ciertas cosas de forma diferente, a nuestra manera. A esto, hemos de sumarle las circunstancias externas que han determinado vivencias comunes para toda la población, por ejemplo, las guerras, la libertad, la globalización, la digitalización…
Por todo, personas de generaciones diferentes actúan de forma diferente. Y
son vistas por los demás como diferentes. Si bien es cierto que creo que cada persona es un ser individual y único, en este artículo, generalizaré un poco.
Según el estudio del ObservatorioGT, Generación y Talento y la Universidad
Europea de Madrid, los directivos de cada generación se comportan de determinada forma y su estilo de liderazgo se centra más en unos aspectos respecto a otros. Por ejemplo:
1. Los considerados líderes tradicionalistas, es decir, los nacidos antes de
1955, utilizan un estilo de liderazgo basado en valores y desarrollan un rol de equipo más paternalista y cercano. Tienen un alto conocimiento y experiencia, una alta capacidad para priorizar y pueden ser valiosos coaches y mentores. Sin embargo, su estilo de comunicación es menos eficaz y dan mucha menos importancia a la conciliación. 2. Los considerados líderes Baby Boomers, los nacidos entre 1956 y 1970, están mucho más enfocados a objetivos y al desarrollo del negocio y de las personas en la organización. Suelen ser expertos y buenos trabajadores, sienten orgullo de pertenencia y crean o son parte de una red de contactos informales y útiles dentro de la empresa. Sin embargo, tampoco prestan tanta atención a la conciliación de la vida personal y laboral, y el disfrute en el trabajo no es su prioridad. 3. Los considerados líderes de la generación X, los nacidos entre 1971 y 1981, están centrados en los objetivos pero con una base importante en los valores. Son más adaptativos, humanos, colaborativos, productivos… Comienza a haber mayor número de mujeres directivas de esta generación y eso hace que promuevan más la conciliación. Sin embargo, no desarrollan tanto el trabajo en equipo ni fomentan el rol de equipo. 4. Los considerados líderes de la generación Y, los nacidos entre 1982 y 1992, trabajan mucho más la comunicación eficaz, utilizan el reconocimiento a pesar de su exigencia personal y al equipo. Llevan un ritmo frenético necesario para abordar los cambios, lo que les lleva a moverse más en el corto plazo. Sin embargo, no prestan tanta atención a los valores ni a los objetivos.