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FRATERNIDAD, DESARROLLO ECONOMICO

Y SOCIEDAD CIVIL
(Capítulo III de la Encíclica “Cáritas in Veritate”)

1. EL CONTEXTO DE LA “CÁRITAS IN VERITATE”, LA “POPULORUM


PROGRESSIO” Y EL FEPP.

El Papa Benedicto XVI escribe la Encíclica “Cáritas in Veritate” en 2009 para


conmemorar los 40 años de la encíclica “Populorum Progressio” (en realidad los 40
años se cumplieron en 2007), instando a permanecer fieles a la caridad en el ámbito del
magisterio del Papa Pablo VI.

Antes, en 1987 el Santo Papa Juan Pablo II había regalado al mundo la Encíclica
“Sollecitudo Rei Socialis”, cuando la “Populorum Progressio” cumplió 20 años.

Estas dos Encíclicas resaltan el valor que tiene la Populorum Progressio en el contexto
de la Doctrina Social de la Iglesia. Antes solo la “Rerum Novarum” del Papa León
XIII había merecido reconocimientos, complementos y conmemoraciones como los
que ha tenido la Populorum Progressio.

En el Ecuador en 1970 el obispo de la diócesis de Guaranda, Mons. Cándido Rada


(+1995), asesorado y acompañado por un grupo de laicos/as comprometidos con su fe,
dio vida al Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio –FEPP-, como entidad de
inspiración cristiana, ecuménica, auspiciada por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana,
presidida por un obispo, formada, dirigida y administrada por laicos y laicas, con los
objetivos de acompañar a las comunidades especialmente rurales, en su lucha pacífica
contra la pobreza y contra la usura, males todavía presentes en nuestra sociedad.

2. El GSFEPP

El FEPP nació como un fondo de crédito para los pobres, especialmente campesinos,
indígenas, afrodescendientes, montubios y mestizos. Como complemento al crédito se
implementó la capacitación y la asistencia técnica. A partir de estos tres pilares se han
ido desarrollando otras líneas de acción, complementarias en una propuesta de
desarrollo integral.

Hoy el FEPP se llama Grupo Social FEPP. Podríamos definirlo como una holding de
la solidaridad y del servicio.
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Nuestras 10 oficinas regionales (6 en la Sierra, 2 en la Costa y 2 en la Amazonía), en
las cuales trabajan agrónomos, zootecnistas, promotores sociales, forestales,
administrativo – contables, comercializadores, etc., son acompañadas por las que
nosotros llamamos “empresas sociales”:

- -CODESARROLLO- El Banco “Desarrollo de los Pueblos”, la continuación


aumentada y mejorada del fondo inicial de crédito y luego de la cooperativa, que
tiene 20 agencias y administra casi 200 millones de dólares al servicio preferencial
de organizaciones populares, cajas de ahorro y crédito, bancos comunales,
cooperativas y las finanzas populares y solidarias en el Ecuador.

- -FUNDER- La Fundación Educativa “Mons. Cándido Rada” , escuela de formación


humana, profesional y empresarial que capacita a miles de jóvenes anualmente en
diversas especializaciones y con certificaciones ocupacionales, vía presencial y
virtual;

- -FEPP CONSTRUCCIONES – NOVOHABIT-, que construye viviendas


populares, proyectos de agua potable y de riego, instalaciones para agroindustrias
comunitarias, edificios para servicios (casas comunales, sedes de cooperativas,
centros de acopio, etc.), puentes, etc.

- -CAMARI-, sistema de comercialización solidaria comunitaria, que ayuda a los


productores agropecuarios, agroindustriales y artesanales para que vendan bien con
principios de comercio justo, sin explotación, lo que producen, tanto en el Ecuador
como exportando al exterior.

- IMPREFEPP e INFOFEPP para la prestación de servicios gráficos e informáticos;

- AGROIMPORTADORA para la provisión de semillas, herramientas, insumos y


materiales varios a los actores de la Economía Popular y Solidaria.

Con esta estructura, que emplea a cerca de 600 personas a tiempo completo y es
dirigida y coordinada por una oficina central, el GSFEPP presta sus servicios a más de
140.000 familias del campo y de los barrios urbano marginales, o sea a cerca de
700.000 personas. No es poco para una ONG.

3. EL CAPÍTULO III DE LA ENCÍCLICA “CÁRITAS IN VERITATE”:


FRATERNIDAD, DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIEDAD CIVIL

El capítulo III de la Encíclica “Cáritas in Veritate” rico de enseñanzas teológicas,


filosóficas y morales, debe ser leído junto a toda la Encíclica y se lo comprenderá
mejor si se conoce la “Populorum Progressio” y la “Sollicitudo Rei Socialis”.

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A continuación hago la lectura y contextualización de algunas palabras y frases
textuales de la Encíclica, escritas con letra cursiva y negrilla, desde la realidad
ecuatoriana y desde la experiencia del GSFEPP.

3.1. El don, la gratuidad (34)

“La caridad en la verdad pone al hombre ante la sorprendente experiencia del


don”.

“La gratuidad frecuentemente pasa desapercibida debido a una visión de la


existencia que antepone a todo la productividad y la utilidad”

“El ser humano está hecho para el don, en el cual manifiesta y desarrolla su
dimensión trascendente”.

“La caridad … al ser un don absolutamente gratuito de Dios, … trasciende


toda ley de justicia. Por su naturaleza, el don supera el mérito”.

“El desarrollo económico social y político necesita, si quiere ser


auténticamente humano, dar espacio al principio de gratuidad como expresión
de fraternidad”.

En el Ecuador tendemos a confundir la gratuidad con el paternalismo y el


asistencialismo. La gratuidad no es donar cosas de la institución a la cual nos
debemos: es donar a los demás algo que nos pertenece y nos cuesta, como
nuestro saber, nuestro amor, nuestro tiempo, nuestras relaciones, nuestras cosas,
nuestro dinero. Es donarnos a los demás nosotros mismos.

La gratuidad es la respuesta humana inteligente y generosa frente a lo mucho que


recibimos constantemente de Dios (la vida, el sol, el agua, la fe, la esperanza, la
caridad y el perdón, que Monseñor Rada definía como el “hiper-don”, o sea el
don más grande) y frente a lo mucho que hemos recibido de nuestros padres (la
vida, los primeros cuidados, la alimentación, los estudios, el cariño). Ni Dios ni
nuestros padres nos presentan la factura de lo que generosamente nos dan.

Los regalos/dones que Dios nos hace los devolvemos en el servicio a los
hermanos, especialmente a los más necesitados. La vida se encarga de que
devolvamos a nuestros padres y a otros bienhechores lo mucho que nos han dado,
cuando la enfermedad o la ancianidad los harán necesitar de nuestra ayuda.

Todo en nuestras vidas tiene un valor, pero no todo tiene un precio, como sucede
en las relaciones mercantiles.

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3.2. El mercado (35) y la economía (36 y 37)

“El mercado es la institución económica que permite el encuentro entre las


personas como agentes económicos que utilizan el contrato como norma de sus
relaciones y que intercambian bienes y servicios de consumo para satisfacer sus
necesidades y deseos”.

“El mercado está sujeto a los principios de la llamada justicia conmutativa, que
regula la relación entre dar y recibir entre iguales. Pero la doctrina social de la
Iglesia no ha dejado nunca de subrayar la importancia de la justicia distributiva
y de la justicia social para la economía de mercado”

“Sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no


puede cumplir plenamente su propia función económica”.

“La actividad económica no puede resolver todos los problemas sociales


ampliando sin más la lógica mercantil. Debe estar ordenada a la consecución
del bien común”.

“Separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir


riqueza, de la gestión política, que tendría el papel de conseguir la justicia
mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios”.

El mercado puede ser virtuoso o vicioso principalmente en estas tres situaciones:

- la compra-venta de productos y servicios


- la compra-venta de mano de obra
- la compra-venta de dinero.

La aplicación de la justicia y la equidad en estas tres situaciones produce la


redistribución de la riqueza mundial, nacional y local.

La falta de equidad produce el acaparamiento y concentración de los capitales,


fenómeno que se ha agudizado después de la crisis económica del 2008 – 2009.

Al interior de los países en desarrollo la economía urbana, a través del mercado,


tiende a subordinar y a sacrificar la economía rural. A nivel mundial la falta de
equidad es todavía mayor, porque los países del Norte, en sus relaciones
comerciales y laborales con los países en desarrollo del Sur del mundo, tienen el
doble poder de fijar sea el precio de lo que nos venden (tecnologías y
manufacturas principalmente), sea el precio de lo que nos compran (productos
naturales sin mucho valor agregado). En ambos casos, evidentemente, quien tiene
el poder está llevado a procurar sus propios intereses.

Mientras no haya una distribución más equitativa de la riqueza y los servicios


públicos en el Ecuador, no se podrá detener la emigración del campo a las
ciudades. Mientras no haya una distribución más equitativa de la riqueza y las
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tecnologías a nivel mundial, no disminuirán los flujos migratorios desde el Sur
hacia el Norte del mundo. No servirán los muros, ni las visas que muchos países
exigen, ni la prohibición a los barcos de atracar en puertos seguros.

En el Ecuador habrá mercados de fraternidad cuando la redistribución de la


riqueza pase por pagar mejor a los trabajadores (especialmente a los que tienen
remuneraciones bajas) y por reducir el costo del dinero que prestan los bancos. La
tasa activa del 28,5% que legalmente se puede aplicar al microcrédito minorista,
lleva al fracaso a muchos emprendimientos comenzados con tanto entusiasmo,
especialmente por jóvenes y mujeres.

Un mercado inequitativo no favorece la paz mundial.

“La Doctrina Social de la Iglesia sostiene que se pueden vivir relaciones


auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de
reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o
después de ella”.

“Toda decisión económica tiene consecuencias de carácter moral”.

“En las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don,


como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio. Esta es una
exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo”.

“… en el mercado se debe dar cabida a actividades económicas de sujetos que


optan libremente por ejercer su gestión movidos por principios distintos al del
mero beneficio. Muchos planteamientos económicos provenientes de iniciativas
religiosas y laicas demuestran que eso es realmente posible”.

En el Ecuador hay muchas demostraciones de la eficacia que tiene la economía


que tiene como componente la ética y la fraternidad.

3.3. Mercado, estado y sociedad civil (38-39-40)

“La sociedad civil (es) el ámbito más apropiado para una economía de la
gratuidad y de la fraternidad”.

“La solidaridad es en primer lugar que todos se sientan responsables de todos”.

“Sin la gratuidad no se alcanza ni siquiera la justicia”.

“La victoria sobre el subdesarrollo requiere actuar no solo en la mejora de las


transacciones basadas en la compra-venta, (…) sino sobre todo en la apertura
progresiva en el contexto mundial a formas de actividad económica
caracterizada por ciertos márgenes de gratuidad y comunión”.

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“El binomio exclusivo mercado-estado corroe la sociabilidad, mientras que las
formas de economía solidaria, que encuentran su mejor terreno en la sociedad
civil aunque no se reducen a ella, crean sociabilidad”.

La sociedad civil organizada y la población no organizada han dado vida y formas


en el Ecuador al fenómeno llamado “Economía Popular y Solidaria”, gracias al
cual hoy en día el 64% de la población nacional recibe o genera sus propios
ingresos.

A pesar de lo que esto significa en función de la paz social y de la dignidad


personal, el estado no presta a la EPS la atención que merece. Dedica en efecto
más recursos al control, a la sanción y a la normativa que a la promoción y al
fomento.

La sociedad civil, especialmente aquella parte de ella que se llama “ONG”, ha


generado propuestas, ideas, metodologías, formación profesional, asistencia
técnica, cultura de los derechos y de los deberes, liderazgo popular, criterios
ecológicos, sentido de identidad y autoestima.

La sociedad civil de matriz católica o de inspiración cristina, como preferimos


llamarnos, ha desarrollado experiencias válidas y modelos de desarrollo exitosos.

Voy a citar algunos nombres, para que consideremos todo el potencial que
tendremos el día en que queramos conocernos mejor, hacer sistema, coordinar
acciones, ayudarnos unos a otros, identificarnos todos como actores sociales,
miembros de la misma Iglesia.

Cáritas/Pastoral Social del Ecuador.


Grupo Social Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (GSFEPP)
Fundación Maquita Cushunchic Comercializando como Hermanos (MCCH)
Fundación Tierra Nueva
Servicio Jesuita para Refugiados y Migrantes (SJRM)
Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER)
Coordinadora de Radios Populares y Educativas del Ecuador (CORAPE)
Fundación Educativa Mons. Cándido Rada (FUNDER)
Instituto Ecuatoriano de Desarrollo Social (INEDES)
Centro de Capacitación Campesina de Azuay (CECCA)
Fundación Kolping Ecuador
Sistema de Educación Indígena de Cotopaxi (SEIC)
Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFEYAL)
Comisión Ecuatoriana de Derechos Humanos (CEDHU)
Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz
Operación Mato Grosso (OMG)
Fundación Pueblo Indio
Fundación Otonga
Fundación Promoción Humana de Guaranda (PHD)
Fundación Mons. Leónidas Proaño

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Confraternidad Carcelaria
Fundación Cristo de la Calle
Fundación Chankuap
Hogar de Cristo
Centro de Erradicación del Bocio, Cultura y Economía Solidaria (CEBYCAM)
Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE)
Fundación Juan Pablo II
Fundación Don Bosco
Fundación Santa Mariana de Jesús
Acción Social Salesiana
Fundación Tierra Nueva
Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA)
Banco Desarrollo de los Pueblos “banCODESARROLLO”
Unión Católica de Apoyo al Desarrollo Comunitario (UCADE)
Asociación Solidaridad y Acción (ASA)
Fundación de Organizaciones Campesinas de Salinas (FUNORSAL)
Fundación Runacunapac Yachana Huasi de Simiatug (FRY)
Fundación Mons. Alejandro Labaka
Fundación Familia Salesiana
Fundación ADSIS
Fundación con Cristo
Fundación Consorcio de Queserías Rurales Comunitarias.

Esta lista es larga, pero al mismo tiempo es corta. No toma en cuenta tantas
realidades locales generadas por instancias o personas, religiosas y laicas, que han
nacido y se mantienen para hacer el bien por amor de Dios y del prójimo. No
toma en cuenta que la mayoría de organizaciones populares de segundo grado
(especialmente las rurales) han tenido el impulso y acompañamiento de agentes de
pastoral, religiosos y laicos.

Aunque su naturaleza es distinta, bien puede estar en esta lista el Consejo Nacional
de Laicos del Ecuador y los movimientos como el Juan XXIII.

Pensemos en la fuerza que tendríamos, como expresión de la voluntad y capacidad


transformadora de la Iglesia, el día en que, con solidaridad activa y no solo verbal,
escogemos:
 para depositar nuestros ahorros en entidades financieras alineadas con la
Doctrina Social de la Iglesia, que financian los emprendimientos de los
pobres y no llevan dinero al exterior;
 para nuestras compras las tiendas del comercio justo, que no explotan a los
productores ni a los consumidores;
 para la alimentación en escuelas y colegios, hospitales, orfelinatos, centros
de ancianos, casas de retiros, etc. los productos de la Economía Popular y
Solidaria;
 para nuestras necesidades gráficas imprentas de entidades sin fines de
lucro;

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 para nuestras consultorías una lista de profesionales que comparten valores,
objetivos y métodos;
 para la formación de los laicos y laicas que trabajan en ONG de inspiración
cristiana propuestas constantes y completas de formación sobre la Doctrina
Social de la Iglesia.
Así haríamos sistema. Así la fraternidad tendría condumio.

Ayudarnos unos con otros, compartir saberes y recursos: imaginen ustedes como
seríamos mucho más eficientes y eficaces en nuestro esfuerzo por cambiar al
Ecuador con los valores del Evangelio. Estas tareas nos corresponden a nosotros
los laicos y laicas.

Si quieren recordar algunas excelencias construidas en el campo del desarrollo con


la motivación de la inspiración cristiana, piensen en Salinas de Bolívar, piensen en
la Cooperativa Jardín Azuayo, en MCCH, en ERPE, en IRFEYAL, en la
Fundación Tierra Nueva, piensen en el mismo Grupo Social FEPP, con
CODESARROLLO, CAMARI y FUNDER. Hay muchas otras realidades socio
económicas, educativas y asistenciales de las cuales los Católicos Ecuatorianos
podemos estar orgullosos.

3.4. Empresas y Estado (40-41-42)

“El mercado internacional de los capitales ofrece hoy una gran libertad de
acción. Sin embargo, se está extendiendo la conciencia de la necesidad de una
responsabilidad social más amplia de la empresa”.

“La gestión de la empresa no puede tener en cuenta únicamente el interés de sus


propietarios, sino también el de todos los otros sujetos que contribuyen a la vida
de la empresa”.

“Invertir tiene siempre un significado moral, además de económico”.

“Se ha de evitar que el empleo de recursos financieros esté motivado por la


especulación y ceda a la tentación de buscar únicamente un beneficio
inmediato”.

La encíclica analiza la relación entre


- profit y no profit (utilidad o sin fines de lucro)
- sector público y sociedad civil
- países de economías avanzadas y países en vía de desarrollo

Es vital para la construcción de sociedades nuevas, una nueva concepción de


empresas, que asumen la responsabilidad social como una forma de ser empresa y
no solo como un acápite marginado de su trabajo o resultados. La responsabilidad
social está en el pago justo a quienes generan resultados y productos, a quienes
aportan con ideas, tecnología, capital, a quienes contribuyen al crecimiento de la

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empresa, no solo en lo económico. Los propietarios son “administradores” de los
bienes que el Señor da para ir creando el bien común.

Hay que promover la inversión de los empresarios en lo nacional y mejor en lo


local, en la generación de empresas que creen fuentes de trabajo y no en capitales
especulativos, peor aún en inversiones en el extranjero. La inversión en lo propio
es un deber moral y una contribución con la justicia y la redistribución, así se
tenga que pagar impuestos.

Frente a estas realidades la “autoridad política” tiene un significado polivalente,


gracias al cual el Estado debe recuperar su papel de constructor de una mayor
equidad mediante una más justa distribución de la riqueza generada por el trabajo
humano.

El fortalecimiento de una autoridad política mundial será capaz de orientar


humanamente la superación de las contradicciones y hacer confluir realidades
distintas en el campo de la complementariedad.

3.5. Globalización (42)

“La superación de las fronteras no es solo un hecho material, sino también


cultural, en sus causas y sus efectos”.

“La globalización no es, a priori, ni buena ni mala”.

“El proceso de globalización adecuadamente entendido y gestionado, ofrece la


posibilidad de una gran redistribución de la riqueza a escala planetaria; pero, si
se gestiona mal, puede incrementar la pobreza y la desigualdad. Es necesario
corregir las disfunciones (…), de modo que la redistribución de la riqueza no
comporte una redistribución de la pobreza e incluso la acentúe”.

Hace algunas décadas se decía que los ricos son cada vez más ricos y los pobres
cada vez más pobres. Hoy incluso por efecto de la globalización, casi ciertamente
la primera parte de la afirmación es cierta: los ricos, sean países, espacios urbanos,
empresas o personas, por lo general acumulan más riqueza. Respecto a la segunda
parte de la frase, afortunadamente hay señales positivas: los pobres, sean países,
territorios rurales, organizaciones populares o personas, también están caminando,
lentamente si se quiere, pero caminan, al menos aquí en el Ecuador, hacia mejores
condiciones de vida.

Hace 30 años en el mundo había 2.000 millones de personas con hambre. Hoy las
Naciones Unidas dicen que son 870 millones. Un número todavía enorme. La
reducción más fuerte de la pobreza se ha dado en aquellos países del Asia donde la
globalización provocó ventajas. La humanidad entera tiene todavía grandes
deudas con muchos países de África.

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“La transición, que el proceso de globalización comporta, conlleva grandes
dificultades y peligros que sólo se podrán superar si se toma conciencia del
espíritu antropológico y ético que en el fondo impulsa la globalización hacia
metas de humanización solidaria”.

Debemos revalorizar la importancia de la persona en los procesos de


globalización, por sobre lo global de las comunicaciones, el dinero, las
mercancías, etc. Todos son instrumentos para que globalmente estemos más
unidos, tengamos más ventajas y seamos más solidarios. Fenómenos como la
Brexit, los muros arancelarios y materiales que construye Trump y las dificultades
para la circulación de los migrantes y refugiados no conducen hacia metas de
humanización solidaria, sino a provocar además de angustia, desesperación,
pobreza, un proceso creciente de violencia y corrupción.

4. LA POBREZA Y LAS POBREZAS

A los laicos católicos la constitución conciliar “Gaudium et Spes” asigna la


responsabilidad de continuar la obra divina de la creación en los campos políticos,
sociales, económicos, científicos, tecnológicos, culturales, artísticos, etc.

En cada uno de estos campos, sea aquí en el Ecuador, sea en otras partes del mundo,
hay realidades animadas por el espíritu del Evangelio encarnado por laicos y laicas
comprometidos.

El GSFEPP ha nacido hace 49 años para combatir la pobreza material y la usura con
los instrumentos del crédito para la producción, la organización popular y la
capacitación o formación profesional.

Mientras acompañábamos a las comunidades, familias y personas a vencer la pobreza


produciendo más de lo que consumían, nos hemos dado cuenta que para combatir la
pobreza material basta tener o generar dinero. Y dinero en el mundo hay mucho,
lamentablemente mal distribuido.

Al lado de la pobreza material (precariedad, escasez o ausencia de cosas indispensables


para la vida, como alimentos, vestidos y vivienda) hemos ido descubriendo, junto con
la gente, otras formas de pobreza, más difíciles de vencer e incluso más dolorosas:

 pobreza económica: escasez o ausencia de recursos financieros requeridos


para satisfacer necesidades básicas y emprender nuevas actividades, a causa
de la escasa oferta de trabajo justamente remunerado y de la pobre
remuneración de los trabajadores no especializados;
 pobreza espiritual: escasez o ausencia de valores y de una espiritualidad
capaz de dar un sentido profundo a la vida y a la búsqueda de
transcendencia;

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 pobreza moral: escasez o ausencia de buenas conductas y presencia de
hábitos viciosos, que a la postre son causas de sufrimiento para el sujeto
pobre moralmente y para las personas relacionadas con el;
 pobreza religiosa: limitada y defectuosa relación con Dios, la Iglesia y
todo lo transcendente;
 pobreza cultural: escasez o ausencia de identidad, tradiciones, relaciones y
conocimientos, que vinculen a la realidad y abran nuevos horizontes;
 pobreza afectiva: dificultad para dar y recibir amor, lo que explica entre
otras cosas la fragilidad de las nuevas familias y las crecientes señales de
insatisfacción y desadaptación de muchos jóvenes;
 pobreza política: ausencia o escasez de participación y representación en
las instancias responsables de tomar y ejecutar decisiones, que tocan la vida
de todos;
 pobreza de derechos humanos y equidad: exclusión y discriminación que
pueden transformarse en injusticias evidentes o encubiertas;
 pobreza de calidad: mediocridad en el expresarse, en el hacer y en el ser.

En una palabra se configura una preocupante “pobreza en humanidad”.

Cada una de estas pobrezas lleva a algún tipo de frustración, limitación, exclusión,
discriminación, sufrimiento y vacío. La pobreza de una persona es tanto más
grave cuanto más abundantes son las categorías de pobreza que le afectan. El
pobre material y el pobre económico (las categorías de pobreza más analizadas)
pueden ser personas más felices que los pobres espirituales, morales, afectivos y
religiosos.

La pobreza más fácil de vencer es la pobreza económica o material: como se ha


dicho antes, basta tener dinero para superarla. Muchos países europeos y asiáticos
ya lo han alcanzado, al igual que algunos sectores poblacionales y algunas áreas
geográficas del Ecuador. Pero esto no es suficiente para garantizar la felicidad y la
paz, especialmente cuando hay personas que, dejando de ser pobres, caen en la
tentación del consumismo o se transforman en exploradoras de los demás.

El remedio más universal para todo tipo de pobreza es el amor. Lo que nos mueve
a renovar y ampliar las expresiones de nuestro amor es la compasión, la
misericordia, o sea la capacidad y la voluntad de compartir los sufrimientos, las
angustias y las dificultades de los demás. Compasión no es sinónimo de lástima.
Quien tiene compasión es guiado por el amor. Entonces lo que hace y lo que dona,
principalmente de sí mismo, no le cuesta. A veces nuestro trabajo se vuelve una
rutina: perdemos la capacidad de sufrir juntos (com-pasión) con los que enfrentan
varios tipos de pobreza, injusticia y discriminación. Poco a poco lo técnico, lo
administrativo y lo burocrático pueden llegar a prevalecer sobre lo humano.
Entonces nosotros también corremos el riesgo de ser cada vez más pobres en
humanidad.

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Recordando con Paulo VI que “el verdadero desarrollo es el paso de todas las personas,
de cada persona y de toda la persona de condiciones de vida menos humanas a
condiciones de vida más humanas” (P.P. 20) en el GSFEPP tenemos como slogan
“Invertimos en humanidad”,

o sea en el crecimiento de las personas, familias y comunidades en:


- conocimientos, destrezas, saberes
- virtudes y valores
- relaciones con los demás
- superación de los miedos.

Los indígenas nos han enseñado que el objetivo final del desarrollo humano es
“querernos más,
ser felices y
vivir en paz”.

5. CONCLUSION

La Encíclica “Caritas in Veritate” en su conclusión (79) nos hace ver que, en el camino
por construir un mundo mejor, Dios es el actor y nosotros somos sus colaboradores.

El desarrollo necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en oración,
cristianos conscientes de que el amor lleno de verdad, Cáritas in Veritate, del que
procede el auténtico desarrollo, no es el resultado de nuestro esfuerzo sino un don.
Por ello también en los momentos más difíciles y complejos, además de actuar con
sensatez, hemos de volvernos ante todo a su amor. El desarrollo conlleva atención a
la vida espiritual, tener en cuenta seriamente la experiencia de fe en Dios, de
fraternidad espiritual en Cristo, de confianza en la Providencia y en la Misericordia
divina, de amor y perdón, de renuncia a uno mismo, de acogida del prójimo, de
justicia y de paz. Todo esto es indispensable para transformar los “corazones de
piedra” en “corazones de carne” (Ez. 36,26), y hacer así la vida terrena más
“divina” y por tanto más digna del hombre. Todo esto es del hombre, porque el
hombre es sujeto de su existencia; y a la vez es de Dios, porque Dios es el principio y
e fin de todo lo que tiene valor y nos redime: “el mundo, la vida, la muerte, lo
presente, lo futuro. “Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios”
(1 Co 3,22-23).

Quito, 13-7-2019.

José Tonello
GSFEPP
JTF/minj.
cc: Archivo
18-7-2019.

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