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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

SITUACIÓN CARCELARIA Y
BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

Germán Small Arana1

I. SITUACION CARCELARIA

El fenómeno de la criminalidad, que se va profundizando en el país


debido a problemas socioeconómicos, requiere de la asunción de
políticas y acciones que, encaminadas a la prevención del delito y el
tratamiento del interno, consideren que el ser humano jamás se nos
presenta como un problema aritmético, pues sus cualidades peculiares
innatas determinan que su conducta se oriente por su conformación
biopsicológica.

La situación penitenciaria peruana se caracteriza, fundamentalmente, por


tres factores, que vienen a constituir sus problemas principales: a). Una
excesiva sobrepoblación, b).Una deficiente infraestructura y c) Un exiguo
recurso económico, que inciden en las acciones de tratamiento que
tienen por objeto la resocialización del interno. La población penal crece
diariamente, haciendo que la capacidad de albergue de los
establecimientos penitenciarios sea rebasada ampliamente, con las
consecuencias que de ello se derivan, como promiscuidad, problemas de
salud, indisciplina, corrupción que permite el ingreso no solo de drogas
sino de armas de fuego que la convierten en penales violentos, donde no
es factible una adecuada clasificación penitenciaria, que no permiten
llevar adelante un programa científico y planificado de tratamiento
penitenciario como lo exige las Reglas Mínimas de Tratamiento de los
Reclusos adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas
sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en
Ginebra en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y Social en sus
resoluciones 663C (XXIV) del 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) del 13 de
mayo de 1977, que permite el logro de la finalidad y objetivo de la
reclusión.

La tasa de incremento poblacional en el Perú durante la década del 80 al


90 fue de 4.4%, pero del 2000 al 2006 el incremento fue de 5.8%,
mientras que del año 2007 se incrementó hasta en un 11% respecto al
año 2006, lo cual equivale a 3,849 internos más, hecho preocupante.

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Profesor Principal en Pre y Post Grado de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos

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En este contexto debemos indicar que la estadística de la población


penitenciaria al mes de Setiembre del 2008 es de 44,061 internos, es
decir, que en el Perú por cada 100.000 habitantes hay 156 internos, de
los cuales 41,122 son varones y 2,939 mujeres; la población al mes de
Setiembre del presente año ha registrado un incremento de 127 internos,
respecto al mes de Agosto, siendo la población actual de 44,061 internos,
el total de varones se incrementó en 157 internos, mientras que el de
mujeres aumentó en 30 internas. Cabe referir además, que la tendencia
de la población penal es creciente, en ese sentido se debe mencionar
que el aumento de la población penitenciaria de Setiembre 2008 se
incrementó hasta en un 5,9% respecto a Diciembre 2007, lo cual
equivale a 2,545 internos más. En los últimos 14 años (desde 1994) esta
población se ha visto incrementada en 127.13% (de 19,399 a 44,061
internos), ello constituye un grave problema ya que no se ha previsto las
necesidades básicas como infraestructura, recursos humanos, recursos
logísticos, presupuesto y servicios penitenciarios, lo cual constituye un
obstáculo para realizar un eficiente tratamiento del interno.

En la población encarcelada, encontramos grupos homogéneos


diferenciados de acuerdo a la situación jurídica, sexo, edad, estado civil y
ocupación; observamos que la composición de la población penal está
mayormente integrado por varones, mientras que de acuerdo al estado
civil presentan características similares entre varones y mujeres siendo el
índice más elevado el de soltero, así tenemos las siguientes cifras:

 Población Penal según Situación Jurídica y Tiempo de


Reclusión:
En cuanto a la situación jurídica de los internos, al mes de Setiembre
del presente año, se tiene que el 65.26% (28,753 internos) tienen la
condición de procesados y el 34.74% (15,308 internos) sentenciados;
en cuanto a sentenciados por tiempo de pena impuesta, el mayor
porcentaje de 5,396 corresponde a condenas de 5 a 10 años para
varones, y 386 para mujeres; le sigue la condena de 10 – 15 para
2,617 para varones, y 138 para mujeres, y con sentencias de 15 – 20
años encontramos 1,635 varones y 106 mujeres, en tanto que, con
penas mayores de 25 años tenemos 967 varones y 38 mujeres;
finalmente, con cadena perpetua, 80 varones y 7 mujeres.

 Población Penal según su Estado Civil:


De un total de 41,122 internos varones el 40.26% (16,554 internos)
son solteros, y en el caso de mujeres, de un total de 2,939 internas el
50.46% (1,483). Por el estado civil de convivientes que llegan al
36.86% (15,159 internos) y 26.78% (787 internas), respectivamente y
finalmente, un grupo considerable tienen estado civil de casados

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siendo el 16.48% (6,776 internos) y 10.72% (315 internas), de


manera respectiva.

 Población Penal según Ocupación antes de ingresar al


Establecimiento Penitenciario:
Los internos que fueron profesionales antes de su ingreso al
establecimiento penitenciario son 2,024 internos entre hombres y
mujeres de los cuales el 16.6% (340 internos) son miembros de las
fuerzas armadas y policiales y el 17.9 % (362 internos) son
profesores, el resto el 65.3% se reparte entre otros profesionales
(médicos, ingenieros, arquitectos, abogados, economistas y otros).
Asimismo, lo que fueron técnicos antes de su ingreso al
establecimiento son 2,938 internos entre hombres y mujeres; de los
cuales el 28.3% (830 internos) son agricultores, el 22.8% (670
internos) mecánicos y el 18.4% (541 internos) son electricistas, el
resto el 30.5% se reparte entre otros técnicos (paramédicos, técnicos
contables, otros técnicos y oficinistas).
Los internos que desempeñaban en oficios antes de su ingreso al
establecimiento son 39,099 internos entre hombres y mujeres; de los
cuales el 22.5% (8,812 internos) son Obreros, el 16.8% (6,559
internos) trabajadores agricultores y el 16.7% (6,535 internos) son
Comerciantes, el 12.8% (4988 internos) conductores de vehículos, el
resto 31.2% son (artesanos, operarios, trabajadores de los oficios y
otros oficios).

 Población Penal según Edad:


Para Septiembre 2008, la mayor concentración de la población penal
se encuentra en tres grupos de edad comprendidos entre 30 a 49
años, representando el 47.13 % de una población penal de 44,061
internos, de la cual 7,416 varones y 469 mujeres tienen entre 30-34
años. Cabe señalar que el 43.61 % de la POPE es joven y
económicamente productiva, considerando los rangos de edad entre
18 y 29 años, así tenemos que los internos que tienen entre 25-29
años son 8,362 varones y 496 mujeres,

La problemática penitenciaria descrita es prácticamente coetánea a la


propia República, pues hasta el momento no es factible hablar de una
real y efectiva resocialización del interno por falta de infraestructura
adecuada, personal profesional especializado, técnicos y auxiliares
debidamente capacitados, a lo que se debe agregar el exiguo
presupuesto que se asigna a la Administración Penitenciaria - Instituto
Nacional Penitenciario (INPE), para llevar adelante las acciones y/o
programas de tratamiento, hechos que imposibilitan atender los ingentes
problemas que surgen cada día en los centros penitenciarios, situación
que hace indispensable el diseño de una política penitenciaria, que

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permita entre otras medidas, edificar establecimientos penitenciarios


diferenciados para procesados y sentenciados, para mujeres y
especiales, a los que debemos sumar las construcciones de
establecimientos penitenciarios según la calidad de internos a albergar,
teniendo en cuenta la máxima seguridad y alta peligrosidad; sabiendo de
antemano el costo que significa esta empresa, donde un penal de
máxima seguridad, en su costo, es de cinco a una con relación a mínima
y de tres a uno con relación a la de mediana; sin embargo, esto es
indispensable por la seguridad misma de la persona que ingresa al
establecimiento penitenciario, para evitar que sea objeto fácil de los
factores adversos al tratamiento, que se manifiestan como modificantes
de la conducta debido a los efectos de la prisionalización, que tiene sus
propias características y mecanismo de operatividad. Por ello, el
problema penitenciario nacional ha sido calificado, no en pocas
oportunidades, como el infierno de Dante o el lugar donde el hombre se
despersonaliza por los múltiples fenómenos que le afectan durante su
permanencia, siendo varios los factores que inciden en este problema, el
mismo que no tendrá solución total, en tanto el ser humano siga
delinquiendo; por lo que la aspiración es conseguir ubicar el problema
dentro de un esquema manejable, para que, con trabajo y tiempo, se
pueda decir en el futuro que el Perú cuenta con establecimientos
penitenciarios adecuados, donde es posible efectuar acciones de
tratamiento y rehabilitación, tendientes a lograr la recuperación del
interno, modificando su conducta inicial y devolviendo a la comunidad
social un ser capaz de reintegrarse positivamente en ella.

Atendiendo a los múltiples problemas que afectan la situación


penitenciaria, se debe precisar que el tratamiento del interno no puede
definirse fácilmente como un concepto aritmético, sino que esto conlleva
una serie de factores o elementos interrelacionados que, puestos en
forma ordenada y dinámica, producen cambios en la conducta del interno
mediante la disciplina, la educación y el trabajo, que se convierten en los
tres pilares fundamentales del tratamiento penitenciario, siendo necesario
e indispensable, para lograr este propósito, la participación plena del
interno, pues, si éste no interviene real y efectivamente en todas las
acciones de rehabilitación y tratamiento programadas en el centro
carcelario, de nada servirán los esfuerzos que la administración
penitenciaria realice.

Los fenómenos que afligen a la prisión y que dificultan la obtención de la


finalidad resocializadora de la pena no están desligados de la cuestión
penal relativa a la punición, pues, el fin asignado a la pena, dentro del
marco legal, determina la orientación penitenciaria entre el castigo y
expiación del delincuente o la readaptación para favorecer su reinserción
social. En este sentido, la tendencia mayoritaria, que guía los fines

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generales de la penología, tiene como fuentes inspiradoras al


humanismo y la modificabilidad del hombre; por ello, particularmente, la
ciencia penitenciaria debe determinar claramente los fines y principios
rectores, que son los que le dan al sistema penitenciario su particular
sello característico.

Las Organización de las Naciones Unidas ha sostenido siempre que la


población de los establecimientos penitenciarios, para un manejo
adecuado donde pueda efectuarse una clasificación que genere
disposición al trabajo y a la educación, no puede exceder del número de
500 internos. En nuestro medio debemos aceptar la imposibilidad de
tener centros como internos tenga el país, por lo que, siendo referencial,
esto sería lo ideal. Frente a esa imposibilidad, se hace imperioso contar
con centros penitenciarios diferenciados, que aún cuando puedan
albergar a una población de 1,000 internos, con una adecuada
asignación de recursos y personal profesional especializado y auxiliar
técnico calificado, se hagan manejables dentro de los límites medios; sin
embargo, en algunos casos observamos una exceso poblacional que ha
desplazado los ambientes destinados al trabajo, educación y recreación,
para convertirlos en lugares de alojamiento, haciéndolos ingobernables,
como el caso del establecimiento penitenciario de Lurigancho, cuya
capacidad mínima de 1,800 internos y máxima de 3,300 se ha rebasado
ampliamente en su capacidad de albergue hasta llegar en la actualidad a
una población de 10,634 mil internos2, donde no es factible llevar a cabo
ninguna acción planificada de tratamiento, sino realizar actos aislados
que llegan a pequeños grupos, por estar centrada la atención de la
administración en la seguridad.

Este hecho, de inversión del tratamiento por la seguridad, no promueve


realmente la efectivización de los planes que se programan para la
reeducación, rehabilitación y reinserción del interno a la sociedad en
condiciones mejores de los que generaron su ingreso, que constituyen la
finalidad de la ejecución de la pena en el sistema penitenciario nacional.

Como se ha indicado, además del aspecto económico dada su


complejidad, el problema penitenciario tiene una serie de aristas, que
aunadas al propio problema, que es el interno como ser humano,
requiere no solo soluciones temporales, sino de una planificación
adecuada y real para evitar que el establecimiento penitenciario siga
siendo, como hasta ahora es, el lugar de encierro donde no es factible
alcanzar, siquiera medianamente, la recuperación del interno, pues éste
vive en un mundo de desorden, sordidez y promiscuidad. La empresa es
difícil, sabemos que ningún país del mundo, por más desarrollado que se
encuentre, ha superado íntegramente estas dificultades; pues aún
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Cifra al Mes de Setiembre del 2008. INPE/OPP-Unidad de Estadística

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cuando han logrado estándares relativamente aceptables de estancia y


convivencia, no han conseguido la total rehabilitación del interno. En
estos últimos años se ha generalizado la violencia en diferentes
establecimientos penales del mundo, especialmente en los de América
Latina, debido fundamentalmente a la sobrepoblación y a la falta de una
adecuada y científica administración, que tiende más a la seguridad y
militarización que al tratamiento.

En ese contexto, es necesario implementar políticas y acciones que,


encaminadas a la prevención del delito y el tratamiento del interno, hagan
posible la recuperación y reinserción del interno a la sociedad, por ello, el
tratamiento penitenciario no debe ser solamente al individuo aislado sino
también a sus proyecciones sociales, al complejo de relaciones creadas
en torno a su vida durante su reclusión, al medio social, afectivo y
económico de donde procede y como posibilidad futura, después de su
egreso en el trámite de su eventual adaptación al seno social; por lo
tanto, al plantearse su problemática, no puede tratarse tan sólo de la
conformación física, psíquica y cultural del interno, sino también del
ámbito de sus relaciones sociales.

II. LOS BENEFICIOS PENITENCIARIOS

Al abordar la naturaleza jurídica entendemos que un beneficio


penitenciario es un incentivo, un favor que se le otorga a una persona, es
decir, tiene una génesis premial, en cambio, cuando nosotros hablamos
de “derecho” nos referimos a una facultad de exigir todo lo establecido en
nuestro favor por la Ley. Si tenemos en cuenta esto, es fácil percibir la
gran importancia que tienen, por ejemplo los mecanismos que permiten
el acortamiento de la permanencia en prisión conforme al régimen
penitenciario, ya que de su acertada concepción dependerá su real
aplicación.3

En la legislación histórica española (Códigos penales de 1822 y 1928,


Ordenanza General de Prisiones del Reino de 1834…) es sencillo
encontrar un conjunto de normas que hacen referencia a la posibilidad
legal de rebajas en su extensión temporal sus condenas a los penados
de buen comportamiento y aplicación laboral, que en el momento actual
se concretan en las instituciones de la redención de penas por el trabajo
y la libertad condicional, contenidos en el vigente código penal.4
3
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 66.
4
GARCIA VALDEZ, Carlos. “Derecho Penitenciario (Escritos 1982-1989) Madrid: Ministerio de Justicia.
Secretaria General Técnica Centro de Publicaciones, 1989. p. 239.

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Por otro lado recordando a BUENO ARUS, quien considera a los


beneficios penitenciarios como derechos subjetivos de los internos5,
ciertamente condicionados, porque su aplicación no procede
automáticamente por el sólo hecho de que quien lo solicita se encuentra
privado de su libertad, sino que está supeditado a presupuestos
establecidos en la norma que en ocasiones, exige un juicio de valor
sobre las circunstancias subjetivas (situaciones difíciles o arriesgadas),
que no implican que la actividad técnica requerida sea arbitraria, ni
condicionada, pues, su aplicación y desarrollo es de naturaleza científica,
de lo contrario su existencia sería lírica.

Asimismo SANZ DELGADO, nos indica que, como ha señalado al


respecto BUENO ARUS, al definir los beneficios penitenciarios el propio
Reglamento, no están todos los que son ni son todos los que están…,
pero desde luego el beneficio no aparece caracterizado en ninguna parte
del ordenamiento como un regalo al que no se tiene derecho, sino como
una situación que favorece al titular, tanto si es gratuito como si es el
reconocimiento de un derecho subjetivo…6

Asimismo, el Reglamento Penitenciario español 7, en su Art. 202º nos


indica lo siguiente: “A los efectos de este Reglamento, se entenderá por
beneficios penitenciarios aquellas medidas que permiten la reducción de
la duración de la condena impuesta en sentencia firme o de la del tiempo
efectivo de internamiento, constituyen, por tanto, beneficios
penitenciarios el adelantamiento de la libertad condicional y el indulto
particular”

Particularmente, considero que los beneficios penitenciarios son


verdaderos incentivos, concebidos como derechos expectaticios del
interno que le permitirán observar las normas de conducta en el campo
penitenciario, tendientes a lograr menor permanencia en el
establecimiento penal mediante los mecanismos de la Redención de
Pena por el Trabajo y la Educación para luego alcanzar la Semilibertad y
la Liberación Condicional, accediendo paulatinamente a la libertad”, por
ello, es que los beneficios penitenciarios no pueden concebirse como un
derecho ni como una gracia; pues si así fuera, en el primer caso habría
5
BUENO ARUS, Francisco; “Los Beneficios Penitenciarios después de la Ley Orgánica General
Penitenciaria”; En: Criminología y Derecho Penal al servicio de la persona; Libro Homenaje al Profesor
Antonio Beristain; Inst. Vasco de Criminología; San Sebastián- España; 1989; Pág. 999-1000.
6
Cfr. BUENO ARUS, F. “Reglamento penitenciario comentado, 3ra ed. Sevilla, 2004, pp.16y 17 citado
por ENRIQUE SANZ DELGADO en “Regresar antes: Los beneficios penitenciarios”. Madrid: Ministerio
del Interior, Secretaria General Técnica, 2006. p 21.
7
Legislación Penitenciaria. Décima Edición Actualizada. Madrid: Tecnos, 2008.

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simplemente una exigencia de carácter obligatorio de cumplir los


requisitos determinados para su concesión, que le harían perder su
concepción dentro del tratamiento penitenciario y el sistema progresivo,
más aun cuando el penado sigue siendo uno más del establecimiento
penal, en tanto no alcance su libertad definitiva, siendo esto así, la
semilibertad así como la liberación condicional, requieren de una
calificación individualizada, y en el segundo caso considerar a los
beneficios penitenciarios como gracias no resulta adecuado, porque no
es un acto de condonación o perdón como el indulto y la amnistía que
ponen fin a la condena. 8

A su vez, la Ley Orgánica General Penitenciaria en su Art. 203º no se


equivoca al prescribir que la penalidad de los beneficios penitenciarios
responden a las exigencias de la individualización de la pena en
atención a la concurrencia de factores positivos en la evolución del
interno, encaminados a conseguir su reeducación y reinserción social
como fin principal de la pena privativa de libertad.

Los beneficios penitenciarios requieren de una evaluación


particularizada, como lo es el propio tratamiento penitenciario, pues, una
vez concedidas están sujetas a reglas de conducta cuyo incumplimiento
provoca la revocatoria que no opera en la gracia, de allí su diferencia y
su calificación como incentivos permiten, a la administración
penitenciaria, mejor control y programación de las acciones de
tratamiento al interno, manteniendo durante su permanencia en el centro
penal, buena conducta y promoviendo actitudes positivas para convivir
adecuadamente en la comunidad social; en tal virtud, los beneficios
penitenciarios como incentivos que ofrece el régimen penitenciario,
permite la ejecución de diversas acciones de terapia, educación y
trabajo basados en la autodisciplina y autocontrol del interno que lo
obligará a su retorno a la comunidad conducirse adecuadamente,
respetando las normas de convivencia social.

En base a los fundamentos expuestos líneas arriba, consideramos que


los beneficios son incentivos que no pueden estar en la categoría de
derechos ni gracias, por que estos están sujetos al cumplimiento no solo
de los requisitos sino a la evaluación del órgano técnico del
establecimiento penitenciario en cuanto al proceso de rehabilitación y la
del propio Juez cuando la concede, como en los casos de pre-libertad
que calificará lo positivo y la oportunidad de su concesión en función del
interno y la sociedad misma, es decir, en su decisión deberá considerar
que su retorno anticipado será favorable para el interno, en tanto que su
comportamiento no afectará a la comunidad.

8
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p.68.

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Por eso, consideramos que las políticas dirigidas por el Estado, no deben
restringir la concesión de beneficios penitenciarios, ya que este se
encuentra en función del sistema progresivo adoptado por el Perú,
además de que gran parte de la doctrina penitenciaria considera a estos
mecanismos coadyuvantes a la rehabilitación del interno. Así también, los
beneficios penitenciarios de pre-libertad y la redención de pena por el
trabajo y la educación, al permitir el egreso anticipado del
establecimiento penitenciario desminuya la población penal evitando el
hacinamiento y permitiendo que los servicios de tratamiento existentes
tengan uso adecuado para los internos que lo necesitan.

En cuanto a los beneficios penitenciarios, nuestra legislación


penitenciaria regula los siguientes:

1. El permiso de salida

El Sistema Progresivo, que es el que inspira el Derecho de Ejecución


Penal peruano (articulo IV del Titulo Preliminar) 9, consta de tres etapas:
observación, tratamiento y prueba; dentro de esta ultima, encontramos el
permiso de salida como un beneficio penitenciario que se concede al
interno que ha observado buena conducta y ha cumplido con los requisito
establecidos en el articulo 43º del Código de Ejecución Penal.10

El Permiso de Salida constituye un beneficio penitenciario que coadyuva


al tratamiento del interno, su concesión se da en situaciones de
emergencia o urgencia para el interno, y en casos estrictamente
personales, donde juega un rol importante en el sistema penitenciario;
puesto que, al no ser prohibido, promueve que el interno mantenga una
conducta que le permita acceder al beneficio cuando las circunstancias
que se contemplan como causales, se presenten.

El egreso del establecimiento penal, se da bajo la autorización del


Director del establecimiento penitenciario, siempre y cuando concurran
las circunstancias que establece el C. de E. P., es decir en situaciones de
urgencia o emergencia para el interno, como por ejemplo por enfermedad
grave o muerte del familiar más cercano, en ocasiones para realizar
algunas gestiones o actos fuera del recinto carcelario que requiera
estrictamente la presencia del interno, también puede darse por
9
Código de Ejecución Penal (Decreto Legislativo Nº 654 del 02-08-91). Articulo IV del Titulo Preliminar.
“El Tratamiento penitenciario, se realiza mediante el sistema progresivo”.
10
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 73.

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

nacimiento de los hijos del interno o para estrechar los vínculos familiares
o sociales, sea para desempeñarse laboralmente en condiciones
similares a los de la vida libre, en otras palabras para realizar gestiones
para obtención de trabajo y alojamiento ante la proximidad de su
liberación.

Asimismo la doctrina española con GARCIA VALDEZ, no se aleja de lo


precedentemente citado al precisar que, no solo se otorgan permisos en
supuestos de fallecimiento o enfermedad grave de familiares, por
matrimonio y nacimiento de hijos de reclusas, si no que, previa
autorización judicial, también alcanzan a los presos preventivos,
destinándose la parte principal de la norma legal a explicar el métodos de
conceder permisos de salida regulares a los penados de duración
ordinaria de veinticuatro, cuarenta y ocho horas o siete días y de fines de
semana, con mención de los requisitos necesarios para obtenerlos,
fundados tanto en criterio objetivos (grado de tratamiento penitenciario y
distancia del punto de destino) como subjetivos (conducta observada y
necesidades familiares o profesionales), obtención de garantías referidas
al aviso familiar, para entregar en su presencia al interno, o la exigencia
del billete de ida y vuelta para el trayecto y estar en posesión del dinero
adecuado; licencias temporales que operen de manera automática en los
centros abiertos y para todos los días festivos y fines de semana,
especialmente.11

El contacto que el interno tenga con el exterior es de suma importancia


para la obtención del objeto primordial de la ejecución penal, que es la
rehabilitación y reeducación y reinserción del penado al seno de la
sociedad.

Este beneficio es de carácter temporal, toda vez que sólo procede


durante la vigencia de la situación excepcional y necesaria que determina
la norma y puede concederse por un máximo de 72 horas, y depende del
lugar hasta donde se traslade el interno.Por fuerza mayor el tiempo
necesario será de responsabilidad de la custodia.

Es de carácter excepcional, por que sólo procede en circunstancias


únicas en las que se requiere que el interno acuda personalmente, y de
carácter humanitario, toda vez que está en función de que la persona
recluida tenga los mismos derechos que el ciudadano en libertad, con la
única limitación establecida en la condena, conforme lo determina el Art.
1º del Código de Ejecución Penal, considerando que la reclusión no
puede afectar los derechos que como persona humana le corresponden,
situación que afectaría a su dignidad. Aquí es necesario tener en cuenta,

11
GARCIA VALDEZ, Carlos. “Derecho Penitenciario (Escritos 1982-1989) Madrid: Ministerio de
Justicia. Secretaria General Técnica Centro de Publicaciones, 1989. p. 243.

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también, que este beneficio esta concebido dentro del derecho de toda
persona y al que no es ajeno el hombre recluido.12.

2. Redención de pena por el trabajo y/o educación

También es un beneficio penitenciario, que permite al sentenciado acortar


el tiempo de permanencia en el establecimiento penitenciario, mediante
la acumulación de los días redimidos y al procesado la libertad bajo
vigilancia en audiencia extraordinaria. Este beneficio se convierte en un
buen mecanismo coadyuvante al tratamiento del interno, toda vez, que lo
incentiva al trabajo y a la educación y consolida estas dos acciones como
pilares fundamentales de la rehabilitación, teniendo como soporte
fundamental y necesario la disciplina13.

Citando una vez más a la doctrina española, SANZ DELGADO,


recordando a BUENO ARUS, precisa que, en cuanto a su concepto nos
encontramos ante “una causa de extinción (parcial) de la responsabilidad
criminal, que consiste en una valoración jurídica del tiempo de
cumplimiento de las penas privativas de libertad superior a la medida
cronológica, siempre que el penado desarrolle en ese tiempo una
actividad laboral.14 Asimismo SANZ DELGADO nos indica que otra
valoración interpretativa de un criterio histórico es la que ofrecía ANTON
ONECA, quien con su prosa señala “que se trata en realidad de una
encarnación del sistema progresivo bajo el régimen de sentencia
indeterminada”. En cuanto a su naturaleza jurídica, hasta 1948 se utilizo
la expresión “derecho” del penado, si bien el termino beneficio ha sido el
protagonista durante todo el periodo de su aplicación.15

Este beneficio en el Perú, se remonta al Decreto. Ley Nº 17581, del 15


de abril de 1969, “Unidad de Normas para la Ejecución de Sentencias
Condenatorias”, la misma que señalaba que se accede a la redención de
pena por el trabajo en la modalidad del dos por uno (2x1), para el caso
de los sentenciados primarios, lo que significaba que estaban
exceptuados los procesados, reincidentes y los que no hubieran
observado buena conducta.

12
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 76.
13
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 92.
14
Cfr. BUENO ARUS F, “Estudios penales y penitenciarios… pp. 163y 166 citado por SANZ DELGADO
en “Regresar antes: Los beneficios penitenciarios”. Madrid: Ministerio del Interior, Secretaria General
Técnica, 2006. p. 137.
15
SANZ DELGADO, Enrique. “Regresar antes: Los beneficios penitenciarios”, Madrid: Ministerio del
Interior. Secretaria General Tecnica, 2006. p. 137

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

En el año 1980, mediante Decreto. Ley Nº 23164, se amplía la redención


de pena por el trabajo a procesados y sentenciados. Surgiendo recién en
el Perú, la redención de pena por el estudio con la misma modalidad y
mecanismos que la establecida para la redención de pena por el trabajo
en la modalidad del dos por uno (2x1), consolidándose de esa manera el
trabajo y la educación (estudio en ese entonces) como mecanismos de
tratamiento, con excepción de los reincidentes específicos en
narcotráfico y los que observen mala conducta en el recinto penitenciario.

Sobre la base de la Constitución 1979, (segundo párrafo del artículo


234°) que establecía que “El régimen penitenciario tiene por objeto la
reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad,
de acuerdo con el Código de Ejecución Penal”, surge el Código de
Ejecución Penal, mediante Decreto Legislativo. Nº 330 del 06 de marzo
de 1985, donde se recoge la redención de pena en la modalidad del dos
por uno (2x1) esto es por dos días efectivos de trabajo, obtiene uno y en
el caso del estudio, determinaba su procedencia cuando el interno
hubiera aprobado el bimestre. En este contexto la redención de pena se
convierte en un eficaz mecanismo coadyuvante del tratamiento del
interno, que le permite alcanzar anticipadamente la libertad definitiva o
libertades intermedias como la semilibertad y la liberación condicional.

Ya, con el actual Código de Ejecución Penal, aprobado mediante Decreto


Legislativo. Nº 654, se mantiene la redención de pena en la modalidad
del dos por uno (2x1), pero se adiciona el mecanismo del cinco por uno
(5x1), sólo en delitos de mayor gravedad determinados por Ley de
manera expresa, y posteriormente de manera excepcional la modalidad
del siete por uno (7x1), en delitos de Terrorismo, Secuestro y Extorsión,
en este último caso la redención sólo permite alcanzar la libertad
definitiva.

La norma señala que no es acumulable cuando éstos se realizan


simultáneamente, es decir cuando la educación y el trabajo se efectúan
simultáneamente o en tiempos iguales, con el objeto de evitar que, en
algún momento, se pueda utilizar acumulativamente, creando un
mecanismo no establecido en la ley que sería el uno por uno (1x1).

La redención se acredita con la planilla de control laboral efectiva que


estará a cargo del jefe de trabajo. Para acceder a dicho beneficio, el
interno tiene que haberse inscrito previamente en el Libro de Registro de
Trabajo. En el caso de la Ecuación, se acreditará con la evaluación
mensual de los estudios con notas aprobatorias y con la planilla de
control educativo, disponiendo la norma que el informe trimestral será
agregado al expediente personal del interno.

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

La finalidad de la redención de la pena por trabajo y/o educación permite


al interno procesado obtener la libertad bajo vigilancia en audiencia
extraordinaria, y al interno sentenciado obtener la semilibertad o la
liberación condicional con anticipación, así como obtener la libertad
definitiva con anticipación a la fecha fijada en la sentencia.16

3. La Semilibertad

Dentro del sistema progresivo penitenciario, que adopta el Perú para el


tratamiento del interno, podemos ubicar a la semilibertad en una etapa
intermedia entre la reclusión y la liberación condicional, o sea, en la
penúltima fase situada en la etapa de la prueba, que permite comprobar
las acciones rehabilitadoras llevadas a cabo en el campo penitenciario,
mediante el egreso anticipado del sentenciado al haber cumplido una
tercera parte de la condena , o dos terceras partes en los delitos
contemplados en el articulo 46 del Código de Ejecución Penal y en leyes
especiales que analizaremos cuando tratemos cada caso particular.17

La Semilibertad es un mecanismo de pre-libertad, concedido por el


Órgano Jurisdiccional competente, teniendo en cuenta la buena conducta
observada por el interno durante su permanencia en el establecimiento
penal, en razón de la favorable evolución lograda dentro del tratamiento
adoptado para su rehabilitación y posterior reinserción a la sociedad,
donde su concesión esta condicionado a reglas de conducta, cuyo
incumplimiento trae como consecuencia la revocatoria.

Se considera como un incentivo, un factor de estimulo, capaz de auto


generar una disciplina vital para la conservación del orden y
consecuentemente le permita egresar y reinsertarse a la comunidad libre.
Entre los requisitos para su concesión es necesario contar con los
siguientes documentos:

• Copia de la sentencia
• Certificado de buena conducta
• Certificado de no tener proceso pendiente con mandato de
detención.
• Certificado de cómputo laboral o estudio, si lo hubiere.
• Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo a
la evaluación del Consejo Técnico Penitenciario.
16
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 92.
17
SMALL ARANA, Germán. “Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios” Lima: Grijley,
2006. p. 122.

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

• Certificado policial que acredite domicilio o lugar de alojamiento.

Existen dos modalidad de semilibertad, la ordinaria que se concede al 1/3


de la pena y la extraordinaria a los 2/3 de la pena, la modalidad esta en
función del tipo penal.

La revocatoria se da por el incumplimiento de reglas de conducta o por


comisión de nuevo delito; en el primer caso, la revocatoria implica el
retorno del liberado al establecimiento penitenciario a seguir cumpliendo
la condena pendiente desde el momento de la revocatoria hasta la fecha
señalada para el cumplimiento total de la pena impuesta. En el segundo,
independientemente a no reconocer a favor del liberado el tiempo que
estuvo gozando de ella, obliga al cumplimiento de la totalidad de la pena
por la que se liberó, no pudiendo solicitar nuevamente el beneficio por la
condena revocada, siendo recién procedente en la condena impuesta
por el segundo delito.

4. Liberación Condicional

Las legislaciones dan a esta figura múltiples denominaciones, es llamada


libertad condicional, liberación condicional, libertad preparatoria (fue esta
denominación dada por el Código Penal Militar cubano y el Código Penal
Mexicano de 1929), libertad provisional y revocable, libertad vigilada y
libertad bajo palabra. Respecto a este tema, se ha discutido cuál es la
denominación más acertada, si lo es libertad condicional o liberación
condicional; coincidiendo con FEDERICO DE CÓRDOVA, podemos decir
que “Llámesele preparatoria, anticipada y revocable, provisoria, libertad o
liberación condicional siempre conservará sus características
perfectamente delineadas y producirá un estado de libertad o liberación
condicional”18

Es un mecanismo de pre-libertad, basada en la autodisciplina y


autocontrol del interno y que, sometida a reglas de comportamiento,
hacen de este beneficio un incentivo, adecuado para el tratamiento en
libertad.

De acuerdo al Código de Ejecución Peruano, en su Sección IV, Artículo


53º, la liberación condicional, como así lo denomina, es aquel beneficio
penitenciario que se concede al interno sentenciado que ha cumplido la
mitad de la condena impuesta o cuando hubiere cumplido, en
determinados delitos, las tres cuartas partes de su pena, siempre que no
tenga proceso pendiente con mandato de detención.

18
DE CÓRDOVA, Federico. “La libertad condicional” Ed. Cultural: La Habana, 1943. Pág. 38.

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

Asimismo, respecto al adelantamiento de la libertad condicional, el Art.


205º del Reglamento Penitenciario Español señala “Las Juntas de
Tratamiento de los Centros Penitenciarios, previa emisión de un
pronóstico individualizado y favorable de la reinserción social, podrán
proponer al Juez de Vigilancia competente, el adelantamiento de la
libertad condicional para los penados clasificados en tercer grado,
siempre que hayan extinguido las 2/3 partes de su condena o condenas y
que sean merecedores de dicho beneficio para observar buena conducta
y haber desarrollado continuadamente actividades laborales, culturales u
ocupacionales, conforme a lo establecido en el Código Penal.

Tiene por finalidad, básicamente la rehabilitación y reincorporación


paulatina del penado a la sociedad, dentro de la etapa de la prueba del
sistema progresivo, el mismo que fue adoptado por el Estado Peruano.

A su vez SANZ DELGADO advierte que la finalidad última de la


institución no ofrece dudas a la vista de lo dispuesto en la referida norma
reglamentaria en el Art. 203º, perfectamente asumible para esta
modalidad de beneficio, por cuanto según la misma “Los beneficios
responden a las exigencias de la individualización de la pena en atención
a la concurrencia de factores positivos en la evolución del interno,
encaminados a conseguir su reeducación y reinserción social como fin
principal de la pena privativa de libertad”19

Este beneficio tiene las siguientes características:

La revocabilidad, en la medida que su otorgamiento no implica la


libertad definitiva del sentenciado, éste deberá observar ciertas reglas de
conducta fuera del establecimiento penal, pudiendo ser revocada ante la
infracción de una de ellas.

La vigilancia, el sentenciado además se encontrará sujeto a la vigilancia


de las autoridades penitenciarias judiciales las cuales supervisarán si
cumple las reglas impuestas.

La transitoriedad, en la medida que permanece hasta el momento que


el sentenciado acceda a la libertad definitiva por el cumplimiento de la
pena impuesta o hasta el momento que es reintegrado a prisión.20

Al igual que la semilibertad, la liberación condicional tiene dos


modalidades a saber: ordinaria, toda vez que se concede al sentenciado
que ha cumplido la mitad de la pena, y extraordinaria, cuando se ha
cumplido las tres cuartas partes de la pena.
19
SAN DELGADO, Enrique. “Regresar antes: Los Beneficios Penitenciarios”, Ibíd. Pág. 112.
20
SMALL ARANA. Op. Cit. Pág. 203

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

Para su concesión se exige los siguientes requisitos:

• Testimonio de condena.
• Certificado de conducta
• Certificado de no tener proceso pendiente con mandato de
detención.
• Certificado de cómputo laboral o estudio, si lo hubiere.
• Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo a
la evaluación del Consejo Técnico Penitenciario.

La Revocatoria funciona al igual que la Semilibertad. En cuanto a la


autoridad judicial que revoca, debemos precisar que existe uniformidad
de criterio en cuanto se refiere al incumplimiento de las reglas de
conducta, es el Juez Penal que concedió el beneficio. Pero, cuando se
refiere a la revocatoria por causal de comisión de nuevo delito doloso,
existen discrepancias y opiniones divergentes, sin embargo los plenos
jurisdiccionales y la constante jurisprudencia han establecido, que es el
Juez Penal, al momento de dictar la sentencia por el nuevo delito.

Nuestra opinión sobre el particular es distinta, pues, considerando a la


liberación condicional como un beneficio de pre-libertad basado en el
autocontrol y la autodisciplina, la apertura de un nuevo proceso penal con
mandato de detención, implica desde ya la pérdida del beneficio, lo
contrario desnaturalizaría su finalidad y en base a ello, consideramos que
el Juez que concedió el beneficio al tomar conocimiento de la medida de
detención, dictada contra el liberado por la supuesta comisión de nuevo
delito doloso puede suspenderla, en tanto el cómputo del tiempo a
revocarse podrá realizarlo el Juez al momento de dictar la sentencia por
el nuevo delito; pues, lo contrario implicaría tener en el penal a un
liberado condicional y a un procesado al mismo tiempo.

5. Visita Intima

La visita íntima constituye un beneficio al que pueden acceder las


personas privadas de libertad procesadas o sentenciadas, que tengan la
condición de casados o convivientes, tiene por finalidad principal el
mantenimiento de las relaciones maritales del interno en forma sana y
moral, se concederá discrecionalmente, previo estudios sociales y
médicos, a través de los cuales se descarte la existencia de situaciones
que hagan desaconsejable el contacto íntimo.

Como ya hemos señalado, es un beneficio penitenciario, toda vez que los


beneficios sirven para el mantenimiento de la disciplina en el penal. Los

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

reclusos acceden a este beneficio, bajo dos premisas: Profilaxia médica y


Planificación familiar, por lo que aun reconociendo como derecho
connatural al ser humano, se incluye en el capitulo de los beneficios
penitenciarios como un mecanismo de control y mantenimiento de la
unidad familiar.

Este beneficio, responde ante un problema carcelario; la abstinencia


sexual forzada, se otorga a todos sin distinción de situación jurídica ni
categoría delictiva, además, mantiene el vínculo familiar como elemento
indispensable para el tratamiento resocializador del interno evitando
desviaciones sexuales y aliviando tensiones y ansiedades de los
reclusos.

Se puede suspender el beneficio, por haber adquirido una ETS, hasta


que el interno o la interna o su pareja se recupere; cuando se compruebe
que la pareja ejerce la prostitución dentro del establecimiento
penitenciario esto puede tener una duración de 6 meses; del mismo
modo, se prohibirá el ingreso de la pareja por 30 días. Además, cuando
el interno haya sido objeto de la sanción de aislamiento, mientras dure
esta medida; por inobservancia de las disposiciones de disciplina y
seguridad que regulan la visita íntima, pudiendo alcanzar la suspensión
hasta por treinta días; en caso de bigamia detectada y comprobada; y por
último cuando se detecta irregularidades y/o falsedad de los documentos
que dio trámite al beneficio.

Finalmente, cabe indicar que en nuestra legislación no es procedente los


beneficios penitenciarios de redención de pena, semilibertad y liberación
condicional, en los delitos de mayor incidencia en algunas figuras
delictivas, como el T.I.D. en el tipo agravado artículo 297º, Lavado de
Activos – Ley 27765: Violación de menores decreto Ley 27507-, no
admiten beneficios penitenciarios en los artículos 173 y 173 A, por lo que
la condena impuesta se cumplirá en su totalidad. También es de
considerar que en el delito de Terrorismo, Extorsión, Secuestro, conforme
al decreto Legislativos 927 ( terrorismo) y la Ley 28760, sólo es
procedente la redención de penas por el trabajo y la educación en la
modalidad del 7x1, siendo utilizable solamente para los efectos de
libertad definitiva más no para la liberación condicional que en estos
delitos es procedente cuando el sentenciado ha cumplido efectivamente
las tres cuartas partes de su condena y en los delitos Contra la
Administración Pública, que si bien es cierto no constituyen un porcentaje
importante de población penal, se debe indicar que la Ley Nº 27770,
modificatoria del Código de Ejecución Penal, DL. 654, en las
modalidades de Peculado, ( con excepción del peculado culposo)
Colusión, Corrupción de Funcionarios en todas sus modalidades y
Asociación Ilícita para Delinquir, establece la concesión de los beneficios

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SITUACIÓN CARCELARIA Y BENEFICIOS PENITENCIARIOS EN EL PERÚ

de pre-libertad como la semilibertad y liberación condicional al cumplir


los extremos de 2/3 y ¾ partes, previo pago del íntegro de la reparación
civil y la multa, lo que determinará la permanencia de un gran sector de
la población de sentenciados por este delito hasta el cumplimiento final
de la pena impuesta; por la imposibilidad del pago de la reparación civil y
la multa en su totalidad, lo que implica una población estanco
permanente.

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