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Ayoreo

Antes de los contactos europeos, un


Ayoreo, también conocidos como morotocós, moros, corazo, amplio territorio -300.000 Km²- en el
kursumoros, samococios, coroinos, potureros, guarañocas,
norte del Gran Chaco -hoy, noroeste
yaniaguas, tsirákuas, takrats, o zamucos. Los guaraníes los
llamaban “talón enfrente”, por la creencia de que tienen otro de Paraguay y sudeste de Bolivia-,
talón a cambio de dedos en los pies. era recorrido por los nómades ayoreo,
organizados en más de cincuenta
La primera mención de gentilicio ayoré aparece en 1955, para grupos locales, con liderazgos
referirse a grupos ubicados al norte de San José de Chiquitos independientes.
en Santa Cruz, Bolivia.
Para el ayoreo su territorio, el monte
La autodenominación -que significa "personas"- varía en
función de número y sexo: ayoré (femenino singular), ayoréi ("eami"), es un ser vivo que los
(masculino singular), ayorédie (femenino plural), ayoréode cobija y se ilumina con su presencia,
(masculino plural). A los que no son de esta etnia, los llaman formando con ellos un cuerpo. Eami
cojñone: "los que hacen cosas raras, sin sentido". les da lo que necesitan y les protege,
y ellos lo cuidan. Tan preciado
Hábitat: El territorio tradicional de los ayoreos era la región tesoro, lo fueron perdiendo a manos
del Chaco septentrional, entre el sudeste boliviano y el norte
paraguayo. Unos 300.000 Km² entre los ríos Paraguay, del hombre blanco. Primero los
Pilcomayo, Itikaguasu o Parapetí y Guapay o Grande; desde jesuitas lograron reducir un grupo y
las serranías de Chiquitanía, en Bolivia, hasta la zona que fundar la misión de de San Ignacio de
ocupan en la actualidad las colonias mennonitas del Chaco los Zamucos (1724), que en 1745
central paraguayo (a la altura de Filadelfia). debió ser abandonada, ante el fracaso
de los misioneros por cambiar sus
Área Cultural: Gran Chaco (América del Sur).
hábitos de vida. Lograron continuar
Lengua: Zamuco aislados hasta 1930, cuando los
aprestos de la Guerra del Chaco entre
Grupos territoriales: Bolivia y Paraguay, que tenía
epicentro en su territorio, provocaron
que muchos huyeran al norte, a
tierras chiquitanas, donde los
encuentros eran geneneralmente
sangrientos. Finalmente hacia 1950
comienza la expulsión masiva de sus
territorios, intereses de los cojñone
26% (extranjeros) en sus territorios, y
Áreas con presencia de "silvícolas", ayoreos que viven en misioneros católicos, mennonitas, y
aislamiento.
evangelistas, los fueron detectando en
el monte y obligándolos a sedentarizarse.

Hoy en día, se han establecido en grupos locales, que los misioneros continúan
adoctrinando. Quedan aproximadamente 6.000 ayoreos repartidos en Bolivia y Paraguay; y
pequeños grupos - aproximadamente 100 personas- que siguen rechazando el contacto, son
los "silvícolas", o "indígenas en aislamiento voluntario" que mantienen la manera de vivir
ancestral.

Los sedentarizados se han unido, peticionan el reconocimiento de un territorio binacional,


donde los que aún no ha sido contactados sean respetados: “Vamos a solicitar al Gobierno
nacional que respete a los compañeros que se encuentran en la selva. Pedimos una reserva
territorial para salvaguardarlos”

Organización Social

Los grupos locales y sus territorios no eran permanentes, cambiaban dinámicamente,


divisiones provocaban a veces la desaparición de un grupo, la constitución de otro nuevo, o
uniones entre grupos diferentes y cambios de nombres con nuevas definiciones de
territorios.

Había más de cincuenta grupos, cuyos jefes tenían poder de


decisión en situaciones extremas, en la vida cotidiana las
decisiones eran consensuadas. Carecían de una
organización común, sólo con fines bélicos hubo Líder ayoreo ("dacasute")
confederaciones temporales bajo un liderazgo único. identificado por su gorro
elaborado con piel de jaguar.
Según la tradición Gedé (el sol), héroe cultural ayoreo,
decidió que había siete diferentes grupos de pertenencia, e instituyó que los matrimonios
debían celebrarse entre distintos clanes (sibs), y que los recién nacidos pertenecían al clan
del progenitor.

La divinidad solar había enviado a la "gente verdadera", siete clanes que habitaron el
universo y poblarían la tierra: Dosapeode, Jnuruminone, Picanerene, Chiquenone,
Etacorone, Cutamurajnane y Posorajnane. Estas unidades sociales no sólo agrupaban a los
hombres, también a los animales, vegetales, etc.; no hay ente ser o realidad alguna que no
pertenezca a determinada sib.

El clan da el apellido a los ayoreo, con diferente declinación de acuerdo al sexo:

Sib (clan) masculino femenino


Dosapeode Dosapei Dosapé
Jnuruminone Jurumini Jurumine
Picanerene Picanerai Picaneré
Chiquenone Chiquenoi Chiquejno
Etacorone Etacore Etacoronie
Cutamurajnane Cutamurajnai Cutamijno
Posorajnane Posorojnai Posijno

Para el nombre, utilizaban la tecnonimia, es decir dirigirse a una persona como el


progenitor de un hijo que tiene nombre propio, y no por el nombre de esa persona. Cada
ayoreo posee un nombre propio que se le pone al nacer -generalmente decidido por los
abuelos-, lo conservará hasta que nazca su primer hijo. Luego padres y abuelos reciben
otros denominativos agregando un sufijo al nombre del recién nacido. El padre de Neque
será Nequede, la madre Nequedate, el abuelo Nequedaqude y la abuela Nequedacode.

La esencia de la estructura social eran las familias nucleares (guidai), Gosodo el grupo
territorial:

Guidai (familias nucleares)


Las mujeres son la cabeza del grupo familiar. Ellas tienen poder en la vida cotidiana, toman
la iniciativa en las relaciones sexuales y en la unión que culminará en el matrimonio.

Jogasui (familias extensas)


Unidades familiares por excelencia, formadas por varias guidai. La mujer lleva a su pareja a
la unidad doméstica extendida. La autoridad recae en el jefe de familia (asuté)

Aldea
Degüi (campamento)
Lugares que posibilitan una
Preparados para descansar,
vida más sedentaria, donde
cocinar y pasar la noche al
los grupos permanecen
finalizar un día de caminata, Gague (bandas)
unidos por un tiempo
no cuenta con casas fijas, las
prolongado. Existían
familias extensas mantienen
viviendas fijas para albergar
en él un fogón común.
familias extensas.

Gosodo (Grupos Territoriales)


Parcialidades que ocupan extensas áreas. Ejemplos: Diquedejnaigosode (Bolivia),
Totobiegosode (Paraguay).

Fuentes:

http://www.wrm.org.uy

Aspecto físico y vestimenta


Los adultos se depilaban cejas y
pestañas y usaban el cabello largo y
suelto; mientras los jóvenes lo llevaban
corto y también las viudas a fin de que
el nuevo marido no muera pronto.
Algunos se hacían cicatrices en el
pecho y vientre, para demostrar fuerza
y coraje. Tatuaban su cuerpo con
elementos calentados al rojo vivo.

Tradicionalmente no usaban ropas, se


limitaban a emplear cubresexos de
fibras adornados con plumas y
sandalias de madera o piel de tapir. "La
verdadera vestimenta del ayoreo era su Familia ayoreo contactada en 2004.
misma piel desnuda, la que podía teñir
de negro para la guerra y de color rojo
para el amor”. El negro expresa
sentimientos de violencia y el rojo,
erotismo.

Los cubresexos, "odí" para las mujeres,


"ayé" para los varones, los comenzaban
a usar al entrar en la pubertad, no por
pudor, sino como símbolo de una
nueva etapa de la vida.

En las festividades, los líderes


("dacasute") usaban un gorro de piel de Choza tradicional abandonada en 1995.
jaguar ("ayoi"), los demás de piel de
mono. Las plumas eran ornamentos de los hombres particularmente fuertes.

Vivienda

La vivienda era circular, se construía en torno a un pilar central, sobre el cual apoyaban
otros menores en forma convergente, la cobertura del techo y la pared -que no llegaban al
suelo-, eran hojas y ramas entrelazadas. Varias de ellas situadas en forma circular alrededor
de un centro donde se encontraban las de los solteros, conformaban la aldea ("guiday");
lugar donde el grupo permanecerá unido por un tiempo prolongado.

El campamento ("degüi") era el lugar preparado para descansar, cocinar y pasar la noche al
finalizar un día de caminata, buscaban un lugar en el monte que los abasteciera de agua y
protegiera del frío y los vientos, allí las familias extensas mantenían un fogón común.

Economía
Tenían una cultura de subsistencia, no acumulaban, se limitaban a cubrir las necesidades
diarias, si faltara entraban al monte a buscar los recursos para completar la dieta.

Se movían constantemente dentro de su territorio en busca de alimentos, agua o materia


prima para la fabricación de utensilios. Existían épocas de descanso en la aldea,
especialmente en tiempo de lluvias, cuando preparaban la siembra y durante la cosecha. La
necesidad de cambiar de sitios era necesaria en tiempo seco, cuando dependían
exclusivamente de la caza y recolección.

Las actividades económicas más importantes eran la recolección de frutos y mieles


silvestres y la horticultura, seguidas por la caza y en menor medida, por la pesca.

Había formas de cooperación en la cacería y en el trabajo existente dentro de la familia


nuclear y de la familia extensa. Como compensación a la producción, principalmente
individual, existen rígidas reglas de distribución de toda clase de bienes producidos,
cazados, recolectados y encontrados. Distribuir alimentos o hacer circular otros bienes, es
obligación para todos. La propiedad de la tierra es colectiva; el usufructo es individual: una
familia o un pequeño grupo de ellas emparentadas trabaja un campo de cultivo. Había
cantos y ritos específicos para la época de siembra.

En época de lluvias sembraban frijol, sandía, zapallo y maíz. Cazaban principalmente


chancho del monte, tortuga y oso hormiguero. En tres salinas cercanas a la frontera
paraguayo-boliviana se aprovisionaban de sal.

Muerte

Cuando el anciano ayoreo se da cuenta que su hora final se esta acercando, decide postrarse
inmóvil, a esperar la muerte bajo un árbol. La naturaleza nómade del pueblo ayoreo, hace
que cuando el hombre siente que sus fuerzas lo abandonan, decide hacer un alto en la
caminata para no perjudicar al grupo que marcha en busca de alimentos.

Fuentes:

http://gat.org.py/gat/formasdevida.htm

Artesanía ayoreo

Cultura Ayoreo Las artesanías ayoreas estaban destinadas al uso cotidiano: bolsos,
vestidos, adornos corporales, instrumentos de caza y labranza,
utensilios domésticos, sandalias, arcos y silbatos, para ello empleaban materias primas
como el garabatá, maderas y plumas.
Son las mujeres las encargadas de recoger las
hojas de garabatá (Bromelia hieronymi, Chaguar
en quechua). En la actualidad las encuentran en
terrenos privados, lugares donde los propietarios la
consideran como una maleza peligrosa, pues corta
las patas de las vacas.  

La planta es desmenuzada hoja por hoja, quitando


las espinas de cada una de ellas, posteriormente se
las exprime y se dejan secar al sol; con paciencia
van sacando hilo por hilo, para ser teñidos en agua 
con colorante extraído de cortezas, frutos o
piedras.

Elaboraban los tradicionales bolsos “utebetai”


para varones y los “peyé” para las mujeres; usadas
por los cazadores y las mujeres cuando parten en  
busca de alimentos o garabatá. “Se hacen en
cuatro tamaños con nombres y usos distintos, aunque su forma siempre es la misma. Se
trata de una pieza rectangular que se dobla por la mitad a lo ancho y se cose en dos de sus
lados, dejando libres los extremos como abertura. El sistema de suspensión son dos
cordeles de longitud similar que se unen en una pequeña fajita imai, que en las bolsas de
mayor tamaño se coloca sobre la frente para soportar el peso de la carga que va sobre la
espalda”.

En su diseño, incluían la simbología del clan (sib) a la que pertenecían. Con las fibras
también producían bolsas ovales para transportar a los niños pequeños, cubresexos, sogas,
cinturones (pamoi) que sirven para tener el cuerpo estable al sentarse en el suelo y mantas:
“Nuestros antepasados tejían grandes mantas de garabatá para invierno y dormían
alrededor del fuego”.

Los varones tallaban las maderas, en una manifestación artesanal tradicional, aunque
rústica. Con las maderas duras del cuchi, tajibo, mora o guayacán, y la técnica de excavado
con hacha y machete, producían utensilios domésticos como el "bajó", bandejas
rectangulares con fondo ligeramente redondeado; "katibei", cucharones y "potadí",
cucharas para batir.

Entre las piezas tradicionales encontramos dos especies de sandalias: "dochiyade" que se
elabora con madera y "paode" con cuero de tapir, ambas se sujetan al pie con un cordón de
fibra de garabatá. Por su forma rectangular, los guaraníes los llamaban “talón enfrente”,
por la creencia de que tienen otro talón a cambio de dedos en los pies.

La pintura, escultura y artes plásticas eran desconocidas para el ayoreo tradicional. Debido
a la influencia de los cojñones (extranjeros) y la disponibilidad de maderas blandas como el
cedro, amarilla y toco, los artesanos actuales realizan tallados de figuras con formas de
animales y aves del monte, que destinan a la venta y carecen de valor en el uso
comunitario.
Fuentes:

http://www.ichepeusaka.com/prueba-2/ayoreo/

http://www.wrm.org.uy/pueblos/El_caso_Ayoreo.pdf

Apicultura ayorea

Huecos hechos en un quebracho, a seis metros de


altura para sacar la miel.

Cultura Ayoreo La recolección de miel silvestre -de abejas y avispas- es una tradición
ancestral que los ha convertido en expertos en la materia. Para ellos la
miel es sinónimo de riqueza, por su valor alimenticio los que la poseen son fuertes y
difíciles de vencer.
En la mitología esta asociada al Tapir,
"principal productor o dador de
miel", en algunos relatos produce la
miel para otro animal, antepasado
ayoreo aún de forma humana,
mediante flatulencias, en otros la
fabrica a través de una fórmula
mágica.

La recolección o "meleo" era


considerada labor de hombres, cuando
se hallaban en troncos a poca altura o
en el suelo, podían hacerla las
mujeres.

Sabían distinguir las colonias nuevas


y muy viejas que producían menos, y Ayoreo buscando miel.
por ello no las explotaban. Conocían Foto Museo Salesiano
la arquitectura del nido, las funciones
de la reina (asute), las obreras (ajidode) y los zánganos (ucatogode), también las cuatro
etapas de su desarrollo: huevo (eneode-curí), larva (diriji), pupa (aramatacho) y adulto
(ajidi).

Según su comportamiento durante el meleo las clasificaban en "perseguidoras", "no


perseguidoras" y "malas", tenían tipificaciones según las técnicas de vuelo, color, lugar de
nidificación, etc. Cada variedad estaba asignada a uno de los siete clanes (sibs) ancestrales.

Al encontrar una colonia de abejas, el meleador dibujaba la marca de su clan en el suelo;


hoy en día, coloca las iniciales de su nombre para asegurar que nadie más melee el árbol
hallado. El consumo estaba regulado: era prohibido utilizarla en el lugar de extracción,
debía ir al campamento a compartirla con su familia y amigos. El polen o geborá también
era consumido.

Había males que causaban las abejas: la "ajitecangura", podía entrar al oído del meleador y
causar enfermedad. La "piongori" provocaba problemas dermatológicos con una
segregación ácida que quema la piel; era tabú comer las crías de la piongori, pues
disminuían la capacidad visual de los seres humanos.

La miel de la "ajidabia", era usada como remedio contra el resfrío, la tos y las aftas
bucales. Las "ichatui" y "ajitecangura", que anidan en hormigueros y termiteros, producían
mieles que no eran aptas para el consumo, pues causaban vómitos y diarreas

Fuentes:

http://www.wrm.org.uy
http://www.amazonia.bo

Cosmos Ayoreo
Cultura Ayoreo El cosmos ayoreo esta formado por
tres planos: el cielo, la tierra -hábitat
Cosmogonía Ayoreo de los hombres- y el submundo,
morada de los muertos, todo rodeado
de agua, un dominio inaccesible que marca el fin del universo. El Sol y la Luna se
desplazan continuamente iluminando el plano terrestre y el subterráneo, cuando en el
primero es día, en el segundo es noche y viceversa.

El origen de todo lo
que conforma su
cosmos, han sido
hombres: los
nanibaháde
(antepasados
originarios), que en
forma generalmente
trágica, murieron y
se metamorfosearon
en un ente actual, de
características
particulares con las
que debe interactuar
el pueblo.

Los relatos miticos


que cuentan estos
hechos, por su
carácter violento que
involucran muertes,
venganzas y toda
clase de daños y
sentimientos
negativos,
determinan su
carácter tabú o
puyák, debido a que
de ser contados, se
producirán
nuevamente los acontecimientos luctuosos evocados en los relatos.

Gaté (El Cielo)

Está compuesto por dos o tres niveles, según las


versiones de distintos informantes. El más bajo se
denomina gaté (arriba), expresión que se usa
también en sentido genérico para denominar a todo
el ámbito, el siguiente se llama gaténoke -“más
arriba”-, los que admiten un tercer nivel lo
denominan gatenokegaté: “aún más arriba” o
“arriba de todo”.

En el primer nivel, habitan las lluvias, los vientos,


las nubes, el rayo y el arco iris; al segundo o tercero
se adscriben las estrellas, el Sol, la Luna y Dupáde,
deidad de los cielos incorporada como resultado de
la misionización.

El paisaje general del cielo es similar al de la tierra,


existen los mismos componentes, sin embargo los
seres que habitan en lo habitan son la alteridad
existencial y esto es percibido inmediatamente por
los chamanes.

Las Geóde, las lluvias, viven en el primer nivel de


gaté, hacia el oeste. Para hacerlas llegar a la tierra se
valen de dos técnicas: vierten el agua contenida en
un recipiente de cerámica, o las deidades se
exprimen el cabello. También producen los truenos,
para ello golpean un tambor mientras corren y
juegan.

Asnongái, el Rayo, si bien se asocia a la lluvia, es


una entidad independiente. Su disposición hacia los
hombres es básicamente positiva, y el estruendo y el
temor que causa su caída es producto de la actividad
que les compete pero no está dirigida ni a dañar ni a
atemorizar a la gente.

El arco iris fue hecho por Kuyá (un arbusto) en el


momento de su muerte y metamorfosis. En dicha
circunstancia, el nanibahái estableció que haría dos
arcos iris; uno saldría por el oeste y anunciaría
eventos negativos, el otro saldría por el este y sería
de contenido neutral.

Las nubes son también descriptas como seres de


morfología similar a la humana, lo que se ve desde
la tierra es la barba de estos personajes. El color de
la misma denota la edad de la nube, si es un anciano,
obviamente la barba es blanca y si es un joven,
negra.

Los vientos también eran nanibaháde que se


transformaron en los entes actuales y decidieron
morar en la bóveda celeste. Sin embargo, son
visibles por el chamán y, en algunas circunstancias,
por cualquier Ayoreo, con figura humana. Entre
ellos figuran, Umosói (Viento Sur, que trae el frío y
la sequía invernal), Kasáke (Viento Norte),
Acharangóri, cuya característica sobresaliente es
disipar las tormentas, Emí, la brisa suave y Epihói, el
viento que sopla tan sólo en la copa de los árboles.

Algunas estrellas son denominadas individualmente,


mientras que otras son agrupadas en constelaciones.
Su posición en el cielo responde a distintos aspectos
de la vida de los nanibaháde antes de su
metamorfosis. Así, las que se encuentran cerca,
formando constelaciones, mantienen el mismo
vínculo parental o grupal que poseían en la tierra.
Las que están aisladas, descienden de nanibaháde
que fueron expulsados de su grupo.

Luna también fue un nanibahái, el relato de su


metamorfosis está sujeto al consabido puyák. Sus
fases se relacionan con episodios de su vida. Luna
fue muerto violentamente por otros antepasados pero
resucitó, más exactamente, un pedazo de su cuerpo
revivió y fue creciendo. Proceso que se repite en la
actualidad. El halo circular que suele rodearla, es
producto de la labor del personaje que siembra en
los alrededores de su casa y construye un cerco
como protección.

Los eclipses además de estar en relación al citado


hecho originario, cumplen una función anunciadora;
indican la proximidad de la muerte de un asuté
(jefe). Al igual que Sol, se desplaza constantemente
por el firmamento, haciéndose visible paral los
hombres y los muertos sucesivamente.

Gedé, el Sol, era la figura central, el héroe cultural


tradicional en la cosmovisión Ayoreo. Su papel
protagónico fue desplazado y sincretizado como
resultado de la misionización con la figura de
Dupáde, Nuestro Padre, a quien si bien se identifica
con el Dios cristiano, al ser incorporado, tomó
atributos típicos de la representación nativa.

La narrativa de Gedé es en buena parte puyák, y


muchos de los episodios que protagonizara hoy se
adscriben a Dupáde, en ellos aparece como la figura
transformadora de muchos de los nanibaháde en los
entes actuales.

Como los otros seres celestes, antiguamente vivía en


la tierra, pero cansado de habitar en un sitio sucio y
repleto de enfermedades, decidió trasladarse a la
bóveda celeste, donde mora en la actualidad,
siguiendo un camino prefijado que le permite
iluminar el plano terrestre y el submundo
sucesivamente.

La luz proviene de su propio cuerpo resplandeciente,


que expresa en términos morfológicos el enorme
poder del Sol, los solsticios se explican como
cambios en los caminos del Sol, que se cansa de
repetir una misma trayectoria.

La posición del Sol en el cielo se conecta con los


tiempos en que el Ayoreo divide el día y que se
relacionan con las actividades de los hombres:

 Gedetokáde (sol sale): Amanecer, tiempo


adecuado para salir de caza y recolección.
 Gedegatóko’o (sol centro): Mediodía, el sol a
mitad de su camino, indica que es
conveniente resguardarse de sus rayos.
 Gedechaka (sol bajo): Atardecer, es
necesario regresar al campamento para evitar
los peligros de la noche.

Por otra parte, su recorrido califica el ciclo anual,


anunciando la llegada de períodos determinados a
los que se conectan actividades de los hombres. Este
conocimiento fue legado por el propio Gedé, quien
lo explicitó antes de su metamorfosis.

Antiguamente, era común que los hombres se


dirigieran a Gedé al amanecer para solicitarle
protección y éxito en las tareas que debían
emprender, tales como las actividades cinegéticas y
la extracción melífera.

La figura de Dupáde, es la reelaboración Ayoreo del


Dios cristiano, predominan en ella muchos atributos
de los que distinguen a Gedé. Nos referimos a su
carácter de héroe cultural, los episodios míticos que
protagoniza, la posibilidad de ser invocado y el
traslado a la bóveda celeste.

Mantiene su apariencia humana, sin haberse


metamorfoseado. Entre su actividad creadora, se
destaca la formación del cielo, la tierra y el mundo
subterráneo, y la transformación de varios de los
nanibaháde en animales y vegetales. Luego se retiró
a la bóveda celeste, dándose a sí mismo, un sáude
(canto recitado) que impide que los hombres puedan
llegar a su morada.

El origen de los vegetales y animales se explica en la


actividad impulsora del universo de Dupáde, quien
castigó a los hombres que no le obedecían
metamorfoseándolos y dotándolos de las
características morfológicas y de los hábitos de cada
especie. Mientras que los que respetaron a Dupáde
mantuvieron su forma humana y son los antepasados
de los hombres.

Cuando se retiró al firmamento, lo hizo acompañado


de las estrellas y algunas aves. Los pájaros que
habían optado por quedarse en la tierra, luego
trataron de seguirlo, pero les fue imposible, por eso
hoy en día viven en los árboles. Esto es, el nivel más
alto del bosque, aunque sin alcanzar el cielo.

Dupáde estableció también que podría ser invocado


en circunstancias críticas.

Fuente:

Cosmología y Mito. La representación del mundo entre los Ayoreo del Chaco Boreal.
Anatilde Idoyaga Molina.

Numí (La Tierra)

Se asocia principalmente a eami (el monte); hay otros dominios de menor relevancia:
kukaraní (el cerro), tié (el río), garedó (la laguna) y echoí (las salinas).

El campamento esta integrado al eami, que es el ámbito donde se desarrolla la vida. Los
hombres comparten su hábitat con animales, vegetales y deidades míticas.
Hay animales que no son comestibles pues están afectados por los tabúes instaurados por
los nanibaháde que les dieron origen. Son puyák los felinos, las aves y sus huevos, el tapir
y los cérvidos, mientras que son comestibles los pecaríes de tropa, los armadillos, el oso
hormiguero y las tortugas terrestres. En todos estos casos, el consumo debe respetar ciertas
observancias impuestas por el nanibahái: lavarse la boca y las manos después de la
ingestión, evitar el derramamiento de sangre y evitar su consumo durante la preñez.

En cuanto a los vegetales, las restricciones son pocas y en general los enunciados de los
nanibaháde son positivos, así utilizan la mayor parte de las especies que pueblan su hábitat.

Existe un conjunto de seres míticos, que el hombre trata de evitar, ya que alteran la
existencia y por lo tanto son potencialmente peligrosos:

 Uagadatéi: Enormes serpientes. Se los ubica en las cercanías de riachos y lagunas.


Estan asociados a un viento nauseabundo, que de alcanzar a las personas, provoca
su enfermedad.
 Amuanakóde: Seres mitológicos que viven solitarios en la selva. Su morfología es
básicamente humana, pero sus conductas y
hábitos así como el lugar en que moran develan su lejanía existencial.
 Dikói: Entidades conformadas a partir de la muerte de la persona y que en lugar de
haberse desplazado al naupíe -hábitat de los muertos, en el submundo-, siguen
vagando por la Tierra. El encuentro con ellos, presagia la muerte o enfermedad de
quien lo ve. Se los describe como seres de aspecto humano y pigmentación negra.
 Piogoningái: aparecen al hombre ensueños o en estado de vela y anuncian la propia
muerte o la de un pariente cercano.
 Oregaté (alma sombra): Acompaña a quien está próximo a la muerte, o que ha
fallecido recientemente. Así, estos oregaté anuncian su muerte comunicándola a
uno de sus parientes.

Los Kucharáde y el chamán.

Los Kucharáde son los personajes que inician al chamán, y posteriormente lo acompañan
en su gestión.

Su labor más importante es dotar de uhopié (poder) al iniciado, enseñarle cantos y diversas
técnicas terapéuticas.

El chamán se comunica con ellos a través del trance, que se logra mediante la ingestión del
jugo del tabaco o fumando y, en menor medida, por la experiencia onírica. Entre las figuras
iniciadoras, se destacan Tabaco, Cóndor, Carancho, Jaguar Loro, Perdiz y Víbora, aunque
el chamán siempre los ve con figura y atributos humanos.

El chamán es un ser con enormes posibilidades, en virtud del poder (uhopié) que ha
acumulado. Puede desplazarse al país de los muertos y a los cielos, manejar los fenómenos
metereológicos, ejercer la cura y el daño, y cotejar fuerzas con cualquier tipo de entidades,
desde otros chamanas hasta personajes míticos.
Recibe constantemente el consejo de los kucharáde, lo informan sobre la conveniencia o no
de un ataque, cual es el lugar adecuado para establecer un campamento, adonde dirigirse en
procura de piezas de caza, de extracción melífera o de vegetales recolectables, o sobre
cualquier otro aspecto relevante en la vida comunitaria.

Puede manejar diversas entidades, como piedras y torbellinos con los que impide y aleja las
enfermedades en la aldea.

Los kucharáde, son además el vehículo con el cual el chamán concreta su tarea. A través de
sus ayudantes-pájaros se desplaza a lejanos lugares; puede enfermar o matar si opta por
introducirse en un jaguar o serpiente; puede hacer que un vegetal clave sus espinas a la
víctima; si se introduce en el cuyabo, el lagarto u otros animales que posean mucha uhopié,
utiliza el poder de estos seres de un modo benéfico.

Los ambientes acuáticos y las salinas son positivos, sin riesgo, poblados por seres que
carecen de poder y cuyos nanibaháde no han echado las sombras y los peligros del puyák.
Muy diferente es la situación del cerro, donde es fácil encontrarla muerte.

La noche también es un ámbito, tiene la capacidad de alterar los acontecimientos según


deberían desenvolverse o provocar hechos impensables durante el día. La noche tiñe de su
propia negatividad y peligrosidad a espacios seguros y familiares como el campamento y la
propia vivienda. Es además una entidad, se la describe con morfología básicamente humana
aunque de negra pigmentación y de larga cabellera con la que oculta su rostro, es una
imagen de lo desconocido que causa pavor.

Naupié (El Submundo)

Es el hábitat de los muertos, al que se llega por un camino pisoteado por todos los que
dejaron la comunidad de los vivos para reunirse con la de los extintos.

El paisaje es de algún modo similar al de la tierra, existen bosques, animales y vegetales


que sirven de alimentos, campamentos en los que los difuntos se nuclean del mismo modo
que en la tierra, de acuerdo a lazos parentales y familiares, pero todo es aparente; son entes
distintos. La inaccesibilidad y peligrosidad del ámbito, las malas intenciones de sus
moradores y el carácter contaminante del ambiente, ponen en riesgo incluso a los poderosos
chamanes, únicos de capaces de llegar -para rescatar el alma de un muriente- y regresar con
vida.

La muerte es un proceso que se inicia cuando el oregaté ("alma sombra", un doble físico y
psicológico del sujeto), se aleja del cuerpo y se dirige al submundo, para integrarse
definitivamente a la sociedad de los difuntos.

Durante el tránsito y aún después de la llegada existe la posibilidad de rescatar al muriente


y volverlo a la vida. Cuando el proceso se ha consumado el individuo se identifica
perfectamente con su nuevo estatus, es auxiliado por sus parientes y los miembros de su
grupo hasta que aprende a moverse con soltura, llevando una vida similar a la anterior (en
apariencia).
edad.

Se atribuye a la acción de los muertos, los hundimientos de tierra, de dimensiones reducidas


frecuentes en la región chaqueña, producidos cuando tratan de atraer al submundo a los
vivientes, son espacios puyák, y de encontrarse en una senda es necesario desviarse de ella,
de lo contrario ocurriría una muerte. Estos hundimientos son expresiones temporarias del
dominio de naupié en el plano terrestre.

Los muertos son los seres más negativos del cosmos Ayoreo, inclinados
preponderantemente hacia el daño; el submundo aparece como el ámbito de la otredad
peligrosa y tremenda.

Asojná o Asohná -de origen femenino- es el ser mítico de mayor poder normativo y el
origen de los puyák (tabúes). Se le dedicaba la ceremonia anual más importante que
establecía la renovación cíclica de la naturaleza y del mundo social.

Antes de transformarse en el cuyabo

Nyctidromus albicollis

-el pájaro actual- era una poderosa y malévola mujer chamán,


fue asesinada varias veces, pero siempre resucitaba, hasta que
finalmente decidió metamoforsearse en el ave:

“Cuando era persona el cuyabo, nadie se animaba a acercarse


a ella. Más antes era soltera o viuda y llego un día y le dijeron: ‘Te vamos a matar’. Y la
mataron, pero al rato ella quedó viva otra vez y después la amarraron, y después las pitas
que la amarraron estaban a su lado. Y después la mataron otra vez y le golpearon entre
todos la cabeza y dijeron: ‘Ya la matamos al pajarito’, y se fijaron y estaba a su lado otra
vez y los hombres dijeron: ‘Ponga leña al pozo y lo vamos a echar a ver si no se quema’, y
lo metieron y lo taparon y estuvo un rato hasta que dijeron: ‘Hay que ir a ver, ya estará
cocido", y se fijaron y estaba a un lado del pozo, y de ahí ya se sabe que nadie le gana, es
por eso que los ayoreos le tienen miedo, porque nadie puede matar al cuyabo”.

Sólo es visible en su forma humana por el chamán. Se asocia con los animales hibernantes
y la primera lluvia.

El cuyabo es un ave pequeña -no alcanza más de 18 centímetros- de hábitos nocturnos.


Durante la época seca migra al norte, tiempo en que los ayoreos consideran se esconde en
su guarida invernal. Cuando reaparecía -en agosto-, su canto anunciaba el fin del tiempo
prohibido, del monte triste y el inicio de una nueva época, sin cosas prohibidas, tiempo de
cultivos, del monte alegre. Es el momento de la transición del tiempo seco al de lluvias, y
de la ceremonia más importante.
El ritual era sencillo, al amanecer salen los adultos llevando los instrumentos de
recolección, a corta distancia se detienen e invocan a Asojná pidiendo su bendición.

Después de la rogativa, hombres y mujeres se separan, los primeros se dedican a la


extracción de miel y a la caza de tortugas. Al caer la noche se reunían y bebían una especie
de guarapo de miel hasta quedar embriagados. Las sobras del los alimentos obtenidos ese
día especial, debían ser enterradas pues se los consideraba impuros.

Los varones dormirán en una mitad de la aldea y las mujeres en la otra, entre estos grupos
descansan los ancianos de ambos sexos. Así termina el ritual, que pone fin al tiempo tabú e
inicia el tiempo de la siembra.

Asojná es una entidad con una ambigüedad intrínseca ya que usaba su poder para beneficio
colectivo, pero también actuaba negativamente: “Nuestros abuelos tenían miedo al cuyabo,
le tenían miedo porque tenía espíritu… El cuyabo le daba algo a una persona, pero
castigaba… ". “Cuando canta los hombres y mujeres se deben esconder ... cuando Asojná
viene a la tierra, canta y la gente hace fiesta. Su poder está en su mirada, nadie puede
mirarla porque si la mira se muere. Asojná hace enfermar, cuando la gente se equivoca ..."

Cantos Ayoreo
Cultura Ayoreo Los sáude (cantos) pueden usarse
para curar o dañar:
Cosmogonía Ayoreo

Curativos, Entonación sobre


preventivos y la parte afectada
propiciatorios. del doliente
Recitados sobre las
pertenencias del
Perniciosos. individuo que se
desea perjudicar o
eliminar.
Variantes: Erui Etacori, canta con el estilo distintivo Ayoreo
balanceándose sobre un palo al que se sostiene con
Se utilizan igual que los una mano; agita una calabaza llena de semillas con
Uhñáune sáude, pero están la otra.
vinculados a Asojná.
Duración: 00:29. Fuente: http://www.survival.es/
Se recitan rítmicamente
para prevenir
Paragapidí
enfermedades e
inclemencias climáticas.
Cantos propiciatorios para
Erái la caza, la recolección y el
parto.
Aguyáde Narraciones que se
enuncian para prevenir males posibles y propiciar el desarrollo de los cultivos.
Se recitan sobre líquidos que luego cumplirán funciones terapéuticas o
Arágapi
preventivas.
Narraciones rítmicas (como soplando). sobre la parte afectada del enfermo, o el
Chuvúchu
líquido que se utilizará para la curación.

Fuente:

Cosmología y Mito. La representación del mundo entre los Ayoreo del Chaco Boreal.
Anatilde Idoyaga Molina.

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