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Trabajo Práctico Nº2

Seminario Sociedades Aldeanas del Nuevo Mundo

Sebastián Puerto Mundt

Registro: 23786

1) Referencia Bibliográfica

2) Objetivos

3) Hipótesis general

4) Metodología aplicada

5) Conclusión del trabajo.

6) Perspectiva teórica sobre las "comunidades"

It's a Small World after All: Comparative Analyses of Community Organization in


Archaeology Author(s): Michael J. Kolb and James E. Snead (1997)

El presente artículo presenta un estudio teórico y metodológico de la comunidad local como


unidad organizativa fundamental en la cultura, su objetivo es demostrar el potencial de los
estudios de análisis de comunidades locales para contribuir tanto en estudios diacrónicos
(en el ámbito de la arqueología) comparativos entre comunidades como para documentar
la diversidad de sistemas agrícolas de pequeña escala.

Según los autores, el concepto de comunidad contiene tres elementos irreductibles. El


primero de ellos corresponde a la reproducción social, sugiriendo que la comunidad posee
un componente demográfico mínimo compuesto por un núcleo de individuos que
interactúan regularmente, y cuyas interacciones sociales repetidas perpetúan la
reproducción del grupo. El segundo elemento central de la vida en comunidad es la
producción agrícola (traducción del resumen), siendo la comunidad un foco de las labores
de subsistencia, el principal árbitro del acceso a los recursos productivos y quien genera
las condiciones en que la producción es posible.
Por último el concepto de comunidad implica la autoidentificación y reconocimiento social
de los miembros, manifestado en la manipulación de límites físicos y simbólicos que crean
una expresión de territorialidad e identidad.
Por lo tanto, la comunidad es un lugar de actividad humana que incorpora reproducción
social, subsistencia a través de la producción y autoidentificación. Desde estas
características las unidades sociales podrían ser identificadas y comparadas.

Respecto de la metodología empleada en los estudios de las comunidades, los autores


argumentan la necesidad de la ampliación y refinamiento de ciertos abordajes
metodológicos.

En primer lugar, la adopción de una escala apropiada de investigación que supere las
frecuentes unidades de estudio referidas a sitios o regiones. La concepción espacial de la
comunidad debe ser tan amplia como para poder considerar la totalidad de actividades
variadas que la comunidad llevaba a cabo en un nivel supra- familiar, por ejemplo, las áreas
de agricultura.

El estudio arqueológico de la comunidad local requiere también una nueva flexibilidad en


las estrategias y escalas de investigación. Los actuales “análisis microregionales” (Gaffney
and Gaffney 1988; Gaffney and Tingle 1985, 1989) se focalizan en la concentración de los
niveles más bajos de jerarquías de asentamientos (hierarchies) en combinación con un
reconocimiento de superficie intensivo, para comprender y examinar los patrones de
actividad en los diferentes niveles de comunidad.

Por ultimo los autores emplean el uso de ciertas estrategias de análisis para caracterizar a
la comunidad local, y proveer una estructura coherente para su estudio:

 Inversión laboral diferenciada de los varios tipos de arquitectura realizas en


diferentes niveles de complejidad (nivel familiar, festivo y corvee)
 Relaciones entre los sitios para estudiar las actividades humanas que los generaron
 Grado de mantención de límites en el grupo local, en relación con los grados de
integración inter e intra-comunidades

Las estrategias de análisis fueron aplicadas a dos estudios de caso: comunidades agrícolas
prehistóricas, Waiohuli en Hawai y Tsikwaiye en el norte de Nuevo México. El acercamiento
y estudio de las dos comunidades permitieron un análisis comparativo utilizando las mismas
escalas de investigación y estrategias analíticas.
Ambas comunidades presentaros diferencias respecto a las relaciones residenciales y de
agricultura.

Por ejemplo, la comunidad Tsikwaiye representa un 50 % de la inversión laboral total que


en el caso Waiohuli (Ver TABLA 4) ambos con un tamaño equivalente de población (200-
300 personas). Según los autores, esta diferencia se puede explicar por el tiempo de
ocupación. (tres veces mas largo en la comunidad Waiohuli

Para ambos casos la mayoría de labor fue invertida en arquitectura de nivel festivo.

La mayor inversión laboral en Waiohuli se corresponde con la demarcación de límites a


través de la construcción de muros que separan los campos de agricultura, en contraste
con Tsikwaiye donde la mayor inversión se corresponde a las residencias temporales.

La comunidad Tsikwaiye no presenta limites ni muros entre los asentamientos de la


comunidad, sino que se utilizan limites naturales que representan amplios espacios
utilizados como espacio compartido. Las residencias permanentes se concentran en el
centro de la comunidad, en cambio el caso Waiohuli presenta residencias más dispersas,
aunque cercanas a suelos adecuados para agricultura.

En suma, la comunidad Tsikwaiye fue un asentamiento conformado por unidades sociales


pequeñas, autónomas, compuestas por productores relativamente independientes,
relacionados entre sí por interacción simbólica y social. La comunidad Waiohuli presenta
más inversión en la demarcación de límites, por un lado, pero una mayor integración intra-
comunidad por otro.

Finalmente, los autores rescatan una perspectiva de acercamiento al análisis micro-regional


de las comunidades en arqueología. En términos teóricos definen a las comunidades como
unidades de reproducción social, subsistencia (producción a pequeña escala) y
autorreconocimiento establecidas en un espacio delimitado. Los datos arqueológicos
pueden ser organizados a través de esta estructura, permitiendo el estudio comparado de
las comunidades.

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