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De cada microcuento:

a) Subraya las intertextualidades que encuentres. Indica cómo aportan al relato.


b) Escribe tu propia interpretación para los microcuentos que se presentan ahora:
¿Hay
¿De qué crees
intertextualidad?
MICROCUENTOS que habla este
¿Cómo influye en
texto?
el relato?
de Marco Denevi
La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Está esperando al
príncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueño todavía más
profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe
pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos.
de Pía Barros
Mamá, dijo el niño, ¿qué es un golpe? Algo que duele muchísimo y deja
amoratado el lugar donde te dio. El niño fue hasta la puerta de casa. Todo
el país que le cupo en la mirada tenía un tinte violáceo.
(José Leandro Urbina)
Mientras el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el capitán se
llevó al niño, de una mano, a la otra pieza...
- ¿Dónde está tu padre? - preguntó
- Está en el cielo - susurró él.
- ¿Cómo? ¿Ha muerto? - preguntó asombrado el capitán.
- No - dijo el niño -. Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros.
El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al entretecho.
de Lola Suárez
Descubrió que las palabras no podían tomarse al pie de la letra, pero ya no
hubo remedio. De nada le sirvió saber que así no se ahogaban las penas
cuando la sacaron rígida, fría, con barro en la boca y en los ojos, del fondo
del aljibe.
- Alejandro Jodorowsky
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando
su amada era más larga.
(Raúl Cañete J.)
Al leer en aquel letrero “Peluquería”, me alegré de ver este negocio en mi
barrio, y tan cerca de mi casa. Sin pensarlo dos veces ingresé al local. La
chica que atendía se sorprendió al verme. – ¡No me corresponde!, aclaró,
pero si usted insiste… Tomé asiento, y ella giró a mi alrededor con sus
tijeras y sus pechos bailando sobres mi nariz y mis ojos.
Mientras mi sangre se agitaba, pensé que quedaría ñato o bizco. Cuando
ella concluyó su trabajo y salí del local, pude ver mejor la letra chica del
aviso, que señalaba en su parte inferior “Clínica Veterinaria”. No he
pasado a ese salón canino nuevamente. Pero, cuando circulo por su
vereda, ladro por las ganas de volver a entrar.
de Mario Donoso
Propongo, gritaba el candidato a la multitud, crear una comisión
investigadora, con el objeto que investigue a todas las comisiones
investigadoras que están sesionando en la actualidad y poder determinar,
en el menor tiempo posible, porqué no han podido investigar.
Aplauso cerrado.

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.


Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la
circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al
que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.
"Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
de Jorge Luis Borges
En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin
puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que
tiene la forma de círculo) hay una mesa de maderas y un banco. En esa
celda circular, un hombre que se parece a mi escribe en caracteres que no
comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular
escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular...El proceso
no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
- Luisa Valenzuela
No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de
su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente
lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.
- Marco Denevi
Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo
del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado
ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el
primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y
ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el
imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto
pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo - Durante un año un muerto se
sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el
emperador.
El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese
tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.

, Falsificaciones de Marco Denevi


Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo
Corchuelo y de Francisca Nogales. Como hubiese leído novelas de
caballería, porque era muy alfabeta, acabó perdiendo la razón. Se hacía
llamar Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se
arrodillasen y le besaran la mano, se creía joven y hermosa pero tenía
treinta años y pozos de viruelas en la cara. Se inventó un galán a quien dio
el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había
partido hacia lejanos reinos en busca de lances y aventuras, al modo de
Amadís de Gaula y de Tirante el Blanco, para hacer méritos antes de
casarse con ella. Se pasaba todo el día asomada a la ventana aguardando
el regreso de su enamorado. Un hidalgo de los alrededores, un tal Alonso
Quijano, que a pesar de las viruelas estaba prendado de Aldonza, ideó
hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en su
rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del imaginario don Quijote.
Cuando, confiando en su ardid, fue al Toboso y se presentó delante de
Dulcinea, Aldonza Lorenzo había muerto.
- Juan José Millás
Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la
página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he
matado antes, señor juez.
- Ana María Shua
La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la
manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma
una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es
así como nunca llega a formularse la ley de gravedad.

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