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Unidad educativa “Bernardo Valdivieso”

Nombre: Evelyn Alejandra Cobos Paladines.

Fecha: 10 de junio de 2016.

Curso: Programa del Diploma 1.

Ensayo.

¿Es “la religión el opio de los pueblos”?

“La religión es el opio de los pueblos”, una frase famosa del filósofo, activista y
revolucionario Alemán Karl Marx (1818-1883), señala una realidad que muchos pueblos
han soportado, nos indica la forma en que la religión, aprovechándose de la ignorancia de
las personas ha manipulado la vida de éstas a tal punto que no les quedaba más que
obedecer a los dogmas impuestos, dejando de lado sus creencias y convicciones, haciendo
que el pueblo se someta a la opresión, donde nadie puede reclamar por sus derechos, ya
que de hacerlo serían juzgados de maneras muy crueles, que son totalmente contrarias a
lo que se predica en las diversas religiones, un ejemplo claro de esto se muestra en la obra
de Jorge Icaza, “Huasipungo”, una obra realista, de subgénero indigenista, que plasma en
sus hojas todo lo que los indios de la región interandina de Ecuador tuvieron que soportar
durante varias décadas, después de la llegada de los conquistadores a América.

Huasipungo, relata una realidad de ecuador de 1920, Jorge Icaza mediante sus letras
cuenta sus experiencias, la manera en la que los indios se veían sometidos a todo lo que
sus “patruncitus”, como les decían ellos, les exigían, sin importar que tan duras,
peligrosas o inhumanas sean las actividades que les pedían, ellos debían obedecer, ya que
eran manipulados, engañándolos o simplemente maltratados. Sin embargo los patrones,
latifundistas, no eran los que en sí mantenían al pueblo calmado, cuando se les salía algo
de las manos, o sabían que no podrían convencer al pueblo de sus tretas, recurrían a los
sacerdotes, ellos eran los encargados de hacer que los indios de manera irreflexiva
siguieran las órdenes.

La forma en la que la religión mantiene aletargados a los indios es una de las partes
más destacadas de la obra, esto se muestra en varias ocasiones cuando los indios, sin tener
dinero ni para alimentarse, piden al cura rebajas en costos relacionados a la iglesia, este
los hace creer que sobre ellos caerán maldiciones de dios, y les obliga a que paguen
precios elevados por sus servicios, “el santo sacerdote aprovechando la embriaguez de
pánico y de temor que mantenía a los indios como hipnotizados, pregonaba como ejemplo
aquel castigo frente a la tacañería de los fieles en las limosnas, en el pago de los responsos,
de las misas, de las fiestas y de los duelos. – ¡castigo del señor!, ¡castigo! -Cuando él
dice, así debe ser, pes - pensaban los indios, e íntimamente acoquinados por el temor se
arrodillaron a los pies del fraile, soltaron la plata y le besaban humildemente las manos o
la sotana” (Icaza Jorge), Huasipungo; editorial del pacífico (Ecuador), colección
biblioteca básica, pág. 127. Así mismo cuando alguno de ellos sufría un percance decían
que era castigo de dios, traumándolos a tal punto que cuando se inundan varios de los
huasipungos culpan de ésta tragedia y llegan a matar a Gualancoto, un prioste, que al
pedir rebaja para una fiesta, que al sacerdote se le ocurrió hacer, éste lo amenazó con que
el castigo de dios llegará a ellos.

Además de todas las mentiras en las que los indios caían ellos también eran abusados,
en sus trabajos eran explotados, y sus mujeres muchas veces violadas, varias de esas
ocasiones los abusos eran propinados por el cura, y los terratenientes bajo la excusa de
que el cura lo hacía y no era castigado, repetían este mismo abuso, es el caso de Juana,
esposa del teniente político, quien fue violada por Alfonso Pereira, y el cura cuando iban
a conversar con su marido para cerrar el trato del negocio de la maderera. A costa de la
religión los indios no sólo eran estafados y abusados, sino que los mantenían reprimidos,
ya que así como con el dinero, los asustaban también con cualquier tipo de reclamo que
ellos quisiesen hacer, cada que ellos pedían que se les dé un mejor trato se encargaban de
decirles que serían castigados, y mediante insultos hacían que estos se queden tranquilos
y sumisos ante lo que sus jefes les imponían, la religión, fue uno de los impedimentos
más grandes para que los indios reclamen lo que era demasiado injusto para ellos, como
en la obra indica el párroco hacía “monólogos tragicómicos”, “rápidamente, con
versatilidad histriónica, el fraile comprendió que era más oportuno simular beatifica
actitud. Levantó los brazos y la mirada al cielo con la fe de un personaje bíblico e
interrogó –charla amistosa confidencial- al supuesto personaje de las alturas –toldo de
nubes grises hidrópicas-: -¡Dios mío! ¡Virgen mía! ¡Santos misericordiosos míos!
Detened vuestra cólera. ¡No!, no echéis vuestras maldiciones sobre estos desgraciados”
(Icaza Jorge), Huasipungo; editorial del pacífico (Ecuador), colección biblioteca básica,
pág. 120.

Todos aquellos pseudo-religiosos que se presentan en la obra hacen de la religión la


excusa perfecta para todos sus abusos, desde el cura, los terratenientes, hasta los mismos
indios, haciendo que el lector se dé cuenta de la manera en que la religión, pasaba de ser
una fe, a crear personas fanáticas religiosas, quienes en su ignorancia, creían que dios
castigaría a aquellos que menos limosna den, y premiaría con el regalo del cielo a aquellos
que más paguen, haciendo que los pueblos en lugar de buscar alternativas para crecer, se
conformen con aquello que la iglesia imponía, hipócritamente, predicando aquello que no
se practicaba, rechazando aquellos cuyos bienes eran menores, y alabando a los que
poseían dinero o pertenecían al clero de la iglesia católica.

La religiosidad en las personas hace que pasen muchísimas tragedias, ya que estas
convierten a su religión en un ídolo, al cual lo defienden, y sin aceptar las demás opiniones
solo atacan, esto se ve hasta la actualidad en países orientales, donde los cristianos en su
mayoría son atacados por los musulmanes, debido a que su mentalidad es diferente, fue
lo mismo que pasó en ecuador en la llegada de los españoles, cuando ellos creían que
porque los nativos ecuatorianos no profesaban su fe debían ser condenados, así fue como
mataron a muchos indios, y a otros los esclavizaron, Jorge Icaza, en todas sus obras
demuestra el realismo ecuatoriano, la forma en la que se vivía, como había un poder que
manejaba a las masas, el cual era la religión, esta era capaz de controlar a los altos jefes
de estado, de manera que si algo era impuesto por la religión, con o sin consentimiento
los pobladores debían hacerlo.

“La religión es una de las formas de opresión espiritual que gravita por doquiera sobre
las masas abrumadas por el trabajo incesante en bien de otros”1, en huasipungo se muestra
la forma en la que los indios trabajaban sin cesar, bajo amenazas, todo por cumplir con la
obra que Pereira, el cura y el teniente político planearon con los gringos, se muestra
también como invocaban el nombre de dios para cualquier patraña en contra de los indios,
lamentablemente esta realidad que aún subsiste en algunos países, no podrá
contrarrestarse mientras sigan existiendo personas con enorme fanatismo, que pasen de
creer y cumplir con lo que su religión manda a tratar de sentirse superiores a los demás
por aquello que llaman fe, dejando de lado los principios de amor que su religión indique,
y haciendo daño innecesario a las personas con pensamiento diferente.

Concluyendo, se puede destacar que, incluso en la ignorancia de los pueblos indígenas,


al terminar huasipungo, estos no vuelven a caer en las amenazas de las personas
supuestamente superiores a ellos, al contrario, ellos deciden luchar por sus huasipungos

1
Lenin, (2008). Socialismo y religión, de <<el diario internacional>>.
aquello que era suyo, aquello por lo que daban su vida, esta lucha es dirigida por
Chiliquinga, quien cansado de todos los abusos, tanto en el trabajo, como en lo que
compete a sus creencias y la falsedad de las palabras del cura, decide revelarse contra
ellos, ya que le quitaban una de las cosas que más amaba, al igual que en esta obra, en
muchos pueblos se puede ver que a pesar de que la religión oprime a los mismos, y hace
que estos vivan sumisos en ignorancia, ante un pueblo enfurecido que lucha por lo suyo,
no hay religión que calme, así también en el momento en que las personas sepan la
importancia que tiene el estar preparados a tal punto que su mente no sea manipulada ni
caiga en el sometimiento, en ese momento, solo ahí se podrá decir que se acabará la
opresión, y que la religión no será el opio de los pueblos.

Número de palabras: 1415

Bibliografía:

- Jorge Icaza, Huasipungo (1934). Editorial del pacífico (Quito-Ecuador).


Colección biblioteca básica. Edición completa.

- Lenin, (2008). Socialismo y religión, de el diario internacional. Recuperado de:


http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article1831
- Ruiz Navas José (2014), Ignorancia religiosa conduce al fanatismo y opresión.
El Universo. Recuperado de:
http://www.eluniverso.com/opinion/2014/09/13/nota/3860166/ignorancia-
religiosa-conduce-fanatismo-opresion

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