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EL poder que Liberta

Hechos 16: 16-18


Introducción:
Pablo con sus acompañantes en la obra misionera aprovechaban cualquier oportunidad para
orar (Hechos 16: 13 cf. 16: 16) La historia de esta ocasión ocurre en uno de esos momentos
que Pablo iba con Silas para orar. Es un puente entre la conversión de Lidia (16: 13-15) y la
conversión del carcelero de Filipos (16: 30-34)
1. La muchacha poseída ”... nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de
adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando” (16: 16):
a) La adivinación es un espíritu que posesiona a quien la ejerce. Sea que
eche las barajas, lea la palma de las manos, vea la bola de cristal, mire
el agua dentro de la copa, estudie los astros o interprete los signos
zodiacales... un espíritu que juega con predicciones está presente. Es un
trabajo del diablo.
b) La adivinación se emplea como una como una fuente de ganancia. De
ella se aprovecha la radio, la televisión la prensa los números de teléfono
especiales, las gitanas y los no gitanos.
c) Tanto el que ejerce la adivinación, como el que busca beneficiarse de ella, están
fuera de la voluntad de Dios y dentro de la voluntad del diablo.
2. La muchacha aduladora “Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces,
diciendo: Estos hombres son siervos del Dios altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación” (16: 17)
a) Ella seguía a Pablo y a sus compañeros misioneros. Pero no estaba
siguiendo a Jesucristo. Hay quienes siguen a los líderes religiosos, pero
se olvidan de seguir al Señor.
b) Ella daba un mensaje que sonaba bien, pero no era la inspiración del
Espíritu Santo en ella.
c) Ella adulaba con ese mensaje tratando de ayudar a Pablo y a sus
compañeros. Aunque en realidad, buscaba su propia promoción.
d) Ella anunciaba algo que no había experimentado, ni conocido. Hablaba de un
“Dios Altísimo” que para ella estaba todavía alto. Y enfatizaba “el camino de
salvación” por el cual todavía no había transitado.
3. La muchacha liberada “Y esto la hacía por muchos días; mas desangrando a
Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que
salgas de ella. Y salió en aquella misma hora” (16: 18)
a) según Hechos 16: 17 la muchacha “daba voces”. Lo que decía sobre
Pablo y Silas lo hacía gritando. En realidad no llamaba la atención hacia
ellos, la llamaba hacia ella.
b) Este patrón lo repitió varios días. Hasta que llegó a molestar a Pablo. El
apóstol discernió un espíritu malo en ella.
Los espíritus religiosos son peligrosos. Pasan desapercibidamente ante
muchos. Pero tarde o temprano, algún siervo de Dios en su radar de
discernimiento espiritual lo descubrirá.
c) Pablo “se olvidó” a la muchacha, aunque hablaría al espíritu. Confrontó
a la posesa. A los demonios no se les da la espalda, espiritualmente
hablando, se les hace frente.
d) Dirigiéndose al espíritu, el apóstol declaró: “Te mando en el nombre de
Jesucristo, que salgas de ella”
Uno de nuestros evangelistas modernos hubiera sometido al demonios a
un riguroso interrogatorio espiritual: ¿Cómo te llamas? ¿Qué tiempo llevas
en ese cuerpo? Además de la adivinación, ¿qué más haces al poseer ese
cuerpo?
Pablo, un poco arcaico, lo mandó a salir en el nombre de Jesucristo. Con
los demonios no se debe jugar, ni malgastar el tiempo en exhibiciones, hay
que darles un desahucio espiritual inmediato.
e) Leemos: “Y salió en aquella misma hora”. Aquel demonio huía como
gallinazo perseguido por pólvora.
Conclusión:
Cuando los amos vieron a su esclava libre del demonio, también se vieron libre de su
ganancia, algo que no les gustó (16: 19). La muchacha antes era esclava dos veces,
esclava de los amos y esclava del demonio; ahora era esclava una sola vez, de sus
amos. Por causa del poder que liberta, Pablo y Silas estuvieron presos parte de un día
y su noche completa. Pero Dios obró y al otro día ya estaban libres y el carcelero con
su familia se convirtió (16: 19-34)

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